Relaciones familiares y promoción: los Iulii en el Conventus Tarraconensis, Caballos, A. (ed.), Del municipio a la corte: La renovación de las élites en la antigua Roma, Universidad de Sevilla, Sevilla, 2012, pp. 163-181.

July 5, 2017 | Autor: María Díaz de Cerio | Categoría: Hispania, Tarraconensis, Roman politics, Roman elites, Barcino, Hispania romana
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Descripción

DEL MUNICIPIO A LA CORTE LA RENOVACIÓN DE LAS ELITES ROMANAS

ANTONIO F. CABALLOS RUFINO (ed.)

DEL MUNICIPIO A LA CORTE. LA RENOVACIÓN DE LAS ELITES ROMAnas

Del municipio a la corte. la renovación de las elites romanas

Estudios reunidos y presentados por

Antonio F. Caballos Rufino

Sevilla 2012

Serie: Historia y Geografía Núm.: 208

El presente trabajo se ha llevado a cabo en el marco de los Proyectos Coordinados “Génesis y función de las elites en la Hispania Romana: de la aldea al trono (ORDO III)” (HAR2008-04820-C04-00), y “Topografía funcional de las elites: la expresión de la influencia y el poder de las elites en la pars occidentalis del Imperio Romano (ORDO IV)” (HAR2011-29108-C04-00), del VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica del Ministerio español de Ciencia e Innovación, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

Motivo de cubierta: Lawrence Alma Tadema “A Roman Art Lover” (1868) Yale University Art Gallery

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© Antonio F. Caballos Rufino (ed.) 2012 © Por los textos, los Autores 2012 Impreso en papel ecológico Impreso en España-Printed in Spain ISBN: 978-84-472-1381-8 Depósito Legal: SE 3771-2012 Impresión: Imprenta Kadmos

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.

Géza Alföldy in memoriam

Omnia, patres conscripti, quae nunc vetustissima creduntur, nova fuere: plebeii magistratus post patricios, Latini post plebeios, ceterarum Italiae gentium post Latinos. Inveterascet hoc quoque, et quod hodie exemplis tuemur, inter exempla erit.

“Todas las cosas, senadores, que ahora se consideran muy antiguas, fueron nuevas: los magistrados plebeyos tras los patricios, los latinos tras los plebeyos, los de los restantes pueblos de Italia tras los latinos. También esto se hará viejo, y lo que hoy apoyamos en precedentes, entre los precedentes estará algún día”.

(Tácito, Anales XI, 24)

Índice Presentación

Antonio Caballos Rufino. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

L’evoluzione della élite popularis dai Gracchi a Cesare

Giuseppe Zecchini. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Considérations sur les processus de promotion sociale dans les ordres supérieurs

Ségolène Demougin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

El consulado como elemento socialmente vertebrador de la sociedad aristocrática romana durante el Imperio

Werner Eck. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

El reverso de las promociones: los procesos de maiestate

Rosario de Castro-Camero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

La economía de circuito y la renovación de los grupos de influencia provinciales en la metrópoli

Aarón A. Reyes Domínguez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

El papel de las matronae equestres en las alianzas matrimoniales del uterque ordo

Anthony Álvarez Melero.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

La indicación de la tribu en el estudio prosopográfico

Donato Fasolini. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Herencia y poder en Italia: el ascenso social de los Egrilii Plariani de Ostia

Francisco Javier Navarro Santana.. . . . . . . . ..............................................

Relaciones familiares y promoción: los Iulii del Conventus Tarraconensis

María Díaz de Cerio Erasun. . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Fórmulas de promoción al amplissimus ordo de las elites béticas

Antonio Caballos Rufino. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Un rhetor hispano en la Roma de Marco Aurelio: Antonius Iulianus

13 19 37

59 77

103 119 135 147 163 183

Carmen Castillo García. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .............................................. 22 1

De la curia romana a la curia local: una mirada retrospectiva en el caso africano. Los Meuii-Aelii y los Pompeii-Meuii

Isabel Salcedo de Prado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Los Ordines Decurionum: procedimientos jurídicos de integración y de vinculación honorífica (con especial referencia a Hispania)

Juan Francisco Rodríguez Neila y Enrique Melchor Gil. . .....................

Movilidad y categorías en los Ordines Decurionum

Antonio D. Pérez Zurita.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Priestly hierarchies in cities of the Western Roman Empire?

Marietta Horster. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

227

243 271 289

Maternus Cynegius, un hispano en la corte teodosiana

María Victoria Escribano Paño.. . . . . . . . . . . . .............................................. 311

Nobleza goda bajo el Islam: ocaso de una elite

Luis A. García Moreno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

De élite funcional a nobleza de sangre. Las oligarquías urbanas en la Baja Edad Media

Rafael Sánchez Saus.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Don Elio Antonio de Nebrija: jurista del Vtrumque Ius

Fernando Betancourt-Serna. . . . . . . . . . . . . . . . . ..............................................

Prosopografía de una minoría burguesa: negocios de familia con renombre

Mª del Rosario Rodríguez Díaz. . . . . . . . . . . . . ..............................................

333

363 373 389

Bibliografía..... ................................................................................... 409

Relaciones familiares y promoción: LOS IVLII en el conventVs Tarraconensis* María Díaz de Cerio Erasun (Universidad de Navarra)

L. Iulius Ursus (cos. III 100) y L. Iulius Ursus Servianus (cos. ord. III 134) fueron dos figuras claves de la política imperial de finales del siglo I y comienzos del II. Sin embargo, las fuentes son parcas al respecto, de modo que su origen ha suscitado cierto debate. Pero tras un detallado análisis se puede afirmar que probablemente provinieran de Barcino, la actual Barcelona. Ambos formarían parte de un destacado grupo de Iulii que partiendo del conventus Tarraconensis supo llegar a los círculos más próximos al emperador. L. Iulius Ursus (cos. III 100) and L. Iulius Ursus Servianus (cos. ord. III  134) were two of the more important political figures at the end of the I Century and the beginning of the II. However, the sources are scarce about them. As a consequence, their origin has been  cause of debate. After a thorough analysis we can state that they were born probably in Barcino, today Barcelona. Both of them belong to an important group of Iulii from the conventus Tarraconensis who knew how to reach the inner circle of the emperor.

La provincia Hispania Citerior y, más concretamente el conventus Tarraconensis, fueron durante el Principado un terreno propicio para el desarrollo de una élite *  Este trabajo ha sido realizado gracias a una Beca de Excelencia concedida por la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra.

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local que logró ver a algunos de sus miembros entre los asientos de la curia romana, e incluso entre los colaboradores más próximos al emperador. En ocasiones, algunas de estas familias han sido objeto de un estudio más pormenorizado, como pueden ser los Pomponii1 o los Pedanii2. Sin embargo, por el momento no se ha abordado con tanto detenimiento el caso de los Iulii, quizás debido a su gran abundancia3. En el conventus Tarraconensis los Iulii están muy presentes en las fuentes epigráficas e incluso hay constancia de su presencia en el momento de la fundación de Barcino4. Algunos de ellos alcanzaron puestos de gran relevancia en la administración imperial y estuvieron en posición de crear fuertes vínculos con otras familias destacadas del mismo conventus y de diversas provincias del Imperio. En esta ocasión se propondrá un análisis centrado en dos figuras claves de la política imperial de finales del siglo I e inicios del II. Se trata del tres veces consular L. Iulius Ursus, a quien frecuentemente se ha considerado narbonense, y de su hijo adoptivo, el no menos famoso L. Iulius Ursus Servianus, cuya origo ha suscitado un intenso debate. Se analizará la información disponible para intentar discernir si ambos personajes pudieron ser de origen tarraconense. Aunque en adelante el análisis estará centrado en época Flavia, así como en los reinados de Trajano y Adriano, resulta conveniente retrotraerse brevemente a los últimos años de la República romana para intentar apuntar algunas claves de la difusión del nomen Iulius en el conventus Tarraconensis. Durante la Guerra Civil que enfrentó a César y Pompeyo (49-45 a.C.), este último desarrolló una red de sólidas alianzas en territorio Peninsular5, que dejaron 1.  R. Syme, “Spanish Pomponii. A Study in Nomenclature”, Gerión 1, 1983, 249-266. 2.  Como se podrá observar más adelante, la polémica suscitada en torno a esta familia ha sido intensa. Por el momento, baste indicar el primer estudio centrado en su análisis, al que seguirían otros citados más adelante. Se trata de I. Rodà de Llanza, “La gens Pedania barcelonesa”, HAnt 5, 1975, 223-268. 3.  A modo de ejemplo cabe señalar que según el estudio realizado por H. Gallego Franco, Prosopografía, Onomástica y Sociedad en el Imperio Romano. Las provincias de Rhaetia, Noricum y Pannonia Superior e Inferior, Valladolid 1996, 120-131, 264-284 y 792-814, los Iulii representan el 16% de los individuos portadores de nombre gentilicio en Rhaetia, mientras que en Noricum son el 10% y en Panonia el 9%. Del mismo autor es un artículo que lleva por título “Los Iulii en Europa Central: un grupo gentilicio romano a través de las fuentes epigráficas”, Lucentum 17-18, 1998-1999, 195-209. Sin embargo, todavía no se ha dedicado un análisis a la presencia de los Iulii en suelo hispano. 4.  IRC IV, 62. Se trata de cuatro bloques realizados en arenisca de Montjuic que los editores de IRC atribuyeron al momento de fundación de la colonia. Gracias a su hallazgo se tiene constancia de la temprana presencia en Barcino de C. Iulii clientes de César y Augusto, así como de los L. Licinii. 5. Caes., civ., 61, 3.



