Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougall y la discontinuidad de lo real (1914-1931)

July 8, 2017 | Autor: Pedro Ochoa | Categoría: Gender History, Biography, Biografías
Share Embed


Descripción

SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN Departamento de Historia Contemporánea Universidad Complutense de Madrid Curso 2012-2013 REFLEJOS DE SOFÍA CASANOVA: GRACE MACDOUGAL Y LA DISCONTINUIDAD DE LO REAL (1914-1931). PEDRO OCHOA CRESPO Instituto de Filosofía, CCHS-CSIC.

SESIÓN: MARTES 19 DE MARZO, 18.00h Lugar: Departamento de Historia Contemporánea (10a planta) Facultad de Geografía e Historia Av/ Profesor Aranguren, s/n

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

“Lo mismo sucedería durante el entierro vikingo del marinero, cuando el colchón ardiera a su alrededor y con él, codificados y archivados, los años de inutilidad, la muerte prematura, la autodestrucción, el implacable derrumbamiento de toda esperanza, la impronta de todos cuantos habían dormido con él, hubiera sido su vida como hubiese sido; todo dejaría de existir para siempre cuando el colchón ardiera. Se quedó pasmada mirándolo. Como si acabara de descubrir aquel proceso irreversible. Le resultaba asombroso que todo aquello pudiera desaparecer, que pudieran desaparecer incluso las alucinaciones que pertenecían en exclusiva al marinero y de las que ya no quedaría el menor rastro en el mundo."

Thomas Pynchon1 (1966)

INTRODUCCIÓN: SOFÍA CASANOVA Y EL TRABAJO DEL HISTORIADOR. Quienes escriben sobre el escritor estadounidense Thomas Pynchon suelen insistir en la naturaleza reflexiva y posmoderna de sus textos, con sus referencias veladas a diversos acontecimientos de la historia contemporánea norteamericana2. En su segunda novela, La subasta del lote 49 (1966), además de construir una interesante reflexión sobre la expansión de los monopolios estatales en determinados sectores económicos, Pynchon alimenta una de esas reflexiones imprescindibles e interminables que nos han ocupado a los historiadores a la hora de tratar de articular las investigaciones sobre el pasado: el rastro que los humanos dejamos y la codificación de ese rastro en la ordenación archivística de los documentos3. Mi tesis doctoral, como todo trabajo relacionado con el conocimiento histórico, debe enfrentarse a la enrevesada problemática que conlleva la selección de las fuentes y su interacción con aquello que Hayden White ha llamado imaginación histórica4, que Raymond Williams ha definido como estructuras del sentir5 o a lo que Joan W. Scott se ha referido como el marco primario por el que se articula el poder6. En este texto voy a intentar mostrar el por qué y el cómo de esa interacción que, a fecha de hoy, no puedo todavía dar ya por concluida en mi trabajo7. 1 2 3 4 5 6 7

Thomas PYNCHON, La subasta del lote 49 (Barcelona: Tusquets Editores, 2010), pp. 128-129. Véase, por ejemplo, John DUGDALE, Thomas Pynchon: Allusive Parables of Power (London: Macmillan, 1990). Hans-Georg GADAMER, El giro hermenéutico (Madrid: Cátedra, 2007), p. 156. Como decía el pensador alemán: “Algo que debería pensarse o que da que pensar”. Hayden WHITE, Metahistoria: La imaginación histórica en la Europa del siglo XIX, 1a ed., 1a reimp, Sección de obras de historia (México: Fondo de Cultura Económica, 2001), p. 10. Raymond WILLIAMS, Marxismo y literatura (Barcelona: Península, 1980), pp. 154-155. Se refería el historiador marxista a la articulación de las figuras y significados de clase vinculadas a las creencias formales. Joan W. SCOTT, “El género: Una categoría útil para el análisis histórico,” in Historia y género: Las Mujeres En La Europa Moderna y Contemporánea, ed. AMELANG, James y NASH, Mary (Valencia: Alfons el Magnànim, 1990), p. 47. La historiadora se refiere, como no, al género. Presento un avance más completo que el que traigo aquí mismo en mi trabajo “Sofía Casanova en tránsito

1

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

Sofía Casanova nació en A Coruña en 1861 y murió en Poznan en 1958. Casi cien años de experiencias y recuerdos, una vida larga, atravesada muy directamente por varios de los más significativos acontecimientos de la historia contemporánea (la Restauración en España, la transformación de la República de Polonia durante el periodo de entreguerras, las dos guerras mundiales, la Guerra Civil española e incluso la Revolución Bolchevique…). Sin embargo, entiendo que privilegiar alguno de estos grandes temas de la historiografía occidental a la hora de abordar el estudio histórico del periodo en el que se enmarca la trayectoria biográfica de Sofía, contribuye a reforzar un tipo de interpretación inmovilista y, quizá, totalitaria puesto que relega a un segundo plano ciertos procesos y acontecimientos históricos que atraviesan su biografía pero que no han ocupado una posición ventajosa en el ordenamiento y jerarquía de las narraciones históricas tradicionales. Sucede que esos acontecimientos “secundarios” podrían resultar más transcendentes a la hora de analizar y comprender algunas dimensiones históricas de Sofía Casanova. No quiero, ni podría lógicamente, obviar dichos “grandes” acontecimientos en mi investigación; mi intención es más bien contribuir a que no se oscurezcan, o a que no sigan siendo caracterizados de forma equívoca e incompleta otros procesos de interés histórico. Creo sinceramente que la propia experiencia de los protagonistas, e incluso la ambigüedad que adquieren las representaciones sobre su historia, su identidad y su agencia política8, deberían contribuir a vertebrar también aquellas “grandes explicaciones de la historia”, imbricando en su seno las cuestiones (¿es posible seguir creyendo que “menores” o “secundarias”?) de índole cultural, de género y –no menos- de clase9.

HIPÓTESIS DE PARTIDA: EN TORNO A LAS TEORÍAS SOBRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO. Durante los años de la Gran Guerra y el periodo inmediatamente posterior se suceden vertiginosamente procesos políticos que son, desde ese punto y hora, los que capitalizan la comprensión histórica y, consecuentemente, la producción historiográfica de los últimos cien años. Es evidente la primacía de las cuestiones sobre relaciones internacionales, por ejemplo las que tratan de desentrañar las claves geopolíticas de la guerra, las consecuencias del armisticio y la paz

8 9

(1914-1918)”, en Elena HERNÁNDEZ SANDOICA, ed. Política y escritura de mujeres (Madrid: Abada, 2012), pp. 133-169. Aún siendo consciente de la complejidad del concepto de agencia, el problema de su traducción desde el inglés y los múltiples debates existentes en torno a su utilización y potencialidad en relación a la teoría feminista, en este trabajo se utiliza tan sólo como sinónimo de acción y actividad. Carolyn STEEDMAN, Landscape for a Good Woman: a Story of Two Lives (Rutgers University Press, 1987), pp. 6-7.

2

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

de Versalles, o las que se concentran en la Revolución Bolchevique y sus efectos, de tanto impacto en la literatura pero también en una conceptualización historiográfica como la que contiene la idea de un “siglo XX corto”, e incluso están en la base de esa historiografía revisionista que, en una muestra extraordinaria de teleología histórica, enlaza y justifica la identidad entre nazismo y régimen soviético. También la producción de historia cultural y social crece sobre la base de las principales líneas argumentativas privilegiadas por las grandes narraciones históricas de índole política y militar10. Sin embargo, en esta relación de temas y acercamientos a aquellos años, la historia que ha utilizado el género como categoría de análisis principal ha encajado con mayor dificultad en las narraciones históricas tradicionales, puesto que propone una crítica sistemática que complica en extremo las lógicas explicativas que habitualemente se han dado por válidas11. A la luz de las publicaciones existentes, sin embargo, no es demasiado aventurado afirmar que la guerra propició una serie de agitaciones estructurales de los fundamentos que vertebraban las relaciones de género12. La llamada guerra de sexos13, en su representación historiográfica, ha sido acometida bajo diferentes enfoques metodológicos y temáticos. Aquí me fijaré tan sólo en cuestiones relacionadas con los más evidentes cambios socio-políticos en la agencia de las mujeres durante esos años. Parto de la hipótesis general de que en aquel contexto, en las sociedades que participaron o se vieron afectadas de alguna manera por la guerra, se produjo una transformación decisiva en las características y en la potencialidad de la agencia política de los individuos. La presencia de mujeres en espacios y lugares de participación social y política activa (lugares a los que antes no tenían acceso) fue lo que propició fundamentalmente esa nueva inestabilidad en las relaciones de género, aunque lo hiciera de manera desigual de acuerdo con la orientación sexual, la clase, la nación, la profesión y demás categorías mediante las que definimos y se auto-representan los sujetos históricos. Y a mi modo de ver, este proceso es observable de una manera más perceptible si se analizan microscópicamente las relaciones entre lo político y lo íntimo, entre lo social o colectivo y lo individual, entre lo público y lo privado, por citar algunas de las formas más habituales de concretar y abstraer el fenómeno complejo mediante el que se constituye la acción política. 10 Un desarrollo más específico con datos concretos sobre publicaciones y análisis del párrafo expuesto puede encontrarse en J. M. WINTER and Antoine PROST, The Great War in History: Debates and Controversies, 1914 to the Present (Cambridge University Press, 2005). 11 Siendo un fenómeno que suele suceder en la gran mayoría de cuestiones y formas de aproximación que hay en la historiografía occidental, Bonnie G. G. SMITH, The Gender of History : Men, Women, and Historical Practice (Cambridge, Mass ; London: Harvard University Press, 1998), pp. 14-36.; Para el caso que nos ocupa en estas páginas, véase Angela KERSHAW and Angela KIMYONGÜR, Women in Europe Between the Wars: Politics, Culture and Society (Ashgate Publishing, Ltd., 2007). 12 Un clásico en España es el de Barbara CAINE and Glenda SLUGA, Género e historia: Mujeres en el cambio sociocultural europeo, de 1780 a 1920 (Madrid: Narcea, 2000); Las nuevas publicaciones siguen insitiendo en lo mismo, véase por ejemplo Neil R STOREY, Women in the First World War (Oxford: Shire, 2010). 13 Véase, entre otros muchos ejemplos, Susan Kingsley KENT, Aftershocks: Politics and Trauma in Britain, 1918-1931 (New York: Palgrave Macmillan, 2009).

