Recorriendo la topografía de lo popular: una mirada socio-histórica para el análisis de las músicas populares y su rol en la construcción de hegemonía

July 17, 2017 | Autor: S. Palominos Mand... | Categoría: Cultural Studies, Popular Music Studies, Sociology of Music, Estudios Culturales, Música Popular
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Recorriendo la topografía de lo popular: una mirada sociohistórica para el análisis de las músicas populares y su rol en la construcción de hegemonía SIMÓN PALOMINOS MANDIOLA Asociación Chilena de Estudios en Música Popular (ASEMPCh) [email protected]

Resumen La presente ponencia aborda la aparente polisemia que presenta la noción de lo popular, y se propone como objetivo la identificación de los principales elementos teóricos y sociohistóricos que contribuyen a su definición en el campo cultural latinoamericano. Para ello, se presentará una lectura topográfica en la que lo popular constituye un espacio simbólico en el que múltiples agentes entran en relación y establecen intercambios en la construcción de hegemonía dentro de nuestras sociedades. Finalmente, exploraremos las potencialidades del uso de la definición topográfica de lo popular en los estudios culturales sobre músicas populares, recorriendo algunos ejemplos históricos particulares, así como proyectando su uso a nuevos objetos de estudio que nos permitan revisar las propuestas y desarrollar nuevas interrogantes. Abstract This presentation addresses the apparent polysemy of the concept of popular, and aims to identify the main theoretical and socio-historical elements that contribute to its definition in the Latin American cultural field. To achieve that, we will propose a topographic interpretation in which popular constitutes a symbolic space where multiple agents relate and establish exchanges in the building of hegemony in our societies. Finally, we will explore the potential of the topographic definition of popular in the cultural studies on popular music, reviewing some particular historical examples as well as projecting its use towards new objects that will allow us to discuss the proposal and develop new questions.

Introducción En el devenir histórico de Chile durante el siglo XX, la noción de lo popular ha sido moneda corriente, constituyendo un concepto transversal con diversos usos y apropiaciones, permitiéndonos denominar tanto períodos socio-históricos determinados así como manifestaciones particulares de agencias de los más diversos grupos sociales.

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Si bien es posible rastrear su presencia en el mundo académico nacional y latinoamericano al menos desde comienzos del siglo pasado, el abordaje sistemático de lo popular como objeto de estudio se retoma con fuerza a partir las décadas de 1970 y 1980 (Illanes 2002). Las investigaciones desarrolladas desde aquellos años, si son miradas desde una posición que sistematice sus hallazgos, nos muestran que lo popular ha asumido diversos significados, privilegiando la denominación de distintos actores y procesos sociales. Esta pluralidad de significaciones implica perspectivas epistemológicas, sociales, y políticas determinadas; a veces complementarias, otras veces en oposición. En consecuencia, la presente ponencia tiene como objetivo identificar algunos de los principales elementos socio-históricos que contribuyen a la construcción de la idea de lo popular.

Como

veremos,

los

elementos

constitutivos

del

concepto

establecen

correspondencias con los diversos campos de la vida social –cultural, económico, político–. No obstante, propondremos que el concepto tiene eficacia específica dentro del campo cultural, pues es una herramienta utilizada en la construcción de hegemonía por los distintos agentes que lo ponen en juego. Para ello, ofreceremos una definición topográfica de lo popular, la que será una herramienta epistemológica destinada a facilitar el abordaje de nuevos fenómenos relacionados con las culturas populares. I. Explorando el concepto de lo popular: sistematizando sus significaciones históricas A continuación, revisaremos las principales significaciones que sedimentan en el uso histórico de la idea de lo popular. En este sentido, en las sociedades latinoamericanas es posible identificar cuatro elementos conceptuales alrededor de los cuales se ha desarrollado históricamente dicha noción (Palominos 2011). Cabe destacar que estos elementos constituyen tipos ideales, ejes conceptuales derivados de un proceso de abstracción analítica, por lo que en cada período histórico es posible identificar una combinación particular de los mismos. No obstante lo anterior, creemos que la propuesta de sistematización aquí presentada permite ordenar la información disponible y promueve la formulación de interesantes preguntas que deriven en nuevas líneas de investigación. Los elementos identificados son los siguientes:

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1. Lo popular como espacio de la tradición en oposición a la modernidad: Esta concepción, derivada del folklore y en directa relación con la antropología, tiende a pensar lo popular a partir de un repertorio de elementos estables alejados de los núcleos de modernización, cercanos a la tradición y el ritual, y en oposición a la autonomía del arte como manifestación moderna y hegemónica (García Canclini 2001). Esta noción se elabora desde las corrientes románticas –donde un referente ineludible es la obra de Johann Gottfried Von Herder– de los siglos XVII y XVIII, donde aparece como respuesta a los rápidos cambios introducidos por la industrialización y urbanización (Green 1997), configurando un espacio cultural marginal al racionalismo ilustrado que encuentra en lo popular un “espacio de creatividad, de actividad y de producción” (Martín Barbero 1987: 18). No obstante, su uso político elaboró en base a ella una imagen estática del pueblo que alimentó proyectos de construcción nacional tradicionales, como se describe en el punto 3. 2. Lo popular como sujeto histórico: En este polo, lo popular aparece como denominación de los grupos subalternos de la sociedad –campesinos, indígenas, negros, mestizos; posteriormente mineros, portuarios, obreros y marginalidad urbana–. Evoluciona desde las nociones coloniales de plebe y bajo pueblo (Estenssoro 1997) y culmina en la constitución, desde la segunda mitad del siglo XIX, del pueblo como sujeto histórico con proyección política, el cual emerge a partir de los procesos de modernización de las sociedades latinoamericanas, siendo considerado como portador de un proyecto de transformación social (Grez 1997; Illanes 2002). En este sentido, lo popular es leído a partir de sus correspondencias con la noción de clase social, y sus relaciones con el naciente proletariado (Martín-Barbero 1987: 21), con determinados intereses en oposición a los de las élites y conteniendo un elemento potencialmente revolucionario. 3. Lo popular como legitimación de un orden político: Lo popular en este sentido se eleva como un elemento fundamental en la construcción identitaria que otorga sustento a la instalación de un ideario republicano y un orden social afín, como las repúblicas del siglo XIX (Martín-Barbero 1987) y el Estado Nacional-Popular del siglo XX (Di Tella 1970). Lo interesante de esta perspectiva es que si bien lo popular opera como legitimación del orden político –en términos del establecimiento de la fuente de la soberanía y del espíritu

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nacional– en la práctica, el sujeto popular es excluido de la participación en el mismo. Su incorporación sólo será posible como resultado de reformas estructurales llevadas a cabo durante el siglo XX –por ejemplo, mayor cobertura de educación, salud, vivienda, entre otras– y desarrolladas con el fin de sostener la legitimidad del modelo político. 4. Lo popular como lo masivo: Finalmente, en este polo lo popular aparece como un espacio cultural mediado por la alta penetración y recepción en las audiencias de las industrias culturales, en un contexto crecientemente urbano y modernizado, generando un proceso de democratización y vulgarización de la cultura de élite. Aquí, lo popular se encuentra en una tensión constante entre la reproducción de una ideología dominante (Adorno y Horkheimer 1987; Hoggart 1992) y la diversidad de la cultura popular (García Canclini 2001). Esta perspectiva suele reducir lo popular a un carácter pasivo, derivado de la consideración de que los sectores populares constituyen una masa sin proyecto (MartínBarbero 1987). En este escenario, se desarrollan transformaciones de la cultura popular que tensionan las posibilidades de democratización de las industrias culturales (Mattelart 1984). Esta posición es aparentemente contradictoria con el punto 1, puesto que aquí lo popular es visto como una construcción producida a partir de los medios de comunicación, logrando homogeneizar comportamientos, valores, gustos, patrones de consumo y expectativas de vida modernos y comunes para gran parte de la población (Santa Cruz y Santa Cruz 2005). Estas cuatro concepciones nos permiten delinear un panorama general al destacar determinados elementos que pueden ser considerados “populares”, posibilitando con ello su tematización, su estudio e incluso su movilización. Por ello, conllevan una determinada dimensión política, la cual tiene relación con los intereses que distintos agentes sociales impulsan, ya sea leyendo “externamente” lo popular o bien considerándose como parte del mismo espacio. II. Explorando la topografía de lo popular En efecto, planteamos que lo popular es un espacio. Definirlo como tal nos permite considerarlo como un recurso topográfico –lo popular en tanto espacio que habitan y por el cual circulan diversos agentes y repertorios simbólicos– y tropográfico –en dicho espacio

