Pregón de la Virgen de la Cabeza 2014

June 9, 2017 | Autor: F. Segura Márquez | Categoría: Religiosidad Popular, Literatura Mariana, Virgen de la Cabeza, Andújar (Jaén), Romerías
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Descripción

L PREGÓN DE

ROMERÍA y fiestas en honor de la

SANTÍSIMA VIRGEN

DE LA CABEZA Patrona de Andújar y la Diócesis de Jaén y Rosa de Oro, que se venera en su Real Basílica del Santuario

Francisco Javier Segura Márquez Presentado por Pablo Utrera Cardeñas Teatro Principal 20 de abril de 2014 Domingo de Resurrección

LLAMADA DE LOS CIELOS EN REPIQUE ¡Estirpe iliturgitana! ¡Despierta ya! ¿No lo escuchas? Te están llamando los cielos con repique de aleluyas. Busca la torre escondida, busca la campana oculta, y el reloj que da la hora y el campanero que ajusta, y la puerta y la escalera y el badajo que retumba, busca la veleta altiva sobre las tejas parduzcas, busca la espadaña limpia, busca la cuerda robusta, salte a la plaza, a las calles, mira, remira y pregunta. Te están llamando los cielos con repique de aleluyas. Están hasta ayer mismo todas las campanas mudas, todas con ecos de muerte asomadas en su altura, las esquilas de las claustros con su vocecita aguda, y las campanas más grandes con su grave tesitura. Haciéndose estaban señas calladas so pena y multa, las otras, como diciendo “Es lo que toca: cordura”. Repicó la del altar mayor y calmó su angustia, y lo mismo que un mensaje boca a boca se promulga, te están llamando los cielos en repique de aleluyas. 2

¿De dónde? ¿De dónde viene? ¿Dónde nace y en qué altura, más alta que nuestras torres, más alta que nuestras brumas, más alta que lo más alto de esta tierra se pronuncia? No te distraigas, amiga, no te entretengan y aturdan, tantas campanas sonando, tanto carrillón en lucha, tanto ángelus a un tiempo rezándole a la hermosura. Más arriba de lo arriba, más elevados que nunca, más jubilosos que ayer y con voces más rotundas, te están llamando los cielos en repique de aleluyas. Siéntete como por dentro se te separan las túrdigas de la piel y las entrañas y la sangre que circula, y el pulmón que toma el aire en otra atmósfera pura, saben que ayer ya pasó, saben que hoy ya se acuñan monedas que pagar puedan el gozo que nos acucia, saben que mañana vuelven la ilusión y la locura, saben ya que los espartos y el capirote se ocultan, y ya todo son volantes, y pañuelo a la cintura, sabe que todo son botos y panderetas morunas, que repican con el cielo en repique de aleluyas. 3

Ya distingues las campanas que oíste como difusas, ya las oyes a las tres, triangular repicatura, tan nerviosas que no saben cogerse el compás que usan, y se echan a dar vueltas y en su volteo articulan la melodía más bella, la canción en anacrusa y en su tiempo a contratiempo sin clave y sin armadura, sin pentagramas que puedan dejar escrita su música, que se transmite y se cuenta y a transcribirla rehúsan, porque está escrita en el alma de quien llorando la escucha, te están llamando los cielos en repique de aleluyas. Ya has encontrado el motivo, ya has encontrado la excusa, no te hacen falta los bandos ni los carteles que anuncian, no te hacen falta señales que las señales caducan. Tú estás en abril un día siguiente y al día siguiente te pulsan, como guitarra, esa cuerda del bordón de tus honduras, y ya guitarra adelante, y ya el caballo y la mula, y ya el cante y la plegaria, y los vivas se arrejuntan, andando por los caminos o entronizada en jamuga, subes porque estás oyendo un repique de aleluyas. 4

Y en la lonja y la calzada, y en las casas que no mudan, y entre peñas y carretas y banderas que perfuman como la flor en los cetros esta primavera fúlgida, donde acaban los caminos, donde terminan las rutas, donde el pastor la encontró, donde cayó la aceituna, donde la reja separa, donde el camarín nos junta, donde la Rosa de Oro florece y nunca se mustia, donde acaba tu memoria y tus recuerdos te alumbran, allí donde eres quien eres por quien eres y quien luchas, te están llamando los cielos en repique de aleluyas. Pon atención, pueblo mío, atiende y no te confundas, que las campanas más altas que estás oyendo te aguzan, te levantan y te mueven y te resuelven las dudas, y pintan de claridad tus moradas vestiduras. Te estoy llenando la alcuza de aceite para que acudas, si quieres subir postrado de rodillas, ten mi ayuda, si quieres cumplir promesas yo te invito a que las cumplas. ¡Te están llamando los cielos en repique de aleluyas. Te está esperando la Virgen sobre los cielos de Andújar! 5