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una clara impronta en la onomástica hispana6. Del mismo modo, la victoria cesariana también se reflejó en este ámbito y en otros de no menor importancia. Influyó notablemente en el desarrollo de ciudades como Tarraco y Emporiae, que tuvieron como patrono a uno de los más estrechos colaboradores de César, el senador Cn. Domitius Calvinus7 (cos. 54 a.C.)8. Ambas ciudades acogieron a veteranos del ejército cesariano, mientras que Tarraco además se transformó en la colonia Iulia Urbs Triumphalis. En cuanto a la segunda ciudad en importancia dentro del conventus, Barcino nació como núcleo urbano jurídicamente constituido en torno al año 10 a.C., formando parte de un proyecto de reconstrucción del norte peninsular, programado por Augusto tras el fin de las Guerras Cántabras (19 a.C.)9. Por todo ello no es de extrañar la importancia alcanzada por los clientes de César y Augusto en el conventus Tarraconensis. Éste es el motivo de que se observe una proliferación de Iulii que portan el praenomen Caius10. Dentro de este grupo es habitual encontrar cognomina griegos, que normalmente corresponden a libertos. Sin embargo, en lo referente a los miembros del orden ecuestre, el elenco de personajes, como es lógico, se reduce considerablemente. Se ha podido atestiguar un C. Iulius Lepidus11, un C. Iulius C.f. An. Seneca Licinianus12, así como a M. Iulius Q. f. Serenianus Adoptivus, un flamen de Hispania Citerior originario del

6.  L. Amela Valverde, Las clientelas de Cneo Pompeyo Magno en Hispania, Barcelona 2002, 289-314. 7. PIR2 D 139. 8.  I. Rodà de Llanza, “La promoción de las elites en las ciudades del conventus tarraconensis”, en F. J. Navarro Santana, ed., Pluralidad e integración en el mundo romano, Pamplona 2010, 179. 9.  J. O. Granados García e I. Rodà de Llanza, “La Barcelona de l’època romana”, La ciutat i el seu territori, dos mil anys d’història: III Congrés d’història de Barcelona, Barcelona 1994, 11. 10.  IRC IV, 62. 11.  CIL I, 4463 y p. 981 = ILER 1685 = ERLérida, 94 = IRC II, 25; M. Mayer Olivé e I. Rodà de Llanza, “Epigrafía”, Fonaments 7, 1988, 226 s., nº 5 = HEp 2, Madrid, 1990, nº 455= IRC II, 97. Se trata de un personaje con una larga carrera en el ejército como centurión y primus pilus y que fue adlectus entre los decuriones de Barcino. También se sabe que muy probablemente sería originario de Iesso, aunque cabe la posibilidad de que proviniera de Aeso. Viviría en el siglo II, pero no antes del reinado de Adriano, véase IRC II, 25. Cabe la posibilidad de que se trate de dos personajes diferentes, padre e hijo, que fueran homónimos. Así lo considera A. Caballos, “Los caballeros romanos originarios de las provincias de Hispania. Un avance.”, en S. Demougin, H. Devijver y M.-T. Raepsaet-Charlier, L’ordre équestre: histoire d’une aristocratie, Roma 1999, 484, nº T 7 y 487, nº T52. 12.  CIL II, 6150 = IRC IV, 41. Se trata de un caballero de origen posiblemente barcelonés, aunque debido a su pertenencia a la tribu Aniensis se puede suponer que su familia fuera originaria de Caesarugusta. En su cursus se aprecian cargos tanto en la administración municipal como en el ejército, pero también religiosos ya que llegó a ser flamen de Hispania Citerior. Viviría en época de Adriano.

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conventus Lucensis13, y a C. Iulius C. fil. Arniens. Speratianus, que posiblemente fuera extranjero14. Todos ellos tienen en común que vivirían en el siglo II. En esta ocasión se pretende proponer un nombre más que puede formar parte de este elenco de caballeros. Como ya se ha anunciado, se trata de L. Iulius Ursus, que a su vez invita a reflexionar sobre el posible origen barcelonés del senador L. Iulius Ursus Servianus. La origo de L. Iulius Ursus (cos. suff. 84, 98 y 100)15 es una cuestión que se presta a la controversia. En muchas ocasiones se ha venido considerando que posiblemente fuera de origen narbonense. No obstante, también se ha contemplado la posibilidad de una origo hispana. Esta última teoría resulta muy sugerente, por lo que a continuación se analizarán los pros y contras de ambas para intentar apuntar un posible origen. El cursus honorum de L. Iulius Ursus no se conoce en su totalidad, pero sí en sus aspectos más destacados. Se tiene constancia de que fue miembro del ordo equester y como tal inició su carrera. Aunque se desconoce el camino que recorrió16 hasta ser nombrado prefecto de la Anona17, cabe suponer que habría sido un fiel partidario de Vespasiano durante la Guerra Civil, ya que desempeñó la prefectura en una fecha muy temprana, posiblemente en los años 71 y 7218. Tal y 13.  EE VIII, 199; RIT 284; CIL II, 4221 = ILER 1665 = RIT 285; E. Hübner, BRAH 25, 1894, 393 ss.; AE 1897, 100 = E. Hübner, BRAH 25, 1894, 397 = EE VIII, p. 449 (AE 1897, 100). Vivió en época de Cómodo y fue padre de M. Iulius Adoptivus, de quien no consta que alcanzara el rango ecuestre. 14.  RIT 170 = CIL II 4141. Según H. Devijver, Prosopographia militiarum equestrium, Lovaina 1976-1993, I, IV, V, nº I 129, sería itálico o africano, ya que la tribu Arniensis no se da en otros lugares. Fue praefectus cohortis I Celtiberorum y moriría en Tarraco, donde sus herederos le dedicaron la inscripción. 15. PIR2 I 630. 16.  R. Sablayrolles, “Fastigium equestre. Les grandes préfectures équestres”, en S. Demougin, H. Devijver y M.-T. Raepsaet-Charlier, L’ordre équestre: histoire d’une aristocratie, Roma 1999, 375, n. 32, sostiene que, a semejanza de otros personajes con una carrera similar, Iulius Vrsus pudo haber sido procurator a rationibus antes de hacerse cargo de la Anona, pero no existe constatación documental. 17.  AE 1939, 60. 18.  H. Pavis d’Escurac, La préfecture de l’annone: service administratif impérial d’Auguste à Constantin, Roma 1976, 45, 53, 91 y 327, lo situó en los años 81/82. Más recientemente, A. Magioncalda, “I governatori delle province procuratorie: carriere”, en S. Demougin, H. Devijver y M.-T. RaepsaetCharlier, L’ordre équestre: histoire d’une aristocratie, Roma 1999, 404, propuso un periodo más largo, entre los años 81 y 83. Pero la aparición de dos inscripciones en Sikayt (Egipto) (AE 2001, 2039 = AE 2005, 1626; AE 2001, 2051 = AE 2002, 86 = AE 2005, 1626 = AE 2005, 1630) obliga a adelantarlo a una fecha no posterior al año 72. Tampoco puede ser anterior al 70 porque entonces está atestiguado como prefecto Arrius Varus (PIR2 A 1111), vd. H. Pavis d’Escurac, La préfecture de l’annone, Roma 1976, 45.



