Psicoterapia en Mexico y suplantacion profesional

July 3, 2017 | Autor: Alejandro Ramirez | Categoría: Gestalt Therapy, Psicología, Gestalt Terapia
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Descripción

Reflexiones sobre la Psicoterapia en México y la suplantación profesional

Mtro. Alejandro Vera Ramírez y Mtra. Guadalupe Covarrubias de la Torre
Agosto del 2015.

En la actualidad es muy amplio el abanico de profesionistas a los que se lanza la oferta educativa de las psicoterapias, pues se ha generalizado prácticamente en escuelas, institutos y universidades, el acceso a persona con cualquier licenciatura (administración, veterinaria, contaduría, ingenierías etc., incluso se dan las admisiones sin la exigencia de contar con estudios de licenciatura). Lo que redunda en un movimiento del desarrollo de la psicoterapia, sin exigencias científicas y en algunos casos, francamente en oposición de la misma, argumentando fundamentaciones filosóficas ambiguas y posicionamientos metafísicos.
En México, estas escuelas que identificamos como "filosóficas" ofrecieron inicial y predominantemente, una formación sin reconocimiento oficial, basándose en la transmisión clásica de la relación maestro-alumno propia de la tradición, lo que motivo a filósofos profesionales y personas interesadas en este campo de las humanidades, a formarse en la psicoterapia. Estos grupos fueron incluyendo la presencia de médicos con interés en la salud mental, a trabajadores sociales en contacto con instituciones de salud y a sexólogos que requerían recursos psicoterapéuticos para sus intervenciones. Aún hoy este es un perfil de los buscadores de estos conocimientos.
También la historia reciente nos muestra que estas escuelas con formato filosófico, fueron impulsadas por el neoliberalismo, y por este componente de sus grupos de aprendizaje, --la rama de salud mental: psicólogos, médicos y psiquiatras-- a validar sus propuestas formativas, a nivel académico. En nuestra región, este registro oficial ocurrió a partir de los años 90´s del siglo pasado, en que se vuelve posible contar con lo que en México se denomina REVOE -Registro de Validez Oficial de Estudios-. Aun con el avance que esto significo en la profesionalización de la psicoterapia, el poseer un grado de Maestría en Psicoterapia, al incluirse en los propósitos de la educación superior en el país, este sometimiento a la supervisión oficial, no elimino las carencias científicas y la degeneración política del sistema en general parece haber fomentado, con el otorgamiento discrecional de Revoes, un mercado de "licencias para comerciar con el conocimiento".
Quizás por ello notamos que solo los empresarios más pudientes de la psicoterapia, son quienes pudieron invertir recursos económicos y relaciones gubernamentales, para tramitar ante la Secretaria de Educación, este registro de validez, por lo que no es extraño confirmar la presencia de abogados, médicos y profesores, como titulares de instituciones formativas en psicoterapia. Este movimiento mercantil ha crecido en la actualidad, pues contando ya con estos REVOES, (que requieren en su mayoria del influyentismo, gracias a la decadencia que el sistema político mexicano vive), se motivan a crear incluso, sus propias "universidades" por enfoque, y según informes circulando en las redes sociales, en el mundo neoliberal esto no es extraño, pues se facilita tanto esta superficialidad, que se admiten en otros países hasta "universidades internacionales de yoga de la risa", que certifican el uso de la "técnica de reír". Se confunden en este sistema las marcas registradas con el título de conocimiento universal, como sucede en el caso del alemán que tiene su propia "Scientia", o de enseñanzas psicológicas pretendidas humanistas que han olvidado al propio Carl Rogers como investigador científico.

