Raza y color en las Leyendas puertorriqueñas de Cayetano Coll y Toste

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Descripción



Raza y color en las Leyendas puertorriqueñas de Cayetano Coll y Toste

Contexto biográfico del autor
Cayetano Coll y Toste nace en Arecibo en 1850. Termina sus estudios en Filosofía y Letras en el Colegio Jesuita de San Juan y luego parte a Barcelona donde se formó como médico y cirujano. Además de ser médico, Coll y Toste estuvo activo en la política. Fue miembro del Partido Liberal y ocupó cargos gubernamentales en departamentos como Agricultura, Comercio, Industria y Hacienda. Sin embargo, sus aportaciones no se limitaron al servicio público y gubernamental pues Cayetano Coll y Toste se interesó por reconstruir la historia de Puerto Rico aun antes de ocupar el puesto oficial de Historiador de Puerto Rico en 1913. Coll y Toste recopiló variedad de documentos históricos del Archivo de Indias de Sevilla, documentos que fueron la base de sus creaciones literarias e históricas. Su obra más conocida lo es el Boletín Histórico de Puerto Rico, compuesta de catorce volúmenes que fueron publicados gradualmente entre los años 1914 al 1927. Los documentos recopilados en su Boletín Histórico aportaron significativamente a la creación de sus conocidas Leyendas puertorriqueñas (1924-1925), cuyo análisis es el propósito del presente trabajo.
Resumen del asunto: Las leyendas puertorriqueñas
Durante la recopilación de fuentes históricas para el Boletín Histórico de Puerto Rico, Coll y Toste se topa con documentos que despertaron su vena de cuentista, interés que resulta en sus leyendas. A pesar de la aportación a la historiografía que Coll y Toste realizara con la recopilación y transcripción de fuentes históricas, su obra fue muy criticada por generaciones subsiguientes debido a la falta de metodología y por no haber hecho un relato histórico a partir de documentos. Según César Salgado: "El que Coll y Toste usase sus hallazgos de archivo más bien para ingeniar leyendas en vez de documentar trabajos monográficos seguramente contribuyó a consolidar este juicio negativo." Partiendo de su uso de fuentes históricas para sus leyendas no es de sorprender que sus leyendas estén fechadas y que figuren personajes y datos históricos. Personajes como gobernadores, obispos, conquistadores y frailes son protagonistas de sus narraciones. Las leyendas puertorriqueñas de Coll y Toste abarcan desde el siglo dieciséis hasta el diecinueve y tratan variedad de temas; entre estos se encuentran historias de personajes específicos, supersticiones de pueblo, historias de amor e historias de apariciones divinas o milagros. A pesar de que las historias son creaciones basadas en documentos históricos y creencias populares, Coll y Toste no se desliga por completo de su obra. En sus leyendas pueden encontrarse inquietudes propias y de la época como el tema de la raza y el color. Su perspectiva en torno al indio y al negro conecta al lector con el Coll y Toste defensor de la libertad humana y que vivía en una sociedad que aun juzgaba por orígenes raciales.
Raza y color en las Leyendas puertorriqueñas de Cayetano Coll y Toste
El tema racial es recurrente en las leyendas de Coll y Toste por lo que sólo discutiré algunas de éstas para ver de qué manera se desarrolla el mismo. Coll y Toste trata el tema racial en sus leyendas desde distintas perspectivas, épocas, situaciones y personajes. Para el presente análisis he seleccionado leyendas representativas de cada época en que el autor situó sus historias. Algunas de las leyendas que he seleccionado para el siguiente análisis son: Los negros brujos (1591), El matador de tiburones (1640), Guabacho (1772), La hija de la mulata (1799) y Carabalí (1830). Para discutir cómo se desarrolla el tema racial, comenzaré ofreciendo un breve resumen de la historia, seguido por la manera en que el autor inmiscuye sus ideas en torno a la raza en la narración.
En las leyendas situadas en el siglo dieciséis predomina el tema del indígena y el colonizador, sin embargo, también se encuentran historias sobre supersticiones en torno a los negros como la leyenda titulada Los negros brujos. En esta leyenda figuran como personajes principales dos frailes, uno recientemente nombrado obispo y su amigo, un padre; ambos eran hábiles investigadores de herejías. Resulta que en secreto de confesión el padre se entera de una reunión de negros en que supuestamente adoraban a un cabro. El padre le cuenta al obispo, y este sin dudar, le ordena al padre que fuera y en caso de que hubiese resistencia debería asesinar los negros ya que eran herejes. Los negros fueron encontrados en su supuesto ritual, fueron azotados y otros fueron quemados. Las quejas de los dueños de esclavos no tardaron en conocerse y el obispo aseguró que no usó la tortura para hacerlos confesar. El obispo aseguró que "la confesión fue espontánea, y que a tres negras, reincidentes, las entregó al brazo secular, para que hicieran justicia en ellas (…)". A través de este relato Coll y Toste representa a una iglesia insensible y vil que justificaba su abuso hacia los grupos marginados a través de la religión. Por lo tanto, desde este relato puede apreciarse la figura del negro como víctima de instituciones autoritarias.
