Reflexiones entorno a los conceptos de estado y nación

August 29, 2017 | Autor: Mega Aixa Noemí | Categoría: Identidad, Estado-Nación, Confederacion Argentina
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Descripción

XXXI ENCUENTRO DE GEOHISTORIA REGIONAL


Instituto de Historia. Concepción del Uruguay 5, 6, 7 y 8 de octubre
de 2011.


Título: Reflexiones en torno a la construcción de los conceptos de
estado y nación a partir del caso de la Confederación Argentina 1852 –
1861.


Mesa Temática 7: sociedad y política en el espacio rioplatense entre
el período tardo-colonial y la primera mitad del siglo XIX.

Coordinadores: Lic. María Gabriela Quiñonez (Fac. Humanidades. UNNE);
Dra.
María Laura Salinas (UNNE-CONICET)


Autor: Mega Aixa Noemí.

Pertenencia Institucional: Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias
Sociales, subsede Concepción del Uruguay. UADER. (Universidad Autónoma
de Entre Ríos)
Dirección: Mitre 83. Concepción del Uruguay, Entre Ríos.CP (3260)
E-mail:[email protected]


Resumen:


En los últimos veinte años, los estudios sobre las construcciones
nacionalesse han multiplicado en Latinoamérica. Permitiéndonos captar
que la continuidad de las reflexiones sobre la historicidad del modelo
de Estado-nación y la construcción de comunidades imaginadas son una
constante en las producciones historiográficas. En función de lo
expuesto, esta ponencia propone reflexionar sobre la construcción de
los conceptos de estado/nación en nuestra historiografía, a partir de
las especificidades de un caso particular, la nueva forma de
gubernamentalidad que se comienza a gestar desde la Confederación
Argentina 1852- 1861, dadas por lasdificultades inherentes a la
construcción de los atributos materiales e ideales que suponen la
estatidad; a establecer un orden representativo y administrativo
inexistente; que resulte el elemento articulador de un poder por,
encima de las autonomías provinciales que, a la vez, las incluya.
Esta nueva forma de gubernamentalidad inédita hasta el momento en los
territorios rioplatenses, puede tornarse en un laboratorio conceptual
que nos permita reflexionar y replantearnos la forma de abordar
nuestra historia entrerriana de mediados de Siglo XIX.



























Introducción

En los últimos veinte años el renacer de la historia política
trajo nuevas modalidades analíticas, que nos permiten visualizar desde
divergentes enfoques los procesos de construcción de los estados / nación
latinoamericanos en la segunda mitad del Siglo XIX.[1]

En este contexto la historiografía Argentina ha centrado su foco de
análisis en la amalgama de factores sociales, políticos, económicos,
territoriales, de población ; como así también en los imaginarios y
representaciones colectivas que forjaron la nación argentina y sus formas
políticas de representación.[2]


En los mencionados enfoques lo destacable es, que las formulaciones
giran en torno a aspectos de la formación del Estado Nacional apelando
al modelo jurídico institucional de la soberanía, tomando como eje de
análisis la creación de una voluntad única y la delegación de la soberanía
por parte de los pueblos o ciudadanos, como operadores de síntesis que
intentan establecer la supremacía del estado o la nación.

Este modelo, trata de mostrar como un poder puede constituirse,
según una cierta legitimidad fundamental. Presentándonos una analítica de
un poder homogéneo, que alude a que la cuestión del Estado Nacional y de la
soberanía resultan los principios que articulan el cuerpo social, pero
también, contemplan en esta trama a la militarización y la guerra como
elemento de tensión / cohesión, e instrumento de dominación política. [3]





Sin embargo, a pesar de los múltiples y divergentes enfoques que han
situado su foco analítico ya sea en el estado o en la nación , el período
que va desde 1850 a 1870 y particularmente en lo que a construcción de los
atributos de estatidad en sus aspectos materiales e ideales desde la
Confederación Argentina ha sido prácticamente relegado en los abordajes
historiográficos que apuntan a construir una visión del estado /nación
argentino ya sea con centro en Paraná como capital de la Confederación
Argentina 1854 - 1861 y en la labor de Urquiza como presidente, así
también en las redes de contactos personales que surgen de esta experiencia
.[4] O en las perspectivas con eje en el estado /nación forjado desde
Buenos Aires a partir de 1860, los que observan el lapso previo tan sólo
como un "proyecto frustrado".[5]


De ahí que en esta ponencia nos proponemos en primer lugar
contextualizar a la confederación Argentina 1852 – 1861 en el espacio
Nordeste de la región rioplatense, anclándonos en el área circundante a
los dos principales ejes de integración territorial, política, económica y
de población con los estados del Paraguay, Brasil y Uruguay.


Elemento que nos permitirá captar por un lado la especificidad de
este espacio de frontera, mientras que por otro observaremos sucintamente
las características de las formas de gubernamentalidad que encontramos en
el mencionado lapso espacio – temporal. Con el fin de que lo analizado nos
permita posteriormente reflexionar sobre las bases en que se fundan los
discursos normalizados en lo que ha construcción de estatidad desde la
experiencia de la Confederación Argentina 1852 – 1861 respecta.









1 - Los Estados del Nordeste Rioplatense en la década de 1850



La década de 1850 arribó a los territorios de la región nordeste
del plata – litoral argentino, Uruguay, Sur de Brasil y Paraguay con una
serie de alianzas político–económicas que fueron decisivas para la
conformación de los estados nacionales en este sector de Iberoamérica.

En este contexto la alianza que se gestó entre las provincias de
Corrientes, Entre Ríos, la República Oriental y el Imperio del Brasil fue
medular para la política y economía rioplatense de la mencionada década,
la misma que se objetivó en el tratado de alianza mutua firmado el 29 de
Mayo de 1850, con el objeto de expulsar a Oribe de la República Oriental y
derrocar al gobernador de Buenos Aires, se puso en práctica en dos etapas,
la primera fue la Campaña a la República Oriental, mientras que la segunda
fue la lucha contra Rosas, ambas delinearon los juegos de fuerza y poder
en el nordeste del Plata , los que concluyeron con la Guerra de la Triple
Alianza.[6]

En este marco la posición del Paraguay fue adherir al mismo en lo que a
la República Oriental respecta como garante del equilibrio de poder en el
estuario del Plata ante la inminente consolidación de dominación por parte
del Imperio y de la Confederación Argentina.[7]

Mientras que la segunda instancia de dicho pacto se celebró luego de
la victoria sobre Oribe, cuando el 21 de noviembre Diógenes de Urquiza,
Manuel Herrera y Obes y Honorio Hermeto Carneiro Llao, siendo
plenipotenciarios de Entre Ríos-Corrientes, el Estado Oriental y el Imperio
del Brasil, firmaron un nuevo tratado de alianza para llevar la guerra
conjunta a fin de derrocar al gobernador de Buenos Aires. En éste se
establecieron las obligaciones de cada uno de los contratantes, en el que
el compromiso por parte de la Confederación de asegurar la libre
navegación de la cuenca del Plata para los aliados, constituyó el
principal interés tanto para las provincias litoraleñas como para el
Brasil.

