Reseña Contra nuestra voluntad (AGAINT OUR WILL: Men, Women and Rape) de Susan Brownmiller [Español] (2008)

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Descripción

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 1 de 14

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS ESCUELA DE ESTUDIOS DE GÉNERO MAESTRÍA EN ESTUDIOS DE GÉNERO ASIGNATURA: PROFESORA: LIBRO RESEÑADO:

Teorías de mujer y género (Corrientes y conceptos). María Himelda Ramírez CONTRA NUESTRA VOLUNTAD: HOMBRES, MUJERES Y VIOLACIÓN. AUTORA: SUSAN BROWNMILLER RESEÑADO POR: Alfredo Gutiérrez Borrero CÓDIGO: 04489178 CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] BOGOTÁ, COLOMBIA 2008 TODOS MIS TEXTOS EN: https://utadeo.academia.edu/AlfredoGuti%C3%A9rrez

1. Sobre la autora y su obra: Susan Brownmiller, nació en Brooklyn, uno de los cinco burgos que componen la ciudad de Nueva York, el 15 de febrero de 1935. Aunque ignoro si eso tiene que ver con el nombre que sus padres le dieron, la propia escritora cuenta en su página web1 que su fecha de nacimiento es la misma del cumpleaños de Susan Brownell Anthony (febrero 15 de 1820, marzo 13 de 1906) quien fuera una destacada líder de los derechos civiles en los Estados Unidos la cual desempeñó un destacado papel en la lucha del movimiento por los derechos de las mujeres para asegurar el sufragio femenino en el gran país del norte.2 Entre los aspectos que comenta de su infancia en la breve biografía que la escritora ofrece en su sitio web, están la Segunda Guerra Mundial, y la muerte del presidente Franklin D. Roosevelt (acaecida el 12 de abril de 1945). Sobre el quehacer de sus progenitores Brownmiller comenta: “Mi padre trabajaba como vendedor en Macy’s y mi madre como secretaria en el edificio Empire State”.3 Tras cotejar datos del sitio de la autora y de su periplo vital tal cual lo presenta el portal Answers.com,4 es pertinente resaltar algunos aspectos de su trayecto existencial, que en libre traducción y adaptación del inglés, sintetizo a continuación: Estudió en la Universidad de Cornell, en la ciudad de Ithaca, Estado de Nueva York. Antes de iniciar su carrera periodística trabajó durante cuatro años como actriz. Sus primeros pasos en le mundo informativo los dio como asistente del director editorial del hoy extinto magazín Coronet.5 Durante la década de los años sesenta trabajó como escritora en su tiempo libre. Ya desde entonces mostró sus inclinaciones hacia el feminismo. 1

Vid. Susan Brownmiller, An informal bio en http://www.susanbrownmiller.com/susanbrownmiller/html/bio.html 2 Cf. http://en.wikipedia.org/wiki/Susan_B._Anthony 3 Susan Brownmiller, sitio web citado. 4 http://www.answers.com/topic/susan-brownmiller 5 http://en.wikipedia.org/wiki/Coronet_%28magazine%29

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 2 de 14 Paralelamente realizó variadas labores tanto para revistas (Newsweek, Village Voice) como para televisión, (NBC y ABC).

Tomada de: Eraso Beloki, Santiago (2014): “La Violación: Arma de poder” en Eraso Beloki, Santiago. Arte, Cultura, Ética y Política (blog) https://santieraso.wordpress.com/2014/09/08/la-violacion-arma-de-poder/

Sobre sus inicios como activista política Brownmiller registra lo siguiente en su biografía: “El movimiento de protesta sureño para finalizar la segregación pública en los restaurantes comenzó en febrero de 1960. Su efecto en la nación fue enorme. Su efecto en mí fue enorme”.6 A raíz de ello, Brownimller se unió a CORE (En inglés, Congress of Racial Equality, o Congreso para la Igualdad Racial que tuvo un preponderante lugar en el Movimiento de los Derechos Civiles, desde su fundación en 1942 hasta mediados de la década del 60).7 Asevera la insigne feminista que, “en 1964, cuando trabajaba como investigador para Newsweek, el SNCC (the Student Nonviolent Coordinating Committee o [Cómite Coordinador de No violencia estudiantil8]) y para CORE se organizó el Freedom Summer en el estado Mississippi [O Verano de la Libertad9]. Yo fui una de los mil voluntarios blancos ese verano”.

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Susan Brownmiller, página web citada. http://en.wikipedia.org/wiki/CORE 8 Nota del Reseñador (N. del R). 9 También conocido como Mississippi Summer Project, la campaña lanzada en junio de 1964 intentó registrar para votar tantos votantes afroamericanos como fuera posible en el estado de Mississippi, el cual para ese tiempo tenía exclusión casi total para los votantes de color. Nota del Reseñador a partir de libre traducción del inglés de la fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Freedom_Summer 7

