Registros 12. Mendoza,1930-1980. Agentes, prácticas y obras

June 14, 2017 | Autor: Cecilia Raffa | Categoría: Biography, Historia de la Arquitectura, Políticas Públicas, Diseño, Historia Cultural, Mendoza
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Descripción

REGISTROS, Mar del Plata, año 11 (n.12): 1-4. Agosto 2015 ISSN 2250-8112

Mendoza 1930-1980. Agentes, prácticas y obras

Cecilia Raffa Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (CONICET), Mendoza, Argentina

El número que presentamos reúne una serie de trabajos sobre la provincia de Mendoza, que en términos generales buscan establecer y explicar las relaciones entre la ciudad y las distintas expresiones de su cultura material. Celebramos esta iniciativa de Registros –publicación periódica de alcance nacional– de posibilitar la divulgación investigaciones sobre nuestra provincia. El dossier procura lograr un esquema explicativo de parte del desarrollo de la arquitectura y el diseño modernos en la provincia de Mendoza entre 1930 y 1980, a través del estudio de autores, asociaciones y obras significativos. Hablar de arquitectura y diseño moderno en Mendoza, es hacer referencia a un conjunto heterogéneo de modelos arquitectónicos y urbanísticos, de objetos artísticos y utilitarios y construcciones variadas. Referirse a las vanguardias supone considerar en la producción una serie de aspectos innovadores y “de avanzada”, no sólo en lo que atañe a la estética y los aspectos formales, sino también a lo funcional, lo utilitario, y lo tecnológico constructivo. La caracterización de Mendoza como un núcleo excéntrico de vanguardia, tanto arquitectónica como de diseño en Argentina y América Latina, no resulta hoy ajena a quienes estudian las alternativas históricas de las disciplinas del proyecto, pero sinembargo se desconocen, generalmente, los procesos,

Recibido el 28 de febrero de 2015

motivos, exponentes y resultados de este importante fenómeno. Pensar en Mendoza como espacio de vanguardia disciplinar nos motiva a difundir trabajos que permiten explicar el camino cultural, académico y disciplinar que llevó a esta antigua ciudad argentina a ser un centro de experimentación proyectual con un alto grado de autonomía e impacto. En este camino, y si bien los procesos al interior de las dos disciplinas, Arquitectura y Diseño, no se dan en forma paralela, podemos decir que existió a escala local una marcada relación entre ambas, particularmente a partir de la acción de agentes, arquitectos en su mayoría, que transitaron entre una y otra, influyéndolas. Trayectorias profesionales y vínculos personales fueron armando redes entre actores que ocuparon, casi simultáneamente, posiciones relevantes en el proceso de consolidación de la Arquitectura como campo y en la conformación de la naciente Escuela de Diseño. Estos hechos han guiado los dos núcleos temáticos de este número, organizados en tres secciones: Colaboraciones Especiales, Artículos y Archivo. El primer apartado cuenta con los aportes de Ricardo Blanco y Eliana Bórmida. Blanco repasa autores, objetos y procesos como parte de la trama que deja en evidencia el sentido de vanguardia asociada al Diseño existente en Mendoza a partir de los años 50. El texto tiene

Aceptado el 28 de mayo de 2015

Mendoza 1930-1980. Agentes, prácticas y obras

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además valor documental, por tratarse de un escrito que sitúa al propio Blanco como parte de los agentes que intervinieron en el proceso de consolidación de la carrera en el marco institucional de la Universidad Nacional de Cuyo en los años 70. Entre los años 40, y hasta avanzados los 70, comienzan a vislumbrarse en el quehacer arquitectónico mendocino marcas en la teoría y en la práctica de una adaptación de lo moderno al medio físico y cultural local. La trayectoria profesional de Juan Augusto Brugiavini, da cuenta de ello. Sobre la base de una serie de entrevistas realizadas al arquitecto, Eliana Bórmida destaca los importantes aportes metodológicos, teóricos, proyectuales y edilicios, y la mirada crítica del profesional para conciliar los desafíos de la realidad regional, caracterizada por el sismo y la aridez, con las innovaciones de las vanguardias modernas. Juan Brugiavini fue asimismo, parte de los agentes que participaron del desarrollo de la Sociedad de Arquitectos de Mendoza (SAM); organización que brindó mayores posibilidades al conjunto de profesionales, de ejercer influencia sobre los aspectos urbanísticos y arquitectónicos en el medio local y en la formación de futuros arquitectos, como grupo especializado. En la sección Artículos, Cecilia Raffa indaga en torno a la constitución de la SAM como una agrupación de gran peso en el imaginario colectivo: la influencia de sus principios corporativos y su espíritu gremial se extendieron a todos los ámbitos en los que sus asociados se desarrollaron, marcando el campo disciplinar y la profesión del arquitecto en Mendoza durante buena parte del siglo XX.

REGISTROS, año 11 (n.12): 1-4. Agosto 2015

Dentro de los indicadores más significativos de la expansión y de las transformaciones que enfrenta el campo de la arquitectura en el segundo cuarto del siglo XX, se observa la presencia de mujeres arquitectas en la universidad y en la práctica profesional. En esta perspectiva, el texto de Silvia Cirvini aborda la trayectoria de Colette Boccara, y condensa una primera etapa exploratoria acerca de la experiencia de ser mujer y “arquitecto”, desde un enfoque que se halla en el cruce de una tarea de registro de la memoria grupal y de un análisis de la historia reciente. También basado en un itinerario personal, y a partir del acceso a su archivo, la exposición que realiza Graciela Moretti de la labor del mendocino Pedro Ribes desde sus inicios como dibujante-proyectista de la Dirección Provincial de Arquitectura en los años treinta, permite destacarlo como una figura que sin haber completado sus estudios de arquitecto, se constituyó en actor fundamental en la transformación edilicia de Mendoza a mediados del siglo XX. La Arquitectura en Mendoza fue, como campo técnico específico, hasta 1930 muy dependiente de Buenos Aires, donde existía un número importante de practicantes, y donde se ubicaban las instituciones de formación profesional (Escuela de Arquitectura - Universidad de Buenos Aires, 1901) y el órgano gremial (SCA) que prescribía las reglas del campo y dictaminaba sobre la legitimidad de las prácticas. Un paso significativo en la progresiva autonomía del campo disciplinar de la arquitectura en Mendoza, fue el crecimiento de la práctica profesional asociada a la gestión pública. La creación de agencias estatales dirigidas por arquitectos a partir

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de los años 30, como las Direcciones de Arquitectura (DPA) y de Parques y Paseos, abrieron camino y permitieron los primeros desarrollos de posiciones de vanguardia. La contribución de Daniela Cattaneo muestra a la provincia de Mendoza como escenario privilegiado de innovaciones pedagógicas y arquitectónicas que redundaron en un posicionamiento de vanguardia en materia de educación primaria. Las figuras de Manuel y Arturo Civit, se destacan como introductores del carácter racionalista a la obra pública, que hasta entonces versaba entre eclecticismos académicos e historicistas. La construcción de una versión propia de la arquitectura moderna y sus posibles interpretaciones es inescindible de la pertenencia de estos profesionales a la clase dirigente provincial, de su formación académica signada por el sistema beauxarts en la Escuela de Arquitectura de Buenos Aires, de las múltiples posibles influencias recibidas en su viaje a Alemania, de la permanente actualización a partir de congresos, publicaciones y contactos con arquitecturas y arquitectos extranjeros y de los procesos de selección de todo este bagaje para aplicar a la particular situación provincial. Siguiendo las indagaciones sobre las políticas educativas de los años conservadores, Mariana Fiorito analiza para el caso de la enseñanza media, la imbricada relación entre arquitectura y diseño, destacando el papel de los técnicos como parte de las oficinas públicas estatales. El trabajo aborda una serie de construcciones que estuvieron guiadas por la idea de un “diseño integral” que combinaba el planeamiento, el diseño y el equipamiento, partiendo desde la selección del enclave en la ciudad hasta

el proyecto que incluía el diseño del mobiliario. Con el horizonte puesto en las necesidades de las diversas actividades educativas como la educación física, la economía doméstica o la formación de los oficios en los laboratorios y talleres, Mendoza nuevamente constituye un episodio típico y a la vez singular por la calidad de sus propuestas y la intensidad del proceso de configuración. Finalmente, indispensables resultan para el conocimiento de los procesos descriptos y de sus hacedores, las acciones de recopilación de documentación y la creación de colecciones de diseño, de arquitectura efímera y de arte contemporáneo mendocinos que lleva acabo la Fundación del Interior, cuya reseñase incorporaen la sección Archivo. En suma, Mendoza 1930 - 1980. Agentes, prácticas y obras, invita a descubrir las vinculaciones de la ciudad, la arquitectura, y el diseño con las trayectorias de autores, obras y eventos, a través de problemáticas claves en distintos momentos del marco temporal de la modernidad. Este número busca conocer las prácticas y redes de relaciones que a nivel local y nacional fueron colaborando en la autonomización de los campos disciplinares y las profesiones, y que permitieron que Mendoza fuese, a mediados del siglo XX y con la participación de un importante grupo de especialistas, un polo de la vanguardia arquitectónica y de diseño en el oeste argentino.

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REGISTROS, Mar del Plata, año 11 (n.12): 5-8. Agosto 2015 ISSN 2250-8112

El comienzo del Diseño Industrial en Mendoza The beginning of Industrial Design in Mendoza

Ricardo Blanco Universidad de Buenos Aires. Argentina

Abstract

Resumen

In the year 1951 the book “Walter Gropius and Bauhaus” is published in Italy. Cesar Jannello, who translated it, suggested that the organizer of the School of Arts should it’s own professor Giudice and that how the Department of Design and Decoration was linked with the School of Plastic Arts. In the year 1974 the professor Luis Quesada, was on the look for a professor for the Graphics area. In that moment I was a teacher in the Faculty of Fine Arts of the University of La Plata, the graphic Norberto Coppola whom I recommended was hired. Next year it was needed the same but for the Industrial area and Coppola commented I could be a possibility. That how I started going to Mendoza every month, and staying for three days, during 15 years. This made the coexistence with students and professors intense. It’s possible to consider that the influence of Gui Bonsiepe was pointed on establishing the problematic of Latin-American Design with its theme and it’s technology. Amado Muñoz between 1967 and 1972 was an adviser in the line of design linked to the market. With respect to the orientation I gave the Design Workshop during this 15 years was putting into questioning, not denying the postulates of the Modern Movement Design, but do entering in the conception of the New Italian Design and the Semantics of Products.

En el año 1951 se publica en Italia el libro Walter Gropius y la Bauhaus. Y César Jannello, quien lo tradujo, sugirió que el organizador de una escuela de Artes fuera el propio profesor Giudice y así nació el Departamento de Diseño y Decoración vinculado a la Escuela de Artes Plásticas. En el año 1974 el profesor Luis Quesada, estaba en la búsqueda de un profesor para el área Gráfica. En ese momento era docente en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata, el gráfico Norberto Cóppola al que recomendé y quien fue contratado. Al año siguiente necesitó lo mismo para el área industrial y Cóppola le comentó que yo tal vez podría ir. Así fue como comencé a ir a Mendoza todos los meses y permanecía durante tres días contiguos, así lo hice durante 15 años. Esto hizo que la convivencia con los alumnos y los docentes fuera intensa. Es posible considerar que la influencia de Gui Bonsiepe estuvo orientada a establecer la problemática del Diseño Latinoamericano con su temática y su tecnología. Amado Muñoz entre los años 1967 y 1972 fue un orientador de la línea de diseño vinculada al mercado. En lo que respecta a la orientación que le impuse al Taller de Diseño fue poner en cuestionamiento, no negando los postulados de Diseño del Movimiento Moderno, pero sí entrar en la concepción del Nuevo Diseño y la Semántica de Productos.

design - graduates - applied art

diseño - egresados - arte aplicado

Arquitecto. Doctor, Profesor Emérito, UBA

Recibido el 12 de febrero de 2015

Aceptado el 4 de marzo de 2015

R. BLANCO, El comienzo del Diseño Industrial en Mendoza

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La idea de registrar hechos, eventos, objetos, procesos que tuvieron algo que ver con el diseño en la ciudad de Mendoza, es una idea pausible de una publicación universitaria, habida cuenta que es en la provincia de Mendoza y en su Universidad de Cuyo donde se manifiesta por primera vez orgánicamente esta disciplina. La solicitud está planteada para el registro entre los años 30 y 80 y aquí empieza el dilema; podemos inferir que ya en los años 30 había un cierto conocimiento de lo que era el diseño pero lo era en el sentido de un arte aplicado a los objetos de uso. El haber sido docente de Diseño Industrial –Orientación de productos– en la carrera de Diseño Industrial de la Universidad de Cuyo durante 15 años, me posibilita relatar esa experiencia en primera persona. En el año 1974 con el profesor Luis Quesada, quien en esa época era Decano de la Escuela de Bellas Artes de la UNC, nos reunimos en La Plata. Estaba en la búsqueda de un profesor para el área Gráfica. En ese momento era profesor en la Facultad de Bellas Artes UNLP, el gráfico Norberto Cóppola, al que recomendé y quien fue contratado. Al año siguiente necesitó un profesor para el área industrial y Cóppola le comentó que yo tal vez podría ir. Así fue como comencé a ir a Mendoza todos los meses –durante 15 años– y permanecía allí durante tres días contiguos. Esto hizo que la convivencia con los alumnos y los docentes fuera intensa. Apenas comencé solicité ayudantes de cátedra, cosa que no era común en la facultad y logré tener a Alberto Arias Van Lierde, recién recibido, como profesor adjunto, quien fue de gran valor para el desarrollo de la estructura docente; varios años después se incorporaron Guillermo Eirin y Hugo Petrich, los que fueron grandes colaboradores, y así se iniciaron en la docencia. Pasaron muchos docentes por la cátedra ya que siempre consideré que la docencia era parte de la formación en la práctica profesional. En esos años también fui jurado de varios concursos de profesores titulares, lo que me hace responsable de algo. Una anécdota

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aparte, durante el decanato de Mario Delhez en la dictadura, me consiguió un certificado, no autorización, de que usaba barba y así podría entrar en la Ciudad Universitaria. Esto describe la situación del momento. Creo que esos 15 años modificaron la manera de desarrollar la didáctica del diseño en varios sentidos: primero, las cátedras dejaron de tener sólo un profesor titular, formando de esa manera los cuerpos docentes venideros; segundo, en esa época había reuniones de profesores, con lo cual había una mayor integración del plan de estudios; y por último, se alentó a los diseñadores egresados a integrarse al mercado productivo como profesionales o como auto-productores. Pensamos que la mirada del diseño en la Argentina de esa época se toma de la Bauhaus, escuela alemana iniciada por Walter Gropius en el año 1916 y cerrada en al año 1933, de manera que tenemos la versión centro-europea del Diseño Industrial. En el año 1951 se publica en Italia el libro Walter Gropius y la Bauhaus 1 del teórico italiano Giulio Carlo Argan que pone en el tablero los conceptos de diseño Industrial. Este libro llega a las manos del Profesor Abdulio Giudice, que era docente en la escuela y que planteó el tema “Hacia una Escuela del Artes Aplicadas” (Jornadas de Pedagogía, año 1952, Provincia de San Luis), y lo considera interesante; el Arq. César Jannello, que estaba contratado, lo traduce y participa del interés de Giudice que le plantea al rector interventor de la UNC, Dr. Cucchiani Acevedo, en el año 1958, la creación de un departamento o escuela. El rector tenía un hermano arquitecto y lo relaciona con Jannello quien sugirió que el organizador fuera el propio profesor Giudice y así nació el Departamento de Diseño y Decoración vinculado a la Escuela de Artes Plásticas. A pesar que en Mendoza no se conocía en detalle la didáctica de la Bauhaus, es evidente que algunos sabían de sus contenidos. En esa oportunidad se le ofreció, y no aceptó por temas de tiempo, ser director al Arq. Francisco Bulrich, quien había tomado curso en ULM, la

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escuela alemana considerada la heredera de la Bauhaus, que era dirigida por Tomas Maldonado, tal vez el primer ideólogo del Diseño Industrial en Argentina ya que en el año 1949 había escrito sobre el tema en el Boletín del Centro de Estudiantes de la FAU-UBA. Debemos considerar que en la escuela se incorpora Colette Bocara, esposa de César Jannello, ceramista creadora de la firma COLBO, y el Arq. Sánchez de Bustamante, director desde el año 1962, que había sido partícipe del Movimiento Austral, formado en Buenos Aires por un grupo de arquitectos enrolados en el Movimiento Moderno. Desde Francia, dos arquitectos argentinos, Juan Kurchan y Ferrari Hardoy que junto al catalán Antonio Bonet, creadores del sillón Austral, luego BKF; se habían conocido en el estudio de Le Corbusier o sea eran parte de la vanguardia arquitectónica, fueron los iniciadores del Grupo Austral, que presentó su pensamiento en un manifiesto.2 Podemos pensar todos estos eventos, junto con la exposición “Feria de las Américas”, del año 1953/4 en Mendoza, donde se realiza La Torre Sonora con la composición de electroacústica, desarrollado por el maestro Mauricio Kagel; evidenciaban el sentido de vanguardia existente en esa ciudad. El Maestro Carrieri realizó en esa oportunidad una aceitera en cerámica cuyo diseño no sólo semantiza a la oliva sino que lo hace a través de una gran calidad formal. En la Escuela de Diseño se sucedieron una serie de profesores que dejaron su impronta. Se nombró inicialmente al Arq. Gerardo Andía, luego en los años 70 hubo un diseñador de SIAM, Amado Muñoz, que no sólo dictaba diseño sino que fue director de la Escuela. El profesor alemán Gui Bonsiepe, recibido en la Ulm, estaba trabajando para el gobierno de Allende en Chile, daba clases en el curso de Trabajo Final, y también el diseñador Julio Colmenero era docente de Buenos Aires. Este criterio de contratar profesores de distintos lugares, continuó con Norberto Cóppola, elque llevó a Eduardo López, quien todavía está allí como profesor. Luego comienza la etapa

en que los egresados van ocupando el rol de profesores. Es posible considerar que la influencia de Gui Bonsiepe estuvo orientada a establecer la problemática del Diseño latinoamericano con su temática y con su tecnología. Amando Muñoz, entre los años 1967 y 1972, fue un orientador de la línea de diseño vinculada al mercado. En lo que respecta a la orientación que le impuse al Taller de Diseño durante 15 años fue poner en cuestionamiento, no negando los postulados del diseño del Movimiento Moderno, pero si entrar en la concepción del Nuevo Diseño Italiano y la Semántica de Productos. Ahora, no en relación a la práctica profesional del Diseño Industrial en Mendoza, es necesario poner en evidencia la labor que durante años sostuvo el diseñador Alberto Arias Van Lierde cuya actividad en el área de diseño de mobiliario fue muy prolífica así como en el plano de difusión. Es interesante recordar que tuvo un local en los años 80, Diseño + Diseño, donde se vendían las piezas del Museo de Arte Moderno de Nueva York, MOMA, cosa que no ocurría en Buenos Aires y si en Mendoza. En el área del equipamiento urbano, fue muy interesante la propuesta que realizaron dos egresados, Yiya Layera y Daniel Giménez, con el diseño de equipamiento urbano que luego fue utilizado por la empresa que los contrató en otras ciudades, como Córdoba. Si se analiza la difusión que tuvo la profesión de diseñador industrial emergente de una escuela universitaria residente en la región, por lo menos desde los años 60 a los años 80 que es desde cuando salieron los egresados al medio, es posible que esa influencia no se hizo evidente. Por ejemplo, las etiquetas de los vinos de las familias tradicionales cuyos hijos se convertían en diseñadores no les eran encargadas a ellos, sino que las hacían las agencias de publicidad de Buenos Aires. En el caso del Diseño Industrial, habiendo algunas fábricas de mobiliario de buen porte, no utilizaban diseñadores locales. El ejemplo más claro es el de la empresa ONLY que con-

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vocó y contrató a un diseñador de EE.UU., Jens Rison, para desarrollar sus modelos. Aunque luego utilizó también a Alberto Arias Van Lierde diseñando algunos modelos, luego en los años 90 utilizó los servicios de Gerardo Clusellas de Buenos Aires para el desarrollo de interiores náuticos. Tal vez si la industria hubiese tenido un mayor sentido de pertenencia, Mendoza podría haber sido un polo de diseño argentino. Los egresados de Mendoza tuvieron también actuación en otros entornos: Gema Sánchez en el estudio de Ettore Sottsass en Milán; Silvia Centeleghe en el estudio de Morossi, también en Milán y cursó como primera promoción los posgrados en la Domus Academy, al igual que el fallecido Juan José de San Martín. La docencia fue una actividad a la cual varios diseñadores dedicaron su esfuerzo. La práctica profesional en la ciudad y en la provincia no tuvo una presencia muy evidente, sin embargo siempre estuvo presente, tal vez es momento de realizar un inventario más detallado de todo lo realizado; pero si hay que rescatar que los diseñadores Oscar Jurado y Tiberio Ruguero desarrollaron su práctica en el medio industrial de Mendoza; así como Hugo Petrich que participó como auto-productor.

REGISTROS, año 11 (n.12): 5-8. Agosto 2015

Notas 1 Argan, G. C. (1951). Walter Gropius e la Bauhaus. Turín: Einaudi. 2 Ferrari Hardoy, J. & J. Kurchan (1939, junio). Manifiesto Grupo Austral. Revista Nuestra Arquitectura, 6.

REGISTROS, Mar del Plata, año 11 (n.12): 9-24. Agosto 2015 ISSN 2250-8112

Juan Augusto Brugiavini. La estructura como base de proyecto y de buena arquitectura Juan Augusto Brugiavini. The basis of the project structure and good architecture

Eliana Bórmida Universidad de Mendoza, Argentina

Abstract

Resumen

Juan Augusto Brugiavini is one of the leading architects of modernity in Mendoza. The quality and scope of his work and the clarity of his concepts related to rationalism, structural design and bioclimatic make him transcend the local scene and become one of the most important personalities of the discipline in the Argentina of his time. This article refers to his activities until around 1970. It is the result of six interviews in the early months of 2015, when, at eighty-five years old, the architect has given us, as an actor, a live picture of four decades, between 1940 and 1980, marked by the reconstruction post-earthquake of the cities of Mendoza (1861) and San Juan (1944) and the post war phenomena, which conducted the development of regional modernity. Brugiavini has acted in the public service, the private sector and in teaching from the University of Mendoza and the National University of San Juan, where he continues as thesis advisor. His theoretical approach and methodology as well as his built and unbuilt work have been great contributions to the fields of rationalism, critical regionalism, sustainable architecture and structural design. His critical eye has managed to reconcile the challenges of regional reality characterized by the earthquake and aridity, with the innovations of modern avant-garde.

Juan Augusto Brugiavini es uno de los profesionales más destacados de la modernidad en Mendoza. La calidad y envergadura de su obra y la claridad de sus conceptos relacionados con el racionalismo, el diseño estructural y la arquitectura bioclimática, lo hacen trascender el escenario local y situarse entre las personalidades más importantes de la disciplina en la Argentina de su época. Este artículo trata sobre su formación y actividad hasta 1970. Es el resultado de seis entrevistas realizadas a comienzos de 2015, cuando a los 85 años de edad, el arquitecto nos ha presentado como protagonista, un panorama vivo y abarcante de cuatro décadas, entre 1940 y 1980, marcadas por la reconstrucción post terremoto de las ciudades de Mendoza (1861) y San Juan (1944) y los fenómenos de posguerra que condicionaron el desarrollo de la modernidad regional. Brugiavini ha actuado en la función pública, en la actividad privada y en la docencia desde la Universidad de Mendoza y la Universidad Nacional de San Juan, donde continúa como asesor de tesis. Desde esos campos ha realizado importantes aportes metodológicos, teóricos, proyectuales y edilicios. Su mirada crítica ha logrado conciliar los desafíos de la realidad regional, caracterizada por el sismo y la aridez, con las innovaciones de las vanguardias modernas.

rationalism - critical regionalism - structural design - bioclimatic architecture

racionalismo - regionalismo crítico - diseño estructural - arquitectura bioclimática

Arquitecta, Profesora Emérita FAU, UM. Directora del ICAU, Instituto de Cultura Arquitectónica y Urbana, Mendoza

Recibido el 7 de mayo de 2015

Aceptado el 27 de mayo de 2015

E. BÓRMIDA, Juan Augusto Brugiavini. La estructura como base de proyecto y de buena arquitectura

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Introducción. Sus primeros años Juan Augusto Brugiavini nació en Mendoza en 1929. Fue el quinto hijo de Augusto Brugiavini (AB) y Amedea Puliti, inmigrantes italianos llegados desde Ancona a la Argentina en 1905. Su padre se dedicó a la construcción, en un momento en que Mendoza iniciaba una era de gran pujanza económica y progreso industrial, y la nueva ciudad se levantaba después del devastador sismo de 1861. Apenas instalado en Mendoza Brugiavini padre trabajó en algunas de las obras más innovadoras de ese tiempo: las ferroviarias y las vitivinícolas.1 Como los vínculos con Italia se mantuvieron siempre activos, la vida de la familia estuvo marcada por las dos guerras mundiales. En 1914 el matrimonio regresó a Italia con sus dos hijos mayores, donde su padre fue combatiente. Cuatro años después del conflicto regresaron definitivamente a Mendoza para, nuevamente como constructor, participar de la euforia edilicia del gran auge vitivinícola. Se especializó en la construcción de piletas de hormigón armado, material entonces innovador en la industria del vino (Moretti, 2012). A lo largo de las siguientes décadas los Brugiavini mantuvieron estrechos lazos con artesanos de la construcción, inmigrantes de posguerra que llegaron a establecerse en la provincia. En Mendoza la vida de Juan Augusto transcurrió dentro del ambiente de la actividad de su padre y de su hermano Amadeo, donde el conocimiento de personas, las visitas a las obras y sobre todo el contacto con los talleres de artesanos, dejaron huellas profundas en su modo de entender y practicar la arquitectura. De esa época recuerda un gran dinamismo constructor, la mayor parte de los trabajos de oficios estaban en manos de extranjeros –en especial de italianos, yugoslavos, y algunos polacos– quienes aportaban saberes y experiencias de sus propias culturas. Allí abundaban “los artesanos de oficio, con quienes se podía hacer grandes trabajos de gran calidad”.2 El eclecticismo historicista, en boga en Mendoza en ese avanzado primer tercio del siglo XX, ha quedado registrado

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en su memoria de niño con recuerdos de los ornamentos que aquellos artesanos inmigrantes producían localmente y difundían en catálogos. En su propio decir, la gente de entonces se iba preparando “per se”. Muchos jóvenes asistían a los cursos nocturnos de la Academia Provincial de Bellas Artes, de donde egresaban como dibujantes de la construcción.3 Esta capacitación los encaminaba para ser asistentes de los arquitectos e ingenieros que actuaban entonces, como Daniel Ramos Correas, Raúl J. Álvarez, Lino Martinelli y los hermanos Manuel y Arturo Civit. Aquellos dibujantes eran gente práctica, con mucha experiencia, y resultaban imprescindibles en los estudios, porque su formación técnica y artística les permitía desarrollar todo tipo de soluciones. Generalmente, los profesionales de entonces no se dedicaban a los detalles ejecutivos, quedando esto en manos de los dibujantes y artesanos especializados.4 En los años cuarenta, la enseñanza oficial de la arquitectura recibida por los profesionales había transitado desde un historicismo académico, ecléctico, dominante en la primera década del siglo XX, hacia intereses más hispanizantes y americanistas, relacionados con la difusión del ideario de las celebraciones del Centenario, que tuvo alcance latinoamericano. Estas influencias se expresaron en Mendoza en lenguajes neo plateresco, colonial, criollo, indigenista y sobre todo californiano (Cremaschi, 2015). Sin embargo, a mediados de la década del treinta el movimiento moderno había hecho su entrada triunfal en Mendoza con la obra de los hermanos Manuel y Arturo Civit. Recién llegados de su viaje de estudios a Alemania, proyectaron y construyeron escuelas, hospitales, edificios recreativos como Playas Serranas, viviendas sociales y residencias particulares (Raffa, 2010). El impacto vanguardista de esa obra fue enorme, pero en cierto modo permaneció aislado, conviviendo con la arquitectura de estilos, que estaba muy arraigada y gozaba de la mayor aceptación social. Según Brugiavini, en los primeros tiempos en Mendoza la mayor difusión cuantitativa del movimiento moderno, en cuanto a penetración

E. BÓRMIDA, Juan Augusto Brugiavini. La estructura como base de proyecto y de buena arquitectura

social y concreción numérica de obra “se dio por la actuación de los dibujantes”. Ellos trabajaban en distintos estudios de arquitectos e ingenieros y conocían a fondo los proyectos; además tenían sus clientes particulares, donde aplicaban en sus propias propuestas las experiencias adquiridas con los profesionales. Pagotto, Ribes, Rojo y Lotto fueron los dibujantes constructores más reconocidos de entonces, asistiendo largos años en los estudios de Ramos Correas, los hermanos Civit, Lino Martinelli y Armando Aubone Videla, entre otros. Brugiavini en su etapa universitaria: el terremoto de 1944 y la creación de la carrera de Arquitectura En 1951 y cumplido el servicio militar, Brugiavini se instaló en San Juan para estudiar arquitectura, donde la carrera se había iniciado recientemente. Allí se vivía todavía una atmósfera de desolación causada por el terremoto de 1944, que dejó la ciudad totalmente en ruinas, pero bullente de profundas tensiones que buscaban establecer un nuevo orden de vida, donde el movimiento moderno hacía su aparición. La creación de la carrera de Arquitectura en San Juan fue un hecho precipitado por la devastación del sismo. Apenas ocurrido el terremoto se creó el Consejo de Reconstrucción,5 con el objeto de conducir la refundación de la ciudad. En medio de un clima de disconformidad comenzaron los reclamos que impulsaron la creación de una escuela de arquitectura y urbanismo, para formar profesionales para la reconstrucción. Por ello, en 1950 el Centro de Estudiantes de la Escuela Industrial hizo un pedido directo a Eva Perón, para crear la carrera de Arquitectura en San Juan, que nació como Escuela y al año siguiente pasó a ser el Departamento de Arquitectura y Urbanismo, de la Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.6 Este centro educativo, derivado de la Escuela Nacional de Minas creada por Sarmiento, y que luego diera origen a la Escuela Industrial, era una de las tres sedes

de la Universidad Nacional de Cuyo creada en 1939.7 La escuela de arquitectura de San Juan tuvo alcance regional y nació con una fuerte impronta de las ciencias duras. En ella actuaron como docentes importantes científicos europeos establecidos en la Argentina después de la Gran Guerra, que dictaron clases conjuntas a ingenieros y arquitectos.

La enseñanza de arquitectura en San Juan y la llegada del urbanismo moderno Las problemáticas relacionadas con el sismo influyeron fuertemente en los debates profesionales y académicos sobre arquitectura y urbanismo. En ellos se reflejaron las tensiones entre el idealismo de las teorías del movimiento moderno, representado por las influencias de Le Corbusier y los CIAM, y el pragmatismo de la sociedad. Entre los años 1944 y 1948 se formularon para San Juan siete planes, para los que se convocó a prestigiosos equipos argentinos.8 Indudablemente este escenario de búsqueda, de innovación y también de crítica resistencia, debió dejar una marca persistente en el ambiente de los claustros universitarios, donde los estudiantes fueron testigos de un proceso inédito que lentamente se ponía en marcha: la reconstrucción de la ciudad, en versión moderna, de acuerdo al Plan Regulador y de Extensión formulado por el arquitecto José María Pastor. Para Juan Brugiavini, como estudiante, la visión de una arquitectura esencialmente segura, racional, constructiva y funcional comenzó a ser indiscutible; así como la concepción de lo arquitectónico integrado a lo urbano, en términos de modulación del tejido y caracterización del paisaje. Finalmente, la idealización de una ciudad bien ordenada, segura, entendida como un todo estructurado y servido por sistemas de redes, fue el resultado natural de las experiencias vividas en esos años, que habría de persistir a lo largo de su vida profesional. Por otro lado, las exigencias en los estudios universitarios se veían enmarcadas por la actividad técnica externa. En 1950 el Consejo

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de Reconstrucción de San Juan dictó un severo Código de Edificación. Este se fue actualizando constantemente, haciendo más tarde de esta ciudad una de las más seguras del mundo.9

La influencia de Cesar Jannello en la cátedra de diseño En los dos primeros años de su carrera Brugiavini advirtió la superioridad de otros estudiantes en la adquisición de conocimientos matemáticos y físicos, debido a que él provenía de una escuela de comercio. Se sentía en cambio “muy cómodo en los ejercicios de composición” y entendía que pese a todo “no había que dejarse vencer”. La llegada en 1952 del arquitecto César Jannello significó un cambio total de experiencias “porque rompió todos los esquemas. Iba una vez por semana pero sus clases eran intensas y los grupos de alumnos, de diez o doce, podían aprovecharlas muy bien, porque “teníamos hambre de esas cosas…”.10 En los dos años que estuvo en San Juan, Jannello estableció una relación muy estrecha con los alumnos. Dictó excelentes cursos donde alimentaba a los estudiantes con las publicaciones de revistas nacionales y de otras que recibía de Europa y de Estados Unidos, referidas al Movimiento Moderno. Estas eran, por ejemplo, Nuestra Arquitectura, Nueva Visión, Domus, Arts and Architecture, L’Architecture d’Aujourd’hui, entre otras. Jannello trajo un libro extraordinario, Las matemáticas como base de las artes, publicado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el cual aparecían las series matemáticas, y alentó a los alumnos para que las estudiaran y las aplicaran para crear formas en tres dimensiones. Cuando las investigaban descubrían, por ejemplo, las relaciones de la espiral logarítmica y del número de oro y aplicaban esos conocimientos en las composiciones. En esos ejercicios proyectuales las matemáticas no se manejaban como algo rígido, abstracto, sino aplicable en la medida que uno quisiera. De esa manera

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ya no las sentían como dimensiones separadas, porque matemáticas, estructura y forma se integraban como un todo.11 Brugiavini explicó que gracias a Jannello, que “les había hecho una apertura de mente” en segundo y tercer año de la carrera, los estudiantes estuvieron muy influenciados por Mies van der Rohe. Con él salieron del Beaux Arts y también de la arquitectura de corte fascista, volcándose hacia formas tecnológicas muy puras y simples, ortogonales y moduladas. Jannello tenía un concepto estructural muy afinado que le permitió crear propuestas innovadoras como la Feria de América, realizada en la ciudad de Mendoza en 1954. Para los organizadores esta feria debía ser una declaratoria de principios de la nueva arquitectura racional y geométrica (Quiroga, 2012). Al tiempo que Jannello nos abría un nuevo camino, Arístides Cottini había tomado la cátedra de Arquitectura y ahí es donde aplicamos los nuevos conceptos de estructura y composición. Había una manera intensa de trabajar, descubriendo la nueva arquitectura. Ante la libertad de Jannello, se oponía la rigurosidad de Cottini. Fue un tiempo riquísimo, de aprovechamiento total de los nuevos conceptos.12 Cursando tercer año los estudiantes de San Juan participaron en el proyecto del pabellón de la Universidad para la Feria de América. De acuerdo a las consignas realizaron una propuesta “a la manera de Mies”, pero en versión más económica, en madera. Su asesor fue el arquitecto Félix Pineda quien al mismo tiempo proyectaba el Pabellón de San Juan, muy semejante al anterior, pero con estructura mixta de madera y columnas de acero. Las bases de esta exposición internacional, y los proyectos de los pabellones tuvieron “una búsqueda de racionalidad casi exacerbada”, explicó Brugiavini, quien expresa: Estábamos detrás de los conceptos que podíamos rastrear de Mies van der Rohe y de la Escuela de Chicago y buscábamos

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la mayor de las síntesis en las estructuras ortogonales. Era un canto a la estructura. Apenas cubrir y modular los espacios para el planteo del trabajo de la Feria. Se formó entonces un equipo de gente vanguardista de gran nivel. Vino Gerardo Clusellas, gran diseñador, no recibido de arquitecto, pero dotado de una considerable experiencia y gran sensibilidad. Después apareció el músico Mauricio Kagel,13 más otros especialistas en luminotecnia, algunos dibujantes muy buenos… Se trabajaba en un clima de mucha libertad y camaradería, donde Jannello voló muy alto. En ese tiempo diseñó el símbolo de la feria, que estaba formado por dos triángulos unidos por el vértice. Un alumno le sugirió hacerlo en tres dimensiones, como una pirámide… y Jannello, detrás de su barba, se voló… De allí surgió el módulo espacial, a partir del cual realizaría, poco después, la emblemática torre de la Feria.14 Los estudiantes fabricaron su pabellón, lo trasladaron, lo armaron y después de la feria lo desmontaron y lo volvieron a llevar a San Juan, donde hicieron un aula “que pasó a ser la preferida de todos” señaló el arquitecto.15 En esa experiencia aprendió a proyectar en base a una modulación, entendiendo que el orden compositivo, formal y estructural se puede manejar a través de un módulo, creado por el arquitecto para cada proyecto. Este procedimiento que simplifica y guía el proceso de diseño, continúo aplicándolo lo largo de toda su obra. Con la experiencia del taller de Jannello y la participación en la Feria, Brugiavini comprendió, además, que la estructura era uno de los principales componentes proyectuales, que está en la base de toda buena arquitectura y por lo tanto su concepción siempre debe prologar las propuestas. Durante el diseño estructural también se define la materialidad de la construcción, y es el arquitecto quien tiene que realizarlo, dándole el cálculo al ingeniero para que lo verifique matemáticamente, físicamente.

