¿Qué nos enseñó esta Bola? La función educativa de La Bola de Cristal en el contexto de la Transición

July 26, 2017 | Autor: Fran Hernández | Categoría: Television Studies, Television And Children, Television And Social Change, Children's Television
Share Embed


Descripción

¿Qué nos enseñó esta Bola?

La función educativa de La Bola de Cristal en el contexto de la Transición

Francisco Lagunas Hernández Grado en Estudios Ingleses Universität zu Köln Agosto de 2014


!1

Índice

1. Introducción

3

2. Los Electroduendes

6

2.1 Análisis de una secuencia: Subida de la bolsa

7

2.2 Análisis de una secuencia: Prohibición del matrimonio entre parados

10

3. Ideología en un programa infantil

13

4. Conclusión

15

5. Bibliografía

16

!2

1. Introducción «La Bola de Cristal y La Edad de Oro las soñamos, porque jamás existieron». Con esta frase finaliza Jordi Costa un artículo (2002) sobre la Transición en la televisión. Pero que La Bola de Cristal no fue un espejismo sino que realmente existió, dan fe los vídeos que recuerdan momentos del programa, la (reducida) bibliografía disponible sobre ella y, sobre todo, el recuerdo de los millones de españoles en los que, en menor o mayor medida, La Bola de Cristal influyó en su formación. La Bola de Cristal comenzaba sus emisiones el 6 de octubre de 1984, dividida en tres secciones («Los Electroduendes», «El Librovisor» y «La Banda Magnética»), con una duración de noventa minutos y ningún anuncio, por la falta de reclamo en esa franja debido a las bajas audiencias que solían cosechar los programas anteriores, y finalizaba en julio de 1988, ya convertida en un fenómeno, con audiencias de cinco millones de espectadores, 120 minutos de duración, un considerable número de anuncios y con la censura llevándosela por delante (Rico 2003, pp. 24, 203-204). La creadora y directora de La Bola de Cristal, Lolo Rico, (2003, p. 43) decidió hacer, «creyendo firmemente que lo que aburre a un adulto aburre a un niño, […] un programa para adultos que divirtiera también a los niños». Como argumenta Alfeo Álvarez (2003), el programa ofrecía «diferentes niveles de lectura en función del perfil del espectador». En el comunicado con el que Televisión Española anunciaba el nuevo programa, ya se destacaba el «carácter educativo» del mismo. Uno de los mayores éxitos del programa probablemente radique en que un ramillete de sus frases hechas, que principalmente aparecían en anuncios falsos insertados entre las secciones, hayan permanecido en la memoria colectiva de una generación. Estas son las más destacables (Rico 2003, p. 158-159, 227): «Solo no puedes, con amigos sí». «Si no quieres ser como ellos, lee». «Tienes quince segundos para imaginar; si no se te ha ocurrido nada, a lo mejor deberías ver menos la tele». «Vamos a desaprender para desenseñar cómo se hacen las cosas». !3

En La Bola de Cristal se reflejaba una nueva España, se veían los ecos del cambio político —la Transición— y social y cultural, entre lo que destacaba lo que sus contemporáneos llamaban

la Nueva Ola y que en los años de La Bola de Cristal ya comenzaba a ser conocido como la Movida Madrileña, un movimiento sociocultural que, tras su esplendor en los primeros años de los ochenta, encaraba su marchitez. A diferencia de la Movida, que es considerado un movimiento con poca carga política, en La Bola de Cristal esta jugaba un papel fundamental. En cuanto al cambio político, el programa llegaba tras unos años de cambios profundos en la sociedad española. Cuarenta años de voraz dictadura bajo el yugo de Franco quedaban atrás, el pueblo iba logrando nuevas libertades, como la legalización de los sindicatos y el derecho a huelga (1977), la ley del divorcio (1981), la ley del aborto (1985) o la eliminación en 1979 de los artículos dirigidos a penar a los homosexuales en la Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social de 1970 y Pedro Almodóvar conseguía al fin ser un director reconocido con su primera gran obra, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?. El recuerdo de algo lleva implícito también el olvido y, en este artículo queremos centrarnos primordialmente en «Los Electroduendes», la sección que abría el programa. Alfeo (2003) lo pone en contexto: Cuando arranca el programa, la parrilla semanal de Televisión Española dedicada el público infantil y juvenil arranca el lunes a la 18:00 con el espacio «Hola chicos« conducido por la entrañable María Luisa Seco, dirigido a los más pequeños, que representaba una orientación pedagógica muy convencional, sobre la base de un modelo educativo y comportamental tradicional. En él se leían cartas y se exhibían dibujos aportados por los telespectadores y se recomendaban lecturas específicas. Este espacio iba seguido por el también mítico «Barrio Sésamo», versión española de «Sesame Street», dirigido igualmente a espectadores en edad preescolar y el único programa que, junto con el «Informativo Juvenil« se emitía todos los días de lunes a viernes. «Informativo Juvenil« estaba dirigido ya a los adolescentes y su hora de emisión era las 18:50. Otro programa, breve pero productivo, que se emitía en ese momento era «Arco Iris», dirigido por José Antonio Valverde, un espacio de quince minutos dedicado a las Bellas Artes.

