Quimioterapia y paliación en enfermos con cáncer avanzado

June 14, 2017 | Autor: Carlos Centeno | Categoría: Quality of life, Antitumor Activity, Functional Status
Share Embed


Descripción

[0212-7199(2000) 17: 8; pp 434-444] ANALES DE MEDICINA INTERNA Copyright © 2000 ARAN EDICIONES, S.A. AN. MED. INTERNA (Madrid) Vol. 17, N.º 8, pp. 434-444, 2000

Quimioterapia y paliación en enfermos con cáncer avanzado A. SANZ RUBIALES, M. L. DEL VALLE RIVERO, M. GARAVÍS VICENTE, P. REY CASTRO, C. CENTENO CORTÉS, S. HERNANSANZ DE LA CALLE*, F. LÓPEZLARA MARTÍN Servicio de Oncología. *Unidad de Medicina Paliativa. Hospital Universitario de Valladolid CHEMOTHERAPY AND PALLIATION IN ADVANCED CANCER PATIENTS

RESUMEN

ABSTRACT

La quimioterapia es un tratamiento efectivo en numerosos cánceres avanzados. Sin embargo, sus efectos secundarios pueden ensombrecer el beneficio de la respuesta antitumoral. A la hora de valorar la indicación de este tratamiento es preciso conocer la sensibilidad del tumor al tratamiento, los efectos secundarios y el beneficio que se espera obtener, sobre todo expresado como: alivio de síntomas o retraso en su aparición, mejoría de la calidad de vida, aumento de la supervivencia y reducción del volumen tumoral. También es necesario tener en cuenta el estado general y funcional del enfermo, el pronóstico, la sintomatología y su interés en recibir un tratamiento oncológico. De acuerdo con estos parámetros se puede individualizar el esquema terapéutico y seleccionar aquellos pacientes en los que es mayor la expectativa de beneficio por el efecto paliativo de la quimioterapia.

Chemotherapy shows antitumoral activity in several advanced can cers. However, toxicity is frequent and may even overwhelm the clinical benefit of antineoplastic activity. To recommend such a treatment, we need to know the sensibility of cancer to therapy, its toxic effects and the clinical benefit we are looking for, expressed as: symptoms relief or delay in its presentation, improvement in quality of life, increase in ove rall survival and reduction in tumor volume. We need also to evaluate the performance status and functional status of each patient, its progno sis, the severity of symptoms and its interest to receive any antitumor tre atment. According to these parameters we can individualise each the rapy to select those patients whose expected benefit from this palliative chemotherapy is higher.

PALABRAS CLAVE: Quimioterapia. Cáncer. Síntomas. Paliación. Metás-

KEY WORDS: Chemotherapy. Cancer. Symptoms. Palliation. Metastases.

tasis.

Sanz Rubiales A, del Valle Rivero ML, Garavís Vicente M, Rey Castro P, Centeno Cortés C, Hernansanz de la Calle S, López-Lara Martín F. Quimioterapia y paliación en enfermos con cáncer avanzado. An Med Interna (Madrid) 2000; 17: 434-444.

INTRODUCCIÓN

La incidencia de tumores malignos en los países occidentales se encuentra estabilizada en los últimos años (1,2). En este tiempo la mortalidad sólo se ha reducido discretamente en las personas de menos de 50 años, gracias a la difusión de campañas preventivas y a ciertos avances en el tratamiento (3,4). En cualquier caso, más del 50% de los enfermos diagnosticados de cáncer fallecen por esta enfermedad, lo que en España suponía en 1992 el 23% de todos los fallecimientos (5). Con otras palabras, cerca de una de cada cuatro personas padecerá en algún momento de su vida un cáncer incurable. A la hora de plantear un tratamiento antineoplásico en el cáncer avanzado es preciso valorar los beneficios y los riesgos (6,7). Entre los beneficios se admite que la quimioterapia puede ser capaz de mejorar la calidad de vida y, a veces, también de aumentar la supervivencia en enfermos oncológicos (8,9)

aunque no llega al 5% el porcentaje de curaciones de enfermos oncológicos debido exclusivamente al efecto de la quimioterapia. Aun así, el tratamiento del cáncer se asume como especialmente agresivo: esta agresividad se considera casi imprescindible para poder eliminar las células neoplásicas (10), por tanto, con las dosis terapéuticas de los agentes anti tumorales se producen unos efectos tóxicos que se considera rían inaceptables en el tratamiento de otras enfermedades (11). Por este motivo, se puede crear una actitud de recelo ante la quimioterapia. En Inglaterra, hace pocos años se publicaban los resultados de una encuesta a médicos, enfermeras y población en general en la que se les preguntaba si desearían recibir quimioterapia en caso de presentar un tumor avanzado. Las respuestas se pueden considerar, hasta cierto punto, sorprendentes si se tiene en cuenta que a priori los más reticentes a recibir estos tratamientos eran los propios médicos (12). En otros países, sin embargo, los resultados son diferentes. En

Trabajo aceptado: 7 de Julio de 1999 Correspondencia: Álvaro Sanz Rubiales. Servicio de Oncología. Hospital Universitario de Valladolid. C/ Ramón y Cajal 3, 47011 Valladolid. 50

Vol. 17, N.º 8, 2000

QUIMIOTERAPIA Y PALIACIÓN EN ENFERMOS CON CÁNCER AVANZADO

general, la juventud del paciente, una expectativa de vida prolongada, el beneficio en la supervivencia y/o el alivio de síntomas son factores que favorecen la decisión de recibir quimioterapia (13). A pesar de que un porcentaje elevado de los enfermos que reciben quimioterapia y otros tratamientos antitumorales lo hacen con intención paliativa (14), no son muchos los trabajos que revisan este aspecto (15-20). Y, a la vez, de manera paralela crece el interés por el cuidado y la paliación de los enfermos oncológicos (21). No suele ser fácil tomar una dirección única en lo que es la práctica clínica (22), y menos aún en este ámbito donde se tiende a dar más crédito a la propia experiencia que a los datos publicados (23). De hecho, para algunos, el no poder discriminar cuáles son los pacientes que se van a beneficiar de la quimioterapia es motivo suficiente para recomendarla a todos los que reúnan condiciones para recibirla, para poder ofrecerles a todos una oportunidad de combatir su enfermedad. Es necesario conocer cuáles son los factores pronósticos que más afectan al tratamiento sistémico en el cáncer avanzado (Tabla I) (24). También es preciso definir los parámetros para medir la eficacia del tratamiento (25); hasta hace pocos años se empleaban criterios objetivos que relegaban la mejoría subjetiva (síntomas, calidad de vida, etc.) a un segundo plano, por lo que sólo se han empezado a valorar recientemente (Tabla II) (26-28). Con estos datos es más sencillo decidir, en cada tipo de cáncer, cuáles son los enfermos que pueden alcanzar un beneficio mayor con cada tratamiento. En la tabla III se refleja el pronóstico y la actividad, expresada como porcentaje aproximado de respuestas objetivas (reducción superior al 50%) (29) que alcanza el tratamiento sistémico (quimioterapia u hormonoterapia) en diferentes cánceres avanzados. Es preciso recordar que en estudios prospectivos, donde los enfermos cumplen una serie de criterios de inclusión, los resultados suelen ser mejores que lo que cabe esperar en poblaciones no seleccionadas. CÁNCER DE MAMA

El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en la mujer en nuestro medio. Aunque se considera un tumor quimiosensible, si desarrolla metástasis a distancia no tiene ya perspectivas de curación. Aun así, entre las enfermas con cáncer de mama metastásico tratadas con quimioterapia hay un porcentaje pequeño de supervivientes a largo plazo (inferior al 5%) (30-32). Este tratamiento por sí mismo alcanza respuestas, a menudo con mejoría sintomática (33), y aumenta en meses la supervivencia (34-35). Además, esta supervivencia mejora si se emplean esquemas con varios citostáticos (36) y la administración mantenida de quimioterapia hasta la progresión de la enfermedad puede conseguir también mejorar la calidad de vida (37,38). Es motivo de controversia si las líneas sucesivas de quimioterapia aportan algún beneficio (39,40). Con tratamiento hormonal se pueden conseguir respuestas o estabilizaciones prolongadas en un porcentaje significativo de enfermas, especialmente en mujeres postmenopáusicas con receptores de estrógeno y de progesterona marcadamente positivos (tasa de respuestas superior al 80%). Se pueden encontrar respuestas tanto en la primera línea de tratamiento como en las sucesivas si responden a la primera (41). Las mujeres con tumores poco agresivos (con un intervalo libre de enfermedad prolongado tras el tratamien51

435

TABLA I FACTORES QUE PREDICEN LA EFICACIA Y EL BENEFICIO DE UN TRATAMIENTO SISTÉMICO EN ENFERMOS CON CÁNCER AVANZADO

1ª línea Propios del tumor Histología Sensibilidad al tratamiento Estadio y volumen tumoral Agresividad Factores biomoleculares Propios del tratamiento Toxicidad Vía de administración Capacidad de alterar la historia natural del tumor Intensidad de dosis Propios del enfermos Edad Estado general (Karnofsky) Estado funcional 2ª línea y sucesivas • Los mismos que en 1ª línea de tratamiento • Número de líneas de tratamiento previas • Respuesta al tratamiento previo • Intervalo libre de tratamiento Duración de la respuesta Supervivencia libre de enfermedad to inicial, metástasis óseas, en partes blandas o nódulos pulmonares, y receptores hormonales positivos) son las que consiguen mejores resultados con tratamiento hormonal (42). CÁNCER DE PULMÓN

