Reducción del daño: un pasaje del delirio utópico al realismo ecológico

September 8, 2017 | Autor: Juan Machin | Categoría: Drugs And Addiction, Harm Reduction, Drug Policy, Drug Dealing, Law Reform, Harm Reduction
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Descripción

Segundo

EFREM MILAMESE (C-S JUAN M A C H (CaSlc) ~

Alemana)

(GoordinacMn f-W

Marzo 22,23 y 24 de 2002,

Bogotá, Colombia

4 h

Reducción del daiío: un pasaje del delino utopico ai reaiis! mo ecológico (J. Mackúi, J. Del Bosque, M. Velasco, S. Tavera y M. Juárez)l14

[El presente texto tiene por objetivo ofiecer una exposición sintética del programa de investigación en la acción sobre reducción del daño que una red de organizaciones civiles ha venido realizando en el contexto mexicano, auspiciado por Cáritas Alemania. Así como las implicaciones en una política pública de drogas. Los aufores presentan los pasos más cruciales de u n proceso de trabajo de 12 años, desde las hipótesis iniciales y los primeros cuestionamientos, hasta la introducción del protocolo de reducción del daño y la focalización sobre la articulación entre redes y representaciones sociales. Este trabajo ha conducido a u n cambio de paradigma: las farmacodependencias se deben de considerar como u n fenómeno hipercomplejo multidimensional, uno de los estilos de vida de una comunidad, una manifectación de la normalidad, estructural al funcionamiento de nuestra sociedad y, por lo tanto, no eliminable totalmente de las CL. De allí una propuesta de reducción de1 daño. La partefinal del texto es u n análisis de posturas públicas en las políticas de drogas y el relato de una propuesta presentada a una instancia gubernamental para que el tema de la reducción del daño fuera introducido entre las políticas públicas de droga. Concluyen el texto útiles anexos.1 LA REALIDAD NOS TRANSFORMA UN PROYECTO DE INVESTIGACIÓNEN LA A C C I Ó N ~ ~ ~ Nuestra hipótesis de partidan6 planteaba la posibilidad de intervenir en comunidades urbano-populares, para favorecer la reorganización de sus recursos, con el fin de incrementar sus competencias en materia de prevención, y, a partir de estas competencias, dar vida a iniciativas específicas d~

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Los autores son director, coordinador interinstitucional, coordinador académico y formadores, respectivamente, del Centro Cáritas de Formación para la Atención de las Anexo 1. Farmacodependencias y Situaciones Criticas Asociadas 115 Cf. Laffay, B., Milanese, E., Merlo, R. Reportes Técnicos de Investigación del Proyedo "Modelo Comunitario de Prevención y Rehabilitación Psicosocial de farmacodependientes". México, D.F. 1995-1996. 116 Cf. Anexo 2 sobre los antecedentes institucionales de este proyecto. Segundo Seminario d e ~xperfd

sopoi-te para la realización de tratamientos de famacodependencias en la comunidad local (a)misma, sin necesidad de desarraigar a la persona de su familia o la familia de su territorio de vida. Se consideraba también que algunas situaciones, por el deterioro de las condiciones de vida y del sistema de relaciones, no pueden ser resueltas en la ny necesitan de lugares y encuadres específicos: una comunidad terapéutica farmacodependientes (cm). Se propuso un modelo de investigación en la acción en prevención, tratamiento y reinserción social de farmacodependientes (m), y en formación de agentes sociales. Empezamos el trabajo de prevención y tratamiento en la CL, partiendo de una posición en la que ambos estaban bastante separados uno del otro, y en la que el segundo determinaba algunas de las elecciones de estrategias de la primera. De esta forma, el proyecto se basaba en las siguientes premisas/hipótesis: Prevención y tratamiento son dos caras de la misma moneda. La prevención parte de un sistema complejo, es decir, desde la normalidad y pone en acto un proceso (un conjunto articuladode acciones), es decir, un movimiento hacia delante que permite contrarrestar mecanismos de simplificaciór social. El tratamiento, entendido como rehabilitación y cura, parte de un sistemz simplLficado (desde una "patología") y pone en acto una estrategia regresiva, un movimiento hacia atrás en el contexto que llamamosm. Es posible realizar tratamiento también en la a.Considerando que algunos aspectos de la labor en la m podían ser utilizados en los protocolos de tratamiento en la u y que ésta iba a ser el contexto en el que se iban a poder sintetizar y reelaborar elementos del trabajo de prevencióny tratamiento.