JÚBILO POR UN PREGÓN CINCUENTENARIO Ilmo. Sr. Subdelegado del Gobierno de España en Jaén, don Juan Bautista Lillo Gallego. Delegado Territorial de Vivienda, Turismo, Comercio y Empleo de la Junta de Andalucía, don Juan Antonio Sáez Mata. Excmo. Sr Alcalde de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Andújar, don Jesús Estrella Martínez. Miembros de la Corporación Municipal. Dignísimas autoridades civiles y militares. Rvdo. Sr. Arcipreste de Andújar y Cura Párroco de la de San Miguel Arcángel, don Pedro Montesinos Moya. Rvdo. Señor Rector del Real Santuario y Basílica de Nuestra Señora de la Cabeza, don Domingo Conesa Fuentes. Hermana Mayor de la Real e Ilustre Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza, doña Araceli González Rubia y esposo. Presidente de la Real Cofradía Matriz, don José Carlos Millán Talero y esposa, y miembros de su Junta Directiva. Hermandad de San Eufrasio. Agrupación Arciprestal de Cofradías y Hermandades de Andújar. Cofradías Filiales de la Santísima Virgen de la Cabeza. Peñas Romeras, peregrinos a caballo, en jamuga y a pie. Ilustres y excelentes pregoneros y pregoneras. Amigos, hermanos, señoras y señores. En lo más alto de esta ciudad, de esta antigua Iliturgi, de esta cuna de la fe a la Santísima Virgen de la Cabeza, suena ahora, catarata de bronce, pozo inacabable de rítmicos talantanes no guiados por mano ni por resorte alguno, convocando, anunciando, llamando a la verdad del Evangelio. Cuatro veces ha tenido lugar este pregón en la fiesta del Domingo de Resurrección, por no quedar más tiempo para anticipar el gozoso mensaje que hoy traemos, vosotros en el corazón y yo en la palabra dadivosamente concedida. Anoche estaba Andújar lleno de “campanas en carne viva y vital bajo la serenidad helada de las estrellas”. Tan certero y hondo el repique era que “resonaban los bronces entrañables bendiciendo las lomas y collados; los horcajos hundidos y los llanos distantes”. 6

Prevenían al pueblo iliturgitano de un amanecer distinto, de “una luz especial, una luz de milagro y resurrección; de espíritu y de músculo; de meditación y de piropo, volando como los enjambres viajeros, como las golondrinas, como las águilas planeadoras sobre los collados y las gargantas”. Con esa luz en la garganta, en el recuerdo y en el sentimiento, llego, Andújar, a cantarte, a reclamarte, a prepararte para el infinito campaneo de tu romería, ese que ensordece a los miembros del coro que cantan cada misa con la misma ilusión que cuando entran rodeando al estandarte de oro rico y pesada responsabilidad. Como si lo llevara esta tarde, como si los cetros, ahora detenidos, siguieran recorriendo la ciudad como lo han hecho hasta hace un rato, vengo a vosotros, invitado por el Señor Alcalde, con la cariñosa cercanía de la Comunidad de Padres Trinitarios y de la Cofradía Matriz, en la que, no de ahora sino de hace años, tengo buenos amigos y compañeros de ilusión cofrade y romera. Traigo un pregón muy alegre, pero también comprometido y responsable de la grandeza, mundial ahora como hace tiempo, de nuestra Romería en honor a la Santísima Virgen de la Cabeza. Agradezco mucho esta oportunidad, este regalo, este broche precioso para la Semana Santa que me ha traslado –tan lejos y tan cerca a este lugar increíblemente hermoso. El pregón ha cumplido cincuenta años en el texto de Jaime de Foxá, pero el mensaje se mantiene tan vivo que he mezclado mis palabras con las suyas y no ha podido advertirse diferencia. Hoy mi voz, la de todos los voceros.

Mi voz, como siempre es, de otro que mi voz emplea. Hoy mi verso centellea de otro pregón a través. Y es que aunque tú me lo des para que yo lo pronuncie, aunque sea yo quien lo anuncie pues uno había que elegir, conmigo deben subir todos los que al punto enuncie.

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Ábrase la cincuentena de voz, de canto y de trova. Jaime de Foxá y Torroba, conde de Rocamartí. Venga Piñar y alce aquí su escribana voz vibrante. López Anglada nos cante con sus versos de Arbolé. Pardo Gayoso nos dé su pregón gubernativo. Federico Muelas vivo traigo en mi campanería. Gustoso camino haría Rocamora al Santuario, que es museo imaginario de la simpar romería. Carlos y Antonio Murciano con el Padre Ramón Cué siguen dando voz y pie al pregonero cantano. García Nieto, de la mano trae su Oviedo y su Santina. Alcántara no termina su malagueña canción. Matías Prats es la emoción que al recordarlo se inclina. Rodríguez Valcárcel rige, Vegas Asín nos dirige “Dos cartas y poco más”, José de las Cuevas, das con tu hermano un mismo canto. Alfonso Grosso, entretanto, se une a mi sevillanía.

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Jiménez Martos diría: “Veleta, distinta luz”. Y haciendo raya y la cruz, José Manuel Caballero Bonald, ante quien prefiero callar por mejor honrarlo. José Carlos de Torres, oso nombrarlo y Lope de Vega con él a la sierra llega descubriendo “generoso” que “Andújar es buen lugar bueno, alegre y deleitoso”. La voz iliturgitana toma la voz y el atril, Ríos Ruiz da el perfil de cátedra jerezana. Cambia Jerez por Chiclana y es Quiñones quien pregona. Antonio Hernández corona la insurgencia y cuando oficia Estepa Llaurens se adorna de púrpura y la voz se torna en gala cardenalicia. Ruiz-Giménez defendió la voz del pueblo más clara, y fue Alfredo Ybarra Lara quien jugó la otra partida.

