Promesas de un cambio de paradigma en educación

Promesas de un cambio de paradigma en educación *
Autores como Sir Ken Robinson (2010) auguran un cambio de paradigma en educación, el primero desde que ésta existe institucionalmente, hace unos tres siglos, con el que se pretendería reemplazar el único paradigma de educación que se conoce.
Un agente que está propiciando este cambio de paradigma en educación es la tecnología de la información, porque hace que la naturaleza de los actos educativos cambie, dejando de ser predominantemente analógica y pasando a ser predominantemente digital.
El carácter digital de la tecnología de la información en educación se nota en aspectos como la virtualidad, en contraposición a la presencialidad, cuyo carácter es analógico. Una educación más virtual, mitiga o conjura ciertos fenómenos inherentes a una educación más presencial, que han sido históricamente indeseados por su potencial nocividad pero virtualmente ineludibles en el paradigma de educación imperante.
Uno de estos fenómenos tiene que ver con la dinámica de grupo, porque la virtualidad hace menos notorias, o virtualmente imperceptibles, las diferencias entre ritmos de aprendizaje y rendimientos académicos, así como las diferencias culturales, sociales y económicas de quienes hacen un mismo curso, lo que evita que se ejerzan las influencias entre pares y las presiones de grupo características de la presencialidad, que tienden a homogeneizar los grupos impidiendo que sobresalgan las diferencias individuales.
Otro fenómeno está relacionado con el proceso enseñanza – aprendizaje. En la presencialidad se creó la costumbre de que el estudiante estudia sólo aquello que el profesor presenta en clase porque es lo que se evalúa. Tanto uno como otro se volvieron dependientes de los temas para justificar su trabajo: el profesor demostrando mediante las clases que ha dictado los temas de un plan de estudios y el estudiante demostrando mediante los exámenes que ha conocido los temas de dicho plan de estudios. En la virtualidad la información está a disposición todas las veces que se requiera, por lo que el proceso enseñanza – aprendizaje no está supeditado a encuentros entre profesor y estudiante, o a ciertos contenidos. Los cursos virtuales, aun cuando también consisten en planes de estudio y hacen parte de estos, posibilitan el estudio de otros temas relacionados con los que tratan, que quedan a discreción de quien hace el curso.
Y otro fenómeno se refiere a la relación profesor – estudiante, porque en la virtualidad su relación se desenvuelve a través de los medios de comunicación, creando vínculos y afectos libres de problemas de convivencia que son característicos en la presencialidad. La relación entre profesor y estudiante es la necesaria y suficiente para el desarrollo efectivo del trabajo que es de mutuo interés: el estudio. La educación virtual no desperdicia recursos, como el tiempo, en resolver problemas de convivencia que afectan las relaciones interpersonales, como sí ocurre en la educación presencial.
El cambio de paradigma en educación propiciado por la tecnología de la información prometería resolver algunos de los problemas más complicados que surgieron con la aparición de la educación institucionalizada, y esto lo haría sólo con cambiar la naturaleza del acto educativo, haciéndolo menos analógico y más digital.
REFERENCIAS
Cambiando paradigmas. Traducción del original: Changing paradigms. (2010). En You Tube. Recuperado de http://www.youtube.com/watch?v=Z78aaeJR8no
* Ricardo Cuervo, psicólogo especialista en educación y desarrollo humano.