Prevalencia y factores de vulnerabilidad y protección de la victimización sexual en la relaciones con los iguales en las mujeres Universitarias Españolas

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Descripción

Child Abuse & Neglect 30 (2006) 799–814

Prevalencia y factores de vulnerabilidad y protecci´on de la victimizaci´on sexual en la relaciones con los iguales en las mujeres Universitarias Espa˜nolas Antonio Fuertes a,∗ , Maribel Ramos a , Jos´e Luis Mart´ınez a , David L´opez b , Carmen Tabernero c a

Departamento de Psicolog´ıa Evolutiva y de la Educaci´on. Universidad de Salamanca, Avda. de la Merced 109-131, C:P. 37005, Salamanca, Espa˜na b Departamento de Personalidad, Evaluaci´on y Tratamientos Psicol´ogicos, Universidad de Salamanca, Salamanca, Espa˜na c Departamento de Educaci´on, Universidad de C´ordoba, C´ordoba, Espa˜na

Received 8 July 2004; received in revised form 18 April 2005; accepted 20 January 2006

Abstract English language abstract not available at time of publication. © 2006 Elsevier Ltd. All rights reserved.

La coerci´on y las agresiones sexuales entre j´ovenes y adolescentes est´an comenzando a ser reconocidas como un serio problema que afrontamos en la actualidad, debido a los claros efectos traum´aticos producidos en las v´ıctimas y la recientemente demostrada magnitud del problema. En las u´ ltimas dos d´ecadas comienzan a realizarse los primeros estudios encaminados a determinar la incidencia y prevalencia de este tipo de agresiones, mostrando que, de hecho, la prevalencia de la victimizaci´on sexual es bastante m´as elevada entre las chicas j´ovenes y adolescentes que en la poblaci´on en general, observ´andose que generalmente este tipo de situaciones se producir´ıan entre conocidos (Koss, Dinero, Siebel, y Cox, 1988; Koss, Gidycz, y Wisniewski, 1987; Muehlenhard y Linton, 1987). En este ∗

Corresponding author.

0145-2134/$ – see front matter © 2006 Elsevier Ltd. All rights reserved. doi:10.1016/j.chiabu.2006.06.002

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sentido, los distintos trabajos realizados en pa´ıses como Estados Unidos, Canad´a, Alemania, Suecia y Nueva Zelanda se˜nalan unos ´ındices de prevalencia que oscilan entre un 12% y un 83% (Frintner y Rubinson, 1993; Gavey, 1991; Himelein, Vogel, y Wachowiack, 1994; Krah´e, 1998; Lottes y Wienberg, 1997; Rhynard y Krebs, 1997). En nuestro pa´ıs, tanto el estudio de Sipsma, Carrobles, Montorio, y Everaerd (2000), como los datos preliminares de un estudio realizado en la Universidad de Salamanca por nosotros mismos, nos hablan tambi´en de una prevalencia de alg´un tipo de victimizaci´on sexual no inferior al 30% (Ramos, 2003). Es evidente que en todos estos casos la responsabilidad del comportamiento coercitivo o agresivo es del hombre que lleva a cabo dicho comportamiento, y ello hace necesario conocer los factores de riesgo implicados en e´ ste. Sin embargo, una mayor discusi´on y discrepancias existen entorno a la posible existencia de factores de vulnerabilidad o de protecci´on en relaci´on con la victimizaci´on en la mujer, el objeto de estudio que nos planteamos en este trabajo. En este sentido, uno de los hallazgos m´as consistentes en la documentaci´on sobre el tema es la asociaci´on existente entre el hecho de haber sido objeto de abusos o agresiones sexuales en la infancia o adolescencia y la posterior revictimizaci´on (Gidycz, Coble, Latham, y Layman, 1993; Himelein, 1995; Himelein et al., 1994; Koss y Dinero, 1989; Testa y Dermen, 1999; Wyatt, Guthrie, y Notgrass, 1992), si bien esta asociaci´on no ha podido ser encontrada en algunos otros estudios (Banyard, Arnold, y Smith, 2000; Kalof, 2000). Igualmente, son numerosos los estudios que nos hablan acerca de la relaci´on entre el uso del alcohol, as´ı como las expectativas que se generan entorno a e´ l y las mayores posibilidades de victimizaci´on sexual (Koss y Dinero, 1989; Muehlenhard y Linton, 1987; Testa y Dermen, 1999; Vogel y Himelein, 1990—citados por Himelein, 1995). Menos clara es la posible asociaci´on entre diferentes variables actitudinales y el riesgo de victimizaci´on sexual. As´ı, en algunas investigaciones se ha puesto de manifiesto la relaci´on entre el hecho de suscribir determinados mitos sobre las agresiones, la aceptaci´on de la violencia interpersonal o los roles de g´enero estereotipados y la victimizaci´on sexual (Burt, 1980; Muehlenhard y Linton, 1987; Murnen y Byrne, 1991; Sipsma et al., 2000; Vogel y Himelein, 1990—citados por Himelein, 1995). En otras, sin embargo, no se ha encontrado relaci´on entre diferentes factores actitudinales y la victimizaci´on sexual (Ageton, 1988; Amick y Calhoun, 1987; Himelein, 1995; Koss, 1985; Koss y Dinero, 1989). Por u´ ltimo, en el reciente trabajo de Kalof (2000), se muestra un asociaci´on positiva entre los roles de g´enero estereotipados y la victimizaci´on sexual, y una relaci´on negativa entre la aceptaci´on de los mitos acerca de la violaci´on y la vulnerabilidad a la coerci´on sexual. Respecto a posibles variables vinculadas a las habilidades y competencia social, los resultados tampoco aparecen como concluyentes. En este sentido, en algunas investigaciones se ha hallado una relaci´on negativa entre la asertividad y la victimizaci´on (Greene y Navarro, 1998; Myers, Templer, y Brown, 1984; Testa y Dermen, 1999; Vogel y Himelein, 1990—citados por Himelein, 1995). Sin embargo, en las investigaciones realizadas por Amick y Calhoun (1987), Koss (1985) o Himelein (1995), no se observ´o relaci´on alguna entre asertividad y victimizaci´on. En algunos otros trabajos se ha investigado el rol del locus de control, con resultados tambi´en dispares. Por ejemplo, Heath y Davidson (1988) hablan de una asociaci´on negativa entre un locus de control interno y la victimizaci´on, mientras que Synovitz y Byrne (1998) no hallan ninguna relaci´on entre ambas variables. Buena parte de las discrepancias existentes en relaci´on con estos temas puede derivar de la utilizaci´on de distintos grupos de poblaci´on, de las diferentes definiciones y tipos de victimizaci´on considerados, as´ı como de los diversos m´etodos de medida. Por otro lado, hemos de tener en cuenta que la mayor parte de

