RCR, Sentido y sensibilidad. La Vanguardia, June 16, 2004 (In Spanish).

H: SUZUKI, E. PONS

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RCR. J. MARGUI–APAREJADOR

E. PONS

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H. SUZUKI, E. PONS

Nuevos creadores El equipo RCR Arquitectes, integrado por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta, se ha convertido desde Olot en un referente ya internacional; su apuesta por la periferia les proporciona un plus de independencia y reflexión

Sentido y sensibilidad

02 Estadio de Atletismo. Tussols–Basil. Olot, Girona 03 Restaurant Les Cols. Olot, Girona 04 Casa Mirador. Olot, Girona 05 Instituto de Enseñanza Secundaria Vilartagues, Sant Feliu de Guíxols, Girona 06 Pabellón del baño. Tussols–Basil, Olot, Girona 07 Casa para un herrero y una peluquera. La Canya, Girona TODAS LAS IMÁGENES SON DEL LIBRO ‘RCR ARANDA, PIGEM VILALTA ARQUITECTES ENTRE LA ABSTRACCIÓN Y LA NATURALEZA’ EDITORIAL GUSTAVO GIL

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E. PONS, H. SUZUKI, F. BERGANTI

01 Casa Fuelle. Les Preses, Girona

El panorama arquitectónico catalán sigue aportando nuevos nombres que, por la calidad e intensidad de su obra, están consiguiendo un merecido reconocimiento. El equipo RCR Arquitectes, residente en Olot y formado por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta, es una referencia fundamental de esta nueva arquitectura. Prueba de ello es que la editorial Gustavo Gili acaba de publicarles una monografía y la prestigiosa revista El Croquis les dedicaba un número, junto a Alejandro Zaera / Farshid Moussavi (Foreign Office Architects) y a Emilio Tuñón / Luis Moreno Mansilla. Estos equipos de arquitectos relativamente jóvenes disponen ya una obra representativa y de calidad. Y no cabe duda de que el trabajo de RCR Arquitectes es uno de las más coherentes y cuidado de los tres que hemos mencionado.

Considerable producción De su ya considerable producción cabe destacar el estadio de atletismo Tussols Basil de Olot, que les condujo a la final del premio Mies van der Rohe en el año 2003 y con el que ganaron el Premio FAD y el Premio FAD de la opinión; el Pabellón de Baño también en la zona del Tussols Basil; la remodelación del restaurante Les Cols, premio FAD de la opinión en 2003; la piscina cubierta y una guardería ambas en Manlleu; la Alberca y exteriores de la Villa de Trincheria; el Faro de Punta Aldea en Gran Canaria; el Albons Calm Hotel en Albons; el IES de Sant Feliu de Guíxols o la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universitat de Girona, y un montón de viviendas particulares como la Casa Margarida, la Casa para un herrero y una peluquera, la Casa Roser, la Casa Fuelle, la Casa M-Lidia, la Casa para un carpintero, la Casa

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MARIA DOMENE

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E. PONS, H. SUZUKI, RCR

ESPACIOS

ESPACIOS

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Culturas La Vanguardia

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Proceso creativo También interesa destacar su proceso creativo. A poco que se les conozca se intuye que uno tiene una especial querencia por los materiales, otro por las características del espacio constructivo y el otro por las cualidades poéticas y el poso de memoria del entorno; pero no se confundan, no se trata de una simple complementariedad, sino que es un va-