La Bola de Cristal era, pues, algo completamente diferente al panorama de programas infantiles que había en esa época en Televisión Española, que es casi tanto como decir televisión española con minúsculas, ya que en esa época no había ninguna cadena privada y solo había autonómicas en las comunidades bilingües. De hecho, el autor señala como uno de los factores de su «cultificación» la ausencia de competencia, y es que La Bola de Cristal llegaba en pleno apogeo a unas audiencias de cinco millones de espectadores, algo casi imposible de conseguir en

!4

la actual coyuntura fragmentada que vive el medio hoy, unido a «la permanencia en la memoria colectiva de unos profesionales que han devenido en iconos representativos de una época televisiva y, por ende, cultural». De entre todos los profesionales que trabajaban en La Bola de Cristal, es Olvido Gara, Alaska, quien más ha contribuido a ese aura, como icono de la Movida y personaje sempiterno en la sociedad española desde su aparición como guitarrista en el grupo Kaka De Luxe en 1977. Como ella misma dice en Cervera (2003, cap. 13), «interpreté un personaje, no hice de mí». Sobre la función educativa de los programas infantiles, García Matilla (2003) defiende que La televisión es un medio que deberíamos considerar íntegramente útil para la educación pues hasta los programas aparentemente más deleznables deberían servir para analizar las contradicciones que se producen en cada una de nuestras sociedades, reforzando la capacidad crítica y de discernimiento de escolares, padres y educadores. Por este motivo son muchas las iniciativas que se han planteado educar para la comunicación tanto en España como en numerosos países de los 5 continentes.

Pero no hay que olvidar, como asegura la guionista Roig Fransitorra (2003), que, por mucho que los espacios de televisión infantiles tengan una función educativa y puedan transmitir unos ciertos valores, la responsabilidad de la educación recae en los padres y en los maestros y en la sociedad: Pensar que unos espacios infantiles puedan educar por sí mismos a los niños en unos valores que comporten todo aquello que los seres humanos debemos aspirar, como por ejemplo la convivencia, la tolerancia, el respeto, etc., es pecar de ingenuidad. La responsabilidad de la educación de los niños es, en primer lugar, de los padres y de los maestros, y, en segundo lugar, de toda la sociedad, ya que el niño imita lo que los adultos hacemos. El papel de la televisión en la educación de los niños tiene, evidentemente, mucha importancia, pero no hay que olvidar que la televisión es también un aparato que entretiene. Aunque, sin lugar a dudas, entretener no significa que no haya que cuidar los contenidos de dicho entretenimiento, sobre todo cuando va dirigido a un público tan especial como los niños. Por eso, los que trabajamos para entretener a los niños en el medio televisivo tenemos una responsabilidad enorme, puesto que ellos merecen todo nuestro respeto, y hemos de ser conscientes que son personas que viven una etapa de la vida muy vulnerable, en la que están descubriendo su propio yo y su entorno. Por ello, los guionistas especializados en programas infantiles tenemos la obligación de estimularlos, divertirlos, interesarlos, y, sobre todo, recordar lo que es evidente: de todos los públicos, el más inteligente y exigente es el de los niños.

