Rangos de acción, materias primas y núcleos preparados al sur de Lago Argentino. En Contra Viento y Marea. Arqueología de la Patagonia, pp. 105-116. INAPL. Buenos Aires.

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Descripción

RANGOS DE ACCIÓN, MATERIAS PRIMAS Y NÚCLEOS PREPARADOS AL SUR DE LAGO ARGENTINO Nora Viviana Franco∗

INTRODUCCIÓN

La extensión de los rangos de acción de poblaciones de cazadoresrecolectores ha sido objeto de atención por parte de distintos investigadores, quienes se centralizaron en información etnográfica (por ejemplo Kelly 1995) o arqueológica (entre otros, Meltzer 1989, Ingbar 1994). Desde el punto de vista arqueológico, a los efectos de evaluar rangos de acción lo mejor es utilizar distintas líneas de evidencia. Entre ellas, juegan un papel importante las procedentes de muestras biológicas. Para el extremo sur de Patagonia, algunos análisis están actualmente en curso (cf. por ejemplo Barberena 2002; Borrero et al. 2001). A mi entender, los artefactos líticos, sus características y su relación con la procedencia de las materias primas son también importantes a este respecto. En este trabajo me centralizo en la información procedente del sur y oeste de Lago Argentino. Esta área está localizada entre el oeste del Brazo Sur y el curso del río Centinela, entre aproximadamente los 50º 15´ y los 50º 45´ S y los 73º 10´ y los 72º 15´ W (figura 1). Está muy próxima a la Cordillera de los Andes, ∗

IMHICIHU (CONICET) y Universidad de Buenos Aires, Saavedra 15, 5to. Piso, Capital (C.P. 1083), Argentina, e-mail: [email protected]

que al sur de Lago Argentino cambia de dirección a lo largo de trayectoria. Abarca cotas de altura comprendidas entre los 200 y 1100 msnm, y ambientes actuales de estepa, bosque y desierto altoandino (Mancini 1998 y 2001). Presenta ocupaciones entre ca. 9.700 y 150 años A. P. (Franco et al. 1999, Franco y Borrero 2002). La información arqueológica con la que trabajé ha sido generada con una metodología de exploración de grandes espacios (Foley 1981 a y b), que buscó generar información acerca de la máxima variedad de situaciones concebibles (Belardi et al 1992; Borrero y Carballo Marina 1998). En este trabajo integro información obtenida en superficie y estratigrafía.

METODOLOGÍA

Para comenzar a hablar de rangos de acción desde el punto de vista de los artefactos líticos, es necesario conocer la estructura de recursos de una región (sensu Ericson 1984). La información geológica constituye una primera fuente de información, la que a mi entender debe ser completada con la generada directamente en el campo, en una escala de trabajo más semejante a la que utilizaban las poblaciones humanas en el pasado. Para realizar los muestreos de disponibilidad de materias primas, utilicé la metodología ya reseñada en otro trabajo (Franco y Borrero 1999). Cabe señalar que en el área existen importantes evidencias de acción glaciaria, con la presencia de morenas y bloques erráticos (del Valle et al. 1995, Feruglio 1944-45, Furque 1973, Mercer 1968). Ésta

indiscutiblemente influyó en la disponibilidad de materias primas en el área. Por otra parte, y sobre la base de la información disponible referida a la extensión de los rangos de acción de cazadores-recolectores (cf. por ejemplo Kelly 1995) y a que se desconocía la procedencia de algunas materias primas líticas presentes en el registro arqueológico del área, los muestreos de materia prima se extendieron hacia el este del área de estudio. Se planea extender más los mismos en el futuro. La información relativa a la disponibilidad de materias primas líticas la comparé luego con la procedente de materiales arqueológicos estratigráficos y de superficie. Los datos analizados incluyen tanto la presencia de determinadas materias primas, como las características tecnológicas y morfológicas de los artefactos confeccionados sobre ellas (para más detalles a este respecto ver Franco 2002).

