QUINCEAÑERA: mujeres, feminidad y diseño en Colombia [Español] (2011-¡2015!)

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Descripción

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Quinceañera: mujeres, feminidad y diseño en Colombia O la columna cuya publicación, tras 49 meses, aún aguardo Por: Alfredo Gutiérrez Borrero [email protected] Por su relación con mi tesis de maestría Las situaciones diseñadas (disponible en https://utadeo.academia.edu/AlfredoGuti%C3%A9rrez) mi columna Quinceañera, que habría debido ser divulgada en marzo de 2011, y donde analizaba la portada de la edición 70, es acaso la más significativa de cuantas escribí a la fecha para la revista colombiana de diseño proyectodiseño. Puesto que hoy (abril de 2015), tras 49 meses, o cuatro años largos, continúo aguardando en vano la publicación de la postergada edición 71 que la incluía (suspendida entonces por inconvenientes de producción), anticipo su divulgación por mi cuenta.

Portadas proyectodiseño (pd) ediciones No. 70 (febrero 2011) por Gisela Bohórquez y No. 71, la única revista inédita de la colección, habría debido divulgarse en marzo de 2011 pero aún no se publicó

“Acabo de llegar a mi casa y con alegría recibí la edición # 70... y desde entonces no me he despegado, está muy buena, diseño femenino, muy apropiado para los 15 años... solo espero que no sea cada 15 años, ¡la nueva generación de diseñadoras colombianas es muy prometedora!” —Sara Agudelo Tobón, hoy diseñadora industrial entonces estudiante próxima a graduarse (7 de febrero de 2011, 17:45, muro en el perfil de la revista proyectodiseño. Facebook). De reojo emite poéticos vistazos. La barbilla consuma un semblante armonioso que flamea sobre su hombro siniestro. A medio girar su delicado cuello exalta el rostro. Es una mujer bella. Esbelta. Blanca. Joven. Torsidesnuda. Finas facciones. Labios carnosos. Inmensos

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ojos. Pestañas negras. Largas. Amariposadas. Flexible figura que exhibe una tersa espalda cuya curvatura estilizada, arco de luna, —según decida cada viajera mirada—, desciende hacia, o emerge de, una diminuta cintura. Tiene mejillas sonrosadas. Rojiza cabellera, engalanada por una orquídea púrpura de nimbo blanquecino, que ondea ascendiendo en hipotéticas brisas. Un ave de largo pico y esplendida cola, un diluvio de relámpagos emplumados acabados en chispazos tornasoles, reposa sobre su mano izquierda. Enguantada. Longilínea. Diluvio de arabescos y florales gestos. Su talle irradia una vaporosa falda prismacolor. Volátil remolino. Una sedosa chalina serpentea con textil picardía sobre la artística caída del brazo derecho proyectado a la zaga. Con rítmica exquisitez la mano diestra pende inocente sobre la danzarina cadera. Tal apoteosis de feminidad, que doscientas palabras no atrapan, la consuma en asomo airoso, un turgente seno zurdo cuyo altivo pezón vence la gravedad. Es la Amazona de la portada, como la llamo con licencia poética y he fracasado intentando traducir por escrito su magnificencia gráfica. Como sea, en carne y hueso la mujer no existe. Es fruta exuberante del árbol del talento creativo de la ilustradora y diseñadora gráfica colombiana Gisela Bohórquez, y ocupa la carátula que abre la anterior edición (#70) de proyectodiseño, titulada “Mujeres sin nervios a bordo del diseño”. Cuando indagué sobre dicha ilustración con la propia Gisela, ella me remitió su descripción de la ficcional fémina. Comienza con una frase del poema Adán y Eva, del vate mexicano, Jaime Sabines Gutiérrez (1926-1999): “Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas”, y la transcribo pues creo que en el diseño se sitúa mucho la imagen en la historia pero se cuenta poco la historia de la imagen: “Entre lo simple y lo complejo se mueve el espíritu femenino, la falda llena de detalles y color que intenta representar su multiplicidad, su universo, contrastando con su sencilla desnudez, en un movimiento delicado pero seguro. El poder de lo bello y único está en sus manos, una mirada altiva y un cabello que se eleva hablan del carácter, algunas veces caótico pero con la certeza de lo que se desea”. Todo llama a conjeturar. Para mí, mujeres y hombres son dos versiones institucionalizadas de la mirada: las mujeres son la mirada a quien miran, y los hombres la mirada que mira; por eso, tantas veces en el documental humano, ellos aparecen activos y ocupados, y ellas pasivas y ornamentales. A resultas de eso, en bondad ellos piensan y ellas sienten. En maldad ellos mutilan y ellas envenenan. La quietud representacional embelesa, inquieta y aterra; esta Amazona de la portada es transgresora, en su desnudez a medias, y conservadora al plasmar (por naturalidad, piel clara, delgadez, juventud), cierto legado mujeril idealizado que se remonta a las afroditas y ateneas helénicas. Además el rótulo de “15 años” sobre su falda en la referida carátula le confiere un tinte de niña grande, de núbil mujer. Eso cree advertir María Fernanda Perilla Buitrago, joven estudiante de diseño industrial tadeísta, al observarla en portada: “¿Fue intencional, verdad?”, me dice; “¿Qué?”, le pregunto; “Lo de la quinceañera”, responde. Me ilumino ¿Fiesta de quince simbólica? Viajo a 1987. El cinema de la memoria retransmite una clásica telenovela. En pantalla Adela Noriega y Thalía Sodi. Televisa. Una canción de Timbiriche suena: “Ahora despierta la mujer que en mi dormía y poco a poco se muere la niña, empieza la aventura de la vida”. ¡Menuda casualidad! celebrar el decimoquinto aniversario de proyectodiseño