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Y es la voz agradecida la que en mi amigo Joaquín, toledano en el confín de Cádiz la marinera, pone la pausa primera. Pregonero, en lo distinto de las calzadas de ahora, calzadas de la palabra sube mi voz y menciona a don Antonio Garrido, voz Ideal que nos honra, Manuel Toribio García colega en cuanto a la historia del arte, y con Colodrero señalo a mi romancero dónde se ve el santuario. Moreno Codina, del Diario Jaén te trajo reseñas, y fue voz entre las peñas nuestro padre Saturnino. Otra amistad adivino a Enrique Gómez nombrando, que vive y sueña mirando al santuario. Se vino Pepe Núñez Castaín, de mi tierra a ser, en fin pregonero andalucista. Sigue y prosigue la lista: Pepe López, el poeta de la Virgen; Inmaculada Soriano, la abanderada mejor que Andújar tendrá; Francisca Esteban Pedrajas, Radio Andújar al oído, Andrés Borrego, elegido diácono por el Señor.

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Francisco Fuentes Chamocho, al servicio de la Virgen, después de él, Susana Alonso, que ya no vive y confía su voz a la Virgen Santa “reina de la Serranía”. Tico Medina, que quiso vivir en la hospedería, Vicente Oya, curtido en el papel de cronista, Santiago García Aracil, que dio el pregón de la mitra, Paloma Gómez Borrero, Roma y Madrid en sus citas, el padre Antonio Garrido arcipreste que volvía, también el Padre Domingo, rector que su culto anima, Inmaculada, mi Cáliz, donde bebo la alegría, Manuel Gálvez, que se honró con el pregón de su vida, José Rafael Martínez, a quien yo desconocía conociendo a Miguel Ángel, a su hermano asuncionista, y Pablo Utrera, por último, para quien yo pediría que la calle de las Parras su nombre propio reciba. Foxá y Torroba preside este senado y nos signa uno a uno con la luz y la palabra encendida, y lleva cincuenta años solitario en montería, don Jaime oyendo en nosotros su Pregón de Romería. 11

CONVIDANDO CON UNA SOLA BANDERA “Como un ascua de permanencia, como un brote del milagro primaveral, la alta luz del Santuario, estelar y dulce en la oscuridad dramática de los montes dormidos”. Así veía don Jaime el santuario, igual de nosotros, con el mismo respeto, con el mismo santo temor que mirábamos de pequeños los ojos de los padres esperando de ellos severidad y cariño a partes iguales. Así lo vieron los romeros hace siglos, desde aquel momento indeterminado en que comenzó a honrarse a María en estos cerros de los que Andújar es la gracia que rebosó y se derramó cuadro de la Virgen hacia adentro. Como luz siempre encendida lo vieron los padres que llevaron a sus hijos en la fiesta de la Candelaria, una de las que no debe perderse en los recintos donde reina la claridad sin mancha de Nuestra Señora. Por cierto, me gusta mucho cuando la Morenita se viste de celeste y blanco, de morado, de verde, de rojo, de blanco…acorde con los tiempos litúrgicos. Gracias, Hermana Mayor por esa tarea, gracias a todos los que antes habéis desempeñado tan hermosa labor, cuidando que la Virgen hable a los que le rezan con la lengua de su Hijo, esa que trajo a esta tierra la prédica de San Eufrasio. ¡Cuántos colores en la Romería! En los trajes de flamenca, en los estandartes, en los pañuelos, en las dehesas de coches aparcados, en las maletas amontonadas, en las flores de los cetros, en las bandas de los mayordomos, en las cintas de los estadales, en los cordones de las medallas, en los puestos de baratijas, en las ofrendas del camarín, en las banderas de la explanada…cada una de su tierra y de su lugar de origen, todas a los pies de la Patrona de la Diócesis. La romería de la Cabeza no sería lo mismo sin las banderas. Pero las banderas, los cetros, las bandas, las medallas, los hábitos, los bastones…no significarían nada si Ella no estuviera con nosotros. Yo contemplo con fervor las seis banderas del escudo de la Cofradía Matriz, que cuando se unen en un solo punto, cuando cobijan bajo de sí a la Virgen o se humillan para saludar y enaltecer al pueblo, pero en las seis banderas, que son todas una, aprecio esa división de colores, de estamentos, de poderes, de parcelas…División que en nada contribuye, sino que llega a perturbar, a confundir, a alienar el verdadero sentido de esta gran fiesta que ya presagiamos. Andújar y su devoción precisan… 12

Que haya un convite distinto a los que antes se hicieran, en el que no haya invitados con lugar a la derecha. En el que nadie divida, ni le hagan sumas ni restas, ni “esto es mío”, ni “esto es tuyo” ni “esto no es nuestra tarea”, ni “aquí yo voy por cumplir” ni “quién te ha dado a ti vela”. Un convite que yo creo que hará raya en esta tierra, y cuando salga a la calle la comitiva romera, antes de que sean romeros de jamugas y de yeguas, dirán de una vez por todas “aquí la que manda es Ella”. Un domingo y dos domingos y el jueves…los días que sean, cuando ese hermoso convite se organice y se resuelva, no harán falta recorridos ni itinerarios de vuelta, ni horario estricto de paso para que suban las peñas, aunque arriba los atascos sean la constante más cierta, porque el cerro no da más de sí por la carretera. Yo estoy soñando un convite donde todos se conciencian de que Cristo es uno solo, sin unidad no hay manera, de que los miembros del cuerpo tengan vida, y ésta sea abundante y fructuosa como la Virgen quisiera. 13