La suplantación profesional y la responsabilidad de educar al usuario

En este contexto de la formación profesional de los psicoterapeutas es que podemos ver en el mercado a postores ofreciendo técnicas o conocimientos especializados para formar psicólogos o psicoterapeutas a población abierta, sin los contextos educativos requeridos para comprenderlos, con tal de hacer negocio con la ignorancia y la ingenuidad.
No faltan los postores e impostores que se posicionan negando y despreciando el conocimiento y formación académica y científica, argumentando incoherentes explicaciones filosóficas que llaman "espirituales", como si lo espiritual fuera enemigo de la verdad objetiva y el sentido común. Entonces se hace posible que cualquier charlatán seductor, cualquier producto de la alienación social se venda como un ser superior a cualquier profesional de la salud mental. Podemos ver mendigar a los psicólogos profesionales con precios ridículos e indignos para su trabajo especializado, mientras los "iluminados" de la autoayuda, se llevan carretadas de monedas a sus cuentas "legalmente constituidas ante hacienda".
Y qué decir del problema de la banalización del uso del arte para sanar, que cada vez es más claro en la investigación psicológica, como un recurso valiosísimo para una humanización integral, amorosa y consciente. El problema es su banalización, cuando el psicólogo o psicoterapeuta principiante, empieza a anhelar salir al público a revelar lo que pertenece a lo íntimo y privado de la consulta, mientras se conduce en la comunicación como un personaje más de la farándula y el espectáculo superficial de los medios de comunicación masiva. Otra cara denigrante de lo mismo, es la presencia de actores y artistas "estrellas" que actúan el papel de "santos milagrosos", "terapeutas místicos", "psicólogos de la calle salva neuróticos", actuando de psicomagos y psicochamanes televisivos.
Nos llaman la atención también aquellos que por impartir técnicas de las artes plásticas, la danza, o la literatura, por ejemplo, suelen escuchar y "descubrir" que sus alumnos son personas complejas con inteligencias corporales, emocionales y cognitivas, y que como notan que se "mejoran" catárticamente de sus inquietudes subjetivas, ya se sienten estos pseudoartistas, con el poder de llamarse "Arteterapeutas", sobre todo en escenarios donde capturan a los niños o adultos interesados en su creatividad y les aplican técnicas de "niño herido", "de respiración consciente" o de "inteligencia emocional", ahorrándose el trabajo de formarse realmente como psicólogos, pues les llevaría varios años conseguirlo y además ser psicoterapeutas les implicaría otros más; todo eso, adicionalmente a aprender y practicar una disciplina artística.
Seguramente los impostores de la psicoterapia suelen argüir haber asistido a un taller o curso ofrecido por colegas irreflexivos que confunden su necesidad de mantenimiento con el trabajo respetuoso y delicado con el alma humana, suplantando la importante formación para el trabajo clínico, sobre todo en situaciones de grave afectación de la salud mental, que está presente en la formación de la licenciatura en psicología, pues uno de los insumos a que tiene acceso un psicólogo es la investigación científica en la salud mental. Y no sólo para informarse, sino para desde la metodología científica generar nuevos conocimientos.
Luego entonces hacer con el público y los usuarios, espectáculos al servicio de un bien comercial, es un asunto en que podríamos reflexionar abiertamente quienes tenemos esta vocación de servicio clínico profesional, para alertar no solo a los colegas sino a la población en general, de estas tentaciones en las que lamentablemente he visto caer a un grupo importante de psicólogos y psicoterapeutas. Promover los derechos del usuario de servicios de salud mental implica mostrar públicamente su grado académico, lo que devela su institución de origen y su responsabilidad social.
