Públicos activos dentro del espacio del Museo de Ciencia ¿Es Posible?

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Descripción



Schiele, Bernard (1983) Science museums and science centers. In Handbook of public communication of science and technology, London; Ed. Routledge, pág. 29.
Ibid, pp. 28-32.
Nieto-Galán, Agustí (2011) Los Públicos de la Ciencia; expertos y profanos a través de la Historia; Ed. Marcial Pons, Madrid, España, pp. 23-30.
Schiele, Bernard (1983) Science museums and science centers. In Handbook of public communication of science and technology, edited by Massimiano Bucchi and Brian Trench, London; Ed. Routledge, pp. 32-35.
Schiele, Bernard (1983) Science museums and science centers. In Handbook of public communication of science and technology , London, Ed. Routledge, pp. 35-36.
Lewenstein, Bruce (1992)"The Meaning of Public Understanding of Science; in the United States after World War II", N°1; pp. 47-48.
Públicos activos dentro del espacio del Museo ¿Es Posible?

Matías Cristóbal Pérez Padilla
Máster en Historia de la Ciencia
Universidad Autónoma de Barcelona
[email protected]


RESUMEN

El presente artículo elabora una visión crítica respecto a la forma de comunicar el conocimiento científico dentro del espacio patrimonial de un Museo de Ciencia. También se busca entregar una nueva forma de visualizar al visitante del Museo de Ciencia no sólo como un espectador estático sino que activo en la construcción del discurso museográfico.

Por otra parte se busca generar una propuesta de inclusión, dentro del discurso museográfico, de nuevas perspectivas metodológicas traídas desde la Historia de la Ciencia, las cuales tienen como objetivo innovar en la forma en el que el conocimiento científico es entregado a los visitantes evitando caer en la lógica comunicativa tradicional denominada "Top-Down" ampliamente revisada en otros estudios.

A través de esta propuesta metodológica, se pretende dar al visitante al Museo un nuevo rol que consiste en la reflexión y aporte concreto al discurso museográfico, poniendo en valor el conocimiento científico desde una óptica reflexiva y contextualizada a la realidad cotidiana.

Palabras Clave: Ciencia, Historia de la Ciencia, Museografía, Patrimonio, Museos de Ciencia y Tecnología, Públicos de la Ciencia, Conocimiento Científico.


ABSTRACT

This article develops a critical view of how to communicate scientific knowledge within the space of a patrimonial Science Museum. It also seeks to provide a new way to visualize the visiting the Museum of Science not only as a static spectator but active in building the museum discourse.

On the other hand is to generate a proposal for inclusion in the museum discourse , new methodological perspectives brought from the History of Science , which aim to innovate in the way in which scientific knowledge is delivered to visitors without falling in traditional communicative logic called " Top- Down" extensively revised in other studies.

Through this proposed methodology is to give the visitor to the Museum a new role that involves reflection and concrete contribution to the museum discourse, placing value on scientific knowledge from a reflective optical and contextualized to everyday reality .

Keywords: Science, History of Science, Museology, Heritage, Museum of Science and Technology, Science and Public , Scientific Knowledge


CUERPO DEL ARTÍCULO

Durante el transcurso del Máster en Historia de la Ciencia realizado en España se han planteado una serie de discusiones en torno a la Ciencia como quehacer, sus relaciones con otras disciplinas y sobre todo el análisis de la misma como un campo de estudio donde se desprenden problemáticas interesantes desde una perspectiva histórica. Dentro de esas discusiones se señaló el rol que los Museos de Ciencia han jugado para generar una imagen y ciertos discursos, tanto institucionales como estatales, los que visibilizaban contextos político-sociales existentes en momentos históricos determinados, que serán analizados en este escrito.

La creación del espacio museal, fue parte de un proceso de organización y catalogación de objetos presentados dado el contexto de la profesionalización de la Ciencia, período comprendido en la totalidad del siglo XIX, el cual, según Bernard Schiele y pensando en el auge de los Museos de Historia Natural se considera como "el siglo de las Ciencias Naturales".

Este proceso de creación de instituciones formadas para "racionalizar la naturaleza" resulta de particular importancia (según palabras de Schiele), ya que fueron este tipo de museos las que, en definitiva, revitalizaron el antiguo espacio del gabinete de curiosidades dándole un orden, a su vez otorgaron un sustento teórico-conceptual mucho más amplio que la simple exhibición de artificialia y naturalia. Por otra parte Agustí Nieto-Galán propone que, desde el punto de vista de la comunicación científica durante el siglo XIX se consolidó una lógica comunicativa denominada top-down caracterizada por ser del tipo unidireccional, mostrando lo que en definitiva "se quiere mostrar" potenciando a la Ciencia como un conocimiento monolítico incuestionable.