La Romería en Abril, lo que Agosto nos recuerda, cualquier domingo del año que vamos al Cerro a verla… ella nos llama y convoca, ella nos busca y espera, ella recibe y despide, ella consuela y alienta, ella no entiende de piques, de crisis y de protestas, ella no entiende de cambios, de reformas, de contiendas… Ella imaginar no quiere que bajo aromas de fiesta y aires de romería, esos que también nos suenan, hay disputas que no son tan sólo humanos problemas. Yo estoy soñando un convite distinto, donde se pueda besar un cetro tan sólo, sin que le demos más vueltas. Será un convite precioso el que en mi mente se lleva a cabo desde Ollerías y todo Andújar contempla. Un convite a la alegría, a la unión y a la conciencia de honrar nuestra fiesta grande con templanza y entereza, compartiendo el noble peso de la historia y de la herencia, poniéndole cuatro patas firmes a la misma mesa. La pata de la blancura trinitaria que profesan los guardianes de la casa de la Virgen en la sierra. 14

La pata de la Alcaldía, que los destinos gobierna del pueblo iliturgitano y lo atiende en sus carencias, y hace posible vivir brillantemente las fiestas. La pata de los cofrades de la Matriz que venera a la imagen milagrosa, santa capitana excelsa, que tiene a las filiales en tantos pueblos y aldeas. La pata del pueblo llano que no entiende de prebendas, que no quiere privilegios más que subir a su vera y sentir que les bendice con su Niño la Morena. Las cuatro patas no pueden volver la vista dispuestas a entender por entender y que salga como sea. Hay que salir al convite unidos por una cuerda a la que hay que cogerse para que nadie se pierda. Para que nadie confunda, para que nadie establezca prioridades que no son las de la letra evangélica. Hay que salir al convite con alegría sincera, abriendo todas las casas, abriendo todas las puertas, haciendo oír a los sordos y dando a los mudos lenguas, y fuerza al que no la tiene y ayuda al que solo espera. 15

Hay que formar un convite precioso porque se vea que Andújar no es como un prisma con muchas caras perfectas, sino más bien que este pueblo es la reluciente esfera, que por todas partes brilla bajo la luz abrileña. Que vayan ya los Fiscales organizando este tema, que se impriman los carteles anunciando lo que queda, que Andújar se eche a la calle y las cuatro patas vengan a unirse en fraternidad logrando todas las metas. Un convite que va a ser precioso, de esos que quedan en la memoria de todos y los mayores lo cuentan, y los niños se lo aprenden para añadirlo a su herencia. Yo no estoy pidiendo tanto, es fácil visto de fuera, lo que importa es que sea fácil desde el centro y en la médula. Vamos a hacer un convite para que Andújar entienda, que la Virgen es quien puede unir todas las conciencias. Andújar lo sabe bien… mas…no está mal esta prueba. De una vez, todos a una, unidos por nuestra Reina. Quiero que Andújar conozca un convite sin más grieta. Un domingo de convite bajo una sola bandera. 16

AMOR FILIAL DE HERMANDADES FILIALES Lleguemos a los pies de la Virgen con una sola bandera, con un solo signo, con el único atributo de nuestra medalla sobre el pecho, nuestros pies cansados y el corazón contento por las bromas y anécdotas de un camino duro. Si hay que subir en autobús, la bandera de la paciencia para todos, porque todos vamos a llegar y vamos a coger la calzada o la carretera antigua con las mismas ganas de encontrarnos con la Señora. Los caballos bendecidos, los campaniles mudos, los botos puestos en la ventana, las insignias presidiendo los salones de convivencia. Las hermanas mayores, a las que veo en mi querida Manuela, echando una mano en todo, conociendo todos los truquillos para que la casa funcione bien. Las camisas blancas y los trajes limpios, el pelo mucho más brillante que cuando en la ciudad lo engominamos…ambiente de Romería, de una romería que ha llegado al Cerro de la Cabeza – gracias Enrique- por un alboroto de caminos, de cuestas, de puentes y de arroyos que nos plantan cara, como desafiando nuestras humanas fuerzas…que se reponen con una buena comida en el Lugar que se llama así porque todos “nos quedamos como nuevos”. “Arriba está la Virgen, en el sencillo trono de las rocas rosadas” como las de las piedra del patio, añado yo a lo que dice Jaime. “En su empinado cerro, desfallece de amor hacia sus hijos una Madre, graciosa como la campanilla del madroño, morena como las carbonerillas de los chozos y pura como la mirada de las ciervas”. Que diga cualquiera de ustedes que no cierra los ojos y escucha el vibrar de la berrea. Que diga cualquiera de ustedes que no cierra los ojos y le parece sentir el calor de la hoguera de las velas de promesa. Que diga cualquiera de ustedes que cierra los ojos y no siente la lluvia torrencial sobre los anderos. Todo eso, quizás con mayor intensidad, sentimos los que, queriendo a la Virgen de la Cabeza, tenemos la suerte de pertenecer a una cofradía filial, sin estar integrados en la Cofradía Matriz. No sé muy bien cuántos pregoneros han venido hasta aquí con esa condición. A mí no me condiciona, porque yo, desde bien pequeño, sin que nadie me lo enseñara, ya quería a la Virgen de la Cabeza. Luego, siendo algo más mayor –que no mucho-, conocí la cofradía filial de Sevilla, que hoy las representa a todas en el generoso número de la diputación que me acompaña. Yo soy cofrade filial… 17

