Relaciones genéticas del mapuzungun. Aportes para su ubicación dentro del stock Equatorial

June 30, 2017 | Autor: A. Díaz-Fernández A | Categoría: Comparative Linguistics, Mapuche language studies, Equatorial Phylum, Vernacular Languages of the Americas
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Descripción

Relaciones genéticas del mapuzungun. Aportes para su ubicación dentro del stock Equatorial Antonio E. Díaz-Fernández A. Universidad Nacional de Río Negro

Resumen En este trabajo, en primer lugar, se revisan las diferentes hipótesis de parentesco de la lengua mapuche. Se consideran las propuestas de Stark (1970), Hamp (1971), Loos (1973), Key (1978a, 1978b) y Campbell (1993), y se las discute poniendo en evidencia sus fallas, que conducen a invalidarlas. En segundo lugar, se considera el artículo de Payne (1984) y la hipótesis de Croese Mijesen (1999), que proponen una filiación genética del mapuzungun con las lenguas de la familia macro Arawak, miembro del stock Equatorial, de acuerdo a la clasificación de Greenberg (1979). Luego se presenta la clasificación de las lenguas Arawak (Fam. Taíno, Fam. Maipure, Fam. Chamicuro, Fam. Morike, Fam. Amuesha, Fam. Apolista y Fam. Uru-Puquina). Se retoma esta última hipótesis, se incrementa el número de cognados entre la lengua mapuche y las lenguas Arawak. Asimismo, se enumeran algunos rasgos de estos idiomas intentando compararlos con el mapuzungun, y se explora en el nivel fonológico comparando los sistemas de las lenguas y sus patrones silábicos (C, CV, VC, CVC). Se hace una comparación no solo basada en el léxico, sino teniendo en cuenta la morfología nominal, verbal (afijos que marcan sistema inverso, cambio de valencia. etc.), procesos morfológicos (reduplicación, composición) y sintaxis. Finalmente, se intenta establecer en qué nivel de relación (familia, rama o grupo) se colocaría a la lengua mapuche dentro del stock. Palabras clave: mapuzungun, lengua mapuche, familia Arawak, cognados, relación genética Abstract In the first place, this paper considers the different hypothesis that tried to establish the genetic relationship for the Mapuche language. Previous hypotheses are analyzed and discussed, such as the works of Stark (1970), Hamp (1971), Loos (1973), Key (1978a, 1978b) and Campbell (1993), in order to find out their shortcomings to show their unacceptability as a truth. In the second place, Payne’s (1984) and Croese Mijesen’s (1999) hypotheses that intend to establish a genetic relationship for Mapuzungun with the Arawak macro-family, member of the Equatorial stock, according to Greenberg’s clasification de (1987). Then, Arawak language classification is presented (Families: Taíno, Maipure, Chamicuro, Morike,

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Amuesha, Apolista and Uru-Puquina). This last hypothesis is reconsidered and the number of cognates between Mapuzungun and the Arawak languages is increased. Some linguistic features of the languages of the Arawak family are considered in order to establish a comparison with those of Mapuzungun. In this sense, the phonological level and syllabic patterns (C, CV, VC, CVC) of both Mapuzungun and Arawak phonological systems are compared. Not only lexical items are considered, but nominal and verbal morphology (affixes that mark inverse system, valence change, etc.), morphological procceses (reduplication, composition) and syntax as well. inally, the level of relationship (family, branch or group) into which Mapuzungun should be posed within the Arawak stock is sought. Key words: Mapuzungun, Mapuche language, Arawak family, cognates, genetic relationship

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1. Introducción Este trabajo pretende hacer aportes hacia una identificación de la filiación genética del mapuzungun. Se reconsideran las hipótesis de Payne (1984) y Croese Mijesen (1999), que proponían establecer una filiación genética de la lengua mapuche con la familia macro Arawak, miembro del stock Equatorial, de acuerdo a la clasificación de Greenberg (1979). Asimismo, se consideran brevemente otras hipótesis de posible filiación del mapuzungun propuestas por otros autores y se demuestra su inverosimilitud. Finalmente, se retoma la hipótesis de Croese Mijesen y se intenta determinar el lugar que ocuparía la lengua mapuche en relación con esta familia lingüística. Todo el material lingüístico está transcripto con el alfabeto fonético internacional (IPA); de este modo, se han homogeneizado las transcripciones de los diferentes autores.

2. La lengua mapuche El mapuzungun es una lengua aglutinante polisintética hablada por el pueblo mapuche a ambos lados de la cordillera andina, aunque no se conoce el número de hablantes debido a la falta de censos; especialmente en la Argentina, actualmente experimenta retracción en muchas comunidades. Según el censo de 1992, la población mapuche de Chile era de 1.200.000 individuos, y se supone que los vernáculo-hablantes rondan alrededor del 50% de esa cifra, mientras que del lado oriental solo se citan números estimativos. El único censo realizado en Argentina, entre 19661967 (CIN 1968), fue parcial y en algunos casos no brinda información sobre los mapuche-hablantes. Actualmente, debido a la retracción que experimenta el mapuzungun en provincias como Chubut, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires, el número de hablantes debe ser inferior al de 1968. En 2004-2005 el INDEC realizó la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) con el objetivo de cuantificar y caracterizar la 43

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población que se reconoce como perteneciente y/o descendiente de pueblos originarios. En este caso se contabilizan 113.680 mapuches, de los que el 17,3% sería vernáculo-hablante. El autoglosónimo que los vernáculo-hablantes utilizan son mapuzungun ‘lengua de la tierra’, mapuchezungun ‘lengua de la gente de tierra’ o chezungun ‘lengua de la gente’, según las diferentes zonas donde se habla este idioma que se extiende por ambos lados de la cordillera andina (DíazFernández, 2006b; Loncón Antileo, 2000: 30).

3. Primeras hipótesis de parentesco del mapuzungun Tradicionalmente se consideraba al mapuzungun como una lengua sin parentesco con el resto de las lenguas americanas (cfr. Castellví y Espinoza, 1958; Ibarra Grasso, 1957; Loukotka, 1968; Müller, 1876-1888; Rivet y Loukotka, 1952; etc.). En la década de 1960 se propone una clasificación tipológica regional, asignando una serie de características gramaticales y fonológicas comunes a varias lenguas que comparten una misma región (cfr. Tovar, 1961b). Este autor incluye al mapuzungun con las familias quechua, aymara, huarpe, lule-tonocoté, chon y yámana en su “grupo andino”. A partir de los estudios lingüísticos comienzan las propuestas de relaciones genéticas para esta lengua. En los párrafos siguientes se discuten y analizan brevemente las diferentes hipótesis que proponen encontrar un parentesco para el mapuzungun, para así determinar su validez o las fallas que conducen a invalidarlas. 3.1 Hipótesis de Stark Louise Stark (1970) propone una relación genética entre la lengua mapuche y la familia Mayance, que incluye unos treinta idiomas (Kaufman 1974: 34-35, 85), y postula diversas correspondencias entre el proto maya y la lengua mapuche, a saber:

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a) Fonológicas (Stark, 1970: 58-63): dice haber encontrado veintinueve casos de correspondencias consonánticas y dieciséis vocálicas, en los que a veces ocurre un fonema homorgánico, por ejemplo *ko ‘stomach’ (proto maya) y kïte ‘intestinos’ (mapuzungun). b) Léxicas: presenta ochenta y cinco pares de cognados (Stark, 1970: 63-66), entre los que aparecen numerosas incoherencias y errores de interpretación de datos. Por ejemplo, postula que tika ‘escribir’, un quechuismo y pel-el- al que glosa como ‘to go see’ (en realidad, ‘mostrar’) sean cognados con *ihb ‘escribir’ y *behj ‘caminar’ del proto maya, respectivamente. Asimismo, aparecen correspondencias fortuitas como las que se pueden encontrar entre el mapuzungun y el wichi lhamtes, el zoque o el otomí, etc., y que obviamente no son probatorias. c) Morfosintácticas (Stark, 1970: 66-67): se basa en la lengua quiché para hacer la comparación —que resulta muy débil— con el idioma mapuche. Así, dice que ambas partes tienen tres clases sintácticas “noun, verb and particle”, una afirmación muy vaga. 3.2. Hipótesis de Hamp Posteriormente, Hamp (1971) retoma la hipótesis de Stark, que considera verosímil, e incluye al Uru-Chipaya del altipano boliviano en la relación maya-mapuzungun, que ya Stark (1970: 67) lo había sugerido e incluso proponiendo al yunga. El trabajo de Hamp considera aspectos fonológicos, propone correspondencias e intenta establecer un posible sistema consonántico de una protolengua “Maya-Araucanian”, pero advierte que: At this point of analysis Araucanian seems to share more with Mayan […] than with Uru-Chipayan; but such a resemblance is uncertain, at this stage, and certainly not vey deep. (Hamp, 1971: 158)