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como solía suceder19, a continuación fue nombrado prefecto de Egipto20, donde permanecería entre el 72 y el 7721. Éste sería el último cargo que desempeñó antes de ingresar en el ordo senatorius22. 19.  H.-G. Pflaum, Les carrières procuratoriennes équestres, París 1960, 119. 20.  AE 1956, 57. 21.  A. Piganiol, “Le codicille impérial du papyrus de Berlin 8334”, CRAI 1947, 384, propuso una fecha temprana para el gobierno de L. Iulius Vrsus en Egipto, el 79/80. Poco después, A. Stein, Die Präfekten von Ägypten in römischer Zeit, Berna 1950, 42, la retrasó creyendo que desempeñaría el cargo entre L. Laberius Maximus (atestiguado en el cargo el 9 de junio del 83) y C. Septimius Vegetus (atestiguado por primera vez el 8 de febrero del 85). El trabajo de A. Stein tuvo un importante impacto ya en el momento de su publicación, muestra de ello son las recensiones que le dedicaron H.-G. Pflaum, “A propos des Préfets d’Égypte d’Arthur Stein”, Latomus 10, 1951, 471-7; E. Birley, “Die Präfekten von Ägypten in römischer Zeit by Arthur Stein”, Gnomon 23, 1951, 440-3; y R. Syme, “A. Stein, Die Präfekten von Ägypten in römischer Zeit”, JRS 44, 1954, 116-9. Respecto a L. Iulius Vrsus, R. Syme, “A. Stein, Die Präfekten von Ägypten in römischer Zeit”, JRS 44, 1954, 116-7; id. Tacitus, vol. II, Oxford 1958, 635, n. 4, no descartó una fecha anterior a la propuesta por Stein para el gobierno en Egipto. Por su parte, O. W. Reinmuth, The prefect of Egypt from Augustus to Diocletian, Aalen 1963, 133, prefirió situarlo en torno al año 84. Sin embargo, partiendo de la información disponible hasta 1973, P. Bureth, “Le préfet d’Égypte”, ANRW, II 10.1, Berlín 1988, 480, pensó que debía tratarse bien del año 79/80, bien del 84, mientras que G. Bastianini, “Il prefetto d’Egitto (30 a.C. – 297 d.C.): Addenda (19731985), ANRW, II 10.1, Berlín 1988, 507, consideró más probable que se tratara del 83/4 o del 84/5. Según la reconstrucción llevada a cabo por H. Pavis d’Escurac, La préfecture de l‘annone, Roma 1976, 45, C. Tettius Africanus Cassianus Priscus fue prefecto de la Anona inmediatamente antes del 80, año en que está atestiguado L. Laberius Maximus. Posteriormente ambos recibieron el gobierno de Egipto. Según las investigaciones de G. Bastianini, “Il prefetto d’Egitto”, ANRW, II 10.1, Berlín 1988, 506, C. Tettius Africanus Cassianus Priscus está documentado en la provincia entre el 80/1 y el 12 de febrero del 82 y L. Laberius Maximus entre el 9 de junio y el 9 de julio del 83. Por lo tanto, Iulius Vrsus desempeñaría los mismos cargos, justo antes de C. Tettius Africanus Cassianus Priscus o a continuación de L. Laberius Maximus. Pero hay que tener en cuenta que en el 78/79, G. Bastianini sitúa como gobernador de Egipto a C. Aeterninus Fronto. Así pues, Iulius Vrsus tendría que haber gobernado Egipto no más tarde del 77/8, lo que adelantaría su labor como prefecto de la Anona al menos hasta el 76/7. Por lo tanto, las opciones más verosímiles para ambos cargos serían los años 76/7 y 77/8 (o incluso antes) o los años 81/2 y 83/4. Recientemente el hallazgo de dos inscripciones en Sikayt (Egipto) (AE 2001, 2039 = AE 2005, 1626; AE 2001, 2051 = AE 2002, 86 = AE 2005, 1626 = AE 2005, 163) han disipado las dudas. Se tenía noticia de su gobierno en Egipto gracias a una inscripción encontrada en Manih, Wadi (Egipto) (AE 1956, 57) donde se lee “Anno IIII / L(ucius) Iulius Vrsus [praef(ectus) Aeg(ypti) ] hoc / loco hydreuma [ampl]iavit et cum esset / in[secur]um praesidium [ forti]us aedificari iussit / curam agente operis M(arco) Trebonio Valente praef(ecto) Bernic(idis)”. Pero no se podía precisar la fecha porque se desconocía a qué aludía el “anno IIII”. Sin embargo, en AE 2001, 2039 y 2051 se lee “Anno VIIII Imp(eratoris) / Caesar(is) Aug(usti) Vespasiani”, esto es el año 77. En consecuencia, “anno IIII” también haría referencia al reinado de Vespasiano, que se tituló faraón. De ahí que se pueda fechar el titulus en el 72. 22.  Basándose en un papiro de Berlín editado por H. Kortenbeutel, el estudioso francés A. Piganiol, “Le codicille impérial du papyrus de Berlin 8334”, CRAI 1947, 383 propuso la posibilidad de que L. Iulius Vrsus también ostentara el cargo de prefecto del pretorio. Esta teoría contó con el apoyo

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La brillante carrera desarrollada por L. Iulius Ursus como caballero, da una clara idea de la gran importancia que llegó a alcanzar dentro de la administración imperial. Esta imagen viene reforzada por la estrecha vinculación que mantuvo con la familia imperial, más concretamente con Domitia Longina, esposa de Domiciano23, y con Iulia, hija de Tito. De hecho, fue precisamente esta última quien le libró de ser ejecutado por Domiciano y consiguió que fuera nombrado cónsul por primera vez24. Para ello tuvo que ser translatus in amplissimum ordinem a fines del 83 o ya a comienzos del 8425. Tras ser incluido entre los patres, obtuvo el consulado sufecto en mayo del 8426. El asesinato de Domiciano estuvo lejos de suponer el fin de su carrera, puesto que fue uno de los personajes que influyeron en Nerva para que adoptara a Trajano en el otoño del 97. Su apoyo al nuevo Princeps le valió ejercer el consulado por segunda vez junto a Trajano en marzo del 98 y, dos años más tarde, tener el honor de ser cónsul por tercera vez27. Volviendo al tema de su origo, resulta conveniente iniciar el análisis partiendo de la teoría más comúnmente aceptada, esto es, que este personaje fue de origen galo, más concretamente narbonense. Esta hipótesis fue propuesta por Ronald Syme en un artículo publicado en 1980 sobre los prefectos del pretorio de Trajano y Adriano28. La investigación posterior de R. Syme, Tacitus, vol. II, Oxford 1958, 635. Pero ya H.-G. Pflaum, “A propos des Préfets d’Égypte d’Arthur Stein”, Latomus 10, 474, propuso que el “Iulius” citado en el texto no fuera Iulius Vrsus. Más recientemente, M. Absil, Les préfets du prétoire d’Auguste à Commode, París 1997, 212-215, demostró que la interpretación realizada por A. Piganiol no se adecuaba al texto. Aunque resulta algo extraño que transcurran ocho años antes de que ingrese en el ordo senatorius y obtenga su primer consulado, lo cierto es que ninguna otra fuente permite atestiguar este cargo en su cursus honorum. 23.  D. C., LXVII, 3, 1, relata cómo un tal Vrsus defendió a Domitia Longina frente al emperador, que planeaba ejecutarla a causa del adulterio que había cometido con un bailarín llamando Paris. Pero Vrsus logró disuadirle, de modo que el Princeps optó por divorciarse de ella después de dar muerte a su amante. 24.  D. C., LXVII, 4, 2. 25.  H. Kortenbeutel, “Ein Kodizill eines rómischen Kaisers”, Abhandlung der preussischen Akademie der Wissenschaft, Philosophisch-Historische Klasse, Jahrgang 1939, n. 13, Berlín 1940. 26.  Fast. Ost. I. I. 13,1, 193. 221. 27.  En estas dos últimas ocasiones sucedió en dicha magistratura al tres veces consular Sex. Iulius Frontinus (PIR2 I 322), que también defendió la candidatura de Trajano para la sucesión imperial. Acerca de este personaje: W. Eck, “Die Gestalt Frontins in ihrer politischen und sozialen Umwelt”, Wasserversorgung im antiken Rom, Wien, 19894 [1982], 47-62, y más recientemente D. R. Blackman y A. T. Hodge, Frontinus’ legacy. Essays on Frontinus’ “De aquis urbis Romae”, Michigan 2001; y M. Peachin, Frontinus and the “curae” of the “curator aquarum”, Stuttgart 2004. 28.  R. Syme, “Guard Prefects of Trajan and Hadrian”, JRS 70, 1980, 79, n. 151; id. “The Testamentum Dasumii”, Chiron 15, 1985, 41-63; id. “Hadrian and the Senate”, Athenaeum 62, 1984, 37.



