Relaciones entre los discursos, el género y la moral. (1).pdf

Share Embed


Descripción

Sara Beatriz Guardia Edición y compilación

PRrnmR CoNcnBso INTBRNIcIoNAL

Las mujeres en los procesos de Independencia de América Latina

Puru l:lr.r Er¡r pl()rf(iintit'lttos tie ltuitci'riri lt itr lur..,i:,l.tt i,'r' \ r]L,t)l(.

i)t,'r\)

-'

INDICE Presentación

i:ra

n

Beatriz Guardia. CEMHAL. Perú

Declaración de Lima. Mujer e Independencia en A'mérica Latina...........

15

Conferencias Magistrales

L¡ historia

silenciada de la mujer en la Independencia Americana

Edgar Montiel. UNESCO

2l

Erclusión y género. Las mujeres en la independencia del Perú. S:ra Beatriz Guardia. Universidad de San Martin de Porres - CEMHAL. Perú

3l

Diálogos con las historiografías independentistas

Ll pregunta del género

en los procesos independentistas latinoamericanos. Lucia Provencio. Universidad de Murcia. España..........

\lujeres coloniales que forjaron independencia: Nacionalismo y Heroísmo en .r rtgión ame ricana. \¡tiviclad Gutiérrez Chong. Universidad Nacional Autónoma de México. México.

4l

...

\ltrjer e independencia en la historiografía venezolana (1797-1830). \lrrla Alcibíades. Investigadora independiente. Vene2uela.................. S,-rbalternas e heroínas. Mulheres ern guerra nos séculos

57

69

XVIII e XIX: por um

;cn'rinismo decolonial.

\delia Miglievich-Ribeiro. Universidade Fcderal do Espírito Santo, Brasil..

79

la escasez de fuentes y el retorno a los archivos. Retos y r.,rsibilidacles de las fuentes de archivo para el estudio de las Muleres en la Independencia dr: la Nueva Granada (Colombia). [.1 mitr¡ de

\na Serrano Galvis. EI Colegio de México, Maestría en Estudios de Género. lViérico.....

89

InrigraEáo, género e dinámicas fan-riliares no contexto de independéncia do

Brrsil (1800-1890J. Losandrt¡ Antor.rio Tedeschi. Univcrsidad Federal da Grande Dourados, L FGD, tsr¡si1............

ll.

101

[-a construlcción discursiva de género en los pror:esos independentistas lncle¡rendéncia, Género e Reconhecimento: o lugar clas rnulheres na invencio NaEáo Brasileira. \laria de Lourdes Silva - Lia Faria. Universidade do Estado do Rio de Janciro, Brasil

.h

I13

l.tt lt,, i,,¡t, rl]t,lis. ru :rt i]l0L]liztttltrl. [)l| tt ]0r qr,n(.1 (r\. ,\rli.irtll.l Sli,'rt¿ \'ltl.ttii'2. l'nircrsi.Lrrri \li,ll()irrilnr tir,5lnr \ir,rili: \ Iriri' ,,.

rir, lii,lrrl:,,,

,\lli.l:.,rilrnt,r riL'¡rrir¡,'1,,r ltit i¡(l('¡(.¡(la'lttlt iir,li¡tril. R,,1.r!,\t,¡t,lr,:l!) !, lill ( itr lLrt11 i,r;1¡111j1¡¡¡ t, il;irl,rlr',t ,1,, ,.\lt'¡,;tr ( l:ririli,r l-r¡rrr. l-.rrL'r.:itirrtl l,'rlr'r'rrl tle Iii,,.l,,.lrr.L,ir,, (l rlrltll. lirrrsil.

1.r(r(l(

..

.'i )r'r,r. ir,n ntrtr iltn.r

ilr

Lr :íntlr,rl,r rl,,l ir,,t1,,r I l-lt i r¡ltstr.Lrt, i,¡rt rlr,l t rrltrr ¡¡ l;1 \'j1 -,,,, ( lrrrrr('n ('n,'1 ¡.1,,,.'r,, tLt,I¡tir,l¡1,¡ilt,¡L rrr Lit'( iriir,. ( :inl,,lt (,ir¡ri.i SL,to (,rrtiúrr.t,z. ['nirt,rriilttil ,],,( ht],,.

''. i \-1 ,1 ;.;;

,

I

,iL]

.#-1.

'ii

III. I)r¡riit ipiri itirr rlt'

l:rs

rrr.jt'rt'\

('r) l()s I)r()( ('\()\ irrrlt'¡rt'irtlt'rrlirlirs

[-ils lltLli('ri'\ rlt' I¡1¡¡j;i !,1 I i l)r!)( t.s¡ ¡]¡,J¡1 i¡,1, ;.,,11,i,, ,,:.r. l.] ..t:i,.1,, l,tr'li,li,,i,,

('llrl,,' i l. I lrrrtlrri,,,-\lt¡t':. i rrircrsrrlltrl \rl,ir,r¡.tl ti,, lt.rr,ii],,. I,r t-Ll. .............. l.rtr llliri,',r'. L,lt l.t (Ut,it,t i.r,\()lU(i()¡lll.iit (,n,,1 t,,r|1,,t;Lr r]r, ¡,,¡,,, (,rl].1i,'l:l(it,'s,,r,'r llr'rrit.izllrrr,i'.Irnirt'rsiilrrrlr]L'llLrt'nLrs,\ir-r,,-i nirrr:irirrrl \rr, ir¡nrrl i]L, Srr]tlr { inir t,rsirlrrrl \.r, ionlrl rlr, lrrirri. r\r.qr,nti¡rr. [.llr . ]li, llr'r.ll\ ! riiltrr L irlr,r 1 it rr r]L' r Isisti,nL ilt

1t't

rtL.ltiltlr

\irr¡,, \]lir,Li,r liirrlrl)irrl(). I nirr'lsitlrril tii,Iirirn. r\rgt,rtinrr. ( rr.ti;rL.iri'. |('nir\ \Lrl r il1:r. 1,1r1. llrs nrLrjt,r (,\ ( n lil !Ur,l'r il '

\

I..''

r

(,\

r\ili\ ir)rir ll.

r"'

\l'¡1,,'l.r \"ii..l:r (,rrl¡rit.lrr (,ri,s.Tt,s. l-nirr,rrrilrr,l il, I.lirL,rLr, ,\irt,, I r:rir, rri,i.rtl \.r, iLrrrll rir. Srrltrr. .,\r.!r'nlinlr. ... t\

.::i,;rl(.:,

ril'\,rr't

,i. , ' , , i't.r rlt, \.iL,t:L t,.

j rll/'.i:i'

,1,,

,

i.¡'1i:tii:r,:,,it.,,,,.i:

,,,

,tt', I

,:iri tr] ,i, r.. .. ',t ri, ..

. r.

.

