¿Quién está a favor de las políticas de Memoria Histórica en España ? Análisis de actitudes tras 38 años de democracia. [Analysis of social support for Historic Memory Policies in Spain]

July 25, 2017 | Autor: Tomás De León | Categoría: Memoria Histórica, Franquismo, España, Memoria, Historia Contemporánea de España
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Descripción

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIA POLÍTICA Madrid, Diciembre 2013

“ Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia.” José Saramago (1922-2010)

¿Quién está a favor de las políticas de Memoria Histórica en España ? Análisis de actitudes tras 38 años de democracia. Tomás de León-Sotelo Fuentes Grupo 341 (Burdeos) [email protected] [5415 Palabras] Resumen : Este trabajo tiene por objetivo identificar a los individuos que actualmente creen necesarias y son favorables a las políticas de Memoria Histórica en nuestro país, con respecto a las víctimas de la Guerra Civil y del franqusimo.Para ello, se consideran las variables de edad, ideología, religiosidad, nivel educativo, procedencia geográfica e interés por la política y se analiza su impacto estadístico sobre un índice de actitudes hacia la memoria histórica. El trabajo se centra en el universo de la población española mayor de edad a nivel individual. Abstract : This paper aims to identify individuals who currently agree to develop historic memory public policies in Spain, concerning the victims of the Spanish civil war and the Franco dictatorship. Different factors are taken into consideration, such as age, ideology, church attendance, education, region of origin, and interest in politics. The impact of these variables on a « historic memory index » will be statistically analyzed .The paper aims at the Spanish population of legal age at an individual level. Palabras clave : Memoria Histórica, Guerra Civil, franquismo, derechos humanos, España. Key words : Historic memory, Spanish civil war, Franco dictatorship, human rights, Spain.

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La España en que vivimos nació fruto de una transición considerada modélica por pacífica e inclusiva. Ciertamente, el actual marco constitucional es el más duradero y fructífero del que ha disfrutado nuestra sociedad, pero no por ello deben ser olvidados sus defectos. La transición pilotada por las élites políticas en la década de 1970 discurrió en un débil equilibrio entre aperturismo y continuidad del régimen, un proceso que permitió a muchos dirigentes franquistas cambiar su chaqueta por la de demócratas. La transición abrió las puertas a todas las opiniones antaño clandestinas, pero al mismo tiempo, sumió en el olvido a aquellos que durante tres años de guerra y cuarenta de dictadura fueron perseguidos a causa de sus ideales políticos. Las prisas por crear una democracia moderna dejaron atrás el reconocimiento necesario de todos aquellos que habían defendido la legalidad vigente del anterior régimen constitucional republicano. Hoy en día, de manera oficial, hay memoria para los vencedores, y olvido para los vencidos. El olvido puede ser útil, pragmático u oportunista, pero nunca será justo (Escudero, 2011, p.58). Este olvido se consagró con la Ley de Amnistía de 1977, que excluyó cualquier posible investigación de los crímenes cometidos por el régimen franquista. El caso español es una anomalía, por cuanto países como Argentina ya se han embarcado en procesos de Memoria Histórica aún con dictaduras más recientes. En nuestro país, ya no sería posible investigar crímenes para enjuiciar a sus autores, pero sí que es necesaria la rehabilitación de las víctimas. Como argumenta el juez Garzón, los [delitos]cometidos a partir del alzamiento de 1936 forman parte, indudablemente, del delito permanente de detención ilegal sin dar razón del paradero (Auto de 16/10/2008, JI 5 Audiencia Nacional). Esta es la razón por la que organismos como la ONU han exhortado a España a investigar estos sucesos y rehabilitar a las víctimas. La Ley 52/2007, de memoria histórica, ha ido encaminada a estos efectos, pero actualmente adolece de falta de financiación. La reciente canonización de 522 mártires católicos de la guerra evidencia, una vez más, el desigual trato que han recibido víctimas de uno y otro bando. En este contexto, más de la mitad de los españoles han vivido enteramente en democracia. La cuestión de la memoria histórica, entendida como rehabilitación y reconocimiento de las víctimas y la retirada de símbolos de apología de la dictadura puede que no sea la prioridad absoluta de los españoles actualmente, pero es sin duda, una cuestión clave para un régimen democrático y su supervivencia futura. Por ello, cabe preguntarse

