Relaciones de la Republica Popúlar de Polonia con Yugoslavia y Albania

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Descripción

·colección universidad·7·

Editado por

Małgorzata Mizerska-Wrotkowska José Luis Orella Martínez

·SCHEDAS·

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Editado por Małgorzata Mizerska-Wrotkowska José Luis Orella Martínez © 2016, Los autores © 2016, SCHEDAS, S.L. Paseo Imperial 43C, 6ºD. 28005-Madrid. www.schedas.com Tel. 911264770 [email protected]

Este libro fue publicado como el resultado del proyecto internacional de investigación realizado por el Instituto de los Estudios Europeos de la Universidad de Varsovia y el Instituto CEU de Estudios Históricos. Esta publicación fue financiada por la Facultad de Periodismo y Ciencias Políticas de la Universidad de Varsovia, el Instituto CEU de Estudios Históricos y el Foro Arbil.





Reseñadores: Prof. Paweł Skibiński (Instituto de Historia, Universidad de Varsovia) Prof. Manuel Martínez Neira (Universidad Carlos III de Madrid) Esta publicación contiene 18 hojas editoriales.

ISBN (papel): 978-84-16558-08-7 ISBN (EPUB): 978-84-16558-09-4 ISBN (MOBI Kindle): 978-84-16558-10-0 Printed: CreateSpace

Manuel Martínez Neira

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Małgorzata Mizerska-Wrotkowska y José Luis Orella Martínez

17

Justyna Miecznikowska 

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Jacek Wojnicki 

49

Małgorzata Mizerska-Wrotkowska 

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Jacek Wojnicki 

95

Marko Babić 

121

Dariusz Popławski 

139

Anna Skolimowska 

159

Mariano González Clavero y Lucas Molina Franco 

185

Antonio Cañellas Mas

209

Mª Dolores Algora Weber

239

Álvaro Ferray



273

José Luis Orella Martínez

Ricardo Martín de la Guardia

307



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MARKO BABIĆ Universidad de Varsovia 1. Relaciones polaco-yugoslavos 1945-1991 El final de la II Guerra Mundial significó división ideológica de Europa en el mundo comunista al que pertenecía la Unión Soviética y los países de la Europa Central y del Este y el no comunista de la Europa Occidental cuyo mentor y defensor eran los Estados Unidos. Tanto Polonia (desde el año 1944 hasta la caída de comunismo en el año 1990 que tenía el nombre oficial República Popular de Polonia - PRL) así como Yugoslavia1 se encontraron en el bloque comunista reconociendo el liderazgo de la Unión Soviética. En principio hay que destacar que desde el año 1944 hasta el 1949 y a partir del octubre de 1956 los líderes políticos polacos llevaban intereses de forma relativamente independiente. Sin embargo, la comprensión de su propio interés dominante en los años 1944-1947 y después del año 1956 con el tiempo perdió la importancia. Fue reemplazado por un mini globalismo, sobre todo en los años setenta. Los objetivos de la política se formulaban entonces en términos generales y, a veces, imprecisos. Se imitaba la política soviética o copiaba de forma mecánica, a veces intuitivamente y en las cuestiones en las que las superpotencias pueden o deben determinar su propia posición. Es cierto que la relación entre los intereses básicos de la República Popular de Polonia y la URSS hizo que los intereses de la seguridad de Polonia no se 1 A partir del año 1946 al año 1963 el país llevaba el nombre República Federal Popular de Yugoslavia (FLRJ), y del 1963 hasta la caída del país en el año 1991 República Federal Socialista de Yugoslavia (SFRJ). 121

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vieron afectados pero, asimismo, esto no aumentó su credibilidad en la escena internacional (Rotfeld 1988: 140-141). Las relaciones polaco-yugoslavas también se mantuvieron dentro de las condiciones determinadas. Polonia que sufrió mucho daños por parte de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial definía los objetivos de su política exterior a través del prisma de la creación de un sistema de amplia alianza formada por los países cuyas experiencias históricas fueron similares a la lucha polaca con la expansión y la posesividad alemanes y consideraba que estos fueron los países eslavos2. La idea de la solidaridad eslava incluía los elementos de la comunidad cultural, similares experiencias históricas, similar nivel del desarrollo social y económico, semejanza de estructuras sociales, etc. Sin embargo, una importancia esencial tuvieron las premisas de la naturaleza geopolítica y estratégica: “Polonia debe confiar en los aliados que teniendo en cuenta su posición geográfica puedan ofrecerle ayuda inmediata y eficaz. Debemos buscar aliados en esta parte de Europa donde vivimos, debemos apoyarnos en los países eslavos” (Zając, Zięba 2008: 95-96). Yugoslavia coincidía con los objetivos de la política exterior polaca. En el periodo directamente después de la finalización de la II Guerra Mundial este país se encontraba en la zona de influencia de Moscú e introdujo en su sistema político, económico y social cambios de carácter comunista. Las autoridades de Yugoslavia desde principio vieron positivamente los cambios parecidos introducidos en Polonia. Ya el 30 de marzo de 1945 se iniciaron las relaciones diplomáticas y las delegaciones de Varsovia y de Belgrado cambiaron de rango y se convirtieron en embajadas. El 18 de enero de 1946 se firmó un tratado comercial y el 16 de marzo un convenio de cooperación cultural. De parte de Yugoslavia surgió la iniciativa de discutir la forma final del tratado entre Polonia y Yugoslavia. El tratado fue firmado finalmente por el mariscal Josip Broz Tito y el primer ministro de la República de Polonia Edward Osóbka-Morawski el día 18 de marzo de 1946 en Varsovia. Para Polonia fue segundo tratado firmado (después de la Unión Soviética) de alianza y constituyó una peculiar concretización de la idea de la solidaridad 2 Desde luego, la alianza con la Unión Soviética iba a ser el primero y básico elemento del proyectado sistema de la seguridad de Polonia. 122

