Qué me dices cuando quieres decirme algo? El problema del otro en Husserl

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El problema del otro en Husserl Qu´e me dices cuando quieres decirme algo?

Jos´e L. Lucas Saor´ın, Febrero 1995 El motivo del siguiente trabajo surgi´o de unas palabras de Merleau-Ponty: Para Husserl, al contrario, sabemos que hay un problema del otro, y que el alter ego es una paradoja. Si el otro es verdaderamente para s´ı, m´as all´a de su ser para m´ı, y si somos el uno para el otro y no el uno y el otro para Dios, es necesario que nos revelemos el uno al otro, que ´el y yo tengamos un exterior, y que exista adem´as de la perspectiva del Para-S´ı [...] una perspectiva Para-el-Otro.[...] Es preciso que yo sea mi exterior, y que el cuerpo del otro sea ´el mismo 1 . Y creemos que no es casualidad que haya tal problema que Husserl plantea a nivel gnoseol´ogico relativo a la intersubjetividad: tal problema se plantea a nivel metaf´ısico, y ya Descartes lo hizo. Si es verdad que las Logische Untersuchungen contienen en germen los principales temas de la fenomenolog´ıa, en ellas debe haber algo que haga referencia a nuestro problema2 . Las referencias de Husserl a los otros, en cuanto personas, se producen en el a´mbito de las reflexiones sobre la expresi´on y la se˜ nal 3 . Y se˜ nal (Anzeichen) es algo, cuando este algo sirve efectivamente de se˜ nal de algo, para un ser pensante. Lo com´ un a todas las se˜ nales o signos indicativos Es la circunstancia de que ciertos objetos o situaciones objetivas, de cuya existencia alguien tiene conocimiento actual, indican a ese alguien la existencia de ciertos otros objetos o situaciones objetivas-en el sentido de que la convicci´on de que los primeros existen, es vivida por alguien como motivo para la convicci´on o presunci´on de que tambi´en los segundos existen4 . Aqu´ı vendria a colaci´on la experimentaci´on de Cort´azar en Rayuela (“Apenas ´el le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el cl´emiso y ca´ıan en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes ...”) en torno a la literatura de igual forma que cabr´ıa hablar de Kafka. Como dice Santiago Juan-Navarro 1

M.Ponty, Fenomenolog´ıa de la Percepci´on, FCE, p.12. “la fenomenolog´ıa nos parece atormentada, si no discutida, desde el interior, por sus propias descripciones del movimiento de la temporalizaci´on y de la constituci´on de la intersubjetividad”, J.Derrida, La voz y el fen´ omeno, Pre-textos, 1984 3 L.U. primera 4 L.U., p.234 2

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La obra de Cort´azar nos mueve a reflexionar sobre la organizaci´on de la literatura y su relaci´on con la realidad extratextual. La lectura se convierte en un proceso paralelo al de la escritura, concebidos ambos como actos de representaci´on. Como resultado de nuestra experiencia inmediata como lectores, somos capaces de descubrir facetas ignoradas de nuestra conciencia, ampliando as´ı nuestro horizonte de expectativas. Este efecto autorreflexivo (la percepci´on del Yo en el acto de la representaci´on) revela una intenci´ on compartida entre emisor y receptor: la b´ usqueda de la identidad en el texto5 . Y en relaci´on a Kafka s´olo recoger de momento las ideas de Umberto Eco en Opera Aperta: Su questa linea molta della letteratura contemporanea `e fondata sull´ uso del simbolo come comunicazione dellindefinito, aperta a reazioni e comprensioni sempre nuove. Possiamo facilmente pensare all´ opera di Kafka come ad un´ opera “aperta” per eccellenza: processo, castello, attesa, condanna, malattia, metamorfosi, tortura non sono situazioni da intendersi nel loro significato letterale immediato. Ma a differenza delle costruzioni allegoriche medievali, qui i sovrasensi non sono dati in modo univoco, non sono garantiti da alcuna enciclopedia, non riposano su nessun ordine del mondo. Le varie interpretazioni, esistenzialistiche, teologiche, cliniche, psicoanalitiche dei simboli kafkiani esauriscono appena in parte le possibilit`a dell´ opera: in effetti l´ opera rimane inesauribile ed aperta in quanto “ambigua”, poich´ e ad un mondo ordinato secondo leggi universalmente riconosciute si ` e sostituito un mondo fondato sulla ambiguit` a, sia nel senso negativo di una mancanza di centri di orientamento, sia nel senso positivo di una continua rivedibilit` a dei valori e delle certezze. Es esto u ´ltimo lo que nos parece relevante en su conexi´on con lo que sigue: el problema del otro en la fenomenolog´ıa no guarda sino una profunda proximidad con los problemas de la est´etica contempor´anea. Dice Husserl que la indicaci´on es inherente al discurso comunicativo. Precisamente la expresi´on (Ausdruck) se opone a la se˜ nal, en cuanto que es significativa. Dice Husserl que todo discurso es una expresi´on, sin que importe que sea o no hablado. Pues en funci´on comunicativa (la tiene?) la expresi´on act´ ua de esta forma: el complejo vocal articulado se torna ”palabra hablada”, comunica, en tanto que el que lo produce lo hace con la intenci´on de ”manifestarse acerca de algo”, quiere decir algo. Y la comunicaci´on se hace posible porque el que escucha, el otro, comprende la intenci´on del que habla, en cuanto que lo 5

