Reseña de la Obra de Cesar Cansino \"La Muerte de la Ciencia Política\"

July 4, 2017 | Autor: L. Hernández Gómez | Categoría: Public Administration, Ciencia Politica, Facultad de ciencias politicas y sociales, Gobierno
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Descripción



En este punto, el nivel de autonomía será la reflexión de si la realidad ha alcanzado un espacio científico, mediante metodología de la ciencia empírica; el grado de institucionalización refiere a la posición que ocupa en la academia.
La obra de Easton a la que refiere el Dr. César Casino es "A System Analysis of Political Life".
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Reseña de la obra "La Muerte de la Ciencia Política" de César Cansino
Por: Luis Ignacio Hernández Gómez (Dic, 2014)


Estudiar al Estado ha significado analizar su relación con la sociedad para conocer sus efectos partiendo del intento por identificar su esencia, su contexto histórico y su poder.

En ese sentido la Ciencia Política ha buscado establecer a partir del estudio de fenómenos sociales sus principios generales de funcionamiento. Bobbio (1981) establece en su Diccionario de Política que la Ciencia Política puede ser vista como los postulados doctrinas y teorías de la ciencia del Estado y por otro, lo que refiere al enfoque conductista visto como la Ciencia Empírica.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con la Muerte de la Ciencia Política? en el preámbulo de la obra, el autor señala su interés por resolver algunas preguntas sobre la forma en que se ha desarrollado el estudio dentro de la Ciencia Política, la influencia por las investigaciones estadounidenses y la tarea pendiente de reformular la forma en que se hace ciencia actualmente del estudio del Estado. Afirmará que la Ciencia Política se ha orientado fuertemente bajo un método cuantitativo, que como decía Sartori: "ha empujado los resultados de estudios a discursos intrascendentes" y que ha tenido como resultado que ésta influencia, se reproduzca en los demás estudiosos de la Ciencia Política (Cansino: 2010, pp.10).

Cansino no sólo aporta este primer debate sobre el tipo de método o enfoque que actualmente se usa para el análisis de fenómenos sociales vistos desde la Ciencia Política, sino que expone el trágico desenlace que existe respecto al desarrollo de la ciencia y pone como ejemplo el caso de México, donde los científicos de la política terminan siendo burócratas o consultores, además de que el proceso metodológico termina por carecer de sistematicidad y rigurosidad, concluyendo en acercamientos explicatorios y especulativos.

Para el primer capítulo, el autor cuestiona ¿cuáles serán las transformaciones que en el plano global, han tenido y siguen teniendo un impacto en disciplinas como la Ciencia Política? Ante esto, comenta que los hechos políticos y sociales que se han sucedido en los últimos 20 años han sido hechos que en otros periodos habrían tardado más décadas en suceder como fue la caída de la URSS, el Fin de la Guerra Fría, la implementación de la Democracia y el Mercado, y centros hegemónicos así como la aparición de una nueva arquitectura económica mundial.

Respecto a ello, el resultado fue un análisis limitado de la magnitud de los hechos que estaban generando cambios en el contexto global y un avance de la ciencia a la par de estos mismos hechos, generando, diría Cansino: que las ciencias sociales fueran superadas, que las explicaciones hechas dejaran mucho qué desear, y que se impusiera cierta sensación de orfandad en lo que al análisis científico se refiere…

Pero ¿en qué medida estas transformaciones impactan a las ciencias sociales y la Ciencia Política? Para ello, propone 2 aspectos, la primera, las diferentes etapas en las que ha evolucionado la Ciencia Política; y segundo, las diferentes áreas definitorias de la Ciencia Política. Para esto, su dicotomía de Ciencia Política es la metodología de las ciencias empíricas que investiga y estudia aspectos de la realidad política; en la cual, la ciencia se ha desarrollado por más de 50 años sin alcanzar un consenso de su objeto de estudio, generando un pluralismo teórico con infinidad de interpretaciones y el debate respecto a su cientificidad.

Es entonces que repara en que los politólogos han estudiado los temas y sus problemas en su carácter empírico: 1) desde lo político como el estudio de la dominación, la emancipación, la estabilidad o el conflicto; 2) desde la política, como las acciones individuales y colectivas; 3) las políticas, como el análisis y el diseño de las acciones gubernamentales; 4) la teoría política, como las corrientes y escuelas de reflexión política.
A esto, se considera que en forma general la Ciencia Política es una disciplina empírica, donde la política comparada ha sido el método sobresaliente a otros de las ciencias sociales como el estadístico, el experimental o el histórico. En suma, la rigurosidad que señala Cansino para la Ciencia Política podrá reproducir cientificidad mediante el uso sistemático de métodos comparativos.

Refiere que plantear una investigación de política comparada requiere distinguir entre el campo y el método; donde el primero, será la generalidad de un sistema político, el cual es, un medio ideal de verificación de hipótesis y supuestos entorno a causas y efectos; y el segundo, es la reflexión de los procedimientos adecuados para una comparación rigurosa.