3

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

El estudio de la interacción social entre lo público y lo privado, así como de las características filosóficas, políticas e históricas de dichas categorías, puede arrojar luz a nuestro conocimiento del pasado, pero claro está que presenta problemas. Pretendo resolver algunos de esos problemas sirviéndome de obras de pensadores de diferentes sensibilidades políticas y académicas tales como Jürgen Habermas14, Hannah Arendt15, Judith Butler16, Henri Lefevbre17, así como en los trabajos de historiadoras feministas como Joan B. Landes, Catherine Hall, Carole Turbin o Carole Paterman, entre otras18. Las reflexiones más debatidas y criticadas por los historiadores, y por lo tanto quizás las que más han contribuido a articular el pensamiento historiográfico en torno a esta cuestión, son las del filósofo alemán Habermas. Como es sabido, para él es el espacio público el lugar en que se realiza la actividad política de los individuos en las sociedades modernas, y al mismo tiempo ese espacio constituye un producto de la cultura burguesa, en oposición al espacio privado –donde tendría lugar una serie de procesos que no resultarían trascendentes para la sociedad- 19. Pero, tal y como señalan numerosas autoras feministas, la ausencia de las mujeres y otros grupos sociales y culturales (subordinados en los espacios definidos como políticos por la cultura burguesa, y por lo tanto, considerados sujetos políticamente inactivos), expresaría la debilidad del concepto habermasiano de espacio público, poniendo en evidencia su naturaleza sesgada al excluir de la política la actividad de las mujeres, a lo largo de toda la historia. Coincido activamente en que esta omisión flagrante en la teoría de la opinión pública de Habermas no puede simplemente saldarse como un fallo aislado dentro de un enunciado general que sería, en sustancia, correcto: en mi opinión, esta omisión que señala y detecta la crítica feminista con acierto, invalida toda una proposición teórica construida de 14 Jürgen HABERMAS, Historia y crítica de la opinión pública: La transformación estructural de la vida pública (México DF: Gustavo Gili, 1981). 15 Hannah ARENDT, La condicion humana (Paidós, 2003); Hannah ARENDT, ¿Qué es la política? (Buenos Aires: Paidós, 2005); Hannah ARENDT, Los origenes del totalitarismo (Madrid: Alianza Editorial, 2006). 16 Judith BUTLER, El grito de Antígona, 1a ed, Apertura (Barcelona: El Roure, 2001); Judith BUTLER, El género en disputa: El feminismo y la subversión de la identidad (Barcelona: Paidós Ibérica, 2007); Judith BUTLER, Lenguaje, poder e identidad (Madrid: SINTESIS, 2009); Judith BUTLER, Cuerpos que importan: Sobre los límites materiales y discursivos del“sexo” (Buenos Aires: Paidós, 2010); Judith BUTLER, Vida precaria: El poder del duelo y la violencia (Buenos Aires: Editorial Paidós, 2006). 17 Henri LEFEBVRE, Espacio y política (Barcelona: Península, 1976); Henri LEFEBVRE, La vida cotidiana en el mundo moderno (Madrid: Alianza, 1972). 18 Entre los múltiples ejemplos posibles, cito a Joan B. LANDES, ed., Feminism, the Public and the Private (New York: Oxford University Press, 1998); Leonore DAVIDOFF and Catherine HALL, Family Fortunes: Men and Women of the English Middle Class, 1780-1850 (Chicago: University of Chicago Press, 1987); Barbara BURMAN and Carole TURBIN, eds., Material Strategies: Dress and Gender in Historical Perspective (Oxford: Blackwell, 2003); Carole PATEMAN, The Sexual Contract (Standford: Stanford University Press, 1988); Dorothy O. HELLY and Susan M. REVERBY, eds., Gendered domains : rethinking public and private in women’s history (Ithaca: Cornell University Press, 1992); Catherine HALL, White, Male, and Middle-class: Explorations in Feminism and History (Cambridge: Routledge, 1992); por último, en 2003 la revista Journal of Women's History lanzó un especial sobre esta cuestión y como muestra cito a Joan B. LANDES, “Further Thoughts on The Public / Private Distinction,” Journal of Women’s History 15, no. 2 (2003): 28–39. 19 HABERMAS, Historia y crítica. pp. 9-41.

4

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

espaldas a la mitad de la humanidad20. Desde esta posición, resulta necesario renegociar las definiciones de actividad y agencia política que adquieren carácter público. En este sentido, el pensamiento de Hannah Arendt sobre lo público, que se configura como todo aquello que aparece y puede ser visto y oído por todo el mundo, y que tiene la máxima publicidad posible, aparece ligado a uno de los mayores legados de la propia Arendt: su reflexión sobre la acción. Esto es, el vivir en sociedad a través de la condición de nuestra pluralidad se aparece para la pensadora como la actividad política por excelencia de los seres humanos. Pero para que pueda darse ese fenómeno, señala Hannah Arendt, se necesita la formalidad del público constituido por los pares de uno21. De alguna manera, sin embargo, se reproduce aquí la premisa dicotómica de Habermas, que recibe además la mayor crítica de Seyla Benhabib, por poner un ejemplo, hacia Hannah Arendt: su carácter esencialista y ahistórico (deudor de Husserl y Heidegger), que llevaría a encorsetar y difuminar las actividades sociales en el ámbito de lo privado, en la propia visión de Arendt 22. Aún así, y según la Hannah Arendt de 1950: “La política trata del estar juntos y los unos con los otros de los diversos”23. Esto es lo que Bonnie Honig entiende como definición agonística, y en cierta medida performativa, de la acción en la obra de Arendt, que posibilitaría de alguna manera la práctica de la subversión24. En la ecuación “política-sociedad-individuo”, indivisible para Judith Butler, los elementos que configuran la identidad, determinada y dinamizada por el sujeto en sociedad, son significantes de la acción política en tanto que promotores de la comunicación intersubjetiva vinculada a la vulnerabilidad ante los otros25. Por lo tanto, si en los discursos sobre la agencia política se introdujeran cuestiones relacionadas con la propia representación y auto-representación de las identidades de los sujetos, sería posible comprender, al igual que hace Butler, que la posibilidad política aparece cuando se muestran los límites de la representación y de la representabilidad a través de los actos subversivos.26 Es aquí donde resulta necesario buscar y comprender la dimensión del cambio durante los años que rodean a la Primera Guerra Mundial. El lugar físico en el que se dan, o pueden darse, esos momentos de posibilidad política es también histórico, esto es, se trata de un constructo que une espacio a proceso. El espacio, según Lefevbre, 20 Joan B. LANDES, Women and the Public Sphere in the Age of the French Revolution (Ithaca, NY: Cornell University Press, 1988), pp. 1-13. 21 ARENDT, La Condicion Humana. pp. 51-92. 22 Seyla BENHABIB, “Feminist Theory and Hannah Arendt’s Concept of Public Space,” History of the Human Sciences 6, no. 2 (1993): pp. 97–114. 23 Hannah ARENDT, ¿Qué es la política? (Buenos Aires: Paidós, 2005), p. 45. 24 Bonnie HONIG, “Toward an Agonistic Feminism: Hannah Arendt and the Politics of Identity,” in Feminism, the Public and the Private, ed. Jean B. LANDES (Oxford: Oxford University Press, 1998), pp. 100–132. 25 BUTLER, Vida precaria. pp. 46-58. 26 BUTLER, El grito de Antígona, pp. 16-21.