La llegada de Enrico Tedeschi Enrico Tedeschi ingresó en 1954 como docente en la Escuela de Arquitectura de San Juan, proveniente de Tucumán.16 Al llegar a San Juan conoció los trabajos que los estudiantes habían realizado con Jannello y Cottini y se sorprendió: “Tedeschi adhería a la corriente orgánica y no a ese racionalismo desnudo”, señala Brugiavini. Fue profesor de Teoría de la Arquitectura, de Historia y finalmente de la cátedra de Arquitectura de quinto año. Era un hombre de carácter muy fuerte, acostumbrado a impartir órdenes. Tedeschi se trasladó, luego de San Juan, a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba y años más tarde a Mendoza, donde creó en 1961 la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza (Adagio & Sella, 2013). El uso del hormigón armado y las supericies de doble curvatura en San Juan Finalizando sus estudios de arquitectura, Brugiavini se interesó en los paraboloides hiperbólicos y las superficies de doble curvatura. Todo comenzó con la publicación en la revista Nueva Visión de las sombrillas de Amancio Williams para hospitales. Él estaba comenzando su trabajo final y decidió emplear un sistema de paraboloides para las cubiertas que requería su proyecto.17 El tema fue un mercado y feria de concentración de productos agrícolas para el Gran Mendoza con una gran cubierta de 144 m2 de superficie, que resolvió con una columna de hormigón armado con un conjunto de paraboloides hiperbólicos. Para llevar adelante su investigación estudió a los precursores: Félix Candela, Eduardo Torroja, Pier Luigi Nervi; también a Horacio Caminos,18 en su proyecto para el centro comercial de la ciudad universitaria de Tucumán, y a Eduardo Catalano, por entonces profesor del Massachussets Institute of Technology.19 Brugiavini le escribió y Catalano le proporcionó material muy interesante desrrollado con sus alumnos, y varios detalles de sus obras que le fueron de gran utilidad. Su casa Raleigh, demolida en 2001, era un paraboloide hiperbólico apoyado en dos

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puntos, construido en madera. Contó además con el asesoramiento del ingeniero Aldo Bruschi, quien se sorprendió por lo innovador del tema y realizó aportes relevantes en el diseño de los soportes. La experimentación con superficies de doble curvatura, “las cáscaras”, le resultaba por entonces a Brugiavini muy atrayente. Entendió que ese camino era para los arquitectos, porque permitía trabajar experimentalmente con modelos, mediante el mecanismo de prueba y error. El comportamiento de los materiales y de las formas se podía seguir físicamente, a través de un proceso de diseño y experimentación, no de análisis matemático que le resultaba demasiado complejo y ajeno a sus verdaderas inclinaciones. “Las estructuras surgen de entender comportamientos de formas naturales, como las de los árboles… Las estructuras de doble curvatura son elásticas, se mueven, son ligeras…” explica el arquitecto.20 Esta época de audacia y experimentación empezó después del ´56 en San Juan con los estudiantes de arquitectura. Su proyecto de tesis final tuvo mucho que ver con esta inquietud que se generalizó luego a otros estudiantes, como por ejemplo los de ingeniería: “los más curiosos, se acercaban a los de arquitectura que trabajaban en un taller y laboratorio enormes, donde podían ensayar”, mencionó el arquitecto. Experiencias en el Hogar y Club Universitarios La convivencia en el nuevo Hogar y Club Universitarios permitió gran comunicación entre estudiantes y profesores, favoreciendo la difusión de las nuevas ideas que cada vez llegaban con mayor aceleración. Los jóvenes estaban viviendo en un lugar excepcional: el flamante hotel, obra de Ernesto Puppo, frente al Parque de Mayo. Después de la revolución del ´55, Mariano, “el pibe topadora” Carreras, hasta entonces exiliado por los peronistas en Montevideo, volvió como interventor a San Juan. Los estudiantes lo fueron a ver para buscar una solución, porque vivían muy mal, en ranchos. REGISTROS, año 11 (n.12): 9-24. Agosto 2015

Le propusieron que les permitiera vivir en ese hotel, que estaba terminado totalmente, pero vacío… En realidad era una insolencia lo que estaban pidiendo, pero resultó exitoso: primero les dieron un piso, con la condición que se ocuparan de su cuidado y mantenimiento y a fin de año ya tenían todo el hotel a su disposición. Vivían muy bien y a bajo costo. Redactaron un reglamento de convivencia y también diseñaron e hicieron fabricar el equipamiento básico para las viviendas estudiantiles.21 Este lugar funcionó hasta principios de los años sesenta. En el Hogar y Club trabajaban y usaban todo. En el subsuelo, proyectado para cancha de bowling, se instaló el escultor José Carrieri con todas sus cosas: el taller y su laboratorio de fotografía. En el centro estaba el comedor y Brugiavini ocupó, en el último piso, un dúplex con baño privado. El estudio estaba abajo con dos o tres mesas de dibujo y arriba el dormitorio con las maquetas. “La tesis experimental despertó gran curiosidad y era un desfiladero de profesores y compañeros que pasaban a ver su desarrollo. Todos se entusiasmaban”, explicó. En aquel tiempo habían comenzado unos treinta estudiantes pero luego se iban recibiendo de a uno. José Carrieri hizo un aporte muy importante a la enseñanza y concepción espacial y formal de la nueva arquitectura.22 Había tenido una beca con el escultor Antoine Pevsner en Paris,23 y el contacto con las vanguardias lo influenció profundamente. Jannello había llevado a Carrieri a San Juan. Allí, entre 1955 y 1972, experimentó con hormigón armado, realizando entre otras obras innovadoras el Monumento al Deporte, frente al Parque de Mayo. También desarrolló sus esculturas en base a superficies regladas, utilizando elementos lineales que generan superficies curvas. La relación de los estudiantes con Carrieri era muy frecuente; el maestro colaboraba en todo con mucho entusiasmo. Empezaba en primer año y estimulaba la creatividad y la comprensión espacial de una manera artística, muy diferente a las otras cátedras. Su esposa, la ceramista Leonor

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Rigau, con sus investigaciones sobre la luz y el color, junto con la ceramista Colette Boccara, primera esposa de Jannello, ejercieron gran influencia en la movilización artística de esa universidad. La carrera de Brugiavini en San Juan finalizó en 1958 con su graduación. La experiencia recibida durante la reconstrucción de la ciudad y la influencia de profesores estimulantes ayudó a que desarrollara los hábitos de investigar. Sus inquietudes impulsaron el estudio de las superficies de doble curvatura, un tipo estructural que trabaja a la tenso-compresión y necesita de excelentes encofrados. En ese tiempo existía una mano de obra de carpinteros encofradores de gran calidad, gracias a la cual era factible realizarlas. Hoy, por la desaparición de esos artesanos especializados, es casi imposible. Con el trabajo final realizado en 1958, el arquitecto Brugiavini obtuvo una beca de estudios en el Politécnico de Milán en Italia. Residió allí durante un año, regresando a la Argentina en 1960. En Milán estudió en el Laboratorio de ensayo de estructuras sobre modelos, donde se reproducían, a escala, estructuras innovadoras que debían ser verificadas. Se utilizaban otros materiales, de manera que los técnicos especializados en la confección de esos modelos debían trabajar muy rigurosamente, para no introducir tensiones que distorsionaran los resultados de los ensayos.24 Conoció en ese laboratorio algunos modelos muy interesantes como el propuesto por el ingeniero Horacio Caminos para la Universidad Nacional de Tucumán, en base a dos conoides de 15 metros cada uno, que trabajaban uno a la compresión y el otro a la tracción. También los modelos de prueba de los hangares de Orvieto y Orvietello, realizados para el ingeniero Nervi. En ambos casos se verificaban estructuras que serían luego construidas en hormigón armado, el material del momento. En ese rumbo estaba la estructura de Amancio Williams proyectada para los hospitales de Corrientes, que se construyó luego para el stand de exposición de Bunge y Born, con unencofrado de gran complejidad.25

El inicio de su etapa profesional y docente Al regresar a la Argentina comenzó su carrera profesional y docente. En 1961 el arquitecto Enrico Tedeschi lo contrató para dar clases en la flamante Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza.26 Primero fue ayudante de Daniel Ramos Correas, luego de Gerardo Andía y también de Raúl Bulgheroni. Luego fue profesor titular de arquitectura y desde los años 80, y por más de dos décadas, se desempeñó como asesor de Tesis hasta su jubilación como docente. Actualmente es Profesor Emérito de esa casa de estudios, pero sigue su actividad docente en la UNSJ donde es Profesor Extraordinario Honorario.27 También en 1961 Brugiavini ganó por concurso el cargo de arquitecto proyectista en la recientemente creada Dirección eneral de Obras, donde habría de realizar una brillante carrera. La organización de esta oficina, dirigida por el arquitecto Aniceto Puig, era “más parecida a un estudio profesional que a una oficina pública”, recuerda el arquitecto. Allí cada profesional asumía en forma personal las responsabilidades, sin límites de horarios. El equipo era pequeño, multidisciplinario y llevaba adelante los proyectos de manera coordinada en sus distintos aspectos, respetando escrupulosamente plazos y consignas. Junto a los profesionales trabajaba un cuerpo de dibujantes muy experimentados, de mayor edad que los mismos arquitectos.28 Previamente Brugiavini trabajó bajo la dirección del arquitecto Arístides Cottini en la Dirección Nacional de Construcciones Universitarias que se ocupa de los colegios secundarios y de las sedes de la Universidad Nacional de Cuyo en las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis. Ya en la nueva Dirección General de Obras de la UNCUYO, su primer proyecto fue para el Colegio Universitario Central, el que no llegó a realizarse. Después de seis meses de trabajo aquella propuesta de arquitectura moderna fue rechazada de plano por las autoridades, entre otros aspectos “por no tener el edificio una cubierta de tejas”. Tiempo después

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elaboró otro proyecto, que finalmente se concretó en el actual edificio.29 La Escuela de Comercio “Martín Zapata” fue su segundo proyecto, terminado en 1962.30 También este proceso tuvo sus avatares: el primer terreno asignado había pertenecido a la antigua Quinta Agronómica, de la cual conservaba una pequeña bodega donde se hacían prácticas enológicas. A pesar de haber sido relevados y respetados todos los árboles, el Centro de Enólogos de la provincia se levantó en protesta, y la nueva construcción quedó sin efecto. Se adjudicó un nuevo emplazamiento en el Barrio Cívico, en un espacio que el Plan Regulador de 1942 había reservado para la sede del Poder Legislativo. Los grandes referentes en esta etapa de su carrera fueron los arquitectos japoneses de posguerra: Kunio Maekawa, Kenzo Tange, Junzo Sakakura y Kisho Kurokawa. De ellos lo maravillaban sus estructuras de hormigón armado, con diseño, proporciones y dimensiones sorprendentes, que se conjugaban con finos detalles y gran calidad de factura. Estudiaba sus obras en diversas publicaciones, principalmente en Japan Architecture. En la Escuela de Comercio Brugiavini buscó racionalidad, durabilidad y economía como base de una nueva estética. Empezó a trabajar con elementos prefabricados in situ: las barandas de las escaleras y los enmarcados de las ventanas, de sólo 4 centímetros de espesor, destacan por la perfección y sencillez de su diseño y ejecución. El segundo proyecto para el Colegio Universitario Central “José de San Martin” (CUC) también reflejó esa influencia japonesa que alcanzó aquí una expresión más compleja, dando gran protagonismo a la estructura de hormigón a la vista. En esta obra el arquitecto comenzó a utilizar un sistema de apoyo innovador, con columnas concebidas como tabiques, inspiradas en las formas de los perfiles de acero, para trabajar favorablemente bajo acción sísmica. Con solo cuatro de estas columnas se sostuvo el

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salón de usos múltiples situado en la primera planta. En estos desarrollos contó con el asesoramiento y el cálculo del ingeniero Emilio Gispert. La empresa constructora Bravín aportó muy buena mano de obra para los encofrados de hormigón y la mampostería de ladrillo a la vista. En estos dos primeros edificios escolares inauguró métodos proyectuales, conceptos, materiales y sistemas constructivos que seguiría utilizando siempre. Además innovó en las escaleras de hormigón excéntricas, apoyadas en tabiques o en ménsulas, logrando mayor dinámica espacial y un nuevo juego plástico y volumétrico en la arquitectura. En ese mismo año se inauguró otra obra cercana al CUC, en Mendoza: la sede del Sindicato de Luz y Fuerza (fig. 1) –también conocido como Cine Selectro– resultado de un premio en un concurso cerrado. Como el terreno era muy reducido para albergar el programa pedido, concibió una audaz estructura con una viga invertida de hormigón armado de tres metros de altura, apoyada en dos puntos, que sostiene una sala de proyecciones sobre el hall de ingreso. Su proyecto arquitectónico incluyó el diseño estructural y su pre dimensionamiento, contando para el cálculo con el trabajo del ingeniero Ricardo Bacarelli. En esta línea de conceptos estructurales desarrollaría en los años siguientes otros edificios innovadores, como FICSA y SANCOR, cuyo análisis queda fuera de los alcances de este artículo. En 1968 Brugiavini hizo un anteproyecto para la Facultad de Ciencias Económicas, en el campus de la Universidad Nacional de Cuyo, situado en una llanura de considerable pendiente al pie de las primeras estribaciones andinas. Ideó una gran mastaba de 120 x 160 metros de lado, que se acuñaba en el terreno, adaptándose al paisaje de manera rotunda. Sobre este basamento, que era una gran terraza accesible con patios y rampas, se movía toda la vida universitaria. Dos torres de seis y ocho pisos completaban el conjunto. Pero otra vez el criterio de los decanos le fue desfavorable y se le solicitó adoptar un partido

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convencional, con planta en “L” y batería de aulas. Esta experiencia resultó agotadora y frustrante; Brugiavini pidió licencia por un año en la Dirección General de Obras de UNCuyo, para integrarse a la Dirección de Arquitectura de la Provincia, dirigida en ese tiempo por el arquitecto Edgardo Alfaro, dedicándose a los edificios escolares. Allí trabajó en alrededor de cien proyectos, de los cuales ninguno fue concretado, por razones políticas que presionaban sobre la institución. Su regreso a la Dirección General de Obras de la Universidad fue muy activo, concretando trabajos en Mendoza, San Juan y San Luis. En esta última realizó las Facultades de Física y Química, y en San Juan terminó los proyectos del Pabellón de Ingeniería Hidráulica y del Comedor del Hogar y Club Universitarios. En ambos realizó sustantivas modificaciones interiores y estructurales. En el Pabellón de Hidráulica el mayor desafío fue resolver problemas funcionales y tecnológicos para los ensayos con agua en movimiento. Pero además, hizo aportes bioclimáticos con un innovador diseño de ventanas que dejan pasar la luz natural reduciendo el brillo solar, que en esa región árida es muy intensa. Abrió vanos vidriados

de piso a techo, rellenándolos por fuera con ladrillo cerámico hueco. Con este sencillo parasol se puede ventilar, al tiempo que la luz solar se filtra suavemente teñida de color rosado, por efecto de los cerámicos. En el Comedor también realizó experiencias innovadoras, con sus columnas-tabique de hormigón armado; con dispositivos para control solar realizados en madera y unas bancadas interiores, laminadas, que vuelan sobre ménsulas de acero. La poética de la estructura también domina el diseño del equipamiento. En este sentido Brugiavini compartió esa concepción de diseño integral, que proponía el Movimiento Moderno desde tiempos de la Bauhaus, expresándolo con su propia voluntad formal y material. En Mendoza, en ese mismo tiempo, la sede de la Universidad funcionaba en edificios antiguos, dispersos en la ciudad, pero ya se había destinado un terreno al oeste del Centro Cívico para hacer el campus, y estaba planteada una distribución preliminar de los edificios universitarios. Brugiavini insistió en que la superficie de ese terreno era insuficiente y finalmente convenció al director, el arquitecto Aniceto Puig, en trasladar el centro universitario a otro emplazamiento, detrás del Parque General San Martin, en un terreno cedido por la Nación a la Provincia,

Fig.1 Sindicato de Luz y Fuerza. Sobre el Hall de ingreso se encuentra la sala de proyecciones sostenida por una audaz estructura de hormigón armado, consistente en una viga de 4 metros de altura, apoyada en dos puntos. (Juan Augusto Bruggiavini)

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y de ésta a la Universidad. Eran ripieras del piedemonte, que habían pertenecido al polígono de tiro del Ejército. Al difundirse la noticia del traslado se generó una protesta entre los profesores, porque habituados a trabajar en el centro de la ciudad, encontraban muy brusco el cambio. Afortunadamente, la propuesta tuvo gran apoyo del rector Saccone y de su equipo, quienes organizaron una reunión con el gobernador Francisco Gabrielli, para concretarlo. Cuando finalmente se instalaron en el nuevo predio, todo era un erial, sin infraestructura… Para que no hubiera disconformidad utilizaron algunas de las casas existentes; armaron la oficina y la maestranza y también instalaron la sede del rectorado, que siempre se consideró provisoria. En los años siguientes Brugiavini proyectó en el campus importantes

obras, y como jefe supervisó todos los demás proyectos. Recuerda el arquitecto: En el centro universitario nos encargaron hacer un edificio e hicimos una ciudad. En su momento nadie parecía reconocerlo; luego ha sido considerado modelo en América del Sur, por su racionalidad y sostenibilidad. Primeras obras en Mendoza: el uso del hormigón Ya como jefe de estudios y proyectos de la oficina realizó, como lugar auxiliar del obrador, un paraboloide de hormigón armado, de 10 x 10 metros, apoyado en una única columna. Hoy éste aparece libre y escultórico frente a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Su construcción fue posible por la filosofía que el arquitecto Puig depositaba en su equipo. “Sólo pedía que se hicieran proyectos racionalmente aceptables, edificios terminados, sin agregados y sin mayores costos… ”31 Cuando la Dirección General de Obras comenzó a crecer por la gran demanda de obras, ingresaron nuevos profesionales, entre los que se encontraban los arquitectos D´Alessandro, Maroi, Lacerna, Pagés, Anzorena y Caspi, proyectista este último del primer modulo de aulas de la Facultad de Ingeniería en Petróleo (luego de Ingeniería Civil). Brugiavini diseñó la estructura de cubierta con un casetonado modular, que también aloja los conductos de climatización y los artefactos de iluminación. Los casetones se prefabricaban a pie de obra desde la etapa de cimientos, para almacenar stock. Así se aceleraba la construcción, se aligeraba el peso de la estructura y se reducían los costos de encofrados y generales.

Fig. 2. Edificio Sancor Cooperativa de Seguros Ltda., ubicado en calle Gutiérrez, frente a la plaza San Martín. (Juan Augusto Burgiavini)

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Aunque en Mendoza no había antecedentes de ese tipo de estructuras, en ese momento se estaban construyendo el edificio SANCOR (fig. 2) –también de su autoría– y el Banco de Previsión Social de los arquitectos Maroi y Olguín, con casetones de 1m x 1m. Para otras

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obras Brugiavini propuso unos casetones de mayor luz, estudiados para facilitar su desencofrado y montaje con una pluma. Brugiavini pretendía que se montara una planta para fabricación de casetones en serie, para utilizarlos en todas las construcciones universitarias, pero tuvo mucha resistencia por parte de los otros arquitectos y finalmente se descartó la idea. Al proyectar el edificio para Ciencias Políticas (fig. 3), que fue su obra de arquitectura universitaria más madura, quiso repetir la solución, en escala más grande. Pero debido a la luz de ocho metros que se manejaba como módulo de las aulas, se optó por hacer una losa. El diseño, en este caso, se centró en un sistema de vigas con cartelas y columnas –tabique que reciben vigas secundarias, de pequeña altura, donde apoya la losa. Esto dio mucho resultado. Luego siguió investigando esos sistemas, con los cuales se lograba cubrir luces de 25 x 25 metros entre ejes, para auditorios, por ejemplo. Los ingenieros Silvestri y Emilio Gispert estuvieron muy satisfechos con estas experiencias. En algunas obras privadas Brugiavini también utilizó este sistema. Con la empresa de Francisco Mazzoni, en San Martin, realizó la sede de la firma Huarpes Seguros. Con ellos construyó también dos escuelas, ganadas

por concurso. Recuerda el arquitecto que Investigó encofrados de plástico, de papel y descartables, difundidos por informes de la Cámara Argentina de la Construcción, pero finalmente prefirió usar los metálicos. En los años 70 la oficina se amplió aun más y luego se dividió en dos partes. Brugiavini prefirió permanecer como jefe, “en trabajo de tablero, que era lo suyo”. El año 70 fue muy complicado en todo sentido, y la supervisión de los proyectos y las obras de un equipo grande y complejo de profesionales demandaba gran esfuerzo de su parte. Proyectó en ese tiempo el comedor universitario, del cual confiesa no haber quedado muy conforme. Allí había comenzado a trabajar con bóvedas catalanas de hormigón y ladrillo y recuerda que competían amistosamente con “Lucho” Casnati. Ambos estaban ya dentro del movimiento de las casas blancas, que tanta adhesión provocó en la juventud profesional argentina de entonces.32 Las viviendas (fig. 4) fueron un tema complementario a sus grandes proyectos de escuelas, universidades y edificios en altura. No han sido tantas, pero en ellas sigue primando el concepto estructural que reemplaza las columnas con tabiques maestros, de 36 cm de espesor (2 caras de

Fig. 3. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNCUYO, donde destaca la resolución estructural y bioclimática (parasoles) de hormigón armado. (Recuperado de http://www.edicionuncuyo.com)

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Fig. 4 Las viviendas fueron un tema complementario a sus grandes proyectos pero en ellas sigue primando el concepto estructural. (Juan Augusto Brugiavini)

ladrillo visto de soga y alma de hormigón), que luego se complementan con tabiques livianos interiores. Mas tarde hizo casas con bóvedas como la suya propia. En todos los casos ha usado preferentemente ventanas pequeñas, por razones climáticas y por gradación de la luz, que está manejada de manera más escenográfica, misteriosa, como es tradición en los climas áridos y mediterráneos. Aportes a una arquitectura bioclimática, como corolario de su racionalidad Las condicionantes ambientales de la región donde realizó la mayor parte de su obra son la sismicidad, la aridez y el intenso asoleamiento. El sismo fue como el interlocutor en sus planteamientos estructurales. Para el control térmico y del brillo solar hizo importantes aportes con sus estudios de parasoles, y sus experiencias con mampostería de ladrillo. Este material tradicional es muy conveniente en Cuyo, donde se requiere masa para conseguir inercia térmica y retardar la transmisión de la onda de calor al interior de los edificios. Brugiavini fue siempre fiel a este noble mampuesto, que utilizó con maestría, experimentando diversas trabas y cribados. Afirma que en esta zona se conseguían ladrillos

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macizos de muy buena calidad, con “sonido campanil”, y lamenta que en la actualidad se encuentre desvalorizado. Utilizó en sus obras un sistema especial de tabiques mixtos, de ladrillo y hormigón, de 36 cm de espesor. El tabique consiste en dos caras de mampostería de soga que encierran un alma de hormigón armado, reforzada con malla de acero. Los conductos de electricidad se colocan antes del llenado. Luego la mampostería queda expuesta sin revoques, directamente a la vista, o bolseada y a veces pintada (fig. 5). Conceptos rectores arquitectónico

de

su

quehacer

Existe un principio del Budismo Zen, que él aplica en su arquitectura: “Hazte de una técnica infalible y luego entrégate a la imaginación.” Primero hay que organizar las ideas generales sobre el programa, el lugar, los recursos, las oportunidades y problemas que cada caso presenta. Eso nos permite formar un concepto de lo que queremos hacer y proponer un planteo ordenador desde el vamos, que luego nos deja mover con seguridad. Utiliza ciertas reglas que crecieron con él, como

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la modulación, el ritmo, la articulación, la alternancia. Su metodología proyectual comienza con la pregunta ¿cómo cubrir, cómo sostener?

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Hay que buscar una idea de soporte, de estructura, para componer integralmente espacios y elementos. Así la arquitectura sale bien. Luego, el diseño de las partes estructurales es una etapa muy interesante, porque es un desafío con uno mismo. Toda la obra de Juan Augusto Brugiavini es un ejemplo de coherencia racional, que integra magistralmente estructura resistente, funcionalidad, adaptación al clima y poética. Su trayectoria, apenas esbozada en este artículo hasta los años setenta, merece ser reconocida, estudiada y ampliamente difundida.

Fig. 5. Uso de parasoles en la propuesta de un gimnasio cubierto para el concurso realizado por el Colegio Farmacéutico de Mendoza.(Juan Augusto Brugiavini)

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Notas 1 Participó primero en la construcción de las oficinas del BAP y en el puente del Ferrocarril Trasandino sobre el río Mendoza. Posteriormente, y al frente de un equipo de gringos y criollos, construyó con adobe y ladrillo uno de los primeros cuerpos de la Bodega La Colina de Oro, en Maipú, que pronto llegaría a ser una de las más poderosas del mundo (Girini, 2014). 2 Entrevista n. 1 a Juan A. Brugiavini, Mendoza, 2015. 3

La Academia, creada el 20 mayo de 1933, se oficializó al año siguiente como “Academia Provincial de Bellas Artes y Escuela de Artes Decorativas e Industriales de Mendoza”. 4 La enseñanza del dibujo lineal surgió en Mendoza a instancias del arquitecto Lino L. Martinelli. En esa institución los estudiantes se formaban para asistir a los profesionales, preparando las documentaciones, y especialmente los planos ejecutivos de los proyectos. Brugiavini fue profesor allí a comienzos de los años sesenta. (Entrevista n. 1 a Juan Brugiavini, op. Cit) 5 El Consejo de Reconstrucción de San Juan fue creado el 1 de julio de 1944 y por el término de cinco años mediante el Decreto Nacional 17.432. 6 El 11 de julio de 1950, en la Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, se designó una Comisión para preparar un proyecto sobre la creación de la Carrera de Arquitectura. El 30 de septiembre del mismo año se sancionó la Ley 14.016, por la cual se creó en San Juan la Escuela de Arquitectura, la cual, el 24 de julio de 1952 pasó a ser el Departamento de Arquitectura y Urbanismo, formando parte de la Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC. Su primera dirección estuvo a cargo del arquitecto Eduardo Carrizo Vita.

y Samuel Oliver), el Jefe técnico del Consejo de Reconstrucción (arquitecto Julio Villalobos), el equipo Urbanístico de la Municipalidad de Buenos Aires (arquitectos Carlos Mendioroz, Luis María Campos Urquiza, Federico Ruiz Guiñazu y Luis Olezza), el Plan Urbano de Reajuste. Ley Provincial 1122, y el Plan del Arquitecto José María Pastor en 1948 (Nacif et. al., 2011) 9

El Consejo cuyo ámbito se centró originalmente en la ciudad de San Juan, luego amplió su radio de acción con el Consejo Nacional de Construcciones Antisísmicas y de Reconstrucción de San Juan (CONCAR) por la Ley Nacional 16.405 de 1964. En 1972, se creó el INPRES Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Ley 19.616) con sede en San Juan. El INPRES es el encargado de investigar, planificar, dictar normas para la prevención del riesgo sísmico y la actuación en caso de desastres. 10 Entrevista n. 2 a Juan A. Brugiavini, (Mendoza, 2015). 11 Brugiavini mencionó además que la escalera helicoidal que se encuentra junto al Pabellón 24 de la Feria de las Américas, en el Parque General San Martín en Mendoza, es anterior a esta mega exposición. Fue diseñada a partir de una serie matemática y fue realizada por la Sociedad de Constructores de Mendoza en ocasión de una de las ferias industriales que se hacían para la vendimia (Entrevista n. 2, op.cit). 12 Entrevista n. 2 a Juan A. Brugiavini, (Mendoza, 2015). 13

Gerardo Clusellas (1929-1973) nacido en Buenos Aires, integró el grupo formado por diez jóvenes estudiantes llamado Organización de Arquitectura Moderna (OAM) quienes fundaron un espacio de trabajo con la función de integrar las artes pictóricas escultóricas y musicales a la arquitectura, con la revista Nueva Visión como órgano difusor de su moderna actualidad.

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Las otras dos sedes estaban en San Luis y en Mendoza. Esta estructura regional tripartita se mantuvo hasta 1973, cuando se dividió en tres universidades autónomas, una en cada provincia. Véase: http://www.unsj.edu.ar/historia.php 8

Realizaron dichos planes la Comisión Provincial de estudio para la reconstrucción (arquitectos Hilario Zalva, Eduardo Sacriste y Horacio Caminos); el equipo del Ministerio de Obras Públicas de la Nación: Arquitectos (Carlos Muzio, Fermín Bereterbide y Ernesto Vautier), el equipo del Consejo de Reconstrucción de San Juan (arquitectos Jorge Vivanco, Jorge Ferrari Hardoy, Simón Ungar

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Mauricio Raúl Kagel fue un compositor, director de orquesta y escenógrafo argentino nacido en Buenos Aires en 1931 y fallecido en Colonia, Alemania, en 2008. Está considerado uno de los más innovadores e interesantes autores post seriales y de música elctrónica de finales del siglo XX (Quiroga, 2012). 14

Entrevista n. 2, op. Cit.

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Entrevista n. 2, op. Cit.

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La Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán se creó en el año 1952.

E. BÓRMIDA, Juan Augusto Brugiavini. La estructura como base de proyecto y de buena arquitectura

Entre sus profesores iniciales se destacaron los arquitectos Caminos, Catalano, Vivanco, Calcaprina y Sacriste.

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Sobre la creación de la FAU UM véase Adagio & Sella, 2013, op. cit. 27

Entrevista n. 4, op. Cit.

17

Brugiavini desarrolló en solitario su proyecto, debido a un problema laboral que había tenido su asesor, el arquitecto Arístides Cottini. (Entrevista n. 3 a Juan A. Brugiavini. Mendoza, 2015).

28 Todos ellos eran egresados de la Escuela de Bellas Artes, quienes desarrollaban la documentación ejecutiva con gran pericia. Entrevistas n. 4/5 a Juan A. Brugiavini.

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Horacio Caminos se recibió de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires en 1939. Durante los siguientes diez años desarrolló una relevante tarea docente en el vanguardista Instituto de Arquitectura y Urbanismo de Tucumán. Entre 1943 y 1951 trabajó asociado con Sacriste. Desde 1952 vivió en EE.UU, desarrollando su tarea docente en la Universidad de Carolina del Norte y en la Facultad de Arquitectura del Massachusetts Institute of Technology (MIT), de la que se retiró como profesor honorario en 1984. 19

Eduardo Catalano se graduó como arquitecto en las universidades de Buenos Aires (1940), Pennsylvania (1944) y Harvard (1945). En 1956 se estableció en Cambridge, New England, para ejercer como profesor del MIT, Massachusetts Institute of Technology. En 1960 fue convocado para proyectar la Ciudad Universitaria de la UBA junto con Horacio Caminos, de la que se construyeron los pabellones hoy ocupados por las facultades de Ciencias Exactas (1960-1968) y Arquitectura y Urbanismo (1960-1973). 20

Entrevista n. 3, op. Cit.

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Entrevista n. 3, op. Cit.

29 El Colegio Universitario Central Gral. José de San Martín, también llamado CUC, es uno de los cinco colegios de nivel secundario de la Universidad Nacional de Cuyo. El edificio se inauguró en 1967. 30 Sobre la Escuela de Comercio, véase Bórmida, E., 2005. 31 Entrevista a Juan Brugiavini n. 5, Mendoza, 2015. 32 El movimiento de las casas blancas empezó en Córdoba, con los profesores de la facultad de. Arquitectura. Lo innovador estaba en la desnudez del ladrillo, simplemente bolseado y en la estructura de hormigón a la vista, con muy buena factura de encofrados

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José Carrieri nació en Mendoza en 1921, donde estudió Bellas Artes. Durante 1947 y 1957, trabajó como profesor en la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo. En 1976 fue nombrado Decano de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes en la Universidad Nacional de San Juan. La colección Carrieri se expone en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNSJ y en la casa taller que compartió con su esposa Leonor Rigau. 23 Antoine Pevsner fue hermano de Naum Gabo, ambos destacados en la vanguardia de la abstracción constructivista hacia 1930. Véase http://www.arteabstracto114.wordpress.com 24 Entrevista n. 4 a Juan A. Brugiavini, Mendoza, 2015 25 Actualmente las sombrillas se han construido en Santa Fe, en el Espacio Molino Ideas

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E. BÓRMIDA, Juan Augusto Brugiavini. La estructura como base de proyecto y de buena arquitectura

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Referencias Adagio, N. & Sella, A. (Eds.). (2013). Enrico Tedeschi, Work in progress. Mendoza: Edium. Bórmida, E. (Dir.). (2005). Guía de Arquitectura de Mendoza. Sevilla: Junta de Andalucía. Brugiavini, J. (1985, diciembre). Reflexiones sobre la tarea realizada. Estudio de arquitectura y su obra 4. Zigma Revista de arquitectura y construcción, 39, 32-36. Cremaschi, V. (2015) Mendoza 1910-1959. La arquitectura nacional y lo neocolonial visto como una respuesta la búsqueda de la identidad argentina desde las representaciones sociales, FFyL-UNCUYO, tesis doctoral inédita. Edificio para el Cricyt (Centro Regional de Investigación de Ciencia y técnica Mendoza). (1986, junio). Summa, 226, 57-59 Girini, L. (2014). La revolución vitivinícola en Mendoza. Mendoza: EDIUM, Fondo Provincial de la Cultura. Moretti, G. (2012). Industria, Vivienda y Sociedad en los pueblos del cemento. Tesis de Maestría, UNT (Inédito). Nacif, N., Martinet, M. & Espinosa, M. (2011). Entre la idealización y el pragmatismo. Planes para la reconstrucción de la ciudad de San Juna, Argentina (1944/1948). Revista iberoamericana de urbanismo, Dossier 06, 5-17. Recuperado de http://www.riurb.com/ n6Dossier/06Dossier_Riurb.pdf Quiroga, W. et al (2012). La Vanguardia Invisible. La Feria de América. Mendoza: Fundación del Interior. Raffa, C. (2010). Los campos técnico y político en la regulación del espacio público. El caso de Mendoza, Argentina, en los años treinta. Palapa, V (10),17-31. Sancor. Cooperativa de Seguros Ltda. (1976). Summa, 99, 38-39. Universidad de San Juan. Recuperado de http:// www.unsj.edu.ar. Universidad Nacional de Cuyo. Centro Universitario y Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. (1976). Summa, 99, 61-62.

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REGISTROS, Mar del Plata, año 11 (n.12): 25-40. Agosto 2015 ISSN 2250-8112

Agentes y prácticas. Biografía colectiva de la Sociedad de Arquitectos de Mendoza en sus primeros años (1953-1969) Agents and practices. Collective biography of the Society of Architects of Mendoza in his early years (1953-1969)

Cecilia Raffa Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (CONICET), Mendoza, Argentina Abstract

Resumen

The article raises the reconstruction of individual biographies to show the logical structure and how it evolved / developed the Society of Architects Mendoza (SAM) as a space of sociability and professional action, at the time of its formation: interest us trajectories of its founders agents, existing dynamics within the group and his first actions as a collective. The Company emerged as a grouping of professionals of great weight in the collective imagination, which had the highest expression of its intervention in Mendoza social space, the momentum in the creation of the Building Code of the City of Mendoza, legal instrument, with some modifications, is still in force.

El artículo plantea la reconstrucción de biografías individuales para mostrar la lógica de la estructura y el modo en que fue evolucionando/desarrollándose la Sociedad de Arquitectos de Mendoza (SAM) como espacio de sociabilidad y de acción profesional, en el momento de su conformación: nos interesan las trayectorias de sus agentes fundadores, las dinámicas existentes al interior de ese grupo y sus primeras acciones como colectivo. La Sociedad se perfiló como una agrupación de profesionales de gran peso en el imaginario colectivo, que tuvo como máxima expresión de su intervención en el espacio social mendocino, el impulso en la creación del Código de Edificación de la Ciudad de Mendoza, instrumento legal, que con algunas modificaciones, aún sigue en vigencia.

architects - associations - disciplinary field and profession - Mendoza

arquitectos - asociacionismo disciplinar y profesión - Mendoza

campo

Arquitecta (UM). Magister en Arte Latinoamericano y Doctora en Ciencias Sociales (UNCUYO). Investigadora del CONICET con sede en INCIHUSA (CCT Mendoza)

Recibido el 9 de diciembre de 2014

Aceptado el 12 de marzo de 2015

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Arquitectos asociados La progresiva autonomía del campo disciplinar de la arquitectura permitió el desarrollo de organizaciones profesionales, como la Sociedad de Arquitectos de Mendoza (SAM), que dieron mayores posibilidades al conjunto de agentes intervinientes, para ejercer influencia sobre los aspectos urbanísticos y arquitectónicos en el medio local y en la formación de futuros profesionales, como grupo especializado. La Sociedad se perfiló como una agrupación de profesionales de gran peso en el imaginario colectivo, que tuvo como máxima expresión de su intervención en el espacio social mendocino, el impulso en la creación del Código de Edificación de la Ciudad de Mendoza, instrumento legal, que con algunas modificaciones, aún sigue en vigencia. Este trabajo plantea la reconstrucción de biografías individuales para mostrar la lógica de la estructura y el modo en que fue evolucionando/desarrollándose la asociación como espacio de sociabilidad y de acción profesional, en un período determinado: nos interesan las trayectorias de los agentes fundadores de la SAM, las dinámicas existentes al interior de ese grupo y sus primeras acciones como colectivo. Prevemos el abordaje de un repertorio específico de fuentes primarias y secundarias: actas de la SAM, fichas de socios, documentos técnicos y prensa. El estudio se centra en algunos perfiles emergentes que consideramos claves en la orientación de la asociación y sus acciones más significativas entre 1953 y 1969, período de mayor injerencia de la sociedad en el ámbito local, y que nos permitirán marcar las particularidades del grupo. Varios de esos primeros integrantes, entre los que se encuentran Daniel Ramos Correas, Raúl Panelo Gelly, Aniceto Puig, Simón Lacerna, César Jannello, Enrico Tedeschi, Juan Carlos Rogé y Carlos Vallhonrat, fueron también miembros activos de instituciones educativas –como la Facultad de Artes de

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Universidad Nacional de Cuyo, las Facultades de Arquitectura de San Juan y Mendoza–; de comisiones técnicas –como la Comisión de Planeamiento de Mendoza y el Departamento de construcciones de la Universidad Nacional de Cuyo–; y de oficinas estatales –como las Direcciones de Arquitectura y Parques y Paseos–, al tiempo que operaron como proyectistas destacados en un medio profesional que se iba complejizando, marcando la presencia de la División Mendoza de la SCA, primero, y luego de la SAM, en distintos ámbitos a través de su acción profesional. Buscamos a partir del conocimiento de los atributos de los agentes,1 establecer una relación con las condiciones de posibilidad y lógica del campo –el técnico en este caso– para observar competencias, tensiones y construcciones, siempre en relación al clima de época y a las posibilidades que de él se desprendieron. Podemos establecer dos momentos de desarrollo en esta organización. El primero, es el que transitó entre la creación de la División Mendoza de la Sociedad Central de Arquitectos en 1953 y su transformación en la Sociedad de Arquitectos de Mendoza, en 1959. Es un período de “construcción” del por entonces acotado campo profesional de la arquitectura en Mendoza. Fue esta sociedad la que se ocupó de propiciar el llamado a concursos en la órbita oficial para la confección de ciertos proyectos de envergadura, y de la recopilación de antecedentes para la elaboración de un Código de Edificación para la ciudad de Mendoza. Fue en este ámbito además, donde se van a generar los vínculos interpersonales que permitirán luego el desarrollo de importantes empresas, como la creación de la Facultad de Arquitectura. El segundo momento se dio a partir de diciembre de 1959 con la creación de la Sociedad de Arquitectos de Mendoza, asociación que ejercería un rol gremial hasta la creación del Colegio de Arquitectos en 1989. La SAM, como asociación independiente de alcance provincial, supuso un mejor y más eficiente desenvolvimiento de

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las comisiones directivas que la integraban; un compromiso más directo por parte de las autoridades gubernamentales locales, pero particularmente mayores posibilidades de ejercer como corporación, influencia sobre los aspectos urbanísticos y arquitectónicos en el medio local. La División Mendoza2 En agosto de 1952 un reducido grupo de profesionales residentes en Mendoza inició la gestión para la creación de una filial de la Sociedad Central en la provincia (Cirvini, 1986, p. 202-203). El 21 de diciembre de 1953 la Comisión Directiva Central aprobó el acta presentada y creó la División Provincia de Mendoza, la cual se constituyó el 29 de diciembre de 1953, con la presencia de los arquitectos Arnaldo Andrade; Antonio Bauzá Font; Adolfo Bernasconi; Arístides Cottini; Manuel Fanohe; César Jannello; Lino Martinelli; Augusto Miret; César Moglia; Raúl Panelo Gelly; Aniceto Juan Puig; Hugo Raina; Daniel Ramos Correas; Juan Carlos Rogé; Enrique Schifrin y Carlos Vallhonrat (División Mendoza,1953-1959, fs. 1- 2). La primera Comisión Directiva (CD) estuvo compuesta por el arquitecto Augusto Miret como presidente; el arquitecto Hugo Raina como vicepresidente; el arquitecto Carlos Vallhonrat como tesorero; y los arquitectos Lino Martinelli, César Jannello y Sergio Moglia, en calidad de vocales. Consta en el acta que la presidencia se ofreció a Daniel Ramos Correas, quien se excusó de aceptar el cargo aduciendo razones de índole privada. Este reconocimiento por parte de los pares a la figura de Ramos Correas estaba apoyado en su trayectoria y en su papel como impulsor de la asociación. Daniel Ramos Correas se había graduado de arquitecto en 1924 en la Universidad de Buenos Aires. Su residencia permanente en Mendoza, su prestigio y sus contactos políticos y sociales, le permitieron ejercer un rol decisivo, tanto en lo que refiere al ejercicio profesional, como al desarrollo de la producción arquitectónica y urbanística

local. Estrechamente vinculado a la Sociedad Central –y luego a la Federación Argentina de Sociedades de Arquitectos–, constituyó su primer nexo estable en la provincia. En efecto, en marzo de 1941, la Sociedad Central lo nombró representante en Mendoza, en un momento de florecimiento de su carrera como paisajista y con obras que le dieron trascendencia en el país y el extranjero.3 De importantes vínculos sociales, Ramos fue uno de los lazos entre la División Mendoza y la elite local, que en varias oportunidades, a través de sus empresas, auspiciaron las actividades de la asociación (División Mendoza, 19531959, f. 235). El período que transcurrió entre 1953 y 1959 fue muy rico en acciones. Las reuniones se realizaron con sostenida periodicidad y tuvieron un alto grado de participación. Sin sede propia, las asambleas se realizaban en locales prestados, en las casas de los socios e incluso en algún restaurante, donde las sesiones se extendían con posterioridad a almuerzos o cenas de camaradería. La División organizaba además reuniones para celebrar fin de año y recientes graduaciones –desplegando una estrategia de captación de nuevos adherentes– o el ingreso de nuevos asociados, generando así un ámbito de sociabilidad por encima de lo meramente asociativo. La División se ocupó de propiciar el llamado a concursos en la órbita oficial para la confección de ciertos proyectos de envergadura; dispuso la inclusión de socios “aspirantes”, para el caso de los alumnos avanzados de la carrera de arquitectura de San Juan; envió representantes a distintos congresos nacionales e internacionales, organizó jornadas y editó una recopilación de ordenanzas municipales sobre construcción. Fue justamente la falta de un código de edificación un tema de gran interés para los asociados y por ello de repetido tratamiento en las reuniones de las CD. Luego de recibir una nota del entonces gobernador Carlos Evans en julio de 1954, solicitando a la División elevar a la legislatura

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un proyecto de Código de Edificación para Mendoza, se decidió que los arquitectos Aniceto Puig, Lino Martinelli y Augusto Miret constituyeran la subcomisión encargada de recopilar los antecedentes para la elaboración del documento. El pedido del gobernador no es sino un claro indicio de la visibilidad, que este grupo había logrado en un lapso muy corto de tiempo, con pocos recursos, pero con una fuerte imagen de “grupo de expertos” en la temática. En 1955 una nueva comisión encabezada por César Jannello asumió la conducción de la entidad, luego de la celebración de una asamblea en la que se destaca la participación temprana y excepcional de una arquitecta: Colette Boccara.4 Acompañaron en la fórmula a Jannello, Juan Carlos Rogé, como vicepresidente, Arístides Cottini5 como secretario, Miguel Giraud como tesorero y los arquitectos Jorge Vico, Carlos Vallhonrat y Eduardo Pellet como vocales (División Mendoza,1953-1959, f. 40). Instalado en Mendoza desde 1947 junto a su esposa, la arquitecta y ceramista Colette Boccara, Jannello ejerció como profesor de Escenografía de la Academia de Bellas Artes y más tarde, entre 1950 y hasta 1955, como Director de la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo. Aunque manifiestamente antiperonista, en 1953 Jannello fue convocado para formar parte del Comité ejecutivo de la Feria de América. Probablemente su hermano, por entonces Ministro de Turismo de la provincia haya ejercido alguna influencia para la designación del cargo. Jannello difundió junto a Boccara y Abdulio Giúdici, entre otros, un pensamiento de vanguardia asociado a la plástica, el diseño y la arquitectura racionalista, alimentando un clima cultural moderno creciente en Mendoza, que se completaba con obras de arquitectura, exposiciones de arte y la circulación de publicaciones especializadas.6 Tuvo, como otros profesionales migrantes, una pronta incorporación al ámbito profesional local. Esto puede explicarse por la escasez de arquitectos en la provincia,7 pero también

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por el momento en que estas llegadas se producen: Mendoza era una ciudad de vida urbana relativamente corta –pensemos en su refundación en 1863– con mucho por hacer tanto en términos arquitectónicos, como en aspectos urbanos. Probablemente vinculados por el espacio compartido en la División Mendoza, César Jannello, Enrico Tedeschi y Carlos Vallhonrat diseñaron en conjunto viviendas unifamiliares. Fue el caso de la casa Hidalgo (fig. 1) ubicada en la vecina provincia de San Juan (1954). La asociación se repitió, pero sólo entre Tedeschi y Vallhonrat para la casa Díaz, ubicada en la capital mendocina y construida en 1958. Carlos Vallhonrat fue colaborador también de Ramos Correas en la construcción de la catedral de San Juan (1966- 1979). Con una activa participación en las CD de la División, Vallhonrat decidió emigrar a EEUU, donde trabajó con Louis I. Kahn como su director asistente en el diseño del Instituto Salk, el Complejo Bangladesh capital, el Palacio de Congresos en Venecia, y el primer diseño del Centro de Arte Británico de Yale. Luego de la muerte de Kahn en 1974 organizó el Louis Kahn Archivo. Profesor en las Universidades de Pennsylvania, Yale y Tel Aviv, entre otras, fundó su estudio de arquitectura en Filadelfia en 1977; en 1983 se asoció con Robert J. Cooper y Roger Sherman Pratt, formando el estudio Cooper Pratt Valhonrat Arquitectos.8 En 1956 Jannello renuncia a la presidencia de la División para instalarse en Buenos Aires, donde ejercería como profesor en la UBA. Su lugar fue tomado por el entonces vicepresidente Juan Carlos Rogé, quien va a desempeñar el rol de presidente nuevamente en 1962, cuando la SAM ya estaba constituida, paralelamente a su actividad docente en la Facultad de Arquitectura –fundada por la dupla Tedeschi- Ramos Correas– y al ejercicio de sus cargos públicos.9 Durante 1957 y 1958, la presidencia de Daniel Ramos Correas le otorgó un particular dinamismo al funcionamiento de la entidad. Formaron parte de la comisión de este período Raúl Panelo Gelly como vicepresidente, Miguel

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Giraud como secretario, Jacques Caspi como tesorero y Francisco Pittella, Carlos Azzoni y Emilio Pellet como vocales (División Mendoza, 1953-1959, f. 126). En efecto, se elaboró un proyecto de creación del Departamento de Urbanismo a requerimiento de la Secretaria de Obras Públicas de la Municipalidad de la Capital; como parte de la División Mendoza, Ramos Correas fue delegado ante el Comité de reconstrucción de la ciudad de San Juan para efectuar trabajos de paisajismo (1957) y se cursaron varias notas al rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo y de la Universidad de San Juan solicitando la apertura de concursos para cubrir cargos docentes en cátedras relacionadas con la arquitectura. Hacia fines de 1958 se realizaron en Mendoza las “Terceras Jornadas Argentinas de Arquitectos”, cuya organización y programación estuvo a cargo de la División Mendoza. El tema propuesto por los arquitectos locales fue “Arquitectura en zona sísmica”, que tuvo amplia repercusión y despertó interés en el ámbito profesional y gubernamental,

donde también quedó planteada la necesidad de legislar al respecto. Ahora bien, en este marco de construcción, también hubo conflicto. En forma permanente existieron negociaciones y renegociaciones al interior de la División Mendoza y con los agentes a los cuales se representaba. Con cierta asiduidad, la CD recibía notas de renuncia de socios, que aunque en la mayoría de los casos no se concretaban, muestran el ambiente de efervescencia y dinamismo de una asociación que aglutinó a todos –o al menos la mayoría– de los agentes que componían el campo profesional en Mendoza en esos años. Posicionamientos de la CD no compartidos, o notas enviadas sin consenso general, son parte de los temas irritantes. Hubo claro, disputas de otra índole, aquellas orientadas a lograr las mejores posiciones al interior de la asociación o a mantener las conseguidas; tal es el caso, por ejemplo, de la sugerencia que realiza la CD encabezada por Ramos Correas, para mantenerse como parte de subcomisiones que llevasen adelante los temas abiertos que todavía no se habían resuelto.