,

LA FICCIÓN, UN DISCURSO MORALIZADOR PARA LOS GÉNEROS No tuve nada que ofrecerle. Fue una sonrisa crédula y la luz de mis ojos. Mas él dijo que quería el perfume de mi cuerpo que amaba mis besos. Entonces no tuve ni una sonrisa ni una mirada sólo pude darle mi alma y para él mi alma era Nada. Campobello

algunas costumbres que fueron vigentes a lo largo de más de cien años. Así a través del lenguaje observamos algunos usos y costumbres de la sociedad pos-independentista, donde los elementos teológicos influyeron a la norma y a las prácticas que de esta racionalidad se hizo. Es necesario decir que en algunas concepciones, la variación fue tan sutil, que sólo se dieron cambios breves, en otras, la racionalidad se instauró y dichos elementos permanecieron

Dra. Adriana Sáenz Valadez Facultad de Filosofía, UMSNH

tácitos en la vida cotidiana. Pensar a la mujer como ser natural, permeada por la razón teológica, fue la constante,

En el México pos independentista las concepciones

aunque no siempre con la misma severidad. Dicha

para los hombres y las mujeres mantuvieron

noción permaneció velada, como cristal de un

contradicciones

en

color que modifica el objeto. Del poema se pueden

constantes fricciones. Estudiar estos cambios y

inferir ciertas características morales de dicha

obligaciones desde los textos literarios es analizar

sociedad, algunas porque transcendieron hasta el

la cultura en varios de sus productos morales, así

siglo XX, bordando de manera sincrónica el

como explicar los elementos que apoyaron la

pensamiento del siglo XIX; en parte por azar y en

formación de los prototipos de género. Por ello, a

otra porque conformaron elementos de la vida en

través del análisis de un poema de la época, se

el lenguaje y ahí, es donde se crearon universos

estudiará la relación de estos esquemas y las

simbólicos, formas de ser mujer y hombre, que a

obras de arte literarias,1 como formas del lenguaje

través de la vida cotidiana se reprodujeron,

que reflejan a la sociedad que se mira frente a

enseñaron y aprendieron.

propias

de

una

época

La sociedad mexicana asumió la vida a

ellas.2 “Ordenazas de Venus para las majas y

partir de dos culturas: la española y la indígena.

chinas de volantería” -de orden popular y que

La

permaneció a manera de tradición oral- expone

violenta construyó con un lenguaje común, credos

Las obras de arte literarias es un término importante para este estudio, ya que en el nombre, según Ingarden, está delimitada la diferencia entre un texto literario y otro que carece de los elementos implicados en la ficción para ser llamado de esta manera. Algunos elementos a destacar son: la opalescencia, los objetos representados, los estratos heterogéneos, el hecho de que es un objeto puramente intencional y requiere de

un sujeto (lector) para concretizar estas representaciones. Sugiero se consulte: Ingarden. La obra de arte literaria. 1998. 2 Para este estudio se analiza un poema que permiten explicar la relación de la ficción con el entorno, mas no se afirma que estos ejemplifiquen la totalidad de dicha época, sino una visión de ella.

1

conquista

como

proceso

de

interrupción

125

y formas de interacción propias del conflicto entre

aprobaba. La labor de la casa, la educación de la

dos cosmovisiones. Los pueblos de indios fueron

familia y las manualidades se instauraron como lo

sometidos, se les obligó a hablar otra lengua, a

femenino, cuando son labores propias de lo

vestirse con ropas europeas, a no adorar a sus

humano. En todo esto y a manera de paradoja, la

dioses, a renegar de lo que comían, vivían y

mujer era responsable de sus actos. Lo cual es

amaban.

Por lo anterior, en el México pos-

contrario a todas las instrucciones canónicas que

independentista la moral se educó, en la iglesia,

se les enseñaban. Precisamente en su calidad de

en la casa y en la escuela. Para las mujeres, los

seres “infantiles” se les instruía que lo mejor que

textos escolares versaban acerca de temas como:

podían hacer era elegir a un varón respetable, que

la vestimenta correcta, el color adecuado para las

les enseñase cómo vivir su vida.

3

telas, de qué debían hablar y por supuesto cómo y

Para ambos sexos la belleza y el rango

cuándo debían callar, cómo debía ser una mujer -

fueron

recatada,

los

marcadas en el texto. Ser bonita era esencial en el

sirvientes, modesta el vestir- en fin, todo lo que la

México independiente. A través de la belleza se

moral demandaba de ella. La costumbre para las

podían conseguir favores, posición y prestigio. La

jóvenes era muy exigente. Madame Calderón de la

categoría bonita6 no necesariamente tenía que ver

Barca4 afirma que las mujeres no leían, no

con el canon de belleza y con nacer así, se podía

examinaban más allá de un libro al año, aun

acceder a la belleza a través de los mecanismos

contando los textos religiosos. Tejían, bordaban,

no naturales, tales como el uso de la ropa, el

practicaban

algún

peinado y el caminado. En este brillo, la conducta

instrumento y leían los textos propios de las

masculina también estaba regulada por dicha

mujeres castas, aquellos que el varón al mando

racionalidad, que llamaremos patriarcal.7 Se les

Esta apropiación y sus luchas ha sido analizada por diversos estudiosos. Se sugiere se consulte: Gutiérrez. En busca de los pobres de Jesucristo. El pensamiento de Bartolomé de las Casas. 1992; Florescano. Etnia, estado y nación. 1996; Todorov. La conquista de México. 1982 y Zavala. La encomienda indiana. 1973. 4 La condesa Calderón de la Barca de nacimiento escocesa fue esposa del primer embajador español del México independiente. En 1847 describe que la división en castas permanecía hasta entonces y menciona siete. Explica que unas son más feas que otras y por supuesto, las que a su gusto son menos estéticas, son las que se dan entre negros e indios. “Me preguntáis si existen entre las castas de México algunas diferencias. Hay siete que se supone que sí las tienen: 1º los Gachupines, o españoles, nacidos en España; 2º los Criollos, esto es, los blancos, de familia europea, nacidos en América; 3º, los Mestizos; 4º, los Mulatos, descendientes de blancos y negros, de los cuales hay pocos; 5º, los Zambos, de negros e indios, la raza más fea de México; 6º los Indios,

y 7o, lo que ha quedado de los Negros Africanos”. Calderón de la Barca. La vida en México. 1990, p. 276. 5 “No creo que existan más allá de media docena de mujeres casadas, y algunas muchachas por encima de los catorce, que lean un libro al año, con excepción del misal”. Calderón de la Barca. La vida en México. 1990, p. 168. 6 Se entiende que la categoría de lo bonita es una taxonomía arbitraria y subjetiva. No significa lo mismo en diferentes épocas, lugares y/o países. Pero sí cada época ha construido, a través de diferentes mecanismos, sus prototipos de lo bello. 7 Sin pretender ser exhaustiva podemos asumir que la racionalidad patriarcal es un sistema de verdad que postula, entre otras cosas, que lo razonable está dado por la autoridad simbólica atribuida al patriarca. Véase: Amorós. Hacia una crítica de la razón patriarcal. 1991 y Sáenz. Una mirada a la racionalidad patriarcal en México en los años cincuenta y sesenta del siglo XX. Estudio de Los años falsos de Josefina Vicens. 2011.

esposa

sumisa,

vigilante

de

5

3

el

deshilado,

tocaban

elementos

importantes,

cualidades

126

inculcó de tal manera, que lo propio en el concepto

Los criollos mantuvieron una lucha por el

teológico se volvió la norma que regiría todo su

poder de la tierra, por la explotación de los

actuar, la dualidad del criollo se enraizó y permeó

recursos, por ser reconocidos como legítimos, por

a la sociedad posterior.

ser quienes dictaran normas, costumbres; por la

Así se establecieron varias formas de ser varón,

cultura, el poder político y el económico. A su vez,

por un lado, ostentoso, soberbio, banal, arribista,

los mestizos también lucharon por su legitimidad,

por otro, reservado, tímido, callado y observador.

por un deseo de llegar al poder.