5

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

es algo vivido, experimentado y no una simple abstracción teórica previa o un lugar sin historia. Ha de existir, por tanto, una relación entre el espacio y la práctica social en el tiempo 27. Podría decirse, en consecuencia, que las actividades políticas de los sujetos históricos están delimitadas también en contenido y en composición por los espacios vividos. Mi intención pues, a partir de este marco, es la de tratar de descifrar y narrar densamente esos momentos de posibilidad política que tuvieron lugar en los años que rodean a la Guerra del 14 y que suscitaron modificaciones en la potencialidad de la actividad política de las mujeres que tuvieron que ver con la guerra, mujeres en cuya experiencia está la guerra. Es obligado decir que de ningún modo voy a defender que la guerra e inmediata posguerra puedan considerarse como una suerte de momento específico en el que sucede el cambio cualitativo, definitivo en la agencia política de las mujeres contemporáneas. No hay, por supuesto, un punto de inflexión drástico y concreto de esas características. Entre otras cosas, existen muchas obras en las que se relatan los cambios acaecidos en todo tipo de actividades sociales y políticas, y lo por lo tanto en las relaciones de género. Uno de los fenómenos más característicos quizás sea el que se aglutina bajo el concepto de “nueva mujer” 28. Y tampoco es objetivo de mi investigación el cuantificar y demostrar con exactitud la abultada relación de eventos en que participaron activamente las mujeres durante la guerra, ya fuera asistiendo al frente o bien en la retaguardia, lejos de él 29. Como ya expresó Kathleen Canning, prestar atención a la categoría de género durante la Primera Guerra Mundial ayudaría a explicar el impulso definitivo de las sociedades industriales y burguesas hacia la guerra total, algo que pareció ablandar y hasta disolver las fronteras entre lo público y lo privado, haciendo más intrincadas y diversas las conexiones entre espacios30.

27 LEFEBVRE, Espacio y política. pp. 24-26. 28 Véase, por ejemplo, Deborah COHLER, Citizen, Invert, Queer : Lesbianism and War in Early Twentieth-Century Britain (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2010); Christine ETHERINGTON-WRIGHT, Gender, Professions and Discourse : Early Twentieth-Century Women’s Autobiography (New York: Palgrave Macmillan, 2009); Kathleen CANNING and Sonia O. ROSE, eds., Gender, Citizenships and Subjectivities (Oxford: Blackwell, 2002); Ida BLOM, Karen HAGEMANN, and Catherine HALL, eds., Gendered Nations : Nationalisms and Gender Order in the Long Nineteenth Century (Oxford: Berg, 2000). 29 Claire M. TYLEE, The Great War and Women’s Consciousness : Images of Militarism and Feminism in Women’s Writings, 1914-64 (Basingstoke: Macmillan, 1990); Nicoletta F. GULLACE, The Blood of Our Sons : Men, Women, and the Renegotiation of British Citizenship During the Great War (Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2002); Dorothy GOLDMAN, Jane GLEDHILL, and Judith HATTAWAY, Women Writers and the Great War (New York: Twayne, 1995); Harriet Hyman ALONSO, Peace as a Women’s Issue: a History of the U.S. Movement for World Peace and Women’s Rights (Syracuse University Press, 1993); Pamela HORN, Women in the 1920s (Gloucestershire: Amberley Publishing, 2010). 30 Kathleen CANNING, Gender History in Practice : Historical Perspectives on Bodies, Class & Citizenship (Ithaca, N.Y.: Cornell University Press ; Bristol, 2006), P. 43.

6

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

METODOLOGÍA: DISCONTINUIDAD DE LO REAL. El tratar de probar una hipótesis de trabajo que tiene en las relaciones entre los individuos y su sociedad gran parte de su fundamento, anima a escoger la opción de fijarse en la historia de un individuo, una mujer en concreto, como base sobre la que desplegar la batería teórica que acabo de presentar. Una breve sinopsis o perfil de Sofía Casanova puede obedecer a categorías tales como mujer, escritora, poeta, cronista, madre, católica, pacifista, monárquica, esposa abandonada, extranjera en Polonia y Rusia, o enfermera…, entre otras. No obstante, un conjunto tal de categorizaciones y actividades sociales, descontextualizadas, no nos acerca a la experiencia histórica de Sofía Casanova, ni nos permite saber mucho acerca de su situación en su mundo. La autora gallega no es, ni ha sido desde hace décadas, una absoluta desconocida en el mundo académico. No lo fue, ni muchísimo menos, en su época: podría mencionarse que participó en el Ateneo de Madrid con cierta asiduidad durante las décadas de 1910 y 1920, que fue nombrada miembro de honor de la Real Academia Gallega tras su muerte, que apareció en el Boletín de la Biblioteca Menéndez-Pelayo en 195831, que desde la década de 1990 las reediciones de sus libros suelen incluir introducciones explicativas sobre su vida y trabajo32, y que hasta cuatro autores han escrito monografías biográficas en torno a su figura y sus publicaciones 33, aunque hay que añadir que María Simón-Palmer también ha contribuído a la representación biográfica de Sofía Casanova34. Así pues, la elección de esta persona como sujeto de estudio no está avalada por la novedad biográfica ni editorial. Así pues, la elección de su persona como sujeto de estudio no está determinada por un deseo de novedad biográfica ni una necesidad editorial. La selección está por el contrario motivada por la entidad ambigua de su propia figura, por las múltiples contradicciones que mostró a lo largo de toda su vida en cuanto a las prácticas y discursos teóricos que me ocupan. Desde el punto de vista de la historia de las mujeres preocupada ante todo por visibilizar las experiencias femeninas a lo largo de la historia, quizás pueda resultar excesivo hablar de 31 Camille PITOLLET, “Unas notas sobre Sofía Casanova,” Biblioteca Menéndez Pelayo 1 (1958): 132–152. 32 Por ejemplo, Sofía CASANOVA, La revolución bolchevista: (diario de un testigo), ed. María Victoria LÓPEZ-CORDÓN, Biblioteca De Escritoras Españolas 11 (Madrid: Castalia [etc.], 1990); Sofía CASANOVA, Sobre El Volga helado, ed. Fernando OTERO, Biblioteca Eslava 6 (Madrid: Asociación Española de Eslavistas, 1999). 33 Ofelia ALAYETO, Sofía Casanova: (1861-1958): Spanish, Poet, Journalist and Author (Potomac (Maryland): Scripta Humanistica, 1992); María Rosario MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Sofía Casanova: Mito y literatura (Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1995), tesis doctoral que más tarde fue publicada por la Xunta de Galicia: María Rosario MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Sofía Casanova: Mito y literatura (Santiago de Compostela: Secretaría Xeral da Presidencia, 1999); Kirsty HOOPER, A Stranger in My Own Land: Sofia Casanova, a Spanish Writer in the European Fin De Siècle (Nashville: Vanderbilt University Press, 2008); Antón M PAZOS, Vida E Tempo De Sofía Casanova, (1861-1958) (Santiago de Compostela: Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, 2010). 34 Véase, entre otras cosas, María del Carmen SIMÓN PALMER, “Infancia y juventud de Sofía Casanova,” Revista de literatura LVIII, no. 115 (1996): 179–194.

7

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

contradicciones para referirse a una individualidad que, en cierta medida y desde cierta óptica, se comportó como un ejemplo estereotípico, casi de manual, de lo que era una católica europea de la época, mostrando esa identidad en cuestiones como la sensibilidad respecto al “problema obrero” 35 o la higiene popular (fue presidenta fundadora del Comité Femenino de Higiene Popular) 36, un componente que desde luego no sólo remite a las cuestiones típicas de la tarea feminista preocupada por la invisibilidad histórica de las mujeres37. Más allá de este enfoque, al acercarse a su figura a través del análisis feminista de sus inquietudes familiares y socio-políticas, se observará de forma más precisa la cadena trabada de contradicciones que nos ofrece al menos una parte de la nueva potencialidad del sujeto histórico Sofía Casanova. Considero sumamente interesante poner estas cuestiones en relación con la obra de Kirsty Hooper, la autora que analiza la trayectoria de Sofía Casanova en el periodo inmediatamente anterior a la I Guerra Mundial a través del análisis de sus obras. A pesar de la lúcida revisión que hace Hooper de las publicaciones de Sofía Casanova, desdibujando las interpretaciones homogeneizadoras de las escritoras europeas de finales del siglo XIX y poniendo el acento sobre la especificidad de la escritura de la autora gallega, al tiempo que se interesa por la imbricación entre condición profesional y personal de Casanova, me parece que su análisis de la obra de finales del siglo XIX tiene un cierto matiz teleológico, al basarse en las conclusiones (que es difícil dejar de compartir, por otra parte) extraídas de una obra de la propia Sofía Casanova, La Mujer Española en el Extranjero, de fecha sin embargo posterior (1910)38. Por otro lado, mi perspectiva metodológica la exige la falta de documentos personales de Sofía, la mayoría perdidos en el transcurso de las guerras mundiales y la revolución 39. Por supuesto su trabajo como periodista es accesible, y en él se puede hallar impresiones, más o menos formalizadas, sobre muchos de los problemas de fondo que presiden este trabajo 40. Impresiones rastreables también, obviamente, en su producción literaria 41. Claves metodológicas del tratamiento 35 ALAYETO, Sofía Casanova, p. 109. 36 Ibid. p. 67. 37 Sobre estas cuestiones, véase por ejemplo Sonya O. ROSE, What is Gender History? (Cambridge: Polity Press, 2010). 38 HOOPER, A Stranger in My Own Land, pp. 169-170. 39 Las cartas de Sofía conservadas en el fondo Bugallal (Archivo Histórico Municipal de A Coruña), las que hay editadas en el Epistolario de Menéndez Pelayo (on line), las que se conservan en la casa de Unamuno en Salamanca, dirigidas al propio escritor, y las dirigidas a Blanca de los Ríos. Agradezco muchísimo la ayuda de Rosario Martínez Martínez en la verificación y catalogación de estas fuentes. 40 Algunos textos claves para el problema que me ocupa firmados por Sofía Casanova en el diario ABC, en los que se aborda de alguna manera la acción política y social de ciertas mujeres (o de las mujeres en general según sus palabras), su implicaciónevidente o doméstica y familiar, en casa o en la calle, en cuestiones definidas como “nacionales” o, por otro lado, “políticas”, son los de las siguientes fechas: 16 abril 1916; 14 diciembre 1918; 15 abril 1919; 3 febrero 1921; 13 abril 1921; 16 abril 1921; 8 mayo 1921; 5 mayo 1921; 14 mayo 1921; 8 julio 1921; 14 octubre 1926; 13 enero 1927, 19 marzo 1927; 11 abril 1929; 14 abril 1929; 20 abril 1931, etc. También colaboró en Blanco y Negro, El liberal, El Imparcial, La Voz de Galicia, aunque de forma mucho más puntual. 41 Una selección podría ser: Sofía CASANOVA, El doctor Wolski: Páginas de Polonia y Rusia. (Madrid: [s.n.], 1894); Sofía CASANOVA, Episodio de guerra, (La novela corta ; Año 6, N. 299) (Madrid]: La novela corta, 1921); Sofía