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eslava enfatizada entonces por ambos países. En el tratado se hizo hincapié en “estrechar los lazos de la eterna amistad entre las naciones hermanas eslavas” y se expresó la voluntad de intentar a consolidar la paz y la seguridad de Polonia y de Yugoslavia y la paz y seguridad universal” (Zając, Zięba 2008: 97). La esencia del acuerdo fue el artículo 3 que definía las obligaciones de las partes a la prestación de ayuda militar inmediata y otro tipo de ayuda en caso de la agresión de Alemania, sus países aliados de la última guerra (por ejemplo, Italia, Rumanía, Hungría) o cualquier otro país que sea aliado de Alemania o sus ex aliados en tal agresión. Así que fue un casus foederis más ampliamente definido que en el tratado polaco-soviético (Zięba 1985: 46). El tratado fue firmado por 20 años con la cláusula que preveía su prorroga automática por otros 5 años en caso de que ninguna de las partes no presentase la intención de terminación al menos a un año antes de la expiración del término de contrato (artículo 5) (Kowalski 1971: 76). Este tratado provocó un impacto inmediato en la política exterior de ambos países. El día de su firma, en la conferencia de prensa en Varsovia, el mariscal Tito criticó el discurso de Churchill de Fulton en el que el ex-primer ministro británico puso en duda la frontera occidental de Polonia en Oder y Neisse. Tito dijo que la actitud de Yugoslavia es «completamente conforme con el contenido de la conferencia de Potsdam en cuestión» (Kowalski 1971: 75). En los meses siguientes las relaciones interestatales se estrecharon mucho más. La confirmación de ello fueron intervenciones comunes en el ámbito internacional, sobre todo en la conferencia de la paz en París (julio - octubre 1946). Polonia se comprometió a promover las demandas de Yugoslavia sobre Trieste y se opuso contra el concepto de la internacionalización de este puerto y de la frontera entre Yugoslavia e Italia, en el país de Julia Julija (Venezia Giulia). Estos esfuerzos no tuvieron éxito (Kowalski 1971: 77-78, 254-258). Las autoridades polacas repetidamente y con fuerza han rechazado formuladas en la prensa de los países occidentales sospechas de que el Tratado de Yugoslavia fue un paso hacia la creación del llamado «Bloque eslavo». Dijeron que Polonia no es, no quiere y no puede ser interesada en la existencia de cualquier bloque. Se señaló también la convicción del gobierno polaco que la división en los bloques que luchen contra sí es el mayor peligro para la paz y el futuro del mundo (Topolski 2001: 204-228). En septiembre de 1947 123

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en Szklarska Poręba tuvo lugar una reunión informativa de los representantes de partidos obreros y comunistas de nueve países, incluyendo Polonia y Yugoslavia. En la reunión se creó la Oficina de Información de Partidos Comunistas y Obreros con domicilio en Belgrado. Era la expresión de la ampliación de mutua cooperación ideológica y política de los partidos comunistas. Sin embargo, los procesos de unificación que se iban consolidando dentro de la Oficina de Información de Partidos Comunistas y Obreros de Europa derrumbaron la cooperación entre Polonia y Yugoslavia. La crítica de la posición política de Yugoslavia, impuesta por las autoridades soviéticas fue una de las fuentes de la crisis política de Polonia a finales del año 1948. Desde entonces las autoridades polacas se sumaron a la crítica de la particularidad de Yugoslavia dentro de la comunidad socialista. Llegaron a decir que el tratado entre Polonia y Yugoslavia sobre amistad y ayuda mutua del 18 de marzo de 1948 fue por la parte yugoslava violado y aniquilado. Se acusó al gobierno de Yugoslavia de la organización de conspiraciones contrarrevolucionarias dirigidas contra la independencia y soberanía de los países de “democracia popular” (Kupiecki 1993: 74-116). Se refirió a la posesión de pruebas de que la actividad de espionaje y de sabotaje de los representantes de la RFSY que tuvo como objetivo poner en duda capacidades de defensa y económicas y sembrar la confusión aún se llevaba a cabo. Por lo tanto, se demandó que abandonaran de inmediato el territorio de la República de Polonia los ocho representantes determinados, empleados de la Embajada de RFSY. El gobierno polaco disolvió el tratado del año 1946 de forma que no fue prevista en el mismo tratado. Esta solución se podría determinar como una cancelación de este contrato por Polonia. La misma postura tomaron seis otros países comunistas del “bloque oriental” que eran partes de tratados bilaterales de alianza con Yugoslavia (Kuroń 1989: 68/77). Desde el momento de la cancelación del tratado entre Polonia y Yugoslavia ya no fue respetado. Después de restablecer en el año 1955 las relaciones interestatales normales entre Polonia y Yugoslavia, los dos países ya no volvieron a cuestiones relacionadas con este tratado. La anulación del tratado, además de la suspensión de contactos políticos, ocasionó también la limitación o incluso suspensión de relaciones diplomáticas y comerciales. 124

