Reformulaciones del concepto de verosimilitud: ¿Cómo leer Malcom de Sergio Bizzio?

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Descripción


METZ, Christian (1970) "El decir y lo dicho en el cine: ¿hacia la decadencia de un cierto verosímil?" en Lo verosímil, Editorial Tiempo Contemporáneo, Argentina.
Reformulaciones del concepto de verosimilitud: ¿Cómo leer Malcom de Sergio Bizzio? -Por Florencia Aizenberg y Sergio A. Iturbe.

La verosimilitud, para Mozejko, es entendida como la necesidad de que un enunciado resulte creíble por el enunciatario para ser aceptable o, en término de Hamon, legible. Es por eso que, para estos autores, se plantea la necesidad de la coherencia del texto, tanto interna —es decir del texto particular en cada uno de sus niveles y entre ellos— como también inter-textual, es decir, la adecuación tanto a modelos impuestos por la tradición (relación diacrónica) como por la semejanza respecto a textos contemporáneos (relación sincrónica). Los architextos —los textos a los que se remite en el texto particular— permiten prever las expectativas del enunciatario a partir de la presencia de modelos que constituyen la competencia epistémica previa de los actores de la enunciación.
Es así que Mozejko entiende que la intertextualidad es una estrategia de verosimilización que se opera en base a una jerarquización de textos desde criterios propios de la cultura a la que pertenece la obra.
La clave de la verosimilitud, y para lo que la intertextualidad resulta útil, es la coherencia interna del texto, basada sobre la convención entre actores sociales sobre cuál debe ser el modo de construir textos creíbles; se trata de llevar a cabo una adecuación entre el texto particular y el horizonte de expectativas (lo posible) construido a partir de la lectura de otros textos.

Hamon, por su parte, plantea la necesidad de elaborar una nueva tipología del discurso realista que no sea ni "realismo textual" (el lenguaje sólo puede imitar de la realidad, un enunciado o fragmento de enunciado lingüístico ya dicho) ni "realismo simbólico" (la representación, por medio del lenguaje, de ciertos elementos de lo real iconificables por la escritura). El autor sitúa este problema en relación a otras aproximaciones: a) la corriente realista en tanto un universal estético, b) el sistema descriptivo, en tanto modelo textual particularmente determinado, y c) la verosimilitud, que define como "...código ideológico y retórico común al emisor y receptor que asegura la legibilidad del mensaje por las referencias implícitas o explícitas a un sistema de valores institucionalizados o extra-texto que ocupan el lugar de lo "real"." (pág. 9) En un texto no se alcanza lo "real", sino una racionalización/textualización de lo real, es decir, una reconstrucción codificada en y por el texto.
Kristeva, en ese sentido, sostiene que lo verosímil es un segundo grado de la relación simbólica de semejanza, es una realidad desajustada: "La verdad sería un discurso que se asemeja a lo real; lo verosímil, sin ser verdadero, sería el discurso que se asemeja al discurso que se asemeja a lo real." (65)
Christian Metz entiende por "verosímil" una reducción de lo posible a partir de lo que él llama efecto de corpus, es decir que lo posible es lo autorizado por los discursos anteriores, es lo decible. Lo verosímil es una convención naturalizada y, por lo tanto, arbitraria.
Sin embargo, en textos como "Malcom", de Sergio Bizzio, todos estos elementos concernientes a lo verosímil son puestos en cuestión.
Se puede pensar, en un principio, que el relato "Malcom" está autorizado por el discurso de los dibujos animados, al estilo Tom y Jerry, o Tweety y Silvestre, en los cuales los animales, a espaldas de los humanos, poseen conductas y hábitos propios, aunque personificados. Los procedimientos habituales de intercalar los dos tipos de conducta animales/humanas, que son una estrategia leit-motiv de Bizzio, incluyen frases hechas modificadas en función del nuevo código de verosímil: "Se fueron de allí tan felices que no cabían en sus plumas" (Pág. 130) o "He vivido al correr de la pluma, por decirlo de alguna manera". (Pág. 130). En el cuento se hacen explícitos elementos propios de esas animaciones, tales como los pajaritos y estrellas volando alrededor de la cabeza luego de recibir un fuerte golpe; los ojos con cruces; el olor a tostadas corporizado en forma de mano que hace despertar a Malcom un domingo al mediodía, el gato que sale expulsado por la cerradura luego de ser pateado por Berto Wilson, los gatos que asoman sus cabezas a través del tacho de basura como en Don Gato y su pandilla, o los cadáveres mutilados de los Wilson al ser despedidos por la ventana hasta perderse en el horizonte, detrás de las montañas. Los animales, además, interactúan con los humanos en relación de igualdad sin que esto sea cuestionado ni desnaturalizado: Malcom, el pato, es hospitalizado, viaja a Cancún, tiene custodia policial por ser sospechoso del crimen de sus dueños, hereda la casa de éstos, etc. Toda lógica externa o referencial es puesta en crisis aunque, sin embargo, la "realidad" de la historia se sostiene en todo momento. El desdibujamiento del adentro/afuera de la psicología de los animales y los humanos es concomitante al desdibujamiento de las fronteras de género, cuestión que corresponde a la técnica del collage y del pastiche, conceptos que los autodenominados "posmodernistas", compilados por Hal Foster, toman de las vanguardias históricas.

Procedimiento "verosímil pastiche".

