¿Qué aporta la lógica al estudio de la argumentación y de los argumentos?

September 5, 2017 | Autor: Hubert Marraud | Categoría: Argumentation Theory and Critical Thinking
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Descripción

Curso “ORIENTACIONES DE LA FILOSOFÍA ACTUAL EN ESPAÑA”. CEP Cantabria, Santander, 22 de enero de 2015.

Lógica formal y lógica informal: planteamientos de la lógica filosófica. Hubert Marraud (UAM) Introducción ¿Por qué es importante la lógica para la filosofía? A lo largo de la historia se han dado distintas respuestas a esta pregunta, no necesariamente excluyentes entre sí. Por mencionar algunas: 

La lógica es la ciencia de la demostración (Aristóteles).



La lógica revela la estructura común del lenguaje y del mundo (Wittgenstein).



La lógica es el estudio de los conjuntos de creencias consistentes (Manzano y Huertas).



La lógica es la teoría de las condiciones de la inferencia válida (O’Connor).



La lógica es el estudio de los métodos y principios usados para distinguir el razonamiento correcto del incorrecto (Copi).

En lo que sigue me centraré en la respuesta que vincula la lógica al estudio de la argumentación: 

“La lógica, por tanto, consiste principalmente en encontrar modos de evaluar un argumento mediante la comparación con un conjunto de patrones estándar” (Papineau, 2004, p.90).



“En sus formas más sencillas, la lógica puede entenderse como una historia natural de los argumentos” (D.J. O’Connor, 1975)

Puedo entonces precisar mi pregunta inicial cómo: ¿qué aporta la lógica al estudio de la argumentación y de los argumentos? Los estudios de argumentación han ganado presencia en la enseñanza universitaria en todo el mundo, aunque de manera desigual, y en particular, han progresado en el ámbito de la enseñanza de la filosofía y de la lógica. La argumentación es un campo interdisciplinar de investigación. Umberto Eco distingue entre una disciplina científica y un simple campo de investigación. Una

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disciplina se caracteriza por tener un método unificado y un objeto concreto; un campo de investigación por tener un simple repertorio de temas aún no unificado del todo. Por ejemplo, dice Eco, la semiótica es un campo de investigación y no una disciplina: Si la semiótica es un “campo”, las distintas investigaciones semióticas se justifican por el mero hecho de existir y la definición de “semiótica” se ha de inducir por la extrapolación de una serie de tendencias constantes en el campo de investigaciones, y por ellas, de un modelo unificado. En cambio si la semiótica es una “disciplina”, el investigador ha de proponer por deducción un modelo semiótico que sirva de parámetro para incluir o excluir del campo semiótico las distintas investigaciones (1978, pág.14).

Para muchos lo que dice Eco de la semiótica valdría, mutatis mutandis, para la llamada teoría de la argumentación: “aún no existe una teoría de la argumentación en el sentido de teoría como cuerpo establecido y sistemático de conocimientos al respecto; la denominación más bien designa un campo de estudios, por más señas interdisciplinarios” (Vega, 2014, p.97). Lo que hoy entendemos por teoría de la argumentación surge de la integración de las perspectivas retórica, lógica y dialéctica. Hoy esas tres perspectivas se entienden desde lo que podemos llamar “el principio de las tres Ps”, propuesto por Joseph Wenzel en 1979. 1) La retórica estudia la argumentación como un proceso de comunicación persuasiva, y en consonancia insiste en la distinción entre argumentación eficaz y argumentación ineficaz. 2) La dialéctica estudia la argumentación como un procedimiento cooperativo para la toma de decisiones, y por ello juzga las argumentaciones como procedentes o improcedentes. 3) Finalmente, la lógica estudia los productos de la argumentación, y lo hace desde un punto de vista normativo, distinguiendo entre argumentos convincentes y no convincentes.1

Según el DRAE, convencer es “probar algo de manera que racionalmente no se pueda negar”. Por tanto, un argumento será convincente si hace que su conclusión no pueda negarse racionalmente (es decir, por medio de razones). 1

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Precisando más, Wenzel explica las diferencias entre las tres perspectivas basándose en una serie de elementos: propósitos teóricos y prácticos, alcance general e intereses, concepción de la situación o contexto, recursos considerados, orientación normativa y papel atribuido a los argumentadores. La tabla 1 resume la descripción de Wenzel de la lógica, la dialéctica y la retórica. Sirve para

Retórica Entender y evaluar la argumentación como un proceso natural de comunicación persuasiva

Objeto práctica

Persuasión

Objeto teórica

El modo en que las personas se influyen mutuamente usando el lenguaje y otros medios simbólicos de expresión La argumentación interpersonal como proceso natural de comunicación. Los medios simbólicos con los que las personas tratan de influir en las creencias de otras.

Alcance general y foco

Atiende a Concepción de la situación argumentativa Recursos usados o examinados

Los argumentos tal y como han sido expresados Espontánea

Argumentar bien es

producir un discurse que ayuda de forma efectiva a los miembros de un grupo a resolver problemas o a tomar decisiones

Técnicas discursivas que nos permiten inducir o aumentar la adhesión a una tesis

Dialéctica Entender y evaluar la argumentación como un método cooperativo para la toma crítica de decisiones Organizar las discusiones para tomar buenas decisiones La justificación de los principios y procedimientos utilizados para organizar los intercambios argumentativos con fines críticos Los métodos usados por personas e instituciones para controlar los procesos naturales de argumentación. Las reglas, actitudes y conductas que promueven la toma crítica de decisiones. Conscientemente planeada y regida por reglas de procedimiento Procedimientos para discutir críticamente

es organizar sistemáticamente los intercambios para que lleven a las mejores decisiones posibles

Lógica Entender y evaluar los argumentos como productos que la gente crea al argumentar Juzgar los méritos de los argumentos Estándares y criterios usados para distinguir los argumentos correctos de los incorrectos Los argumentos como construcciones intelectuales ofrecidas como justificación de una tesis. Los estándares de evaluación de argumentos y de su aplicación. Los argumentos reconstruidos para su evaluación Se abstraen de la situación para evaluar el argumento con respecto a su forma, sustancia y función Métodos de reconstrucción de argumentos para facilitar su evaluación y los propios estándares de evaluación enunciar, por medio de premisas aceptables, una razón suficiente para una tesis claramente formulada

Tabla 1. Retórica, dialéctica y lógica según “Three Perspectives on Argument”.