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estas investigaciones no han empleado dise˜nos longitudinales, con lo cual las relaciones causa-efecto a menudo permanecen poco claras (Yeater y O’Donohue, 1999). En este sentido, consideramos necesario continuar profundizando en este campo de estudio, resolviendo algunas de las limitaciones de estos estudios y focaliz´andonos en los posibles factores que puedan jugar un papel de protecci´on o afrontamiento positivo en las mujeres, en relaci´on con diferentes situaciones de riesgo en las relaciones con los iguales, aspecto e´ ste que algunos autores consideran necesario para mejorar los programas de prevenci´on (Yeater y O’Donohue, 1999). Objetivos Con la presente investigaci´on pretendemos profundizar en el estudio de posibles factores de riesgo o de protecci´on de la coerci´on sexual en las relaciones con los iguales de mujeres j´ovenes y adolescentes. De forma m´as concreta nuestros objetivos ser´ıan: - Conocer la prevalencia de las mujeres que se han visto implicadas en diferentes situaciones de coerci´on y agresi´on sexual, con personas conocidas (novios, amigos, compa˜neros, . . .). - Comprobar en qu´e medida las creencias sobre las relaciones y la coerci´on sexual, los roles de g´enero, la susceptibilidad percibida, el consumo y las expectativas sobre el alcohol, pueden discriminar a las mujeres v´ıctimas y no v´ıctimas de diferentes tipos de coerci´on sexual, en las relaciones con los iguales. - Conocer la posible asociaci´on entre las expectativas de autoeficacia, la percepci´on de control y la asertividad, que las adolescentes y j´ovenes poseen en relaci´on con el afrontamiento de situaciones de riesgo espec´ıficas de coerci´on sexual, y el hecho de haberse visto implicadas en situaciones coercitivas, as´ı como la forma en que dichas situaciones finalizaron. Muestra Para solicitar la participaci´on de las chicas en el estudio se acudi´o a diferentes centros de la Universidad de Salamanca, de las ramas sanitarias y de humanidades. Dada la voluntariedad de la participaci´on y la necesidad de que las participantes se comprometieran en alg´un modo a colaborar en el segundo momento del estudio, hemos empleado un tipo de muestreo incidental, puesto que era la forma en que se pod´ıa garantizar la viabilidad del trabajo. De este modo, no es posible saber si la muestra es o no representativa de la misma y la generalizabilidad de los resultados es limitada. En el momento uno del estudio la muestra estuvo compuesta por 477 mujeres adolescentes y j´ovenes universitarias, comprendidas entre los 17 y los 25 a˜nos de edad (m = 20.1; d.t. = 2.16). En el segundo momento del estudio pudimos contactar de nuevo con 366 mujeres de las que hab´ıan participado en el primer momento del estudio. ˜ Diseno La investigaci´on que planteamos es de tipo cuasi-experimental y multivariado, ya que no manipulamos directamente las variables predictoras y utilizamos m´ultiples variables. En funci´on de los objetivos planteados utilizaremos un dise˜no longitudinal de seguimiento. Este dise˜no nos permite inferir las

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posibles relaciones causales entre las diferentes variables predictoras y las variables criterio. Evaluamos a las chicas en dos momentos temporales diferentes con un intervalo de seis meses. Mientras que en el primer momento de medida evaluamos todas las variables estudiadas, que se relacionan a continuaci´on, en el segundo momento u´ nicamente recogimos informaci´on sobre la variable criterio, esto es, la ocurrencia de episodios sexualmente coercitivos durante el intervalo de medida. Del mismo modo, debido a los objetivos que nos planteamos y a la naturaleza de las variables que pretendemos estudiar, el m´etodo utilizado ser´a el correlacional. Este m´etodo es el m´as frecuente en este tipo de investigaciones.

