Prescripción y praxis: una aproximación variacionista sobre la alternancia deber y deber de + infinitivo en la historia del español”, Neuphilologische Mitteilungen 2014/4: 647-687

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Descripción

Prescripción y praxis: una aproximación variacionista sobre la alternancia deber y deber de + infinitivo en la historia del español José Luis Blas Arroyo Universitat Jaume I Abstract In the Spanish grammatical tradition, the variation between modal periphrasis deber and deber de + infinitive has been analyzed under two antagonistic points of view. Since the early eighteenth century, the Spanish Royal Academy sets up a rule that establishes a rigid functional dichotomy between both of them: epistemic values for deber de, and deontic ones for deber. However, the low compliance in use of this rule at all times has led other linguists to deny this distinction, and to establish this phenomenon as a prototypical case of free variation. Nevertheless, our data, taken from some recent variationist research both in the synchrony and in the diachrony axis, show that both approaches are based on erroneous assumptions. Certainly, "anomalous" uses, ie. not adjusted to the normative rules, have taken place over the centuries, but this does not mean that the selection of the periphrasis has been anarchic. For the specific case of the periphrasis deber de, these data show the remarkable persistence over time of some factors (and not just epistemic modality, but also the negative polarity and the contextual intensification), whose positive influence on prepositional variant has brought vitality in some periods (Golden Ages), while in others it has prevented the consummation of a definite change favourable to the nonprepositional variant. Finally, it is also proposed that the association between these factors and deber de, much less common and more marked in discourse than others, could explain the minor presence of this periphrasis throughout history. Keywords: Deber (de) + infinitive, Syntactic variation, Historical Sociolinguistics, Modalization, Spanish

1. Introducción La Real Academia Española establecía en su Diccionario de Autoridades (1726-1739) una nítida regla funcional para la diferenciación entre dos construcciones modales que llevaban siglos alternando en la sintaxis del español de manera aparentemente anárquica: deber y deber de + infinitivo. Para la Academia, solo la última parecía merecer la consideración de construcción perifrástica 1 –“se usa tambien algunas veces como auxiliar ù determinante” –, y de ella se establecía su equivalencia con “los adverbios Acaso ù Quizá; y así se dice: Debe de entenderse assi, Debe de hacer frio, Debieron de salir a pelear” (Tomo III. pág. 30-31). Desde entonces, y hasta tiempos recientes, la gramática normativa española ha defendido con brío la necesidad de distinguir formalmente entre esos valores epistémicos, relacionados con la expresión de la probabilidad, la suposición o la conjetura, y otros de carácter deóntico, vinculados a los contenidos de obligación o necesidad, y para los que las autoridades académicas reservaban el mismo verbo deber, pero esta vez sin el auxilio de la preposición. Aunque sin mencionar explícitamente la distinción, el Diccionario de Autoridades definía el verbo deber como: “Estar obligado à pagar, satisfacer y cumplir la deuda, la obligación, el contráto: y à no decir ni hacer lo que no es justo ni decente”. Y un poco más adelante 1

No terciamos aquí en otra antigua polémica, acerca esta vez del carácter perifrástico o no de las combinaciones con el verbo deber + infinitivo, dado que la solución a este problema, por destacado que sea desde el punto de vista gramatical, no contradice un ápice la demostrada alternancia que a lo largo de la historia tiene lugar entre las construcciones con preposición y sin preposición. Valga con recordar que, en relación con este tema, se enfrentan gramáticos como Gili Gaya (1989) –quien excluía deber + infinitivo del catálogo de perífrasis– y otros lingüistas que más recientemente han avalado su interpretación perifrástica, amparándose para ello en diversos criterios sintácticos (para una revisión de estos, véanse, Gómez Torrego 1999; Fernández de Castro 1999, García Fernández et al. 2006).

aclaraba estos valores con el siguiente ejemplo, en el que el verbo aparecía directamente acompañado de un infinitivo: “Tú, que todas las cosas, como supremo Emperadór, debes mirar, à solo Daphne miras”. Los fragmentos (1) y (2), escritos en la misma centuria en que se redactó la obra académica por un emigrante navarro en América, ilustran tal propuesta de diferenciación. Obsérvese cómo en (1), el autor de la carta (Juan Martín de Astiz), originario de Pamplona, se dirige a un vecino de esa misma localidad (Francisco de Lisazoain) para solicitar directrices acerca del destino de una determinada cantidad de dinero, y en particular si esta había de entregarse (por tanto, era preceptivo que fuera así) a la viuda de su hermano. Por el contrario, unas líneas más arriba, el mismo remitente formulaba en (2) una conjetura (“así debía de combenir”) para explicar la razón de que ese mismo dinero no hubiera llegado ya a su destino: (1) Sobre cuio punto se ha de serbir v.m. de darme su dictamen en primera ocasión, si en llegando dichos quinientos pesos de la Abana […] si el líquido de los citados quinientos pesos se deberán entregar a la viuda de dicho mi ermano o la forma que mejor le parezca a v.m. para su 2 distribución (Una visión de la América del XVIII, año 1748). (2) … y están detenidos en La Habana por desgracia de la guerra, como v.m. saue, no logró el que llegaran a su poder para disfrutarlos, que así debía de combenir (Una visión de la América del XVIII, año 1748).

Ahora bien, pese a la insistencia en estas prescripciones, en los últimos tiempos, aunque también de forma más aislada en los siglos previos (Blas Arroyo, en prensa b), se ha insistido en la idea de que la regla que nos ocupa es uno de los ejemplos más palmarios de distancia entre lo que afirman las autoridades académicas, por un lado, y el uso real, por otro. Lo cierto es que los empleos “anómalos” entre ambas perífrasis, esto es, deber + infinitivo para lo epistémico, como en (3) y (4), y deber de para lo deóntico, como en (5) y (6), se han documentado a lo largo de toda la historia de la lengua, tanto en textos escritos (Yllera 1980, Hernández 1984, Fernández de Castro 1999, Balash 2008, 2012, Blas Arroyo y González 2014; Blas Arroyo y Porcar en prensa, Blas Arroyo y Vellón, en prensa), como en corpus orales contemporáneos (Valádez 1969, Gómez Manzano 1992, Troya 1998, Samper et al. 1998-99, Fairclough 2000, Galué et al. 2004, Gómez Molina 2009, Blas Arroyo 2011, 2013). Algunos de estos usos aparecen ilustrados en los siguientes ejemplos, extraídos de textos separados por casi cinco siglos de distancia: (3) …ya estoy cansado ansi de le esperar como de escribir pareseme que de deve ser tan flojo que no es para pasar aca o que es tan bisiozo que no se le da coza alguna por sus padres (Cartas de particulares en Indias; año 1572) (4) Y: entonces la– los párvulos sí que me acuerdo […] debíamos ser lo menos cincuenta o sesenta en aquella clase de párvulos (MCSCS 18; año 2001) (5) …y paréceme ques carta que todos los del Consejo la debrían de ver (En el nombre del hijo; año 1524) (6) …. si tú tienes un hijo con otra persona y trabajan las dos personas, pienso que deben de cuidar los dos, la pareja, de su hijo ¿no? (MCSCS 129; siglo 2001)

