Regresión hipnótica: reencarnación y vidas pasadas

July 21, 2017 | Autor: Juan Pablo Martinez | Categoría: Psicologia
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Descripción

Juan Pablo Martínez Martínez



Regresión hipnótica: reencarnación y vidas pasadas



1. Descripción del método: origen y características




Se trata de una técnica o conjunto de técnicas pseudopsicológicas que se
apoyan en la hipnosis o alteración de los estados de la conciencia, con el
objetivo de conseguir o que la persona recuerde acontecimientos de su vida
pasada, o que también –en el caso de la denominada terapia de reencarnación-
tenga acceso de una u otra manera a recuerdos acerca de vidas pasadas que
puede vivenciar ahora en el presente, mediante la apelación al postulado de
un inconsciente colectivo (arquetipo de la psicología de Jung), en el cual
se recogerían la fuente de energía que nos rodea y que contiene todos los
recuerdos de la especie humana.

Interesante en esta definición que hemos recogido es subrayar el papel de
la hipnosis como catalizador y potenciador de la memoria. Así, señala el
doctor Brian Weiss: "La hipnosis es una excelente herramienta para que un
paciente recuerde incidentes olvidados durante mucho tiempo. No encierra
misterio alguno: se trata sólo de un estado de concentración enfocada.
Siguiendo las instrucciones de un hipnotista bien preparado, el paciente
relaja el cuerpo, con lo que la memoria se agudiza"[1].

Con otras palabras, la hipnosis lleva a un estado de relajación a la gente
que le permite concentrarse. Como resultado de esa concentración, se
produce un incremento de la memoria, que se traduce físicamente
-visiblemente- en una relajación corporal. Ejemplos de esta concentración
espiritual se pueden encontrar en la vida cotidiana: por ejemplo, cuando
uno está viendo una película que le interesa, se produce la abstracción: el
individuo pone entre paréntesis el resto de realidades y se concentra en la
película. Lo demás deja de existir. Sólo el contenido de la película le
llama la atención y así se hace capaz de ver y entender aspectos de lo real
que estando distraído jamás entendería. Esto constituiría un ejemplo
práctico y accesible a todo el mundo de lo que se entendería por hipnosis,
lo cual, por otra parte, explica la popularidad del método.

Normalmente la hipnosis se ha utilizado en psicología como modo de buscar
un estado de concentración profunda en el individuo para que este pueda
traer a su memoria datos de su vida pasada que está en el origen de los
trastornos actuales de conducta que manifiesta actualmente. Sin embargo, la
hipnosis regresiva, popularizada y promulgada por el doctor Brian Weiss,
psiquiatra de la Universidad de Columbia, a partir de su experiencia con
una paciente, Catherine, va un paso más allá: propugna el acceso a una
memoria colectiva de la humanidad, y la posibilidad de tener ahora mismo
experiencias actuales de vidas pasadas de las que no somos conscientes,
pero que realmente hemos vivido. Con ello, el doctor Weiss enlaza con la
teoría de la reencarnación. Es más, ha sido este psiquiatra el que ha
conseguido en cierto modo la popularización y aceptación general de la
reencarnación como un término ya no sólo mítico, o exclusivamente religioso
sino con una cierta base científica: "El Dr. Weis ha contribuido a que el
termino reencarnación sea aceptado por el público en general, así según los
datos publicados por el Foro Pew sobre Religión y vida pública, un cuarto
de los estadounidenses creen en la reencarnación. (Las mujeres son más
propensas a creer que los hombres; los liberales más probable que los
conservadores.) . En la revista Elle Julia Roberts dijo recientemente que,
aunque se crió cristiana, se había convertido en "muy hindú." La Sra.
Roberts cree que en su vida pasada fue una "campesina revolucionaria""[2].