Este interés deviene de la necesidad de dar salida a la producción de
las provincias mediterráneas de los dos estados mas fuertes. El Imperio
aportaría la escuadra, dos grupos de artillería un regimiento de caballería
y hombres de infantería; además, financió las operaciones con 100.000
pesos fuertes mensuales, que la Confederación devolvería una vez lograda la
victoria con un interés anual del 6 % El 30 de noviembre, en Gualeguaychú,
se acordó invitar al Paraguay a formar parte de esta ratificación de la
alianza, pero Carlos Antonio López se negó a declarar la guerra a la
Confederación Rosista, si bien debemos tener en cuenta que el país se
beneficiaría en gran medida con la política de libre navegación, la que
influirá en el despegue de la economía paraguaya en este lapso .[8]

Esta alianza delineó nuevos patrones de configuración tanto política
como económica y territorial, las que produjeron un innegable impacto en
los intentos de sostener un equilibrio regional, dados por:

1 - El ascenso del grupo político liderado por el entrerriano Justo José
de Urquiza al gobierno de la Confederación Argentina.

2 – La separación voluntaria de Buenos Aires del resto de la
confederación.

3 – El tratado de libre navegación de los ríos interiores.

4 - El reconocimiento de la independencia del Paraguay.

5 – El establecimiento de la provincia d Entre Ríos como Capital de la
Confederación

6 – Los tratados de Paraná entre la Confederación Argentina y el imperio.

7- La supremacía político – económica del Imperio respecto a estados
vecinos, provocando inestabilidad y conflicto,

8 – La injerencia de Inglaterra, Francia y Estados Unidos en las políticas
económicas de la región.

Lo expuesto nos permite captar el dinamismo de un período vertebrador en
la construcción de los estados del Plata, como así también las
negociaciones, consensos, alianzas y conflictos que surgen a partir de las
relaciones de estos espacios fronterizos en constante mutación, sin
embargo en estos también podemos percibir el doble juego caracterizado por
Hardt y Negri para el lapso formativo de los estados / nación
latinoamericanos. Juego que por un lado denota la necesidad de generar
alianzas tanto políticas como económicas en pos de resistir a los intentos
de dominación extranjera, mientras que por el otro es manifiesto la
necesidad de implementar estrategias de cohesión interna( al interior de
cada Estado) en pos de eliminar esa dominación externa siempre amenazante
, dichas estrategias tanto ideales como materiales tuvieron como objeto
principal construir las bases de los estados objetivados en sus
instituciones y efectivizar los lazos intangibles que construyen la idea
de nación y el sentimiento de pertenencia.[9]

Según lo expuesto visualizaremos a la región Nordeste de la Cuenca
del Plata, como un espacio de frontera entendido como una realidad
histórica y un producto cultural. En el que las construcciones de
significaciones se constituirán en instrumentos destinados a formar parte
de conjuntos de significados más amplios que pretenden dar cuenta de una
historia nacional.[10]

Dicha historia nacional funciona como dispositivo constructor de
espacios, territoriales e imaginados tanto hacia el interior, como también
y quizá con mas fuerza hacia el exterior.

Esta imagen del espacio nordeste Rioplatense hacia la segunda mitad
del Siglo XIX nos permite imbricar los aspectos geográficos / territoriales
/ institucionales a los que no son ajenas las formas de acceso y
explotación de la tierra y recursos naturales, los actores sociales,
políticos y económicos intervinientes, las relaciones de producción,
comunicación unidos a la idea de estados en proceso de formación , como
así también las respectivas soberanías, en los que el deslinde de
jurisdicciones, ámbitos de competencias y funciones se están intentando
efectivizar; con las representaciones e imaginarios que confluyen y
refuerzan el sentimiento de pertenencia a una nación.[11]Esta intrincada
forma de percibir el espacio rioplatense a mediados del Siglo XIX, la
podemos vislumbrar en el artículo publicado por la Gazeta Mercantil de
Buenos Aires en el año 1851, y reimpreso por la imprenta del estado
correntino en 1855.[12] Según nuestro juicio en coincidencia con la Misión
de Tomás Guido enviado por el gobierno de la Confederación a Paraguay y
previo a la concertación de los tratados de Paraná de 1856 – 1857, entre la
Confederación Argentina y el Brasil. [13]




Este artículo escrito por Pedro Alcántara de Somellera, Titulado
"Documento importante para la ilustración de algunas de las cuestiones de
territorio entre la Confederación Argentina y el Paraguay", nos permite
entrever dos aspectos fundamentales de los ya mencionados el primero alude
a la construcción de la idea de soberanía y territorio por parte de los
historiadores y la instrumentalización de las mismas para dirimir
conflictos geo- políticos. Mientras que en segundo lugar nos expone en
cierta forma el débil equilibrio de poder existente en la región, la
supremacía portuguesa sobre los demás estados platenses y los intentos de
afianzar, no sólo territorialmente sino también institucional y
jurídicamente a los mismos.

De modo que consideramos menester destacar los argumentos que Pedro
de Somellera considera falsos en el Manifiesto publicado por el Presidente
Paraguayo Carlos Antonio López, en particular se refiere al artículo 4º de
dicho manifiesto, en el que el presidente enumera las razones por las que
la margen izquierda del Paraná o sea los pueblos de la Candelaria y sus
alrededores pertenecen al Paraguay. Entre estas enumeraciones encontramos:

[..]dice el jefe Paraguayo que la ciudad de la Asunción hoy
capital de la República del Paraguay fundada por los Españoles
en 1536, fue también la capital de todo el imperio español de
esta parte del Río de la Plata comprendiendo en su jurisdicción
todo el territorio que abraza hoy la Confederación Argentina[…].
[14]

A lo expuesto por el Jefe Paraguayo Somellera alude que, a que
el manifiesto publicado por éste, en la Villa del Pilar el 8 de
Octubre de 1848, es una pieza digna de leerse, no sólo por los
principios políticos-morales a los que alude sino por la belleza
de sus palabras, sin, embargo aclara que aquellos principios,
son ilógicos y están embargados de errores geográficos e
históricos en los que fundan los derechos sobre cito territorio.
Según Somellera ningún dato en los que fundamenta López su
argumento respalda los derechos que reclama el Paraguay porque:
"que la Asunción se haya fundado en 1536 – que sea capital de la
República Paraguaya- que haya sido capital de los territorios
del Río de la Plata. No quiere decir que tenga derecho sobre
estos." Luego alude que las equivocaciones en las que cayó el
jefe paraguayo deben a la falta de crítica en las lecturas que
fundamenta su argumentación. Dichas argumentaciones se fundan en
los Ensayos de la historia civil del Paraguay, Buenos Aires y
el Tucumán de Gregorio Funes Dean de la Catedral de Córdoba.
Esta obra se divide en tres tomos, el primero, corresponde a
los 112 años en que se inicia la "conquista y civilización del
Río de la Plata" 1508 a 1620.

