Predicación de términos de parentesco en cora meseño

June 14, 2017 | Autor: V. Vázquez Soto | Categoría: Uto-Aztecan Linguistics, Functional Linguistics, Morphology, Linguistic Typology, Semantics
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Clases léxicas, posesión y cláusulas complejas en lenguas de Mesoamérica

publicaciones de la casa chata

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Clases léxicas, posesión y cláusulas complejas en lenguas de Mesoamérica Enrique L. Palancar y Roberto Zavala Maldonado (editores)

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497.4 C215c   Clases léxicas, posesión y cláusulas complejas en lenguas de Mesoamérica / Enrique L. Palancar y Roberto Zavala Maldonado (editores). -- México : Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2013 438 p. ; 23 cm.-- (Publicaciones de la Casa Chata)

Incluye bibliografía. ISBN 978-607-486-241-6

  1. Indios de México - Lenguas. 2. Indios de México - Lenguas Sintaxis. 3. Indios de México - Morfología. 4. Mesoamérica - Lenguas Estudio de caso. 5. Lenguaje y lenguas - México. 6. Indios de México Lenguas - Fonología. I. Palancar, Enrique L., ed. II. Zavala Maldonado, Roberto, ed. III. Serie.

Proyecto apoyado por Conacyt Tipografía y formación: Laura Roldán A. y Eduardo Díaz A. Diseño de portada: Raúl Cano Celaya Corrección de estilo: Beatriz Stellino Cuidado de edición: Coordinación de Publicaciones del ciesas

Primera edición: 2013 D. R. © 2013 Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Juárez 87, Col. Tlalpan, C.P. 14000, México, D.F. [email protected] ISBN 978-607-486-241-6 Impreso y hecho en México

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Dedicamos este lihro a Judith Aissen, entre otras muchas cosas, por su generosidad en compartir el conocimiento

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Índice

Abreviaturas ................................................................................................................. 11 1. Clases léxicas, posesión y estructuras de cláusula compleja en Mesoamérica:   una introducción ...................................................................................................... 17 Enrique L. Palancar y Roberto Zavala Maldonado 2. Sufijos estativos en p’orhépecha: atribución y predicación de propiedades ................. 49 Alejandra Capistrán-Garza 3. Predicación de términos de parentesco en cora meseño.............................................. 77 Verónica Vázquez Soto 4. Posesión externa en el náhuatl de Amanalco.............................................................. 103 Valentín Peralta Ramírez 5. La construcción de posesión externa con aplicativo en zoque .................................... 133   dentro del contexto mesoamericano Roberto Zavala Maldonado 6. Construcciones de verbos seriales gramaticalizadas en tojol’ab’al................................ 171 Alejandro Curiel 7. La construcción resultativa de verbo serial en q’anjob’al ............................................ 199 Adán Francisco Pascual 8. Cláusulas de complemento en el mixe de Ayutla: ...................................................... 217   una aproximación a sus tipos morfosintácticos Rodrigo Romero Méndez

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  9. Cláusulas sin aspecto e infinitivas en q’anjob’al........................................................ 247 Eladio Mateo Toledo 10. Cláusulas con flexión reducida en mam................................................................... 277 Nora C. England 11. Dos tipos de cláusulas no finitas en chol.................................................................. 305 Juan J. Vázquez Álvarez 12. Infinitivos transitivos: innovaciones del tseltal en la familia maya............................. 339 Gilles Polian 13. Nominalización y complementación en otomí........................................................ 381 Enrique L. Palancar Bibliografía................................................................................................................... 413

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Abreviaturas

1, 2, 3 Personas gramaticales A Juego a pronominal (en maya); relación gramatical A (vs. o y s); agente ABS Absolutivo ABST Sustantivo abstracto ACAUS Anticausativo ACT.LOC Actualizador locativo ADV Adverbial AF Afectivo AG Agentivo AGEN Sustantivo relacional de agente AM Aspecto/modo AMBU Ambulativo ANIM Animado AP Antipasivo APL Aplicativo APROX Aproximativo ASEV Modal aseverativo ASP Aspecto ATR Atributivo B Juego B pronominal CAUS Causativo CCN Construcción de complementación por nominalización CENT Centrífugo CF Contrafactual CHAP Zoque de Chapultenango CHO Chol CIT Citativo CLF Clasificador nominal CLFN Clasificador numeral COM Completivo

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COMIT Comitativo COMP Complementante CON Condicional CONT Continuativo COP