Al referirse al sistema vocálico comenta:

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In all of this up to now we see that Mayan is the conservative member, and Araucanian the notable innovator. Since Uru-Chipaya is rather conservative on some counts this may suggest that Araucanian is really closer to Mayan than to U.-Ch. (Hamp, 1971: 156)

En resumen, Hamp (1971) cree ver más semejanzas entre la lengua mapuche y la familia Maya que entre la primera y el grupo Uru-Chipaya. El siguiente esquema muestra la posición que ocuparía el mapuzungun dentro de esta hipótesis, a saber: Maya Proto Maya-Chipaya Uru-Chipaya Proto Mayance

Proto Araucano

Araucano

Dos décadas después, Lyle Campbell (1993) analiza esta hipótesis y confirma la relación entre las familias Mayance y Chipaya, pero excluye al mapuzungun de este grupo, hecho que confirmaría que esta lengua vernácula sudamericana no se relaciona con esas familias lingüísticas. 3.3. Hipótesis de Loos Loos (1973), intentando establecer la reconstrucción del proto pano, afirma que: En el mapuche notamos otras semejanzas: las formas de los pronombres de primera y segunda persona se parecen a las formas correspondientes de los idiomas panos, pero tienen una distribución diferente […]. (Loos, 1973: 266)

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Cita como ejemplo las terminaciones verbales de 2ª persona en los tres números en mapuzungun, a los que compara con sus correspondientes en capanahua, a saber: mapuzungun -mi ‘2ª pers. sg.’ -mu ‘2ª pers. dl.’ -mïn ‘2ª pers. pl.’

capanahua min ‘tú’ (sg.) man ‘uds’ (pl.)

Cuadro 1.

No obstante, este autor aclara que esas semejanzas son especulativas y que las posibilidades podrían ser “resultado de un capricho, de contacto social, o de herencia común” (Loos, 1973: 266). El parecido fortuito, en este caso, se da con otras lenguas, por ejemplo mi-s ‘tú’ en zoque (Kaufman, 1974: 113) o ma: ‘tú’, m- 2ª persona en tehuelche (Fernández Garay, 1998: 199-200). Al igual que la hipótesis de Key (véase §3.5.) que pretende establecer la filiación del mapuzungun con las lenguas pano, se puede observar que no constituyen pruebas sustentables para una hipótesis. 3.4. Inclusión del mapuzungun en la familia penutiana Dixon y Kroeber (1913) encontraron relación entre cinco familias lingüísticas de California (Costaño, Maidu, Miwok, Wimtu y Yokuts) basándose en características tipológicas, y constituyeron un grupo al que denominaron Core Penutian o Californian Penutian. Posteriormente, otros estudiosos, como Sapir (1929), Whorf (1935), Swadesh (1954), McQuown (1955) y Newman (1964), entre otros, incluyeron más lenguas y familias dentro de este grupo. Whorf (1935) lo denominó filum macro-Penutiano y estableció sus miembros. Voegelin y Voegelin (1967) plantean una macrofamilia Penutian en la que incluyen once familias y ocho lenguas. Posteriormente, estos autores, aludiendo a los trabajos de Stark (1970) y Hamp (1971), comentan:

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It is the more recent contributors to the hypothesis who have found evidence for and argued for, the PENUTIAN connection of languages spoken in western South America. (Voegelin y Voegelin, 1977: 287-288)

De este modo, el mapuzungun queda incluido dentro de este fílum como una lengua separada, bajo el nombre de Araucanian. A continuación se reproduce la lista de miembros del filum Penutiano según estos autores, a saber: 1. Araucanian 2. Cayuse 3. CHINOOK 4. CHIPAYAN 5. Coos 6. Huave 7. KALAPUYA 8. Klamath 9. MAIDU 10. MAYAN 11. MIWOK-COSTANO 12. Mólale 13. SHAHAPTIN-NEZ PERCÉ 14. Takelma 15. TOTONACO 16. Tsimshian 17. WINTUN 18. YAKONAN 19. YOKUTS 20. Zuni Al presentar la lista de lenguas de Chile, Grimes (1978: 48) comenta

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que el mapuzungun es “possible Penutian”, pero en ediciones posteriores de la misma obra (Grimes, 1996) ya no vuelve a tratar la filiación genética del mapuzungun. 3.5. Hipótesis de Key Key afirma que, a partir de sus comparaciones pano-tacanas1 (Key 1978a: 45-46), comenzó a percibir semejanzas entre el mapuzungun y lenguas de estas familias, en la que incluyó otras lenguas. En un trabajo posterior (Key, 1978b), explicita que la lista de cognados propuesta “provides a start towards the reconstruction of a large group of languages which include Tacanan, Panoan, Mosetene, Chon and Fueguian” (Key, 1978b: 285). Esta nueva hipótesis de filiación genética del mapuzungun lo relaciona con familias lingüísticas del cono sur, especialmente del área amazónica, las cuales serían descendientes de una protolengua mapuche-tacano-pano-chon, que habría originado cuatro ramas principales: mapuche, yuracare, proto alakaluf-chon y una cuarta, de la que surgiría el mosetén y el proto tacano-pano, que, a su vez, originó proto pano y proto tacano. Por otro lado, esta autora señala que las ramas del diagrama árbol (que a continuación se reproduce) no tienen correlato diacrónico (Key, 1978a: 45; 1978b: 285). Proto Mapuche-Tacano-Pano-Chon Mapuche

Yuracare

Mosetén

Proto Alakaluf-Chon

Proto Tacano-Pano 1 Key, M. R. 1968. Comparative Tacanan phonology: with Cavineña phonology and notes on Pano-Tacanan relationship. The Hague: Mouton.

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a) La familia Pano, que se extiende por la Amazonía peruana, boliviana y brasileña, incluye unas cuarenta lenguas, entre ellas: arahuaca, capanahua, cashinahua, cashibo, chácobo, culino, marubo, pacahuara, pánobo, remo, shipibo, tushinawa, yaminahua, etc. (Tovar, 1961a: 61-67). b) La familia Tacana, que cubre un área compacta en el ángulo noroeste de Bolivia entre los ríos Madre de Dios y Beni, en los departamentos de Pando y Beni, incluye las lenguas araona, arasa, cavineña, ese’ejja o chama, guarizo, huarayo o tianinangua, mabenaro, reyesano o maropa y sapiboca (Tovar, 1961a: 71). c) Mosetén, lengua hablada hacia la margen derecha del río Beni, departamento Beni, Bolivia (Tovar, 1961a: 74). d) Yuracare, lengua hablada en pequeñas áreas al sur del territorio mosetén, en los departamentos Beni y Cochabamba (Tovar, 1961a: 75-76). e) La familia Chon, cuyas lenguas se hablaron hasta las primeras décadas del siglo XX en la región patagónica, incluye: aoneko ayen o tehuelche, tewshen, manek’enk o haush y shelk’nam u ona (Fernández Garay, 1992: 8-10; Viegas Barros, 1992: 40). f) La familia qawashkar o alakaluf, de los archipiélagos australes de Chile. Según Viegas Barros (2005: 37-44) está conformada por tres lenguas: alakaluf austral, alakaluf central y alakaluf meridional. Posteriormente, Key considera correspondencias fonológicas (1978b: 283-286) y léxicas (1978b: 287-203), pero sus cognados no muestran mayor relación, ya que no presentan mínimamente la estructura CV(C). La coincidencia de una consonante no es difícil de encontrar entre lenguas no relacionadas genéticamente. Para Key, tan solo una consonante en común en un par de cognados es suficiente para postular la relación genética. Tratar de relacionar genéticamente el mapuzungun con las familias Pano y Tacana y el resto basándose en la ocurrencia de un solo fonema en común entre cognados, que no ocurre en forma sistemática, hace que esta hipótesis sea muy poco sustentable. 50

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3.4.1. Análisis de la hipótesis de Key En los párrafos siguientes se analizan algunas ejemplos de correspondencias fonológicas propuestos por Key (1978b), a los efectos de ver el grado de verosimilitud de la misma. Asimismo, se provee de ejemplos en casos donde esta autora no cita un supuesto cognado y se indica la fuente en nota al pie, a saber: a) Key (1978b) observa que la oclusiva velar sorda /n/ del mapuzungun tiene correspondencia en las lenguas Pano y Tacana, ejemplos:

Mapuzungun Proto Tacano Tacana Cavineña Reyesano Mosetén Proto Pano Chama Cashibo

llegar akun kwina kwinana5 kaiti jeka-

sentarse anïn *ani aniute3 anibute6 bei9 -

fuerte newen kasada7 eponeti fer  a i

paja pino2 *notsa eatsi4 jati8 tai tana píi

Cuadro 2.