¿Quién está hoy en día a favor de la memoria histórica en España? Se trata, pues, de identificar a aquellos grupos de población que se muestran favorables a desarrollar políticas de memoria histórica en nuestro país. Desde las exhumaciones de fosas comunes, indemnizaciones a las víctimas, homenajes públicos hasta la retirada de símbolos franquistas, el repertorio de medidas es muy amplio. Se podría pensar que existen dos corrientes de opinión en cuanto a este tema. Por un lado, aquellos que defienden los logros de la Transición y se resisten a remover el pasado, porque pueda suponer una nueva división conflictiva entre los españoles. Ya sea por motivación ideológica o por pragmatismo democrático, estas personas prefieren no desarrollar la memoria histórica y mirar hacia el futuro más que hacia el pasado. Por otro lado, aquellos que creen necesario el esclarecimiento de los sucesos de la dictadura, como condición para construir un sistema democrático honesto y legítimo. Este trabajo se propone estudiar más en detalle estas dos corrientes de opinión y descubrir algunos factores que puedan condicionarlas. Para ello, se formulan a continuación una serie de hipótesis que más tarde se someterán a comprobación empírica, basada en los datos del Estudio 2760 del CIS « Memorias de la Guerra civil y el Franquismo »

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HIPÓTESIS 1. EDAD Más de la mitad de los españoles ha vivido enteramente en democracia. Así, es de suponer que los individuos de edad más avanzada tengan más interés en las políticas de memoria histórica porque fueron ellos quienes más padecieron el franquismo. Si esto es cierto, debe cumplirse que, a más edad, más favorables sean los individuos a la memoria histórica. 2. IDEOLOGÍA Dado el carácter ideológico que tuvo la guerra civil, que polarizó la sociedad en dos bandos – vencedores/derechas y vencidos/izquierdas – parece lógico pensar que la ideología será un factor determinante de las actitudes hacia la memoria histórica.Para que ello se cumpla, las personas que se declaran de izquierdas deben ser más favorables a la memoria histórica. 3. RELIGIÓN El régimen franquista se opuso con su ideología del Nacionalcatolicismo al laicismo que predominó en la II República. Es probable que las personas que más se identifican con la religión católica no estén interesadas en desarrollar políticas de memoria histórica. Para que ello se cumpla, los católicos más practicantes deberán estar más en contra de las políticas de memoria. 4. PROCEDENCIA Se puede suponer que en las regiones nacionalistas habrá un mayor sentimiento favorable hacia la memoria histórica, porque fue allí donde más se sufrió la represión. Si esto es cierto, vascos y catalanes serán más favorables a la memoria histórica que los individuos del resto de España. 5. NIVEL EDUCATIVO La educación expone a los alumnos a la historia de nuestro país a la vez que les forma en valores cívicos y morales que permiten apreciar la necesidad de las políticas de memoria histórica, para poder construir una sociedad democrática y plural. Si esto es así, las personas con mayor nivel educativo deberán ser más proclives a la memoria histórica que aquellos que menos tiempo pasaron en la escuela. 6. INTERÉS POR LA POLÍTICA El interés de los ciudadanos por la política supone su mayor disposición a participar, al igual que presupone su conocimiento de la realidad social e histórica de la sociedad y de sus valores. Así, es probable que quienes más se interesan por la política y siguen la actualidad, sean más favorables a las políticas de memoria histórica. Para que ello se cumpla, los más interesados por la política tienen que ser más favorables a las políticas de memoria histórica.

VARIABLE DEPENDIENTE : Actitudes hacia la memoria histórica. Dada la complejidad de un fenómeno social y político como la memoria histórica, he considerado necesario incluir diversas preguntas de la encuesta para poder crear un índice que refleje, en una escala, la mayor o menor « opinión favorable hacia la memoria histórica ». El índice en cuestión adopta valores de -5 a 5, de forma que cuanto mayor sea, más favorable se será a desarrollar políticas de memoria histórica. Esta variable tiene la ventaja de ser continua, y permitir mayor detalle para reflejar las opiniones de la muestra. A continuación se muestran, primero, las diversas preguntas que se han utilizado para crear el índice, y después el índice resultante como variable continua. -3-

Tabla 1. Actitudes hacia la Memoria Histórica de la muestra. Cuestiones

De acuerdo

Indiferente

Desacuerdo

91

4

5

76

10

14

63

11

26

62

12

26

55

18

17

Durante el franquismo se violaron derechos humanos básicos. (n) = 2566 Las víctimas de la dictadura no han obtenido el reconocimiento que merecen. (n) = 2162 Los símbolos de homenaje a Franco deben ser retirados de lugares públicos. (n) = 2616 Los símbolos de exaltación de la Guerra Civil deben retirarse de lugares públicos. (n) = 2617 ¿Está usted de acuerdo con la Ley Memoria Histórica en términos generales? (n) = 1744 Fuente : Estudio CIS 2760 ( a partir de varias preguntas)

Figura 1. Histograma de la distribución de la variable dependiente.