RESULTADOS OBTENIDOS

Disponibilidad de materias primas La información bibliográfica disponible mostró la existencia de una alta disponibilidad de materias primas líticas en el área (Feruglio 1944-45; Furque 1973; Kraemer 1986; Nullo 1987). Por otra parte, los muestreos regionales de disponibilidad de materias primas líticas adecuadas para la talla indicaron que existe variabilidad en el espacio analizado (Franco 2002). Esta variación no se refiere sólo a las materias primas presentes en cada uno de estos sectores, sino que también al tamaño de los nódulos recuperados. Señalaré aquí muy

brevemente las variaciones observadas (para mayor información ver Franco 2002). Las dacitas están disponibles en todo el espacio analizado. La variedad verde tiene una amplia distribución en cotas bajas y altas en el sector occidental de este espacio (Brazo Sur, Brazo Rico, Lago Roca, Cerro Verlika), disminuyendo su frecuencia de oeste a este (figura 2). Los mayores tamaños y mejores calidades de esta materia prima se encuentran al oeste de este espacio. La dacita gris se encuentra disponible en menores porcentajes que la verde en todo el espacio explorado. Su frecuencia disminuye también de oeste a este (figura 3). Los mayores tamaños están presentes al oeste de este espacio. Se trata mayoritariamente de rocas de calidad muy buena y buena para la talla (sensu Aragón y Franco 1997). Ejemplares de calidad excelente han sido identificados en el oeste del Brazo Sur y en proximidades de la Angostura, en Lago Roca, es decir, en los sectores más occidentales del espacio explorado. Por otra parte, los trabajos de Natalia Stadler (2002) han mostrado que el tratamiento térmico puede mejorar la calidad de esta materia prima. La dacita beige ha sido recuperada hasta el momento desde el Lago Roca hacia el este. Es menos abundante que las otras dos variedades de dacita, y en algunos casos muestra transición hacia el gris. Contrariamente a lo que ocurre con la dacita verde, su frecuencia es mayor hacia el este de Lago Argentino (figura 4). Me interesaba saber si esta variación en las características macroscópicas de las dacitas podría estar relacionada con su variedad composicional, hecho que permitiría identificar la procedencia de las materias primas en una escala espacial

amplia. Con este objetivo, junto con el Dr. Eugenio Aragón se realizaron análisis de tierras raras sobre muestras de dacita seleccionadas. Éstos comenzaron con la variedad verde de dacita y fueron incorporando otras variedades. Los diagramas de tierras raras (TRR) normalizadas respecto de condrito (Nakamura 1974) de los distintos materiales seleccionados, permitieron diferenciar tres fuentes distintas para el grupo de las dacitas (Franco y Aragón 2003). La primera está formada por los depósitos de Brazo Sur, Laguna 3 de Abril, Lago Roca, Cerro Verlika y parte de las muestras del río Rico (I en la figura 5). La segunda está constituida por muestras procedente del arroyo Calafate y del río Rico, correspondientes al sector central de este espacio (II en la figura 5). La tercera está formada por muestras del río Los Perros, del río Bote, del río Centinela y del río Pelque, al centro y este de este espacio (III en la figura 5). Cabe mencionar que existe superposición entre las áreas I y II, y entre la II y III. En general, puede observarse que existe una buena correlación entre estos grupos distintivos desde el punto de vista geoquímico y su distribución geográfica (Franco y Aragón 2003). En el caso de las dacitas, el color no sirve como indicador de procedencia ya que diferentes colores pertenecen al mismo grupo composicional, y el mismo color se encuentra en distintos grupos composicionales. Por este motivo, los análisis de tierras raras podrían tener utilidad para determinar la procedencia de las rocas utilizadas por las antiguas poblaciones. A los efectos de evaluar esto, será necesario ampliar la cantidad de muestras analizadas, tarea que está planificada. El basalto ha sido identificado en distintos sectores del espacio explorado. Se han reconocido variaciones macroscópicas en las características de los

mismos. Se trata, por ejemplo, de las existentes entre las muestras recuperadas en Lago Argentino y en el Brazo Rico, y en los cursos del río Rico y del Chorrillo Malo. También en el área está disponible el denominado “basalto Baguales” (Nullo 1987). Por otra parte, hasta el momento no se ha identificado la fuente de procedencia de un basalto vesicular que ha sido recuperado en superficie y en estratigrafía en el curso superior del río Centinela, y en los niveles superiores del sitio Chorrillo Malo 2 (Franco 2002). Entiendo que la realización de estudios geoquímicos en esta materia prima contribuirá a entender las variaciones en su disponibilidad. Los mismos están planificados y son especialmente importantes si se