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 3 de 14 Un evento trascendental para la carrera de Brownmiller como escritora, por los temas con que se familiarizó, fue su participación como cofundadora en el grupo femenino radical New York Radical Feminist (o NYRF) desde 1968, en donde se juntó con otras destacadas feministas como la judía canadiense Shulamith Firestone (quien en 1970 publicó LA DIALÉCTICA DEL SEXO, otro libro fundacional en la teoría feminista estadounidense)10 y Anne Koedt, de quien me fue imposible hallar datos biográficos plenos11 (pero cuya obra más celebrada es el ensayo EL MITO DEL ORGASMO VAGINAL 12 que vio la luz en 1968). El primer libro que publicó Brownmiller en 1970 FUE SHIRLEY CHISHOLM: A BIOGRAPHY biografía de Shirley Chisholm (1970), la primera mujer afroamericana en acceder al congreso de los Estados Unidos —más exactamente a la Cámara de Representantes—, precisamente en 196813 (donde permaneció hasta 1983). Infiero que la fascinación de Brownmiller por Shirley Anita St. Hill Chisholm, tuvo que ver tanto con el avance para las aspiraciones de la colectividad y de las mujeres negras, que el trayecto de esta mujer representó, como con el hecho de haber nacido ambas en Brooklyn. Dicho sea de paso Shirley Chisholm se convirtió también, en 1972, en el primera persona de origen afroamericano en disputar la nominación a la candidatura presidencial de los Estados Unidos por uno de los grandes partidos (en este caso el demócrata). La obra sobre Shirley Chisholm, surgió a partir de la extensión de una historia de portada hecha por la escritora para The New York Times Magazine que creció hasta transformarse en un libro dirigido a un público adolescente. En 1971 su trabajo en un “Speak-Out” (una reunión en la que los participantes relatan sus experiencias u opiniones acerca de determinado tema o interés), Brownmiller cambió tan radicalmente sus opiniones sobre la violación que comenzó a bosquejar el libro que eventualmente, hacia 1975, se transformaría en su más destacada obra: CONTRA NUESTRA VOLUNTAD (AGAINST OUR WILL, en el título original en inglés). A esta obra que suscita la presente reseña, siguió Femininity (Feminidad), en 1984, texto escrito para vencer el “miedo de no ser femenina”, el cual, plantea Brownmiller ha sido históricamente impuesto sobre las mujeres. Sobre su primera novela, Waverly Place, esta data de 1989 y hasta dónde averigüé no hay versiones en castellano. En declaraciones a Publisher's Weekly durante una entrevista, Brownmiller expresó: “Escribí la novela en estado de intensa emoción porque estaba poseída. Nunca antes me había dado permiso a mí misma permiso de inventar. Eso fue muy liberador”.14 Fruto de un viaje que hizo la autora a Vietnam para la revista Travel and Leisure, en el año 1992, Susan Brownmiller escribió la obra SEEING VIETNAM: ENCOUNTERS OF THE ROAD AND HEART (Viendo Vietnam: encuentros de la vía y el corazón) que salió al mercado en 1994. Su último libro: IN OUR TIME: MEMOIR OF A REVOLUTION (En nuestro tiempo: memoria de una revolución) compendia la historia del feminismo radical.15

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http://en.wikipedia.org/wiki/Shulamith_Firestone http://www.artandpopularculture.com/Anne_Koedt 12 http://www.artandpopularculture.com/The_Myth_of_the_Vaginal_Orgasm 13 http://en.wikipedia.org/wiki/Shirley_Chisholm#cite_note-Freeman-1 14 Answers.com página web citada. 15 http://www.susanbrownmiller.com/susanbrownmiller/html/in_our_time.html 11

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 4 de 14 Contra nuestra voluntad, continúa siendo según mi rastreo a la diversidad crítica respecto a dicha obra, la más destacada de sus creaciones por su total falta de precedente. Hasta para cuando apareció en 1975, no había sido escrito un análisis exhaustivo de la genealogía de la violación. A decir verdad, el libro generó reclamos contra ese silencio histórico. La obra rastrea hechos desde fuentes míticas, como la leyenda de Troya hasta la Guerra de Vietnam. Brownmiller contempla la violación como una ancestral estrategia militar de sujeción. El libro es un viaje documental, desde la óptica de la autora, a través de siglos de legislaciones, códigos y costumbres, en los cuales ella describe la violación como una prerrogativa abierta o silenciosamente promovida por los esposos sobre sus esposas y por los padres sobre las hijas. El libro es extensa y concienzudamente investigado, ofreciendo a los lectores los hechos desde campos tan diversos como el psicoanálisis, la sociología, la criminología y la ley. El lenguaje empleado llega a ser descarnado y agresivo (personalmente, y como varón heterosexual me sentí afectado por algunas frases y casi culpable, con vergüenza de género por algunas páginas o fragmentos descriptivos o enjuiciadores). La autora afirma, palabras más, palabras menos que la violación es lisa y llanamente un proceso de amenaza por el cual todos los hombres mantienen a todas las mujeres en estado de miedo permanente”. Aunque prima el entorno estadounidense por obvias razones, Brownmiller se obliga a lo largo de más de cuatrocientas páginas a denunciar la violación como una condición extendida en todas las culturas, siempre con el anhelo de empoderar a una inmensa parte de la sociedad cortada y fracturada por el temor. De acuerdo a lo que indagué en páginas como la ya referida Answers.com, otra obra de Brownmiller (aquella intitulada FEMININITY) discurre asimismo sobre el confinamiento social de las mujeres, pero lo hace desde un tema mucho más sutil y aborda el tema de la feminidad como ese “sentimiento romántico, o tradición nostálgica de limitaciones impuestas”.16 Según lo estipulado en FEMININITY las restricciones sobre la mujer se agazapan bajo los dictados de etiqueta en el vestuario, en el juego, en los modales, y las metáforas sobre el cuerpo femenino todas las cuales privan a las mujeres de posibilidades de plena realización. Las críticas y señalamientos que atrajo CONTRA NUESTRA VOLUNTAD son diversas, por ejemplo Mary Ellen Gates para el The New York Times Book Review la alabó como “informada” y “fascinante” visión.17 Amanda Heller del The Atlantic Monthly manifestó que la obra era “inteligente” y “ambiciosa” pero que en ciertos trozos daba paso a una “clase de pornografía feminista que abruma los más serios pasajes”.18 Así, a algunos críticos les pareciera que el discurso parte a los lectores entre mujeres horrorizadas y pesimistas, y hombres sorprendidos e inculpados. La crítica más fuerte de la que supe en mi investigación la hizo el columnista Joseph Sobran cuando trabajaba específicamente para el National Review (hoy es un columnista sindicado cuya obra aparece en diversos medios),19 Sorban fue categórico al descalificar a Brownmiller señalando “En lo que ella está