LA PREGUNTA DE FONDO: ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO? A partir de la investigacih en la acción sobre prevención y tratamiento en a,en 1995 y 1996, surgieron elementos nuevos que implicaron cuestionamientos y transfomaciones al protocolo original de experimentación. Como mencionamos antes, habíamos hecho inicialmente la hipótesis de poder derivar de la labor de prevención y de tratamiento en la m indicaciones para la construcción de un setting en la n con características favorables a un proceso de tratamiento. Después de los primeros meses de trabajo observamos que las labores de prevención eran necesarias, pero no suficientes. Asimismo, constatamos que comenzar un proceso de tratamiento utilizando las modalidades de la m no daba los resultados esperados: no se planteaba una demanda, la relación se interrumpía muy rápidamente y no maduraba hacia una "relación terapéutica", etcétera. Llegamos a la conclusión de que las modalidades de trabajo de la cm, incluso las más flexi-

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bles, no eran eficaces en el contexto no formalizado de la a.Sin embargo, por medio del trabajo de calle se había construido una red de conexiones que daba a estas interrupciones de la relación un sentido diferente: las personas suspendían un cierto tipo de contado con los operadores, pero permanecían en la red de relaciones que habían establecido en la a, o en la que se habían insertado. Y, de esta manera, se había resuelto uno de los problemas con los que nos habíamos encontrado al principio en la m: la frecuencia con la que los FD interrumpen el contacto con el sistema de tratami sobre todo, debido a la ausencia de una motivación personal.l17 A través de esta experiencia nos dimos cuenta de que una labor d con FD era posible: manifestaban un cierto interés, aunque selectivo, y se dejaban implicar en relaciones, iniciativas y acciones programadas. Sin embargo, el hecho de que eran FD y de que no demandaban tratamiento nos hizo cuestionarnos qué tipo de intervención se estaba llevando a cabo. Que se tratara de prevención primaria quedaba de entrada excluido por el hecho que se trabajaba intencional y específicamente con m. Por otro lado, trabajar con ellos no significaba automáticamente llevar a cabo un tratamiento, en especial por que no planteaban una demanda en ese sentido y la base de la relación no se establecía en ténninos de modificar (al menos no en principio) su relación con las sustancias. El análisis de estas acciones nos hizo descubrir, por un lado, que se trataba de una intervención de contención y reducción del daño y del riesgo, y, por otro lado, que prevención primaria y reducción del daño-riesgolls parecen ser dos eslabones indispensables para poder realizar una labor de tratamiento en la n y la m.Así, en la m de HIJ, observamos que de cada 100 personas que solicitan ayuda, 60 piden tener una entrevista para conocer el modelo de tratamiento. De éstas, 35 asisten a la entrevista, y de ellas 20 continúan participando en coloquios subsecuentes con fines de sensibilización, diagnóstico e información de la institución. De estas 20, sólo cinco aceptan iniciar un proceso de tratamiento de larga duración (dos años). Esta curva estadística del proceso

nos habla de una discordancia tremenda entre el nimero de m, y el número de personas interesadas en un tratamiento de larga duración. Sabemos, además, que algunas de estas personas no podrán mantenerse en el proceso y que su participación sólo podrá llegar a plantearse en términos de reducción del daño. En este sentido, la reducción del daño (junto con otras modalidades) aparece también como una variable que'le da actualidad y: mayor nivel de incidencia al modelo de m.

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Estas consideraciones nos condujeron a introducir una modificación en el ,' encuadre general del proyecto agregando, a los protocolos ya existentes de -.: prevención primaria, tratamiento y formación, un protocolo de investigaI ción en la acción sobre contención y reducción del daño. Este protocolo se :- a . integró en el modelo como elemento de conexión entre la prevención y el ;tratamiento, reformulando de la siguiente manera uno de los presupuestos: - . prevención y tratamiento son dos caras de la misma moneda, sin embargo, . :j diferentes la una de la otra y, sobre todo, mantenidas juntas por un tercer . -1 7 elemento que no se puede ni debe confundir con ninguna de las dos: la -reducción del daño. Se trató de dar, de esta manera, respuesta al problema -: planteado por la ineficacia en la aplicación de estrategias de m en la labor con FD en la CL y dar sentido al hecho de que gran parte de la situación de conflicto y de sufrimiento está ligada a las representaciones sociales119que los m> y los no FD producen de la farmacodependencia y las y los FD (coludiendo unos con otros), y que las conductas de unos' y otros están en parte determinadas por estas representaciones sociales. En efecto, una n se organiza, sobre todo, para persistir; por tanto, genera en su interior dinámicas para regular su vida social y ofrecer seguridad y control, aun a costa del sufrimiento de sectores importantes de su población. Las representaciones sociales de la farmacodependencia responden a esta lógica en sinergia con las representaciones sociales de las y los jóvenes,120que representan para muchas comunidades una amenaza, y esto no es para nada novedoso121 (incluso en numerosos mitos y ritos,'* encontramos una relación indisoluble entre jóvenes y comportamientos considerados desordenados y, por tanto, # -

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Cobre este concepto I$ Moscovici, Serge et al. Psicología social, tomo n, Paidós, España, 1993. Cf.Merlo, R & Milanese, E. (cooxd.), M~~ en la ciudad. Métodos de intmción juvenil wmuniF d , CIEJdel Instituto Mexicano de la Juventud, Colección j6vmEI no. 8, México, 2000, p. 32. Como ejemplo tenemos la siguiente frase inscrita en una tabla de más de 4 mil años de antigüedad, encontrada en Ur: "Nuestra sociedad está perdida si permite que continúen las acciones inauditas de las jóvenes generaciones", atada por Feixa, Carles, "La tribu juvenil". ~Occhiello,TurÍn, Italia, 1988, p. 13. "Cf.Machín, Juan, "iiiP&seeele al circo!!!", en Merlo, R. & Milanese, E. op. cit., pp. 4245.