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se dan procesos de intercambios, mezclas, mestizajes e hibridaciones entre agentes y símbolos–. Lo popular adquiere, desde este punto de vista, un carácter analítico en el que se cruzan distintas dimensiones. El carácter multidimensional de lo popular se relaciona con la posible correspondencia histórica entre los elementos o ejes analíticos descritos –la tradición, el sujeto histórico, el proyecto político y la masividad– y la correspondencia estructural entre los distintos campos que componen el espacio social –campos político, económico, cultural–. Asimismo, y en referencia a los procesos de construcción y disputa por la hegemonía, diremos que lo popular es un espacio alo-hegemónico, un espacio de alteridad a las posiciones de poder; que si bien no garantiza la efectividad de un proceso contrahegemónico, al menos si presenta el potencial para ello por medio de intercambios simbólicos y procesos de mestizaje cultural. Como consecuencia, y siguiendo los planteamientos de Stuart Hall (1984), el espacio de lo popular no es estático, su carácter es contingente, y su estudio exige un permanente análisis en cada momento histórico, pues lo que es popular hoy podrá no serlo mañana. Hemos dicho que lo popular es un espacio, el cual difícilmente se ajusta a una representación unidireccional y binaria que oponga de manera polar al espacio de las élites con el de lo popular. Sin embargo, y tomando como hipótesis una relativa estabilidad histórica de las élites -especialmente en América Latina-, hemos ubicado este topos como un espacio en clausura, que comparte posiciones privilegiadas en los campos político, económico y cultural. Alrededor de este aparente núcleo estable, representamos lo popular como un espacio diverso, un amplio espectro de posiciones relacionadas también con los campos de la vida social, pero de un carácter –si se permite la expresión– marginal. Una marginalidad dada por la lejanía respecto a las posiciones de poder que aparecen “concentradas” en el espacio de las élites; dicho de otro modo, se trata de un espacio alohegemónico. La figura 1 presenta una representación gráfica de las ideas propuestas. Como hemos observado con anterioridad, estos planteamientos constituyen una herramienta analítica con la cual podemos mirar determinados procesos histórico-sociales. No aspira a ser un manual de instrucciones y está abierto a constantes modificaciones, tal como el objeto de estudio que pretende aprehender. En efecto, creemos que desde ya toda

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aplicación de este modelo conceptual debe estimar en qué medida lo popular articula de diversas maneras los elementos descritos. Figura 1. La topografía de lo popular.

III. El uso de la definición topográfica de lo popular en los estudios culturales sobre músicas populares Es posible revisar la pertinencia de las propuestas conceptuales aquí presentadas por medio de su aplicación en casos particulares que han alimentado nuestros planteamientos. De la misma manera, dichos casos son factibles de ser estudiados nuevamente con el modelo propuesto, provocando la constante reelaboración de las herramientas analíticas disponibles y promoviendo la constante y necesaria relación entre teoría y práctica.1 !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 1

Efectivamente, las ideas aquí presentadas están siendo activamente revisadas en el marco de mi investigación actual para la obtención del grado de Magíster en Estudios Latinoamericanos, en el Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

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La complejidad en los elementos que forman parte de lo popular no es una situación novedosa. En otro trabajo recientemente publicado (Palominos 2011) revisamos el proceso de construcción de lo popular a través de la agencia de las clases medias durante el período 1930-1960 mediante la definición institucional del folklore. En él, proponemos que –tras el aparente vacío de hegemonía dejado tras la crisis de las oligarquías chilenas de comienzos del siglo pasado– la transformación del modelo de desarrollo y la construcción de un Estado de corte nacional-popular, fue un proceso emprendido por las clases medias ubicadas ocupacionalmente en el aparato estatal. Las clases medias, al no contar con un repertorio simbólico que permitiese la instalación de una nueva hegemonía, deben administrar las presiones de diversos grupos sociales involucrados en lo que Weffort (1970) denominó “Estado de compromiso”. Enfrentadas a la necesidad de instalar un imaginario común que legitime el orden político, las clases medias recurren a los elementos culturales e identitarios de los sectores populares. Este proceso es posible de apreciar en el campo cultural al detenernos en el desarrollo de la institucionalidad universitaria de la época, en la que florecen las empresas dedicadas al rescate, estudio y promoción del folklore nacional. Este fenómeno no se restringe al espacio universitario, y rápidamente se expande al sistema político nacional y hasta los medios de comunicación –especialmente la radio– y la industria discográfica. De entre las figuras destacadas de la época como Gabriela Pizarro y Margot Loyola, destaca la de Violeta Parra, cuya historia de vida permite comprender los nexos entre los sectores populares y las clases medias –especialmente entre obreros, campesinos y profesorado estatal (Parra 1988)–. Su presencia institucional por medio de la labor universitaria, ejemplifica la incorporación de los sectores populares a posiciones privilegiadas del campo cultural. Asimismo, el desplazamiento desde la labor recopilatoria a una obra creadora de marcado corte contra-hegemónico, fortalece la tesis de lo popular como un espacio de crítica; situado analíticamente como contrapuesto a las élites –y al Estado como instrumento de las mismas–. Como sabemos, la obra de Violeta Parra es una de las fuentes fundamentales de las que bebe la Nueva Canción Chilena, enmarcada en un movimiento a nivel latinoamericano de cantores que movilizan lo popular en clave política de izquierda radicalizada. La Nueva Canción Chilena, además, es un movimiento desarrollado en el ámbito universitario, lo que