Si bien la nasal alveolar /n/ está en la raíz de estos lexemas en las lenguas de las familias Pano, Tacana y Mosetén, no sucede lo mismo en mapuzungun, ya que -n es la marca de la 1a p. sg. (modo real) y de infinitivo. Por otro lado, la presencia de la nasal no es sistemática en las otras lenguas. 2 Tomado por Key (1978b: 292) de Schuller (1907). 3 Armentía (1902: 46). 4 ‘pajonal’ (Armentía 1902: 99). 5 Armentía (1904: 42). 6 Armentía (1904: 34). 7 Armentía (1904: 40). 8 Armentía (1904: 110). 9 Armentía (1903: 67)..

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Contrariamente, hay numerosos casos en donde la nasal alveolar /n/ ocurre en las lenguas Tacana y Pano, pero no en mapuzungun. A modo de ejemplo se presentan algunos lexemas en tres de estas lenguas: tacana (Armentía, 1902), cavineña (Armentía, 1904) y shipibo (Von den Steinen, 1904), a saber:

‘apurar’ ‘bañar’ ‘embriagarse’ ‘enojarse’ ‘mojar’

Cavineña venana nabiti naxi kanaiti nakataha

Tacana tipei nabitsetsexi duinini naja11

Shipibo histo10

Mapuzungun matukelïn

nai sinate

mïetun oin akïn fotolïn

wioiki

Cuadro 3.

b) Key (1978b) observa que la oclusiva bilabial sorda /p/ del mapuzungun tiene correspondencia en las familias Pano y Tacana y las lenguas mosetén, qawasqar y selk’nam. Ejemplos:

Mapuche ProtoTacana Cavineña Chama Huarayo Reyesano

chicha pulku -

tierra mapu -

topari epoi -

meti12 waapa15 -

10 ‘a prisa’ (Von den Steinen 1904: 6). 11 ‘mojarse con la lluvia’. 12 ‘arcilla, tierra’ (Armentía 1902: 56). 13 Armentía (1902: 80). 14 ‘anochecer’. 15 ‘barro’.

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cuello pel *epiti epiti13 -

noche pun apo-na14 apo-me

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Tacana Araona Pacaguara Mosetén

eidi16 epo22 op24

*Proto Pano

-

Amahuaca Yaminahua Shipibo Qawasqar Selk’nam

toko paaniti31 -

medi17 etimu20 nepo23 potso25 *ma(w)i *mapoka28 tiimapo29 bipo30 timapu32 papi harwn34

enaja18 tex26

apu-daso19 apo-21 jomoi27

-

-

-

tpi jammue33 -

othel, òht35

xèankn36

Cuadro 4.

d) Key (1978b) observa que la oclusiva velar sorda /k/ del mapuzungun tiene correspondencia en las familias Pano y Tacana y las lenguas mosetén, qawasqar y selk’nam. Ejemplos:

16 Armentía (1902: 56). 17 Armentía (1902: 66). 18 Armentía (1902: 86). 19 cfr. apuda ‘oscuro’, apuapu ‘temprano’ (Armentía, 1902: 46). 20 Armentía (1903: 8). 21 ‘oscurecer’; e-apo-nani ‘está oscureciendo’ (Pitman, 1980: 18). 22 ‘bebida’ (Armentía, 1903: 8). 23 ‘ceniza’ (Armentía, 1903: 7). 24 ‘bebida’ (Armentía, 1903: 86). 25 ‘greda’ (Armentía, 1903: 88). 26 Armentía (1903: 41). 27 Armentía (1903: 59). 28 ‘barro’ 29 ‘cenizas’ (Suárez, 1988b: 61) 30 Shell y Wise (1971: 19). 31 ‘bebida que emborracha’ (Von den Steinen, 1904: 11). 32 ‘ceniza’ (Von den Steinen 1904: 16) 33 Suárez (1988a: 63). 34 Viegas Barros (2005: 50). 35 Najlis (1975: 83). 36 Najlis (1975: 95).

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ayudar keun kware37 tsawa40 tsawa42 -

llegar akun kwinana38 jekakwina -

-

-

Qawasqar

akin akkinki47 nuktiti53, etiti54 al-aq-su

nukuti48 kaiti-, sokiti55 -

Selk’nam

q os

exè57

Mapuzungun *Tacana Cavineña Chama Huarayo Tacana Araona Pacaguara *Pano Amahuaca Shipibo Cashinahua Caripuna Mosetén



Cuadro 5. 37 ‘ayuda’ (Armentía, 1904: 42). 38 Armentía (1904: 42). 39 Armentía (1904: 48). 40 Armentía (1902: 74). 41 Armentía (1902: 96). 42 Pitman (1980: 57). 43 Pitman (1980: 18). 44 Armentía (1903: 7). 45 Armentía (1903: 8). 46 ‘leña’. 47 Von den Steinen (1904: 9). 48 Von den Steinen (1904: 46). 49 Von den Steinen (1904: 35). 50 Von den Steinen (1904: 47). 51 Von den Steinen (1904: 34*). 52 Von den Steinen (1904: 34*). 53 Armentía (1903: 35). 54 Suárez (1988b: 62). 55 Suárez (1988b: 61). 56 Armentía (1903: 49). 57 Najlis (1975: 92).

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fuego kïtřal *kati etiki39 kwaki kwati kwati43 tii45 *ka(a)ro46 *tii -

mano kuwï *e-me emetoko eme41 eme44 mk

ti49 -

*mïi, mïkïnï mueke50 maká51 muékana52

tsi56

u

xahwqn, jaukámkn

-

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Entre los cognados que Key (1978b) presenta, aparecen seis quechuismos adoptados por el mapuzungun, pero que la autora evidentemente no los reconoció como tales, y esto debilita aún más esta hipótesis. Algunos de estos lexemas del quechua también han sido transferidos a algunas lenguas de las familias Pano, Tacana y Arawak e inclusive al castellano del área andina. A modo de ejemplo, se consideran cuatro de estos quechuismos citados por Key (1978b) —que ella supone cognados— a saber: a) La presencia de oclusiva bilabial sorda /p/ frente a /b/, /p/ y /w/ de sus correspondientes vocablos de lenguas Pano y Tacana:

Quechua Mapuzungun Tacana Reyesano Araona Cavineña Shipibo Mosetano

‘bote, barco’ wampu wampu kwaba kwamba kwamba58 kwaba59 tappa60 kwaba

Quechua Mapuzungun Chama Amahuaca Marinahua

‘jefe, cacique’ apu apo ebiótii ha-jówandiepu

Cuadro 6.

La presencia de consonantes homorgánicas entre estos supuestos cognados es fortuita. En xerente, una lengua de la familia Ge (Brasil oriental) que posiblemente no haya tenido contacto con la lengua quechua, también se observa la misma estructura consonántica en ambas sílabas, kuba61 ‘bote’. b) La presencia de oclusiva velar sorda /k/ frente a sus supuestos cognados panos y tacanos, a saber: 58 Armentía (1903: 8). 59 Armentía (1903: 8). 60 ‘balsa’ (Von den Steinen, 1904: 10). 61 De Mattos (1977: 83).

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Mapuzungun Capanahua Cashibo Mayoruna Marinahua Amahuaca Chama Gününa yajüch

‘gente’ kona nókï óni kidó62 jora

‘jugar’ awkantun

mka xabekai63 kïnna

Cuadro 7.

El análisis de estos lexemas permite ver que: a) el morfema ligado -kuna, marcador de plural en quechua, se transformó en un nuevo lexema en mapuzungun con el significado de ‘mozo, peón, guerrero’. Se trata de una adaptación de janakuna ‘siervo, yanacona’; b) el lexema quechua awqaj ‘hostilizar, ser enemigo’ se transformó en awkantun en mapuzungun y resemantizó en ‘jugar’. Como se ve, no son cognados. Tal como se ha podido ver, la hipótesis de Key resulta muy poco sustentable frente a lo débil de sus ‘pruebas’. Un análisis exhaustivo de esta hipótesis la desmorona totalmente al igual que a las anteriores más arriba citadas (Hamp, 1971; Loose, 1973; Stark, 1970). 3.5. Hipótesis de Croese Mijesen En 1987, Croese Mijesen postulaba el posible parentesco del mapuzungun con la familia Arawak y planteaba: Sin embargo, no es nuestra intención afirmar categóricamente que el mapudungun pertenece a la familia arawak. Lo único que pretendemos postular es que los datos de que disponemos demuestran un mayor grado de similitud entre el mapudungun y las lenguas de la familia arawak (…). (Croese Mijesen, 1999: 383) 62 Shell y Wise (1971: 19). 63 Suárez (1988b: 63).