Tabla 2. Índice aditivo sobre actitudes hacia la memoria histórica. (n) Mínimo Máximo Media 2936 -5 5 2.09

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Desv. Típica 2,33

DESCRIPCIÓN DE VARIABLES INDEPENDIENTES 1. EDAD Tabla 3. Edad de la muestra. (n) 2934

Mínimo 18

Máximo 95

Fuente : Estudio CIS 2760.

Figura 2. Histograma de la distribución de la edad.

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Media 47

Desv. típica 18,23

2. IDEOLOGÍA Tabla 4. Perfil ideológico de la muestra (n) Autoubicación ideológica (1-10)

2441

Mínimo

Máximo

Media

Desv. típica

1

10

4.6

1.8

Fuente : Estudio CIS 2760

Figura 3. Histograma de la ideología de la muestra. La autoubiación ideológica proporciona información sobre la ideología que dicen tener los individuos en el espectro izquierda-derecha. Se mide en una escala de 1 (extrema izquierda) a 10 (extrema derecha). La variable presenta una única moda situada en el centro prácticamente (4,6) , que se corresponde con la distribución típica que se da en la población española – donde la gran parte de la población se declara de centro (4-6).

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3. RELIGIÓN Tabla 5. Práctica religiosa católica de la muestra Frecuencia de práctica

Porcentaje

Casi nunca

54

Varias veces al año

16

Alguna vez al mes

11

Casi todos los domingos

17

Varias veces semanales

2

Total (n) = 2281

10

Fuente : Estudio CIS 2760

Figura 4. Distribución de la práctica religiosa de la muestra. Para valorar la importancia de la religión, se utilizan las respuestas a la pregunta (fig. 4) ¿Con qué frecuencia asiste usted a ceremonias religiosas – católicas – , sin contar las ocasiones relacionadas con celebraciones de tipo social, como funerales, comuniones, etc... ? Es decir, se puede medir el verdadero impacto de la religión en las personas encuestadas independientemente de otras celebraciones, que siendo religiosas, se suelen celebrar por su carácter familiar o folclórico (procesiones, bautizos, etc.) Los más asiduos serán por tanto los que más importancia concedan a la religión en su vida diaria.

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4. PROCEDENCIA GEOGRÁFICA Tabla 6. Procedencia geográfica de la muestra1. Territorio

Porcentaje

Cataluña

15

Galicia

7

País Vasco

6

Resto de España

72

Total (n) = 2936

100

Fuente : Estudio CIS 2760.

Figura 5. Procedencia geográfica de la muestra

1

Variable recodificada para aislar los casos de Cataluña, Galicia y País Vasco.

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5. EDUCACIÓN Tabla 7. Nivel educativo de la muestra2. Etapa educativa Porcentaje Menos de 5 años 3 Ed. Primaria 22 Ed. Secundaria (ESO) 25 Bachillerato 15 Ed. Superior no universitaria 14 Ed. Superior universitaria 21 Total (n) = 2749 100 Fuente : Estudio CIS 2760

Figura 6. Distribución del nivel educativo de la muestra. El nivel educativo se recoge en forma de “última titulación oficial superada”, de forma que se puede suponer que los de categorías más altas (fig. 6) habrán pasado más años en el sistema educativo que los de categorías inferiores. Ahora bien, no se puede considerar como variable ordinal porque las diferentes etapas educativas tienen duraciones diversas. 2

Variable recodificada: Se han reagrupado varias categorías de Formación profesional en “Educación superior no universitaria” y varias categorías universitarias (Arquitecto, licenciado, graduado, etc.) en “Educación superior universitaria.

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6. INTERÉS POR LA POLÍTICA Tabla 8. Interés por la política de la muestra. Interés por la política

Porcentaje

Mucho

6

Bastante

26

Poco

37

Nada

31

Total (n) = 2936 Fuente : Estudio CIS 2760.