Más adelante explica que la evolución de la Ciencia Política se ha desarrollado por su nivel de autonomía y el grado de institucionalización de la disciplina. Y describe 4 etapas evolutivas de la Ciencia Política: la pre-científica, de baja y alta institucionalización y la consolidación.

El autor propondrá mediante palabras de Almond llegar al encuentro entre sectores y escuelas que son parte de la reflexión política a fin de integrarlos y acumularlos, el cual es la teoría política, lo cual encuentra debate como la postura estadounidense y su cuasi-inicio de la ciencia política, pero esto no podrá ser si no existe un estudio de la Ciencia Política en clara interdisciplinariedad, comunicación y pluralismo teórico.

En el segundo capítulo el autor expone que gracias a la aportación de Easton, Lipset y Lazarsfeld, la Economía como ciencia social se acercaba a la Ciencia Política. ¿Pero qué se pretende? lo que se busca es hacer explicaciones más consistentes de los fenómenos políticos. A partir de Schumpeter, se revisará que el colapso del capitalismo es evidente ya que: 1) el desarrollo de la economía capitalista vulnera la función innovadora y empresarial, 2) el capitalismo debilita la propiedad individual y 3) fomenta la actitud racionalista.

El análisis que hace Schumpeter de la democracia (Cansino, 2010: pp.61) se basa en la dignidad del hombre, donde las riendas del gobierno deben ser entregadas a los individuos que disponen de un apoyo electoral más poderoso que aquellos que están en competencia. Por tanto, el principio democrático demanda liderazgo y una relación entre masa y élite.

De esta forma, el ciudadano ya no es considerado un sujeto racional ya que a través de su falta de participación del proceso político, es considerado ignorante y sin falta de juicio, el proceso político es una lucha competitiva de élites y ya no existirá el bien común y la voluntad popular.

Cansino describe que tanto Weber como Schumpeter rechazan las justificaciones éticas de la democracia ya que la organización y la burocracia tienen consecuencias importantes para oligarquizar la toma de decisiones.

Respecto al análisis de la elección racional, el autor plantea que este enfoque no se consolida, sino que busca configurar el estudio de la política desde modelos económicos, emparentan gobierno y política con los mercados, trabajan bajo axiomas o motivos y conductas humanas, de la que se deducen la lógica de las instituciones y sus implicaciones políticas, parten de un enfoque meta-metodológico y un concepto fuerte de elección racional. Sin embargo, la deficiencia más apreciada de la elección racional es que llega al extremo del modelo de Schumpeter y no reconoce los nexos de Schumpeter y Weber.

En el Capítulo 3, Cansino estudia el análisis sistémico de la política. Explicando que Easton proveyó a los estudiosos de la Ciencia Política de su propio objeto de estudio a través del sistema político, visto como el conjunto analíticamente relevante de procesos mediante el que una comunidad política toma decisiones.

Cansino examina el desarrollo teórico de la teoría de sistemas, buscando reconocer su potencial para la ciencia política. La propuesta luhmaniana lo lleva examinar premisas teóricas del constructivismo radical, la teoría sistémica de Parsons hasta la cibernética de Deustch.

En Luhmann, se puede ver que toma del constructivismo radical la idea de que el conocimiento se basa en la realidad externa, en las construcciones del observador y para ello: 1) hay que diferenciar para conocer, 2) es necesario incluirse en la sociedad para poder observarla, 3) la comunicación es la forma en que operan los sistemas.

Cansino señala que un error de Luhmann fue intentar crear una teoría general de la sociedad. El modo de operar de los sistemas es la comunicación y para que éste se comunique debe ser autopoiético, a partir de la clausura se llegará a la apertura, la diferencia de un sistema a otro permitirá que el sistema-sociedad funcione.

Bajo este contexto, considera que la democracia no debe determinar una sobrecarga de complejidad pero debe conservarla, Donde la democracia es una técnica de control del sistema, posible y necesaria; y donde la libertad se vuelve un valor y una también una técnica de socialización a través de bases legales de un sistema de roles y autopresentaciones.

¿Entonces no existe vida ante los sistemas? Respecto a esto, Cansino señala que Habermas debate la postura luhmaniana y añade que a los sistemas sociales, los mundos de vida son los ámbitos de reconocimiento y socialización de los seres humanos, donde se forman sus tradiciones, sus valores, o su cultura.

Habermas propone concebir a la democracia como una esfera pública de deliberación racional basada en la comunicación y el reconocimiento intersubjetivo. Añade como relevante su concepto de esfera pública, donde la modernidad es vista como un espacio público en donde interactúan asociaciones, grupos y movimientos, y donde es necesaria la ampliación del dominio público. La esfera pública es igualitaria porque permite la libre participación y porque nuevas cuestiones entran en el debate público.

