4 th International Conference on Earth Science & Climate Change ( 4ª Conferencia Internacional sobre las Ciencias de la Tierra y el Cambio Climático)
Alicante (Spagna), 16 ÷ 18 de Junio de 2015
Recuperación de la Agricultura y de la Biodiversidad para la protección del clima Secretario General del CIFA – Centro Internacional de Investigación sobre los Factores Ambientales – Bellinzona (Suiza) -
Durante las últimas tres décadas se ha hablado mucho, en todos los niveles, del problema del cambio climático, y la medida en la que esto se debe a factores naturales y/o antrópico. Más allá de esto, que, sin embargo, es una cuestión importante y a que se podría responder aun suponiendo un concurso de factores tanto natural como artificial, es tener en cuenta que el clima de nuestro Planeta, incluso en tiempos históricos, ha sufrido muchos significativo y algunas veces repentinos cambios, aún cuando no haya sido posible atribuyen a estos una competencia importante de las actividades humanas. Sin embargo, un hecho nuevo con respecto a los últimos siglos, y muy importante, es que el cambio en curso podría tener un impacto mucho mayor que antes sobre la Humanidad. Por ejemplo, cuando los océanos aumentarán en el nivel, no van a ser los más afectados por esto unos cuantos millones de personas que viven en ciudades costeras pequeñas o medianas, sino miles de millones, y su migración hacia las zonas más internas de los continentes aparecería como un éxodo sin precedentes en la historia de la Humanidad. Otro ejemplo, es que los cambios en el clima están cambiando no sólo la productividad agrícola en muchas regiones del Planeta, sino también el valor nutricional de algunas especies cultivadas: en los últimos tiempos se ha puesto de relieve una caída significativa del poder nutricional del arroz coltivanto en el Lejano Oriente, lo que podría dar lugar a un déficit nutricional grave para dos mil millones de personas. Por supuesto, es necesario proporcionar a que la componente antropogénica del cambio climático causado por la introducción de gases de efecto invernadero en la atmósfera se limita al mínimo; pero hay otros factores importantes de origen antropogénico, que deben ser comprobadas. Entre ellas se encuentra la modificación de la situación de la cobertura de los suelos. En el mundo, especialmente en los últimos siglos, una parte importante de la cobertura forestal ha sido destruida para dar paso a los cultivos. Con el tiempo, este tipo de suelos cultivados - sobre todo en los últimos 50 años como resultado de las técnicas de agricultura intensiva - se han agotado; otros han sido afectados por los fenómenos de contaminación para las actividades industriales u otro. Una parte de los suelos ha sufrido un proceso de desertificación, aunque muchas zonas desérticas han comenzado a expandirse, presumiblemente por factores naturales, en la antigüedad, como es el caso del desierto del norte de África y el árabe. En la actualidad, por lo tanto, en el mundo tenemos vastas zonas desertificadas o cuya fertilidad se redujo drásticamente. Acerca de una cuantificación de estos fenómenos, es bastante incierta, debido a que diferentes fuentes dan valores también muy diferente. Sin embargo, los valores que se reportan son, en promedio, los siguientes:
Área total de las tierras surgidas:
14,9×109 ha
Área total de tierras aptas para el cultivo:
4,4×109 ha
Área total de las tierras cultivadas:
0,7÷1,6×109 ha
30 %
9
8%
Área total de las tierras cultivables, pero sin cultivar:
2,8÷3,7×10 ha
22 %
Área total de bosques y selvas:
4×109 ha
27 % 9
Área total de los desiertos o desertificadas:
3,9÷5,2×10 ha
Área total urbanizada:
2%
9
11 %
0,26×10 ha
Área total de montañas, hielada u otro:
31 %
9
1,69×10 ha
Gualiero A.N. Valeri “Recuperación de Agricultura y Biodiversidad para la protección del Clima ”, San Pietroburgo, 23/11/2014-Lugano, 13/6/2015