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Answers.com página web citada. Ibídem. 18 Ibídem. 19 http://en.wikipedia.org/wiki/Joseph_Sobran 17

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 5 de 14 comprometida, en realidad, no es erudición sino ‘henpecking’:20 ese proceso consciente de intimidación por el cual todas las mujeres mantienen aterrados a todos los hombres”.21 2. La mujer judía y el feminismo: Un comentario extra merece la condición de judía de Susan Brownmiller, pues la mujer judía ha tenido un gran papel en la teoría crítica y emancipadora que constituye el feminismo (tal como el hombre judío, aunque no fuera practicante, lo tuvo en las otras grandes teorías críticas que cuestionaron la modernidad en el siglo XX, téngase presente que Sigmund Freud y Carlos Marx eran judíos por herencia física y cultural). Quizá su condición de mujeres de un pueblo perseguido ha contribuido a forjar el temple de las mujeres judías. Hay un gran archivo sobre ello en la página de la Jewish Women Association;22 ahora bien, eso es en cuanto al mundo laico concierne (pues también hay un movimiento de feminismo inserto en las comunidades que practican la religión del judaísmo, el cual busca “mejorar el estatus religioso, legal y social de las mujeres dentro del judaísmo y abrir nuevas oportunidades para la experiencia religiosa y el liderazgo de las mujeres judías”).23 La notable influencia de las mujeres judías en el feminismo se hace evidente al revisar algunos nombres, pues fuera de Susan Brownmiller son judías muchísimas otras activistas y feministas sobresalientes tales como: Andrea Dworkin, Susan Faludi, Shulamith Firestone, Betty Friedan, Naomi Klein, Gerda Lerner, Susan Sontag, Gertrude Stein, Gloria Steinem, Naomi Wolf y Martha Nussbaum (quien sin ser judía de nacimiento se convirtió al judaísmo a raíz de su matrimonio con Alan Nussbaum).24 3. La época de Contra nuestra voluntad (1971-1975) Según relata Susan Brownmiller en su biografía, el libro que aquí reseño lo comenzó a trabajar en 1971 y pasaron cuatro años hasta que fue publicado por Simon and Schuster en 1975. Es decir que el trabajo de construcción del texto cubrió los primera mitad de la década de los años 1970: dicha época se caracterizó —de acuerdo a lo señalado en diversas fuentes que llevan registros históricos por fechas25— por una transición del activismo social de los años 1960 a una búsqueda individualista del placer en discotecas y reuniones en las cuales la promiscuidad era buscada intencionalmente. Durante la primera parte de esa década de los 1970 hubo un notable crecimiento del movimiento ambientalista. Paralelamente, en todo el mundo las instituciones establecidas de la familia nuclear, las religiones y la confianza de las ciudadanías en los gobiernos perdieron terreno. El auge de la revolución sexual y la masificación de las píldoras anticonceptivas impactaron notablemente en las relaciones sociales y alteraron las interacciones humanas, lo cual generó aumentos en la taza de divorcios, la popularización de hogares con un sólo padre y el aumento del sexo prematrimonial (por supuesto todo esto principalmente sobre estadistas

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N. del R. Término en inglés que de acuerdo a traducción mía de http://dictionary.reference.com/browse/henpecking%20 significa “intimidación por parte de la esposa”. 21 Answers.com página web citada. 22 Vid. http://jwa.org/feminism/?id=JWA008 23 Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Jewish_feminism 24 Ver lista completa en http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Jewish_feminists 25 Vid. http://www.aguaron.net/aquellos70/70.htm