100

Figura 7. Distribución del interés por la política de la muestra. Los datos (fig. 7) corresponden a las respuestas a la pregunta ¿Usted se interesa mucho, bastante, poco o nada por la política en general? Son por tanto consideraciones que cada individuo realiza sobre sí mismo, y más que un indicador de su conocimiento o seguimiento de la política, es una autoevaluación subjetiva. Sin embargo, es una variable apropiada para medir el interés por la politica, porque nadie mejor que las propias personas sabe cuánto les interesa la política.

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CRUCES DE VARIABLES Y CONTRASTE DE HIPÓTESIS Las primeras dos variables independientes que serán analizadas son la edad y la ideología. Ambas son continuas, y se han descrito con su correspondiente histograma y la media y desviación típica. Para contrastar las hipótesis, se utilizará la técnica de la correlación, que consta de un diagrama de dispersión de puntos y el estadístico R de Pearson. También se ha incluido la línea de interpolación, esto es, la línea que mejor describiría la dispersión de los puntos. En el caso de la edad, no hay resultados concluyentes, pero sí para la ideología.

Figura 8. Dispersión de la actitud hacia la memoria histórica por la edad. El diagrama de dispersión (fig. 8) apenas deja entrever ninguna relación a primera vista entre la edad y las actitudes hacia la memoria histórica. Bien es cierto que la mayoría de los casos se agrupan en niveles favorables a la memoria histórica, pero esto es general en toda la muestra y no depende de la edad. Los estadísticos de contraste en cambio sugieren, con un nivel de confianza superior al 95%, que existe una relación inversa moderada entre la edad y la opinión sobre la memoria histórica. La línea de interpolación tampoco muestra ninguna relación concluyente porque consta de múltiples modas locales. Debemos pues desechar la hipótesis de una relación directa entre edad y actitud favorable hacia la memoria histórica planteada anteriormente (H1). La variable dependiente, en todo caso, decrece conforme la edad aumenta. Es decir, los más mayores de la muestra son ligeramente menos favorables a las políticas de memoria histórica. En las conclusiones se propondrá una alternativa a esta hipótesis que se ha demostrado falsa. -11-

Figura 9. Dispersión de la actitud hacia la memoria histórica según la ideología. La influencia de la ideología de los individuos sobre su actitud hacia la memoria histórica es muy evidente a la luz del gráfico de dispersión (fig. 9). Se constata que los individuos más a la izquierda (1-4) son mucho más favorables a los más conservadores (6-10). Los estadísticos de contraste confirman la existencia de una relación estadísticamente significativa e inversa entre la autoubicación ideológica y la opinión hacia la memoria histórica. Siendo R de Pearson = -0,493, se puede decir que esta relación inversa es fuerte. Esta relación se evidencia con la línea de interpolación descendente. Curiosamente, la línea repunta en el tramo del extremo derecho, repunte que puede ser irrelevante debido al poco número de casos ubicados en este extremo del espectro ideológico. Los resultados del análisis estadístico confirman la hipótesis planteada al comienzo (H2). Efectivamente, las personas de izquierdas son más favorables a la memoria histórica, y además esta actitud favorable va decayendo según se avance hacia la derecha en el espectro ideológico. Podemos afirmar, con un nivel de confianza superior al 99%, que la ideología es un factor determinante de la actitud hacia la memoria histórica, y confirmar así la hipótesis H2 planteada anteriormente. En los sucesivos contrastes de hipótesis, se ha de analizar la influencia de una variable nominal u ordinal sobre la variable dependiente continua. Así, la técnica a utilizar es la comparación de medias, con los gráficos de barras de error y el estadístico de contraste F de Fischer. La comparación de medias indica un espectro de la variable dependiente dentro del cual se situará, con un 95% de confianza, la media poblacional de las diferentes categorías que se distinguen. Como sólo son relevantes los grupos cuyas medias se diferencian sustancialmente del resto, se han omitido al lector las tablas de límites inferior y superior para cada uno de los grupos, y en su defecto se comentan para cada gráfico las diferencias entre medias que son relevantes. -12-