Variables Ideolog´ıa de g´enero extrema La ideolog´ıa de g´enero extrema ha sido definida por Hamburger, Hogben, McGowan, y Dawson (1996) como una serie de expectativas, tales como que los varones deben asumir ciertos riesgos y emplear la violencia cuando sea necesario y que las mujeres deben valorar las relaciones con los varones por encima de todo lo dem´as. Para valorar el grado de aceptaci´on de la ideolog´ıa de g´enero extrema se ha empleado la versi´on reducida de la Hypergender Ideology Scale (Hamburger et al., 1996), que consta de diecinueve ´ıtems. La fiabilidad de la escala resulta bastante aceptable, obteni´endose un α de Cronbach de .75. Creencias estereotipadas en torno a la sexualidad y coerci´on sexual Para valorar las creencias en torno a c´omo deben ser y c´omo son las relaciones interpersonales y sexuales entre las mujeres y los varones y los papeles que juegan cada uno de ellos en las mismas se ha empleado una adaptaci´on de la versi´on reducida de la Sexual Beliefs Scale (Muehlenhard y Felts, 1998). Para el presente trabajo, u´ nicamente se han evaluado cuatro de las cinco creencias plantadas en su origen: la creencia de que “las mujeres consideran excitante el empleo de la fuerza en las relaciones sexuales”; el hecho de “considerar justificado el empleo de la coerci´on cuando la mujer ha “provocado” al var´on”; la creencia de que “la mujer debe mostrar alg´un grado de resistencia ante los avances sexuales para no parecer “f´acil”; y las ideas acerca de si “la mujer tiene o no derecho a decir “no” o detener en cualquier momento una relaci´on sexual aunque ya ha comenzado.” Los ´ındices de fiabilidad oscilan entre .51 y .72. Asertividad en las relaciones heterosociales Entendida en este caso como el grado en que las chicas son capaces de comunicar y sentirse bien con claridad lo que desea o no desea en sus relaciones con los varones. Con el fin de evaluar la asertividad en las relaciones heterosociales se ha construido una escala, teniendo en cuenta otras ya existentes, tales como el Hubert Index of Sexual Assertiveness (Hulbert, 1998) o el Intimate Relationships Questionnaire (Yesmont, 1998). La escala est´a compuesta por seis items que eval´uan el comportamiento asertivo ante los varones tanto en situaciones meramente sociales como en situaciones con un contenido sexual. El formato de respuesta se corresponde con una escala tipo Likert

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de cinco puntos y operativizado en t´erminos de frecuencias. De esta forma, 1 se˜nala que nunca se lleva a cabo el tipo de comportamiento asertivo propuesto y 5 indica que en todas las ocasiones se pone en marcha la conducta asertiva. El an´alisis de fiabilidad se˜nala que la escala cuenta con una consistencia interna bastante aceptable, con un α de Cronbach de .70. Susceptibilidad percibida frente a la coerci´on sexual En este caso se eval´ua en qu´e medida las participantes consideran que pueden verse implicadas en alguna situaci´on sexualmente coercitiva. Se ha considerado especialmente interesante evaluar tanto la susceptibilidad de forma general, como plantear distintas situaciones que podr´ıan acabar con un episodio de victimizaci´on, como por ejemplo evaluar la susceptibilidad cuando se est´a en una casa o habitaci´on a solas con un chico o si se ha iniciado alg´un tipo de actividad sexual de forma consentida. Para ello se ha construido una escala compuesta por ocho items, cuyo formato de respuesta se corresponde con una escala tipo Likert de cinco puntos, correspondi´endose el uno con una baja susceptibilidad y el cinco con una susceptibilidad mayor. La puntuaci´on final se ha obtenido calculando la media de puntuaciones. El α de Cronbach alcanza un .89. Percepci´on de control Con el objetivo de evaluar en qu´e medida las chicas consideran que mantener relaciones sexuales no deseadas despu´es de que un chico ejerza alg´un tipo de coerci´on, est´a fuera o no de su propio control se ha dise˜nado una escala compuesta por seis items a los que se responde en un formato tipo de Likert de cinco puntos. La escala se divide en dos subescalas: percepci´on de control interno y percepci´on de control externo, compuesta cada una de ellas por tres items. Del mismo modo que en el caso de la variable anterior, se ha considerado especialmente relevante plantear distintos escenarios de conducta y a partir de ellos evaluar la percepci´on de control. En este caso, los criterios fundamentales que distinguen las situaciones descritas se basan en el tipo de estrategia coercitiva puesta en marcha por el chico, esto es, si ha empleado la presi´on o el chantaje, la incitaci´on al consumo de alcohol u otras drogas o la amenaza o el uso efectivo de fuerza f´ısica. En todo caso, la puntuaci´on final para las dos subescalas se corresponde con la media de las puntuaciones. En el caso de la subescala de la percepci´on de control interno el ´ındice de fiabilidad se sit´ua en .77 y en .70 en el caso de la percepci´on de control externo. En ambos casos, una mayor puntuaci´on indica una mayor percepci´on de control del tipo que se eval´ue. Autoeficacia frente a la coerci´on Definida como la percepci´on que se posee sobre la capacidad para poner en marcha diferentes recursos eficaces ante situaciones coercitivas. Con el fin de evaluar en qu´e medida las participantes en el estudio se sienten capaces de poner en marcha distintas estrategias para intentar evitar que se produzca una relaci´on sexual no deseada se ha construido una escala compuesta por trece items. Del mismo modo que en el caso anterior, se han distinguido tres tipos de situaciones que se distinguen fundamentalmente por el tipo de estrategia coercitiva empleada por el var´on, esto es, la presi´on verbal o el chantaje, la incitaci´on del consumo de alcohol u otras drogas y la amenaza o uso efectivo de la fuerza f´ısica. El formato de respuesta