Relaciones de la República Popular de Polonia con Yugoslavia y Albania

La reactivación de la cooperación en la segunda mitad de los años cincuenta no tenía signos de la cooperación de los primeros años de la posguerra y no volvió a tener tal carácter hasta la desintegración de Yugoslavia en los años noventa (Skuza 2012: 230). Las autoridades de la República Popular de Polonia ya a partir de la primera mitad del año 1954 trataron de profundizar y acelerar la normalización de las relaciones con Yugoslavia. En las relaciones diplomáticas se postuló la eliminación de todos los elementos de fricción creados previamente. Por lo tanto se indicó a invitar a los representantes de Yugoslavia a todo tipo de recepciones y eventos oficiales, normalizar los contactos personales de los diplomáticos, dejar de usar en intervenciones oficiales, diplomáticas, propagandistas y privadas las expresiones despectivas y ofensivas, retirar de las bibliotecas de las embajadas todo tipo de publicaciones en contra del gobierno yugoslavo (Skuza 2012: 231). “El asunto fue cerrado parcialmente en el III Pleno del Comité Central del partido comunista polaco en febrero de 1955 al evaluar las direcciones de la política exterior y se constató que a pesar de fuertes conflictos que tuvieron lugar en las relaciones polaco-yugoslavas se debe hacer todo lo posible para normalizarlas y basarlas en la cooperación política, económica y cultural y en la lucha por la paz y la seguridad de las naciones. Se pretendía que esta cooperación tuviera carácter permanente. Las diferencias estructurales se consideraron como asuntos internos de ambos países que no deben de obstaculizar las relaciones mutuas. Se decidió hacer hincapié a lo que une y evitar lo que divide” (Skuza 2012: 231). Sin embargo, el nuevo impulso a las relaciones internas dio el VIII Pleno del Comité Central del partido comunista polaco en octubre del año 1956 y el retorno al poder de Władysław Gomułka recibidos en Yugoslavia de forma positiva, esperando que los cambios en la República Popular de Polonia condujesen al cambio de relaciones entre los países socialistas, sobre todo en relación con la URSS (Skobelski 2008: 227). La normalización de las relaciones polaco-yugoslavas que avanzaba desde el año 1954 sin problemas hasta el momento de nuevas tensiones entre Yugoslavia y URSS provocadas por la intervención soviética en Hungría en 1956 y por la oposición contra la propuesta soviética de unirse al bloque socialista. La inhibición de la cooperación polaco-yugoslava fue resultado de controversias soviético125

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yugoslavas que se intensificaron después del rechazo por la Unión de Comunistas de Yugoslavia de la Declaración de Moscú – documento final de la reunión organizada en noviembre de 1957 en Moscú de los partidos comunistas y obreros (Skobelski 2008: 230). La nueva y gradual normalización de relaciones con Yugoslavia fue iniciada en el año 1961 y los contactos políticos formales se reanudaron en otoño de 1962. Yugoslavia concedía mucha importancia al desarrollo de contactos con Polonia ya que estaba convencida de su fuerte papel y posición entre otros países socialistas. Creyó que en Polonia sería más fácil encontrar entendimiento para la política yugoslava que en otro país socialista. Por lo tanto, se trató a Polonia como un puente que ofrecía la posibilidad de influir en los demás países socialistas. En cambio, para Polonia, Yugoslavia era importante debido a sus contactos desarrollados con los países del Tercer Mundo. En cuanto a las relaciones económicas de aquella época, hasta los años sesenta el alcance de la cooperación económica de Polonia con Yugoslavia era escaso. La participación de Yugoslavia en el intercambio comercial con Polonia fue de apenas 2% (Wieczorkiewicz 1972: 7-8, 92-101). El cambio del clima político en relaciones bilaterales dio lugar a ampliar las actuales formas de cooperación económica, sobre todo, comercial, cooperación de producción, científica y técnica o bien en el ámbito de servicios (Skobelki 2010: 179-180). Ambos países daban mucha importancia al desarrollo de contactos económicos tratando que las siguientes crisis en las relaciones políticas no ocasionaran su limitación. La intensificación de las relaciones polaco-yugoslavas que llevaba unos años en primavera del año 1968 se detuvo a causa de los acontecimientos de marzo en Polonia3. La clave de la crisis no fue el conflicto en la línea Moscú-Belgrado sino, esta vez, Belgrado-Varsovia. El gobierno de Yugoslavia criticó la política interna realizada por las autoridades polacas. A un mayor deterioro de las relaciones se produjo en relación con los acontecimientos de Checoslovaquia del año 1968. Polonia, después de la URSS se convirtió para la propaganda yugoslava el objeto de la 3 Los acontecimientos de marzo de 1968 es una crisis social y política que tuvieron su origen en los desórdenes de estudiantes, entre otros en Varsovia y en Cracovia, junto con una onda de antisemitismo. Esta crisis creció desde los finales de los años cincuenta y le acompañaban los litigios dentro de las autoridades del partido comunista en el que tomó la voz la fracción nacionalista liderada por Mieczysław Moczar. 126