A partir de lo mencionado el autor del artículo referirá que ya
desde el título es inadecuada esta obra porque en ese período y en ese
espacio, no se puede utilizar el título de Historia civil del Paraguay, ya
que no había ni gobiernos ni provincias. En esta región, que lo que hace
Funes es reproducir los modelos dados por los padres jesuitas, ya sea
Lozano Guevara, o algún otro de la compañía que han titulado sus obras
"Provincias del Paraguay", refiriéndose a los territorios de las misiones
jesuíticas.[15]

"[…] lo anotó bien claro nuestro erudito de Angelis en su discurso
preliminar a la historia del padre Guevara así se entendían
ciertas cosas en el siglo XVI y así lo expresaban los cronistas
reverendos pero que así lo haya entendido el siglo XIX, el
venerable Dean Funes es cosa digna de notar y mas lo es que así
lo haya expresado en la página Tomo I del ensayo y en otras […]"
[16]

Consideramos de interés esta fuente ya que nos muestra en reiteradas
ocasiones la confrontación de significaciones ya sea del término
provincia, capital, gobierno entre otros para el Siglo XVI y para el Siglo
XIX, lo que hoy llamaríamos mutación de los conceptos y cómo los mismos
pueden utilizarse con diferentes finalidades. Mas nos es menester destacar
que el artículo de Somellera no es único en su género, ya que en la década
de 1850 proliferaron este tipo de publicaciones con diversas finalidades,
como recaudar información, dar a conocer la riqueza de los estados en el
extranjero con el fin de atraer capitales y población como así también como
herramienta de propaganda política oposición al gobierno. Ejemplo de estos
son las obras de Alfred Du Graty, Martyn de Moussyy, Tomas Hopkins, Juan
Coronado y José maría Flores entre otras.[17]

Para el caso específico de la Confederación Argentina, los
objetivos planteados estuvieron en consecución con la idea de pacificar y
organizar constitucionalmente el territorio Los hombres de la
Confederación encararon todos sus pasos al arduo trabajo realizado en
función de obtener la pacificación e integración interior, que se llevará
a cabo siempre en función del contexto exterior.

En este aspecto el grupo dirigente proclamó como base de sus
relaciones económicas, políticas y sociales, tres principios fundamentales:
libertad, igualdad y fraternidad.

Libertad, para el comercio; fraternidad con los pueblos hermanos,
que en este caso será Inglaterra modelo a seguir, y regiones vecinas;
igualdad "para todos".[18].

Más la implementación de estos principios en la región tuvo una
estrecha relación con las formas de organización política y territorial,
las que estuvieron ligadas íntimamente con la independencia de España, la
posterior forma de asumir la misma y por último la construcción de los
estados/nación.

Los derroteros de la Confederación Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay
en la década analizada, si bien tuvieron puntos de convergencia, como la
herencia Española de los caudillismos y liderazgos fuertes que prevaleció
hasta bien entrada la segunda mitad del Siglo XIX coexistiendo con las
nuevas formas de organización constitucional que entrañaban la división de
poderes y manifestándose en la militarización de los cargos públicos como
así también los esfuerzos destinados a insertar las economías de los
noveles estados en el capitalismo internacional, tuvieron sus
peculiaridades en las disímiles formas de organización interna y
consolidación del poder.

De lo expresado podemos desprender las nociones de ruptura y
continuidad en términos de identidades políticas. La Argentina, Paraguay y
Uruguay debieron, al mismo tiempo, romper con la metrópoli y preguntarse
por su nueva identidad política. Aunque este debate también existió en
Brasil, la elite monárquica primó y por lo tanto la estabilidad del sistema
político brasileño (aunque no de sus gobernantes) fue superior a la
estabilidad del sistema político argentino. Esto influyó definitivamente en
la política exterior. Brasil continuó de algún modo las líneas imperiales
heredadas de Portugal que apuntaron siempre en dirección a la expansión
territorial. La Argentina, en cambio, debió construir desde 1816 un nuevo
esquema de relaciones exteriores el cual careció de características
definidas por varias décadas. Este patrón externo reflejó otro interno de
inestabilidad y guerra civil en un cuadro político que no terminó de
estabilizarse hasta varias décadas después de la independencia. Si en
Brasil la política exterior fue la proyección de un sistema político
relativamente estable, en la Argentina la política exterior fue la
proyección de un sistema político dislocado y por lo tanto un ámbito más en
donde diversos proyectos de país se vieron encontrados, por un lado la
Confederación Argentina formada por trece provincias con Capital en Paraná,
por el otro el estado Porteño, los que competirán entre sí por el
reconocimiento exterior como atributo primordial de la estatidad.[19]

En este contexto el caso paraguayo se presenta con sus
peculiaridades dadas por una temprana ruptura con los demás territorios que
conformaban las provincias Unidas del Río de la Plata, ésta trajo la
Creación de la República del Paraguay en 1813 bajo lo que se conocerá como
la dictadura D. Francia 1814 – 1840, tal como lo expone Areces al analizar
éste período, el líder carismático, logró construir de las cenizas del
imperio Español un espacio político homogéneo al ampliar la ciudadanía y
obtener el reconocimiento como el salvador de la anarquía reinante, en un
contexto de tensión no sólo con Buenos Aires sino también con los
portugueses y posteriormente con el Brasil. A la muerte de Francia, Carlos
Antonio o López y Francisco Solano López nombraron ministros con escasa
autoridad, según lo define Bosio, como "una cierta inclinación monárquica
en la que detentaba el poder una familia clan. "el gobierno de Don Carlos
López es reconocido como el más progresista que tuvo el Paraguay entre los
años 1844-1864.[20] En síntesis, los estados /nación que se estaban
constituyendo construyeron lecturas propias del mundo y de la región y
discursos también propios acerca del Estado y su forma de inserción
internacional. Sin embargo cada discurso posee puntos de inflexión y de
convergencia en los que prevalece la idea de ¿qué tipo de estado queremos
formar?, en el caso de la Confederación primó el ideario Alberdiano en el
que la construcción de un nuevo ser nacional, de caracteres europeizantes
que pueble los grandes desiertos y traiga civilización serán la clave para
la inserción internacional y el afianzamiento de la homogeneidad
nacional.[21]


Mientras que en Brasil, el mito fundacional de la nación estuvo
articulado por un hombre de la diplomacia que dotó al Brasil de un poderoso
mito basado en la negociación, la paz y la proyección de prestigio. Este
mito puede ser visto como una suerte de mito fundacional de la política
exterior brasileña en el cual el Barón del Río Branco es un elemento
fundamental como diplomático pero también como constructor del discurso
nacional en éste, el inmigrante no estaría llamado a construir un suelo
nuevo sino más bien a integrarse a las estructuras sociales y políticas
heredadas de la monarquía. A diferencia del caso de la Confederación
Argentina y el Uruguay en el que se tuvo que romper con el ideario
anterior y crear uno totalmente nuevo, lo que implicará un lento proceso de
afirmación de la identidad nacional en las conflictivas relaciones de
fuerza y poder que se desencadenaron a partir de Caseros.[22]














2. De las formas de percibir los estados / nación.

Arduos han sido los debates en torno a las diversas formas de
percibir el estado y la nación, intentando captar la primacía o
preexistencia del uno sobre el otro, índole que entraña más allá de la
superficie una supremacía de lo público sobre lo privado o de lo privado
sobre lo público. Más no es ésta la cuestión que nos interesa dirimir en
este ítem, lo que pretendemos es realizar un itinerario sobre cómo se
percibieron los estados/ nación rioplatenses y entre estos,
particularmente la Confederación Argentina 1852 – 1861, que nos permita
realizar una relectura de la utilización del término estado/nación en la
década de 1850.

