Propuestas para la Arqueología

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NUESTROS CLÁSICOS Presentación de la Serie

Hacer declaraciones escritas en la apertura de una serie, prologar o introducir un libro lleva implícito el compromiso de referir un testimonio que permanece y se dimensiona en la sincronía de un hecho que el tiempo habrá de remontar enormemente. Una inaugural declaración de principios debe pues asumir el papel de umbral propicio para ese gran torrente en que habrá de convertirse una labor colectiva de discusión académica. La mayor riqueza de cualquier institución de educación superior es, sin lugar a dudas, su personal académico; el conjunto de quienes, día a día entretejen las relaciones funcionales entre los planes y programas, los recursos institucionales y el proceso formativo de nuestros estudiantes. El personal académico de la Escuela Nacional de Antropología e Historia es, por mucho, ese conjunto siempre activo de agentes trasmisores, multiplicadores y transformadores del pensamiento antropológico e histórico de nuestro devenir como disciplina y fortaleza incuestionable de nuestra continuidad generacional. La labor de nuestros maestros sobrepasa por mucho sus propias vidas y permanece como testimonio en cada uno de sus alumnos y todos quienes hayamos tenido el privilegio de ser depositarios de sus conocimientos, experiencias y formas de abordar la realidad. Esa ancestral forma de trasmisión se materializa en los documentos y legados documentales que convierten a la cátedra en incontenible acción recurrente de transformación. En la cotidianidad, la labor de nuestros profesores ocasionalmente queda impresa en la efímera secuencia de discursos que fugazmente se exponen en el pizarrón y son borrados para nunca volver a aparecer de la misma manera, algo allí se ha perdido; en ocasiones, el programa de trabajo de cada curso y sus fuentes bibliográficas se refieren a una temática específica donde el profesor es una ventana particular a esa problemática de investigación y no propiamente la materia de su labor central. Por ello consideramos imprescindible generar el espacio donde nuestros docentes, con mayor tiempo acumulado, cuenten con la oportunidad de trasmitir ese documento nunca antes publicado, o bien la serie de notas que quizá permanecen en el cajón del escritorio, la ponencia entregada y jamás publicada o el contenido de un cartapacio traspapelado entre viejas fotocopias que sería bueno dar a conocer. En alguna ocasión un estudiante me refería: “…me encanta venir a clases a la ENAH porque por aquí, por estos pasillos, deambulan ‘leyendas vivientes’”, refiriéndose a los profesores activos que disfrutan de un gran reconocimiento en nuestras disciplinas; dejar en la anécdota los discursos de nuestros docentes o confinar la cátedra a las ocasionalmente inasequibles notas de clase, es un recurso prescriptible en corto plazo.

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A propósito de las siete décadas de fundación de la ENAH y en reconocimiento de esa joven mayoría de edad, hemos promovido la apertura de la Serie “Nuestros Clásicos”, resultado de un enorme esfuerzo editorial e institucional, no solamente por la labor de negociación de recursos adicionales a nuestras, bastante escasas, partidas presupuestales para publicaciones; sino primordialmente por la necesaria convocatoria que habrá de incorporar con cada día, a más y más profesores de investigación científica y docencia adscritos a la Escuela Nacional de Antropología e Historia. “Nuestros Clásicos” es un espacio alternativo a las posibilidades que, en materia de publicaciones, otorga el propio Instituto Nacional de Antropología e Historia y un instrumento propicio para reforzar el proceso enseñanza-aprendizaje, la identificación de competencias y el estímulo de las habilidades de nuestros estudiantes. Más allá de las ediciones con patrocinio de terceros, la pertenencia a Programas de Posgrado o Cuerpos Académicos, esta serie igualmente aspira a remontar la componente informativa para insertarse puntualmente en el proceso de formación de profesionales libres, críticos y dispuestos a enfrentar los desafíos que conlleva el ejercicio de todas y cada una de las ramas de la antropología en nuestro país. Un número significativo de colegas docentes e investigadores de la ENAH han acogido esta idea en forma por demás entusiasta, estoy seguro que sus contribuciones harán de esta serie la herramienta necesaria para el renuevo de ideas y contribuciones disciplinarias, donde resaltar o poner de relieve la actividad del personal académico de la ENAH es tan sólo un buen comienzo; los intereses superiores de la Escuela Nacional de Antropología e Historia descansan y se activan en los sólidos discursos de los miembros de su personal académico. Para concluir, alguna ocasión me permití afirmar: “La antropología mexicana es pionera en el planeta y es también la mejor de todas en habla hispana; la antropología mexicana ha surgido de la ENAH, ha emergido de sus aulas, de sus voces y también de sus silencios…”. Remontar los silencios será una espléndida y renovada oportunidad para dialogar a través de “Nuestros Clásicos”. Alejandro Villalobos Pérez Director ENAH; 2008-2011

NOTA IMPORTANTE: Esta presentación original fue suplantada por la del siguiente director de la ENAH (cuyo nombre omitimos por razones obvias), la hemos recuperado aquí con el solo objeto de darle a conocer. AV. 2014.

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