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Los datos bibliográficos completos de esos textos, cuyos caracteres se detallan más abajo (ver apartado 2), figuran en Blas Arroyo (en prensa a). Cuando aquí se aluda a ellos, se hará mediante una forma abreviada de los títulos correspondientes.

Para muchos, estas “confusiones” son la consecuencia del desconocimiento de gran parte de los usuarios de la lengua acerca de una norma que, pese a todo, tiene un notable valor funcional. Ello, por no hablar de otros factores socio-cognitivos, como la mayor tendencia a estigmatizar aquellas construcciones en las que interviene la preposición, debido a su mayor visibilidad, 3 o al mismo atentado contra la economía del lenguaje que supone su empleo. Para otros, sin embargo, tal confusión no existiría, ya que no se puede confundir algo que en la práctica nunca se ha diferenciado. Así, en palabras de Demonte (2001: 93), que resumen bien este punto de vista: “…intentar establecer valores normativos sobre una confusión que arranca de ocho siglos atrás y que parece mantener la perífrasis con de sólo por la presión de la escuela puede llegar a ser una empresa imposible”. En definitiva, las opiniones sobre este fenómeno de variabilidad sintáctica han oscilado en la normativa española entre esos dos extremos aparentemente irreconciliables (Blas Arroyo, en prensa b). Ahora bien, ¿qué hay de cierto en cada una de ellas? Y sobre todo ¿agotan por sí solas el debate en torno a esta cuestión sintáctica? A mi modo de ver, la polémica sobre los usos de ambas perífrasis parte de presupuestos erróneos, ya que ambas construcciones ciertamente no se han hallado nunca en el uso real en distribución complementaria, como querían la Academia y sus seguidores, pero tampoco exactamente en variación libre, como han postulado sus críticos. En la práctica, diversos factores explican, por un lado, el carácter siempre minoritario de deber de con respecto a su “rival”, pero, por otro también, la existencia a lo largo del tiempo de ciertas regularidades en la distribución de la variante prepositiva. Para profundizar en esta hipótesis, en las páginas siguientes nos hacemos eco de diversos estudios variacionistas que hemos llevado a cabo recientemente en diversos cortes temporales del español, a partir de corpus orales (Blas Arroyo 2011, 2013) y escritos, aunque próximos también al polo de la inmediatez comunicativa (Blas Arroyo y González 2014; Blas Arroyo y Porcar, en prensa; Blas Arroyo y Vellón, en prensa, Blas Arroyo, en preparación). 4 Como veremos, de este análisis se desprenden algunos hechos relevantes y, en ocasiones, aparentemente contradictorios. Por un lado, nos encontramos con que la vieja oposición modal epistémico-deóntica actúa en buena parte de la historia del español, si bien en un sentido algo diferente al previsto. Lejos de influir en el uso, parece que sea la propia Real Academia quien se deje arrastrar en sus prescripciones por empleos fuertemente asentados en el español clásico, sin que ello signifique –y aquí reside uno de los errores de las aproximaciones meramente descriptivas– que las dos perífrasis no puedan ser -como de hecho son- perfectamente intercambiables en el discurso; o lo que es lo mismo, sin que ello impida la consideración de la alternancia como un caso prototípico de variable sintáctica, en cuyo análisis debe acudirse al contexto variable como un todo, y mediante el concurso de las herramientas metodológicas adecuadas. Por lo demás, este análisis variacionista demuestra que, junto a la oposición semántica epistémico-deóntica, existen otros factores que han contribuido a moldear la distribución de las variantes a lo largo de la historia, algunos de los cuales se han mantenido, además, con notable persistencia en el tiempo. 3

Un hecho que explicaría también otros fenómenos sintácticos similares, como la estigmatización de la preposición de en las variantes (de)queístas. 4 Estos trabajos, incluido el presente, forman parte del proyecto de investigación “Tras las huellas de la variación en español: factores condicionantes de la variación y el cambio linguistico a traves del tiempo (FFI2010-15280)”, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología español al equipo de investigación que dirige el autor de estas páginas. Para una revisión de los principales caracteres y objetivos de este proyecto de sociolingüística histórica, véase Blas Arroyo (en prensa a).