taciones en un binomio (j6venes y drogas) que entra en una especie de resonancia simbólica. Ce explica también así el sobredimen6ihento del miedo colectivo (así las y las jóvenes FD llegan a r e p r e m n t ~casi al m i s d s h Diablo)lu y por que muchas de las dinámicas de cygwiza~i6nwmyniteria tienen que ver, entonces, en cómo elabora y, de ws posible, controlar la amenaza que representan l& y los jóvenes usuarios. Así, en las representaciones sociales de las/los adultos se aprecia una p t u r a valorativa contradictoria y ambivalente: si hablamos de "la juventud" (en abstracto) la mayoda la califican como "divino y "futuro de la s~xie&ad","~~ pero si hablarnos de las y los jóvenes (más concretos) la valoracibn pasa a ser negativqlz6y se les califica como imnaduros, rebeldes, loms, irresponsables, vagos, violentos dese~~úeraadas~'~~ etcétera, Dada la variedad de jóvenes que existen en una n es interesanteque la nslyoría de las repri2centacioms socides sean negativas,128y prácticamente no se les reconozca como agmtes positivos de su propia comunidad. Se les ve nás c m o amenaza y pro-

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's Por ejemplo, en una CLle plantean d equipo varias demande a~su calidad de expertos en

eltemadedrogm. Enel j ~ d i l n & n i i i o s h y u n M l i l o q w s e ~ ~ h m ~ & ~ e ~ ~ s h m o mayor se ve&m.se qwjm de un joven que zampe aistab b j el~ de la droga; una trabajadora mcidies pide que internana un FR quehaaesufrir muchoa sruhardk En todos los casos se trata del mismo joven (hemano 1$w, v & w Amiembro de una que personiñca el nial y tiene el poder SimMETco de amenazar a toda la comunidad. * A m p a los ksoros se les acostitmbi.a enterrar y rnaitftaer escondidos. m Pero, como danwnciaron los pairüBipantm en un emgpem de Fvmes trn t e "hemm exu&do muchas veees que ' m o a el híma de h S&&' pem rura y ma v a comprobamas que esto a610 sirve para exduimos del pmeaite" Cf. '"P&er cmlatiomerkmo de jóvenes. D o ~ t o s " A, V E ~ T M YM+xicoI ~~ D.F.( 1992.Al j ~ v m ae le ve como un no ser hasta que sea y tenga como addto ("cuando seas grande lo vas a entnde~''~ "cuando tengas tu propia casa vas a poder oph'iar"). Ct k a r k , Oau&o, "Ejes j u v d e s de b M h y ~ ~ ~ u n c1- i -iwM,m P-, m. 6-1996, lectu%para d - m '

n , ~ D E I / ~ Z U a .

Esta difeencía valorativa, a menudo, se co,Preladona con status socides:la imagen idnim se asocia a los "Nios bien" o loa yuppies (diminutivodel mgiés Young ?.ir&m Pr@ssM P q l e )y la hagen diaboLiva a los "&vosu de los gctores poplares, e-tez las y los jQme que se mtmr$anizan ($. Gamezjara, F ~ a n c k add: d.' T d & o en el estaiiído mbrano". Ediciones Mueva SocioIogfa, México, D.F., 1%7 pp. 14,677.

lZ8 EIZ las y loa jóvenes &ep~oyeda, si bien no bado el' mal de Ini eontunida, d &da de problemag y amemms plei- vidmiones, asesinatoa, robos. Por ejemplo, bos 1 S d mde opinión d o d e a n amw p m b a s de la comrinidad la el d m h o h o y la

Segundo Seminario de Expertos

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intervención sobre sirven en gran me-

reduce y recupera parte de su .(queen general son conarios)132 tienen, además, a de servir como válvula de escape y como ritual de " simbólicamente fundación de la comuS, las generaciones (no violencia estructural inseguridad laboral,

CAMBIO DE PARADIGMA m%re+tras, hemos

cambio radical da paradigma: ~hs famac~Etipendenciasse aar como un fenómenolho:pc~~~mplejn d-~ionai,~~~

tata de seguridad pública y asociados los tres con los jóvenes. Evaluación que no es "objetiva" según el equipo que interviene en ellas. A la pregunta de cuántos jóvenes se drogan, los líderes ue opinión responden casi siempre con cifras mucho mayores que las reales. '29 Estas dinámicas obviamente no se dan exclusivamente con las y los jóvenes. IJO A través de una forma de autoengaño colectivo, para no ver sus propios problemas, evitando de esta manera cuestionarse su propia incapacidad, fragiiidad, equivocación, dificultad/ muerte. 13' Las dinámicas son diferentes según el sexo, a las jóvenes se les estigmatiza más que a los hombres porque, como señala Martha Romero, "en el cuerpo de las mujeres se han depositado valores como la castidad, la bondad, la pasividad... el ideal social de una mujer es que debe mantenerse pura". Sandoval, Nora. "Discriminación a las mujeres en el tratamiento"/ Suplemento Triple Jornada, no. 44, Lunes lQde abril de 2002, p. 7 la2 Cf.Almada, Teresa, "La constmcaón social de la farmacodependencia:drogas, representaciones sociales y juegos de poder en los Barrios de Ciudad Juárez" en P r e v d n , reducción del daño y cura de las famacodependencias. Experiencias y reyeximes de un proyecto de investigación en la acción, Cáritas Arquidiócesisde México, Hogar Integral de Juventud, Cejuv, Cultura Joven, México, D.F., 1999, pp. 81-93 l3 Transferencia simbólica sobre un c w o expiatorio C& Derrida, Jacques, "La farmacia de Platón", en La Diseminación, Ed. Fundamentos, Madrid, 1997; Escohotado, Antonio, Historia general de las drogas, Espasa Calpe, Madrid, España, 1999, pp 42-45; GUard, René, La violencin y lo sagrado, Anagrama, Barcelona, España, 1983, y Girard, René, El CVIHO expiatorio, Anagrama, Barcelona, España, 1986. Experlendas

