Premiando la desigualdad

September 11, 2017 | Autor: G. Raffo Tranchino | Categoría: Education, Higher Education, Social Inequality, Educación, Reforma
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Descripción

Premiando la desigualdad
Gianpiero Raffo T.

Resumen
Este ensayo tiene como objetivo reflexionar, brevemente, por qué es importante disminuir la desigualdad en Chile, entendiendo el valor preponderante que tiene ésta para el bienestar social. Es decir, se discutirá respecto al valor social que tiene la desigualdad y sus distintas consecuencias.
Para conseguir lo anterior, primeramente pondremos en contexto a la desigualdad relacionándola con las actuales políticas públicas que se discuten en el parlamento y, por cierto, en la generalidad del país. Específicamente aquellas las relacionadas con la educación, entendiendo a ésta como el lugar en donde se aprenden ciertas desigualdades para su posterior reproducción. Lo anterior refleja que las personas, a pesar de estar en contra de la desigualdad, continúan aplicando la misma lógica en sus vidas.
Así también, se mencionará el concepto de equidad con el fin de entender a grandes rasgos por qué debe Chile apuntar hacia aquello. Finalmente se concluirá con una serie de nociones respecto a cuáles deberían ser los futuros debates para solucionar dichos fenómenos.
Palabras claves: Desigualdad, Educación, Reforma, Equidad.
Contexto
No sería una novedad decir que Chile es un país desigual. La desigualdad en Chile ha sido discutida álgidamente durante la última década, y sería razonable establecer una relación entre dicha discusión con la disminución de la pobreza en Chile. Ha medida que disminuye la pobreza, problema número uno en la década de los 80 y 90, el problema de la desigualdad va ganando terreno en cuanto a lo que debates, foros, seminarios y papers se refiere. Si bien el debate generalizado ha ido gradualmente en aumento desde fines de la década de los 90' es a mediados de la misma que en el plano académico surgían las primeras inquietudes e investigaciones respecto a la desigualdad.
Por otra parte es preciso señalar que hoy en Chile se discuten una serie de reformas que buscan rediseñar una serie de mecanismos. Los argumentos de quienes buscan implementar las reformas se fundamentan en los objetivos que éstas persiguen. Básicamente se arguye que dichas reformas mejorarán la actual distribución de ingresos y nos acercaremos a estándares de países desarrollados, correspondiente a la distribución de ingresos, calidad de educación, entre otros.