El nacimiento de la teoría de la argumentación está especialmente ligado a la reemergencia de la dialéctica como disciplina argumentativa. Cuando Wenzel fundamenta las tres perspectivas clásicas sobre la argumentación declara que la concepción de la retórica como estudio de los procesos argumentativos y de la lógica como estudio de los productos argumentativos están ya asentadas, y que lo que necesita justificación es la adición de la dialéctica como una perspectiva diferenciada. Para ello, se propuso “mostrar cómo el tratamiento de Habermas de los problemas epistemológicos en su búsqueda de una teoría social crítica puede

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ayudarnos a entender la naturaleza, el significado y las promesas de una perspectiva dialéctica en el estudio de la argumentación” (1979, pág.83). Por ello no sorprende encontrar esa tripartición en la Teoría de la acción comunicativa de Habermas (1981). Según Habermas la teoría de la argumentación debe responder a preguntas como ¿cómo pueden respaldarse con buenas razones las pretensiones de validez cuando se tornan problemáticas?, ¿cómo pueden a su vez criticarse esas razones?, ¿qué hace a algunos argumentos o razones sean más fuertes o más débiles que otros argumentos? Esos problemas se refieren a tres aspectos diferenciables y complementarios del habla argumentativa: proceso, procedimiento y producto. Como Wenzel, Habermas propone deslindar las distintas perspectivas sobre la argumentación en función de esos tres aspectos analíticos. La perspectiva adoptada, retórica, dialéctica o lógica, llevará, entre otras cosas, a descubrir distintas estructuras, respectivamente: las estructuras de una situación ideal de habla especialmente inmunizada contra la represión y la desigualdad; las estructuras de una competición, ritualizada, por los mejores argumentos, y finalmente, las estructuras que definen la forma interna de los argumentos y las relaciones que los argumentos guardan entre sí (Habermas 1981, p.48)

A estos tres enfoques clásicos pueden añadirse otros como el lingüístico, que estudia la argumentación como una función del lenguaje y se centra en la oposición argumento-no argumento, la incipiente psicología de la argumentación, representada por Mercier y Sperber (2011), la pragmática normativa por la que aboga Jacobs (2000) o el enfoque socio-institucional que reivindica Vega (2014) para analizar los procesos colectivos de discusión de propuestas y ponderación de alternativas para resolver cuestiones prácticas de interés o dominio público.

Teoría de los argumentos En el planteamiento de Wenzel la lógica es la parte de la teoría de la argumentación que trata de los argumentos, y por tanto puede definirse como la teoría de los argumentos.

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Para Wenzel la lógica se ocupa, como la dialéctica, de la toma de decisiones, pero lo hace en lo que llama el “micronivel”. Por tal parece querer decir que la lógica se centra en la relación entre la razón aducida y la tesis para la que se aduce. La pregunta lógica por excelencia, dice Wenzel, es “¿se debe aceptar esta tesis por las razones aducidas?”. La cita anterior muestra que Habermas, a diferencia de Wenzel, asigna a la lógica no solo el estudio de la estructura interna de los argumentos sino también el de las relaciones entre argumentos: la lógica descubre “las estructuras que definen la forma interna de los argumentos y las relaciones que los argumentos guardan entre sí” (1981, p.48). La lógica así entendida es una disciplina filosófica, sobre todo si, como hace Jonathan L. Cohen, se define la filosofía (analítica) como “la investigación razonada de las razones”, como “la discusión razonada de qué puede ser una razón para qué” (1986: 49–50, 57). Dentro de la teoría de los argumentos se suelen distinguir dos grandes partes: la analítica y la crítica. La analítica trata de las cuestiones relativas a la naturaleza, estructura y tipología de los argumentos, mientras que la crítica tiene como tarea buscar estándares y criterios y tipos de evaluación y/o crítica.

Analítica Por lo que hace a la estructura de los argumentos, podemos distinguir la microestructura y la macroestructura, Argumentar es presentar algo como una razón para otra cosa, y por ello podemos asumir que la unidad argumentativa mínima consta de una razón (el “algo” de la definición precedente) y de una tesis (la “otra cosa” a la que alude esa definición). La noción de microestructura se refiere precisamente a las relaciones entre esos componentes, a las relaciones intraargumentativas. La macroestructura, por su parte, se refiere a las relaciones interargumentativas, a los distintos modos en los que varios argumentos se integrarse en una estrategia argumentativa única.

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Análisis de la microestructura Hay dos modelos principales de la microestructura de los argumentos. El modelo estándar la representa como un compuesto de premisas y conclusión. Las premisas expresan conjuntamente una razón para la tesis expresada por la conclusión. La alternativa es el modelo de Toulmin. Aunque los constituyentes mínimos de un argumento son los mismos que en el modelo estándar, en un argumento pueden aparecer además otros elementos como la garantía, cuya función es justificar o explicar, según el caso, el paso de las premisas a la conclusión. Análisis de la macroestrutura Un argumento es, parafraseando a Robert Pinto, una invitación a inferir la conclusión de las premisas. Esa propuesta inferencial puede ser más o menos razonable. Se pueden distinguirse dos grandes concepciones de la bondad inferencial de los argumentos. Según los enfoques cualitativos, la bondad inferencial es una propiedad cualitativa de los argumentos. Por ejemplo, a) Un argumento es válido si y sólo si la verdad de sus premisas entraña la verdad de su conclusión. b) Un argumento es compelente (cogent) si y sólo si sus premisas son aceptables, relevantes y suficientes para su conclusión. En los enfoques comparativos la bondad inferencial es una propiedad relacional de los argumentos, de modo que habría que hablar más bien de argumentos más o menos fuertes o débiles. Esto es, para evaluar la fuerza de los argumentos hay que tomar en consideración los argumentos contrarios. Por ejemplo, c) Un argumento es convincente en una situación argumentativa dada si es más fuerte que los argumentos opuestos disponibles en esa situación

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Mientras que la lógica deductiva y la lógica informal tienen concepciones cualitativas de la bondad inferencial de los argumentos, el uso reiterado de la expresión “la fuerza del mejor argumento” en Teoría de la Acción Comunicativa indica que Habermas tiene una concepción comparativa de la noción de argumento convincente. Cómo se entienda la bondad inferencial de los argumentos limita las relaciones interargumentativas concebibles. La tabla 2 resume las relaciones interargumentativas de nivel 0 (esto es, que no son metaargumentativas). Enfoques cualitativos Encadenamiento: unión de dos argumentos con un elemento que sirve como premisa en uno y como conclusión en el otro Conjunción: unión de dos argumentos con una conclusión común que se refuerzan mutuamente Disyunción: unión de dos argumentos independientes entre sí con una conclusión común Objeción: unión de dos argumentos en la que la conclusión de uno de ellos contradice a una de las premisas del otro Refutación: unión de dos argumentos en la que uno de ellos anula al otro Recusación: unión de dos argumentos en la que uno de ellos debilita al otro

+ + + -

Enfoques comparativos

+ + + + + +

Tabla 2. Relaciones interargumentativas y conceptos de bondad inferencial

Crítica Como la lógica se ocupa de las propiedades de los argumentos y no de las propiedades de su uso, Wenzel concluye que la lógica “es un punto de vista retrospectivo que se activa cuando alguien adopta una postura crítica y monta un argumento para su inspección y evaluación” (1990, pág.17). Creo que esto es lo que se suele querer decir cuando se afirma que la lógica es distintivamente normativa. El resultado de la reconstrucción lógica –prosigue Wenzel- no es ni el argumento que tenía in mente el

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argumentador, ni el expresado abiertamente en el discurso ni el captado por el destinatario, sino un cuarto argumento. La opinión de Wenzel contrasta con la de Hamblin, el iniciador del estudio moderno de las falacias, para quien el lógico no está por encima y al margen de la argumentación práctica ni emite un juicio necesario sobre ella. No es ni un juez ni un tribunal de apelación, no hay ni juez ni tribunal: es, en el mejor de los casos, un abogado capacitado. Se sigue que el trabajo propio del lógico no es declarar la verdad de un enunciado o la validez de un argumento” (1970, pág. 244).