Como ya hemos señalado, la propugnación de este método se produjo a partir
de la experiencia del doctor Weiss con Catherine, publicada en el libro
Muchas vidas, muchos maestros en 1988. Los numerosos y precisos datos que
la paciente le aportó acerca de sus vidas pasadas convencieron a Weiss. En
este sentido, la experiencia con Catherine le permitió al renombrado
psiquiatra aceptar la existencia de un mundo espiritual dinámico, en el
cual los espíritus, almas, ángeles[3] o como se quiera etiquetarlos se
encuentran en comunicación constante. Esto nos faculta para entender varias
afirmaciones fundamentales que se extraen de la aplicación de la regresión
hipnótica y que el propio Weiss postula:

1. Todos tenemos vidas pasadas.

2. Las almas existen en diversas dimensiones.

3. Todo alma que reside en un cuerpo no es creada nuevamente, sino que
proviene de otro lugar.

Sin embargo, esta última afirmación resulta problemática en dos puntos:

Por un lado, si toda alma proviene de otro lugar, entonces ¿dónde está el
recuerdo de las vidas pasadas? O con otras palabras, ¿por qué no recordamos
dicha existencia pasada? La respuesta a esta pregunta es la siguiente:
cuando adoptamos un cuerpo físico, olvidamos nuestras vidas pasadas.

Por otro lado, ¿por qué las almas se reencarnan o se mueven en distintos
planos de existencia, sobre todo el nuestro? Porque necesitan aprender. Con
otros términos, la vida en la tierra es una escuela, un lugar para aprender
a amar y a compadecer. Solo por la vía del amor se puede aprender a vivir
una vida auténticamente espiritual: "Sólo el amor es real. El amor es una
energía de increíble poder y fuerza. Todos estamos hechos de esa energía.
El amor es algo absoluto. El amor no termina nunca, no se detiene nunca. La
forma más pura es el amor incondicional, el que no espera nada a
cambio"[4]. Para ello estamos en esta vida, esto es, para aprender a amar.

Otros ámbitos de aplicación de la regresión hipnótica por los cuales
podemos acceder a experiencias de vidas pasadas son tanto los sueños como
la meditación.

En este sentido, los sueños se convierten en el lugar de acceso
privilegiado a vidas pasadas. Todo ello debido a que en los sueños no
impera solamente una mentalidad lógica, sino que la conexión entre las
intuiciones y las sensaciones es más libre, esto es, no está tan sometida a
los patrones de un pensamiento lógico o conceptual. Por eso, no es extraño
que en los sueños nos sintamos más libres, porque en ellos podemos dejarnos
llevar sin control por nuestras intuiciones y conductas instintivas.

De las intuiciones también podemos dejarnos guiar en un ámbito consciente.
En este sentido, Weiss reivindica la primacía de la intuición sobre el
concepto. La intuición consiste en un prestar atención a nuestras
sensaciones más profundas sin temor a dejarnos guiar por ellas. Los
conceptos, por su parte, impiden concentrarnos sobre nuestras intuiciones.
Por eso, el doctor Weiss exhibe y propugna un cierto manejo arbitrario de
los conceptos en todo aquello que se refiera a la descripción del mundo
espiritual: podemos llamar a los espíritus como queramos, siempre que
utilicemos la terminología que nos resulte más familiar para favorecer la
experiencia inmediata con ellos.

Por su parte, la meditación constituye el modo concreto de entender la
intuición. La meditación consigue en las personas un estado de conciencia
en el cual y por el cual prestando atención a sus intuiciones pueden
remontarse hacia la experiencia actual y presente de sus vidas pasadas. Por
ello, la meditación es el espacio privilegiado donde alcanzar la paz
interior mediante la comprensión del pasado.

En otro orden de cosas, cabría plantearse si nuestra biología, es decir,
nuestra propia constitución celular, es decir, si nuestras células
conservan parte de esa conciencia o memoria colectiva de la humanidad que
Weiss propugna. Y la respuesta parece ser afirmativa: de hecho, según
Weiss, hay datos que permiten afirmarlo. La existencia de memorias
transmitidas a través de transplantes de órganos. El psiquiatra pone un
ejemplo ilustrativo: a un paciente que le fue transplantado un corazón, le
empezó a gustar la cerveza cuando antes ni la probaba. Para Weiss, ello
constituye un indicio de que en la donación de un órgano, se transmiten
partes de esa memoria colectiva de la humanidad del donante al individuo
que es objeto de la donación.