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 6 de 14 acuñadas en los países del llamado primer mundo, lo cual cabe advertir pues erróneamente podríamos aplicarlas al planeta entero). Coincidente con está época fue el apogeo de la segunda hola del feminismo radical, la cual si bien había nacido durante los años 1960, alcanzó entonces su madurez. Fueron los días en que aparecieron trabajos significativos en el tema para consumo del amplio público, tales como una de las primeras antologías disponibles para recepciones multitudinarios, tal cual es el caso de SISTERHOOD IS POWERFUL, antología de reputadas escritoras feministas publicada en 1970 por la poeta feminista radical Robin Morgan26, que incluía trabajos de, entre otras, Kate Millett, Eleanor Holmes Norton, Flo Kennedy, Frances Beale y Mary Daly.27 Por la misma época había aparecido las obras fundacionales del feminismo radical, la POLÍTICA SEXUAL de Kate Millet y LA DIALÉCTICA DE LA SEXUALIDAD de Shulamith Firestone, publicadas en el año 1970. “Estructuradas con un arsenal teórico tomado del marxismo, el psicoanálisis y el anticolonialismo, estas obras acuñaron conceptos fundamentales para el análisis feminista como el de patriarcado, género y casta sexual”.28 Para el año en que CONTRA NUESTRA VOLUNTAD ingresa a la cultura y al mercado para convertirse en un éxito, los Estados Unidos sentían los ecos finales del escándalo de Watergate y se preparaban para cerrar el lamentable y doloroso capítulo de la Guerra del Vietnam. Es una etapa de descolonización en África, mientras el cono sur sufre el ascenso de las dictaduras militares; en Colombia gobierna Alfonso López Michelsen. 1975 es también el año en que fallecen, los para unos caudillos para otros dictadores, Gustavo Rojas Pinilla asimismo en Colombia y Francisco Franco en España.29 4. CONTRA NUESTRA VOLUNTAD, capítulo a capítulo La obra de Susan Brownmiller se desarrolla, con la simbólica cantidad de doce capítulos, procuraré dialogar someramente con cada uno de ellos, señalando en que consisten en líneas generales y marcando aquellos apartes que llamaron más poderosamente mi atención. 4.1. Capítulo 1: La psicología de masas de la violación: introducción. En principio y toda vez que el DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (DRAE) presenta como segunda acepción del verbo ‘introducir’ el “Meter o hacer entrar algo en otra cosa...”30 y dado que según la misma fuente, ‘introducción’ es fuera del “Exordio de un discurso o preámbulo de una obra literaria o científica”31, la “Acción y efecto de introducir o introducirse”32, casi que me resulta inevitable leer con una cruda ironía la introducción en un libro acerca de un fenómeno como la violación, introducción de un órgano humano (usualmente el pene aunque pueden emplearse dedos o la lengua) u objetos, en el cuerpo y específicamente en las cavidades del cuerpo de otro ser humano, en razón de lo cual un

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Vid. Historia del Feminismo en el Mundo en http://www.fmujeresprogresistas.org/feminismo3.htm Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Sisterhood_is_Powerful 28 Fmujeresprogresistas.org página web citada. 29 Vid. http://es.wikipedia.org/wiki/1975 30 Vid. DRAE versión electrónica en www.rae.es, entrada ‘introducir’. 31 Ibídem, entrada ‘introducción’. 32 Loc. Cit. 27

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 7 de 14 persona, o personas “tienen acceso carnal con alguien en contra de su voluntad o cuando se halla privado de sentido o discernimiento”.33 La breve introducción empieza con una alusión a Richard Freiherr von Krafft-Ebing (18401902), psiquiatra austro-alemán quien, en su famosa obra, sobre los desordenes sexuales, PSYCHOPATHIA SEXUALIS (1886),34 al hablar de violación, “despacha con sorprendente pasividad el acto y sus perpetradores”.35 Luego, Brownmiller señala que tanto Sigmund Freud (1856-1939), como su discípulo disidente, Alfred Adler (1870-1937), guardaron silencio ante el tema de la violación, aunque este último reconocía la lucha por el poder entre mujeres y hombres. Con otros discípulos de Freud, aconteció lo mismo, pues Carl Gustav Jung (1875-1961) soslaya la interpretación profunda y valora el fenómeno desde la mitología; en tanto las pioneras psicoanalistas como la prolífica Helene Deutsch (18841982), la primera mujer especializada en psicoanálisis, y Karen Horney (1885- 1952), cerraron los ojos ante una valoración profunda de la perspectiva de la mujer. Igual sucedió con Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895), quienes aunque críticos de muchas otras cosas, permanecieron “curiosamente mudos acerca de la violación, incapaces de insertarla dentro del esquema de sus construcciones económicas”.36 Sólo Augusto Bebel (1840-1913), uno de los fundadores del partido social demócrata alemán, en su obra, LA MUJER BAJO EL SOCIALISMO, habló de la forma en que las mujeres se convirtieron, tras las luchas por poder y riqueza, en “trabajadoras y objetos de placer para el conquistador”.37 Fue Wilhelm Reich, (1897-1957), genio medio loco, que la autora señala de “consumido por la ira hacia Hitler, Marx y Freud”38 quién en el capítulo inicial de su obra LA REVOLUCIÓN SEXUAL, clama por un análisis más amplio del fenómeno. El capítulo concluye con una lapidaria aseveración según la cual “la violación es un proceso consciente de intimidación mediante el cual todos los hombres mantienen a todas las mujeres en situación de dominio”39. Pasaje duro por demás que me transforma en tanto hombre, en cómplice al menos de la tradición violadora. 4.2. Capítulo 2: El comienzo fue la ley El segundo capítulo es prolijo en alusiones bíblicas, y en él resalto la forma en que la autora señala que “La violación entró en la ley por la puerta trasera como un crimen de propiedad cometido por el hombre contra el hombre. [y luego añade con crudeza…40]. Por supuesto las mujeres eran la propiedad”.41 Acto seguido la autora entra en una serie de comparaciones entre el Código de Hammurabi y la Ley de Moisés (de la cual critica la valoración mosaica de la mujer como semoviente o animal de granja), anotando, además, Ibídem, entrada ‘violación’. http://en.wikipedia.org/wiki/Kraft-Ebbing#_note-0 35 BROWNMILLER, Susan, CONTRA NUESTRA VOLUNTAD: HOMBRES, MUJERES Y VIOLACIÓN. Página 11 36 Ídem. 37 Ibídem, página 12 38 Ídem, aunque de hecho Reich, quien sí se apartó de los grandes críticos, es uno de los propiciadores del freudo-marxismo que luego incluiría, desde diferentes perspectivas, a Marcuse, Deleuze y Fromm (vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Freudo-Marxism) 39 BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 14. 40 N. del R 41 BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 18. 33 34