Hamblin rechaza la visión tradicional del lógico como espectador (onlooker) del debate. Para él no hay una normatividad externa a las propias prácticas argumentativas. La evaluación diferida del lógico contrasta con la evaluación directa de quienes participan en un debate. Los participantes no se limitan a proponer argumentos a favor o en contra de una tesis, a aceptar o cuestionar las premisas o a desvelar pretendidas falacias. La práctica de la argumentación es intrínsecamente valorativa (o normativa). Saber argumentar no es solo saber dar una razón para algo, es también saber sopesar argumentos (piénsese en locuciones como pero o aún más) y ser capaz de dar cuenta y razón de las pesajes. Por consiguiente, no se pueden describir las prácticas argumentativas de la gente sin mencionar las ideas normativas de los participantes. A veces se usan las etiquetas “lógica” y “dialéctica” para diferenciar la evaluación diferida, externa, de los argumentos del lógico y la evaluación en directo, interna, de quienes están debatiendo. Los distintos conceptos de bondad inferencial de los argumentos han dado lugar a diferentes herramientas y test de evaluación. Esas evaluaciones, como sugiere la discrepancia entre Wenzel y Hamblin, pueden ser externa o interna al propio intercambio argumentativo. Un buen argumento es…

Válido Compelente Convicente

Herramienta de evaluación Test Figuras de inferencia Formalizable como una instancia de una figura válida de inferencia Esquemas argumentativos Supera las cuestiones críticas del esquema argumentativo que instancia Metaargumentación Defendible de objeciones y contraargumentos Tabla 3. ¿Cómo de determina la bondad inferencial de un argumento?

Tipo de crítica Externo Externo/Interno Interno

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Evaluación por medio de figuras o esquemas de inferencia Dada una relación de los conectores lógicos, la forma lógica de un argumento resulta de abstraer del contenido específico de sus componentes conservando los conectores lógicos que aparecen en ellos. Para llevar a cabo esa abstracción, es útil usar variables para indicar la disposición de los elementos léxicos en el argumento. Una figura o esquema de inferencia es una representación de la forma lógica de los argumentos. Por tanto, al determinar la forma lógica de un argumento lo asociamos con una figura o esquema de inferencia. Finalmente, dada una relación de figuras válidas de inferencia, podría definirse un argumento válido como aquél cuya forma lógica corresponde a una de esas figuras. Evaluación por medio de esquemas argumentativos Los esquemas argumentativos son patrones de razonamiento que permiten identificar y evaluar pautas comunes y estereotipadas de argumentación en el discurso cotidiano. Cada esquema argumentativo va acompañado de un conjunto de cuestiones críticas que cumplen un doble propósito. En primer lugar, una batería de pruebas a las que someter a los argumentos que se ajustan a ese patrón argumentativo. Si un argumento puede responder satisfactoriamente a las cuestiones críticas del esquema asociado, entonces se puede dar por buena su conclusión mientras no se demuestre lo contrario Dicho con otras palabras, en esas circunstancias, el argumento empleado establece la presunción de su conclusión. En segundo lugar, tienen la función dialéctica, heredada de los tópicos, de ayudar a los participantes en un intercambio argumentativo a buscar objeciones y contraargumentos. De este modo las cuestiones críticas sirven tanto para la evaluación externa, “lógica”, de los argumentos como para su evaluación interna, “dialéctica”.

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Evaluación por medio de metaargumentos Un meta-argumento es “un argumento acerca de uno o más argumentos”, en oposición a un argumento objeto o básico (Finocchiaro. 2007, pp. 253-254). Finocchiaro señala que … la evaluación de argumentos solo puede hacerse seriamente si se dan razones para apoyar la afirmación valorativa; es obvio que semejante evaluación razonada es un argumento, y puesto que el tema es el argumento original, está claro que la evaluación es un meta-argumento (Op.cit., p. 254). Un buen argumento es entonces el que puede ser defendido, con metaargumentos apropiados, de las posibles objeciones y contraargumentos. Dado que las cuestiones críticas de los esquemas argumentativos también tienen la función dialéctica de ayudar a quienes debaten a buscar objeciones y contraargumentos, los esquemas argumentativos pueden servir para determinar cuáles son las posibles objeciones y contraargumentos con los que hay que contrastar al argumento para evaluarlo.

Estudio de casos

El recorrido precedente muestra que un argumento o una argumentación pueden verse y analizarse de distintas maneras. Para que nos hagamos una idea del importe de esas diferencias voy a analizar varios textos argumentativos. Esos análisis nos darán, espero, la ocasión de debatir la adecuación de los distintos modelos y procedimientos a las necesidades de un estudiante de bachillerato o de un (futuro) filósofo.

Texto 1: Presentación del Diccionario de la RAE, 22ª ed., 2001 Las lenguas cambian de continuo, y lo hacen de modo especial en su componente léxico. Por ello los diccionarios nunca están terminados: son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado. 10

o Claves: mínimo lógico vs. óptimo pragmático; modelo estándar vs. modelo de Toulmin; evaluación por medio de esquemas argumentativos.

Reconstrucción estándar. Parece un argumento sencillo, fácilmente de analizar usando el modelo más extendido. La conclusión va precedida del conector por ello, que la vincula a un segmento discursivo anterior que actúa como premisa. Algo menos habitual es que a la conclusión le sigue una tercera frase precedida por dos puntos, que según el análisis estándar sería también una premisa.

1. Las lenguas cambian de continuo y lo hacen de modo especial en su componente léxico. 2. Los diccionarios son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado. 3. Los diccionarios nunca están terminados

Identificadas las partes del argumento, se pasa a la fase de reconstrucción, que prepara el argumento para su evaluación. Si nuestro canon es la lógica formal deductiva, procedemos a reformular los enunciados anteriores y a añadir las premisas necesarias para que la conclusión (o conclusiones) sean derivables de las premisas, de forma más o menos reconocible. Eso puede hacerse de varias maneras. Primera versión. 1. Las lenguas cambian de continuo y lo hacen de modo especial en su componente léxico. 2. Los diccionarios deben son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado. 3. Si las lenguas cambian de continuo en su componente léxico y los diccionarios deben reflejar esos cambios, entonces los diccionarios nunca están terminados 4. Los diccionarios nunca están terminados