Dicen que es el hambre lo que saca es el amor por la ventana. En el ejercicio de la psicología y particularmente de la psicoterapia, que se ubican tradicionalmente como profesiones independientes, existen discriminaciones y omisiones profesionales que además han de lidiar con estas competencias desleales de usurpación profesional. El contexto sociopolítico nos arrastra al hambre y la perdida de la dignidad. Veo rogando a los colegas para que les lleguen clientes dispuestos a pagarles mensualmente, cuando menos la mitad de lo que invierten en tiempo aire para su celular. Cuando esta población enfrenta la realidad de ponerse en manos de un profesional, aún debe este justificar porque cobra lo justo para vivir de su profesión. Y luego, si tienen experiencia de haber participado en algún taller de "desarrollo humano", notamos que ya pasaron por "renacimientos", que ya han encontrado su "animal de poder", que conocen su "eneatipo", que ya "trabajaron" su sombra, su niño herido, que ya se "re-programaron", "movieron su sistema", "resolvieron su relación" edípica con papa o mama y ya usaron "el cojín vacío", etcétera, ¡y sin seguir un proceso psicoterapéutico¡. Pero más grave nos parece cuando estas "técnicas y herramientas" fueron aplicadas en un "curso" de 4-5 horas, a un precio con el que podrían comprarse 2 kilos de carne.
Si, también se lo debemos a la miseria económica y moral del país, y también a la impostura que lamentablemente ejercen estos personajes ajenos al esfuerzo formativo que implica prepararse en el campo de la salud mental. Pero es lamentable que también a los colegas psicoterapeutas que con la mano en la cintura creen que aliarse a la discriminación profesional contra la ciencia de la psicología, le hacen un favor a los usuarios.
Recordemos que también es un asunto de contextos sistémicos contra la propia profesionalización. Los psicólogos afortunados de tener trabajo en los centros educativos, de salud y en las empresas, pueden en nuestro país, como mano de obra a destajo, permiten que se les pague menos que a un obrero calificado, que a un comerciante de abarrotes o que a un funcionario municipal (esos que suelen conseguir puestos de "jefes" apenas con preparatoria o falsas licenciaturas). Para no abundar, evitemos la vergüenza de revelar aquí, cuanto reciben por hora la mayoría de los docentes de los institutos formativos de postgrado, incluidos por supuesto, los del ámbito educativo particular.
Para nuestra desilusión, no es un asunto excepcional que en México se presente esto en la psicoterapia gestalt; enfoque en el que nos hemos formado. Pues tenemos, como en la mayoría de los enfoques, a personas que se dicen "gestálticos", y revelan una pseudo-formación justificada mayormente en la tradición psicoterapéutica filosófica (en donde puede corroborarse que en su formación curricular es evidente la carencia de un sustento psicológico y científico) y que están ofreciéndose al mercado con servicios que confunden la terapia, el esoterismo, la gimnasia y la ideologizacion cuasi sectaria; promoviendo agresivamente que no importan "los libros", "ni las formaciones académicas", ni "las experiencias curriculares previas", pues eso no asegura contar con la sabiduría y su buen corazón. Creer que "cualquiera puede ser sabio y sanar a los demás", resulta muy claro después de recibir tu consabido lavado de cerebro. Por su puesto que cada uno elige.
En el aprendizaje y práctica de la psicoterapia gestalt actual en México, existe una tradición cuyo posicionamiento y origen formativo también es predominantemente filosófico. Es el caso de formaciones en gestalt, en el ámbito de la educación particular, que están basadas principalmente en el seguimiento de la figura de un fundador o fundadores de "escuela". Este elemento era congruente con la tradición filosófica premoderna y que identifica en su historia a los grandes maestros y sus alumnos-seguidores. Aun y cuando la gestalt tiene fundamentos filosóficos definidos en el existencialismo del siglo XX, su antecedente profesional más fuerte es el contexto profesional científico de la época. Creo que por ello la tradición filosófica se ha mostrado oportunista en su intervención en la gestalt post-Perls, pues ha ido pasando de una tradición no religiosa, a la secularización en la psicoterapia de posturas abiertamente religiosas como la filosofía judía sionista (Buber), la sufí (el eneagrama latinoamericano de Claudio Naranjo), y por supuesto, principalmente en México, de la cristiana y católica (puede notarse en las bibliografías, la influencia del personalismo cristiano, con Mounier, Marcel, Maritain, Juan de la cruz, etc.). Si el ambiente formativo mexicano sigue su inercia, en la gestalt filosófica, no faltaran sectas específicas de las religiones, y escuelas esotéricas, proponiéndose filosóficamente una gestalt "a modo".