Fig.1 Casa Hidalgo (1954 c, San Juan). Autores: Enrico Tedeschi, César Jannello y Carlos Vallhonrat. (Revista

Nueva

Arquitectura, p. 381)

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En marzo de 1959, pocos meses antes del cambio de CD, la División recibió una invitación del ejecutivo municipal solicitando la designación de un arquitecto para formar parte de la comisión especial que estudiaría el código de edificación. De común acuerdo con el Consejo Profesional de Ingenieros, Agrimensores y Arquitectos, que también debía enviar un representante arquitecto, se eligió a Raúl Panelo Gelly, un mes después fue delegado Ramos Correas para formar parte de la misma comisión en representación de la División Mendoza (División Mendoza, 19531959, fs. 241 y ss.). Raúl Panelo Gelly se había instalado en Mendoza en 1942, luego de haber ganado el concurso para ocupar un cargo técnico en la Dirección de Arquitectura de la provincia. En la gestión pública se relacionó con Ramos Correas, que pese a sus diferencias ideológicas con el gobierno de la revolución, se mantuvo en el cargo de Director de Parques hasta 1945. Además de ser miembro de la Comisión Especial de Planeamiento del Municipio de la Ciudad de Mendoza (1959), Panelo fue dos veces vicepresidente de la Sociedad de Arquitectos entre 1957 y 1959.10 Se desempeñó también como

profesor en la Escuela de Artes y Oficios y en la Escuela de Arquitectura de la UN San Juan, cargo para el cual viajaba semanalmente con los arquitectos Enrico Tedeschi, Jorge Vico, Arístides Cottini y Hugo Baragiola, entre otros, a la vecina provincia. La participación de integrantes de la División Mendoza en la Comisión Especial de Planeamiento Urbano y Código de edificación de la Ciudad de Mendoza (1959 -1961) en cargos claves, es indicio tanto del avance de la corporación, como del desplazamiento de los arquitectos al interior del campo técnico para ocupar lugares centrales y ampliar sus incumbencias a temáticas reservadas hasta principios del siglo XX a otras disciplinas. Efectivamente, la presidencia de la Comisión fue ocupada por Daniel Ramos Correas y el puesto de secretario relator fue desempeñado por Raúl Panelo Gelly, quien se encargó de reseñar la labor de la Comisión que luego publicaría la Municipalidad de la Capital11 (fig. 2). Esta Comisión, creada por ordenanza municipal en 1959, se formó luego de frustrados intentos de planificación de la ciudad que se venían sucediendo desde 1915 con el “Proyecto de

Fig. 2 Fotografía de Enrico Tedeschi, Daniel Ramos Correas y Raúl Panelo Gelly. (Archivo Sociedad de Arquitectos de Mendoza)

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Ampliación y Rectificación del trazado para la ciudad de Mendoza” de Benito Carrasco y que habían tenido su máxima expresión a través del Concurso para el “Plan Regulador de la Ciudad de Mendoza” en los años 40. El objetivo fundamental de la organización de esta novel comisión fue realizar el análisis y detección de procedimientos para hacer realizable el “Planeamiento Urbano y el Código de Edificación de la Ciudad de Mendoza”, teniendo en cuenta que esa ciudad formaba parte de lo que se denominaba el “Gran Mendoza”.12 La Comisión asumía además la supervisión y dirección de los trabajos a realizarse. Como parte de sus competencias, la Comisión decidió en 1960, la contratación de un profesional urbanista por concurso, que realizara el estudio de los antecedentes necesarios para hacer posible el planeamiento de la ciudad capital, con vistas al Gran Mendoza. Este profesional estaría al mando de un equipo técnico aportado por la Municipalidad.13 La Comisión contó a partir de 1960 con una Oficina de Planeamiento integrada por arquitectos miembros de la SAM como Simón Lacerna,14 que se desempeñó como Secretario Técnico y el mencionado Panelo Gelly, y por especialistas como Enrico Tedeschi,15 ganador del concurso para ocupar el cargo de Director de los Estudios de Planeamiento, por un plazo de 12 meses.16 El informe final presentado por Tedeschi en septiembre de 1961, cumpliendo el tiempo previsto en el contrato, compuesto por 17 capítulos –luego conocido “Informe Tedeschi”–, sirvió como antecedente directo del Código de Edificación de la Ciudad de Mendoza que se concretó tiempo después, en la década del 70. Además de las labores de “gabinete” la Comisión, con el apoyo del SAM y otras instituciones colegiadas, tuvo una activa participación en la organización de Congresos y Jornadas. Estas actividades representaban para quienes integraban la comisión un reaseguro del éxito de sus empresas sobre la ciudad al entender que la difusión “ilustraría

y formaría” paulatinamente una conciencia general urbanística. Esas acciones de difusión siempre avaladas por la SAM, que tenían en la prensa un importante aliado, eran dirigidas tanto al público como a los funcionarios, variando claro, las formas de comunicación.17 El trabajo de esta Comisión fue uno de los intentos más concretos para determinar un enfoque urbanístico aplicable y de realización cierta. Implicó a la vez, una oportunidad de negociación entre los campos técnico y político para determinar injerencias y posiciones en el espacio social y su relación con la arquitectura y la ciudad y un claro posicionamiento de la corporación de arquitectos. A mediados de 1959 comenzó a concretarse la idea de crear, sobre la base de la División Mendoza, una asociación independiente de alcance provincial, con personería jurídica y estatuto propio. Fue también en junio de ese año que entró en funciones una nueva CD integrada por los arquitectos Antonio Bauzá Font, Jorge Vico, Emilio Pellet, Marcos Tauil, Manuel Fanohe, Rafael Reina Rutini y Aldo Bastianelli, quienes ocuparían los cargos de presidente, vice, secretario, tesorero y vocales, respectivamente (División Mendoza,1953-1959, fs. 259 y ss.). En agosto fueron designados los arquitectos Daniel Ramos Correas, Miguel Giraud, Raúl Panelo Gelly –miembros de la CD anterior– y Rafael Reina Rutini, para integrar una comisión que debía estudiar los antecedentes y procedimientos para la formación de una sociedad de arquitectos en Mendoza. Sociedad de Arquitectos de Mendoza El 14 de diciembre de 1959 en la asamblea realizada en las dependencias del Hotel Americano, una de las sedes que albergó a la División Mendoza, se creó la “Sociedad de Arquitectos de Mendoza”. Los veintinueve arquitectos reunidos para la constitución de la SAM fueron: Armando Aubone Videla, Carlos Azzoni, Aldo Bastianelli, Antonio Bauzá Font, Juan Manuel Benegas, Luis Casnati, Jacques Caspi, Arístides Cottini, Hugo Cuervo, Mario Day Arenas, Manuel Fahnoe, Miguel Giraud,

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Jorge Iñarra Iraegui, Simón Lacerna, Manuel López González, Jorge Maza, Alfredo Méndez, Raúl Panelo Gelly, Emilio Pellet, Francisco Pittella, Aniceto Puig, Rafael Reina, Juan Carlos Rogé, Ernesto Schiffrin, Félix Seidel, Marcos Tauil, Luis Tomba y Jorge Vico (SAM, 1959-1969, fs. 1 - 22). El estatuto de esta nueva asociación civil, determinaba entre sus principales fines el fomento del espíritu de unión entre los arquitectos; la representación de los arquitectos de la provincia ante autoridades o instituciones; la defensa de los legítimos intereses de la profesión; la difusión de la función social del arquitecto; el estímulo del perfeccionamiento profesional; la colaboración a instituciones de enseñanza de la arquitectura y el urbanismo; el estímulo a la industria de la construcción; la intermediación en los conflictos entre profesionales; el intercambio con asociaciones similares nacionales e internacionales; el auspicio de congresos y toda otra acción acorde al “espíritu” del estatuto. Con una estructura más compleja que aquella con la que había funcionado la División, la primera CD quedó constituida el día 19 de

diciembre de 1959 de la siguiente manera: Aniceto Puig como presidente; Hugo Baragiola, vicepresidente; Emilio Pellet, secretario; Rafael Reina, prosecretario; Jacques Caspi, tesorero; Afredo Méndez, protesorero y Simón Lacerna como vocal titular. Gerardo Andía, vocal suplente y Mario Pra Baldi y Julio Ochoa como vocales aspirantes. El lugar de los síndicos fue ocupado por Miguel Giraud y Antonio Bauzá Font. El Comité de Ética lo integraron Raúl Panelo Gelly, Antonio Bauzá Font, Miguel Giraud, Jorge Iñarra Iraegui y Jorge Vico. Mientras del Colegio de Jurados participaron Arístides Cottini, Raúl Panelo Gelly, Miguel Giraud, Francisco Pittella, Jorge Vico, Gerardo Andía, Carlos Azzoni, Ricardo Casnati, Daniel Ramos Correas y Juan Carlos Rogé (fig. 3). Existió si, a partir de la transformación de la División en Sociedad, un desplazamiento de aquellos agentes que habían participado de la etapa de “construcción” a la que hemos hecho referencia, que pasaron de ocupar cargos centrales a conformar los grupos “auxiliares” dentro de la estructura organizacional: muchos de los integrantes de la División formarán parte de los sucesivos comités de

Fig. 3 Agentes participantes en la División Mendoza (izq. a der.): Daniel Ramos Correas, César Jannello, Juan Carlos Rogé, Enrico Tedeschi, Carlos Vallhonrat, Arístides Cottini, Aniceto Puig, Michel Giraud, Gerardo Andía, Raúl Panelo Gelly y Ricardo Casnati, Simón Lacerna (Archivos: autora; S. Cervera; Sociedad de Arquitectos de Mendoza; P. Lacerna; G. Moretti)

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ética y colegios de jurados. No abandonaron por este desplazamiento su lugar en el campo profesional, sino más bien se reacomodaron de acuerdo a los intereses particulares de ese momento, para seguir influyendo sobre la ciudad y su arquitectura, qué es sino la participación como jurados de los concursos. Ese movimiento al interior de la asociación estuvo además influido por la complejización de la composición del campo profesional, que aumentó en número, y el cambio generacional que supuso esa situación, pero sobre todo y entendemos que fundamentalmente, porque las figuras más destacadas de la División habían comenzado desde fines de los 50 a expandir sus áreas de influencia. No es raro entonces, que ni Ramos Correas ni Enrico Tedeschi hayan participado de los actos de constitución de la SAM. Además de la participación en la Comisión Especial de Planeamiento a la que ya hemos hecho referencia, estos agentes estaban trabajando en la concreción de la primera Facultad de Arquitectura de Mendoza (fig. 4). Esta empresa se fue gestando en la trama de relaciones profesionales y personales que

poseía el grupo de Ramos Correas, Tedeschi, Panelo Gelly y el ingeniero Justo Pedro Gascón. Juntos participaron de la creación en 1961 de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza (FAU-UM), de la cual Enrico Tedeschi fue decano, organizador y docente hasta 1972, impulsando una experiencia pedagógica novedosa de modernidad y vanguardia. Tedeschi pudo en esta escuela plantear un programa pedagógico de avanzada, un ensayo en condiciones de aislamiento, donde los vínculos eran estrictamente controlados y elegidos entre lo más selecto del mundo académico y profesional, del país y el extranjero. Así, la pequeña “scuola” estableció y sostuvo lazos con Marina Waisman, Tomás Maldonado, Guilio C. Argan, Umberto Eco, Eduardo Sacriste y tantos otros.18 Del cuerpo docente de la FAU participaron además de Panelo, Tedeschi y Ramos, Juan Carlos Rogé, Miguel Giraud, Arístides Cottini, Hugo Raina, Aniceto Puig y Simón Lacerna, varios de los cuales renunciaron a sus cátedras en San Juan para sumarse a la nueva facultad. Se incorporaron también Ricardo Casnati, Francisco Pittella, Alfredo Méndez y

Fig. 4 Edificio FAUD-UM (Archivo autora)

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Juan Brugiavini, entre tantos otros (Descotte, 201, p. 81 y ss).

Consejo Profesional de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores.

Aniceto Puig constituye un caso particular de aquel grupo inicial, puesto que será uno de los pocos miembros de la antigua División Mendoza que tendrá una activa participación en la nueva conformación de la SAM a través del ejercicio de la presidencia, concretando un “desplazamiento positivo” como agente dentro del campo. Puig, nacido en Mendoza en 1920, estudió arquitectura en Rosario donde se graduó en 1944. Instalado nuevamente en la provincia, comenzó a desarrollar una extensa y fructífera labor profesional alternando cargos públicos, obras privadas y actividad gremial. Fue docente de las Universidades de Cuyo, de Mendoza y Tecnológica Nacional. Fue técnico en la Dirección Provincial de Arquitectura, donde proyectó los escenarios vendimiales de los años ´51, ´52, ´53 y ´55. Integró además, el

Un rol destacado de Puig fue el desempeñado como Director General de la Dirección de Obras y Servicios y Director del Departamento de Construcciones de la UNCUYO, cargos obtenidos por concurso hacia 1962 c. (AAVV, 1997, pp. 6-7). En este ámbito técnico también la SAM tuvo injerencia, puesto que todos sus integrantes arquitectos eran socios activos de la misma. Además de Puig, formaron parte del Departamento de Construcciones el Ing. Eduardo Gálvez, subdirector; el Arq. Juan Brugiavini, jefe de proyectos; el Arq. Simón Lacerna, jefe de urbanismo y el Ing. Manuel Larrazábal, jefe de certificaciones. Del resto del equipo formaron parte siete arquitectos –Mario Pagés, Jacques Caspi, entre otros–, ocho ingenieros, equipo administrativo, asesores de forestación, etc. (fig. 5).

Fig. 5 Universidad Nacional De Cuyo (Centro de Documentación Histórica - UNCUYO)

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El plan de obras del Centro Universitario que en conjunto llegaba a unos 100000 m2, fue aprobado en 1966. La construcción tardaría varios años (Romano, 2012, p. 49 y ss.). Con el nacimiento de la SAM como asociación civil, dejan de asentarse en el libro de Actas muchas de las reuniones de la CD entre 1961 y 1968, quedando sólo registradas las Asambleas convocadas por cambio de autoridades. En las actas que se transcriben, pueden verse acciones por parte de la SAM de tinte más gremial como el debate sobre la necesidad de creación de una caja de previsión para profesionales y aquellas que tienen que ver con los problemas del planeamiento y el urbanismo de Mendoza, la reforma de leyes que afectan a la ciudad y una activa participación en la promoción de concursos. Los Concursos y sus reglamentaciones, desempeñaron un papel importante en la determinación del habitus de los arquitectos y su diferenciación respecto de otros agentes que también actuaban sobre la ciudad, a la vez que funcionaron como dispositivos de reconocimiento profesional al interior del campo arquitectónico y en relación a la posición de los arquitectos en el campo técnico. Los Concursos fueron a la vez mecanismos e instrumentos que le otorgaron autonomía funcional al campo arquitectónico, no sólo en relación a otros campos disciplinares, sino también respecto de los campos político y económico (Cirvini, 2004). Pero además, los Concursos se caracterizaron por ser un dispositivo que permitía la acumulación de capital simbólico al interior del campo arquitectónico. Este poder posibilitaba que determinados agentes ocuparan ciertas posiciones, que los llevaban a legitimar sólo algunas formas de hacer arquitectura específicamente en lo referido a tendencias y estilos, desplazando a otras. Hasta avanzada la década de 1980, la SAM tuvo cierta influencia sobre los aspectos urbanísticos y arquitectónicos en el medio local a través de su activa participación

en la organización de concursos. Entre ellos podemos destacar: el concurso de anteproyectos para el Hospital Italiano (1960), para el Palacio Policial (1966), para el Banco de Previsión Social (1967), para el Banco Unión, Comercial e Industrial –BUCI– (1971), Palacio Nacional de la Vid y el Vino (1979) (Gottfried, 2003, 33-42). Las CD se sucedieron con un mayor ritmo puesto que sus integrantes se renovaban por mitades. Aparecen en escena profesionales que no habían participado en la División Mendoza por diferencias con algunos de sus integrantes que ya no formaban parte de las CD de la SAM –tal es el caso del enfrentamiento entre los hermanos Manuel y Arturo Civit y Ramos Correas19–.Se une además un importante número de recién egresados de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza que se engrosa paulatinamente, modificando las dinámicas internas de la SAM. Pensemos, por ejemplo, que desde 1953 se había presentado siempre una sola lista de candidatos para formar parte de la CD, lista que en general tenía un consenso previo a la votación, mientras que en 1967 son 27 las listas presentadas, con distintas propuestas de candidatos.20 Las CD entre 1962 y 1969 van a ser presididas por los siguientes arquitectos: Juan Carlos Rogé; Jacques Caspi; Pedro Merlo; Ricardo Casnati y Mario Day Arenas. Aparecen nuevos nombres en las comisiones que tendrán en la SAM y en el espacio social general un papel destacado, entre ellos: Gilberto Olguín, Carlos y Gerardo Andía, Mario Pagés, Juan Brugiavini, Bozidar Bajuk, Antonio Abramo y Carlos Gainza, por nombrar sólo algunos. Finalmente, el 9 de septiembre de 1968, por decreto del Ejecutivo Provincial 4060 se aprueban los Estatutos y se le otorga personería jurídica a la Sociedad de Arquitectos de Mendoza. Quince años de trabajo, negociaciones y conflictos se festejan con un asado para todos los socios por tan importante acontecimiento (SAM, 1959-1969, fs. 172).

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Epílogo El surgimiento y desarrollo de estructuras profesionales como esta asociación de arquitectos, han sido fundamentales en la progresiva autonomía del campo disciplinar de la arquitectura, puesto que ofrecieron mayores posibilidades al conjunto de agentes intervinientes, para ejercer influencia sobre los aspectos urbanísticos y arquitectónicos en el medio local y en la formación de futuros profesionales, como grupo especializado. Organizaciones como ésta, han asumido una serie de funciones que se fueron complejizando con el tiempo por la expansión de alcances e incumbencias. Si en un principio el origen gremial de estas asociaciones buscaba establecer jerarquías y normas que rigiesen a sus miembros determinando simultáneamente responsabilidades y derechos, ocupándose de los aspectos profesionales en relación a la arquitectura; más tarde la necesaria vinculación con los poderes gubernamentales y las instituciones de enseñanza, así como con la sociedad en general, impulsó a una mayor determinación del campo disciplinar de la arquitectura. De esta expansión de intereses, surge que la Sociedad de Arquitectos de Mendoza haya funcionado como respaldo institucional de acciones que fueron bisagras en relación a los aspectos físicos, pero también al espacio social en Mendoza. Una de ellas fue el impulso en la creación del Código de Edificación de la Ciudad de Mendoza a través de la Comisión Especial de Planeamiento y Código de Edificación, que reglamentó la forma urbana de la ciudad capital y de muchos departamentos mendocinos que adhirieron a ese instrumento legal; la otra fue la activa participación de muchos de sus miembros en la creación de la primera Facultad de Arquitectura en Mendoza, que incidiría activamente en la inculcación del “habitus” moderno, alejado del Academicismo de la formación universitaria en los noveles profesionales.

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Pero además la influencia de la SAM, de sus principios corporativos y su espíritu gremial se extendieron a todos los ámbitos en los que sus asociados se desarrollaron. Las Universidades Nacional de Cuyo y de San Juan –con docentes como Panelo Gelly, Enrico Tedeschi, Simón Lacerna, Arístides Cottini, por nombrar algunos–, la Dirección de Arquitectura –por la que pasaron Raúl Panelo Gelly, Aniceto Puig, Juan Carlos Rogé, Arístides Cottini, Ricardo Casnati, Manuel y Arturo Civit, entre otros–; Institutos de investigación como el Laboratorio de Ambiente Humano y Vivienda (LAHV), fundado por Tedeschi en 1973 en el marco del Instituto Argentino de Investigación de Zonas Áridas (IADIZA), son jalones que marcaran el campo disciplinar y la profesión en Mendoza durante buena parte del siglo XX. La SAM fue un espacio de diversidad, convergieron en ella profesionales de las más variadas ideologías, de distintos credos y con distintas formaciones, pero por sobre toda discusión prevaleció siempre el objetivo común de formar una corporación de fuerte presencia en el espacio social de Mendoza. A partir de 1989, con la creación del Colegio de Arquitectos de Mendoza, la función gremial de la SAM fue desdibujándose. Su última CD se disolvió en 2006.

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Notas 1

El trabajo toma, en términos generales, aportes de la Teoría de la Acción desarrollada por Pierre Bourdieu. Algunas de sus principales categorías: campo, habitus y capital, inmersas en el espacio social multidimensional que Bourdieu define como modelo, nos sirven para comprender las dinámicas existentes al interior del grupo técnico que analizamos (Bourdieu, 1997). 2 Agradecemos a la Arq. Claudia Parodi habernos permitido el acceso a los documentos que se conservan en la sede de la SAM y al Arq. Pablo Lacerna por el material facilitado referente a su padre Simón Lacerna. Una primera versión de este trabajo fue expuesta en el II Congreso de Historia Intelectual en América Latina celebrado en Buenos Aires en septiembre de 2014. 3 Daniel Ramos Correas (Chile 1898- Mendoza 1992) Nace en Talcahuano, Chile; siendo niño se radica en Mendoza donde vive hasta su muerte. En 1924 es arquitecto egresado de la UBA. Desarrolló tanto obras historicistas y pintoresquistas, entre 1924 y 1930 aproximadamente, como otras “discretamente modernas”, formuladas recién a partir de 1945. Director de Parques y Paseos (1938-1945), cargo a partir del cual realizó las más importantes remodelaciones y refacciones de los principales espacios públicos de Mendoza: el Parque San Martín y la Plaza Independencia. Fue contratado para el estudio del Plan de Urbanización, Ampliación y Espacios Verdes de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia (1944); fue uno de los impulsores del Concurso Internacional para el Plan Regulador de Mendoza (1941) (Raffa y Cirvini, 2013, p. 3447). 4 Colette Boccara (París, 1921- Mendoza, 2005) Nació en París y vino de niña a la Argentina. De la camada inaugural del Liceo Francés de Buenos Aires, ingresa en la Escuela de Arquitectura de Ciencias Exactas en 1938, en la cual obtiene el título en 1945. Se dedicó también a las artes plásticas, visuales y la escultura. (Raffa y Cirvini, 2013, p. 34-47).

La participación de Boccara puede haber estado relacionada a su parentesco con Jannello. No hay constancia de que haya participado en otra oportunidad de la División o la SAM. Las mujeres empezarían a intervenir como socias activas a fines de los años 60, como integrantes de las primeras camadas de arquitectas recibidas en la FAU-UM, aunque su participación como miembros de las Comisiones Directivas llegaría en 1969 con el

desempeño de la Arq. Ana Coloma como vocal titular (Diario Los Andes, julio 14 de 1969, p. 4) 5

Arístides Cottini (Buenos Aires 1914- Mendoza 2006). Su obra comprendió, además de su actividad como arquitecto, las de docente universitario y, a la vez, de investigador, como lo atestiguan sus publicaciones, de preferencia sobre temas de arquitectura hospitalaria. Como Director de Construcciones del Ministerio Nacional de Educación, Zona Cuyo, fue autor del edificio de Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo. Publicó diversos libros y ensayos periodísticos sobre arquitectura hospitalaria. Recuperado el 30 de junio de 2014 de: http:// archivo.losandes.com.ar/notas/2006/11/11/ cultura-213278.asp 6

César Jannello. (Buenos Aires 1918-1985) estudió arquitectura en la UBA. Colaboró en proyectos de Amancio Williams. Trabajó y desarrolló teorías sobre el color y la morfología e introdujo el estudio de la Semiología a las aulas de diseño (Cirvini y Raffa, 2014).

7

En 1930 eran quince los arquitectos ejerciendo en Mendoza, en 1958 cuarenta y cinco eran los arquitectos asociados a la División (Cirvini y Raffa, 2013).

8

No tenemos precisiones sobre el momento en que Vallhonrat parte de Mendoza, pero deja de figurar en las asambleas de la SAM hacia 1959. La última actividad de la que hay registro es una charla que ofreció en el Colegio de Arquitectos de Barcelona (COAC) en 2001. Recuperados el 30 de noviembre de 2014 de: http://griu. coac.net/C3_2001/pag39cat.htm ; http://www. outsideinstitute.org/bios.html 9

Juan Carlos Rogé. (Mendoza 1926) Estudió en Córdoba. En la función pública ejerció, en tres períodos, el cargo de Director de Arquitectura y Urbanismo de la Provincia, en los que dirigió importantes obras como la Estación Terminal de Ómnibus de Mendoza, el nuevo Hospital Schestakow de San Rafael, entre otras. Como empresario ejecutó obras de ingeniería y arquitectura. Fue profesor titular de la cátedra de Arquitectura en la Universidad de Mendoza, convocado por Tedeschi. Recuperado el 30 de junio de 2014 de: http://www.ediunc.uncu.edu.ar/ autores/index/409 10

La primera producción de Panelo Gelly (Buenos Aires 1929 -1998) es ecléctica con influencia del californiano en edificios públicos de áreas suburbanas y rurales. Proyectista de viviendas

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unifamiliares, adoptó volúmenes puros y losas planas asociados al uso de la piedra, la madera y el ladrillo a la vista. En la fase madura de su producción en arquitectura pública, utilizó un lenguaje fuerte y tecnológicamente avanzado en su formalización, dentro de una vertiente cercana al brutalismo (Raffa y Cirvini, 2013, p. 34-47)

de METRon. Desde 1948, ya en Argentina, desempeño un papel decisivo en la educación, la cultura y la investigación. Fue docente en la Universidad de Tucumán. de Córdoba, la Nacional de Cuyo en San Juan. En Mendoza, Tedeschi realizó el primer prototipo de casa solar (Raffa y Cirvini, 2013, p. 34-47)

11 La Comisión estaba compuesta por tres representantes del Honorable Concejo Deliberante, un arquitecto y un ingeniero del Consejo Profesional de Ingenieros, Arquitectos y Constructores, un constructor de la Sociedad de Constructores de Obras y anexos, un ingeniero civil del Centro de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, un arquitecto de la Sociedad de Arquitectos de Mendoza, el Secretario Municipal de Obras Públicas e Higiene, el Director Municipal de Obras Públicas y el Asesor Letrado de la comuna (Panelo Gelly,1961, p. 12)

16 Integraban además la Oficina de Planeamiento los arquitectos Martin Abraham y Pedro Merlo, también miembros de la SAM como “arquitectos investigadores” (Panelo Gelly, 1961).

12

El Gran Mendoza estaba constituido por los departamentos de Mendoza, Las Heras, Guaymallen, Godoy Cruz, Lujan y Maipú, actualmente este conglomerado urbano se denomina “Área Metropolitana de Mendoza” 13

Todos los cargos de la Comisión eran ad honorem, lo que marca el interés por formar parte de los grupos que tomaban decisiones sobre la ciudad, por sobre el beneficio económico individual. Si bien el desempeño no fue rentado la Comisión contó con una partida de un millón de pesos anuales entre 1960 y 1961 para el cumplimiento de sus objetivos. 14

Simón Lacerna (Mendoza, 1932- 2000) inició sus estudios de arquitecto en la Universidad Católica de Valparaíso, obteniendo su título en Universidad Nacional de Córdoba. Fue Jefe de Urbanismo del Departamento de Obras de la UNCUYO. Se desempeñó como docente en la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO y en la Facultad de Arquitectura de la UM. Como parte de su trabajo en la Dirección Provincial de Arquitectura trabajó en el trazado urbano del actual Centro Cívico. Asociado con los arquitectos Olguín y Maroi ganó el concurso del edificio para la Municipalidad de Mendoza (1965) y diseñó junto a los arquitectos Rosso y Díaz Valentín el Centro de Prensa para el Mundial 78, que forma parte del actual Centro de Congresos y Exposiciones. En la actividad privada, realizó varias obras para la empresa Cartellone. Fue miembro fundador del Instituto de Investigaciones Cuyo en 1975. 15

Enrico Tedeschi (Roma, 1910- Buenos Aires, 1978). Estudió en Milán y Roma y fue co- fundador

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Algunas de las actividades realizadas desde la Comisión fueron: Jornadas de Urbanismo de 1959; Jornadas de Urbanismo de 1960; reuniones con los intendentes del “Gran Mendoza”, Jornadas de Urbanismo de 1961 (televisadas), disertaciones radiales, notas periodísticas, etc. (Panelo Gelly,1961).

18

Las condiciones socio políticas y culturales de principios de los 70, unidas a una conducción paternalista y personalista por parte de Tedeschi, pusieron en crisis la institución, que luego de un agitado proceso de cambio se transformó radicalmente abandonando su perfil y objetivo inicial. En 1972 Tedeschi abandona el decanato cediendo el lugar a Gerardo Andía; en 1973 como consecuencia de las demandas del movimiento estudiantil y la inflexible actitud del cuerpo docente, la Facultad es intervenida por la Nación; hacia 1975 se inicia la normalización y devolución de la institución a la Universidad de Mendoza, desde 1976 y ya en tiempos de la Dictadura militar se modela una nueva institución muy distante del proyecto inicial de Tedeschi (Cirvini y Raffa, 2012).

19 Arturo Civit (Buenos Aires 1903- Mendoza 1975). Arquitecto graduado en la Universidad de Buenos Aires en 1928. En 1932 se instala en Mendoza donde desarrolla junto a su hermano Manuel, una intensa labor profesional tanto en forma particular como desde la función pública. Entre 1932 y 1942 ocupó alternativamente con Manuel los cargos de director y vicedirector de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Industria y Obras Públicas. Manuel Civit (Buenos Aires 1901- Mendoza 1978). Arquitecto graduado en la Universidad de Buenos Aires en 1926. Fue vicerrector de la UNCUYO en la gestión de Edmundo Correas (Raffa y Cirvini, 2013, p. 34-47)

Manuel y Arturo Civit fueron socios de la SAM. De hecho Manuel fue elegido en 1961 como vicepresidente de la asociación, pero una vez concluida la votación y proclamados los elegidos, su participación fue impugnada por los Arq., Bauzá

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Font y Giraud por entender que Civit no tenía la antigüedad mínima de dos años establecida por Estatuto para formar parte de una CD. Ese dato es cierto, pero cierto es también que eran Bauzá Font y Giraud en su carácter de síndicos de la SAM, quienes tendrían que haber impugnado la candidatura de Civit al momento de la presentación de las listas. Con voces a favor y en contra, el conflicto se resuelve con la renuncia de Civit al cargo y su desvinculación definitiva de la Sociedad (SAM, 1959-1969, p. 87 y ss.) 20

En varios casos los candidatos se repetían en más de una lista compitiendo en distintos cargos (SAM,1959-1969, p. 130)

Referencias AAVV (1997). Homenaje al Arquitecto Aniceto Juan Puig. Arquitectos de Mendoza, 31, 6-7. Bourdieu, P. (1997). Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama. Cirvini, S. (1986). La Sociedad Central de Arquitectos de Mendoza. En SCA, Sociedad Central de Arquitectos. 100 años de compromiso con el país, 1886/1986 (pp. 202-203). Buenos Aires: SCA. Cirvini, S. (2004). Nosotros los arquitectos. Campo disciplinar y profesión en la Argentina moderna. Mendoza: FNA. Cirvini, S. & Raffa, C. (2012). Campo disciplinar y trayectorias: Enrico Tedeschi. Mendoza, 19301970 (ponencia inédita). Seminario: Enrico Tedeschi: Work in progress, FAUD – Universidad de Mendoza. Cirvini, S. & Raffa, C. (2013). Asociaciones profesionales. Prácticas y agentes en la conformación de la Sociedad de Arquitectos de Mendoza, 1906- 1960 (ponencia inédita). III Jornadas Interdisciplinarias de Investigaciones Regionales, CCT-Mendoza. Cirvini, S. & Raffa, C. (2014). Redes, vínculos y trayectorias. Ejemplos de la progresiva autonomía del campo disciplinar y la profesión del arquitecto en Mendoza (1950-1970). AREA, (en prensa). Descotte, M. (2010). Historia de la Universidad de Mendoza. Mendoza: Idearium. ediunc.edu.ar. Recuperado el 30 de junio de 2014 de: http://www.ediunc.uncu.edu.ar/autores/ index/409 Gottfried, E. (2003). Los últimos pasos…44 años. En AAVV, SAM. Labor Cotidiana (pp. 33-42). Buenos Aires: Nobuko. griu.coac. Recuperado el 30 de noviembre de 2014 de: http://griu.coac.net/C3_2001/ pag39cat.htm losandes.com.ar. Recuperado el 30 de junio de 2014 de: http://archivo.losandes.com.ar/ notas/2006/11/11/cultura-213278.asp outsideinstitute.org. Recuperado el 30 de noviembre de 2014 http://www.outsideinstitute. org/bios.html

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REGISTROS, Mar del Plata, año 11 (n.12): 41-52. Agosto 2015 ISSN 2250-8112

COLETTE BOCCARA. La trayectoria singular de una mujer “arquitecto” COLETTE BOCCARA. The singular experience of a woman “architect”

Silvia Augusta Cirvini Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (CONICET), Mendoza, Argentina

Abstract

Resumen

This article condenses a first exploratory stage about the experience of being a woman and “architect”, from an approach that is at the crossing of a registration task group memory and an analysis of recent history. In this work, which is intended as a preliminary test used as a starting point for future investigations, we will seek to link gender and profession in the distribution of spaces or places and characterize the historical conditions, either within the country or outside in the early practices of women in this world of men were developed. To do this we will appeal to the analysis of a trajectory, analyzed through what we define as “experience” of Colette Boccara, one of these first and “daring” pioneers, whom we had the pleasure to meet and interview in 2003.

Este artículo condensa una primera etapa exploratoria acerca de la experiencia de ser mujer y “arquitecto”, desde un enfoque que se halla en el cruce de una tarea de registro de la memoria grupal y de un análisis de la historia reciente. En este trabajo, que no pretende ser más que un ensayo preliminar utilizado como punto de partida de futuras indagaciones, buscaremos vincular género y profesión en la distribución de espacios o lugares y caracterizar las condiciones históricas, ya sea al interior del campo o externas en las que se gestaron los inicios de las prácticas de las mujeres en este mundo de hombres. Para ello apelaremos al análisis de una trayectoria, analizada a través de lo que definimos como “experiencia”, la de Colette Boccara, una de estas primeras y “atrevidas” pioneras, a quien tuvimos el placer de conocer y entrevistar en 2003.

architects - gender - disciplinary field and profession

arquitectos - género - campo disciplinar y profesión

Arquitecta (UM). Doctora en Arquitectura (UNTUCUMAN). Investigadora Principal de CONICET

Recibido el 26 de febrero de 2015

Aceptado el 12 de marzo de 2015

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Introducción La profesión de Arquitecto, como en general todas las profesiones liberales en Argentina a principios del siglo XX, quedaba reservada casi exclusivamente para los hombres. Cuando se funda la Escuela de Arquitectura (1901), en el seno de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, la posibilidad de las mujeres de estudiar era aún remota. En 1905 un artículo en la Revista Técnica, presenta el tema como una novedad que acontece en Europa pero no entre nosotros “una mujer arquitecto, lo que parece ser la última expresión del feminismo”. Se admite entonces que la mujer puede tener posibilidades de desarrollo en el ámbito de la “arquitectura privada”, pero excepcionalmente lo tendrá en la “arquitectura monumental”, partiendo del supuesto de que “tendrán mayor competencia sobre muchos asuntos referentes al hogar que sus colegas del sexo fuerte (Chanourdie, 1905, p. 114). Hacia 1911, cuando se crea la Revista del Centro de Estudiantes de Arquitectura, en un intento de diferenciarse de los estudiantes de Ingeniería, parece que sólo unas pocas mujeres cursan la carrera, situación de la que se brinda un breve registro en la publicación, por ejemplo, en las salidas o paseos de estudio. En Argentina, la primera mujer que logra diplomarse en este campo técnico y artístico a la vez, lo hace a fines de la década del 20, pero recién en la etapa que va de 1930 a 1945 aparecerá un puñado de “excepcionales” arquitectas que abrirán un recorrido nunca antes transitado por mujeres. Desde entonces se incrementa gradualmente la matrícula femenina de la Escuela, y también, progresivamente, las mujeres arquitectos comienzan a ocupar cargos públicos dentro de la primera administración justicialista. Este es uno más de los síntomas que preanuncian los grandes cambios que empiezan a afectar las prácticas y la enseñanza de la arquitectura con la crisis del academicismo. El ideario del Movimiento Moderno presentaba una doble cara al problema de la igualdad de los sexos: por un lado favorecería la progresiva incorporación profesional de REGISTROS, año 11 (n.12): 41- 52. Agosto 2015

las mujeres, porque había puesto en duda los modos de producir arquitectura y en ese sentido había “revolucionado” las reglas del campo. ¿Por qué si tantas cosas cambiaban, no podían también ser las mujeres legítimas protagonistas de la modernidad? Pero por otro lado, tanto en Europa como en Buenos Aires, los agentes que ocupaban estas posiciones de vanguardia reproducían la cultura patriarcal del momento y relegaban a las mujeres a posiciones marginales.1 De todas maneras, la posibilidad de desarrollo de las mujeres dentro de la profesión no dependía solamente de las condiciones del campo disciplinar, estaba muy relacionada con la posición social de la familia y los vínculos ya aceptados para el sexo femenino con el mundo artístico, factores que debían darse asociados a un temperamento, en ocasiones atípico para la época, respecto de lo que se esperaba de una “mujer”. En los años que anteceden a la “década peronista” muchos indicadores preanuncian cambios: se cuestiona el habitus académico en la formación universitaria y se diversifica el espectro ocupacional del arquitecto, se incorpora el campo del urbanismo como campo de interés y el diseño integral a partir de la consolidación de los principios del Movimiento Moderno, desde distintas vertientes y posiciones. La presencia de las mujeres arquitectas en la universidad y en la práctica profesional es uno de los indicadores de las grandes transformaciones que atraviesa el campo disciplinar en consonancia con el país. Enfoque y marco conceptual Este artículo condensa una primera etapa exploratoria acerca de la experiencia de ser mujer y “arquitecto”, desde un enfoque que se halla en el cruce de una tarea de registro de la memoria grupal y de un análisis de la historia reciente. En este trabajo, que no pretende ser más que un ensayo preliminar utilizado como punto de partida de futuras indagaciones, buscaremos vincular género y profesión en la distribución de espacios o lugares y

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caracterizar las condiciones históricas, ya sea al interior del campo o externas en las que se gestaron los inicios de las prácticas de las mujeres en este mundo de hombres. Para ello apelaremos al análisis de una trayectoria, analizada a través de lo que definimos como “experiencia”, la de Colette Boccara, una de estas primeras y “atrevidas” pioneras, a quien tuvimos el placer de conocer y entrevistar en 2003. Trabajos recientes sobre derechos humanos utilizan la noción de “experiencia” que remite, según lo establecido por los intelectuales ingleses pertenecientes al círculo de Birmingham, a comportamientos, acciones, pasiones, resistencias, sentimientos, percepciones, es decir, a una gama amplísima de registros del mundo anclados a la subjetividad, una subjetividad que es encarnada y sexuada, pero a la vez se halla vinculada y determinada por condiciones materiales de existencia no elegidas por el sujeto (Ciriza, 2010, pp. 246-264). Es necesario tener en cuenta que la experiencia es una noción ambigua, en tanto incluye la repetición de la vida cotidiana, pero también los acontecimientos decisivos, las transformaciones en las condiciones de vida, capaces de dejar una huella duradera, por así decir, “inolvidable”, ya sea por su carácter traumático o bien por haber sido fuente de felicidad. Asimismo, la noción de experiencia es a la vez individual y colectiva, transitada en el curso de la vida, y que nos permite recordar que, más que de relatos homologables a cualquier otro relato, los testimonios remiten a “gente real en un contexto real”. El debate sobre la relación entre experiencia y testimonio es muy amplio. Según Andrea Andújar, “el testimonio implica la voluntad de rescatar la propia experiencia en su enlace con lo colectivo, con las experiencias de la comunidad” (Andújar, 2005), y también suele ser, un recurso inestimable para la reflexión crítica, aun cuando no sea una evidencia indubitable y menos aún neutra (Stone Mediatore, 1999, pp. 85-111).