Figura 10. Medias de actitud hacia la MH según frecuencia de práctica religiosa. La comparación de medias evidencia que los grupos con diferente frecuencia de práctica religiosa tienen medias de la variable dependiente sustancialmente diferentes. Se observa (fig. 10) que los más practicantes son los menos favorables a las políticas de memoria histórica , y que estas diferencias son estadísticamente significativas. Se podría afirmar a priori que a mayor frecuencia de práctica religiosa, más contrarios serán los individuos a llevar a cabo políticas de memoria histórica. Como ya se afirmó al enunciar las hipótesis, la dictadura de Franco se sustentó sobre la ideología del Nacionalcatolicismo, la confusión entre Estado e iglesia, en contraposición al carácter radicalmente laico de la II República. No por ello hemos de pensar que actualmente los católicos practicantes sean afines al franquismo, ni mucho menos, pero sí que es probable que una detallada investigación de los sucesos durante la guerra civil y la dictadura revele la connivencia de la Iglesia con los crímenes del franquismo. En palabras de Sebastián Martín, « era el momento en que los obispos alzaban orgullosos el brazo y Franco se hacía de comunión diaria » (Escudero, 2011 : p.49). Por esta razón, se puede pensar, y los resultados del análisis lo confirman, que los católicos más practicantes sean los menos favorables a desarrollar la memoria histórica, y que esta actitud favorable aumenta conforme decrece la frecuencia de práctica religiosa. Así, queda confirmada la hipótesis de una relación inversa entre la religiosidad y la variable dependiente (H3)

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Figura 11. Medias de actitud hacia la MH según comunidad autónoma de procedencia. La procedencia geográfica determina también en gran medida la opinión positiva acerca de la Memoria histórica. Así, en esta comparación de medias se han seleccionado los casos de Cataluña, Galicia y País Vasco por ser aquellos donde actualmente existen sentimientos nacionalistas importantes, y que por tanto en el pasado pudieron haber sufrido una mayor represión desde el estado centralizador franquista. Los resultados confirman parcialmente la hipótesis expuesta anteriormente sobre la relación entre la procedencia y la actitud hacia la memoria histórica (H4) : catalanes y vascos muestran una media mucho más favorable – en torno a 3 puntos – a la memoria histórica que gallegos y el resto de españoles – en torno a 2. (fig. 11) Se trata de una relación estadísticamente significativa: con un nivel de confianza superior al 95%, se puede afirmar que la media de actitudes hacia la memoria histórica es más alta en Cataluña y País Vasco que en el resto de España. Se ha de modificar el planteamiento inicial de que las comunidades más nacionalistas actualmente son las más favorables a la memoria histórica. En realidad, parece que esta actitud tiene que ver mucho más con los sentimientos nacionalistas que pudo haber habido en la época franquista, y también con otros factores, como la estructura económica de la zona. Así, en Cataluña y País Vasco, con una potente industria y una importante clase obrera, la represión pudo haber sido más intensa no sólo a causa de su nacionalismo sino también de su progresismo ideológico. En cambio, en Galicia, región más rural y por lo tanto conservadora, si bien actualmente existe un cierto nacionalismo, puede pensarse que allí la represión del franquismo no fue tan severa. Esto explica el moderado interés de sus ciudadanos por las políticas de memoria histórica.

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Figura 12. Medias de actitud frente a la memoria histórica según niveles educativos. La comparación de medias de la variable dependiente para los diversos grupos de nivel educativo arroja un resultado claro. El diagrama de barras de error (fig. 12) muestra cómo las medias de la variable dependiente son muy diferentes entre el primer grupo (menos de 5 años) y todos los demás. No sólo eso, sino que además aumenta la media de personas favorables a la memoria histórica según se asciende de categoría educativa. Se puede afirmar, con un nivel de confianza superior al 99%, que la relación entre educación y actitud hacia la memoria histórica es estadísticamente significativa. Así, se puede confirmar parcialmente la hipótesis de que a más educación, más favorable a la memoria histórica (H5), aunque la técnica de la comparación de medias no lo permita asegurar totalmente. La hipótesis implica asumir que la escuela, o el sistema educativo, son contextos de socialización que proyectan la conciencia del individuo hacia el ámbito de la comunidad. Es decir, una persona con muchos años de escolarización habrá entrado en contacto con mucha gente, muy diversa, y por ello será capaz de reconocer la importancia de la política de memoria histórica, como vector de convivencia y cohesión social. Además, gracias a la educación secundaria y superior, se conoce más en detalle el pasado reciente de nuestro país, que no necesariamente ha sido transmitido en el ámbito familiar. Estos dos factores combinados hacen que sea determinante, para la variación de la variable dependiente, si el individuo superó la educación secundaria o no. Esta división dicotómica se utilizará para la posterior regresión.

