Psiquiatría Clínica en la Unidad de Corta Estadía

PSICOPATOLOGÍA. FORMACIÓN EN PSIQUIATRÍA PSIQUIATRÍA CLÍNICA EN LA UNIDAD DE CORTA ESTADÍA PSYCHOPATHOLOGY. PSYCHIATRIC TRAINING

COMENTARIO DE LIBROS

PSIQUIATRÍA CLÍNICA EN LA UNIDAD DE CORTA ESTADÍA Autor: Mario Vidal C. Ediciones de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, Santiago de Chile, 2006, 129 pp.

(Rev GPU 2007; 3; 2: 132-133)

Patricio Olivos

E

l título –certero pero quizás poco atractivo– pone a este excelente libro en riesgo de pasar inadvertido. El autor, Profesor Asociado de Psiquiatría de la Universidad de Chile, resume en él su larga experiencia clínica y docente, que desarrolla actualmente en la Unidad de hospitalización de Corta Estadía del Servicio de Psiquiatría del Área Metropolitana Sur, Hospital Barros Luco Trudeau. Su método tutorial, con médicos en su primer año de formación como especialistas en psiquiatría de adultos, apunta en una primera fase a la formulación de un diagnóstico sindromático, con un sentido claramente semiológico. Así hace en cada capítulo, con finas descripciones de los distintos síndromes: depresivo, maníaco, obsesivo-compulsivo, catatónico, delirante, de influencia, del pensamiento desorganizado, exógeno agudo y crónico. Y luego, con un sentido más nosológico, estimula la reflexión clínica en el diagnóstico diferencial. Termina cada capítulo con la discusión de algunos aspectos importantes. Por ejemplo diferencia el síndrome depresivo asociado a la pobreza –estudiado en su ensayo El hombre inconcluso (1988)– de los otros cuadros depresivos por su humor amargo, que hace pagar a su ambiente el descontento generado, no por una pérdida sino por la privación que se siente injusta. No hay anhedonia –las pocas oportunidades de goce son bien aprovechadas– ni inhibición psíquica marcada. Y se da en la pobreza la “desesperanza aprendida” (Seligman), que deja sin embargo algunos huecos en que podría colarse un golpe de suerte que solucione los problemas, como ganar el Kino.

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El libro está muy bien escrito, lo que se agradece. La lectura fluye sin esfuerzo por la fenomenología de los síntomas y síndromes; los “vemos” ante nosotros, con sutiles diferencias y matices de interés clínico, los “pensamos” en un atractivo ejercicio psicopatológico. Recordamos entonces otro libro importante del autor: Para leer a Jaspers (Ed. Universitaria, 2003), que tiene como subtítulo Invitación a la Psicopatología General. “Invitación”, término amable, en línea con lo que se proponía Jaspers de ayudar a adquirir una cultura del ver y pensar en términos psicopatológicos, y en que el Dr. Vidal entrega una visión amplia y accesible de los conceptos básicos de la psicopatología del maestro. “Psiquiatría Clínica...” complementa al anterior en cuanto es psicopatología aplicada a la clínica. El Dr. Vidal tiende un puente entre la psiquiatría actual y la psiquiatría y la psicopatología clásicas, así como con aspectos neurológicos. El que está recién formándose como psiquiatra descubrirá la psicopatología como ciencia básica de la Psiquiatría en 129 páginas sin desperdicio, y podrá ver que el DSM-IV, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, es eso, otro mapa que organiza la psiquiatría, un manual útil para la investigación y comunicación científica, pero no un texto ni un método para aprender psicopatología. Y el psiquiatra experimentado refrescará, repensará, redescubrirá la psicopatología, y se sentirá sorprendido por los hallazgos que trae este libro, tomados de variadas fuentes y de la propia observación del autor, con sencillez, sin pedantería.

PATRICIO OLIVOS

Es un libro de madurez. Y de quien ha mantenido interés por toda la psiquiatría. Eso permite que todos los síndromes estén bien tratados. Sólo como ejemplo señalamos el excelente capítulo sobre el síndrome obsesivo, que parte con la definición del fenómeno obsesivo hecha por Westphal en 1848 y concluye con una interesante discusión sobre las relaciones del Trastorno Obsesivo-compulsivo con manifestaciones presentes en sujetos sanos y, por otro lado, con cuadros psicóticos. O al presentarnos, “como una excepción dentro de este libro –y a modo de ejemplo– una mirada a lo que las neurociencias están avanzando en el estudio del síndrome de influencia”, resumiendo en una pincelada los trabajos de Frith y Done (1998) que plantean los síntomas positivos de la esquizofrenia como una falla en el sistema de monitoreo interno de los pensamientos vistos como acciones internalizadas, y por tanto en la “conciencia de la propia actividad del yo” (Jaspers). Esto último hace ver que el Dr. Vidal está en plena sintonía con lo que se busca en la psiquiatría “biológica” actual: las bases biológicas de las enfermedades mentales, en el camino que va desde la secuencia del DNA a su transcripción en la expresión genética, traslación de

proteínas, interacciones celulares: la “Microfisiología” ––> la estructura cerebral, neurotransmisión, neurofisiología: la “Macrofisiología” ––> el funcionamiento cerebral: procesamiento de información, atención, cognición ––> la Enfermedad mental: el fenotipo clínico, el diagnóstico. Para ello debemos partir por el camino inverso de la psicopatología y la clínica. Que nos permita llegar a endofenotipos (Gottesman y Shields, 1973): fenotipos internos que pueden descubrirse por un test bioquímico o neurofisiológico o neurocognitivo. Y para ello necesitamos la agudeza clínica que permita perfilar el elemento más útil para la investigación, que en un caso puede ser el fenotipo o diagnóstico clínico de enfermedad, en otro el síndrome como dimensión, y en otro incluso un síntoma. Más claros y distintos, y por otro lado –como pedía Kretschmer a la psicopatología– viendo no sólo la separación entre ellos sino también sus relaciones. A todo esto apunta el trabajo psicopatológico y clínico que el Dr. Mario Vidal ha sostenido consistentemente y con talento por largos años. Y que nos entrega con generosidad y sencillez en este libro.

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