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parece fortalecer la hipótesis de que se trata, en efecto, de un movimiento cultural de sectores medios que emprende una lectura de lo popular y lo pone en contacto con la tradición docta de raíz europea,2 cumpliendo un rol de mestizaje y mediación cultural entre agentes y códigos. La Nueva Canción Chilena –o, con un margen histórico más amplio, lo que hemos denominado la “canción social” (Farías, Lapierre & Palominos 2006)– también es susceptible de ser estudiada mediante el modelo propuesto para entender las culturas populares. Tomando los cuatro elementos presentados, podemos decir que los referentes sociales de la NCCh provienen de clases subalternas, pero son movilizados por la clase media universitaria –sujetos históricos–. Su desarrollo se da a la par de empresas de definición de lo nacional –a través de la institucionalidad del folklore–. Se desplaza entre referencias tradicionales y modernas, rurales y urbanas, pero estableciendo un proyecto político definido. Finalmente, su circuito de circulación evoluciona desde espacios subalternos, pasa por el espacio universitario, y se apoya fuertemente en las industrias culturales y la masividad, mediante el disco y la radio. Conclusiones: algunos espacios en que podría habitar la música popular A lo largo de la presente ponencia hemos revisado algunos elementos conceptuales que contribuyen al estudio del campo cultural y a la comprensión socio-histórica de lo popular. Asimismo, hemos ofrecido una definición topográfica de lo popular, la que recoge aportes de la sociología y los estudios culturales, que nos permite articular los elementos previamente descritos en un modelo analítico flexible y en permanente revisión. Finalmente, vimos en qué medida es posible aplicar los conceptos desarrollados en el estudio de las músicas populares. A continuación, y a modo de conclusión, quisiera ofrecer una serie de temáticas que pueden ser abordadas como futuras líneas de investigación. En primer lugar, es interesante profundizar en el estudio de la emergencia sociopolítica de los sectores populares, dando cuenta de sus estrategias de mestizaje, la influencia de la incipiente industria cultural y la compleja relación con la construcción de lo hegemónico. Dentro de esta línea –y en relación directa con el campo musical– es posible fijar la mirada en el mutualismo y sindicalismo de finales del siglo XIX y comienzos del !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 2

Como es posible de apreciar en la obra de los compositores Luis Advis, Cirilo Vila, Sergio Ortega y Fernando García.

