Relatoría del dialogo: Hipias-Menor de Plantón

September 21, 2017 | Autor: Ernst Veljanov | Categoría: Filosofía, Platón
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Descripción

Hipias Menor
1. Introducción.
El Hipias Menor es un dialogo de Platón que se encuentra ubicado en la primera etapa de la producción del filósofo (diálogos de juventud). Aunque también, se suele pensar que éste podría ser uno de los primero diálogos pertenecientes al periodo denominado "de transición". Este dialogo se desarrollara a partir de la discusión en saber quién ha hecho mejor Homero, a Aquiles o a Odiseo; donde se hará posterior evidencia de la incapacidad racional del sofista Hipias para seguir la discusión, lo que conducirá al dialogo a un final aporético y absurdo.
En este dialogo, existen tres interlocutores: Hipias; Sofista de gran fama, Sócrates y Éudico; que es discípulo ateniense de Hipias. Sin embargo, en la discusión sólo tendrán participación Hipias y Sócrates, mientras que el tercero sólo hará papel de mediador.

2. ¿Cuál de los dos héroes homéricos es mejor, Aquiles u Odiseo?- Primera respuesta de Hipias (363a- 365b).
El dialogo inicia, sin fijar en qué lugar concreto se produce y sin ninguna orientación de tipo temporal, tras una exposición que da Hipias; hablando acerca de Homero, Sócrates es invitado por Éudico a hacerle preguntas al expositor. Sócrates desea saber algo en cuestión, y esto es: ¿cuál de los dos héroes homéricos es mejor, Aquiles u Odiseo? A lo que Hipias no le presenta ninguna objeción, y con vanidad excesiva, relata como en sus viajes a la celebración de las Olimpiadas, éste siempre responde a cualquier pregunta y Sócrates no sería la excepción "Hip- Es natural, Sócrates, que tenga esta confianza. En efecto, desde que he empezado a concurrir a Olimpia, nunca he encontrado a nadie superior a mí en nada." (Platón, 1999,364a).
Seguido de lo anterior, Hipias contesta la pregunta de Sócrates diciendo: que Homero hizo a Aquiles el más valiente de los que fueron a Troya, a Néstor el más sabio, y a Odiseo el más astuto. A lo que Sócrates le responde, en una manera aparentemente irónica, que por favor no se burle de él si persiste haciendo preguntas, ya que posiblemente se le dificulte entender lo que dice. Seguido de esto, Sócrates le pregunta Si ¿No ha hecho Homero a Aquiles astuto? (cfr Platón, 1999, 364e) a lo que Hipias contesta que no; que Aquiles es veraz y simple, y Odiseo es astuto y mentiroso.
3. El experto como el mejor mentiroso (365c-368e).
Siguiendo con el desarrollo del dialogo, Sócrates comienza a cuestionar a Hipias, para así establecer cuál es la condición para ser un individuo astuto- mentiroso. Primero se establece que el mentiroso es: capaz, inteligente, conocedor y hábil para aquello para lo que son mentirosos; de lo que se concluye que los mentirosos son personas capaces y hábiles mintiendo (cfr Platón, 1999, 366a). En segundo lugar, se concluye que "un hombre sin capacidad para mentir e ignorante no podría ser mentiroso" (Platón,1999, 366e).
Hipias no muestra desacuerdo con la definición anterior que propone Sócrates, lo que le permite a éste continuar con su cuestionamiento. Sócrates propone que el mejor mentiroso es el más experto en aquél tema en el que pretende engañar; para demostrar esto, Sócrates cuestiona a Hipias respecto a cualidades en que el sofista alardea ser el más experto, tales como: cálculo, geometría y astronomía "Soc- Luego también en astronomía, si alguien es mentiroso, el buen astrónomo lo será más; él es capaz de mentir; no el incapaz, pues es ignorante." (Platón,1999,368c). Puesto que el más experto resulta ser el más capaz de mentir respecto a ese tema en particular en el que es experto, ya que no es incapaz, pues éste no es ignorante al tema. Lo anterior resulta ser un poco absurdo, ya que si aceptamos lo propuesto por Sócrates, resulta contradictorio pensar que el individuo experto, es capaz de mentir y ser veraz al mismo tiempo.
4. La actitud del Sofista (369a- 370a).
Después del razonamiento anterior, Hipias se muestra algo perdido dentro del dialogo. Para volver a encaminar el dialogo, Sócrates hace uso de la definición establecida de: mentiroso, enfocándolo a lo ya hablando sobre los dos héroes homéricos, mencionados al inicio del dialogo:
Sóc- ¿Te das cuenta de que ahora han resultado ser la misma persona el mentiroso y el veraz, de manera que si Odiseo era mentiroso, venía a ser también veraz; que si Aquiles era veraz, también era mentiroso, y que no son diferentes ni contrarios estos hombres, sino semejantes? (cfr Platón,1999,169b).
Al escuchar la pregunta de Sócrates, el sofista muestra disgusto con esté, a lo que le contesta: "Hip- Sócrates tú siempre trenzas razonamientos de este tipo; tomas separadamente lo más capcioso de la argumentación, te aferras a ello, tratas el asunto en pedazos y no discutes en su totalidad el tema del razonamiento." (Platón,1999,169c). Hipias con actitud obstinada, insiste en que Homero ha hecho a Aquiles mejor que Odiseo e incapaz de mentir; y que en cambio, a Odiseo lo ha hecho muy mentiroso, falso e inferior a Aquiles. Después de estas palabras, Sócrates contesta de manera humilde, que él no está poniendo en juicio quién es más sabio, dice que él tiene la costumbre de siempre prestar atención a los que para él son sabios, que es su deseo comprender lo que dice, con el fin de aprender. (cfr Platón,1999, 170a). Lo anterior a mi parecer, es una acto bastante adulador por parte de Sócrates; exaltar con aparentes cualidades que posee su rival, con el ánimo de hacerle sentir "confianza", y posterior conclusión del dialogo; hacerle dar cuenta de que en verdad no posee dichas cualidades. Lo cual resulta ser algo bastante irónico, sin embargo, no es novedad esta condición en Sócrates.
5. La actitud socrática (370b-373c).
Continúa la discusión, y Sócrates valiéndose de ciertos ejemplos de la novela de Homero, establece que tanto Aquiles como Odiseo; mienten. De esto Hipias le contesta que, cuando Aquiles miente, lo hace involuntariamente y por pura obligación; en cambio, cuando Odiseo no dice la verdad, lo hace a voluntad y con intención (cfr Platón,1999,170e). Posteriormente, Sócrates concluye que entonces es mejor Odiseo que Aquiles, puesto que son mejores los que mienten voluntariamente que los que lo hace sin querer. Al oír esto, Hipias se enoja, y de forma agresiva, dice no estar de acuerdo (cfr Platón,1999,172a).
Al ver la actitud del sofista, Sócrates recurre a una explicación de su conducta. En donde manifiesta que cuando esta con los "sabios", éste es infatigable con sus preguntas; que esta es quizás su única cualidad buena. Una prueba de esto, es que cuando se encuentra con alguno de los considerados sabios por todos los griegos (como es el caso del sofista Hipias) se hace visible que no sabe nada. De igual forma, declara que tiene una compensación que lo salva: "no me da vergüenza aprender, sino que me informo, pregunto y quedo muy agradecido al que me responde (…) alabo como sabio al que me ha enseñado, dando a conocer lo que aprendí de él" (Platón,1999,172d). He aquí una clara justificación, para su tan conocida frase "sólo sé que nada sé".
Seguido de esta explicación, Sócrates le pide a Hipias continuar con el dialogo, ya que: "Sóc- Así pues, hazme esta gracia y no rehúses curar mi alma, pues me harás un bien mucho mayor librándome el arma de la ignorancia que el cuerpo de una enfermedad" (Platón, 1999,173a); también pide intervención de Éudico, para que convenza a Hipias, a lo cual éste accede al ser una petición de su discípulo.