Un tal Morelli: Teor´ıa y pr´ actica de la lectura en Rayuela, Julio Cort´azar. Revista Canadiense de Estudios Hisp´ anicos 16.2 (1992): 235-52.

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concibe como una persona que le habla, no como una m´aquina que emite sonidos, esto es, la concibe como algo dotado de intencionalidad. Lo que hace posible ante todo el comercio espiritual y caracteriza como discurso el discurso que enlaza a dos personas, es esa correlaci´on, entre las vivencias f´ısicas y ps´ıquicas, mutuamente implicadas, que experimentan las personas en comercio respectivo6 . Pero ocurre que el oyente percibe que el que habla exterioriza ciertas vivencias ps´ıquicas y percibe tambi´en, por tanto, esas vivencias; pero no las vive, y s´olo tiene de ellas una percepc´ıon externa, no interna. Es la gran diferencia que existe entre la verdadera aprehensi´on de un ser en intuici´on adecuada y la presunta aprehensi´on de un ser sobre la base de una representaci´on intuitiva, pero inadecuada”7 . Pero tambi´en hay expresiones en la “vida solitaria del alma”, y aqu´ı la existencia del signo no motiva la existencia de la significaci´on: no hay indicaci´on por tanto. Ni comunicaci´on: puesto que nos limitamos a representarnos a nosotros mismos como personas que hablan y comunican. Nosotros vivimos la significaci´on en el mismo momento. Ya se puede colegir que la u ´nica manera de encontrarnos con otros es encontrarnos con alg(un)os que nos quieren decir algo, entendiendo que s´olo algo como yo puede querer decir algo, y por tanto ese otro algo ser´a realmente no algo otro sino un verdadero otro. Su intenci´ on, su querer decir, ser´ a para nosotros se˜ nal de que son otros, la existencia de ese acto de significaci´ on nos motivar´ a a ir a la existencia del otro en cuanto persona. Dice Derrida : fuera de la esfera mon´adica transcendental de lo m´ıo propio, de la propiedad de lo m´ıo propio, de mi presencia a m´ı, yo no tengo con lo propio de otro, con la presencia a s´ı de otro, m´as que relaciones de apresentaci´on anal´ogica, de intencionalidad mediata y potencial 8 . Ahora quisiera introducirme en unas lecciones y apuntes de Husserl de los a˜ nos 19101911, en los que trata cuasiexclusivamente del tema que nos ocupa y me incita a afirmar que tambi´en para Husserl ´este era un tema importante 9 . Yo me digo “yo” y me conozco ´ como tal, siempre soy centro de un entorno. Esto no es una vivencia, es la posibilidad de ellas. Y c´omo me descubro “yo”? En el tiempo, mediante el recuerdo, me percibo como existiendo en una continuidad temporal y teniendo durante ese tiempo tales o cuales propiedades, siempre las mismas, como estableci´o Hume. Husserl introduce ahora una distinci´on entre Leib y K¨orper. Cada yo se encuentra a 6

L.U., p.240 L.U., p.241 8 La voz y..., p.85 9 En Alianza ha sido publicado como Problemas fundamentales de fenomenolog´ıa, 1994. 7