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 8 de 14 que tanto entre los babilonios como entre los hebreos a menudo la culpa de la violación recaía sobre la violada (a veces eran muertos, por castigo, el violador y la violada). Comenta que en el Evangelio de San Juan aparece el perdón a la adultera en el célebre episodio donde Jesús conmina a arrojar la “primera piedra” al libre de pecado. Se glosa como la mujer era inculpada por descarte en numerosos casos y se da el ejemplo de la esposa de Putifar que intentó seducir a José. Poco a poco se fueron ganando avances y llegó el momento en que a la mujer violada se la compensaba en dinero (una especie de prostitución forzada post-uso), aunque, anota la autora, el gran teólogo judío Maimónides (1135-1204) se opuso a tal “progreso”. Brownmiller examina también la severidad de las penas por violación en tiempo del rey Guillermo el Conquistador (1027-1087), el conquistador normando de Inglaterra.42 La importancia del rapto en las tradiciones, y del célebre derecho de pernada (mediante el cual un señor disponía de la virginidad de la esposa de su vasallo) son analizados también, aunque comenta la autora que tal costumbre parece no haberse practicado en Inglaterra (omitiendo decir que no se daba entre los ingleses contra los ingleses, pues más adelante ella misma demuestra que los ingleses fueron conspicuos violadores de sus vecinos, los escoceses). 4.3. Capítulo 3: Guerra El tercer capítulo nos pasea por la violación como delito de guerra (algo que hallo paradójico por cuanto, en tanto fenómeno social de génesis patriarcal, la guerra, a mi modo de entender. es en sí un delito). El examen de la violación en la guerra lo hace a partir de interpretaciones del famoso rapto de Helena (la mujer que guió a Troya mil naves). Comenta las divergencias entre Aquiles y Agamenón por disputas de posesión sobre mujeres. Relata el rapto de las sabinas en la legendaria fundación de Roma. Elogia al rey ostrogodo Totila (muerto 552)43, quien al tomar Roma en 546 d. J. C. prohibió a sus tropas la violación de mujeres romanas, y lo llama un “hombre adelantado a su tiempo”44 digno de reverencia. Después viene un periplo analítico que prosigue por diversas guerras. Brownmiller señala que ante la magnitud de la guerra es usual que los historiadores se dediquen a las batallas y pasen por alto la exploración de los delitos sexuales contra las mujeres. La conclusión obvia es que al correr la historia abundan las violaciones masivas de mujeres (generalmente impunes) en la dinámica bélica, tales abusos son por el aborrecimiento, la exacerbación y en ocasiones la compensación, y siempre se fundamentan en la comparación muchas veces inconscientemente aprendida por parte de los varones del cuerpo de la mujer con el territorio del adversario. En consecuencia, comparecen ante el lector las tropelías de los alemanes contra las mujeres belgas, en la Primera Guerra Mundial, de los nazis contra las judías, y luego contra las rusas, en la Segunda Guerra Mundial, y luego el encarnizamiento del Ejército Rojo contra las mujeres germanas en la contraofensiva soviética sobre Berlín. Después, las fechorías de los japoneses sobre las Chinas (con múltiples alusiones a películas y novelas). Más adelante las crueldades de los punjabíes contra las bengalíes en la guerra de liberación de Bangladesh, que finalizó con la intervención de la India (marzo 26 a diciembre 16 de 1971), con infinidad de brutalidades hasta de los propios bengalíes contra 42

Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/William_I_of_England Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Totila 44 BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 14. 43