Para Rico (1994, p. 71), los espacios infantiles televisivos deben cumplir dos funciones: lo que ella denomina «ideologizar», entendiéndose como «centrar al niño en una situación que explique de manera seria, clara y sincera la realidad que le circunda o que, al menos, le lleve a preguntarse por la naturaleza de esa realidad» y «asombrar» al niño, «siempre con las más altas exigencias estéticas y artísticas, [...] en lugar de ofuscarlo con luces y confeti». De esta manera,

!5

cree que los programas infantiles pasan de tener un interés puramente de la niñez a poder ser vistos sin sonrojo por los adultos. Basaremos este análisis en la propuesta metodológica de Ferrés en «Televisión y educación» (1994, pp. 175-196), aunque sin hablar, como este propone, de la intención del autor. Esta es la opinión de Marga Íñiguez, la asesora pedagógica de La Bola de Cristal (Rico 2003, p. 116) sobre los objetivos pedagógicos del programa: ¿En qué formó? ¿Por qué tuvo un valor pedagógico? ¿Tenía objetivos pedagógicos? ¡Pues sí! Tenía una filosofía muy clara que impregnaba todos los programas. La apertura mental -el desarrollo del pensamiento crítico-, la solidaridad, la cooperación y la participación. La creatividad en todas sus acepciones (imaginación, resolución de situaciones, anticipación de propuestas, expresiones singulares desde todas las áreas artísticas y sociales). La ampliación de conocimientos con un nivel alto, siempre alto, a veces camuflado en formas divertidas, irreverentes. Incitando siempre a que saber, conocer y estar informado produce placer y es posible. Ser culto, leer es un valor… «Si no quieres ser como estos, lee».

2. Los Electroduendes «Los Electroduendes» era y es la sección insignia de La Bola de Cristal, y la que más entidad propia tenía dentro del programa, tanto que llegó a emitirse como programa independiente en TVE en las tardes de los martes. Esta parte, que, paradójicamente, estaba «supuestamente dedicada a preescolares» (Rico 2003, p. 45), aunque es probable que de sus guiones poco o nada entendieran, era la que más capas de lectura encerraba. Los electroduendes, duendes y hadas de la electrónica, eran dos brujas, Avería y Truca, el hada Vídeo, Maese, Sonido y Cámara.



!6

2.1 Análisis de una secuencia: Subida de la bolsa

! ! Imagen 1.1

Imagen 1.2

! !

!

Imagen 1.3

Imagen 1.4

Imagen 1.5

!7

Este es el guion de esta secuencia: Presentador del telediario: La noticia del día es la inesperada subida de la bolsa, que ha alcanzado un índice histórico. En directo desde el edificio de la Bolsa, Televisión Española nos sirve las siguientes imágenes, que demuestran la satisfacción de los inversores. Bruja Avería: Émbolos, rehostatos y bujías, esto es más bueno para la economía, sobre todo para la mía, ja, ja, ja, dejad que me ría, ja, ja, ja. Detendremos la inflación, bombardearemos Hong-Kong, ¡¡viva la inversión!! Por (inaudible) y Plumbicón, mis turbinas se revalorizan de emoción, liberalizaremos el mercado, ¡por fin será libre el pescado! Y el vino embotellado, incluso el maíz tostado, ja, ja, ja. Adoro la economía, la plusvalía y la disentería. Soy un probo ciudadano, y donde puedo meto la mano. Argíos, pilas y palanganas, hoy soy más rica que ayer, pero menos que mañana. Fundir, gripar y averiar, ese es mi programa, ja, ja, ja. ¡Qué mala, pero qué mala soy!, ja, ja, ja. Ángeles: Cuando sube la bolsa, alguien se embolsa muchos millones, todo está caro y hay mucho paro, pero no cesan las inversiones, cantemos con alegría un himno a la economía, y recemos las últimas oraciones: cuando sube la bolsa, alguien se embolsa muchos millones.

