Reestructuracion sectorial en Colombia

July 7, 2017 | Autor: M. Martinez Mantilla | Categoría: Industrial And Labor Relations, Colombia, Macroeconomía, Inversión Extranjera
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Descripción



Reestructuración sectorial en Colombia. Revisión literaria y análisis de los posibles determinantes.

Resumen:

El presente articulo tiene como objetivo analizar las transformaciones de la estructura sectorial de la economía Colombiana durante el periodo 1990 y 2010. La teoría económica desde sus inicios ha discutido conceptualmente sobre este aspecto y sus implicaciones en el desarrollo económico. En Colombia, este proceso se ha desarrollado aceleradamente con consecuencias económicas de largo plazo. El análisis de Indicadores de Cambio Estructural (ICE) permite descomponer el crecimiento sectorial y la especialización económica en sectores determinados. Al analizar y comparar el comportamiento del sector industrial y minero-energético, se encuentra una correlación negativa. Este aspecto tiene serias consecuencias sobre la estructura económica, productividad, generación de valor agregado y de empleo. El aporte del presente articulo consiste en proponer un determinante del proceso de reestructuración sectorial: la Inversión Extranjera Directa (IED).

Introducción

La estructura económica de los países ha estado ligada estrechamente al proceso de desarrollo económico. Para Kuznets los determinantes "últimos" del desarrollo se encuentran en la apertura de nuevos sectores con tasas de productividad mayores, en contraposición a los determinantes "inmediatos" del crecimiento relacionados con las tasas de ahorro, inversión y crecimiento poblacional. (Kuznets 1952)
En el caso de América Latina este proceso parece no haberse cumplido a cabalidad. Incluso Rodick (2011), ha argumentado que, como resultado de los TLCs impulsados en América Latina, parece que los recursos hubieran migrado de los sectores de alta productividad hacia los de baja productividad, contradiciendo la teoría económica.

Por mas de dos décadas, América Latina han buscado abrir sus economías a la competencia externa, desregulación del mercado, la privatización de la actividad productiva, entre otros aspectos, con diversos grados de profundización de los postulados del Consenso de Washington. (Katz, 2007).

La nueva organización económica ha transformado significativamente la estructura productiva de América Latina hacia los sectores de ventaja comparativa, con consecuentes implicaciones en las tasas de crecimiento económico, generación de puestos de trabajo, equidad distributiva y capacidad tecnológica domestica. (Katz, 2007).

Los flujos de inversión extranjera como las propiedades extranjeras al interior del aparato productivo han aumentado considerablemente, así como la provisión externa de bienes intermedios y tecnológicos, los cuales han estado relacionados con los discretos resultados de generación endógena que han profundizado la trasformación de la estructura productiva de los países del continente. Este proceso ha estado acompañado de una desindustrialización acelerada en la mayoría de los países.

La literatura económica sobre desindustrialización reconoce que este proceso puede ser resultado de una transición exitosa o por efectos "seculares" del desarrollo -o bien- puede ser una consecuencia patológica acelerada, estrechamente relacionada con la Enfermedad Holandesa. De allí, que se hable de una desindustrialización positiva y negativa.

Breve discusión conceptual

En la escuela clásica el proceso de desarrollo esta estrechamente ligado al fenómeno de cambio de la estructura económica de los países. Para estos, el proceso productivo permite retornos crecientes a escala y una mayor especialización. Una economía en crecimiento es una economía que se transforma estructuralmente hacia sectores mas complejos y sofisticada intensivos en el uso del conocimiento.

El transito de estructuras productivas simples sustentadas en la explotación de materias primas hacia estructuras productivas mas complejas, ligadas al proceso de industrialización incluye una regularidad empírica en el proceso empírico de los países desarrollados. Desde esta perspectiva, la industrialización y transformación de la estructura productiva es una condición del desarrollo económico. Solo en casos excepcionales, el crecimiento y el desarrollo se da con cambios homogéneos y uniforme entre los sectores estructurales de una economía., "generando en el largo plazo una fotografía o una composición absolutamente estática de la estructura productiva". (Vera, 2009).

Las transformaciones no solo se dan en la composición estructural, sino también en el empleo, patrones de comercio interno y externo, productividad de los factores (especialmente del trabajo), estructura de consumo y demanda final.

De allí que un proceso de cambio estructural este asociado a altas tasas de crecimiento económico, bajas tasas de desempleo, productividad industrial mayor a la media de los demás sectores y creciente demanda por servicios productivos.

Sin embargo, se ha reconocido en la literatura económica que procesos de desindustrialización negativa es factible. Rowthorn y Wells (1987) plantean que el patrón de apertura comercial y especialización puede llevar a una situación en la cual la baja participación manufacturera en las exportaciones totales y la incipiente consolidación del sector industrial, a una perdida del dinamismo del sector y del empleo. Desindustrializaciones "prematuras" se considera como un fenómeno altamente negativo para economías subdesarrolladas con destrucción del empleo y creciente presencia de la informalidad. De esta manera, el cambio estructural esta acompañado de una productividad estancada que impiden el desarrollo.