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Este autor aclara que tuvo en cuenta que los lexemas seleccionados como cognados tuvieran por lo menos una secuencia CVC, que el significado fuera equivalente y que no fueran préstamos (Croese Mijesen, 1999: 384). No obstante ello, se deslizó un quechuismo entre los cognados de Croese Mijesen, que seguramente no es un préstamo del quechua en las lenguas Arawak, pues sería muy raro que un idioma como el lokkono, hablado en Surinam y separado por una gran distancia de la familia quechua, hubiese tomado una transferencia de esta lengua andina, a saber: ‘pasto’ Quechua Mapuzungun Apurina Ashéninca Arawak Lokkono

qatu katu katso-ta-tï kesii karo kalhao64

Cuadro 8.

La estructura fonológica de este lexema en las lenguas arawak es similar: a) la primera sílaba está conformada por la oclusiva velar /k/ + vocal; b) la segunda sílaba se compone de fricativa, africada, vibrante o lateral. Es evidente que katu en mapuzungun es un quechuismo, y que el verdadero cognado en la lista debiera ser kaï ‘verde’ y no katu ‘pasto’. Obsérvese que en lokkono kalhao significa tanto ‘verde’ como ‘pasto’, lo cual confirma lo que postulamos. El parecido con el apurina es más bien casual. Asimismo, Croese Mijesen (1999) presenta una serie de cognados morfológicos para justificar su hipótesis, y al respecto comenta: “Las correspondencias gramaticales constituyen, en nuestra opinión, una evidencia aún más convincente para postular una filiación entre el mapudungun 64 ‘pasto; verde’ (Pet, 1987: 307).

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y la familia arawak” (Croese Mijesen, 1999: 385). Además, establece un número de morfemas derivativos y morfemas flexivos que afectan al verbo, y señala que de “los cincuenta y nueve sufijos verbales del mapudungun, treinta y seis son similares en pronunciación y significado a los sufijos de los idiomas de la familia arawak” (Croese Mijesen, 1999: 385). Sin duda que estas correspondencias no son meras coincidencias, sino pruebas con alta posibilidad de ser reales en aras de demostrar esta hipótesis. En §4.2. se los considera en detalles. Este trabajo es muy breve, incluso más que el manuscrito original leído en el VIII Congreso Internacional de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina, realizado en 1987, ya que la lista de cognados presentados se reduce de veinte a cinco. Probablemente, estas diferencias se deban a la gran dilación de la publicación de esas actas, que vieron la luz doce años después del desarrollo del evento.

4. Reconsideración de la hipótesis de Payne y Croese Mijesen 4.1. La familia lingüística Arawak Es la familia lingüística americana de mayor extensión territorial. Se extendía desde el Norte hasta el extremo meridional de la península de Florida, y por el Sur hasta el naciente del río Ygatimi, afluente del río Paraguay en la actual zona fronteriza paraguayo-brasileña; y desde el río Apurímac, en la Amazonía peruana, por el Oeste hasta la isla de Marajó por el Este, frente al Océano Atlántico. El primero en reconocer las lenguas Arawak como entidad grupal fue Filippo Salvatore Gilij en 1782 y la denominó familia Maipure, aplicando el nombre de una lengua local a todo el grupo (Gilij, 1965 [17801784]). Posteriormente, Von den Steinen (1886) las rotuló como grupo Nu-Aruac, a partir de la ocurrencia de nu- como posesivo de 1ª persona singular en estas lenguas. Brinton enumera veintitrés lenguas como miembros del “sub-stock Arahuaco” (1946 [1891]: 246-247).

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En el siglo XX, los autores incrementan los miembros de esta familia y realizan clasificaciones generalmente con una base geográfica. Asimismo, difieren en los miembros incluidos. Hay grupos o lenguas que un autor incluye en la familia y que otro los excluye; recién en las últimas décadas se ha logrado mayor consenso en las taxonomías lingüísticas. En los siguientes párrafos, a modo de ejemplo, se citan las principales clasificaciones de la familia Arawak. Rivet (1924: 639-712) presentó la distribución geográfica de esta familia, a la que asigna siete grupos: 1. Amazonas del norte 2. Pre-andino 3. Boliviano 4. Arauán 5. Guayana 6. Uru-pukina 7. Takana En 1926, Schmidt constituyó esta familia con siete grupos y, a su vez, subgrupos en casi todos ellos (Noble, 1965: 3-4): 1. Grupo NORTE (4 subgrupos) 2. Grupo AMAZONAS NORTE (6 subgrupos) 3. Grupo TICUNA 4. Grupo JIVARO 5. Grupo AMAZONAS SUR (3 subgrupos) 6. Grupo PUQUINA-URU 7. Grupo SUR (3 subgrupos) En 1935, Loukotka revisó esta familia y tomó una lista de cuarenta y cinco lexemas para establecer cognados que permitieran ver el grado de filiación entre estas lenguas; de este modo, estableció trece grupos:

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1. Grupo INSULAR 2. Grupo GUAYANA 3. Grupo MIXTO ARAWAK-MACU 4. Grupo SUR 5. Grupo PREANDINO 6. Grupo NORTE 7. Grupo BOLIVIANO 8. Grupo CENTRAL 9. Grupo MIXTO (Taruma) 10. Grupo MIXTO ARAWAK-TUCANO 11. Grupo MIXTO ARAWAK-PANO 12. Grupo MIXTO (Uru-Chipaya-Puquina) 13. Grupo MIXTO ARAWAK-KARIB Rivet y Loukotka (1952: 1102-1109) revisan y presentan una versión de sus clasificaciones anteriores, de la cual excluyen el taruma y reubican algunas lenguas moviéndolas de un grupo a otro. Mason (1950: 208-215) sigue más o menos las clasificaciones anteriores, aunque hace algunos cambios y reubica algunas lenguas. Presenta una clasificación básicamente geográfica que incluye cuatro grandes grupos subdivididos en varios sub-grupos; además, un grupo de lenguas de probable filiación arawak (Mason 1950: 216-221) y otro de posible relación con esta familia (Mason 1950: 221-215). Posteriormente, McQuown (1955) presenta una nueva clasificación que prácticamente no hace mayores aportes, se trata de una presentación con ordenamiento alfabético de la clasificación de Mason. En 1961, Tovar establece la familia Arawak con cuatro grupos y dos lenguas separadas (1961: 118-133): 1. Grupo ARAWAK SEPTENTRIONAL Y DEL NOROESTE 2. Grupo ARAWAK DEL NOROESTE Y CENTRAL

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3. Dialectos OCCIDENTALES, PRE-ANDINOS Y MERIDIONALES 4. Grupo ARAUA 5. Resígaro 6. Apolista Greenberg, uno de los lingüistas más importantes dedicados a la taxonomía de las vernáculas americanas, presentó una clasificación provisional en 1956. Posteriormente, reduce todas las lenguas del continente a tres familias: Eskimo-Aleut, Na-Dene y Amerind (Greenberg, 1960). Esta clasificación no ha sido muy aceptada, como lo discute Ruhlen (1991: 221225), quien los considera phyla, a su vez subdivididos en familias, subfamilias, grupos, ramas, etc. (Ruhlen, 1991: 229). Greenberg presenta diferencias entre las clasificaciones anteriores y la de 1987. En esta última constituye el phylum Amerindio con seis stocks, en el Andean incluye al mapuzungun y en el Equatorial-Tucanoan, la familia Macro Arawakan con siete ramas, y, a su vez, divide a la rama Maipure en ocho grupos (Greenberg, 1987 citado en Ruhlen, 1991: 230, 239-240): - Phylum ESKIMO-ALEUTA - Phylum NA-DENE - Phylum AMERINDIO 1. Stock AMERINDIO NORTE 2. Stock AMERINDIO CENTRAL 3. Stock CHIBCHA-PAEZ 4. Stock ANDES 4.1. Rama NORTE 4.2. Rama URARINA-WAORANI 4.3. Rama CAHUAPANA-ZÁPARO 4.4. Rama QUECHUA 4.5. Rama AYMARA 4.6. Rama SUR