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s´ı mismo como teniendo un cuerpo org´anico, una cosa espaciotemporal a la cual le rodea un entorno c´osico sin l´ımites (al modo de un punto en el espacio euclidiano): por eso cada yo sabe que el entorno puesto como existente en el modo de la intuici´on inmediata es s´olo la parte vista de un entorno total, y que las cosas se extienden en un espacio infinito, y sabe que las cosas son en s´ı, no s´olo percibidas. El cuerpo propio se distingue de los dem´as en que ´este es percibido de modo propio. Y al cuerpo, el de cada uno, se refieren las vivencias yoicas. En ese entorno en el que estoy yo percibiendo mi cuerpo de modo propio encuentro cosas que parecen cuerpos como el m´ıo, pero son ajenos, enfrentados al m´ıo. C´omo se produce la Fremderfahrung? No es s´olo la percepci´on de un K¨orper, sino tambi´en la experiencia trascendental unitaria de percibir un Otro. El yo propio, yo mismo, pongo a los otros yoes, no los su-pongo, sino los pongo. En alem´an, setzen. Y ´esta es la base de mi relaci´on con otros yoes: Husserl la llam´o Einf¨ uhlung, y es de traducci´on dif´ıcil: introafecci´on, introyecci´on, empat´ıa. En la empat´ıa, se supone y se pone la conciencia del Otro. Pero esto tambi´en ocurre a la inversa: si ese Otro al que yo constituyo es un verdadero otro, entonces ´el tambi´en me pone a m´ı. De modo que el espacio subjetivo es anisotr´opico, esto es, cada yo se cree el “centro”, para cada yo los Otros son puntos del entorno. Hasta ahora, Husserl se ha movido en una actitud natural. En ella encuentro experiencialmente yoes emp´ıricos o almas como personalidades humanas en el tiempo, vivenvias determinadas objetiva y temporalmente de tales yoes emp´ıricos que corresponden a los cuerpos, y fen´omenos de cosas que en alg´ un tiempo determinado don tenidas por este o aquel individuo ps´ıquico. El problema est´a en esto u ´ltimo: en la conexi´on con el cuerpo. La res extensa no es necesariamente cuerpo: es f´acticamente res cogitans, dice Husserl, cuando de acuerdo con la experiencia se le anudan cogitationes. Se puede por ello cortar el v´ınculo entre vivencia y existencia c´osica. Es una distinctio phaenomenologica

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Pero respecto de las vivenvias podemos proceder en actitud fenomenol´ogica: considerar la vivenvia en s´ı, ajena al yo, a todo lo natural. “Ponemos entre par´entesis todo acto emp´ırico. Nos dirigimos al propio acto. Tambi´en queda fuera la posici´on del Yo emp´ırico 10

Problemas...,p.78. En la actitud natural no hay cr´ıtica: nos volvemos a las cosas tal como est´ an dadas, y proponemos leyes en base a sus relaciones y elementos. La otra actitud es la filos´ofica: aqu´ı el conocimiento es un misterio. Pasa a ser un factum que hay que investigar y no un presupuesto de la investigaci´ on. El problema viene a la hora de conectar vivenvia del conocimiento, significaci´on y objeto. C´ omo puede el conocimiento ser conocimiento de? Dice Husserl: hay que superar el solipsismo: yo existo y todo lo dem´ as es no-yo, fen´ omeno. Por aqu´ı se entran en la teor´ıa del conocimiento y la metaf´ısica. Pero hay una tercera posibilidad: la fenomenolog´ıa del conocimiento y de su objeto. La teor´ıa del conocimiento ser´ıa una tarea cr´ıtica y la metaf´ısica es una ciencia del ser en sentido absoluto, surgida de una cr´ıtica del conocimiento natural en cada ciencia sobre la base de la intelecci´on de la esencia del conocimiento y de la esencia del objeto de conocimiento. Haciendo abstracci´on de tal tarea metaf´ısica, la cr´ıtica del conocimiento se queda en fenomenolog´ıa. Cf. 1a lecci´on de La idea de la fenomenolog´ıa, FCE, 1982