Yo estaba lejos de ti, si es que alguna vez distancia hubo entre tú y yo, y no fuimos de una moneda las caras. Sevilla, cuando queremos, está lejos, cuando hay ganas en un salto estás aquí o allí de vuelta a tu casa. Yo estaba lejos de ti, lejos porque no me hablaban como le hablan a los niños de Andújar, que les señalan a la Virgen en el cerro, los presentan, los abrazan y dan besos en la cinta que de la peana baja. Yo estaba lejos de ti, pero en San Juan de la Palma, encontré una reja igual donde, como Foxá canta, vive Ella, “por razones de su amor aprisionada”. Yo viví en las filiales -la emoción casi me embargael sencillo cumplimiento con la Virgen Soberana. Yo las he visto llegar sencillas, con pocas varas, con un estandarte pobre remediando tantas faltas ver que miraban al cielo hondamente enamoradas. Yo vi aquellos peregrinos venidos desde la Mancha, desde la Jaén más honda, vieja devoción mariana, los vi, sólo cuatro o cinco, ellos de camisa blanca, 18

un pañuelo a la cintura y su pantalón de rayas, y ellas, lo mejor posible, lo que se dice bien guapas, y entendí que los que vienen de las tierras más lejanas, y los que vienen de cerca superando tantas trabas de la crisis y del paro pero suben a buscarla, ésos lejos nunca están, yo digo que ellos alcanzan con su mano cuando quieren la reja con que separan la lonja del santuario de la pedrosa calzada. Andújar, la Madre es tuya, tú la quieres y la amas, tú estás soñando con ella desde la aurora hasta el alba. Sientes como te elevas cuando vas a visitarla, sientes que arriba, en el cerro de la Cabeza, te igualas con las nubes y te tornas alzada en vuelo, en el águila que aunque le falta a tu escudo tú la imitas y la alcanzas. La Virgen, la Reina es tuya, la Rosa de Oro sagrada, la que Aldehuela me ha puesto aquí porque la mirara, tornando Rincón del Arte este cruce de miradas. Tuya, pero siendo tuya, ella se expande y viaja, y en Washington tiene altar y en Río parroquia blanca, 19

y en Lima tiene una imagen misionera y trinitaria. Hay un altar filial en todo aquel que la ama, y una hermandad filial en todas partes de España. Sigue dándola a querer, Andújar a quien pasara, deja que sea el peregrino quien cante aquellas plegarias que escuchó por San Ginés o antes de cruzar el Jándula. Igual que a mí me enseñaron a quererla y a llorarla, en un altar con su reja que en mi Sevilla la guarda, hay muchos niños que aprenden en sus pueblos a besarla del que en agosto y abril viene a cumplir y a dar gracias. Andújar tiene llanuras, Andújar tiene montañas y tiene Guadalquivires que en Sanlúcar no se acaban. Andújar está presente, tiene cientos de embajadas, donde está la Morenita en un cuadro, en una estampa, en un retablo sencillo, en una Virgen cuidada que tiene a sus camareras completamente entregadas -Marmolejo tiene el lujo de los fervores de Ana-. Tuya la Virgen, Andújar, pero tú nos la regalas, a los que lejos vivimos besando nuestra medalla. 20

Sube, Andújar, por nosotros, lleva campanas de plata, coge el guión a caballo como si abril no acabara. Peregrina tú en el gozo de la hermandad que no alcanza a venir más que una vez al año a cuidar su casa. Yo aprendí a quererte, Madre, en mi San Juan de la Palma, Sevilla fue como Andújar, Guadalquivir a tus plantas, y el puente romano puente de bronce entrando en Triana. Mira el amor filial que mi hermandad te proclama. Que aunque Andújar te venera, se multiplica tu gracia, y hay amores como el mío que en Sevilla te proclaman. Voy a subirme a la torre fortísima que la llaman, a cambiar las azucenas por cuatro ramos de jara. Y en la jara, entremetida, madroños de los que salvan, como el que el Divino Niño lleva y en su mano guarda. Voy a subirme a la torre fortísima, la más alta, y con jaras y madroños yo te la daré adornada. Será la torre preciosa que al santuario le falta. Sonará para el rosario, sonará cuando Ella salga. Habrá repiques romeros encima de la Giralda. 21