La crítica a la teoría de Habermas es que no indica como incorporar la racionalidad a los resultados del debate público y a la práctica concreta de la democracia; Cohen y Arato señalan que Habermas no deja en claro los espacios y actores de la colonización de la vida a los sistemas, por lo que proponen dejarlo a los movimientos de la sociedad civil.

En ese sentido, el autor en este apartado argumenta que la teoría de Luhmman no consigue dar razón del contenido simbólico de las prácticas de nuevos movimientos sociales; la aplicación de la teoría de sistemas a la política no tendría otro objetivo que el de eliminar cualquier posibilidad de poder al margen del Estado; los movimientos sociales sólo serían fenómenos marginales sin influencia en el sistema político.

Cansino señala que el principal problema de la teoría de Luhmann es que al intentar ser una teoría descriptiva de la sociedad, deriva en una visión normativa del sistema, considera que la filosofía política ofrece más respuestas al problema ético que los institucionalistas o las aproximaciones sistémicas, sin embargo, la filosofía política no puede ofrecer soluciones a problemas públicos, la autodeterminación es política o no lo es, siendo el factor que permite que la sociedad se convierta en sociedad política. De esta manera la igualdad es partir de la desigualdad, una igualdad política que se construye en el espacio público, lo que será el problema central de la democracia, como espacio abierto en todos sentidos…

En el capítulo 4 el autor comienza explicando los intentos de la ciencia política por ofrecer un concepto empírico de la democracia, sin embargo, considera que el resultado ha sido un intento limitado y parcial.

En esta lógica, este intento se ha enfocado al estudio de la "calidad de la democracia", y ante ello, considera que ha sido limitativo porque busca acotar el concepto de democracia violentando su neutralidad valorativa y sesgándolo bajo las leyes.

Expone ¿es pertinente analizar la calidad de la democracia? ante lo cual argumenta, la calidad de la democracia vista más allá del sufragio, es un término reciente que se orienta a medir e identificar los problemas de un régimen. Este modelo, es visto como parte de los procesos de los gobiernos en transiciones o su democratización, como sucede de un régimen autoritario a uno democrático…

La propuesta de calidad de la democracia permite medir a través de indicadores, elementos básicos o necesarios de una democracia, observando y proponiendo la manera de cómo dotarla de atributos y derechos. En su análisis establece que el enfoque de la calidad de la democracia parte de 2 núcleos que lo constituyen, las transformaciones necesarias y las transformaciones recientes.

De estos dos puntos establece que una transformación profunda de un régimen supone debatir sobre cambio de un régimen a otro, lo que también supondría mejor hablar de sistema político. Cuando un régimen se modifica en alguna de sus partes, se podrá señalar que se sustituye gradualmente por otro régimen. Con estos elementos podemos ver que un análisis de la democracia no solo implica leer el contexto en términos de su gradualidad y de temporalidad.

¿Qué condiciones pueden asegurar el desarrollo de la democracia? ante ello, el autor considera que se cuestionan aquellas económicas, sociales y culturales en las cuales será responsable el Estado y donde partirá el debate sobre democratización (Schumpeter: 1942; Marshall: 1963; Downs: 1957, y Arrow: 1951).

Bajo este punto, el autor nos explica que la concepción de la democracia situada en los 50´s y 60´s es movida por el desarrollo nacional (Estados-Nación) y la rápida transformación industrial de la posguerra. De lo cual, aparecerán conflictos de clases, generacionales y valores posmateriales.

En este enfoque de esperanza política se inculca al ciudadano que el Estado será el responsable único de velar por el mejoramiento de sus condiciones socioeconómicas y de la sociedad en su conjunto, el Estado benefactor. Con lo anterior, la democracia impondría al Estado y sus servicios, así como al mercado y su efectividad desde el enfoque público. Será hasta mediados de los 70´s que se hablará de transformaciones del Estado.

Entonces ¿qué sucede con la democracia en las últimos 2 décadas? el autor comenta que aparecerán 3 modelos en la nueva arquitectura internacional, posdemocráticos, contractualistas y posliberales que tendrán importancia en la estructuración de la sociedad, el individuo y la política democrática.

Cansino plantea que con la desideologización probablemente se dio pauta a una carrera ya no desde la mirada del partido político sino enraizada en función del uso discrecional de medios de comunicación.

En su análisis comenta que los partidarios de la calidad de la democracia partieron de conceptualizar a la democracia desde lo procedimental hasta llegar a una relativa a la afirmación de la ciudadanía; esta concepción la propone Schmitter (1993) y refiere que la democracia es un régimen o sistema de gobierno en el que las acciones de los gobernantes son vigiladas por los ciudadanos indirectamente que actúan a través de la competencia y cooperación de sus representantes… Aquí podemos ver una definición que ya se referirá a los ciudadanos como centro de la democracia.