Esta dualidad se personificó en varias formas de

El poder y la transformación cultural fueron

ser: el tímido y reservado, con miedo para hablar,

proceso de creación de los criollos; para mostrar

el que nombró las cosas en diminutivo y en ello

su dominio, el que aún no tenían, pero en el

reflejó su psicología. Afirmó pero no en la totalidad

parecer sí, se vistieron con ropa elegante e

e independencia de crear universos a través del

imitaron los contrastes económicos del bienestar

sustantivo, sino por medio del diminutivo: camita,

ilustrado. La vida llena de privilegios se debía

salsita, parte de algo, dependiente, pero real. A

demostrar, la forma de concebir el mundo estaba

través de lo pequeño fue miedoso, sometido, pero

en la ostentación; en quiénes parecían ser ante los

valiente; sumiso y callado, atrevido y explorador;

otros.9 La transformación fue lenta, pero cierta. El

en este sentido, la dualidad de estas formas

criollo con privilegios y riquezas vestía bien, el que

continuó.8

no, también ostentaba, era la forma de pertenecer

La forma de nombrar permeó al siglo XIX

y ser. La doble moral se hizo presente, no sólo

sobre todo en los sustantivos utilizados por los

importaba el poder real o el dominio territorial que

criollos de la moderna Ciudad de México, la clase

tenían, sino la apariencia; a través de la imagen

media. La moral criolla estuvo presente, oscilando

se asumían como lo que no necesariamente eran.

entre el anhelo de ser y el de parecer, itinerantes

En este sentido la vida de los criollos se caracterizó

entre el remordimiento por fallar a los preceptos

por la riqueza de su vestuario, por la necesidad de

religiosos y el ser sensuales, adoradores del

ostentación.10

cuerpo y sus placeres, ilustrados y lectores. El

Este sector se dividió en dos grandes

indio aparentó adorar, cambió de nombres, incluso

grupos. Los intelectuales que lucharon por una

quizá de formas de idolatrar, pero en el ser interno

nueva sociedad y los desplazados con miedo. Sin

continuó la cosmovisión sincrética.

embargo, en la vida cotidiana se dio el mestizaje,

“Los discursos y mitos sociales ordenan, legitiman, disciplinan, definen los lugares de los actores de las desigualdades y su subordinación en los espacios sociales y subjetivos, que la violencia –visible o invisible– en tanto acto de fuerza –físico o simbólico– instituye”. Fernández. La mujer de la ilusión. Pactos y contratos entre hombres y mujeres. 1993, p. 29. 9 “El hombre gasta sus ingresos o la mayor parte de ellos en destacar su posición masculina, es terriblemente

aficionado a todas aquellas prendas de vestir simbólicas de lo masculino: el sombrero, ya sea el de charro o el borsalino; la pistola, el caballo o el automóvil serán su lujo y orgullo, se trata de manifestaciones externas a las que compulsivamente recurre para afirmar una fortaleza de la que interiormente carece”. Ramírez. El mexicano, psicología de sus motivaciones. 2004, p. 64. 10 Careaga. Mitos y fantasías de la clase media en México. 1976, p. 42.

8

127

la cultura fue sincrética y en el lenguaje como

poderosos, patrones; en el plano de los simbólico

forma moral se hizo evidente. 11 Esta sociedad

era un distingo de jerarquía civil y religiosa. A su

sincrética le dedicó atención al aspecto del

vez las mujeres no caminaban por la calle,

caminar, porque era una forma de interactuar en

costumbre que permaneció como símbolo de

el espacio público. A las señoritas se les permitía

nobleza hasta mucho después. Calderón de la

y se les exigía en medida disociada. Por un lado se

Barca relata que al salir a la Alameda de la Ciudad

pedía absoluta castidad, pero en lo secreto se le

de México las mujeres no andaban, las que salían

instaba a la coquetería. Debían dar pequeñas

de sus casas iban en transportes.12

señales al varón, pero de tan discretas que nadie

A través de los elementos simbólicos del

pudiese acusarlas de ser disolutas o livianas. Con

poder y del lenguaje como producto moral, la vida

ello se asumió a la mujer como objeto de deseo,

pública y la vida privada se establecieron como

no como ser que pudiera sentirlo o mostrarlo. Se

distintas y se dividieron las funciones de acuerdo

permitía que la madre enseñara sus anhelos a las

al nivel social. En este tenor, se enseñaron y

hijas, para que ellas pudieran con este saber,

respetaron como formas públicas y privadas de

“cazar un buen partido”.

obediencia a la norma. Las mujeres y los hombres

El transporte en una ciudad urbanizada,

fueron educados para el rol y prototipo que les

desde la concepción criolla, era sustancial. Poseer

tocaba interpretar.13 La conducta de las mujeres

un caballo y ser visto en él era parte importante

se reguló a partir de estos principios que se

de las cosas que conformaban la identidad. La

volvieron reflejos forzados a realizar. De tal que la

altura del caballo ubicaba a las personas en

costumbre permaneció con algunas variaciones.

diferentes planos, ver a las personas desde arriba

Durante

-el acto de mirar es considerado un elemento de

enviudaban y se quedaban a cargo de una pulpería

la moral- posicionaba a los jinetes como pulcros,

[tienda]14 la mayoría contrataban a un empleado

“Vivimos en un mundo de consecuencias involuntarias y todos/as estamos acriollados/as. El acriollarse no es un proceso que haya ocurrido a unos “ellos” a los que compadecemos y vemos con amable condescendencia. Los procesos de apropiación, de sincretismo, de fabricación a partir de materiales disparejos y faltos de gracia, de adaptación, de acuerdo entre formas conflictivas y de intersección creativa son funciones con las que ya vivimos como quienquiera que seamos”. Blau, “Acriollarse”. Otramente: lectura y escritura feminista. 1999, p. 262.

en tan mal estado y las aceras son tan estrechas, tan compacto el gentío, el hormigueo de léperos en andrajos tan molesto, que todos estos inconvenientes, a los que hay que añadir la fuerza del sol al mediodía, ofrecen una perfecta excusa para que las señoras no se dejen ver en las calles de México”. Calderón de la Barca. La vida en México. 1990, p. 78. 13 En los hombres: “En su lenguaje recurrirá a formas procaces considerándolas como hará alarde de la sumisión que las mujeres tienen para con él; en su conversación y en sus expresiones actuará en forma muy similar a la del inseguro adolescente que fantasea con todo aquello que le produce ansiedad...” Ramírez. El mexicano, psicología de sus motivaciones. 2004, p. 64. 14 “…se denominan así por varios factores, uno era por el tipo de mercaderías que vendían, otro por el volumen de venta de las mercancías y, un tercero por la forma de venta”. Silva. “La organización de las tiendas