tiene

en

cuenta

que

diferentes

artefactos

conservados

han

sido

manufacturados en basalto -puntas de proyectil, núcleos preparados, lascas de núcleos preparados e instrumentos formatizados sobre las mismas-, y que algunos de éstos tienen una amplia circulación areal. Por último, en el área se han reconocido también variedades de calcedonia y ópalo provenientes de rellenos de vesículas volcánicas y sedimentarias (Franco y Aragón 2003). La procedente de relleno de vesículas volcánicas se indica con gris claro en la figura 6. Se trata de calcedonia translúcida y ópalo blanco, y se ha identificado en el curso del río Centinela. Variedades sedimentarias de calcedonia han sido identificadas mediante tierras raras en el sudeste del área, en proximidades del Cerro de la Virgen (indicado con el número 1 en la figura 6), en el este de Lago Argentino en pequeños nódulos (indicado con el número 2 en la figura 6), y en el curso superior del río Centinela (con el número 3 en la misma figura). Resta aún localizar las fuentes de aprovisionamiento de la calcedonia translúcida con impurezas y del ópalo con impurezas, que están presentes en los

materiales arqueológicos del área (Franco 2003). Creo, sin embargo que es probable que las mismas se encuentren hacia el este y sur del espacio explorado, adonde son numéricamente más frecuentes bajo la forma de artefactos. Estas variaciones en disponibilidad y color de las distintas materias primas fueron detectadas en los trabajos de campo. Los muestreos realizados confirman en general las observaciones asistemáticas realizadas antes y durante el desarrollo de estos trabajos.

Los materiales arqueológicos Los análisis de materiales de superficie realizados –procedentes de transectas y de recolecciones controladas- mostraron la existencia de variaciones en la utilización de recursos líticos en los distintos espacios explorados (para mayor información a este respecto ver Franco 2002). Mencioné ya que en el espacio comprendido entre el oeste del Brazo Sur y el Brazo Rico, la dacita verde es la materia prima más abundante de manera natural. Ahora bien, en lo referido a los materiales arqueológicos, sólo en los espacios más occidentales (oeste de Brazo Sur y Laguna 3 de Abril) predominan los artefactos confeccionados sobre ella. Estos espacios están indicados en gris claro en la figura 7. Los artefactos confeccionados sobre dacita verde fueron manufacturados de manera expeditiva, aunque al menos en el este del Brazo Sur se han identificado núcleos “levallois” o preparados (sensu Nami 1992, 1997) y lascas procedentes de los mismos que formarían parte de un componente conservado del sistema. La existencia de este componente conservado apuntaría

también a que el este de este espacio está incorporado dentro del rango de acción de las poblaciones que ocuparon la región. En este sentido, cabe señalar que esta clase de tecnología está presente en todo el espacio explorado. Más hacia el este de este espacio, al sur del Lago Roca y en proximidades del Brazo Rico, la materia prima predominantemente utilizada es la dacita gris. Esto ocurre tanto en conjuntos superficiales como estratificados. En esta materia prima se han confeccionado artefactos bifaciales -incluyendo una punta de proyectil semejante a las denominadas Bird IV (Bird 1993)-, raspadores, raederas, cuchillos y hojas. Ya que no es la materia prima más frecuentemente disponible, entiendo que su abundancia bajo la forma de artefactos refleja su preferencia por parte de los cazadores-recolectores del área. Ahora, si bien la dacita gris era la materia prima preferida por los antiguos habitantes de este sector del espacio para distintas tareas, ésta no es numéricamente importante en el oeste del Brazo Sur y en la laguna 3 de Abril. Esto sugiere que estos últimos espacios fueron marginales para las antiguas poblaciones que habitaban la región. La materia prima más utilizada allí es, simplemente, la más frecuente. Sin embargo, y al menos para el espacio ubicado al este del Brazo Sur –Laguna 3 de Abril- las evidencias indican un buen conocimiento de la región, que se manifestaría en la presencia de calcedonias que no han podido ser localizadas en los muestreos pero que, de acuerdo con la información geológica, y teniendo en cuenta el tamaño y grupos tipológicos presentes en esta materia prima, estarían disponibles en las cercanías. Entonces, los cazadores-recolectores del área estarían transportando desde espacios cercanos materias primas de su preferencia, que incluyen la dacita gris y la