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apenas la ha cuestionado29, pero puede ser interesante analizar los motivos que llevaron al estudioso inglés a formularla. Lo cierto es que Syme es muy escueto al referirse a ello. Lo menciona brevemente al hablar del origen de Sex. Attius L. f. Volt. Suburanus Aemilianus, que fue adiutor de L. Iulius Ursus tanto en su cargo de prefecto de la Anona, como en el gobierno de Egipto30. Por lo tanto, parece vincular a ambos personajes por su origo y, aunque no lo dice de modo explícito, posiblemente lo proponga debido a la abundancia de Iulii en la Narbonense, como ya hizo en el caso del joven senador Iulius Naso31. A favor de la propuesta de Syme, hay que señalar que, efectivamente hay diversos Iulii, tanto senadores como caballeros, atestiguados en las Galias. Concretamente, la investigación más reciente ha constatado la presencia de 26 equites y cinco clarissimi que portaban dicho gentilicio. Además, dentro de este grupo, el praenomen Lucius está presente en cuatro caballeros y un único senador32. Asimismo, el cognomen Ursus está atestiguado en la Narbonense en al menos seis ocasiones33. Por lo tanto, un origen narbonense no es descartable. Pero tampoco se puede afirmar que se trate de una hipótesis sólida, ya que el nomen Iulius está demasiado difundido en todo el Imperio como para poder adscribirlo a una zona determinada. A esto hay que añadir que L. Iulius Ursus no está atestiguado directamente en la Narbonense ni hay otros lazos, al margen de la onomástica, que lo vinculen

29.  Entre quienes se refieren a él como un personaje posiblemente galo están: O. Salomies, Die römische Vornamen, Helsinki 1987, 204; W. Eck, NP, Stuttgart 1999, s.v. “Iulius”, 43; y F. Des BoscsPlateaux, Un parti hispanique à Rome ?, Madrid 2005, 506. Sin embargo, Y. Burnand, Primores Galliarum: sénateurs et chevaliers romains originaires de Gaule de la fin de la République au IIIe siècle, Bruselas 2005-2008, no lo incluye en su completo estudio sobre los senadores y caballeros galos. 30.  Helliopolitanus Bull. de mus. de Beyrouth 1, 1937, 80 = AE 1939 60. 31.  En el caso de Iulius Naso, R. Syme, Tacitus, vol. II, Oxford 1958, 801, considera que el hecho de ser un Iulius indica que probablemente proviniera de la Narbonense o, en su defecto, de las Tres Galliae. Para refrendar su afirmación aduce que en la Transpadana no se había atestiguado ni un solo senador con dicho nomen. Sin embargo, tal y como ha hecho notar recientemente Y. Burnand, Primores Galliarum. I. Méthodologie, Bruselas 2005, 371, Syme acierta al identificar la presencia del gentilicio Iulius en esta zona, pero su difusión es demasiado amplia como para que sea indicativo de una origo gala. Antes bien, Y. Burnand indica que el ambiente social de Iulius Naso parece indicar que proviniera de la Transpadana. 32.  Y. Burnand, Primores Galliarum. II. Prosopographie, Bruselas 2006. 33.  A. Mocsy et alii, Onomasticon Provinciarum Europae Latinarum, vol. IV, Viena 2002, 187188. CIL XII 2476, 4747, 5261, 5265, E 49 (en todos Vrsa) y CIL XII 5250 + p. 855 (Vrss[a]).

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a la provincia. Su relación con Sex. Attius L. f. Volt. Suburanus Aemilianus tampoco implica una origo común. Todo senador debía tener su domicilium en la Urbe, donde tanto ellos como los caballeros que querían promocionar, tenían la oportunidad de desarrollar una intensa vida social, así que las ocasiones para que se conocieran serían numerosísimas34. Por otra parte, hay que considerar la posibilidad de una origo hispana. Poco tiempo antes de que Syme enunciara su teoría acerca de un posible origen galo, en 1977 P. Setälä35 ya había propuesto que tanto L. Iulius Ursus como el cónsul ordinario del año 67, L. Iulius Rufus36, fueran originarios de Hispania. Pero se trata de una teoría que ha tenido una acogida bastante limitada37. Setälä basaba su hipótesis en la vinculación existente entre los Iulii y las figlinae Tonneianae, de las que fue dominus L. Iulius Rufus y de la que tiempo después también fue domina Pedania Quintilla38. Según esta reconstrucción, L. Iulius 34.  Otra posibilidad es que se conocieran en la propia patria de L. Iulius Vrsus. Si este senador fue oriundo de Barcino o de otra ciudad de Hispania Citerior, pudieron conocerse durante la estancia realizada por Sex. Attius L. f. Volt. Suburanus Aemilianus, en la provincia. Este caballero, que desarrolló una larga carrera procuratorial, fue adiutor de L. Iunius Q. Vibius Crispus, legatus Augusti pro praetore in censibus accipiendis Hispaniae citerioris (AE 1939, 60), esto es encargado del censo en Hispania Citerior. 35.  P. Setälä, Private domini in Roman brick stamps of the Empire, Helsinki 1977, 40 y 156. 36. PIR2 I 532, es un personaje poco conocido. El único dato que se sabe de su cursus honorum es precisamente el consulado. En cuanto a su familia, se le supone padre de Iulius Rufus, un poeta mencionado por Marcial, X, 99, 2; PIR2 I 528. 37.  Antes de que Setälä publicara su trabajo, ya se habían realizado estudios sobre las élites hispanas, pero no entraban a considerar una posible origo hispana para L. Iulius Vrsus, que está ausente de las listas de notables hispanos propuestas por: A. Balil Illana, “Los senadores hispanorromanos desde Trajano a Commodo”, Saitabi 17, 1967, 3-24; H.-G. Pflaum, “La part prise par les chevaliers romains originaires d’Espagne à l’administration impériale”, Les empereurs romains d’Espagne, París 1965, 87122; y R. Etienne, “Les sénateurs espagnols sous Trajan et Hadrien”, Les empereurs romains d’Espagne, París 1965, 55-85. Asimismo, es frecuente que los estudios posteriores a 1977 tampoco consideren entre los notables hispanos a L. Iulius Vrsus. Es el caso de: A. Caballos Rufino, Los senadores hispanorromanos, Sevilla 1990, aunque en “Los caballeros romanos originarios de las provincias de Hispania. Un avance.”, en S. Demougin, H. Devijver y M.-T. Raepsaet-Charlier, L’ordre équestre: histoire d’une aristocratie, Roma 1999, 497, sí entró a contemplar dicha posibilidad. Tampoco lo consideran F. Des Boscs-Plateaux, Un parti hispanique à Rome?, Madrid 2005, que menciona un posible origen narbonense; y F. J. Navarro, “Senadores y caballeros hispanos de época Flavia”, en J. F. Rodríguez Neila y E. Melchor Gil, eds., Poder central y autonomía municipal, Córdoba 2006, 185-209. 38. Fue domina figlinarum Tonneianarum en época de Trajano y esposa de un Saenianus que, debido a la rareza del cognomen, se ha pensado que fuera M. Peducaeus Saenianus (cos. 89). Sería hija o preferiblemente hermana de Cn.? Pedanius Fuscus Salinator, véase M.-T., Raepsaet-Charlier, Prosopographie des femmes de l’ordre sénatorial, Lovaina 1987, nº 604, 491 y stemmae IX y XXIX.



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Ursus y L. Iulius Rufus serían hermanos, mientras que Pedania Quintilla sería hermana de Cn. Pedanius Fuscus Salinator (cos. ord. 118)39. Este último fue padre de Pedanius Fuscus y esposo de Iulia, hija de L. Iulius Ursus Servianus (cos. ord. III 134)40, hijo adoptivo de L. Iulius Ursus. Sin embargo, no parece plausible que Iulius Rufus y Iulius Ursus fueran hermanos, sino que es más probable que fueran primos. Resulta poco factible que dos hermanos desarrollaran carreras tan distintas. El padre de Iulius Rufus debía ser senador, más aún cuando el hijo alcanzó el consulado ordinario, que estaba fuera del alcance de los homines novi. Sin embargo, Iulius Ursus desarrolló una carrera ecuestre, que no habría emprendido de haber sido hijo de un clarissimus. En consecuencia, sus progenitores pertenecían a ordines distintos. Pero esto no impide que pudieran ser hermanos entre sí, de modo que Rufus y Ursus fueran primos. También cabe pensar que fueran tío y sobrino, pero es muy posible que pertenecieran a una misma generación41. En cualquier caso el parentesco entre ambos resulta difícil de probar, atendiendo a la gran frecuencia con que se atestiguan Iulii y personajes con el cognomen Rufus. Sin ir más lejos, en Barcelona se encontró una inscripción hoy perdida42, donde se hace referencia a un C. Iulius C. f. (o C. lib.) Rufus originario de Tolosa o Labitolosa, y a su hijo C. Iulius C. f. Rufinus, además de a dos mujeres, esposa e hija del primero. Pero no se trata de un caso único en Hispania, donde se han atestiguado varios Iulius Rufus y Iulius Rufinus, especialmente en Lusitania43. 39. PIR2 P 200. 40. PIR2 I 631. 41.  Iulius Rufus fue cónsul en el 67, por lo tanto debía tener entre 32 y 42 años. Al haber sido distinguido con el consulado ordinario, resulta lógico pensar que lo revistiera antes de la edad mínima exigida a los senadores plebeyos. Por lo tanto, habría nacido como pronto en el año 25 (en el caso de ser cónsul con 42 años) y el 35, siendo más probable una fecha próxima al año 35 que al 25. Sin embargo, Iulius Vrsus tuvo que desarrollar una larga carrera ecuestre antes de ser cónsul en el 84, así que debía tener más de 42 años. No es factible que antes de esa edad hubiera sido ya prefecto de la Anona y de Egipto. Antes bien, debió nacer varios años antes del 42, quizás en torno al año 35. De este modo, la distancia cronológica que los separa no es mucha, de ahí que sea preferible considerar la posibilidad de que fueran primos antes que tío y sobrino. 42.  CIL II, 4557 = IRC IV, 138. 43.  C. Iuliu[s] C. f. Gal. Ru[ f ]i[n]us fue atestiguado en Lisboa (CIL II, 225); C. Iulius Rufinus en Santiago do Cacém (IRCP 146 = RAP 436); G. Iulius Rufinus, hijo de un G. Iulius Rufus, en Belmonte (AE 1978, 387 = RAP 297); Q. Iulius [Ruf ]inus en Mérida (AE 1962, 65; G. Gamer, Formen römischer Altäre auf der Hispanischen Halbinsel, Maguncia 1989, 195, nº BA 40; J. Edmondson, “Los monumentos funerarios como espejo de la sociedad emeritense”, en T. Nogales Basarrate, ed., Augusta Emerita, Mérida 2004, 363, n. 69, fig. 10 a-b); [P.] Iulius Rufinus [G]al. en Vila Franca de Xira (AE 1965, 266); Iulius Rufus en Oliveira do Hospital (CIL II, 399 p. 817); C. Iulius Rufus en Lisboa (CIL