Al paso del tiempo puede olvidarse que esta raíz filosófica entendida como hoy parece derivarse del oportunismo mercantil, no era lo predominante en la primer gestalt de los Perls, que contaban con una formación profesional en la psicología de la clínica psicoterapéutica, esa que inauguraba en sus tiempos el psicoanálisis y que además, ambos eran participes de la psicología gestalt alemana (basta revisar la biografía y contexto de los creadores del enfoque, y aun de sus primeros seguidores en Europa y Estados Unidos, para reconocer sus antecedentes clínicos, entonces validados en la psiquiatría y en la investigación experimental).
Los personajes locales en México, que se autopostularon gestaltistas en esos tiempos de formación de institutos, conjuntaron básicamente el interés de grupos de psicólogos que ya simpatizaban y ejercían con el estilo de trabajo clínico desde el humanismo americano, y fueron quienes con el tiempo tuvieron la necesidad de validar esta tradición de trabajo psicoterapéutico, con estándares que ya aparecían en el imperio norteamericano de postguerra. Por ello puede reconocerse la necesidad de los primeros maestros, de asumir la postura existencial-humanística implícita en el trabajo de los creadores originales del enfoque gestáltico: Fritz y Laura Perls, y el de algunos de sus colaboradores históricos. La escuela gestáltica se disemino en una red de seguidores americanos y europeos, que poco a poco se fue relegando la memoria e importancia del desarrollo de la experimentación e investigación clínica, predominando posturas particulares en coherencia con sus creencias religiosas y hasta "a-teóricas".
Otra rama formativa de la Gestalt (que no depende sólo de la geografía física, como plantean los franceses Ginger y Ginger) es la tradición de una psicoterapia gestalt clínica científica, con una tradición de fondo asentada en la psicología académica y la aplicación de los diversos enfoques históricos de la psicoterapia.
En esta visión de la gestalt, aparecen experiencias e intentos de formación de psicoterapeutas sostenidos en los desarrollos comprehensivos de la psicología estructural, como lo fue históricamente la psicología de la gestalt alemana con sus investigaciones sobre la percepción, y en esa tradición respeta el conocimiento científico básico de la psicología actual (que incluye los avances de las neurociencias, la psicología social, las ciencias de la educación, etc.) que permite la incorporación al enfoque gestáltico, de recursos probados a nivel empírico en la psicología clínica no dogmática, y en el avance no doctrinario de los enfoques clínicos diversos, ya se denominen psicoanalíticos, cognitivos, sistémicos, narrativos, etc. dejando atrás actitudes dogmáticas anticientíficas. Por ejemplo, a esta rama formativa, nos parece que se dedicó el maestro español Celedonio Castanedo, uno de los gestaltistas en español que más ha influenciado por sus publicaciones de investigación humanística, el interés serio por la gestalt en el ámbito académico mexicano. Son aún pocos los ejemplos de quienes desde las trincheras universitarias mexicanas han posicionado a la psicoterapia gestalt como un recurso válido para considerar en la formación clínica del psicólogo, y a ellos les debemos su reconocimiento como enfoque en los programas de las más importantes universidades de México. También en nuestro país, se ha generado cuando menos un instituto de psicoterapia gestalt que ofrecen formación de maestría sólo para psicólogos.
Por supuesto que en esta descripción breve, podríamos caer en un maniqueísmo de filosofía vs ciencia, o religión vs ateísmo. Visión dilemática y artificial, por supuesto que muy poco gestáltica y menos científica. No sólo la ciencia y menos aquella ciencia prisionera de las condiciones socioculturales de engaño y explotación de nuestro sistema económico y político, puede agenciarse la verdad, como pretendía el cientificismo. Tampoco eso justifica olvidar y relegar la dimensión objetiva del conocimiento planetario y sus avances sustentados en evidencias abiertas sometidas a la comprobación y refutación critica. Tampoco se trata sólo de producir actitudes proselitistas e ideológicas de trasfondo religioso mimetizados en filosofías acríticas. Por nuestra parte nos adherimos a la construcción de vías integrativas y de reflexión crítica al respecto, pues lo que ocurre en el campo del conocimiento y del uso de los saberes, rebasa el plano de los efectos que describimos en el mercado profesional local, pues comprender esta complejidad requiere incluir factores histórico-sociales que ninguna ciencia, ni filosofía, ni arte, por si solos han podido reducir.