En esta secuencia, tras la cabecera original utilizada en los Telediarios entre los años 1985 y 1987 (imagen 1.1), aparece el actor Isidoro Fernández en un plano medio interpretando al presentador del Telediario, el programa informativo de Televisión Española. Como era habitual entonces, el presentador lee las noticias (imagen 1.2) en unos papeles, por lo que no mira siempre a cámara como hacen en la actualidad ayudados por el teleprómpter. Después, la Bruja Avería, acompañada de un saco de dinero —que, por una mala planificación del plano, queda como si estuviera suspendido en el aire— y empuñando una espada, aparece sobre un fondo, proyectado sobre un croma, en el que se ve el espacio principal del edificio de la Bolsa de Madrid, primero en un plano general (imagen 1.3) y luego en un plano conjunto (imagen 1.4). Tras un corte, se ven unos ángeles volando (imagen 1.5), acompañados de una música de fondo, de nuevo sobre un croma en el que se proyecta un plano cambiante de nubes. Este último es también un plano general. La escena se desarrolla en un entorno ajeno para los niños como es el edificio de la Bolsa de Madrid. Por otro lado, las hadas hacen referencia al paro, que en esa época afectaba en España a un 20% de la población activa. La Bruja Avería representa en «Los Electroduendes» al antihéroe; en esta ocasión, como un inversor que celebra la subida de la bolsa. El monólogo de la bruja —como es habitual en esta sección, recreándose con las palabras a través de los pareados— juega con las antítesis. Expone los contrastes de definirse como un ciudadano honrado (probo) pero corrupto («donde puedo

!8

meto la mano»). A través de la ironía, base del personaje, la función de la Bruja Avería es satirizar la figura del empresario y del político, que, tal vez en una visión demasiado simplista de la realidad, aparece siempre como el malo de la serie. Tal y como argumenta Rico (1994, p. 205), «Los Electroduendes» transmitían «un mensaje definido [...]: la bruja Avería ama el capital porque es mala». Como asevera Fernández Liria (Rico 2003, p. 93), «el programa pintaba un mundo en el que toda la esfera social y política estaba enteramente secuestrada por las necesidades de su economía, una sociedad que dependía a vida o muerte de las necesidades de la economía capitalista». Alaska (Rico 2003, pp. 80-82) reconoce que los mensajes en La Bola de Cristal no se caracterizaban precisamente por ser subliminales, sino más bien todo lo contrario: cualquier adulto que viera el programa podía darse cuenta fácilmente de las ideas que pretendían difundir. Es bastante dudoso que el público potencial de «Los Electroduendes» —recordemos que se trataba de una sección dirigida, en teoría, a preescolares— pudiera comprender todo esto anteriormente expuesto. Sin embargo, el mensaje que intenta transmitir es claro para los adolescentes y adultos que veían el programa, y puede decirse que es universal: es un gag que carece de localismos y puede ser entendido por hablantes del español de otras zonas, que solo tendrían que acostumbrarse al lenguaje particular de este programa.

!9

2.2 Análisis de una secuencia: Prohibición del matrimonio entre parados

! ! Imagen 2.1

!

Imagen 2.2

! Imagen 2.3

Imagen 2.4

! ! Imagen 2.5

Imagen 2.6

!10

! ! Imagen 2.7

Imagen 2.8

! Imagen 2.9

Este es el guion de esta secuencia: Presentador del telediario: Isabel Amper, ministra de Misterios y Finanzas de la República Electrovoltaica de Tetrodia, ha anunciado las medidas que su gobierno adoptará para combatir el paro: a fin de que no se multiplique su número anuncia que prohibirá el matrimonio entre parados. Isabel Amper: Supongamos que los parados se casan entre si y cada pareja trae al mundo dos parados más, pequeñitos y nuevecitos, ¡iríamos de Culombio!, ¡el paro aumentaría en un 100%! Presentador de televisión: En medios conservadores esta medida no ha sido bien acogida. Conservadora: Es una horrible «discrimination»: también los parados tienen derecho a nacer. Presentador del telediario: Asimismo, la ministra de Misterios y finanzas ha promulgado un decreto por el cual se obliga a cada parado a hace al menos 35 pajaritas de papel diarias con arreglo al modelo oficial que el propio ministerio ha puesto a la venta al módico precio de 12 000 pesetas. Estas medidas han creado cierto malestar entre los parados, que han convocado una manifestación ante el edificio del ministerio. La ministra en persona, Isabel Amper, ha mantenido una entrevista con el representante de los parados. (Despacho de la ministra ) Isabel Amper: ¡Oh, me galvaniza este ambientador a base de esencia de cheques al portador! Me recuerda a mi primer amor, era un acreedor. (Entra el representante de los parados) ¡Oh!, ¡es un parado! ¡Rebobinante¡, ¡galvanoplástico!, ¡excitante! No son solo figuras míticas, y yo que creí que solo existían en las estadísticas. Parado: ¡Queremos que nos dejen de gripar!, ¡queremos negociar! Isabel Amper: ¡No te funde! ¡Subturbinio! ¡Mentecátodo! ¡Subversivo!