uno de las estila de vida de una corn~nidad,'~ una manifestación de la'normalidad,*fi estructural al funcionamiento de nuestra sociedad y, por tanto, no eliainable totalmente de las a.Las premisas prirzapales del p m . tocolo de reducción cbal &o, de esta forma, se expresaban como sigue: .; (i) Existen mtextos de acción en los que la premisa puede ser que no se busque la eliminación de la posibilidad de que la situación se redice (prevención), ni se concentre toda la acción exclusivamente s&re el problema emergente (b-ento). Esto significa, que se puede trabajar con ED sin que la premisa sea única y exclu~ívamenteque ellas dejen de se^ m; respetando su decisión libre de consumir sustancias psicaactivas, reconociendo su responsabilidad, cmpetacia y capacidad; (ii) Las famacodependencias dependen también del contexto en e1 que una persona vive y, por tanto, es posible realizar acciones dirigidas al contexto y no a actores específicos; (iii) La intervención consiste en una estrategia para contener los da-

ños individuales y sociales asociados con las farmacodependencias."' A partir de un se diseña un sistema de acciones de m&ci6n social y comunitaria de dbninuaón de fenómenos 'relacionados con el abuso de sustancias (encarcela-

I Machín, J. et al., Mm&a &l?&me&m& -h. BwLin 2001. m Miianese, Eh.@n; MerIsIRoberto áNktclulm, J%im+ Re&s que pPPoienen (l), IMJ, WAC, W c a

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1939 * Cf: Mer10~R. L f&hmse, E., %a p m & h como modalidad cotidiana de o ~ ~ c i d& ó n la vida en 1w~ v i d u o ysen los grupos", Mimeo, México, D.F., 1999. Aunado al heclia de que el catllvumrr de ims&mcWppsieoactivas es una característica tmmítn de lei hm-. Cf. Esixd-whdo, Antonio, Op.CZb, C d Centre onsubstanceAbuse, ?-km redudion: m ~ b a and praetice. A policy dismdon papef', c c s ~Ottawai, , Canada, 1996 Canadign Cm* on Sulxtmce Ahse, op. cit. El daño h a d o al consumo es considerado W é n desde anat p e s s p d h a mrzltidimensionai, Cf.Navcombe, R., '%e Redudion of hg-r@latedh9in:A ean fhmevork for t e q , practice and researeh", en OvHae, P.A. et d., (eds.), "The r e d u d n of h g - ~ l & d harm", London, Routledge, 1992 Los e1mentos mínllnos necesarios para r e h el disgnbstieo de una CL,desde la perspectiva de la prevención, reducción del daño y tratamientoson: (i)La dinámica interactorialvista desde k teoría de als%&s sociales. (ii) Las relaciones que identifican lm demisbs de un sistema como un indicadar Be la nalmaleaa de su dinámica. (3) Las mpresentatdmea mddes que vendan exptesadas a través de la "estrum". (iv) Las reglas con cual- 2dl-b actom elaboran la5 c a w r a l s de persistencia y cambio. (v) La represenhdh LUatx%ca, la matriz de identidad y pertenencia. (vi) Lo que de consolidado, en la dpuierd66a de la pen+

sión de la familia, interrupcidm de estudios y timnadh del trabajo, etclétera), a travCs de cambios contmfados en la re+ presentaciones sociales, orientados siempre en el sentido de una mayor complejidad.

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TRATAMOS DE TRANSFORMAR LA REALIDAD Se ilevó a cabo la experimentación de acciones de contención y reducción

d d daño en seis comunidades locales de Mdxico: cuatro de la ciudad de México,una de Ciudad Juárez en 197 y 1998 y139unti en Cuemavaca en 1998.1*b estrategia, para producir cambios estables en las representacionies sociales del fen6meno y reducir el daño producido por la d$matizaci&n que leis ct habían implemeaitado, consisti6 en interven& sobre la capacidad de ciertas de cada a de ser activas en el incremento de las capacidades y competmcias que permiten a la n una gestibn eficaz y eficiente (contención y control) de los procesos que generan -sufrimientoy rnalem social, m o ~ c a n d opor , ejemplo, las modalidades de construcción de seguridad, de reconstrucción de sentido y organización, la calidad de las interacciones sociales, etcétera. La estrategia buscaba así romper, sobre todo, la m g h a c i ó n de las personas y grupos en situación de riesgo, organizando acciones concretas en fiaci6n de op p o s (atención a niños y ancianos, servicios en las fiestas camuait~as,limpieza de calles y jardines, reaiización de folletos sobre salud y seguridad, etcétera) complejhancio el tejido social. Los rasgos que caracterizaron este abordaje fueron la complejidad, localidad y la progresión. !3e desarrolló y aplicó un sistema de evaluación,'42