calcedonia. Sin embargo, en el oeste del Brazo Sur y en Laguna 3 de Abril, el hecho de que la materia prima más descartada sea simplemente la más abundante apuntaría a la marginalidad de este espacio. Hacia el este de este espacio, en el curso del río Centinela, ambas materias primas –la dacita verde y la gris- dejan de ser numéricamente importantes. Esto probablemente se relaciona con la mayor disponibilidad de otras materias primas, tales como la calcedonia translúcida. Por otra parte, en el río Centinela se han recuperado artefactos confeccionados sobre materias primas cuya fuente no se ha identificado aún, pero que provendrían probablemente del este. A pesar de estas diferencias entre los distintos sectores analizados, algunas evidencias apuntan a la integración de todo el espacio analizado, al menos para determinados segmentos temporales. Me refiero, por ejemplo, a la existencia de núcleos preparados, lascas procedentes de los mismos, e instrumentos sobre lascas de núcleos preparados. En superficie, están presentes desde el curso superior del río Centinela al este del Brazo Sur –laguna 3 de Abril- en superficie. Estratigráficamente, se han recuperado tanto en cotas bajas como altas. Están datados entre ca. 3.800 y 3.100 A.P. No se han identificado aún en muestras procedentes del curso inferior del río Centinela, pero éstas están muy acotadas espacialmente. Otras líneas de evidencia unen los espacios explorados. La utilización del ópalo blanco con impurezas, por ejemplo, ha sido identificada en el sitio Alice 1 (próximo al curso inferior del río Centinela), datado en ca. 1.400 años A. P. y en los niveles superiores del sitio Chorrillo Malo 2 (al sudeste del Lago Roca), bajo la forma de instrumentos. Esta materia prima ha sido identificada también en el este de Lago Argentino, en proximidades de la estancia Bon Accord

y de Charles Fuhr. La presencia de núcleos preparados y de instrumentos confeccionados sobre lascas procedentes de ellos en determinados segmentos temporales y la identidad en las materias primas utilizadas indicarían que estos espacios estaban integrados dentro del rango de acción de las poblaciones que ocupaban el área. La información temporal disponible hasta el momento puede brindar alguna información adicional referida al rango de acción de las poblaciones. Las evidencias humanas más tempranas en el área datan de al menos 9.700 años A. P. para el sitio Chorrillo Malo 2, ubicado en proximidades del Lago Roca, a una cota aproximada de 200 msnm (Franco y Borrero 2002; Franco et al. 1999). La información polínica indica que estos espacios habrían estado disponibles para la ocupación humana desde al menos 10.000 años A. P. (Mercer y Ager 1983; Mancini 1998). Los primeros ocupantes del área traían consigo –probablemente como parte de su conjunto instrumental- obsidiana negra. La única fuente primaria de esta materia prima localizada hasta el momento se encuentra en Pampa del Asador, a más de 260 km del área, y los análisis geoquímicos realizados indican su procedencia de esta fuente (Stern com. pers. 1999). Esto indicaría que la exploración del sur de Lago Argentino, fue realizada por poblaciones que, o procedían del norte o estaban relacionadas con las mismas (figura 8). Esto es coincidente con la información disponible hasta el momento referida a la presencia de poblaciones humanas desde al menos 11.500 años A. P. en la meseta central santacruceña (Giardina et al. 2000; Paunero 2000). Obviamente, la presencia de una única pieza de obsidiana negra no lleva a integrarla dentro de un rango de