8

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

de la biografía, y los recursos que ofrece para salvar silencios documentales, allanan el camino. De los enfoques microhistóricos de Ginzburg, tomaré la capacidad para moverse entre diferentes escalas de análisis, espacial y temporal, así como su insistencia en poner de relieve las relaciones entre individuo y la sociedad mediante el uso de formulaciones literarias y exigencias retóricas, mas sin desvincularse de la evidencia documental 42. En esta dirección se ha movido también la obra de Carlos Gil Andrés Piedralén (2010), en donde además se proyecta una idea interesante sobre la conciencia histórica de los sujetos a la hora de interpretar, juzgar y representar sus experiencias de vida43. De un modo u otro, mecanismos desarrollados desde la microhistoria han servido para reforzar el método biográfico, un género que ha transitado desde su función ejemplarizante inaugural hasta la encarnación actual en él de composiciones teóricas y empíricas complejas empeñadas en explorar los límites de la veracidad en el relato histórico, como recuerda Elena Hernández Sandoica.44 Aprovechamos también la intuición de Ignasi Tarradas sobre la historización de los vencidos de la historia, en cuanto a que la “antibiografía”, como dice, favorecer el descifrado de la paradoja de la necesidad de lo sobrante, del funcionamiento social contemporáneo a través de las desigualdades, puesto que la historia y las sociedades que la transitan producen individuos con diversas capacidades de acción.45 Otro eje básico que tendremos en cuenta en lo relativo a biografías y microhistoria es el de la relación entre el sujeto autor y el sujeto biografiado. El narrador debe ser considerado como parte del problema, debe analizarse en todos los casos su relación constante con el sujeto biografiado. Una de las soluciones más honestas y audaces impulsadas por muchas de las teorías feministas que

42

43 44 45

CASANOVA, En la corte de los zares (del principio y del fin de un Imperio), (Obras completas ; V. I) (Madrid: [s.n.], 1929); Sofía CASANOVA, El cancionero de la dicha (Madrid: R. Velasco, 1911); Sofía CASANOVA, De la guerra: Crónicas de Polonia y Rusia (Madrid: R. Velasco, 1916); Sofía CASANOVA, Como en la vida (Madrid: M. Aguilar, 1931); Sofía CASANOVA, Impresiones de una mujer en el frente oriental de la guerra europea (Madrid: [s.n.], 1919); Sofía CASANOVA, Fugaces, (Biblioteca Gallega) (La Coruña: Andrés Martínez, 1898); Sofía CASANOVA, Exóticas (S.l.: s.n.], 1913); Sofía CASANOVA, Las catacumbas de la Rusia roja: novela (Madrid: Espasa-Calpe, 1933); Sofía CASANOVA, Lo eterno: novela (Madrid: Prensa Popular, 1920); Sofía CASANOVA, Más que amor (Madrid: R. Velasco, 1908); CASANOVA, Sobre el Volga helado; F. GARCÍA y Sofía CASANOVA, Un consuelo [música notada]: Recitado para piano dedicado a S.M. el Rey con motivo de la infausta y temprana muerte de S.M. la reina (Madrid (Fuencarral, 11 y Desengaño, 2): Nicolás Toledo, 1878). Carlo GINZBURG, El hilo y las huellas: Lo verdadero, lo falso, lo ficticio (Fondo de Cultura Económcia, 2010); Carlo GINZBURG, “Microhistoria: Dos o tres cosas que sé de ella,” Revista d’història moderna 12 (1994): 13–42; Carlo GINZBURG, El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XVI (Barcelona: Muchnik Editores, 2009); Justo SERNA and Anaclet PONS, Cómo se escribe la microhistoria: Ensayo sobre Carlo Ginzburg (Cátedra, 2000). Carlos GIL GIL ANDRÉS, Piedralén: Historia de un campesino: De Cuba a la Guerra Civil (Madrid: Marcial Pons, 2010). Elena HERNÁNDEZ SANDOICA, “La biografía: Entre el valor ejemplar y la experiencia vivida,” Asclepio. Revista de historia de la medicina y de la ciencia LVIII (2005): pp. 26-27. Añade asimismo que: "La antibiografía nos revela el silencio, el vacío y el caos que una civilización ha proyectado sobre una persona, haciéndola convencionalmente insgnificante”. Ignasi TERRADAS, Eliza Kendall: Reflexiones sobre una antibiografía (Barcelona: Publicacions d’Antropología cultural. Univ. Autònoma de Barcelona, 1992), p 13.

9

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

se han ocupado de biografías ha sido precisamente la de convertir ese vínculo entre biógrafo y biografiado en parte del texto. Las tensiones culturales y la orientación masculina y heterosexual académica, como diría Judy Long, cobran forma a través del proceso en el que se establece esa comunicación problemática y desigual con los sujetos estudiados. En este trabajo, por ejemplo, una visión esencialista de los espacios públicos y privados como la que estableció en su día Jürgen Habermas, entorpecería y enmascararía la comprensión de los estereotipos y roles sexuales de los individuos46. Por otro lado, es interesante atender en este contexto metodológico e historiográfico a las múltiples autorrepresentaciones autobiográficas de mujeres de clase media en sociedades industriales durante el siglo XIX y XX. Según Carol Hanbery Mackay, estas representaciones podrían arrojar luz sobre la cuestión de la propia intención de visibilización de las actividades no consideradas públicas47. Y, por supuesto, como indicó hace mucho Natalie Zemon-Davis, en un trabajo de este estilo todo depende de la habilidad, del autor, de cómo tome las historias que forman parte del “tesoro colectivo de leyendas o de conversación cotidiana" y de su facilidad para llevarlas a escena48. En resumidas cuentas, el objetivo de mi tesis doctoral no consiste tanto en narrar exactamente qué le pasó a Sofía Casanova, qué hizo la autora gallega a lo largo de su dilatada e interesante vida, o cómo vivió ella los decisivos acontecimientos que desencadenarían los procesos a los que me referí al principio de este trabajo para exposición. Sino más bien el mostrar con ella y junto a ella (y con otras mujeres parecidas a ella, cuando el silencio documental lo exija) cómo y en qué tipo de situaciones se produjeron aquellos cambios, cuál fue su alcance y su significado.

GRACE MACDOUGAL A MODO DE EJEMPLO, ESPEJO O REFRACCIÓN. Como ya mencioné, los vacíos documentales en la vida de Sofía Casanova son evidentes y, en consecuencia, una de las principales tareas que le presentan al biógrafo es la de rellenar esos vacíos mediante la posible extrapolación de otras experiencias de mujeres, a primera vista comparables con las vividas por la autora gallega. No se trata de proponer un intercambio de experiencias, de decisiones, de prácticas o de representaciones, claro está, sino de imaginar y proyectar acontecimientos que acaso podría haber protagonizado Casanova, e introducirlos en el modelo 46 Judy LONG, Telling Women’s Lives: Subject/Narrator/Reader/Text (New York: NYU Press, 1999), p. 105. 47 Carol Hanbery MACKAY, “Biography as Reflected Autobiography: The Self-Creation of Anne Thackeray Ritchie,” in Revealing Lives: Autobiography, Biography and Gender, ed. Susan GROAG BELL and Marilyn YALOM (Albany: State University of New York Press, 1990), pp. 65-67. 48 Natalie Zemon DAVIS, Mujeres de los márgenes: Tres vidas del siglo XVII (Valencia: Ediciones Cátedra, 1999), p. 17.