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benoa y del d i o , se da en un determinado lugar: mSm, n t ~ ys símbolos. (vii) Los datos eociológims que identifican la a.(viii) Los contenidos y lai dinámica & los temas generadora de ios c o m p o ~ de t . mntackAistancia, cosiflido sislbSWnflicto maten4 etc, que ' da relación interactorial simb6lica relativa al pmceeo de exisümch y 1 expresanuna d mmhuaibn de?dnmidad social. (ix) La dinámica de las minorias que mnstlluyen la

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ls-taffay, B., Müanese, E., Merlo, R Reporte T6dm de ~nve&iga& ~ W & 6 ~ %Modelo t o ComuniMo de Ppevmdón Primaria, Reducciún del Da50 y R e h W W Ó n P~coaociaI de Farnac&ependientes en barrios popularee de le Ciudad de México", México, DF. 1997-1998. "O. Milanese, E.; Merlo, R. & Machín, J., que p r & e q (Z), M, c m c , México,2000, pp. 146-156. 14' Esta elección se fundamenta en que: (i) El suhimimto y malestar social asociados al uso de sustan& 5m pmblemas de minorías, y &as minorías se ponen el dyetivo de contener y curar los problemas de las primeras. (ii) La @oda y la prddica de las minodas activas ha demostrado su capacidad de influencia s a h la mayoria. Cf.Moscovici, Sere,Psicología de Ias M h a r h Actizaasi Morata, Madrid, Espaila, 11981.

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licaaos. Sin embargo, para dismmw la cuyos resultaa estigrnatización que produce la CL, es necesario incidir en un cambio en la política de drogas porque gran parte de la estrategia "preventiva" oficial está basada en la producción de un estigma sobre el usuario y en la creación de múltiples formas de ilegalidad. Así, la propuesta cobró también una dimensión macrosocial y, por ende, p01ítica.l~~

Al paser del nivel de la comunidad local al de las políticas públicas, podemos observar cómo las lógicas son is~mórficasl~~ entre sí. Por ejemplo, el binornio "Juventud y adicciones" como representación social, a semejanza de la comunidad local, es uno de los ejes principales de la relación del Estado con las y los jóvenes (principalmente de ambientes urbano populares): vemos, por ejemplo, cómo desde principios del siglo pasado se va creando una figura estigmatizada de los coflsumidores, calificados como vagos, rateros, agresivos, viciosos.145De manera similar a como en los Estados Unidos, la política prohibicionista se fue edificando sobre bases racistas,146en la Milanese, E., Merlo, & $r Laffay, B., P r m m d n y cura de k f a m l í q 3 e n d m c i a . Uria fwopuesta w m u n i ~Plaza , y Valdés, Cesitro Cántars de Formación. México, 2Q02, pp. 211-231. Sin dejar ds realjzar intervenciones en a.Por ejemplo, actualmente se ha iniciado un proyecto de investigauón en la acción sobre reducción del daño en un contexto especialmente interesante y compiejo: una u del Centro Histórico de la Ciudad de México, que representa simbólicamente el corazón mismo de nuestro país, En esta coloda encontramos un sistema regido por la más cruda lógica del mercado: las reglas de relaca5nson la competencia despiada (especialmente entre grupos rivales, encarnada en una disputa permanente entre los líderes) y todo se compra y vende (armas, drogas, sexo, seguidad, etcétera). Así, la organización social está presidida por una administración pública corrompida en algunos de sus cuadros, en donde están presentes y en fundones grupas organizados dedicados a la eqlotadhn s e x d comercial adulta e infantil, al asalto, el tráfico de armas, drogas, etcétera. Pem, sobre todo, las todo intento anterior de cambiar a l p o s aspectos de L m i m ha culminado en fracaso. A partir de un diagnóstico preliminar, ha quedado claro que pensar en promover procesas de rehabilitación al interior de este mismo contexto es ilusorio, y que suponer que las personixs que presiden el control de esta nvan a permanecer pasivas ante maariiiciativade interwención comunitaria que pretenda modificar las reglas de convivencia, no es sólo flusmiosino la muerte. En este sentido, se están diseñando estrategias de intervencíh de reducción del daño, que perturben poco el sistema. Otro proyecto de investigaciónen la acción que se iniciará en b m e es el de prevención y reducción del daño en contextos escolares. Cf.Machh, Juan & Molina, Hugo. Principios de mefageofisica.~ A MMéxico, . D.F.,1987. Prstorga, Luis, El &gEo de las drogas, Ecpasa Calpe, México.1996. La primera ley estadounidense antidroga fue la Ordenanza de 1875, San Prancisco, que prohibfa fumar opio y que fue aprobada por el temor a que chinosengañaranen los "haderad' y llevaran B la pmiicií5n a mujeres blancas. La c o a h a fue prohibida por 'el temor a que las mujeres blm& fuman violadas por los "Negro Cocaine Frimds" o a los " C o ~ d ~ N i g g e r s "