2. Corpus y metodología En el marco de un proyecto de investigación en sociolingüística histórica actualmente en curso (ver nota 3), los datos de este estudio proceden del análisis variacionista de un corpus integrado por textos que distan de las tradiciones escritas sobre las que se ha sustentado tradicionalmente el análisis diacrónico (obras literarias, jurídico-administrativas, tratados científicos…), pero que, probablemente, nos acercan mejor a la oralidad de épocas pasadas. A este respecto, y siguiendo la conocida tipología textual de Oesterreicher (2004), hemos seleccionado algunas situaciones comunicativas «ideales» que favorecen la producción de testimonios de lo hablado escrito. Entre ellas sobresalen las cartas de contenido privado, escritas por individuos de extracción social diversa, y con temáticas que fluctúan entre la mayor familiaridad y/o intimidad entre los participantes en un extremo, hasta el carácter más distante de los contenidos y relaciones interpersonales en otro. A estos textos epistolares, que representan la parte más nutrida del corpus, se añaden otros pertenecientes a otras tradiciones discursivas que habitualmente se asocian también con la inmediatez comunicativa. Contamos, así, con autobiografías y memorias de personajes ajenos a la elite social, así como testimonios recogidos en estilo directo en algunos procesos judiciales. Con estos mimbres, el corpus escrito se compone de un total de 92 obras, de las que un 76 corresponden a epistolarios privados y 16 al resto de tradiciones discursivas de carácter autobiográfico. Este conjunto documental da voz a cerca de un millar hablantes españoles, o de individuos que vivieron la mayor parte de su vida en España, y que escribieron sus textos en algún momento entre los siglos XVI y la primera mitad del XX. Por otro lado, los más de tres millones de palabras que integran este corpus histórico se complementan con los materiales del habla oral compilados por el Laboratorio de Sociolinguística de la Universitat Jaume I entre los años 1999 y 2006, y que constituyen el denominado Macrocorpus sociolingüístico de Castellón y sus comarcas (MCSCS). Este reúne un total de 210 entrevistas semidirigidas, de una duración media de 45 minutos, y de las que 156 han sido transcritas en el momento de redactar estas páginas. Este esfuerzo supone contar con un corpus adicional de más de un millón y medio de registros, representativos del estadio actual de la lengua en una comunidad lingüística peninsular. Dada la falta de etiquetado lingüístico en elaboración de los corpus, para la localización de las variables lingüísticas y sus variantes nos servimos de un programa de concordancias (Wordsmith v. 4). Tras las correspondientes exclusiones, se codificaron todas las variantes encontradas a partir de más de una veintena factores de naturaleza lingüística, estilística y social, aunque en el presente trabajo, y por problemas de espacio, tan solo nos ocuparemos de los más significativos entre los dos primeros. Posteriormente, los datos de esta codificación fueron tratados mediante el programa multivariante Goldvarb 3.0, habitual en los estudios variacionistas. Con este programa pueden calcularse no solo las diferencias frecuenciales entre las diferentes variantes y sus contextos, sino también, y es lo más relevante, el grado de significación y la jerarquía explicativa de los factores analizados, cuando todos son considerados al mismo tiempo. Este procedimiento permite descubrir, además, posibles relaciones de (inter)dependencia e interacción entre los diversos factores, lo que resulta imposible con una estadística meramente descriptiva.

3. Continuidad y cambio en la significación del contraste modal epistémicodeóntico Como apuntábamos más arriba, el debate en torno al empleo de las perífrasis modales en las que interviene el verbo deber ha partido casi siempre de premisas equívocas, tanto por parte de quienes han querido ver en la distinción entre ambas perífrasis una nítida capacidad funcional, como por la de aquellos que, a partir de los numerosos casos de “confusión” detectados a lo largo de la historia, han subrayado que, en el fondo, las dos sirven para expresar lo mismo, y por lo tanto, son equivalentes. Y es que los problemas que plantea este falso debate son diversos. Como ha subrayado Balasch (2008) recientemente, sorprende la escasa atención que se ha prestado a los patrones evolutivos de esa aparente «confusión» entre las dos perífrasis, y más concretamente al grado en que diversos factores –y no solo la oposición epistémico-deóntica– han podido influir históricamente en la distribución de las dos variantes. Lo cierto es que tan solo muy recientemente han comenzado a publicarse investigaciones basadas en corpus orales contemporáneos, en las que se abordara de forma sistemática el contexto variable que envuelve a este fenómeno de variación, o lo que es lo mismo, la influencia de diferentes contextos lingüísticos, pero también estilísticos y sociales, en la distribución de las variantes. Contextos que, además, deben considerarse al mismo tiempo, con el objeto de determinar la relevancia aislada de cada uno y la posible interacción o interdependencia entre sí. Por ejemplo, en un estudio variacionista reciente sobre un corpus de habla oral castellonense, hemos tenido ocasión de comprobar cómo, en la alternancia entre deber y deber de, no resulta significativa estadísticamente la oposición entre los contenidos obligativos y conjeturales. Tanto en unos como en otros, el uso de la variante prepositiva es claramente minoritario con respecto a la no prepositiva, que monopoliza en buena medida los usos de las perífrasis modales con deber (Blas Arroyo 2011, 2013). Ahora bien, sería un error concluir de ahí, no ya que los hablantes castellonenses no siguen los preceptos normativos en el uso de estas combinaciones verbales, sino que estos son irreales porque tales hablantes emplean ambas “indistintamente”. Y ello por varias razones. En primer lugar, hay que tener en cuenta que, pese a no entrar en los límites del umbral de significación que confiere el programa de regresión logística Goldvarb 3.0, lo cierto es que, en Castellón, los empleos epistémicos de la variante prepositiva, como los de (7), superan en varios puntos a los deónticos, como en (8). Tales diferencias pueden apreciarse en el gráfico 1. (7) …y la época que: umm/ que nosotros estábamos allí debían de haber pues el doble de niños de los que cabían realmente en aquel colegio (MCSCS 18) (8)…, lo que pasa es que hay aspectos de la universidad que no están muy bien organizados/ por ejemplo, la asignatura < DC > que en realidad trata de < de objetos > trata el tema de la programación < orientada > de objetos que todo programador debería de conocer (MCSCS 24)

Gráfico 1: Distribución de la perífrasis deber de + infinitivo según la oposición modal epistémico5 deóntica en el MCSCS (%) (Fuente: Blas Arroyo 2011)

Por otro lado, si comparamos estas diferencias con las arrojadas en otros estudios recientes en diversas comunidades hispánicas (tabla 1) comprobamos que son del mismo tenor: la perífrasis prepositiva es casi siempre más frecuente en la expresión de la probabilidad que de la obligación. 6 DEÓNTICO EPISTÉMICO Deber Deber de Deber Deber de % % (N) % % N 79.6 20.4 245 74.9 25.1 167 Castellón 72.7 27.3 165 53.1 46.9 96 Valencia (Norma culta) 68 32 78 67.1 32.9 67 Madrid (G.M.) 81 19 21 40 60 10 Madrid (N. C.) 82 18 302 59 41 216 México Tabla 1: Distribución de la perífrasis deber de + infinitivo de acuerdo con los valores modales epistémico-deónticos en varias ciudades del mundo hispánico (%) (Fuentes: Castellón (Blas Arroyo 2011), Valencia (Gómez Molina 2009); Madrid (G.M.) Gómez Manzano 1992; Madrid (habla culta): Samper et al. (1998-1999), México: Valádez (1969).