acción centralizado muy lejos hacia el norte. En su lugar es pensable que haya transcurrido un tiempo entre la recolección de la obsidiana y su depositación final, el suficiente como para que esa pieza tuviera una compleja historia de vida que pudo incluir más de un rango de acción (Franco 2002). La efectiva ocupación de estos espacios no se dio hasta mucho tiempo después. Hacia 3.800 años A. P. existen evidencias que indican que al menos el sudeste del Lago Roca –en donde está localizado el sitio Chorrillo Malo 2-, ya habría sido efectivamente incorporado dentro del rango de acción de poblaciones localizadas hacia el este (Franco 2002). Para este momento, Mancini sugiere un incremento en la humedad en este ambiente, probablemente relacionado con avances neoglaciares (Mancini 2002). En esta época encontramos las primeras evidencias de ocupación de diferentes espacios dentro del sur del Lago Argentino. Es el caso de las cotas altas, que al menos en su extremo occidental comienzan a ser exploradas o colonizadas, probablemente desde el este (Franco et al. 1999). También existen evidencias de ocupación del bosque abierto de ñire hacia 3.100 años A. P. Las mismas proceden del sitio Alero del Bosque (Franco et al. ibidem). Para este momento, existen evidencias de circulación de materias primas probablemente procedentes del este y del sur, y todo indica que el sur de Lago Argentino fue incorporado al rango de acción de poblaciones localizadas al este o sudeste. Por el espacio analizado circularon núcleos o instrumentos sobre núcleos preparados. Estos probablemente formaban parte del conjunto instrumental transportado durante este bloque temporal. Se han encontrado en ambiente de estepa, bosque y desierto andino, y en cotas altas y bajas. Fuera de nuestra área de estudio, núcleos preparados han sido identificados por Nami (1997) en la

cuenca

del

río

Chico

en

materiales

superficiales

y

estratigráficos.

Lamentablemente, este autor no proporciona en los trabajos publicados la cronología de esta clase de artefactos. Existen también evidencias de algunos contactos con áreas ubicadas al norte. Me refiero a la presencia de obsidiana negra probablemente procedente de Pampa del Asador. Corresponde al sitio Punta Bonita 2 (Carballo Marina et al. 1999), ubicado al este del área que nos ocupa. Lamentablemente, el pequeño tamaño de la muestra impidió la realización de análisis de tierras raras. Las evidencias son muy escasas, y considero probable que esta materia prima fuera obtenida por intercambio. La obsidiana negra ha sido identificada también en el sitio Lago Roca 3 (Franco 2002). Sin embargo y debido a que existen problemas de formación, prefiero dejar la información temporal de lado. Hacia este momento y con posterioridad a él, existen evidencias que permiten sostener mayores interacciones con los espacios ubicados hacia el sur. Se trata de valvas de molusco, recolectadas en el sitio Punta Bonita 2, datado ca. 2.500 años A. P., y de un pedúnculo de punta de proyectil de obsidiana verde recuperada en el sitio Charles Fuhr 2, datado en 1.100 años A. P. y probablemente procedente del Seno de Otway (Carballo Marina et al. 1999). Creo entonces que, para los momentos que pueden atribuirse a la ocupación efectiva de este espacio, el sudoeste del Lago Argentino estaba integrado dentro del rango de acción de poblaciones que se encontraban hacia el este (Franco 2002). Se trata de momentos previos a la sequía que habría afectado Lago Argentino hacia ca. 1.000 años A. P. (Borrero y Franco 2000). El hecho de que la mayoría de los raspadores estén confeccionados sobre materia prima

probablemente procedentes de ese espacio apunta en ese sentido (cf. Franco 2002). Los análisis de tierras raras efectuados, además, indican para estos momentos la utilización de materias primas sedimentarias, que podrían provenir de esos mismos espacios. A continuación grafico el rango de acción probable de las antiguas poblaciones para los momentos finales de ocupación de este espacio (figura 9). Obviamente, el mismo debe haber sufrido variaciones a través del tiempo y se necesita profundizar las investigaciones con el objeto de evaluar estos cambios. Las semejanzas morfológicas y tecnológicas que se han encontrado en algunas puntas de proyectil podrían explicarse por la existencia de estos rangos de acción amplios. Sería el caso, por ejemplo, de las denominadas puntas de proyectil Bird IV. Estas han sido encontradas en superficie y en estratigrafía al sur del área que nos ocupa (entre otros, Bird 1993; Gómez Otero 1987; Massone 1981; L´Heureux y Franco 2002). Carecemos de estudios detallados acerca de las variaciones en las mismas. Sin embargo, al menos algunos ejemplares muestran características morfológicas y tecnológicas semejantes. Se trata de los recuperados en el área de Lago Argentino y de los procedentes de colecciones etnográficas de los alrededores de Punta Arenas (Borrero y Franco 2001, Franco 1999). Entiendo, sin embargo, que se necesitan estudios más detallados a este respecto, que den cuenta de la variabilidad existente. Los mismos se encuentran planificados. Algunas puntas de proyectil presentan una distribución más acotada y mayor variabilidad. Se trata de ejemplares lanceolados de base cóncava. Una preforma de estas puntas se encontró en los niveles superiores del sitio Chorrillo

