Reflexiones en torno a la lengua náhuatl

July 25, 2017 | Autor: Ignacio Silva | Categoría: Cosmovision, Cultura Nahuatl
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Descripción

Reflexiones en torno a la lengua náhuatl y su enseñanza

Ignacio Silva Cruz, FFyL

Hablar de los problemas que aquejan la enseñanza de la lengua náhuatl en general y su enseñanza en nuestra Facultad, en particular, significa hablar de múltiples factores que influyen en el proceso entre los que puedo citar los siguientes. a) Materiales didácticos: hacen falta estos materiales y el profesor tiene que írselas ingeniando para elaborarlos sobre la marcha. b) La inscripción a esta lengua también conlleva un alto índice de deserción debido a que no es una lengua que sirva de requisito para que los alumnos se titulen; es una lengua no reconocida. Las lenguas que en el Delefyl se enseñan sirven para el fin antes dicho. c) Las categorías gramaticales usadas; ya fray Andrés de Olmos había dicho que “en el arte de la lengua latina creo que la mejor manera y orden es la que Antonio de Nebrija sigue en la suya; pero por que en esta lengua [el náhuatl o mexicano] no cuadra la orden que él lleva por faltar muchas cosas que en el arte de la gramática se hace gran caudal, como declinaciones y supinos […], en esta lengua no se tocan. Por tanto no seré reprensible si en todo no siguiere la orden de Antonio”. d) En muchas ocasiones tal vez sea preferible usar categorías que se acomoden mejor a la lengua náhuatl y, para ello, es necesario crearlas. e) Que variante dialectal se va a enseñar; creo que se debe usar la de la región en donde se enseña. 1

f) Cómo vamos a representar la lengua, de la forma tradicional o de la forma en que la escriben muchas comunidades contemporáneas. En el proceso de enseñanza de las lenguas se nos hace énfasis en que son requisito indispensable para insertarse en un mundo laboral altamente competitivo; eso no sucede con la lengua náhuatl ya que en las comunidades incluso se va olvidando debido a la vergüenza que siente la población, vergüenza que surge a partir de la alta discriminación hacia las comunidades e idiomas indígenas. En ese sentido la lengua náhuatl sobrevive en un mundo globalizado, compitiendo con idiomas muy fuertes de los cuales no hay traza alguna de su desaparición, cosa que si sucede con nuestros idiomas indígenas; año con año nos enteramos de la disminución de hablantes de muchas de ellas en todo el territorio nacional. Las lenguas son elaboraciones humanas de muchos siglos, procesos que se dieron en el seno de comunidades antiguas, constantes pero no conscientes, lentos, procesos de muy larga duración que continúan hoy en día. Cuando doy inicio a un curso de náhuatl se vuelve imperativo hacerles saber a los alumnos quiénes fueron aquellos que hablaron esta lengua, qué pensaban, cuáles eran sus preocupaciones; contemplo a las mujeres y hombres, seres de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos; tal vez sea por mi formación como historiador y especialista en Mesoamérica. Es importante mencionar que en el estudio de la lengua náhuatl, aprendemos historia antigua de México pues no están desligadas. De hecho son tantas las coincidencias entre el pasado mexicano y el actual que resulta, en ocasiones, verdaderamente difícil encontrar los puntos en los que ambas tradiciones se juntan o separan. 2

Nuestros logros se basan en los logros de miles de nuestros predecesores de los cuales, excepto algunos, ignoramos sus nombres y lo realizado por ellos. Las zonas arqueológicas, los monumentos históricos, las costumbres, las tradiciones y las lenguas que se hablaron nos permiten oír las voces distantes de aquellos antepasados. En el estudio del idioma náhuatl, se vuelve necesario hacer una coyuntura que vaya del pasado al presente, reconocer que somos herederos de una tradición cultural de más de treinta siglos. Que es valioso observar y tratar de entender las creaciones de los indígenas de la antigüedad; pero también hay que reconocer que los grupos indígenas actuales son los descendientes directos de aquellos que edificaron Teotihuacan; Monte Alban, Tajín o Tenochtitlan, y que analizar el pasado sin observar el presente o viceversa, equivale a estudiar una lengua desligada de su historia, incompleta, con lagunas difíciles de superar. Hace miles de años, los hombres nómadas que viajaban por el norte de Asia, cruzaron el estrecho de Bering y comenzaron a poblar las nuevas tierras; en el actual territorio mexicano florecieron sociedades agrícolas con costumbres y tradiciones, traían sus lenguas las cuales empezaron a diversificarse, se fundaron ciudades alrededor de ríos y lagunas; se crearon ciudades-estado, se desarrolló el militarismo a la par de una acendrada religiosidad, se crearon grandes obras de arte, se hacían sacrificios al sol y a otros dioses; se erigieron ciudades impresionantes, se crearon obras literarias, poesía, prosa; posteriormente hubo un encuentro entre las culturas aquí desarrolladas y otra, surgida de una tradición cultural diferente, y de ese encuentro surgió otro pueblo que al poco tiempo se independizó, peleó por que lo reconocieran en otras partes; luchó contra invasores norteños; combatió por no tener un emperador gobernándolo; llevó a cabo una revolución, entró al siglo XX y al XXI.

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Suena como un mito épico, y así es; es, simplemente, una somera descripción del pueblo mexicano. Hay millones de hilos del pasado entretejidos, formando la trama y la urdimbre, como dice mi maestro Miguel León-Portilla, de lo que somos ahora y aunque nuestro contacto con el pasado en ocasiones es tenue, ese pasado se mezcla y difumina con el presente: cerca de lo que fuera la primera ciudad-estado, Monte Albán en Oaxaca, se yergue una antena de transmisión de ondas de radio de última tecnología. Los habitantes del valle en la actual ciudad de Oaxaca, pueden observar tanto la zona arqueológica como la antena mencionada, entre estas dos obras humanas creadas a través de la lengua, también corre el hilo ininterrumpido de la historia. Lo que quiero decir es que los que hemos aprendido y difundimos la lengua que se habló en Tenochtitlan no tenemos un fin mercantilista (exacerbado por los medios masivos de comunicación), solamente pretendemos salvaguardar nuestra lengua, tratamos de evitar que esta desaparezca. Lo que quiero decir es que los idiomas indígenas en las comunidades están desapareciendo junto con todo lo que ello conlleva: las tradiciones, las costumbres, mitos, leyendas, creencias diversas, en suma está desapareciendo la cosmovisión, pero en la vida académica se está revalorando toda esa sabiduría y aquellos interesados por ésta en el presente, deben voltear continuamente al pasado y viceversa. Quiero decir que debido a ello es que en clase me gusta relatar lo que he oído de mis abuelos, lo que he escuchado de mis padres y lo que yo mismo he vivido; quiero decir que en clase hemos aprendido a conocer y reconocer los aspectos más detallados de la cultura náhuatl en toda su magnitud y a través de la lengua. 4

Quiero decir que si en las comunidades se va a perder la lengua náhuatl y la cultura, los relatos que expongo sirvan para que algo quede y mis alumnos sepan que en el sureste del Distrito Federal hay personas, existen seres humanos que comparten un origen cultural común con aquellos que iniciaron su migración hacia el sur en el actual Estados Unidos hace más de cuatro mil años. Estudiar la cultura y la lengua náhuatl, pensar la historia y la lengua de los nahuas significa pensar con intensidad la vida de aquellos que vivieron en el pasado, significa tratar de entender sus formas de vida, sus costumbres y sus creencias, es comprender la vida misma y lo que nos ofrece la vida es una gama de posibilidades infinitas.

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