Para comenzar tomaremos de las visiones clásicas que guiaron las
miradas en torno a la constitución de una idea de estado y de nación,
destacando en primer lugar que en éstas el término era prácticamente
indivisible, formado por tres elementos constitutivos el pueblo, el
territorio y la soberanía.

Según el análisis realizado por Esperanza Durand, el pueblo ha jugado
un papel muy importante en la elaboración

De dos teorías disimbolas sobre el fundamento de la cohesión social
en lo que posteriormente serán los estados y naciones modernas: una
enfatiza los aspectos culturales como unificadores de una sociedad dada;
otra enfatiza la función de las instituciones políticas en la creación de
una comunidad genuina. La una considera la identidad de un pueblo expresada
a través del lenguaje, las tradiciones culturales e históricas, cuando que
la otra sintetiza estos elementos y los ve materializados en las
instituciones políticas.
Un expositor clásico de la primera teoría es Herder, mientras que
Rousseau puede ser considerado como el defensor par excellence de la
segunda.[23]
Será Hegel quién posteriormente reúna estas dos tradiciones teóricas,
en las que entran en juego como elementos motores de la historia las
fuerzas morales y las fuerzas materiales que animan y estimulan el progreso
de las sociedades aseverando que los individuos no pueden convertirse en
una parte genuina del todo político si están aislados de una organización
mayor en la que se integren todos los intereses particulares
De manera sistemática. Los individuos solo pueden ser incorporados al
sistema político como miembros de entidades secundarias: uniones,
organizaciones, corporaciones, etc, la membrecía a los mismos otorgaba al
individuo la responsabilidad necesaria para asumir las funciones políticas
inherentes a la a la organización estatal.[24]
La concepción de Hegel del estado la podemos subdividir en tres
dimensiones principales la primera, la sociedad civiles la red de
autoridades autónomas que promueven los intereses privados de los
individuos, protegiendo sus derechos de propiedad, contrato, etc.
En segundo lugar, el estado político, la autoridad política suprema, es el
sistema de organismos encargados de asuntos de interés general tales como
defensa interna o externa contra, amenazas que puedan poner en peligro la
existencia del sistema político, o las relaciones internacionales.
Finalmente, tenemos el estado ético El estado ético funde a un pueblo, una
sociedad civil y un estado político en un todo orgánico, y así sintetiza
dialécticamente a los dos tipos de estado antes mencionados; es de acuerdo
con esta concepción del estado ético, en que el pueblo forma una parte
integral de la unidad política. Esto será fundamental para que un pueblo
políticamente organizado, que sus vínculos excedan la unión cultural
(nación), sino también políticos pueda participar en el desarrollo
histórico, o en el desarrollo hacia la libertad.
De modo que Hegel, indagando en lo que Montesquieu denominó el
espíritu de una nación, captó de Herder la importancia de los factores
culturales que moldean el carácter y unifican a los pueblos, mientras que
de Rousseau tomó que la dimensión política no se podía excluir del retrato
veraz del espíritu de una nación o de una época, de modo que intentará
descubrir las fuerzas que unifican y caracterizan a una multitud
transformándola en una nación y posteriormente en un estado, considera a la
historia como expresiones de un ente colectivo que le da al pueblo su
peculiaridad, arte, lenguaje, religión y leyes.
Sin embargo una comunidad que esté desarticulada culturalmente sólo podrá
unificarse mediante los vínculos forjados por sus instituciones. De ahí que
desde esta visión el estado supone una comunidad unida por una autoridad
civil, política y militar, en la que cada átomo posee funciones
particulares que sólo pueden existir dentro de un gobierno legal y
constitucional.
En ésta visión la soberanía da unidad a cada esfera constitutiva del estado
otorgando un carácter unitario a la autoridad pública y es gracias a esto
que cada esfera no es independiente ni autosuficiente, cada acción está
determinada por los objetivos de la totalidad.[25]
Consideramos que los teóricos de los nacientes estados Rioplatenses de
mediados del Siglo XIX basaron en parte sus concepciones sobre qué tipo de
estado querían construir en el último punto que nos presenta la visión
Hegeliana, atendiendo a la heterogeneidad y multiplicidad de costumbres y
hábitos culturales arraigados en los territorios que una vez fueron las
provincias Unidas del Río de la Plata. Si bien hay que tener en cuenta que
Alberdi en sus escritos de los años 1880, alerta sobre el peligro que puede
causar la omnipotencia del estado/nación en lo que a lo que a garantías
individuales respecta, tomando el ejemplo de los países latinoamericanos
que siguieron las ideas propuestas por Moreno de la soberanía del pueblo
que en la práctica no constituyó mas que en dar lugar a las manifestaciones
de omnipotencia a los estados y sus gobernantes, tal cómo ocurrió con el
caso Paraguayo y autoritarismos europeos en la época analizada.[26]
Lo expuesto nos permite inferir que las visiones mencionadas guiaron las
formas de abordar los estados/nación, ya sea desde las obras de Alberdi y
Mitre, continuando por la Nueva Escuela Histórica – Revisionismo hasta la
renovación propuesta en la década del 1960. Tendrán como correlato
fundamental la visión de un estado / nación formulada para dar respuesta a
interrogantes que surgieron de la situación existente en países europeos y
se trasvasaron a las problemáticas latinoamericanas, con sus
características peculiares, en las que no profundizaremos por que excede el
objeto de esta ponencia.
Sin embargo nuestro interés se focalizará en las visiones antagónicas
que delinearon los abordajes sobre la formación del estado/nación
Argentino en la década de 1850. Para esto comenzaremos con la propuesta de
que en la formación del estado/nación Argentino el principal punto de
ruptura e inflexión lo encontramos cuando una coalición de gobernadores de
provincia sustentan el ascenso de un entrerriano como Director Provisorio
de las catorce provincias Confederadas, previo a la separación de Buenos
Aires y al ascenso del grupo liderado por Urquiza a la primera magistratura
de la Confederación Argentina, desplazando el eje de acción desde la
provincia de Buenos Aires a la de Entre Ríos.
Sin embargo, entre el pacto de San Nicolás y el ascenso de Urquiza al
gobierno nacional, el debate que se presenta es tal como lo mencionamos
anteriormente, ¿qué tipo de Estado queremos? la principal respuesta fue
brindada por Juan Bautista Alberdi en su obra "Bases y Puntos de partida
para la Organización Nacional. Obra que se constituyó en el fundamento de
la Constitución Nacional Sancionada en 1853.

Lo expuesto por Alberdi en el capítulo primero de las Bases denota
por un lado que, las trece provincias Confederadas son sólo una asociación
tácita e incompleta, que no llega a formar un estado ni una nación, sin
embargo Buenos Aires y Montevideo al contar con la ley fundamental han
eliminado los males que se interponen en el camino a la organización. Lo
destacable de las Bases es la comparación que realiza Alberdi de las
constituciones de los demás países latinoamericanos, a fin de que el
naciente estado argentino evite incurrir en errores a partir de las
experiencias precedentes.


