QUÉ ES EL HOMBRE

June 7, 2017 | Autor: Erick Santos | Categoría: Filosofía, Fenomenología, Antropología filosófica, Inteligencia, Libertad, Tomismo esencial
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Descripción



Cfr. GEVAERT J. El problema del hombre, Sígueme, Salamanca, 2008, p. 11-12
Idem., p. 71
Cfr. GARCÍA Cuadrado José A., Antropología filosófica, Eunsa, Pamplona, p. 129
Ídem, p.131
GEVAERT J. Op. cit., p. 84-85
GARCÍA Cuadrado José A. Op. cit., p. 93-94
GARCÍA Cuadrado José A., Op. cit., p. 239

¿QUÉ ES EL HOMBRE?


Erick Ricardo Santos Páez

Resumen
El hombre es un ente que suscita muchas preguntas, algunas tan fundamentales y existenciales como ¿quién soy? La filosofía agrupa de modo holístico la reflexión para no caer en un reduccionismo, porque actualmente las ciencias hacen divisiones de especialización que no forman unitariamente lo que es el hombre, el cual se manifiesta de múltiples formas.

Palabras clave: Filosofía, antropología, hombre, existencia, conocimiento, sociedad, libertad, voluntad, esencia, lenguaje, finitud.

En la época actual es evidente el impacto que una especie animal ha causado a la tierra, es una especie que apareció desde hace aproximadamente 195 000 años a. C. desde entonces no ha dejado de usar los recursos a su alcance, satisfaciendo sus necesidades y todavía más hoy, para sus caprichos innecesarios los emplea para hacer la guerra, dar comodidades exquisitas a aquellos que puedan pagar, etc. éste es el Hombre, es ¿esto solamente el hombre? ¿Solo egoísmo y violencia? Este fenómeno global parece tener una enorme carga moral para la humanidad, pero se concretiza y ajusta cuando bajamos a considerar a cada hombre en particular, pero no todos los hombres se expresan de esa manera, ya que hay algunos que contrariamente a lo antes dicho, buscan la paz, hacen lo posible por mejorar la sociedad, ocupan su razón para curar, etc. ¿qué es realmente el hombre?
La pregunta se hace más existencial cuando se le aplica en primera persona ¿Quién soy yo? Pues se puede decir que hay una pre-comprensión de lo que es el hombre, de lo propio que se es. Durante el desarrollo de todo ser humano esta se hace patente en algún momento de la vida, porque desea conocer con verdad, quién es, él como hombre. Para responderla ocupa experiencias cotidianas; que lo diferencian de los demás entes; de las cuales, echa mano y elabora su fundamentación, tanto de sí como de sus semejantes. Me propongo tratar esta pregunta tan significativa con el fin de hallar luces, aunque puede que también muchas sobras que obstaculicen las respuestas.