Premisa Premisa Premisa; mínimo lógico Conclusión

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Para mayor claridad 2 puede reformularse así: 2’. Los diccionarios deben reflejar los cambios en el componente léxico de las lenguas. Segunda versión. 1. Las lenguas cambian de continuo y lo hacen de modo especial en su componente léxico. Premisa 2. Los diccionarios son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y Premisa atendiendo a las mutaciones de significado. 3. Los diccionarios deben reflejar cambios continuos Conclusión 4. Si algo debe reflejar cambios continuos, nunca está terminado Premisa; mínimo lógico 5. Los diccionarios nunca están terminados Conclusión He puesto en cursiva las premisas tácitas y he trazado una línea horizontal sobre las conclusiones intermedias que, sin ser componentes del argumento, aclaran el sentido de la reconstrucción propuesta. Van Eemeren y Grootendorst definen el mínimo lógico como el enunciado condicional formado tomando como antecedente la conjunción de las premisas y como consecuente la conclusión de un argumento. El mínimo lógico difiere del óptimo pragmático que “se obtiene usando toda la información contextual disponible para reformular el mínimo lógico de una manera más informativa y menos artificial” (Van Eemeren et al., 1995). La cuestión es si una de estas reformulaciones es preferible a la otra y qué criterios de elección pueden manejarse. No parece que sean criterios estrictamente lógicos, puesto que si pasamos por alto los problemas derivados de la vaguedad inherente a la lengua (por ejemplo, solo las lenguas vivas cambian continuamente), los dos son argumentos lógicamente válidos. Podría alegarse que la primera es más literal. Las dos primeras premisas y la conclusión están en el texto, y parece obvio que si alguien aduce P como una razón para C entonces asentirá al enunciado si P entonces C. Sin embargo ahora no se trata de

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determinar el papel argumentativo que desempeñan los enunciados del texto, sino si el argumento presentado es convincente o no. Eso exige, entre otras cosas, explicar por qué constituyen las premisas una razón para aceptar la conclusión. El enunciado 3 añadido en la primera reconstrucción no da ninguna explicación de por qué son 1 y 2 una razón para aceptar 4; simplemente reitera que lo es. Un ejemplo à la Gettier ayudará a aclarar lo que quiero decir. Fernández presenta su solicitud a un puesto de trabajo en una empresa alemana. Aunque aún no se ha hecho público quién es el elegido, su amigo Müller, que es íntimo del jefe de personal de la empresa contratante le dice que el elegido es alemán. Fernández, que como su apellido sugiere no es alemán, se encuentra con García, que le pregunta por el asunto y le dice que no tiene esperanzas de conseguir el puesto porque no es alemán. Completar la premisa y la conclusión explícitas con el mínimo lógico lleva a la siguiente formulación del argumento: 1. Fernández no es alemán 2. Si Fernández no es alemán entonces Fernández no obtendrá el puesto de trabajo 3. Fernández no conseguirá el puesto de trabajo

¿Es esta una buena reconstrucción? Desde luego el argumento resultante es lógica y trivialmente válido. Por otra parte solo añade el mínimo lógico a lo dicho por Fernández. Prosiguiendo con el ejemplo, imaginemos que García replica “¿Y qué que no seas alemán? ¿Qué tiene que ver una cosa con otra?” y que Fernández responde con el mínimo lógico: “si no soy alemán, no conseguiré el puesto”. Difícilmente podría considerarse una respuesta apropiada. La prueba es que, tirando de implicaturas, probablemente se interpretaría como “en el proceso de selección se discrimina a los que no son alemanes”. Aunque el argumento resultante no es lógicamente válido, esta reconstrucción parece mejor: 1. Fernández no es alemán Premisa 2. Müller afirma que un alemán conseguirá el puesto de trabajo Óptimo pragmático 3. Fernández no conseguirá el puesto de trabajo Conclusión

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La moraleja es que cuando se trata de elegir entre distintas reconstrucciones de una argumentación para evaluarla, los criterios de elección son pragmáticos antes que lógicos. Por eso la segunda reformulación del argumento sobre los diccionarios es preferible a la primera: su mínimo lógico puede funcionar también como óptimo pragmático. Volvamos a los diccionarios. La segunda premisa, común a las dos reconstrucciones, suscita el viejo debate filosófico de si los enunciados que contienen expresiones deónticas como “debe” son susceptibles de atribución veritativa. 2. Los diccionarios son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado.

Pero lo que me interesa ahora es el estatus de 4 en la segunda reformulación: ¿Es un enunciado fáctico o analítico? ¿Recoge una regularidad empírica o es una aclaración del significado de los términos? 4. Si algo debe reflejar cambios continuos, nunca está terminado

Un matiz importante es que “terminar” tiene una connotación teleológica de la “cambiar” carece. Como mostraré a continuación, cuando analizamos el texto según el modelo de Toulmin 2 y 4 son garantías. Es llamativa la facilidad con la que la evaluación de enunciados como éstas se convierte en una discusión filosófica. Claro que las discusiones filosóficas pueden escamotearse por medio de una paráfrasis (haciendo equivalentes, sin más explicación, “cambiante” y “no terminado”). Reconstrucción toulminiana. El modelo de Toulmin distingue, además de las premisas o datos y la conclusión, otro componente de los argumentos llamado garantía. Cuando presentamos un argumento y se nos pide que justifiquemos el paso de las premisas a la conclusión, lo que hay que hacer no es ofrecer más datos […] sino proposiciones de un tipo bastante distinto: reglas, principios, permisos de inferencia, etc. Ya no se trata de reforzar las bases de nuestro argumento, sino de mostrar que, tomando esos datos como punto de partida, el paso

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a la tesis o conclusión original es apropiado y legítimo. Llegados a este punto lo que se necesita son enunciados generales, hipotéticos, que puedan servir de puentes y autorizar el tipo de paso con el que nos compromete ese argumento concreto. (1958, p. 134).

1. Las lenguas cambian de continuo y lo hacen de modo especial en su componente léxico. Premisa 2. Los diccionarios son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y Garantía atendiendo a las mutaciones de significado. 3. Los diccionarios nunca están terminados Conclusión Un elemento textual que a mi entender favorece la interpretación de Toulmin es que resulta extraño insertar en un texto la conclusión entre dos copremisas.

Tercera versión. 1. Las lenguas cambian de continuo y lo hacen de modo especial en su componente léxico. 2. Los diccionarios son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado. 3. Los diccionarios deben reflejar cambios continuos 4. Si algo cambia de continuo, nunca está terminado 5. Los diccionarios nunca están terminados

Premisa Garantía De 1 y2 Garantía Conclusión

En este marco teórico, los esquemas argumentativos se clasifican según la garantía desplegada, de modo que la clasificación de los esquemas argumentativos es una clasificación de los tipos de garantía. Así la evaluación lógica de los argumentos gira en torno a las garantías y la identificación de los esquemas argumentativos usados. El patrón argumentativo del primer argumento podría ser el siguiente:

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Los L son C Un buen D debe reflejar las características de un L Los D deben ser C

Premisa Garantía Conclusión

Según la clasificación de ¿Es lógic@? podría tratarse de un argumento de reciprocidad: “El fundamento de los argumentos de reciprocidad es que si dos términos son correlativos, la valoración o característica que le conviene a uno de ellos, también le conviene al otro” (Op.cit., p.138). En este caso la relación sería reflejar y la característica cambiar continuamente. Este argumento difiere de los argumentos de reciprocidad estándar por la presencia de buen en la garantía y de debe en la conclusión. En ¿Es lógic@? se proponen cuatro cuestiones críticas para los argumentos de reciprocidad: CC1. ¿Con respecto a que relación R son recíprocos L y D? CC2. ¿Cuál es el vínculo entre R y C? CC3. ¿El comportamiento de los términos de R puede diferir con respecto a C? CC4. ¿Hay pruebas o indicios de que D no sea C? El segundo argumento puede verse como un argumento basado en signos, en el que el cambio se tomaría como índice o signo natural correlacionado con la inconclusión. En ¿Es lógic@? se formulan cuatro cuestiones críticas asociadas con este tipo de argumentos: CC1. ¿Cuál es la naturaleza de la correlación entre el signo y el evento significado? CC2. ¿Cuál es la intensidad de la correlación entre el signo y el evento significado? CC3. ¿De qué otras maneras pueden interpretarse la ocurrencia del suceso tomado por un signo? CC4. ¿Podemos excluir la existencia de circunstancias que dejen en suspenso el vínculo entre el suceso y el evento significado?