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4.6.1. Familia Puelche 4.6.2. Familia Mapudungu 4.6.3. Familia QAWASQAR-YAMANA 4.6.4. Familia PATAGONIA 5. Stock ECUATORIAL-TUCANO 5.1. Rama MACRO TUCANO 5.2. Rama ECUATORIAL 5.2.1. Cayuvava 5.2.2. Camsa 5.2.3. Taruma 5.2.4. Trumai 5.2.5. Tusha 5.2.6. Yuracare 5.2.7. Taruma 5.2.8. Trumai 5.2.9. Familia PIAROA-SÁLIBA 5.2.10. Familia TIMOTE 5.2.11. Familia PIAROA-SÁLIBA 5.2.12. Familia TIMOTE 5.2.13. Familia JIVARO 5.2.14. Familia ZAMUCO 5.2.15. Familia KARIRI-TUPI 5.2.16. Familia MACRO ARAWAK 5.2.16.1. Kantembri 5.2.16.2. Otomaco 5.2.16.3. TINIGUAN 5.2.16.4. GUAHIBAN 5.2.16.5. ARAWAK (= ARUAK) 5.2.16.5.1. Guamo

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5.2.16.5.2. Taino 5.2.16.5.3. Chamikuro 5.2.16.5.4. ARAWAK 5.2.16.5.5. CHIPAY 5.2.16.5.6. CHAPAKURA 5.2.16.5.7. MAIPURE 6. Stock GE-PANO-CARIBE Aikhenvald (1999: 67-71) organiza a las lenguas Arawak en dos ramas principales que incluyen varios grupos, a saber. ARAWAK SEPTENTRIONAL 1. Rio Branco (2 lenguas) 2. Palikur (3 lenguas) 3. Arawak sud 4. Caríbico (2 lenguas) 5. Norte de Colombia (5 lenguas) 6. Chamicuro ARAWAK MERIDIONAL Y SUDOCCIDENTAL 1. Guajibo (5 lenguas) 2. Arauá (8 o 9 lenguas) 3. Maipure (61 lenguas) 3 a. Maipure norte 3 b. Maipure sur Como se puede ver, hasta el presente no hay un consenso en cuanto a la clasificación interna de la familia macro Arawak. Esto se debe a que algunas lenguas no han sido suficientemente documentadas y descriptas (cfr. Aikhenvald, 1999: 73). Además, otra cuestión a tener en cuenta son los rasgos areales que en zonas multilingües, debido a la vecindad e intenso contacto, se difunden fácilmente y son problemáticos en la distinción

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taxonómica de la familia: como lo señala Aikhenvald (1999:74): “Geographical expansion and considerable linguistic diversity within the family pose the problem of distinguishing areal from genetic phenomena”. 4.2. Rasgos de lenguas arawakas comparados con el mapuzungun En los siguientes apartados se consideran brevemente los rasgos lingüísticos más destacados de las lenguas que integran esta familia para compararlos con los propios del mapuzungun. 4.2.1. Fonología 4.2.1.1. Fonemas La mayoría de las lenguas de esta familia, al igual que el mapuzungun, tienen un sistema fonológico constitutivo bastante similar; generalmente, con consonantes sin series aspiradas y glotalizadas, un rasgo típico de lenguas andinas (quechua, aymara, jaqe aru, culli, mochica, etc.) con las que muchos idiomas arawakos comparten el área. Se han tomado los sistemas fonológicos del amuesha, asháninka,65 baniwa, bauré, garifuna, goajiro, ignaciano, lokkono, machiguenga, nomatsiguenga, piro, trinitario, wapishana, waurá y yavitero (Aikhenvald, 1999: 73; Key, 1997: 181-210; Payne, 1981: 59; Pet, 1979; 1987: 323; Richards, 1977: 28; Shell, 1974; Shell y Wise, 1971: 36-39; Taylor, 1978) para ver sus similitudes con el de la lengua mapuche: a) Las oclusivas son básicamente sordas; poquísimas lenguas tienen sonoras (baniwa, wapishana, lokkono). El inventario por lengua oscila entre tres y siete. b) Las africadas son mayormente alveolares y palatales; en pocos casos hay 65 Bajo el glosónimo/etnónimo ‘asháninka’ se han unificado en este trabajo los diversos nombres que aparecen en la bibliografía consultada, ‘ashéninka’, ‘ashíninka’, ‘axíninka’ y ‘campa’.

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aspiradas (wapishana y asháninka). El inventario por lengua oscila entre uno y cuatro. c) Las fricativas son básicamente sordas; predominan las alveolares y postvelares, mientras que otros puntos de articulación son raros. El inventario por lengua oscila entre uno y cinco. d) Las vibrantes generalmente ocurren una por lengua, pero en el caso del asháninka hay dos (una palatalizada). e) Las laterales básicamente incluyen una alveolar, mientras que las palatales son más raras. El inventario por lengua oscila entre uno y dos. f) Las nasales son básicamente bilabiales y alveolares, y en pocos casos hay palatales. El inventario por lengua oscila entre dos y cuatro. g) Las vocales oscilan entre tres y seis por lengua, y algunas incluyen la central alta /ï/ (guajiro, piro, wapishana, waurá, lokkono). Si bien, los sistemas no manifiestan una correspondencia directa con el de la lengua mapuche, hay similitud por la presencia de consonantes con los mismos modos de articulación debido a la predominancia de series simples, ya que básicamente no hay oposición sorda/sonora y por la poca cantidad de fonemas del sistema. 4.2.1.2. Fonotáctica La estructura silábica en la mayoría de los idiomas de esta familia es muy similar a la lengua mapuche. No ocurren dos consonantes contiguas en la misma sílaba. Los patrones silábicos prototípicos son V, CV, VC y CVC, en los que las consonantes finales pueden ser semiconsonantes (/j/, /w/), nasales y laterales, y menos frecuentemente, africadas y fricativas en los idiomas arawakos, por ejemplo: kipats ‘tierra’ en ashéninka o campa del Pajonal (diferente del asháninka), wis-hu ‘nosotros’ 1ª persona plural exclusivo en palikur; mientras que en mapuzungun las africadas son raras en esta posición, por ejemplo: fotř ‘caramba’.

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4.2.2. Perfil tipológico Las lenguas de la familia Arawak, al igual que el mapuzungun, son polisintéticas y dominantemente aglutinantes (Salas, 1992: 68-69), pero, a diferencia de este, tienen un sistema nominal complejo. Asimismo, al igual que el mapuzungun, la morfología verbal de estas lenguas presenta un alto grado de complejidad (cfr. Aikhenvald, 1999: 80; Key, 1997: 175), que se hace visible en la gran cantidad de morfemas que pueden constituir un sintagma verbal. Ejemplos: (1)

aw-á-júku-t-úa-wi nosotros-CAUS-urucú-CAUS-REFLX-PERF ‘nosotros nos pintamos con urucú’ (waurá, Payne, 1984: 9)

(2)

kintu-mamï-kïjaw-no-l-m-i buscar-leña-ASP.-NEG.-MH-2-SG ‘si tú no andas buscando leña’ (mapuzungun)

4.2.2.1. Procesos morfológicos La mayoría de los idiomas arawakos utilizan sufijación en el sintagma verbal y prefijación en el caso de los posesivos en el sintagma nominal y de los marcadores de persona en el verbo, a diferencia del mapuzungun, que siempre utiliza la sufijación. Algunas lenguas de esta familia tienen prefijos que indican causativos, aplicativos, etc. Aikhenvald (1999: 80) señala que “All types of suffixes are historically less stable than prefixes; there is much more diversity even among closely related languages”. Esto nos hace pensar que la diferencias entre el mapuzungun y estos idiomas se justifican por esta misma diversidad y no porque carezcan de relación genética. Además, habría que tener en cuenta el tiempo de separación de ambos a partir de un tronco común. Otro proceso muy frecuente en muchas lenguas de esta familia es la reduplicación, que afecta básicamente a las bases verbales, aunque, al igual

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que en mapuzungun, no de forma exclusiva (Aikhenvald, 1999: 80-81). Es un proceso altamente productivo con diferentes funciones morfológicas (indicación de categorías gramaticales), semánticas (indicación de diferentes connotaciones) y lexicogenésicas (Díaz-Fernández, 2009). 4.2.3. Sintagma nominal La morfología nominal es más compleja en las lenguas arawakas que en mapuzungun. Las primeras han desarrollado un sistema de clasificadores nominales y de género (cfr. Aikhenvald, 1994: 84-85; Key, 1997: 174-175; Valadares, s/d). A diferencia del mapuzungun, los idiomas de esta familia tienen un sistema de posesión inalienable u obligatoria vs. alienable u opcional (cfr. Aikhenvald, 1994: 84-85; Richards, 1977: 12), es decir, que los sustantivos [+ inalienable] solo existen con la marca de posesión, por ejemplo: ninuma ‘mi boca’ (warekena, Nimuendaju, 1932: 594), no existe -numa aislado. Los adjetivos pueden experimentar categorías verbales, como en guajiro (Aikhenvald, 1999: 81). Asimismo, en mapuzugun los adjetivos son transferidos a la clase del verbo de manera directa o indirecta, es decir, que en algunos casos esta trasferencia de clase sintáctica ocurre sin afijos derivativos (Díaz-Fernández, 2003: 133, 156). Respecto del número, al igual que el mapuzungun, el proto arawak distinguía los rasgos [+ animado] y [- animado] en los sustantivos al ser determinados por las marcas de plural. Aikhenvald (1999: 84-85) señala que en las lenguas del grupo Norte, según su clasificación, solo los sustantivos que van determinados por un clasificador nominal se pluralizan, por ejemplo: de:ri-pi-pe (banana-Clas. de objetos largos-Pl.) ‘bananas’. El morfema –pe se asemeja morfológicamente a pu, pluralizador de sustantivos [+ animado] en mapuzungun.