También consideramos productivo para el análisis de la situación y proyección de las mujeres dentro del campo disciplinar y profesional incorporar el análisis de las trayectorias desde la universidad, ya que la inculcación del habitus en la formación recibida, que afectaba tanto a hombres como a mujeres, pudo haber tenido –es una hipótesis– una modalidad especial para uno y otro género, acentuando o no el sexismo de la época. Hay un trabajo pionero (realizado en 1997) desde esta perspectiva que recoge la memoria de un grupo de 24 estudiantes mujeres de la década de 1930 y que permite reconstruir la vida en las aulas a través de los ojos y experiencias de estas arquitectas (Di Bello, 1997). De niña especial a joven “fuera de serie”2 Colette Boccara había nacido en 1921 en París, y vino de niña, en 1931, a la Argentina. Era hija del representante de Editorial Hachette en Buenos Aires, organismo difusor de la cultura francesa en el país. Colette perteneció a la camada inaugural del Liceo Francés de Buenos Aires, en el cual fue la Inscripta número cinco del Bachillerato Científico. Como ese título lo aceptaban sólo en Ciencias Exactas ingresa en la Escuela de Arquitectura dependiente de esta Facultad en la UBA en 1938, en la cual obtiene el título de “Arquitecto” en 1945. Según su propio relato, no había sido ésta su vocación inicial. Cuando Colette terminó el Liceo tenía la firme decisión de irse a Francia a estudiar Medicina, pero una grave enfermedad de su padre se lo impide. Como le gustaban también las Artes Plásticas, simultáneamente a la carrera de Arquitectura cursa materias en la Escuela de Bellas Artes, que estaba en la Costanera, y de la que ella recordaría con orgullo su paso por Escenografía junto a Adolfo Franco. En segundo año de la Facultad conoce a César Jannello,3 quien según Colette tuvo un efecto muy beneficioso en su carrera porque desde ese momento la “rebelde” joven se convirtió en una “buena alumna”.

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César era introvertido y solitario –relataba Colette– había sido asmático desde niño, no podía hacer deportes, vivía encerrado en su casa… tenía una inmensa biblioteca y había estudiado pintura y dibujo, era amigo de Petorutti y conocía a los teóricos del campo visual y del arte concreto. Los libros y las artes plásticas –decía Colette – eran su pasión, juntos estudiábamos lo que se hacía en las vanguardias, en Buenos Aires y el mundo… En su camada había solo seis mujeres, algunas de las cuales “eran como sillas” – según las definía Colette– “y las otras nos encargábamos de sublevar a esas alumnas, porque era insoportable… no se esperaba nada de las mujeres en la Facultad…” Algunos profesores nos decían que “no dejarían que nos recibiéramos”, decía Colette, y sin embargo “varias lo conseguimos”. Entre sus compañeras en Arquitectura estaban Carmen Renard, Isabel Padilla, Delfina Gálvez, Mina Llorens, todas mujeres excepcionales en cuanto a su posición en el campo social, a la formación artística y las expectativas que alimentaban respecto del desarrollo personal. “Había que ser un poco fuera de serie para estudiar Arquitectura, gastábamos mucho… $100 por semana, $400 por mes, lo mismo que ganaba un gerente del Banco Nación”– decía Colette– “además de los materiales, gastábamos mucho… pasábamos horas en “El Querandí”, era famoso el sándwich de pavita”.4 Recién egresados de la Escuela de Arquitectura, en 1945, César y Colette se casan. Trabajan como socios en el estudio de Amancio Williams,5 siendo Colette el motor del equipo.6 Dos años más tarde deciden venir a vivir a Mendoza, donde Jannello tenía su familia. Se dedican a la producción de gres y cerámica, actividad que venía desarrollando la familia de César. La experiencia de ser invisible Con Colette se verifica una situación repetida desde los tiempos de la entreguerra, cuando numerosas mujeres se destacan en el mundo como creadoras dentro de la modernidad, ya REGISTROS, año 11 (n.12): 41- 52. Agosto 2015

sea en la arquitectura, las artes o el diseño industrial, de muebles, o equipamiento. Pero en general, tal como sucedió con Colette Boccara, la actividad de vanguardia de estas mujeres, a pesar de haber sido importante, quedó eclipsada frente a los prestigiosos nombres de sus compañeros o mentores (Espegel, 2007, p. 77 y ss.). Mucha de su producción quedó sumida en el olvido porque o bien fue parte de la labor de equipos donde solo trascendieron los nombres de sus integrantes varones o simplemente porque su trabajo fue anónimo como asistentes en el diseño, el dibujo, el interiorismo, la decoración. En Europa en las primeras décadas del siglo XX se rechazaba el ingreso de las mujeres en las universidades técnicas. Unas pocas pudieron trasponer estos límites antes de la primera guerra, sería necesario que pasaran un par de décadas para que las mujeres salieran del reducido espacio que les había sido otorgado con el trabajo de textiles, papeles pintados y decoración. Un ejemplo en la trayectoria de Colette puede ser explicativo de este mecanismo de invisibilización que describimos: en 1943 – según su propio relato– participó activamente en la realización de las maquetas del proyecto “Casa amarilla” (Barrio Sur - Buenos Aires) de Bonet, Kurchan y Ferrari Hardoy (Grupo Austral), con quien se había vinculado a partir de la relación que ella y César tenían con Amancio Williams; y bien, hemos buscado en toda la bibliografía existente sobre el tema y no hay una sola mención a la participación de Colette. Cuando se instalan en Mendoza César ya viene con una oferta de un cargo docente en la Universidad Nacional de Cuyo. Fue también él quien estuvo vinculado a la creación de la Escuela de Diseño Industrial y la de Cerámica. Colette tenía títulos, estudios y méritos equivalentes, sin embargo los caminos para ella fueron más sinuosos y la posición respecto del cuidado de su familia, mucho más limitante.7 Los primeros años en Mendoza Colette proyecta una casa con cubierta de bóvedas

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de ladrillo –inusual en esos años– diseña y construye su casa de calle Clark 479, la cual se convierte en un espacio de encuentro de la incipiente modernidad mendocina. Se hacían reuniones de lectura de textos de las vanguardias, de los teóricos del campo visual, el arte concreto y el diseño integral. Paralelamente Colette estudia Cerámica, ya tenía una fuerte vocación artesanal y el trabajo con el gres de la empresa familiar la había vinculado a artesanos locales y especialistas en la materia prima que provenía de yacimientos también de propiedad de los Jannello. En 1955, apenas se gradúa, concursa cátedras del nuevo plan de estudios de la Escuela de Cerámica. Gana dos de ellas: “Proyecto e Instalación de Fábrica” y “Diseño Industrial”, sin embargo la suerte no la acompañaba, no llegó a ejercer los cargos docentes puesto que la intervención universitaria de la denominada “Revolución Libertadora” desconoció los concursos. Recién en 1972 logra ingresar por concurso a la Escuela de Cerámica, como Profesora Titular de la cátedra de Diseño Cerámico, pero si bien esta vez alcanzó a dictar clases durante 1973 y algunos meses de 1974, los conflictos en la universidad hicieron que nuevamente fuera otra vez excluida de los claustros universitarios (Benchimol, 2010). COLBO: De la arquitectura a la aventura empresaria Cuando César Jannello vuelve a Buenos Aires en 1957 la pareja se separa, y Colette queda en Mendoza con sus hijos. Ese mismo año funda una pequeña empresa, una industria artesanal: “Gres cerámico Colbo” (Apócope de su nombre Colette Boccara), con el taller que ya tenía instalado en su casa desde 1953. Colette era una mujer especial, muy autónoma, libre y carente de prejuicios comunes en la época y más aún en una capital de provincia como era Mendoza. Vestía de pantalones, llevaba el cabello corto y se movilizaba en un jeep hacia la precordillera donde buscaba las mejores arcillas (los yacimientos estaban en Cacheuta) donde era asesorada por un profesional en el tema, el Dr. en Ciencias

Naturales y Geólogo, Vicente Armando, cuyo relato confirma el profesionalismo y la pasión con que Colette tomaba el tema de la cerámica.8 La arquitecta ceramista diseñaba diferentes modelos de vajilla completos de gres rojo por fuera y con esmalte interior blanco, combinación que caracterizaba la producción. Para la elaboración de los moldes, utilizaba técnicas nuevas: matrices de epoxi (resina sintética, muy resistente e indeformable). Muchas piezas eran decoradas con procedimientos de impresión serigráfica realizada en la misma fábrica. Colette controlaba todos los procesos, de modo artesanal, y con ello garantizaba una alta calidad en la factura de los objetos. La marca Colbo obtuvo patente industrial y se la identifica en el mercado local y nacional, asociada a la figura de la arquitecta. Entre 1960 y 1965, Colette se traslada a la calle Las Cañas esq. 25 de mayo de Guaymallén. Con la participación de socios que aportan capital realiza una importante ampliación de las instalaciones y adquiere nueva maquinaria. A partir de entonces la empresa se establece como Colbo Gres Cerámico SCA. En 1967 obtiene la Etiqueta Roja de Buen Diseño otorgada por el CIDI (Centro de Investigación del Diseño Industrial). En la década de 1970 la empresa alcanza su máximo desarrollo. Pero según la versión oficial de la historia de la empresa, ante encargos de gran volumen la fábrica colapsó porque la infraestructura de producción seguía siendo artesanal y no estaba preparada para una producción en serie a gran escala. Según relato de la propia Colette, acerca de lo sucedido en 1987, la quiebra tuvo otro motivo: “mis socios me estafaron y nunca pude recomponer la empresa”. Agregamos nosotros: tarea imposible en el marco de las políticas económicas de los 90. Después de la quiebra de Colbo, Colette sigue produciendo obras de diferente tipo donde muestra su gran capacidad creativa: batiks, dibujos, joyas, piezas únicas de porcelana. Poseía una feliz combinación de un notable

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talento para la creación artística y el manejo de materiales y técnicas que le permitían un amplio espectro de posibilidades (fig. 1 y 2). Finalmente, Colette no tuvo en vida ninguna posibilidad de reflotar la empresa y solo su empeño, creatividad y constancia le permitió seguir trabajando y viviendo de su trabajo hasta su fallecimiento. Recién en 2007, un año después de la muerte de Colette, uno de sus hijos junto a un grupo de personas interesadas en el legado de la arquitectaceramista-artista, decide recuperar la empresa que hoy produce y vende vajilla y objetos de diseño original de COLBO9 (fig. 3). El campo disciplinar y profesional: de Buenos Aires a Mendoza Colette llegaba con su familia a instalarse en Buenos Aires dos años después de la visita de Le Corbusier (1929). Otras pioneras mujeres en el arte, la literatura y la música habían iniciado un nuevo camino para los destinos femeninos, ya no solamente relegados al ámbito doméstico. Colette recorrerá todo ese tiempo de transición entre el academicismo y la modernidad,

transitará las aulas de la elitista y pequeña escuela de Arquitectura y verá gestarse el nacimiento de la Facultad en la UBA. Entre el período que va entre 1930 y 1944 la curva de egresados de la Escuela incrementa su crecimiento con relación a las dos primeras décadas del siglo, pero en esta etapa el aporte de la matrícula femenina es aún mínimo. Entre 1944 y 1956 hay un importante crecimiento de la matrícula, tanto la femenina como la masculina, sin dudas favorecido por la política universitaria de apertura que encara el justicialismo, que incluye la creación de la Facultad sobre la base de la Escuela.10 Hacia 1930 el campo disciplinar de la arquitectura está consolidado.11 El gremio de los arquitectos es reconocido en todo el territorio nacional, sus agentes tienen conciencia de su participación activa en la concreción de la cara material de la modernización, y disputan el control del campo12 desde posiciones diferentes, planteando caminos para superar los nuevos problemas urbanos. Gradualmente la tradición eclécticoacadémica va perdiendo hegemonía, mientras que las vanguardias del Movimiento Moderno consiguen consolidar posiciones entre los

Fig. 1 y 2. Colette trabajando en su taller. (Archivo Fundación del Interior)

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más jóvenes y en algunas publicaciones. El campo disciplinario transita un momento de gran riqueza y dinamismo por la cantidad de proyectos estéticos diferentes en pugna por imponerse. Durante este período se cuestiona el espectro ocupacional del arquitecto, incorporando el campo del urbanismo y el problema de la vivienda popular.

La progresiva burocratización de la obra pública es constante y creciente desde los años 20 con los gobiernos lencinistas, hasta los 50, con el estado peronista en toda su expansión. La obra pública, los concursos, los temas urbanos comienzan a ocupar espacios significativos y valorados entre los debates del campo arquitectónico.

Queda atrás el arquitecto artista que trabaja sólo para una elite dentro de la elite y comienzan a aparecer nuevas preocupaciones en torno de la vida urbana de una sociedad de masas. Se produce un cambio en la formación profesional de los arquitectos a partir de la consolidación de las posiciones de la arquitectura moderna, en tanto se modifica el habitus como “modo de ver” y como ordenador de las prácticas.

El período que comienza en 1930 y se extiende hasta pasados los 60, es uno de los de mayor fecundidad arquitectónica y permite mostrar cómo el desarrollo de la disciplina acompañó la modernización de la cultura y la adecuación a la sociedad de masas.

La enseñanza universitaria fue el primer foco de las críticas al academicismo y el último de los ámbitos donde llegaron las transformaciones. El tránsito hacia una hegemonía de los procedimientos y métodos de diseño modernos en la enseñanza se vio facilitado por la transformación producida con la creación de las facultades de Arquitectura y Urbanismo en todo el país, con una adecuación programática y funcional a una sociedad de masas. En Mendoza, el campo disciplinar y profesional fue creciendo, ganando autonomía y adecuándose a los cambios que desde Buenos Aires le imponían los nuevos tiempos.

Los “modernos” instalados en Mendoza consiguen impulsar un polo de vanguardia en el oeste argentino. Los años 50 del siglo XX condensan experiencias innovadoras de las vanguardias artísticas que coexisten con otras posiciones tradicionales y hasta arcaicas, en el marco del proyecto político y cultural del peronismo. En Mendoza, ciudad intermedia en proceso de expansión urbana y de crecimiento demográfico, será posible advertir los profundos cambios en la producción técnica y artística, tanto en la arquitectura, las artes visuales y plásticas y el naciente urbanismo. Es un momento de experimentación formal y técnica, de innovación tecnológica y la aparición de corrientes estéticas que descartan lo figurativo y buscan una nueva relación de la forma con la función, la unificación de las artes visuales y la fusión entre el diseño y la arquitectura.

Fig. 3. Vajilla COLBO clásica. (Archivo Fundación del Interior)

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En 1953 se crea la división Mendoza de la Sociedad Central de Arquitectos, estableciendo para la entidad gremial un programa que excede los límites de Buenos Aires. Entre los socios fundadores estaban: Arístides Cottini, Manuel Fanhoe, César Jannello, Lino Martinelli, Raúl Panelo Gelly, Hugo Raina, Daniel Ramos Correas, Aniceto Puig y Carlos Vallhonrat. Es significativo observar que ni Colette (ni ninguna otra mujer arquitecto) forman parte de este núcleo fundacional en los registros de la sociedad, aun cuando su marido presidió la institución en 1955. También en esta década coinciden las condiciones para la creación de dos instituciones de formación profesional, núcleos de la difusión de las ideas de la modernidad: se concreta la creación de la carrera de Diseño en la Universidad Nacional de Cuyo (1958) y se crea la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza (1961). La primera, resultado del movimiento de las artes plásticas generado entre otros por César Jannello (fig. 4) y Colette Boccara, que se había iniciado con la apertura de la Escuela de Cerámica. La segunda, una experiencia pedagógica novedosa de modernidad y vanguardia, promovida y dirigida por Enrico Tedeschi,13 con el apoyo, tanto en lo económico como en

lo académico, de importantes profesionales e instituciones locales. Esta fue su gran obra, su “escuela”, donde pudo con total libertad plantear un programa pedagógico de avanzada, un ensayo en condiciones de aislamiento. La creación de la Facultad de Arquitectura en la Universidad de Mendoza permitió a muchos arquitectos ejercer la docencia universitaria y posibilitó la formación profesional y la expansión del ideario moderno. Este hecho sería una bisagra respecto de la presencia de las mujeres arquitectos, ya que las egresadas, desde 1966 se integrarían progresivamente al ejercicio profesional de la arquitectura en la región. Palabras inales Buscaremos terminar el artículo con algunas reflexiones, no con un epílogo, porque no es nuestra intención cerrar ni siquiera provisoriamente el tema. Quedan, a lo largo de estas páginas y de una revisión rápida de la trayectoria profesional de Colette, muchos interrogantes, dudas, lagunas… Por una parte, es necesario trabajar otras fuentes que no han sido asequibles al momento de este trabajo preliminar (archivos familiares y de la empresa Colbo, archivos de estudios profesionales en Buenos Aires y de sociedades profesionales) y otras fuentes con repositorios en Mendoza, pero que aún no han sido abordadas para el análisis de este tema (prensa escrita, archivos gráficos y documentales varios, etc.). Sin dudas este caso puede ser una puerta de acceso al tema género- profesión, tema que trasciende los límites provinciales. Por otro lado, también advertimos que la práctica profesional de las mujeres tuvo en el campo arquitectónico una estrecha dependencia con el desarrollo de las ideas de la Arquitectura Moderna, con lo cual el análisis de ambos temas en el caso de Mendoza está estrechamente vinculado. Avanzar en un tema será avanzar en el otro.

Fig. 4. César Jannello. (Archivo Fundación del Interior).

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Algunos de los interrogantes que particularmente la “historia” de Colette ha movilizado en mí y que me estimulan

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a continuar trabajando el tema son los siguientes: En primer lugar, de qué manera su trayectoria profesional estuvo atravesada por las circunstancias impuestas tanto por el medio hostil que puede haber significado Mendoza en los años 50 para una “mujer arquitecto”, como por su vida personal, hijos, temperamento, pareja… Cuando queda sola en Mendoza, en 1957, luego de la separación de Jannello, ella tenía a sus hijos y una empresa en desarrollo, era muy joven aún, tenía 36 años. César –según testimonio de Colette– siempre estuvo presente en el mantenimiento y educación de los hijos, hasta su fallecimiento en 1985.

Son muchas las preguntas que la vida y trayectoria de Colette nos ha dejado planteadas, que sin dudas tienen que ver con su condición de mujer, con su talento y su fortaleza, pero también con carácter y temperamento y su modo libertario y creativo de ver el mundo. Por lo pronto, nos ha dejado la inquietud para seguir investigando.

Otro aspecto que ha despertado mi interés es el hecho que a las mujeres arquitectos les resultó muy difícil el acceso a las prácticas específicas de la profesión como es el diseño y la construcción de obras, pero el ámbito académico resultaba un campo más viable para la mujer, que admitió a algunas pioneras, de la generación de Colette. Fue el caso, por ejemplo, de Marina Waisman, y luego su discípula Liliana Rainis, también de Odilia Suárez… Entonces, nos preguntamos, ¿por qué si existió una estrecha relación, por el hecho de compartir posiciones en el campo arquitectónico con Enrico Tedeschi, Colette no estuvo vinculada al equipo docente de la experiencia pedagógica de la Facultad de Arquitectura en 1961? Es probable que para ese entonces, Colette ya había definido una carrera y una vocación más próxima a las artes plásticas que a la arquitectura y no le haya interesado participar. Su temperamento y sus intereses respondían a las lógicas del campo artístico, donde no entraba el cálculo racional y la conveniencia práctica. Muchos amigos, colegas, pares, algunos que habían trabajado con César, la valoraban y apreciaban su talento, nos preguntamos ¿habrán intentado ayudarla para su desarrollo en el campo profesional, ó en su empresa? ¿Fueron indiferentes a los esfuerzos de esta talentosa mujer?

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Notas 1

Esta situación puede corroborarse con lo que sucedía aun en la Bauhaus, donde si bien se admitía en sus estatutos (1919) a toda persona que reuniera las condiciones de formación estipulada, “independientemente de la edad y el sexo”, en 1920 se crea un taller específico para las mujeres, que debían pasar 3 años en el diseño y confección de textiles en él para poder acceder, si eran admitidas, a clases de Arquitectura. Tanto Gropius como los maestros de la Bauhaus desvalorizaban el taller de tejidos y lo consideraban un “reducto de mujeres” (Espegel, 2007, pp. 82-86) 2 El testimonio de Colette fue recogido en una entrevista realizada en 2003, en el marco de la edición del libro “Nosotros los arquitectos”, donde buscamos incluir, aunque solo fueran fragmentos, la voz de alguna “mujer arquitecto”. Esta charla, decantada en el tiempo y después de la muerte de la arquitecta, despertó mi interés en la relación género/profesión. 3 JANNELLO, César: Arquitecto, diseñador, docente y teórico del diseño (Buenos Aires 1918-1985) Estudió en la Escuela de Arquitectura de Ciencias Exactas- UBA, donde se recibió junto a quien sería su esposa Colette Boccara. Instalado en Mendoza desde 1947, Jannello ejerció como profesor de Escenografía de la Academia de Bellas Artes, y más tarde en 1950 y hasta 1955, como Director de la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo. Trabajó y desarrolló teorías sobre el color y la morfología e introdujo el estudio de la Semiología a las aulas de diseño.

Gerardo Clusellas. Jannello y Clusellas tenían ya una larga relación, puesto que formaron parte de la vanguardia moderna, integrantes de la OAM (Organización de Arquitectos Modernos) entre 1948 y 1957, participaron del movimiento que planteó la unificación de las artes visuales y la fusión entre el diseño y la arquitectura bajo las consignas de Arte Abstracto- Concreto- No figurativo, del que también participó, entre otros, Tomás Maldonado. Autor del Diccionario de la Forma, obra reconocida a nivel internacional por sus aportes al estudio del color y la luz. Diseñador de emblemáticas piezas de diseño como las sillas K, Piola y W. La silla W, ícono del diseño argentino, fue creada con materiales de obra en la Casa del Puente proyecto de Amancio Williams; formó parte de proyectos de equipamiento para oficinas de Tomás Maldonado, del mobiliario para la Casa Curutchet de Le Corbusier y de las oficinas del planeamiento en la Feria de América, entre otros (Cirvini y Raffa, 2013) 4 El Querandí es un famoso bar café ubicado en calle Perú, enfrente de la manzana de Las Luces, donde funcionaba la Escuela de Arquitectura. 5

WILLIAMS, Amancio (1913- 1989). Destacado diseñador e investigador argentino del hábitat, tanto en la arquitectura en la ciudad como en el equipamiento en general. Tiene pocas obras realizadas, la más importante es la casa del Arroyo en Mar del Plata, pero varias han sido planteadas en otros países como Hong Kong y el aeropuerto de Osaka, Japón. Ha sido reconocido internacionalmente por su creatividad. 6

Jannello difundió junto a Boccara y Abdulio Giúdici, entre otros, un pensamiento de vanguardia asociado a la plástica, el diseño y la arquitectura racionalista, alimentando un clima cultural “moderno” creciente en Mendoza, que se completaba con obras de arquitectura, exposiciones de arte y la circulación de publicaciones especializadas. La actividad profesional como arquitecto lo vinculó con Enrico Tedeschi, Carlos Vallhonrat, Arístides Cottini y Ricardo Cuenya, con quienes construyó viviendas unifamiliares en Mendoza y San Juan. En 1953, Jannello fue convocado para formar parte del Comité ejecutivo de la Feria de América donde tuvo a su cargo el Departamento de Arquitectura y Planificación de la exposición, tarea para la cual contó con la colaboración de

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Esta referencia acerca del protagonismo de Colette en el estudio de Amancio Williams procede de la propia palabra de la arquitecta. Ningún trabajo sobre Amancio Williams o Janello menciona esta posición de la integrante femenina del equipo.

7 Colette y César tuvieron tres hijos, la mayor, Lucrecia, tuvo una discapacidad desde su nacimiento lo cual significó para ella una dedicación adicional en su rol materno, más aun si consideramos que el matrimonio se separa en 1957 y Jannello se va a Buenos Aires donde inicia una nueva vida de pareja. 8

La información acerca de las excursiones a Cacheuta en el jeep de Colette procede del testimonio del Dr. Vicente Armando (Mendoza, enero de 2015), quien nos dio una semblanza de la arquitecta a quien conoció porque Colette lo

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consultaba como geólogo para saber reconocer las mejores arcillas para sus trabajos en cerámica. 9

En 2005, el curador de diseño Wustavo Quiroga al frente del equipo de Fundación del Interior, encaran un proyecto de recuperación patrimonial del diseño mendocino. A partir de esa iniciativa surge la inquietud de recuperar la empresa Colbo. Desde 2007, Matías Jannello, hijo de Colette que había guardado celosamente el conocimiento de la labor de su madre, junto al diseñador industrial Martín Endrizzi, recuperan el knowhow de Colbo. La reapertura de la fábrica, se apoya en un plan de innovación -apoyada en nuevas tecnologías y dirigida por el diseño ya clásico de esta pionera diseñadora. La empresa ha tenido un desarrollo exitoso, numerosas exposiciones de sus productos así como la demanda creciente de la vajilla gourmet, toda una línea para restaurant sobre los diseños de Colette. Este producto obtuvo en 2011 del Sello de Buen Diseño otorgado por la Subsecretaría de Industria de la Nación. El proyecto cuenta con el asesoramiento de la Incubadora de Empresas de la UNCuyo y ha sido objeto de publicaciones y notas en los medios especializados más destacados del país. En 2012 Colbo recibió el Gran Premio de la categoría Diseño y Empresa, en la III Bienal Iberoamericana de Diseño.

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El crecimiento de la matrícula femenina en la Escuela había sido notable durante toda la década del 40. Fue durante los gobiernos justicialistas cuando las mujeres arquitectas comenzaron a conseguir un espacio, dentro de la administración pública. La primera egresada de la Escuela (en 1929), Filandia Pizzul ingresó en 1946 al Departamento de Arquitectura Hospitalaria del Ministerio de Obras Públicas, realizando importantes obras de arquitectura hospitalaria en el país. La segunda arquitecta graduada, María Luisa García Vouillos fue autora junto a René Nery del Balneario de Núñez en 1947 (Gutiérrez, 1993, 176 ).

la Escuela de Arquitectura, la actividad profesional liberal y la difusión de los temas arquitectónicos a través de la prensa común y especializada, además de la realización de Congresos, Exposiciones, etc. (Cirvini, 2004, pp. 341-342) 12

Pierre Bourdieu, desarrolla un esquema de categorías de análisis: campo, habitus y capital, los principales, que permiten estudiar las formas de prácticas culturales. Propone para ello un modelo, el espacio social multidimensional, que sirve para comprender la posición social de ciertos grupos, recreando la dinámica existente en ellos a través de las actitudes de sus agentes (Bourdieu, 1991) 13

TEDESCHI, Enrico (1910- 1978). Arquitecto italiano. Estudió en Milán y Roma y fue co- fundador de METRon. Desde 1948, ya en Argentina, desempeño un papel decisivo en la educación, la cultura y la investigación arquitectónicas. En 1960, creó la Facultad de Arquitectura de Mendoza, en la que unió enseñanza e investigación, culminando en la creación del IADIZA, para el estudio de las zonas áridas y la energía solar. Fue asesor de planificación en Mendoza y Córdoba. Sus pocas obras construidas tendieron a sentar principios de diseño. Su ideología arquitectónica- histórica, crítica, orgánica, expresada en libros, creó una escuela de pensamiento que todavía perdura. Alguna de sus obras principales: Plan director para la Ciudad Universitaria de Tucumán, la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza, siete casas en Tucumán, Hotel y casas en San Luis (Raffa & Cirvini, 2013).

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La consolidación disciplinar de la arquitectura en Argentina (1910 -1930), está caracterizada por la realización de concursos que favorecieron la consolidación del gremio, y estimulada por el auge económico que aumentó la construcción y permitió traer al país profesionales extranjeros y el desarrollo de una serie de industrias subsidiarias como la de importación de materiales, por ejemplo. Este momento en el campo disciplinar y la profesión tuvo un importante apoyo a través de la acción de la Sociedad Central de Arquitectos,

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S.CIRVINI, COLETTE BOCCARA. La trayectoria singular de una mujer “arquitecto”

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Pedro Ribes, de “dibujante-proyectista” a “empresario-constructor”. Mendoza (1932 – 1962) Pedro Ribes, from “draftsman - designer” to “entrepreneur constructor”. Mendoza (1932-1962)

Graciela Alicia Moretti Dirección de Patrimonio Cultural y Museos Mendoza. Universidad de Mendoza y Universidad de Congreso, Argentina Abstract

Resumen

This paper presents the career of Pedro Ribes, from its beginnings as a draftsman-designer of the Provincial Department of Architecture in the thirties, until its consolidation in the following decades as a creative building contractor. Ribes participated between 1932 and 1962 in the design and execution of works around Cuyo and Buenos Aires. He performed first at the state level and then in the private sector in the conception and execution of nearly a hundred of buildings, including specially cinemas, clubs, hotels, schools and houses. The sources for the reconstruction of his work were local daily newspaper archives, interviews with his family and, mainly, the consulting of his personal records. In this way, it was possible to organize and evaluate his production, observe the type of projects undertaken and finally highlight the themes and expressive diversity of his work. His imprint in buildings often was anonymous but remains in sketches, projects and constructions of his own. The work of Pedro Ribes contributed to the transformation of the building activity from Mendoza in the mid-twentieth century and therefore deserves to be recognized.

El presente trabajo aborda la trayectoria de Pedro Ribes, desde sus inicios como dibujante-proyectista de la Dirección Provincial de Arquitectura en los años treinta, hasta su consolidación en las décadas siguientes como un creativo empresario de la construcción. Ribes participó entre 1932 y 1962 en el diseño y realización de obras en todo Cuyo. Actuó primero en el ámbito estatal y posteriormente en el privado en la concepción y ejecución de casi un centenar de edificios entre los que se destacaron cines, clubes, hoteles, colegios y viviendas. Las fuentes consultadas para organizar un registro de su obra fueron hemerotecas de diarios locales, entrevistas con sus familiares y, fundamentalmente, la consulta de su archivo personal. De esta forma se pudo reconstruir y valorar su producción, observar el tipo de proyectos encarados y finalmente destacar la diversidad temática y expresiva. Su impronta en los edificios muchas veces fue anónima pero permanece en croquis, proyectos y construcciones de su autoría. La obra de Pedro Ribes contribuyó a la transformación edilicia de Mendoza a mediados del siglo XX y por ello merece ser reconocida.

Mendoza - draftsman - designer - constructor cinemas

Mendoza - dibujante - proyectista - constructorcines

Arquitecta. Coordinadora de investigación y posgrado UC, docente investigadora FAUD/UM. Delegada por Mendoza de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos Miembro de ICOMOS y TICCIH

Recibido 30 de marzo de 2015

Aceptado el 28 de mayo de 2015

G. MORETTI, Pedro Ribes, de “dibujante-proyectista” a “empresario-constructor”. Mendoza (1932 – 1962)

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1. Introducción Pedro Ribes nació en Mendoza el 11 de octubre de 1907. Fue el tercer hijo de los cuatro varones que tuvo el matrimonio de inmigrantes valencianos conformado por Francisco Ribes y Vicenta Ferrer. Siendo niño la familia emigró a España, para instalarse en la localidad de Benissa, un pequeño poblado de la provincia de Alicante. Pedro asistió, al igual que sus hermanos Sebastián, Francisco y Enrique,1 a uno de los colegios que los escolapios tuvieron a principios del siglo XX en Valencia. Allí Ribes recibió sus primeros conocimientos en el campo del arte.2 Posteriormente, y también en Valencia, cursó estudios de Arquitectura en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.3 Fue su formación en esta institución la que le permitió luego ejercer la profesión en Mendoza, cuando con su familia regresó a la Argentina.4 En 1932 se matriculó como constructor en el Consejo Profesional de Arquitectos e Ingenieros, y a mediados de esa década contrajo matrimonio con Josefina Mauri, perteneciente, al igual que él, a la colectividad valenciana en Mendoza.5 En ese mismo tiempo ingresó como dibujante en la Dirección de Arquitectura, organismo del gobierno de Mendoza que estuvo dirigido en forma sucesiva entre 1932 y 1943 por los arquitectos Manuel y Arturo Civit. Luego de esta etapa laboral en la que participó en proyectos de gran envergadura para la provincia, dejó su empleo en el estado para trabajar en la firma “Ribes, Indiveri y Cía.”, empresa familiar en la que participaban, entre otros, su padre y hermano. Durante la década del cuarenta desarrolló una incesante labor en todo Cuyo, especializándose en el diseño y construcción de cines y hoteles. Al cabo de unos años formó su propia compañía, denominada “Organización Pedro Ribes” con la que además logró insertarse con obras en el ámbito nacional. Un centenar de edificios llevan el sello invisible –la mayoría de las veces– del constructor mendocino. En algunas obras Ribes participó como dibujante proyectista, en

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otras como responsable de la construcción y en las restantes pudimos confirmar su doble rol, tanto en el diseño como en su ejecución. Aunque quizás los cines fueron los trabajos más reconocidos de este autor, sobresalen también en su trayectoria los proyectos de hoteles, clubes, comercios y colegios. Menos reconocidas, pero no por ello menos importantes, se destacan las viviendas realizadas. Para poder organizar el presente registro de su obra debimos examinar fuentes diversas que nos posibilitaron observar un universo complejo y de alcance regional para precisar los trabajos en los que actuó en sólo tres décadas. Se consultaron hemerotecas de diarios locales y se realizaron entrevistas con sus familiares para develar aspectos de su vida y de su obra. Se pudo también revisar su archivo personal para poder reconstruir y valorar su producción, observar el tipo de proyectos encarados, sus vínculos con otros profesionales y finalmente destacar la diversidad temática y expresiva de un hombre que se dedicó al campo de la construcción desde numerosas facetas. 2. Su rol como “dibujante-proyectista” en la Dirección de Arquitectura Durante la década del treinta su labor profesional se circunscribió casi en su totalidad al trabajo que desarrolló dentro de la Dirección de Arquitectura.6 Allí trabajó bajo las órdenes de los arquitectos Manuel y Arturo Civit, directores de la oficina desde 1932 y hasta 1943. Primero ocupó el cargo Manuel, siendo Arturo, subdirector. Posteriormente este último quedó a cargo de la Dirección. En la oficina trabajó junto a su hermano, Sebastián Ribes y a un equipo de dibujantes y técnicos entre los que se destacó Luciano Pagotto. En ese tiempo la oficina ocupaba el chalet pintoresco situado a pocos metros del ingreso al parque General San Martín.7 La participación de Ribes en los proyectos de los hermanos Civit se confirmó a través de su firma en los planos de varias de las obras encaradas. Ribes dibujó la documentación técnica para la realización de obras públicas de gran impacto y trascendencia provincial

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como fueron los conjuntos impulsados durante la gestión de los gobiernos conservadores.8 Dueño de una expresividad que aún llama la atención, denotaba un trazo libre muy relacionado con las corrientes románticas. Su estilo contrastaba con el carácter más técnico o racional que le imprimían a los planos sus otros compañeros de oficina. Quizás por ello los arquitectos Civit, sus jefes, le encomendaron la preparación de los planos de la mayoría de los proyectos que resolvieron dentro de los lenguajes pintorescos en todas sus variantes. Así encontramos la firma de Ribes en los planos del Hotel de Potrerillos,9 en las fachadas de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Mendoza y de la Municipalidad de San Martín. En la misma línea observamos su sello en la documentación del Arco de Desaguadero y en la Colonia de Menores en Agrelo. Junto con la firma del director, estaba la de Ribes, como responsable de las plantas, cortes, vistas y otros detalles propios de cada proyecto. Mientras él dibujaba las obras pintorescas, otros compañeros preparaban la documentación de las obras de arquitectura

racionalista. Observamos, por ejemplo, la firma de Luciano Pagotto en los planos del edificio de Playas Serranas o en los de las Casas Colectivas para obreros y empleados, actual Barrio Cano.10 Ribes y Pagotto eran para el año 1940 los dos únicos “dibujantes-proyectistas” que figuraban detrás del arquitecto Arturo Civit, director de la oficina (fig. 1) en ese tiempo y del sub-director, el arquitecto Luis Mario Brisighelli.11 Y si bien ambos tenían las mismas responsabilidades en cuanto a la elaboración de los proyectos, se aprecia en los planos preparados por cada uno, un carácter y estilo diametralmente opuestos que revelaban dos escuelas en cuanto a la representación: una relacionada al dibujo técnico, el estilo de Pagotto, y otra relacionada al dibujo artístico, el estilo de Ribes.12 El dibujo de Luciano Pagotto era sumamente racionalista y en sintonía con la expresividad de las obras cuyos planos debía preparar, como la documentación del Barrio Cano, 13 de Playas Serranas o de las escuelas Daniel

Fig.1. Pedro Ribes (segundo, de izquierda a derecha) junto a sus compañeros de la Dirección de Arquitectura, 1933 (Repositorio de la Familia Ribes)

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Videla Correas y Justo José de Urquiza; el dibujo de Ribes era minucioso y con innumerables detalles. Eran planos que “hablaban por sí solos”, como los definió su hijo Félix Ribes. En cada uno de ellos, y no sólo en los de esta época, incorporaba junto al dibujo y para mejor entendimiento, frases y textos aclaratorios. Estas leyendas reforzaban las características constructivas y los detalles de los materiales que luego debían interpretarse en las obras.

Ribes y su versatilidad como proyectista Durante la década del treinta Ribes realizó también algunos encargos privados, siendo el más destacado el edificio del Centro de Protección de Choferes en calle Patricias Mendocinas 1049 (fig. 2). La obra publicada en Giménez Puga (1940) se convirtió en la segunda de lenguaje racionalista realizada frente a la Plaza Independencia, después del edificio de renta de Elías Sánchez, diseñado por el arquitecto Pablo Widmer.14

Fig. 2. Proyecto para el Centro de Protección de Choferes. (Giménez Puga, 1940)

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La similitud que la obra de la mutual de choferes guarda con los edificios públicos que en ese tiempo se estaban proyectando desde la Dirección de Arquitectura, de la que Ribes formaba parte, es llamativa. Comparando la volumetría del Centro, inaugurado a fines de la década del treinta, con la de las tres comisarías en esquina de los departamentos de Rivadavia, Junín y General Alvear, instaladas en los años 40, (Moretti, 2013) se advierte la presencia de un elemento común que se repite en todas las obras: la caja vidriada de escaleras que oficia de rótula entre los volúmenes principales. Por esta obra, de neta expresión racionalista, Ribes demostró también su versatilidad como proyectista, cualidad que era compartida por los profesionales de su generación que como los Civit, podían adecuarse al gusto o interés del comitente a la hora de asignar uno u otro lenguaje al ropaje del edificio. Este rasgo fue llamativo, no sólo en la obra de sus jefes de la Dirección de Arquitectura, sino también en buena parte de la obra de Daniel Ramos Correas.15

Anteproyecto para la Caja de Jubilaciones y Pensiones y otras obras A través de la correspondencia entre los directores de arquitectura y otros funcionarios del gobierno provincial, observamos cómo en algunos casos los hermanos Civit debieron respetar las sugerencias de sus superiores o de sus pares al frente de otros organismos. Prueba de ello fue la misiva enviada en 1940 por Arturo Civit a Raúl Horacio García, gerente de la Caja de Pensión a la Vejez e Invalidez.16 En ella Civit reconoció haber cambiado la propuesta inicial en base a lo que el comitente deseaba, y acto seguido le envió un segundo anteproyecto con planos que llevan su firma, y también la de los dibujantes Julio Rossi, que realizó las plantas, y Pedro Ribes que dibujó las fachadas.17 En la carta, el director de arquitectura expresó: (…) se ha adoptado para la arquitectura el estilo Colonial Californiano debido al deseo expresado por S.E. el Sr. Gobernador de la Provincia, Dr. Rodolfo

Corominas Segura, y que ésta Dirección comparte ampliamente, dado que no encareciendo el costo de la edificación, brinda mayor belleza al edificio exterior e interiormente. Cumplo en significar al Sr. Gerente General que dada la arquitectura adoptada no será posible dejar preparado el edificio para construir más adelante varios pisos altos para renta, lo que aparte de encarecer inicialmente la obra haría muy dificultosa la ejecución de más pisos altos con posterioridad, pues al obligar al levantamiento total de los techos, originaría rehacer casi totalmente los revoques de fachada.18 Una situación análoga se observó con respecto del diseño del Arco de Desaguadero, donde se prepararon dos propuestas a partir del mismo programa arquitectónico. Una resuelta en lenguaje racionalista y otra en lenguaje californiano, que a la postre sería la elegida y que se transformó en postal representativa del ingreso a Mendoza.