11

“… ya que en México no se practica el paseo a pie, que aquí se considera como poco elegante; y aunque a veces algunas señoras vestidas de negro y puestas de mantilla, se aventuran a andar a pie muy temprano en la mañana para ir a misa o de compras, están las calles 12

mucho

tiempo

las

mujeres

que

128

que fungiera como cajero, porque no se veía bien

En el siguiente poema “Ordenazas de Venus para

que desempeñaran el comercio.

las majas y chinas de volantería” se observa como

Las descripciones que encontramos de la

a las mujeres “importantes” de casa unifamiliar y

educación moral de las mujeres, al pasar de

de buenas costumbres, en el espacio público no les

trescientos años fueron cambiando. Juan Luis

era permitido expresarse libremente. El texto

Vives y Fray Luis de León entre otros, imaginaron

denota una amplia ironía, lo que es importante

a la mujer casta, sumisa, entregada al marido y a

para ejemplificar la relación entre lenguaje y

las labores de la casa, adverso a lo que las mujeres

moral, y cómo la crítica a ésta, está íntimamente

cantaban en “Ordenazas de Venus para las majas

ligada a sus productos culturales, la ficción como

y chinas de volantería” o lo que madame Calderón

uno de ellos.

de la Barca describe; en este sentido la concepción se modificó y barnizó.15 A partir de la ficción observamos que la Ilustración en México modificó la vida cotidiana, pero el pensar el deber ser de cada sexo fue una más de las contradicciones de estos hombres y mujeres que lucharon por un sistema con más libertades. La costumbre dominó el ejercicio diario, aun y cuando las ideas se estaban repensando.

“Ordenazas de Venus para las majas y chinas de volantería”16 Yo, como señora, mando sobre las chinas y majas y aseguro sus ventajas si obedecen a mi bando. Les iré, pues, ordenando cuanto pueda conducir el arte de persuadir con industriosos encantos como que sus adelantos dependen del bien lucir. Aquí mi furor comienza

pulperas en la Ciudad de México, siglo XVIII”. La población de la Ciudad de México en 1790, Estructura social, alimentación y vivienda. 2004. pp. 284-285. “La presencia de la mujer como dueña de tiendas era insignificante para 1781 había 13 dueñas del total de 221 pulperías y para 1804 había 17 propietarias de 285 tiendas registradas, o sea que durante 23 años se mantuvo el mismo promedio, 6 por ciento del total de los establecimientos de ese tipo pertenecía a mujeres. Éstas también utilizaban los servicios de un cajero, en 1781 del total de tiendas propiedad de mujeres, diez estaban bajo el control de un cajero”. Silva. “La organización de las tiendas pulperas en la Ciudad de México, siglo XVIII”. La población de la Ciudad de México en 1790, Estructura social, alimentación y vivienda. 2004, p. 295. 15 “Y demás de esto, si la casada no trabaja ni se ocupa en lo que pertenece a su casa, ¿qué otros estudios o negocios tiene en qué se ocupar? Forzado es que, si no trata de sus oficios, emplee su vida en los oficios ajenos, y que dé en ser ventanera,

visitadora, callejera, amiga de fiestas, enemiga de su rincón, de su casa olvidada y de las casas ajena curiosa, pesquisadora de cuanto pasa, y aún de lo que no pasa inventora, parlera y chismosa, de pleitos reveladora, jugadora también y dada del todo a la conversación y al palacio, con lo demás que por ordinaria consecuencia se sigue, y se calla aquí ahora, por ser cosa manifiesta y notoria. Por manera que, en suma y como en una palabra, el trabajo da a la mujer, o el ser o el no ser buena, porque sin él o no es mujer, sino asco, o es tal mujer, que sería menos mal que no fuese. Y si con esto que he dicho se persuaden a trabajar, no será menester que les diga y necesario rogarles que velen, que son las otras dos cosas que les pide el Espíritu Santo, porque su misma afición buena se las enseñará”. León. “Cualidades de una buena esposa”. La educación de la mujer en la Nueva España. 1985. pp. 50-51. 16 Texto tomado de: Gonzalbo. [compiladora]. La educación de la mujer en la Nueva España. 1985. pp. 121-126. 129

y os ordeno lo primero que des valor al salero17 perdiendo toda vergüenza. No ha de haber una que venza la fuerza del sacudir:18 y si alguno corregir quiere vuestro aire pomposo, con otro aire desdeñoso Echaos desde luego a reír. es un necio mentecato el que os quiere censurar ese bello arte de andar Propio de un culo barato. La rancia ley del recato está abrogada en el día; y si algún simple os porfía que ese aire no es natural decidle que de esa sal gusta la galantería. Lo segundo que os convoco es ya, para que sepáis, que muy mal os presentáis. si no lo hacéis con descoco. Vuestro crédito muy poco será si andáis entumidas pues las acciones medidas no son en el día de la moda: y el que de esto se incomoda que se vaya a las Tebaidas.19 Con todo hombre habéis de hablar sin encogimiento alguno

Salero es una expresión que denota la gracia al caminar y actuar. 18 Al respetar la rima, se pone sacudir, pero la palabra que explicaría mejor sería “caminar y a los ademanes libres y llamativos”. Gonzalbo. [compiladora]. La educación de la mujer en la Nueva España. 1985, p. 122. 19 “La palabra Tebaidas, se refiere a la primera zona en donde radicaron los ermitaños, quienes eran conocidos por su forma austera de vivir y por su devoción ascética, incluso exagerada”. Gonzalbo. [compiladora]. La educación de la mujer en la Nueva España. 1985, p. 122. 20 “La referencia Majo, era una forma del lenguaje de romper el protocolo. Las buenas costumbres denominaban con Don, o usted. La forma que se comprende como moderna era el tuteo”. Ibídem, p. 123. 17

y aunque parezca el más tuno no lo habéis de despreciar. Reírse mucho, manotear darle vuelo al abanico, tratar al Majo de chico20 mandándole con denuedo hará que aplauda su miedo las gracias de vuestro pico.21 Y para que se conforme en todo vuestro vestido en daros ahora he venido las reglas del uniforme. Nada quiero que se reforme ni en el traje se suprima de cuanto una pantomima22 pudiera usar en la tabla, pues éste es el que más habla y el traje que más me anima. Para la calle la saya sea o no sea de calabrote ha de ser alta y que azote o que vaya haciendo raya pues siendo así, en atalaya pondrá a los tunos su corte: y que importe o que no importe a eso que llaman honrilla, aunque nos vean la pantorrilla eso es nada, no os acorte. Los palillos u operanta os permito con tal que con garbo saquéis el pie