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 9 de 14 sus mujeres, millones de personas murieron y cientos de miles de mujeres fueron violadas con temibles secuelas como el posterior rechazo de sus maridos, la infección venérea y la segregación a los hijos así nacidos de la violación masiva, por parte de un ejército racializado de las mujeres de un adversario asimismo racializado. Después se adentra en el conflicto de Vietnam examinando los trabajos del periodista neozelandés Peter Arnnet, y señala los problemas de las fuerzas de ocupación, la necesidad de violar del guerrero ocupante, el estadounidense en este caso, acentuada por el anonimato del idioma, la posibilidad de echar mano de cualquier mujer reputarla de guerrillera enemiga y luego suprimir su existencia; se extiende Brownmiller en el episodio de la masacre de My Lai (cuyo ordenador el teniente primero William Laws Calley jr, disfruta hoy de feliz liberad en Atlanta, Georgia)45, y con todo y las irracionalidades de los norteamericanos, incluye un comentario de Arnett y su esposa vietnamita según el cual los americanos se portaron mejor en la tierra vietnamita que los franceses, los mercenarios de los franceses o los japoneses. Me conmovió el final en el cual hace mención de la necesidad de indagar más acerca del costado femenino de la guerra. 4.4. Capítulo 4: Motines, pogroms y revoluciones. Algo similar acontece en el cotejo que hace la autora de una serie de episodios durante la Revolución Americana (como se conoce a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos), con los Pogroms (o persecuciones violentas contra los judíos especialmente en Rusia) y con los hostigamientos a las comunidades mormonas en los Estados Unidos. Las violencias grupales de los blancos contra los negros, en el Sur de la Unión Americana por parte de los kluxes o miembros del Ku Klux Klan y las de los negros contra los blancos durante la emancipación del Congo (en este capítulo Brownmiller alude a la valiosa de obra documental de Gerda Lerner —para desenterrar abusos desdeñados— titulada Black Women in White America).46 El común denominador siempre es la invalidación de la perspectiva femenina en las dinámicas conflictivas y el sinnúmero de violaciones que en el marco de tales procesos históricos acontecieron. 4.5. Capítulo 5: Dos estudios de historias americanas. Este pasaje ahonda Brownmiller en los crímenes cometidos por los blancos anglosajones dominantes en la cultura de los Estados Unidos tanto contra las mujeres de los pueblos indígenas (que afirma la autora eran excluidas por sus propios hombres), y en la terrible infamia perpetrada contra las mujeres negras que en su condición de esclavas sufrieron una doble represión, o incluso una triple, oprimidas en tanto negras, oprimidas en tanto mujeres, y oprimidas en tanto madres. Subrayo uno, entre infinidad de fragmentos: “Como fue la clase esclavista la que creó el lenguaje y escribió las leyes concernientes a la esclavitud, no es sorprendente que no existiera el concepto de violación en lo que se refería a una esclava”.47 También se señala que al validar las nociones abolicionistas las mujeres blancas de los grupos humanos afines a dicha causa entraban en terreno espinoso pues cuestionar las actitudes masculinas al respecto era discutir la fantasía perversa más popular de todas, la del amo y la esclava. 45

http://en.wikipedia.org/wiki/William_Calley BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 125. 47 Ibídem, página 155. 46

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4.6. Capítulo 6: El violador «fichado» por la policía. Aunque nunca he sabido cómo se hacen los cálculos de las violaciones que dejan de ser denunciadas (pues muchos dan cifras exactas de lo que por fuerza es inexacto) este apartado abre señalando que “una violación de cada cinco o posiblemente de cada veinte son realmente denunciadas”.48 He de confesar que el margen me parece algo amplio, y valdría la pena problematizar en él... Acto seguido, la autora denuncia los sesgos de los psicoanalistas al identificar al violador como un perverso (“Yo agregaría —dice— que ese era el retrato del violador favorito de los freudianos, aquel a quien sentían que podían tratar”).49 En su texto Brownmiller objeta una serie de enfoques y lugares comunes que sirven como paliativos, “pero no hacen nada para modificar la ideología violatoria o acrecentar nuestra comprensión del crimen”.50 Un enfoque fascinante es aquel que insiste en la relación entre la violación detonada por lazos masculinos de camaradería. Hay por parte de la autora un escrutinio detallado de la psicología de las pandillas, en la acometida de proezas agresivas contra las mujeres. Brownmiller discurre sobre los violadores asesinos, dando por sentado que Albert Henry DeSalvo (1931-1973) es el estrangulador de Boston, aunque según corroboré la polémica en torno al caso prosigue tres décadas y media luego de la muerte de DeSalvo acaecida en 1973.51 Al final del capítulo la escritora expresa que sin violadores las mujeres se moverían libremente en el mundo, y los compara según su propia versión del mito, con los mirmidones o tropas de asalto leales al gran Aquiles en la guerra de Troya: feroces anónimos capaces de intimidar a quien se les pusiera en frente. Para Brownmiller los violadores le sirven como mirmidones al resto de los hombres que disfrutan de algunos beneficios generales de sujeción de las mujeres en razón de la existencia de estos amenazantes anónimos.52 4.7. Capítulo 7: Una cuestión de raza. El párrafo más diciente de todos los que incluye esta sección es a mi juicio aquel que señala: Pero hoy, la incidencia de la violación —combinada con el amenazador espectro del violador y, en particular del hombre negro como violador, imagen a la cual contribuye hoy el hombre blanco en nombre de su hombría— debe ser comprendida como una serie de mecanismos de control contra la libertad, movilidad y aspiraciones de todas las mujeres, blancas y negras. La encrucijada del racismo y el sexismo constituye un violento lugar de encuentro. No tiene sentido pretender que no existe.53