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seno, al que califica como "complejo problema de salud pública".la Este programa es resultado de la "consulta" que el Consejo Nacional Contra las Adicciones (CONADIC) realizó entre diversas instituciones, organismos y grupos de los sectores público, privado y social. En el Centro Cáritas de Formación, a través de un mecanismo apresurado de consulta vía electrónica con otras redes y organizaciones, construimos un documento (cf. Anexo 3) de consenso que presentamos al CONADIC en respuesta a su solicitud expresa de chentarios al Programa contra la Farmacodependencia y, posteriormente, en una mesa de diálogo político.161Sin embargo, pese acusamos recibo muy amablemente e incluimos en la lista de participantes del documento final, no fueron tomadas en cuenta nuestras principales sugerencias. Por ejemplo, la necesidad de "introducir la reducción del daiío en todos los ámbitos del documento" y esto, a pesar de que el Programa Nacional de Salud 2001-2006, plantea como "una de sus acciones prioritarias combatir los problemas derivados de las adicciones, mejorando la salud integral de los mexicanos". De esta forma, al considerar que "la farmacodependencia es de las adicciones que más preocupa a la sociedad, principalmente por sus efectos en la juventud y porque afecta de manera sensible no sólo al individuo consumidor, sino al tejido social en su conjunto", en cierta manera el gobierno federal pone el caballo detrás de la carreta: en gran medida la ,política pública en referencia a la farrnacodependencia es la que tiene efectos negativos. b m, b umr-.d-n

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¿POR QUÉ NO SE ACEPTA UNA POLÍTICA QUE INCLUYA ESTRATEGIAS DE REDUCCIÓNDEL DAÑO? Porque implica reconocer un fracaso de la omnipotencia imaginaria de los políticos de acabar con todas las dependenciasy con todas las drogas (1Lícitas) y renunciar, por tanto, al pa~adigmadominante?62Implica además un

CONADIC, Programa contra la farmacodependeprcia, CONADIC, México,2001. 161AA.V.V.,Didogos. Desmolla de la Jusentud,m Juventud y Desarrollo, México,2002. 1" Ya que, como dice Romaní, "si nos los tomamos en serio [a lw h S s e c t o r e s que plantean las políticas de reducción de riesgos o de daños], el desarrollo de su 16gicallevaria a cuestionar los modelos hegemónicos de las drogas" (Romaní,Oriol, op. cit., p. 181) o,como afima MmW, ' "El modelo de reducción del daño es una alternativa de salud pública, &ente a los ao&l.los moraiista/rriminaüsta y de enfermedad del consumo y a daño, con sus raíces filosóficas en el pragmatismo y su compatib pública, ofrece una altemativa práctica a los mo de los partidarios del modelo moralis& o ilegal, y abogan por la reducci !defensoresde la reducción del d ha* lasconsecuenciaso efectos

Exper4enclas

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cuestionamiento de las estrategias mismas de prevención que están orientadas al intento de "quitar placer" al consumo mediante la estigmatzación del Es dar0 que cuando criticamos el paradigma kgembnico no estamos afiraianclo que deben desaparecer por completo bs mecanismos de control socid o que el abuso de ciertas sustancias no tenga efectos negat i v o ~ >&c. ~ Serían otras tantas simplificaciones. Lo que proponemos es que hvancenas hacia "una mayor comprnsi6n de los h6menos involucrados y promover una aproximación m& humana, orientada socialmente y, sobre todo, más eficiente, donde el primer in&w& es el proteger la salud de los U S U ~ ~ Cy M mejorar la realidad p s i ~ o s o d f l . ~

UNA PROPUESTA DE REALISMO ECOL~GICOPARA EL CONTEXTO A partir de consideraciones como la anterior, una propuesta de política de drogas se debe pensar ecológicamente en términos de control y seguridad.

mente en t&rninos de ser d&w o M e s al e m d a r y al esto de P wx5ed:aid; y no partiendo de la base de ser una conducta conoiderada en sf misma m emmech o errónea" (MarIatt, Allan, Reducndn de tiaño: P&&pim y estrategias básicas, 1997). la Estas campaiias producen precisamente estigmatización,no prevemih. El e m r estB en el h& de pensar e apkew un wtígaa sea un prodimiento que puqie f u n m de cualquier manera y m re cua1qu.k persona y 10 qxe prmiuw muy 'a menudo?eg sl ,&do ctmfxh rio de reforza la misma identidad, pertenenciayphcet; tnm&mhd&eadWI-t immad~, en indicacioneg o psdpciones veladas de trasgreW15n E?.; W o , R hb: M* J,. , ,

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de drogadicuth ocasipar sí misnia y par 1m nomas jddict18 vigerites (sihiarrih de ilegalidad), respecto al &pn%&no el cuai 6 t a se e (del p ~ d - 8 a la