Los planos del Gran Hotel de Potrerillos Quizás el proyecto más importante en el que participó Ribes como dibujante-proyectista fue el Hotel de Potrerillos. Especialmente porque se trató de la obra más trascendente de las que se planificaron a partir de la Ley 1216. Esta norma había sido sancionada en 1936 por el gobernador Guillermo Cano y su ministro Frank Romero Day, y expresaba en su artículo 4 que la Dirección de Turismo, estimularía (…) la construcción en la capital de la provincia y en las ciudades y villas departamentales, de hoteles modernos; de hoteles, hosterías y restaurants en los puntos que se crean de interés para el turista y de establecimientos termales y minerales donde existen fuentes de aguas medicinales.19 Si bien la ley alentaba a los futuros inversionistas y empresarios a que construyeran hoteles que luego tendrían una exención durante veinte años del pago de impuestos municipales o provinciales, el propio gobierno asumió

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la realización de los mismos. También de hosterías para fomentar el turismo en zonas menos desarrolladas pero con atractivos paisajísticos. Fue el caso de las ubicadas en el dique Cipolletti en Luján de Cuyo, en el Arco de Desaguadero en La Paz, en el Manzano Histórico en Tunuyán, en Calmuco, Malargüe y en Potrerillos, Luján de Cuyo. El Gran Hotel se inauguró el 25 de enero de 1942, luego de los dos años que demandó la obra realizada por la empresa constructora José Cartellone. El conjunto estaba ubicado en un paradisíaco valle cordillerano definido por la confluencia de los ríos Mendoza y Blanco, que recién en la década del treinta pudo ser accesible a través de una ruta. Hasta ese momento y desde 1891 el único modo de llegar había sido a través del ferrocarril Trasandino (Lacoste,

1998). El hotel fue proyectado en estilo misión o californiano como también se lo conoce. Por su entorno y sus vistas escenográficas hacia el valle muy pronto se convirtió en un sitio de descanso, en la “postal” que fue carta de presentación de la Mendoza turística que se quería impulsar. El proyecto fue elaborado con gran detalle por parte de Ribes. Contaba con 43 habitaciones, estar y comedor, salas de juegos, peluquería, cancha de tenis, pileta y mini golf. La decoración armonizaba con las líneas pintorescas del edificio y fueron desde su apertura un elemento sobresaliente de la obra (fig. 3). El mobiliario, incluyendo las inmensas arañas de hierro forjado y madera, había sido diseñado por la empresa Only fundada en 1939 por el inmigrante húngaro Iván Bacsinszky. 20 La misma firma también se

Fig. 3. Hotel de Potrerillos. Detalles de planos y firma. 1939 (Archivo Dirección de Arquitectura)

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encargó del equipamiento de las hosterías mencionadas, como consta en un aviso publicado en la década del cuarenta.21 Luego de la revolución militar del 4 de junio de 1943, que produjo la caída del gobierno nacional y de Adolfo Vicchi, en la provincia, Ribes dejó su cargo en la Dirección de Arquitectura para dedicarse a la actividad privada. El momento coincidió además con una etapa de gran actividad constructiva, especialmente a partir de las obras que habían comenzado a desarrollarse debido al fomento del turismo y al auge del cine en todo el mundo. De esta forma concluyó su paso laboral por el estado provincial, habiendo formado parte de uno de los equipos de proyecto más destacados del estado mendocino. La vasta obra pública por ellos desarrollada hasta la fecha sorprende por la cantidad, pero sobre todo por la calidad y diversidad. Su compañero Luciano Pagotto

continuó su carrera dentro de la oficina de la dirección, aunque también realizó obras particulares. Una de las más sobresalientes fue el chalet que diseñó en Lunlunta para el ingeniero Frank Romero Day. Proyectó también un conjunto de viviendas gemelas en Godoy Cruz, y la casa patronal “moderna” de la bodega Varaschín en Maipú (Moretti et al, 2014). Curiosamente, Pedro Ribes diseñó y construyó cuatro viviendas para Macedonio Varaschín, el dueño de ese establecimiento. Todas ellas fueron resueltas en lenguaje pintoresco y se ubicaron en la ciudad de Mendoza.22 3. Ribes, Indiveri y Cía., una empresa dedicada a la reliazación de cines y hoteles. Con la inauguración del Cine Teatro Gran Rex, el 8 de agosto de 1943, Pedro Ribes

Fig. 4. Mural en Cine Gran Sur, San Rafael, 1944. (Reservorio de la Familia Ribes).

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inició su larga relación vinculada a la creación de cines. Había participado previamente en el diseño de pequeñas salas, y colaboró en el proyecto del cine para la Colonia Hogar de Agrelo. Pero sería su trabajo en el Rex, una sala para 2200 espectadores, el que se convertiría en su carta de presentación para los futuros encargos. En el cine de calle Buenos Aires no sólo fue el responsable del proyecto,23 sino también de la decoración del Grill Bar Room y del mobiliario, como se indica en los planos de detalle que elaboró. En el hall realizó además los murales en relieve de las escaleras que llevaban al primer piso, elementos que identificaron desde el comienzo a la obra y que fueron presentados como panneaux (mural de pared) el día de su inauguración.24 A partir de estos trabajos, y hasta fines de la década del cuarenta, Pedro Ribes participó como proyectista y constructor de la empresa familiar “Ribes, Indiveri y Cía.” Los directivos de la firma, y quienes por lo general suscribían los contratos con los comitentes eran Sebastián Ribes y Lucas Indiveri. Los conjuntos destacados de este período de su vida profesional estuvieron ligados fundamentalmente a la realización de una veintena de cines en todo Cuyo, sobresaliendo el mencionado Rex, el cine Cóndor, el Mendoza, el Gran Oeste, el Gran Capitán y el Fantasio, todos en la ciudad de Mendoza. También el Plaza y el Sportman en Godoy Cruz, el Mayo en San Martín, y el Gran Sur y Andrés en San Rafael. En varias obras de esta etapa trabajó en sociedad con al arquitecto Ernesto Schiffrin, quien en la mayoría de los casos firmaba los planos municipales como proyectista o como constructor. 25 Si bien Ribes tenía su estudio en la casa familiar, obra también de su autoría, de la calle Zuloaga 798, oficialmente el domicilio legal figuraba en la casa de su socio y vecino, en calle Alem 386. Enfrente, en Alem 355, estaba la sede de Ribes, Indiveri y Cía. 26 Ribes se especializó en la arquitectura para cines, construyendo diez salas entre 1944 y 1949 y proyectando otras tantas en la ciudad de Mendoza, en los departamentos de San

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Martín, Rivadavia y San Rafael, e inclusive en la provincia de San Luis. Trabajó para varios de los empresarios más destacados del rubro como fueron los hermanos Antún, los hermanos Andrés y la familia Estornell, de San Juan, que tenía emprendimientos en todo Cuyo. La segunda gran inauguración de un cine que lleva su firma fue el 14 de junio de 1944, al abrirse el Cine Gran Sur en la ciudad de San Rafael. 27 No sólo proyectó el cine sino también realizó los murales de las escalinatas con la misma técnica que había utilizado el año anterior en el Rex (fig. 4). Luego del gran incendio que sufrió el Gran Sur en 1947, Ribes condujo las obras de recuperación para que el cine se reabriera al año siguiente. 28

Cambios políticos e inauguraciones: las aperturas del Teatro Cóndor y del Cine Plaza El año 1946 marca el inicio del primer gobierno de Juan Domingo Perón y con él un período de gestiones justicialistas en Mendoza, con la gobernación de Faustino Picallo.29 A partir de mediados de ese mismo año, y a pocos días de la asunción de las nuevas autoridades nacionales y provinciales, tuvo lugar la inauguración de dos de las salas más importantes de las realizadas por Ribes. En junio se abrió el Teatro Cóndor y en octubre el Plaza. Previamente había proyectado otros cuatro cines en Mendoza. Dos de los cines realizados previo al Cóndor correspondían al tipo de “cines barriales”, una modalidad que comenzó a prosperar en los nuevos barrios residenciales que se estaban consolidando fuera del centro de la ciudad. Fue el caso del Cine Gran Oeste en la 5° Sección y del Cine Gran Capitán, en la Villa Talleres, localizada en los alrededores del predio de los talleres del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico. Curiosamente este cine se inauguró el mismo día en que se había previsto la apertura del teatro Cóndor y que luego se trasladó por problemas técnicos. 30 El Teatro Cóndor tenía un programa arquitectónico ambicioso, ya que a la sala de

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cine para 1800 espectadores, se le sumaba un edificio de renta con departamentos. Conciliar este complejo programa que deseaba la Empresa Cuyo (Cines y Teatros), le demandó a Ribes una inmensa tarea. Primero, porque debía interpretar la documentación que le enviaba desde Buenos Aires el arquitecto

belga Alberto Bourdon.31 Y segundo, porque tuvo que resolver la totalidad de los detalles de cada sector del edificio, especialmente la fachada con su remate art decó. Precisamente en este bloque del frente por calle Lavalle se ubicaron los departamentos para renta. Como contratista de la obra, Ribes debió realizar

Fig. 5. Teatro Cóndor. Acuarela dedicada a los empresarios, 1946. (Reservorio de la Familia Ribes)

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además la decoración de los muros laterales de la sala de exhibición, con una escenografía que simulaba el perfil de una pequeña aldea, con balcones, ventanas, escaleras y cúpulas. También el cielo estrellado que se iluminaba en el techo previo a cada función. Todos estos recursos ya habían sido usados por Bourdon en el Opera, y aquí los repitió con gran éxito, al punto que se convertirían en uno de los atractivos de la sala.32 Ribes documentó especialmente la obra y además realizó los croquis que se usaron para la publicidad de su pronta apertura. Su inauguración fue sucesivamente pospuesta. Los diarios de la época fueron anunciando los cambios de las fechas previstas, pero a la vez iban generando una enorme expectativa en la sociedad. Luego de varias prórrogas, la empresa anunció que debido a “inconvenientes insuperables de orden técnico obligan a un último aplazamiento de la inauguración del Teatro Cóndor. Establécese como fecha definitiva e improrrogable, el jueves 13 de junio a las 21 horas”.33 La puesta en marcha del Cóndor constituyó un acontecimiento no sólo cultural sino también político. La inauguración que nuevamente tuvo otra postergación, finalmente se realizó el sábado 15 de junio de 1946. Asistieron desde el gobernador Faustino Picallo y sus ministros, hasta el intendente municipal Jorge Segura y la reina de la vendimia del ´46 Josefina Di Pietro. Los invitados especiales, una comitiva de más de treinta personas, habían llegado en tren desde Buenos Aires el día previo para participar de todos los actos previstos para la ocasión, incluido un “banquete” en el Plaza Hotel, a las 13 horas del día sábado. Del grupo descolló la presencia de Kurt Lowe, productor de “Sucesos de las Américas”, William Sullivan, director general en Argentina de la Fox; José Lautaret y Pablo Cavallo, propietarios del Grand Rex, en Capital Federal, y del arquitecto Alberto Bourdon presentado como el “que proyectó todos los planos de la moderna sala a inaugurarse”. 34 Al día siguiente los medios reflejaron lo sucedido, especialmente el discurso de uno de los propietarios de la

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sala, el doctor Pablo A. Casas, que se refirió al “espíritu de cooperación, al progreso edilicio que animaba a la empresa a construir el monumental edificio”.35 La monumentalidad del cine fue precisamente lo que plasmó Pedro Ribes en una expresiva acuarela (fig. 5) que dedicó a los empresarios que habían confiado en él para la materialización de la obra. La leyenda decía: “A mis amigos Casas, Estornell y Cía. La impresión de un edificio está en la armonía de sus cuerpos y la proporción de las alturas, y no en el firulete”. Esta frase en donde Ribes hizo hincapié en los aspectos morfológicos y no en los estilísticos podría haber ocultado una crítica velada hacia las escenografías hollywoodenses de Bourdon en el interior del cine. Muy pocos meses después de la apertura del Cóndor se inauguró otra sala realizada por Ribes, Indiveri y Cía. Se trató del Cine Plaza, de la empresa Félix Andrés y Cía. frente a la plaza departamental de Godoy Cruz. Como era costumbre en ese tiempo, la función inaugural se realizó a beneficio de instituciones del departamento, como el Hospital El Carmen y la Escuela Nacional 33 de Villa Marini, entre otros.36 El Plaza es el único cine de los que Ribes proyectó que posee una declaratoria como patrimonio provincial. Gracias a la gestión del Municipio que lo transformó en un Centro Cultural, y prevé su compra, o expropiación en el corto plazo, el edificio de dos niveles y fachada art decó ha logrado conservarse. Con una capacidad de 1000 localidades, el Cine Teatro Plaza es en la actualidad la segunda sala de la provincia en su tipo.37

Ribes y su proyecto para el Gran Teatro Mendoza A fines de la década del cuarenta Pedro Ribes realizó un proyecto diferente. Se trató del Gran Teatro Mendoza, sala que contribuyó a consolidar un sector estratégico de la ciudad, como fue aquel comprendido entre las calles San Martín, Lavalle, San Juan y Buenos Aires, más conocido como la “zona de los cines”.

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Si bien Ribes no dejó su rúbrica en los planos de obra,38 en el aviso del día de apertura, realizada el 7 de julio de 1949, su nombre aparece como proyectista constatándose de esta forma su autoría.39 Para elaborar el proyecto, Ribes debió interpretar lo que sus dueños deseaban. El matrimonio de Alfredo Pose y Natividad Fernández querían un teatro “a la española” que se pareciera a los de su patria.40 Finalmente, la obra diseñada por Ribes y realizada por la empresa de Lucas Sarcinella e hijos fue presentada como “un edificio construido con concepto arquitectónico perfectamente moderno” donde debido a su “estilo francés” tenía “particular belleza de líneas y ambientes”.41 Lo curioso del caso es que el teatro, primero pensado con reminiscencia española y luego presentado como francés por la prensa, en la

realidad corresponde a un diseño “con caja a la italiana”, como se denomina al tipo de planteo elegido. Este esquema, que es el rasgo característico que identifica al Mendoza, hasta ese momento ese sólo había sido utilizado en el Teatro Independencia, inaugurado en 1925.42 En el diseño del Teatro Mendoza se observa la fusión de conceptos clásicos en cuanto a proporciones y escala monumental de la fachada. Asimismo, se identifican elementos del repertorio art decó, estilo que se asociaba a la arquitectura de cines y teatros de su época. Sobresalían, por ejemplo, los tres vitrales con divisiones romboidales que permitían una claridad en el foyer y los plafonds, uno en la marquesina del ingreso y otro en el cielorraso de la sala. Por sus adelantos técnicos fue también considerado como un “teatro moderno” porque incorporó innovaciones,

Fi g . 6. Construcción de la Bolsa de Comercio, c. 1947. (Reservorio de la Familia Ribes)

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tanto en lo referente a la mecanización como a la infraestructura especial para este tipo de edificios. La administración y programación de la sala estuvo a cargo de Francisco López, un empresario que había gerenciado el Teatro Municipal entre 1937 y 1948, año de su demolición.43

Arquitectura hotelera y otros edificios en altura La arquitectura hotelera fue para Ribes un gran desafío profesional, especialmente porque luego de realizar en Mendoza una serie de importantes obras, entre las que se destacaron el hotel San Martín, el Cervantes y la remodelación del de Cacheuta, fue contratado por la Confederación General de Empleados de Comercio para refuncionalizar edificios en la ciudad de Buenos Aires, en Mar del Plata y en San Luis. Realizó las obras de Mendoza trabajando junto al arquitecto Schiffrin, tal como atestiguan los anuncios de las respectivas inauguraciones. Formaban parte del conjunto de alojamientos urbanos que el estado provincial había impulsado construir en la ciudad, sólo que habían demorado algunos años más de los

previstos por la ley de turismo: en 1945 se abrió el Hotel San Martín y al año siguiente el Cervantes. Ambos estaban apuntados a un público familiar o de negocios.44 El tercero fue la remodelación del conjunto situado en las Termas de Cacheuta, donde la tarea fue realizar la rehabilitación de las instalaciones que se habían dañado con el aluvión de 1934.45 La empresa Schaffhausen, con sede en Buenos Aires, gerenciaba este hotel termal destinado al descanso y recuperación gracias a las propiedades curativas de sus aguas. Administraba también el ya mencionado San Martín. En ambos emprendimientos participó con el mobiliario y decoración Only, la firma con quien Ribes ya se había relacionado cuando el proyecto del Hotel de Potrerillos.46 El año 1948 marcó un nuevo hito en su carrera con la inauguración del edificio para la Bolsa de Comercio de Mendoza (fig. 6). El diseño había sido realizado por concurso por el arquitecto Armando Aubone Videla, pero la obra estuvo a cargo de Ribes, Indiveri y Cía. Para este tiempo, Ribes comenzaría a pensar en formar su propia compañía.

Fig. 7. El constructor y su equipo realizando la maqueta del Hotel El Volcán, en San Luis

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4. Los proyectos de la Organización Pedro Ribes, construcciones

Desde allí dirigió los trabajos de reformas de los hoteles y edificios de la CGEC.

En su última etapa profesional encontramos a Ribes al frente de su propia compañía. La idea comenzó a rondar en su cabeza a fines de los cuarenta cuando la Confederación General de Empleados de Comercio (CGEC) lo convocó para realizar una serie de reformas en algunas de sus propiedades.47 Participó en obras de relevancia nacional y por esta circunstancia debió pasar largas estancias fuera de Mendoza.

Durante el primer gobierno de Perón los gremios comenzaron a impulsar el turismo de sus asociados y por ello los sindicatos ocuparon progresivamente el rol de empresarios hoteleros, fomentando lugares de descanso y esparcimiento en zonas de playa, serranas y cordilleranas. Entre 1947 y 1948 la CGEC compró cuatro hoteles en sitios vacacionales estratégicos: dos en Mar del Plata, uno en las sierras de San Luis, y el restante en el valle de Uspallata en Mendoza.48 Todas estas obras fueron impulsadas por el Ministro del Interior Angel Gabriel Borlenghi que había sido Secretario General de la Confederación entre 1932 y 1946.49

Fue en esa época cuando fundó la empresa “Pedro Ribes construcciones”, luego rebautizada como “Organización Pedro Ribes”. La empresa contaba con dos oficinas, la sede central en Mendoza en Adolfo Calle 440, Guaymallén y un escritorio en Capital Federal, situado en Charcas 2990 del Barrio Norte, a dos cuadras de la avenida Santa Fe.

Ribes se transformó en el coordinador técnico de las tareas, teniendo a su cargo la adaptación de los hoteles de la costa

Fig. 8. Proyecto vivienda industrializada. Acuarela. (Repositorio de la Familia Ribes)

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marplatense: el Gran Hotel Riviera frente a la Plaza Colón y a metros de la playa Bristol, y el Hurlingham, luego llamado Eva Perón, en la playa de los ingleses.50 Otra gran obra realizada fue la remodelación del Hotel El Volcán (fig. 7) situado en la villa veraniega homónima. El conjunto había sido construido en la década del treinta por el gobierno de San Luis para promover el circuito turístico serrano.51 Ribes preparó toda la documentación técnica, e inclusive realizó una maqueta del conjunto en su propio taller. Además de los hoteles gremiales participó en la refuncionalización de la tienda “A la ciudad de México”, edificio que había sido expropiado para convertirse en los “Grandes Almacenes Justicialistas” también conocidos como Gran Just. En este lugar muchas veces Ribes pasó sus noches durante sus viajes a la Capital Federal. La tienda era un edificio académico de principios del XX ubicado en Florida y Sarmiento.52

Nuevas obras en Mendoza y San Juan En 1954 Ribes participó activamente en la construcción de varios de los pabellones de la Feria de América, exposición dirigida por su antiguo amigo, Iván Bacsinszky, propietario de la fábrica Only.53 Si bien no se han encontrado registros gráficos o croquis de los stands, habría realizado los espacios donde estuvieron las bodegas Gargantini y Tittarelli.54 Precisamente, a estos clientes Ribes les estaba proyectando importantes obras en la ciudad de Mendoza. entre estos, el edificio Gargantini en la avenida San Martín y el edificio Tittarelli en calle Primitivo de la Reta.55 La revolución del 55 truncó no sólo los proyectos que desarrollaba para la CGEC56 sino también dejó sin efecto una distinción que el gobierno nacional le haría a Ribes. El ministro Borlenghi había gestionado para que la Universidad Nacional de Buenos Aires le otorgase el doctorado honoris causa, por su trayectoria en el campo de la arquitectura y la construcción.57

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De regreso a Mendoza, se dedicó principalmente al proyecto de edificios comerciales y residenciales. Dentro de la Organización, Ribes desarrolló dos sistemas constructivos semi-industrializados para viviendas (fig. 8). Un sistema lo hizo a partir de la utilización de encofrados desmontables, como en la propiedad de Zuloaga 889, y el otro, realizado con moldes desmontables, como en la casa Rosell, en Yrigoyen esquina Comandante Fossa, en el Barrio Bombal. También con este sistema diseñó una serie de casas para un barrio en Comodoro Rivadavia. Desde la Organización Ribes ofrecía proyectos de los que ahora llamaríamos “llave en mano”. En el taller contaba con su propia herrería y carpintería. Y para abastecerse de materiales tenía además una fábrica de mosaicos. Entre los locales comerciales que realizó con este sistema se destacaron la Casa de las Sedas, sucursal San Martín y el supermercado Avenida en San Rafael.58 También la Galería La Favorita en San Juan.

Edificios institucionales: clubes sociales, colegios y capillas Una buena parte de su producción está vinculada a la construcción de edificios institucionales. Participó, por ejemplo, en la remodelación y realización de obras para las asociaciones españolas en Mendoza y San Juan. Entre ellas mencionamos la reconstrucción de la Casa España, sede social, cultural y deportiva y el Club Sirio Libanes en la ciudad de San Juan luego del terremoto de 1944. En ambas obras debió desarrollar una profusa documentación técnica, donde no faltaron los clásicos detalles de fachadas resueltas con reminiscencias hispanoamericanas o moriscas.59 Quizás el trabajo más destacado en esta tipología fue la ampliación del Club Español en Mendoza. Allí Ribes propuso el nuevo bloque por calle España y desarrolló el diseño del jardín español en la contrafachada. 60 Lamentablemente el edificio de España 948 fue demolido en el año 2006.

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Parte de su trabajo se vinculó al diseño de obras de arquitectura religiosa y educacional. En San Rafael proyectó una pequeña iglesia parroquial para el pueblo ferroviario de Monte Comán. En Godoy Cruz construyó el Colegio de los Frailes Menores Capuchinos, más conocido como Colegio Nuestra Señora de Pompeya. En la ciudad de Mendoza realizó trabajos de ampliación y remodelación en la Parroquia Corazón de María y también en el Colegio San Buenaventura de la orden franciscana.61 Finalmente, en 1960 participó con su empresa “Pedro Ribes construcciones” en la realización de la capilla del “Divino Maestro” del Liceo Militar. El proyecto impulsado por el padre Héctor Gimeno, capellán de la iglesia, había sido realizado por el arquitecto Juan Carlos Rogé y consistía en la remodelación de una barraca del conjunto.62 A principios de 1962 Ribes estaba organizando un viaje a España para reencontrarse con familiares y amigos. Tenía previsto participar en las fallas valencianas o Fiesta de San José, celebración tradicional iniciada en el siglo XVIII por el gremio de los carpinteros cuyo patrono es el mencionado santo. La fiesta que se realiza en marzo de cada año, consiste en construir un monumento o catafalco en las esquinas de la ciudad, para luego prenderle fuego en la noche del 19. Ribes se sentía muy identificado con toda la tradición valenciana y sobre todo con los artistas falleros.63 Ribes debió suspender el viaje programado debido a una operación de la que no logró recuperarse. Falleció el 14 de abril de 1962 a los 54 años. Al día siguiente de su muerte, el diario Los Andes destacó sus cualidades: Fue constructor con sentido realista, de imaginación creadora. Quienes lo conocieron y trataron supieron de sus inquietudes artísticas y más de una vez fue menester recurrir a su experiencia para recoger el consejo oportuno acerca de proyectos de difícil resolución. Sus especulaciones sobre el papel eran constantes pues experimentaba esa

atracción irresistible que ejercen las líneas, los cálculos y las perspectivas. Formó una empresa constructora conocida en nuestra provincia por sus múltiples realizaciones. Varias salas cinematográficas de nuestra ciudad y de San Rafael, así como edificios pertenecientes a entidades privadas y asociaciones culturales fueron realizadas por la firma que presidía. Tenía la singular capacidad para alcanzar soluciones prácticas en materia de construcción y su innata imaginación levantaba en trozos de papel edificios de proyecciones. El señor Ribes deja en el círculo de sus familiares y amigos un sentido recuerdo.64 5. A modo de síntesis En los distintos roles que ocupó a lo largo de su profesión, primero como parte del equipo técnico de una oficina estatal, y posteriormente en el ámbito privado y vinculado con empresas constructoras, Pedro Ribes tuvo una presencia destacada en cada proyecto en el que participó. La experiencia acumulada en los años que pasó en la Dirección de Arquitectura elaborando diseños vinculado a emprendimientos turísticos y culturales como fueron los proyectos de hoteles, hosterías y colegios, le permitió en las décadas siguientes sobresalir en la creación de cines en todo Mendoza, San Juan y San Luis. También en la realización de hoteles, clubes sociales y viviendas particulares. De las 99 obras identificadas hasta el momento hemos podido determinar las siguientes características sobre su producción. En cuanto a los temas abordados, detectamos que si bien el mayor porcentaje de los trabajos de Ribes correspondieron a la arquitectura residencial (29%), fueron los proyectos vinculados con la realización de cines (21%), edificios (18% y hoteles (13%) los que sobresalieron entre sus creaciones. Advertimos que también había realizado edificios educativos y religiosos (12%), clubes sociales (3%) e incluso edificios para la salud (3%). Finalmente comprobamos otros encargos variados como una estación de servicio YPF en San Rafael y obras de

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arquitectura efímera, entre ellas: stands, carros y escenarios vendimiales.

cinematográficas, tanto en las ciudades como en los barrios.

Con respecto a la localización geográfica de sus trabajos, el 88% fueron realizados en su provincia natal, quedando el 12% restante distribuidos entre San Juan, Buenos Aires, San Luis y Chubut. Si analizamos sólo sus obras mendocinas observamos que más de la mitad de su obra se localizó en la ciudad de Mendoza, identificándose en el resto de la provincia, trabajos en Godoy Cruz, San Rafael y San Martín, principalmente.

Ribes fue un artista integral, dibujó con gran detalle cada plano de plantas y fachadas de sus obras. No podríamos decir que eran planos técnicos en el sentido literal de la palabra, porque se trataban de piezas arquitectónicas de valor artístico. Estaban compuestos en forma equilibrada, con un sentido de la estética, donde no faltaron las referencias a los materiales y medidas. Muchas veces su impronta en las obras fue anónima, pero su sello permanece en los croquis, planos y edificios de su autoría. Los trabajos de Pedro Ribes contribuyeron a la transformación edilicia de Mendoza a mediados del siglo XX. Por ello consideramos que merece ser reconocida la obra de este polifacético hombre que proyectando y construyendo dedicó la mayor parte de su vida al arte de edificar.

En relación al rango temporal, observamos que el 12% de sus trabajos fueron elaborados en la década del treinta, aunque seguramente participó en más proyectos de los hasta ahora confirmados, durante su paso por la Dirección de Arquitectura. En la década del cuarenta produjo el 25% de sus obras y durante las décadas del cincuenta y sesenta desarrolló el 18% de trabajos.65 6. Conclusión A más de medio siglo de su muerte y como parte de una investigación mayor sobre los técnicos y constructores que aportaron a la cultura urbana y arquitectónica de Mendoza entre 1930 y 1970, nos propusimos elaborar un registro minucioso de aquellos trabajos que habían sido impulsados por hacedores que como Ribes fueron artífices de innumerables obras que conforman hoy nuestro acervo cultural. Todos los proyectos en los que participó, sobre todo aquellos destinados a la arquitectura para cines y hoteles, dan testimonio de la complejidad programática, de la variedad estilística y de la calidad tecnológica de los edificios. En el caso de los hoteles, fueran promovidos desde el estado provincial u originados desde el ámbito privado o gremial, tuvieron el mismo objetivo: revertir el déficit de conjuntos hoteleros y de espacios para el ocio. Este período comprendido entre las décadas del treinta y cuarenta, llamada la “época de oro”, coincidió con el auge del cine sonoro, impulsando la creación de salas

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Notas Enrique, el menor de los hermanos Ribes, fue el primer falangista caído en América durante la Guerra Civil Española. Murió en Rodeo de la Cruz a causa de un enfrentamiento entre franquistas y republicanos. En Mendoza, los españoles inmigrantes o sus descendientes habían tomado partido por alguno de los bandos. Por ejemplo simpatizaban con los franquistas las familias Diez, Escorihuela Gascón y los nucleados en el Hospital Español. En cambio, estaban con los republicanos los miembros de la Sociedad Española de Socorros Mutuos. En el Cementerio de la Capital, está el mausoleo donado por el gobierno español en homenaje a Enrique Ribes. Pedro fue el encargado del diseño y construcción. El artista Mario Vicente realizó la puerta de ingreso. (Entrevista a Félix Ribes. Mendoza, enero de 2015). 1

2

No se ha podido confirmar a cuál de los seis colegios pertenecientes a la Orden de Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, asistieron los hermanos Ribes en Valencia. La orden, fundada en el siglo XVII por el español José de Calasanz (1557-1648), estaba abocada a la educación de niños y jóvenes. 3

Así lo consignó Ribes en su hoja de antecedentes laborales y personales elaborada para presentar a un cliente. (Referencias, 10/11/1959, Repositorio de la familia Ribes)

4 La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia fue creada por Real Despacho del Rey Carlos III, el 14 de febrero de 1768. Allí se impartían estudios de pintura, escultura, arquitectura, grabado y dibujo de flores y ornatos asociado a la industria de la seda. Se consultó el sitio de la institución http://www.realacademiasancarlos. com/index.php?action=Historia 5 Josefina había sobrevivido junto a sus padres Félix y Teresa Mauri al naufragio del barco italiano Principessa Mafalda en las costas del Brasil cuando regresaban de Italia. El barco se llamaba así en honor a Mafalda di Savoia, hija del red de Italia Víctor Manuel III, y hermana de Umberto II. La tragedia sucedió el 25 de octubre de 1927. Murieron 481 personas de los 1259 pasajeros que tenía a bordo. A su regreso a Mendoza Josefina se reencontró con Pedro Ribes y luego se casaron. De esa unión nacieron dos hijos: Félix y Francisco. (Entrevista a Félix Ribes. Op. Cit.) 6 La Dirección de Arquitectura inicialmente se denominó Sección Arquitectura. Era una repartición de la Dirección General de Obras

Públicas, perteneciente al Ministerio de Industrias y Obras Públicas, que apareció por primera vez en 1908 dentro del organigrama de gobierno durante la gestión de Emilio Civit. En 1936 y estando ya Ribes trabajando en la oficina se elevó el rango a Dirección, mediante la ley de presupuesto 1193. (Giamportone, 1998) 7 El edificio de la Dirección situado al sur de los portones del parque se había inaugurado en 1924. Si bien se había pensado inicialmente durante la gestión de Carlos W. Lencinas como sede del Instituto Pasteur, para el año 1927 y durante el gobierno de Alejandro Orfila (1926-1928) ya estaba instalado en el lugar el Museo Provincial de Bellas Artes. 8 La Dirección de Arquitectura, bajo la conducción de los hermanos Civit, desarrolló proyectos para cuatro gobernadores de Mendoza: Ricardo Videla (1932–1935), Guillermo Cano (1935-1938), Rodolfo Corominas Segura (1938-1941) y Adolfo Vicchi (1941-1943). Manuel fue director de 1932 a 1938 mientras que Arturo lo fue entre 1939 y 1943 (Raffa, 2010). 9 El plano de proyecto indica como director a Arturo Civit y como el responsable de la preparación del plano a Pedro Ribes. (Plano Hotel de Potrerillos. Archivo Dirección de Arquitectura). Para ese tiempo, Manuel Civit ya no formaba parte del organismo público y se había volcado de lleno a la actividad privada, compartiendo con su hermano el escritorio ubicado en calle Catamarca 20 de la ciudad de Mendoza (Giménez Puga, 1940). 10

El plano de proyecto indica como director a Manuel Civit, como sub-director a Arturo y como el responsable de la preparación del plano a Luciano Pagotto. (Plano Playas Serranas. Archivo Dirección de Arquitectura) 11 El staff de la Dirección de Arquitectura bajo la dirección de Arturo Civit, y del arquitecto Luis Mario Brisighelli como sub-director, se completaba con los siguientes empleados: José María Peña López (Secretario e inspector de Obras); Margarita Siri y Alida Herrera (auxiliares); Sebastián Ribes (jefe de mesa de entradas), Nilo Doiz (auxiliar), Alejandro Lamí Aguirre (ayudante de la sección calculistas). Pedro Ribes y Luciano Pagotto, Dibujantes Proyectistas. Walter Franke, Espartaco Catino, Pedro Valentini, Julio R. Rossi y Carlos Varas Gazzari (dibujantes). Además figuraban el arquitecto Raúl Odoriz y Osvaldo Godoy, como adscriptos, y finalmente como copistas: Humberto Rosales (jefe) y Humberto Alcalde (ayudante) (Giménez Puga, 1940).

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El arquitecto Miguel Guisasola, quien ingresó a la Dirección de Arquitectura en la década del sesenta y llegó a dirigirla en la década del noventa, sostiene que los dibujantes Ribes y Pagotto desarrollaron casi como propios los proyectos. Considera que en estos personajes y en sus estilos contrapuestos estaba la clave de los proyectos pintorescos y racionalistas que los hermanos Civit realizaron durante su labor como directores de arquitectura. Arriesga que gran parte del éxito de aquellas propuestas se debieron a la dedicación que brindaron a los proyectos asignados por sus jefes (Entrevista a Miguel Guisasola. Mendoza, febrero de 2015). 13 Pagotto había sido dibujante en el estudio del arquitecto Daniel Ramos Correas y al ingresar a la Dirección de Arquitectura a cargo de los Civit, quedó en medio de una disputa que duraría décadas, entre esos profesionales, a los que admiraba por igual. Ramos Correas era el director de Parques y Paseos y su oficina se ubicaba en el antiguo edificio de la estación del parque, (actual Dirección de Parques y Zoológico) y estaba frente a la Dirección de Arquitectura. (Entrevista a Luciano Pagotto (h), Mendoza, febrero de 2015). 14

La obra fue construida por Augusto Brugiavini en 1938 (La Quincena Social, 464-465, noviembre 30 y diciembre 15, 1938: s/p)

15 Sobre el uso alternativo de los lenguajes neocolonial o racionalista en la obra de los hermanos Civit, pueden consultarse los trabajos de investigadores que han reflexionado acerca del por qué los arquitectos optaron por uno u otro estilo para sus obras durante los años en que tuvieron a su cargo la Dirección de Arquitectura. (Cirvini, 2004; Raffa, 2010; Cremaschi, 2012 y 2014). 16

Ley 1336 para la construcción del edificio. Gobierno de Mendoza. 17

Segundo Anteproyecto de Edificios para la Caja de Jubilaciones y Pensiones Civiles y Caja de pensión a la Vejez e Invalidez. Archivo de la Sub-Dirección de Arquitectura dependiente de la Subsecretaría de Obras Públicas. Gobierno de Mendoza. 18 Carta de Arturo Civit al gerente de la Caja de Pensión a la Vejez e Invalidez, don Raúl Horacio García. 26/08/1940. (Expediente para la declaratoria del Edificio como Patrimonio Cultural, Archivo: Dirección de Patrimonio Cultural, Gobierno de Mendoza). 19 Mensaje del P.E. a la H. Legislatura,15 de Mayo de 1936. Ley de Turismo 1216. 1936. pp. 26-27.

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20

Sobre la trayectoria de Iván Bacsinszky véase Quiroga (2012). 21

Los Andes, 22 de noviembre de 1945, p. 10.

22

Las casas que Ribes construyó para Macedonio Varaschín, probablemente para sus hijos, estaban ubicadas en Colón esquina 25 de Mayo (Vivienda N°1), Tiburcio Benegas esquina Rufino Ortega (Vivienda N° 2), Rodríguez (Vivienda N° 3) y Martínez de Rosas (Vivienda N° 4). (Carpeta Macedonio Varaschín. Reservorio de la Familia Ribes) 23 Los datos de los autores y responsables de la obra constan tanto en la placa grabada en el mármol de la fachada como así también en la publicidad del día inaugural: Pedro Ribes, proyecto; Edmundo G. Romero, ingeniero civil y Miguel Rosso e hijos, Empresa Constructora. (La Libertad, 5 de agosto de 1943, p. 8). 24

Los Andes, 5 de agosto de 1943, pp. 6-7.

25

Ernesto Schiffrin había participado en los años 30 en el concurso de anteproyectos para estaciones de servicio de YPF. Junto con el arquitecto Héctor Pujadas fueron distinguidos con el 2° premio en la categoría “Tipo B”. (Revista de Arquitectura,126, marzo de 1937). A fines de 1943 el arquitecto formaba parte de la Federación Mendocina de la Liga Argentina de Empleados Públicos, siendo su secretario general. (Los Andes, 23 de diciembre de 1943). 26 Formaba parte del equipo técnico de la empresa constructora la cuñada de Ribes, María Mauri de Buscemi, hermana de su esposa, quien dibujó una gran parte de la documentación gráfica de los proyectos (Entrevista a Félix Ribes. Op. Cit.) 27

La Palabra, 14 de junio de 1944.

28

La Palabra, 3 de junio de 1948.

29

La ceremonia de la transmisión del mando de Perón se exhibió en dos cines de Mendoza, el Avenida y el Gran Rex. (La Libertad, 4 de junio de 1946, p. 6). 30

Uno de los dueños del Gran Capitán era Juan Bautista Ribes, tío de Pedro. (La Libertad, 13 de junio de 1946, p. 7). Hace algunos años los dos cines se transformaron en supermercados, igual destino que se le dio a otra obra suya, el cine Sportman en Godoy Cruz. 31

Bourdon era un especialista en el tema. Había realizado ya importantes obras entre las que podemos destacar el cine Opera de Buenos Aires, inaugurado en 1936 (García Falcó & Méndez, 2010).

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32

Se conserva una copia del plano elaborado por Bourdon, de las fachadas interiores de la sala con los detalles del perfil aldeano que se quería lograr. (Plano Teatro Cóndor, sin fecha, Reservorio de la Familia Ribes).

En 1953 Francisco López inauguró junto con sus socios Crocco, Lifschitz y Puldain una nueva sala para 1800 espectadores, el Cine Teatro Opera, obra del arquitecto Manuel Civit. (Los Andes, 7 de agosto de 1953, p. 4)

33

44

Aviso publicitario de la empresa Cuyo (Cines y Teatros). La Palabra 10 de junio de 1946. 34

La Libertad, 15 de junio de 1946, p. 8.

35

La Libertad, 16 de junio de 1946, p. 8.

36

Los Andes, 16 de octubre de 1946, p. 4.

37

La sala de cine de mayor capacidad de Mendoza es el actual Centro Cultural Municipal “Juan Centorbi”, antiguo cine Ducal de Rivadavia. Esta obra inaugurada el 7 de junio de 1963 y reabierta el 18 de abril de 2009, posee una capacidad de 1100 butacas. 38

El plano municipal había sido aprobado en 1947 por la Dirección Gral. de Obras Públicas de la municipalidad de la ciudad de Mendoza y llevaba la firma del socio de Ribes, el arquitecto Ernesto Schiffrin y de la propietaria del inmueble, la señora Natividad Fernández de Pose. En aquel tiempo no se requería una carátula para los planos pero sí las firmas de “El constructor” y “El propietario”. (Plano s/n Proyecto de Cine Teatro en la ciudad de Mendoza. Expediente 16280. Archivo de Catastro, Municipalidad de Mendoza) Los diarios mendocinos Los Andes y La Libertad destinaron varias notas a la inauguración de la sala. Mientras en Los Andes se hizo hincapié en los aspectos artísticos, la compañía que abriría las funciones y la modernidad de la sala; en La Libertad se publicó un anuncio que contenía a todas las empresas que habían participado en la obra, incluyendo a Ribes como proyectista y a la empresa de Lucas Sarcinella e hijos como constructora. (La Libertad, 7 de julio de 1949, p. 4)

39

40

Los Andes, 12 de enero de 2006.

41

Los Andes, 7 de julio de 1949, p. 7.

42 Si bien ambos teatros compartían el esquema a la italiana, habían diferencias radicales entre ambos edificios. La primera en relación a las fachadas, académica en el caso del Independencia y racional, en el caso del Mendoza. La segunda en cuanto a la capacidad de espectadores, mientras el Independencia tenía 730 localidades, el nuevo teatro tuvo inicialmente una capacidad de 1250 butacas, repartidos entre la platea baja, la alta y los balcones laterales.

43

En la misma línea el empresario Aarón Tubert inauguró el Gran Hotel Balbi en la avenida Las Heras durante la vendimia de 1946. El proyecto lo realizó el arquitecto Lino Martinelli y la construcción estuvo a cargo de Isaac Kolton. Véase: www. hotelbalbi.com.ar Hotel Termas Cacheuta (1948). Arquitectura Gráfica, número dedicado a Mendoza, 1948: pp

45

38-39. 46

Los Andes, 22 de noviembre de 1945, p. 10.