10

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

interpretativo hasta donde nos sea legítimo operar. ¿Cuáles serían entonces los criterios para la elección de los sujetos de estudio, teniendo en cuenta que dichos sujetos deben servir en esta investigación para resolver las necesidades creadas tanto por las fuentes como por la metodología y teoría propuestas? Entiendo que es imprescindible tener en cuenta una serie de categorías que, de una manera u otra, ya vengan motivadas por la propia auto-representación y las prácticas de los sujetos, o por una determinación teórica impuesta desde el discurso científico, han articulado la identidad de las mujeres y sobre todo su actividad política, en las sociedades industriales y de masas. Dado que la identidad sexual y la proyección que ésta tiene en la actividad de las mujeres constituye una de las claves básicas para la comprensión de mi investigación, es oportuno seguramente añadir que Sofía Casanova proyectaba, durante los años en que centro este estudio, una auto-representación bastante estable de su condición sexual y de género, que favorecía unas prácticas ligadas a la imagen que el catolicismo de comienzos del siglo XX fomentaba 49. Asociada a esta cuestión se encuentra la participación y configuración familiar, siendo la familia la institución clave en que se articulan las relaciones de parentesco y los poderes que desde ahí operan. A través de su identidad sexual numerosas mujeres desarrollarían y participarían en la elaboración y evolución de las tipologías de familia, y desde ellas se proyectarían como sujeto colectivo en sociedades como las que alumbraron la Restauración española50 o la Polonia51 y, en general, la Europa52 contemporáneas. La transversalidad de la categoría género permite además incluir en el análisis coordenadas de tipo social, económico y cultural53. Y ya para terminar, al ser la Guerra del 14 y su naturaleza de primera guerra total el contexto primero y principal en que se enmarca este trabajo, las identidades nacionales resultarán también fundamentales para orientar la elección de nuestros sujetos particulares de estudio. Atenderé ante todo a cómo se utilizaba el sentimiento de 49 Denise RILEY, “Am I that Name?” : Feminism and The Category of “Women” in History (Basingstoke: Macmillan, 1988); Nerea ARESTI, Masculinidades en tela de juicio. Hombres y género en el primer tercio del siglo XX (Madrid: Cátedra, 2010); Katherine KEARNS, Psychoanalysis, Historiography, and Feminist Theory: The Search for Critical Method (Cambridge: Cambridge University Press, 1997); Nicole J. BERGER, Present Theories, Past Realities : Feminist Historiography Meets “Poststructuralisms” (Frankfurt an den Oder: Viademica-Verlag, 1997). 50 Mary NASH, Mujer, familia y trabajo en España(1875-1936) (Barcelona: Anthropos Editorial, 1983); Pilar MUÑOZ LÓPEZ, Sangre, amor e interés: La familia en la España de la Restauración (Madrid: Marcial Pons Historia, 2001). 51 Rudolf JAWORSKI and Bianka PIETROW-ENNKER, eds., Women in Polish Society (New York: Columbia University Press, 1992); Brian PORTER-SZÚCS, Faith and Fatherland : Catholicism, Modernity, and Poland: Catholicism, Modernity, and Poland (New York: Oxford University Press, 2011). 52 Véase, entre muchas, CANNING and ROSE, Gender, Citizenships and Subjectivities. 53 Silvia FEDERICI, Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Madrid: Traficantes de Sueños, 2011); Cristina BORDERÍAS, ed., Género y políticas del trabajo en la España contemporánea, 1836-1936 (Barcelona: Icaria, 2007); Veronica BEECHEY, “Género y trabajo: Replanteamiento de la definición de trabajo,” in Las mujeres y el trabajo. Rupturas conceptuales, ed. Cristina BORDERÍAS, Cristina CARRASCO, and Carmen ALEMANY (Barcelona: Icaria, 1994), 425–450.

11

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

identidad nacional, centrado únicamente en la nación de pertenencia de los sujetos, teniendo en cuenta la fuerte vocación trasnacional de Sofía Casanova que mantuvo siempre una vinculación muy íntima con Galicia y con España, pero también con Polonia54. Tengo que advertir ya que no todas las experiencias que a priori podían aparecer adecuadas para ponerlas en relación con las de Sofía Casanova han encajado en este trabajo. Cuando he escogido una experiencia para integrarla en su historia, lo he hecho atendiendo a una categoría identitaria concreta (por ejemplo, la categoría de escritora). El problema reside en que el hecho de que las identidades de distintos sujetos puedan definirse a través de una misma categoría no garantiza en absoluto que hayan seguido trayectorias históricas paralelas. Así, personajes como Emma Goldman y Jane Adams, por ejemplo, a pesar de los planteamientos pacifistas y las ideas sobre la centralidad de la familia en la vida política que las caracterizan, no se ajustan bien a las coordenadas de nuestra investigación debido, fundamentalmente, a estar físicamente alejadas de los frentes bélicos y, en consecuencia, las distancia también una exposición menor a las posibilidades de actuación que se derivaron de la guerra55. No supera la brecha ni siquiera el despertar pacifista de las activistas norteamericanas tras la entrada en la guerra de los EE.UU., ni justificaría la enorme pirueta teórica y retórica que requeriría incluir aquí las experiencias de dichas mujeres56. Pero sí hay algunas mujeres a cuya experiencia se prestará en nuestro trabajo atención. Y de alguna de ellas voy a ocuparme aquí especialmente, puesto que es sobre sus propias vidas sobre las que he ido trazando las líneas maestras de lo que está ya siendo el contraste empírico de mi investigación. Se trata de una serie de enfermeras de diferentes nacionalidades y de clase media-alta, tales como Violetta Thurstan57, Miss L. Hayes58, Millicent Garret-Fawcett59 y Lauren Turczynowicz60, que estuvieron en el frente durante la Primera Guerra Mundial y que desarrollaron 54 Geoff ELEY, “Culture, Nation and Gender,” in Gendered Nations. Nationalism and Gender Order in the Long Nineteenth Century, ed. Ida BLOM, Karen HAGEMANN, and Catherine HALL (Oxford: Berg, 2000), 27–40; Gisela BOCK, “Equality and Difference in National Socialism Racism,” in Feminsm and History (Oxford: Oxford University Press, 1997), 267–290. 55 Maurice HAMINGTON, Feminist Interpretations of Jane Addams (Pensylvania: Penn State Press, 2010); Penny A. WEISS and Loretta KENSINGER, eds., Feminist Interpretations of Emma Goldman (Pensylvania: Penn State Press, 2007). 56 Véase, por ejemplo, Kathleen KENNEDY, “Declaring War on War: Gender and the American Socialist Attack on Militarism, 1914-1918,” Journal of Women’s History 7, no. 2 (1995): 27–51. 57 Violetta THURSTAN, “Field Hospital and Flying Column Being the Journal Of an English Nursing Sister in Belgium and Russia” (G.P. Putnam’s Sons [Londres], 1916), RARE BOOKS 23(=41)/3 [THURSTAN, VIOLETTA], Imperial War Museum. 58 Miss L. HAYES, “Private Papers of Miss L. Hayes,” y 25 abril 1917, DOCUMENTS 9787. PRIVATE PAPERS, Imperial War Museum. 59 Miss M. FAWCETT, “Private Papers of Miss M. Fawcett,” 1917 1916, DOCUMENTS 2377. PRIVATE PAPERS, Imperial War Museum. 60 Laura de TURCZYNOWICZ, “When the Prussians Came to Poland. The Experience of an American Woman During the German Invasion” (G.P. Putman’s Sons [Londres], 1916), RARE BOOKS. 23 (=438) /3 [TURCZYNOWICZ, LAURA DE GOZDAWA], Imperial War Museum.