Alineamiento entre políticas públicas e investigaciones.
Conclusiones importantes de investigaciones llevadas a cabo durante la década fueron, por ejemplo, que el capital humano (educación más experiencia) explicaban una fracción importante de la desigualdad económica (Contreras, 1999). Así también se afirmó que invertir en la educación, tanto en calidad como en acceso, eran los "objetivos que redundarán en una distribución del ingreso más igualitaria" (Beyer, 1997). Con esto podemos aseverar que el conjunto de las señaladas investigaciones condensaron en lo que hoy es el objetivo de la reforma educacional. Recordemos que en el primer discurso de Michelle Bachelet, ésta aseveró que "Chile tiene solo un gran adversario y se llama desigualdad". Es decir, las reformas que lleve a cabo este gobierno buscarán, según los objetivos planteados, disminuir la desigualdad en Chile. Para lo anterior se está tramitando, también, una reforma tributaria que buscará recaudar $8.200 millones de dólares con los que se financiará la reforma educacional. En resumen, el gobierno está actuando de acuerdo a lo que los investigadores han concluido y estimado como un pilar a la hora de determinar las causas de la desigualdad: La educación.
"Lo que la gente quiere"
Si bien el debate, por momentos, se centra en cómo se debe disminuir la desigualdad, sería importante también determinar qué tanto importa la desigualdad en nuestro país. O dicho en otras palabras, cuáles son los efectos que tiene ésta en la forma en como Chile se desarrolla y, en consecuencia, cómo sus habitantes toman decisiones de acuerdo a esto. En 2013 el Centro de Estudios Públicos (CEP) logró concluir que un 85% de la población en Chile estaba de acuerdo con reducir la desigualdad de ingresos en Chile (Estudio Nacional de Opinión Pública, Septiembre-Octubre 2013). Podemos colegir, entonces, que la desigualdad es un tema que preocupa a la población, a razón de que ésta asume que hay algo que cambiar, en este caso, disminuir. Cabe señalar que en el mismo estudio de opinión se asevera que un 67% está de acuerdo con una reforma tributaria y un 74% con políticas que promuevan una educación gratuita.
Como vemos, en general, aquellas tres propuestas son aceptadas por quienes fueron consultados. Es razonable afirmar que en cuánto a los objetivos al largo plazo, es decir, al horizonte en el cual debería avanzar Chile, hay un cierto consenso. Sin embargo, éste se formó luego de una serie de confrontaciones de posiciones. Con lo anterior, me refiero básicamente a las marchas y manifestaciones dirigidas por grupos relacionados a la educación, salud, minería o simplemente a alguna comunidad como Aysén o Freirina. Esto nos da cuenta que Chile ha vivido una rica parte de su historia: definir qué país queremos construir y en qué tipo de sociedad queremos vivir. Cuáles serán los valores que serán premiados en la sociedad y promovidos por todos los ciudadanos. Es, sin duda, un periodo crucial.
Beneficios de reducir desigualdad y avanzar en equidad.
Sin embargo, luego de caracterizar la situación en el país debemos reflexionar en lo referente a las consecuencias derivadas de la desigualdad para Chile y su bienestar social. Primeramente debemos nombrar sin duda los niveles de segregación, en este caso ejemplificado con lo que ocurre en el área educacional, que tiene Chile en distintos ámbitos de la vida de sus ciudadanos.
El actual sistema educativo premia la desigualdad, ya que se basa en el supuesto de que los que saben más deben estudiar con los que saben más y, los que saben menos deben estudiar con los que saben menos. Aquel argumento es el que permite que se acepte la selección en los colegios. Y, cabe destacar, que aquella selección a veces no solamente es por méritos académicos, sino que también por la situación conyugal de los padres, el nivel socioeconómico, la religión profesada, entre otras. Lo anterior, es bastante cuestionable. Primeramente puesto que estaríamos aceptando que alguien que en un momento determinado sabe "cierta cantidad" de materia está condenado a un progreso determinado.
Es acá donde toma importancia la verdadera calidad de los colegios, es decir, que utilicen los recursos eficientemente para hacer de cualquier estudiante un buen estudiante. ¿No es acaso aquella la labor de un colegio? La de sacar el máximo potencial de sus estudiantes. Además, a menos que existan problemas cognitivos significativos, no veo por qué un estudiante que en resultados quizás no destaca, no pueda en el tiempo mejorar gracias al apoyo del establecimiento educacional. Entonces, es cuestionable el argumento, esgrimido por algunos, que el "combinar" a estudiantes "buenos" y "malos" sea "nivelar para abajo". Para explicar lo de "nivelar para abajo" y selección académica usaré el siguiente ejemplo. Está el estudiante uno (E1) y el estudiante 2 (E2). E1 Sabe más que E2, y ha obtenido una gran cantidad de conocimientos por factores sociales, culturales, etc. Y E2 no es un mal estudiante, refiriéndose a hábitos de estudio, pero sabe menos que E1. ¿Por qué sabe menos? Puesto que al realizar una prueba de selección E1 obtiene mejores resultados. Por lo tanto, éste entra al colegio. E2 queda fuera.
En cambio, ahora supongamos que los dos están en el mismo curso. El profesor enseña la materia y E2 muestra problemas para aprenderla. ¿Qué debe hacer el colegio? ¿Decirle a E2 que mejor se vaya a otro colegio, de menos exigencia, o apoyar a E2 a través de programas especiales, horas extras, cursos de estudios o un seguimiento personal? El nivelar para abajo según quienes lo apoyan surge cuando, en el ejemplo, el profesor decide enseñar "más lento" para que todos entiendan.