En el texto, la ironía como recurso ficcional, implica la intención del autor. La forma que podría ser incluso vulgar de denominar a la boca, ya que la metáfora entre pico y boca, aparece al lector en un lenguaje que traslada el lenguaje popular al literario, se expone como un ejemplo de texto común o del vulgo. Estaba dirigido a aquellas mujeres, que no tenían el reconocimiento público, entre las otras señoras, de ser doñas. Entre los caballeros, denota burla y una vez más, la mujer es puesta como ser natural. 22 “Pantomima era la actriz que desempeñaba cualquier tipo de papel en una representación teatral. Supuestamente eran de malas costumbres y su vestuario diseñado para llamar la atención”. Ibídem, p. 123. 21

130

empinando su garganta. A la china determino que suelden el armador; que el listón atacador ande en el aire sin tino. Y porque a su gusto atino les doy la banda encarnada la lentejuela sembrada en el paño de cuapaxtle23 y por enaguas un maxtle24 se vistan, si les agrada. Si el cristianismo se espanta de esta vuestra bizarría, no os confundáis, que en el día en que hay mayor concurrencia me da a mí más complacencia la gentil cortesanía. Deberéis en el estrado25 tratar de amores y celos de sospechas, de recelos fingiendo desdén y enfado. El ajustar un tratado de legal correspondencia ha de ser de vuestra ciencia26 todo el fruto, con tal que no conozca el que más ve el plan de la conferencia.

la alianza se corrobora y se ajustan las visitas Condiciones exquisitas se proponen, se proponen, se señala la calidad de la gala: se finge el chiqueo hasta ver cuánto se podrá extender la mano del que regala. Vuestro continuo [sic] ejercicio ha de ser sólo pasear salir sin tino y entrar y afectar todo artificio. Personarse en el bullicio, Fumar mucho, leer comedias, no apuntar ni aun unas medias27 dar quejas a todas horas ser de las otra censoras28 y platicar sus tragedias. Consultar con el espejo las facciones cada rato,29 divertirse con su gato o de un perrito al festejo. Salir a espiar el cortejo30 cada instante a la ventana ostentársele liana en señas y contraseñas, son acciones halagüeñas de una maja veterana.

A esto se siguen las citas del lugar, el tiempo y la hora:

“Esta expresión dicta la estricta etiqueta a la que estaban sometidas las mujeres. El color Cuapaxtle es rojizo, parecido a lo que hoy se conoce como el traje típico de china”. Ibídem, p. 124. 24 “Maxtle era el calzón que utilizaban los indios antes de la conquista. Para esa época ya estaba en desuso”. Ibídem, p. 124. 25 “La palabra estrado que se utiliza en el ámbito religioso, en esta época era también el lugar en donde las mujeres recibían a las visitas”. Ibídem, p. 124. 26 El lenguaje en su contexto moral delimita épocas, habla del sujeto en el mundo. La oración se expresa con la palabra ciencia, en donde leemos a un sujeto Ilustrado, si fuera un hombre del Medievo, hubiera utilizado palabras como credo. 27 La oración es interesante en la expresión moral que implica, apuntar medias era cocer, labor que sólo hacían 23

las mujeres y que era parte de la división que llamaban natural del trabajo. 28 Esta práctica de censurar o medir, es una acción que se les enseña a las mujeres y que en este texto estaremos revisando, porque es una de las formas que la racionalidad patriarcal utiliza como forma de poder, para que con tal práctica, no se formen grupos solidarios entre las mujeres. 29 “El revisar con el espejo” es una costumbre que se atribuye a la conducta de las mujeres, como si fuera característica propia de lo femenino. 30 El cortejo era “…el novio o el pretendiente”. Ibídem, p.126; una actitud que se incentivaba entre las mujeres. Por un lado no debían presionar el novio porque él como autoridad era el que decidía, pero al mismo tiempo se les educaba a espiarlo, de alguna manera era como decir: −no participes, pero sí hazlo−. Contradictorio y dual, pero cotidiano. 131

En el poema el título refiere a la caza y a la

debían ser recatadas? ¿Por qué pone como

volantería en ello está haciendo referencia a la

ejemplo a las chinas? El arte de persuadir, lo

actividad de cazar utilizando halcones. La palabra

define como la actividad que realizan aquellas

no es accidental, el halcón es un animal pequeño,

mujeres que sacan ventaja de su aspecto físico, no

astuto y con una vista más precisa con respecto a

sólo de aquel que la naturaleza les otorgó, sino del

otros animales. No es tan distinguido como el

supuesto de lo que se puede hacer con el “salero”;

águila, que en esta analogía correspondería al

la instrucción primigenia es clara, debían parecer

varón, sobre todo a aquellos que eran más astutos

ser recatadas y en verdad ser chinas: “que des

que las mujeres. Los hombres fueron puestos

valor al salero/perdiendo toda vergüenza”.31

como distraídos ante los encantos “femeninos” y

La segunda recomendación responde a otra

en esa debilidad, caían ante el “acecho” de las

referencia moral. A través de la ironía, en la

mujeres. Ellas eran las que debían coquetear y

conciencia de que lo dicho rompía con las reglas

cazar. En esta analogía, está presente la dualidad

morales, las motiva a platicar con los hombres.

moral que se enseñaba y practicaba. Debían ser

Debían hablar y coquetear con todos los varones,

recatadas y atrevidas como el halcón.

ya que no sabían cuál sería el “incauto”, que

El texto, a través de la voz enunciativa del

sucumbiría antes sus encantos. Les exhorta a

yo, primera persona del singular, se ubica frente a

modificar su actitud, ya que de no hacerlo

los lectores en un lugar de poder. Se presenta

deberían irse a las Tebaidas o lugar en donde

como la enunciación de una señora que domina y

vivían

manda a las majas y a las chinas, todo porque ya

pareciera contradictoria con respecto a las órdenes

había cumplido con el contrato que la legitimaba y

morales del recato. Ese supuesto es delicado de

la hacía honorable, ser señora y no solterona. La

obedecer. Si la mujer asumía las actitudes de las

instrucción implicada está dada, ella conoce los

volanderas, podía quedarse sola y ¿qué haría si

mecanismo para lograr el anhelado contrato de la

era un ser para otro?, pero si se adjudicaba todas

honorabilidad, para ello ofrece sus consejos y

las posturas de dichas mujeres, podía pasar a ser

aquella que la escuche y obedezca, logrará

“china” y así no estaría incluida en el grupo de las

contraer el tan preciado bien, el matrimonio, la

honorables. La lección es clara, la invitación del

vida anhelada desde la niñez.

texto a la reflexión por igual. Desde ambos lados

los

primeros

estetas.