Con todo, más revelador es el hecho de que tales diferencias, aunque ya no significativas estadísticamente en muchos casos en los albores del siglo XXI, siguen un patrón similar al que se observa en el gráfico 2, donde se sintetizan los principales resultados que hemos obtenido en diversas investigaciones sobre el tema en un corpus de inmediatez comunicativa como el reseñado más arriba y para el periodo de cinco siglos que media entre las primeras décadas del XVI y la primera mitad del XX (Blas Arroyo y González 2014, Blas Arroyo y Porcar 2013; Blas Arroyo y Vellón 2013). Como se puede observar, las diferencias de hoy se muestran mucho más destacadas en siglos pasados, cuando el factor de la oposición modal resulta significativo en todos

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Las cifras porcentuales ofrecidas en el gráfico se derivan de las siguientes frecuencias cuantitativas: Valores epistémicos: 42 ocurrencias de un total de 167; valores deónticos: 50 ocurrencias de 245 casos (Blas Arroyo 2011). Como es lógico, el resto de las cifras en cada grupo corresponde a las ocurrencias de variante no prepositiva, deber + infinitivo. 6 Otros estudios ofrecen también cifras similares, pero los datos disponibles son tan escasos y poco representativos (menos de diez ocurrencias), que hemos preferido dejarlos fuera del cuadro.

ellos, con valores P. 7 y rangos 8 que hacen de esta oposición modal uno de los factores condicionantes más sobresalientes. Por lo demás, el gráfico permite explicar también el porqué de la falta de relevancia explicativa en el momento actual. Y es que como puede verse, la oposición modal como factor condicionante adquirió su punto álgido en el siglo XVII, pero a partir de ese momento fue perdiendo fuerza, para llegar a nuestros días ya mucho más debilitada y reducida a meras diferencias frecuenciales, que no llegan a alcanzar, como antaño, niveles de significación suficientes.

Gráfico 2: Relevancia explicativa (rango) de la oposición epistémico/deóntica en la selección de deber de + infinitivo (siglos XVI a XXI)

Una conclusión que podría derivarse de todo ello es que, pese a las aparentes “confusiones” detectadas en toda época, la oposición epistémico-deóntica en la que se basó la Real Academia Española para regular el uso diferenciado de dos construcciones verbales, tuvo una cierta fundamentación empírica. No en vano, nuestros datos correspondientes a los Siglos de Oro (Blas Arroyo y González 2014, Blas Arroyo y Porcar, en prensa) muestran que tanto en el XVI (56%) como, más aún, en el XVII (64%), la variante prepositiva llegó a superar en usos epistémicos, como los de (9) y (10), a la variante no prepositiva, pese a que esta era también portadora habitual de tales valores modales, como demuestran los ejemplos (11) y (12). (9) A muchos dias que de Razon avia de aver sabido nueva del de que se presume pues tal nueva del hasta oy no se sabe que deve de tener o estar en alguna o estrema neçesidad de socorro (Textos del Caribe; año 1519) (10) El señor Obispo no salió. Debe de estar achacoso. A las 12 estavan todos en casa (Diario de Antonio Moreno de la Torre, año 1677) (11) …se cree que alguno dellos deve ser nicuesa capitan quel catolico Rey don fernando de gloriosa memoria mando yr a tierra fyrme (Textos del Caribe; año 1519) (12) Así que, por amor de Dios, acuérdese de su madre y de sus pocos recursos que su padre le dejó, y le sigue dejando desde hace veintisiete años, pues el año pasado le escribió y le advirtió que está con pocos recursos, y no debe tener donde ganar ... (El hilo que une; año 1618)

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Los valores P. indican la probabilidad –en una escala de 0 a 1– de que un factor concreto influya en la selección de una determinada variante. Los pesos numéricos próximos a 1 favorecen la elección de la variante elegida, mientras que, en el extremo opuesto, los más cercanos a cero la desfavorecen. Por su parte, los situados en cifras intermedias, cercanas a 0.5, ejercen una influencia neutra. 8 Dicho rango, que mide la jerarquía de los factores seleccionados como significativos por el programa multivariante, se obtiene mediante la resta entre los valores P. de los contextos más (epistémico) y menos (deóntico) favorecedores, respectivamente. Así, por ejemplo, la cifra de 35, correspondiente al siglo XVI, deriva de la resta entre un P. 73, obtenido por la modalidad epistémica, y un P.38 por la modalidad deóntica.

Concluir a partir de este último dato, esto es, que deber + infinitivo se emplea con profusión en los contextos probabilísticos y que, por tanto, tanto da una perífrasis como otra, es desconocer que la lengua pone a disposición de los usuarios diversas formas alternantes para la expresión de los mismos contenidos en el discurso, sin que ello signifique que dicha alternancia sea anárquica o imprevisible, como podría parecer a simple vista. Por el contrario, el estudio sistemático del contexto variable, pone de relieve que unas formas aparecen más o menos (des)favorecidas en ciertos contextos. Por lo demás, y aquí radica otro de los errores que están en el origen de esta falsa polémica, sostener lo anterior nada tiene que ver con la frecuencia de uso de cada variante, como puede apreciarse claramente en la tabla 2, donde se comprueba el carácter siempre minoritario de la forma prepositiva con respecto a la no prepositiva, tanto en los contextos deónticos como en los epistémicos (con la excepción, en este último caso, de los siglos de oro). Y sin embargo, ello no significa que, incluso en un siglo tan “negativo” para deber de como el XVIII, no podamos afirmar de nuevo la influencia positiva de la modalidad epistémica en la selección de esta variante. De hecho, aunque en este periodo los empleos prepositivos descienden drásticamente con respecto al periodo clásico (apenas un 4% del total, frente al 28% y 37% de los siglos XVI y XVII, respectivamente), se aprecia nuevamente una diferencia destacada entre los usos epistémicos (un 23% de estos lo hacen con la preposición) y los deónticos (apenas un 3%). 9 El resultado es que la modalidad epistémica continúa siendo seleccionada como un factor determinante en la elección de deber de + infinitivo, y además con un valor P. muy elevado (.90), superior incluso al hallado en los siglos XVI (valor P. 73) y XVII (P. 81). Ahora bien, ello no impide que la variante no prepositiva (deber + infinitivo) sea también claramente mayoritaria para la expresión de esta modalidad (77%), contraviniendo, pues, a los preceptos académicos recién estrenados. El cuadro que ofrecen los datos correspondientes al Siglo de las Luces es, pues, ciertamente, complejo: los autores de cartas y demás textos autobiográficos en esta centuria realizan un uso muy limitado de deber de, incluso en los contextos (epistémicos) recomendados por los guardianes de la norma. Pese a ello, las escasas ocurrencias de esta variante se ajustan en buena medida a lo establecido por dichos preceptos. Con todo, esto mismo ya ocurría en el periodo clásico, y en ausencia de similares prescripciones.

