Preparárse para morir: breve ejercicio sobre estética de la existencia

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Prepararse para morir: breve ejercicio sobre estética de la existencia

La vida con carácter, o la muerte con carácter Ollin Khan / Así hablaron mis ancestros

(Texto publicado de la revista RegistroMx edición enero 2015: http://registromx.net/ws/?p=5655)

Siguiendo a las ideas de Michel Onfray (2008), vivimos en un contexto de fascismo micrológico que opera de manera rizomática en cualquier espacio de la vida cotidiana y ya no desde las estructuras verticales del Estado. Hemos pasado del fascismo del león (vertical/represor) al fascismo del zorro (astuto/discreto). De ahí la necesidad de crear microresistencias que parten desde el trabajo personal para conectarse con los otros. Hemos recibido una filosofía fragmentada gracias a la mezcla entre la teología medieval cristiana que comenzó siendo impartida por los fundadores de la iglesia, esto desde luego genera graves consecuencias políticas y civilizatorias. Mucho de lo que hoy entendemos por filosofía se limita a justas intelectuales, encierros académicos, estrechos programas disciplinares y especulaciones abstractas. Sin embargo, en la antigüedad griega (y para otras culturas de la antigüedad que en

otra ocasión exploraremos) era necesario que la teoría se convirtiera en naturaleza y vida. Ya Séneca decía que “vano es el discurso del filósofo que no cura las enfermedades del alma”. En La Hermenéutica del Sujeto, Michel Foucault (1981), explora la relación entre sujeto y verdad, a partir de las diferentes escuelas de la antigüedad Griega (estoica, epicúrea, académica, aristotélica, cínica y escéptica). La exploración de los postulados de cada una de ellas pueden llevarnos concebir de manera muy distinta a las interpretaciones que usamos para comprender al mundo, la vejez es un ejemplo. En ese contexto, la vejez era vista como una meta positiva de la existencia que era necesario alcanzar. Pues la vida era reconocida y practicada como un prueba constante donde había que aprender a vivir para ser viejos a través de la práctica filosófica concebida como un largo ejercicio sobre uno mismo (askesis), es decir “un trabajo afectivo e intelectual para despojarse de la angustia, las pasiones, lo ilusorio y lo insensato” (Arnaiz, 2007). Más que un sistema de pensamiento, la filosofía era una práctica espiritual (en el sentido de la relación sujeto/transformación/verdad) a través del conocerse para ocuparse de uno mismo (Epimelia heautou). Una actividad que duraba toda la vida y tenía que ver con trabajar el alma a través de diversas técnicas del yorelacionadas con la meditación, la respiración, la concentración, la purificación del cuerpo y los sueños, con el objetivo de alcanzar una estética de la existencia. Sin embargo, siguiendo a Roca (2014), la filosofía dejó ese lado transfigurativo en el “momento cartesiano” que generó una ruptura en la filosofía al introducir los principios de la teología cristiana (más que de la ciencia) al mismo tiempo que aparecían las primeras universidades. Ocuparse de uno mismo era ante todo una actividad política (muchas veces privilegio sólo de la aristocracia) pues consistía en una meditación/preparación para gobernar y ejercer la acción política con el fin de alcanzar el buen gobierno y la concordia con los otros. Se trataba de un proceso donde primero era fundamental reconocerse, aprender a dirigir la atención y la voluntad individual para después reconocer a la naturaleza y a los otros. En contraste con la noción de ocuparse de sí mismo estaba la noción de stultitia, referente a la agitación perpetua del alma, el espíritu y la atención. Así como a la incapacidad de parte del sujeto por hacer un examen del contenido de las representaciones del mundo y permanecer expuesto a todos los vientos, dejando entrar en su mente todas la imágenes del mundo externo y dejar que se mezclen con su espíritu, perdiendo la memoria, la voluntad y el amor a uno mismo. Por ello, la práctica de sí era una trama que va de lo individual a lo colectivo y nos lleva a concebir lo político no en función de la relación de poder directa del Estado, sino desde la lógica de que el poder está en todos lados, en lo gubernamental. De ahí que ocuparse de uno mismo implica una mirada dialógica constante entre lo interno y lo externo, donde en el trabajo personal inicia la lógica de la resistencia inmediata, desde el cuerpo, que identifica la alienación en cualquier espacio cotidiano y abre múltiples caminos por andar.

Texto e imagen: @David_Ordaz_B Referencias 

Gabriel, Arnaiz (2007), Relevancia de las aportaciones de Pierre Hadot y Michel Onfray para la filosofía práctica. A parte Rei (Revista electrónica), (25), disponible en:http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/arnaiz52.pdf



Luis, Roca (31 de marzo de 2014). Michel Foucault: filosofía y espiritualidad. Recuperado dehttp://luisroca13.blogspot.mx/2014/03/michel-foucault-filosofia-y.html



Michel, Foucault (2009), La hermenéutica del sujeto, Fondo de Cultura Económica, México.



Michel, Onfray (2006), La fuerza de existir. Manifiesto hedonista, Anagrama, Barcelona, 2008.

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