Nos interesa destacar el análisis que realiza de la constitución
Uruguaya sancionada el 10 de Septiembre de 1829, sólo tres años después de
la sanción de la Argentina de 1826, de ella destaca que el espíritu de
progreso para Montevideo reside más que en su constitución, en sus formas
de ser, de sus cosas y población en la disposición geográfica del suelo,
aludirá a que dicha constitución posee falencias que devienen por un lado
de la impronta de la constitución Argentina de 1826. Mientras que por otro
de la necesidad de establecer a Montevideo como estado independiente de los
países extranjeros que lo rodeaban y pretendían. En el mismo capítulo alude
a la equívoca definición de estado que plantea la Constitución Oriental,
basándose en la exclusión de los inmigrantes que son el porvenir de esa
patria.


Refiere Alberdi que el Art 1ºde dicha constitución define al Estado
Oriental como: "el Estado Oriental es la asociación política de sus
ciudadanos comprendidos en su territorio".


Sin embargo alude a que el estado es algo mas que eso, que está
compuesto por los apellidos de los ciudadanos que comercian en él, que
generan medios de comunicación de transporte y que trabajan la tierra. De
este modo el autor de las Bases alerta sobre el peligro de utilizar
definiciones para estados tan nuevos, olvidando los derechos y garantías
que deben suministrarse a los individuos que quieran habitar dichos
territorios.[27]

Por último comparará a la Constitución Oriental con su antítesis que
para él es la del Paraguay, ejemplo que hay que evitar, ya que alude y
estimula la dictadura y el autoritarismo enmascarado bajo los preceptos
republicanos y la división de poderes.[28]
Desde otra perspectiva, la obra de mitre nos presenta una visión de los
estados del plata como una puja de las fuerzas morales y las fuerzas
materiales que animan el espíritu revolucionario en su lucha por
constituirse en una nación organizada observando que 1810, fue resultado
de las mismas, dotando de una nueva significación a la identidad
rioplatense en oposición a la española. . […] de Tales fueron en general
las causas eficientes de la revolución argentina: el desarrollo armónico de
las fuerzas morales y de las fuerzas materiales de los hechos y de las
ideas del individuo y de la sociedad" […][29]
Si bien la obra de mitre no tomó como objeto el análisis del período que
nos convoca no podemos dejarla de lado ya que sentó las bases de la
Historiografía Argentina y en particular al llamado mito de la
preexistencia de la nación. Captamos que la visión de este que ha dejado
su impronta en la historiografía rioplatense deviene de la influencia
Hegeliana en la que la nación es el elemento articulador entre la anarquía
y la organización estatal, en el que los Héroes serán los organizadores del
caos reinante, como así también los encauzadores de la nación hacia el
progreso.[30]Nos es menester destacar que a partir de lo mencionado se
desprenden dos de las corrientes que han dejado huella en la historiografía
que tiene por objeto la Confederación Argentina 1852 – 1861.
La relevancia de la Confederación Argentina, desde las diversas corrientes
historiográficas del país e internacionales, queda sintetizada en la
sanción de la Constitución de 1853 considerada como el elemento
homogeneizador por excelencia entre soberanía, pueblo y territorio,
aunque con la errónea salvedad, que la vigencia efectiva recién se
concreta con la incorporación de Buenos Aires en 1860.



Simultáneamente, desde la historiografía regional. será Martin Ruiz
Moreno, quién desplace el eje de la acción y construcción de la
"Organización nacional definitiva" a la provincia de Entre Ríos. Tesis, que
será punto de partida de toda una tradición historiográfica nacional y
regional, que reconocerá tempranamente el carácter fundacional de la
Confederación Argentina. La obra de Ruiz Moreno, nos presenta la imagen de
una nación preexistente, pero que se va perfeccionando en la interacción
recíproca del hombre con sus instituciones y de éstas sobre los hombres,
que dará como resultado el perfeccionamiento institucional y el
perfeccionamiento del hombre mismo[31]. Desde éste enfoque, el análisis del
proceso gira en torno a Justo José de Urquiza y su obra de organización
institucional de la nación. Siendo el concepto vertebrador de la misma,
revolución; en contraposición al de "pronunciamiento" planteado por Adolfo
Saldías.

La Confederación Argentina como proyecto fallido o frustrado de
estado/nación es legitimado por la Renovación historiográfica de los años
1960. A partir de concebir un estado ex pos a través de categorías
analíticas devenidas del marxismo sin embargo la principal base que
sustenta esta concepción es Gramciana donde la noción de dominación y
hegemonía están presentes en todos los abordajes. Esta historiografía
partirá del análisis de las bases materiales, económicas y financieras
sobre las que se construyó el estado en la segunda mitad del Siglo XIX,
destacando la pluralidad de sujetos y de posiciones, subrayando la
dependencia financiera con respecto a un sistema fiscal regresivo y
generando una indagación en torno a los orígenes del estado en el que se
privilegian los aspectos económicos y sociales que caracterizan su
surgimiento[32].

Las estrategias llevadas a cabo por una clase dominante que construye y
se reconstruye dentro y a través del estado, es enfatizado por Allub,
minimizando el papel de la institucionalización. El reflejo institucional
de los intereses de clases es abordado por María del Carmen Angueira desde
los movimientos orgánicos y coyunturales que se dan a partir de la
Constitución de 1853, analizando cómo se expresaron los intereses de los
diversos sectores sociales regionales y los proyectos intelectuales que les
dieron sustento. Asimismo se refiere a los planes económicos que la
nutrieron, el de Mariano Fragueiro y el de Alberdi, que conjuntamente con
el análisis de las relaciones de fuerzas políticas, opinión pública,
fuerzas sociales y militares, intenta captar los cambios operados entre
1852-1862 que facilitaron, en los veinte años posteriores, la conformación
de un bloque hegemónico que construirá la nación[33].

Resulta interesante destacar que estos enfoques nos presentarán una
nueva forma de ver el estado. Rescatando la dimensión política en torno al
concepto de cambio, a través la pluralidad de agentes, nos permiten
comenzar a reflexionar sobre los límites entre lo público y lo estatal.

En este contexto, será Oscar Oszlak[34] -desde la Sociología- quien
recupere la complejidad de lo que es la formación del Estado Nacional,
desde su institucionalidad, privilegiando el plano material en dicho
análisis y definiendo los elementos que suponen la adquisición de la
estatidad. Cabe mencionar que este autor atribuye el carácter fallido de la
Confederación a la incapacidad de ejercer la dominación política y
económica del territorio mediante un sistema institucional de carácter
nacional, y no a la falta de vocación hegemónica de la burguesía
litoraleñas.
Respecto a estas formas de concebir el estado consideramos que, si bien las
mismas hasta hoy mantienen su vigencia a en los análisis historiográficos ,
sin embargo es de destacar que durante la primera década del Siglo en curso
se han instalado con fuerza nuevas perspectivas que flexibilizan la forma
de captar los estados nación latinoamericanos a partir de sus
especificidades , en el que la heterogeneidad y divergencia tanto de
posibilidades como de intereses serán fundamentales, las que distan en gran
manera en lo que a los surgimientos de los estados europeos, en particular
el álgido período que va de 1850-1860 con las tensiones conflictos y
alianzas surgidas hacia el interior y exterior de los nacientes estados.


Conclusiones.