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crítica más fuerte. Sin embargo, el impás no afectó negativamente a las relaciones económicas. Se produjo un empeoramiento de las relaciones políticas, sin embargo, a ninguna de las partes le interesaba el debilitamiento de la cooperación económica. Gradualmente se aumentó y amplió las formas de contactos económicos y, como consecuencia, Yugoslavia durante próximas décadas fue un importante socio económico y comercial para Polonia. La URSS también insistió en una cooperación económica más amplia dentro del COMECON y Yugoslavia. Especialmente, después del año 1969 se notó la reactivación de contactos políticos en forma de numerosas visitas a nivel estatal, de partido, parlamentario. Se buscaba también formas de cooperación en asuntos importantes para ambas partes en el foro internacional. Sin embargo, cabe señalar que la posición de Yugoslavia y el alcance de cooperación fueron determinados por su pertenencia al grupo de los países no involucrados y fue el motivo del distanciamiento de Yugoslavia de las iniciativas comunes con los países socialistas. La política de no involucrarse llevada por Yugoslavia se reflejaba sobre todo en el hecho de no unirse a ninguno de los existentes pactos militares. El no involucrarse era fundamental en la política exterior de Yugoslavia y fue la base de la reputación que Yugoslavia consiguió entre los países del Tercer Mundo. La reconstrucción de las relaciones polaco-yugoslavas en aquella época tuvo lugar en las condiciones de cambios políticos en Polonia y toma de poder por Edward Gierek en el año 1970. La nueva cara de la política exterior de Polonia se caracterizó por la intensificación de contactos con el Occidente con la aprobación de la URSS. Al intensificar las relaciones con Yugoslavia, Polonia trataba de obtener su apoyo en los intereses importantes desde el punto de vista polaco que resultaron de las aprobadas estrategias a nivel internacional y de los compromisos con los aliados. En la primera mitad de los años setenta, las actividades polacas en el foro internacional oscilaron en torno a los trabajos que llevaban a la firma del Acta Final de la CSCE. La importancia del hecho para nuestros disidentes se pudo ver en las discusiones con las autoridades yugoslavas ya que este tema se planteó muchas veces durante los encuentros. Los años setenta en las relaciones polaco-yugoslavas eran relativamente estables. Ambas partes declararon la voluntad de conti127

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nuar una estrecha cooperación. Sin embargo, Polonia tratando de impulsar las relaciones con Yugoslavia buscaba vínculos más estrechos de Yugoslavia con los países socialista, y así debilitar sus lazos con los países occidentales. Desde el principio de la década Yugoslavia apoyó la política interior y exterior de Polonia. Polonia reconoció el papel de Yugoslavia en el movimiento de los países no involucrados y la contribución del movimiento a la seguridad a nivel internacional (Podgórzańska 2013: 186). El evento, que debilitó significativamente los contactos bilaterales en el segundo semestre de 1978 fue el acercamiento de Yugoslavia con la República Popular de China. Entonces se suspendió la cooperación entre los partidos, sin embargo, Polonia trató de mantener relaciones intentando de nuevo aproximar a Yugoslavia a los países socialistas. Por lo tanto, el acercamiento yugoslavo-chino a finales de los años setenta no ocasionó ninguna crisis sustancial en la cooperación polaco-yugoslava. La muerte del mariscal de Yugoslavia, Josip Broz Tito en mayo de 1980 en un principio no influyó en el cambio de las relaciones en los años siguientes. Sólo los acontecimientos en Polonia a principios de los años ochenta iniciaron una nueva era en las relaciones bilaterales. Después de la imposición de la ley marcial, Yugoslavia enfatizó el derecho soberano de los Estados para resolver sus problemas de forma independiente y abogó - en contraste con los países occidentales - contra todas las presiones y intervenciones en los asuntos internos de Polonia (Podgórzańska 2013: 187). Sin embargo, esto no significó que Yugoslavia completamente aprobara las actitudes de las autoridades polacas. La posición de SFRJ ante Polonia a partir del agosto de 1980 fue resultado de dos factores: esperanza de que los procesos de cambios confirmen el punto de vista de Yugoslavia en la disputa histórica entre el socialismo verdadero y las “deformaciones” del sistema de socialismo real y los temores ante la internacionalización de la causa polaca con todas las consecuencias para las relaciones Este-Oeste. “Oleadas de huelgas en Polonia y la actividad posterior de la “Solidaridad” desde el principio se evaluó en Yugoslavia como resultado de las contradicciones sociales y, sobre todo, el conflicto entre la clase obrera y el sistema político, social y económico, incapaz de solucionar las contradicciones y garantizar condiciones sostenibles para el desarrollo del país” (Podgórzańska 128