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4.2.4. Sintagma verbal La mayor complejidad morfológica, tanto en mapuzungun como en las lenguas arawakas, está sin dudas en el sintagma verbal. Las formas finitas son largas cadenas compuestas de numerosos afijos que siguen a la raíz para constituir una base compleja, en la que se indexan modos, tiempos, agente, paciente, número, aspectos, etcétera. a) Diferentes afijos verbales que presentan correspondencia morfológica, fonológica y semántica fueron detectados por Croese Mijesen (1999: 386387).66 A continuación se citan algunos de sus ejemplos y se agregan otros; en estos casos se indica la fuente: 1) Verbalizador, transitivizador: -tu (mapuzungun), -t (piro), -tu (resígaro). 2) Reflexivo, recíproco: -w (mapuzungun), -wa (apurina), -wo (terena), -aw (asháninka, Payne, 1984: 9), -vu (resígaro), -po (bauré, Payne, 1984: 9). 3) Direccional: -pa (mapuzungun), -ap (asháninka), -op (terena), -pe (waurá). 4) Subordinador, nominalizador: -lu (mapuzungun), -ri (bauré), -re ~ -ro (asháninka), -re ~ -ro (waurá), -re (parecis). 5) Pretérito: -pe (pasado reciente, mapuzungun), -pe (perfectivo, apurina), -po (perfectivo, bauré), -pe (pasado remoto, resígaro), -ep (completo, palikur), -mi67 (pasado reciente, resígaro, Aikhenvald, 1999: 93). 6) Causativo: -(ü)m (mapuzungun), -imo (bauré), omi- (asháninka, Payne, 1990: 77), mi- (apurina, Payne, 1990: 77). b) Cambio de valencia: Estas lenguas tienen afijos que incrementan la valencia, como los aplicativos, transitivadores y causativos (Aikhenvald, 1999: 87-88; Díaz-Fernández, 2002; Wise, 1990: 103-108). c) Agente y paciente son marcados mediante prefijos y sufijos en las lenguas 66 En la versión édita (1999) la lista aparece reducida, mientras que en el MS (1987) aparece la lista completa del trabajo original. 67 El modo de articulación de la bilabial es posible, por lo que también podrían ser cognados a partir de una proto forma.

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Relaciones genéticas del mapuzungun...

arawakas (Aikhenvald, 1999: 87-89), mientras que el mapuzungun emplea sufijación para marcar el agente; además desarrolló el sistema inverso, que reúne agente y paciente al final de la base verbal (Díaz-Fernández, 2006a). En algunos idiomas de la familia macro Arawak, el agente se marca con un prefijo, pero en otras, como en las lenguas del grupo Pre-Andino (piro, mashko, asháninka, machiguenga, etc.), el agente se marca mediante sufijos y también prefijos, aunque la elección entre prefijos y sufijos depende de funciones gramaticales, aspecto y prominencia del argumento (cfr. Aikhenvald, 1999: 89), etc. Por ejemplo: Asháninka63

Mapuzungun

1ª sg.

poka-a-na ‘yo regresé’ regresar-No fut.-1ª sg.

kïpa-n ‘yo vine’ venir-MR 1ª sg.

2ª sg.

poka-i-mi ‘tú regresaste’ regresar-No fut.-2ª sg.

kïpa-j-m-i ‘tú viniste’ venir-MR-2ª-sg

3ª sg.

poka-i ‘él regresó’ regresar-No fut.-3ª sg.

kïpa-j ‘él vino’ venir-MR 3

Cuadro 9.

Resulta llamativo que los sufijos que indexan el agente sean muy similares, morfológicamente, a los del mapuzungun, es decir, la presencia de la nasal dentoalveolar para la 1ª persona, la nasal bilabial para la 2ª y la vocal anterior alta para la 3ª. d) Incorporación nominal: es un mecanismo para desfocalizar el objeto primario y se constituye en un fenómeno muy frecuente en el idioma mapuche. Aikhenvald (1999: 95) afirma que este proceso ocurre en lenguas como piro, asháninka y guajiro.

68 Payne 1984: 5, 14.

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4.2.5. Sintaxis En la mayoría de las lenguas de esta familia el orden de los constituyentes de la oración “has discourse functions” y la frontalización, un fenómeno muy extendido entre estos idiomas (Aikhenvald, 1999: 98) y también en mapuzungun. En el sintagma nominal el núcleo queda precedido por demostrativos y numerales, mientras que los adjetivos se posponen en las lenguas de esta macro familia, pero en mapuzungun todos preceden al núcleo. Quizás el hecho de que haya dos posiciones en los modificadores del núcleo represente una innovación en las lenguas arawakas, mientras que el mapuzungun podría ser conservador. Las construcciones de verbos seriales son frecuentes en algunas lenguas del río Negro, Colombia (Aikhenvald, 1999: 98), fenómeno que también ocurre en mapuzungun (Fernández Graray y Malvestitti, 2009). También la subordinación muestra coincidencia entre ambos grupos, pues se utilizan sufijos verbales para este fin. 4.2.6. Coincidencias léxicas Croese Mijesen (1999) presenta veinte juegos de cognados como pruebas de su hipótesis, los cuales no aparecen en la versión édita sino en el MS (1987). Las listas que presentan a continuación incluyen algunos de ellos y se indican con (C). Asimismo, se han incorporado otros cognados tomados básicamente de Noble (1965), Payne (1991), Nimuendajú (1932), Dall’Igna Rodríguez (1986) y Key (1997), y todos se indican en las listas mediante (N), (P), (Ni), (D), (K), respectivamente. Por razones de espacio, solo se presentan listas de doce juegos, aunque he podido compilar un número mayor. Todos los lexemas citados están transcriptos con el IPA, a saber:

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Mapuzungun Proto Arawak Fam. Taino Fam. Chamikuro

boca wïn *numa

mano kuwï *khapï

awana(C)

Fam. Amuesha

-noma(P)

utixpa(N) -ut(N)

ĩúma -núma(P) -ima(P) taanïkï(K) uima(P)

-habu -káahi(P) -hapï(P) -khabo(P)

G r u p o F a m i l i a M A I P U R E

N O R T E Gr. Or. Gr.

Garífuna Achagua Guajiro Lokkono

Pre Andino Fam. Morike Fam. Arauá(na) Fam. Apolista Cuadro 10.

(P)

Arawak

kabi

hígado ke, pana *uhbana

kjeljo:m(P)

ohpána(C) pupan(N) -ohpa:n(C) u-bána(C)

tïrï(P) -júu(P) ta-sapain(K) ko(P)

(N)

pana(N) apána:(C) bana(P) da-bana(N) bana(C) ubana(C) toa-paini(N)

Piapoco Warekena Hohódene Kuripako Resígaro Tariana Yucuna Palikur Waura

-nùma(P) numa(N) numa(N) -noma(P) noomú(P) numa(P) numa(P) bija(P) -numa(P)

-kaapi(P) kapi(N) kapi(N) -kapi(P) kaphí(P) -kapi(P) napi-ti(N) kehapi(N) -kapï(P)

-uluì(P)

tjetu(K)

paná(C) -pani(P) ana(N

Baniwa

-numa(N)

nu-kapi(K)

hnuahi(K)

nopane(N)

numa(P)

kahahi(K)

sítu(P)

hane(P)

ekanátse(P) numa(P)

kahí(P) kaapi(1)

ekawli(P) utju(P)

upana(P)

dakhu(N) numa(K) paante(P) waante(C) bagan-te(P) waanti(C)

-khaï(P) kahi(N)

khuduru(K)

Piro

nama(P)

mjo(K)

Apurina Bauré Moxo Tereno Trinitario Ignaciano

-nama -noki(K) paho(N) pa:ho(C) -haka(K) haka(K)

piu -wo-(K) vou(1) vou(D) -wupe(K) -wau(K)

Yavitero B-Y69 Gr. Paresis Cabishi ParesiSarav. Wapishana Mandawaka Gr. Ashéninka S. O.