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De hecho, en el descenso brusco de la variante prepositiva durante el siglo XVIII con respecto al español clásico, ha podido influir la paralela disminución de los entornos epistémicos en el corpus del primero. Y así, en efecto, un recuento de las modalidades asociadas a la variable lingüística en el periodo de la Ilustración muestra que tan solo un 19% de las ocurrencias corresponden a contenidos probabilísticos o conjeturales, porcentaje que asciende al doble (39%) en los siglos de oro. En consecuencia, una reducción significativa de los entornos epistémicos (que, como hemos visto, favorecen deber de) explicaría, al menos parcialmente, el descenso tan acusado en las realizaciones de dicha variante.

SIGLO

DEÓNTICO EPISTÉMICO Deber Deber de Deber Deber de (N/Σ) (N/Σ) % % % % 84 16 219 44 56 98 XVI 96 4 226 36 64 117 XVII 97 3 319 77 23 26 XVIII 94 6 314 79 21 89 XIX 94 6 464 85 15 123 XX (1ª mitad) 80 20 245 75 25 167 XXI Tabla 2: Distribución de las variantes deber y deber de + infinitivo por valores modales y periodos históricos (siglos XVI-XXI)

4. La relevancia de otros factores modales A diferencia de otras aproximaciones diacrónicas, el análisis variacionista permite detectar también la presencia de otros factores significativos al margen de la mencionada oposición modal epistémico-deóntica, que, por sí sola ha monopolizado el debate en torno a nuestras perífrasis desde hace tres siglos (Blas Arroyo, en prensa b). De hecho, diversos estudios diacrónicos nos han permitido advertir cómo en la variación se hallan implicados otros parámetros relacionados con la modalidad, bien en el plano de la enunciación, bien en el plano del enunciado. Por lo que al primero se refiere, por ejemplo, hemos comprobado cómo las oraciones negativas, representan uno de los contextos más favorables para el empleo de la perífrasis prepositiva en diversos cortes de la historia del español. Y ello tanto en entornos epistémicos, ajustados, pues, a la norma, como los de (13) y (16), como en los deónticos, contrarios a aquella, como los ejemplificados en (14) y (15): (13) …No lo debe de querer, que es testigo; él me ha costado misas y oraciones hartas (El hilo que une, 1597) (14) Y así no debes de escribirme por esta misma mano (El hilo que une; 1761) (15) ...pero sea ello lo que quiera tú no debes de soltar un duro si no es por orden judicial (Para hablarte a tan larga distancia; 1876) (16) No debe de extrañarte que sintiera un poco de amargura al comprobar que Luis Deltell no tiene una una palabra para mí (Dramas de refugiados, 1940)

Como puede observarse en el gráfico 3, en todos y cada uno de los periodos que median entre los siglos XVI y XX, y aunque las diferencias se van atenuando de nuevo con el paso del tiempo, la polaridad negativa aparece sistemáticamente más asociada a la variante prepositiva que a la afirmativa. Y lo contrario sucede con la variante no prepositiva (deber + infinitivo), perífrasis que desde el periodo clásico se alía con la modalidad prevalente en el discurso por excelencia: las oraciones enunciativas afirmativas. De paso, este hecho, junto a otros, como la mayor recurrencia en el discurso de los entornos deónticos sobre los epistémicos, o la mayor visibilidad del enlace –lo que favorece su estigmatización, como vimos–, ayudaría a explicar la superioridad ininterrumpida de la variante no prepositiva a lo largo de la historia del español.

Gráfico 3: Distribución (%) de la variante deber de + infinitivo en función de la modalidad oracional (afirmativa/negativa) (siglos XVI a XXI) 10

Aunque, hasta donde llega nuestro conocimiento, los gramáticos no se han manifestado explícitamente acerca de la potencial incidencia de este factor en el fenómeno de variación que nos ocupa, lo cierto es que, en ocasiones, algunos de sus ejemplos ilustran indirectamente dicha influencia. Así, en una reciente aproximación, entre descriptiva y normativa, a este hecho de variabilidad sintáctica, y en la que se acude a fragmentos orales y escritos correspondientes al habla de la ciudad de Valencia (Aleza et al. 2011), es revelador que los dos empleados para dar cuenta del uso de deber de (por cierto, en ningún caso ajustados a la norma) correspondan a oraciones negativas: (17) Aunque el tema de la lengua es muy importante para los valencianos, eso no debe de servir de cortina de humo para los políticos (registro escrito) (18)… pienso que no debería de ser obligado/ eel- el hacer el servicio militar// (registro oral)

En la práctica, la negación es un recurso que en no pocas ocasiones puede utilizarse también para el refuerzo expresivo, de ahí que no sorprenda comprobar cómo la modalización en el enunciado, o lo que en otro lugar hemos denominado modalización contextual (Blas Arroyo 2011), esté también detrás de no pocos empleos de la preposición. Así, tanto en el momento actual como en estadios anteriores de lengua, la aparición en el cotexto inmediato de recursos de modalización –entendida esta como el incremento formal asociado a la intensificación de los contenidos, como en (19) y (20)– incide en el uso de la perífrasis prepositiva, un hecho que –esta vez sí– habían intuido ya algunos gramáticos. Por ejemplo, Náñez (1984: 242) sostiene que “al quedar la frase más llena con de (debe de + infinitivo) indirectamente resulta más expresiva y adecuada para la expresión de la obligación”. En el mismo sentido se manifiesta Gómez Torrego (1999: 3348), quien al hablar de los usos deónticos de deber de, ofrece como hipótesis que “pueda deberse a un fenómeno de ultracorrección o a un fenómeno de énfasis”. Por su parte, Fernández de Castro (1999: 175), valedor de la equivalencia entre las dos variantes, aporta ejemplos en los que se comprueba que, lejos de ser de una marca

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Aunque en este estudio tomamos siempre como referencia la variante prepositiva, señalemos que los porcentajes obtenidos por la otra perífrasis pueden calcularse fácilmente restando a 100 las cifras de cada una de las columnas. Así, por ejemplo, en el siglo XVI, deber + infinitivo obtiene el 58% en los entornos negativos, frente a un 75% en los afirmativos.