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2013: 187). Las relaciones entre Polonia y Yugoslavia después del 13 de diciembre del 1981 se desarrollaron en las condiciones de aislamiento internacional. Inicialmente, la diplomacia polaca se centró en calmar los países del bloque del Este, y luego de romper el aislamiento occidental. La cooperación entre Polonia y Yugoslavia fue un fragmento de la política exterior que tuvo como objetivo buscar aliados y socios para cooperar en la situación de aislamiento internacional. En el año 1983 existió la posibilidad de reactivar los contactos polaco-yugoslavos después del periodo de gran precaución de Yugoslavia en cuanto a la intensificación del diálogo político con Polonia (los yugoslavos temían que unos contactos demasiado espectaculares pudieran tener efecto desfavorable en relaciones con otros países occidentales que aislaron a Polonia e introdujeron sanciones económicas). Los parámetros de cooperación económica que mejoraban gradualmente después del año 1982 indicaron a Yugoslavia como importante socio económico de Polonia fuera del bloque oriental. El último encuentro entre los políticos polacos y yugoslavos antes de las elecciones del junio de 1989 tuvo lugar en abril de 1989. Con la invitación del presidente del Consejo de Estado, general Wojciech Jaruzelski visitó Polonia el presidente del presidio del partido SFRJ Raif Dizdarević. La visita confirmó la voluntad de continuar el diálogo político, sin embargo, las próximas elecciones en Polonia y la posibilidad de realizar a su consecuencia la revalorización profunda en la vida política polaca sin duda interesó mucho a la parte yugoslava. Sin embargo, no trataron de comentar ni el curso ni las decisiones de la Mesa Redonda. Las elecciones del junio de 1989 iniciaron en Polonia el periodo de profundas reformas estructurales políticas y económicas. Como resultado del éxito de estas reformas, Polonia a partir del año 2004 es uno de los estados miembros de la Unión Europea y obtiene un papel más fuerte de Europa. La República Federativa Socialista de Yugoslavia dejó de existir a consecuencia de profundas contradicciones entre las distintas repúblicas que eran partes integrales de la Federación. El proceso de desintegración de la SFRJ y a base de ello la aparición de nuevos países independientes duró desde junio de 1991 cuando se proclamó la independencia de Eslovenia y Croacia hasta 17 de febrero de 2008 y la declaración unilateral de independencia por el país más joven de Europa – Kosovo. 129

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2. Relaciones entre Polonia y Albania 1945-1989 Para evaluar la política exterior de Albania (indirectamente también sus relaciones con Polonia), en general se puede destacar las siguientes etapas: • periodo desde la liberación en el año 1945 hasta 1948 en el que, además de las relaciones cada vez más estrechas con la URSS y otros países del bloque socialista, se desarrolló una especialmente animada cooperación política y económica con Yugoslavia, finalizada por la ruptura de las relaciones después de la resolución de la Oficina de Información en junio de 1948. • años 1948-1956, periodo de cooperación muy estrecha de Albania con la URSS y con los demás países socialistas, incluyendo Polonia. Entonces la URSS ocupó el puesto de Yugoslavia. • años 1956-1960, periodo de gradual profundización de diferencias entre las autoridades de Albania y los países socialistas europeos. • los años 1961-1976, periodo después de que Albania rompió las relaciones con los países socialistas y su único aliado fue la República Popular de China. • en el año 1976 se inició el periodo de deterioro en las relaciones entre Albania y China que llevó a la ruptura total en el año 1978. • el periodo entre 1978 y 1990 es periodo de completo autoaislamiento de Albania a nivel internacional (también en las relaciones con Polonia y demás países socialistas). Todas las crisis mencionadas en la política exterior de Albania al mundo entero demostraron que las autoridades albanas usaban ideología para justificar estas crisis y no al revés. No había mucha diferencia en las relaciones polaco-albanas. Una vez era beneficiario otra vez víctima de meandros políticos del miembro “rebelde” del bloque de los países socialistas que era Albania (Mojsiewicz 1973: 193-216). Como resultado de la ruptura de las relaciones con Yugoslavia y anulación formal por Belgrado en noviembre del año 1949 del tratado de alianza albano-yugoslava del año 1946 los jefes de Albania empezaron a propagar una tesis de que era un estado rodeado. Las relaciones con los vecinos, es decir, con Yugoslavia y Grecia eran malas. De los países europeos de COMECON (incluyendo a Polonia) Albania estaba aislada desde el punto de 130