(P)

rodilla luku *khiru

Machiguenga

-ho:i(Ni) -hodó -útsiu(P) iíru(P)

(P)

jere(P) gjere(P)

(P)

soxi(K)

(D)

axale(N) atau(N)

nitoekos(K) -pujusi(K) -puju(K) ikubuti(N)

69 Grupo Baniwa-Yavitero.

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opana(P) o-páanú(P)

khïbaa(K) a:na(N) -pana(P) ira:-pana(C) irirapana/(N) -pana-(P) hopna(C) upana(N) -pana(P) epeon(K) taupono(N) -topono(K) úpana(P)

Antonio E. Díaz-Fernández A.

1) Los cognados de /wïn/ ‘boca’ tienen la bilabial /w/, como en chamikuro, ashéninka y machiguenga, mientras que en otras lenguas se observa la presencia de una bilabial pero de otros modos de articulación, a saber: /m/ como en las lenguas de las familias Maipure (grupos Norte, Oriental, Baniwa-Yavitero, Paresi-Saraveca) y Amuesha; y /p/, como en lenguas Maipure grupo Pre-andino. En pocos casos han evolucionado de una manera divergente respecto de su proto forma. 2) La mayoría de los cognados de kuwï ‘mano’ mantienen la estructura bisilábica, donde la primer consonante es una oclusiva velar, mientras que en la segunda la bilabial se realiza diferente. Esta estructura del lexema se mantiene en la mayoría de los idiomas de la familia Maipure, mientras que en otros la oclusiva velar ha evolucionado en una fricativa velar /h/, como en garífuna y guajiro, y en otros casos se ha producido una metátesis, ya que la bilabial pasó a la primera sílaba y la segunda consonante se transformó en otra (//, /p/), como en el caso de las lenguas del grupo Pre-Andino. 3) Los cognados de luku ‘rodilla’ son menos sistemáticos; se observan casos de metátesis como en amuesha, lokkono y paresis, pérdida de la primera consonante como en piapoco. En otros casos parece haber ocurrido metátesis y luego aféresis. 4) Los cognados de pana ‘hígado’ son bastante regulares, mantienen casi toda la estructura bisilábica con las dos consonantes, oclusiva bilabial y la nasal; en pocos casos se observa aféresis o algún tipo de evolución fonológica.

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Relaciones genéticas del mapuzungun...

Mapuzungun Proto Arawak Fam. Taino Fam. Chamikuro Fam. Amuesha G r u p o F a m i l i a M A I P U R E

N O R T E Gr. Or. Gr. B-Y Gr. ParesiSarav.

Garífuna Achagua Guajiro Lokkono Arawak Piapoco Warekena Hohódene Kuripako Resígaro Tariana Yucuna Palikur Waura

bueno kïme *kheime

cielo wenu *jenuh

heme-(P)

onóh-ko(C) eno(C) ĩu /(P)

heme-(P) seme-(P)

aituu(K) ajo-mïn(P)

ma(P) hamee(P)70 ma(P)

Baniwa Yavitero Paresis

koli[sa](P)

tenu(P) nõ(Ni)

kalì[sa](P)

apu(P)

jeno(P) ts-eni(C)

kalii[ta](P)

no(Ni)

enu(K) éno-koa(C)

Cabishi

Wapishana Mandawaka Gr. Ashéninka Machiguenga S. Piro Apurina O. Bauré Moxo Pre Tereno Trinitario Andino Ignaciano Fam. Morike Fam. Arauá(na) Fam. Apolista Cuadro 11.

camino rïpï *apï tin(N) tun(N) abu(P) áb[aa](P) opú(P) abo(P)

jenú(P) inu-(P) eno-taku(C)

kabaj(C)

lago lafken *kaïle

kalí[sa](P)

kali[tsa](P) kari[sa](P)

barita(K) [ha]kairi(P) kali[ta](P)

áp[u](P) ahina(P) apu(P) tenepu(N) hu(P) áho-ti(P) apu(P) tané(P)

khaiman(C)

aukhai(K)

kheri[a](P)

jïn(P)

kameétha(C) kame(P)

heno-ki(C) heno-kï(P) t-eno(C) t-ano-tii(C) ani-ye(C)

[in]kaare(P) [in]gaare(P)

awo-tsi(P) abo-tsi(P) hapo(P) apo-rï(P) anó(P)

wánu-ke(C) anumo(C) anuma(K)

[u]kure(P) koure(K) [ka]kiure(P)

komesa(C)

aki(K)

tenio(N)

70 ‘correcto’.

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eene(P)

atene(P)

Antonio E. Díaz-Fernández A.

1) Los cognados de kïme ‘bueno’ mantienen la nasal bilabial de la segunda sílaba, mientras que en la primera permanece la oclusiva, como en palikur, wapishana y ashéninka, y en otros evolucionó en una fricativa (/s/, /h/), como en las lenguas maipure del grupo norte. 2) En los cognados de wenu ‘cielo’ se mantiene la nasal de la segunda sílaba en casi todos los idiomas de esta macro familia, mientras que en la primera ocurre aféresis o mutación fonética. 3) Con respecto a lafken ‘lago’, se ve claramente que ocurrió una metátesis en mapuzungun, respecto de una protoforma y que la lateral se mantuvo o evolucionó en una vibrante o fricativa en algunas de las lenguas. 4) Los cognados de ïpï ‘camino’ en la mayoría de las lenguas mantienen la oclusiva bilabial, en pocos casos evolucionó en otra diferente, mientras que en la primera sílaba ocurre mayor divergencia.

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Relaciones genéticas del mapuzungun...

rojo kelï *kïra

Mapuzungun Proto Arawak Fam. Taino

negro kïï *khuere

Fam. Chamikuro Fam. Amuesha G r u p o

F a m i l i a M A I P U R E

N O R T E

piedra kewpï *khiba siba(N)

kosé-wa(C) Garífuna Achagua Guajiro Lokkono Arawak Piapoco Warekena Hohódene Kuripako Resígaro Tariana Yucuna

kjelj-we(C) urí(P)

kíia(P) kolhen71 kore-n(C) ki:reri(C) kitati(Ni) iřaipai(Ni)

khare-me-n(C) kúwlí-(C) kibhati(Ni) itapai(Ni)

kedá-víí(C) hir(P) kera-ni(C)

ka(P)

íiba(P) hipá(P) siba(P) iba(N) íba(P) ipa(N) hipada(N) hiipa(P) hipá(P) híipa(P)

Gr. Or.

Palikur Waura

kïa-ga(C)

ixula(C)

tïpa(P)

Gr. B-Y Gr. ParesiSarav.

Baniwa Yavitero Paresis Cabishi

iralí(Ni) sita(P)

rrí(Ni)

ipa(N) siha(P) tseha(P)

Wapishana Mandawaka Gr. Ashéninka Machiguenga S. Piro O. Apurina Bauré Pre Moxo Andino Tereno

Fam. Morike Fam. Arauá(na) Fam. Apolista Cuadro 12.

tipa(P)

kíja(P) kije-re(C) kewere(P)

kiira(P) wïa-(P) kiraa-ri(C) kjiraa-ri(C)

kisa:-ri(C) ksa-xi(C)

séro-(P)

ipa(P)

khïba(P)72 iha(D) sotlï(K) kai(D)

h a : r a - k o (C) hja(P)

haara-(P)

Trinitario Ignaciano

kiso-(C)

mari-hai(K) tsiba(N)

71 Pet (1987: 317). 72 ‘piedra de afilar’.

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dormir uma *imaka pi-máki(C) -mak(P) -ma(P) -muga(P) -máa(P) -nkaa(P) nka-(P) ma:ka(C) -maka-(Ni) -maka-(Ni) -imaa(P) -ímú(P) -maka-(P) hi-maka(C imák(P) -ïmaka(P) -ma-(Ni) -ima(P) ti-maga(C) maka(P) 

daawïn(K)

ma(C) -mag-(P) hi-maka(C) maka(C) -imoko(P) -moko(N) mongo-ti (C) imóko(P) imko(K) imaka(P)

Antonio E. Díaz-Fernández A.