Un aspecto importante que cabe apuntar es que para el doctor Weiss, el
hombre en su existencia actual normalmente arrastra el peso tanto de males
como de enfermedades de vidas pasadas, lo cual contribuye a dar una mayor
solidez a la interconexión existente en el mundo espiritual, solo accesible
por medio de la intuición y el amor. Así, por ejemplo, señala que el temor
a tragar de su famosa paciente Catherine se solucionó en el momento en que
tuvo acceso a la vivencia de una vida pasada en la cual resultó que había
muerto ahogada en un maremoto hace 4.000 años. Todo ello contribuye a
apuntalar la tesis fundamental del doctor Weiss según la cual,
parafraseando a Teilhard de Chardin, todos los hombres somos seres
espirituales viviendo una existencia humana. Lo que es el hombre es
fundamentalmente espíritu.


Por último, la eficacia de la hipnosis regresiva queda asegurada por el
propio doctor Weiss cuando asegura las miles de curaciones y liberaciones
que se han operado como consecuencia de la aplicación de su método,
sencillo y rápido: "Dr. Weiss indica que la terapia regresiva es más rápida
que otras técnicas de psicología. La terapia regresiva se realiza bajo
hipnosis, el paciente sigue una visualización guiada. En su taller de
Rhinebeck, el Dr. Weiss habló a más de 200 personas en un estado meditativo
y, a continuación, les animó a imaginar caminando por una de las cinco
puertas. "Cualquier buen terapeuta puede utilizar estas técnicas y ayudar a
sanar a otras personas de forma casi milagrosa.", dijo el Dr. Weiss.


Mientras que en el psicoanálisis clásico, los pacientes tienen que visitar
a sus médicos varias veces a la semana para hablar de los padres, traumas
infantiles, sueños, problemas, fobias…La terapia regresiva permite acceder
a problemas en una sola sesión. Catarsis y curación son casi resultados
instantáneos, el Dr. Weiss. comenta "No necesita seis meses de confianza y
tratamientos", explicó. "la regresión actúa de una forma rápida, casi
inmediata"[5].





2. Apuntes críticos






1. El convencimiento del doctor Weiss acerca de su método le viene
paradójicamente de la gran cantidad de datos precisos y exactos que su
paciente, Catherine, era capaz de aportarle acerca de sus experiencias
de vidas pasadas. Mas curiosamente esta interpretación de los datos
como algo seguro en lo que fundamentar un método de acceso a
realidades espirituales no deja de rezumar un cierto prejuicio
cientificista, que se basa a mi modo de ver en una concepción
reductiva de lo que significa la memoria en la vida humana.


Lo primero de todo es necesario realizar una aclaración conceptual.
Una cosa es la memoria y otra cosa es el recuerdo[6]. Con otras
palabras, una cosa es recordar algo con todos los detalles (memoria) y
otra cosa es acordarse de ello, es decir, tener capacidad para
evocarlo (recuerdo). En este sentido, puede decirse que los muchos
detalles que una persona puede traer a la memoria acerca de una
situación vivida no constituyen lo esencial del recuerdo, sino más
bien constituyen su carácter accidental e incluso impersonal. Por
ello, sostengo que el recuerdo implica frente a la memoria una
responsabilidad, una capacidad para mantener la unidad del
acontecimiento (o acontecimientos) e integrarlo(los) en la propia
existencia individual frente a la multiplicidad de detalles que
disolverían dicho acontecimiento(s) y lo(s) convertirían en algo
completamente impersonal, que podría ser vivido por cualquier otro, y
por lo tanto, no auténtico. De hecho, el grado de madurez o
autenticidad de una personalidad se mide en muchos casos no por su
habilidad para recordar detalles concretos, sino por su capacidad para
integrar aquellos en una visión unitaria de su propia existencia de la
cual se ha hecho responsable y en la cual se halla implicado, volcado,
realizándola. En muchos casos, ello supondrá la postergación o el
olvido de ciertos detalles en favor de la unidad viviente del
recuerdo.


Es, por ello, que no deje de resultar extraño que el doctor Weiss
considere como argumento con vis probativa la multiplicidad de
detalles que Catherine, su paciente, era capaz de proporcionarle, sin
tener en cuenta que esos detalles son solo la materia sobre la que
trabaja la memoria, pero no un recuerdo, que es el que realmente da
forma a aquella multiplicidad de materiales dispersos que se le
presentan al sujeto.