LA VIRGEN, APARECIDA EN LOS ANCIANOS. Hablo de la Virgen y todo se me vuelve campanas como al principio. Para volver a Ella, para llegar a Ella, cuando me acerco a su grandeza desmedidamente reducida, “una Virgen diminuta…mínima imagen, morena miniatura columpiada en la curva en vaivén de media luna…Virgen de los Divinos ojos” que dijo don Jaime, y ante la cual me parece que todas las palabras se quedan cortas, que el oficio de pregonero, que dijo Foxá que tiene “el privilegio de imaginar, de ensalzar cosas aún no ocurridas, de lanzar su noticia sobre las gentes como un piropo o como una arenga”. Ya que por merced del Señor Alcalde puedo pregonar lo que no ha ocurrido aún, yo pregono que la Virgen de la Cabeza se ha de aparecer ante vosotros prontamente. Antes de que agosto nos recuerde que dentro de once años se cumplirán ocho siglos de tu presencia amorosa en Andújar. Antes que Abril, que ya termina, se consuma completamente en el sol que ansiamos y anhelamos para la romería. Quizás antes de que cante el gallo, antes quizás que mujan los ciervos y los linces maúllen salvajemente por los caminos. Antes de los caminos, se nos aparecerá la Virgen. Antes de que se nos ocurra hacer la ruta del Pastor, que tanto ha calado en el corazón de los que quieren acercarse a la Señora. Antes de que el cuadro de la Virgen vuelva a verse iluminado por una vela más, por una oración más añadida a tantas otras. Antes que en la Ermita de calle Ollerías y en Santa María, las imágenes vicarias den el verdadero consuelo a quienes no pueden conocer cercanamente cuánto bien hace la Morenita a su pueblo de Andújar. Yo quiero que se nos aparezca, como se me aparece a mí en los mensajes de Sonia, en el cariño de Juan Herrera, en el recuerdo del Padre Rafael –que tanto me enseñó a quererla-, en la amistad sincera de Pedro, Emilio, David, José María, Ana, Archi…tantos y tantos nombres en los que descubro, como Juan de Rivas, que aunque me sentía manco, puedo mover los abrazos para responder, para abrazar, para cogerles la mano cuando hablamos de la Virgen. A mí se me aparece siempre la Virgen muchas veces. No hay destellos, ni campanillas ni rebaño a mi alrededor. O quizás sí, aunque yo no sepa mirarlo con los ojos de la fe. Yo creo que en Andújar la Virgen puede seguir apareciendo, y siempre puede ser noche clara del 11 al 12 de agosto en Cerro. 22

Te me apareces, María, cuando quieres y precisas que no ponga cortapisas al cariño y alegría. Tu candor se aparecía y en mis palabras esquivas, intenté ser Juan de Rivas, colomereño pastor, pero fallaba el amor y al alcanzarte te ibas. Te me has aparecido en la fría madrugada, y aparentó despistada ser mi conciencia, y perdido -después de haberme mentidoaparenté en la espesura. Y al vislumbrar de la altura tu presencia milagrosa, por la veredilla umbrosa rodaba mi desventura. Cobarde y asustadizo, después de haberte encontrado, después de haberme curado sin truco ni bebedizo, torné la color pajizo y amarillo me escondí. Yo te encontré, yo te vi y aun siendo vital, preciso no me bajé a dar aviso escapándome de ti.

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Te apareces muchas veces, y curas brazos tullidos, y descubres la esperanza de los que viven marchitos, esperando oír de lejos la campana del auxilio. Te apareces, Madre buena, en los padres y en los hijos. Lo mismo que Juan de Rivas oyó el repique dulcísimo, y encontró la salvación de Andújar y su designio, y sobre el Cerro encontró su esperanza por los siglos, hay muchos padres ancianos que esperan, tras tantos siglos, que en la campana del timbre de su puerta llame un hijo, y se aparezca con él la Virgen en su cariño. Sentirá entonces el padre, anciano ya y desvalido, que sus brazos y sus manos y sus pies, como en prodigio, pueden moverse y se mueven sirviendo a quien ha venido. Ya no le duelen los huesos, se levanta y, contentísimo, y, lo mismo que Juan Rivas, baja a decirle al vecino: “Mira, que luego bajamos, ahora han llegado mis niños”. Las madres son Juan de Rivas a su modo y a su estilo, y van a buscar la luz, aunque esté lejos, lejísimos… siente a sus hijos llamándola sobre sus cerros perdidos. 24

La madre que se aparece llama a la puerta del piso, va donde viven sus hijos por un futuro más digno y en el timbre de la puerta suena el campanil divino, que escuchará Juan de Rivas cuando encontró lo más lindo. Los hijos que refunfuñan, se quejan de que ha venido, dicen que no tienen tiempo, dicen que están liadísimos, y tienen el corazón como Juan Rivas, perdido, y con un beso tan sólo cambian los planes escritos y avisan con un “no voy, que está mi madre conmigo”. ¡Cuántos quisieran ahora que aparecieran sus hijos, que aparecieran sus padres como en el recuerdo vivos. Lloran porque ya no están, lloran porque se han perdido, y en lo alto de los cerros de la memoria, lo mismo que apareció nuestra Madre de la Cabeza, están vivos. Sigue apareciendo, Reina, -Juanes de Rivas muchísimosen los padres que no dejan de cuidarnos, y los hijos que siguen bajando a Andújar, orgullosos, convencidos. Del Cerro de las distancias bajan porque allí te han visto. Morenita, en nuestras madres nos encontramos contigo. 25