Por lo general las economías quedan a merced de el sector primario –proceso conocido como reprimarización- y/o al sector servicios. En ambos casos el empleo que se crea es de baja calidad.

Otra característica esencial de este proceso consiste en la vinculación y atracción de estos sectores al capital extranjero, con los consecuentes efectos de sustitución de sectores transables. Este proceso se refuerza por medio de permanente revaluación del tipo de cambio, lo que se denomina la Enfermedad Holandesa. (Suárez, 2013)

Por supuesto la pertenencia de esta discusión para la economía colombiana es fundamental.





Evidencia para Colombia

En Colombia el proceso de apertura económica se dio desde 1990, unos años después de que Chile, México y Perú. Sin embargo el proceso de cambio estructural y desindustrialización fue mas acelerado. Este proceso, según Clavijo, Vera y Fandiño (2012), se debió fundamentalmente a los efectos de la Enfermedad Holandesa. Al relacionar únicamente la participación del sector industrial y del minero-energético, se ve una clara correlación negativa estimada en -0.85. De esta manera se demuestra que al analizar el comportamiento de dos sectores, existe evidencia empírica para afirmar que en Colombia la especialización en el sector minero-energético esta relacionado con el sector industrial. En particular, se encontró que un aumento del 1% de la participación relativa de las exportaciones mineras implicaría una caída de 0.4% del valor Agregado de la Industria/ PIB. (Clavijo, Vera, Fandiño, 2012)

Este aspecto especifico, como se analizó anteriormente, esta estrechamente vinculado a un proceso de reestructuración económica. Para cuantificar este proceso en la estructura económica colombiana, se procedió a determinar el Índice de Cambio Estructural (ICE).

Por su simplicidad y fácil interpretación se seleccionó el índice propuesto por S. Schiavo-Campo (1978), que corresponde a la sumatoria de los valores absolutos de los cambios en la participación (sobre el producto total) del producto de cada sector o rama productiva, dividido entre dos. En tercer lugar, es preciso definir una unidad de tiempo que recoja fielmente la recomposición de la estructura productiva (minimizando los efectos asociados a los cambios cíclicos) y que permita comparar la velocidad de los cambios.

El índice de Schiavo-Campo de cambio estructural (ICE) viene dado por la siguiente expresión:

ICE= I=1nmit-mit+k2
donde,

i = rama o sector productivo
mi = participación del producto del sector i en el producto total
(t + k), t = período o unidad de tiempo

A los efectos del cálculo para la economía colombiana, se ha tomado la clasificación sectorial del PIB que proviene de los datos publicados en la CEPAL. El PIB para cada año se tomo a precios constantes con base de 2005. La extensión del análisis es de 1990 a 2010. Los resultados se muestran en la tabla 1.

Tabla 1
Índice de Cambio Estructural (ICE)



Años
 
ICE (%)



Periodo 5 años:
 
 



1990-1995

17,39
1995-2000

3,08
2000-2005

25,60
2005-2010

44,76



Periodo 10 años:
 




1990-2000

14,30
1995-2005

28,69
2000-2010

67,33


La interpretación de los resultados es la siguiente: entre los valores obtenidos del ICE sean mayores, quiere decir que la estructura económica tuvo una trasformación en su estructura económica más fuerte, es decir hubo cambios acelerados en la composición sectorial del PIB. Los datos obtenidos demuestran que en Colombia se ha dado una reestructuración económica intensa, que se ha venido acelerando en el ultimo quinquenio. La evidencia es robusta en todos los periodos menos entre 1995 y 2000. Analizando en un periodo de 10 años el resultado es el mas alto: 67.33%.

Este resultado significa que en Colombia, se ha dado un claro proceso de reestructuración económica asociado a la Enfermedad Holandesa y a la especialización al sector minero-energético, desplazando los sectores transables de mayores productividades y generación de empleo como el industrial y el agrícola.

Las consecuencias a largo plazo para la economía colombiana, de no revertirse este proceso, pueden ser desfavorables desde el punto de vista económico. Al comparar la generación de valor agregado por sectores en Colombia, Clavijo, Vera y Fandiño (2013) demuestran que la tendencia de el sector industrial es negativa al ubicarse en el 12% en el 2012, mientras la del sector minero-energético llega al 7.7% con tendencia creciente. Un aspecto a resaltar es que a pesar de una reestructuración económica y desindustrialización de mas de 20 años, la generación de valor agregado de la industria sigue siendo mayor al sector minero-energético.

Otros efectos como la generación de empleo y la calidad del mismo han sido objeto de análisis por varios analistas colombianos. Sobresale el texto "Confianza Inversionista. Economía colombiana, Primera década del XXI" de Aurelio Suarez (2011).

En la mayoría de los textos analizados y estudiados, se dan diversas razones y justificaciones al proceso de reestructuración sectorial del PIB, mencionadas previamente. Sin embargo, existen algunos elementos y observaciones que inducen a considerar una variable fundamental en este proceso que no ha sido tenida en cuenta con la importancia que merece: la Inversión Extranjera Directa (IED).

¿IED como determinante?