Esta

ordenanza

El lenguaje ubica a los seres en el espacio,

de la moneda las mujeres son presentadas como

los representa moralmente, al expresar majas y

seres para otro. El fin era el mismo, conseguir un

chinas, está utilizando el apócope que se les daba

marido, a pesar de que los caminos fueran

a las mujeres de vestir licencioso o atrevido. La

distintos.

instrucción pareciera contradictoria, ¿entonces no

Gonzalbo. [compiladora]. La educación de la mujer en la Nueva España. 1985. pp. 124. 31

132

En el primer sendero, el del recato y el

vestidos rojos. Explicita la forma de poner el pie y

abandono a la sensualidad, el peligro era no ser

de lucir el tobillo. Instruye a las mujeres en la

atractiva y quedarse sin la posibilidad para la que

posición que deben asumir frente al varón. Las

habían sido educadas, con lo que quedaba el único

lecciones son varias, la pantorrilla al igual que

camino posible, el matrimonio divino. El segundo

algunas

andar también tenía su riesgo, si se coqueteaba

prohibidas por ser consideradas lugares que

demasiado, se dejaba de ser honorable (y con ello

incitaban a pecar. Motivar a enseñar algunas

se debían asumír las consecuencias sociales). Si el

partes

coqueteo se hacía con maestría, todo inmerso en

desobediencia a la norma moral. La paradoja está

la lección moral clara de la incipiente racionalidad

implicada en la comprensión del cuerpo, mostrar

patriarcal se podía obtener

el tobillo era sinónimo de ligereza, pero hacerlo

al mejor de los incautos. En ambas posturas todo

tenía sus recompensas, por supuesto si la mujer

el riesgo lo asumía la mujer, el varón fuera

era descubierta, se hacía acreedora a ciertas

ingenuo o águila, sólo debía elegir. No debía, en

sanciones.

estas formas del deber hacer, adjudicarse ninguna de las consecuencias.

partes

del

del

cuerpo

cuerpo

era

femenino,

una

forma

eran

clara

de

El símil de la pantomima es importante, las actrices de la época tenían muy mala reputación,

La siguiente instrucción que está dada al

atentaban contra la moral por varios aspectos, sin

igual que todas, en el texto, a través del recurso

importar la conducta que ellas pudieran tener.

ficcional de la ironía, tiene que ver con el hablar y

Eran mujeres que trabajaban en el ámbito público,

el vestir. La mujer al hablar tiene la posibilidad de

el

convencer, si ella lo sabía hacer bien lograría

interactuaban en igualdad de circunstancias con

persuadir al varón. El silencio como norma

sus compañeros de trabajo, una razón más para

principal del deber ser no se abandona, sólo se

que el grupo juramentado de los varones se

debe saber cuándo es el momento de acudir a él.

sintiera agredido por la conducta de las actrices, el

El vestuario era por igual importante, ya que es la

atuendo

posibilidad cubierta del cuerpo. Recomienda subir

concretización

cual

era

al

sólo

que 33

privilegio

se

hace

de

los

referencia

varones;

era

la

del tabú. Era una forma de llevar

la falda, enseñar la pantorrilla, usar tacones 32 y

“Los palillos u operantes eran los tacones”. Ibídem, p. 124. 33 “5. La concretización de la obra literaria se distingue, además, por el hecho de que una apariencia verdaderamente explícita de las objetividades representadas ocurre solamente aquí, mientras que en la obra misma es solamente indicada y mantenida en estado potencial por los aspectos mantenidos listos. Una apariencia plenamente perceptiva, sin embargo, puede darse solamente en la concretización de una obra teatral. He aquí la superioridad indicada de este tipo de obra literaria. 6. En las concretizaciones de las obras 32

llega una situación que nos puede engañar en cuanto a la naturaleza esencial de la obra literaria. Por las transformaciones de los estratos en las formaciones fónicas, en las unidades de sentido y de los aspectos que ocurren en la concretización de una obra, un número de las manchas de indeterminación es eliminado. Como resultado, los objetos representados aparecen ante nosotros en una forma más plena en las concretizaciones…” Ingarden. La obra de arte literaria. 1998, p. 397. “Parecería, […] que la obra de arte literaria trabaja sola, […] pero no es así, el mismo repertorio de elementos preñados, potenciales de los 133

al ámbito público, aquello de lo que no se debía

relevante, la moda francesa es la que marcaba la

hablar, mucho menos gozar y/o sentir.

pauta entre las señoras de la alta sociedad en

Las revistas de moda muestran que aún en

México, aun y cuando la ropa que utilizaban para

los años diez del siglo XX, se mostraba que lo

“estar en casa” fuera común y quizá descuidada.

correcto era llevar la falda larga, con excepción del

En la ciudad las zapatillas hicieron su aparición en

atuendo laboral, donde se permitía que estuviera

la

más corto, por supuesto, sin portar medias

utilizaban muchos vestidos, de telas brillantes e

llamativas. La pantorrilla era una parte del cuerpo

importadas a la manera de las revistas de moda

que no siempre quedaba al descubierto, pero que

que llegaban por barco. Los zapatos los usaban

en determinadas posiciones podía ser muy útil

pequeños, como respuesta nuevamente al canon

para el coqueteo.34 Cuando la mujer estaba

de belleza; ellas se consideraban más hermosas

sentada al lado de una mesa, podía dejar que se

en la medida en que su pie fuera más pequeño, así

viera levemente parte de la pantorrilla y con ello

que preferían entorpecer su caminar que mostrar

llamar la atención del varón. A esto se le agrega

su verdadera talla de pie.36

vida

cotidiana.35

Las

mujeres

elegantes

que la postura se modifica con los tacones, pues

Parecer de pie pequeño,37 usar la ropa que

aún en el silencio, la mujer demostraba su interés

resalte el talle estrecho, anunciar su posición

en ser vista. La paradoja en el pensar el deber ser

social a través de las joyas, no parecen ser las

femenino es la constante. La educación las instaba

pautas de una mujer dedicada a la adoración

a cuidar su caminar, se criticaba severamente a

religiosa, todo esto permitido si la mujer iba

aquellas que como el poema lo señala, se

acompañada de su dama de compañía o del

“meneaba al avanzar”.

marido. Permanece la duda constante hacia la

En la sociedad pos-independentista, para

conducta femenina, fueron puestas en el trono, el

1847, el contraste entre la vestimenta de la gente

arquetipo de la sinrazón y la naturaleza pecadora.

común y las personas de clase acomodada era

A los varones les gustaban los tacones, pero si la

sonidos verbales depende de la competencia lingüística del lector porque lo que hace la obra de arte literaria es sugerir cierta potencialidad, pero la actualización -la construcción del correlato intencional, la concretizacióndepende del lector. Esto demuestra que la obra de arte literaria no es un objeto ideal inmutable, sino que depende de sus concretizaciones”. Ruiz. Hermenéutica de la obra de arte literaria: comentarios a la propuesta de Roman Ingarden. 2006. pp. 41-42. 34 Ortiz. “Casa, vestido y sustento. Cultura material en anuncios de la prensa ilustrada (1894-1939)”. Historia de la vida cotidiana en México. 2006, p.122. 35 Pérez. “Modernidad y modas en la Ciudad de México: de la basqueña al túnico, del calzón al pantalón”. Historia de la vida cotidiana en México. IV Bienes y vivencias. El siglo XIX. 2005, p. 64.