!11

Parado : Ay, no somos revolucionarios, solo queremos que nos impongan un horario, aunque no nos paguen un salario. Queremos perder nuestra vida en la mina o en la oficina, queremos tener un accidente laboral en la industria del metal, contraer un cáncer pulmonar en una central nuclear, respirar aires tóxicos en una fábrica de productos atómicos. Somos gente sencilla, queremos arreglar las alcantarillas con el agua hasta las rodillas. ¡Es nuestro derecho trabajar hasta quedar maltrechos y alcanzar la jubilación con al menos un muñón! ¡No somos revolucionarios, solo queremos ser explotados por un empresario! Isabel Amper: Oh, tanta elocuencia me mueve a compasión, este hombre aventaja a Cicerón. Parado: ¡Ponedme a trabajar en una mina de carbón! Isabel Amper: ¡Los émbolos me hacen tolón, tolón! Parado: ¡Poned un andamio a mi disposición! Isabel Amper: Ay, su voz es suave como la miel... Parado: Os hemos traído esta pajarita de papel como muestra de nuestra buena fe, la hemos amaestrado y da un saltito cuando oye la palabra «parado». Isabel Amper: ¡Ah, no estoy en mis circuitos, este hombre me ha electrizado! Parado: ¡Quiero contribuir al progreso rompiéndome los huesos levantando grandes pesos o poniendo yeso! Isabel Amper: ¡Dadme un beso! Parado: ¡Quiero romperme la cabeza obteniendo riqueza para los demás! Isabel Amper: ¡Abrázame y no se hable más! Serás mi secretario y hasta te pagaré un salario. Parado: ¡Ay mi canario! Isabel Amper: ¡Ay, cationcito mío! Parado: Bobinilla... (Se abrazan y se besan, fin de la escena) Hadas: ¡Nosotros no somos revolucionarios, queremos ser explotados (inaudible)! ¡Ah, ah, ah!

En esta secuencia, tras la aparición de una versión abreviada de la cabecera (imagen 2.1) que se utilizó entre los años 1985 y 1987 en el Telediario, y una transición en forma de barrido horizontal, aparece en un plano medio el actor Isidoro Fernández interpretando al locutor (imagen 2.2). Tras un corte, se ve en un plano medio la marioneta de la Bruja Truca (imagen 2.3), que en esta secuencia pasa a ser Isabel Amper, una ministra del ficticio Ministerio de Misterios y Finanzas. Después, el presentador da paso a una política británica conservadora (imagen 2.4), en plano medio, cuya voz es doblada con un mensaje diferente al pronunciado originalmente para conveniencia del sketch. Tras una nueva intervención del ministro, se ven unas imágenes de una plaza de Madrid llena de gente (imagen 2.5). Otra intervención del ministro y llega el clímax de la secuencia, una escena en la que aparecen el muñeco de la Bruja Truca como la ministra Isabel Amper y la marioneta de Maese Cámara como un parado (imágenes 2.6 y 2.7). Tras una transición de barrido (imagen 2.8), vemos la última escena, donde aparecen varios muñecos, entre ellos la Bruja Avería y de nuevo la Bruja Truca, caracterizados como ángeles, en un plano general (imagen 2.9). En un croma se proyecta tras ellos un plano de medio de los muñecos. El argumento del sketch, una sátira (habrá quien lo considere una astracanada), en el que una ministra del gobierno prohíbe los matrimonios entre parados y los desempleados tienen la obligación de fabricar al menos treinta y cinco pajaritas de papel al día, es un buen resumen de la !12

ideología del programa. Cuando el parado aparece en el despacho de la ministra y le implora que no son «revolucionarios, solo queremos que nos impongan un horario, aunque no nos paguen un salario.», para luego decirle que lo único que quieren es ser explotados por un empresario, muestra una feroz crítica al conformismo del español medio o, como se define el parado, «la gente sencilla». Como en la anterior secuencia analizada, queda bastante claro que, de las capas de lectura posibles en esta escena, difícilmente un niño en edad preescolar pudiera comprender algo más allá de la gracia de los muñecos.