indispensable para la expresión de contenidos conjeturales, en no pocas ocasiones sirve para “subrayar la rotundidad de un precepto o mandato”. 11 Por el contrario, aquellos enunciados que calificamos como neutros, por la ausencia de tales recursos formales en el entorno inmediato a la variable (ejemplos 21 y 22), muestran una tendencia sistemática a utilizar menos la variante prepositiva. De la robustez de este factor, mantenido con firmeza a lo largo de los últimos cinco siglos, da cuenta de forma muy gráfica la figura 4. (19) … y aora llega don Luis Bracamonte sin ninguna, q(ue) me dió gran turvaçión, diçe (ue)da 12 sangrada. Es posible q(ue) lo a echo sin deçírmelo. Mucho devió de ser el aprieto del mal si no se [a] aliviado (Cartas de Ana de Jesús; año 1608) (20) … ¿y alguna vez no has sentido tanta, tanta vergüenza que has sentido que la tierra debía de tragarte? (MCSCS 220; siglo XXI) (21) … pero mi suerte fue tan corta que Dios no permitió que yo llegasse a tener dicha de tener prenda de vuestra merced pues nuestro Señor fue seruido de llebárselo para sí en Portobelo, a que debemos conformarnos con su santa volunptad (Desde la otra orilla, año 1672) (22) … pues yo pienso que debería dejar de trabajar [una madre] los meses que se necesita mucho a una madre, los primeros meses, a lo mejor hasta un año (MCSCS 129)

Gráfico 4: Distribución (%) de la variante deber de + infinitivo en función de la modalización contextual (intensificados/neutros) (siglos XVI al XXI) 13

Como puede verse, en todos y cada uno de los periodos analizados, la selección de la variante prepositiva es mayor en los contextos enfáticos que en los no enfáticos, aliados preferentes de la perífrasis sin preposición. Por lo demás, el hecho de que estos contextos neutros sean de nuevo mayoritarios en el discurso –junto con los entornos 11

Este autor ilustra su afirmación con fragmentos del lenguaje jurídico-administrativo, como los siguientes ejemplos extraídos de un decreto-ley, en los que lo deóntico se convierte en norma de obligado cumplimiento: ... el fideicomisario se debe de comprometer y lo hará por medio de stipulationes— a que las deudas de la herencia no terminen pesando sobre el fiduciario, [...]. La sustitución fideicomisaria presenta dos variantes. En la primera [...] el fiduciario debe de conservar la herencia [...] que se le dejó, para que [...] pase al fideicomisario (ejemplos extraídos de Fernández de Castro 1999: 178). 12 Se subrayan los recursos contextuales donde anidan esos valores en la modalización del enunciado. 13 Para la interpretación correcta de estas cifras, ver el contenido de la nota 10.

deónticos o la modalidad afirmativa- contribuyen una vez más la prevalencia de deber + infinitivo a lo largo de la historia. 5. De factores estilísticos e interacciones En varios momentos en el devenir del español, pero en especial durante el periodo clásico, la alternancia entre deber y deber de + infinitivo se ha visto afectada también de manera significativa por algunos factores estilísticos. En un estudio sobre la potencial incidencia de la temática principal de los textos en este hecho de variación (Blas Arroyo, en preparación), hemos visto cómo los materiales epistolares del corpus podían dividirse en cuatro grandes grupos de cartas; a saber: a) Cartas sobre asuntos públicos y/u oficiales: entre estas misivas se encuentran, por ejemplo, las cartas de relación enviadas al rey o a otros cargos públicos y eclesiásticos por parte de conquistadores y religiosos, con el fin de relatar la labor colonizadora y evangelizadora emprendida en América (Documentos lingüísticos de la Nueva España, Documentos para la historia lingüística de Hispanoamérica, Textos del Caribe, Cartas y Memoriales, Relatando México…). Con todo, hay también epistolarios de este tipo cuyo punto de partida y destino era España (Epistolario del conde de Tendilla). b) Cartas comerciales y de negocios: correspondencia cuyo objeto principal era dar cuenta de los avatares económicos (pleitos, relación de cuentas…) de algunas personas con negocios a uno y otro lado del Atlántico (Cartas y memoriales, Cartas privadas de Hernando Gorjón, En el nombre del hijo, Cartas de mercaderes, Vida y fortuna del emigrante navarro…). c) Cartas de emigrantes: agrupamos en este apartado diferentes tipos de cartas privadas, escritas por emigrantes en Indias, como las denominadas cartas de llamada, en las que el miembro de una familia que emigró a América reclamaba a sus familiares que cruzaran el océano para reunirse con él (Vida y fortuna del emigrante navarro, Cartas de particulares en Indias, Emigrados andaluces, Cartas de Puebla, El hilo que une…). En el mismo sentido, incluimos aquí otras cartas de contenido privado que posteriormente serían utilizadas en pleitos judiciales por las personas que las recibieron (Desde la otra orilla). d) Cartas familiares o privadas en contextos no migratorios (Cartas d’Hipòlita, En el nombre del hijo, Cartas y memoriales, Cosmovisión de una mujer salmantina…). Dado que las cartas del apartado c) son en su inmensa mayoría de contenido familiar y privado, en el proceso de codificación las agrupamos junto con las del apartado d) (cartas familiares), y las oponemos a un segundo bloque, integrado por la correspondencia de carácter oficial o comercial, en la que se ventilan intereses preferentemente no privados ni íntimos. Por último, enfrentamos estos dos bloques de cartas a los textos no epistolares, en los que no hay un destinatario definido, y cuya grado de dialogicidad es, por tanto, menor, si bien pueden contener también importantes muestras de afectividad, especialmente en lo que se refiere a ciertos textos memorialísticos, como autobiografías, memorias, diarios, etc. (Memoria de Ruiz de Arce, Discurso de mi vida, Relación de la vida de Domingo del Toral, Diario de Antonio Moreno de la Torre…). Analizado estadísticamente, el factor se revela como altamente significativo, y de acuerdo con el siguiente perfil (ver gráfico 5): a) las cartas familiares favorecen la variante prepositiva, con un grado de significación elevada (.63; 42.3%).

b) Por el contrario, en el segundo grupo de cartas, de carácter menos privado y familiar, deber de tan solo representa el 11% de los casos, lo que se asocia con un valor P. nítidamente desfavorecedor (.32). c) Por último, en una posición intermedia se sitúan los textos autobiográficos, cuya contribución queda en niveles neutros (.50), aunque con porcentajes claramente superiores a los del grupo anterior (32.1%)

Gráfico 5: Grado de significación de la temática de los textos en la selección de deber de + infinitivo (valores P.)