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Figura 1 - Uso de los suelos en el mundo, aproximadamente Como es sabido, la diferente cobertura vegetal del suelo también afecta de manera significativa la cantidad de radiación solar reflejada y/o absorbida. La presencia de una cubierta vegetal también evita la erosión del suelo y regula la evaporación de agua del suelo. En general, podemos decir que una fuerte vegetación absorbe gran parte (desde 40 a 50%) en la banda espectral del rojo y del infrarrojo cercano, mientras que la reflexión general varía entre el 50%, hasta llegar a un 85% para una fuerte cobertura de múltiples capas de vegetación, como en el caso de un bosque tropical. Un suelo desnudo, y formado a partir de partículas finas, sin embargo, es altamente reflectante; al mismo tiempo, un suelo tal tiene una fuerte conductividad térmica, y tiende a sobrecalentarse, formando una capa de aire caliente de arriba a ello. Es claro que tales condiciones pueden afectar en gran medida el clima; cuando las áreas interesadas tienes la anchura se ha descrito anteriormente, que pueden resumirse en un 31% de área de desierto o desertificadas, y 22% no cultivadas o semi-abandonadas, así que un 53% de la superficie de la tierra es desnuda o cubierta solo por una mala vegetación, podemos decir que este es un fenómeno que impacta fuertemente sobre el clima, probablemente no hasta el punto de no ser mucho menor que la subida de la concentración de los gases de efecto invernadero, o del cambios en la actividad solar. Esto es, sin embargo, también un factor sobre el que podría ser tomadas acciónes con planes sistemáticos coordinados a nivel mundial. Si se hiciera una asignación más precisa de las actitudes de los suelos - como se hizo en los Estados Unidos se podría pensar de una racionalización del uso de la mismos suelos, tratando de dedicar a los agrícolas aquellos con actitudes más culturales, mientras dedicar los menos utilizable a la reforestación; junto a los beneficios sociales y económicos, a los ambientales para la preservación de la biodiversidad, así como una mayor fijación del dióxido de carbono producido por las actividades humanas, también beneficiará al clima, no sólo a nivel local, sino a nivel mundial. Esto, con una acción sistemática, ya al día de hoy es posible. Experimentos realizados es. por el prof. Venancio Vallerani y colaboradores, en los años pasado, llevó a la recuperación de aproximadamente 200.000 hectáreas de desierto en África y de 3.200 en China. Incluso los suelos contaminados por metales pesados o sustancias orgánicas tóxicas pueden ser tratados por la recuperación de la fertilidad: especies de plantas específicas pueden, como es sabido, absorber los metales pesados del suelo, con la deconntaminación de lo mismo. Algunas especies bacterianas son capaces de oxidar los residuos de hidrocarburos a ácidos grasos; otros pueden, en condiciones apropiadas, degradar sustancias orgánicas tóxicas presentes en los suelos. Algunas especies de plantas más que otras, también, puede - por medio del aparato radical lábil - generan una gran cantidad de biomasa hypogea (por ejemplo, las hayas tiene 40% de la biomasa como sistema de raíces bajo tierra;
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y también algunas especies herbácea puede hacer una contribución significativa); después esta biomasa hypogea se convierte en humus, a promover la recuperación de la fertilidad. Si asumimos que ser capaz de restaurar las actividades agriculas, o una cubierta forestal, en los 50% de los suelos actualmente desierto, y asignar un 50% de los suelos regenerados a la reforestación y un 50% a la agricultura, y con la recuperación de las tierras cultivables pero sin cultivar por el 50% a la reforestación y un 50% a la agricultura, podemos esperar de llegar a una nueva situación de esta manera:
Actualmente
Mirando hacia el futuro
Porcentaje de tierras cultivadas:
8%
26 %
Porcentaje de tierras forestales y bosques:
27 %
45 %
Porcentaje de desierto:
31 %
15 %
Porcentaje de área urbanizada:
2%
2%
Porcentaje de tierras montañosa, hielada u otro:
11 %
11 %
Así tendríamos una triplicación de las tierras cultivables - que también resolvería el problema de la escasez mundial de alimentos y la sobreexplotación de la tierra - y la casi duplicación de los bosques, con una importante contribución a la recuperación de la biodiversidad.