El cáncer microcítico de pulmón es un muy sensible al tratamiento con quimioterapia. Cuando se diagnostica con enfermedad avanzada, es decir, con evidencia clínica de metástasis a distancia, son muy pocos los enfermos que llegan a ser supervivientes a largo plazo. La quimioterapia es esencial en el tratamiento porque consigue un buen alivio de síntomas en un plazo breve y prolonga la supervivencia (43). En principio, sólo se excluyen del tratamiento citostático los pacientes incapaces de asumirlo por su mal estado general o por otros problemas añadidos. Como una segunda línea, un sólo fármaco alcanza la misma tasa de respuestas y supervivencia que una combinación de citostáticos (44). El cáncer de pulmón no microcítico es menos quimiosensible, aunque hay estudios que reconocen un beneficio muy discreto en la supervivencia en esquemas con cisplatino (4547) o con otros citostáticos, como la vinorelbina (48), en enfermos con tumores avanzados. También los hay que respaldan un efecto paliativo sintomático (49-51), pero la diver-

436

A. SANZ RUBIALES ET AL

AN. MED. INTERNA (Madrid)

TABLA II PARÁMETROS PARA MEDIR LA ACTIVIDAD Y LA EFICACIA DE LOS TRATAMIENTOS SISTÉMICOS EN EL CÁNCER AVANZADO

Respuesta

• Respuesta completa: desaparición de toda evidencia de enfermedad (puede ser clínica y/o patológica) • Respuesta parcial: reducción superior al 50% del volumen tumoral medible • Estabilización (sin cambios): intermedio entre respuesta parcial y progresión • Progresión: aumento de, al menos, el 25% del volumen tumoral medible y/o aparición de nuevas lesiones

Duración de la respuesta

Normalmente se contabiliza desde que se inicia el tratamiento hasta que aparece la primera evidencia de progresión; en los casos de respuesta completa se puede tomar como primera referencia el momento en que se confirma esta respuesta

Tiempo hasta la progresión

Medido desde que se inicia el tratamiento hasta que aparece la primera evidencia de progresión

Supervivencia libre de enfermedad

Desde que se consigue que desaparezca toda evidencia de tumor (mediante quimioterapia u otros tratamientos) hasta la recidiva

Supervivencia sin incidencias (event free survival)

Desde que se consigue que desaparezca toda evidencia de tumor (mediante quimioterapia u otros tratamientos) hasta la recidiva o la aparición de otras complicaciones derivadas o no del tumor o del tratamiento

Supervivencia libre de síntomas

Desde que se consigue que desaparezcan los síntomas derivados de la enfermedad hasta su reaparición

Supervivencia global

Medida desde el momento en que se inicia el tratamiento hasta el fallecimiento

Supervivencia específica por una causa

Mide el mismo tiempo que la supervivencia global pero sólo considera las muertes por el tumor o sus complicaciones, no considera las muertes esporádicas o no relacionadas

Calidad de vida

Medida por parte del paciente y/o el médico a través de pruebas validadas, mediante la comparación entre toxicidad y prolongación de la supervivencia (Q-TWIST) o por la relación entre beneficio en supervivencia y calidad de vida (QALY)

Relación coste / beneficio

Relación entre los medios terapéuticos aplicados (y su coste) y el beneficio terapéutico obtenido

sidad de los resultados (52) y los problemas de diseño de muchos estudios restan fiabilidad a las conclusiones (53,54). Aumentar la intensidad de dosis por encima de los límites normales no parece aumentar ni la tasa de respuestas ni la supervivencia (55). Se recomienda administrar quimioterapia a los enfermos con cáncer avanzado que mantienen un buen estado general (56), generalmente con combinaciones de cisplatino (57). Aunque se suponía que los resultados eran mejores si se mantenían 6 ciclos de quimioterapia, los datos de un estudio comparativo sugieren que con sólo tres ciclos se obtienen la misma paliación pero con menos toxicidad (58). Aunque parece que la proporción se reduce de año en año, son aún muchos los oncólogos que no se animarían a recibir quimioterapia si padeciesen un cáncer de pulmón no microcítico (59). TUMORES DIGESTIVOS

El cáncer de esófago (epidermoide o adenocarcinoma) es un tumor parcialmente quimiosensible, con una tasa de respuestas cercana al 40% (60,61). Aunque no parece que la quimioterapia consiga mejorar el pronóstico, puede conseguir de manera transitoria un buen alivio de síntomas, locales (disfagia, dolor, etc.) o a distancia, en enfermos con buen estado general (62). El adenocarcinoma gástrico es un tumor parcialmente sensible a la quimioterapia (63,64). Como en otros tumores, resulta llamativa las diferencias en la actividad de este tratamiento que comunican diversos autores (65). Se acepta que la quimioterapia puede alcanzar paliaciones efectivas en los enfermos que alcanzan respuesta. Algunos estudios comparativos aleatorizados muestran también un beneficio significativo en la supervivencia en enfermos que recibieron quimioterapia (66).

Aunque los resultados no son concluyentes (67), algunos pacientes con cáncer de páncreas o cáncer de vías biliares (68,69) se podrían beneficiar de la quimioterapia. En un estudio aleatorizado que compara 5-fluorouracilo y gemcitabina en el tratamiento paliativo del cáncer de páncreas, la gemcitabina alcanzaba un control de síntomas mejor y una discreta mejoría en la supervivencia, cercana a un mes, y con una tolerancia aceptable a este tratamiento (70). En este ensayo llama la atención la diferencia entre el beneficio clínico del tratamiento, que es el objetivo primario, y la baja tasa de respuestas objetivas (menor del 10%). En cualquier caso, es preciso seleccionar los pacientes que reúnen las mejores condiciones para recibirlo. También hay datos aislados que respaldan el efecto de un antiandrógeno como la flutamida en cáncer de páncreas, aunque los estudios con otros tipos de hormonoterapia han resultado negativos (71). Los efectos paliativos de la quimioterapia y de otros tratamientos sistémicos en los tumores neuroendocrinos de páncreas o de otros orígenes a nivel gastrointestinal son bastante dudosos (72). El hepatocarcinoma es un tumor poco sensible a los tratamientos citostáticos y en el que el beneficio de la quimioterapia (sistémica o intraarterial) es escaso (73,74). En los primeros datos en enfermos con tumores irresecables se observó que el tratamiento con tamoxifeno podría prolongar la supervivencia de estos pacientes (75), aunque seguía siendo motivo de controversia (76). Finalmente, los resultados más recientes no respaldan que el tamoxifeno sea efectivo en el cáncer de hígado (77). El cáncer de colon es un tumor poco sensible al tratamiento citostático; la tasa de respuesta con los esquemas habituales raramente supera el 20-30%, aunque con algunos tratamientos se han llegado a publicar resultados espectaculares, con más del 60% de respuestas objetivas que no se han confirmado en estudios ulteriores (78). Sin embargo, la quimioterapia, sisté52

Vol. 17, N.º 8, 2000

437

QUIMIOTERAPIA Y PALIACIÓN EN ENFERMOS CON CÁNCER AVANZADO

TABLA III PRONÓSTICO Y ACTIVIDAD APROXIMADOS DE LA QUIMIOTERAPIA Y/O DEL TRATAMIENTO HORMONAL (*) COMO PRIMERA LÍNEA DE TRATAMIENTO EN DIFERENTES CÁNCERES AVANZADOS

Tumor

Tasa de respuestas

Mediana de supervivencia

Supervivencia a 2 años

Supervivencia a largo plazo

Linfoma no Hodgkin de alto grado

≥ 90%

2 años

50%

30%

Tumor germinal

≥ 90%

> 10 años

90%

> 70%

Enfermedad de Hodgkin

90%

> 10 años

90%

> 60%

Pulmón microcítico

80%

10 meses

20%

< 5%

Linfoma no Hodgkin de bajo grado

70%

5 años

80%

20%

Próstata

< 20% 80% *

2 años

50%

< 5%

Ovario

60%

18 meses

30%

< 10%

Mieloma múltiple

50%

2 años

50%

< 20%

Mama

50% 30% *

2 años

50%

< 5%

Vejiga

50%

9 meses

< 20%

< 5%

ORL

50%

6 meses

< 10%

< 5%

Esófago

40%

6-9 meses

< 10%

< 5%

Gástrico

40%

6-9 meses

< 20%

< 5%

Pulmón no microcítico

30%

6-9 meses

< 20%

< 5%

Cérvix

30%

6-9 meses

< 20%

< 5%

30% 25% *

6-9 meses

< 20%

< 5%

Sarcoma de partes blandas

25%

9 meses

< 20%

< 5%

Melanoma

25%

9 meses

< 20%

< 5%

Colon

20%

9 meses

< 20%

< 10%

Hepatocarcinoma

20%

6 meses

< 10%

< 5%

Renal

< 20%

6-9 meses

< 20%

< 5%

Páncreas

< 20%

< 6 meses

< 10%

< 5%

Metástasis de origen desconocido

< 20%

< 6 meses

< 10%

< 5%

Endometrio

mica o a través de la arteria hepática, basada en 5-fluorouracilo o derivados permite alcanzar una paliación de síntomas aceptable y mejorar la supervivencia en enfermedad avanzada (79,80). La administración de quimioterapia antes de que aparezca clínica por la enfermedad aumenta tanto la supervivencia como el tiempo libre de síntomas (81). La relación entre coste y eficacia también respaldan el beneficio de la quimioterapia (82). Por otra parte, hay trabajos recientes que sugieren que también una segunda línea de tratamiento citostático con irinotecán (CPT-11) consigue una mejoría sintomática y de la supervivencia en enfermos que tienen tumores resistentes a 5fluorouracilo (83,84). 53