EL CAMARÍN, CERRO DE LOS PERDONES Ya te has aparecido en el Pregón. Yo también Juan de Rivas, en mi madre, en mi abuela, en mi tía, en las vecinas de mi calle Amparo, en los ancianos de nuestras residencias, en los que suben en la Peregrinación Blanca, en los que van poquito a poquito por la galería hasta subir la escalera del camarín. Ya desde el sábado por la tarde, cuando se estén presentando las cofradías y el santuario sea un incesante intercambio de peticiones y milagros, cuando el cristal de la hornacina, ese donde apoyamos la cabeza mirándola, parezca quebrarse con las plegarias, con los llantos, con los vivas, con la oración ardiente, como fuego de lámpara que jamás se apaga…ya desde el sábado, subiremos lentamente como esos ancianos y enfermos que van de nuestro brazo porque no quieren perderse la Romería. Yo he subido a verte, Señora, cuando despuntaba la mañana de un verano solitario, y hemos estado tú y yo y nadie más hablando de nuestras cosas. He subido a verte a las horas de la siesta de un invierno gélido, cuando apetecía sentarse contigo a charlar. He subido en tus fiestas grandes, y si alguna vez me esperabas y no fui, seguro que alguien me llevó en el corazón y en el pensamiento. “La Sierra es el manto de una Reina”, dijo Foxá y lo ha pintado en su cartel Jesús Zurita. La Sierra es el manto que acoge a tantos peregrinos que en imposible acumulación, parecen cubrir con las lonas de sus tiendas de campaña la piedra, soñando que de tal invernación broten las flores de la tradición y la promesa cumplida. “Gentes de toda tradición y de todo origen; vecinos de toda tierra y todo clima”. Lo veremos cuando ellos “eleven al Cabezo, no ya su oración íntima – siempre alzada- sino sus cuerpos mismos –con esfuerzo, con nervio y con sudorhasta las gradas del altar donde la Gracia reina”. Más arriba de las gradas, donde las flores sentirán envidia de las del Jueves de Ofrenda; más allá de la mesa de altar y de la sede, de la reja y las tribunas. Allí, donde la cristalera comunica con el convento y se te puede ver el manto y la corona. Allí donde los candelabros de orfebrería se convierten en cascada que la ilumina. Allí donde está escondida la figurilla del pastor. Allí, donde el monaguillo pide limosna incansablemente. Allí, mi corazón se ha quedado encerrado y preso, como el vuestro, como el tuyo, Andújar que me das la voz que hoy tengo para que cante tus fervores. 26

Dentro de tu camarín, aprendí que los que lloran, pueden sonreír también en medio de su congoja. Dentro de tu camarín, lleno de tristes doloras, escuché las guitarras cantando plegarias hondas, y escuché en la intimidad aquellas palmitas sordas cuando acabó el besamanto y cantó Pedro una estrofa. Allí, en aquel camarín, donde tú vives y moras, moribundas las angustias se deshacen, se destrozan. Allí he visto yo milagros y peticiones preciosas, vi yo subiendo a dar gracias tantas y tantas personas, que yo, que subí feliz, sin una pena tan honda, solo le pedía a la Virgen “que vuelva pronto, Señora”. El altar donde ella está, monumento en la memoria, los ojos fijos al cielo que allí a su vera se toca, una oración simplemente una charla allí a tu forma… eso no lo olvida nadie, permanece en la memoria, y el sentimiento recuerda, cuando a los cielos se implora, las veces que la miraste, alta, guapa, dulce, hermosa, dentro de aquel camarín como enchapado de historias. 27

Es el camarín un cofre de secretos que no afloran más que cuando frente a Ella las armaduras se aflojan y quedamos indefensos y se olvida y se perdona y se habla con aquel que ha hecho el camino y te ignora por aquella tontería -cualquiera va y se equivoca-. El cerro de los perdones es el camarín, la roca sobre la que está la Virgen cada vez más orgullosa. Más alta cada domingo, cada mes de abril…se nota. Los perdones a sus pies son peana primorosa, y cada vez que yo subo veo que crece y no aminora. Ya he llegado al camarín, tras el camino sin sombra, tras el camino de lluvias llenas de barro las botas. Los ojos llenos de Ti, buscando lirios y rosas por los caminos agrestes por donde baja tu aroma. Ya estoy en el camarín, aquí tienes mi voz ronca, y tienes mis pies cansados tras una jornada corta. Tienes mi amor, qué más da, si vine a tracción motora, si en jamuga vine a verte, o a lomos de jaca torda, lo importante es…que aquí estoy y vuelvo a verte, Señora. 28

Yo soñaba de pequeño tu camarín y esa hora que Andújar y Colomera te sacaban de tu alcoba, y en sus brazos te llevaban. Palmas ensordecedoras, pasillo hasta que en las andas te veía puesta, Señora. El camarín no conoce la bendición de las lonjas, de las casas de hermandad de las carretas, la forma que tienen esos anderos de llevar a su Patrona. Mas…por todo lo que pierde gana ser prisión de gloria y cerro de los perdones, valle donde desmoronan las piedras de la arrogancia los picos de la deshonra. En un camarín tan chico cabe el gozo del que implora, la pena del que se siente perdido y tú lo confortas, cabe lo malo y lo bueno, lo que gusta, lo que agobia, lo que hiere y lo que cura las heridas y las formas. Que Dios me dé la salud y la angustia y la discordia, la paz y tiempos de éxitos y fracasos, que no importa. Yo vendré a traerlo a todo, como aprendí, yo a mi forma. Vengo a dejarlo en tus manos, Virgen, Reina poderosa. Yo te seguiré pidiendo “que vuelva pronto, Señora”. 29