Es común encontrar en las leyendas a un Coll y Toste defensor de la libertad del negro y de ideas antidiscriminatorias hacia este sector de la sociedad. Las leyendas Guabacho y Carabalí son ejemplos de ello. En la leyenda titulada Guabacho, Coll y Toste cuenta la historia de un "negrito" de dieciséis años, quien era ayudante de un sacerdote. El sacerdote era el encargado de una capilla ubicada en una estancia y que guardaba una imagen de la Virgen. Guabacho como ayudante del sacerdote velaba por la imagen y comenzó a ofrecer aceite de la lámpara de plata que se encontraba junto a la imagen a aquellos que vinieran quejándose de dolores. Como resultado las personas que se curaban de sus males llevaban plata al altar en agradecimiento. Un día Guabacho observó al padre utilizando las promesas de plata para mandarse hacer unas espuelas para correr su caballo y le aseguró a Guabacho que la Virgen no las necesitaba. Al "saber" esto, Guabacho le pide a las personas que le trajeran monedas a cambio de la aplicación del aceite; tenía en mente comprar su libertad. El lector puede pensar que Guabacho era un joven tramposo, pero la realidad es que Coll y Toste lo representa como ingenuo y generoso. Al igual que en Los negros brujos la iglesia queda como la institución corrupta. Finalmente Guabacho es descubierto, obtiene su libertad y se queda guardando el altar hasta su muerte.
Contrario a la historia de un esclavo liberado como Guabacho, el autor presenta la historia Carabalí, un cimarrón, cuyo escape resultó en una leyenda popular. En la historia de Carabalí, Coll y Toste acerca al lector a todas las adversidades que pasaba un esclavo cimarrón desde que se escapaba. Carabalí huyó hacia la montaña, pasó la noche en una cueva y era perseguido por su amo y sus perros. Tratando de escapar Carabalí cae por un sumidero de la cueva que llegó a convertirse en su escondite y el de otros amigos cimarrones. En las noches Carabalí y otros cimarrones se iban a las haciendas a vengarse del abuso que habían sufrido. Como las personas del pueblo le daban por muerto pensaban que estos asesinatos eran protagonizados por el alma en pena de Carabalí. Además de mostrarse como un hombre que creía en la libertad y compasión humana, a través de esta leyenda Coll y Toste muestra al lector las creencias de la época que vinculaban al negro a la maldad y a la venganza aun después de su muerte.
En La hija de la mulata Coll y Toste narra la historia de un joven llamado Rodolfo que se enamora de una mulata. Al principio su padre Florencio, un hacendado, está reacio a la idea y le dice a su hijo que la joven de la cual está enamorado es su hermana, producto de una relación con una sirvienta. Cuando este le cuenta a su madre, quien tenía ancestros indígenas y corsos, ésta le asegura que no se preocupara pues él tampoco era hijo de Florencio. Finalmente el joven tiene el permiso para casarse con la mulata. Interesantes son las palabras de su padre en este momento: "…como Jesusa tiene sangre africana en sus venas, y aquí está mal vista la gente de color, nos vamos a vivir a Europa, donde no existen esa clase de reparos." Los matrimonios interraciales, un tema que aun preocupaba en la sociedad de Coll y Toste, son representados como algo normal y en el comportamiento de los personajes puede verse una sociedad que los va asimilando.
Por último, cabe mencionar la representación del indígena en las leyendas de Coll y Toste; ejemplo de esto lo es su leyenda El matador de tiburones. La leyenda cuenta la historia de un indio llamado Rufino que se conocía por su valentía y sus hazañas matando tiburones. Al describirlo físicamente Coll y Toste cuenta que Rufino era de "baja estatura, ancho de espaldas, fornidos miembros y color achocolatado"; esta descripción cumple con la noción estereotipada de la raza indígena como una de fuerza física innata. Un teniente le solicita a Rufino que se lance al mar a matar un tiburón en presencia del Virrey y el Obispo para impresionarlos. Aunque en un principio se rehúsa pues no tenía consigo los escapularios de la Virgen del Carmen, pero cuando ve la fiera "le brillaron los ojos de coraje con deseos de combatirla," otra frase que alude a la valentía y fuerza que venía de la raza indígena. Resulta interesante ver cómo Coll y Toste representa tanto al africano y al indio como seres de bondad y valientes, contrario a su representación de las instituciones de poder.


César Salgado, "Elogio del 'Boletín' veleta: Cayetano Coll y Toste en la archivística caribeña," en revista electrónica 80grados, 18 de noviembre de 2011. http://www.80grados.net/elogio-del-boletin-veleta-cayetano-coll-y-toste-en-la-archivistica-caribena/#sthash.rcWTX10z.dpuft: http://www.80grados.net/elogio-del-boletin-veleta-cayetano-coll-y-toste-en-la-archivistica-caribena/#sthash.rcWTX10z.dpuf (consultado en 9 de octubre de 2014).
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