Pero en la lógica de Cansino, el papel que le corresponde a las democracias en la propuesta de Schmitter tiene que ver más con un tipo de democracia delegativa a través de mecanismos jurídicos de representación o instrumentos institucionales.

En ese sentido, Cansino señala que la propuesta más elaborada en términos de calidad de la democracia se percibirá en la de Morlino (2005), resumida en 5 puntos: 1) gobierno de leyes; 2) transparencia y rendición de cuentas; 3) reciprocidad; 4) correspondencia y capacidad de respuesta, y 5) profundización y creación de nuevos derechos. En esta concepción se aproximará en palabras del autor a la libertad de la democracia, la igualdad y la justicia.

De esta forma, la concepción y las propuestas de la calidad de la democracia podrán ser vistas como una herramienta del análisis empírico de la ciencia, más no como el todo, considerando que existen elementos normativos que acotan la definición de democracia. Podría ser valiosa siempre y cuando no se someta a gradaciones que midan a los regímenes. Podrá ser que exista un régimen democrático en lo electoral pero antidemocrático en lo demás.

Lo que el autor propone es no idealizar a la democracia ya que esto nos llevará al desencanto, y que visto desde la filosofía política propone radicalizarla, profundizarla, y consolidarla a partir de postulados como el de Arendt de una clave post-totalitaria, a la cual, Lefort le sumará su percepción de la democracia vista como espacios de encuentros y desencuentros, abrazos y conflictos, disparando símbolos de democracia a las sociedades.

En el capítulo 5, explica que han aparecido diferentes posturas respecto a la Ciencia Política actual, donde en opinión de Sartori, ésta ha perdido su rumbo actual.

Y cuestiona, pero ¿qué es la ciencia política? en palabras de Sartori (1979), lo define como la disciplina que estudia o investiga la metodología de las ciencias empíricas y diversos aspectos de la realidad política a fin de explicarla lo mayormente posible.

Lo que permite entender que la Ciencia Política se explica a partir de preceptos y no de una definición particular, así como situaciones empíricas que pueden tratarse o degradarse en conceptos ideológicos, políticos, filosóficos o científicos. Lo que permitirá estudiar al Estado, al poder, las formas de gobierno, la representación política y las instituciones a partir de su relevancia y comportamiento.

Cansino analiza el desarrollo teórico de la Ciencia Política en torno a la democracia, y para ello, afirma que la Ciencia Política tiene distintas corrientes que se han ido construyendo a partir de la filosofía política, siendo su eje actual el sistema político.

Bajo este contexto, la Ciencia Política basa su proceso de investigación en el método científico analizando los procesos y actividades, la hipótesis y las teorías formuladas, que serán sometidas a verificación y a una confrontación con la realidad. De esta manera el proceso de estudio científico deberá tener consistencia y procedimientos claros para facilitar la transmisión de información.

Cansino describe que la cientificidad de la Ciencia Política y sus métodos se incrementó en 1987, con la publicación del libro The Theory Of Democracy Revisited, dando oportunidad a una teoría política de la democracia libre. Sin embargo, expone que en 1975, Sartori considera que el problema principal de la Ciencia Política era un deficiente uso y conceptualización del estudio de la política, lo que lo llevó a hacer una diferenciación entre teoría política empírica y teoría de corte filosófico, donde rechaza aspectos filosóficos repletos de ideologías.

Por otro lado, el autor pone sobre la mesa que el problema de estos nuevos enfoques coincide cuando hacen a un lado el concepto de calidad de la democracia y aplican la subjetividad de sus ideales.

El autor señala que la Ciencia Política que se reclamaba el saber más riguroso y sistemático del saber empírico, ha cedido a tentaciones al analizar a la democracia, pues esto refiere más a un ideal que una realidad alcanzada, lo que afirma Cansino, la lleva a su muerte como ciencia.

Para el Capítulo 6, plantea que la sociedad civil ha generado disputas y que se busca una propuesta alternativa para el estudio de la política, en su dimensión simbólica; tomando mayor relevancia ante la crisis partidista, la redefinición de las esferas del Estado y la Sociedad, la pérdida de eficacia de la economía y mecanismos corporativos o clientelares, así como corrupción. Asimismo, se podrá ver que la sociedad civil ha partido de la Crisis del Estado Benefactor y la caída de regímenes comunistas.

Considera que existen dos tipos de sociedad civil, la liberal, la cual privilegia la libertad de los integrantes del Estado, y la social liberal, que antepone criterios de igualdad como valor fundamental de la sociedad.

Cansino señala que Pérez establece que la sociedad civil se legitima a partir de la segunda posguerra, donde la esfera pública contiene agentes que participan en situaciones privadas y asuntos públicos, conciliados en debate público. Expone que sociedad y Estado, están separados, pero tienen una relación a partir de la garantía del Estado como responsable de la paz y proveedor de servicios. Pérez Díaz sostiene que ambos experimentos compartieron como elemento común el ofrecer mayor poder a la sociedad civil, al permitir que una parte cada vez mayor de responsabilidad fuera sumida por los individuos.