Respuestas históricas

Primeramente recorreré brevemente las respuestas que la humanidad ha dado a través de la historia; dado que el ejercicio filosófico se ha desarrollado en Grecia; de forma sistemática y metodológica rigurosa; creo pertinente partir del dualismo de Platón, para quien el hombre es un ser espiritual; un alma; exiliada en el cuerpo. Subrayando la división ontológica de cuerpo y alma carga la significancia al alma como guía de los fenómenos del cuerpo, pero que está aprisionada como consecuencia de un pecado, debe liberarse mediante purificaciones. La materialidad es la sede de las pasiones, le impide además conocer la verdad auténtica. Sin embargo no es pura negatividad la corporeidad, sino que Platón la ve como instrumento que puede ayudar a la realización moral y religiosa del hombre.
Esta concepción dio como resultado una desvalorización del cuerpo, como algo ajeno al hombre mismo sobre todo por cultos influenciados por el neoplatonismo del fin de la edad antigua y de manera especial el cristianismo de la Edad media, en el que se concebía al cuerpo como el que se debía de purificar mediante una ascesis rigurosa como comer nada excepto la comunión; como Santa Teresa de Jesús; un castigo de las carnes por medio de los flajelos; como se puede ver actualmente en el viernes santo en algunos lugares del país; en resumen el hombre es su alma encarcelada en el cuerpo y tiene la necesidad de purificarse mediante prácticas físicas. Parece una lucha interna de cada hombre en contra de algo que es ajeno a su verdadero Ser; sus sentidos y su experiencia son tomadas como apariencias, mientras que lo que aparece como metafísico: el alma se encumbra por la superioridad de la razón.
En contraposición se encuentra el unitarismo postulado por Aristóteles, que a diferencia de su maestro Platón, piensa que el hombre no está inserto en una estructura ontológica dual sino es un unidad sustancial compuesta de dos co-principios inseparables: alma y cuerpo; materia y forma;. Primero el alma no proviene del " " sino es un concepto puramente biológico que designa "aquello por lo que vivimos, sentimos, nos movemos y somos" es lo que diferencia un ser animado de uno inerte, por tanto el alma también se aplica a las plantas y animales, pero con diferentes perfecciones. Es ella la forma que organiza y vivifica la materia corpórea, sin cualquiera de las dos, no puede darse el ser humano. La materia tiene en sí todas sus potencialidades pero la forma la determina a una esencia o naturaleza específicas que la diferencia de otras sustancias. Es por tanto el hombre una substancia viviente, que no está desfasada en ningún plano sino toda ella es la que vive cada momento concreto, la alegría, la tristeza, etc. Esta postura implica ya una valoración más equilibrada de todo el hombre desde el plano metafísico, todo lo que hay en él es importante y tiene su razón de ser en su misma esencia.
Ambas proponían una esencia humana fija, dando pues la posibilidad de que el hombre pudiera perfeccionarse de un modo encausado por su propia naturaleza, nombrado "paideia" para griegos y "humanitas" para los romanos. Consistía en la educación en las artes como la retórica, la aritmética, la gramática, la astronomía, etc. que hacían más hombre al hombre, mismo porque lo hacían expresarse y vivir según lo su ser. En la actualidad los conceptos para referirse al hombre se han especializado y han cambiado de vocabulario, por ejemplo la biología contemporánea ignora el concepto de alma, por eso los filósofos han dejado de hablar del alma, se ha dejado de hablar de la teoría hilemorfica, más bien se recurre a pensar el "alma" como la aglomeración de estímulos fisiológicos, como el centro neurológico del "Yo". Empieza a dividirse en cuestiones psicológicas, antropoculturales, biológicas, históricas, etc. que difícilmente conciben la unidad metafísica, porque sus teorías toman lo necesario para ser válidas sin que se pregunten por el Ser último del hombre, esta pregunta por tanto es de suyo, filosófica. Hay luchas por delimitar no solo el término de la vida humana sino su inicio o de la licitud de los experimentos médicos sobre los seres humanos. Dilucidar la cuestión ¿qué es el hombre? conlleva una trabajo holístico, para que no se empobrezca el sujeto que es el hombre.

Aspectos fenoménicos

El hombre usa sus experiencias cotidianas para elaborar su fundamentación, ahora bien, analizar estas experiencias nos debe dar el resultado más fidedigno de lo que es verdaderamente el hombre, ya que provienen de "la vivencia humana". La primer característica que nos hace distintos de los otros animales, es sin duda alguna la racionalidad " " que nos permite acceder a la realidad de manera más plena, pues se conceptualiza, se verbaliza, se categoriza, etc. no se queda en el conocimiento sensible sino asciende hasta el intelectual. Su corporeidad le permite relacionarse con el exterior, que estimula los sentidos del hombre proveyéndole de los datos empíricos. Y posibilitando su respuesta física como el alejarse de lo dañino o lanzar palabras para designar algún objeto, sin olvidar que también le permite interrelacionarse con los demás hombres, de suyo es un aspecto fundamental, como es patente desde el comienzo de su existencia en el vientre materno.
Ante el mundo, se encuentra invitado a responder a los estímulos que le llegan, más no se comporta como el resto de animales, por instinto sino por razonamiento interno, valoración y elección internas. Es ante todo "ser en situación" y su respuesta obedece a su misma naturaleza. Se le pueden identificar distintas notas características, una de ellas es el "hacer". Su habitar en el mundo no es pura pasividad; de lo contrario moriría; sino un continuo ejercicio de inteligencia y creatividad que lo "hacen" fabricar herramientas desde las flechas hasta las computadoras con una utilidad que responde a sus necesidades, ligado a este hacer, se encuentra la creación de estructuras culturales como la moral, la organización política, religiosa, etc. El espíritu del hombre no se queda en un bajo nivel sino continuamente va en busca de nuevas manifestaciones fruto de su confrontación existencial situada en el tiempo, hace poesía, música, arte, etc.
Anterior a toda acción es la deliberación, en la cual el hombre pondera los pros y contras de aquello que piensa hacer. Es libre pues para ejercer su voluntad; que es la inclinación general hacia el bien; no está determinado o predispuesto de modo absoluto por algún designio divino; como en las tragedias griegas; dado que a pesar de las afecciones psicológicas; como los traumas; o las situaciones históricas y sociales; como una guerra o un rechazo; puede el hombre elegir con libertad, gracias a su conciencia de sí, que le permite conocerse y preservarse a pesar de las condiciones en las que se encuentre. Como se ha podido ver en diversos ejemplos de la historia humana, en la que los personajes han sido despojados de todo y aún así fueron capaces de elegir algo distinto para sus personas, contrario a lo que se esperaría según sus circunstancias.
También esta conciencia le permite reflexionar y por ende arrepentirse o cambiar de parecer, cuando cae en cuenta sobre lo negativo de sus actos, a diferencia de los otros animales que no poseen esta característica. Aunado a esto cabe mencionar que también es un ser para sí, es decir ante todo se debe así mismo, a su persona concreta; por eso existe el compromiso y el deseo de autorrealización; su actuar se enmarca en la búsqueda de bienestar y felicidad.
Otra nota fenomenológica es que el hombre es religioso, es decir aparece como religado a algo superior, a través de diversos dogmas y ritos se hace evidente su necesidad de lo infinito, como respuesta a diversas cuestiones como la muerte, la libertad, etc. éste aspecto es también una diferencia profunda con los demás animales que no muestran esta manera de actuar. El hombre actúa religiosamente por convicción escogiendo una acción de acuerdo con la moral u ordenando sus prioridades en su vida de acuerdo a la doctrina. Pero no se queda en una experiencia individual sino que se hace comunitaria y se forman comunidades religiosas que comparten el mismo rito y dogma, es decir se organiza socialmente. Cada miembro asume un determinado rol que lo mantiene inserto dentro, cuando el elemento de la fe se pierde, el miembro se va alejando hasta perderse en la frontera de lo irreligioso.
La muerte como fenómeno inevitable pasa de ser el fin de la vida a ser un paso en el cual la vida se renueva y se pasa a un plano espiritual. En lugar de ser la ruina de los proyectos del hombre es plenitud en razón de culminar las posibilidades con las que vivió. Da sentido a vivir cada día con intensidad y da esperanza cierta de encontrase con aquél que sobrepasa toda categoría. No es simplemente un suceso doloroso, para el que la experimenta como para los que le lloran por su partida, sino también es uno de los momentos en los que el amor se manifiesta cuando se entrega voluntariamente la vida en favor de alguien porque obrar es en el tiempo un paso hacia la muerte, pero depende del hombre si quiere aprovechar el tiempo para trascender hacia el otro con el bien u ocuparse de sí mismo pero sin satisfacerse de lo que hace.