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vista geográfico y no tenía con ellos (con excepción de Bulgaria) firmados tratados de alianza sobre amistad, cooperación y ayuda mutua. Gobierno albanés buscó fortalecer las relaciones políticas y económicas con la Unión Soviética y los países del COMECON y apoyaba, en la medida posible, la política internacional. Albania, por ejemplo, apoyó decisivamente la política de la URSS y de Polonia sobre la solución del problema alemán. Sus representantes participaron en una conferencia de los ministros de asuntos exteriores de los ocho países socialistas quienes el 28 de junio de 1948 en Varsovia expresaron “la voluntad de prevenir la agresión alemana y remilitarización de la parte occidental de Alemania” (Koseski 1988: 144). Un poco más tarde, el 20-21 de octubre del año 1950 el ministro de asuntos exteriores albano participó en una conferencia en Praga en la cual los representantes de los países socialistas europeos se opusieron a la decisión de las superpotencias occidentales en la cuestión de Alemania, entre otras, en cuanto al no reconocimiento de la República Democrática de Alemania. El reflejo de las aspiraciones de Albania de estrechar la cooperación política con la URSS y los países europeos de COMECON fue la participación en la conferencia de los ocho países socialistas4 en Varsovia, entre 11 y 14 de mayo de 1955 durante la cual se firmó un tratado de amistad, cooperación y ayuda mutua, conocido como Tratado de Varsovia. El Tratado firmó el primer ministro Mehmet Shehu y a la conferencia asistieron, entre otros, el ministro de defensa nacional Beqir Balluku y el ministro de asuntos exteriores Behar Shtyla. Debido a las importantes discrepancias políticas e ideológicas después del XX Congreso del PCUS, que surgió entre el Partido Comunista de Albania (APP) y la mayoría de los partidos comunistas y obreros del sistema de Varsovia y su acercamiento con el Partido Comunista de China, desde el año 1961 Albania dejó de operar en sus estructuras y el día 12 de septiembre del año 1968 oficialmente lo abandonó en virtud de la decisión de la Asamblea Nacional. En cuanto a las relaciones estrictamente polaco-albanas cabe señalar que ya en noviembre de 1945 ambos países establecieron las relaciones diplomáticas, sin embargo, la embajada de Polonia fue abierta sólo en el año 1949. En los años 1945-1960 Polonia y 4 Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, RDA, Polonia, Hungría, Rumanía y URSS. 131

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Albania fueron unidos por contactos políticos y entre partidos bastante estrechas (en el año 1948 Enver Hoxha visitó Polonia como ministro de asuntos exteriores), pero también económicos, científicos, culturales y deportivos. En enero de 1949 se firmó en Varsovia el primer acuerdo comercial entre Polonia y Albania que preveía la facturación del comercio a la suma de la entonces 4 millones $ al año. Hasta el otoño de 1960, a pesar de las discrepancias crecientes, Albania desarrollaba la cooperación política, económica y cultural tanto con la URSS como con Polonia y otros países del bloque socialista. Por ejemplo, se firmaron los acuerdos de cooperación y ayuda económica, intercambio cultural, formación de personal, tratados sobre la cooperación en el ámbito de la protección de salud, servicios de correo y de telecomunicaciones y otros. A pesar de la falta de tradición y bastante distancia, también Polonia firmó un acuerdo comercial a largo plazo por los años 1950-1955 y un tratado sobre la cooperación científica y técnica. En los años 1949-1957 Albania participó en la Feria Internacional de Poznań. Se iniciaron los contactos polaco-albanos culturales, deportivos y de organizaciones sociales. De acuerdo con las directivas de COMECON en enero de 1951 en Varsovia se firmó un nuevo acuerdo económico entre Polonia y República Popular de Albania por los años 1951-55. Polonia en gran parte iba a financiar el plan económico de cinco años de Albania que iba a convertir la Albania agrícola en un país agrícola-industrial. Polonia iba a proporcionar préstamos a Albania. Gracias al dinero polaco se construyeron minas, fábricas y centrales eléctricas, como, por ejemplo la gran central eléctrica hidráulica en el río Mati cerca de Burreli, grandes plantas de textiles en Tirana, la gran fábrica de azúcar en Korcza o refinería de petróleo en Cerrik cerca de Elbasan. Además, en el año 1951 Varsovia y Tirana firmaron un tratado de cooperación técnica, científico-técnica por cinco años. Muchos especialistas polacos construyeron plantas industriales en Albania y en Polonia se formaron muchos especialistas albaneses. También en los años cincuenta muchos topógrafos polacos trabajaron en Albania. Además, en el año 1957 se firmó un acuerdo sobre la apertura de la línea aérea en el recorrido Varsovia-Tirana. La participación de Polonia en el próximo plan económico albanés reguló un acuerdo entre Polonia y Albania firmado en enero de 132