En este apartado, Cansino retoma las posturas posmarxistas o neomarxistas. Señala que para Keane, el socialismo solo puede tener perspectivas favorables si deja de identificársele con el poder estatal centralizado y se le convierte en sinónimo de mayor democracia, de un sistema de poder diferenciado y pluralista. Propone volver a los viejos objetivos de igualdad y libertad abandonados por el neoconservadurismo y la socialdemocracia, bajo un compromiso en pro de la libertad y la igualdad, que debe resolver el dilema de una relación estrecha entre Estado y sociedad civil promotora de la libertad y la igualdad.

Lo anterior, necesitará la adopción de conceptos de igualdad y libertad más complejos, donde la igualdad debe sustituirse por una concepción pluralista, desarrollando mecanismos institucionales; y la libertad, como un espacio donde las posibilidades de elección son ampliadas mediante una variedad de esferas sociales y políticas en las que los grupos ciudadanos puedan participar. En este sentido la democratización socialista significaría mantener y redefinir las fronteras entre sociedad civil y Estado mediante dos procesos simultáneos: la expansión de la libertad y la igualdad social y la democratización y reestructuración de las instituciones estatales.

Cansino sostiene que el desafió teórico sobre la sociedad civil requiere su análisis como variable independiente, cuestionando las consecuencias teóricas y prácticas de esta nueva articulación. Al revisar los trabajos de Alexander, Cohen, Arato, Seligman y Maestre, considera que la propuesta de Maestre respecto al uso de bases simbólicas de la política para construir una teoría crítica de la política es una de las más sugerentes para aproximarse al tema de la sociedad civil.

En el Capítulo 7 considera que hablar de la democracia es una cuestión social de individuos, de acciones libres, contingentes, con contenidos simbólicos, ya que como diría Maestre, la democracia nunca está cumplida… Por tanto, el reto contemporáneo de la acción policía es hacer frente a lo inesperado como resultado de una acción colectiva.

Cansino plantea que la postura de la desestatización de la política ha quitado peso al Estado, es decir, expropiando lo político a los profesionales, define este concepto como el conjunto de instituciones manejadas por personal estatal, destacando la que se ocupa de medios de violencia y coerción, instituciones localizadas en espacios geográficos delimitados, reglas en el interior del territorio y una cultura política compartida por los ciudadanos.

¿Entonces este es el concepto actual? señala que la Ciencia Política es la última de las disciplinas que estudia al Estado, sin embargo, los funcionalistas estadounidenses como Easton, Almond y Powell lo definen como sistema político por estar libre de presupuestos éticos o valorativos.

Posteriormente desarrolla el concepto de desestatización de la política, donde explica que se relaciona con las transformaciones en el ámbito social que han experimentado las sociedades modernas y como un elemento simbólico.

En ese sentido, la democracia no es sólo un modelo institucional sino un dispositivo imaginario que da paso al espacio público político donde confluye la sociedad civil.

Cansino menciona que existen dos tendencias que nos llevan a repensar la cuestión democrática: 1) la crisis de la democracia representativa y 2) el surgimiento de la sociedad civil. Señala que como ha advertido Habermas, las sociedades modernas están acosadas por la lógica de los mecanismos administrativos y económicos, pero entender la sociedad civil como un espíritu publico nos permite vislumbrar en alguna medida la expansión posible de la democracia bajo los regímenes liberal-democráticos existentes…

Termina este apartado exponiendo: 1) la democracia aspira a trascender a más democracia desde el ciudadano y la sociedad civil, 2) la clase política no participa de la aspiración evolutiva de la democracia, lo cual se percibe en la reducción del Estado y la lógica clientelar en que se convierte al ciudadano, 3) la libertad es una condición de la democracia y la libertad, 4) la democracia no es resultado del empirismo, sino un símbolo. Ante ello, vista la democracia desde el enfoque simbólico, desplazará al estudio explicativo y normativo, sin embargo, su problema se centra en la importancia que da al Estado como ente imparcial.

Cansino también señala que todas estas interpretaciones tratan de encontrar las claves de la política siendo que en la actualidad ya no hay claves, pues estas se inventan permanentemente desde la sociedad civil.

En el Capítulo 8 refiere que la ni los debates teóricos ni el mundo intelectual son adecuados para pensar la política y la democracia. Para Cansino, la Política es el espacio público decisivo de la existencia humana, donde se actualizan los contenidos simbólicos de una sociedad.

Bajo otras miradas a lo político, señala que existe un creciente malestar hacia la política institucional, hacia los representantes, lo que ha llevado a intensos debates, a su redefinición, y una inflación del término no siempre útil.