2. La ambigüedad terminológica que Brian Weiss exhibe responde en parte a
una visión epistemológica según la cual la intuición (experiencia
instintiva, sensible) tiene primacía sobre el concepto. Y no solo eso,
sino que lo que Weiss muestra es una desconfianza sistemática de todo
pensamiento conceptual y con ello, una desconfianza absoluta en la
razón y en su capacidad para encaminarnos a la realidad. Ciertamente
los conceptos sirven muchas veces para ocultar las realidades que se
sienten y se viven, dadas las exigencias que estos demandan:
universalidad (válido para todos) y necesidad (en todo caso). En este
sentido, el amor sentido y vivido jamás se corresponderá con el
concepto del amor (¿incluso hay tal concepto de amor?).


Ahora bien, siendo esto así, sin embargo es un deber para el hombre el
hecho de que sus experiencias caigan bajo conceptos universalmente
válidos que puedan transmitirse en un lenguaje comprensible por todos.
De otra manera, se da pie no solo a una arbitrariedad en el hablar,
sino también a una suerte de insinceridad en la que cada uno dice lo
que quiere, y dice lo que quiere en función de lo que siente pensando
que eso que dice en función de lo que siente es verdadero, lo cual no
deja de ser una expresión de la inmoralidad humana. Uno solo puede
tener por verdadero (y ni siquiera afirmar la verdad) aquello de lo
que solamente se ha hecho consciente bajo criterios conceptuales, pero
no puede afirmar que aquello que siente o experimenta en su vida es
verdad[7]. De otro modo, se fundaría un acceso privilegiado a la
realidad del que solo podrían participar aquellos espíritus más
intuitivos o despiertos, más capaces de ver lo que los demás no ven,
porque no prestan atención, o, con palabras maás directas no siguen el
método Weiss. Por ello, creo que se puede afirmar una cierta
insinceridad en la actitud del psiquiatra americano.






3. La rapidez y eficacia con la que Weiss se jacta del funcionamiento de
su método sobre sus pacientes contrasta con sus propia forma de
trabajar las descripciones que le daba Catherine sobre su experiencias
regresivas: consideraba imprescindible recoger palabra por palabra
aquello que le transmitía su paciente, porque consideraba que cada
palabra era importante para captar el sentido oculto que latía detrás
de aquellas y poder abrir así el camino de la comprensión y de la
sanación de las personas. Dicho camino de regresión debería entenderse
como un proceso de aprendizaje a largo plazo. Por eso, parece lícito
manifestar un cierto escepticismo frente al entusiasmo del doctor
Weiss por su método.





BIBLIOGRAFÍA:





-Weiss. B. Muchas vidas, muchos maestros, Zeta Bolsillo, Madrid, 2005.

- Weiss, B. Sólo el amor es real: El amor es la respuesta a todo, S.A.
Ediciones B, Madrid, 2002.

- Kant, I. Sobre el fracaso de todo ensayo filosófico en teodicea, Ed.
Encuentro, Madrid, 2011.

- Kierkegaard, S. In vino veritas, Alianza Editorial, Madrid, 2015.

- Traducción libre realizada por Virginia Gutierrez Hernández de un
artículo del New York Times titulado Remembrances of past lifes, August,
2010.

-Brian Weiss- Entrevista (Infinito): www.youtube.com/watch?v=29jdGCLohB4.

























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[1] Cfr. Weiss. B. Muchas vidas, muchos maestros, Zeta Bolsillo, Madrid,
2005.
[2] Traducción libre realizada por Virginia Gutierrez Hernández de un
artículo del New York Times titulado Remembrances of past lifes, August,
2010.
[3] Como señalaremos más adelante, los conceptos para Weiss dificultan la
comprensión de las realidades espirituales.
[4] Cfr. Weiss, B. Sólo el amor es real: El amor es la respuesta a todo,
S.A. Ediciones B, Madrid, 2002.
[5] Traducción libre realizada por Virginia Gutierrez Hernández de un
artículo del New York Times titulado Remembrances of past lifes, August,
2010.

[6] Tomo esta distinción de: Cfr. Kierkegaard, S. In vino veritas, Alianza
Editorial, Madrid, 2015.
[7] Cfr. Kant, I. Sobre el fracaso de todo ensayo filosófico en teodicea,
Ed. Encuentro, Madrid, 2011.
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