EPÍLOGO. UNAS PALMAS A LA VIRGEN. Si quiero volver, tengo que dejarte marchar, alejarme, dejar que todo siga transcurriendo como siempre, y amanecer el lunes de romería, el del retorno tranquilo, la misa de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y la despedida de mi hermandad, que se presentó bailando por sevillanas, al son del tamborilero. Seguramente los cuerpos estarán más cansados que el viernes, cuando haremos, Dios mediante, entrada oficial en Andújar llevando el nombre de Sevilla a gala, como lo he ostentado yo hoy gracias al honor que se me ha brindado. Antes de lo que yo quisiera, este Pregón debe terminar. Un pregón distinto al de Jaime Foxá pero que ha actualizado sus palabras en muchos fragmentos que se han confundido con mis propias palabras. Foxá no contemplaba el pregón del regreso, de la nueva soledad en la que queda el cerro de la Cabeza cuando bajemos, vosotros a Andújar, nosotros a la realidad de nuestros pueblos y ciudades, más lejanos ahora que cuando partimos. Quedará la novena, en San Miguel y en el Santuario, la procesión de la Virgen de la ermita como eco rumoroso de lo que habremos vivido. Se amontonarán los recuerdos de tal forma que no habrá manera de ordenarlo. Lely habrá ceñido el fajín, colocado bien el bastón, el madroño y las coronas…todo habrá regresado. Cuando la Virgen vuelva, y el besamanto del adiós no tenga fin, y los hermanos mayores parezcan sujetar la capa pluvial que envuelve la grandeza de la mejor Sacerdotisa de aquella altura sagrada, Andújar tendrá un nuevo reto. Mantenerse, conservar la fe, el amor, el cariño a la Virgen Santísima de la Cabeza. Parece fácil…más no por ello puede uno relajarse. Miles de retos se nos presentan ante los ojos y tenemos que seguir dando testimonio. Hoy han quedado bendecidos los caballos, todo se está ultimando, ya sólo quedan los últimos flecos. Andújar, ciudad iluminada, abierta a la fiesta y al gentío, pone en la plaza de España el bastión de su gloriosa y centenaria devoción. Antes que nos demos cuenta, las andas de la Reina habrán iniciado su recorrido. Los balcones de Sevilla, que la rozan…el arco de la calzada, que parece querer encerrarla…ella, libre, acompañada por los trinitarios pero sola también ante nosotros. Habrá llegado el momento de expresarle todo lo que la hemos querido durante el año que termina. 30

Ya va a estar sobre los cerros la Virgen. Cuando termine la misa y diga el obispo “podéis ir en paz” no irse, que la paz viene a buscarnos como con ansia de abriles. Abril entero a sus plantas, Mayo de cerca le dice florecillas y plegarias y no sabe resistirse. Viene la paz en las andas, en el trono, y nos bendice, los trinitarios parecen pétalos que se resisten a caer de donde están enganchados, siempre al quite, llevando y trayendo amores que por el aire reciben. Ya está formado el cortejo, de estandartes, banderines, banderas, cetros y fieles, que en recto orden prosiguen y parece una paleta después que el pincel nos pinte. La Virgen va a su manera, va para que bien la miren despacito y a compás sobre anderos que la sirven. Antes que nos demos cuenta, pasará por los Madriles, y pasará por Andújar entrando al porche a decirles que Ella nunca va y se vuelve que es Andújar donde vive. Le cantarán, cantaremos, callarnos será imposible, los vivas surcando el aire como flechas siempre firmes. 31

Y entrará cuando la tarde nos diga “tenéis que irse”. Se le aguanta un poco más, se duerme allí, se convive, y ya vuelve a estar la Madre, en el camarín visible, esperando que en el cerro mi corazón la visite. Y en el retorno del lunes, cuando el poblado se olvide, y las curvas sean más curvas y las rutas más difíciles, sólo quedará un sonido, solo una emoción audible, sólo un retumbar por dentro, sólo un último repique. Ya el pregón quedó olvidado, ya la espera se distingue, ya se espera un nuevo abril, que aunque agosto nos alivie, la romería más grande que en estas tierras existe, aguarda a la primavera para de nuevo lucirse. Ya el pregón no será el mismo, otro pregón que repite lo que ya digo Foxá y uno tras otro suscriben los que ya no somos quienes somos, sino quien tú dices: pregonero de la fiesta de romería. Tú sigue llamando como nos llamas, tú no dejes, tú no olvides que hay mil voces esperando pregonarte. No se rinden, y quieren decirle a Andújar lo que tu amor les transmite. 32

Ya mi pregón jubilar fue pregón y echó raíces, y ahora que Roma celebra a los dos santos pontífices, que se harán santos contigo mientras tú en la calle sigues, ahora que en el mundo enteran nos piden que resuciten, déjame resucitar contigo, Andújar insigne, ciudad que se pone en fiesta, ciudad que acoge y sonríe pero se queda vacía y sube contigo. Dime que el pregón no te gustó, que fue pobre, que fue triste, que no fue un pregón romero, que no te agradó el convite, que no quieres la Giralda repicando como dije, dime que no te convence que se aparece y existe tu Patrona en esos padres y esos hijos verosímiles, dime que en el camarín no rezas así…sé libre, yo te di lo que tenía, devolví lo que me diste desde que aprendí a quererla cuando en San Juan me elegiste. Tú hazlo como tú quieras, pero ahora al despedirme, pregonero jubilar que en mis palabras tuviste, tú no me aplaudas a mí, sino a quien mi verso escribe. Vamos a echarle de pie unas palmas a la Virgen. 33

ANDÚJAR, SEVILLA, EL MUNDO ENTERO… ¡VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA!

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