12

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

una actividad literaria relacionada con sus vivencias durante esos años. Durante los últimos meses he tenido acceso a los archivos del Polish Institute of Arts and Science in America y del Instituto Pilsudski, ambos en Nueva York, y he podido conseguir la correspondencia personal de algunas mujeres polacas, con una vida matrimonial típicamente polaca aunque inestable como la de Casanova. Estas mujeres, entre las que destacan los nombres de Ludwika Ciechanowiecka61 o Stefania Bardzilowska62, fueron además inmigrantes y tuvieron cierta proyección social y literaria. Otra trayectoria significativa por su gran proyección social y por representar el ejemplo perfecto de la nueva mujer de principios de siglo es la de la actriz Ruth Draper, aunque es preciso aproximarse a ella con cierta cautela debido a su participación indirecta en la experiencia bélica 63. Por supuesto, se atenderá también a las experiencias de mujeres escritoras españolas64. Otro grupo de fuentes de interés es el constituido por las revistas editadas por mujeres durante la Gran Guerra. Destaca la revista Fany Gazette, la revista editada por enfermeras de la First Aid Nurse Yeomanry (FANY), donde se publicaban desde informes sobre necesidades logísticas y económicas para mover el cuerpo de ambulancias femenino, hasta artículos en que se defendía el cuidado de los enfermos como una contribución general al esfuerzo bélico dentro de la guerra total, lo que resulta interesante para observar la conciencia que tenían ciertas mujeres sobre la actividad que realizaban y sobre el carácter fuertemente político de la misma65. Entre las mujeres que he investigado con el objetivo de suplir los huecos documentales dejados por Sofía Casanova destaca Grace MacDougal, que fue un pilar fundamental en el cuerpo de la 61 Ludwika CIECHANOWIECKA, “Genealogical Material on the History of Ciechanowiecki Family. Notes of Bronislawa Korwin-Ciechanowiecka from Petersburg (1881-1918),” 1963 1881, Fonds no39 Ludwika Ciechanowiecka Papers, Personal Papers, no 10, PIASA Archives; Ludwika CIECHANOWIECKA, “Genealogical Material on the History of Ciechanowiecki Family,” 1964 1907, Fonds n o39 Ludwika Ciechanowiecka Papers, Personal Papers, no 9, PIASA Archives; Ludwika CIECHANOWIECKA, “Correspondence with Private Persons,” 1977 1931, Fonds no39 Ludwika Ciechanowiecka Papers, Private Correspondece n o 5, PIASA Archives; Ludwika CIECHANOWIECKA, “Notes for Memoirs,” 1945 1939, Fonds n o39 Ludwika Ciechanowiecka Papers, Personal Papers, no 11, PIASA Archives; Ludwika CIECHANOWIECKA, “Scripts and Notes for Radio Speeches and Press Articles.,” 1966 1945, Fonds no39 Ludwika Ciechanowiecka Papers, Publications, no 24, PIASA Archives. 62 Stefania BARDZILOWSKA, “Korespondencja Stefanii Bardziłowskiej z Rodziną w Kraju,” 1939 1914, Archival Collection no33, inventario no19, Pilsudski Institute of New York; Stefania BARDZILOWSKA, “Korespondencja Stefanii Bardziłowskiej z Instytutem Józefa Piłsudskiego, Wycinki Artykułów Prasowych o Stefanii Bardziłowskiej,” 1968 1923, Archival Collection no33, inventario no1., Pilsudski Institute of New York. 63 Ruth DRAPER, The Letters of Ruth Draper: Self-Portrait of an Actress 1920-1956, ed. Dorothy M. WARREN (Edwardsville: SIU Press, 1999). 64 Pura FERNÁNDEZ, Mujer pública y vida privada. Del arte eunuco a la novela lupanaria (Woodbridge: Tamesis, 2008). 65 Véase, por ejemplo: “The Gazette First Aid Nursing Yeomanry (Princess Royal’s Volunteer Corps),” Revista de difusión, March 1918, E.5/124; E.81/213, Imperial War Museum; “The Gazette First Aid Nursing Yeomanry (Princess Royal’s Volunteer Corps),” Revista de difusión, June 1918, E.5/124; E.81/213, Imperial War Museum; “The Gazette First Aid Nursing Yeomanry (Princess Royal’s Volunteer Corps),” Revista de difusión, September 1918, E.5/124; E.81/213, Imperial War Museum; “The Gazette First Aid Nursing Yeomanry (Princess Royal’s Volunteer Corps),” Revista de difusión, enero y abril 1919, E.5/124; E.81/213, Imperial War Museum; “The Gazette First Aid Nursing Yeomanry (Princess Royal’s Volunteer Corps),” Revista de difusión, abril 1920, E.5/124; E.81/213, Imperial War Museum.

13

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

FANY en el frente occidental. Los archivos del Imperial War Museum de Londres conservan una serie de papeles personales y recuerdos sobre la guerra y los años inmediatamente posteriores enviados allí por la propia MacDougal, y que resultan muy interesantes para desarrollar mi propuesta biográfica66. Asimismo, existen trabajos relacionados directa67 o indirectamente (tanto sobre el propio cuerpo de la FANY68 como de enfermeras69 de la Primera Guerra Mundial) con aquella enfermera escocesa que van en la misma dirección que este trabajo y que avalan la posibilidad de la comparación de experiencias. La configuración de la sección Women's Work del archivo del Imperial War Museum de Londres antes, durante y después de la Guerra del 14, a pesar que existieron incluso exposiciones para mostrar el “trabajo femenino” en la Inglaterra de comienzos del siglo XX, muestran que fue durante el periodo de la Primera Guerra Mundial cuando las predisposiciones sociales emanadas de las tecnologías del género se constituyeron como las guías básicas para la organización del museo 70. Esto determinó, entre otras cosas, el modo en el que se solicitaron los papeles a Grace MacDougal y a otras mujeres dentro del contexto del esfuerzo memorístico generalizado que imperó a lo largo de este periodo71. Así, en febrero de 1918, en la correspondecia entre MacDougal y la secretaria del Women's Work sub-comitte del Imperial War Museum, Miss A. E. Cenway, explicitaba la mecánica institucional que instruía la recopilación de memorias y documentos de la guerra y se solicitaba que, siempre que fuera posible, se envíaran documentos en los que aparecieran detalladas las formas de trabajo y organización de sus compañeras y, sobre todo, la experiencia personal que despertaba ese trabajo72. Grace MacDougal estuvo enviando los documentos que ella misma produjo hasta finales de la década de 1930.

66 Grace MACDOUGAL, “Diaries, Pamphlets and Other Material Relating to the FANY,” Colección papeles privados, 1954 1918, RARE B. 23(=41)/3 [MCDOUGAL, GRACE] A/C NO: 46733, Imperial War Museum; Grace MACDOUGAL, “Five Years with the Allies (1914-1919): The Story of the First Aid Nursing Yeomanry Corps,” Colección encuadernada, 1919, RARE B. 23(=41)/3 [MCDOUGAL, GRACE] A/C NO 16605, Imperial War Museum; Grace MACDOUGAL, “Letter Written from Ocuppied Ghent,” Informe, October 1914, RARE B. 23(=41)/3 [MCDOUGAL, GRACE] ACCESS: K 46731, Imperial War Museum. 67 Janet LEE, “A Nurse and a Soldier: Gender, Class and National Identity in the First World War Adventures of Grace Macdougal and Flora Sandes,” Women’s History Review 15, no. 1 (2006): 83–103. 68 Pat BEAUCHAMP WASHINGTON, Fanny Goes to War : an Englishwoman in the FANY Corps (Burgress Hill: Diggory Press, 2005); Janet LEE, War girls : the First Aid Nursing Yeomanry in the First World War (Manchester: Manchester University Press, 2005., n.d.). 69 Christine ETHERINGTON-WRIGHT, Gender, Professions and Discourse : Early Twentieth-Century Women’s Autobiography (New York: Palgrave Macmillan, 2009), pp. 53-56. 70 Deborah THOM, “Making Espectacular. Musuems and How We Remember Gender in Wartime,” in Evidence, History, and the Great War. Historians and the Impact of 1914-18, ed. Gail BRAYBON (Oxford: Berghahn Books, 2003), p. 52. 71 Jay WINTER, Remembering War: The Great War Between Memory and History in the 20th Century (Londres: Yale University Press, 2006), pp. 222-238. 72 Miss. A. E. CENWAY, “First Aid Nursing Yeomanry Corps: Women’s Work Section,” Correspondencia burocrática, February 1918, EN1/3/NUR/002, Imperial War Museum.

14

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

Grace Aubley Smith se unió a la FANY el 29 de enero de 1910, previo pago de una guinea, adquirió el rango de sargento tres mese después y pudo conseguir el de teniente previo pago de ₤10, aunque no fue hasta enero de 1911 cuando se convirtió en sargento-mayor. Antes, en 1909, Edward Baker y Ernestine Hunt habían fundado la First Aid Nurse Yeomanry, un cuerpo de enfermería motorizado y que enroló en el proyecto a esposas de soldados y de hombres prominentes73. Nacía de este modo un club deportivo, social y militar, con carácter nacionalista y que facilitó la incorporación de muchas mujeres al frente de la primera guerra total, algo radicalmente distinto a lo que se entendía por guerra antes del verano de 191474. Prometida antes de la Gran Guerra, Grace Aubley Smith se transformó en Grace MacDougal durante el transcurso de la guerra, y fue destinada a la unidad número 5 de la FANY en Bélgica tras solicitar su participación en la guerra en los primeros días de la contienda. El día 5 de septiembre de 1914 regresó a Londres tras un viaje a Sudáfrica y solicitó su traslado al continente75. La voluntad de participación activa en la guerra separa la experiencia de MacDougal de la de Sofía Casanova, puesto que ésta no estuvo en el frente durante la contienda. No obstante Sofía Casanova, al igual que Grace MacDougal al verse rodeada por la guerra, tomó la decisión de participar activamente en ella, en calidad de enfermera de la Cruz Roja en un primer momento, pero también como cronista de ABC76. Por lo demás, como se desprende de los papeles y los trabajos de la historiadora Janet Lee, es posible afirmar que el punto de partida que impulsó a Grace MacDougal a formar parte de las prácticas y de las representaciones que aquí me ocupan, no difería sustancialmente de las motivaciones que impulsaron la acción de Sofía Casanova. Ambas compartían afinidad con la nueva-mujer de comienzos del siglo XX, en tanto que ambas transgredían la posición habitual de las mujeres de clase media-alta, al tener una ocupación profesiona77. Desde esa situación y ese lugar marcado partió Grace hacia Amberes para encontrarse con la guerra, en tanto que Sofía se encontró con el desastre bélico en una Polonia controlada por el Imperio ruso. Para entender mejor los cambios que se produjeron durante la Guerra en la actividad política de estas mujeres llamaré la atención sobre tres elementos de la experiencia de MacDougal que resultaron claves, tanto por continuar antes, durante y después de la guerra como por su relación con 73 Grace MACDOUGAL, “Five Years with the Allies (1914-1919): The Story of the First Aid Nursing Yeomanry Corps,” Colección encuadernada, 1919, RARE B. 23(=41)/3 [MCDOUGAL, GRACE] A/C NO 16605, Imperial War Museum. p. 3. 74 LEE, War Girls. No fue si no hasta un año después del comienzo de la guerra cuando el gobierno británcio permitió la presencia sistemática de mujeres enfermeras en una posición cercana al frente. p. 62. 75 MACDOUGAL, “Diaries, Pamphlets and Other Material Relating to the FANY.” p. 14. 76 ALAYETO, Sofía Casanova. p. 67. 77 Joan B. LANDES, “Further Thoughts on The Public / Private Distinction,” Journal of Women’s History 15, no. 2 (2003): p. 31.