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se corresponde con una escala tipo Likert de cinco puntos. La puntuaci´on final se ha obtenido a trav´es del c´alculo de la media de las puntuaciones a los trece items, de tal forma que una mayor puntuaci´on indica una mayor autoeficacia. El α de Cronbach alcanza un .81. Expectativas en torno a las consecuencias del consumo de alcohol Siguiendo los planteamientos de Dermen y Cooper (1994a, 1994b), se ha desarrollado una escala con el fin de evaluar las creencias que las participantes en el estudio poseen en torno a las consecuencias que tiene el consumo de alcohol en las relaciones sociales y sexuales. Se han distinguido dos subescalas: expectativas en torno a las consecuencias positivas del consumo de alcohol en las relaciones sociales y sexuales y expectativas asociadas con las consecuencias negativas del consumo en el comportamiento. La primera de las subescalas est´a compuesta por diez items y la segunda por cuatro. En ambos casos, el formato de respuesta se corresponde con una escala tipo Likert de cinco puntos. La puntuaci´on final para cada una de las subescalas se ha obtenido calculando la media de las puntuaciones, de forma que una mayor puntuaci´on se˜nala una mayor aceptaci´on del tipo de expectativa evaluada. Los α de Cronbach alcanzan unas puntuaciones de .92 y .85, respectivamente. Experiencias de victimizaci´on sexual Tomando como referencia el Sexual Experience Survey (Koss y Gidycz, 1985), se ha dise˜nado una pregunta con la que evaluamos si las participantes en el estudio se han visto implicadas en alguna situaci´on en la que un var´on ha intentado mantener alg´un tipo de relaci´on sexual, ya sea costal como no costal, cuando ellas no lo deseaban empleando para ello alg´un tipo de estrategia coercitiva, ya sea utilizaci´on de la presi´on verbal, incitaci´on al consumo de alcohol u otras drogas o amenaza o uso efectivo de fuerza f´ısica, independientemente de que las relaciones sexuales no deseadas finalmente tuvieran lugar o no. Posteriormente, a aquellas chicas que afirmaban haberse visto implicadas en este tipo de situaciones, se les preguntaba si finalmente mantuvieron o no las relaciones sexuales no deseadas.

Resultados Victimizaci´on en el primer momento del estudio Un 30.9% de las mujeres de la muestra afirma haberse encontrado en, al menos, una situaci´on en la que un var´on conocido ha utilizado alguna estrategia coercitiva para mantener relaciones sexuales cuando ella no lo deseaba, independientemente de que las relaciones, finalmente, tuvieran o no lugar. De hecho, cuando se atiende a la frecuencia con que estas situaciones se han producido, los datos se˜nalan que un importante porcentaje de mujeres (64.8%) se habr´ıa encontrado en este tipo de situaciones en varias ocasiones. De las 145 mujeres que afirman haberse encontrado implicadas en estos episodios, un 48.3% finalmente mantuvo relaciones sexuales no deseadas en al menos en una ocasi´on. De nuevo, si se atiende a la frecuencia con la que se producen los episodios de victimizaci´on, los datos se˜nalan que m´as de la mitad de estas chicas (53.7%) se han encontrado en m´as de una de estas situaciones.

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Victimizaci´on sexual en el segundo momento del estudio Un 12% de las mujeres adolescentes y j´ovenes participantes en el estudio afirman haberse encontrado en, al menos, una situaci´on en la que un var´on conocido ha utilizado alguna estrategia coercitiva para mantener alg´un tipo de relaci´on sexual cuando ella no lo deseaba, independientemente de que las relaciones sexuales se produjeran finalmente o no, en los u´ ltimos seis meses. Un 31.8% de ellas informan que, efectivamente, las relaciones sexuales no deseadas se produjeron. Variables asociadas a la victimizaci´on sexual Primer momento del estudio: Diferencias entre las chicas que han sido v´ıctimas de alg´un intento de coerci´on sexual y las chicas que no lo han sido. Como puede verse en la Tabla 1, los an´alisis de diferencias de medias llevadas a cabo entre ambos grupos, muestran la existencia de diferencias significativas en dos Tabla 1 Diferencias de medias entre chicas implicadas y no implicadas en alg´un intento de coerci´on sexual en el primer momento de medida n

Medias

t

p

Atracci´on por la fuerza

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

1.45 1.52

−1.465

.144

Provocaci´on justifica la fuerza

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

1.21 1.21

.048

.962

Resistencia para no parecer “f´acil”