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de todo Otro, y del propio yo. Esto es la reducci´on fenomenol´ogica”. Y la investigaci´on fenomenol´ogica, en cuanto m´etodo, es solipsista: no se habla de ninguna otra raz´on que la m´ıa, de ning´ un otro ente que el que yo compruebo en la experiencia. Sin embargo el mismo Husserl reconoce que la empat´ıa pertenece al contexto de mi conciencia11 . En este mundo reducido de la conciencia tenemos varios modos de donaci´on: percepci´on/visi´on fenomenol´ogica (fen´omeno como autopresencia que dura), la retenci´on libre, ´ la rememoraci´on y la empat´ıa. Esta es pues un modo de donaci´on del mundo de la conciencia. Ocurre que fenomenol´ogicamente hay una u ´nica corriente de conciencia, un u ´nico yo fenomenol´ogico. Pero llegamos alguna vez a otro yo fenomenol´ogico? La individualidad s´olo es posible gracias a una temporalidad capaz de interiorizarse. Esta es la ley de la conciencia que permitir´a la diferenciaci´on intersubjetiva. La empat´ıa apunta siempre a la conciencia de otro yo; pero no es una conciencia de imagen, no hay conciencia que analogiza la conciencia ajena a trav´es de la propia conciencia simult´anea semejante. Es m´as bien una conciencia emparentada con el grupo de las representificaciones. Y la empat´ıa puede ser reducida. En s´ı misma, como lugar en la corriente de conciencia, y en cuanto experiencia de una conciencia dada en empat´ıa. La empat´ıa pone lo dado en empat´ıa como ahora y lo pone en el mismo ahora en que se pone a s´ı misma: hay un ahora representificado: una representaci´on que identifica el ahora representificado con el ahora actual. Husserl necesita de la siguiente ley de la conciencia: una dato dado en empat´ıa y la correspondiente experiencia misma de empat´ıa no pueden pertenecer a la misma corriente ´ de conciencia, al mismo yo fenomenol´ogico. Este es el fundamento de la intersubjetividad. Es la ruptura temporal la que abre lo intersubjetivo. La empat´ıa es as´ı una forma de apercepci´on. Y esta apresentaci´on de la empat´ıa se ejecuta originariamente como intenci´on vac´ıa, como intenci´on de expectativa. A la esencia de esta apresentaci´on corresponde por principio no poder encontrar cumplimiento a trav´es de una presentaci´on originaria de lo an´omico. Y la corporalidad ajena dada perceptivamente simult´aneamente con la apresentaci´on de una interioridad ajena a partir de lo espec´ıficamente corporal y yoico, opera como percepci´on del hombre-all´ı, siendo esa percepci´on siempre opera aperta. Lo esencial de la empat´ıa es que, en la reducci´on fenomenol´ogica, si captamos esta reducci´on como reducci´on a la conciencia pura, da por resultado, apresentativamente, y m´as all´a de la corriente de conciencia del ego, otro ego puro y su corriente de conciencia; y que el ser de esa corriente no depende de la donaci´on de sentido que alg´ un otro yo diferente ejecute, sino que es un ser que es en s´ı y para s´ı y es concebido por medio de su propio ser, 11

Problemas..., 154b, p.223

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pero que en el modo de la empat´ıa, tambi´en es captado por otro, si bien en una mediaci´on de una donaci´on trascendente, aprehendido en una mediaci´on por donaci´on trascendente de sentido. Contestando a Merleau-Ponty, dice Husserl en el Anexo 29, que si la misma cosa que es mi cuerpo como cosa f´ısica ha de poder ser tocada por otro, esa identidad significa que mis series de fen´omenos y las correspondientes del esp´ıritu constituyen lo mismo, y la identidad exige cognoscibilidad intersubjetiva, posibilidad de comprensi´on rec´ıproca. Las personas se comprenden a trav´es de sus cuerpos. Si toda conciencia es conciencia de, si como dec´ıa Sartre, la conciencia quiere salir de s´ı para ir a lo que est´a m´as all´a, un m´as all´a que pueden ser los otros, el yo es entonces pura tensi´on, est´a necesitado de realidad noem´atica. Tiene una inespacialidad dial´ogica que adquiere el sentido de deseo continuo de llegar a los otros a trav´es de la L¨angs-Querintentionalit¨at12 . Dice Husserl: Subjektivit¨at nur in der Intersubjektivit¨at ist, was sie ist: konstitutiv, fungierendes Ich. La constituci´on es como ya se vio, rec´ıproca. Y si toda conciencia es conciencia de, primero ser´a la conciencia del otro, y luego ser´a la conciencia de m´ı mismo, mi conciencia. Podr´ıamos decir, si es posible, en el a´mbito de las L.U., que si yo me quedo en la vida solitaria de mi alma, nunca sabr´a si existo, all´ı no hay indicaci´on, no hay se˜ nal. Necesito de la comunicaci´on con otros yoes para que en mi querer decir algo al otro, el otro sea motivado a ponerme a m´ı como existente. Y este poner es hist´orico, temporal. La empat´ıa supone ruptura de la temporalidad: situaci´on dir´ıamos. Hay un hombre-all´a que me habla porque quieredecirme algo. Y en cuanto tal somos una opera aperta unos para otros en el infinito proceso de comprenderse.

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Cf. C.D´ıaz, Husserl. Intencionalidad y fenomenolog´ıa, Zero, ZYX,1971.

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