36

“En contraste con el lujo excesivo de las Señoras, se ve a las pobres indias atravesar con su trote la plaza, las trenzas de su cabello negro entretejidas con un listón rojo y sucio”. Calderón de la Barca. La vida en México. 1990, p. 101. 37 “El afán de lucir de pie pequeño (hasta hacerlo defectuoso) se prolongó por lo menos durante la primera mitad del siglo XIX”. Los zapatos de punta y tacón fueron cambiados por zapatillas bajas, preferentemente de raso, todo por seguir lo que la moda europea decía. Pérez. “Modernidad y modas en la Ciudad de México: de la basqueña al túnico, del calzón al pantalón”. Historia de la vida cotidiana en México. IV Bienes y vivencias. El siglo XIX. 2005, p.64.

134

mujer los usaba, ella era la provocadora, la que

viudas tenían la obligación de mostrar en el

sufriría la consecuencia de los actos, ya que la

espacio público, su condición privada. El color fue

norma y los jueces fueron impuestos desde el

y en muchos casos continúa siendo una forma de

grupo de poder. Desafortunadamente una aporía

ubicar a los seres humanos en mecanismos

más,

limitantes y enajenantes. Los espacios ubicaron a

algunas

mujeres

tuvieron

influencia

significativa en estos grupos y en las decisiones de

los seres

la época, pero en su mayoría apoyaron este

concretaron

pensar. Contrario a lo que pudiera parecer, las

sexo.

humanos

y

imágenes

a

partir

de

ellos

se

prototípicas para cada

mujeres eran las interesadas en vigilar estas

La mujer en la dicotomía de valores si

normas, en señalar a la transgresora, en educar a

cumplía con los prototipos,39 podía ser buena,

las hijas a obedecer, a aparentar obediencia

santa en tanto madre, viuda, monja y señorita si

infringiendo y a mostrar sin denotar. Así las

era hija o solterona y para ello debía portarse

mujeres se volvieron celadoras de su propia

como tal. En la exigencia del parecer, la moral

cárcel, aspecto que en el poema se destaca.

ubicó a la mujer como lo natural y para ello

Los colores que han implicado posición

delimitó, como ya se dijo, la ropa, la forma de

social, solvencia económica, eran una forma más

caminar y de ver, más impuso formas sociales de

de mostrar castidad o liviandad. Los matices no

convivencia, cimentadas siempre en la duda y la

son ajenos al significado social de cada contexto,

precaución. El atuendo varonil era igualmente

pero en ello, no necesariamente llevan la misma

importante,

connotación en todos los seres humanos. Las

condecoraciones implicaba un signo inequívoco de

indias usaban el color rojo en la cinta del cabello y

virilidad.

el rojizo en las faldas, en contraste, las mujeres

Otra

ser

militar

instrucción

con

moral,

rango

y

tener

delimitada

al

educadas debían cuidar el color de su ropa, ya que

espacio que se hace presente en el poema, eran

por su elección eran juzgadas por el comité de

los acuerdos de visitas y pláticas, para siempre

vigilancia, de la “censura”,38 como chinas o

parecer y no ser. La virginidad era el bien por

vulgares, con ese simple acto, podían perder

intercambiar, entonces se debía tener cuidado

dignidad.

especial en conservarla -ellas sí tenían algo que

La forma de marcar fue de tal magnitud, que en

perder-. En el poema se le da mucha importancia

las

de

a esta conducta, la mujer era considerada un ser

prostitución, la “zona roja”, aun cuando el color se

incapaz de cuidar su condición de virgen, por ello

utiliza en múltiples propósitos, marcas y formas.

debía siempre estar acompañada y recibir a las

El color negro debía llevarse para el luto, las

visitas en determinado lugar. Esto no limitaba el

Hago referencia al poema en la estrofa en donde satiriza la conducta muy común entre las mujeres, la censura como forma de interacción violenta entre el grupo de lo conocido como lo femenino.

39

38

ciudades,

se

denomina

a

la

zona

Véase: Romero. “Las otras personajes femeninos en Simplezas de Laura Méndez de Cuenca”. Los prototipos de hombres y mujeres a través de los textos latinoamericanos del siglo XX. 2011. pp. 287-304. 135

que hubiera una serie de acuerdos para ver a los pretendientes

y

contactos

cuestión, de tal que la lección de la voz de

efímeros. Los varones buscaban lograr verla al

enunciación es el juego de la doble moral. Las

pasar o ser invitados a la casa y acompañados de

mujeres que ligaban a jóvenes modernos, debían

los

romper el protocolo establecido, en ropa, tacón,

familiares

poder

poder

mantener

En el poema se pone esta situación en

intercambiar

algunas

palabras.

forma de moverse y caminar, pero no debían

La señora recibía a las visitas en un lugar

hacerlo aparente y llamativo, debían actuar sin

destinado para ello. No era la sala que ya era un

que los demás se dieran cuenta -ahí está presente

espacio muy íntimo y sólo estaba contemplada

la doble moral–. La moral cambió, ya no sólo se

para los invitados de la familia o cuando había una

debía ser virtuosa y santa -se podía coquetear-

estrecha relación social. Los estrados era donde se

pero no debían nunca hacerlo público. El cortejo

recibía a las visitas donde las señoras y señoritas

en secreto, todo un arte: entre el estrado y la

platicaban

puerta de la iglesia.

con

sus

amigas,

por

supuesto

acompañadas de una mujer adulta que cuidara y

El autor finaliza dando un resumen de la

vigilara el tono de las pláticas y de las “buenas

conducta dada a las mujeres. Debían hablar, reír,

costumbres” propias de su sexo y posición social.

fumar

Ante tan estricto cuidado, suenan casi fantásticas

masculina– no debían leer, ni platicar de las obras

todas las aventuras amorosas que la literatura se

cómicas vistas en el teatro y sí debían vivir para el

ha encargado de narrar, pareciera que a los

espejo. De las últimas actitudes que recomienda

vigilantes de la moral, se les escapaban asuntos o

es que fueran “censoras de las otras”. Pareciera

dejaban que se les fugaran, para así cuidar la

que sugiere a las mujeres un cambio radical de

mercancía que tenía que mostrarse, pero que no

conducta y aunque es así en algunos aspectos, el

depreciara su valor.

deber ser de la mujer continúa siendo el mismo,

Un elemento más de la moral que señala el

mucho

–actividad

predominantemente

ser un ser para otro, vigilarse entre ellas, cuidar

poema, fue el aspecto de parecer y no ser. Se

del ser natural que son y vivir para la imagen.

debía parecer ser santa, aun cuando en lo privado

A

pudiesen

La

comprensión del recurso de la ironía como técnica

literatura ha dado muestras de la conducta de las

ficcional, podemos comprender algunos aspectos

celestinas, de cómo los amantes se encontraban o

del deber ser para los hombres y las mujeres, pero

cuáles eran los obstáculos que los atrevidos

en esta dura crítica que hace el poema a las

galanes debían combatir, todo con tal de lograr a

costumbres, llama la atención que no se utilice la

la amada. Esta costumbre cuando salía de control

ironía para denunciar la censura y la crítica que

y la mujer se enredaban en asuntos amorosos no

debían hacer unas de otras, sino que ese aspecto

autorizados por linaje o casta, el desenlace era la

del deber ser femenino, se da por debido.

