Relato de un Náufrago

Un amigo querido me pide que escriba unas líneas sobre Gabriel García Márquez, sus libros y, de entre ellos, el que más me ha gustado y los motivos por los que me atrajo. En primer lugar debo confesar que he leído poco a García Márquez. Tres o cuatro libros, a lo sumo. Desde luego que Cien años de soledad me parece un libro notable, pero nunca lo citaría como uno de los libros que más me han seducido. De seguro, Crónica de una muerte anunciada fue también un libro que me entretuvo en un viaje a la playa, pero poco más. En cambio diría que Relato de un náufrago fue un libro que me cimbró en el momento en el que lo leí y que sigue resonando en mí desde entonces. Tendría once o doce años, cuando mis padres me dejaron unos días en casa de mis tíos, en una de vacaciones de verano tan monótonas que parecían infinitas. Aburrido como ostra, después de haber agotado todos los juegos posibles con mi primo y de haberme pasmado por horas frente al televisor, me asomé al librero de la casa y encontré ese librito dorado que anunciaba en su portada una historia aterradora. Lo devoré con obsesión y, sin exagerar, lo terminé en horas. Recuerdo vívidamente el horror que me produjo el trance de aquel hombre solo, aferrándose a la vida en condiciones descomunalmente angustiosas. La falta de agua, la soledad, la incomunicación, las llagas sobre las llagas en un cuerpo lacerado, todo ello me produjo un espanto que difícilmente olvidaré mientras viva. Debe ser que avivó mis temores más recónditos, la posibilidad de que algo semejante pudiera llegar a ocurrirme, lo cierto es que al leerlo viví en carne propia las peripecias y crecientes desventuras de Luis Alejandro Velasco y mantuve hasta el final la esperanza de que pudiera salir indemne de tanto horror. Muchas décadas después de ese tedio estival vi Gravity de Alfonso Cuarón y los mismos miedos volvieron a materializarse. La idea, aterradora, de hallarme solo, en medio de un inmenso vacío, de la nada misma, aferrándome con desesperación a la posibilidad de la supervivencia y del reencuentro con los otros es una sensación que sigue provocándome, todavía, un horror supremo. Tal vez si intentará volverlo a leer me decepcionaría, o quizás no. Hay cosas que más vale recordar antes que revisitar, al menos para mí.