47

La denominación actual del gremio es Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS) 48 Curiosamente el de Mendoza fue el único edificio que Ribes no remodeló. El Hotel de Uspallata había pertenecido a la Compañía Sudamericana de Hoteles, una firma subsidiaria del Trasandino. Su adecuación estuvo a cargo de la empresa constructora de Mario Giambelli. (Hotel Presidente Perón (1948). Arquitectura Gráfica, 74-75) 49 Angel Borlenghi (1906-1962) dejó su puesto cuando Perón lo designó ministro, cargo que mantuvo hasta la revolución del 55. Siempre se mantuvo ligado al sindicato, especialmente a través de su esposa, Clara Maguidovich de Borlenghi, (1910-2013). (Perón y Borlenghi, 1952) 50

Mientras el Hotel Riviera de principios de los 40, podía albergar a 450 veraneantes, el Hurlingham, inaugurado en 1939, contaba con una capacidad de 750 plazas (Pastoriza, 2002, p. 109). 51

El hotel El Volcán, adquirido por el gremio en 1948, había sido inaugurado en 1937 durante la gestión del doctor Ricardo Rodríguez Saá. Era contemporáneo del Gran Hotel de Potrerillos en Mendoza. 52

“A la ciudad de México” era una tienda por departamentos fundada en 1889 por Ollivier, Albert y Cía. En 1907 un incendio destruyó el edificio, construyéndose uno nuevo al poco tiempo. Luego de la revolución del ´55 pasó a llamarse “Grandes Tiendas de los empleados de comercio. Desde 1968 ocupa el edificio el Banco Ciudad de Buenos Aires. (Historia de la calle Florida, 1976: p. 240)

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Además de la presencia de Pedro Ribes en la realización de los pabellones, el arquitecto Juan Brugiavini mencionó también como hacedor de algunos stands a don Pablo Cerutti, otro destacado constructor mendocino. (Entrevista a Juan Brugiavini, diciembre de 2014). 54 Las bodegas mencionadas estuvieron instaladas en el Pabellón 12, destinado a las “Industrias Regionales de Mendoza”. (Quiroga, 2012) 55

El edificio Gargantini luego se transformó en la Galería BAMAC, obra que realizó con el ingeniero Edmundo G. Romero. (Carpeta edificio Gargantini. Reservorio de la Familia Ribes). 56 Luego del golpe militar del año ´55, el gremio mantuvo las propiedades, por lo que los sindicatos continuaron dedicándose a la hotelería, fomentando el turismo sindical, como se conoce también a esta modalidad. 57 Dato aportado por Félix Ribes. Esta distinción podría haber evitado quizás que el Consejo Profesional de Ingenieros, arquitectos y agrimensores, por ejemplo, le aplicara a Ribes una multa de 500 pesos por “ejercer su profesión sin estar inscripto en el registro”. (Los Andes, 16 de diciembre de 1960, p. 4) 58

Los Andes, 23 de noviembre de 1961, p.5.

59 Carpetas Casa España y Club Sirio Libanés. Reservorio de la Familia Ribes. 60

El proyecto desarrollado por Ribes incluyó además de la ampliación y remodelación de 766 m2, la ejecución de murales y pinturas en los locales principales. (Carpeta Club Español, Reservorio de la Familia Ribes). 61

Esta obra fue realizada con el ingeniero Edmundo G. Romero, quien firmó los planos de obra. (Carpeta Colegio San Buenaventura, Reservorio de la Familia Ribes). 62

Los Andes, 3 de noviembre de 1960, p. 6.

63

Los artistas falleros no sólo se encargan de construir y modelar las fallas. También se dedican a la construcción de carrozas y a la decoración de locales, comercios y ferias. En Mendoza, Ribes había incursionado en temas similares de arquitectura efímera, diseñando escenarios y carros vendimiales y luego realizando y construyendo stands para exposiciones. 64

Los Andes, 15 de abril de 1962, p. 7.

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Quedan aún por confirmar la datación del 44% restante de los proyectos arquitectónicos registrados hasta el momento.

Agradecimiento A Félix Ribes y su familia por haber compartido la valiosa documentación de su padre y sus recuerdos.

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La arquitectura escolar moderna como campo de disputa pedagógica. Claves para una relectura de las escuelas primarias de Mendoza en la década de 1930 Modern School Architecture as a field of pedagogical argument. Keys to reviewing primary schools in Mendoza in the 1930s

Daniela A. Cattaneo Universidad Nacional de Rosario, Argentina Abstract

Resumen

In the 1930s the Mendoza province was the privileged setting for pedagogical and architectural innovations resulting in a vanguard position in education. The atmosphere of effervescence and cultural debate not only resulted in conferences, journals, travels and visits from outstanding foreign personalities,but also in laws and buildings. In this context, the different factions of the conservative governments in the years 1932 to 1943 exalted the potential of modern school architecture as a “pedagogical factor”, transcending the discussions in the field of architecture to be part of the educational debate. The mass construction of provincial schools throughout the territory in favor of children social assistance is part of the fierce confrontations about the autonomy margins of the Directorate General of Schools and the resulting twists regarding New School, secularism, children autonomy, complementary schools. This work seeks to understand and specify the period´s school architecture in Mendoza investigating the ideals of childhood and society pursued in the actions of the modern key programs from the offices of provincial public works.

En la década de 1930 la provincia de Mendoza fue escenario privilegiado de innovaciones pedagógicas y arquitectónicas que redundaron en un posicionamiento de vanguardia en materia de educación. El clima de efervescencia y debate cultural no se tradujo únicamente en congresos, publicaciones, viajes e invitaciones a figuras extranjeras, sino también en leyes y obras. En este contexto, la exaltación de las potencialidades de la arquitectura escolar moderna como “factor pedagógico” por parte de las distintas facciones de los gobiernos conservadores entre los años 1932 y 1943 trasciende las reflexiones hacia el interior de la disciplina arquitectónica para pronunciarse en el debate educativo. La construcción masiva de escuelas provinciales a lo largo de todo el territorio en favor de la asistencia social de la infancia es parte de fuertes disputas sobre los márgenes de autonomía de la Dirección General de Escuelas y a los consecuentes avatares respecto a escolanovismo, laicidad, autonomía infantil, escuelas complementarias. Este trabajo se aproxima a la comprensión y particularización de la arquitectura escolar mendocina del período indagando en los imaginarios de infancia y de sociedad que se persiguen desde el accionar sostenido en estos programas en clave moderna desde las oficinas de obra pública provincial.

modern school architecture - public works -pedagogy - Mendoza

arquitectura escolar moderna - obra pública pedagogía - Mendoza

Arquitecta. Doctora en Humanidades y Artes, UNR. Investigadora Asistente con sede en el Laboratorio de Historia Urbana CURDIUR, FAP y D, UNR

Recibido el 28 de febrero de 2015

Aceptado el 28 de mayo de 2015

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1. Introducción En la década de 1930 la provincia de Mendoza fue un escenario privilegiado de innovaciones pedagógicas y arquitectónicas que redundaron en un posicionamiento de vanguardia en materia de educación. El clima de efervescencia y debate cultural no se tradujo únicamente en congresos, publicaciones, viajes e invitaciones a destacadas figuras extranjeras –cuyo impacto se multiplicaba a través de los órganos de prensa locales–, sino también en leyes y obras. En este contexto, la exaltación de las potencialidades de la arquitectura escolar moderna como “factor pedagógico” por parte de las distintas facciones de los gobiernos pertenecientes al Partido Demócrata Nacional (PDN) entre los años 1932 y 1943 trascienden las reflexiones hacia el interior de la disciplina arquitectónica para pronunciarse –en su formulación material y espacial– en el debate educativo. La construcción masiva de escuelas provinciales a lo largo de todo el territorio es parte de fuertes disputas sobre los márgenes de autonomía de la Dirección General de Escuelas (DGE) y los consecuentes avatares respecto a Escuela Nueva,1 laicidad, autonomía infantil, escuelas complementarias; también, materializa los acuerdos y alianzas con el Estado nacional en relación a la asistencia social de la infancia. El discurso de la minoridad y el discurso de la educación nueva plantean en Mendoza miradas muy distintas de la niñez. Siguiendo las hipótesis de Sandra Carli (2006, p. 19) de que “la cuestión de la infancia representa un analizador privilegiado de la sociedad”, intentaremos complejizar la mirada sobre los edificios escolares modernos mendocinos, preguntándonos si la atención al espacio escolar y el estudio de los códigos que subyacen bajo las formas materiales no podrían pensarse como analizadores privilegiados de los idearios de infancia y de sociedad perseguidos. Por ello, el objetivo de este trabajo es aproximarnos a la comprensión y particularización de la arquitectura escolar mendocina del período 1932-1943 indagando en los idearios perseguidos desde el accionar sostenido y privilegiado

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cuantitativamente respecto a otros programas desde las oficinas de obra pública provincial, como desde su resignación o apropiación de otros espacios por parte de los defensores de la Escuela Nueva. Articularemos el trabajo en cuatro partes para poder comprender estos procesos.En la primera, introductoria, comenzaremos anclando este debate en el panorama político mendocino, atendiendo al lugar de la educación en las gestiones demócratas y a su puesta en relación con las leyes nacionales y provinciales, y con la larga y probada tradición en la obra pública provincial. La segunda parte versa sobre la educación y sus posicionamientos de vanguardia; los cambios en el rol de la infancia y del maestro y el lugar de la edilicia.La tercera parte se centra en el lugar de la obra pública, y particularmente, en el rol de los arquitectos Manuel y Arturo Civit en su selección e interpretación de las experiencias modernas en arquitectura europeas y en su hibridación con el ideario asistencialista y disciplinador de los gobiernos conservadores en su traslación al proyecto de escuelas primarias. Finalmente, intentaremos una comprensión de los distintos procesos de modernización en juego –de gestión, pedagógica y arquitectónica– a partir de los edificios escolares y del programa escolar en tanto campo de disputa pedagógico. 2. El lugar de la educación en los gobiernos conservadores mendocinos: obra pública, legislación y propaganda como instrumentos e índices La ampliación del aparato estatal moderno en la década de 1930 en Argentina conllevó también la visibilización de algunos estados provinciales a través de aparatos burocráticos y normativos en los que se condensaron los atributos de estatidad. La educación primaria fue reconocida como baluarte principal, haciendo de esta franja educacional –y de la construcción de escuelas– un eje prioritario de gestión y base de una redefinición de las estructuras institucionales. Se asistió así a reediciones del debate del período de constitución del Estado nacional: nos referimos a

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la construcción de la identidad nacional y la posibilidad de igualación y ascenso social que supuso la educación común, gratuita, laica y obligatoria a través de la Ley 1420 de 1884, y a la imposición de un orden allí donde peligraban los procesos de civilización mediante la alfabetización de la población rural a través de la Ley Láinez o de escuelas rurales en provincias y territorios nacionales de 1905. En la provincia de Mendoza la educación fue uno de los ámbitos donde las distintas facciones de los gobiernos pertenecientes al PDN de Ricardo Videla, Guillermo Cano, Rodolfo Corominas Segura y Adolfo Vicchi reflejaron sus diferencias entre los años 1932 y 1943. No obstante, un denominador común fue el ingreso y la permanencia en este mismo período de los arquitectos Manuel y Arturo Civit al frente de la Dirección Provincial de Arquitectura (DPA), dependiente del Ministerio de Industrias y Obras Públicas (MIOP) de Mendoza; este organismo se ocupó del proyecto, dirección técnica e inspección de todas las obras públicas encargadas por el ejecutivo provincial. La combinación de las iniciativas de los hermanos Civit con las políticas de estos gobiernos posibilitó la materialización de una gran cantidad de proyectos enmarcados en la “función social”, entre los cuales la construcción de escuelas primarias se destacó cuantitativamente. La facción más liberal y laica (blancos) dentro del PDN tuvo su hegemonía en la provincia entre 1931 y 1935. A partir de entonces debió ceder a la derrota interna por parte de la facción conservadora católica (azules). Esto implicó, en materia de educación, un gran retroceso al suprimirse las innovaciones introducidas por la Escuela Nueva en la provincia. Podría inferirse que para aminorar el impacto de la supresión de las reformas escolanovistas, o para contrarrestarlo, se realizó en Mendoza una activa campaña de alfabetización que incluyó la construcción masiva de escuelas en clave moderna para tal fin. A pesar de la continuidad verificada en la promoción de obras públicas, se observan

grandes diferencias entre el accionar de Cano y de Corominas a nivel educación. El primero, defendiendo la autonomía y autarquía de la DGE y el segundo, abogando por la preeminencia del control del poder político. El énfasis en la educación, a través de rasgos de la Pedagogía moderna que en Cano se asocia a la laicidad educativa y a las experiencias en torno a la Escuela Nueva, pasa a concentrase a partir de 1936, con el triunfo de los azules en la conducción partidaria (Lacoste, 1993), en promover la asistencia social de la infancia, priorizando la necesidad de preparar generaciones fuertes por medio del constante cuidado alimenticio e higiénico del niño. La gobernación de Cano se caracterizó por el mejoramiento y difusión de la instrucción pública, que incluyó creación de escuelas y cargos docentes. La obra pública escolar comenzó a expandirse, incluyendo escuelas “monumentales” de doce aulas cada una (tres para la capital y una para el departamento de Rivadavia) y escuelas de dos, tres y cuatro aulas según los departamentos, sumando un total de 23 establecimientos diurnos y nocturnos. El debate por el laicismo en la enseñanza, en sintonía con las internas del partido, fue recurrente en esta gestión. En la gestión de Corominas el reformismo social se plasmó en la construcción de una gran cantidad de escuelas, posibilitada por los estrechos vínculos con el Estado nacional. El análisis de los edificios escolares primarios pierde su particularidad para incluirse en el contexto de un régimen sanitario a nivel provincial que incluyó la construcción del Hospital Central de Mendoza, pabellones de niños en hospitales existentes, salas de maternidad, puesta en funcionamiento del Patronato de la Infancia y creación de colonias-hogares de menores, entre otros. La acción propagandística es otra característica común a los gobiernos, principalmente a aquellos abocados a autopresentar la eficacia de sus administraciones. Es por ello que –además de publicaciones específicas como El Monitor de Mendoza– las numerosas páginas que la revista La Quincena Social y el

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periódico Los Andes le dedican a la temática escolar resultan un instrumento indispensable de su apertura a la sociedad en general. En La Quincena Social se exponen informes anuales de la DGE, posicionamientos y debates respecto a educación y todo lo concerniente a obra pública. De un modo similar, se “presentan oficialmente” personalidades destacadas, edificios que se inauguran y el patrimonio edificado por departamentos. A través de las páginas de la revista la obra cultural se traduce en ejecución material de escuelas, presentando reiteradamente registros cuantitativos por zonas. También la faz administrativa está presente en todo momento, siendo continuos los pedidos de fondos al gobierno nacional. En la publicación de enero de 1935, por ejemplo, se presenta un informe de la DGE donde se condensa la labor realizada en 1934 y donde se habla de “la faz administrativa, moral y social de la enseñanza”. Llama la atención como se aúnan significados al ser traducidos a la edilicia, donde higiene es sinónimo de belleza, enseñanza moderna es igual a “aulas amplias, cómodas e higiénicas” y moral a religión. A conclusiones similares se llega al ahondar en los debates en torno a educación que se publican en el periódico Los Andes, en las páginas completas de fotos de la obra de gobierno que componen los suplementos dominicales del periódico La Libertad, y en los tomos de las Labores de gobierno de cada gestión, comprobando la influencia adjudicada a La Quincena Social en el mapa político.

2.1. Vaivenes legislativos J. C. Raffo de la Reta y J. P. Ponce, al frente de la DGE desde 1936, elevan al Poder Ejecutivo un Proyecto de Ley de Educación para “favorecer y dirigir el desarrollo moral, intelectual, físico y social del educando” bajo una educación “gratuita, laica y obligatoria” acorde a los preceptos constitucionales. El Monitor de Educación de Mendoza publicó el proyecto en su número de junio-julio de 1937 que, en este estadio primero, compondría la pregona-

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da asistencia social de la infancia como una combinación de iniciativas escolanovistas con otras de tinte higienista.2 Incluía entre sus aspectos fundamentales el ejercicio libre de la docencia, siendo éste el primer ensayo en el país. Entre los puntos para promover el progreso de la educación –en sintonía con las iniciativas de los estados modernos europeos– se hacía hincapié en los estudios e investigación de aspectos técnicos, el funcionamiento de escuelas de experimentación y orientación pedagógica, el establecimiento de cooperadoras escolares, publicaciones, conferencias, museos, bibliotecas, imprenta, cinematografía y radiotelefonía escolares; también se atendía a la instalación de colonias de vacaciones, clubes de niños y plazas de ejercicios físicos y gimnasia, acorde a la orientación científica de la cultura física. El proyecto abogaba por la plena autonomía técnica y administrativa de la DGE, a cuyo cargo estaría el gobierno de la educación, y resaltaba la importancia de un Cuerpo Médico Escolar. Si bien fue este proyecto un disparador de las medidas de gobierno sobre educación, los rasgos de modernidad respecto a laicidad, autonomía y atribuciones docentes fueron relegados3 y lo que finalmente se plasmó fue el primeramente conocido como “Proyecto de asistencia social para la niñez escolarizada”, implementado a partir de la sanción en agosto de 1937 de la ley 1225, denominada “Ley de Amparo Infantil”. Allí se priorizaron las ideas tendientes a atacar los problemas de salud y desnutrición infantil, que condujeron a instaurar el “sándwich escolar”, almuerzo escolar en escuelas alejadas de los centros urbanos y suburbanos, adquisición de prendas de vestir para niños pobres y profilaxis del bocio. Esto redundó en la creación de comedores (99 en 1937 y 130 en 1940) y de los llamados Cuerpos Médicos Escolares, donde se fichaba a los niños para confeccionar su historia clínica. Se creó también la Dirección Provincial de Educación Física. El texto definitivo de la Ley 1225 claramente se alinea con una serie de iniciativas tendientes a entender la infancia en tanto “minoridad” llevadas adelante desde el Congreso

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nacional en pos de una “higiene social de la infancia”. Nos referimos aquí a la Ley 12341 de 1936, promovida por el socialista Alfredo Palacios, que crea la Dirección de Maternidad e Infancia como dependencia del Ministerio del Interior. Esta contempla eugenesia, maternidad y primera infancia; estudios de los niños de 3 a 18 años, su educación física, el servicio médico escolar, colonia de vacaciones, higiene mental, asistencia odontológica, profilaxis; etc. Leyes complementarias que ayudan a anclar las iniciativas mendocinas son la 12383, de Defensa de la Familia Argentina para grupos familiares numerosos, que exhortaba a volver al campo ante la realidad de los procesos de migración interna; y la Ley 12558, ambas de 1938, de protección a los niños en edad escolar y de creación de hogares escuela (Carli, 1992, p. 146). Se evidencia así una actuación en paralelo entre la Nación y la provincia que, a diferencia de las políticas educativas al momento de constitución del Estado-Nación, en lugar de “rescatar al menor”, focalizan en las familias como objeto de atención y en la infancia como particular objeto de estudio. Carli (1992, p. 147) señala cómo Mendoza se hace eco y replica el gran dispositivo asistencial del Estado nacional en sus iniciativas sobre la infancia en tanto estrategias de control. La Ley 1225 no se pronunció sobre edilicia escolar, pero claramente dio un gran impulso a la construcción de escuelas. Dos años después de su sanción, en 1939, en los números 15 y 16 de El Monitor de Mendoza, se publicó un artículo sobre edificación escolar, mencionando la importancia de estos locales como “factor pedagógico” asimilando la pedagogía a “la buena escuela, higiénica, confortable y cómoda (que) cumple una importante misión educativa, actuando sobre el ambiente”. Enumeraba incorporados en 1939 dos edificios escolares de diez aulas, uno de siete, dos de cinco y tres de cuatro aulas; y mencionaba que el plan se completaría con la incorporación de siete edificios más de diez aulas. Un año más tarde, en 1940, el total de 196 escuelas aumenta considerablemente, llegando a 347 establecimientos. A esta última cifra hay

que restar 18 escuelas que pasaron a depender del CNE bajo el régimen de la Ley Láinez, demostrando una vez más la actuación en paralelo entre la Nación y la Provincia. 3. La Escuela Nueva y los lugares de las nuevas imágenes de la infancia Más de un siglo de avance científico, de experimentación constante han sido necesarios para hallar el punto inicial de una metodología que hiciera posible la práctica del gran concepto pestalozziano de la actividad. Ha pasado tanto tiempo y aún estamos en tanteos, en pleno trabajo experimental: apenas si los cimientos están echados. El concepto de la escuela inmutable, rígida, uniforme, producto de un sistema, ente mecánico, debe ser sustituido por aquel que nos la presenta como un organismo vital, plástico, cambiante y flexible (Fossatti, 1929, p. 3). Hacia el interior de la provincia, el gran dispositivo asistencial mendocino destinado a los menores y a sus familias está discutiendo con el ideario de infancia y educación que desde los 20 instalaron los defensores de la Escuela Nueva. Resulta notable, atendiendo a la categoría de intelectual de muchos de estos maestros como de los hermanos Civit, la resignación de los vínculos entre arquitectura y pedagogía modernas, tan difundidas desde los referentes europeos y norteamericanos. No obstante, rastrearemos cómo el espacio escolar es un tema recurrente en discursos, reclamos e imágenes. Las ideas de vanguardia de los maestros y directores partidarios de la Escuela Nueva sostuvieron un discurso crítico desde el punto de vista social, produciendo una recreación propia del escolanovismo en la que articulaban educación y política. La lucha gremial, la creación del primer escalafón del magisterio y la introducción de nuevos métodos didácticos a partir de 1926 apuntaban a la concepción del niño como sujeto político y a la generación de nuevas infancias como gérmenes de una nueva sociedad.4 Estas inquietudes se institucionalizarían en septiembre de 1928

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con el lanzamiento por parte de un grupo de docentes –María Elena Champeau, Florencia Fossatti y Néstor Lemos– del Centro de Estudios Pedagógicos Nueva Era. Su plan de acción inicial se focalizaba en la divulgación doctrinaria de las nuevas corrientes pedagógicas, con el objetivo de crear un ambiente social favorable y preparar personal idóneo capaz de aplicar con conciencia científica los nuevos métodos (Fontana, 2001, pp. 286-287). La divulgación se realiza con artículos en la prensa, conferencias públicas e invitación a profesionales destacados. A modo de ejemplo, un artículo de Fossatti en el diario Los Andes del 23 de julio de 1930 se titula “Sobre la personalidad de M. Adolfo Ferrière”, presentando a la sociedad mendocina la biografía y principales libros de “uno de los creadores de los principios, teorías y técnicas de la Nueva Educación o Escuela Activa” en ocasión de su pronta visita a la provincia. Hacia el interior del magisterio, la divulgación se da a través de una serie de publicaciones generadas por los exponentes provinciales de esta corriente: las revistas Ensayos (órgano oficial del Centro de Estudios Pedagógicos Nueva Era, editada durante 1929) y Orientación (revista pedagógica de la Nueva Educación, editada entre diciembre de 1932 y julio de 1933). En este sentido, Carli (1992, p. 125) señala que intervenir sobre los maestros era clave en vistas a la transformación de los vínculos pedagógicos tradicionales en pos de una mirada democrática sobre la infancia. Fontana (2001, p. 288) observa que “juzgando objetivamente, debemos decir que las intervenciones federales Borzani y Rosa (1928-1931) le hacen bien a la educación primaria mendocina”. Alude a la actuación de Rafael Guevara y Florencia Fossatti como director general de escuelas e inspectora general respectivamente, que permitió que a principios de 1930 la DGE autorizara el funcionamiento de una Escuela Experimental Nueva. En ella se aplicaron metodologías innovadoras y se ensayó el autogobierno infantil. La radicalización de la autonomía a través de tribunales infantiles hallaba un

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correlato en los combates por las políticas gremiales y a la vez era un punto más de choque con el movimiento católico. La defensa de la autonomía infantil era paralela a la autonomía intelectual del educador. El colocar al niño en el centro de la escena, reivindicando sus intereses, juegos y autonomía conlleva a reflejar en las revistas y publicaciones donde se difunde este ideario un particular énfasis en lo vivencial en tanto “imágenes de la infancia” que se persiguen. Se priorizan los niños, sus acciones y el aire libre como escenario posibilitante. La relación con la edilicia escolar queda de manifiesto en un artículo publicado en Los Andes el 14 de abril de 1930 (p.13) y firmado por Fossatti bajo el título “La Escuela Experimental de Nueva Era”: No se trata sino de una escuela infantil, pequeña, con dos grados, –por ahora no sabríamos qué hacer con más– situada en un barrio obrero de población inestable, inquilina de un edificio inadecuado a sus fines. Aunque no se me crea, no puedo dejar de anotar de paso, que aun suponiendo la posibilidad de obtener una escuela grande, de categoría superior en el orden jerárquico escolar, no la hubiésemos solicitado. Nos parece mejor empezar por poco e ir construyendo la escuela paralelamente al desarrollo del trabajo experimental, objeto y fin de su existencia. Las experiencias de escuelas experimentales y complementarias encuentran en el espacio escolar, y atendiendo a la “regionalización” del ideario escolanovista, un escenario también experimental; esto es, al aire libre o “mejorando los edificios tomados en alquiler, mejorando la distribución, innovando en la organización con el plantel de escuelas complementarias”, como aclaran un año más tarde en Los Andes, en una publicación del 21 de septiembre. La mayor innovación que pudieron concretar los educadores nucleados en el Centro de Estudios Pedagógicos Nueva Era fue la

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concentración de los 5º y 6º grados de la Capital a partir de 1931 (Fontana, 2001, p. 284); éstos obedecían a las conocidas como escuelas complementarias creadas en provincias en la década de 1930 con el fin de que los alumnos de las escuelas Láinez completaran el ciclo primario. Los ensayos didácticos llevados adelante por Fossatti en la escuela complementaria Presidente Quintana tras dejar la inspección general tienen que ver esto. El conjunto de estas experiencias “toleradas” por la provincia sobrevive hasta 1935 cuando empieza a liderar el PDN la facción conservadora católica. En 1936 se exonera a Fossatti y a otros docentes argumentando los revolucionarios métodos pedagógicos utilizados con sus alumnos, sobre todo por sus ensayos de autogobierno escolar, o sea los tribunales infantiles. La cuestión dio lugar a un sonado debate legislativo en el que se puso en la picota a los excesos de la Escuela Nueva (Fontana, 2001, p. 289). Esto claramente torció el espíritu original de la ley de educación de 1937. La autonomía de docentes y de las nuevas infancias resultaba subversiva; y los trajes modernos de las nuevas construcciones escolares fueron decididamente más apropiados para moldear conductas y hábitos. La mayoría de los cesanteados fueron incorporados por la Comuna de Godoy Cruz, al frente de la cual estuvo hasta 1942 el socialista Renato Della Santa, quien los convocó para implementar y capitalizar los avances de este ideario pedagógico en las escuelas municipales. La publicación Educad

al soberano –revista de educación popular del comité municipal de alfabetización de Godoy Cruz– fue la encargada de difundir la extensa actividad cultural que se desplegó en las siete escuelas municipales, la escuela de dibujo al aire libre (que funcionaba los domingos), los teatros municipales, las bibliotecas populares y las asociaciones vecinales de educación. Las imágenes publicadas de niños y jóvenes desarrollando actividades al aire libre o en locales muy reducidos (fig. 1) dan cuenta que la puja hacia el interior de la provincia se dirime también en lo edilicio; en este caso no en la construcción masiva ni en el circunscribir la reflexión pedagógica a las modernas escuelas sino en el despojo de este recurso pedagógico. El intendente de Godoy Cruz expresaba en las páginas de Educad al Soberano del 15 de noviembre de 1938 esta puja entre cultura o edilicia: Resulta ineludible en estos momentos en que se lucha contra el analfabetismo, una acción ponderable en favor de la cultura, por parte de todas las Comunas, que no deben únicamente circunscribir sus funciones a la acción edilicia. En este sentido debe retomarse la trayectoria de los antiguos Cabildos, en pro de la instrucción popular, contribuyendo al mejoramiento intelectual del pueblo. Finalmente, entre 1940 y 1941, se eliminarán los últimos vestigios de estos cambios. Las escuelas mixtas y las escuelas complementarias fueron sustituidas por escuelas modelo y escuelas rurales como símbolos de un sistema educativo al que Fossatti acusaba de estar “ajenos a la realidad vital que son los niños”.

Fig. 1: Clase de dibujo de la Escuela Municipal N° 7 y Curso de analfabetos. (Educad

al Soberano, 1938).

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Carli (1992, p. 126) aporta una posible explicación señalando que “el discurso de la educación nueva en Argentina se inserta en un sistema educativo hegemónico y a diferencia de los sistemas de instrucción pública europeos nuestro sistema educativo carecía de un alcance social suficiente y la escuela debía resolver cuestiones sociales al mismo tiempo que revisar sus formas de trabajo”.

(…) los hermanos Civit encarnan el arquetipo del “arquitecto moderno” con formación fuertemente deudora de l’École, de intereses plurales en el campo artístico y cultural y una activa participación en el ámbito de la educación; con inquietudes en torno del papel del arquitecto y la ampliación de sus incumbencias profesionales, de la política y la democracia y de los “nuevos” modos de habitar.

4. Las selecciones de modernidad de los ediicios escolares de los Civit en el debate educativo

El arribo de estos arquitectos al organismo es interpretado como el arribo del carácter racionalista a la obra pública, que hasta entonces versaba entre eclecticismos académicos e historicistas. La construcción de una versión propia de la arquitectura moderna y sus posibles interpretaciones es inescindible de su pertenencia a la clase dirigente provincial, de su formación académica signada por el sistema beaux-arts en la Escuela de Arquitectura de Buenos Aires, de las múltiples posibles influencias recibidas en su viaje a Alemania, de la permanente actualización a partir de congresos, publicaciones y contactos con arquitecturas y arquitectos extranjeros y de los procesos de selección de todo este bagaje para aplicar a la particular situación provincial.

La arquitectura es un arte espacial, escultórico-pictórico, bueno y funcional, en función social. (Civit, 1959) La “función social” de la arquitectura a la que Arturo Civit refiere se aborda en el caso de Mendoza como punto de convergencia entre un accionar político y una concepción arquitectónica. El destacarse la construcción de escuelas primarias cuantitativamente denota, más allá de su relevancia en el contexto de la obra pública y las buenas relaciones con el Estado nacional, la importancia material de estos edificios en el debate pedagógico y en la conformación de la comunidad provincial. El carácter racionalista de la arquitectura moderna escolar no podría explicarse solo por el proceso de selección e interpretación de los referentes europeos de los hermanos Civit; tampoco como materialización del ideario asistencialista y disciplinador de los gobiernos conservadores y su legislación educativa en respuesta al avance escolanovista. Ensayaremos qué toman de quiénes. La DPA se ocupó durante la década de 1930 del proyecto, dirección técnica e inspección de todas las obras públicas encargadas por el Ejecutivo provincial. La contratación y permanencia de los hermanos Civit durante las cuatro gestiones demócratas (1932-1943), demuestra cómo estos vínculos entre política y arquitectura se mostraban receptivos ante profesionales jóvenes formados y actualizados y, en este caso, pertenecientes a su vez, a la clase dirigente provincial. Como señala Raffa (2008, p. 6):

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4.1. La “función social” de las escuelas de ciudad: entre racionalismo, monumentalismo e higienismo La instrumentación de los códigos racionalistas, si bien fue un rasgo de la obra pública escolar, no se aplicó a la totalidad de los géneros edilicios. Tampoco los Civit lo emplearon en la totalidad de sus proyectos, apelando en algunos a la arquitectura pintoresquista y en otros a la arquitectura moderna.5 El racionalismo propio de la arquitectura moderna de los Civit no se percibe como superación de la arquitectura pintoresquista, sino como resoluciones que se usaban de modo paralelo, acorde a programas, sitios y destinatarios. Este carácter racionalista, al que llegan a través de tomar de la arquitectura moderna el abstraccionismo geométrico, la estandarización y el empleo de prototipos,

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fue una estrategia común a todo el territorio provincial. Se vincula a la dotación de servicios a los sectores medios y bajos, acorde al perfil administrativo de los gobiernos demócratas, donde los programas de educación, salud y vivienda fueron los elegidos para instalar un imaginario vinculado a una administración eficiente y moderna. En las escuelas de ciudad, llamadas por la historiografía local “escuelas monumentales” se usaron idénticos proyectos para escuelas de emplazamientos distantes. En este contexto

se inscriben las escuelas primarias de Artes y Oficios Justo José de Urquiza y Videla Correas. Un mismo proyecto, ejecutado en 1936 en Maipú bajo el gobierno de Cano (fig. 2) y repetido por la gestión de Corominas Segura, marca la continuidad de la línea de la oficina de proyectos tendiente a una imagen sostenida de la edilicia escolar provincial; lo mismo sucede con el proyecto de las escuelas para Palmira (San Martín) y San José de Guaymallén, explicitado en un mismo conjunto de planos para ambas construcciones (fig. 3). La no vinculación con el debate escolanovista, repitiendo el prototipo en ambas facciones del PDN, se observa también en las plantas. Las aulas y demás dependencias se perciben como espacios fragmentados –propios de un conocimiento pretendidamente fragmentado–, a los que, si bien alterando proporciones y aumentando las superficies vidriadas, se accede desde corredores o galerías, y sin contar con accesos francos a los patios. La masividad y simetría sigue predominando en los volúmenes, otorgando una escala monumental en puja con la concepción humanista de la infancia.

Fig. 2: Escuela Primaria de Artes y Oficios en Maipú.Imagen (MIOP, La Quincena Social, 1938). Plantas baja y alta (Archivo de la Dirección de Arquitectura de la Provincia de Mendoza). Fotos: Daniela Cattaneo.

En esta impronta a la vez moderna y monumental de los prototipos de ciudad, el paso “de la fachada al edificio”6 se materializa a través de tipologías abiertas y extendidas que posibilitan ventilación y asoleamiento, valiéndose de recursos arquitectónicos como ventanas giratorias, terrazas-jardín, grandes pórticos y dobles o triples alturas. La atención a los renovados programas pedagógicos que incluían deportes, cine y talleres acordes a intereses particulares de los niños, se entremezclan con la incorporación de nuevos locales en relación a la atención social, relacionados con la salud física e higiénica, como una extensa área de terreno con playas de recreo, canchas de básquet y otros deportes y la ubicación de piletas de natación como el elemento más destacado; aquí, la nueva tipología también contribuye a la cualificación del patio de recreo, convertido en patio de deportes.7

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Resulta interesante el lugar dado a la edilicia escolar como el instrumento de adaptación a las exigencias de la pedagogía moderna. En el plano del discurso, los informes oficiales del MIOP, asimilan y restringen la pedagogía moderna a los espacios. Distanciándose del ideario de infancia perseguido por los escolanovistas y de las disputas hacia el interior de la DGE, los logros alcanzados priorizan los preceptos higienistas y la renovación lingüística.

No solo se ha previsto la solución de los múltiples problemas relacionados con la adaptación a las exigencias de la pedagogía moderna para la distribución conveniente de las aulas y demás dependencias, con el confort e higiene adecuados, sino que se ha orientado su construcción a destacar los elementos complementarios de la enseñanza, relacionados con la salud física e higiénica de los educandos. Frente moderno, patio amplio, pileta de natación. (MIOP, La Quincena Social, enero de 1938). La atención a las plantas permite verificar que el uso de la simetría se va abandonando a medida que nos alejamos del ingreso, empezando a articularse con adjetivaciones funcionalistas de esta arquitectura moderna. La interrupción de las circulaciones, que no llegan hasta el final de los bloques sino que se cortan una vez que se posibilita el ingreso al último local al que se dirigen, es una muestra más de esta intencionalidad de proyecto, donde la forma empieza a subordinarse, tímidamente, a la función a la que responde. Atendiendo a las múltiples opciones que plantea el abanico de “selecciones” de los Civit, los planteos racionalistas se entrecruzan en el caso de los prototipos de escuelas urbanas con una retórica formal que en su apelación a la monumentalidad no renuncia a la trascendencia, valiéndose también de signos tipográficos en escala gigantesca a modo de una verdadera “arquitectura parlante”. Desde este lugar los valores simbólicos de estos volúmenes confrontan tanto con los postulados racionalistas como con los escolanovistas. Hasta aquí, la moderna pedagogía va de la mano con las premisas higienistas, pero negándose a abandonar la monumentalidad, la simetría y el carácter representativo.

4.2. La clave asistencialista y disciplinadora Fig. 3: Escuelas para Palmira, San Martín, y San José de Guaymallén. Imagen (El vigoroso departamento San Martín, La Quincena Social, 1939). Vistas y plantas baja y alta (Archivo de la Dirección de Arquitectura de la Provincia de Mendoza). Fotos: Daniela Cattaneo.

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Esta clave se asocia fuertemente a la distribución de una gran cantidad de escuelas por toda la provincia, destacándose la apelación a la arquitectura moderna, tanto para las urbes como para las áreas

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periféricas o rurales. Implícita en la función social en torno a estas iniciativas estaba la presencia, pero también la mirada, del Estado provincial. En este contexto, los prototipos de escuelas modernas cumplieron una función pedagógica y “universalista”: todos los niños recibirían la misma enseñanza en el mismo tipo de escuela. La gran campaña de construcción de escuelas rurales debe entenderse como parte de un accionar común a una época de migraciones internas destinado a “fijar” poblaciones partir de una correcta urbanización y provisión de servicios sociales para frenar el éxodo a la ciudad. El austero carácter racionalista de los prototipos mendocinos de escuelas rurales de 1a, 2a y 3a categoría firmadas por los Civit materializa, a través de módulos prefabricados y carpinterías normalizadas, la necesidad de arraigo y ocupación territorial equilibrada. El objetivo aquí no es el territorio, ni la infancia sino la población, “haciendo política en las familias”. El ideario educativo provincial se distingue así, a través de su edilicia, de las tácticas educativas micropolíticas con las que Puiggrós (1992, p. 58) define a las experiencias escolanovistas en el tejido pedagógico argentino de las primeras décadas de 1900, como del accionar del Estado nacional.8

Fig. 4: Prototipo de Escuela Rural de 3º categoría. Planta, cortes y fachadas. Geometrales (Archivo de la Dirección de Arquitectura de la Provincia de Mendoza). Fotos: Daniela Cattaneo.

Los prototipos de escuelas rurales firmadas por los Civit responden al número de aulas a partir del número estimado de alumnos. El proyecto de las escuelas de 3a categoría podría sintetizarse en prototipos de un aula mayor que incluye en uno de sus laterales dos baños o vestuarios, un aula de menores dimensiones con un depósito, y luego la vivienda del maestro, con comedor, dormitorio, baño y cocina. En las escuelas de 2a categoría el planteo es exactamente el mismo, solo que el módulo de aula mayor pasa de una a tres unidades. Al aumentarse el número de aulas el volumen mayor se amplía, pero la articulación volumétrica permanece intacta. En las escuelas de 1a categoría el esquema anterior se repite, incorporándose dos módulos de aulas mayores en sentido perpendicular. Se observa así como aquí

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también la normalización parte de la planta, a través de su tipificación espacial para luego trasladarse a las volumetrías exteriores (fig. 4). La lógica aditiva de proyecto implica que en estas escuelas rurales la simetría sea abandonada, probablemente al no ser necesario aquí activar los mecanismos de representación de los medios urbanos. El uso de volúmenes puros y ventanas corridas es innovador para estos programas en el ámbito rural, y es lo que garantiza la homogeneidad lingüística de la comunidad provincial. La estandarización de la planta se hace evidente tanto respecto a módulos de materiales como

de carpintería. Y si bien las fachadas, al tratarse de la recomposición de volúmenes puros, se emparentan con las escuelas urbanas en su apelación al carácter abstracto, en los cortes se observa que las cubiertas de viguetas u hormigón son reemplazadas por techos de caña, barro y zinc y tirantes de pinotea. Estos prototipos de escuelas rurales manifiestan un salto cualitativo respecto a las iniciativas contemporáneas del resto del país. Se observa una voluntad inclusiva, donde el empleo de materiales y técnicas constructivas locales no los priva de poseer un diseño y una imagen acordes a la normalización a la que responden. No obstante, la imagen responde al Estado más que al programa escolar. La estrategia de adición de módulos cuadrados como los de las aulas conlleva a que en carácter y resolución en planta no haya mayores diferencias entre programa escolar y centros de salud, por ejemplo, o a que sean casi intercambiables los prototipos de escuelas rurales y los pabellones de aislamiento dependientes de los modernos centros de salud. La arquitectura moderna –con la edilicia escolar como probeta– es empleada con fines más “propagandísticos” que reformistas precisos (fig. 5).

4.3. Rastreando el racionalismo El germen del carácter racionalista en los proyectos de los Civit es indisoluble de su viaje de egresados a Europa entre 1928 y 1929. Este “ritual” de iniciación en la profesión, (Cirvini, 2004, p. 415) les permitió aproximarse a los modelos de post- guerra europeos (Alemania, Francia, Inglaterra, Rusia, Austria) y tomar contacto con las nuevas indagaciones desarrolladas en Alemania por la Bauhaus (Cirvini, 1986, p. 18).

Fig. 5: 1. Prototipo de escuela moderna (MIOP, La Quincena Social, 1938), 2. Pabellón, lavatorio y WC para escuelas rurales de 3a y 3. Pabellón de aislamiento para niños del Hospital Emilio Civit (DGE, La Quincena Social, 1935).