Captar el espacio Nordeste Rioplatense en la década de 1850, ha supuesto un
arduo trabajo que incluye apelar a diversas estrategias analíticas ya que
desde la historiografía Argentina es notable la ausencia de estudios que
tomen esta región en su conjunto, para el periodo que nos atañe, sin
embargo es de destacar que, tanto la historiografía Paraguaya como
Brasilera le han dado particular atención a dicha coyuntura, poniendo el
peso de los análisis en las conflictivas relaciones que desencadenaron en
la década siguiente la Guerra de la Triple Alianza .
Sin embargo el objeto de esta ponencia fue contextualizar a la
Confederación Argentina en la Región nordeste del Río de la Plata en la
década de 1850, a fin de captarla especificidad de la coyuntura en que
incurre un lapso fundamental en la formación del estado/nación argentino,
que ha sido considerado o por la historiografía desde la década de 1960 y
reforzado en la del 80 como un proyecto frustrado de estado nación.
Consideramos que dicha visión enraizada en las categorías analíticas
expuestas en el cuerpo de la ponencia, tienden a reducir el complejo
entramado que significó construir un estado /nación en sus aspectos
materiales e ideales.
Elementos que, si bien en teoría están contemplados, en las
investigaciones empíricas se dejan de lado, múltiples cuestiones
estrechamente ligadas al proceso formativo del estado/nación argentino. En
primer lugar señalaremos que dicho proceso no fue mecánico, que Caseros no
significó el fin de los hábitos arraigados desde la colonia y reforzados
durante las guerras de independencia, como lo fue el Caudillismo y la
militarización de los puestos de la administración pública. Dicha
coexistencia de tradiciones la podemos captar en la Provincia de Entre
Ríos, la que mientras intentaba desplegar desde Paraná la influencia del
estado nación hacia el resto de las provincias confederadas a través de la
concreción de un poder administrativo que ejerza las funciones de
recaudación, comunicación, relevamiento de información, entre otras.[35]
El resto de la provincia que fue federalizada en su totalidad hasta 1858
pasó a fundirse prácticamente con el estado/nación, recuperando su
autonomía en la década de1860 con la tardía sanción de la Constitución
provincial.
Observamos la paradoja que mientras desde Paraná se trabajaba por
concretar la división de poderes con una representación activa de todas
las provincias, en entre Ríos se afianzó el poder de Urquiza sobre todo el
territorio.[36]
En segundo lugar nos es menester destacar que si bien la conformación del
estado nación visto desde la perspectiva Gramnciana nos deja captar las
debilidades y carencias que tuvo que afrontar el nuevo estado, tanto hacia
el interior como al exterior, la mayoría en estrecha relación con la
debilidad económica y las dificultades de obtener una fuente estable de
extracción de recursos. Hecho que visualizamos en las estrategias puestas
en prácticas con el fin de cubrir dicha necesidad, como lo serán la
creación del Puerto de Rosario, los intentos deatraer capitales extranjeros
que inviertan en el país, al no contar con capitales propios, los proyectos
de canalización de los ríos Salado y Dulce que constituirían un fuerte
impulso a la producción y circulación de las provincias interiores. El
establecimiento del Museo de la Confederación en Paraná que tenía como
principal objetivo recolectar muestras de la minería y producción de todas
la provincias con el fin de promocionarlas en Europa.
El trabajo era arduo teniendo en cuenta el vasto territorio y la escasez
de capitales y mano de obra sin embargo la institucionalidad de la
Confederación, sentó las bases del estado nación Argentino.[37]
De modo que nos interesa destacar que desde las perspectivas de los
discursos normalizados, muchas cuestiones quedan fuera del proceso de
formación estatal que se implantó desde la Confederación argentina en
Paraná ya que , las mismas se centran exclusivamente en el proceso de
reducción a la unidad y centralización del estado implantado desde Buenos
Aires, sin percatarse que en éste proceso influenciaron no sólo los
conflictos inherentes a su organización interna, sino también los que irán
delineando sus relaciones externas . Por otro lado no hay que perder de
vista que en el periodo analizado el surgimiento de una clase Burguesa
nacional es paralela a la formación de éste estado.[38]
Y en cuanto a los mecanismos de control y dominación se
encontraban en proceso de formación, el gobierno de la Confederación tuvo
que construir desde la nada las estrategias de dominación e integración
tanto territorial como de mercado.
La nueva forma de gubernamentalidad propuesta desde Paraná inédita
hasta ese momento, tuvo que crearlo todo, de modo que consideramos que las
categorías tradicionales, no nos permiten captar la especificidad del
proceso abordado, en toda su complejidad ya que desde las diversas
perspectivas plantean al Estado o la Sociedad como una instancia superior
y determinista, con mente propia,que tiene como motor principal la
coacción física, ideológica o económica.

En síntesis estos modelos permiten analizar un tipo de estado
ya conformado en sus diversos aspectos, el estado-nación desde una
perspectiva determinada, ya sea la constitución de la clase hegemónica, de
la esfera pública, integración territorial y de mercado y/o la construcción
de una identidad nacional. Sin embargo, no la ven como un sistema donde
todos y cada uno de estos aspectos están en proceso de formación, en los
que además de la coacción y dominación la cooptación, negociación y
concenso serán las claves para dar viabilidad y perdurabilidad a dicha
empresa.



Por este motivo consideramos que el enfoque neo institucionalista[39] nos
permitirá ampliar los argumentos mencionados anteriormente, como así
también focalizar nuestro análisis en los inicios de la construcción de
nuestro estado/nación. Dicha construcción tiene como punto de partida a la
Confederación Argentina, 1852-1861, con características específicas:un
estado/nación, de limitadas dimensiones de acción, donde aún prevalecen la
interacción cara a cara, la dominación carismática y las relaciones
polifacéticas, en la que reina un contexto de tensiones y conflictos, en
los que reglas y objetivos no se han establecido con certeza. En este
contexto, la clase dirigente y los ámbitos de competencia aún no se han
definido con precisión, en tanto que para mantener su forma necesita:

-Institucionalizar su autoridad, creando una estructura de poder que
garantice el monopolio de los medios de coerción, una estructura estable de
extracción, distribución y función de los recursos de la sociedad civil y
un cierto grado de profesionalización en sus funcionarios.
-Legitimarse mediante una fundamentación específica, justificando ante sus
miembros la índole natural y razonable de las normas instituidas, para
mantenerse de forma identificable y perdurable.
-Ejercer el control de la memoria de sus miembros, haciendo olvidar
experiencias incompatibles con la rectitud de su imagen, como así también
recordar hechos que la respalden, fijando condiciones de autoconocimiento e
identidades a través de la administración de la información y la opinión
pública[40].
De modo que, la reflexión realizada nos lleva a observar a los procesos de
formación de los estados nación del Nordeste del Plata como una
articulación de elementos: donde los significados pueden ser parciales
porque están in media res, y la historia puede estar hecha a medias porque
está en el proceso de ser hecha, y la imagen de la autoridad cultural puede
ser ambivalente porque está atrapada,necesita descomponer una imagen
poderosa estabilizarse, consolidar su accionar tanto en los aspectos
materiales, como afianzarse en las formas culturales. Esta visión nos
permitirá captar al estado y la nación en la década analizada a partir de
su ambivalencia, una que sostiene la cultura en su posición más
productiva, como una fuerza para la "subordinación, fractura, difusión,
reproducción, tanto como productora, creadora y guía", regresiva,
progresiva racional e irracional en sus relaciones políticas , tanto en los
contextos locales como en los regionales y las complejas interdependencias
de las relaciones globales.[41]