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XX, período en el que orfeones y orquestas de mutuales, sindicatos y otras protoorganizaciones gremiales cumplirían un rol fundamental en la construcción de un repertorio musical popular. Otro tema relevante está relacionado con la profundización del estudio sobre lo popular a partir del rescate que el espacio hegemónico realiza de él con el fin de elaborar un proyecto nacional. Agentes interesantes para el estudio son acá la Sociedad del Folklore Chileno, Lenz, Vicuña Cifuentes, entre otros. Asimismo, es posible explorar la línea de investigación relacionada con la migración campo-ciudad, y la figura de verseros, puetas y cantores. De este modo, se vuelve de interés la presencia de la tradición de Canto a lo Poeta en regiones rurales de nuestro país. Finalmente, es posible investigar la recopilación etnográfica y su proyección creativa en figuras como Margot Loyola, Violeta Parra y Víctor Jara, además de su inserción en medios de comunicación masivos. Sin olvidar, por cierto, las querellas entre las diferencias políticas de distintas nociones de folklore. Un punto de indudable interés es el estudio de los circuitos urbanos de escenificación de lo popular, los cuales van desde quintas de recreo, boîtes y establecimientos similares hasta bares, pubs y escenarios de mayor envergadura. Esta línea de investigación pone un mayor énfasis en la importancia de los públicos y audiencias como sujeto social, destaca las lógicas “ocupacionales” de músicos, e ilumina las lógicas particulares de las relaciones entre producción simbólica y recepción, entre codificación y decodificación. Es posible continuar el estudio de la industria cultural y creativa y sus tensiones con las identidades en sus relaciones con lo popular. La construcción de repertorios transnacionales que se origina desde la colonización de las Américas se continúa en la presencia regional de músicas “industriales” de México, Argentina y Brasil –entre otros– a mediados del siglo XX, y se vuelve nuevamente objeto de estudio hoy en sociedades insertas en procesos de globalización. Las relaciones entre géneros musicales y la construcción de identidades es un tema que ofrece inagotables casos de estudio para la comprensión de las culturas populares. En este sentido, los contactos entre diversos géneros, movimientos musicales y grupos sociales nos abre un espectro de objetos de estudio entre los que contamos tanto los encuentros entre Nueva Canción Chilena con el rock, los nuevos trovadores chilenos de los últimos cinco años, la internacionalización de la

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cumbia, la ubicuidad del reggaetón a nivel latinoamericano, entre muchas otras preguntas de investigación relevantes. Esperamos contribuir al desarrollo de estas y otras problemáticas con el trabajo aquí expuesto. Referencias Adorno, Theodor y Max Horkheimer. Dialéctica del Iluminismo. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1987. Di Tella, Torcuato. “Populismo y reforma en América Latina”. América Latina: ensayos de interpretación sociológico-política. Eds. Fernando Henrique Cardoso y Francisco Weffort. Santiago: Editorial Universitaria, 1970. Estenssoro, Juan Carlos. “Modernismo, estética, música y fiesta: élites y cambio de actitud frente a la cultura popular. Perú 1750-1850”. Tradición y modernidad en los Andes. Ed. Henrique Urbano. Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de las Casas”, 1997. Farías, Elías; Michel Lapierre y Simón Palominos. “Pensar más allá del Estado. Esbozo de una historia de la canción social chilena del siglo XX”. 2006. Némesis 5 (20052006). García Canclini, Néstor. Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Buenos Aires: Editorial Paidós, 2001. Green, Thomas. Folklore: an encyclopedia of beliefs, customs, tales, music and art. Vol I. Santa Barbara: ABC-CLIO, 1997. Grez, Sergio. De la “regeneración del pueblo” a la huelga general: génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890). Santiago: Dibam/Ril Editores, 1997.! Gruzinski, Serge. El pensamiento mestizo. Barcelona: Paidós, 2000. Hall, Stuart. “Notas sobre la deconstrucción de lo popular”. Historia popular y teoría socialista. Ed. Ralph Samuel. Barcelona: Crítica, 1984. Hoggart, Richard. The uses of literacy. London: Penguin Books, 1992. Illanes, María Angélica. “En torno a la noción de proyecto popular en Chile”. Los proyectos Nacionales en el Pensamiento Político y Social Chileno del siglo XIX. Ed. Sergio Grez y Manuel Loyola. Santiago: Ediciones UCSH, 2002.

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Martín-Barbero, Jesús. De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía. Barcelona: Ediciones Gustavo Gili, 1987. Mattelart, Armand. La comunicación masiva en el proceso de liberación. México: Siglo XXI, 1984. Palominos, Simón. “Notas sobre la construcción de lo Popular en Chile: clases medias y el desarrollo del campo cultural a través del folklore musical durante el período del Estado de Compromiso (1930-1960)”. Anuario de Postgrado 9 (2011). Palominos, Simón, Elías Farías y Gonzalo Utreras. Música en Tensión: Producción Simbólica en Tiempos de Globalización. Santiago: Consejo de Fomento de la Música Nacional/Centro de Estudios CRANEO, 2009. Parra, Violeta. Décimas. Autobiografía en verso. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1988. Santa Cruz, Eduardo y Luis Eduardo Santa Cruz. Las escuelas de la identidad. Santiago: Ediciones LOM/Universidad ARCIS, 2005. Weffort, Francisco. “El populismo en la política brasileña.” Brasil Hoy. Eds. Celso Furtado et al. México D.F: Editorial Siglo XXI, 1970. Williams, Raymond. Marxism and literature. Oxford: Oxford University Press, 1977. !

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