CÁNCER DE CABEZA Y CUELLO

En los tumores avanzados o recidivados de la esfera otorrinolaringológica, en su mayoría carcinomas epidermoides, se puede alcanzar una buena respuesta con quimioterapia (generalmente combinaciones de cisplatino y 5-fluorouracilo), que se traduce en un alivio de síntomas (85) sin modificar la supervivencia. En el cáncer de cávum el incremento de las dosis es posible que aumente las tasas de respuesta, pero no está claro que en este caso sea aceptable la relación entre toxicidad y beneficio (86). En general las respuestas son transitorias (pocos meses) y el beneficio subjetivo se puede oscurecer por la toxici-

438

A. SANZ RUBIALES ET AL

dad del tratamiento: vómitos por cisplatino, reaparición de los efectos locales de la radioterapia (efecto recall), etc. Además, es frecuente administrar la quimioterapia en regímenes de infusión continua que limitan la actividad del enfermo. Los cánceres de tiroides bien diferenciados (papilar, folicular) son tumores malignos potencialmente curables en estadios avanzados en los que no es preciso emplear quimiotera121 pia (87,88). El iodo radiactivo ( I) es capaz de inducir respuestas y de controlar la enfermedad fuera del tiroides. En los tumores anaplásicos, con muy mal pronóstico, y en los carcinomas medulares (89) no está claro que la quimioterapia aporte ningún beneficio.

TUMORES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Los tumores del sistema nervioso central se suelen caracterizar por su poca sensibilidad al tratamiento con quimioterapia y, en general es difícil valorar la respuesta y otros parámetros de actividad del tratamiento (90). Solamente algunos subtipos como el oligodendroglioma anaplásico, alcanzan una tasa elevada de respuestas (superior al 50%) con tratamiento sistémico y una supervivencia prolongada (91-93); sólo en estos casos estaría justificado administrar tratamiento fuera de ensayos clínicos. La colocación intracerebral de un polímero que libera carmustina (BCNU) puede aumentar discretamente la supervivencia en enfermos con glioblastoma multiforme recidivado (94).

LINFOMA

Los linfomas son tumores con una gran sensibilidad al tratamiento. La tasa de supervivencia a largo plazo (probables curaciones) con combinaciones de quimioterapia en linfomas de alto grado se sitúa en torno al 20-60% (95) y, en la enfermedad de Hodgkin avanzada o en recidiva tras radioterapia, en más del 60% (96). Aun como tratamiento de segunda línea la quimioterapia puede alcanzar respuestas y prolongar la supervivencia (97) y es un tratamiento efectivo en el control de síntomas (98,99). Los corticoides pueden conseguir una paliación efectiva, pero transitoria en las neoplasias hematológicas (linfomas, enfermedad de Hodgkin, leucemias y mieloma múltiple) (100). Es difícil definir una quimioterapia como únicamente paliativa en un linfoma de alto grado y descartar cualquier intención curativa: en los tumores con posibilidades de curación con la primera o la segunda línea de quimioterapia no se aspira únicamente al alivio sintomático. Sin embargo, si se tiene en cuenta que el tratamiento estándar en la recidiva es la administración de dosis altas de quimioterapia con autotransplante de células progenitoras de sangre periférica, es probable que los que recidiven tras este tratamiento no consigan una curación con más líneas de quimioterapia: sólo alivio sintomático y/o mejoría en el tiempo hasta la progresión o en la supervivencia. En los linfomas de bajo grado avanzados la situación es diferente ya que se consideran incurables y la quimioterapia (en primera línea o en líneas sucesivas) consigue buenas respuestas pero no está claro que mejore significativamente la supervivencia. Se recomienda administrarla cuando el paciente presenta síntomas. Si se encuentra asintomático es suficiente el seguimiento: “esperar y ver” (watch and wait) (101).

AN. MED. INTERNA (Madrid)

TUMORES UROLÓGICOS

La quimioterapia no ha demostrado una actividad significativa en el cáncer renal avanzado por lo que no se puede considerar que haya una indicación para este tipo de tratamiento (102). La inmunoterapia se considera un tratamiento prometedor (103,104) y cuando se emplea combinada (interleukina + interferón) ha demostrado ser más activa que si se administra un solo fármaco; sin embargo, sólo ha alcanzado, en ensayo comparativo fase III, una tasa de respuestas reducida, del 18%, a costa de provocar un deterioro del estado general en más de un tercio de los pacientes, por lo que su efecto paliativo es más que dudoso (105). Los factores pronósticos que se asocian a una progresión rápida son: más de una localización metastásica, metástasis hepáticas y un intervalo libre de enfermedad inferior a un año. No se recomienda administrar un tratamiento oncológico sistémico sólo para aliviar síntomas, como el dolor secundario a metástasis óseas, o para tratar complicaciones agudas (106). El cáncer de vejiga es una neoplasia moderadamente quimiosensible (107,108). Cuando aparecen metástasis tras una cirugía radical (cistectomía) la quimioterapia consigue un 50% de respuestas objetivas y un porcentaje pequeño de supervivientes a largo plazo. Se ha observado que una combinación de cisplatino con otros citostáticos (M-VAC) alcanza una supervivencia más prolongada que el cisplatino como agente único (109) lo que hace pensar que la poliquimioterapia paliativa es capaz de aumentar de una manera moderada la supervivencia de estos enfermos, aparte del efecto de alivio de síntomas debidos al tumor. Sin embargo la toxicidad puede ser importante: por la administración en enfermos cistectomizados de un agente como el cisplatino que, aparte de su efecto emetizante, es nefrotóxico y requiere una hidratación abundante. Además la toxicidad hematológica no es despreciable. No se ha demostrado que aumentar la dosis de quimioterapia mejore los resultados (110). El cáncer de próstata avanzado suele presentar un crecimiento lento que no afecta a órganos vitales, lo que se traduce en una expectativa de vida prolongada en relación con otras neoplasias metastásicas (111,112). Además, se caracteriza por ser el tumor más sensible al tratamiento hormonal (113). No está claro que el bloqueo androgénico completo (con castración y antiandrógenos) mejore la supervivencia significativamente (114) respecto a otros tratamientos hormonales puede lograr que las respuestas aparezcan antes y que se retrase la progresión. Además, la tolerancia suele ser aceptable. En los casos en que progresa al tratamiento hormonal, las opciones terapéuticas ulteriores que se puedan emplear (quimioterapia, agentes con efecto hormonal y citotóxico como el estramustine, un antagonista de los factores de crecimiento como la suramina (115) o el estroncio radiactivo) no parecen mejorar la supervivencia (116) aunque sí que pueden obtener respuestas y/o alivio sintomático (117). En esta línea comienzan a aparecer estudios prometedores con quimioterapia y/o hormonas dirigidos sólo al alivio sintomático (118). El criterio de respuesta en cáncer de próstata se basa en ocasiones en el alivio sintomático y en el descenso del PSA, que guardan entre sí una buena relación (119), sin hacer referencia a la reducción del tamaño de las lesiones óseas (120,121). En relación con los tumores germinales, de origen testicular o no, hay que plantear un tratamiento curativo siempre que sea posible. Hasta el 70-80% de los enfermos que se presentan con 54

Vol. 17, N.º 8, 2000

QUIMIOTERAPIA Y PALIACIÓN EN ENFERMOS CON CÁNCER AVANZADO

439

enfermedad diseminada al diagnóstico se pueden curar con los esquemas actuales de tratamiento (122). En los pocos cánceres verdaderamente refractarios (incluso a las dosis altas de quimioterapia con soporte hematopoyético) se recomienda incluir a los enfermos en estudios en fase II de nuevos fármacos (123). TUMORES GINECOLÓGICOS

El carcinoma epitelial de ovario es un tumor sensible a la quimioterapia, con tasa de respuestas del 50-70% con esquemas que incluyen derivados del platino (124,125); en estadio III (carcinomatosis peritoneal) un 20-40% alcanzará una respuesta completa patológica en el second look. Aunque se considere enfermedad avanzada, también en los casos con diseminación peritoneal se considera la posibilidad de una citorreducción quirúrgica en pacientes con enfermedad avanzada (estadios III y IV) para mejorar la actividad de la quimioterapia. Y se consigue mejorar la calidad de vida y alcanzar una tasa de supervivencia a 5 años del 10-20% (126). El carboplatino como fármaco único presenta una actividad aceptable con poca toxicidad (127). La administración de dosis más altas de quimioterapia aumenta la toxicidad sin mejorar el resultado terapéutico (128). Las segundas y sucesivas líneas de tratamiento se reservan a enfermas que han mantenido un intervalo libre de enfermedad prolongado tras la quimioterapia (129) ya que son las que pueden alcanzar más respuestas y un mayor alivio sintomático (Fig. 1). También se han descrito respuestas a tratamiento hormonal (31). El adenocarcinoma de endometrio suele presentar pocas respuestas a la quimioterapia. Sin embargo, los tumores de bajo grado que presentan receptores hormonales pueden alcanzar una tasa de respuestas superior al 50%, algunas de éstas prolongadas. En estos casos, el tratamiento de elección es la hormonoterapia (progestágenos), con la que se puede lograr una calidad de vida aceptable (130,131). El carcinoma de cérvix avanzado se presenta con frecuencia como recidiva local. Como en otros tumores en los que la radioterapia suele formar parte del tratamiento inicial, las recidivas en la zona irradiada suelen responder peor a la quimioterapia por lo que no suele ser un buen tratamiento paliativo (132). Con afectación a distancia, la respuesta a quimioterapia se puede asociar a una mejoría sintomática.