Cópula; zoque de Copainalá Construcciones de verbos seriales D Marcación dependiente; forma ligada o dependiente (en otomí) DAT Dativo DD Dependencia discursiva DEIC Deíctico DEM Demostrativo DENOM Denominalizador DEP Dependiente DER (Afijo) derivativo DES Desiderativo DET Determinante DIM Diminutivo DIR Direccional DISC Discontinuativo DIST Distal DISTR Distributivo DP Frase determinante, por sus siglas en inglés (determinant phrase) DS Dependencia sintáctica DU Dual DUB Dubitativo DUR Durativo EA Enfoque agentivo ENC Enclítico ENF Enfático EPN Epéntesis ERG Ergativo EST Estativo EVID Evidencial EXCL Exclusivo EXT Existencial FA Foco agentivo FASP Frase aspectual CVS

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Abreviaturas

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FF

Fin de frase Frase flexiva FFOC Frase de foco FLEX Marcador flexivo FN Frase nominal FFNN Frases nominales FNEG Frase negativa FOC Foco FP Frase preposicional FTOP Frase de tópico FUT Futuro FV Frase verbal GEN Genitivo HAB Habitual HUM Humano INAL Inalienable IMP Imperfecto IMPF Imperfectivo IMPT Imperativo IN Intransitivo INC Incompletivo INCO Incoativo IND Indicativo INDEF Indefinido I Independiente IN Intransitivo INES Inesperado INF Infinitivo INHER Inherente INM Inmediativo INSTR Instrumento INS Insistencial INT Intensivo INTER Interrogativo INV Inverso IPA International Phonetic Alphabet IRR Irrealis FFLEX

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IT Ititivo ITER Iterativo IVZR Intransitivizador IXT

Otomí de Ixtenco Juego A JB Juego B KAQ Kaqchikel K’I K’iche’ L Forma libre o pausal LOC Locativo MAL Malefactivo MASC Masculino MD Marcador de dependencia MIR Mirativo MOD Modal MSUJ Mismo sujeto NARR Narrativo NEG Negación NF No finito NMLZ Nominalizador NOM Nominalización NOPOT No potencial NPRET Nombre pretérito O Relación O (vs. A y S) OBJ Objeto OBJT Caso objetivo (acusativo) OBL Oblicuo OP Objeto primario OS Objeto secundario P Preposición; forma pausal (otomí) P1° Predicado primario P2° Predicado secundario PAH Participante del acto de habla PAN Zoque de Pantepec PART Participio PART Partícula PAS Pasiva JA

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PE

Posesión externa Posesión interna PIMPF (Sufijo de estatus de) posicionales en imperfectivo PL Plural PNV Predicado no verbal POS Posesivo PSDO Poseído PSL Posicional PSR Poseedor POSP Posposición POT Potencial PPRF (Sufijo de estatus de) posicionales en perfectivo PRED Predicativo PREP Preposición PRES Presente PRET Pretérito PRF Perfecto PRFV Perfectivo PRG Progresivo PRO Pronombre PROX Proximal PROY Proyectivo PSD Pasado PSDO Poseído (possessum) PSR Poseedor PV Predicado verbal PVT Predicados verbales transitivos R Receptor; modo realis (en otomí) REC Recíproco RED Reduplicación REL Relativo REP Reportativo RES Resultativo RR Reflexivo-recíproco S Relación S SD Sufijo de direccional SG Singular / determinante de singular (en otomí) PI

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SIER

Otomí de la Sierra Otomí de San Ildefonso Tultepec SMCH Zoque de San Miguel Chimalapa SN Sintagma nominal SOT Zoque soteapaneaco SR Sustantivo relacional SUB Subordinante SUBJ Subjuntivo SUJ Sujeto T Tema TA Tema ajustado TAM Tiempo/aspecto/modo TE Tema estativo TEC Zoque de Tecpatán TEM Temático TERM Terminal TI Tema impersonal TIL Otomí de Tilapa TNS Intensificador TOL Otomí de Toluca TOP Tópico TP Tema primario TperF Tema perfecto TS Tema secundario TR Transitivo TXT Ejemplo textual TZUT Tzutujil V Verbo VAF Sufijo de estatus de verbo afectivo VEN Venitivo VI Sufijo de estatus de verbo intransitivo; verbo intransitivo VO Verbo + Objeto VOC Vocativo VSO Verbo, Sujeto, Objetivo VRBZ Verbalizador VT Sufijo de estatus de verbo transitivo; verbo transitivo VTD Sufijo de estatus de verbo transitivo derivado SIT