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1958 en Varsovia. En mayo de 1959, con el motivo del décimo aniversario de COMECON se organizó la siguiente XI sesión en Tirana. Durante la reunión se resumieron los resultados de la actividad actual, se tomaron las decisiones sobre la necesidad de planes nacionales económicos de los países miembros para los años 1960-1965. Sin embargo, de igual forma como en caso del Tratado de Varsovia, Albania dejó de participar en los trabajos de COMECON (a partir del año 1962) aunque formalmente no abandonó esta organización. El último acto de la buena cooperación entre ambos países fue la fundación de la Asociación de Amistad Polaco-Albanesa el 7 de abril de 1960. Sin embargo, a causa de discrepancias ideológicas y políticas - no funcionó activamente (Koseski 1988: 145). Cabe destacar que a pesar de que ya desde los mediados de los años cincuenta en la comunidad de los países socialistas empezaron cada vez más verse las tendencias a romper el culto a la personalidad, el discurso del jefe comunista albanés – 1er secretario de APP - Enver Hoxha en el II Congreso de APP (25 de mayo - 3 de junio de 1956) demostró que las fuerzas de la reforma del APP eran débiles y no aguantaron la confrontación con la dura línea de actividad del 1er Secretario (Koseski 1988: 153). Con enormes reservas, el gobierno albanés estaba refiriéndose a los acontecimientos de octubre en Polonia, viéndolos únicamente como una actividad de las fuerzas revisionistas, para las que en “los alimentos ideológicos” supuestamente se iban a convertir los contenidos de las resoluciones del XX Congreso del PCUS. Según esta evaluación, los acontecimientos de Poznań de 19565 fueron ocasionados solamente por los grupos revisionistas y contrarrevolucionarios. Con alto grado de desconfianza los jefes del APP trataron los procesos de estabilización tanto en Polonia como en Hungría, sin embargo, categóricamente positivamente evaluaron 5 En junio de 1956 en Poznań tuvo lugar la primera huelga general y las demonstraciones en las calles en la República Popular de Polonia. La huelga estalló a consecuencia de la retirada de las autoridades estatales de las obligaciones asumidas antes (cambios del sistema de pagos a destajo y organización de trabajo, devolución del impuesto puesto ilegalmente de las remuneraciones de los mejores obreros). Por la mañana, el día 28 de junio unas 100 mil personas salió a la calle con la demonstración y la lema Pan y libertad. La multitud ocupó los edificios públicos, se liquidó la cárcel, se probó tomar la sede de la Oficina de Seguridad Pública de Voivodato donde primero los defensores y, luego, los atacantes usaron armas. Las autoridades decidieron sofocar la huelga a fuerza. Murieron más de 70 personas y más de 700 fueron detenidas. 133

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la ayuda militar prestada a los comunistas húngaros (Griffith 1963: 24-26). La ruptura de las relaciones de Albania con la URSS tuvo impacto en las relaciones polaco-albanas. A partir de entonces dejó de existir la cooperación política polaco-albanesa. Los albaneses aparecían en Varsovia solamente en ocasiones excepcionales, como, por ejemplo, en octubre de 1956 para presentarse en el Congreso de la Federación Mundial de Sindicatos en contra de la política de coexistencia pacífica y criticar a la Unión Soviética. Las relaciones estatales polaco-albanesas tuvieron solamente carácter formal. La parte albanesa redujo la cooperación bilateral polaco-albanesa solamente al intercambio comercial y esporádicos contactos deportivos. En los años setenta Polonia fue el tercer o cuarto país en cuanto al volumen de negocios con Albania. Albania importó de Polonia las máquinas mineras, coches de turismo y de transporte, aparatos e instalaciones eléctricas, equipamiento para laboratorios y médico, máquinas para la industria alimenticia, productos laminados, carbón de coque, productos químicos, productos alimenticios; la exportación de Albania a Polonia incluyó el asfalto natural, el mineral de cromo, bauxitas, losas y bloques de mármol, cables y alambres de cobre, tabaco, cigarrillos, hierbas medicinales, ropa confeccionada, pieles de animales, legumbres y cítricos, productos transformados, miel, coñac. Las relaciones hostiles polaco-albanesas se agravaron a causa del escándalo relacionado con Kazimierz Mijal. En la época de estalinismo (hasta el año 1956) era jefe de la Oficina Civil de Bolesław Bierut y de la Oficina del Consejo de Estado y ministrojefe de la Oficina del Consejo de Ministros. Era estalinista - uno de pocos del partido comunista polaco (PZPR). Igual como Enver Hoxha era adversario de la desestalinización y, por lo tanto, durante el régimen de Władysław Gomułka6 “fue una deshonra” y fue enviado a un puesto ejecutivo en la banca. En el año 1963 se incorporó a la actividad de la oposición; se inclinaba a las ideas de Mao Zedong y, con lo mismo, Partido Comunista de Albania. Debido a la amenaza de detención en el año 1966 Mijal decidió huir ilegalmente de Polonia a Albania. Justo después de la llegada a Albania, lo visitó Enver Hoxha, junto con el segundo secretario 6 Tomó el poder en la onda de desestalinización después del octubre de 1956. 134