SARCOMAS

Un artículo reciente de controversia se centra en el tratamiento con quimioterapia en los sarcomas avanzados (133). Como en otros tumores, se admite que la quimioterapia no parece mejorar globalmente la supervivencia pero que algunos pacientes pueden conseguir respuestas mantenidas (134). El mesotelioma tiene características comunes con algunos sarcomas de partes blandas y es poco sensible al tratamiento citostático (135-137). Salvo en pocos casos (138) el pronóstico es desalentador y la expectativa de vida corta. Aun así, en algunos se puede alcanzar una paliación aceptable con quimioterapia, como, por ejemplo, con esquemas de tratamiento que se emplean en cáncer de pulmón no microcítico (139). En los sarcomas óseos (osteosarcoma, sarcoma de Ewing (140)) y en otras neoplasias, como el rabdomiosarcoma, el planteamiento con la quimioterapia es similar al de otros tumo55

Fig. 1. Mujer de 54 años con carcinoma de ovario estadio III. Tras una laparotomía citorreductora recibió 6 ciclos de quimioterapia (cisplatino y Taxol). A los 17 meses de terminar este tratamiento pre sentó una recidiva abdominal con ascitis e implantes peritoneales (Figura 1.1) y elevación del CA-125. Mantenía un estado general del 70% (índice de Karnofsky) y refería dolor abdominal y anorexia. Por el intervalo libre de enfermedad superior a 6 meses se le admi nistró una segunda línea de tratamiento (carboplatino y ciclofosfa mida) con la que alcanzó una respuesta completa clínica: desapari ción del tumor en la TAC (Figura 1.2) y normalización del CA-125. También mejoró el estado general (hasta un índice de Karnofsky del 100%) y desaparecieron el dolor y la anorexia.

res potencialmente curables: es preciso conocer muy bien la historia de la enfermedad y a cada paciente antes de plantear el tratamiento como meramente paliativo, sin intención curativa. MELANOMA

El melanoma es un tumor poco sensible al tratamiento. Se han empleado esquemas que incluyen quimioterapia, tamoxifeno y/o inmunomoduladores. Sin embargo, los resultados no han sido muy esperanzadores. Hay, en todo caso, enfermos que alcanzan respuestas mantenidas (141-142). Cuando la diseminación se limita a un miembro, el tratamiento regional con perfusión intraarterial de quimioterapia y factor de necrosis tumoral (TNF) alcanza una tasa de respuestas cercana al 90% (143). METÁSTASIS DE ORIGEN DESCONOCIDO

Los enfermos con metástasis de origen desconocido en los que el tratamiento sistémico puede mejorar el pronóstico son

440

A. SANZ RUBIALES ET AL

una minoría. En algunos pacientes el tratamiento local puede ser curativo: adenopatía cervical o inguinal por carcinoma epidermoide o adenopatía axilar por adenocarcinoma en una mujer. De los demás enfermos, sólo los subgrupos con características clínicas específicas (carcinomatosis peritoneal por adenocarcinoma en una mujer, que se trata como cáncer de ovario, o metástasis óseas blásticas por adenocarcinoma con PSA positivo en un varón, que se tratan como la hormonoterapia propia de un cáncer de próstata) y aquéllos en los que el estudio inmunohistoquímico descubre un tipo de tumor sensible a la quimioterapia (linfoma, tumor germinal, tumor neuroendocrino) son candidatos a un tratamiento sistémico (144,145). Los demás pacientes, que generalmente se presentan con metástasis por adenocarcinoma, tienen muy mal pronóstico, y sólo los que tienen un buen estado general podrían beneficiarse de un tratamiento con quimioterapia (146). METÁSTASIS ÓSEAS

Los bifosfonatos son agentes que no son propiamente citostáticos pero que pueden inducir respuestas en metástasis óseas y han demostrado también un efecto paliativo en los enfermos que las padecen. Su efecto no es propiamente antineoplásico: no alteran las metástasis extraóseas ni consiguen modificar la historia natural de la enfermedad ni mejorar la supervivencia (147). Se pueden administrar como tratamiento sintomático o combinarlos con un tratamiento antitumoral específico (quimioterapia, hormonas) sin perder la eficacia (148). La administración intravenosa de estroncio radiactivo (89Sr) consigue una buena paliación del dolor óseo especialmente en metástasis blástica por cáncer de próstata (149). LA QUIMIOTERAPIA CON FINALIDAD PALIATIVA

El personal que atiende a enfermos con cáncer avanzado se está sensibilizando sobre el empleo de quimioterapia: sus beneficios y sus riesgos. Comienza a ser más frecuente que los oncólogos se planteen si las ventajas de un tratamiento, en supervivencia, alivio de síntomas, calidad de vida, etc., compensa o supera la toxicidad y la limitación en la calidad de vida que puede provocar en el enfermo (150); el objetivo no es tanto aplicar un tratamiento para la enfermedad sino aportar un beneficio al enfermo (151). Hay estudios que sugieren que la quimioterapia puede mejorar la calidad de vida de algunos de estos enfermos. Estos datos se deben tomar, como sucede en muchos ensayos clínicos, con cierta cautela porque los sesgos de selección dificultan que se puedan extrapolar a la población general (152). Además, esta calidad de vida se puede interpretar no sólo como un efecto del tratamiento sino también, en cierta medida, como un factor pronóstico (153,154). Ya se había encontrado que la propia respuesta a la quimioterapia es un factor que selecciona a los de mejor pronóstico y puede predecir su evolución (155) igual se ha visto que aquellos en los que el tratamiento mejora los síntomas, el estado general, etc., son también los que ya tenían por sí un pronóstico mejor. Además, en muchos tumores hay un pequeño porcentaje de enfermos que alcanzan respuestas mantenidas, aunque no se sabe si más que mejorar la supervivencia y alcanzar, tal vez, una posible curación, lo que se hace es seleccionar aquellos pacientes con tumores de mejor pronóstico y con un curso más indo-

AN. MED. INTERNA (Madrid)

lente. Hay también otros factores difíciles de controlar que pueden influir en el efecto de estos tratamientos como el apoyo psicoemocional, que puede cambiar la calidad de vida e, incluso, la supervivencia de enfermos con cáncer avanzado (156). No es fácil saber en qué medida la mejoría subjetiva que puede inducir la quimioterapia puede estar mediada por la medicación concomitante con la que se administra (corticoides, ansiolíticos, etc.) o por el seguimiento estrecho que exigen estos enfermos a nivel hospitalario para el control de los efectos secundarios y la administración repetida de los ciclos. No siempre el tratamiento más agresivo o la combinación de varios esquemas terapéuticos, que se puede traducir en una tasa de respuestas más elevadas, aporta una paliación mejor, sobre todo si aumenta a la vez la toxicidad (157). Todos estos datos sugieren, también dentro de la quimioterapia paliativa, que para que los datos tengan validez tienen que estar respaldados por ensayos comparativos aleatorizados. Y el tratamiento control, definido como el mejor cuidado paliativo, debería estar atendido también por especialistas en medicina paliativa con recursos terapéuticos adecuados. Es importante conocer hasta qué punto los enfermos con cánceres avanzados están informados sobre su enfermedad (diagnóstico y pronóstico) (158) y sobre el efecto y la intención del tratamiento con quimioterapia (159) especialmente cuando es paliativa. En Norteamérica, donde el enfermo tiene un conocimiento más claro de su diagnóstico y puede valorar mejor los beneficios de un tratamiento, en una encuesta reciente en pacientes con carcinoma no microcítico de pulmón avanzado tratados con esquemas de quimioterapia con cisplatino, la mediana de mejoría de la supervivencia que según los enfermos les compensaría por el tratamiento recibido era de 4,5 meses. Sin embargo, dos de cada tres de estos enfermos hubiesen aceptado la misma quimioterapia aunque no les cambiase el pronóstico de supervivencia si les producía un alivio de los síntomas del cáncer (160). Hay datos que muestran que muchos enfermos con cánceres avanzados siguen contemplando su tratamiento como si fuera curativo (161,162) o que, al menos, piensan que el pronóstico en supervivencia de su enfermedad es mejor que el real, lo que les hace inclinarse más por recibir un tratamiento oncológico activo como puede ser la quimioterapia (163). Esto hace dudar del tipo de información que reciben. Es difícil plantear así la información (164,165), pero ¿cambiaría el número de enfermos que reciben quimioterapia paliativa si se les explicase claramente que ese tratamiento no aporta ninguna perspectiva de curación? ¿Y si se les explicase el objetivo: alivio de síntomas y/o prolongación limitada de la supervivencia? Otra cuestión, a veces más difícil, es decidir en qué momento se debe suspender la quimioterapia y explicarle al enfermo esta decisión y el porqué (166). Las segundas y sucesivas líneas de tratamiento con quimioterapia son frecuentes también en tumores sólidos. Se puede esperar que la tasa de respuestas sea proporcional al beneficio terapéutico. Sin embargo, en algunos tumores se describe una mejorías sintomática con independencia de la respuesta al tratamiento anterior, como en el cáncer de colon (167) o, incluso, en el de páncreas (168). A pesar de estas excepciones, se aprecia que los enfermos que más se benefician de las segundas líneas de tratamiento son los que mantiene un buen estado general, los que respondieron a los tratamientos anteriores y los que han permanecido durante un 56