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Figura 13. Medias de actitud hacia la memoria histórica según interés por la política. El gráfico de barras de error muestra una diferencia evidente de la media de la variable dependiente entre los diferentes grupos de interés por la política. Aquellos individuos que declaran no tener ningún interés son a la vez los que en promedio son menos favorables a las políticas de memoria histórica – entre 1.6 y 1.8. El gráfico de barras de error (fig. 13) muestra una clara separación entre los que muestran algún interés por la política, con medias más o menos homogéneas, y aquellos que no muestran ningún interés y cuya media se diferencia significativamente del resto. La hipótesis de que el interés por la política favorece una actitud favorable hacia la memoria histórica (H6) se ve confirmada por estos resultados. La relación positiva entre interés por la política y actitud favorable hacia la memoria histórica es resultado, a mi entender, de la conciencia social y política que se forma quien se interesa por el día a día de la sociedad. Así, aquellos sin ningún interés en política son los que la teoría elitista de la participación (Schumpeter, Huntington) califica como apáticos y que en consecuencia muestran poco interés por asuntos que, además, poco efecto tendrán en su vida diaria, sino que provienen mucho más de la esfera simbólica y moral de los valores, como es el caso de la memoria histórica.

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REGRESIÓN Por último, para analizar todo el fenómeno en su conjunto, la técnica de la regresión lineal considera todas las variables a la vez. En este caso, se ha procedido a dicotomizar las variables ordinales o nominales que había en la primera fase del análisis, paso necesario para poder utilizar la regresión. La variable práctica religiosa se ha dividido en dos grupos : practicantes y no practicantes. La variable de estudios se ha dividido según se haya superado la educación secundaria o no. Para la procedencia, se ha distinguido si el individuo proviene de País Vasco y Cataluña, por un lado, o del resto de España. Para el interés por la política, se han diferenciado aquellos que muestran algún interés y aquellos que no lo muestran en absoluto. Primero, en la regresión, se han introducido todas las variables estudiadas, como son la edad, ideología, procedencia, educación, religiosidad e interés por la política (Tabla 9). En un segundo paso , solamente se han considerado las variables que la primera regresión ha considerado significativas para hacer una segunda regresión (Tabla 10). Estos son los resultados. REGRESIÓN LINEAL 1 Tabla 9. Regresión lineal con todas las variables del modelo. Variables Independientes 1

Valor crítico (Sig.)

B

(Constante) Práctica Religiosa Educación secundaria Catalán o Vasco Interés por la política Edad Autoubicación ideológica

5,012 ,139 ,088 ,596 ,144 -,007 -,608

,000 ,102 ,478 ,000 ,149 ,022 ,000

Variable dependiente : Actitud hacia la memoria histórica. R cuadrado = 0,25 Esta primera regresión muestra que sólo son significativas las relaciones de Edad, Autoubicación ideológica y procedencia geográfica, según se sea vasco o catalán o del resto de España. El valor de R cuadrado = 0,25 indica que estamos capturando el 25% del fenómeno gracias a las variables seleccionadas. Las variables más fuertemente relacionadas con la actitud hacia la memoria histórica son la ideología, la procedencia geográfica, el interés por la política y la práctica religiosa, aunque desecharemos estas dos últimas por no ser estadísticamente significativas de acuerdo con estos resultados de la regresión. Las variables cuyo valor crítico es mayor de 0.05 no son necesariamente irrelevantes, puesto que los resultados del análisis bivariado confirman la existencia de relaciones significativas para algunas de ellas. Simplemente, al considerarlas todas a la vez en la regresión, pierden su significación estadística en favor de otras que pesan más en la varianza de la variable dependiente.

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REGRESIÓN LINEAL 2 Tabla 10. Regresión lineal con tres variables seleccionadas. Variables independientes

B

(Constante) 5,401 Catalán o Vasco ,626 Edad -,010 Autoubicación ideológica -,617 Variable dependiente : actitud hacia la memoria histórica. R cuadrado= 0,26 1

Valor crítico (Sig.)