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

1.62 1.73

−2.056

.040

P´erdida del derecho al no

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

1.10 1.20

−2.562

.011

Ideolog´ıa de g´enero extrema

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

1.72 1.76

−.963

.336

Asertividad

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

3.43 3.44

−.053

.958

Susceptibilidad percibida

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

323 145

2.19 2.60

−4.717

.000

Percepci´on de control interno

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

323 145

3.67 3.66

.024

.981

Percepci´on de control externo

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 145

2.44 2.59

−1.622

.106

Autoeficacia

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

321 145

4.34 4.12

3.788

.000

Expectativas consumo de alcohol positivas

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

2.33 2.55

−2.419

.016

Expectativas consumo de alcohol negativas

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

324 145

3.10 2.85

2.222

.027

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de los mitos acerca de las relaciones sexuales, el que plantea que la mujer debe resistirse inicialmente a los avances sexuales para no parecer “f´acil” y el que considera que la mujer pierde el derecho a detener una interacci´on sexual una vez iniciada. Los resultados apuntan en la direcci´on de que chicas que no han sido v´ıctimas de ning´un intento de coerci´on sexual, suscribir´ıan en menor medida ambos mitos. Respecto a las variables cognitivo-conductuales, s´olo la susceptibilidad y la autoeficacia frente a la coerci´on sexual, diferencian significativamente a ambos grupos, de forma que aquellas que no han sido v´ıctimas de intentos de coerci´on se perciben como menos susceptibles, mientras que su grado de autoeficacia es significativamente mayor. Por u´ ltimo, las variables relacionadas con las expectativas acerca del uso del alcohol, difieren tambi´en de forma significativa en los dos grupos analizados. En este caso, las chicas que no han sido v´ıctimas de intentos de coerci´on tendr´ıan menos expectativas positivas y m´as expectativas negativas en relaci´on con el uso del alcohol. Diferencias entre las chicas en las que alguno de los intentos de conducta sexual coercitiva no se consum´o y aquellas en las que lleg´o a consumarse. En este caso, como podemos ver en la Tabla 2, ninguna de las variables estudiadas muestra diferencias significativas entre ambos grupos. Segundo momento del estudio Diferencias entre las chicas que han sido v´ıctimas de alg´un intento de coerci´on sexual y las chicas que no lo han sido en el segundo momento de medici´on, en las variables predictoras. Los resultados que podemos ver en al Tabla 3 nos indican que ninguna de las creencias y mitos discrimina significativamente entre ambos grupos, mientras que s´ı lo hacen algunas de las variables cognitivo-conductuales. Concretamente, la susceptibilidad, la autoeficacia y el control externo, discriminar´ıan significativamente a ambos grupos de manera que la susceptibilidad y la percepci´on de control externo son menores y la autoeficacia mayor en el grupo de chicas que no ha sufrido ning´un intento de conducta sexual coercitiva. Del mismo modo, las expectativas, tanto negativas como positivas, respecto a los efectos del alcohol, tambi´en discriminan significativamente a ambos grupos. En este caso de nuevo, en el grupo de las chicas no victimizadas, las expectativas positivas tienden a ser menores, mientras que las expectativas negativas se ven incrementadas de forma significativa. Finalmente, la prueba de Wilcoxon, realizada para analizar las posibles diferencias entre ambos grupos en funci´on de si en el primer momento de medida ya se hab´ıa producido o no alg´un tipo de victimizaci´on, nos indica que efectivamente el grupo de chicas que no hab´ıa sufrido ning´un intento de coerci´on previamente, tiene significativamente menos probabilidades de haber sido victimizada en el segundo momento (z = −6.12, n = 360, p < .0001). El hecho de que se hubiera o no consumado alguna de las conductas de coerci´on en el primer momento, tambi´en discrimina a estos grupos en el segundo momento (z = −2.68, n = 102, p < .01), de forma que las chicas en las que no se consum´o la conducta previamente, de forma m´as probable no se han visto implicadas en intentos de coerci´on posteriormente. Con objeto de analizar la importancia que podr´ıan tener las variables predictoras sobre el intento de victimizaci´on en el segundo momento, consideradas conjuntamente, hemos realizado un an´alisis de regresi´on log´ıstico por pasos, introduciendo las variables que en los an´alisis univariados ten´ıan un efecto significativo. Los resultados, que podemos ver en la Tabla 4, nos indican que la variable que por s´ı sola tiene un poder predictivo m´as importante son las expectativas positivas en torno al consumo de alcohol, a la que siguen, respectivamente, el hecho de haber sido v´ıctima de alg´un intento de victimizaci´on en el momento uno, la autoeficacia y la percepci´on de control externo. La direcci´on de las relaciones entre

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Tabla 2 Diferencias entre las chicas que mantuvieron la conducta sexual no deseada y las que no la mantuvieron en el primer momento de medida n

Medias

t

p

Atracci´on por la fuerza

No conducta S´ı conducta

74 69

1.43 1.61

−2.003

.047

Provocaci´on justifica la fuerza

No conducta S´ı conducta

74 69

1.17 1.25

−1.307

.194

Resistencia para no parecer “f´acil”

No conducta S´ı conducta

74 69

1.70 1.78

−.806

.421

P´erdida del derecho al no

No conducta S´ı conducta

74 69

1.23 1.18

.629

.531

Ideolog´ıa de g´enero extrema

No conducta S´ı conducta

74 69

1.73 1.81

−.905

.367

Asertividad

No conducta S´ı conducta

74 69

3.39 3.50

−1.150

.252

Susceptibilidad percibida

No conducta S´ı conducta

74 69

2.57 2.62

−.344

.731

Percepci´on de control interno

No conducta S´ı conducta

74 69

3.70 3.62

.453

.651

Percepci´on de control externo

No conducta S´ı conducta

74 69

2.59 2.60

−.078

.938

Autoeficacia

No conducta S´ı conducta

74 69

4.12 4.12

.021

.983

Expectativas consumo de alcohol positivas

No conducta S´ı conducta

74 69

2.43 2.67

−1.666

.098

Expectativas consumo de alcohol negativas

No conducta S´ı conducta

74 69

2.79 2.94

−.854

.394

estas variables es, l´ogicamente, la misma que observ´abamos en los an´alisis univariados, como se puede ver por el signo de B. Diferencias entre las chicas en las que se ha consumado alguna conducta sexual coercitiva y el grupo en las que hubo intento pero la conducta no lleg´o a consumarse. Como podemos ver en la Tabla 5, entre las creencias y mitos, la idea de que las mujeres deben mostrar alg´un grado de resistencia ante los avances sexuales para no parecer “f´acil,” discrimina a estos dos grupos de manera que dicha creencia es significativamente menor entre quienes no han sido v´ıctimas de alg´un comportamiento sexual coercitivo consumado. La autoeficacia, por su parte, es la u´ nica variable cognitivo-conductual que presenta una significaci´on residual y, finalmente, las expectativas negativas sobre los efectos del alcohol son significativamente mayores en el grupo de chicas en el que no se consum´o la conducta coercitiva. En este caso, las pruebas de Wilcoxon para analizar las posibles diferencias en funci´on de la victimizaci´on previa result´o significativa u´ nicamente para los intentos de coerci´on en el primer momento,

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Tabla 3 Diferencias de medias entre chicas implicadas y no implicadas en alg´un intento de coerci´on sexual en el segundo momento de medida n

Rango promedio

U

p

Atracci´on por la fuerza

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

182.49 190.86

6760.00

.614

Provocaci´on justifica la fuerza

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

183.59 182.82

7054.00

.958

Resistencia para no parecer “f´acil”