Vol. 17, N.º 8, 2000

QUIMIOTERAPIA Y PALIACIÓN EN ENFERMOS CON CÁNCER AVANZADO

espacio temporal prolongado sin recidiva ni progresión. Se suelen considerar refractarios los que progresan mientras reciben o en los meses inmediatamente posteriores a recibir una línea de tratamiento con el esquema que se considera más activo en cada caso: combinaciones con antraciclinas en cáncer de mama, con derivados del platino en los de ovario o con 5-fluorouracilo en los de colon y recto. Se suele recomendar una segunda línea de tratamiento, aparte de en los tumores hematológicos y en los germinales, en los cánceres sensibles a la primera línea y con un intervalo libre suficiente sin progresión tras suspender el tratamiento, por ejemplo. tres meses en el cáncer de mama o seis meses en el de ovario (Fig. 1) o en el microcítico de pulmón. Este criterio es útil tanto si se emplea quimioterapia como si se administran hormonas. Antes de terminar es preciso hacer una anotación sobre el coste de estos tratamientos. Intentar valorar la relación entre beneficio y toxicidad en estos tratamientos es difícil, y esta estimación se complica aún más si se tiene en cuenta la relación entre precio y beneficio: ¿cuánto puede o debe pagar un particular, una compañía o el Estado por un alivio sintomático aceptable? (169,170). Sin duda, ésta es, hoy por hoy, una cuestión sin resolver y abierta a la controversia. Cualquier línea general de actuación que se quiera sugerir corre el riesgo de estar muy limitada por la experiencia propia. Aun así, se acepta que los tumores se pueden dividir de acuerdo con su sensibilidad a los tratamientos sistémicos, sobre todo a la quimioterapia (Tabla IV), para hacer recomendaciones prácticas sobre su empleo como tratamiento paliativo en el cáncer avanzado. RECOMENDACIONES

• Salvo el carcinoma microcítico de pulmón y los linfomas de bajo grado, en tumores con una tasa de respuestas elevada (superior al 60%) (171), aun en presencia de enfermedad avanzada, se puede alcanzar un porcentaje importante de curaciones con quimioterapia como primera o incluso segunda línea de tratamiento. En estos casos, el objetivo ordinario del tratamiento debe ser la curación, no la paliación. • En cánceres avanzados con gran sensibilidad a la quimioterapia y/o a la hormonoterapia (tasa de respuestas ≥ 50%), el tratamiento oncológico sistémico suele ser la mejor paliación ya que la presencia de síntomas suele relacionarse con el volumen tumoral. Sólo debería omitirse la quimioterapia en enfermos con que presentan un mal estado general y/o un deterioro importante de sus funciones porque

441

TABLA IV EFECTOS SECUNDARIOS DE LA QUIMIOTERAPIA QUE MÁS REPERCUTEN EN LA CALIDAD DE VIDA DEL ENFERMO (6,7)

náuseas y arcadas alopecia astenia vómitos punciones / inyecciones pensar en acudir al tratamiento estreñimiento repercusión en los familiares depresión ansiedad

en ellos el riesgo de toxicidad es mayor. La edad, per se, no contraindica un tratamiento pero predice un riesgo mayor (a veces excesivo) de toxicidad (172). Es excepcional, sin embargo, que no se pueda administrar por estos motivos un tratamiento hormonal. El número de ciclos que se deben administrar se adaptan al tipo de tumor y a la respuesta obtenida. • En los cánceres parcialmente quimiosensibles (tasa de respuestas objetivas del 25-50%) la quimioterapia puede alcanzar una paliación transitoria pero aceptable. Se puede recomendar a aquellos pacientes con un estado general aceptable (índice de Karnofsky ≥ 60%) y situación funcional normal. Se suele comenzar a administrar cuando el enfermo presenta síntomas porque se puede equilibrar la respuesta tumoral y la toxicidad del tratamiento. En algunos casos se recomienda comenzar con quimioterapia cuando se diagnostican las metástasis sin esperar a que presentan clínica. • En los tumores con escasa sensibilidad y los resistentes (tasa de respuestas inferior al 20-25%) no se suele recomendar la quimioterapia. Una excepción es el cáncer de colon en el que, a pesar de que el porcentaje de respuestas es bajo, se ha confirmado un beneficio sintomático y en la supervivencia con la primera e incluso la segunda línea de quimioterapia. • Las segundas y sucesivas líneas de tratamiento pueden aportar beneficio sintomático y, en ocasiones, mejoría de la supervivencia en algunos enfermos: los que respondieron a los tratamientos anteriores, han permanecido un tiempo prolongado sin recidiva ni progresión y mantienen un estado general aceptable.

Bibliografía 1.

Parker SL, Tong T, Bolden S, Wingo PA. Cancer statistics, 1997. CA Cancer J Clin 1997; 47: 5-27. 2. Black RJ, Bray F, Ferlay J, Parkin DM. Cancer incidence and mortality in the European Union: cancer registry data and estimates of national incidence for 1990. Eur J Cancer 1997; 33: 1075-1077. 3. Bailar JC III, Gornik HL. Cancer undefeated. N Engl J Med 1997; 336: 1569-1574. 4. Kramer BS, Klausner RD. Grappling with cancer. Defeatism versus the reality of progress. N Engl J Med 1997; 337: 931-934. 5. Alonso I, Regidor E, Rodríguez C, Gutiérrez Fisac JL. Principales causas de muerte en España, 1992. Med Clin (Barc) 1996; 107: 441-445. 57

6. 7. 8. 9. 10.

Griffin AM, Butow PN, Coates AS, et al. On the receiving end V: patients perceptions of the side effects of cancer chemotherapy in 1993. Ann Oncol 1996; 7: 189-195. de Boer-Dennert M, de Wit R, Schmitz PIM, et al. Patient perceptions of side-effects of chemotherapy: the influence of 5HT3 antagonists. Br J Cancer 1997; 76: 1055-1061. Walsh D. Palliative care: management of the patient with advanced cancer. Semin oncol 1994, 21 (Suppl. 7): S100-S106. Casali P, Licitra L, Costantini M, et al. Quality of life assessment and clinical decision-making. Ann Oncol 1997; 1207-1211. Schipper H, Goh CR, Wang TL. Shifting the cancer paradigm: must

442

11. 12. 13. 14. 15.

16.

17.

18.

19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28.

29. 30. 31. 32.

33.

34.

35.

A. SANZ RUBIALES ET AL

we kill to cure? J Clin Oncol 1995; 13: 801-807. Desoize B, Robert J. Individual dose adaptation of anticancer drugs. Eur J Cancer 1994; 30A: 844-851. Slevin ML, Stubbs L, Plant HJ, et al. Attitudes to chemotherapy: comparing views of patients with cancer with those of doctors, nurses and general public. Br Med J 1990; 300: 1458-1460. Bremnes RM, Andersen K, Wist EA. Cancer patients, doctors and nurses vary in their willingness to undertake cancer chemotherapy. Eur J Cancer 1995; 31A: 1955-1959. Astrow AB. Rethinking cancer. Lancet 1994; 343: 494-495. Swedish Medical Research Council (MFR). The Swedish Planning and Rationalization Institut of the Health and Social Services (Spri). Consensus statement. Cancer chemotherapy. Spri tryck 205. November 1990; 13-15. Duque Amusco A, Toral Peña JC. Tratamiento oncológico paliativo. II: Quimioterapia paliativa. En: González Barón M, Ordóñez A, Feliu J, Zamora P, Espinosa E, editores. Tratado de medicina paliativa y tratamiento de soporte en el enfermo con cáncer. Madrid: Editorial Médica Panamericana SA, 1996; 935-944. Sanz Rubiales A, Centeno Cortés C, Martín Ortega Y, del Valle Rivero ML, Hernansanz de la Calle S, López-Lara Martín F. Tratamiento oncológico sistémico en la paliación del cáncer avanzado. Medicina Paliativa 1997; 4: 125-134. Osoba D, MacDonald N. Principles governing the use of cancer chemotherapy in palliative care. En: Doyle D, Hanks GWC, MacDonald N, editores. Oxford textbook of palliative medicine, 2nd edition. Oxford: Oxford university Press 1998; 249-267. Redmond K. Treatment choices in advanced cancer: issues and perspectives. Eur J Cancer Care 1998; 7: 31-39. Ellison NM. Palliative chemotherapy. En: Berger AM, Portenoy RK, Weissman DE, editores. Principles and practice of supportive oncology. Philadelphia, PA: Lippin-cott-Raven Publishers 1998; 667-679. Emanuel EJ, Emanuel LL. The promise of a good death. Lancet 1998; 341 (Suppl 2): S21-S29. Fayers PM, Hand DJ. Generalisation from phase III clinical trials: survival, quality of life, and health economics. Lancet 1997; 350: 1025-1027. Grahame-Smith D. Evidence based medicine: Socratic dissent. Br Med J 1995; 310: 1126-1127. Buzdar AU, Asmar L, Hortobagyi GN. Impact of patient characteristics on treatment outcome: anthracycline resistance. Eur J Cancer 1997; 33 (Suppl 7): S3-S6. Walsh D. Palliative care: management of the patient with advanced cancer. Semin Oncol 1994; 21 (Suppl 7): 100-106. Byrne M. Cancer chemotherapy and quality of life. Cancer trials should include measures of patients´ wellbeing. Br Med J 1992; 204: 1523-1524. American Society of Clinical Oncology. Outcomes of cancer treatment for technology assessment and cancer treatment guidelines. J Clin Oncol 1996; 14: 671-679. Santos Miranda A, González San Segundo C. Coordinación en oncología clínica. En: López-Lara Martín F, Santos Miranda A, González San Segundo C, Sanz Rubiales A, editores. Manual de Oncología Clínica. Valladolid: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valladolid 1999; 73-87. European Organization for Research and Treatment of Cancer. A practical guide to EORTC studies. EORTC; Bruselas: 1994. Sledge GW. Should we dream the impossible dream? The meaning of long-term survival in metastatic breast cancer. J Clin Oncol 1996; 14: 2191-2193. Ahlgren JD, Ellison NM, Gottlieb RJ, et al. Hormonal palliation of chemoresistant ovarian cancer: three consecutive phase III trials of the Mid-Atlantic Oncology Program. J Clin Oncol 1993; 11: 1957-1968. Falkson G, Holcroft CH, Gelman RS, Tormey DC, Wolter JM, Cummings FJ. Tenyear follow-up study of premenopausal women with metastatic breast cancer: an Eastern Cooperative Oncology Group study. J Clin Oncol 1995; 13: 1453-1458. Sanz Rubiales A, del Valle ML, Centeno C, López-Lara F. Paliación en cáncer de mama avanzado. En: Martín M, coordinador. Casos clínicos en patología tumoral. Cáncer de mama V. Barcelona: Edika Med 1998; 19-24. Cold S, Jensen NV, Brincker H, Rose C. The influence of chemotherapy on survival after recurrence in breast cancer. A population based study of patients treated in the 1950s, 1960s and 1970s. Eur J Cancer 1993; 29A: 1146-1152. Crown J. Evolution in the treatment of advanced breast cancer. Semin Oncol 1998; 25 (Suppl 12): 12-17.