Malo 2 y en la cuenca inferior del río Centinela (Franco 2002). Ejemplares de estas puntas han sido recuperadas también en el oriente de Lago Argentino y, en una escala espacial más amplia, en el Abrigo de los Pescadores (Molina 1969-70). La variabilidad presente en estas puntas de proyectil parece ser mayor que la existente entre las denominadas puntas Bird IV, lo que debe recalcarse teniendo en cuento que estos ejemplares son mucho más escasos. Todos estos hechos están apuntando a que el sur de Lago Argentino era explotado desde lugares ubicados al este y al sur. Los contactos con el norte parecen ser menores. Indiscutiblemente, los mismos podrían haber existido, y la presencia de obsidiana negra en Alice 1 podría estar apuntando en esta dirección (Borrero et al. 1998-99). También podría ser ésta la explicación para los escasísimos hallazgos de la puntas semejantes a las denominadas Bird IV al norte del Lago Argentino. Estos hallazgos son numéricamente insignificantes (cf. Franco 2002). Sin embargo, estos contactos parecen ser más esporádicos y los rangos de acción de las poblaciones parecen estar centralizados al este y/o el sudeste de este espacio

CONSIDERACIONES GENERALES

El mapeo de la disponibilidad regional de materias primas junto con el análisis de las características tecnológicas y morfológicas de los artefactos líticos recuperados en una escala espacial amplia, han posibilitado integrar la información procedente de materiales arqueológicos recuperados en superficie y estratigrafía. Las mismas han permitido, por otra parte, postular la marginalidad de

algunos de los espacios analizados. Por último, han permitido también postular que, al menos para los momentos de ocupación efectiva de este espacio, el sector occidental del sur de Lago Argentino parece haber estado incorporado dentro de rangos de acción centralizados hacia el este y sudeste de este espacio. Las investigaciones planificadas y en curso en estos sectores del espacio permitirán contrastar estas hipótesis.

AGRADECIMIENTOS

A Luis Alberto Borrero y a los revisores, por la lectura crítica del manuscrito. A todas las personas que participaron en los trabajos de campo necesarios para la realización de este proyecto.

NOTA

Los conceptos principales de este trabajo han sido desarrollados como parte de mi tesis doctoral, entregada a la Universidad de Buenos Aires en abril del 2002. Los datos necesarios para el mismo fueron obtenidos en el marco de los proyectos “Evolución divergente en Patagonia Austral”, “Magallania” y “Magallania II” del CONICET, “Distribuciones arqueológicas en escala suprarregional” (Agencia

Nacional de Promoción Científica y Técnica) y de los UBACyT "Sierra Baguales: una barrera biogeográfica para la circulación?" y “El rol de las mesetas en la circulación entre el Atlántico y el Pacífico” (Universidad de Buenos Aires). Contaron con el apoyo de la Administración de Parques Nacionales.

Buenos Aires, septiembre del 2002

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Figura 1. Sur de Lago Argentino. Se indica en gris el área de estudio.

Figura 2. Variaciones en la disponibilidad de dacita verde. El gris más oscuro indica mayor disponibilidad.

Figura 3. Disponibilidad de dacita gris. El gris más oscuro indica mayor disponibilidad.

Figura 4. Disponibilidad de dacita beige. El gris más oscuro indica mayor disponibilidad.

Figura 5. Sur de Lago Argentino. Distintos grupos geoquímicos de dacita.

Figura 6. Disponibilidad de calcedonias y ópalos. En gris claro se indican los procedentes de rellenos de vesículas volcánicas. En gris oscuro, las variedades sedimentarias: 1) Cerro de la Virgen, 2) este de Lago Argentino (Bon Accord) y 3) curso superior del río Centinela.

Figura 7. Materia prima predominantemente utilizada para la manufactura de artefactos. En gris claro se indica la dacita verde. En gris oscuro, la variedad gris.

Figura 8. Rangos de acción aproximados de las poblaciones humanas hacia 9.700 años A. P.

Figura 9. Rango de acción de las poblaciones humanas para los momentos finales de la ocupación efectiva de este espacio.

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