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Por lo tanto, no se puede descartar la posibilidad de un origen hispano para ambos personajes, pero ha de basarse en criterios más firmes. En 1999 A. Caballos volvió a tener en consideración la hipótesis de que Iulius Ursus fuera hispano44, una posibilidad que, a la luz de los estudios más recientes, no debe ser descartada. Más aún, se puede plantear la hipótesis de que se tratara de un senador tarraconense. A favor de un origen hispano habla la abundancia de Iulii en la Península Ibérica en su conjunto45 y en Hispania Citerior en particular. En el conventus Tarraconensis los Iulii están más presentes en Barcino y Tarraco y, aunque existen otras variantes, llevan preferiblemente el praenomen Caius. En segundo lugar, el praenomen más difundido es Lucius, con la peculiaridad de que no se ha atestiguado en la capital provincial pero sí en Barcino. Se da esta circunstancia a pesar de que es en Tarraco donde se han encontrado más Iulii46, seguida de Barcino47. De igual forma, no es ajeno a este ámbito el cognomen Ursus, atestiguado en Hispania Citerior en al menos ocho ocasiones48. II, 227); G(aius!) Iulius Gal. R[u]fus en Cascais (AE 1985, 513 = FE 68); L. Iulius Rufus en Mérida (EE VIII, 47 = ERAE 304); y L. Iulius Rufus en Terena (IRCP 455a). Asimismo, fuera de Lusitania se ha atestiguado la presencia de un Q. Iulius P. f. Gal. Rufus en Nueva Carteya, Córdoba (CIL II2/5, 351 = CIL II, 1598 p 703, 871 = ILS 7738) y de L. Iulius Rufinus en Clunia (RPC 456-7). Por último, se tiene noticia de otro L. Iulius Rufus (CIL II, 4975, 32 = CIL IX, 6083, 80 = HEp. 9 1999, 691), pero se desconoce dónde se encontró el epígrafe. 44.  A. Caballos, “Los caballeros romanos originarios de las provincias de Hispania. Un avance”, en S. Demougin, H. Devijver y M.-T. Raepsaet-Charlier, L’ordre équestre: histoire d’une aristocratie, Roma 1999, 497, nº H 8. Más recientemente también J. D. Grainger, Nerva and the Roman succession crisis of AD 96-99, Londres-Nueva York 2003, 14, ha contemplado la posibilidad de una origo hispana, aunque sin excluir que proviniera de la Galia Narbonense. 45.  Según J. M. Abascal Palazón, Los nombres personales en las inscripciones latinas de Hispania, Murcia 1994, 151, es el nomen más frecuente con 803 testimonios, lo que supone casi un 7% del total. 46.  G. Alföldy, Die Romischen Inschriften von Tarraco, Berlín 1975, recogió 56 testimonios. 47.  Según IRC IV, se han atestiguado 42 Iulii en Barcino. Muy por detrás se encuentran los 14 Iulii atestiguados en Valentia, donde son una de las familias más destacadas, vd. J. Corell, Inscripcions romanes de Valentia i el seu territori, Valencia 1997 (especialmente nº 26, p. 97); así como los 9 encontrados en Saguntum, véase F. Beltrán Lloris, Epigrafía latina de Saguntum y su territorium, Valencia 1980; y J. Corell, Inscripcions romanes del País Valencià. 1, (Saguntum i el seu territori), Valencia 2002. En el resto del conventus tan sólo se han encontrado 5 en la provincia de Barcelona (salvo la capital), vd. IRC I; un único caso en Lérida, vd. IRC II 125; y cuatro en Gerona, vd. IRC III. 48.  A. Mocsy, Onomasticon Provinciarum Europae Latinarum, IV, Viena 2002, 187-8, ha atestiguado nueve epígrafes donde figura el cognomen Vrsus y otros nueve donde aparece su variante femenina, Vrsa. Siete de ellos provienen de Hispania Citerior. Cuatro pertenecen a féminas: IRC IV, 243 (Barcino), RIT 662 y 678 (Tarraco) y HAE 804 (Bèlgida, Valencia). En los tres restantes se alude a varones: CIL II2/14, 785 (Dertosa), IRC I, 57 = IRC V, p 17 = AE 1982, 643 (Rubí, Barcelona),



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Sin embargo, en este caso la onomástica no puede ser empleada como un criterio definitivo. Por ello resulta mucho más interesante aludir a la vinculación existente entre L. Iulius Ursus y su hijo adoptivo L. Iulius Ursus Servianus, a quien la investigación ha supuesto tradicionalmente hispano49, aunque no haya sido unánime al otorgarle una procedencia más concreta, debatiéndose entre la Bética50 e Hispania Citerior51. Como es bien sabido, antes de ser adoptado su nombre era Ser. Iulius Servianus. El hecho de que ambos personajes compartan un mismo nomen antes de que se produjera la adopción, lleva a pensar que pudieron estar emparentados52. No resultaría extraño que L. Iulius Ursus fuera un tío por parte paterna de Ser. Iulius Servianus. A pesar de la falta de documentación que lo corrobore, esta hipótesis no es ni mucho menos descartable. Por lo tanto, resulta necesario analizar esta posibilidad.

IRC IV, 70 = AE 1957, 30 (Barcino). En el listado presentado por J. M. Abascal Palazón, Los nombres personales, Murcia 1994, 551, se observan pequeñas diferencias respecto a lo propuesto por A. Mocsy, pero no hacen referencia al conventus Tarraconensis. 49.  B. Borghesi, Œuvres complètes, VI, 431, fue el primero en proponer un origen hispano, rechazado posteriormente por E. Groag, RE, s.v. Iulius, 882, nº 538. 50.  El debate ha sido muy intenso en torno a este tema: R. Etienne, “Les senateurs espagnols sous Trajan et Hadrien”, Les empereurs romains d’Espagne (Madrid-Itálica 31 mars-6 avril 1964), París 1965, 61; C. Castillo García, Prosopographia Baetica, Pamplona 1965, 101-3 también sugirió, aunque con reservas, un posible origen bético; en esta misma línea, P. Setälä, Private domini in Roman brick stamps of the Empire, Helsinki 1977, 135, tomó como cierta la teoría de R. Etienne; posteriormente C. Castillo García, “Los senadores béticos. Relaciones familiares y sociales”, EOS II, Roma 1982, 506-7, mantuvo su hipótesis inicial; mientras que A. M. Canto, “CIL VI 10229: ¿El testamento de Licinio Sura?”, Chiron 21, 1991, 291 y n. 69; id., “Saeculum Aelium, Saeculum Hispanum: poder y promoción de los hispanos en Roma”, Hispania. El legado de Roma, Zaragoza 1998, 215, tampoco ha dudado de su origen bético. 51.  Esta teoría fue propuesta por R. Syme, “Pliny the Procurator”, HSPh 73, 1969, 232 y n. 117, aunque posteriormente prefirió considerar más probable un origen narbonense: id., “Guard Prefects of Trajan and Hadrian”, JRS 70, 1980, 79, n. 151. También ha sido apoyada por F. J. Navarro, “Un anónimo senador procedente de Barcino”, en C. Alonso del Real, ed., Urbs aeterna, Pamplona 2003, 663-677. Más recientemente, P. Le Roux, ha llevado a cabo una revisión de su artículo “Les senateurs d’Hispania Citerior”, EOS II, Roma 1982, 439-464. Esta actualización, que lleva por título “Les sénateurs originaires d’Espagne citérieure (2): un bilan 1982-2006”, en M. L. Caldelli, G. L. Gregori y S. Ordandi, Epigrafia 2006, Roma 2008, 1.003-1.028, ha supuesto la inclusión de Servianus, que no era mencionado en el trabajo de 1982, entre su elenco de “questions non résolues”. 52.  R. Syme, “The paternity of Polyonymous Consuls”, ZPE 61, 1985, 46, contempla la posibilidad de un parentesco entre ambos, pero le lleva a dudar de la origo hispana del hijo. A. R. Birley, Hadrian: the restless emperor, Londres 1998, 37, consideró que probablemente fueran parientes, aunque no alude a su origo. Por último, la opinión de Syme es compartida por F. Des Boscs-Plateaux, Un parti hispanique à Rome?, Madrid 2005, 506. Sin embargo, éste no puede ser un motivo válido para dudar del origen de Servianus, ya que la hipótesis de un origen narbonense no cuenta con una base firme.