En el hombre hay un elemento que trasciende a las categorías del tiempo y espacio, no se reduce sino siempre crece, es el "yo-consciente" (núcleo espiritual) que se puede identificar con el alma intelectiva que conoce. De carácter espiritual siempre presente en el hombre y por tanto trascendente por sí mismo al plano terrestre. Sobrevive al tiempo y espacio por eso es inmortal, aunado a esto como la vida es un proyecto quedaría sin sentido si al final no hubiera "algo más".

Como se ha visto la "naturaleza humana" se manifiesta de múltiples formas, que la hacen singular ante el universal animal, como su conciencia, su libertad y voluntad, su obrar en el mundo, pero también su finitud y trascendencia, así como su sentido religioso. Pero también se puede enumerar aquí su lenguaje, porque aunque los otros animales se comunican, el hombre es el único que le puede dar al signo lingüístico un significado múltiple, le dota de sentido en diversos juegos de lenguaje, es decir lo hace pragmático. Gracias a esta dimensión, puede interactuar con sus semejantes de manera en el diálogo, generando entonces, una comunidad humana, que no es la suma de los individuos, sino la asociación de ellos con un objetivo político en el sentido aristotélico.

Conclusiones

El hombre se manifiesta en diferentes formas, desde lo más sublime y hermoso del arte y la cultura hasta las más tremendas muestras de violencia y destrucción.

La pregunta por la esencia humana, es necesariamente existencial y es respondida por todo hombre mediante sus vivencias cotidianas, pero exigen un ejercicio filosófico para no empobrecer la noción, como lo hacen las ciencias experimentales.


Platón (el hombre es un alma encerrada en un cuerpo) y Aristóteles ( ) planteaban una esencia humana fija, que posibilitaba su ejercicio a través de la educación y las artes, que hacían más humano al hombre.

El hombre se manifiesta como distinto de otras; y en este sentido se le puede llamar esencia; en cuanto es racional, tiene consciencia de sí mismo, posee una corporalidad que le sitúa en tiempo y espacio, haciéndolo estar en el mundo y ser finito. Posee libertad a diferencia de los animales que actúan por instinto y se auto-determina según su voluntad. Además es creativo, no solo para satisfacer sus necesidades sino también para recreación suya. Y aunque es un ser para la muerte, ésta no hace más en el presente del hombre que dotarle de sentido para cada acto cotidiano, más aún su espiritualidad y religiosidad le dan la certeza de la inmortalidad.


Ya es hombre desde el inicio, pero conforme sus facultades maduran, se abre a las posibilidades morales que él mismo elija, perfeccionando o degradando lo que ya es: hombre.



Bibliografía

GARCÍA Cuadrado José A., Antropología filosófica, Eunsa, Pamplona, 1996, pp. 229

GEVAERT JOSEPH, El problema del Hombre, Sígueme, Salamanca, 2008, pp. 350

SALZMANN Zdenek, Antropología; panorama general, Publicaciones Cultural, México, 1994.



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