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

182.98 187.32

6916.00

.796

P´erdida del derecho al no

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

185.00 172.55

6602.00

.291

Ideolog´ıa de g´enero extrema

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

183.73 189.14

6836.00

.706

Asertividad

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

183.67 182.27

7030.00

.934

Susceptibilidad percibida

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

176.09 237.73

4698.00

.000

Percepci´on de control interno

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

320 44

184.85 165.41

6288.00

.246

Percepci´on de control externo

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

318 44

175.19 227.14

4988.00

.002

Autoeficacia

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

318 44

186.10 148.27

5534.00

.024

Expectativas consumo de alcohol positivas

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

175.77 240.05

4596.00

.000

Expectativas consumo de alcohol negativas

No victimizaci´on S´ı victimizaci´on

322 44

187.80 152.05

5700.00

.035

ya que las chicas que se encontraron en ellos tienen m´as probabilidades de haber sido v´ıctimas de alg´un tipo de conducta coercitiva en el segundo momento (z = −3.24, n = 44, p < .001). Del mismo modo que hicimos anteriormente, hemos realizado un an´alisis de regresi´on log´ıstico por pasos, introduciendo las variables que los an´alisis univariados ten´ıan un efecto significativo sobre el

Tabla 4 An´alisis de regresi´on log´ıstica sobre el intento de victimizaci´on en el segundo momento de medida

Autoeficacia Victimizaci´on primer momento Percepci´on de control externo Expectativas consumo de alcohol positivas

B

E.T.

Wald

g.l.

p

−.598 1.230 .502 .893

.284 .363 .200 .222

4.433 11.462 6.304 16.165

1 1 1 1

.035 .001 .012 .000

Exp(B) .550 3.420 1.652 2.442

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Tabla 5 Diferencias entre las chicas que mantuvieron la conducta sexual no deseada y las que no la mantuvieron en el segundo momento de medida n

Rango promedio

U

p

Atracci´on por la fuerza

No conducta S´ı conducta

30 14

24.23 18.79

158.00

.170

Provocaci´on justifica la fuerza

No conducta S´ı conducta

30 14

22.17 23.21

200.00

.769

Resistencia para no parecer “f´acil”

No conducta S´ı conducta

30 14

26.63 13.64

86.00

.001

P´erdida del derecho al no

No conducta S´ı conducta

30 14

22.57 22.36

208.00

.933

Ideolog´ıa de g´enero extrema

No conducta S´ı conducta

30 14

21.10 25.50

168.00

.289

Asertividad

No conducta S´ı conducta

30 14

24.37 18.50

154.00

.153

Susceptibilidad percibida

No conducta S´ı conducta

30 14

24.30 18.64

156.00

.173

Percepci´on de control interno

No conducta S´ı conducta

30 14

22.63 22.21

206.00

.919

Percepci´on de control externo

No conducta S´ı conducta

30 14

21.30 25.07

174.00

.359

Autoeficacia

No conducta S´ı conducta

30 14

25.03 17.07

134.00

.054

Expectativas consumo de alcohol positivas

No conducta S´ı conducta

30 14

22.50 22.50

210.00

1.000

Expectativas consumo de alcohol negativas

No conducta S´ı conducta

30 14

25.97 15.07

106.00

.009

hecho de que la conducta sexual no deseada tuviera o no lugar. Los resultados, que podemos ver en la Table 6, nos indican que la creencia de que la mujer ha de resistirse inicialmente a los avances sexuales y las expectativas negativas sobre el alcohol tienen un efecto significativo por s´ı mismas sobre la variable criterio. La autoeficacia, aunque de forma marginal, tambi´en puede contribuir a la explicaci´on de dicho criterio. Table 6 An´alisis de regresi´on log´ıstica sobre la ocurrencia de las relaciones sexuales son deseadas en el segundo momento del estudio

Autoeficacia Expectativas consumo de alcohol positivas Resistencia para no parecer “f´acil”

B

E.T.

Wald

g.l.

p

−1.997 −1.565 −3.759

1.164 .670 1.486

2.944 5.455 6.402

1 1 1

.086 .020 .011

Exp(B) .136 .209 .023

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Conclusiones Uno de los objetivos del presente trabajo era conocer la prevalencia e incidencia de la victimizaci´on sexual de mujeres adolescentes y j´ovenes universitarias, en nuestro contexto, por parte de sus iguales varones. Los resultados del presente trabajo no hacen otra cosa que confirmar la existencia de este tipo de problem´atica: un 30.9% de las mujeres que componen la muestra de este estudio afirma haberse visto implicada en alguna situaci´on sexualmente coercitiva con un var´on con el que mantiene una relaci´on de pareja, de amistad o al que acaba de conocer, en al menos una ocasi´on. Aproximadamente, en la mitad de las ocasiones las mujeres mantuvieron finalmente las relaciones sexuales no deseadas por la coerci´on ejercida por el var´on. Por otra parte, un 12% de las adolescentes y j´ovenes que participaron en el estudio afirm´o haberse visto implicada en un episodio sexualmente coercitivo durante los u´ ltimos seis meses. De ellas, un 31.8% finalmente habr´ıa mantenido las relaciones sexuales no deseadas. Cabe destacar, en cualquier caso, que los resultados observados en este trabajo difieren de los ´ındices de prevalencia de otras investigaciones si nos atenemos u´ nicamente a aquellos episodios que finalizaron con la ocurrencia de la conducta sexual no deseada (Himelein et al., 1994; Krah´e, 1998; Lottes y Weinberg, 1997; Rhynard y Krebs, 1997; Sipsma et al., 2000). Es probable que estas diferencias se puedan deber al tipo y forma de las cuestiones que se plantean en nuestro estudio, aunque tampoco podemos descartar que el contexto en que se ha llevado a cabo y algunas posibles diferencias en el estilo de vida marcadas por el hecho de residir en ciudades peque˜nas como Salamanca o Zamora, en las que hemos realizado nuestro estudio, podr´ıan favorecer en alguna medida estas diferencias. En relaci´on con las variables predictoras que pudieran encontrarse asociadas a la victimizaci´on sexual, cabr´ıa hacer las siguientes consideraciones generales. En primer lugar, entre las creencias acerca de las relaciones sexuales y la coerci´on sexual, las chicas que no han sido objeto de ning´un tipo de victimizaci´on sexual, tienden a aceptar o compartir en menor medida la creencia de que las chicas deben resistirse inicialmente a los avances sexuales para no parecer “f´aciles” o el hecho de que la mujer no pueda o tenga derecho a decir “no” en cualquier momento a los avances sexuales. Cabe resaltar adem´as el hecho de que, incluso, la primera de estas creencias es una de las variables que de forma significativa e independiente contribuye a discriminar a las chicas que se vieron implicadas en un intento de coerci´on de aquellas en las que la conducta no deseada lleg´o a producirse. En cualquier caso, nos parece especialmente relevante, que los dos tipos de creencias o mitos que presentan diferencias significativas, hagan referencia de un modo u otro a la creencia de que la mujer pueda o no decir y comunicar abiertamente lo que de verdad quiere en relaci´on con sus deseos sexuales, en un momento determinado, algo, sin duda, indispensable para poder afrontar positivamente cualquier tipo de interacci´on con otra persona. La ideolog´ıa de g´enero extrema no discrimina en ning´un momento a las chicas que han sido o no v´ıctimas de la coerci´on sexual. Es posible que la escasa variabilidad observada en el grado de aceptaci´on de dicha ideolog´ıa est´e dificultando la detecci´on de diferencias entre ambos grupos. Respecto a la susceptibilidad percibida, se observan diferencias significativas entre el grupo de chicas que afirman haber experimentado alg´un tipo de situaci´on sexualmente coercitiva y las chicas que no se habr´ıan encontrado implicadas en este tipo de situaciones, de forma que estas u´ ltimas se percibir´an menos susceptibles. Dif´ıcilmente podemos pensar que el hecho de creer que no se corre ning´un riesgo puede desempe˜nar un papel protector, como se podr´ıa malinterpretar frente a estos resultados. Creemos m´as factible pensar que lo que ocurre, en mayor medida, es que las chicas que han estado en situaciones de riesgo y que se han encontrado frente a alguna situaci´on de coerci´on, vean incrementada la