Si se tuviera en cuenta lo planteado desde la Semiótica —lo verosímil en tanto coherencia interna e intertextual que permite la legibilidad de un texto a partir de la adecuación a modelos culturales aceptados (géneros)— este relato carecería por completo de los elementos necesarios para ser calificados de verosímil. Según Mozejko, deberían conservarse las designaciones de los actores (motivadas, por lo general) a lo largo del texto. En "Malcom" no se mantiene estable la sexualidad del personaje principal: en un momento es pato y en otro es pata, sin mediar explicaciones convincentes. El nombre, que parecería motivado por ser la referencia a un personaje histórico —pese a cierta alteración que parece obedecer a la fonética castellana— es utilizado de forma arbitraria: podría establecerse algún tipo de relación con Malcolm X, pero en el texto se descarta toda motivación: "—¿Por qué le hiciste eso a Malcom? —dijo la señora Wilson llena de odio. —¿Quién es Malcom? —preguntó su esposo. —El pato. Acabo de bautizarlo así." (Pág. 112). También deberían llevarse a cabo procedimientos de iconización para lograr una ilusión de referencialidad, que en este caso claramente no se intenta: lo único que naturaliza el relato es la actitud del narrador que cuenta sin sorpresas ni sobresaltos lo que sucede, que no coincide con la ilusión de referencialidad planteada en un principio. La organización del programa narrativo a partir de relaciones causales es dudosa porque, pese a que se respeta cierta lógica y causalidad intratextual, esto no se cumple a lo largo de todo el relato, ya que proliferan las arbitrariedades que suceden sin explicación ni causa aparente. Las relaciones de los actores con el espacio en tanto invariantes propias del género tampoco se cumplen en tanto que, al igual que los demás elementos del relato, los espacios y las relaciones de los actores con ellos son arbitrarias, al igual que la temporalización: el paso del tiempo no sigue una cronología tal como la conocemos: se mezclan, por ejemplo, el paso del tiempo humano y el de los patos. Al principio del relato, Malcom tiene pocas semanas, pero en su viaje a Cancún ya tiene diecinueve años; de la misma forma que su nacionalidad es yanqui, aunque comprado en Buenos Aires. Lo mismo sucede con Andrea, la pata de treinta años, que es de Polonia pero radicada en México a raíz de que sus padres sufren la persecución nazi.
Sin embargo, pese a no respetar prácticamente nada de lo sostenido por distintos autores respecto a la verosimilitud, no podemos decir que no sea verosímil: funciona. Pese a que no se respete la lógica instaurada por la tradición ni la coherencia interna, el texto es legible. Puede pensarse que se trata de una cuestión de forma y no de contenido, o que las reglas para la legibilidad están dadas por el estilo como se narra la historia. Esto es porque, pese a lo aparentemente inverosímil del relato, el narrador en ningún momento lo pone en cuestión: lo narra con la naturalidad de quien relata un partido de fútbol.
El procedimiento de verosimilización "collage", sin delimitaciones genéricas, opera narratológicamente como una sucesión yuxtaposicional de unidades diegéticas híbridas que obedecen más a un estilo constantemente interrumpido y a una conservación sospechosa y reduplicación del modelo familiar del mundo humano y del mundo animal que a los elementos aparentemente inverosímiles que forman parte a nivel del contenido. Según Ulmer, el collage es considerado como una innovación revolucionaria en la representación artística del siglo XX, impulsada por el cubismo. Es revolucionaria porque rompe con el realismo ilusionista al transferir materiales de un contexto a otro. El montaje sería la "diseminación" de esos préstamos de la realidad en nuevos emplazamientos. Este autor, al referirse al collage/montaje, lo hace pensando en un nivel procedimental textual, en tanto que su planteo gira en torno a la propuesta de la poscrítica como la búsqueda de una nueva mímesis del texto crítico sobre el objeto de arte.



Realismo sincrético

Según se ha visto, textos como "Malcom" de Sergio Bizzio obligan a reformular no sólo la noción de realismo, sino la correspondiente noción de verosimilización, que es la condición de posibilidad procedimental de su ejecución discursiva y, por ello, el elemento que ancla los discursos en un marco histórico-cultural específico. Para terminar, ya no se puede ver el realismo sólo a través del estudio del contenido, de los temas, ni tampoco del estilo, sino que se trata de la manera como los distintos elementos (presentes en tanto unidades pero novedosos en tanto hibridación específica) se hacen visibles en las producciones discursivas actuales. Estamos frente a un nuevo código verosimilizante, el del realismo sincrético. A diferencia de otros análisis más superficiales, que estudian la correspondencia o no entre las formas y los contenidos, este realismo se caracteriza por la hibridación de códigos verosimilizantes y de legibilidad que intentan reconstruir el recorrido, los textos o los registros usados para armar los distintos realismos particulares. En Malcom, este procedimiento trasciende los límites de lo propiamente textual y es utilizado para incorporar, no ya intertextos propiamente dichos como son las citas, referencias o alusiones, sino que toma códigos verosimilizantes de distintos géneros o registros: cartoon, novela de enredos, policial, telenovela, etc.
La sucesión de las distintas codificaciones verosimilizantes es aproximadamente la siguiente: a) Realismo clásico (La introducción, que no difiere en lo más mínimo de cualquier novela decimonónica promedio); b) Realismo cartoon (elementos ya mencionados de las caricaturas animadas) y c) Realismo sincrético (hibridación entre elementos cartoon y elementos de realismo clásico que surgen a partir de la ininterrupción de los distintos códigos veriosimilizantes en una misma unidad narratológica).
Este tipo de estudio, para terminar, no debe considerarse como una fórmula aplicable a todo realismo actual o a todo texto que tergiverse o desobedezca a los principios clásicos de la verosimilitud intratextual, sino que deben estudiarse en cada caso los discursos, géneros y registros que intervienen en la obra de que se trate. Esto arrojará la respuesta sobre cómo es posible que un texto "inverosímil" con respecto a la tradición semiótica pueda seguir teniendo la capacidad de narrar.







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