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Texto 2: Cecilia S. Prieto: “Motivos por los que desconfiar del rebote de la banca europea”, economista.es 16/10/2011 Otra cuestión que obliga a coger con pinzas a los bancos europeos es la escasez de buenas recomendaciones; hoy por hoy, de los 50 principales bancos del Viejo Continente, sólo ocho ostentan una recomendación de compra. Curiosamente, el que sigue contando con el comprar más claro para la media de analistas es el francés BNP Paribas, uno de los más castigados por su condición de tenedor de deuda helena. o

Claves: topos; excepciones, recusaciones y disminuidores; a fortiori.

El texto lo componen tres frases: 1) La escasez de buenas recomendaciones obliga a coger con pinzas a los bancos europeos. 2) De los 50 principales bancos europeos, sólo ocho ostentan una recomendación de compra. 3) El banco que sigue contando con el comprar más claro para la media de analistas es el BNP Paribas, uno de los más castigados como tenedor de deuda helena. Voy a empezar por analizar las dos primeras frases, dejando la última y enigmática frase para después. La primera frase ilustra el uso, relativamente frecuente, de los verbos de obligación para marcar la conclusión. Sólo ocho de los 50 principales bancos europeos tienen una recomendación de compra Las recomendaciones de compra de bancos europeos son escasas Hay que coger con pinzas a los bancos europeos

Sería entonces una argumentación en serie o encadenada. El primer eslabón parece un argumento inductivo, pero si lo comparamos con dos típicos argumentos inductivos vemos que difiere significativamente. Sólo el 16% de los principales bancos europeos tiene una recomendación de compra Sólo el 16% de los bancos europeos tiene una recomendación de compra

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Sólo ocho de los 50 principales bancos europeos tienen una recomendación de compra Es poco probable que un banco europeo tenga una recomendación de compra

En el paso del dato aducido como premisa a la conclusión del argumento de Prieto está implícita una valoración, reflejada en el sustantivo “escasez”. Desde luego la improbabilidad no es una condición suficiente de la escasez, como deja claro el ejemplo siguiente. Sólo el 16% de los cántabros tiene más de un millón de euros En Cantabria hay escasez de millonarios Claro que siempre podría recurrirse al mínimo lógico para convertirlo en un argumento deductivo: Sólo ocho de los 50 principales bancos europeos tienen una recomendación de compra Si solo ocho de los 50 principales bancos europeos tienen una recomendación de compra entonces hay escasez de recomendaciones de compra de bancos europeos Las recomendaciones de compra de bancos europeos son escasas Pero la premisa añadida no es trivial. Su antecedente es un dato, empíricamente verificable, pero su consecuente es una valoración. ¿Son susceptibles las valoraciones de atribución veritativa? ¿Cómo se puede pasar del ser al deber ser? Como hemos visto, para que el antecedente constituya una razón para el consecuente no basta con que sea verdadero, dando por sentado que aquél lo es. ¿Por qué habría de ser una razón? Los principales bancos europeos no son una muestra representativa del conjunto de los bancos europeos, precisamente porque son los mayores y más importantes. Pero la fuerza del argumento parece residir justamente en ese rasgo que les quita representatividad. En efecto, 1)

Es más probable que los analistas recomienden comprar acciones de los principales bancos que de los demás.

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2)

¿Diríamos que hay escasez de recomendaciones de compra si los analistas recomendaran comprar acciones de los

principales bancos pero no de los demás? 3)

¿Y si únicamente recomendaran comprar acciones de bancos menores?

Estas observaciones apuntan a reconstrucciones alternativas del argumento que estamos analizando.

Sólo el 16% de los principales bancos europeos tiene una recomendación de compra Es más probable que los analistas recomienden comprar acciones de los principales bancos que de los demás Menos del 16% de los bancos europeos tiene una recomendación de compra Hay escasez de recomendaciones de compra de bancos europeos

La primera inferencia parece ajustarse al tópico aristotélico de lo más y lo menos: “Si al que más conviene el predicado no lo posee, es evidente que no lo poseerá aquél al que conviene menos” (Retórica II, 23, 1397b). La inferencia final, como sucedía antes, necesita de algún principio puente que permita pasar de un dato estadístico a una valoración, como si menos del 16% de los principales bancos europeos tiene una recomendación de compra, entonces hay escasez de recomendaciones de compra de bancos europeos. Para evaluar el argumento hay que inquirir por las garantías de los dos pasos inferenciales. La primera podría ser un topos directo . Anscombre y Ducrot definen un topos como un principio general que actúa como garante del paso de las premisas a la conclusión y consiste en una correspondencia entre dos gradaciones no numéricas. El segundo argumento podría ser un argumento basado en la semejanza, con la garantía normalmente los bancos son inversiones seguras. El segundo eslabón de la argumentación es más fácil de analizar, puesto que parece un argumento práctico basado en la opinión experta. 19

Son escasos los bancos europeos en los que los analistas recomiendan invertir Se deben seguir las recomendaciones de los analistas Hay que ser cautos a la hora de invertir en bancos europeos

¿Qué hacer con la última frase del texto? ¿Tiene valor argumentativo o es irrelevante? El adverbio “curiosamente” sugiere que Prieto no le da mucha importancia. La frase es ambigua, porque que los analistas recomienden invertir en un banco de los más castigados como tenedor de deuda griega sugiere que sus recomendaciones no son fiables. Sería entonces un contraargumento, o más precisamente una recusación o, en términos toulminianos, una excepción a la garantía. BNP Paribas, uno de los bancos más castigados como tenedor de deuda griega, tiene la mejor recomendación de compra No se debe invertir en bancos con deuda griega Puede que no deban seguirse la recomendaciones de los analistas

¿El contraargumento anula al argumento al que se opone o solo mengua su fuerza? El adverbio “curiosamente” apunta a lo segundo. Sería entonces lo que Pollock (2001) llama un disminuidor (diminisher): un contraargumento que debilita la justificación de la conclusión previamente establecida sin invalidarla. Pero también podría alegarse que si ni siquiera las buenas recomendaciones son fiables, razón de más para desconfiar de los bancos europeos. Así, la última frase introduciría un argumento a fortiori que reforzaría la conclusión del argumento principal. En realidad, como sucede con muchos argumentos de este tipo, sirve para “precisar verdades ya reconocidas”, como dice el Diccionario

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Enciclopédico Hispano-americano de 1887. Esto es, presupone la solidez del argumento anterior. En suma, se pasaría de solo se debe invertir en bancos con buenas recomendaciones a ni siquiera se debe invertir en bancos con buenas recomendaciones. Esta lectura atribuye a la argumentación una estructura bastante compleja, como se muestra a continuación. o Argumento principal

Cuanto más importante es un banco, más recomendable es invertir:

Solo 8 de los 50 principales bancos europeos tiene una recomendación de compra Por tanto Son escasos los bancos europeos en los que analistas recomiendan invertir

Hay que hacer caso a los expertos:

Por tanto Son escasos los bancos europeos en los que se puede invertir

o A fortiori

A más activos de riesgo, menos recomendable es invertir:

BNP es el tipo de banco recomendado los analistas:

escasos > escasísismos

BNP está muy expuesto a la deuda griega Por tanto La media de los analistas No es recomendable invertir recomienda comprar BNP en BNP Por tanto No se debe invertir en algunos de los bancos Son escasos los bancos europeos en los recomendados por los analistas que analistas recomiendan invertir Por tanto Son escasísimos los bancos europeos en los que los analistas recomiendan invertir

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Texto 3: David Alandete: “Al-Quaeda afirma que ha secuestrado a un estadounidense en Pakistán”. El País, 02/12/2011 Del mismo modo que los americanos detienen a todos de los que sospechan que tienen lazos con Al Qaeda y los talibanes, aunque sea de forma remota, nosotros detuvimos a este hombre [Warren Weinstein] que lleva inmerso hasta el cuello en la ayuda americana a Pakistán desde los años 70”, asegura Zawahiri en esa traducción [de la empresa de control de páginas web islamistas SITE Intelligence Group]. o Claves: argumentos por analogía; semejanza vs. metaargumentación.

El conector argumentativo del mismo modo con el que comienza el texto anuncia que al-Zawahiri va a proponer un argumento por analogía. J. S. Mill decía que “no hay ninguna palabra, sin embargo, que se use más laxamente, o en una mayor variedad de sentidos, que analogía” (Un Sistema de Lógica, Cap. XX). En la tradición lógica (o mejor lógico-informal) los argumentos por analogía se entienden de dos maneras principales: 1.

“Por analogía” o “analógico” se refieren al vínculo entre las premisas y la conclusión, y por tanto se predican

primariamente de inferencias. Así J. Zeleznikow y D.Hunter (1995) distinguen tres tipos de razonamiento: deductivo, inductivo y analógico, y Juthe (2005) distingue cuatro clases de argumentos: deductivos, inductivos, abductivos y analógicos. 2.

“Argumento por analogía” es el nombre de un esquema argumentativo; la denominación se sitúa pues en el mismo

plano que argumento de autoridad, argumento de la parte al todo, etc. El argumento por analogía es uno de los 96 esquemas argumentativos del compendio de Walton, Reed y Macagno (2007). Este segundo enfoque es también común en teoría de la argumentación jurídica. Cuando se entiende el argumento por analogía como un esquema argumentativo, hay dos descripciones básicas. 2.1 Los argumentos por analogía se basan en la semejanza, como hacen los ya citados Walton, Reed y Macagno, quienes le atribuyen la forma:

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Premisa de semejanza: En general el caso C1 es similar al caso C2. Premisa de base: A es verdadero (falso) en el caso C1. Conclusión: A es verdadero (falso) en el caso C2. 2.2 Los argumentos por analogía son metaargumentos. Es la posición de Woods y Hudak (1989) y Marraud (2007). En una argumentación por analogía intervienen al menos dos argumentos. El argumentador asume que entre las premisas y la conclusión del argumento foro se da una cierta relación argumentativa: las premisas son relevantes, irrelevantes, suficientes o insuficientes, para la conclusión. Pretende entonces que esa misma relación media entre las premisas y la conclusión del argumento tema. Lo que aduce para justificar esta pretensión es que el foro y el tema son análogos; es decir, ocupan la misma posición en campos de argumentos con una estructura relacional común. En su interpretación metaargumentativa, la analogía es un una manera de justificar la inferencia de las premisas a la conclusión sin hacer explícita la garantía. La argumentación de al-Zawahiri da ocasión a contrastar los dos enfoques. o Enfoque de semejanza Premisa de semejanza: El proceder de los estadounidenses con los sospechosos de tener lazos con Al Qaeda y los talibanes es similar al de Al Qaeda con Warren Weinstein. Premisa de base: El proceder de los estadounidenses (no) está justificado Conclusión: El proceder de Al Qaeda con Weinstein (no) está justificado

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Esta reconstrucción es poco plausible. Como es inverosímil que al-Zawahiri apruebe el proceder de los estadounidenses, hay que suponer que lo condena, pero en tal caso ¡el jefe de Al Qaeda también estaría condenando el secuestro de Weinstein por su propia organización! (que por cierto él califica significativamente de “detención”). Un aspecto pragmático importante para analizar el texto es que al Zawahiri se dirige a la opinión pública occidental, que presumiblemente considera legítimas las detenciones de yihadistas. Podría replicarse entonces que al Zawahiri usa un argumento en cuyas premisas no cree, que está adoptando el punto de vista de su oponente para persuadirle. Ralph Johnson mantiene que cuando el argumentador utiliza premisas que cree falsas, renuncia a la pretensión de persuadir racionalmente (2000, p. 338). o Enfoque meta-argumentativo Desde una perspectiva metaargumentativa el jefe de Al Quaeda estaría diciendo que cualquier argumento que justifique el proceder de los estadounidenses con los sospechosos de tener lazos con Al Qaeda y los talibanes pude convertirse mutatis mutandis en un argumento que justifique el proceder de Al Qaeda con Weinstein. Eso no quiere decir que no pueda justificarse el proceder de Al Qaeda sin hacer lo propio con el de los EE.UU. (aduciendo, por ejemplo, que Al Qaeda estaría respondiendo a una agresión). La reconstrucción metaargumentativa de su respuesta viene a ser: Para los occidentales hay argumentos que justifican la detención de los sospechosos de tener lazos con Al Qaeda y los talibanes Los campos argumentativos del foro y el tema son análogos:

Por tanto Los occidentales tienen que admitir que hay argumentos que justifican la detención de Warren Weinstein

De este modo, el mensaje de al Zawahiri es que Occidente no puede condenar, so pena de inconsistencia, el proceder de su organización con Weinstein. Se trataría, en suma, de un argumento ad hominem, en el sentido que esta expresión tenía en el siglo 24

XVII. Esto es, su conclusión no es que una determinada conducta está justificada, sino que “esta persona está obligada a admitirlo en conformidad con sus principios de razonamiento, o por coherencia con su propia conducta, situación, etc.” (R. Whately, Elements of Logic, 1838, p.196. Este análisis de la argumentación de al Zawahiri me parece muy superior al análisis de semejanza, atendiendo a consideraciones pragmáticas, dialécticas y retóricas. Texto 4: J. Alcina Franch: “Breve noticia del poema de Mío Cid”, en Poema de Mío Cid. Barcelona, Juventud, 1968. La letra del códice es característica del siglo XIV, pero en el éxplicit se lee en números romanos la fecha de 1245, que, reducida a la Era Cristiana, da la de 1207. Menéndez Pidal ha mostrado claramente que hay una “C” raspada, con lo que se debe leer la fecha de 1307.” o

Claves: argumentación coordinada vs. argumentación múltiple, contraargumentación, refutación.