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del partido comunista Ramiz Alia. Cuando salió a la luz, el día 23 de febrero de 1966, se publicó en Polonia oficialmente lo siguiente: “por la divulgación de publicaciones calumniosas y falsas y por la facilitación de cruce ilegal de la frontera de la República Popular de Polonia a Kazimierz Mijal, el embajador de Albania en Polonia fue declarado persona non grata” (Przeperski 2012). Tirana aplicó represalias y a mediados de marzo de 1966 forzó el regreso a Varsovia del embajador de Polonia en Tirana (Koseski 1988: 190). Desde aquel momento hasta enero de 1990 los embajadores de ambos países estaban “temporalmente revocados”, y en Varsovia y en Tirana se encontraban solamente los encargados de negocios. Mientras tanto, Mijal dirigía en Tirana el Partido Comunista Polaco como su secretario general. Cooperó también con la sección polaca de la Radio Tirana en el que para los radioyentes del país propagaba las ideas del socialismo maoísta. Finalmente, huyó de Albania a China a finales de los años setenta para volver ilegalmente a Polonia en el año 1983. Casi inmediatamente después de la muerte de E. Hoxha en el año 1985 empezaron a mejorar las relaciones polaco-albanas. Con el motivo de un partido de fútbol de Polonia y de Albania en Tirana el 30 de mayo de 1985, a la capital de Albania llegó un grupo de periodistas polacos. El fruto de su visita fueron muchos artículos sobre Albania en la prensa polaca. Poco después, el 6 de noviembre de 1985 ambos países celebraron el 40. aniversario de la apertura de relaciones diplomáticas. En noviembre de 1986, con el motivo de la fiesta nacional de Albania, el presidente del Consejo de Estado Wojciech Jaruzelski envió un telegrama para el jefe de Albania Ramiz Alia. Al mismo tiempo en muchos artículos de la prensa polaca se señaló la conveniencia de significativa ampliación del alcance de la cooperación entre ambos países. Lo vio la parte albana. En el año 1987, después de largo descanso, Albania abrió un puesto de información en la Feria Internacional de Poznań. Aumentó mucho la cantidad de información y publicaciones sobre ambos países y sus asuntos y sobre relaciones mutuas en los medios de comunicación masiva. Cabe destacar que se reactivaron los contactos multilaterales polaco-albaneses. Especialmente, a nivel de ambas sociedades: en Polonia fue fundada la Asociación Polaco-Albanesa y en Tirana la Asociación Albanesa-Polaca. Los empleados albaneses de la 135

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administración y de gobiernos locales se beneficiaron de formaciones realizadas en Polonia; los polacos y los albaneses volvieron a encontrarse en el mundo de ciencia y cultura. También los contactos políticos están a un buen nivel, el apoyo polaco para las aspiraciones de Albania a unirse a la Unión Europea seguramente ayuda en el mantenimiento de buenas relaciones internacionales. Bibliografía Kowalski W. 1971, Polityka zagraniczna RP 1944-1947, Warszawa: Książka i Wiedza. Koseski A. 1988, Albania, krótki zarys dziejów, Warszawa: Wydawnictwo Książka i Wiedza. Kupiecki R. 1993, „Natchnienie milionów”. Kult Józefa Stalina w Polsce 1944-1956, Warszawa: WSiP. Kuroń J. 1989, Wiara i wina. Do i od komunizmu, Warszawa: Niezależna oficyna Wydawnicza. Mojsiewicz C. 1973, Stosunki Polski z innymi państwami socjalistycznymi, Warszawa: PWN. Pakt polsko-radziecki nr 75-76, 1 maja 1945 r. (2008), [en:] Polska w stosunkach międzynarodowych 1945-1989, J. Zając, R. Zięba, Toruń: Wydawnictwo Marszałek. Podgórzańska R., 2013, Polityka zagraniczna Polski wobec obszaru pojugoslowiańskiego, Toruń: Wydawnictwo Marszałek. Przeperski M. 2012, Albańska przygoda towarzysza Mijala, „Polityka” [online], z dnia 2.10.2012, protokół dostępu: http://www. polityka.pl/tygodnikpolityka/historia/1530859,1,historiaradia-tirana.read (dostęp: 10 czerwca 2014). Rotfeld A. 1988, Dylematy polskiej polityki zagranicznej, [en:] Polityka zagraniczna odrodzonej Polski 1918-1988, Rychłowski B. (ed.), Warszawa: Polski Instytut Stosunków Międzynarodowych: 140-151. Skobelski R. 2008, Polska wobec Jugosławii w latach 1956-1970, [en:] Polska miedzy wschodem a zachodem tom II, A. Szczepańska, H. Walczak, A. Wator (eds.), Toruń: Wydawnictwo UMK. Skobelski R. 2010, Polityka PRL wobec państw socjalistycznych w latach 1956-1970. Współpraca–napięcia–konflikty, Poznań: Wydawnictwo Poznańskie. 136

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