Entonces, diría Cansino ¿Qué describe a este tipo de modelo democrático frente a otros? en primer lugar, que en el pasado, se concebía que era necesario instaurar y consolidar regímenes democráticos como una condición para promover el desarrollo, pero ahora, promover el desarrollo económico y equitativo es una condición para consolidad la democracia. Se da por sentado que deben reducirse las brechas pero no el porqué debe reducirse, no existe una justificación normativa, sino eminentemente pragmática.

En la democracia radical, expone como valor fundamental el reconocimiento de la soberanía popular, es decir, la afirmación de un espacio público para la discusión y la toma de decisiones sobre la forma en cómo el pueblo debe organizar su vida social. De esta forma, el autor considera el retorno a la democracia como forma de vida y acción social permanente de la libertad (Cansino: 2010, pp.207).

¿Cómo entender la radicalización de la política en las democracias contemporáneas? Esto significa que para la Ciencia Política, la única democracia que hay es la que existe, situándola entre la factibilidad y la validez. Y menciona, así como la necesidad es una manera de ser, también lo es la contingencia…

Pero considera que no debe existir confusión ya que el regreso a la ciudadanía no es una utopía, sino en constatar lo lejos y cerca que estamos de hacer valer la soberanía; por el contrario, la democracia representativa, convierte a la democracia en un gobierno de dirigentes más que representantes.

El debate, considera Cansino es que la política institucional se pierde al buscar mejores leyes o representantes y deja de aspirar a ello; que resulta en un malestar social, desconfianza, frustración y parálisis. Dicho de otra forma, la reducción de la política al poder el Estado es imposible.

En el Capítulo 9 inicia señalando que hasta esta parte de la obra se ha revisado la cientificidad y los límites de la Ciencia Política empírica, por otro lado, señala que abrirse a la Filosofía Política, la dimensión simbólica de la política es una segunda opción; sin embargo, propone abrirse a la postura que permita revisar las ideas o doctrinas clásicas del pensamiento político.

El autor señala, que más que tomar partido por los clásicos del pensamiento político, su intención es denunciar implícitamente una atmosfera intelectual propiciada por la Ciencia Política empírica. El autor establece que curiosamente a lo que muchos piensan no hay una sola perspectiva metodológica para incursionar en la historia de las ideas o doctrinas políticas.

La tesis principal propone que las investigaciones pasadas no han sido adecuadamente históricas y se han mostrado incapaces, dadas sus deficiencias metodológicas de entender el verdadero significado de los textos y de describir y explicar satisfactoriamente la perspectiva y el cambio en las ideas políticas.

El autor cuestiona si existe una ¿subdisciplina de la historia o de la filosofía? si la historia de las ideas políticas es una subdisciplina de la historia, y en particular de la historia de las ideas, eso significa que comparte con la historia el interés de las ideas, eso significa que comparte con la historia el interés por estudiar la evolución, las causas y las consecuencias de un proceso o fenómeno, en este caso, las ideas humanas sobre la política.

Por lo que hace al alcance político de la lectura de los clásicos el autor refiere que incursionar en el pensamiento político del pasado de la mano de filósofos políticos como Schmitt y Arendt nos enseña a valorar la reconstrucción de las ideas y los conceptos más que de las biografías y los testimonios.

Refiere que Arendt y Schmitt muestran que la historia de las ideas no puede concebirse como una reconstrucción cuidadosa del contexto histórico ambiental, cultural y social, sino como la exposición e interpretación filosófica y conceptual de su pensamiento y obra.

En el Capítulo 10 Cansino señala que la Ciencia Política es una teorización abstracta, y la Filosofía Política es un hiperfactualismo cuantitativo donde cada una defienden sus fronteras entre sí, sin embargo, para la Ciencia Política el resultado ha sido el abandono de la Teoría Política.

En los últimos años esta posición comienza a revertirse a partir del postulado de Easton, que se acerca a la posibilidad de construir una teoría general de la política con la teoría de sistemas; su definición de sistema político como una asignación autoritativa de los valores en una sociedad, dio paso a conquistar autonomía y especificidad.

Sin embargo, este postulado ha encontrado más desafíos que consensos, y ante ello Cansino pone de ejemplo el surgimiento neoinstitucionalista promovido por March y Olsen, que busca la reformulación del concepto de Estado como objeto privilegiado de la política.

La realidad es que la Ciencia Política no ha logrado una unidad teórica o metodológica lo que le lleva a cuestionar, entonces ¿Cuál es la situación actual de la Teoría Política? a lo que responde que la teoría política como es resultado de investigaciones empíricas sobre fenómenos sociales y políticos, aunque plantea que debe ser repensada a la luz de un pluralismo teórico y paradigmático que caracteriza a las Ciencias Sociales y la Ciencia Política.

Para Cansino la teoría política pensada como un conjunto de afirmaciones empíricas y normativas más o menos coherentes en un entendimiento limitado de la teoría inhibe el desarrollo de la ciencia política, así que propone un replanteamiento de ella como un cuerpo literario más general e interdisciplinario, como actividad y comunidad intelectual, lo que ha permitido un nuevo término en la literatura especializada llamado "metapolítica" a la que explica como un nuevo campo disciplinario entre la ciencia política y la filosofía de la ciencia que estudia la propia teoría política.