De lo anterior parece inferirse que los parámetros de espontaneidad y dialogicidad se hallan relacionados con este fenómeno de variación: aquellos textos que se sitúan en las posiciones más adelantadas en ambos ejes, como es el caso de las cartas de contenido familiar o íntimo, son las más propicias a la sección de la variante prepositiva. Por el contrario, aquellas que se sitúan en posiciones mucho más bajas (cartas oficiales o comerciales) resultan mucho menos favorables. En la sociolingüística histórica encontramos también algunos casos similares descritos recientemente. Así, a partir de los materiales compilados en el Helsinki Corpus of English Texts, Nevalainen y Raumolin-Brunberg (1996) han comprobado cómo la difusión del pronombre personal its como posesivo en la historia de la lengua inglesa tuvo un locus inicial especialmente favorable en los textos más cercanos a la lengua espontánea y coloquial (cartas privadas, comedias, diarios o libros de viajes, etc.), frente a las obras de carácter oficial, donde las ocurrencias de dicho cambio empezaron siendo mucho más escasas. Ahora bien, el análisis variacionista no solo permite dar cuenta del grado de significación de los diferentes factores cuando todos son analizados al mismo tiempo, sino también –y no menos importante–, de la eventual interacción entre unos y otros. Ello permite calibrar todavía más la relevancia de cada factor mediante el descubrimiento de aquellos entornos donde su poder explicativo puede llegar a acentuarse o, por el contrario, neutralizarse. En nuestro caso, para determinar hasta qué punto han podido influir algunas de estas intersecciones en la realización de la variable lingüística, hemos procedido a la tabulación cruzada entre el eje estilístico y otros factores de naturaleza lingüística, relacionados con la modalidad, y que hemos reseñado en los apartados anteriores. Por lo que al cruce con la oposición modal epistémico-deóntica se refiere, los datos muestran cómo la ya mencionada asociación entre la modalidad epistémica y la variante prepositiva es mucho más acusada en las cartas familiares (69%) y en los textos autobiográficas (74%), que en las cartas de temática menos privada, donde apenas alcanza un 19%. En cuanto a la incidencia de la modalidad oracional, recordemos que era sobre todo en las oraciones negativas donde deber de aparecía más favorecida, frente a las

afirmativas, mucho más frecuentes en el discurso, y aliadas preferentemente con la perífrasis sin preposición. Pues bien, tras el cruce con el factor estilístico que nos ocupa, observamos también algunos matices de interés. Así, la incidencia de la modalidad negativa parece limitarse a las cartas familiares (66%) y en menor medida a los textos autobiográficos (50%). Sin embargo, aparece neutralizada entre las cartas de temática no familiar (17%). Un perfil similar se aprecia, por último, en la interacción entre la temática de los textos y la modalización contextual. A este respecto, la influencia favorable a la variable prepositiva de los contextos intensificados que veíamos en el apartado anterior se activa especialmente en las cartas de contenido más privado y familiar (57%), a continuación por los textos de carácter autobiográfico no epistolares (48%), y, con niveles mucho más bajos, en las cartas menos personales (15%). En la práctica, estos cruces entre la temática y los principales factores lingüísticos que intervienen en la variación sugieren una estrecha correlación. No en vano, los factores más marcados en la esfera amplia de la modalización (entornos epistémicos, oraciones negativas y enunciados modalizados contextualmente) adquieren una significación considerablemente mayor en aquellos textos que se caracterizan por una mayor implicación emocional e interaccional por parte del autor. Y sin embargo, dicha significación se atenúa o, incluso revierte, conforme descendemos en la escala de la espontaneidad y la intimidad entre los participantes del acto comunicativo. Aunque con algunas diferencias entre unos cruces y otros, en todos se comprueba cómo los textos más neutros, menos personales, como pueden ser las cartas de relación o las de contenido básicamente comercial, aparecen sistemáticamente por debajo en el empleo de la variante prepositiva. Por el contrario, en las cartas más íntimas y personales, y con cierta frecuencia también, en los textos autobiográficos, la influencia conjunta con la modalización lingüística se dispara, y en consonancia, también la frecuencia de uso de la perífrasis prepositiva. 6. Conclusiones La variabilidad entre las perífrasis modales deber y deber de + infinitivo ha sido analizada por la tradición gramatical española bajo dos prismas antagónicos. A partir del siglo XVIII, y en especial a instancias de la notable influencia que desde entonces pasaría a tener la Real Academia Española en materia lingüística, se establece una rígida dicotomía funcional, por la que a cada construcción verbal le corresponde un nítido valor semántico: epistémico para debe de, y deóntico para deber sin preposición. Ahora bien, el escaso cumplimiento en la práctica de esta regla, al menos en las tradiciones discursivas menos formales, como las que hemos analizado aquí, ha llevado a otros lingüistas a negar la diferenciación entre ambas, y a establecer este fenómeno como un caso prototípico de variación libre, motivado por razones puramente azarosas e imposibles de predecir. Sin embargo, los datos extraídos de diversas investigaciones empíricas, tanto en corpus de habla oral contemporáneos como en textos escritos cercanos al polo de la inmediatez comunicativa (cartas privadas y textos autobiográficos) escritos en los últimos cinco siglos, ponen en duda ambas aproximaciones. Ciertamente, deber de no es privativa de los contenidos epistémicos, ya que deber aparece también con idéntico valor, y a partir del siglo XVIII con mucha más frecuencia que la primera. Y a la inversa: deber + infinitivo no es la única seleccionada por los hablantes para la expresión de la obligación, la necesidad o el mandato, ámbitos semánticos en los que también interviene la variante prepositiva (aunque de nuevo mucho menos en términos absolutos).