Es evidente, pues, que sólo un cambio radical de la política y de los modelos da atención que confoman en gran medida la constitución social del fenómeno, puede permitir una mejoría de la situación de daño y sufrimiento mo ocasiona. Algunos de los elementos que pensamos deben inse en b s razonarrli.entos de una política alternativa son los siguientes: 1. Se debe detener la guerra contra las drogas y enfocar las políticas públicas más a las necesidades de reducir el daño personal y social y a la prevención, traducido, también, en términos financieros. Es decir, se debe desplazar de una política de "guerra a las drogas" hacia una "política humana de drogas" a nivel global, Así, creemos, deben implementarse estrategias para: (a) la prevención y reducción del daño; (6) el cambio en la construcción social, cultural y jurídica que identifica el fenómeno y, a veces, lo sostienen y lo amplían;167(c) brindar espacios de cura, rehabilitación y prevención para contener la demanda; y (d) búsqueda de alternativas de política legislativa orientadas a la descrimin&ación y legalización controlada, acompañadas por esfuerzos serios de prevención.'@ 2. El lugar de la intervención (prevención-reducción del daño-tratamiento) es sobre la trama simbólica de las relaciones, ya que allí se da el pasaje de las representaciones sociales a la construcción social de la exclusión. Es decir, la conducta de~viadacomo fenómeno colectivo es, principalmente, una construcdón ~ 0 c i a l . lEl~ ~cambio de las representaciones de la conducta desviada que hacen los grupos sociales tiene principalmente una función simbólica.170

de Organizacionesque Intervienenen Situacionesde SufrimientoSocial a través por ejemplo, la diccusión pública sobre el tema, superar estigmas y prejuia de las dependencias a las drogas legales, como el alcohol y el tabaco, arrollamos más aquí este tema porque nos aleja del objetivo planteado, pero remititor interesado a Los excelentes textos de Ambos Kai. Op. cit., pp. 154-165, Escohotado, Op. cit., pp. 1136-1169 y Savater, Fernando, Ética como valor propio, Conacultari, México, D.F., 1991, pp. 13-31. En especial, se retoma el ejemplo histórico de la la Ley Volstead (másconoada como la "Ley Seca") en Estados Unidos. Ley que no logró erradicar el acoholismo ni "cerrar las puertas del infierno" como había prometido el senador A. Volstead (Escohotado, Antonio, op. cit., p. 648) pero que produjo el &en o%&La referencia es la crirninología crítica, del interaccionismosimbólico y de la soci010&~& lrn C'f. entre otros E. Goffman, . b presentación de la persona en la vi& cotidh-ma, ~mm;j;! Buenos Aires, Argentina, 1997.

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ANEXO 1

DATOS SOBRE LOS AUTORES Juan Machúi: Director General del Centro Cáritas de Formación para k Atención de las Fmacudependenciac y Situaciones Críticas Asociadas G C Presidente Fundador de Cultura Joven A.C. y miembro del Consejo Direc tivo del Centro Juvenil Promoción Integral. Joaquín del Bosque: Coordinador Interinstitucional del Centro Cáritas de Formación para la Atención de las Farmacodependencias y Situaciones Críticas Asociadas A.C., Fundador y Director General de Hogar Integral de Juventud, Presidente de la Federación Mexicana de Comunidades Terapkuticas, Vocal de la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas. Manuel Velasco: Coordinador Académico del Centro Cáritas de Formación para la Atención de las Farmacodependencias y Situaciones Críticas Asociadas A.C. y Director del Centro de Formación Familiar María Dolores Leal. Simón Tavera: Formador en el Centro Cáritas de Formación para la Atención de las Farmacodependencias y Situaciones críticas' Asociadas A.C. y Responsable de Investigación, Formación y Difusión de Hogar Integral de Juventud.

Segundo Semlnarlo ds Expertos

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ANEXO 2

1 financiero de Cáritas Alemana y la Unián Europea, de 1995 a 1998, bajo la conducción de Efrem Milanese y la asesoda de Brigitte Laffay y Roberto Merlo, se desarrolló el proyecto de investigación y un proceso complejo de articulación más profunda y sistemática que da como resultado la creación, por un lado, de una coordinación interimtitucional estable y, por el otro, de un modelo de p r e v e d n , reducción del daño y tratamiento denominado EC02 (Epistemología de la complejidad, ética y comunitaria), así como de formación de agentes que realizan estas tareas. A partir de esta experiencia se conformó, nuevamente con el apoyo de Cáritas Alemana, el Centro Cáritas de Formación para la Atencibn de las Farmacodependeneias y Situaciones Críticas Asociadas, que en el año 2000 inició formalmente adividades con dos diplomados y un posgrado universitario, reconocido por la Universidad Salesiana y registrado ante el Consejo Nacional de Ciencia y

ln Hogar Integral de Juventud es una institucióncuyo trabajo pionero confam se remonta a 1972. En 1982 se funda el Centro Juvenil de Promoción Integal y des mantiene una r&a6n estrecha con Hogar Integral.En 1987 surge Cultura Jovefi,en

contado con las instituciones anteriores. Experlenclas

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1. El Centro Cfultas de formaciónpara la atendónde las famacodependendasy situaames

crítica9 asociadas A.C. es un espacio de formación que es resultado de un proceso de coordina-