3. Ideología en un programa infantil Desde la España del siglo XXI, donde la corrección política impera, sorprende cómo pareados tales como «Para ser presidente, no hace falta ser inteligente» o «Antes se nos llamaba usureros y ahora banqueros, pero seguimos quedándonos con su dinero» se colaban en un programa infantil. La crítica al poder estaba muy presente en la sección estrella de La Bola de Cristal, vista por algunos, como reconoce su guionista Alba Rico (2007) como un «panfleto». Según este, casi todo en La Bola de Cristal estaba orientado a denunciar al PSOE. Ferrés (1994, p. 64) señala que «[s]i los niños son especialmente vulnerables a los mensajes televisivos es precisamente por su incapacidad de distinguir imagen y realidad. De acuerdo con las etapas del desarrollo cognitivo de Piaget, el niño solo es capaz de distinguir entre fantasía y realidad en una fase avanzada. [...] Y, aunque admiten que Supermán tiene truco, consideran que es más real que Carlitos y Snoopy, porque “Carlitos es solo un dibujo”». Esta confusión, pues, entre realidad y ficción en los espectadores a quienes, en teoría, iban dirigidos «Los Electroduendes», se acrecienta, ya que, a pesar ser una sección protagonizada por marionetas, la interacción con los llamados en su lenguaje «humanoides» es frecuente, ya sea a través del presentador del telediario o de los presentadores de la sección en sus inicios, Isabel Bauza y Gerardo Amechazurra.

!13

Lolo Rico (1994, p. 205) admite que «era inevitable; nos identificábamos con una determinada postura cuyo análisis se fundamentaba en el punto de vista de la izquierda». No obstante, en una entrevista de radio en 2014, afirmaba que su intención en el programa no era adoctrinar a los niños. El programa, a través de «Los Electroduendes», llegó incluso (Rico 2003, p. 203), en un momento culminante de su historia, a postularse abiertamente a favor del «no» en el referendo sobre la permanencia de España en la OTAN de 1986, en contra de la postura del entonces presidente Felipe González; emitieron unas tomas aéreas de una manifestación en la que se podía leer «OTAN NO». Como afirma Paco Climent, adjunto a la dirección de programas juveniles de TVE en esa época, en Rico (2003, pp. 30-31): Nunca ha habido en la historia de TVE unos muñecos tan malvados, hirientes y corrosivos como esa panda de electroduendes […]. Se convirtió con el tiempo en la página editorial del programa y, como tal, entre risas y bromas o, sencillamente, por las bravas, los electroduendes tomaban partido a favor o en contra de las cosas que estaban pasando por este mundo de Dios.

Pero, ¿desde qué ideología (entendida según la definición de la RAE como el «conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de un movimiento») se realizaba La Bola de Cristal? Según el guionista de la sección «El Librovisor», Carlos Fernández Liria (Rico 2003, p. 91), La Bola de Cristal [...] demostró [...] que el marxismo no solo era un instrumento de análisis valido frente a la realidad política de actualidad, sino que podía ser, además, divertido y alcanzar por igual a públicos infantiles, juveniles y adultos. Esta línea la marcaron [...] los Electroduendes, pero el Librovisor iba en la misma dirección. [...] Probablemente, era una alianza imposible. Por una parte, unos guionistas que se habrían calificado a sí mismo gustosamente de marxistas leninistas y, por otro lado, el ambiente [...] de «la movida» [sic]. [...] Resultó que un programa que hoy en día habría sido prohibido de inmediato permaneció emitiéndose durante cuatro años en la primera cadena, sin que nadie se rasgara las vestiduras.

De hecho, en La Bola de Cristal se llegó incluso a hacer una versión para niños del libro primero de El Capital de Marx. (Rico 2003, p. 93)



!14

4. Conclusión A lo largo de este trabajo, hemos mostrado la unicidad de La Bola de Cristal, un programa de televisión atípico en una época singular. Como afirmaba su presentadora Alaska en una entrevista (2009): La bola la veías y tenías 5 años, 15, 25, 35 y, probablemente por eso, permanece en la mente de las personas de una forma diferente, no solo de los que eran niños en aquel momento, sino de los que ya no eran tan niños y se levantaban legañosos después de una buena noche de viernes y se encontraban con una historia de la música pop.

