RELATORÍA DESARROLLO LOCAL ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

RELATORÍA DESARROLLO LOCAL ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? SERGIO BOISIER

LAURA CRISTINA GIRALDO PÈREZ

FUNDAMENTOS DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL

PROFESORA: CAROLINA LEDESMA

ESCUELA DE NUTRICIÓN Y DIETÉTICA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA MEDELLÍN 2015

DESARROLLO LOCAL ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO? SERGIO BOISIER

El concepto de desarrollo ha trascendido a lo largo de los años, esta ilustración y recorrido histórico es abordado en el documento donde se evidencia que inicialmente se atribuyó este concepto al crecimiento económico, considerando que parte de una inversión inicial quien a largo plazo da como resultado una expansión de la productividad. Considerando que el ser humano no es inherente a este desarrollo y es parte fundamental del mismo, se da un gran cambio en el concepto y se considera que el verdadero desarrollo se refleja en la calidad de vida. Es por esto que se empieza a hablar más de desarrollo humano y busca impulsar acciones que mejoren las condiciones ambientales y culturales que inciden en este estado de bienestar, donde la mayor importancia es atribuida a la satisfacción de las necesidades básicas y la participación de los individuos, teniendo en cuanta que para tener éxito en cualquier intervención se debe dar valor a la comunidad y hacerla participe de su propio proceso. Esta nueva concepción tiene un papel fundamental cuando se habla de cualquier tipo de avance o progreso, como es evidente, actualmente todas las cosas que se crean, todos los avances y adaptaciones tienen un fin único que es facilitar y mejorar las condiciones de vida de las personas; según sus necesidades se diseñan y ejecutan nuevos planes, proyectos, conceptos y sin duda alguna solo existe un verdadero progreso cuando de por medio se tiene el ser humano haciéndose participe y siendo beneficiario del mismo. En la medida que una población tiene mejores oportunidades, beneficios y condiciones de vida; sus habitantes van a tener mejores cualidades, aptitudes y oportunidades de ser individuos más productivos y exitosos que generen aportes en lugar de entorpecer cualquier proceso. Teniendo en cuenta que este concepto es bastante amplio y complejo, se decide abordar los diferentes usos o significaciones según el contexto. Se atribuye al desarrollo territorial toda la escala geográfica de un proceso, desde los lugares que no han tenido ningún tipo de intervención humana, hasta los que poseen las estructuras de administración más complejas y organizadas. Avanzando en esta escala de desarrollo, encontramos que el regional combina la dimensión espacial, social e individual mediante un proceso de cambio estructural localizado en el ámbito territorial llamado “región”; es aquí donde se fortalece la sociedad civil promoviendo la pertenencia y progreso de cada individuo. El desarrollo local es considerado un proceso que mejora el nivel de vida desde el crecimiento económico y cambios estructurales, en ocasiones se torna algo confuso debido a las consideraciones dadas como regulador horizontal y respuesta a la crisis macroeconómica; sin embargo se debe tener en cuenta que es un proceso endógeno presente en pequeños territorios integrado por grupos humanos o instituciones capaces

de mejorar la calidad de vida mediante un dinamismo económico que busca resolver problemas de desempleo y desorganización producto del fracaso en las estrategias aplicadas por organismos públicos nacionales. La capacidad de producción interna en cada territorio es definida como desarrollo endógeno donde es esencial la habilidad para innovar a nivel local, se consideran elementos claves en el éxito de dichos procesos el talento empresarial, un sistema productivo flexible y un agente catalizador que movilice el potencial autóctono. Se deben identificar los mecanismos y factores que favorecen los procesos de crecimiento y cambio estructural donde se deben tener en cuenta aspectos políticos, económico, científico y cultural articulando actores locales y capitales intangibles enmarcados en un proyecto político de desarrollo para un territorio especifico. Cuando la comunidad es configurada de manera que sea capaz de construir su futuro alimentándose de su propio regionalismo se considera un desarrollo descentralizado que responde al modelo neoliberal. Existen tres dimensiones fundamentales donde se distribuye el poder y las funciones administrativas de los recursos: la funcional, la territorial y la política; estos implican elecciones democráticas y tienen gran relación con el desarrollo endógeno ya que se realimentan en función de los poderes transferidos permitiendo una apropiación de los procesos de crecimiento. El último tipo de desarrollo mencionado es el modelo abajo-arriba que consiste en reconocer el escaso éxito que han tenido las estrategias ejecutadas, de forma ambiciosa buscan intervenir problemáticas en base a modelos aplicados en otros países donde las condiciones económicas y culturales en general son absolutamente opuestas, esta razón es la principal causa por la cual no se logró adecuar para lograr los resultados esperados. Si bien es cierto que el uso de este concepto es amplio y complejo, es evidente que todas sus facetas se interconectan en algún punto, todos tienen relación con todos y a la hora de intervenir cualquier tipo de población buscando mejorar sus condiciones de vida se deben tener en cuenta todos ellos. El desarrollo territorial permite ubicarnos en la disponibilidad de un espacio y sus condiciones básicas; aspecto fundamental para planear y ambicionar planes y proyectos pertinentes según las posibilidades específicas de una comunidad; el desarrollo local, desde las modificaciones estructurales busca mejorar las condiciones de vida enfocándose en crear estrategias que minimicen la magnitud de las problemáticas presentes volviendo a las personas parte fundamental de la solución; el desarrollo endógeno se articula con estos dos conceptos anteriores reconociendo la capacidad que tiene para innovar y crear impactos que construyan su propio futuro aprovechando lo propio, lo que tienen a la mano y mediante administraciones que contribuyan a mejorar las oportunidades y condiciones de vida; todo esto anterior se conoce como desarrollo descentralizado y mediante el modelo abajo-arriba se toman como referente las cosas que no se deben hacer, dándole mayor importancia a la contextualización, allí se identifican las posibilidades y se trabaja con lo real.

Dentro de la lógica de la dinámica territorial del desarrollo, se dice que los procesos de producción lograron expandirse a las áreas menos industrializadas dada la descentralización productiva y los procesos de industrialización local en ciudades medias y áreas no metropolitanas. Se reconoce el desarrollo como un proceso de base material con naturaleza intangible por lo cual sus factores determinantes o causales deben ser de igual dimensión. Los capitales intangibles deben ser articulados, potenciados y direccionados a espacios sociales y territoriales pequeños donde interactúen cara a cara con los individuos pertenecientes a dicha población. Si bien es cierto que en el desarrollo existen niveles y escalas, solo es posible evidenciar el progreso y desarrollo de lo macro cuando es producto de un conjunto de posibilidades y trascendencias de lo micro. Un conjunto de “grandes” pequeñas cosas, enmarcadas en la calidad y legitimidad son capaces de formar una sólida y compacta magnificencia, del modo contrario es imposible.