Uno de los aspectos más interesantes son las ‘exfoliaciones’: elementos escultóricos formados por capas de diferentes procedencias que dan fe de su preocupación por los materiales y por la esencia misma de su poética arquitectónica mente inaugurado Parc de Pedra Tosca, pero, más allá de los encargos oficiales, su peculiar visión del entorno se pone claramente de relieve en obras-manifiesto como la peculiar Casa-mirador (su nombre ya es de por sí indicativo), el pabellón de baño o el estadio de atletismo (situados ambos en una bellísima zona cerca del río Fluvià), donde el equipo RCR dialoga con el paisaje de manera cartesiana alejando sus propuestas de cualquier forma pintoresca, superflua y retórica. El paisaje siempre está ahí aunque sin literalidad, ni analogías simples, ni burdas imitaciones, ni referencias directas y, por supuesto, sin ninguna imagen fija o predeterminada del mismo como nos dan a entender ciertas tradiciones muy arraigadas. En el ámbito académico y especializado hay coincidencia en citar referencias a Frank Lloyd Wright, Louis Khan, Mies van der Rohe, la estética Zen, el minimalismo de Donald Judd, las esculturas de Richard Serra, e, incluso, arquitectos próximos en el tiempo como Carles Ferrater y Enric Miralles, aunque no hay posibilidad de reducir su producción a definiciones básicas y estáticas. Actúan con un amplio margen de referencias y como buenos creadores se re-

lor añadido a su particular forma de trabajo. Esta rara y fértil mezcla se traduce simbióticamente en la creación de habitabilidad, ordenación de los espacios, refinadas proporciones y atrevidos detalles. En resumidas cuentas, su arquitectura, unitaria y coherente, parte en cada caso de una relación exquisita con el entorno y una contundente resolución volumétrica que proviene de una definición muy clara del carácter del edificio. La calidad de la luz, la gravedad y la ligereza, el concepto general y los detalles, la reinvención y la coherencia, las texturas, la expresividad y la esencia, la innovación paisajística, la precisión… calidades fundamentales de su trabajo y, por extensión, de la buena arquitectura. Parece que han llegado anteayer pero sus más de quince años de profesión consolidan a este grupo de arquitectos como uno de los más sólidos del panorama actual. Trabajan contra la urgencia y, quizás, ésta puede ser su única enemiga ante el alud de peticiones que tienen últimamente. Podemos reconocer en ellos unas cualidades que son caras en un mundo de vanidades, egolatrías y que seguramente les permitirán salvar este momento crucial: sentido y sensibilidad. |

ESPACIOS

Sexo all over Ahora ya sí puede decirse: que el sexo está en todas partes, incluso en el sexo. Los viejos tiempos que hacían depender el funcionamiento de la sexualidad de una distribución calculada de presencia y ocultación, de lugares y ámbitos en los que sí y otros lugares o condiciones en los que imposible, prohibido o indecente… han pasado a la historia JOSÉ LUIS BREA

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o hay ya lugar para la impudicia, al otro lado del pudor. Y no porque ella esté proscrita, sino porque no hay el lugar en el que ella pueda darse. No hay nada obsceno, justamente porque la escena se ha extendido hasta hacer que todo ocurra a plena luz. No dejan de haber prácticas no permitidas, pero no tienen que ver con que unas formas de hacer u otras deban mantenerse ocultas. No hay sensibilidades heridas, todo lo que puede verse, puede hacerse –incluso ‘ha de hacerse’, como quería el marqués. Por extensión, todo puede ya verse –y ha de ser visto. Ya no se trata aquí de aquel ‘todo lo real es racional’, sino de un nuevo e implacable ‘todo lo que es real ha de ser visible’. El escenario lo abarca todo, y todo lo que tenga que ver con la sexualidad –y en realidad con cualquier otra cosa– ha de poder ocurrir ‘a la vista’. En el régimen que esa hipervisibilidad procura, toda economía libidinal se desborda en la superficie del mundo, del real. En todo lugar, las cargas afectivas circulan pregnadas a la visión del cuerpo como anclaje primordial del deseo. Cortados o fundidos en múltiples ensamblamientos, los órganos saturan el imaginario compartido, erotizado hasta el límite que la desaparición de su proscripción consiente. Allí, se trata