,

ción interinstlt.Ucionalconvocado y coordinado por Cáritas Arquidickesis de M&CO can tres o ~ a m e no s gubernamenkak Hogar Integral de Juventud, Gen. f u v d de P m o a&nI n t m y 4 2 u i W o v m 2. La Coalición de m g a c i o n e 8 j u v d e s para la prevencibn de a @nticeMs m d A w es una red nathmd de 70w-mu jttwniles que suge ea P W , a d ecmmto de la Sqpmda í2odk-a B i n a c i d M&-B&BM Un& dos sobre 6le la demanda de drogas 3. La FederacibnMexide O s r n d & Terapéuticas, A.C. (mmam)es una red naaonal codtuida iegalmente en el &o 2000. Segundo Seminarlo de Expapertos

l gral de drogas y, en cambio, se hace un planteamiento reducciónista del fenómeno y predomina el modelo médico como eje central del abordaje de la política de drogas, y deja de lado muchos otros elementos, como los econÓ~nicos,~~~ sociuculturales y políticos. De la misma manera, a menudo, en los cursos para que se imparten en los distintos modelos de intervención sólo se da información, no se an&a contextualmente el consumo de drogas para que se llegue a una reflexión que haga sentido a las personas y gniP0S2. Las políticas públicas necesitan, sobre todo, desplazarse de la represión a la prevención y la reducción del daño. Es decir, se debe desplazar la "política de guerra a las drogas" hacia una "política humana de drogas". Esto implica que el ser hwnano y su entorno tienen que ser puestos en el centro de cada política de droga: los derechos humanos, la voluntad de los afectados y el medio ambiente tienen que ser respetados. Implica, ashismo, enfocar las políticas públicas más a las necesidades de reducir el daño personal y social y a la prevención, traducido, también, en términos financieros. Pensamos que es necesario introducir la reducción del daño en todos los ámbitos del documento. Percibimos que en el documento no se marca una línea de diferenciación clara entre la delincuencia y la farmacodepedencia y, entonces, propuestas como el objetivo particular 8 (página 76) de crear un sistema nacional para la identificación de usuarios y adictos a drogas, se puede convertir en una propuesta de fichar a las personas y una violación a sus derechos humanos. En ese sentido pensamos que la Comisión Nacional de Derechos Humanos debería integrarse al Consejo Nacional contra las Adicciones y revisar el documento desde esa perspectiva.

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3. Las políticas públicas no se pueden homogeneizar, se deben respetar las partidaridades. Esto implica un desarrollo de políticas de droga desde abajo hacia arriba, o sea, en un proceso que vaya de la comunidad local, a la región, al nivel nacional. Implica, asimismo,

Una política pública de droga nunca ocurre en un vacío social:así se tiene que considerar, por ejemplo, el creciente empobrecimiento de la población. En general los progamas que se describen desde las instancias gubernamentales involucran la participación de la comunidad, pero siguen centrando la responsabilidad individual del consumo de &agas, Esto es, se responsabiliza a la persona de su propio deterioro, se culpa a las y los jóvenes por no estudiar, por no trabajar, por consumir drogas, por delinquir, etcétera. Sin embargo, no se analizan las estructuras socioeconómicasque evidencian la responsabilidad de la sociedad en su conjunto.

Experiencias

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las desigualdades en

F!J Estado debe considerar a las y los j6venes

m un dable

tad6n a loa can-hbs acelerados de nuestiempos. Se debe apoyar las expmienciaa de xrolunkríado j u d j 1 7 s como m eje central de li19 politicas: públicas, con los siguientes objetivos principales: a) La pwticipauóri juvenil e n gran s a l a represntda un aporte

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1" Retomamos a p o 'km@ ~ de Pérez Islas, José (coord.),Jáum e insfrhrnones en M&n'co. 19942000,instituto Mexicano de la Juventud, México, 2000, Cordera, Rafael et d. (mord.), Méxia, loaen. Pdfticas y propuestas para la d&cus&, UNA% M&to, 1996, A.A.V.V. (CELADE), "JuvPobhabny Desarrollo en América Latina y el Caribe", CBPAL, México, 2000,RA.V.V. (cxv);'A&k& y J~i.umhrd m A m W Latina y el Cmibe: p m b k , oportuni~sy desafios en el c&u) de un num siglo, AL, Chile, 2000.

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cuantitativa y eualitatkamentie ~&gr&~ativo en los progamas de progremas de p ~ m d h 2á9 a&&nes. b) Se Wdiiía si@cativmente en el cmMa & las repmsmtaciones soddes predo.< minantes m relacidn con y 108 jóvenes. I

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5. El papel principal de las instancia delgpMeffi0 federales, estatales la reladón cm la aoc&dd civil debedan eoncmy &dpde~ &a'fmen -&&as proiéewa .de-T 6x1& ~ U ' t u d m d I : h c L á n , artidadón, así cm6 Jhmhi-a de '. progre-cfos de argankaciolzes civiles y ~ven.&bs..papel 'delas srI gmdzacirones de la sociedad civil q.Cad&& pueden ser resp m a b l e s > d e lseguimh.to y i e v a l a ~ a bde 1a.t~pmlf&wr 10s progrsunas y pf"o,yectosIasi a m o p"lr,d*m t a s ~ r n m W Wf!&nhs. Por S U , en& toda9 loa a-rn~*be w&.tir una ildda,

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