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1. Clases léxicas, posesión y estructuras de cláusula compleja en Mesoamérica: una introducción

Enrique L. Palancar* y Roberto Zavala Maldonado**

Este libro contiene 12 trabajos de investigación morfosintáctica en varias lenguas del área lingüística de Mesoamérica, que aparecen en los capítulos del 2 al 13. Como denominador común, estos estudios presentan un acercamiento morfosintáctico contemporáneo a varios fenómenos sobre estas lenguas que se desconocían hasta el momento y que aportan nuevas e interesantes luces para incrementar el conocimiento lingüístico del área. Los diferentes capítulos son estudios de lenguas específicas, a excepción de dos contribuciones que hacen una indagación del fenómeno estudiándolo en varias lenguas representativas de una misma familia lingüística. Las lenguas tratadas provienen de diferente genética y son las siguientes: (i) el p’orhépecha o tarasco, una lengua aislada del estado de Michoacán; (ii) dos lenguas yutoaztecas: el cora meseño del grupo corachol y el náhuatl de Amanalco, una lengua nahua de Texcoco; (iii) el otomí, que constituye una familia de lenguas de la rama otopame de la familia otomangue; (iv) de la familia mixe-zoque, se presenta­ un trabajo sobre una lengua del grupo mixeano oaxaqueño, el mixe de Ayutla, y un estudio sobre las lenguas del grupo zoqueano; y (v) sobre cinco lenguas mayas, el tojol’ab’al y el q’anjob’al de la rama q’anjob’aliana, el mam de la rama mamiana, y el chol y el tseltal del grupo tseltalano mayor. Los fenómenos estudiados abarcan tres grandes temas: las clases léxicas, la posesión, y la integración sintáctica de predicados. En este respecto, tres estudios en el libro giran en torno a problemas analíticos para la categorización de clases léxicas: el de Capistrán-Garza, en el capítulo 2, plantea el problema sobre la indistinción léxica entre adjetivos y verbos que codifican conceptos de propiedad en p’orhépecha; el de Vázquez Soto, en el capítulo 3, versa sobre la interfaz léxicosintáctica entre verbos y sustantivos que designan relaciones de parentesco en cora; y el de Curiel, en el capítulo 6, estudia cómo un verbo en tojol’ab’al ha dado pie a la emergencia de una marca de caso gramatical de dativo. El capítulo de Vázquez * Structure et Dynamique des Langues (umr8202), cnrs. Surrey Morphology Group, Universidad de Surrey.

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Soto sobre los verbos de parentesco en cora gira asimismo en torno a la dimensión semántica de la posesión, como lo hacen los trabajos de posesión externa de Peralta­ Ramírez, en el capítulo 4 sobre el nahúatl, y el de Zavala Maldonado, en el capítulo 5 sobre lenguas de la rama zoqueana. El fenómeno complejo de la integración sintáctica de predicados se contempla, por un lado, en las construcciones de verbos seriales de dos lenguas mayas q’anjob’alianas —el tojol’ab’al y el q’anjob’al—, a cargo de Curiel y de Francisco Pascual, respectivamente, en los capítulos 6 y 7. El resto de las contribuciones del libro, de los capítulos 8 al 13 estudian fenómenos de integración sintáctica en estructuras de complementación en lenguas distintas, tales como el mixe de Ayutla, tseltal, chol, mam, q’anjob’al y otomí. 1.1. Clases de palabras: un problema de categorialidad

