REPORTAJE TESIS \"RISAS, SONRISAS Y CARICATURAS EN LAS MANIFESTACIONES GRÁFICAS PALEOLÍTICAS\" HERALDO DE ARAGÓN DE ELENA PÉREZ BERIAIN

Heraldo de Aragón l Domingo 7 de junio de 2015

CULTURA Y OCIO l 67

$./*-$ l La tesis doctoral realizada por un investigador zaragozano, Alberto Lombo Montañés, recopila las representaciones humanas que se conservan en el arte europeo de pinturas y grabados con rasgos anatómicos exagerados y con sonrisas. Son las caricaturas más antiguas que se conocen del hombre primitivo

Haciendo humor en la Edad de Piedra

E

n el arte paleolítico tenemos las primeras evidencias de la existencia de la sonrisa y de la risa de la historia de la humanidad». Un ‘humor gráfico’ con 15.000 años de antigüedad que ha llegado a nuestros días como caricaturas del ser humano primitivo. El historiador zaragozano Alberto Lombo Montañés se planteó, hace cuatro años, demostrar que el humor era algo habitual en el día a día de las sociedades de la prehistoria. «Nunca en la historia de nuestra disciplina ha habido una verdadera interpretación lúdica del arte del Paleolítico. Es más, las hipótesis que se han utilizado suelen ser muy serias y, además, están basadas, casi siempre, en una concepción de lo sagrado que excluye lo lúdico

como explicación», explica. Sin embargo, la tesis que Lombo acaba de presentar, titulada ‘Risas, sonrisas y caricaturas en las manifestaciones gráficas paleolíticas’, defiende que «nuestros antepasados debieron de apañárselas para transmitir, incentivar y hacer perdurar esta facultad anímica tan beneficiosa para la supervivencia del grupo, mediante los medios de expresión orales y gráficos disponibles». Y lo hicieron tallando en piedras, o incluso con rudimentarias pinturas, rostros humanos con rasgos anatómicos exagerados. Las copias de los estudiosos recogen con detalle estas curiosas (y divertidas) facciones. El estudio ha abordado 41 caricaturas y 31 risas y sonrisas en las alrededor de 1.147 representacio-

PALÈS Y TASSIN DE SAINT PÉREUSE BARRIÈRE

Caras enfrentadas. Calco de las cabezas halladas en el yacimiento arqueológico de Rouffignac y hechas con el dedo sobre el soporte blando de la caverna. Las llamaron Adán y Eva.

Numerosos retratos. En el yacimiento francés de la cueva La Marche se localizaron decenas de retratos de hombres y mujeres, junto a otras representaciones humanas y animales.

Pintura en negro. El dibujo pertenece a una cabeza humana, en la que se aprecia una nariz exagerada, que fue pintada en negro junto a otro rostro similar en la cueva francesa de Fontanet.

Cueva de Isturitz. Este detalle de la cabeza sonriente de Isturitz, en el País Vasco francés, pertenece a un ser antropomorfo, quizás femenino, en posición tumbada y que fue grabado sobre un soporte óseo. VIALOU

Abrigo de Bourdois. Entre las imágenes que apoyan la tesis doctoral, una cara sonriente realizada en un panel rupestre junto a cabras y caballos en Rocaux-Sorciers, en Vienne (Francia). IAKOVLEVA Y PINÇON

ROUSSOT

Una divertida bola. Esta cabeza humana sonriente se grabó sobre una bola de esteatita que apareció en el yacimiento arqueológico de Laugerie-Basse. Contiene un rostro frontal y pertenece al periodo del Magdaleniense medio.

OMNES

Grabado. El calco pertenece a un grabado de la cueva magdaleniense de Labastide, en el Pirineo francés. Tal y como se puede observar junto a estas líneas, en aquel momento se dibujó un rostro afilado con grandes ojos.

nes humanas del arte paleolítico europeo que se conocen. En ellas hay algún ejemplo de pinturas rupestres, como las cuevas pirenaicas de Le Portel o Fontanet, en Francia, pero la mayoría son grabados, que son los que se han conservado hasta hoy. Las cabezas enfrentadas del yacimiento arqueológico de Rouffignac «están hechas con el dedo sobre el soporte blando de la caverna, endurecido con el tiempo». Entre las imágenes que apoyan este argumento está la cara sonriente del abrigo de Bourdois, «la más aceptada y famosa». Un fenómeno universal Lombo, doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza y especializado en arte paleolítico, hace un inventario de las primeras caricaturas que se conocen. En su tesis, dirigida por Pilar Utrilla y Manuel Bea, catedrática y doctor en Prehistoria, respectivamente, trata de «buscar una definición más universal del fenómeno de la caricatura que pueda ser utilizada para todas las épocas y grafías humanas sin exclusión de ninguna». Gracias a esta tarea ha llegado a la conclusión de que la elaboración de estos dibujos sigue una pauta: «Los grupos humanos siempre han realizado caricaturas de retratos o cabezas humanas exagerando sus rasgos anatómicos, sobre todo la nariz». «La selección gráfica de la parte superior del cuerpo (cabezas humanas) y una gran nariz son los dos rasgos principales que justifican la similitud de estas grafías con el fenómeno de la caricatura. Es posible que muchas de estas grafías clasificadas como caricaturas tengan un sentido próximo a lo que hoy conocemos como humor», resume el investigador. Para Manuel Bea, este estudio «supone una renovación, por lo atrevido del tema en un mundo académico todavía bastante tradicional». La catedrática Pilar Utrilla afirma que «el estudio pretende demostrar que el hombre paleolítico tenía sentido del humor. Mucha gente no había hecho mucho hincapié en la faceta lúdica y de entretenimiento» de estas figuraciones, más allá de su valor religioso. La idea que centra la investigación es que «el ser humano paleolítico también se pintó y grabó a sí mismo con un claro sentido humorístico». Los datos apuntan a que este tipo de representaciones aparecen en un momento bastante concreto del Paleolítico, y no las hay antes. Asimismo, la mayoría de las figuraciones sonrientes aparecen en yacimientos franceses, mientras que en España tienen rasgos propios de caricaturas animalizadas. El trabajo se ha centrado en el arte paleolítico (rupestre y mueble) de Europa occidental, fundamentalmente de Francia y España, aunque recoge casos de Alemania, Italia y Portugal. En Aragón «no hay ninguna representación humana paleolítica. Aquí solo tenemos una cueva con arte paleolítico, la Fuente del Trucho (Asque-Colungo, Huesca), que estamos estudiando y que, aunque es pequeña, contiene unas figuraciones muy interesantes y antiguas, aunque ninguna figura humana», indica Bea. E. PÉREZ BERIAIN