Figura 2 - Uso de los suelos en el mundo, con una hipótesis de recuperación Es esta una hipótesis que necesita más estudios y sistemáticos continente a continente, y un país a país, pero es extremadamente atractiva. Al lado de los fenómenos descritos anteriormente (reflexión y absorción de la radiación solar, el efecto sobre la absorción de agua de lluvia por los suelos y la erosión de los mismos), también, y no menos importante, es profundizar en el efecto que puede tener algunas especies de plantas más de otras sobre las cargas eléctricas en la atmósfera, de que podría derivar una acción en la formación o no de precipitaciones. Si consideramos el caso de la parte sur de los Alpes, observamos que allí el aire cálido y húmedo de la zona mediterránea tiende a subir y enfriarse para la expansión adiabática, y en estas áreas se observa lluvias frecuentes debido a la condensación de la humedad del aire. En zonas como las que rodean el Golfo Pérsico, observamos, sin embargo, después de la puesta del sol, la formación, a una cierta altura (desde 800 a 1.000 m sobre el nivel del mar, y más) de una capa de niebla, e incluso el aire en el suelo se mantiene a temperaturas elevadas (alrededor de 30°C) y se satura con humedad, pero no se produce la condensación. Gualiero A.N. Valeri “Recuperación de Agricultura y Biodiversidad para la protección del Clima ”, San Pietroburgo, 23/11/2014-Lugano, 13/6/2015
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Figura 3 - Estado de los suelos en el mundo Podemos ver en esto también un efecto de la vegetación: especialmente en ciertas condiciones climáticas, el gradiente del potencial eléctrico en la atmósfera es muy alto, del orden de varios miles de voltios por metro. En tales condiciones, especies de árboles como las coníferas, con hojas puntiagudas o aciculadas, puede emitir flujos de cargas eléctricas negativas (como una descarga corona), lo que podría favorecer la condensación de gotas de agua, con carga positiva, que no puede unirse para repulsión mutua, no diferente a lo que vemos suceder en la industria cuando desglosamos nieblas o humos. En las zonas tropicales, la conífera generalmente no se adapta a establecerse, pero algunas especies de palma puede tener un igual efecto. En este sentido, la cobertura de árboles, especialmente en el clima seco subtropical o tropical, podría tener un efecto positivo sobre en las precipitaciones, lo que favorecería la recuperación de las zonas agrícolas y forestales, así como una mejora en el clima de las mismas. En este sentido, es muy importante estudiar cuidadosamente los beneficios que se derivarían de una alternancia calculada de áreas dedicadas al cultivo y intervalos boscosos. A los efectos de un plan internacional de estudio, recalificación y recuperación de los suelos, se debe prestar especial atención a un cambio del tipo de técnicas agrícolas utilizadas hasta ahora, da de tipo industrial y que està caracterizada por un fuerte uso de la tierra (desde llega la pérdida la fertilidad y la desertificación) a un nuevo modelo de “agricultura sostenible”, con un mayor peso de las explotaciones de tipo familiar y técnicas agrícolas desarrolladas con la mejoria y el desarollo más cuidado de los métodos como la agricultura biodinámica y similares. No hay que olvidar que, en las últimas décadas, se ha centrado en gran medida en el desarrollo de sistemas para el riego de cultivos para aumentar la productividad, pero esto, además de aumentar considerablemente el consumo de agua por la agricultura - y en consecuencia la el consumo de energía - ha dañado muchos suelos, hasta el punto que, hoy, podemos dar un 20 hasta un 30% del daño a los suelos por el riego excesivo. En conclusión, la recuperación y la rehabilitación de muchas áreas desertificadas agrícolas o abandonados no sólo darían una contribución positiva y significativa acerca de lo que se expresa más arriba, sino también evitarían los efectos adversos sobre las comunidades humanas como resultado de una disminución en la disponibilidad de alimentos determinada por las variaciones climáticas, tanto contrastando fenómenos que harían difícil permanecer las comunidades humanas, tales como es el cambio del microclima, las inundaciones, los deslizamientos de tierra, la disminución de la disponibilidad o la contaminación de los recursos hídricos. Complementaria e indispensable para los expuestos, es la correcta gestión de los recursos hídricos tanto regimando las aguas, tanto por la mejora de su uso, tanto mediante la prevención de la contaminación.
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A nivel experimental, en este momento, el C.I.F.A. (Bellinzona, Suiza), junto con la Montevenda Engineering International Association (Lugano, Suiza), la Universidad Estatal de Bolívar (Guaranda, Ecuador) y el Parlamento de del Mediterráneo/Agencia de Medio Ambiente, están trabajando juntos para poner en marcha una primera campaña de diagnóstico y recuperación ambiental de la Provincia de Bolívar (Ecuador), donde las técnicas de deforestación y la agricultura inadecuada, en los últimos cinco siglos, han producido la destrucción del original bosque de altura (ahora convertido en Páramo), la pérdida de la fertilidad del suelo con una erosión intensa, problemas toxicológico y de salud en general de los habitantes para la reaparición de la antigua ceniza volcánica del volcàn Chimborazo con la absorción de metales pesados a través de la cadena alimentaria y por medio de las aguas.
Figura 4 – La ciudad de Guaranda y el volcàn Chimborazo (Ecuador) El animus de lo que nosotros llamamos el “Proyecto Guaranda”, es un primer ensayo de técnicas de diagnóstico y recuperación ambiental a gran escala, para extenderla despuès, a través de una red de colaboración internacionales, a otras regiones y países con problemas de recuperación de la agricultura, de la biodiversidad y del clima.
Lugano, 13 de Junio de 2015 CI FA - In te r n at i o n al Co mmi tt é e for R e s ea rc h a nd Stu dy o n E nvi ron m en ta l F a c t o rs G u a l t i e ro A . N . Va l e r i – S e c re t á r i o G e n e r a l Via Lugano, 4 - 6500 Bellinzona (Suiza) Movíl +41/78/824.26.22 (Suiza) - +39/349/7606.202 (Italia) - +593/969/137.685 (Ecuador) e-mail:
[email protected] Web: www.cifafondation.org
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