La radiografía que hace la escritora, a través de variados acontecimientos históricos, confronta lo acontecido en el Norte y el Sur de los Estados Unidos y las construcciones culturales que opacan las realidades y sirven para que, en mutua desconfianza el hombre 48

Ibídem, página 165. Ibídem, página 169. 50 Ibídem, página 170 51 Vid., ALBERT DESALVO - THE BOSTON STRANGLER? en http://www.karisable.com/skazdesalv.htm 52 Aquí también discrepo porque en la Iliada sí aparecen otros mirmidones como Álcimo y Automedonte [Vid., HOMERO,(1945). LA ILÍADA. Colección Crisol, Madrid, Editorial Aguilar páginas 642 y 650] 53 BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 244. 49

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 11 de 14 negro y la mujer blanca favorezcan la supremacía del hombre blanco. Hay una frase que encuentro tan violenta como lo que critica Brownmiller y es aquella según la cual: “Hoy una observación en la calle me provoca una ira fugaz, pero asesina”54, en relación con el momento en que la mujer recibe un silbido callejero que traduce algo así como “puedo tenerte”. 4.8. Capítulo 8: Poder: institución y autoridad. En esta parte de la obra, la autora examina la dificultad de las violaciones en citas (entre conocidos) por cuanto casi siempre se presume doblez o incitación de parte de la mujer implicada. Asimismo examina la feminización de los débiles y los bellos en las cárceles, por ejemplo lo vivido por Jean Genet (1910-1986)55 aquel activista francés que fuera ladrón y sobre cuya tragedia interesó a Jean Paul Sartre (1905-1980). Comenta también la sorpresa que experimentaron algunos investigadores al sorprender que el hombre que viola a otro en la cárcel no se considera a sí mismo homosexual. Aquí se ocupa de la violación que recae en hombres feminizados. Comparece ante los ojos del lector también todo el problema que representa la violación cometida por policías, o por padres en tanto figuras de autoridad, por lo general son conductas que a la ley le cuesta trabajo penar so pena de socavar las bases patriarcales de la autoridad. A este tenor, apunta Browniller que: “si la mujer fue la propiedad corporal original del hombre, los niños eran y son subsidiarios totalmente poseídos”.56 4.9. Capítulo 9: El mito del violador heroico Aquí la estructura del texto arranca refiriendo lo poco sensibles que son los mitos al drama de las mujeres. Se detiene en su versión del mito de la joven Kainis quien fuera violada por Poseidón y la cual el Dios concedió como compensación reparadora la petición de transformarse en hombre (vale la pena investigar más por cuanto en otras fuentes hallé que en realidad fue el dios quien la dotó de un pene por iniciativa propia).57 Se exhiben para nuestra consideración lectora por parte de Brownmiller algunos asuntos conexos con mitos históricos y literarios como el James Bond de Ian Fleming, y el temible Barba azul, quien en realidad era el personaje histórico, Gilles de Rais (1404-1440)58, al parecer liquidó a infinidad de niños, en una realidad tan inaceptable que el cuentista Charles Perrault (16281703)59, lo transformó literariamente en asesino serial de sus esposas en el cuento clásico llamado BARBA AZUL. El libro disputa el embellecimiento que han sufrido en la leyenda bandidos de todo pelaje, reales y ficticios, románticamente adornados por el manto del heroísmo, desde Dick Turpin, hasta Pancho Villa y el joven Alex que protagonista de la NARANJA MECÁNICA aquella “novela de Anthony Burgess, publicada en 1962 y adaptada por Stanley Kubrick en la película homónima aparecida en 1971”.60 Quizás la conclusión es que si los imaginarios que plantea el arte tomaran en cuenta el aspecto femenino real (no el

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Ibídem, página 237. Vid. http://en.wikipedia.org/wiki/Jean_Genet 56 BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 269. 57 Vid., Aproximación histórica a la transexualidad masculina en http://www.elhombretransexual.es/histo01.htm 58 Vid., http://es.wikipedia.org/wiki/Gilles_de_Rais 59 Vid., http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Perrault 60 Vid., http://en.wikipedia.org/wiki/A_Clockwork_Orange 55