6. Cometer actos injustos a voluntad (370b-376c).
En el dialogo se prosigue a examinar si son mejores los que comenten faltas intencionadamente, que los que lo hacen involuntariamente. Para demostrar esto, Sócrates toma como ejemplo algunas situaciones tales como: la carrera, la medicina, el arte y la arquería: "Sóc-¿Luego en la carrera el que ejecuta cosas mal hechas involuntariamente es peor que el que las ejecuta voluntariamente?"(Platón,1999,174a).
Para concluir, se establece que los que obran mal voluntariamente son mejores que los que obran mal contra su voluntad (cfr Platón, 374d), puesto que se dice: que si se ejecuta un acto feo o engañoso voluntariamente, éste resulta ser mejor visto, ya que en contraste con el que lo hace involuntariamente; por su propia ignorancia que no le permite hacerlo de otra forma, el que lo hace sin intención resulta ser peor.
Hipias no está de acuerdo con la conclusión a que se llega, a lo que Sócrates conduce la discusión a un ámbito un poco más ético, en donde se va a relacionar todo lo anterior por la búsqueda del hombre bueno. Se establece que la justicia es una fuerza del alma, y si esta fuera una ciencia (episteme), es más justa el alma más sabia, y es menos justa el alma menos sabia (cfr Platón,176a). Posteriormente se dice que: "que el alma más fuerte, cuando comete injusticia, lo hace voluntariamente y la mala, involuntariamente" y que en relación con el hombre bueno, "éste es bueno si tiene un alma buena, y es malo el que la tiene mala". Por consiguiente se concluye que:
Es propio del hombre bueno cometer injusticia voluntariamente y del malo, hacerlo involuntariamente, si, en efecto, el hombre bueno tiene un alma buena (…) Luego el que comete errores voluntariamente y hace cosas malas e injustas, Hipias, si este hombre existe, no puede ser otro que el hombre bueno. (Patón, 1999, 176b).
7. ¿Es en verdad el hombre bueno aquél que comete injusticias a voluntad?
Se podría reflexionar un poco y hacer una crítica acerca de lo anterior, en relativo a lo que nos habla Werner Jaeger acerca del areté griego; puesto que ser experto en algo puede representar una excelencia o virtud de cuerpo (aretai) (cfr, 2001, pág 56), pero al ejecutar ésta con relación al engaño y de forma injusta nos aleja completamente de la virtud, de este arete.
Pongo un ejemplo: En la medicina; existen dos médicos: El primero, uno poco conocedor de la ciencia; que por su ignorancia diagnostica mal a un paciente, y éste a razón de eso muere. El segundo, un médico excelente, que tiene la intención de matar a un paciente, y aquél médico al ser un gran conocedor de la medicina, diagnostica al paciente, y éste efectivamente muere. Si aceptamos la conclusión con la que termina el dialogo, se tendría que establecer que el segundo médico, que cometió una injusticia a voluntad y no por ignorancia, es efectivamente un ser humano virtuoso y bueno; lo cual resultaría bastante absurdo.
Referencias:
Platón (1999). Diálogos. Madid: Gredos.
Jeager. W (2001) Paideia: Los ideales de la cultura griega. Mexico. Fondo de cultura económica.







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