Posterior a la Segunda Guerra Mundial, asistimos al nacimiento de los Science Center como una nueva manifestación frente al discurso museológico tradicional top-down. Este fenómeno fue inaugurado con la aparición del Palais de la Decóuverte en París en el año 1937, el Ontario Science Center en Canadá, y el Exploratorium de San Francisco (EEUU), los que en el fondo correspondieron a una forma diferente de organizar el discurso que el Museo entregaba a sus visitantes. Es importante destacar el caso cercano de Cosmo Caixa en Barcelona el cual sigue la tendencia de estos referentes mundiales de Science Center como una alternativa que según varios comunicadores científicos, lograron hacer que la Ciencia con sus experimentos y explicaciones sean comunicados de manera lúdica y experimental a los visitantes.

Tomando en cuenta la trayectoria histórica presentada en relación a los Museos y Science Center, resulta conveniente generar un análisis del rol que considero deben tener los Museos en la actualidad en donde la comunicación científica pueda ser capaz de abandonar la posición facilista del top-down dando paso a una etapa en donde el Museo se convierta en un lugar de encuentro entre saberes y en el cual el público pueda hacer uso de avances científicos, siendo ellos actores en la construcción y divulgación de la ciencia.

Esta idea es considerada como una nueva etapa en la forma de comunicar Ciencia a través de los museos, la que pretende aportar hacia una posible solución a las preguntas planteadas por Schiele en relación a cómo se podría perfilar una participación activa de los visitantes en la construcción y divulgación de la ciencia en los museos en la actualidad.

El llamado Public Understanding of Science (P.U.S.) se desarrolló con gran vigor en Estados Unidos posterior a la Segunda Guerra Mundial cuyo objetivo fue que la gente tuviera acceso expedito a este conocimiento bajo un vocabulario simplificado. En palabras de Bruce Lewenstein, el P.U.S. se entiende como una forma de divulgación en donde se pretende dar una imagen positiva de la Ciencia viéndola como la única forma de concebir descubrimientos que beneficiarían a las personas en su vida cotidiana, "bajando" el conocimiento científico de su pedestal, apartándolo de la visión tradicional como una forma de conocimiento hermético.

Bajo esta premisa se entiende que el P.U.S. tuvo dos objetivos esenciales: en primer lugar un objetivo oculto, donde se pretendió "blanquear" la Ciencia tras los sucesos acaecidos en 1945 (lanzamiento de las bombas atómicas) y en segundo lugar un objetivo declarado relacionado con una accesibilidad al conocimiento científico de una forma más "digerida". La denominación de "digerida" supone una apreciación personal que sustenta la idea de que el Public Understanding of Science representó una fórmula mejorada de la lógica top-down en la comunicación científica adaptada a las circunstancias de "blanqueamiento" de la Ciencia.

En la actualidad y en consonancia a lo propuesto por Schiele, se percibe una necesidad por parte de los historiadores de la Ciencia de perfilar un rol activo de los públicos que asisten al Museo no sólo como espectadores dispuestos a maravillarse con las obras de científicos prominentes, sino que se busca generar una postura activa en su visita. Habilidad que, de ser trabajada, lograría que los Museos de Ciencia y Tecnología ofrecieran la oportunidad de que sus propios visitantes aporten en la construcción del discurso museográfico, logrando una efectiva horizontalidad en la comunicación esgrimida en este espacio. Con ello me refiero puntualmente a que un Museo de Ciencia puede promover la creación individual y el aporte de los visitantes a las exhibiciones con material y conocimiento extraído de la experiencia cotidiana.

A modo de ejemplo, es interesante observar las distintas maneras de reciclaje protegiendo la biodiversidad, con las que las personas pueden aportar desde sus casas dentro de un contexto urbano.
Sería pertinente, dentro de este contexto; llamar a concurso para que los interesados puedan ocupar un espacio del Museo y sean capaces de generar una muestra de cómo se puede dividir la basura en tambores diferentes o reciclar el agua que ocupamos en las duchas usándola para el lavado de platos y utensilios. A esto es a lo que me refiero cuando hablo de una participación de los visitantes en el Museo. La Ciencia también se manifiesta en la cotidianeidad que se expresa en las formas de ahorro energético, de las aguas, la división de las basuras y el consumo responsable de alimentos, entre otros.

Bajo esta perspectiva, se propone que el Museo pueda ser un espacio de extensión y debate en torno a cómo los científicos puedan repensar su propio quehacer, a ello me refiero con la inclusión de temáticas controvertidas, tales como el impacto de los residuos químicos en la biodiversidad en un lugar determinado junto al tratamiento de estos residuos, generando una plataforma de discusión y encuentro de posiciones diversas que permitan potenciar la educación para el medioambiente sin caer en una imposición de técnicas de unos por sobre otros. Los temas polémicos no están para no ser hablados, están para ser enfrentados, conocidos y compartidos por la gente interesada.