Lo primero que encontramos en el texto son dos argumentos opuestos ligados por el conector argumentativo pero: La letra del códice es propia del siglo XIV

Pero

En el éxplicit se lee MCCXLV

Por tanto

Por tanto

El códice es del siglo XIV

El códice es del siglo XIII

Al decir A pero B se da a entender lo siguiente: (1) tanto A como B son aceptables; (2) A es una razón para una conclusión C; (3) B es una razón para una conclusión opuesta C’; y (4) B se considera más fuerte que A, por lo que impone su conclusión C y descarta C’. Está claro que todo esto no tendría sentido si los dos argumentos involucrados fueran deductivos. Un análisis un poco más profundo revela que en el segundo argumento el paso de la premisa a la conclusión se efectúa a través del enunciado En el éxplicit del códice se consigna la fecha MCCXLV, que se seguiría de la premisa y del que se seguiría la conclusión. Se trataría entonces de un encadenamiento de argumentos.

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En el éxplicit se lee MCCXLV Por tanto En el éxplicit del códice se consigna la fecha MCCXLV Por tanto El códice es del siglo XIII

A continuación Alcina Franch forma un argumento antiorientado con respecto al primero de los argumentos encadenados añadiendo una premisa: En el éxplicit se lee MCCXLV; hay un “C” raspada Por tanto En el éxplicit del códice se consigna la fecha MCCCXLV

Los dos argumentos siguientes comparten conclusión: En el éxplicit del códice se consigna la fecha MCCCXLV Por tanto El códice es del siglo XIV La letras del códice es característica del siglo XIV Por tanto El códice es del siglo XIV

Tras sopesar los argumentos a favor y en contra, Alcina Franch concluye que el códice data del siglo XIV. Esto es, considera que el argumento En el éxplicit se lee MCCXLV; hay un “C” raspada Por tanto En el éxplicit del códice se consigna la fecha MCCCXLV

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Por tanto El códice es del siglo XIV

Es más fuerte que el argumento opuesto En el éxplicit se lee (a simple vista) MCCXLV Por tanto En el éxplicit del códice se consigna la fecha MCCXLV Por tanto El códice es del siglo XIII

y por tanto impone su conclusión, mostrando que el enunciado El códice es del siglo XIII es falso. Llamo refutación a la estrategia que consiste en atacar un argumento presentando un argumento para una conclusión opuesta (contraria o contradictoria) que el proponente considera más fuerte. El primer y el tercer argumento de Alcina Franch comparten conclusión, están coorientados. Tradicionalmente –aunque es un tema muy debatido- se distinguen dos variedades de argumentación coorientada. En una argumentación múltiple se ofrecen defensas alternativas de la tesis, mientras que en una argumentación coordinada distintos por razones de suficiencia. Podríamos decir por ello que una argumentación múltiple es una disyunción de argumentos y una argumentación coordinada es una conjunción de argumentos. ¿Qué tipo de argumentación coorientada desarrolla Alcina Franch? Si pensamos que su primera razón queda descartada por el intento de refutación, y que la conclusión se alcanza final y exclusivamente a través de su segundo argumento, se trataría de una argumentación múltiple. Si por el contrario pensamos que la conclusión se sustenta en los dos argumentos, que así se refuerzan mutuamente, lo estaremos viendo como una argumentación se combinan varios argumentos coordinada.

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Texto 5. C. McCullough, El primer hombre de Roma, p. 127. Planeta, 2001. A Nicopolis se le iluminó el rostro de satisfacción. Sila no era hombre que hiciera regalos. De hecho, no recordaba una sola ocasión en la que las hubiera obsequiado, a ella o a Clitumna, con el más mínimo objeto, y conocía de sobra la naturaleza humana para darse cuenta de que, más que prueba de pobreza, era indicio de tacañería, porque el pobre regala aunque no tenga posibilidades. o

Claves: determinación de garantías, metaargumentación, ponderación.

Nicopolis infiere que Sila no es dado a hacer regalos a partir de que no recuerda ninguna ocasión en la que Sila les hubiera hecho algún regalo. Por un lado parece tratarse de un claro argumento ad ignorantiam: Nicopolis no recuerda ninguna vez en la que Sila las obsequiara con el más mínimo objeto Si Sila las hubiera obsequiado alguna vez con algún objeto, Nicopolis lo recordaría:

por tanto Sila no las obsequió con el más mínimo objeto

Por otro, y comoo que la garantía apela a la fiabilidad de la memoria, este argumento ad ignorantiam está emparentado con los argumentos basados en la apariencia. Podríamos decir por ello que se trata de una versión negativa de los argumentos basados en la memoria. La conclusión de este primer argumento sirve como premisa de un segundo argumento, componiendo una argumentación encadenada. En esta ocasión la inferencia propuesta es una generalización a partir de dos casos (Clitumna y Nicopolis), por lo que parece preferible verlo como un argumento paradigmático antes que como un argumento de la parte al todo. Sila no obsequió a Clitumna y a Nicopolis con el más mínimo objeto Clitumna y Nicopolis son típicas personas a las que Sila hubiera podido regalar algo:

por tanto Sila no es hombre que haga regalos 28

La plausibilidad del argumento proviene, al menos en parte, de que Sila vive con Clitumna y Nicopolis y de que además son sus amantes. La nueva conclusión puede apoyar dos conclusiones distintas: Sila es tacaño o Sila es pobre. Aunque pobre y tacaño no son mutuamente excluyentes, en el texto se presentan como conclusiones alternativas. ¿Por qué? Antes de intentar responder a esta pregunta, veamos cuál puede ser la garantía de las dos últimas inferencias propuestas. Recurriendo al Nuevo Compendio de Esquemas Argumentativos, hay que considerar cuatro posibilidades: 1. Se trata de argumentos abductivos que proponen una inferencia a la mejor explicación. 2. Son inferencias que se justifican apelando a alguna definición o criterio de aplicación de términos como ´tacaño` o ´pobre`. 3. También podría tratarse de meras regularidades empíricas: la experiencia enseña que pobres y tacaños no son dadivosos. 4. Finalmente, hay que considerar la posibilidad de que se trate de argumentos basados en signos: no hacer regalos es un indicio de pobreza o de tacañería. Sea como fuere, a continuación se aduce que uno de estos dos argumentos tiene más peso que el otro. En concreto, se alega que el argumento de la tacañería es preferible al de la pobreza porque “el pobre regala aunque no tenga posibilidades”. Como sucede con muchas comparaciones de la fuerza de dos argumentos, parece involucrar algún tipo de escalaridad que podría expresarse con el aforismo “los pobres regalan poco; los tacaños nada”.