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percepci´on de que es posible que este tipo de situaciones le ocurran. El hecho de que en los an´alisis multivariados realizados para el momento dos del estudio esta variable no aporte nada significativo, nos hace pensar que comparte una parte importante de la varianza con la victimizaci´on previa y refuerza esta idea. De especial relevancia es el papel que, a luz de nuestros datos, juegan las expectativas acerca de los efectos del alcohol. Las chicas que no han tenido experiencias de victimizaci´on sexual con sus iguales tienden a tener menos expectativas positivas en relaci´on con el uso del alcohol, y a la vez, tienden a creer que los efectos negativos pueden ser mayores, tanto en el primer momento de medida como en el segundo. Adicionalmente, las expectativas negativas tienen un peso significativo en los an´alisis multivariados a la hora de discriminar a las chicas que se vieron s´olo implicadas en un intento de coerci´on de aquellas en las que alguna conducta no deseada lleg´o a consumarse. Estos resultados se corresponden con lo que cabr´ıa esperar a partir de los resultados de otros estudios. Es posible que este tipo de expectativas reduzca el consumo de alcohol o tambi´en que el efecto del consumo sea diferente. Si esperamos que el consumo favorezca la espontaneidad y una mayor desinhibici´on, es m´as probable que, si eso es lo que queremos, lo consumamos y tambi´en que los efectos esperados se vean favorecidos o potenciados. Si pensamos que el consumo puede hacernos perder el control y volvernos m´as vulnerables y no es eso lo que queremos, es m´as probable que no lo consumamos o que si lo hacemos estemos en alguna medida m´as prevenidos (Leigh, 1989; Testa y Dermen, 1999). Por su parte, la autoeficacia frente al manejo de situaciones sexualmente coercitivas tambi´en difiere entre el grupo de chicas v´ıctimas de alg´un tipo de coerci´on de las que no lo han sido en ambos momentos de medida, siendo mayor en estas u´ ltimas. El hecho de que la autoeficacia sea una de las variables que en los an´alisis multivariados sigue teniendo un efecto significativo, independiente de las dem´as, tanto en lo que se refiere al haberse encontrado o no en una situaci´on coercitiva, como en el hecho de que finalmente la conducta no deseada ocurriera o no, nos hace pensar que ciertamente pueda jugar un papel de protecci´on a considerar en relaci´on con la victimizaci´on. Es muy posible que las chicas que se sienten m´as eficaces para manejar las situaciones de coerci´on, pongan en marcha diferentes mecanismos que les permitan, en alguna medida, evitar la posibilidad de implicarse en situaciones de coerci´on sexual y tambi´en de resistirse m´as eficazmente en el caso el que estas lleguen a producirse. La otra variable cognitivo-conductual que aporta un efecto significativo en el segundo momento de medida es el control externo, de manera que el hecho de considerar que la victimizaci´on sexual es algo que depende en menor medida de factores externos, se asocia con una menor probabilidad de haberse encontrado en situaciones coercitivas. Este resultado, unido a la ausencia de relaciones halladas entre la victimizaci´on y el control interno, podr´ıa hacernos pensar que el hecho de no atribuir toda la causalidad de aquello que ocurre a elementos ajenos a lo que uno puede hacer personalmente, pero sin tener a la vez una ilusi´on excesiva de control sobre algo que puede, en gran medida, escapar a e´ l, puede ser un elemento importante en relaci´on con la protecci´on frente a la coerci´on sexual. La asertividad en las relaciones con los iguales, sin embargo, no supone ninguna aportaci´on significativa en relaci´on con la victimizaci´on o la no victimizaci´on. Desde nuestro punto de vista, estos resultados no quieren necesariamente decir que la asertividad no sea una variable importante, sino que, quiz´as, haya que tener en cuenta la asertividad de forma m´as espec´ıfica, es decir la asertividad vinculada a las situaciones de coerci´on sexual. Por u´ ltimo, creemos necesario destacar el hecho de que haber sido o no v´ıctima de alg´un intento o conducta sexualmente coercitiva en el primer momento se asocia con el estatus de victimizaci´on en este segundo momento. Las chicas que no informaron de ning´un episodio sexualmente coercitivo en el