Algunos economistas como Eduardo Sarmiento (2002) y Aurelio Suarez (2011, 2013) han venido considerando a la IED como determinante de este proceso. En ambos casos, se analiza como la reprimarización de la estructura económica ha estado acompañada de crecientes flujos de IED dirigida a los sectores que han reforzado dicha especialización.

Al analizar los destinos sectoriales de la IED en el promedio entre el 2008 y el 2012, se encuentra que los flujos se dirigieron a los sectores donde precisamente se esta dando la especialización y transformación de la estructura productiva. En el grafico 1 se muestra dicho destino.

Lo anterior se refuerza al analizar el sector industrial individualmente. Como se dijo antes, este sector es el que en un proceso de reestructuración sectorial acelerada y con el efecto adicional de Enfermedad Holandesa, tiende a estancarse y a decrecer como lo corroboran los últimos datos emitidos por el DANE.





















Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de la Republica

De igual forma, al determinar un Índice de Cambio Estructural Manufacturero, que mide los cambios en la composición sectorial de la industria. Clavijo, Vera y Fandiño (2013) lo hallaron para determinar cuales subsectores han tenido un cambio estructural teniendo en cuenta la Balanza Comercial Relativa, crecimiento de valor Agregado y la trayectoria de la Productividad Total de Factores (PTF). Los autores hallaron que dicho índice fue positivo para todos los subsectores asociados a la trasformación de recursos naturales (metalurgia, petróleo), considerados como menos intensivos en conocimiento y de menores productividades. Los subsectores rezagados son principalmente los relacionados con alimentos y bebidas, textiles, cuero, calzado, productos químicos, entre otros.

Conclusiones

Las escuelas económicas desde sus inicios se han preguntado por que unas naciones progresan mas rápidamente que otras. Los desarrollos y avances de la ciencia económica han planteado que existe una relación estrecha entre la estructura productiva de una economía y el desarrollo.









El transito y trasformación de estructuras productivas simples a unas mas complejas, con tasas de crecimiento
altas, bajo desempleo, patrones de consumo determinados, permiten un desarrollo económico. Este proceso esta
ligado a la desindustrialización paulatina y aumentos en las productividades de sectores mas intensivos en conocimiento. Sin embargo, se reconoce que este proceso no siempre es positivo: los países subdesarrollados que inician una especialización en sectores de ventajas comparativas propiciados por la apertura comercial, pueden tener una desindustrialización sustituida por sectores de menor productividad, generación de valor agregado y empleo. Este proceso se refuerza con la Enfermedad Holandesa.

En Colombia existe suficiente evidencia empírica para afirmar que se ha dado una transformación productiva, vinculada a la desindustrialización acelerada –o prematura- que puede tener efectos en el crecimiento de largo plazo de no corregirse. Al parecer, la IED es un determinante fundamental en este proceso, pues existe una relación entre los flujos y los sectores de destino como los subsectores relacionados a la recomposición del sector industrial.


Bibliografía

Clavijo, S.; Vera, A.; Fandiño, Alejandro (2013). "Desindustrialización en Colombia. ¿qué hacer ahora?. Carta Financiera. ANIF. Septiembre de 201. No: 163. Pags: 11-20.

Katz, J. "Cambios Estruturales y Desarrollo Economico. Ciclos de creación y destrucción de capacidad productiva y tecnológica en América Latina". Revista de Economia Politica de Buenos Aires. Argentina. Año 1, Vol 1. Pags: 71-92. Disponible en: http://www.econ.uba.ar/www/departamentos/economia/nuevo/publicaciones/files_publicaciones/Katz.pdf


Kuznets, S. (1952). "Proportion of capital formation to national product", American Economic Review, Vol. 42, Mayo, pp. 507-26. Disponible en: http://piketty.pse.ens.fr/files/Kuznets1952.pdf

Rowthorn, R.E., y J.R. Wells (1987). De-industrialization and Foreign Trade, Cambridge, Cambridge University Press.

Sarmiento, E. (2002). El modelo propio. Teorías económicas e instrumentos. Bogotá: Grupo Editorial Norma.

Schiavo-Campo, S. (1978). «The Simple Measurement of Structural Change: A Note», Economic Record, vol. 54, no 2, pp. 261-263.

Suárez Montoya, A. (2010). Confianza Inversionista. Economia colombiana, primera decada del siglo XXI. Bogotá: Ediciones Aurora.

Suárez Montoya, A. (2013). El modelo del capital extranjero, segunda fase de la confiazna inversionista. Revista Deslinde , 32-39.

Vera, L. "Cambio estructural, desindustrialización y pérdidas de productividad: evidencia para Venezuela". Cuadernos de CENDES. Año 26, No 71. Mayo –agosto 2009. Pags: 89-115. Disponible en: http://www.scielo.org.ve/pdf/cdc/v26n71/art05.pdf





Se divide entre dos para evitar la doble contabilidad de los cambios en las participaciones.
Visitar pagina Web: www.dane.gov.vo (Encuesta Mensual Manufaturera)
Grafico 1:Destino sectorial de la IED. (Promedio 2008-2012)
Minas y Canteras
24%

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