En el capítulo 2 de este libro, Capistrán-Garza estudia la expresión de los conceptos de propiedad en p’orhépecha o tarasco, lengua aislada hablada en Michoacán. En esta contribución se aborda el problema de la categorización léxica entre adjetivos y verbos siguiendo la metodología sintáctica propuesta por Dixon (1982) y Beck (2002). En este capítulo, Capistrán-Garza demuestra que en el p’orhépecha realmente existen sólo dos adjetivos básicos; sapí, “pequeño”, y t’arhé, “grande”. El resto de las palabras de esta lengua, que en otros estudios sobre la lengua se han clasificado simplemente como adjetivos, en realidad son derivaciones verbales, bien sea como participios pasivos, con el sufijo -kata, como un grupo reducido que toma diversos sufijos, v.gr. -pu y -sï, o como palabras que presentan el sufijo -ri (o su alomorfo -ti). Las palabras con -ri o -ti cubren la referencia de la mayor parte del espacio semántico de los conceptos de propiedad en p’orhépecha. El capítulo se centra en el análisis de estas palabras. La autora propone que son formas estativas provenientes de verbos incoativos que se pueden emplear como modificadores nominales solamente cuando expresan conceptos de propiedad. Estas formas estativas se distinguen de otras palabras que funcionan como modificadores nominales en cuanto a que pueden tomar flexión verbal y aparecer en construcciones sintácticas solamente accesibles a los verbos y, por lo tanto, restringidas a adjetivos básicos y otras palabras adjetivales deverbales. El análisis de Capistrán-Garza permite ahora situar el p’orhépecha dentro de una de las tres grandes tendencias tipológicas que observamos en Mesoamérica en relación con el trato léxico de los conceptos de propiedad. Por un lado, están las lenguas adjetivales­ que tienen una gran clase de adjetivos básicos, como las lenguas mayas, las mixeanas y las lenguas nahuas. Por otro, están las lenguas nominales, las cuales presentan

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una clase adjetival con muy pocos adjetivos básicos la que la mayoría de los miembros son adjetivos denominales, como el totonaco (Levy, 2006b). Por último, están las lenguas predicativas. En las lenguas predicativas encontramos dos grandes tipos. En primer lugar, se tienen lenguas en las que la atribución de conceptos de propiedad se codifica en su mayoría o en su totalidad como predicados que son parte de oraciones de relativo, como por ejemplo en cora (Vázquez Soto, 2004), en las len­ guas otopames (Palancar, 2006) y en el tlapaneco (Suárez, 1983) en las cuales los predicados que expresan conceptos de propiedad suelen ser verbos estativos (es muy probable que en otras ramas del otomangue suceda lo mismo), o en las zoqueanas, en las que pueden ser tanto verbos como predicados no verbales (v.gr. posicionales) que son parte de construcciones de relativo. Un ejemplo de este tipo de lengua se da en 1, en el otomí de San Ildefonso Tultepec, Querétaro. (1) otomí de San Ildefonso Tultepec ’ně ga=’ó’t’-a=nǒ má=n’á y 1.pres.irr=trazar[3obj]-d=def.sg otro=uno [nó xi=n-tsánt’-i] rel prf=est-ser_redondo[3obj]-l ‘Y dibujo otra (pieza) redonda.’ (Palancar, 2009: 16.) (Lit. ‘Y dibujo otra que es redonda.’)

Dentro del otro gran grupo de las lenguas predicativas, en el que se encuentra el p’orhépecha, los conceptos de propiedad con función atributiva se codifican de manera no marcada, a modo de adjetivos, pero son, en su inmensa mayoría, formas verbales estativas que provienen de verbos intransitivos incoativos. Esta estrategia se encuentra en varias formas de zapoteco, como el de Santiago Apóstol (Padilla, 2010) y en el huave (Kim, 2008). (2) zapoteco de Santiago Apóstol g-uu=m nis n-ald pot-tomar=s3sg.respeto agua est-enfriarse ‘Él tomará agua fría.’ (Padilla, 2010: 114.) (3)

huave n-a-lyuy piats s-a-lyup tiol a najngoy est-tem-ablandarse tortilla s1-tv-remojar en det caldo ‘Las tortillas blandas, las remojo en el caldo.’ (Kim, 2008: 197.)

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La investigación de Capistrán-Garza hace posible que se identifiquen de forma precisa las subclases de palabras empleadas por el p’orhépecha en el contexto de la atribución, de tal manera que se observe claramente el gran peso que los verbos incoativos tienen en la expresión de conceptos de propiedad. 1.2. Clases de palabras y posesión