Pero para acabar con la duda de qué camino es el que toman las escuelas hoy en Chile, es importante generar obligaciones y deberes por parte del Estado para que las escuelas avancen en ocuparse de estudiantes con bajos rendimientos y no desecharlos. Lamentablemente, la lógica de no ocuparse del estudiante es la que existe en la generalidad del sistema educativo, específicamente, en la etapa escolar.
Una de las posibles causas de dicha práctica es la falta de financiamiento. Justamente ahora se discute respecto a cómo se recaudarán y entregarán dichos fondos. Sin embargo, estimo que el problema del dinero es sólo una arista de este prisma. Si no existe una alineación entre lo que quieren los distintos sectores para el país, difícilmente alguna política será exitosa. Como decía anteriormente, es por eso que estamos en tiempos de "calurosos" debates y largas horas de escuchar a expertos en el tema. Lo que debe decidir el país no es menor. Un problema que tendrá Chile, mientras existan los actuales índices de desigualdad será, precisamente, llegar a un acuerdo.
Como hemos visto la educación es donde nacen las desigualdades. Lo anterior tiene entre sus consecuencias la forma en que se interactúa dentro de la sociedad. En donde cierto grupo de personas, con ciertas características, se relacionan con grupos similares (Ioannides y Zabel 2003 y 2008). Aquello crea grupos cerrados a los cuales solo se pueden entrar si es que conoces a alguien. Algo similar a lo que ocurre en algunos colegios. Es decir, vamos reproduciendo dichas desigualdades aprendidas gracias a los sistemas, en este caso educativo, en los cuales nos vemos inmersos. Lo peor es que nos parecen normales, no se cuestionan. Ejemplo de dichas reproducciones es en qué colegio, refiriéndome a los privados y parte de los subvencionados, los padres quieren que sus hijos ingresen, subordinado a lo que digan los mismos colegios. En resumen, es un círculo vicioso.
Sumado a lo anterior es que está demostrado que en Chile no se premia, como se debería, los méritos ni el esfuerzo. Reflejo de aquello son las conclusiones de estudios relacionados (Nuñez y Gutierrez, 2004). Una de ellas, es que al comparar a dos compañeros de un curso, aquél que egresó de un colegio particular ganaba considerablemente más en comparación con uno que salió de un colegio municipal o subvencionado. Incluso si este último tiene mejores resultados académicos. Así de injusto es el sistema. Aun cuando una persona se esforzó más o aprovecho de mejor manera los recursos con los que contaba, bajo el supuesto de que alguien de un subvencionado o municipal cuenta con menos recursos y oportunidades que un egresado de un colegio particular, el retorno de dicho esfuerzo es considerablemente menor. ¿Éste es el camino por el cual Chile va a avanzar? Marginando arbitrariamente a aquellos que no "alcanzaron a subirse al buque", entregando medidas paliativas para que mejoren su situación, un pedazo de madera para que floten, para que se mantenga la profunda desigualdad a final de cuentas. Algunos están arriba y otros no, aun cuando aún queda espacio. Si bien es una caricaturización de la realidad, creo que la lógica no difiere significativamente.
Finalmente, sería razonable pensar que si no se toman prontas decisiones, el país se verá inmerso en una profunda inestabilidad social. Lo anterior debido a que será latente que algún grupo, animado por su descontento ante injusticias y desigualdades ilegítimas, decida extremar medidas con tal de conseguir lo que ellos creen que es mejor. Usando las herramientas más básicas del ser humano. Donde no prime el respeto, sino el rencor. Como sabemos, cuando se cae en dichas pugnas, la polarización de posiciones va en aumento. Chile ha logrado, entre otras cosas, crecer, tener una institucionalidad sólida, una democracia protegida y tener una buena reputación. Eso nadie lo pone en duda. Pero no serían sostenibles dichas virtudes, si no van de la mano con una solución de los problemas acá expuestos. Pero al parecer hay un punto de partida. Llegó el momento de generar la acción, puesto que el conocimiento e investigación, como hemos visto, existen. Invertir en educación, asignar recursos y fiscalizar que dichos recursos sean usados eficientemente son la consigna que no debemos olvidar en este proceso.


Referencias
Abate, J. & Bulnes, A. (2014, 17 de mayo). La desigualdad: En boca de todos. La Tercera, Santiago de Chile.
Beyer, H. (1997). Distribución del ingreso: antecedentes para la discusión. Santiago de Chile: Centro de Estudios Públicos.
Contreras, D. (1999). Distribución del ingreso en Chile. Nueve hechos y algunos mitos. Santiago de Chile: Autor.
Estudio Nacional de Opinión Pública, Septiembre-Octubre 2013. (2014). Santiago de Chile: CEP.
Garretón, M., & Cumsille G. (2002). Percepciones culturales de la desigualdad. Santiago de Chile: Autores.
Ioannides Y., & Zabel J. (2002). Interactions, neighborhood selection and
Housing demand. Department of Economics, Tufts University, Medford.
Núñez, J. & Gutiérrez, R. (2004). Class discrimination and meritocracy in the labor market: evidence from Chile. Santiago de Chile: Departamento de Economía y Negocios, U. de Chile.


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