Una lógica inclusiva, como denomino a esta nueva forma de aproximarse al Museo de Ciencia y Tecnología, está basada en la idea de que este conocimiento no se puede desligar de su contexto social, económico, cultural y político. Es por ello que en el Museo de Ciencia y Tecnología se propone también generar un espacio para contextualizar la producción científica y la innovación tecnológica insertando dichas variables dentro del discurso museográfico como un aporte integral al conocimiento científico expresado a través de los objetos presentados.

Es importante preguntarnos, por ejemplo: ¿es posible ver en las terapias alternativas a la medicina farmacológica una forma diferente de sanar enfermedades? Este tipo de preguntas invocan otras formas de aproximación al conocimiento científico y pueden darnos muchas luces de cómo se podría hacer discurso museográfico en donde la puesta en escena de un repensar la Ciencia en sus efectos prácticos vistos de manera integral, sean los que, en definitiva, marquen una nueva etapa en el proceso de acercamiento de este saber a las personas, abandonando los prejuicios que en el discurso cotidiano existen sobre el carácter incorruptible y neutro de este quehacer.

Volviendo a la pregunta planteada en el título de este ensayo, considero posible constituir un Museo en el que se genere un espacio de debate y reflexión sobre este tipo de pensamiento, utilizando herramientas críticas que nos aporta la Historia de la Ciencia en la actualidad, sin caer en una lógica top down. Ello es posible poniendo de manifiesto una intención por mirarse dentro, buscando formas de renovación en sus exposiciones, problematizando y contextualizando sus procesos, entre otros. Gracias al foco de autoanálisis que propone la Historia de la Ciencia, es en donde se proponen las ideas ya manifestadas.

Con esta nueva visión, el Museo de Ciencia obtendría una nueva valoración que permita generar lazos entre el objeto presentado y las múltiples variables en donde fue producido. Esta relación es fundamental, desde la premisa historiográfica de que todo objeto perteneciente a la cultura material responde a una necesidad entablada por sus creadores en un momento específico.

De ello se desprende una misión importante en la gestión de un Museo de Ciencia y Tecnología, como es la inserción de múltiples disciplinas que aporten en metodologías de ordenamiento y catalogación de los objetos patrimoniales. Esto busca develar el conocimiento científico como un saber que se puede repensar, generando nuevos usos y perspectivas con respecto a sus descubrimientos e innovaciones. Con ello me refiero a que no son sólo los expertos los que pueden dar directrices del uso o abuso de los inventos creados a través de la Historia, sino que es la sociedad y en concreto los públicos que participan en el espacio del Museo los que pueden aportar con nuevos usos. Por otro lado los públicos aportan al desarrollo de la Ciencia poniendo de manifiesto sus formas del cómo se utilizan los objetos presentados dentro del espacio de la cotidianeidad, ya sea desde el punto de vista del reciclaje y el cuidado del medioambiente como también de la importancia que han tenido objetos tan importantes en la actualidad como por ejemplo las bicicletas, su mecánica interna, o las formas de ahorro de energía en casa, entre otras. Son estas iniciativas las que acercan a la gente al Museo de Ciencia, adoptándolo como un espacio propio, donde sea el protagonista y desde el cual se pueda difundir este conocimiento no sólo a base de experimentos sino que a través de las necesidades y usos que se pueden llegar a obtener de sus investigaciones.

En definitiva, se ha presentado en este artículo una nueva fase dentro de las ya conocidas en la Historia de la Comunicación Científica, la cual pretende dar pie a una discusión mucho más profunda en la cual se pueda repensar el rol que los Museos de Ciencia tienen con respecto a cómo presentan sus objetos y a su vez cómo esos objetos patrimoniales pueden ser relacionados con los contextos históricos en los cuales fueron producidos, alejándose de la visión tradicional top-down. También se buscó develar una forma de inclusión de múltiples disciplinas, tales como la Historia de la Ciencia dentro del espacio museal, perfilando un espacio complementario a la exposición, que entregue directrices a los visitantes de los cuales sean ellos los que re-signifiquen el valor, los usos y el impacto que los inventos han tenido en cada una de las épocas en las que han sido creados, ello con el fin de que los públicos generen una reflexión en torno a los usos de la Ciencia en cada época.

Creo que tal como ocurrió con la explosión de los Science Center en los 70 y 80 en respuesta al restablecimiento del honor y la credibilidad de una Ciencia que generó muerte y destrucción, se piensa que es hoy en donde existe una oportunidad de que científicos y los medios de comunicación (Museos, Televisión, Radio, Internet, etc.) tomen en cuenta perspectivas historiográficas en pos de generar una reformulación del conocimiento científico a las personas que se sientan interesadas por este ámbito, del cual por siglos se ha mantenido en una esfera de algunos "iniciados".



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