Para culminar con nuestro análisis nos es menester expresar que, a nuestro
juicio la década de 1850 y en ésta la nueva forma de gubernamentalidad
puesta en práctica desde la Confederación Argentina no debe tomarse en los
análisis historiográficos como una experiencia aislada con un principio
Caseros y con un final Pavón sino que debería mirarse en perspectiva con
las experiencias previas y las posteriores que son sólo su continuidad ,
ya que la Reforma de la Constitución de 1860 y el gobierno de mitre no
cambiaron drásticamente las formas, sino que hasta concluyeron proyectos
iniciados en la presidencia de Urquiza .
-----------------------
[1] John Lynch, (1987), Las revoluciones hispanoamericanas, Barcelona,
Gedisa, Hobsbawm, Erik (1977) The Age of Capital 1848-1875. Londres:
Weidenfeld and Nicholson, Ed. Esp. La era del capitalismo. Cap. 5 La
invención de naciones, Barcelona:

Guadarrama, Anderson, Benedict (1983) Imagined Comunities.London:
Verso, Michael Hardt –Antony Negri,(2000) Imperio,Harvard Universsity
Press, Cambridge Massachussets, Moniz Bandeira,(2006), Norma Buenos Aires



[2] José Luís Romero,(1959), Las Ideas políticas en Argentina, Fondo de
Cultura Económica. Buenos Aires, Tul IO Halperín Donghi(1972),, Revolución
y guerra, formación de una elite dirigente en la Argentina criolla. Siglo,
XXI. Buenos Aires, (1982)Proyecto y construcción de una nación. (Argentina
1846-1880) Ayacucho, Caracas, Oscar Ozlack,(1982), la formación del estado
Argentino, edit del Belgrano Buenos Aires, Pablo Buchbinder (2004),
Caudillos de Pluma y Hombres de acción, Prometeo Buenos Aires, Beatriz
Bragoni – Eduardo Miguez (comp), (2010), Un nuevo orden políticoBiblos,
Buenos aires.
[3] Carmen Sesto," Un Abordaje Foucaultiano a los mecanismos de
dominación colonial/poscolonial". 1º Encuentro de ADHILAC Argentina,
america 1804 =2004 a doscientos años de las luchas por la independencia.
Buenos Aires 26 al 28
[4] Martín Ruiz Moreno, (1905- 1908) La Revolución Contra la tiranía y
la Organización Nacional , vols, 2la capital , rosario ,Beatriz Bosch,
(1971), Urquiza y su tiempo, Buenos Aires, EUDEBA, Ana Laura Lanteri,
"Instituciones estatales y orden político, representaciones en la justicia
federal de la Confederación 1854- 1861", [en línea] , Vol. 18, Nº 1, 2011,
pp. 49-78. Puesto en línea en junio de 2011.
URL: http://www.poblacionysociedad.org.ar/archivos/18/P&S V18-N1-
Lanteri.pdf
[5]
[6] Oscar Ozlack (1982), La Formación del Estado Argentino, ob cit.
María del Carmen Angueira, "La Confederación Argentina un proyecto
Nacional". También, "Estado y Finanzas, un proyecto para la Confederación
Argentina". "Los intelectuales Movimientos orgánicos y Coyunturales".
Waldo Ansaldi, "Estado y Sociedad en la Argentina del Siglo XIX". En: Waldo
Ansaldi y José Luís Moreno Compiladores, Estado y Sociedad en el
pensamiento Nacional, .T I.I
Leopoldo Allub, (1989), "Estado y Sociedad Civil: Emergencia y
desarrollo del estado Argentino, (1810-1930). Waldo Ansaldi, "Soñar con
Rousseau y despertar con Hobbes: una introducción al estudio de la
formación del Estado nacional argentino. Waldo Ansaldi, "Estado y Sociedad
en la Argentina del Siglo XIX". En: Waldo Ansaldi y José Luís Moreno
Compiladores, Cantaro, Buenos Aires.

[7] Cristaldo Dominguez,(2010),"Introducción", la Guerra de la Triple
Alianza 1864 – 1870,La Gran historia del Paraguay Vol 6, Asunción , en:,
http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=11946consul
ta en línea julio de 2011
[8] Nos es menester aclarar que el tratado de alianza mutua entre las
Provincias de Entre Ríos, Corrientes, la República Oriental y el Imperio
del Brasil se implementó en dos etapas la primera consistió en retirar a
Juan Manuel de Rosas la representación de las relaciones exteriores de la
provincia de Entre Ríos , al que posteriormente adhiere la provincia de
Corrientes, en un segundo momento se celebró la invasión a la república
Oriental y la expulsión de Oribe y el ejército sitiador de Montevideo.Es de
particular interés la descripción realizada por José María Flores sobre la
campaña en la República Oriental en; Manifiesto de José maría Flores a sus
Compatriotas,(1860), Folletos varios, Colección Victorica, Biblioteca
Popular el Porvenir, concepción del Uruguay ). Mientras que la segunda
etapa consistió en el cumplimiento del art. 159 del tratado del 21 de Mayo
. El que tuvo como objetivo principal derrocar al gobernador de Buenos
aires y garantizar la libre navegación de los Ríos interiores,
principalmente el Paraná y el Uruguay .
[9] Sabsay Fernando – A.J Perez Amuchástegui,(1973), La Sociedad
Argentina, Génesis del Estado Argentino, la Ley S.A Buenos Aires, pp 173-
190

[10] Michael Hardt – Antonio Negri,(2000),"la soberanía del Estado
Nación", en Imperio,apartado II del CapítuloII en: www.griesca.org consulta
realizada en Abril de 2011
[11] Nidia areces, (2009),"Paisaje Fronterizoe Historia en el Paraguay
de los López" en Signos en el tiempo y rastros en lla tierra, Néspolo-Ramos-
Goldwaser (Editores), 2ª. Época, Volumen III, Universidad Nacional de Luján
p 30



[12] Roberto Schmit, (2008),"la Construcción de la frontera decimonónica
en la historiografía rioplatense"en: Revista Mundo Agrario, nº 16, centro
de estudios históricos rurales UNLP consulta en línea
wwww.mundoagrario.unlp.edu.ar. Nidia areces, (2009),"Paisaje Fronterizoe
Historia en el Paraguay de los López" en Signos en el tiempo y rastros en
la tierra, Néspolo-Ramos-Goldwaser (Editores), 2ª. Época, Volumen III,
Universidad Nacional de Luján p 305



[13] Pedro Alcántara de Somellera,(1855), Documento importante para la
ilustración de algunas de las cuestiones de territorio entre la
Confederación Argentina y el paraguay. Publicado en Buenos Aires en la
Gaceta Mercantil el 14 de febrero de 1851. Corrientes Imprenta del
Estado1855 en: folletos varios Colección Victorica, Biblioteca popular el
Porvenir.