Lo anterior, sin embargo, no implica que la selección de las perífrasis sea anárquica. Como hemos tenido ocasión de comprobar, en la variación intervienen diversos factores, cuyo perfil distribucional es recurrente a lo largo de la historia del español. Así, la oposición modal epistémico-deóntica aparece de manera reiterada como un factor decisivo en la selección de la variante prepositiva, siempre minoritaria con respecto a la no prepositiva, y que en estas páginas hemos tomado como referencia. A lo largo de los siglos, deber de aparece alentada por los contextos conjeturales, mientras que los obligativos minan su elección entre los hablantes. Ni que decir tiene que deber es posible –y dominante– en ambas esferas semánticas, pero entre las dos lo es más en la deóntica que en la epistémica. Así las cosas, la pregunta acerca de la influencia de las prescripciones académicas sobre el uso real en esta cuestión sintáctica, que últimamente se ha respondido casi siempre con un no rotundo, no parece ser el interrogante más adecuado. Más bien, los datos parecen indicar que es la Real Academia Española quien en los albores del siglo XVIII se deja guiar por el uso real en el periodo clásico. Y es que, contraviniendo los dictámenes de la institución y de sus seguidores, la lengua viva, que circula, por general, por derroteros escasamente academicistas, lleva paradójicamente a la variante prepositiva ante un largo vía crucis durante más de doscientos años, hasta hacerla desaparecer prácticamente en algunos entornos sintácticos y semánticos. Sin embargo, durante ese tiempo la oposición modal seguirá condicionando la selección de deber de, bien que con una fuerza explicativa cada vez menor, pero permitiendo que una variante “moribunda” pueda sobrevivir todavía varios siglos en los siempre favorables contextos epistémicos. Con todo, estos no serán los únicos. Como hemos visto, junto a la mencionada oposición modal, que ha monopolizado el debate en la tradición gramatical española, otros factores relacionados también con la modalización en su sentido más amplio están detrás de la vitalidad de la variante prepositiva en algunos periodos (español clásico), y de su supervivencia –mal que bien– en épocas posteriores. Entornos sintácticosemánticos como la polaridad negativa o los enunciados intensificados contextualmente figuran en cabeza de tales contextos favorables, cuya influencia se acrecienta todavía más en el cruce entre algunos de ellos. Por lo demás, el análisis del eje estilístico nos ha dejado ver cómo las realizaciones de deber de no solo prevalecen en los textos de carácter más privado e íntimo (cartas familiares y algunos textos autobiográficos), frente a los menos privados (cartas oficiales y comerciales), sino al mismo tiempo cómo este factor interacciona significativamente con los de naturaleza lingüística. De este modo, se explica que la influencia positiva sobre deber de de los contenidos epistémicos, las oraciones negativas y los contextos intensificados tenga un especial protagonismo en los textos más personales, pero a menudo se neutralice en el resto. Ya para concluir ¿por qué deber de ha tenido siempre un papel secundario en la alternancia que nos ocupa? En mi opinión, por encima de las razones socio-cognitivas a las que nos hemos referido más arriba –y que, sin embargo, no impiden la difusión en español de fenómenos como el dequeísmo en amplias comunidades del mundo hispánico– se hallan las propias dificultades estructurales con que se encuentra la variante en el discurso. Y es que no podemos olvidar que, en todos los contextos mencionados, los favorables a deber de son siempre (muy) minoritarios desde el punto de vista frecuencial –marcados, si se quiere– frente a los contextos alternativos. Marcados son, en este sentido, los contenidos epistémicos con respecto a los deónticos, las oraciones negativas frente a las afirmativas, o los entornos intensificados contextualmente en relación con aquellos que no lo son. En los cinco siglos analizados, las diferencias cuantitativas entre ellos no ofrecen lugar a dudas. Malas perspectivas,

pues, para una perífrasis que, pese a ello, parece estar recobrando parte del vigor perdido en este comienzo de siglo, si hacemos caso de los datos que han aportado recientemente algunas investigaciones empíricas sobre comunidades españolas. 14 Para ello, los hablantes parecen estar explotando los puntos históricamente fuertes de la variante prepositiva, no tanto ya la modalidad epistémica, cada vez menos relevante, cuanto su papel destacado para la modalización expresiva. Referencias ALEZA, MILAGROS (coord.) 2001 : Normas y y usos correctos en el español actual. Valencia, Tirant Lo Blanch. BALASH, SONIA 2008 : Debe (de) ser: evolución de la variación. Selected Proceedings of the 4th Workshop on Spanish Sociolinguistics Ed. Maurice Westmoreland y Juan Antonio Thomas (edición electrónica). BALASH, SONIA 2012 : Revisión amplia de la variación deber (de) + infinitivo en la diacronía del español. Actas del VIII Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española. Ed. Montero, Emilio. Madrid: Arco Libros. 607-620. BLAS ARROYO, JOSÉ LUIS 2011 : Deber (de) + infinitivo: ¿un caso de variación libre en español? Factores determinantes en un fenómeno de alternancia sintáctica, Revista de Filología Española, 91, 1, pp. 9-42. ______ 2013 : Norma y uso en un fenómeno de variación sintáctica. Nuevos datos a propósito de la oposición modal epistémico-deóntica y la variable deber / deber de + infinitivo. Actes del 26é Congrés de Lingüística i Filologia Romàniques. Ed. Casanova, Emili y Cesáreo Calvo. Berlin, W. de Gruyter. 2634-2644. BLAS ARROYO, JOSÉ LUIS (en prensa a) : Tras las huellas de la variación y el cambio lingüístico a través de textos de inmediatez comunicativa: fundamentos de un proyecto de sociolingüística histórica. Actas del IX Congreso Internacional de Historia de la lengua española, Cádiz, Septiembre 2012. BLAS ARROYO, JOSÉ LUIS (en prensa b) : La alternancia deber/deber de + infinitivo en la tradición gramatical española: un debate equívoco entre la distinción funcional y la variación libre. Actas del IX Congreso Internacional de Asociación Española de Historiografía Lingüística (Cárdoba, 10 al 12 de septiembre de 2013). BLAS ARROYO, JOSÉ LUIS (en preparación): “The Rise and Fall of a Change from Below in Classical Spanish Syntax: the Periphrasis Deber De + Infinitive in Texts of Linguistic Immediacy”. BLAS ARROYO, JOSÉ LUIS y JUAN GONZÁLEZ (2014) : La alternancia deber/deber de + infinitivo en el siglo XVI. Factores condicionantes en un fenómeno de variación sintáctica a partir de un corpus epistolar. Spanish in context 11. 1. (en prensa). BLAS ARROYO, JOSÉ LUIS y MARGARITA PORCAR (en prensa) : Patrones de variación y cambio en la sintaxis del Siglo de Oro. Un estudio variacionista de dos perífrasis modales en textos de inmediatez comunicativa. RILCE. Revista de Filología Hispánica. BLAS ARROYO, JOSÉ LUIS y JAVIER VELLÓN. “En los entresijos de la gramática: factores coadyuvantes en el mantenimiento de una perífrasis ‘moribunda’ en la historia del español”. Revista de

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No así en otras comunidades del español de América, donde la pérdida de deber de parece seguir un curso inexorable.

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