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primer momento de medida tienen menos posibilidades de serlo en el segundo momento del estudio. Incluso como pudimos ver en el an´alisis de regresi´on log´ıstica por pasos, el hecho de haber estado en una situaci´on en la que hubo alg´un intento de coerci´on, se convert´ıa en una de las variables que por s´ı sola cobraba mayor importancia como posible predictor. En este sentido, habremos de hacernos eco acerca de la importancia que parece tener el hecho de la revictimizaci´on sexual. En resumen, en nuestro trabajo hemos identificado ciertas variables que parecen asociarse a una menor probabilidad de que las chicas puedan verse implicadas en situaciones de victimizaci´on sexual. Entre ellas destacamos, por la consistencia de sus efectos, mantener unas expectativas menos positivas y al mismo tiempo, adem´as, unas expectativas m´as negativas en torno a los efectos del consumo de alcohol. La percepci´on de una mayor autoeficacia en relaci´on con el manejo de situaciones sexualmente coercitivas es tambi´en una de las variables cognitivo-conductuales que parece poder jugar un papel relevante respecto a la protecci´on frente a la victimizaci´on, junto a una percepci´on de control externo menor. De forma menos clara y consistente podemos decir que el hecho de no adherirse a ciertas creencias estereotipadas acerca de las relaciones sexuales y la coerci´on, especialmente aquellas que hacen referencia a la negaci´on de los derechos de la mujer a expresar asertivamente sus deseos sexuales, guarda alguna relaci´on con la mayor probabilidad de no verse implicadas en situaciones coercitivas. Es evidente que el presente trabajo suma una serie de limitaciones que dificultan, si no impiden, una generalizaci´on sin reservas de estos resultados. El que la muestra de adolescentes y j´ovenes no haya sido extra´ıda al azar de la poblaci´on de estudio y que, adem´as, esta poblaci´on se limite a mujeres universitarias supone un gran inconveniente. Del mismo modo, y aunque hayamos podido realizar un peque˜no seguimiento, es muy posible que el tiempo transcurrido entre los dos momentos del estudio no haya sido suficientemente extenso como para poder hacer predicciones muy fiables. Atendiendo a estas limitaciones, ser´a necesario seguir ahondando en este camino, realizando este mismo tipo de estudios con adolescentes y j´ovenes no escolarizadas, empleando estudios longitudinales de m´as larga duraci´on y ampliando el tama˜no de las muestras. Al mismo tiempo, habr´a que empezar a construir otros caminos, de modo que se analicen qu´e otros factores pueden influir en el proceso de percepci´on de riesgo y afrontamiento y as´ı sea posible el desarrollo de programas de prevenci´on m´as eficaces con el fin de eliminar o, al menos, reducir los altos porcentajes de prevalencia e incidencia de la victimizaci´on sexual. M´as all´a de los resultados observados en este trabajo, no queremos dejar de recordar que el u´ nico e indiscutible responsable del comportamiento sexual coercitivo es el individuo que emite este tipo de conducta. Como ya hab´ıamos se˜nalado, alguna o todas las variables que se han asociado con una menor probabilidad de verse implicada en una situaci´on sexualmente coercitiva podr´ıan no estar presentes en muchas mujeres, pero mientras que e´ stas no tengan contacto con varones que empleen o est´en dispuestos a emplear estrategias coercitivas para mantener relaciones sexuales, es poco probable, si no imposible, que sean finalmente victimizadas.

Agradecimientos Este trabajo ha sido posible merced a la subvenci´on concedida por el Instituto de la Mujer del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para la realizaci´on de una investigaci´on acerca de la victimizaci´on sexual en mujeres adolescentes y j´ovenes.

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Resumen Objetivos: El presente trabajo pretende estudiar la prevalencia de la coerci´on sexual por parte de los iguales en las mujeres Universitarias Espa˜nolas y profundizar en el conocimiento de los posibles factores de vulnerabilidad y protecci´on ante la misma. M´etodo: Se ha llevado a cabo un estudio longitudinal con dos momentos de medida en una muestra de mujeres universitarias. En el primer momento de medida las mujeres contestaban a un cuestionario en el que se valoraban adem´as de la victimizaci´on sexual diferentes variables como las actitudes y creencias hacia la sexualidad y la coerci´on sexual, la asertividad en las relaciones con iguales, la vulnerabilidad percibida, la percepci´on de control y la autoeficacia frente a la coerci´on sexual y las expectativas ante el consumo de alcohol. En el segundo momento de medida, seis meses despu´es, se evalu´o de nuevo la victimizaci´on sexual durante este periodo de tiempo. Resultados: Un 30.9% de las universitarias afirman haberse visto implicadas en alguna situaci´on sexualmente coercitiva, con alg´un var´on conocido. La victimizaci´on sexual se asocia de forma positiva con las expectativas positivas hacia el consumo del alcohol, la percepci´on de control externo y la creencia de que la mujer no puede detener una interacci´on sexual una vez que ha comenzado. Por el contrario, la victimizaci´on sexual se relaciona negativamente con la autoeficacia ante al coerci´on y las expectativas negativas ante el uso del alcohol. Conclusiones: Si bien la responsabilidad u´ nica de la coerci´on sexual es de la persona que la ejerce, ciertos factores parece que pueden ayudar a las mujeres a evitar o enfrentarse de forma m´as eficaz a ella. Palabras clave Victimizaci´on sexual; Vulnerabilidad; Protecci´on; J´ovenes R´esum´e French language abstract not available at time of publication.

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