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 12 de 14 construido e impuesto por los hombres, es decir, el feminista), acaso la vida imitaría al arte de maneras más cordiales. 4.10. Capítulo 10: Víctimas; el escenario Como acción en este aparte de su obra, Brownmiller examina el porqué se ha difundido la idea de que las mujeres quieren en el fondo ser violadas, y por supuesto lo refuta, examinando aquel lugar común según el cual es imposible “violar a una mujer contra su voluntad”.61 Conjeturo que, por obvias razones, algo tiene que ver el asunto con el título del libro. Más adelante Brownmiller censura con acritud la obra de la madre de la filosofía del objetivismo Ayn Rand (1905-1982) y la ya mencionada Helene Deutsch, a quienes califica de traidoras a su propio sexo.62 Muchas mujeres han sido continuadoras y divulgadores del ideal masculino de mujer sufrido, en ese camino cuestiona a Anaïs Nin (1901-1977),63 (aunque afirma que muchos de sus pensamientos los dictaba su primer mentor el psicoanalista Otto Rank {1884-1939}64), lo propio hace con la fatal existencia de la novelista y poetisa norteamericana Sylvia Plath (1932-1963).65 Ejemplifica a Judith como una mujer fuerte reducida a un rol menor en la Biblia porque los hombres se sienten poco cómodos con ella. El hombre sueña con una mujer débil y pasiva, aunque la realidad médica muestre que las mujeres viven más años de vida que ellas. Por la misma razón se asume que hay un contexto ideal de violación, y sólo se atiende a los detalles escabrosos cuando la víctima de una violación es una mujer hermosa y rubia de preferencia (recuérdese el lugar común machista de la estupidez de las rubias). Es tal la profusión de detalles que enunciarlos escapa a los alcances de esta reseña. 4.11. Capítulo 11: Víctimas: el crimen Estadísticas en mano (o en texto), Brownmiller desmiente falacias comúnmente aceptadas como el que el comportamiento de las víctimas de violación potencie dichos sucesos (en realidad comenta que las afectadas de violación son menos responsables con su actitud de precipitar los hechos que quienes soportan otros actos violentos). En un prodigio de despliegue pormenorizado de testimonios (unos indignantes, otros intimidantes, otros aterradores), la autora demuestra cómo, ante la sospecha de falsedad en la acusación de la mujer llevada ante los tribunales, los jurados masculinos tendían a sobreseer los cargos y declarar la inocencia por una tenebrosa solidaridad de género. Aunque encuentro fundados sus reclamos me inquieta que puedan conducir, de aceptarse por descarte, a arbitrariedades mayores. Negando el albedrío a la mujer cuando esta tenía contacto previo con su ofensor (besos, caricias, etcétera), o cuando lo conocía con antelación, sentencia Brownmillera se tiende a negarle la posibilidad de decidir sobre su cuerpo, y acaba siendo culpada sin atenuantes por una sociedad que piensa que en estos casos, la mujer obtuvo lo que se merecía por “buscona”.

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BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 300. Íbidem, página 303. 63 http://en.wikipedia.org/wiki/Ana%C3%AFs_Nin 64 Vid., http://en.wikipedia.org/wiki/Otto_Rank 65 http://en.wikipedia.org/wiki/Sylvia_Plath 62

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 13 de 14 4.12. Capítulo 12: Las mujeres se resisten Tras recordarnos que infinidad de legislaciones parecen escritas por quienes olvidan que si bien las leyes de violación continuaron evolucionando, nunca se libraron del concepto inicial según el cual: “la violación era en primer lugar y sobre todo una violación de los derechos de posesión del macho, basados en las exigencias masculinas de virginidad, castidad y consentimiento al acceso privado, como contribución femenina al contrato marital”.66 Todo eso fundamenta la dependencia económica, y es inevitable el paralelo entre violar a la esposa y violar a la esclava. Brownmiller es tajante, al demostrar que las policías mujeres creen más en la palabra de las afectadas mujeres y no tienen motivo para confiar exclusivamente su capacidad de manejo de disturbios a brutalidades del tipo guerrero y masculino; de esta suerte, el proceso de erradicación total de la violación presupone revaluar los roles de las figuras de autoridad (peritos legales, médicos, autoridades policiales y religiosas) a las cuales la mujer violada debe recurrir al sobrevenir el ataque. Sólo si todo es compartido cincuenta y cincuenta por ciento, será posible disminuir al máximo un flagelo sobre el cual la tradición patriarcal imponía un velo de silencio. Aboga también la autora porque las mujeres tengan desde la “infancia un entrenamiento sistemático de autodefensa”.67 La última reflexión es la siguiente: “La violación puede ser erradicada, no simplemente controlada o evitada sobre una base individual, pero el enfoque debe ser a largo plazo y de cooperación, y debe disfrutar de la comprensión de muchos hombres, así como de muchas mujeres”.68 Aunque se esté en desacuerdo o se dude de la agudeza o exactitud de algunos datos, comparto totalmente el mensaje final de Susan Brownmiller de haber estudiado toda la historia pasada de la violación, con pasión incluso, con el propósito de contribuir a que entre todos le negamos el futuro a un fenómeno. Tristemente más de tres décadas luego de dada su obra a la luz, muchas dinámicas violatorias persisten. La pregunta que me queda, es, y qué hay de las mujeres como violadoras ¿acaso nunca las hubo? En gracia de discusión habría que indagar al respecto, por extensión creo yo, lo dejaré para una venidera tentativa. Bibliografía (método Harvard) BROWNMILLER, S. (1981). Contra nuestra voluntad: hombres, mujeres y violación. Barcelona, Planeta. HOMERO,(1945). La Ilíada. Colección Crisol, Madrid, Editorial Aguilar. Cibergrafía para apuntalar y precisar fechas se recurrió a infinidad de consultas menores tomadas (tal cual se pormenoriza en los pies de página) de los siguientes nueve sitios web: http://en.wikipedia.org/wiki/Main_Page http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia 66

BROWNMILLER, Susan, Op. Cit, página 363. Ibídem, página 387. 68 Ibídem, página 389. 67

Contra nuestra voluntad por Susan Brownmiller (reseña) por Alfredo Gutiérrez 14 de 14 http://jwa.org/ http://www.answers.com/ www.artandpopularculture.com www.elhombretransexual.es www.fmujeresprogresistas.org www.karisable.com www.rae.es

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