El autor menciona que Marramao y Zolo, son los creadores del concepto, cuya base es la Teoría de Sistemas de Luhmann; manifestando el cambio de la política a "postpolítica", encerrando la crisis de representación de las democracias modernas, las crisis de las estructuras tradicionales de intermediación de intereses y las nuevas identidades colectivas, y los movimientos sociales que suplantan las fracturas de la esfera política.

En palabras de Cansino, Reidel se refiere a la metapolítica como metafísica, para estudiar la idea de lo político en la Grecia antigua, habla del enfoque del racionalismo crítico como un pensar tecnológico reformista que reflexiona el conocimiento teórico desde la sociedad abierta, bosquejando la democracia liberal con libertad de mercado y lo descalifica por reducir a la democracia en una cuestión de eficiencia y mercado; recalca que en su condición metafísica genera un desapego práctico que termina siendo inútil al propósito de comprender mejor lo político.

Más adelante señala que Skinner, analiza las razones por las cuales los estudiosos de la sociedad abandonaron las pretensiones teóricas de Weber y cuestiona la posibilidad de diseñar a las ciencias sociales como a las naturales, aunque el autor inhabilita a Skinner por enfocarse en las mentalidades y no en los fenómenos, las ideas y no los hechos, algo poco estimulante para los científicos.

En la metapolítica como debate público, Cansino argumenta a favor de un nuevo entendimiento de la política visto como el ámbito decisivo de la existencia humana; la política como espacio público. A lo que aclara que la metapolítica no es adyacente a las instituciones, por el contrario se trata de crear instituciones, así que retoma a la política como la política del diálogo y de la deliberación, donde el poder se genera horizontalmente a través del conflicto.

Al exponer Cansino la metapolítica como metateoría, resalta el estudio de la teoría política como una disciplina particular, considerando la diversidad de tradiciones teóricas y perspectivas de estudio, señala que Miller advierte que el estudio de los textos clásicos fue remplazado por un enfoque más histórico en el que se intenta ubicar a los textos en sus propios contextos históricos así como también refiere que la historia conceptual permite una relación más estrecha entre la teoría clásica y contemporánea.

Aunque también aclara que lo que le interesa resaltar, es la importancia que tiene la "competencia entre escuelas" ya que tal como lo afirman Alexander y Colomy (Cansino: 2010, pp.268) el motor principal del progreso científico es el conflicto y la síntesis entre diferentes tradiciones de pensamiento.

La metateoría, aclara Cansino, busca identificar, descubrir y contextualizar elementos y estructuras adyacentes dentro de la diversidad teórica existente; se trata de un enfoque en el cual se busca el análisis de los textos cuyos contenidos son reordenados constantemente en una serie de juegos infinitos de contextualización provisional.

El autor también señala que en esta postura no se ha valorado todavía la relevancia de un marco que permita analizar y describir el campo discursivo de las ciencias sociales y la alternativa frente a un debate en el que prevalecen fuertes contenidos ideológicos.

Concluye argumentando que la Teoría Política debe mantener su carácter bajo el enfoque concreto, en base a la evolución de las sociedades, mejorando o desechando conceptos.

La Teoría Política no puede renunciar al principio de búsqueda o dejar de mirar hacia atrás, debe defender un pensamiento propio bajo la historia, el manto de los gigantes; se deben flexibilizar los límites y forzar la comunicación, donde los pares se reconozcan para restablecer el nivel de lo óptimo, con objeto de quitar el recelo con el que actualmente se mide la transmisión del conocimiento […]. Las verdaderas escuelas de pensamiento se han adiestrado a partir de confrontar las ideas, dado que como costumbre bien entendida, toda teoría, disciplina o individuo que se encierra en sí mismo, indefectiblemente acelera el camino de su muerte.

En el apartado de Conclusiones de la obra, Cansino afirma que el conocimiento que se ha generado en la Ciencia Política empirista, requiere de una mirada libre, crítica, sensible, radical y transgresiva que permita acercarse a la política. De este modo, se abrirá a la Ciencia Política a otros conocimientos que permitirán renovar su poder explicativo, dejando atrás su falta de utilidad mediante la transdisciplinariedad.

Advierte que si en algún momento la Ciencia Política se cerró a otras formas de pensamiento es el momento de abrirse a otros saberes, ésta parece la única opción que tiene para salir de la irrelevancia. Derivado de esto separa sus reflexiones finales en 3 apartados: el Estado del Arte, desbordarse para avanzar y el cruce de caminos.

En el Estado del Arte, considera que el tema pendiente de la Ciencia Política y las Ciencias Sociales es comprender, observa que el Pluralismo metodológico cruza todas las ciencias sociales es un signo de la crisis en los paradigmas dominantes en los últimos 30 años. La realidad social no puede reducirse a un único sentido.