Es destacable cómo el recuerdo de La Bola de Cristal perdura en los telespectadores; si el programa les ayudó a construir su identidad política es algo que se sale de los límites de este trabajo. Una voz naturalmente poco distanciada, la del guionista de «Los Electroduendes», Santiago Alba Rico (2007), hijo de la directora, cree que hay una generación de La Bola de Cristal, «locos solidarios con Palestina y Venezuela, chiflados activistas antiglobalización, extremistas militantes ecologistas, zarrapastrosos okupas, agresivos pacifistas, infantiles anti-imperialistas, lunáticos marxistas». Siendo este campo de investigación tan poco explorado, sería interesante elaborar un estudio serio sobre La Bola de Cristal como formato televisivo y sobre el legado que dejó en la sociedad española, pues cabe destacar el escaso número de trabajos sobre la televisión infantil y juvenil en la España de los ochenta, en general, y sobre La Bola de Cristal, en particular, aparte del libro de Lolo Rico, que cuenta con una perspectiva poco distanciada del tema, y del artículo de Alfeo Álvarez. Asimismo, resulta imposible encontrar la totalidad de La Bola de Cristal para su visión, más allá de cuatro programas completos y algunos sketches en el sitio web de RTVE, algunos vídeos subidos por usuarios particulares en la plataforma Youtube y la colección de ocho DVD, que se encuentra descatalogada. Es difícil valorar el legado —si hubo alguno— que dejó La Bola de Cristal en la televisión en España. Los programas infantiles que vinieron después se ciñeron a un corte mucho más conservador, tanto en el continente como en el contenido, y el siglo XXI trajo consigo la desaparición de este concepto de programas, lo que vino después fueron meros contenedores de series

!15

infantiles, como TPH Club y Los Lunnis. Finalmente, en los años 2010, la programación infantil desapareció totalmente de las cadenas privadas y públicas del país y se vio desplazada a las cadenas temáticas infantiles de nueva aparición, con una programación basada en su mayoría en la reposición de series de dibujos animados. Grijalba (2003) lo llega a considerar como «un programa de culto para niños, adolescentes y adultos que ahora la recuerdan como una parte esencial de su educación, como una manera de descubrir el mundo de otra forma» y atribuye ese culto a la negativa del anteriormente conocido como Ente Público de reponerlo en ninguno de sus canales desde la finalización del programa en 1988.

5. Bibliografía Alba Rico, Santiago. “La generación de la Bruja Avería” Web. Dominio Público. 9 noviembre 2007. Recuperado el 4 de agosto de 2014. Alfeo Álvarez, Juan Carlos. “La Bola de Cristal y su contexto” Revista de Tecnologías de la Información y Comunicación Educativas. 4 Televisión educativa: reto y utopía (2003). Recuperado el 1 de junio de 2014. Cervera, Rafa. Alaska Y Otras Historias De La Movida. Barcelona: Debolsillo, 2003. Costa, Jordi. “La transición televisiva nunca tuvo lugar” Área Abierta. 3 (2002). Recuperado el 1 de junio de 2014. --- “Entrevista a Alaska” La Bola de Cristal. Web Radio Televisión Española. Madrid. 13 octubre 2009. Web. Recuperado el 4 de agosto de 2014.

!16

García Matilla, Agustín. “¿Es necesaria una televisión para la educación?” Revista de Tecnologías de la Información y Comunicación Educativas. 4 Televisión educativa: reto y utopía (2003). Recuperado el 1 de junio de 2014 Grijalba, Silvia. “Qué tiene esta bola que a todo el mundo le mola…” Magazine El Mundo. 188 (2003), 24-25. --- “Lolo Rico: ¡Viva el mal, viva La Bola de Cristal!” Carne Cruda 2.0. Cadena Ser. Madrid. 13 junio 2014. Radio. Recuperado el 18 de junio de 2014. Rico, Lolo. TV fábrica de mentiras. Madrid: Espasa Calpe, 1994. Rico, Lolo. El Libro De La Bola De Cristal. Barcelona: Plaza & Janés Editores, 2003. Roig Fransitorra, Carmina. “Escribir para la audiencia infantil.” Revista de Tecnologías de la Información y Comunicación Educativas. 4 Televisión educativa: reto y utopía (2003). Recuperado el 1 de junio de 2014.

!17

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.