considerarse

otras

opciones.

través

del

análisis

del

poema

y

de

la

vida religiosa; perdida la “virginidad” se olvidaba la posibilidad de casarse. 136

A manera de conclusión:

Los cautiverios para los varones no están

La ironía, cómo recurso literario es una forma de

distanciados. La presencia teológica está presente.

crítica y permite, al igual que la comedia,

El prototipo del ser hombre se entendió como lo

reflexionar, en este caso sobre los prototipos y

masculino, en tanto perseguidores de lo femenino,

formas del deber ser que mantenían cautivos40 a

“viriles” machos por los que las mujeres pelearían

las mujeres y hombres de la época. Por ello, la

entre sí; ser el varón por el que las mujeres debían

crítica explicitada en la ironía del poema. A través

competir, y él en la persecución de lo femenino,

de incitar a hacer, pero teniendo cuidado de que

pretendía satisfacer esa necesidad; no buscaba

lo hecho no se perciba, la mujer de tiempos

amor, ni compañía; ni solidaridad, ni plática, sino

independentistas

lo femenino que está en todas.

doble

moral,

liberal.

Debía

Las mujeres compiten y viven para el

coquetear, pero que no se notara, debía callar,

varón, su ser está en ser para otro, ser su mujer,

pero hablar cuando era pertinente, debía siempre

su esposa, su amante, aquella que cobra vida en

cuidar que el marido o pretendiente no se

el mundo y por lo tanto en el texto, a partir de las

percibiera menos inteligente, porque eso sería la

vivencias que tenga y haga para él, si no ¿qué

desgracia femenina, ¿para qué se querría a una

haría con su vida? La opción era el matrimonio

mujer lista? Así las mujeres aprendían una lección

sagrado, que finalmente era una vida conyugal.

de la doble moral, hacer creer al marido que él era

La ficción reprodujo formas estereotipadas de los

quien tomaba las decisiones.

cautiverios de género y a su vez muestra formas

implicada

en

la

aprendía

la

racionalidad

La relación entre moral y lenguaje es

de vivir los roles, con ello también enseña la

intrínseca y en ello, indivisible. El lenguaje como

consecuencias de recusar al rol y el alto costo

forma moral está determinado por el habla;

social que esto conlleva, todo envuelto en el aura

incluso en la infracción se legitima. Desde tiempos

de la ficción, que permite ubicarnos en otros

pos-independentistas, la ficción ha cumplido su

mundos, si no reales, sí tan reales como la crítica

rol: juez y parte de esta relación. En el poema se

a la moral que conlleva dicha ficción.

retrata el uso cotidiano de la enseñanza moral, donde la casa, la escuela y la iglesia fueron los principales protagonistas, legitimadores de este

Referencias bibliográficas:

discurso. La ficción, a manera de ironía, llama al

AMORÓS, Celia. Hacia una crítica de la razón patriarcal. España: Anthropos, 1991.

cuestionamiento de la relación y de las íntimas estructuras duales y contradictorias que se dan entre ellas.

ANÓNIMO. “Ordenanzas de Venus para las majas y chinas de volantería”, en: La educación de la mujer en la Nueva España. [Antología]. México:

El concepto de cautiverio ha sido desarrollado por: Lagarde, Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. 1997. 40

137

Ediciones El Caballito y SEP cultura, 1985. págs. 121-125. BLAU DU PLESSIS, Rachel. “Acriollarse”, en: Fe, Marina. Otramente: lectura y escritura feminista. México: Fondo de Cultura Económica, 1999. págs. 261-262. CALDERÓN DE LA BARCA, Madame. La vida en México. [Teixidor, Felipe, Traducción y prólogo]. México: Editorial Porrúa; Sepan Cuantos, No. 74, 1990. 9ª edición. CAREAGA, Gabriel. Mitos y fantasías de la clase media en México. México: Cuadernos de Joaquín Mortiz, 1976. 4ª edición. FERNÁNDEZ, Ana María. La mujer de la ilusión. Pactos y contratos entre hombres y mujeres. Argentina: Paidós, 1993. FLORESCANO, Enrique. Etnia, estado y nación. México: Taurus/Alfaguara, 1996. GUTIÉRREZ, Gustavo. En busca de los pobres de Jesucristo. El pensamiento de Bartolomé de las Casas. Lima: Instituto Bartolomé de Las Casas /Centro de Estudios Públicos, 1992. INGARDEN, Roman. La obra de arte literaria. México: Taurus/Universidad Iberoamericana, 1998. LAGARDE, Marcela. Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1997. 3ª edición. LEÓN, Fray Luis. “Cualidades de una buena esposa”, en: Gonzalbo, Pilar. [Compiladora]. La educación de la mujer en la Nueva España. México: Ediciones El Caballito/ Secretaría de Educación Pública, cultura, 1985. págs. 39-52. ORTIZ, Julieta. “Casa, vestido y sustento. Cultura material en anuncios de la prensa ilustrada (18941939)”, en: De los Reyes, Aurelio. (coord.). Historia de la vida cotidiana en México. México: Fondo de Cultura Económica/El Colegio de México, 2006. págs. 117-157.

pantalón”, en: Staples, Anne. (coord.). Historia de la vida cotidiana en México. IV Bienes y vivencias. El siglo XIX. México: El Colegio de México, 2005. págs. 51-80. RAMÍREZ, Santiago. El mexicano, psicología de sus motivaciones. México: De Bolsillo, 2004. ROMERO, Leticia. “Las otras personajes femeninos en Simplezas de Laura Méndez de Cuenca”, en: Sáenz, Adriana. (coord.). Los prototipos de hombres y mujeres a través de los textos latinoamericanos del siglo XX. México: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo/ Universidad de Guadalajara /Universidad Autónoma de Nuevo León, 2011. págs. 287-304. RUIZ, Silvia. Hermenéutica de la obra de arte literaria: comentarios a la propuesta de Roman Ingarden. México: Universidad Iberoamericana/ EON, 2006. SÁENZ, Adriana. Una mirada a la racionalidad patriarcal en México en los años cincuenta y sesenta del siglo XX. México: Plaza y Valdés/ Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2011. SILVA, Jorge. “La organización de las tiendas pulperas en la Ciudad de México, siglo XVIII”, en: Miño, Manuel y Pérez Toledo, Sonia. (coordinadores). La población de la Ciudad de México en 1790, Estructura social, alimentación y vivienda. México, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, El Colegio de México, Consejo nacional de Ciencia y Tecnología, Biblioteca Signos, Número 33, 2004. págs. 281310. TODOROV, Tzvetan. La conquista de México. México: Siglo XXI, 1982. VIVES, Juan. “De cómo se ha de criar las doncellas” en: Gonzalbo, Pilar. (compiladora). La educación de la mujer en la Nueva España. México: Ediciones El Caballito/Secretaría de Educación Pública, cultura, 1985. págs. 29-38. ZAVALA, Silvio. La encomienda indiana. México: Porrúa, 1973.

PÉREZ, Julieta. “Modernidad y modas en la Ciudad de México: de la basqueña al túnico, del calzón al 138

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.