,000 ,000 ,000 ,000

Las tres variables son estadísticamente significativas para explicar la variación de las actitudes frente a la memoria histórica. El hecho de ser catalán o vasco predispone en más de un 50% a actitudes favorables hacia la memoria histórica, ya que el coeficiente 0,626 señaliza una fuerte relación directa. La edad está muy moderadamente relacionada de manera inversa con la actitud hacia la memoria histórica : por cada año de más, se será un 1% menos favorable. La correlación más interesante es sin duda la ideología, que tiene una relación fuerte e inversa con la actitud hacia la memoria histórica. Un aumento de [+1] en la autoubicación ideológica – más a la derecha – reduce en 0,6 la actitud favorable a la memoria histórica. Este resultado era de esperar dado el marcado carácter político e ideológico que tiene el fenómeno que nos ocupa. Otro resultado interesante de esta segunda regresión es que el valor de R cuadrado es ligeramente mayor que en la primera (0,26 > 0,25) Así, con sólo tres variables, pero que son estadísticamente significativas, se captura un fenómeno incluso mejor que con las seis variables propuestas inicialmente.

CONCLUSIONES El estudio del impacto de diferentes variables sobre la actitud hacia la memoria histórica permite identificar a grupos de población que serán más o menos favorables a que las administraciones y la sociedad en general desarrollen acciones de memoria histórica. En esta conclusión, primero se analizarán las hipótesis expuestas al principio para luego discutir la teoría propuesta y dar respuesta a la pregunta de investigación. En primer lugar, se puede afirmar que el impacto de la edad sobre la variable dependiente es moderado, y en todo caso, no responde a la hipótesis que se había planteado. En realidad, se trata de un factor que reduce la probabilidad de que los individuos sean favorables a la memoria histórica. Es decir, debemos modificar la teoría, y pensar que precisamente el hecho de haber padecido el franquismo, y haber vivido la transición hacia la democracia hacen que los individuos de mayor edad aprecien más el actual orden constitucional y por tanto sean reacios a reabrir conflictos del pasado, por el riesgo que ello conllevaría. -18-

Seguidamente, la ideología aparece sin duda como el factor más determinante de las actitudes hacia las políticas de memoria. La correlación inversa y fuerte entre la autoubicación ideológica y el índice de actitudes hacia la memoria histórica es estadísticamente significativa y es, además, la variable más potente del modelo propuesto. Esta división ideológica es fruto sin duda de la historia reciente de nuestro país. La contienda civil dividió a la sociedad en vencedores y vencidos, y sólo los primeros obtuvieron un reconocimiento oficial, que con la transición se les siguió negando a los vencidos. Así, es lógico que siga habiendo una gran mayoría de ciudadanos de izquierdas que consideran necesaria la reparación y rehabilitación a las víctimas republicanas. Sin embargo, como se puede observar en la fig. 9, hay personas situadas a la derecha del espectro ideológico que aún así creen en la necesidad de desarrollar políticas de memoria. Es probable que este interés se explique por otras variables, como la educación o el interés por la política. La religiosidad, tercera variable considerada, es muy determinante de las actitudes sobre la memoria histórica de acuerdo al análisis bivariado que hamos realizado (fig. 10). Sin embargo, la regresión muestra que no es estadísticamente significativa en el conjunto del modelo. Aún así, es posible confirmar la hipótesis planteada de que la religiosidad merma las actitudes favorables hacia la memoria histórica, por las razones que ya se han explicado anteriormente (ver pág. 13) La procedencia geográfica es sin duda otra variable que influye de manera significativa en las actitudes hacia la memoría histórica, a tenor de los resultados del análisis bivariado y de la regresión. Esta última le otorga un valor de B = 0.626, siendo así la más determinante. En concreto, las personas procedentes de Cataluña y País Vasco son mucho más favorables que el resto de españoles. Así, queda confirmada la hipótesis de que los territorios con mayores niveles de nacionalismo son más propensos a la memoria histórica, por la mayor represión que sufrieron. Tanto la educación como el interés por la política arrojan resultados similares. El análisis bivariado muestra que a partir de un cierto nivel – de educación o de interés – los ciudadanos son mucho más favorables a la memoria histórica. Es el caso para los que han superado la educación secundaria y para quienes muestran algún tipo de interés por la política. Se podrían así confirmar las hipótesis respectivas planteadas al principio: a mayor educación y mayor interés por la política, más favorable es la actitud hacia la memoria histórica. Sin embargo, en el conjunto del modelo, estas relaciones no son estadísticamente significativas, como muestra la primera regresión lineal (Tabla 9). En realidad, se debe pensar que la educación y el interés por la política son factores que favorecen actitudes positivas hacia la memoria histórica, pero no son en ningún caso determinantes de éstas. Como conclusión, se podría tratar de trazar un perfil de aquellas personas más favorables a la memoria histórica actualmente en nuestro país. Son preferentemente jóvenes, se definen más bien de izquierdas, con práctica religiosa católica muy ocasional o inexistente, interesados positivamente y en diverso grado por la política y que habrán superado en su mayoría la educación secundaria. También es notable la mayor probabilidad de catalanes y vascos a ser favorables a la memoria histórica. Así, si bien hay muchas personas que no encajan en este perfil, se puede decir que la mayoría de ciudadanos favorables a la memoria histórica responden a esta descripción. Las reflexiones que sugiere este estudio son dos. En primer lugar, cuarenta años después del final de la dictadura franquista, es esperanzador constatar que la sociedad civil no es indiferente a cuantos abusos se cometieron en aquél período. Como muestra la fig.1 , la media de “actitudes hacia la memoria histórica” se sitúa en 2 en una escala de -5 a 5, posición que se puede calificar de “favorable en general”. Así, se puede afirmar que los españoles están muy concienciados sobre los -19-