AN. MED. INTERNA (Madrid)

36. Fossati R, Confalonieri C, Torri V, et al. Cytotoxic and hormonal treatment for metastatic breast cancer: a systematic review of published randomized trials involving 31, 510 women. J Clin Oncol 1998; 16: 3439-3460. 37. Coates A, Gebski V, Bishop JF, et al. Improving the quality of life during chemotherapy for advanced breast cancer: a comparison of intermittent and continuous treatment strategies. N Engl J Med 1987; 317: 1490-1495. 38. Stockler M, Wilcken N, Coates A. Chemotherapy for metastatic breast cancer. When is enough? Eur J Cancer 1997; 33: 2147-2148. 39. Campora E, Gardin G, Gasco M, Conte PF, Rosso R. Does palliative therapy for metastatic breast cancer really palliate? Proc Am Soc Clin Oncol 1996; 15: 96 (resumen 49). 40. Nabholtz JM, Thuerlimann B, Bezwoda WR, et al. Taxotere versus mitomycin C + vinblastine in patients with metastatic breast cancer who have failed an anthracy-cline containing regimen: preliminary results of a randomized phase III study. Proc Am Soc Clin Oncol 1997; 16: 148a (resumen 519). 41. Hortobagyi GN. Treatment of breast cancer. N Engl J Med 1998; 339: 974-984. 42. Osborne CK. Tamoxifen in the treatment of breast cancer. N Engl J Med 1998; 339: 1609-1618. 43. Ihde D, Souhami B, Comis R, et al. Small cell lung cancer. Lung Cancer 1997; 17 (Suppl 1): S19-S21. 44. Schiller JH, von Pawel J, Shepherd F, et al. Topotecan versus cyclophosphamide, doxorubicin and vincristine for the treatment of patients with recurrent small cell lung cancer: a phase III study. Proc Am Soc Clin Oncol 1998; 17: 456a (resumen 1755). 45. Non-small Cell Lung Cancer Collaborative Group. Chemotherapy in non-small cell lung cancer: a meta-analysis using updated data on individual patients from 52 randomised clinical trials. Br Med J 1995; 311: 899-909. 46. Carbone DP, Minna JD. Chemotherapy for non-small cell lung cancer. A meta-analysis suggest that the benefits are small. Br Med J 1995; 311: 889-890. 47. Brundage MD, Davidson JR, Mackillop WJ. Trading treatment toxicity for survival in locally advanced non-small cell lung cancer. J Clin Oncol 1997; 15: 330-340. 48. Perrone F, Rossi A, Ianniello GP, et al. Vinorelbine plus best supportive care (BSC) vs BSC in advanced non-small cell lung cancer elderly patients. Results of a phase III randomized trial. Proc Am Soc Clin Oncol 1998; 17: 455a (resumen 1752). 49. Fernandez C, Rosell R, Abad-Esteve A, et al. Quality of life during chemotherapy in non-small cell lung cancer patients. Acta Oncol 1989; 28: 29-33. 50. Ellis PA, Smith IE, Hardy JR, et al. Symptom relief with MVP (mitomycin C, vinblastine and cisplatin) chemotherapy in advanced non-small-cell lung cancer. Br J Cancer 1995; 71: 366-370. 51. Adelstein DJ. Palliative chemotherapy for non-small cell lung cancer. Semin Oncol 1996; 22 (Suppl 3): 35-39. 52. Ganz PA, Figlin RA, Haskell CM, La Soto N, Siau J. Supportive care versus supportive care and combination chemotherapy in metastatic non-small cell lung cancer. Does chemotherapy make a difference? Cancer 1989; 63: 1271-1278. 53. Grilli R, Oxman AD, Julian JA. Chemotherapy for advanced nonsmall cell lung cancer: how much benefit is enough? J Clin Oncol 1993; 11: 1866-1872. 54. Ghilezan S, Sbanotto A, Russell-Edu W, Ventafridda V. Does chemotherapy affects disease related symptoms and quality of life in advanced NSCLC? A review of 70 phase 2-3 published studies since 1990. Eur J Cancer 1998; 34 (Suppl 2): S28 (resumen OP 130). 55. Giaccone G, Manegold C, Rosell R, Gatzemeier U, Quoix E. An update on european randomized studies in non-small cell lung cancer. Semin Oncol 1998; 25 (Suppl 9): 11-19. 56. American Society of Clinical Oncology. Clinical practice guidelines for the treatment of unresectable non-small-cell lung cancer. J Clin Oncol 1997; 15: 2996-3018. 57. Ruckdeschel JC, Gridelli C, Perrone F, Monfardini S, Giaccone G. Are platinum compounds mandatory in the treatment of metastatic nonsmall cell lung cancer? Eur J Cancer 1998; 34: 1993-1999. 58. Smith IE, O´Brien MER, Norton A, et al. Dration of chemotherapy for advanced non-small cell lung cancer: a phase III randomised trial of 3 versus 6 courses of mitomycin C, vinblastine, cisplatin (MVP). Proc Am Soc Clin Oncol 1998; 17: 457a (resumen 1759). 59. Smith TJ, Somerfield MJ, Desch CE, David M. Would oncologist want chemotherapy if they had non-small cell lung cancer? Results of 58

Vol. 17, N.º 8, 2000

60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70.

71. 72. 73. 74. 75. 76. 77. 78. 79.

80. 81.

82. 83.

84.

85. 86.