15

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

vínculos sociales fuertemente marcados por el género: el cuidado de los heridos, la pertenencia a un grupo ligado a la actividad militar, y su relación específica con determinados espacios bélicos. Las experiencias de MacDougal son compatibles con las de la autora gallega, puesto que esta también procedió en la guerra a través, entre otras, de estas tres dimensiones78. En lo que se refiere al cuidado de los heridos, una lectura superficial de la documentación podría arrojar la conclusión precipitada de que las labores desarrolladas por las mujeres en el frente no fueron más que prolongación del tipo de actividad de carácter reproductivo que llevaban a cabo en tiempos de paz. Grace MacDougal se lamentaba porque no había tenido tiempo de preparar un pollo que acompañara al café de un teniente moribundo cuando estuvo atrapada en Amberes, y su única intención era mantenerlo a salvo y curarlo de sus heridas. De esta forma reproducía los comportamientos típicos que los estados participantes en la contienda adscribían a su identidad sexual79. En esta línea se situaban también otras escenas cotidianas protagonizadas por MacDougal y encaminadas a impulsar la moral de los heridos mediante actividades recreativas tales como la reproducción de un salón y la proyección de una película durante la visita de la princesa Victoria o la preparación diaria de la comida y del té. Las tardes en las que las actividades de ocio preparadas cumplían las exigencias de una correcta reunión social burguesa eran por supuesto calificadas de “exitosas” por Grace MacDougal. Para finalizar, para la enfermera británica era importante que los soldados percibieran que las mujeres en el frente se ocupaban de las actividades “propias de su género”, y que reproducían los mismos roles que tenían antes de la guerra, aunque siempre marcando ella los límites de dichas actividades. Esta traslación de la sociedad conocida en tiempos de paz hasta el frente de batalla generaría tranquilidad en los soldados y les haría sentirse acompañados al comprobar que toda la sociedad participaba en el esfuerzo bélico. Sin embargo, a mi modo de ver, de esa abstracción sobre la participación de las mujeres se podría extraer una conclusión completamente opuesta: esto es, que la actividad de las mujeres en el frente despertó para ellas la acción política. Esa cualidad de la guerra total, capaz de generar un sentimiento de participación en un acontecimiento común, trastocaba completamente en el frente las características de las relaciones de género. No sólo realizaron actividades muy similares a las de los soldados, y ello sin recibir ni el mismo trato ni el mismo rango; además, con frecuencia los soldados pretendían que las mujeres jugaran un papel de madres o esposas más que de enfermeras, y esto las obligó en más de una ocasión a enfrentarse a los mandos del ejército para dejar claros los límites de su actividad profesional y su contribución al esfuerzo de guerra. A pesar de que su objetivo era el de 78 En cualquiera de las biografías publicadas sobre Sofía Casanova hasta la fecha, en sus esritos en el ABC o en su correspondencia aparecen esos escenarios. 79 MACDOUGAL, “Letter Written from Ocuppied Ghent.” Citas en pp. 79-80 y 83.

16

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

“hacer la vida de los hombres confortable”, ellas tenían y querían, según MacDougal, limitarse a realizar su cometido y no atender las “peticiones” que algunos soldados exigían. No eran infrecuentes las quejas sobre el tratamiento que recibían por parte de muchos hombres, que las consideraban meras animadoras sociales en el frente80. Otra oportunidad de acción política vino de la mano de la inserción de estas mujeres dentro de ese conglomerado social que se aglutinaba en torno a la identidad militar que se veía aniimada por la utilización constante y reiterativa del lenguaje castrense y las expresiones de camaradería militar, algo que reflejó extraordinariamente Erich Maria Remarque en su libro Sin novedad en el frente (1929)81. Por ejemplo, en cuestiones de logística, Grace MacDougal siempre insiste en solicitar al Estado mayor una equiparación de los rangos de las enfermeras y soldados, argumentando que ella operaba como un mando militar (por ejemplo, en una ocasión tuvo que mandar a unas conductoras a Sezanne y el viaje se complicó por la falta de materiales, y ella aseguraba que “se sentía como si estuviera enviando a su gente a la batalla del Marne”). Además, está la forma en la que se refiere a sus compañeras, por ejemplo cuando describe a Doris Russel Allen, de la que dice que no se quejaba nunca de sus enfermedades (no “[decía] ni una palabra de su propia debilidad, ella había nacido como una líder”), o que “ella [Doris Russel Allen] sabía que nada les detendría de su objetivo82.” Hablando así, recuerda valoraciones que salpican el libro de Ernst Jünger Tempestades de acero (1931)83, y que analiza G. L. Mosse, llegando a la conclusión de que están relacionadas con la cuestión de la unidad nacional y la hermandad generada en el contexto de la lucha por un objetivo común84. En cuanto a esa lealtad y sentimiento de pertenencia a un sujeto común partícipe en la guerra, es necesario señalar que parte de los textos que aquí se reproducen fueron editados en su día dentro de una serie titulada Soldiers Tales of the Great War por Heiserman, en Liverpool y en 1917, bajo el título Nursing Adventures85. Me parece bastante signifciativo que los relatos de Grace MacDougal sobre sus experiencias en el frente fueran editados en el mismo volumen en que se recogían experiencias de los soldados en las trincheras. Por otro lado, aunque era el soldado (varón) quien marcaba la pauta del heroísmo y del orgullo, ciertas acciones de la FANY las capacitaba como 80 MACDOUGAL, “Five Years with the Allies (1914-1919): The Story of the First Aid Nursing Yeomanry Corps.”, p. 27. 81 Se está manejando la siguiente edición: Erich Maria REMARQUE, Sin Novedad En El Frente, (Barcelona: Edhasa, 2007). 82 MACDOUGAL, “Diaries, Pamphlets and Other Material Relating to the FANY.”, pp. XXXI. 83 La edición que se trabaja es la de Ernst JÜNGER, Tempestades de acero (Barcelona: Tusquets Editores, 2005). 84 George L. MOSSE, Fallen Soldiers : Reshaping the Memory of the World Wars (Oxford: Oxford University Press, 1990). p. 26. 85 LEE, “A Nurse and a Soldier: Gender, Class and National Identity in the First World War Adventures of Grace MacDougal and Flora Sandes.” p. 88.

17

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

agentes políticos en igualdad de condiciones a los hombres armados. A pesar de la extensión de la cita que incluyo, estimo ilustrativo reproducirla entera: “Las chicas eran leales a Doris Russell Allen, a Moseley y a Peyton Jones, y ellas, pese a que mantenían sus afectos también bajo una estricta disciplina también sostenían todo un ideal de lo que era el servicio, un lealtad a las tradiciones del cuerpo. Un regimiento refleja el espíritu de los oficiales y esas tres eran un maravilloso ejemplo, y tenían de hecho un maravilloso equipo de chicas que las sostenían. Su coraje era una de las cosas que más sorprendían y no tenían parangón. El trabajo que hicieron en la retirada de 1918 tendría que haber cubierto de gloria el nombre de la FANY si esta no hubiera permanecido por su altruista lealtad al deber. El teniente francés que estuvo junto a ellas me lo dijo así como el orgullo que supuso a su propio jefe de sección el orgullo el estar junto a ellas”86