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hablando de lo femenino en el diseño, ¿acaso el inconsciente gastó una broma al equipo editorial? No sé. Como fuere la coincidencia sorprende. Objeto de estudios, históricos, antropológicos y socioculturales. El rito de la quinceañera (the sweet sixteen o ‘dieciséisañera’, en Canadá y Estados Unidos) es tradicional en América Latina. Procede de ceremonias aztecas y mayas; y también de la presentación en sociedad de las señoritas en la Europa católica. Mitad religiosa. Mitad social. Aun hoy amalgama estéticas condensadas en trajes largos, rosa y lavanda: algo diosas griegas, algo corte de Luis XV, algo princesas Disney, celebración, flores, medallas, valses, tiaras, anillos, los primeros zapatos de tacón alto, crucecitas, rosarios, etc. La fiesta y el concepto de quinceañera son cuestionados por diversos discursos feministas y valedores de los derechos de la mujer, para quienes tal festejo ratifica la noción de mujer-objeto sexual intercambiable entre hombres: pues, envuelta en símbolos que fomentan la pasividad y la pureza, la niña pasa de ser propiedad paterna a prepararse como mujer para pertenecer al esposo. A la inversa, los rituales iniciáticos para hombres son afirmaciones de independencia.

Imágenes (Izquierda) de la Telenovela Quinceañera (Televisa, 1987) de izquierda a derecha Thalía y Adela Noriega; (Derecha) Timbirche interpreta la canción de Quinceañera: de izquierda a derecha: Edith Márquez, Paulina Rubio, Thalía Sodi Miranda y Alix Bauer

Presumo que tal vez fotografiar y dibujar con mayor frecuencia a las mujeres en actos dinámicos, como fabricantes y constructoras, contribuya a equilibrar en los imaginarios sociales sus roles con los de los hombres. Quizás la costumbre de caracterizarlas como naturales y reposadas, propicia en el reino del diseño, que los machos humanos prosigan siendo los Pigmaliones que acaparan honores por diseñar, en tanto muchas hembras quedan constreñidas al papel de diseñadas y tiernas Galateas. El germen de las asimetrías acaso está en las prácticas que papá civilizador y mamá cultura (¿occidental?) establecieron para que las niñas jugaran a ser pequeñas reinas o cocineras en casa, mientras los niños hacían aviones de papel, trepaban árboles y exploraban el jardín como científicos o guerreros miniatura. Pese al progreso, aun ecos milenarios las empujan a ellas a habitar el espacio, y las geografías del cuerpo mediante el espejo; y a ellos a controlar el tiempo y las historias de la mente mediante el reloj. Ellas joyas y trajes. Ellos máquinas y motores. ¿Qué tal gente todo?