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A partir de estos datos, y si pensamos que Hanes Meyer era quien había sucedido a Gropius en la dirección de la Bauhaus en 1928 –año en que los Civit visitan Alemania– no sería arriesgado afirmar que el ideario de la Nueva Objetividad y de figuras como Hannes Meyer en su rol de arquitecto como organizador social, económico y técnico se

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cuentan entre el universo de referencia de los arquitectos mendocinos.9 Si desde la arquitectura este es un posible recorte, atendiendo a la renovación pedagógica es fundamental señalar que Alemania es donde surgió El Movimiento de Escuelas al Aire Libre a fines del siglo XIX. Su razón primera, en sintonía con el higienismo, fue ensayar un programa y un espacio de condiciones adecuadas para la educación de los niños débiles físicamente, por ello en sus orígenes estuvieron a mitad de camino entre la escuela y el centro de salud. Las reflexiones circunscriptas al patio escolar “que debía ser amplio y bien situado en lugar saludable” en el Primer Congreso Internacional de Escuelas al Aire Libre en París, en 1922, marcan un quiebre en la concepción tipológica en claustro de los edificios escolares.10 Con el paso del tiempo y demostrada la eficacia de este modelo educativo, las escuelas al aire libre se consolidaron como instituciones permanentes. Su construcción empezó entonces a estar mediada por un conjunto de indagaciones proyectuales previas, llegando a ser ejemplos paradigmáticos de las experiencias modernas en arquitectura. Que algunas de las escuelas al aire libre hayan sido proyectadas por arquitectos de renombre y en los códigos de la moderna arquitectura da cuenta de la importancia adjudicada al programa escolar; también de cómo estos arquitectos estaban involucrados no solo con la temática sino con los nuevos postulados pedagógicos o sus gobiernos promotores. Este ideario confluye en el período con un considerable aumento de artículos relacionados con la temática de la arquitectura escolar en las revistas de arquitectura, donde pueden identificarse proyectos y edificios escolares posicionados como paradigmas del Movimiento Moderno, con efectos multiplicadores en el continente americano.11 Si bien pueden interpretarse como ecos de profundos replanteos llevados adelante desde algunos países centroeuropeos, las relaciones con los modelos pedagógicos son indirectas. Su recepción y crítica en Argentina se dio mayormente en el contexto de los debates

sobre la autonomía de la arquitectura moderna y la reflexión sobre sus medios específicos, o sobre una arquitectura moderna convertida en estilo, deshistorizando y desterritorializando. Atendiendo a la conjunción entre arquitectura y pedagogía modernas y a sus canales de difusión desde la arquitectura es importante remarcar la muestra de arquitectura escolar, “Der Neue Schulbau”, realizada en el Kunstgewerbemuseum de Zürich en 1932. Unos meses más tarde, el GATEPAC (Grupo de Artistas Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea) replica la muestra bajo el nombre “Exposición Internacional de Escuelas Modernas”, en Madrid y Barcelona y difunde estas obras y paneles a través de dos números monográficos –8 y 9– de la revista AC.12 Respecto a la recepción de estos fenómenos en el contexto nacional, es conocido el importante desarrollo conceptual y teórico de la arquitectura moderna en Argentina. Sus “aplicaciones” se incorporaron en congresos y publicaciones de arquitectura, como la Revista de Arquitectura o Nuestra Arquitectura; ambas publicaciones sostenían intercambios con AC.13 La activa participación en los debates teóricos de los hermanos Civit, particularmente de Arturo como delegado de la DPA en congresos nacionales e internacionales, como en los artículos publicados o las conferencias dictadas, da cuentas de su actualización y voluntad de posicionarse en el debate respecto a la nueva arquitectura. No obstante, y más allá de los probados intercambios, los procesos de selección aplicados a las escuelas parecen rescatar solo lo lingüístico y/o lo tipológico, acorde al ideario de la arquitectura moderna o a los tempranos cruces de ésta con el higienismo; no así las reflexiones sobre el espacio inherentes al escolanovismo. En este sentido, la operación se asemeja más a la del International Style14 que a la del GATEPAC. 5. ¿Qué modernidad? La arquitectura escolar como campo de disputa Perseguir “la modernidad” en su vinculación con ideas generales tales como “innovación”,

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“progreso” y “ruptura con el pasado” coloca a los edificios escolares en el eje de una disputa política, pedagógica y arquitectónica. La modernidad que supone la configuración de la estatidad en el caso mendocino se entiende aquí en tanto concepto sociológico “asociado principalmente con la industrialización, la secularización, la burocracia y la ciudad” (Payne, 2002, p. 475). No obstante, y analizando la historicidad de este concepto José Brunner (2002, p. 176) explicita que: (…) no hay algo así como una única vivencia prototípica de la modernidad, situada por fuera y por encima de los límites de la geografía, el tiempo, la clase social y las culturas locales. Sin duda hay una matriz común, (…) pero, enseguida, existe una gran variedad de modalidades espirituales, vitales, materiales, temporales, sociales y espaciales a través de las cuales los elementos de esa matriz se especifican. Esta idea nos abre el camino para examinar los distintos procesos de “modernización” y “modernismos” atendiendo a la diferenciación de Raymon Williams (197, p. 58) cuando especifica que: (…) mientras la modernidad es una experiencia social situada en una etapa histórica y la modernización se refiere básicamente a los procesos de transformación social, política, económica e institucional, el modernismo designa las manifestaciones culturales y artísticas que se vinculan con esos cambios y con esas experiencias en una relación de permanente tensión: crítica y negociación, resistencia e intercambio, exterioridad e inmediatez. Desde esta perspectiva, y del mismo modo que se verifica cómo los procesos de modernización del Estado nacional hacia 1880 difieren de los llevados adelante por el mismo Estado nacional y por algunas gestiones de provincia en la década de 1930, una aproximación a la escala provincial da cuenta de las heterogéneas prioridades y los distintos ritmos en el marco de los procesos de modernización que involucran a la educación,

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a la escuela primaria como institución y a su edilicia a través de la obra pública. La modernización de gestión la encontramos en una eficiencia que se plasma a través del ordenamiento financiero y administrativo, favorecido por ser parte de la Concordancia justista nacional. Orden y homogeneidad a través de un gran volumen de obra pública en clave moderna, que rompe con los lenguajes conocidos y esperados, que da visibilidad a la gestión y que trasunta, con su lenguaje abstracto, atención y nuevos rumbos para la sociedad a través de escuelas, salud pública y viviendas para los sectores medios y bajos. La edilicia escolar primaria en Mendoza se erige como instrumento de propaganda y como correlato de las distintas acepciones que la función social significó para cada una de las gestiones demócratas. No obstante, las escuelas no manifiestan estas vertientes signadas por las posturas respecto a escolanovismo, laicidad, educación física, entre otros. Son éstas, sin dudas, batallas que no se dirimen hacia el interior de los proyectos. La modernización pedagógica, más allá de no tener un “final feliz”, es clave en este período por los replanteos de base respecto a los modos de enseñar y a los lugares del maestro y las infancias en las escuelas, pero también en las comunidades y en la sociedad, en tanto sujetos políticos, autónomos y diferentes unos de otros. El dar visibilidad a otros caminos posibles a través de la divulgación de este ideario en publicaciones propias y en la prensa local, de su puesta en relación con las experiencias internacionales, de la invitación a reconocidos educadores, no puede entenderse como un episodio aislado. El énfasis en la obra pública escolar estaba claramente respondiendo y contratacando, con otros elementos, a estas iniciativas que representaron una amenaza a la reproducción del poder del conservadurismo mendocino. Las tácticas micro-políticas (Puiggrós 1992, 58), lo fueron también aquí –salvo por la fugaz participación de Fossatti y Lemos durante la intervención federal–, pero con un notable espesor teórico y conceptual en sus replanteos.

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La modernización arquitectónica tiene dos vertientes. La primera tiene que ver con el rol adjudicado a los arquitectos. La acertada cooptación de los Civit, profesionales de la elite culta local que, incorporándose a la DPA desde muy jóvenes tuvieron la posibilidad de incidir en los niveles de decisión a través de su actuación sostenida en la dirección de arquitectura. Desde allí establecieron alianzas ideológicas con el partido gobernante y sus distintas facciones a lo largo de la década que les posibilitaron intervenir materialmente en las tareas prácticas de construir la sociedad. Se caracterizaron así por acelerar procesos a través de sus propuestas a un ejecutivo provincial receptivo de las nuevas búsquedas arquitectónicas; por esta vía y sin renunciar a su marca de autor, imprimieron su sello a las gestiones demócratas. En la búsqueda de modelos construyeron su propio repertorio y versión de la arquitectura moderna a partir de sus recortes de las experiencias en arquitectura europeas. El modernismo estaba así en los prototipos logrados en tanto síntesis, garantizando la accesibilidad de esta arquitectura moderna a urbes y bordes y a los gobernantes avanzar, con la arquitectura como instrumento, sobre territorios y familias reproduciendo su poder. Complementariamente, la aproximación asistencialista a la cuestión social en sus fundamentos proyectuales permite inferir que su vinculación con las experiencias escolanovistas es solo indirecta y mediada por los ejemplos internacionales de difusión de la arquitectura moderna. La segunda vertiente de la modernización arquitectónica tiene que ver con el recorte específico que realizan por la vía internacional. Claramente la apuesta está más en sintonía con el higienismo y la racionalización de elementos y recursos propios de los estados europeos de posguerra, de donde derivan la búsqueda del tipo estándar y mínimo, la producción en serie y el aula como célula elemental. La modernización pedagógica se lee en un estadio anterior a las búsquedas escolanovistas, a partir de la reivindicación de la importancia dada a los parámetros higienistas de ventilación y asoleamiento,

donde el ideario de infancia sigue anclado en la eugenesia y aún dista mucho de una epistemología de la infancia. Es en este sentido que podríamos pensar las escuelas de los Civit como “a medio camino” entre las escuelas al aire libre y las escolanovistas, donde la aplicación de los códigos lingüísticos es condición de aceptación por su modernismo, pero éste no está reflexionando sobre códigos espaciales. Más allá de avanzar sobre la eliminación del claustro con tipologías abiertas y extendidas o simples pabellones en el verde y con cubiertas planas y aterrazadas en favor de la ventilación y el asoleamiento, continúan siendo casi inexplorados puntos clave del escolanovismo como la flexibilidad espacial, la integración al espacio exterior, la extensión del espacio interior al entorno inmediato, la identificación de instancias espaciales y programáticas de vinculación con la comunidad y, en el caso de las escuelas monumentales, la atención a la escala del niño. En estas últimas, las jerarquías formales a partir de ejes de simetría, el peso de los muros horadados por aventanamientos puntuales, la escala institucional y la inserción urbana plasman la presencia estatal y la autoridad, rigidez y disciplinamiento perseguidos por el programa escolar. La separación jerárquica de funciones y el ordenamiento del conjunto como una suma de elementos independientes, descartando las relaciones, responde a la concepción positivista del conocimiento como algo fragmentado, externo. La infancia es en este ideario un receptor pasivo en su transición a la adultez; el rol central lo ocupa el maestro, quien transfiere conocimientos y normas preestablecidas. 6. A modo de conclusión Hemos intentado demostrar que la atención al espacio escolar y el estudio de los códigos que subyacen bajo las formas materiales desde las esferas de la política, la educación y la arquitectura son en este período analizadores privilegiados de los distintos idearios de infancia y de sociedad perseguidos.

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Más allá de la notable atención al programa escolar, podríamos afirmar que los nuevos edificios escolares no refieren a la especificidad de la infancia como categoría específica e independiente. Esta no es tratada desde el “ser” escolanovista sino desde el “llegar a ser” positivista, y desde aquí forman parte del conjunto de obras enmarcadas en el derecho de todo hombre “a la justicia e igualdad, al sol y al aire puro, al trabajo y a la salud, a la tierra y a la vivienda decorosa y a la contemplación de la naturaleza, del cielo y las estrellas” (Civit, 1959). Mendoza se coloca hacia el final de este período al frente de las provincias argentinas en lo que a instrucción pública se refiere, sumándose a la creación de establecimientos de los primeros años, la asistencia social de los niños. La función pedagógica de la obra pública tiene en la construcción masiva de escuelas su estandarte, tras haber comprobado el peso específico de la educación primaria para operar en el mapa político. No obstante, el análisis de las nuevas obras no estaría completo sin comprenderlas en el contexto de las pujas y vaivenes por el ideario educativo a sostener por las gestiones demócratas y la DGE. Hemos comprobado que el correlato legislativo de las acciones a nivel educativo no solo suprime las innovaciones introducidas por la Escuela Nueva en la provincia, relegándolas a un contexto comunal, sino que refuerza y multiplica su ideario con el notable aumento en la construcción de escuelas como material instrumentación de la Ley de Amparo Infantil. A nivel proyectual esta ley, más que complejizar programas y plantas de los nuevos proyectos se vale de las estrategias racionalistas estableciendo mínimos cambios a los prototipos escolares y dando lugar en sus módulos a comedores y consultorios infantiles, salas de curación de enfermedades y tratamientos de prevención, en tanto complementos eficientes de la enseñanza pública. El atender a los distintos procesos de modernización en juego en la arquitectura escolar complejiza la caracterización de

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Mendoza como un núcleo de vanguardia arquitectónica en la década de 1930, comprendiendo que los motivos de este fenómeno exceden lo arquitectónico. Y que, atendiendo a la vanguardia disciplinar, la experimentación proyectual debe contextualizarse en el marco de un camino interno de la provincia, relacionado con la educación en tanto problemática clave del período, donde la batalla respecto a la pedagogía a seguir se dirime en estos edificios escolares. Desde este lugar, las escuelas modernas mendocinas no son instrumentos de transformaciones pedagógicas15 sino instrumentos pedagógicos en sí mismos.

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Notas 1

La Escuela Nueva fue un movimiento constituido por propuestas, métodos y articulaciones surgidos en el marco de un escenario internacional: Europa y EE.UU. En activa oposición a las prescripciones normalistas-positivistas, aunó las ideas de individualidad, libertad y espontaneidad de Rousseau, la integración de idea y experiencia y la concepción de la unidad vital del niño de Pestalozzi y la significación de la actividad libre y creadora del niño, el valor del juego y la importancia de la educación estética de Fröebel. Abarcó corrientes diversas entre cuyos representantes se destacan J. Dewey, M. Montessori, O. Decroly, A. Ferrière, R. Cousinet y G. Kerschesteiner. Estas escuelas surgieron a fines del siglo XIX, su divulgación y circulación de métodos se dio entre las dos primeras décadas del XX y su expansión y ampliación hacia 1930. Tempranamente, y con el objeto de coordinar la obra conjunta de las distintas escuelas se fundó en 1899, por iniciativa de Adolfo Ferrière, el Bureau Internacional des Ecoles Nouvelles, en Ginebra. 2 El higienismo también marcó la arquitectura escolar de fines del siglo XIX y principios del XX para corregir las enfermedades endémicas y para asegurar operarios sanos y fuertes a la creciente industrialización. Un importante número de escuelas modernas obedeció a las “escuelas al aire libre” que tienen su origen en la lucha contra la tuberculosis a comienzos del 1900. Recién el paso siguiente fue la creación de establecimientos que combinaban el cuidado de la salud junto a objetivos pedagógicos, previos a la arquitectura moderna. Para profundizar en este concepto consultar la voz “Higienismo” (Paiva & Silvestri, 2004). Un texto clásico referido a esta temática en los edificios escolares es Nociones de higiene escolar (Sunico, 1902). 3 El ejercicio libre de la docencia, que implicaba llevar los beneficios de la alfabetización a los pequeños núcleos escolares adonde no alcanzaba la influencia de la educación oficial, siguiendo los programas de las escuelas urbanas y de “aulas de docencia libre”, quedó reducido a la ampliación del sistema de “escuelas temporarias” en cincuenta establecimientos alejados de las áreas urbanas y suburbanas. Para más información respecto al ejercicio de la docencia libre en Mendoza consultar los artículos referenciados en la bibliografía de Carli (1992) y Fontana (2001). 4 En octubre de 1926 la DGE envía a la maestra María Elena Champeau a Buenos Aires para asistir

a las conferencias y cursos experimentales que daría María Montessori en esa Capital, y en marzo de 1927 esta maestra organizaba conferencias y una exposición Mendoza para sus colegas sobre “La enseñanza Infantil por el sistema Montessori” (Fontana, 2001, p. 286). 5 El vocabulario pintoresco, de claras asociaciones rurales o vernáculas, resulta más adecuado a determinadas búsquedas de “lo provincial”, que en el caso de Mendoza se circunscribe mayormente al turismo y lo doméstico. No obstante, se han detectado en este período una serie de escuelas rurales que apelan a un lenguaje neocolonial; éstas, si bien se enmarcan dentro de la gestión de los Civit en la DPA, no están firmadas por ellos. Para más información respecto a la arquitectura pintoresca en Argentina consultar la voz: “Pintoresca, arquitectura” (Igareta & Schavelson, 2004). 6 Nos referimos aquí a conceptos vertidos por Adolf Behne en La construcción funcional moderna (Der moderne Zweckbau, 1926) que aportan claves para el análisis. Se distingue –parafraseando a Behne– el paso de la fachada al edificio, donde el proyecto en planta se refleja en la totalidad de la volumetría exterior; y en un segundo estadio, el paso del edificio al nuevo tipo, en una línea donde prevalece lo formal pero también la normalización y tipificación, verificada con radicalidad en los prototipos para escuelas urbanas y rurales de Mendoza. 7 Es llamativa la comparación con la Escuela Rawson, inaugurada en 1934 en Godoy Cruz por la DPA pero no firmada por los Civit. Posiblemente se trate de un proyecto anterior si se observan los paneles vidriados hacia el patio, la existencia de un espacio para huerta y la integración con la comunidad al destinarse un sector de la plaza Godoy Cruz, aledaña al edificio, para que los niños hicieran jardinería. 8

Desde la Nación, la decisión política, vía el CNE, de multiplicar el alcance de la instrucción impartida, incluyendo provincias y territorios nacionales, no tuvo un correlato edilicio atravesado por un proyecto igualmente homogeneizador, quedando las “representaciones modernistas” reservadas solo a las escuelas de la Capital. Tanto en el Plan de edificación para Territorios y Colonias nacionales de 1935 como en la Ley de Asistencia médico-escolar y creación de hogares-escuela de 1938, los locales funcionaron como símbolo de las desigualdades que se pretendía homogeneizar. Además, mientras desde la Nación se deja transcurrir un “tiempo

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prudencial” entre el establecimiento de la escuela y la ejecución de su edificio, las acciones desde provincias como Mendoza no conciben la escuela sin su edificio, operando sobre todo el territorio y confiando los proyectos a los arquitectos. Ver: Cattaneo, 2011. 9 Cabe aclarar que nos referimos a procesos de selección, sin obviar que Meyer era comunista y que su ideario era claramente distinto. Son años en que Meyer proyecta la Petersschule de Basilea (1926) o que queda como finalista junto al proyecto de Le Corbusier del Palacio de la Sociedad de las Naciones en Ginebra (1926-1927). 10

En sintonía con estas experiencias internacionales, las escuelas al aire libre en Argentina fueron también destinadas en sus comienzos a los niños débiles -art. 11 de la Ley 1420. Las escuelas al aire libre propuestas por el Dr. Ramos Mejía durante su presidencia del CNE para los parques Lezama y Chacabuco en el año 1908 constituyeron los primeros intentos de renovar los edificios escolares a partir de cambios pedagógicos. El correlato arquitectónico se restringía a la eliminación del patio claustral y las aulas se abrían en “L” al verde del parque. Fueron ideadas “como espacios no limitados, nutrición e higiene perfectas, ejercicios corporales al aire fresco y libre, buena educación moral e intelectual y métodos pedagógicos especiales con antecedentes en Alemania, Inglaterra y Suiza” (CNE, 1938, pp. 74-76).

similitudes en cuanto a la depuración del lenguaje y a la integración del exterior al espacio educativo, resulta también llamativa la preocupación por mostrar la apropiación de estas obras por parte de sus destinatarios: niños en movimiento, desarrollando actividades en simultáneo, al aire libre. Las portadas de las dos revistas del GATEPAC, AC 9 y 10, dedicadas a edilicia escolar, evidencian, la primera, el protagonismo de los niños y la prescindencia del espacio estanco del aula y su mobiliario para garantizar la transmisión; la segunda, el rol de la educación como estadio central en el proceso hacia el bienestar común y el beneficio colectivo. 13 El trabajo en el archivo del GATEPAC ha permitido corroborar la difusión de la revista AC y su rol de catálogo de referencia para los profesionales encargados de proyectar las escuelas primarias en el contexto sudamericano a partir del relevamiento de sus suscriptores. Argentina fue el país con mayor cantidad de suscriptores (35) por fuera de Europa, siendo relevante en la circulación y difusión de estas ideas los intercambios documentados con las revistas argentinas Claridad, Criterio, Nuestra Arquitectura, Obra y Revista de Arquitectura. La circulación de obras y escritos también queda de manifiesto por los intercambios establecidos con revistas e instituciones de renombre, entre las que se destacan The Architects Journal (Londres) y The Architectural Record (Nueva York) y el MoMA. 14

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Los proyectos de Dudok en Hilversum (19201931) y de la Petersschule (1926) para Basilea de Meyer y Wittwer; la Friedrich-Ebert Schule (19271929) de May en Frankfurt; la Escuela al Aire Libre (1929) en Ámsterdam de Bivjoet y Duiker; la Escuela de Altstetten (1932) en Zurich, de Roth; la Escuela Karl Marx en Villejuif de Lurçat (1932); la Escuela al Aire Libre (1935) en Suresnes de Beaudouin y Lods; el Parvulario Sant-Elia (1936-1937) en Como de Terragni; la Skolen ved Sundet (1935-1938) en Copenhague, de Gottlobla; la Escuela (1937) en Arenys del Mar en Barcelona, de Sert y la Escuela en Impington (1939) de Gropius y Fry se cuentan entre los de mayor difusión. 12

La exposición, cuya primera sala estaba dedicada a la “Nueva pedagogía y construcción de colegios en primaria” incluyó obras europeas y americanas a modo de “ejemplos a seguir”, la mayoría de los cuales formaban parte del movimiento de la Nueva Objetividad. En sintonía con los criterios pedagógicos que pregonaban, muchas de las imágenes mostraban espacios vívidos, posibilitantes, flexibles. Además de las

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También en 1932, desde EEUU y fruto de una exposición en el MoMA de Nueva York –Modern Architecture: International Exhibition– se presentaba el libro The International Style. La operación llevada adelante por Barr, Hitchcock y Johnson, tuvo como estrategia posicionar a la arquitectura en el mundo del arte, reforzando su autonomía como práctica estética a través de la instalación de carácter abstracto como denominador común de la arquitectura moderna, donde las obras emergían como piezas de arte, despersonalizadas, sin escala y disociadas de su contexto. La necesidad de EEUU de tomar protagonismo, reorganizando el debate arquitectónico a partir de la instalación de un estilo americano, implicaba una necesaria desvinculación con la historia social y con las prácticas culturales. En este sentido, mientras gran parte de las acciones y teorizaciones europeas coincidían en poner en foco el espacio, los propagandistas del International Style se centran en la envolvente para definir así la taxonomía formal de un nuevo estilo que ellos consideran ya maduro tras la exposición del Werkbund en Weissenhof de 1927 (Cattaneo y Cutruneo, 2011).

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Nos referimos aquí a ensayos de la década de 1930 como las escuelas de las gestiones radicales sabattinistas en Córdoba o los proyectos del Departamento de Construcciones Escolares de la gestión demoprogresista en Santa Fe (Cattaneo, 2011).

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Fuentes A.C. Documentos de Actividad Contem-poránea. (1933, primer trimestre). Número dedicado a escuelas, 9. A.C. Documentos de Actividad Contemporánea. (1933, segundo trimestre). La escuela en la “ciudad funcional”, 10. Civit, A. (1959, diciembre 7). La función social de la Arquitectura. Borrador de la conferencia pronunciada en Radio Nacional. Inédito, gentileza de la Dra. Cecilia Raffa. Consejo Nacional de Educación. (1938). Cincuentenario de la Ley 1420. Tomo II: Memoria sobre el desarrollo de las escuelas primarias desde 1884 a 1934. Buenos Aires: Imprenta oficial. Dirección General de Escuelas. (1933, noviembre 15 y 30). Instrucción Pública. La Quincena Social, 349-350, s/n. Dirección General de Escuelas. (1935, enero 1°). La labor de 1934. Una obra fecunda y constructiva. La Quincena Social, 374-376, s/n. Clase de dibujo de la Escuela Municipal N° 7 y Curso de analfabetos (1938, noviembre 15). Educad al Soberano, 1, s/n. El vigoroso Departamento San Martín. (1939, septiembre 30 y octubre 12). La Quincena Social, 484-485, s/n. Fossatti, F. Aclarando conceptos. (1929, mayo y junio). Ensayos, (1), 4 y 5, pp. 3-5. Fossatti, F. (1930, abril 14). La Escuela Experimental de Nueva Era. Los Andes, p. 13. Fossatti, F. (1930, julio 23). Sobre la personalidad de M. Adolfo Ferriere. Los Andes, p. 8. J. C. Raffo de la Reta y J. P. Ponce. (1937, JunioJulio). Leyes y Reglamentos. Proyecto de Ley de Educación para la provincia, Monitor de Educación de la Provincia de Mendoza, (1), 3 y 4, 297-324. La Edificación Escolar en Mendoza. (1939, AgostoSeptiembre). Monitor de Educación de la Provincia de Mendoza, (3), 15 y 16, s/n. MIOP. (1938, enero 31). La Edificación Escolar de la Provincia. La Quincena Social, 444 y 445, s/n. Sunico, F. P. (1902). Nociones de higiene escolar. Buenos Aires: Taller Tipográfico Penitenciaría Nacional.

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REGISTROS, Mar del Plata, año 11 (n.12): 75-94. Agosto 2015 ISSN 2250-8112

Arquitecturas y objetos para la enseñanza media en el Estado argentino: Nación | Provincia en Mendoza, 1934-1944 Architectures and objects for high schools in the argentine State: Nation | Province in Mendoza, 1934-1944

Mariana Ines Fiorito Universidad de Buenos Aires, Argentina Abstract

Resumen

This paper attempts to define the relationship between national and provincial government policies regarding high school education in Mendoza, as they allow to establish the link between architecture, school objects and education. Between 1934 and 1944, secondary education in Argentina went through a radical transformation due to new educational programs labor oriented. State policies –national and provincial– found a point of maximum articulation in buildings specially designed for their implementation. The constructions were guided by the planning, design and equipment, beginning with the selection of the enclave in the city up to the whole project that included the complete design of the equipment with the view set on the needs of the various educational activities such as physical education, domestic economy and the training of various occupations in laboratories or workshops. The case of Mendoza constitutes a typical episode, yet unique for the quality of its proposal and the intensity of the configuration processes.

El presente trabajo procura definir la relación entre las políticas estatales nacionales y las provinciales respecto de la enseñanza media en Mendoza, en tanto permiten establecer el vínculo entre arquitectura, objetos escolares y educación. En Argentina, entre los años 1934 y 1944, la enseñanza media atravesó una transformación radical debido a los nuevos programas orientados a la educación para el trabajo. Las políticas estatales –nacionales y provinciales– encontraron un punto de máxima articulación en edificios especialmente proyectados para su puesta en práctica. Las construcciones estuvieron guiadas por el planeamiento, el diseño y el equipamiento, partiendo desde la selección del enclave en la ciudad hasta el proyecto, que incluía el completo diseño del mobiliario con el horizonte puesto en las necesidades de las diversas actividades educativas como la educación física, la economía doméstica o la formación de los oficios en los laboratorios y talleres.El caso de Mendoza constituye un episodio típico y a la vez singular por la calidad de su propuesta y la intensidad de los procesos de configuración.

state policy - architecture for education secondary education - integral design

política estatal - arquitectura para la educación - enseñanza media - diseño integral

Arquitecta y docente, FADU, UBA. Doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile

Recibido el 28 de febrero de 2015

Aceptado el 28 de mayo de 2015

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Introducción Contrariamente a lo que sucede entre nosotros, es posible observar aquí la absoluta correlación funcional que existe entre el edificio y su complemento indispensable, el mueble. Creemos, pues, ventajoso generalizar esta modalidad entre nosotros y adoptarla como una norma permanente. Hortal, J., Pitella, D. y Grâsso, J.,1938

En la Argentina de los años 30, atravesada por la promoción de una política económica interna de industrialización y a una nueva ubicación en el mapa mundial que proponía superar su anterior condición de “granero del mundo” (Dorfman, 1942/1970 y 1983; Macor, 2006), se acentuó la demanda de una formación del joven adolescente para el mundo laboral y productivo. Se necesitaban desarrollar nuevos conocimientos y oficios prácticos que se afrontaron con distintas modalidades de educación.1 El presente trabajo procura establecer la correlación,pese a escalas y complejidades, entre políticas estatales nacionales y provinciales respecto de la enseñanza media en Argentina entre los años 1934 y 1944.2 El argumento central es que las políticas relacionadas con los establecimientos para la enseñanza media signadas por el Estado argentino eran elaboradas en una estrecha relación entre pedagogía y arquitectura. Si bien esta era la modalidad ya asentada en la arquitectura escolar desde el siglo XIX, lo novedoso es un enfoque holístico basado en teorías de “diseño integral” que combinaban el planeamiento, el diseño y el equipamiento en relación a las prácticas educativas.3 La gran destreza de los cuerpos técnicos permitió que el proyecto arquitectónico incluyera desde la relación con el espacio público (el enclave urbano, el acceso y la representación institucional) hasta el completo diseño del mobiliario (pupitres, mesas, bibliotecas, etc.). La arquitectura y los objetos resultaron así el marco indispensable para la educación y la formación. Estrategias que a nivel nacional lograron generalizar los integrantes de la Dirección General de Arquitectura del Ministerio

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de Obras Públicas de la Nación (DGA MOP), como mencionan en el acápite que debiera ser luego de un viaje al exterior a visitar ejemplos de edificios; pero que también fueron replicadas en la Dirección de Arquitectura de la Provincia del Ministerio de Industrias y Obras Públicas de Mendoza. Con el horizonte puesto en las necesidades de las diversas actividades educativas como la educación física, la economía doméstica o la formación de los oficios en los laboratorios y talleres, el caso de Mendoza constituye un episodio típico y a la vez singular por la calidad de su propuesta y la intensidad del proceso de configuración.4 Partiendo de la precisión de algunos conceptos y de la revisión de los antecedentes relativos al nivel de enseñanza, se procederá, con una estrategia inductiva, a examinar en los casos de la Escuela Normal “Mercedes Tomasa de San Martín” en San Rafael y la Escuela Técnica Industrial “Emilio Civit” en Maipú, para deducir claves en las decisiones estatales. Nación | Provincia: Políticas estatales, técnicos y obras públicas en Mendoza En algunos procesos históricos es posible asociar ciertas obras de infraestructura y/o de arquitectura con determinadas políticas estatales, implicando que se entretejen múltiples relaciones entre las políticas y los procesos de transformación material que se llevan a cabo. El concepto de las políticas5 relativas al Estado se relaciona con los gobiernos y los asuntos inherentes a la conducción y administración de los territorios siendo la actividad de quienes rigen –o aspiran a regir– las cuestiones públicas. Es decir, “¿Qué producen quienes nos gobiernan, para lograr qué resultados, a través de qué medios?” (Meny & Thoenig, 1992, p. 7). Así, se definen las políticas estatales6 a las acciones específicas, con sus respectivos objetivos, medios y formas de realizar, ejecutadas por el gobierno, aquí nacional o provincial –en ocasiones en conjunto–. En este trabajo se tendrán en cuenta las manieras en que se materializaron las obras públicas correspondientes al nivel de enseñanza media

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en Mendoza, más que en las reglamentaciones, las leyes y sus presupuestos que son también parte de las políticas estatales. Alineado con el pensamiento de Gropius quien sostenía que el arquitecto y, por ende, la disciplina, debía abarcar todas las escalas “desde la cucharita a la ciudad”, los profesionales de las reparticiones estatales tomaron algunos de esos rasgos ligados al diseño (Bayer, Gropius y Gropius, 1938/1986). En la cultura arquitectónica del momento, había un clima que avalaba la manera de comprender integralmente todos los niveles de la cultura material ya en práctica tanto en las obras públicas del Estado Argentino (correos, hospitales, escuelas primarias, etc.) como fuera de él como por ejemplo, en el edificio Volta (1935), u Hotel LlaoLlao (1938), realizados por Alejandro Bustillo (1889-1982); o bien las experiencias del Grupo Austral, como la casa de estudios para artistas en Buenos Aires de Bonet, Vera Barros y López Chas (1939). Ya ha sido demostrada la actitud del “Estado como vanguardia” con las estaciones de servicio realizadas entre Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y el Automóvil Club Argentino (ACA) en la Argentina de los años 30 (Gorelik, 1994 y 1987; Ballent, 2008, 2005a y 2005b). Dentro del ámbito estatal, se había dado lugar a la conformación de un grupo de profesionales que trabajaban en un nuevo escenario dentro del campo profesional (Di Bello, 1997; Cirvini, 2004 y 2008, noviembre; Raffa, 2010, enero-junio), en el que el arquitecto –tanto a nivel nacional como provincial– abandonó su figura heroica en solidaridad con el trabajo en equipo. Esto formaba parte de las estrategias de un diseño omnicomprensivo de un Estado fuerte. A nivel nacional, en el año 1933, tras la designación del arquitecto José A. Hortal7 como director, la DGA MOP adquirió una nueva estructura8 y aumentó atribuciones, obras y su presupuesto como medio para legitimar el accionar político y en el marco del acrecentamiento de obras públicas de corte keynesiano (Macor y Piazzesi, 2005; Parera, 2006). Sus

integrantes, formados en la profesión en los años 20 y 30, fueron protagonistas de una educación que si bien, luego de la reforma universitaria de 1919, no trastocó inmediatamente la estructura por materias en favor de cátedras paralelas o la ejercitación en el dibujo de los órdenes clásicos tomados del Vignola, comenzó a manifestar cambios en los temas planteados para los ejercicios y el rechazo por parte de los alumnos del sistema Beaux Arts que no les brindaba las herramientas para afrontar los problemas arquitectónicos demandados por la sociedad (Shmidt, Silvestriy Rojas, 2004). Había una cultura arquitectónica que naturalizó una serie de experiencias, ideas, ejemplos, modelos y referencias, que se estaban haciendo presente a partir de distintas aristas, desde los arquitectos que viajaban a Europa o Estados Unidos –como los que fueron a trabajar en el estudio de Le Corbusier–, pero sobre todo en la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (EA UBA) y en figuras de docentes como René Karman9 quien atento a las novedades, aunque con un registro tradicional, habilitó grupos que estaban encontrando respuestas a las demandas de la modernización. A nivel provincial, la práctica profesional asociada a la función pública también se acrecentó, así como también las injerencias de los arquitectos actuantes, debido al importante volumen de obra pública que caracterizó a los gobiernos. Como menciona Müller respecto de los arquitectos Carlos Navratil y Salvador Bertuzzi en el caso de la provincia de Santa Fe: (…) el manifiesto empeño orientado a fortalecer los cuadros técnicos, insertando jóvenes profesionales en las distintas oficinas del Estado provincial, habla de un interés dirigido también a propiciar un mayor reconocimiento y jerarquización del funcionario público, en tanto resulta ostensible que los distintos saberes técnicos aplicados a mejorar la producción fueron oportunamente convocados y organizados (…) (Müller, 2011, p. 62)

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Lo mismo se aplicó también a nivel nacional. Los arquitectos habían sido generalmente alumnos distinguidos en las universidades y sus proyectos de distintos cursos de la EA UBA fueron publicados en la Revista de Arquitectura10 y algunos con posterioridad fueron personal jerárquico dentro de las reparticiones. La DGA MOP era la encargada del proyecto, construcción y mantenimiento de los edificios fiscales y monumentos construidos por el Estado Nacional como, por ejemplo, el Hospital de Clínicas o el edificio para la Administración General de Ferrocarriles. En el interior del país, su labor fue principalmente la construcción de edificios para correos y telégrafos, maternidades y hospitales, facultades, aduanas, cárceles y juzgados de Paz y, en forma especial, numerosas escuelas de enseñanza media. Para el caso de la provincia de Mendoza, los principales gastos nacionales en el territorio fueron para la ampliación y reforma del Colegio Nacional en Mendoza, el monumento Nacional de la Basílica de San Francisco, el Puente del Inca, el Observatorio Meteorológico en Mendoza, los resguardos aduaneros en Cruz de Piedra y El Portillo, Correos y Telégrafos en Gral. Alvear y Atuel Sud, la escuela primaria en Atuel Sud y la Escuela Normal en San Rafael (Memorias del MOP, 1934-1944). En clave local, la Dirección Provincial de Arquitectura de Mendoza no había tenido un desempeño relevante en lo que a edilicia se refiere hasta la llegada de los arquitectos Manuel (1901-1978) y Arturo Civit (19031975) quienes, entre 1932-1942, lograron la planificación y concreción de importantes obras públicas, como el Hogar de la Madre Obrera (1935), el Pueblo de Casas Colectivas para Empleados (1935), el Hospital Central (1937), el Balneario Popular (1937), escuelas, caminos, etc. (Raffa, 2004, 2005, 2008, 2009; Cattaneo, 2011b). Ejemplos en donde se plasmaron ideas modernas provenientes del racionalismo, la estandarización y la función social del Estado. Estos estados nacionalistas argentinos con tintes autoritarios, especialmente el Nacional y

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los de las provincias de Córdoba, Santa Fe o Mendoza, utilizaron la obra pública, en particular las escuelas de enseñanza media, como forma de promoción y legitimación de su accionar. Pero además, en el caso de estas escuelas, los elementos de la cultura material escolar eran también diseñados desde las reparticiones estatales: el mástil, el pupitre, el pizarrón de hojas móviles, las leyendas y el escudo en las fachadas de los edificios, el reloj y la iluminación (ventanas, cortinas y lámparas), el equipamiento de los gabinetes y salas de proyección, los muebles de secretarías y dirección (mesas, sillones, percheros). La enseñanza media en Argentina y en Mendoza en los años 30 En los años 30, la escuela de enseñanza media era la institución que tenía por objeto la educación de los individuos posterior a la escuela primaria y correspondía específicamente al segmento de jóvenes adolescentes entre 13 y 18 años. Era una institución diferenciada de la escuela primaria, salvo en los casos de las Escuelas Normales que incluían también una sección de aplicación de primario para la implementación de las prácticas pedagógicas.11 A partir de entonces, se comenzó a orientar la enseñanza media hacia la formación de una mayor base de población –aunque aún restringida–12 por medio de la fundación de más de un centenar de establecimientos y una destacada construcción de edificios escolares13 con la intención de llevar un programa emblema a nuevas ciudades, donde antes no existía. Fueron, así, instituciones representativas de una expansión y de un modo de ocupación del territorio argentino con el fin de formar ciudadanos con diferentes habilidades para acceder a la universidad, trabajar en la docencia, el comercio o la industria. Además del edificio dónde se llevan a cabo las prácticas educativas, las relaciones escolares estaban mediadas por diversos objetos, por lo que existe una dimensión material de la vida cotidiana escolar que era uno de los vértices de los procesos educativos. Los téc-

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nicos del Estado se preocuparon activamente de los elementos de esa cultura material que formaba parte de los rituales y las prácticas escolares, tanto de los componentes físicos insertos o que forman parte de las escuelas como el mástil o el pizarrón, por mencionar algunos, como del mobiliario, también incorporado en las documentaciones de obra. Este era otro de los instrumentos necesarios en el proceso educativo que dependía del número de alumnos en la clase, de la movilidad tanto del maestro como de los alumnos, de la direccionalidad de la atención y la disposición física del grupo, del grado de especialización, el tipo de clase a desarrollar y de ayudas didácticas necesarias (Lawn & Grosvenor, 2005; Brailovsky, 2010). Como en la mayoría de las provincias, la primera institución de segunda enseñanza en Mendoza fue el Colegio Nacional de la Capital Provincial, creado en 1864, junto a otros cinco colegios del país (Tucumán, Concepción del Uruguay, Salta, Catamarca y San Juan), a imagen del Colegio Nacional de Buenos Aires. El edificio en el que comenzó a funcionar fue un hospital alejado del radio urbano en las calles Belgrano y Rivadavia. En un principio, esta fue una institución preparatoria para las universidades, pero también formó maestros primarios, mantuvo la primera escuela graduada y un Departamento de Agricultura. En 1875 fue suprimido el internado, en 1877 se desprendió la escuela graduada y en 1880 el Departamento de Agricultura del Colegio se transformó en Escuela Nacional de Agricultura; quedando solo para la preparación de jóvenes orientados a las carreras liberales (Fontana, 1993). En 1911 se trasladó al edificio que ocupa actualmente, proyectado por el ingeniero mendocino Juan Molina Civit, cuya construcción estuvo a cargo de la DGA MOP, y fue una de las primeras donde se utilizó el cemento y la mampostería armados, con refuerzos metálicos con propósitos antisísmicos. En 1878, pocos años después de creada la primera Escuela Normal en Paraná, comenzaron a funcionar en la capital mendocina la Escuela Normal de Maestras (transformada en mixta en 1915) dirigida por un plantel

de maestras norteamericanas y el Normal de Maestros (clausurado en 1900). Muchos de los alumnos que antes concurrían al colegio Nacional se anotaron allí debido a los atributos con que la carrera de maestro venía acompañada, dando lugar a la hegemonía normalista. A partir de 1900 aumentó incesantemente la cantidad de alumnos y se produjo la consolidación de la enseñanza media. A nivel nacional se abrieron la Escuela de Artes y Oficios en Mendoza (1912) –la primera escuela de índole práctica–, la Escuela Normal Mixta en San Rafael (1915) y la Escuela de Adaptación Regional en Rivadavia (1917) en un primer intento de adaptación de la educación a las necesidades del nivel cultural y el medio. Por su parte, la labor de la Dirección General de Escuelas (DGE) de la Provincia durante la segunda década del siglo XX estuvo orientada a la solución de problemas no resueltos por la Nación con el establecimiento de institutos técnico-prácticos, la formación de maestros y el establecimiento de un centro de estudios base para la futura universidad.14 En la década de 1934 a 1944, se producen varias fundaciones a nivel nacional en Mendoza: el Liceo de Señoritas anexo al Colegio Nacional (1934), el Colegio Nacional y la Escuela de Artes y Oficios en San Rafael, ambos en 1937. Asimismo, en ese año, después de fuertes debates se logró la nacionalización de la Escuela de Comercio “Martín Zapata” de Mendoza, con el traspaso del establecimiento al gobierno nacional hasta tanto se creó la Universidad Nacional de Cuyo en 1939, cuando pasó a depender de la misma. A nivel provincial, se realizó la creación de Escuelas Regionales Técnicas dependientes de la DG para la formación de técnicos y artesanos: Escuela de Industrias de la Construcción y Obras Viales en Godoy Cruz, Escuela de Enseñanza Agrícola en Guaymallén, Escuela de Industrias de la Granja en Rivadavia o San Martín, Escuela en San Rafael con anexo en Tunuyán para la formación de obreros de plantaciones y la Escuela Ambulante de Perforadores.15 Como se percibe, en esa década se crearon distintos tipos de escuelas respondiendo a REGISTROS, año 11 (n.12): 75- 94. Agosto 2015

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modalidades ya usuales o nuevas (Escuelas Técnicas, Escuelas de Adaptación Regional, etc.), de modo que se acentuaron las especialidades avanzando en un perfil de jóvenes no homogéneo, llevando a una complejización y modernización del mundo relativo a este nivel de enseñanza.

veces inadecuadas y por los cuales se pagaban altas rentas (Schávelzon, 1978). Luego, se emprendió el proyecto y construcción de Escuelas Normales y Colegios Nacionales en la Capital del país y de las provincias, y desde principios del siglo XX se construyeron edificios modelos para las diferentes modalidades de la enseñanza media.