Otro elemento que propiciaba la sensación de pertenencia unitaria a un mismo cuerpo y la comunión con un mismo objetivo era el uniforme. En una carta publicada el 2 de enero de 1915 en el periódico TP's Weekly, titulada “En el borde de la tormenta” y escrita desde Gante a un amigo a finales de 1914, Grace MacDougal aludió a su uniforme, al khaki, reivindicándolo como elemento de participación política. El uniforme suponía para ella una posibilidad política de actuación y de subversión de los roles de género tradicionales; así, lo reivindica cuando evoca su llegada a la ciudad de Amberes, llena de soldados ingleses: “Creo que ellos también estaban felices de ver mi uniforme khaki”. O cuando, para reclamar al ejército de ocupación alemán un funeral militar, asegura haber pasado “a través de las líneas de soldados alemanes que se fijaron en mi khaki con asombro”; o cuando se refiere al cónsul alemán y a su equipo, que “abrieron los ojos como platos ante mi khaki y me saludaron” 87. El uniforme en el cuerpo de la enfermera MacDougal funciona de forma similar a la ropa a la que se refiere Carole Turbin en su artículo sobre el dualismo de lo público y lo privado. Para Turbin la ropa es un elemento que establece una noción circular de lo público y lo privado, desdibujando las fronteras de dichos conceptos al favorecer el empoderamiento de las mujeres88. De la misma forma, el uniforme, tal y como señala la historiadora Janet Lee, fomentó una relación más estrecha de las mujeres con la identidad británica, algo que no sólo legitimaba el rol de MacDougal en la guerra, sino que incluso le permitía transgredirlo en determinadas ocasiones89. La última de las particularidades mencionadas se refeire a la relación de Grace MacDougal con algunos espacios geográficos concretos que se despliegan en la campaña bélica. En la misma carta publicada por TP's Weekly, la enfermera británica narra sus impresiones sobre la primera vez que se 86 Ibid. p. XXXV El uso de la palabra Corps es bastante significativo. 87 MACDOUGAL, “Letter Written from Ocuppied Ghent.” 88 Carole TURBIN, “Refashioning the Concept of Public / Private. Lessons from Dress Studies,” Journal of Women’s History 15, no. 1 (2003), p. 46. 89 LEE, “A Nurse and a Soldier: Gender, Class and National Identity in the First World War Adventures of Grace MacDougal and Flora Sandes.” p. 89.

18

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

acercó al mundo de las trincheras. Aunque esta experiencia también presenta vínculos con las cuestiones del sentimiento de pertenencia al ejército o con las identidades nacionales, quisiera aquí reflexionar sobre la importancia que adquiere el espacio en el tipo de análisis que me interesa: “La conducción fue tan emocionante como la huída, y en verdad me alegro de que haber estado en las barricadas y ver a nuestros uniformados trabajando en las trincheras. Hicimos unos pocos viajes en todas las direcciones para encontrar a los heridos pero nos equivocamos felizmente. […] De repente me di cuenta de que no tenía desayuno; no fui nunca más una triste mujer esocesa esperando con horror la llegada de los malvados enemigos. Había encontrado amigos donde no había buscado nada sino un tratamiento duro. Los alemanes venían; pero el oficial herido estaba en buenas manos, y yo descansé de toda la fatiga nocturna.90”

Es factible considerar que Grace MacDougal participó en la experiencia de las trincheras como si de un soldado más se tratara. La importancia capital para el desarrollo de la guerra en las trincheras de su actividad como enfermera y como conductora es equiparable a la actividad de un soldado. Al vincular sistemáticamente todas las actuaciones en la trinchera, MacDougal se apropia de ésta y participa del discurso y las prácticas de soldados armados. Los baños en las cercanías de la trinchera se convierten también en espacio con carácter político, tal y como ponen de manifiesto las quejas publicadas en la Fany Gazette en noviembre de 1915, sobre la directiva del mando militar prohibiendo los intercambios humorísticos que tendrían lugar en el espacio limitado por el baño, y que producían un efecto similar al de la camaradería 91. Los baños son también el símbolo de otro fenómeno más generalizado de carácter subversivo, puesto que las bromas, la transgresión de las normas relativas al pudor y la higiene por parte de mujeres destinadas a velar por la moral social, hacían que las fronteras entre lo íntimo y lo público se borraran, en un espacio en el que ni siquiera la gradación y jerarquía militar podía garantizar una articulación normalizada del comportamiento. Otro espacio de interés se configura en el interior del transporte de las personas involucradas en el frente, y se trata obviamente del tren. Pese a la prohibición explícita del Estado mayor de que hombres y mujeres viajaran juntos en los vagones, Grace MacDougal, durante un viaje entre Chartres y Rouen trató de persuadir a la Oficina de Transporte por Ferrocarril para que le permitieran viajar junto a las tropas. Ante la respuesta del oficial de que ninguna mujer tenía permiso para viajar en los trenes junto a los soldados, MacDougal argumentó: “No soy una mujer, soy una FANY”. Se impone aquí claramente la idea de que el cuerpo de enfermeras de la FANY formaba parte del ejército al igual que los que viajaban en ese tren, y que por lo tanto en ese espacio las FANY tenían que estar junto a los soldados92. 90 MACDOUGAL, “Letter Written from Ocuppied Ghent.” 91 “The Gazette First Aid Nursing Yeomanry (Princess Royal’s Volunteer Corps),” Revista de difusión, November 1915, E.5/124; E.81/213, Imperial War Museum. pp. 3-4. 92 MACDOUGAL, “Five Years with the Allies (1914-1919): The Story of the First Aid Nursing Yeomanry Corps.” p. 105.

19

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

En fin, sirvan estos apuntes –junto a otros muchos de interés que podrían hacerse- como muestra de la reconstrucción de situaciones que invitaban a la activación política y que no siempre desaparecieron al detenerse la involucración de la sociedad en la actividad bélica. Como advierte Janet Lee, muchos investigadores piensan que tras la I Guerra Mundial los posibles avances o cambios acaecidos entonces en las relaciones de género se evaporaron, entre otras cosas a causa de la escasa centralidad que las experiencias de guerra parecían tener en los textos posteriores de las mujeres que habían participado en la contienda 93. Sin embargo, una revisión más exhaustiva de dichos textos invita a plantear una solución acerca de los cambios algo más compleja y menos pesimista. Pues del mismo modo que MacDougal ni tuvo la oportunidad ni quiso desprenderse de las condiciones de posibildad políticas que surgieron en el marco de la guerra, tampoco las relaciones de género en la sociedad británica pudieron volver a retraerse a los parámetros de antes del verano de 1914, a pesar de que desde las instituciones estatales se trabajó en esa dirección. De las más de veinte construcciones legales que, entre 1918 y 1927, fueron diseñadas en Inglaterra para “mejorar el status de las mujeres”, casi todas estaban concebidas para “realzar su condición de esposas y madres”94. Es decir, se produjo una reacción sistemática contraria a las nuevas posibilidades que la guerra había ofrecido. Esto, más que cualquier otra cosa, es un indicativo de que el cambio era perfectamente perceptible incluso entonces, y que asustaba lo suficiente como para promover la reacción en contra. En esa dirección se expresa Susan Kent al referirse al desorden causado por la guerra en la relación entre los sexos, que generó una ruptura en la articulación de las roles sexuales que produjo a su vez la reacción para intentar volver al pasado, a la que ella llama “contraataque”. De una manera contundente y a través de mecanismos estatales e institucionales, se trató de restablecer el sistema de género. Para ello se recurrió incluso a señalar a muchas mujeres como impostoras y ladronas de las capacidades “propias” de los hombres, dando lugar estas acusaciones a situaciones muy desagradables en los espacios públicos, principalmente durante manifestaciones y protestas laborales95. Tal y como señala Peter Gatrell, el nacimiento y evolución de la nueva mujer a comienzos del siglo XX institucionalizó mecanismos sociales para “proteger” a las mujeres, entendidas como esos seres abstractos e idealizados representados en las mujeres burguesas, de los “riesgos” que entrañaba el fenómeno96. 93 LEE, War Girls. pp. 249-250. 94 HORN, Women in the 1920s. p. 61. 95 Susan Kingsley KENT, Making Peace: The Reconstruction of Gender in Interwar Britain (Princeton: Princeton University Press, 1993), p. 50.. 96 Peter GATRELL, A Whole Empire Walking: Refugees in Russia During World War I (Bloomington: Indiana

20

Reflejos de Sofía Casanova: Grace MacDougal y la discontinuidad de lo real (1914-1931) Pedro Ochoa (IFS-CCHS, CSIC)

A mi modo de ver, en esos mecanismos, se encuentran los lugares a los que hay que dirigirse para comprender la reacción tras el final de la I Guerra Mundial. Mecanismos que permiten entender mucho mejor –y a ello dedicaremos el esfuerzo inmediato- estrategias de vida tan complejas como la Sofía Casanova. Y mecanismos que, por supuesto, no funcionaron del todo en la forma prevista por quienes los montaron y manejaron desde arriba, entre otras cosas porque, tal y como señala Joanna Bourke, es imposible desgajar en la historia enlazada de este proceso la actividad de los civiles de aquella otra actividad de cuantos sujetos participaron en el frente. Por las características de la Gran Guerra, esa separación convencional –la de la guerra anterior a esa brecha- denotaría ya el uso de herramientas de artificiosidad97.

University Press, 1999), p. 121. 97 Joanna BOURKE, Dismembering the Male : Men’s Bodies, Britain and the Great War (London: Reaktion Books, 1996). p. 26.

21

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.