1) En los cognados de kelï ‘rojo’ se observa que se mantiene la oclusiva velar en la mayoría de las lenguas y en pocas casos evolucionó en una fricativa, como en bauré y tereno, o bien ocurre aféresis, como en baniwa. Respecto de la segunda sílaba, la vibrante se mantiene en la mayoría de los idiomas o bien evolucionó en oclusiva, como en yavitero y warekena. 2) En los cognados de kuï ‘negro’ se observa que se mantiene la oclusiva velar en la mayoría de las lenguas y en pocas casos evolucionó en una fricativa, como en baniwa y tereno, o bien ocurre aféresis como en garífuna. La vibrante de la segunda sílaba se mantiene en la mayoría de las lenguas, pero en algunos casos evolucionó en diferentes consonantes. 3) En cuanto a kewpï ‘piedra silícea’, se mantiene la oclusiva bilabial, sorda en unos casos y sonora en otros, mientras que la primera consonante evolucionó diferente respecto de una protoforma, a la que le fueron fiel el wapishana y el mapuzungun. 4) En los cognados de uma- ‘dormir’ se mantiene la sílaba ma en la mayoría de las lenguas, pero en el resto del lexema se observa diferentes cambios evolutivos a partir de la protoforma. 4.3. Pruebas no lingüísticas Además de las pruebas lingüísticas para tratar de relacionar la lengua mapuche con una macro familia lingüística de la Amazonía, la arqueología parece confirmar, en primer lugar, una derivación cisandina del pueblo mapuche y, en segundo lugar, un origen amazónico de esta etnia, tal como lo sugieren algunos autores. G. Mostny (1992), en coincidencia con otros autores, relaciona al pueblo mapuche con las etnias del noroeste argentino, conocidas a través de sus restos arqueológicos, a saber: […] parece que las primeras manifestaciones agroalfareras estaban en íntimo contacto con los acontecimientos de los Valles Transver-

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Relaciones genéticas del mapuzungun...

sales como la cultura de El Molle y, a través de ella, con las culturas tempranas del noroeste argentino […] (Mostny, 1992: 149-150)

A su vez, estas culturas cisandinas tendrían una filiación de origen amazónico, como la cultura Candelaria, que se desarrolló entre el año 100 a.C. y el 1000. Otros autores explicitan que el pueblo mapuche tiene un origen amazónico, y comparan elementos culturales de esa región y de la etnia mapuche. Stewart (1974) señala algunos elementos —como la ruka ‘casa’ de paja— aún en uso en la región de la Araucanía y otros que posiblemente ya no tienen vigencia en el seno de la sociedad mapuche, como pruebas de esta relación: […] the Araucanians had such Tropical Forest elements as thatched houses, mortars, digout canoes, urn burial […] The socio-political and religious patterns of all these tribes [Mapuche and related dialect groups], however were essentially of Tropical Forest types. (Stewart, 1974: 17)

Osvaldo Menghin (1962) afirma que el pueblo mapuche originalmente era una rama de los pueblos amazónicos —sin especificar de cuáles—, evidentemente pensando desde un esquema de área cultural sin tener en cuenta lo lingüístico. De todos modos, debe haber elementos culturales comunes a diferentes familias etnolingüísticas de esa vasta región y, en tal caso, a los grupos que constituyen esa macro familia. Así, este autor afirma: El carácter básicamente amazónico de la cultura araucana sugiere la idea que originalmente tal vez formaban un subgrupo de la raza amazónica […] desde el punto de vista arqueológico, existen muy significativas relaciones entre los Araucanos y los grandes pueblos amazónicos […]. (Menghin, 1962: 11-12)

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Finalmente, Aldunate del Solar (1978) traza un origen amazónico para el pueblo mapuche y con las culturas agroalfareras del Noroeste argentino como un estadio intermedio, a saber: […] la cultura mapuche debe ser entendida como una derivación de las primitivas manifestaciones agroalfareras del centro-sur de Chile, cuyo centro de difusión estuvo en el denominado Norte Chico y cuyo origen más remoto hay que rastrear en el noroeste argentino y las tierras amazónicas orientales. (Aldunate del Solar, 1978: 9)

Estas afirmaciones desde otra disciplina no deben ser ignoradas y, en todo caso, habrá que profundizarlas como una prueba más para esta hipótesis.

5. Conclusiones A esta altura ya no se puede sostener que el mapuzungun sea una lengua aislada. Todas las hipótesis anteriores, excepto una —que intentó emparentar genéticamente al mapuzungun—, evidenciaron sus fallas, como se ha discutido más arriba. De todas las propuestas, la más convincente es la de Croese Mijesen, que fue formulada en 1987, pero posteriormente no fue profundizada y ni siquiera bien editada. El análisis de esta hipótesis frente a nuevos datos permite ver que su autor estaba bien orientado, pero dejó el trabajo truncado. Los cognados encontrados entre el mapuzungun y las lenguas de esta macro familia presentan una correspondencia asombrosa, prácticamente se puede observar que las estructuras fónicas (considerando la evolución propia de cada lengua) se mantienen en dos sílabas contiguas, lo que demuestra un origen común, a diferencia de las otras hipótesis que pretendían una relación genética basada en la presencia de una consonan-

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Relaciones genéticas del mapuzungun...

te en común, real o supuesta. Asimismo, hay que tener en cuenta que las correspondencias son sistemáticas y no al azar, porque no se dan entre el mapuzungun y una lengua, sino entre aquella y varias. En algunos casos, un significado presenta dos series cognadas porque evolucionaron de dos bases diferentes, como en ‘boca’ y ‘camino’ (véanse cuadros 10 y 11) que, tal vez, originalmente hayan implicado connotaciones semánticas diferentes. La presencia de correspondencias tan regulares y sistemáticas en un vocabulario común demuestra la credibilidad de esta hipótesis. Lenguas que comparten un mismo territorio, o por lo menos existen en espacios físicos muy próximos, presentan un vocabulario común debido a las transferencias continuas, como ocurre entre el quechua y el aymara. Pero cuando esa similitud ocurre con lenguas que no están en contacto espacial, o por lo menos desde hace más de mil años, sería muy difícil pensar en transferencias. Esa similitud se explica a partir de una relación genética, como en el caso que se considera en este trabajo. Además de las similitudes léxicas entre ambos grupos, las correspondencias gramaticales, que se observan en diferentes morfemas que determinan las bases verbales y sustantivas, el parecido en los inventarios fonológicos y la tipología lingüística como idiomas polisintéticos, etc. se constituyen en pruebas contundentes para sostener esta hipótesis. Asimismo, las pruebas no lingüísticas que aportan la arqueología y la etnografía, al mostrar rasgos amazónidos en los elementos culturales mapuches, como lo afirman Stewart (1974 [1947]), Aldunate del Solar (1978), Mostny (1992), entre otros, ayudan a sostener esta hipótesis, que pensamos seguir profundizando a partir de una tarea analítica más pormenorizada y extensiva. Queda pendiente una cuestión importante: la ubicación del mapuzungun dentro de esta macro familia: como ya lo sostenía Croese Mijesen (1999: 386): “La ubicación exacta del mapudungun y los idiomas de la

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familia arawak, si pertenece a esta familia, tendría que esperar una clasificación definitiva de las lenguas ya reconocidas, como arawak”. Greenberg (1987) y Ruhlen (1991) no incluyeron al mapuzungun con las lenguas arawakas sino en su stock ANDES junto a otras lenguas de Patagonia y a otras muy distantes, como las de la familia chibcha y las lenguas urarina, záparo, quechua, aymara, etc., con las que no parece presentar afinidades, a diferencia de las lenguas de la familia macro Arawak, del stock ECUATORIAL-TUCANO (véase §4.1.), con las que las semejanzas son notables. Debido a que las formas mapuches presentan mayor correspondencia con las proto formas maipure, lo cual permite ver cómo evolucionaron las otras lenguas o familias, proponemos que el idioma mapuche debe constituirse en otra familia componente de la macro familia Arawak, y no dentro de la familia Maipure, a saber: 1. AMUESHA 2. TAINO 3. CHAMICURO 4. MAIPURE 5. MORIKE 6. ARAWAN 7. APOLISTA 8. MAPUCHE Finalmente, habría que hacer cálculos lexicoestadísticos para pensar en el tiempo de separación de ambos grupos a partir de un tronco en común y explorar más detalladamente la morfología de las lengas involucradas, lo que será motivo de un futuro estudio.

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