Materialización de un modelo: la Escuela Normal en San Rafael

En Julio de 1940, la Revista de Arquitectura (RA) publicó un artículo de la DGA MOP relacionado con la construcción de edificios dedicados a la segunda enseñanza señalando que debían ser encarados con “un criterio racional” y que marcaba un punto de arranque de una política educacional de construcción de escuelas.18 Se mencionaba que el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (MJeIP) había emprendido un “amplio plan de construcciones escolares”, lo que había determinado la realización de un estudio con el objeto de analizar las obras realizadas anteriormente para, a partir de la formulación de programas tipo por parte del MJeIP, establecer normas ar-

A diferencia de la escuela primaria pública16 donde había una superposición de gestión entre los niveles nacionales y provinciales,17 desde los inicios de la educación secundaria, la arquitectura fue asumida por el gobierno federal a través de planes centralizados. Con la creación en 1869, por parte del gobierno nacional de la Oficina de Ingenieros, comenzó un plan de adaptación de edificios antiguos a las necesidades educativas de Colegios Nacionales o Escuelas Normales ya que al principio funcionaban en casas alquiladas, muchas

Fig. 1. Imágenes del estudio de una Escuela Normal, 1940. (Documento perteneciente al archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública –CeDIAP– del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas).

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quitectónicas generales para los edificios. Esto era en cierta medida relativo ya que existía en el país una amplia tradición de debates respecto de la pieza arquitectónica y documentación de sistematizaciones previas.19 Se señalaba allí que en el análisis realizado se advirtió que el proceso de las obras anteriores no respondía a criterios uniformes y que fue a partir de ello que se realizaron anteproyectos de cada una de las escuelas del plan educativo con el objetivo de unificar criterios en la obra oficial. Específicamente se destacaba que: “[n]o se trata en absoluto de planos de sistemática aplicación en todos los casos. Se sobrentiende que cada nuevo problema deberá solucionarse de acuerdo a sus particularidades referentes a condiciones de lugar, de terreno, de clima, de materiales, etc.” (Argentina. Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Arquitectura, 1940, p. 415. El destacado es del original). Además, esos anteproyectos debían “interpretarse

como la expresión gráica de los programas básicos que los originaron, y como una recopilación de renovados criterios de orden educacional y arquitectónico” (Argentina. Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Arquitectura, 1940, p. 415. El destacado es del original). Mostrados con algunos planos y fotografías de maquetas de las cuales, hubo una exposición dondese presentaban tres niveles de plantas, una planta general, dos perspectivas y una fotografía de una maqueta de una Escuela Normal (fig. 1). Se mencionaban como aspectos destacables de ese prototipo: 1. la única entrada controlada por la administración; 2. la sección de educación física como una atracción permanente y que constaba de gimnasio, vestuarios y pileta siendo adaptable como salón de actos y de música; 3. el patio cubierto como circulación que suprimía el recorrido del alumno en busca del ambiente de recreo; y 4. que la escuela se hallaba frente a una plaza rodea-

Fig. 2. Escuela Normal en San Rafael (Mendoza), 1946. (Documento perteneciente al archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública –CeDIAP– del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas).

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da de parque, alejada de lugares malsanos como humos, basura, tráfico y vías. La propuesta era en forma de U en torno a un patio descubierto, con un total de 21 aulas comunes. En planta baja, una de las alas correspondía al sector de Educación Física; la otra, a los diversos gabinetes y el sector del frente del edificio, contenía el área de dirección y algunas aulas comunes. La segunda planta, en forma de L, tenía la biblioteca sobre el acceso, y las aulas y el gabinete de física en la misma ubicación que en la planta baja. La tercera planta repetía la segunda cambiando la biblioteca por el museo y el gabinete de física por el de química. Se señalaba que el Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Jorge E. Coll,20 había mencionado que las construcciones debían ser sobrias y buscar armonía y que era (…) la primera vez que en forma integral se estudian prolijamente todos los aspectos de la construcción escolar y se

ha hecho, no sólo con competencia, sino también con el interés superior –agregó– de solucionar desde el punto de vista técnico cuanto se refiere a la construcción. (Argentina. Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Arquitectura, 1940, p.420) Dentro del conjunto de escuelas cuyo proyecto fue realizado por la DGA MOP en el período de estudio, y debido a que las escuelas en la Capital provincial ya se hallaban construidas o tenían edificio propio, se encuentrala Escuela Normal Mixta en San Rafael (fig.2). Segunda en importancia después de la capital era una ciudad al sur de la provincia de Mendoza con una población de alrededor de 35 000 habitantes.21 La institución había sido creada en 1915 y comenzado a funcionar enun edificio alquilado –como la gran mayoría en la Argentina– de la Avenida Mitre 2125 (hoy Hipólito Irigoyen y Buenos Aires). El motivo fundamental de su creación era la falta de maestros locales para cumplir la tarea

Fig. 3. Planta Baja de la Escuela Normal en San Rafael (Mendoza), 1941. (Documento perteneciente al archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública –CeDIAP– del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas).

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de alfabetizar el sur mendocino, proviniendo hasta ese momento de la capital provincial o de San Luis. El reclamo para la construcción del edificio se manifestaba desde comienzos de los años 30 en las Memorias del MJeIP. El terreno rectangular de 70m x 100m en el borde periférico de la ciudad había sido adquirido por las autoridades provinciales por cumplimentar las condiciones de ubicación y extensión necesarias requeridas. Por su parte, el diputado nacional por Mendoza, doctor Raúl Godoy, había logrado la incorporación de una partida en el presupuesto del MOP para la construcción del edificio propio en la década del treinta. Sin embargo, en 1942 la institución debió trasladarse por deterioros en el local, a dos edificios provisorios y recién en 1946 los dos niveles –la Enseñanza Media y Departamento de Aplicación– pudieron ocupar el nuevo

Fig. 4. Pórtico de acceso de la Escuela Normal en San Rafael (Mendoza), 1946. (Documento perteneciente al archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública –CeDIAP– del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas).

edificio en las calles El Libertador y Barcalá.22 El edificiofue proyectado por el arquitecto José Luis Barraseta (s/d - 2000) en 1941, quien se había recibido en la EA UBA en 1937. En ese mismo año, también realizó el proyecto de la Escuela de Comercio en Bahía Blanca de muy similares características. El edificio es un volumen de dos pisos en forma de U alrededor de un patio abierto que cuenta con 17 aulas comunes en total (7 en planta baja para el departamento de aplicación y 10 en planta alta para dos divisiones de la escuela normal) (fig. 3). El acceso a la escuela, ubicado en el ala central pero cercano a las esquina, es un volumen prominente en la fachada con una cornisa recta recubierto con chapas rectangulares de mármol Travertino Toba de 4 cm de espesor,23 hoy de un tinte anaranjado, que tiene tres puertas flanqueadas por dos pilares rectangulares de doble altura, generando un pórtico de entrada entre el espacio urbano y el hall (fig. 4). Este es el único punto con decoración del edificio: el escudo nacional en sobrerrelieve, la inscripción “escuela normal mixta” con tipografía mayúscula de líneas rectas en bajorrelieve, una leyenda en bronce que el edificio fue realizado por el MOP y el color del Travertino. En general, en este tipo de escuelas, el pórtico era la pieza de acento exclusivo que hacía que cada uno de los casos tuviera características que lo concebían como original. Pórticos que encarnaban la carga de representación concentrada en el acceso como parte más distinguida del edificio y que los convertía en símbolos de estos “monumentos”. El edificio está organizado alrededor de un gran patio seco orientado hacia el sur. Desde el hall, hacia el oeste, se ubica el sector de administración y detrás, sobre la avenida El Libertador, el gimnasio-salón de actos con su sector de apoyo. Hacia el frente principal se encuentran las aulas comunes y sobre el sector este, las aulas de apoyo (gabinete de proyecciones y sala de trabajos manuales) y la casa del director. La planta superior repite el mismo esquema con biblioteca, museo didáctico al frente y casa del mayordomo. REGISTROS, año 11 (n.12): 75- 94. Agosto 2015

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Las circulaciones horizontales son de una gran amplitud de ancho, permitiendo un espacio de intercambio entre los estudiantes, ubicándose las aulas solamente en uno de los laterales y proporcionando el acceso al patio en planta baja. En su extremo se encuentran las circulaciones verticales. Esta escuela es un ejemplo inequívoco en que el sector deportivo era una parte esencial. Se proyectó un gimnasio con una cancha de básquet, un sector de vestuarios y duchas para mujeres, y otro para varones, con la inclusión de una sala de primeros auxilios. Pero adicionalmente, se había programado una pileta de natación que posteriormente no fue realizada. El gimnasio - salón de actos tenía acceso desde el hall principal del edificio, era de doble altura y estaba cubierto con cabriadas de madera a la vista. Anteriormente un espacio simbólico con butacas fijas y escenario para representaciones vinculadas a lo patriótico, el salón de actos mutaba así a un espacio moderno, libre y relacionado con el deporte ya que lo nacional comenzó a estar articulado

con una noción de disciplina física del joven (fig.5). Esa transformación marcó un cambio arquitectónico, ya que el aula magna mudó a un espacio cuyas dimensiones estaban relacionadas con lo deportivo: la cancha de básquet que se habría que cubrir de ornamentos ad hoc el día de festejos patrios. Es decir, se destacaba como prioridad el lugar que ocuparía el entrenamiento físico. El paquete de documentación de este edificio, al igual que en el resto del país, incluía el diseño particular de todos los espacios educativos (fig. 6 y 7). La sala de proyección y dibujo tenía graderías de bancos de cedro color nogal, tarima y pizarrón con cortina de proyecciones (fig. 6). Por su parte, el gabinete de física y química se organizaba con un sector de aulas teóricas con graderías de madera y otro con mesadas para la realización de experimentos (fig. 7). El mástil, esencial para las actividades cotidianas matinales o actos patrios, se ubicaba en el eje central del patio abierto, era una base cuadrada de hormigón con revoque con molduras, y un tubo Mannesmann

Fig. 5. Gimnasio | Salón de Actos de la Escuela Normal en San Rafael (Mendoza), 1941. (Documento perteneciente al archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública –CeDIAP– del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas).

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con una tapa con roldana. Pero, también, la distribución de muebles, la organización del aula común, carpinterías y sistemas de oscurecimiento de las aulas, todo era pensado de modo centralizado. Usualmente, pupitres, pizarrones de hojas dobles, mesas, escritorios, sillas, sillones, percheros eran comunes a varias obras y en los planos de la obra se remite al plano del tipo general de obras varias de la repartición.

Fig. 6. Plano de la sala de proyecciones de la Escuela Normal en San Rafael (Mendoza), 1941. (Documento perteneciente al archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública –CeDIAP– del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas).

En líneas generales, el caso puede asimilarse a lo publicado en la RA y sostenerse que es la materialización de ese modelo: edificio en torno a un patio con un solo acceso, con un sector deportivo importante y cuyas circulación permitía un espacio de intercambio.24 Estos modos de hacer muestran que la acción estatal se orientó hacia la coherencia del ambiente de la enseñanza ya que, como se ha demostrado, en las documentaciones además de los planimetrías generales, de instalaciones, estructuras y planillas se destaca la inclusión de planos de objetos escolares y de mobiliario, demostrando la importancia del diseño especial según las distintas actividades que se llevaban a cabo en los múltiples espacios y de un equipamiento total con el propósito del logro de los objetivos pedagógicos.

Fig. 7. Gabinete de química de la Escuela Normal en San Rafael (Mendoza), 1946. (Documento perteneciente al archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública –CeDIAP– del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas).

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Una escuela útil y práctica: la Escuela Técnica Industrial en Maipú Si bien el foco de la obra pública de los Estados provinciales no estaba sobre la escuela de enseñanza media, sino en otro tipo de construcciones como las escuelas primarias, hospitales o caminos (Parera, 2012, 2007, 2006), se materializaron algunos casos para suplir falencias del gobierno nacional y que pueden ser considerados como precedentes de un proceso que se va a producir años después con transferencia de los establecimientos nacionales a las distintas jurisdicciones.25 Uno de ellos es la Escuela Técnica Industrial “Emilio Civit” en Maipú, al sur este de la ciudad de Mendoza, una de las zonas bodegueras más importantes del país, y de talleres metalúrgicos dedicados a la construcción y reparación de maquinarias. La escuela fue creada por Ley Provincial 1238/193726 ya que se contaba con un edificio “amplio, moderno y bien dotado de comodidades” realizado como escuela de artes y oficios por los arquitectos Manuel (1901-1978) y Arturo Civit (1903-1975) en 1934 (fig.8). La cons-

trucción, según la ley, se había realizado antes de tener un plan de estudios definido, para lo cual se había convocado en 1937 a Eduardo Latzina, ex director de la Escuela Industrial de La Nación, quien lo realizó luego de varias visitas a Mendoza. El plan definido era “útil y práctico (…) creando profesionales realmente adaptados a las necesidades de nuestro ambiente industrial” procurando una obra social que encauzara“ las aspiraciones de la juventud por un camino práctico, en consonancia con las actividades productivas de la provincia”.27 Se construyó en un terreno en esquina de 80 m x 80 m, donado en 1934 por Bodegas y Viñedos GIOL (Finca La Colina). Con el acceso ubicado a mitad del lote sobre la calle Ozamis al 700, el edificio es un prisma rectangular que deja espacio libre al norte para el patio de juegos y al sur para futuras ampliaciones. El volumen de acceso en el que se ubican los sectores administrativos y de dirección, tiene aventanamientos horizontales en esquina. Es intersectado por el volumen vertical de la es-

Fig. 8. Escuela Técnica Industrial “Emilio Civit” en Maipú (Mendoza), 1938. (La edificación escolar ha merecido seria preocupación del gobierno del Dr. Cano. BOP, Marzo, 1938, 39, 405-407).

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calera y el tanque de agua que tenía un reloj con 12 rectángulos apoyados sobre los lados de un cuadrado y una inscripción con cuidada tipografía e iluminación proyectada por los arquitectos Civits. Las leyendas y el reloj en un lugar destacado del alzado, al igual que en muchas de las escuelas realizadas por la nación, indicaban destino público del edificio y revelaban la importancia del tiempo y de la regulación de la actividad educativa ritmando las actividades diarias. Desarrollada principalmente en planta baja, en donde se ubican los talleres en forma paralela al acceso, la escuela contaba, al principio, solamente con dos aulas comunes y una de dibujo pero contemplaba la posibilidad para futuras ampliaciones (fig. 9). En el edificio se destaca el gran espacio para los talleres con módulos con cabriadas desiguales techadas con un sector de vidrio y otro de chapa de fibrocemento. Una galería de 3.50 m de ancho originada desde el hall, organiza la planta, ubicando hacia el sur los talleres y hacia el norte el acceso a los servicios y al patio. Al final de la misma se ubica la casa del director. En este caso, se destaca la importancia de la actividad práctica en los talleres para la formación de los obreros.

Si bien en menor escala por el volumen de la obra, al igual que en el caso construido por la Nación en la provincia, la documentación hallada de la obra incluye el cuidado diseño del mástil, de los pasamanos, letreros, piletas lavamanos, tableros, sillón para escritorios, pizarrones, pupitres y carpinterías (fig.10). Relexión: ciudades, arquitecturas y objetos para la enseñanza media La edilicia escolar tiene una particular posición como índice de procesos políticos, institucionales, sociales, culturales, además de aquellos propios de los debates de las disciplinas arquitectónica y urbanística. Por su parte, las escuelas de enseñanza media también ponen de manifiesto otro tipo de problemas relacionados con saberes específicos como las aulas de ciencias, los museos, o los lugares para la educación física, etc. Aunque la fundación o construcción de las escuelas de enseñanza media pertenecientes al Estado argentina entre 1934 y 1944, no se debió a una legislación sancionada o a un plan específico, se advierte que el problema de la construcción era de escala e importancia

Fig. 9. Planta Escuela Técnica Industrial “Emilio Civit” en Maipú (Mendoza), 1938. (Archivo de Casa de Gobierno, Mendoza)

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nacional/ provincial, es decir, agenda de gobierno. El flujo de hechos, procesos y contenidos hablan de un modo y de una capacidad de hacer, de iniciativas y trabajos efectivos. El impacto de la obra en el paisaje urbano en formación fue notable y el edificio escolar se convirtió en un elemento definidor de la trama urbana, símbolo del progreso material y testimonio de la presencia estatal. Los amplios terrenos bien ubicados permitieron edificios relevantes en las ciudades del interior del país o en zonas urbanas periféricas de las ciudades más importantes difundiendo valores significativos como lugar de igualdad y de manifestación de una democratización educativa, aunque aún restringida. En el período de estudio, tanto a nivel nacional como provincial, comenzaron a disiparse las simetrías a favor de la articulación de volúmenes; la disposición de la planta se tornó una composición abierta, las circulaciones se tornaron pasillos amplios posibles de ser utilizados a modo espacios de recreo, las masas perdieron relieve; los aventanamientos se expandieron y tornaron cuadrados u hori-

zontales; la decoración exterior se restringió al portal de acceso. Asimismo, se incorporaron diversas funciones al programa (gimnasios, piletas de natación, talleres, observatorios astronómicos, museos, salas de radio y cine) que enriquecieron las prácticas pedagógicas. Los arquitectos estaban en una encrucijada de un saber académico que les permitía resolver todo con monumentalismo y la demanda urgente de la repetitividad y practicidad con una actitud naturalmente moderna. Estas escuelas con sus aulas, patios, laboratorios y talleres representaban a un Estado que llevó adelante una serie de cambios con rigor que renovaron los espacios y los objetos de la escuela de enseñanza media para formar a más jóvenes adolescentes e insertarlos en el sistema productivo y en una sociedad diversificada. Las dos oficinas del Estado abordaron en el momento la educación orientada al trabajo pensando las obras de modo integral desde el punto de vista gestáltico y también integrador de un pensamiento de hacerse cargo de la totalidad del proyecto. En ambos niveles institucionales de gestión, las construcciones

Fig. 10. Plano de detalle de la herrería de la Escuela Técnica Industrial “Emilio Civit” en Maipú (Mendoza), 1938. (Archivo de Casa de Gobierno, Mendoza).

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estuvieron guiadas por la idea de un diseño onmicomprensivo y holístico que combinaba el planeamiento, el diseño y el equipamiento de las escuelas de enseñanza media. En fin, la amplia producción y diversidad de edificios fue posible gracias al trabajo de múltiples profesionales dentro de las reparticiones estatales. La magnitud cuantitativa de la intervención tiene raíces cualitativas en: la elección de las ciudades para la fundación de los distintos tipos de instituciones escolares, la construcción de edificios no inocentes respecto de la ciudad con una cierta renovación arquitectónica y en objetos diseñados específicamente en función de las prácticas educativas.

Notas 1

En el año 1944, funcionaban en el territorio de la Nación Argentina dependientes del Ministerio de Justicia e instrucción Pública (MJeIP) 340 establecimientos de enseñanza secundaria, normal y especial con una inscripción de 148 568 alumnos. Las modalidades eran: Colegio Nacional, Liceo de Señoritas, Escuela Comercial, Escuela Normal, Escuela Normal de Adaptación Regional, Escuela Industrial, Escuela Técnica, Escuela de Artes y Oficios, Escuelas Profesionales de Mujeres, entre otras. Existían además, otras modalidades de enseñanza media como las Escuelas de Agricultura y Ganadería dependientes del Ministerio de Agricultura.

2

La elección del período de estudio responde a eventos sucedidos a nivel de enseñanza media y de la DGA MOP. Como límite temporal inicial y en relación a la cuestión educativa, se consideró la revisión de los programas y de las características de la enseñanza media realizada por el MJeIP en 1934, con la consecuente formalización de un Proyecto de Reformas que incluyó informes de distintas comisiones de evaluación. Si bien finalmente no fue aprobado, marcó un punto de inflexión en relación al pensamiento del nivel medio. Por su parte, la DGA MOP había adquirido una nueva estructura con la designación del arquitecto José A. Hortal en el cargo de director en 1933 quien sobresale con su labor. En cuanto al límite temporal final, el año 1944, se propuso como fecha la creación de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP) dependiente del Ministerio de Trabajo que reglamentó el aprendizaje industrial y el trabajo, momento a partir del cual las Escuelas Industriales, Técnicas y de Artes y Oficios dejan de depender del MJeIP. En ese contexto surgió la Dirección General de Enseñanza Técnica (DIGET) que agrupó a esta modalidad de escuelas anteriormente dependientes del MJeIP, procurando una nueva vinculación entre educación y trabajo. Por otro lado, el 6 de diciembre de 1944 la DGA MOP fue reestructurada absorbiendo otras dependencias y en diciembre de 1945 fue creada la Dirección Nacional de Arquitectura y de Construcciones de Elevadores de Granos (DNA), sobre la base de la DGA, incluyendo Direcciones de Arquitectura Escolar y Hospitalaria, una repartición con características e incumbencias diferentes a la DGA MOP.

3

El concepto de “diseño integral” ha sido desarrollado en mayor profundidad en el capítulo introductorio de la tesis doctoral del autor. Ver: Fiorito, Mariana I (2014). 4

Se han detectado otros ejemplos realizados a nivel provincial como la Escuela Mecánica y Electrotéc-

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nica “Dr. Manuel Pizarro” y Escuela Industrial de Señoritas realizada por el Departamento de Arquitectura de la Dirección de Obras Públicas de Santa Fe (1939) y la Escuela Normal Superior “Garzón Agulla” en Córdoba creada por ley provincial en el año 1941 que se trasladó en 1943 al edificio que tuvo como proyectista al jefe de Dirección de Trabajos Públicos Provincial Julio Barranco. 5

El término “política” refiere al estudio de aquella esfera de actividad humana que de alguna manera alude a los asuntos relativos al estado. Su origen etimológico es la palabra griega polis que significa todo lo que se refiere a la ciudad y está estrechamente ligada con el concepto de poder ya sea económico, ideológico o político. La posibilidad de recurrir a la coacción es lo que distingue al poder político. Si el poder político es el poder de un grupo social, los fines que se persiguen a través de la obra son los fines de ese grupo social, son las metas que el grupo se propone, según los tiempos y las circunstancias. Ver: Bobbio, N. (1995 [1976]).

6

En el contexto de la Argentina de la década de 1930, y debido a que el enfoque de políticas públicas está diseñado para la atención de problemas colectivos de un entorno democrático, las acciones se definirán como políticas estatales.Las políticas de estado se diferencian de las políticas de gobierno en que estás pertenecen a aquellas realizadas por un gobierno de turno. 7

(Buenos Aires, 1891-1972). Se recibió de arquitecto de la escuela de arquitectura en 1918. Ingresó en la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) en 1916. En 1925 gana el concurso de la casa de Justicia de la Ciudad de Córdoba y en el 1927 mercado del Norte en Córdoba con el Arquitecto Salvador Godoy. Elaboró el “Plan para la ciudad de Gobierno” centro cívico sobre la avenida 9 de Julio en Buenos Aires del que sólo de construyó el edificio para el Ministerio de Obras Públicas. Fue activo en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Obras: Palacio de Justicia de Córdoba con Arq. Julio Godoy, encargo obtenido por concurso en 1925; Mercado del Norte de Córdoba; Mercado de Rosario; Compañía de Seguros “La Continental” Avda. Roque Sáenz Peña. José A. Hortal fue designado Director General de Arquitectura el 19 .02.1932 y renunció el 30.12.1939. 8

Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 26.155, 4 de agosto de 1933. Fecha de aprobación del reglamento.

9 (Evreux, Francia 1875- Buenos Aires, 1951), arquitecto formado en la Ecole des BeauxArts de Pa-

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ris; profesor de talleres verticales de arquitectura de la EA UBA entre 1913 y 1946. Su obra profesional fue escasa pero obtuvo premios en algunos concursos: Palacio Municipal de Montevideo (1914) y de la Casa Nacional de Ahorro Postal de Buenos Aires (1924). 10 Por ejemplo ver Bianchi, L. (1936, enero). Escuela de arquitectura. 5º curso: una iglesia.Revista de Arquitectura,181, 37-45; o Chiappori, I. (1930, septiembre). Escuela de Arquitectura: 4º curso: Casa de remates municipales. Revista de Arquitectura, 117, 580-587. 11 Estas primarias dependían directamente del MJeIP y no del CNE como el resto de las escuelas primarias nacionales del país. En el caso de los colegios congregacionales, de monjas o confesionales generalmente la institución incluía el primario y el secundario. 12

“La tasa de escolarización puede estimarse cercana al 10% del grupo de 13 a 18 años de edad en el año 1943. (…) Esto indicaría que la enseñanza de nivel medio amplió la base de reclutamiento social de su alumnado. En otras palabras, la enseñanza media de carácter oligárquico que reflejaba el censo de 1914 habría experimentado, en los treinta años siguientes, un lento proceso de apertura que podría ser calificado como de democratización restringida” (Fernandez, Lemos & Wiñar,1997, p. 23). 13 En el período se crearon más de un centenar de instituciones de enseñanza media y se conformó un conjunto de 45 casos de distintas modalidades de enseñanza media en diferentes ciudades del país cuyos proyectos fueron confeccionados por la DGA MOP entre 1934-1944. En la cuestión de la localización en la fundación de escuelas a nivel nacional intervenía el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (MJeIP) dependiente del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Ver: Fiorito, Mariana I (2014). 14 Escuela industrial para niñas “Fray Luis Beltrán” (1909); Escuela Industrial para niñas “José Vicente Zapata” (1911); Escuela Normal Provincial “José Federico Moreno” (1912); la Escuela Mercantil (1912); Escuela “Patricias Mendocinas” (1915) y Escuela Normal Agropecuaria e Industrial (1915). 15

Decreto 453 G/ 1940 según la Ley 1378.

16 Anteriormente se denominaba a las escuelas dependientes del Estado, escuelas públicas. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha desarrollado un debate que ha distinguido a las escuelas según su gestión (escuelas de gestión estatal o de gestión privada). (Montenegro, 2012).

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La educación primaria era incumbencia de las provincias. Las escuelas nacionales (primarias) de la Capital y de los Territorios dependían del Consejo Nacional de Educación (CNE), un ente autárquico fundado en 1881 y disuelto en 1948. Luego de la Ley 4874/1905 (Láinez) también se crearon escuelas nacionales en el resto de las provincias pues el propósito de la misma fue abrir escuelas rurales, infantiles, mixtas y elementales en las provincias que lo solicitasen. El CNE tenía su propia DGA que construía sus edificios (Grementieri & Shmidt, 2010; Shmidt, 2012; Cattaneo, 2011).

blecimientos y de docentes y se elaboró un Proyecto de Ley de educación común e instrucción primaria, media y especial. En 1939 solicitó que el Presupuesto nacional incluyera partidas especiales para la creación de colegios secundarios, escuelas para no videntes, kindergartens, museos y bibliotecas, así como para el nuevo edificio para la Facultad de Derecho, donde todavía está funcionando. Por su iniciativa se creó el 28 de abril de 1938 la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos y el 28 de diciembre de 1939 el Archivo General de la Nación.

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21

El Art 29 del Decreto 125.026 que promulgó la Ley 12.360 de Presupuesto General de la Nación para 1938 dice: El Poder Ejecutivo someterá al Honorable Congreso, antes del 31 de julio de 1938, un plan general de construcciones, a fin de dotar a las facultades de las universidades de la República, colegios nacionales, escuelas normales y escuelas especiales, de edificios proporcionados a las exigencias de los estudios que en ellas se realizan. Se ha hallado la revisión de los programas de cada una de las modalidades en los BMJeIP y algunos ejemplos de plantas tipo en el CeDIAP, sin embargo, no se han encontrado evidencias de que las construcciones escolares emprendidas pertenecieran a un plan con características específicas. Se han encontrado solamente unas fotografías de maquetas de Escuelas Normales, Escuelas de Artes y Oficios y un aula tipo. El título del artículo habla de racionalización de edificios para la enseñanza secundaria pero se publican planos de Escuelas Normales y Escuelas de Artes y Oficios que no corresponden a escuela secundaria en ese momento. En cuanto a planimetría se ha encontrado que la carátula de la Escuela Normal en Resistencia decía: Tipo I Zona Cálida. Escuela Normal Mixta – Escuela normal de Adaptación Regional. Pero no se han hallado los planos generales para otras zonas. De todas maneras esos planos están fechados Mayo 1945.Hasta el momento no se ha encontrado este estudio ni un conjunto de normas arquitectónicas formuladas en ese entonces.

Según el Censo Nacional de 1947 el departamento de San Rafael tenía 35656 habitantes en áreas urbanas.

22

“Proficua labor de interés zonal ha efectuado en su medio siglo”. En: Los Andes (14.07.1965). p. 8.

23 El plano 071 de la obra dice Doré Imperial de San Rafael N°2290 tamponado y lustrado y esta tachado por Toba. 24

Solo se ha encontrado un edificio análogo: la Escuela Normal Mixta en Lomas de Zamora proyectada por Guillermo Jorge Mendonça Arias (EA UBA, 1942) en 1944. Se sostiene que este arquitecto -del que no se han encontrado otras obras en la repartición-, habría tomado el proyecto del Normal de San Rafael como base, no siendo esta una política habitual.

25

Ley Federal de Educación (Ley 24049/1993) produjo la redefinición de las funciones de Ministerio de Educación y Cultura de la Nación y el proceso de descentralización y transferencia de los servicios educativos a las distintas jurisdicciones provinciales y a la M.C.B.A.. 26 Esa ley menciona a la Ley 1235, art. 3, inciso 5, pag. 520. Ver: Provincia de Mendoza (1937). Labor gubernativa. Gobernador Guillermo Cano. Nº 10, 12, 13, 14. Mendoza: Imprenta Oficial y Escuela de Artes Gráficas para Penados. 27

Mensaje de la Ley 1238. Ibídem, p 543.

19 Ya Carlos Morra (1853-1926) y Alberto GellyCantilo (1887-1942) habían trabajado tipologías de escuelas y prototipos de la escuela primaria para el CNE a fines del Siglo XIX y principios del XX. 20 Jorge Eduardo Coll (Buenos Aires, 1882- 1967). Abogado, jurista y profesor de la UBA. Durante su gestión ministerial (1938-1940) creció la instrucción pública en todos los niveles, tanto en cuanto a la cantidad de alumnos como al número de esta-

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La Fundación del Interior en la construcción de una narrativa local. Documentar, coleccionar, investigar y difundir diseño, arte y arquitectura Interior Foundation in building a local narrative.Documenting, collecting, researching and disseminating design, art and architecture

Wustavo Quiroga Fundación del Interior, Mendoza, Argentina Abstract

Resumen

The Foundation of theInteriorcame into existencein 2005anditthereaftertook careto developresearch,compile documentation, to createcollections ofdesign, architecture and contemporary artin the cultural fieldofMendoza, as well as to spreadits activities.The systematicperformance of these functionsled, over the years,to theformation of a uniqueheritagein the provincebecause of its sizeand quality.The enhancementof thelocal heritage, along with its documentary archiveandpublications, forms the cultural programchampionedand sustainedby the institutionsince its inception. Currently, the Foundation iscomprised ofan interdisciplinaryteamto realizethe proposed itineraries.

La Fundación del Interior comenzó a existir en el año 2005 y a partir de entonces se ocupó de desarrollar investigaciones, de recopilar documentación, de crear colecciones de diseño, de arquitectura y de arte contemporáneo del ámbito cultural de Mendoza, así como de difundir sus actividades. El desempeño sistemático de estas funciones condujo, con el paso de los años, a la conformación de un patrimonio histórico único en la provincia por su tamaño y calidad. La puesta en valor de este patrimonio local, junto con su archivo documental y las publicaciones realizadas, conforma el programa cultural defendido y sostenido por la institución desde sus comienzos. Actualmente, la Fundación se encuentra integrada por un equipo interdisciplinario encargado de concretar los itinerarios propuestos.

Mendoza - design - contemporary artarchitecture

Mendoza - diseño - arte contemporáneoarquitectura

Diseñador Industrial, UNCUYO

Recibido el 15 de abril de 2015

Aceptado el 30 de abril de 2015

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La Fundación del Interior comenzó a existir en el año 2005 y a partir de entonces se ocupó de desarrollar investigaciones, de recopilar documentación, de crear colecciones de diseño, de arquitectura y de arte contemporáneo del ámbito cultural de Mendoza, así como de difundir sus actividades. El desempeño sistemático de estas funciones condujo, con el paso de los años, a la conformación de un patrimonio histórico único en la provincia por su tamaño y calidad. La puesta en valor de este patrimonio local, junto con su archivo documental y las publicaciones realizadas, conforma el programa cultural defendido y sostenido por la institución desde sus comienzos. Actualmente, la Fundación se encuentra integrada por un equipo interdisciplinario encargado de concretar los itinerarios propuestos. Éste está formado por la arquitecta Eliana Bórmida, las investigadoras en artes visuales Roxana Jorajuria y Gabriela Menéndez, los diseñadores Tite Barbuzza, Silvia Centeleghe y Wustavo Quiroga, y por el abogado y galerista Daniel Rueda. La Fundación del Interior cuenta con un acervo patrimonial conformado por más de 700 piezas y 5000 documentos originales, números que van incrementándose debido a la continua tarea de recopilación e investigación. Los objetos que conforman las distintas colecciones se han ponderado a partir de su

Fig 1. 25 Aniversario de la Formalización de la Escuela de Diseño. Diseño del afiche Ruggiero (1987)

Fig. 2. AbdulioGiudici, Interior de su casa, pueden apreciarse diseños y piezas artisticas de las décadas 50 al 70

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los artífices de origen local con producciones dentro y fuera de la provincia y a los creadores de obras que han fijado su residencia en otros ámbitos geográficos pero realizan sus proyectos en Mendoza. Las colecciones

Fig. 3. Aceitera para oliva. Diseño José Carrieri - Escuela de cerámica

anclaje en el ámbito del debate acerca de las producciones contemporáneas. Por esta razón, se constituye una colección más amplia que se extiende hasta el período moderno, específicamente hasta la década del cincuenta. Se trata de una ampliación del arco temporal de colección que permite construir redes de sentido, trazar conexiones, definir lineamientos estéticos y reconstruir períodos histórico-culturales. La selección de obras incluye a

La colección de Diseño contiene valiosas piezas junto con documentación original que abarca desde el inicio de la actividad de diseño en la provincia, fijado en la década del cincuenta, hasta la actualidad. Cuenta, además, con un extenso archivo fotográfico que registra piezas gráficas y de productos, campañas de comunicación, proyectos y desarrollos técnicos. Contiene material documental vinculado a la creación de la Escuela de Cerámica y de la Escuela de Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo; a los agentes pioneros (César Jannello, Colette Boccara, José Carrieri, Santiango René Barbuy, Abdulio Giudici, Samuel Sánchez de Bustamante, Amado Muñoz) y a los protagonistas de las distintas décadas (Eduardo López, Luis Sarale, Boldrini & Ficcardi, Cecilia Iuvaro). Comprende, también, publicaciones (revista Trama, Editorial EDIUNC, revista Ñ) y documentos de empresas y comercios (Only, Colbo, The Sportman y Diseño+diseño), documentación de grupos de acción (Grupo Independien-

Fig. 4. Clases de Visión, Dpto de Diseño, UNCuyo (1962)

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Proyectos editoriales para la difusión de investigaciones

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C/Temp Arte Contemporáneo Mendocino

Fig. 5. Ticoti (década del cincuenta). Cajón lleno de prismas de colores. Objeto didáctico creado para el jardin de infantes UNCUYO. Leonor Rigau, René Barbuy y José González

te, ADIOA, NN, Agencia Utopía, GRAPO) y de eventos (Semana de las Artes y el Diseño organizada por la Universidad Nacional de Cuyo y exhibiciones temáticas realizadas en el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza, entre otros sitios de exposición). Incluye, a su vez, las creaciones de mendocinos que producen fuera de la provincia (Tite Barbuzza, Eduardo Oyhenart, Silvia Centeleghe y María Sánchez) (fig.1a 5).

Se trata de una publicación sin precedentes en Mendoza que investiga las producciones artísticas de las últimas décadas seleccionadas en base a sus aspectos de renovación con relación a las obras artísticas legitimadas por los circuitos oficiales que ponderan prácticas y estéticas tradicionales en el medio local. Algunas obras fueron recuperadas del abandono y de la destrucción. El libro cuenta con páginas ilustradas a todo color con obras de artistas, de grupos y de sucesos artísticos de la escena local. Contiene un texto que reconstruye el panorama local y crea una trama política, cultural y económica con la que interactúan los artistas y sus obras en diferentes momentos

La colección de Artes Visuales alberga obras capitales que implican renovaciones de las propuestas artísticas de acuerdo con las obras legitimadas por el circuito del arte consagrado. Los soportes de obras comprenden formatos convencionales y no convencionales que incluyen instalaciones, acciones, grafitis, samplers de VJs, fotografías, videos y obras de autorías colectivas, entre otros. El archivo documental correspondiente está conformado por registros fotográficos y audiovisuales, afiches, catálogos de muestras, publicaciones, manuscritos, cartas, bocetos y entrevistas. La colección de Arquitectura se inició con la conformación de un completo registro documental del evento internacional denominado Feria de América que tuvo lugar en la provincia de Mendoza en 1953 y 54. Incluye documentación original entre la que se cuentan planos y registros fotográficos y audiovisuales (fig. 6 a 11).

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Fig. 6 .Oficina administrativa. Feria de América 1953-54

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Fig. 7. Pabellón 24. Feria de América

Fig. 8. Pabellón de Chile, Feria de América 1953-54 Fig. 9. Reglamento

Fig. 10. Still documental Feria de América. Gui Bonsiepe y Silvia Fernández

Fig. 11. Torre apertura

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Intermitencia, diseño mendocino

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Fig. 12. Libro CTEMP Arte Contemporáneo Mendocino, 2008

históricos. Se incluyen, además, otros textos de reflexión de autores locales y cuestionarios formulados por críticos y curadores invitados. Se destaca que el contenido de este proyecto generó exposiciones, diversas publicaciones en los medios gráficos y conferencias realizadas a nivel nacional e internacional. (fig. 12)

Feria de América. Vanguardia invisible Investigación original que trabaja con documentos no rescatados tras la ejecución de este evento, circunstancia que la condenó al olvido hasta su recuperación por la Fundación del Interior. Este libro aborda el proyecto, la realización y la recepción de la exposición industrial de carácter continental denominada “Feria de América”. Ésta se llevó a cabo en Mendoza, entre los meses de enero y junio de 1954, durante el gobierno del primer peronismo, y se trató de la primera exposición industrial de carácter continental realizada en el país. El proyecto reunió al arte, la arquitectura, el diseño y la música de avanzada de los años cincuenta. Los resultados de la investigación se difundieron en exposiciones, lo cual dio lugar a múltiples publicaciones en medios gráficos y conferencias en diferentes ámbitos

Actualmente se trabaja en la investigación para llevar adelante la publicación del tercer libro. Este proyecto se orienta al rescate y la puesta en valor del diseño mendocino. Parte del trabajo documental y un grupo de piezas de la colección fueron exhibidos en la exposición de diseño mendocino “GUÓN!”, con ediciones en los años 2006 y 2007, y “Cincuentenario del Diseño”, realizada en 2008 en la Facultad de Artes y Diseño, UNCUYO. Estas muestras implicaron la reconstrucción y exposición de la historia del diseño local mediante una pensada selección de material patrimonial. Esta estrategia de visibilidad tuvo un carácter innovador para la región debido a los documentos y productos exhibidos, así como al modo en que se los mostró. Junto a esta exposición se organizó un programa de charlas destinadas a empresarios, diseñadores y estudiantes con vistas a consolidar el diseño local como un producto de calidad e interés social (fig. 13). Gestión de recuperación y reedición de proyectos y de bienes inmuebles de carácter cultural

Cerámica Colbo La reedición de Colbo apuesta a la innovación apoyada en el uso de nuevas tecnologías para dar continuidad a la herencia moderna.

Fig. 13.Intermitencia, próximo libro Fundación del Interior

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El proyecto realiza un aporte a la demanda de vajilla gourmet en el país y propone una actualización comercial que ayuda a generar puestos de trabajo y a continuar con la investigación y el desarrollo del diseño. Colbo y Fundación del Interior trabajan juntos en los aspectos de protección patrimonial y en la creación de renovados proyectos de vajilla cerámica. (fig. 14 y 15)

y Fundación del Interior trabajan de manera conjunta en los aspectos vinculados a la investigación (fig. 16).

Fig. 16. Silla W de César Jannello década 40-50 Fig.14. COLBO diseño de vajilla Colette Boccara, década 50

Fig. 15. COLBO, vajilla reeditada

Jannello Editora Esta propuesta nace con el objetivo de ofrecer muebles y objetos de diseño moderno y contemporáneo. Los diseños que conforman el catálogo de piezas son seleccionados por su valor histórico e interés actual. La colección exhibe modelos de gran personalidad como es el caso de los muebles creados por el arquitecto César Jannello, a quien la firma debe su nombre. Se trata de un emprendimiento con fines comerciales que contribuye a la generación de puestos de trabajo mientras se continúa con el trabajo de investigación, producción y comercialización. Jannello Editora

Puesta en valor de bienes inmuebles: Pabellón 24 Esta construcción de madera fue parte de la propuesta “Feria de América” y se encuentra ubicada en el parque General San Martín de la ciudad de Mendoza. El objetivo es poner en valor este bien patrimonial a través del relevamiento documental y de la elaboración de un programa cultural para la “refuncionalización” del edificio en el que actualmente se encuentra un gimnasio de la Policía de Mendoza. En este momento se están llevando adelante tratativas con el Gobierno de la provincia para recuperar el inmueble con fines turístico-culturales. Con la materialización de estos proyectos, la Fundación del Interior asume su compromiso con el ámbito cultural de Mendoza. Se aboca, a su vez, al rescate y la puesta en valor del patrimonio cultural regional y contribuye a hacerlo visible mediante la investigación y la difusión. Estos aspectos constituyen el motor de su existencia y el estímulo para consolidar estas actividades en la actualidad.

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