crímenes que se cometieron en aquél período, y a pesar de las diferencias que puedan seguir existiendo, existe una conciencia general sobre la necesidad de la reparación de todas las víctimas como condición para garantizar la convivencia futura. La segunda reflexión, como consecuencia de la primera, es constatar la palmaria ausencia de una política coherente para responder a esta necesidad de la sociedad. Como dijo Nicolás Avellaneda3, los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla, y a día de hoy, en España no existe sino una política de olvido histórico. Bajo el amparo de la Ley de Amnistía de 1977, los poderes públicos apenas han dirigido sus acciones a rehabilitar a las víctimas de la dictadura. La excepción es sin duda la ley de Memoria Histórica, actualmente en vigor pero sin un solo euro de financiación para su desarrollo4. Así, actualmente, la práctica totalidad de las acciones de memoria histórica (exhumaciones de fosas, homenajes públicos) se limita a la iniciativa de particulares o asociaciones privadas. Fruto de esta inacción, el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha exhortado a España repetidas veces para que deje de escudarse en la amnistía para no investigar estos crímenes5, pretexto que es contrario al Derecho internacional. Paradójicamente, se inició por una jueza argentina6 un proceso de investigación de las torturas durante los últimos años de la dictadura, en el que el Gobierno español se niega a colaborar facilitando la extradición de los acusados. Más aún en un momento de contestación al sistema político que surgió de la transición, con pérdida de legitimidad de la democracia representativa y discusiones sobre la viabilidad de nuestra Constitución, se hace necesario un adecuado tratamiento de nuestro pasado para poder avanzar hacia una convivencia más sólida en el futuro.

BIBLIOGRAFÍA ANDUIZA, Eva , BOSCH, Agustí ; Comportamiento político y electoral , ed. Ariel, 2012. ESCUDERO ALDAY, Rafael (coord.) ; Diccionario de Memoria Histórica. Conceptos contra el olvido. Ed. Cascada, 2011 GARZÓN REAL, Baltasar ; Garzón contra el Franquismo. Los autos íntegros del juez sobre los crímenes de la dictadura. Diario Público, 2010

FICHERO DE DATOS Estudio 2760 CIS « Memorias de la Guerra Civil y el Franquismo » realizado en Abril 2008 Descargado de www.cis.es 3

Presidente de la República Argentina 1874 - 1880 Artículo de Infolibre.es : Memoria histórica, de 6 millones a 0 euros

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http://www.infolibre.es/noticias/politica/2013/07/08/el_niega_dedicar_solo_euro_las_victimas_del_franquismo_guerra _civil_5627_1012.html 5 Artículo de El País : La ONU insta a España a cumnplir su obligación y buscar a los desaparecidos. http://politica.elpais.com/politica/2013/11/15/actualidad/1384521012_539699.html 6 Artículo de El País : El proceso contra el Franquismo se reactiva en Argentina http://politica.elpais.com/politica/2013/03/22/actualidad/1363986587_915674.html

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