entonces de una libido enfriada y leve, que tiene a todos sus fantasmas expulsados y se dice en pura superficie, agotada en la plena presencia de sus objetos. El deseo circula en todas partes, sí, pero su ritmo es ahora el puro del ‘mathema’ –o, podríamos decir, el de la belleza exacta. No hay el lugar para la falta, para la truculencia que carga el deseo en las recámaras de su represión. Y no es que no reste intimidad, es que el lugar de lo público en que ella se cumple no puede ya ser otro que el de la memoria de lo vivido conquistada en el espacio de lo común, muy lejos de los empolvados reductos ensimismados de lo privado. Sin tufo alguno a culpa o confesionario, el acceso a la plena luz de toda la vida del sexo viene a desbordarse ahora –en el orden de una construcción social del espacio de la experiencia. Allí, es una biopolítica aplicada la que domina la vida constelada de los órganos. A la plena luz de una tensión relacional, un régimen visual de transparencia extrema inunda el lazo social, y la vida del alma no puede obedecer entonces ya a otra ley –olvidado el fantasma– que la de su regulación implacable por la desnuda escopia del cuerpo –como límite y origen, como borde y exceso del orden de las singularidades a que aún pretende circunscribirse el darse de toda existencia psíquica

Miércoles, 16 junio 2004

RAFEL G. BIANCHI

Culturas La Vanguardia

RCR definen su arquitectura como “la arquitectura del equilibrio, que tiene su orígen en el entorno donde vivimos y las personas que somos. Nos apasiona lo universal, pero nos sensibiliza lo individual”. En ese sentido su profundo compromiso con la tierra natal no se traduce en una actuación localista, sino que tienden a aunar la aspiración universalista con el entorno mas próximo al día a día de su trabajo. Habitar (y trabajar) en la periferia fue para ellos una apuesta decidida y radical desde sus inicios y nunca han querido oír el canto de las sirenas de las grandes metrópolis. Esta situación les ha reportado ciertos inconvenientes, sin duda, pero les ha facilitado ese plus de independencia que siempre han buscado y que ha favorecido su reflexivo plan de trabajo. Ante un entorno cultural afectado, aún, por una cierta idea de paisaje –el conservadurismo post-carlista de la conocida Escuela de Olot, donde sobrevive una tópica y nada inocente idea inmarchitable de arcadia rural: con su aclamada ecuación de prados, pastores, paisajes idílicos y demás accesorios– ellos se revelan como los auténticos paisajistas actuales, aunque esta afirmación pueda doler a muchos usuarios del pincel y la pluma. De su especial sensibilidad con el entorno parte su cargo como asesores del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, donde han realizado el pabellón de acceso a la Fageda d'en Jordà y el reciente-

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Una apuesta decidida

inventan sin perder su carácter; un buen ejemplo de ello sería la vuelta de tuerca que supone la aclamada intervención en el restaurante Les Cols, donde el respeto hacia la tradición vernácula de la masía catalana se acompaña de una impactante reforma con innegables calidades escenográficas y una inusual mezcla de organicidad y abstracción. Les gusta decir que la arquitectura no es sólo un problema de formas, que la idea pasa por delante de cualquier consideración, insisten en ver la arquitectura como significado. “Ya no soy capaz de separar la idea de un templo de la idea de su construcción”, decía Paul Valéry en “Eupalinos o el arquitecto”. El paralelismo que apuntaba Valéry entre el arte del lenguaje y el de la arquitectura, la mezcla de los elementos analíticos que forman el lenguaje con los elementos que son separables en la arquitectura es asumido en RCR en lo que ellos llaman exfoliaciones: una suerte de elementos escultóricos compuestos por láminas y capas de distintos materiales (madera, hierro, aluminio…) que al mismo tiempo pasan a componer algunas de las partes de la síntesis arquitectónica de sus edificios, son como pequeños tropos o unidades de lenguaje que dan fe de su preocupación por los materiales y por la esencia misma de su poética arquitectónica. Cabe considerar las exfoliaciones como uno de los elementos compositivos más interesantes de su trabajo, tratadas cada una como una obra artística por si misma hasta tal punto que fueron mostradas en una exposición en el año 1999.

::futurotopías::

horizonte o la Casa mirador, entre otras. Aunque pueda parecer anecdótico, alguna cosa debe estar pasando cuando grupos de estudiantes de arquitectura de países tan variopintos como Holanda o Japón organizan viajes para llegar a estas remotas tierras para ver en directo sus últimas realizaciones o cuando numerosos spots publicitarios utilizan sus construcciones cómo marco para los anuncios más sofisticados. No es nada banal si tenemos en consideración la situación periférica de su trabajo.