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L. Iulius Ursus Servianus fue uno de los personajes más influyentes de su época. No obstante, no se conoce la totalidad de su carrera. Se sabe que nació en el año 48 y pudo haber sido pretor ya en el 7753. Pero se desconocen tanto los primeros cargos que desempeñó, como la totalidad de su cursus pretorio. En cambio se tiene noticia de que fue cónsul sufecto en el 90 junto con Antistius Rusticus, también hispano. Tras la muerte de Nerva, Trajano ascendió al trono imperial y fue Servianus quien le sustituyó como legado en Germania Superior, desde el año 97 hasta el 98/9954. Allí tuvo a sus órdenes al futuro emperador Adriano, que por entonces servía como tribuno militar en la XXII Primigenia Pia Fidelis. A continuación Servianus pasó a desempeñar el mismo puesto en Pannonia, posiblemente entre los años 99 y 101. Incluso pudo haber sido comes de Trajano en las Guerras Dácicas55. Una carrera militar tan destacada se vería recompensada con el cargo de pontifex (atestiguado en 101/2)56, pero además fue cónsul por segunda vez junto con L. Licinius Sura en el 102 y cónsul ordinario tertium en el 134 con T. Vibius Varus. Todo ello da idea de su gran proximidad al poder imperial. Respecto a su origen, hay que señalar que venía siendo considerado hispanoromano por una serie de cuestiones que, a pesar de no ser definitivas, parecen sugerir una origo hispana. En primer lugar, se ha aludido a la estrecha relación de amistad que mantuvo con Trajano, que llegó a considerarle capax imperii57. En esta misma línea, otro motivo para considerarle hispano ha sido su vinculación con Corduba mediante el llamado testamento Dasumio, que hoy se considera perteneciente a Domitius Tullus. No obstante, este dato no indicaría tanto una origo bética como su proximidad a los personajes más importantes de dicha provincia. Su mención en el testamento estaría justificada por su condición de esposo de Domitia Paulina58, hermana de Adriano y, por lo tanto, 53.  R. Etienne, “Les sénateurs espagnols sous Trajan et Hadrien”, Les empereurs romains d’Espagne, París 1965, 61. 54.  Hist. Aug., Hadr., 2, 6. 55.  A. Caballos Rufino, Los senadores hispanorromanos, Sevilla 1990, I 30, 386. 56.  En PIR2 I 112, las dos inscripciones donde se menciona este sacerdocio (CIL VI, 32445 y 31034) son atribuidas a un Ser. Iulius que consideramos debe ser identificado con L. Iulius Vrsus Servianus. 57. Plin., Epist., III, 17, 3; Hist. Aug., Hadr., 2, 6. 58.  G. Di Vita-Evrard, “Le testament dit ‘de Dasumius’: Testateur et Bénéficiaires”, Novedades de Epigrafía jurídica romana, Pamplona 1989, 165-6 y 174, considera que el “amicus rarissimus” al que se menciona como heredero junto con una “filia pientissima” del testador debía ser P. Calvisius Ruso (cos. ord. 109), que tras una adopción testamentaria pasaría a llamarse P. Calvisius Tullus Ruso. Por lo tanto, el Iu[---] mencionado entre los herederos por sustitución de dicho amicus no sería L. Iulius Vrsus Servianus sino P. Calvisius Ruso Iulius Frontinus.



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perteneciente a una destacada familia bética. Junto con el Princeps y a una tercera hermana, Domitia se encontraba entre los herederos por sustitución de la fortuna de Domitius Tullus59. Por otra parte, ha hecho pensar en una origo hispana la relación de L. Iulius Ursus Servianus con los Pedanii, a quienes a menudo se ha considerado originarios de Barcino, aunque la investigación ha protagonizado un intenso debate acerca de esta cuestión60. La vinculación de Servianus con dicha familia es clara, puesto que casó a su hija Iulia con Cn. Pedanius Fuscus Salinator (cos. ord. 118). De este matrimonio nació un hijo llamado Pedanius Fuscus61. Servianus consideró que tenía grandes opciones de ser designado para la sucesión imperial debido a su parentesco con el Princeps, ya que él mismo estaba casado con una hermana de Adriano. Sin embargo, en el 136 el emperador designó como su sucesor a L. Ceionius Commudus y poco después obligó a L. Iulius Ursus Servianus y a su nieto a suicidarse y así evitar que le sobrevivieran62. Por lo tanto, Servianus pudo ser objeto de una damnatio memoriae63. 59.  G. Di Vita-Evrard, “Le testament dit ‘de Dasumius’: Testateur et Bénéficiaires”, Novedades de Epigrafía jurídica romana 1989, 167, explica que, al contrario de lo que se venía creyendo, no se trataba de la hija de Servianus sino de su esposa. 60.  G. Lully, De Senatorum Romanorum Patria, Roma 1918, nº 839 pensó en un origen siciliano para Pedanius Cn. Fuscus Salinator (cos. ca. 84), opinión compartida por A. Garzetti, Nerva, Roma 1950, 114. Pero desde R. Syme, Tacitus, vol. II, Oxford 1958, 480 n. 1, 591 n. 9, 785, 794 nº 15, se ha considerado que la familia posiblemente proviniera de Barcino, aunque sin poderlo afirmar con seguridad. Asimismo, W. Eck, Senatoren von Vespasian bis Hadrian, Munich 1970, 107, nt. 84, consideró a L. Pedanius Secundus (cos. suff. 43) como originario de dicha colonia. Para conocer en profundidad la problemática en torno a los Pedanii es fundamental recurrir a: I. Rodà de Llanza, “La gens Pedania barcelonesa”, HAnt 5, 1975, 223-268; P. Le Roux, “Les senateurs d’Hispania Citerior”, EOS II, Roma 1982, 448-9; A. Caballos Rufino, Los senadores hispanorromanos, Sevilla 1990, 413-423, nº I 43-50; IRC IV, 103-5; P. Le Roux, “Les sénateurs originaires d’Espagne citérieure (2): un bilan 1982-2006”, en M. L. Caldelli, G. L. Gregori y S. Ordandi, Epigrafia 2006, Roma 2008, 1.014-5; I. Rodà de Llanza, “La promoción de las elites en las ciudades del conventus tarraconensis”, en F. J. Navarro Santana, ed., Pluralidad e integración, Pamplona 2010, 182-5. 61.  Resulta especialmente interesante considerar una fuente que ha sido asignada a Pedanius Fuscus, F. Cumont, Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum, vol. VIII, parte 2, Bruselas 1898-1953, 85, 18-86, 12. Se trata de un horóscopo que recogió Hephaestion de Tebas en su Apotelesmatica. Ha sido objeto de diversos estudios, entre ellos A. Caballos Rufino, “Los horóscopos de la Apotelesmática de Hefestión de Tebas y los senadores hispanorromanos”, MHA 7, 1986, 121-8 (concretamente 124-5). 62.  Hist. Aug., Hadr., 15, 8; id. 23, 2 y 8; id. 25, 8; D. C., LXIX, 2, 5; id. LXIX, 17, 1. Según A. Galimberti, Adriano e l’ideologia del principato, Roma 2007, 34-6, esta medida posiblemente habría sido la respuesta del Princeps a un golpe de mano efectuado por Pedanius Fuscus y respaldado por Servianus. 63.  E. Groag, RE, X1, 883, s.v. “Iulius”, nº 538; C. Castillo García, Prosopographia Baetica, Pamplona 1965, nº 189, 101; id. 1982, nº 66, 507; A. Caballos Rufino, Los senadores hispanorromanos, Sevilla 1990, nº I 30, 387.