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Examinar el sexo y el género de quienes diseñan o usan lo diseñado, revelará las eventuales particularidades que imprimen a sus valoraciones y creaciones. O explicará tantas relaciones instauradas en aulas de clase, talleres de diseño y ambientes de negocios (donde las proporciones entre mujeres y hombres varían). No es identificable un conjunto estándar de atributos masculinos o femeninos. No hay mujeres u hombres esenciales. En cada persona coexisten matices femeninos y masculinos diversos. Por eso, sin meditación sobre quién los diseñó, los artefactos encubren lo más elocuente de sus significados. Así, resulta erróneo asumir que hablar de género, es sólo hacerlo de mujeres, porque todo rediseño que las mujeres hacen de sus feminidades, llama a reflexionar a los hombres sobre cómo diseñaron las mismas masculinidades que engendraron, entre otras, todas las guerras. Más allá de los objetos quietos, señaló la historiadora del diseño Judy Attfield en su obra Wild things: the material culture of everyday life, superando enfoques estéticos abstractos, o funcionalismos impersonales, está la plasticidad dialogada de los artefactos, que puede emplearse como un lenguaje para articular mundos materiales diferentes. Lo que fue diseñado de determinada manera, puede siempre diseñarse de otras. ¿Cómo forjan subjetividad los artefactos?, ¿cómo niñas y niños interiorizan gracias a ellos ideales de masculinidad y feminidad? No tengo respuestas categóricas a tales preguntas, pero espero poco de un ambiente de diseño cuyos integrantes estén reacios a meditarlas. Por lo mismo, sé que lo hecho por proyectodiseño al destinar toda una edición a lo femenino en diseño y resaltar en ella muchas mujeres, modelos de rol, para nuevas diseñadoras, resonará para Colombia en la posteridad. También los ritos pueden rediseñarse. Lo presiento. Otra vez es 1987. Escucho en coro cuatro jóvenes y muy hermosas cantantes mexicanas: Alix Bauer. Edith Márquez. Thalía. Paulina Rubio. Integran la banda Timbiriche, su canción me anima: “y ahora me enciende como un sol la primavera, mis sueños se convierten en promesas, me cambia el corazón de quinceañera”. [email protected] Referencias: Sobre: Las situaciones diseñadas, consultar: https://www.academia.edu/2937023/33._Las_situaciones_dise%C3%B1adas_una_exploraci%C3%B3n_de_g%C3%A9ne ro_al_dise%C3%B1o_colombiano_seg%C3%BAn_lo_publicado_en_la_revista_proyectodise%C3%B1o_entre_1995_y_ 2011_Espa%C3%B1ol_2013_ La revista proyectodiseño, consultar: http://www.proyectod.com/columnas/ El trabajo de ilustración de Gisela Bohórquez, consultar: http://giselabohorquez.blogspot.com/ Los videos de Quinceañera, consultar: https://www.youtube.com/watch?v=kjL_NPEgvxw (Timbiriche - Quinceañera (Thalia. Paulina Rubio. Edith Marquez. Alix) https://www.youtube.com/watch?v=Bqyux8WwaUo (Quinceañera VideoClip Original) Telenovela, Televisa 1987. Judy Attfield consultar: Attfield, J. (2000). Wild things: The material culture of everyday life. Oxford: Berg. https://www.questia.com/library/102320336/wild-things-the-material-culture-of-everyday-life

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