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El pobre regala aunque no tenga posibilidades por tanto Sila no es hombre que haga regalos Sila no es hombre que haga regalos por tanto > por tanto Sila es tacaño Sila es pobre

El modo en el que se compara la fuerza de los dos argumentos da alguna pista acerca de su garantía. Cuando se compara la fuerza de dos argumentos, suele tratarse de argumentos que ejemplifican un mismo esquema argumentativo. Eso permite descartar reconstrucciones en las que el argumento de la tacañería corresponde a uno de los cuatro esquemas mencionados y el de la pobreza a otro. Si se tratara de dos argumentos abductivos, la discrepancia no estaría en cuál de las dos explicaciones es preferible, sino en cuál es el dato que hay que explicar. Si en un caso se trataría de explicar que Sila hace pocos regalos: Su pobreza explicaría que Sila haga pocos regalos:

Sila pocas hace pocos regalos por tanto Sila es pobre

en el otro se pretendería explicar que Sila no hace regalos nunca o casi nunca:

Su tacañería explicaría que Sila nunca haga regalos:

Sila no hace nunca regalos por tanto Sila es tacaño

Esta interpretación es poco plausible porque el conocimiento de la naturaleza humana que se atribuye a Nicopolis no parece estar relacionado con la habilidad para distinguir uno y otro dato, para saber si Sila hace pocos o muy pocos regalos. Si se tratara de argumentos basados en clasificaciones verbales, invocarían un pretendido vínculo conceptual entre la escasa dadivosidad y la pobreza o de tacañería. Parece una interpretación forzada, sobre todo en relación a la pobreza.

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¿Podría tratarse de regularidades empíricas? Si fuera así el conocimiento de la naturaleza humana que se atribuye a Nicopolis consistiría en saber que a partir de un cierto grado, la escasa dadivosidad va asociada con mayor frecuencia a la tacañería que a la pobreza. A partir de aquí con la frase “conocía de sobra la naturaleza humana” se estaría dando a entender que Nicopolis tiene conocimiento de las regularidades empíricas pertinentes por propia experiencia. La existencia de una conexión regular entre la falta de liberalidad y la tacañería y la pobreza es una condición necesaria, pero no suficiente, para que aquélla pueda funcionar como un índice (en el sentido de Peirce) de éstas. Puede parecer por ello que la diferencia con la interpretación precedente es escasa. Sin embargo, si las inferencias propuestas fueran de naturaleza indiciaria, se estaría dando a entender que la regularidad subyacente es de conocimiento común en el entorno de Nicopolis. Ese sobrentendido parece poco compatible con la apelación del conocimiento de la naturaleza humana del texto. Estas consideraciones llevan a la siguiente reconstrucción:

N. conoce bien la naturaleza humana:

Hay una relación regular entre la falta de liberalidad y la tacañería:

N. cree por propia experiencia que la relación liberalidad-tacañería es más regular que la relación liberalidad-pobreza por tanto La relación liberalidad-tacañería es más regular que la relación liberalidad-pobreza por tanto Sila no es hombre que Sila no es hombre que > haga regalos haga regalos Hay un relación regular entre la falta de por tanto por tanto liberalidad y la pobreza: Sila es tacaño Sila es pobre

Texto 6. Pilar Cristóbal, 20minutos.es responde: sexo. 20 minutos, 30/10/2014 ¿Existe el sexo tántrico? ¿Es perjudicial para la salud o es otra manera de disfrutar del sexo?

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Es perjudicial para la próstata, la inflama y a la larga puede provocar células cancerosas. Los que lo inventaron como control de natalidad, que fueron los indios de la India del siglo V antes de Cristo, se morían a los treinta años, no les daba tiempo a vivir por las desventajas de su forma de tener sexo. Los indios de la actualidad se ríen de las tonterías de los occidentales. Es como si se pusieran de moda las prácticas ascéticas del Siglo de Oro para tener experiencias místicas, nos parecerían lo que son: prácticas dañinas para la salud. o

Claves: meta-analogía.

La segunda pregunta del encabezamiento –¿Es [el sexo tántrico] perjudicial para la salud o es otra manera de disfrutar del sexo?presenta como opuestos dos enunciados que no son ni contrarios ni contradictorios:  El sexo tántrico es perjudicial para la salud,  El sexo tántrico es otra manera de disfrutar del sexo. Una explicación es que se sobreentienda que si el sexo tántrico perjudica a la salud, entonces no es otra forma de disfrutar del sexo. O, dicho de otro modo, que si el sexo tántrico (solo) es otra forma de disfrutar del sexo, entonces no es perjudicial para la salud. La respuesta a la primera pregunta es entonces el argumento siguiente:

El sexo tántrico inflama la próstata y a la larga puede provocar células cancerosas Por tanto El sexo tántrico perjudica a la salud Por tanto El sexo tántrico no es otra forma de disfrutar del sexo

>

El sexo tántrico era una práctica (de control de natalidad) establecida en la India en el siglo V a.C. Por tanto El sexo tántrico es otra manera de disfrutar del sexo

Pilar Cristóbal considera un posible contraargumento para recusarlo inmediatamente:

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El sexo tántrico era una práctica (de control de natalidad) establecida en la India en el siglo V a.C. Por tanto El sexo tántrico no perjudicaba a la salud de los indios del siglo V a.C. Por tanto El sexo tántrico no es perjudicial para la salud

>

El sexo tántrico no perjudicaba a la salud de los indios del siglo V a.C. Los indios del siglo V a.C. morían a los 30 años. Por tanto Es posible que el sexo tántrico sea perjudicial para la salud

Tras esta disgresión, Pilar Cristóbal echa mano de una analogía para justificar su evaluación del peso relativo de los dos primeros argumentos. las prácticas ascéticas del Siglo de Oro del siglo incluyen la flagelación y diversas formas de privación corporal Por tanto Las prácticas ascéticas del Siglo de Oro son perjudiciales para la salud Por tanto Las prácticas ascéticas del Siglo de Oro no son otra manera de procurarse nuevas experiencias

En el Siglo de Oro las prácticas ascéticas eran una práctica establecida para tener experiencias místicas > Por tanto Las prácticas ascéticas del Siglo de Oro son otra manera de procurarse nuevas experiencias Por tanto

El sexo tántrico inflama la próstata y a la larga puede provocar células cancerosas Por tanto El sexo tántrico es perjudicial para la salud Por tanto El sexo tántrico no es otra forma de disfrutar del sexo

>

El sexo tántrico era una práctica (de control de natalidad) establecida en la India en el siglo V a.C. Por tanto El sexo tántrico no perjudica a la salud es otra manera de disfrutar del sexo

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Normalmente se usa una analogía argumentativa para justificar una inferencia en términos de otra. Pilar Cirstóbal la usa, sin embargo, para justificar la podenración de la fuerza de dos argumentos en términos de la ponderación previa de otros dos. Referencias Anscombre, J.-C. y Ducrot, O. (1983). La argumentación en la lengua. Madrid: Gredos, 1994. Cohen, J.L. (1986), The Dialogue of Reason. Oxford: Clarendon Press. Eco, U. (1978). La estructura ausente. Barcelona, Lumen. Finocchiaro, M.A. (2007), “Arguments, Meta-arguments and Metadialogues: A Reconstruction of Krabbe, Govier and Woods”, Argumentation 21, pp. 253-268. Habermas, J. (1981): Teoría de la acción comunicativa: racionalidad de la acción (volumen 1). Madrid: Taurus 1999. Hamblin, C.L. (1970). Fallacies. Newport News, VA: Vale Press, 1998. Jacobs, S. (2000). “Rhetoric and Dialectic from the Standpoint of Normative Pragmatics”. Argumentation 14, 3, 261-286. Juthe, A. (2005). “Arguments by Analogy", Argumentation 19, 2005, pp. 1-27. Marraud, H. (2007). “La analogía como transferencia argumentativa”. Theoria 59, pp. 167-188. -

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