Desde esta visión compleja es que cuando menos la Gestalt Integral Autocreadora para la que reflexionamos, considera a la psicoterapia como un campo profesional que respeta, reconoce e integra la ciencia, la filosofía y el arte, al servicio del desarrollo humano y en particular de su conciencia amorosa, lo que provee equilibrios creadores y salud psicológica actualizante. Es en esta visión que dirigimos la impartición de conocimiento psicológico y psicoterapéutico pensando en el público adecuado para cada caso. En la asociación civil en la que ahora participamos, y aun cuando no contamos con Revoes para formar a nivel maestría o doctorado en psicoterapia (que por el nivel de los requerimientos de investigación científica que implican, nos parecen un asunto mucho más profundo y delicado), ya trabajamos en la impartición de conocimiento especializado de la psicoterapia infantil, con el diplomado de ludoterapia autocreadora, que solo promovemos para psicólogos y psicoterapeutas. Nos interesan los esfuerzos integradores y reflexivos por ello hemos participado en Asociaciones Nacionales tanto de psicología como de psicoterapia gestalt, llevando en lo posible estas reflexiones sin invalidar la acción concreta y particular de los institutos, pero marcando nuestra posición cuando ello es posible.
Estas reflexiones nos guían también cuando impartimos entrenamientos en técnicas o enfoques específicos (como las intervenciones sistémicas, o la arteterapia) en la idea de mantener esa coherencia formativa. Estas decisiones les han parecido una confrontación a algunos de nuestros colegas gestaltistas; e incluso parece una animadversión con los poderosos institutos que manejan la formación de postgrado en gestalt en México. Ni queremos, ni podríamos competir económica, o políticamente con ellos. Hemos colaborado y podemos colaborar con algunos de ellos, pero sin dejar atrás la postura epistemológica y ética profesional asumida desde estos contextos reflexivos. Se entenderá quizás ahora la razón de que elaboramos talleres, cursos y diplomados exclusivos para psicólogos y psicoterapeutas, que no tienen los mismos contenidos, ni técnicas de experiencia, que los requeridos para los docentes, o para otros profesionales. De ningún modo somos nadie para regular otras formas de actuar al respecto, y que como bien nos señalan, son "legales".
Otro capítulo en estas reflexiones tiene que ver con cómo usamos el conocimiento psicológico y psicoterapéutico para el desarrollo humano y la colaboración con la salud mental, pues esta concepción también alcanza el tema del conocimiento aplicado y el servicio a la población abierta. Por ello también estudiamos y evaluamos que lo que impartimos como servicios de intervención y educación no formal, sea apropiado al grupo de edad, haciendo uso del conocimiento del desarrollo psicológico humano. Por supuesto que sabemos que estos criterios van contra corriente y sobre todo no parecen adecuados en el sentido de expansión comercial. Para nosotros implican razones de fondo con la congruencia e identidad profesional que construimos como psicólogos y psicoterapeutas integrales.

Para cerrar por ahora:

Nuestra formación como psicólogos es profesional y por ello con fundamentos científicos. Nuestra formación como psicoterapeuta tiene como fuente principal la tradición gestalt filosófica, de fondo existencial-humanístico que se complementa con participación en cursos de psicoterapia con otros enfoques y con tradición científica en la investigación. En lo personal, el maestro Alejandro Vera practica el dibujo y la pintura desde hace más de 30 años. Como pueden notar, escribimos por gusto y elegimos un camino integral como visión profesional y personal. Buscamos abrazar en nuestro propio camino todos nuestros recursos, en la congruencia de que la historia humana muestra que lo importante es vivir con lealtad a nuestro origen y lealtad al cambio permanente que significa nuestro destino. Desde esta posición, tenemos la paciencia para esperar a las personas adecuadas para compartirles lo que tenemos de experiencia en este caminar.
Y para el hambre, recordamos lo que el escritor Hermann Hesse pone en voz de su personaje Siddhartha: "se pensar, se esperar, se ayunar".

Bienvenidos a un nuevo tramo en esta senda reflexiva existencial.


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