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Esta circunstancia excepcional sería la causa de una falta de constatación documental que avale un origen hispano para Servianus. Pero recientemente se ha planteado la posibilidad de asignar a este senador una inscripción hallada en Barcelona (IRC IV, 31)64, lo que indica que muy probablemente Servianus proviniera de esta colonia. Inicialmente se había pensado que el epígrafe perteneciera al senador barcelonés L. Minicius Natalis (cos. suff. 106). Pero tras un detallado análisis F. J. Navarro concluyó que no se ajustaba bien a su cursus honorum y que sería preferible atribuir las honras a L. Iulius Ursus Servianus. Para ello se apoya no sólo en la reconstrucción de la inscripción, sino también en las ya mencionadas relaciones con los Pedanii y en la posible atribución a Servianus de un busto barcelonés. Respecto a los Pedanii, es bien conocida la polémica en torno a su origen y, por lo tanto, no entraremos a considerarlo en profundidad. Baste señalar que parece muy probable que existieran dos ramas de la misma familia, los Pedanii Salinatores de praenomen Cnaeus y los Pedanii Secundi, que llevaban el praenomen Lucius. De todos ellos el único que provendría con certeza de Barcino es L. Pedanius Secundus Iulius Persicus65, a quien se ha supuesto perteneciente al ordo senatorius. El resto de Pedanii barceloneses –la mayor parte libertos- parecen descender de este personaje66, que estaría emparentado con el cónsul sufecto del año 43 L. Pedanius Secundus. Bien pudo tratarse de un Iulius Persicus adoptado por este cónsul, aunque no se puede descartar que fuera hijo suyo y de una Iulia Persica67. En cualquier caso, se muestra como una vinculación entre los Pedanii y los Iulii, pero no es la única. También es bien conocido el caso de L. Pedanius L. f. Ursus, un decurión de Barcino que dedicó una inscripción funeraria en Génova a un amicus incomparabilis, el liberto C. Trocina Honesimus, sevir augustalis en la misma colonia68. Se 64.  F. J. Navarro Santana, “Un anónimo senador procedente de Barcino”, en C. Alonso del Real, ed., Urbs aeterna, Pamplona 2003, 663-677. 65. PIR2 P 203. 66.  IRC IV, 37 y 103-105; Scripta Manent, Barcelona 2002, nº 10, p. 170; I. Rodà de Llanza, “La promoción de las elites en las ciudades del conventus tarraconensis”, en F. J. Navarro Santana, ed., Pluralidad e integración en el mundo romano, Pamplona 2010, 183. 67.  P. Le Roux, “Les senateurs d’Hispania Citerior”, EOS II, Roma 1982, 449; F. J. Navarro Santana, “Un anónimo senador procedente de Barcino”, en C. Alonso del Real, ed., Urbs aeterna, Pamplona, 2003, 674; I. Rodà de Llanza, “La promoción de las elites en las ciudades del conventus tarraconensis”, en F. J. Navarro Santana, ed., Pluralidad e integración en el mundo romano, Pamplona 2010, 183. 68.  CIL V, 7767; Supplementa Italica, 3, Roma 1987, 234; Supplementa Italica, 22, Roma 2004, 185. A. Caballos Rufino, Los senadores hispanorromanos, Sevilla 1990, nº I 45, p. 417, consideró que



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ha pensado que Pedanius estuviera relacionado con L. Iulius Ursus Servianus69, pero también podría estar vinculado a su padre adoptivo70. Por último un posible origen barcelonés se apoya en un busto hallado en Barcelona y que ha sido atribuido a Servianus71. La identificación se basa en el parecido que guarda con otro retrato conservado en el museo del Duque de Wellington en la Apsley House de Londres72. Este último ha sido atribuido a Servianus porque fue dedicado por un liberto de nombre Crecens a L. Ursus cos. III73 y durante mucho tiempo se pensó que Servianus había sido el único senador con cognomen el hallazgo de esta inscripción no puede emplearse para justificar una origo barcelonesa de los Pedanii, ya que los otros dos decuriones conocidos en Barcino son extranjeros. Pero lo que aquí nos ocupa no es la origo de la familia de este personaje, por lo demás poco notable, sino el origen de su onomástica, que indica una vinculación a dos familias muy destacadas que probablemente provendrían de Barcino. Puede que las raíces de este decurión no estén en Barcino, pero que estuviera plenamente integrado en la colonia y que tomara su nombre de una familia barcelonesa. Su madre fue una Pedania Dionysia (IRC IV, 70) y su padre debía ser un L. Pedanius. Tanto el cognomen griego de la madre, como el hecho de que ambos progenitores fueran Pedanii hace suponer que posiblemente se tratara de una familia de libertos manumitidos por un L. Pedanius. Por otra parte, hay que recordar que L. Pedanius Vrsus está vinculado al liberto C. Trocina Honesimus, que fue amigo y dedicó un pedestal (IRC I, 125 = IRC V, 23 y 25) a L. Licinius Secundus, el famoso liberto de L. Licinius Sura (cos. ord. III 107) (acerca de los pedestales de L. Licinius Secundus véase IRC IV, 163-5). A ello hay que añadir que las tres familias más frecuentemente representadas en Barcelona son la Iulia, la Pedania y la Trocina, estando atestiguada esta última únicamente en Barcino y Tarraco, vd. F. J. Navarro, “Un anónimo senador procedente de Barcino”, en C. Alonso del Real, ed., Urbs aeterna, Pamplona 2003, 675. Por lo tanto, sólo cabe preguntarse si realmente existe algún elemento no barcelonés en este marco. 69.  F. J. Navarro Santana, “Un anónimo senador procedente de Barcino”, en C. Alonso del Real, ed., Urbs aeterna, Pamplona 2003, 674, considera que incluso puede indicar una vinculación familiar entre este senador y L. Pedanius Secundus Iulius Persicus. 70.  Podría pensarse en otro punto de coincidencia entre Pedanii y Iulii porque (Cn.?) Pedanius Cn. f. Fuscus Salinator fue cónsul sufecto en algún momento entre los años 82 y 85, véase A. Degrassi, I fasti consolari, Roma 1952, 25. Posteriormente se han propuesto fechas más concretas. En opinión de R. Syme, Tacitus, vol. II, Oxford 1958, 794, nº 15, en torno al 84. Para W. Eck, Senatoren von Vespasian bis Hadrian, Múnich 1970, 109 y 236, en el 85, aunque posteriormente sugiriera una fecha próxima al 84, id. “Jahres- und Provinzialfasten der senatorischen Statthalter von 69/70 bis 138/139”, Chiron 12, 1982-3, 331, nt. 198. Esto sitúa a Pedanius Fuscus Salinator en el mismo escenario que Iulius Vrsus, que alcanzó el consulado posiblemente en el 84. De este modo podría explicarse el matrimonio entre el hijo del primero y la hija de Servianus, véase Plin., Epist., 6, 26. 71.  Museo arqueológico provincial, nº de inventario 7582. E. Albertini, “Sculptures antiques et sculptures imitées d l’antique au Musée provincial de Barcelone”, REA 12, 1910, 252 y VIII, nº 7; id. “Sculptures antiques du conventus tarraconensis”, Anuari de l’Institut d’Estudis Catalans 4, 19111912, nº 200, 434 y 438 fig. 228. 72.  Existe un tercer busto muy semejante al de la Apsley House y que fue encontrado en las proximidades del puerto de Trajano, vd. A. Giuliani, Catalogo dei ritratti romani, Roma 1957, nº 53, 49, fig. 36-7. 73.  CIL VI, 1432 (cfr. p. 4697).