Retoma a Pasquino para establecer la necesidad de que la Ciencia Política y la Filosofía Política emerjan de una nueva capacidad teórica, explicando que para que los filósofos y los científicos sociales tengan un diálogo más fructífero, deben ocuparse de los problemas y las grandes cuestiones sociales y políticas de nuestros tiempos.

Respecto al punto de desbordarse para avanzar, comenta que la especialización de la que ha sido objeto la Ciencia Política se ha reflejado en las decenas de disciplinas y subdisciplinas sociales que hoy conocemos que terminan por encontrarse con sus propios límites derivados de la parcialidad de la realidad.

Finalmente, el autor expresa que en lo personal ha encontrado más sabiduría política en una buena novela que en un tratado de ciencia política y aclara que mientras el científico aspira a reducir la complejidad del mundo que observa a categorías empíricas impermeables, que son verdaderas camisas de fuerza, el escritor no tiene más límites que su imaginación y su talento.

Comentarios Finales:

Cansino expone en su obra análisis de la construcción de la Ciencia Política, describiendo su contexto histórico, los conceptos y enfoques que se han desarrollado en la evolución de la disciplina, así como los retos que presenta.

Cuestiona la influencia estadounidense como la corriente por excelencia que mueve el estudio de la Ciencia Política actual cuestionando la corriente cuantitativista. Por otro lado, expone con una gran lógica y conocimiento los elementos que han venido describiendo a la ciencia a lo largo del tiempo.

Fortalece su análisis y argumentación a partir de ofertar los estudios de las propuestas y conceptos de aquellos autores que han destacado en la Ciencia Política, dividiendo su obra en dos segmentos, la parte que refiere a los límites de la ciencia y otra que corresponde a la disciplina fuera de sus límites. Pero no se detiene ahí, sino que va más allá…

Cuestiona y debate sobre los aciertos e infortunios de los enfoques y sus representantes para alcanzar un postulado general de la Teoría Política.

Advierte sobre la factibilidad de los componentes y describe en su opinión los pendientes que existen de teorías como la de sistemas con Luhmann o de la calidad de la democracia y su acotación del concepto a través de indicadores.

Sin embargo, al cuestionar a la Ciencia Política empírica, también impulsa su reorientación a partir de la revisión de la historia de las ideas a partir de los clásicos y del adentramiento en la Filosofía Política para regresar al estudio del Estado. Considera que la construcción filosófica permite defender ciertas posiciones a partir de sus argumentos.

Cansino expone sus inquietudes respecto a una Ciencia Política que ha dejado de ver la necesidad de la metodología cubierta de sistematicidad y rigurosidad, y ávida en la actualidad de acercamientos explicatorios y especulativos.

Concibe que las transformaciones han hecho de la Ciencia Política en la etapa contemporánea una disciplina que no ha logrando avanzar en forma anticipada a los cambios globales.

Propone la competencia entre escuelas y sectores de la Ciencia Política que mediante el debate alcancen la reflexión política a fin de integrar este conocimiento y acumularlo.

Frente a la teoría de sistemas expone que este enfoque no logra dar respuesta al contenido simbólico de las prácticas de nuevos movimientos sociales como elementos de influencia del sistema político.

Considera que se ha intentando describir a la Ciencia Política empírica pero estos intentos han sido limitados. Expone que con relación a la calidad de la democracia este argumento puede ser vista como una herramienta del análisis empírico de la ciencia, pero no como un todo…

Cansino reclama no idealizar a la democracia, sino que a partir de la Filosofía Política pueda profundizarse y radicalizarse con la lógica Arendtniana de encuentros y desencuentros, y el análisis de los símbolos democráticos que de esta relación emanen.

Concibe que el desarrollo teórico de la Ciencia Política tiene distintas corrientes, las cuales se han construido a partir de la democracia, siendo su eje actual el sistema político. Debate la posición que guarda la sociedad civil y busca establecer un enfoque alternativo para estudiar la Política ya que ninguno de los esquemas que hoy por hoy influencian son adecuados para pensar a la Ciencia Política Contemporánea.

En sus conclusiones considera que la Ciencia Política debe considerar su fortaleza más alla de la transdiciplinariedad, donde su fortaleza provenga del regreso a la reflexión de la Filosofía Política por un lado y se fortalezca de estudios metapolíticos por el otro.

Por último, en este análisis de la obra de César Cansino "La Muerte de la Ciencia Política" se puede considerar que existe una gran aportación del autor por identificar y exponer los conceptos, los enfoques y los autores relevantes de la Ciencia Política pero más allá, existe una contribución enorme que permite despertar a los involucrados en el estudio de la Ciencia Política respecto de su contexto actual.

Referencias:
Cansino, César. (2010). La Muerte de la Ciencia Política. México. Editorial Debate. pp.7-236.


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