59

QUIMIOTERAPIA Y PALIACIÓN EN ENFERMOS CON CÁNCER AVANZADO

a 1997 survey. Oncology 1998; 12: 360-365. Ilson DH, Kelson DP. Chemotherapy in esophageal cancer. Anti-Cancer Drugs 1993; 4: 287-299. Ajani JA. Therapy of carcinoma of the oesophagus: either attempt it not or succeed. Eur J Cancer 1995; 31A: 790-793. Wobst A, Audisio RA, Colleoni M, Geraghty JG. Oesophageal cancer treatment: studies, strategies and facts. Ann Oncol 1998; 9: 951-962. Ellis P, Cunningham D. Management of carcinomas of the upper gastrointestinal tract. Br Med J 1993; 308: 834-838. Fuchs CS, Mayer RJ. Gastric carcinoma. N Engl J Med 1995; 333: 32-41. Jiménez Lacave A, Peláez I, Estrada JA. Cáncer gástrico. En: González Barón M, editor. Oncología Clínica. Tomo 2: patología especial. Madrid: Interamericana McGraw-Hill 1992; 87-99. Wils J. Quimioterapia en el cáncer gástrico. En vías hacia protocolos de tercera generación. Rev Cancer (Madrid) 1996; 10: 24-32. Lionetto R, Pugliese V, Bruzzi P, Rosso R. No standard treatment available for advanced pancreatic cancer. Eur J Cancer 1995; 31A: 882-887. Glimelius B, Hoffman K, Sjödén PO, et al. Chemotherapy improves survival and quality of life in advanced pancreatic and biliary cancer. Ann Oncol 1996; 7: 593-600. Hejna M, Pruckmayer M, Raderer M. The role of chemotherapy and radiation in the management of biliary cancer: a review of the literature. Eur J Cancer 1998; 34: 977-986. Burris HA, Moore MJ, Andersen J, et al. Improvements in survival and clinical benefit with gemcitabine as first-line therapy for patients with advanced pancreas cancer: a randomized trial. J Clin Oncol 1997; 15: 2403-2413. Grenway B. Effect of flutamide on survival in patients with pancreatic cancer: results of a prospective, randomised, double blind, placebo controlled trial. Br Med J 1998; 316: 1935-1938. Pelley RJ, Bukowski RM. Recent advances in diagnosis and therapy of neuroendocrine tumors of the gastrointestinal tract. Curr Opin Oncol 1997; 9: 68-74. Mor E, Kaspa RT, Sheider P, Schwartz M. Treatment of hepatocellular carcinoma associated with cirrhosis in the era of liver transplantation. Ann Intern Med 1998; 129: 643-653. Jiménez AM, Feliu J, de Castro J, González M. Carcinoma hepatocelular: presentación clínica como metástasis pulmonares. Oncología 1998; 21: 467-469. Aimonetti RG, Liberati A, Angiolini C, Pagliaro L. Treatment of hepatocellular carcinoma: a systematic review of randomized controlled trials. Ann Oncol 1997; 8: 117-136. Pignata S, Daniele B, Gallo C, De Vivo R, Monfardini S, Perrone F. Endocrine therapy of hepatocellular carcinoma. Any evidence of benefit? Eur J Cancer 1998; 34: 25-32. CLIP Group (Cancer of the Liver Italian Programme). Tamoxifen in treatment of hepatocellular carcinoma: a randomised controlled trial. Lancet 1998; 352: 17-20. Kemeny N. Chemotherapy for colorectal carcinoma: one small step forward, one step backward. J Clin Oncol 1995; 13: 1287-1290. Scheithauer W, Rosen H, Kornek GV, Sebesta C, Depisch D. Randomised comparison of combination chemotherapy plus supportive care with supportive care alone in patients with metastatic colorectal cancer. Br Med J 1993; 306: 752-755. The management of colorectal cancer. Effective Health Care 1997; 3: 1-11. Nordic Gastrointestinal Tumor Adjuvant Therapy Group. Expectancy of primary chemotherapy in patients with advanced asymptomatic colorectal cancer: a randomized trial. J Clin Oncol 1992; 10: 904-911. Glimelius B, Hoffman K, Graf W, et al. Cost-effectiveness of palliative chemotherapy in advanced gastrointestinal cancer. Ann Oncol 1995; 6: 267-274. Rougier P, Van Cutsem E, Bajetta, et al. Randomised trial of irinotecan versus fluorouracil by continuous infusion after fluorouracil failure in patients with metastatic colorectal cancer. Lancet 1998; 352: 1407-1412. Cunningham D, Pyrhönen S, James, RD, et al. Randomised trial of irinotecan plus supportive cacer versus supportive care alone after fluorouracil failure for patients with metastatic colorectal cancer. Lancet 1998; 352: 1413-1418. Kies MS, Vokes EE. Does chemotherapy for head and neck cancer improve symptoms? Ann Oncol 1997; 8: 417-418. Chan ATC, Teo PML, Leung TWT, Johnson PJ. The role of chemotherapy in the management of nasopharyngeal carcinoma. Cancer

87. 88. 89. 90. 91. 92. 93. 94.

95. 96. 97. 98. 99. 100. 101. 102. 103. 104. 105. 106. 107. 108. 109.

110.

111. 112. 113. 114. 115. 116. 117. 118.

443

1998; 82: 1003-1012. Singer PA, Cooper DS, Daniels GH, et al. Treatment guidelines for patients with thyroid nodules and well-differentiated thyroid cancer. Arch Intern Med 1996; 156: 2165-2172. Schlumberger MJ. Papillary and follicular thyroid carcinoma. N Engl J Med 1998; 338: 297-306. Giuffrida D, Gharib H. Current diagnosis and management of medullary thyroid carcinoma. Ann Oncol 1998; 9: 695-701. Kaplan RS. Complexities, pitfalls, and strategies for evaluating brain tumor therapies. Curr Opin Oncol 1998; 10: 175-178. Fine HA. Brain tumor chemotherapy trials: slow start, but quickly gaining. J Clin Oncol 1994; 10: 2003-2004. Mason W, Louis DN, Cairncross JG. Chemosensitive gliomas in adults: which ones and why? J Clin Oncol 1997; 15: 3423-3426. Hösli P, Sappino AP, de Tribolet N, Dietrich PY. Malignant glioma: should chemotherapy be overthrown by experimental treatments? Ann Oncol 1998; 9: 589-600. Brem H, Plantadosi S, Burger PC, et al. Placebo-controlled trial of safety and efficacy of intraoperative controlled delivery by biodegradable polymers of chemotherapy for recurrent gliomas. Lancet 1995; 345: 1008-1012. Armitage JO. Treatment of non-Hodgkin´s lymphoma. N Engl J Med 1993; 328: 1023-1030. Brice P. Prognostic factors in advanced Hodgkin´s disease. Can they guide therapeutic decisions? N Engl J Med 1998; 339: 1547-1549. Vose JM. Treatment of non-Hodgkin´s lymphoma in relapse. N Engl J Med 1995; 333: 1565-1566. Vose JM. Chemotherapeutic palliative approaches in the treatment of lymphoma. Semin Oncol 1995; 22 (Suppl 3): S53-S57. Salminen E, Nikkanen V, Lindholm L. Palliative chemotherapy in non-Hodgkin´s lymphoma. Oncology 1997; 54: 108-111. De Castro J, Zamora P, González Barón M. Glucocorticoides en oncología. Med Clin (Barc) 1995; 104: 349-356. Gómez Codina J. Linfomas B y T. Biología, clínica y tratamiento. Madrid: IDEPSA; 1997. Yagoda A, Abi-Rached B, Petrylak D. Chemotherapy for advanced renal-cell carcinoma. Semin Oncol 1995; 22: 42-60. Rosenberg SA, Yang JC, Topalian SI, et al. Treatment of 283 consecutive patients with metastatic melanoma or renal cancer using high-dose bolus interleukin-2. JAMA 1994; 271: 907-913. Vogelzang NJ, Stadler WM. Kidney cancer. Lancet 1998; 352: 1691-1696. Negrier S, Escudier B, Lasset C, et al. Recombinant human interleukin-2, recombinant human interferon alfa-2a, or both in metastatic renal-cell carcinoma. N Engl J Med 1998; 338: 1272-1278. Motzer RJ, Bander NH, Nanus DM. Renal-cell carcinoma. N Engl J Med 1996; 335: 865-875. Bosl GJ, Fair WR, Herr HW, et al. Bladder cancer: advances in biology and treatment. Crit Rev Oncol Hematol 1994; 16: 33-70. van der Meijden APM. Bladder cancer. Br Med J 1998; 317: 13661369. Loehrer PJ, Einhorn LH, Elson PJ, et al. A randomized comparison of cisplatin alone or in combination with methotrexate, vinblastine, and doxorubicin in patients metastatic urothelial carcinoma: a Cooperative Group study. J Clin Oncol 1992; 10: 1066-1073. Loehrer PJ, Elson P, Dreicer R, et al. Escalated dosages of methotrexate, vinblastine, doxorubicin, and cisplatin plus recombinant human granulocyte colony stimulating factor in advanced urothelial carcinoma: an Eastern Cooperative Group Trial. J Clin Oncol 1994; 12: 483-488. Garnick MB. Prostate cancer: screening, diagnosis, and management. Ann Intern Med 1993; 118: 804-818. Frydenberg M, Stricker PD, Kaye KW. Prostate cancer diagnosis and management. Lancet 1997; 349: 1681-1687. Newling DWW. The palliative therapy of advanced prostate cancer, with particular reference to the results of recent European clinical trials. Br J Urol 1997; 79 (Suppl 1): 72-81. Prostate Cancer Trialists´ Collaborative Group. Maximum androgen blockade in advanced prostate cancer: an overview of 22 randomised trials with 3283 deaths in 5710 patients. Lancet 1995; 346: 265-269. Small EJ. Prostate cancer. Curr Opin Oncol 1997; 9: 277-286. Eisenberger MA, Blimenstein BA, Crawford D, et al. Bilateral orchiectomy with or without flutamide for metastatic prostate cancer. N Engl J Med 1998; 339: 1036-1042. Small EJ, Vodelzang NJ. Second-line hormonal therapy for advanced prostate cancer: a shifting paradigm. J Clin Oncol 1997; 15: 382-388. Tannock I, Osoba D, Stockler MR, et al. Chemotherapy with mitoxan-

444

119.

120. 121. 122. 123. 124. 125. 126. 127. 128. 129. 130. 131. 132. 133. 134. 135. 136. 137. 138. 139. 140. 141. 142. 143. 144. 145. 146.