[14] El rechazo de los tratados firmados por Derqui por el Congreso de la
Confederación fue percibido por el presidente paraguayo Carlos Antonio
López como un agravio, por lo cual decidió nombrar un cónsul en Buenos
Aires e iniciar relaciones con el gobierno porteño. Pero justamente en ese
momento en que se habían roto los pactos de convivencia, la Confederación
estudiaba la posibilidad de reincorporar a Buenos Aires por la fuerza, y la
conducta del gobernador correntino Pujol no era confiable a los ojos de
Urquiza fue necesario al gobierno de Paraná asegurarse la neutralidad de
Paraguay para evitar un posible acuerdo con Corrientes. Por todas estas
razones, el 13 de octubre de 1855, Urquiza designó a Tomás Guido como
enviado ante el gobierno paraguayo. Carcano Ramón, Del Sitio de Buenos
Aires al Campo de Cepeda 1852-1859, Buenos Aires,Coni,pp 292 - 297
Con respecto al tratado de Paraná de 1856 se lo puede consultar en:
http://es.wikisource.org/wiki/Tratado_de_Paz,_Amistad,_Comercio_y_Navegaci%C
3%B3n_entre_Argentina_y_Bras



[15] Pedro Somellera, (1855, ob cit, p 1
[16] Pedro de Somellera, obcit, pp1- 5, el autor hace recorrido por la
historia del Virreinato del Río de la Plata en el que destaca Capitales
Instituciones y tratados de límites establecidos entre España y Portugal,
como así también entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y
Paraguay.
[17] Ibídem, p 3
[18] Pedro Serrano, Riqueza Entrerriana. Concepción del Uruguay Imprenta
del Colegio de 1851. Martín de Moussy,(2005), Descripción Geográfica y
Estadística de la Confederación ArgentinaTomo II, Planeta , Buenos Aires,
(ANH), Alfredo M Du Graty (1938), a Confederación Argentina", La
Confederación Argentina ,Nueva Impresora , Paraná,
[19] [20] AGN Congreso de la Confederación Argentina 1854. SX 30-4 – 1
Nota del Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación al Presidente
Urquiza, 30 de junio de 1855

[21] Federico merke,(2002),"Identidad y Política Exterior. La Argentina y
Brasil en perspectiva histórica ", en: Sociedad Global Revista de
Relaciones Exteriores y Ciencias políticas
http://www.eumed.net/rev/sg/02/fm.htm




[22] Nidia Areces – Beatríz González de Bosio,(2010), El Paraguay durante
los gobiernos de Francia y de los López, en: La gran Historia del
Paraguay V, en Junio 2011 www.portalguarani.comconsultado
[23] Juan B Alberdi, (1914), "Introducción" Bases y Puntos de Partida
para la organización política de la Argentina en:
http://es.wikisource.org/wiki/Bases_y_puntos_de_partida_para_la_organizaci%C
3%B3n_pol%C3%ADtica_de_la_Rep%C3%BAblica_Argentina_(Versi%C3%B3n_para_imprim
ir), Valparaíso,
[24] Federico Merke, (2002)ob cit .
[25] Esperanza Durand,(2007), "Nación y Estado el concepto de Pueblo en
Hegel"en
http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/viewarticle.php?id=139
http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/viewarticle.php?id=139
[26] Ibídem- pp 3 – 5
[27] Ibídem.
[28] Juan Alberdi, (1880), la Omnipotencia del Estado, en: Discurso
pronunciado en el acto de graduación de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, de la Universidad de Buenos Aires, el 24 de mayo de 1880.
http://www.panarchy.org/alberdi/estado.1880.html Juan Bautista Alberdi fue
no
[29] Juan B Alberdi,(1914), Las Bases, ob cit, cap 8
[30] Ibídem, cap9
[31] Bartolomé mitre, (1887), Historia de Belgrano y de la Independencia
Argentina, Félix Lajouane, Buenos Aires, . pp 301 – 302
[32] White, Hayden,(1992), Metahistoria: la imaginación histórica en la
Europa del
siglo XIX, Mexico: Fondo de Cultura Económica.
[33] Martín Ruiz Moreno, (1905) La Revolución Contra la Tiranía y
la organización Nacional, tomo 1º, Rosario. La Capital, Pág. 45
[34] Pablo Buchbinder, (2004), "Introducción",Caudillos de pluma y
hombres de acción, Buenos Aires, Prometeo, pag 16-17
[35] María del Carmen Angueira, (1989), "El Proyecto confederal y la
formación del Estado nacional (1852-1861), 2. La Confederación Argentina un
proyecto Nacional" en: Waldo Ansaldi y José Luís Moreno, Ob. cit.….
[36] Oscar Oszlak,(1982) La Formación del estado Argentino, editorial de
Belgrano Buenos Aires.
[37] Aixa Mega (2010),"La Confederación Argentina 1852-1861 ¿Un proyecto
Institucional trunco?, avance de tesina Lic. Historia, director Pablo
Buchbinder.en: Revista Hablemos de HistoriaNº6, , Instituto de Historia
FHAyCS UADER, edit de Entre Ríos, Paraná, pp 195 - 207 [38]
[39] Ibídem.
[40] Por mas datos ver: Pablo Buchbinder, Caudillos de Pluma y Hombres de
acción, ob cit María Cecilia Rossi, "exploraciones y estudios sobre los
nuevos espacios económicos durante el Siglo XIX, Santiago del Estero 1850 –
1875", en: Mundo Agrario. Revista de estudios rurales, vol. 5, nº 9,
segundo semestre de 2004.[41]
María Fernanda de Miguel,"La Dinámica compleja de la economía
litoraleña,el papel del Río Paraná en la comunicaciónregional,1850 –"UNL
1860http://www.cori.unicamp.br/jornadas/completos/UNL/Maria%20Fernanda%20de%
20Miguel-Trabajo.doc, Herrera Claudia – María Paula Parolo (2009),"Las dos
caras de la fiscalidad: estado y contribuyente . Tucumán segunda mitad del
Siglo XIX,Jornadas interdiciplinarias de investigaciones Regionales,
Mendoza,
[42] Alicia Mejías,(2008), "Modernización y problemas Regionales, Santa
Fe 1850 – 1860,Jornadas de historia política de la periferia al centro,
Mendoza Universidad nacional de Cuyo, 3 – 5 de Julio.
[43] El neoinstitucionalismo, paralelo a concebir un papel más autónomo
de las instituciones políticas, no niega al mismo tiempo la importancia y
el rol llevado a cabo por los actores individuales, el Estado, incluso los
procesos sociopolíticos de socialización, participación y afines. No
perdamos de vista que el contexto será fundamental por la influencia que
tiene social, económica, cultural y políticamente sobre nuestras conductas
y sobre el individuo como tal. Asimismo, el papel y los roles de las
instituciones políticas son fundamentales a la hora de explicar la
estabilidad, el cambio o incluso la inestabilidad de un determinado sistema
político y de la propia política, respectivamente. North, D. (1993):
Instituciones, cambio institucional y desempeño económico. México, Fondo de
Cultura Económico, (1993)o, p 13

[44] Mega Aixa,(2011), "El giro Institucional, La Confederación argentina
1852 1861, en: 2º Jornadas de Ciencias Sociales, FHAyCS UAder, Concepción
del Uruguay www.jornadascienciassociales.blogspot.com


[45] Homi Bhabha,,(2000), "Narrando la nación", en: Álvarez Fernandez
Bravo (comp), La Invención de laNación, Buenos Aires,Manantial pp 211- 219
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