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Ursus que fue cónsul en tres ocasiones. Sin embargo, los últimos estudios indican que, en caso de ser auténtico, el busto barcelonés habría sido realizado en época Julio-Claudia74. De este modo, no podría representar a Servianus, pero sí a L. Iulius Ursus75, que bien pudo haber sido honrado en Barcino incluso antes de haber sido praefectus Annonae76. Por lo tanto, estaríamos ante un vínculo más entre esta familia y la ciudad. Por todo lo expuesto anteriormente el origen barcelonés de L. Iulius Ursus Servianus parece bastante probable, pero resulta conveniente plantearse si existe algún motivo que lleve a descartarlo. Por el momento, tan sólo se ha podido identificar un elemento discordante, su onomástica. El nombre original de este senador era Ser. Iulius Servianus. Pero, aunque en el conventus Tarraconensis se han atestiguado numerosos Iulii, ninguno de ellos lleva el praenomen Servius. No obstante, esta ausencia en las fuentes no puede considerarse un inconveniente serio porque no es exclusivo de esta región77. Tampoco existe noticia de ningún Servius Iulius entre los notables narbonenses y la Prosopographia Imperii Romani sólo contempla otro caso, un pontifex que posiblemente debamos identificar con este mismo senador78. En cuanto al cognomen Servianus resulta por lo general poco frecuente79 y no se puede tomar como determinante a la hora de asignar una origo. 74.  E. Koppel y M. Clavería, “Esculturas de la colección Barberà del Museu d’Arqueologia de Catalunya”, VI Reunión de Escultura Romana en Hispania (Segobriga 2008), vol. Preactas, Cuenca 2008, 53-4. 75.  F. J. Navarro Santana, “Un anónimo senador procedente de Barcino”, en C. Alonso del Real, ed., Urbs aeterna, Pamplona 2003, propuso la atribución del busto al consul III del año 134, pero sin llegar a descartar que pudiera tratarse de su padre adoptivo. 76. Si Servianus sufrió una damnatio memoriae, sería más probable que el busto barcelonés sobreviviera en el caso de que no representara su efigie sino la de su padre adoptivo. Además, si se tratara del cos. III 134, en la inscripción probablemente se leería su nombre previo a la adopción, esto es Servianus en vez de Vrsus, tal y como aparece cuando se emplea su nombre en la data consular, vg. CIL XV 250, 288 y 511. Lamentablemente no se ha conservado ningún epígrafe que acompañara al retrato barcelonés, por lo que se carece de la necesaria comprobación documental. 77.  Una posibilidad a tener en cuenta es que se trate de un Iulius que ha tomado su nombre del de su madre, que habría de ser una Sergia. No se trata de un fenómeno frecuente, pero existen otros casos similares en época imperial, vd. O. Salomies, Die römische Vornamen, Helsinki 1987, 164-6. No es un gentilicio frecuente en Barcino, ya que sólo se ha atestiguado en una ocasión, pero es bien conocido tanto en Tarraco como en Emporiae, vd. IRC IV, 64 (= CIL II, 4522, p. 982 = CIL II, 4526 = CIL V, p. 771). 78. PIR2 I 112. 79.  I. Kajanto, The Latin cognomina, Helsinki 1965, 155, tan sólo hace referencia a este clarissimus y a otros seis personajes recogidos en el CIL, pero no especifica de quién se trata. Por su parte, A. Mocsy, Onomasticon Provinciarum Europae Latinarum, vol. IV, Viena 2002, 73, tan sólo recoge cuatro casos, dos de ellos en Bélgica, uno en Dalmacia y un cuarto en Panonia.



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A la luz de los datos anteriormente expuestos no hay ningún elemento que permita proponer en firme un origen narbonense o bético para L. Iulius Ursus y L. Iulius Ursus Servianus. Antes bien, a falta de constatación documental que lo corrobore, parece muy probable que ambos provinieran de Barcino. En conclusión, el análisis realizado permite proponer al conventus Tarraconesis como el hogar de una destacada familia Iulia que viviría su momento de esplendor en los años finales del siglo I y comienzos del II y cuyos máximos representantes conocidos fueron L. Iulius Ursus y L. Iulius Ursus Servianus, originarios posiblemente de Barcino. En esta época las élites de Hispania Citerior alcanzarían sus cotas máximas de poder. Ejemplo de ello son el tarraconense L. Licinius Sura (cos. ord. III 107)80 y el barcelonés L. Minicius Natalis (cos. suff. 106)81. Buena parte del éxito de estos Iulii se debió a que supieron crear una importante red de alianzas. La primera de cuantas se conocen se estableció con el cónsul del año 43 L. Pedanius Secundus, cuya onomástica aparece formando parte del nombre de su posible hijo adoptivo, el barcelonés L. Pedanius Secundus Iulius Persicus. Aunque no haya seguridad al respecto, resulta interesante tener en cuenta la posibilidad de que L. Iulius Rufus (cos. ord. 67) estuviera vinculado a estos Iulii tarraconenses. La llegada de los Flavios al trono, supuso para L. Iulius Ursus una gran oportunidad que supo aprovechar. Debió ser un firme colaborador de Vespasiano, ya que desarrolló una exitosa carrera ecuestre durante su reinado, e influyó en Nerva para que Trajano fuera designado su sucesor. Respecto a sus vinculaciones con otros miembros de la élite imperial, conviene señalar que habría adoptado al hijo de C. Valerius Flaccus Setinus Balbus82, autor de la Argonautica y perteneciente a una antigua familia patricia83. También adoptó 80. PIR2 L 253. 81. PIR2 M 619. 82. PIR V 53. 83.  Resulta difícil explicar la totalidad el nombre de L. Iulius Vrsus Valerius Flaccus (cos. suff. 128), vd. PIR V 52, ya que en las fuentes aparece ordenado de modos diversos. R. Syme, “The paternity of Polyonymous Consuls”, ZPE 61, 1985, 194, propuso que fuera hijo del escritor y de una hija de Servianus. El problema que presenta esta teoría es que Servianus sólo pudo pasar a su nieto el cognomen Vrsus después de ser él mismo adoptado, esto es entre el año 90 y el 102, o en el caso de que se trate de una adopción testamentaria, entre los años 100 y 102, véase A. Caballos Rufino, Los senadores hispanorromanos, Sevilla 1990, nº I 30, n. 5. Sin embargo, el cónsul del 128 habría nacido en torno al año 86. Pudo nacer más tarde, pero en cualquier caso sería antes del año 100. De todos modos, hubiera sido más probable que el nieto recibiera el cognomen Servianus antes que Vrsus. Por el contrario, P. Setälä, Private domini in Roman brick stamps of the Empire, Helsinki 1977, 40 y 156, lo supuso hijo adoptivo L. Iulius Vrsus. Esta hipótesis resulta más adecuada porque, a pesar de las variantes encontradas, su

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a L. Iulius Ursus Servianus, que mantuvo una estrecha amistad con Trajano y contrajo matrimonio con una hermana de Adriano, de modo que su nieto tuvo fundadas aspiraciones de alcanzar la púrpura imperial. El joven nació del matrimonio de su hija con L. Pedanius Fuscus Salinator, así que se trata de una segunda vinculación con los Pedanii84. Hasta aquí podemos reconstruir las relaciones familiares de un grupo de Iulii que partiendo del conventus Tarraconensis supo llegar a los círculos más próximos al poder imperial.

nombre oficial era L. Valerius Flaccus, tal y como aparece en los fasti, vd. L. Vidman, Fasti Ostienses, Praga 1982, 49. Por lo tanto, es el nombre que se ha de tomar como punto de partida. 84.  Las relaciones entre Iulii y Pedanii también se reflejan en la onomástica de otros dos personajes, pero de cronología más tardía. El primero de ellos es Cn. Sertorius C.f. Brocchus Aquillius Agricola Pedanius Fuscus Salinator Iulius Servianus, véase PIR2 S 553. Pudo tratarse de un hijo de Pedanius Fuscus Salinator (cos. ord. 118) y de Iulia, hija de Servianus, adoptado por un descendiente del senador Sertorius Brocchus, procónsul en época de Claudio. O quizás se tratara del hijo natural de este último y de una hija de Pedanius y Iulia. Las distintas posibilidades fueron contempladas por R. Syme, “Ummidius Quadratus, Capax Imperii”, HSPh 83, 1979, 296. Más complicado resulta el caso del polinomio [---] Velleius P.f. Tro. [---] L. Sertorius [- - ] Pedanius Fuscus Salinator Sallustius Blaesus [---] Iulius Agricola Caesonius, atestiguado en Éfeso (AE 1972, 578 = AE 1977, 797). Aunque cabe suponer que fue un descendiente del anterior, no se analizará aquí porque ya ha sido objeto de un completo análisis por parte de E. Champlin, “Hadrian’s Heir”, ZPE, 21, Bonn, 1976, 84-9; y R. Syme, “Ummidius Quadratus, Capax Imperii”, HSPh 83, 1979, 297-8.

Pedanius Fuscus

Relaciones de parentesco seguras. Relaciones de parentesco probables. Adopciones

L. Iulius Ursus Valerius Flaccus (cos. 128)

¿Iulius? (eques)

Iulia

L. Iulius Rufus (poeta)

L. Iulius Rufus (cos. ord. 67)

¿Iulius? (senator)

Peducaeus Saenianus (cos. 89)

Sertorius Broccus (ep. Claud.)

Pedania Quintilla

(¿Sertorius Brocchus ?)

Pedanius Fuscus Salinator (cos. ca. 85)

Cn. Pedanius Salinator (cos. ca. 61)

¿Pedanius?

¿Pedanius?

L. Pedanius Secundus (cos. 43)

L. Pedanius Secundus Iulius Persicus

¿Iulius?

Cn. Sertorius C.f. Brocchus Aquileius Agricola Pedanius Fuscus Salinator Iulius Servianus

Cn. Pedanius Fuscus Salinator (cos. ord. 118)

Ser. Iulius Servianus = L. Iulius Ursus Servianus (cos. I 90)

¿Ser. Iulius Servianus? L. Iulius Ursus (cos. I 84)

Domitia Paulina

Domitia Paulina

Ulpia M.f. Plotina

C. Valerius Flaccus ADRIANO Setinus Balbus (IMP. 117-138) (escritor)

P. Aelius Hadrianus Afer

Aelius Hadrianus Marullinus

¿Iulius?

STEMMA: RELACIONES FAMILIARES DE LOS IVLII.

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