A. SANZ RUBIALES ET AL

trone plus prednisone or prednisone alone for symptomatic hormoneresistant prostate cancer: a Canadian randomized trial with palliative endpoints. J Clin Oncol 1996; 14: 1756-1764. Dowling AJ, Panzarella T, Tannock IF. Relationship between changes in serum prostatic specific antigen (PSA) and palliative response following treatment of symptomatic hormone-refractory prostate cancer. Proc Am Soc Clin Oncol 1998; 17: 324a (resumen 1248). Eisenberger MA, Nelson WG. How much can we rely on the level of prostate-specific antigen as an end point for evaluation of clinical trials? A word of caution! J Natl Cancer Inst 1996; 13: 142-148. Dawson NA, McLeod DG. The Assessment of treatment outcomes in metastatic prostate cancer: changing endpoints. Eur J Cancer 1997; 33: 560-565. International Germ Cell Cancer Collaborative Group. International Germ Cell Consensus Classification: a prognostic factor-based staging system for metastatic germ cell cancers. J Clin Oncol 1997; 15: 594-603. Schmoll HJ. The optimal second line treatment of testicular cancer. En: 23th ESMO Congress. Educational Book. Atenas: European Society for Medical Oncology; 1998; 213-221. Tropé C, Kristensen G. Current status of chemotherapy in gynecologic cancer. Semin Oncol 1997; 24 (Suppl 15): S1-S22. McGuire WP, Ozols RF. Chemotherapy of advanced ovarian cancer. Semin Oncol 1998; 25: 340-348. National Institutes of Health consensus development conference statement. Ovarian cancer: screening, treatment, and follow-up. Gynecol Oncol 1994; 55: S4-S14. Johnston C. Platinum alone for chemotherapy for ovarian cancer? Lancet 1998; 352: 1567-1568. McGuire WP. How many more nails to seal the coffin of dose intensity? Ann Oncol 1997; 8: 311-313. Jiménez Lacave A, Palacio Vázquez I, Fernández Fernández JL. Tratamiento de las recidivas y segundas líneas de quimioterapia. En: Cortés Funes H, editor. Cáncer de ovario. Madrid: Ediciones Ergón, SA 1995; 117-132. Neijt JP. Advances in the chemotherapy of gynecologic cancer. Curr Opin Oncol 1994; 6: 531-538. Rose PG. Endometrial carcinoma. N Engl J Med 1996; 335: 640-649. Thigpen T, Vance RB, Khansur T. Carcinoma of the uterine cervix: current status and future directions. Semin Oncol 1994; 21 (Suppl 2): 43-54. Benjamin RS, Rouëssé J, Bourgeois H, van Hoesel QGCM. Should patients with advanced sarcoma be treated with chemotherapy? Eur J Cancer 1998; 34: 958-965. Keohan ML, Taub RN. Chemotherapy for advanced sarcoma: therapeutic decisions and modalities. Semin Oncol 1997; 24: 572-579. Espinosa Arranz J, González Barón M, García de Paredes ML. Mesotelioma maligno. Med Clin (Barc) 1994; 102: 550-555. Ong ST, Vogelzang NJ. Chemotherapy in malignant pleural mesothelioma: a review. J Clin Oncol 1996; 14: 1007-1017. Baas P, Schouwink H, Zoetmulder FAN. Malignant pleural mesothelioma. Ann Oncol 1998; 9: 139-149. Arranz F, Fra J, Rubiales AS, Álvarez MP, Buesa JM. Mesotelioma papilar peritoneal. A propósito de dos casos. Oncología 1998; 21: 34-37. Middleton GW, Smith IE, O´Brien MER, et al. Good symptom relief with palliative MVP (mitomycin-C, vinblastine and cisplatin) chemotherapy in malignant mesothelioma. Ann Oncol 1998; 9: 269-273. Mazanet R, Antman KH. Sarcomas of soft tissue and bone. Cancer 1991; 68: 463-473. Cocconi G, Bella M, Calabresi F, et al. Treatment of metastatic malignant melanoma with dacarbazine plus tamoxifen. N Engl J Med 1992; 327: 516-523. Ordóñez Gallego A, Feliu Batlle J, González Barón M. Aspectos controvertidos en el melanoma cutáneo. Med Clin (Barc) 1993; 101: 110-114. Lejeune FJ, Liénard D, Leyvraz S, Mirimanoff RO. Regional therapy of melanoma. Eur J Cancer 1993; 29A: 606-612. Hainsworth JD, Greco FA. Treatment of patients with cancer of an unknown primary site. N Engl J Med 1993; 329: 257-263. Martín García G. Tumores de origen desconocido (TOD). En: Cruz Hernández JJ, editor. Lecciones de oncología clínica. Madrid: Arán Ediciones, SA; 1998; 311-320. Mayordomo Cámara JI, Guerra Vales JM. Hacia una evaluación de los pacientes con cáncer de origen desconocido basada en el diagnóstico histológico. Propuesta de un algoritmo. Med Clin (Barc) 1994; 102: 423-426.

147. 148. 149. 150.

151. 152. 153. 154. 155. 156. 157. 158. 159.

160. 161. 162. 163. 164. 165. 166. 167. 168. 169.

170. 171. 172.

AN. MED. INTERNA (Madrid)

Bloomfield DJ. Should biphosphonates be part of the standard therapy of patients with multiple myeloma or bone metastases from other cancers? An evidence based review. J Clin Oncol 1998; 16: 1218-1225. Hortobagyi GN, Theriault RL, Porter L, et al. Efficacy of pamidronate in reducing skeletal complications in patients with breast cancer and lytic bone metastases. N Engl J Med 1996; 335: 1785-1791. Robinson RG, Preston DF, Baxter KG, Dusing RW, Spicer JA. Clinical experience with Strontium-89 in prostatic and breast cancer patients. Semin Oncol 1993; 20 (Suppl 2): 44-48. Mencoboni M, Lerza R, Castello G, et al. Feasibility and toxicity of combination chemotherapy with ifosfamide, vinorelbine, cisplatin versus ifosfamide, vinorelbine in patients with advanced non small cell lung cancer. Anticancer Res 1997; 17: 2795-2798. Tannock IF. Treating the patient, not just the cancer. N Engl J Med 1987: 317: 1534-1535. Antman K, Amato D, Wood W, et al. Selection bias in clinical trials. J Clin Oncol 1985; 3: 1142-1147. Ganz PA, Lee JJ, Siau J. Quality of life assessment. An independent prognostic variable for survival in lung cancer. Cancer 1991; 67: 3131-3135. Coates A, Gebski V, Signorini D, et al. Prognostic value of quality-oflife scores during chemotherapy for advanced breast cancer. J Clin Oncol 1992; 10: 1833-1838. Dimery IW, Hong WK. Overview of combined modality therapies for head and neck cancer. J Natl Cancer Inst 1993; 85: 95-111. Spiegel D, Kraemer HC, Bloom JR, Gottheil E. Effect of psychosocial treatment on survival of patients with metastatic breast cancer. Lancet 1989; 2: 888-891. Ball D, Smith J, Bishop J, et al. A phase III study of radiotherapy with and without continuous-infusion fluorouracil as palliation for nonsmall-cell lung cancer. Br J Cancer 1997; 75: 690-697. Rubiales AS, Martín Y, del Valle ML, Garavís MI, Centeno C. Información al enfermo oncológico: los límites de la verdad tolerable. Cuadernos de Bioética 1998; 9: 45-54. Richards MA, Ramirez AJ, Degner LF, Fallowfield LJ, Maher EJ, Neuberger J. Offering choice of treatment to patients with cancer. A review based on a symposium held at the 10th Annual Conference of the British Psychological Oncology Group, December 1993. Eur J Cancer 1995; 31A: 112-116. Silvestri G, Pritchard R, Welch HG. Preferences for chemotherapy in patients with advanced non-small cell lung cancer: descriptive study based on scripted interviews. Br Med J 1998; 317: 771-775. Mackillop WJ, Stewart WE, Ginsburg AD, Stewart SS. Cancer patients´ perceptions of their disease and its treatment. Br J Cancer 1988; 58: 355-358. Centeno Cortés C. Introducción a la medicina paliativa. Valladolid: Junta de Castilla y León; 1998. Weeks JC, Cook EF, O´Day SJ, et al. Relationship between cancer patients´ predictions of prognosis and their treatment preferences. JAMA 1998; 279: 1709-1714. Kodish E, Post SG. Oncology and hope. J Clin Oncol 1995; 13: 18171822. Centeno Cortés C, Núñez Olarte JM. Estudios sobre la comunicación del diagnóstico de cáncer en España. Med Clin (Barc) 1998; 110: 744-750. Smith TJ, Swisher K. Telling the truth about terminal cancer. JAMA 1998; 279: 1746-1748. O´Connell MJ. Irinotecan for colorectal cancer: a small step forward. Lancet 1998; 352: 1402. Rothenberg ML, Moore MJ, Cripps MC, et al. A phase II of gemcitabine in patients with 5-FU-refractory pancreas cancer. Ann Oncol 1996; 7: 347-353. Jaakkimainen L, Goodwin PJ, Pater J, Warde P, Murray N, Rapp E. Counting the costs of chemotherapy in a National Cancer Institute of Canada randomized trial in non small-cell lung cancer. J Clin Oncol 1990; 8: 1301-1209. Earle CC, Coyle D, Evans WK. Cost-effectiveness analysis in oncology. Ann Oncol 1998; 9: 475-482. Díaz-Rubio E, González Larriba JL, Martín Jiménez M. Bases del tratamiento del cáncer. En: Díaz-Rubio E, Guillem Porta V, editores. Guía de Prescripción. Oncología Médica. Madrid: IM&C 1998; 1-21. Balducci L, Extermann M. Cancer chemotherapy in the older patient. What the medical oncologist need to know. Cancer 1997; 80: 13171322.

60

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.