El problema de clasificación léxica también es tema de estudio de Vázquez Soto, en su capítulo “Predicación de términos de parentesco en cora meseño”, donde se discute el comportamiento gramatical y semántico de los términos de parentesco en el cora meseño, lengua sureña de la familia yutoazteca. A diferencia de lo que pasa en la gran mayoría de las lenguas del mundo, en las que los términos de parentesco (“madre”, “hijo”, “tío”, etcétera.) se codifican únicamente como sustan­ tivos, en cora, al igual que en otras lenguas de Mesoamérica, como el oluteco (mixezoqueano), el náhuatl de Oapan y el huichol (ambas yutoaztecas), estos elementos léxicos son parte de la categoría de verbos transitivos. Esto se debe a que estos términos son semánticamente biactanciales; es decir, establecen una relación entre dos individuos humanos, el poseedor de la relación (referente) y el elemento identificado con el poseído (relatum). Hasta ahora se han identificado una serie de regiones en Norteamérica, Mesoamérica y Australia donde se encuentran lenguas que de manera más o menos aislada (v.gr. no suele ser un comportamiento de familia) tratan estos términos igualmente como verbos. En el cora meseño, existe una alternancia para la codificación de los términos de parentesco entre la construcción verbal, como en 4a, y la construcción no verbal, donde a los términos de parentesco se los trata como nominales, como en 4b (véase el capítulo 3, ejemplos 37a y 37b). (4) cora meseño a. néenu mwa-yá’ube’e s1sg op2sg-ser_cuñado_de ‘Yo soy tu cuñado.’ (Lit. ‘Yo te “cuñadeo”.’) b. néenu há’a-ya’ube’e s1sg pos2-cuñado ‘Yo (soy) tu cuñado.’

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El fenómeno permanece escasamente documentado y el trabajo de Vázquez Soto representa una importante contribución a su estudio. En primer lugar, es el primer trabajo exhaustivo en cora que muestra conclusiones muy diferentes a los que hicieron Amith y Smith-Stark (1994a; 1994b) para el corachol a partir de datos de fuentes secundarias inadecuadas. En segundo lugar, el estudio está basado en la revisión de los principales parámetros tipológicos identificados en la investiga­ ción de verbos de parentesco desde el punto de vista semántico y formal, y por ello el capítulo es un modelo metodológico para realizar un acercamiento riguroso al fenómeno en cualquiera de las lenguas de Mesoamérica con verbos de ­parentesco aún no documentados. En este capítulo, Vázquez Soto muestra que el cora se com­ porta de manera muy distinta a los casos reportados en otras lenguas dentro y fuera del área de Mesoamérica, y por ello esta investigación contribuye a e­ nriquecer nuestro entendimiento tipológico del fenómeno. En este sentido, resulta ­relevante que las dos construcciones ejemplificadas en 4 presentan una distribución libre cuya alternancia no la restringe, como en otras lenguas, la jerarquía de persona o la direccionalidad descendente de los términos. Por ejemplo, mientras que en cahuila­(Seiler, 1980; 1982a; 1982b), en el náhuatl de Oapan (Amith y SmithStark, 1994a), y en oluteco (Zavala Maldonado, 2006a) se requiere que la expresión “yo soy su hermano” se codifique obligatoriamente como verbo, porque el referente, la primera persona sujeto de la predicación, es más alto en la jerarquía de persona que el relatum; por otro lado, en expresiones como “él es mi hermano”, donde el referente, tercera persona sujeto de la predicación, es más bajo en la jerarquía de persona que el relatum, se tiende a codificar preferentemente con la construcción nominal. En cora no existe tal restricción, esta como lo demuestra la existencia de usos de la construcción verbal tanto en casos en los que el referente es tercera persona y el relatum es primera, como en 5 (véase el capítulo 3, ejemplo 9b), como en casos en los que el referente es primera persona y el relatum es tercera,­ como en 6 (véase el capítulo 3, ejemplo 23d). (5) cora meseño me-ne-yá’ube’e-te-mwa’a=mu mwá’a=hu’u s3pl-op1sg-ser_cuñado_de-int-pl.i=s3pl s3pl.p=fut ‘Ellos van a ser mis cuñados.’ (6) cora meseño néenu ra-náanaa s1sg op3sg-ser_madre_de ‘Yo soy su madre.’

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Al contrario de lo que reporta Evans (2006) para las lenguas del norte australiano, donde sólo se admiten construcciones verbales con “direccionalidad descendente”, es decir, aquellas en las que el pariente mayor es codificado como sujeto y el pariente menor como objeto, el cora admite construcciones con “direccionalidad ascendente”, es decir, casos en lo que el pariente menor es codificado como sujeto, y el pariente mayor como objeto, tal como se ilustra en 7 (véase el capítulo 3, ejemplo 39b). (7)

cora meseño mwéepe wa’a-yauh-ka’a s2sg op3pl-ser_nieto_de-impf ‘Tú eras su nieto (de ellos).’

Otro aspecto en en el cual los verbos de parentesco del cora se separan de lo reportado para otras lenguas mesoamericanas se refiere a la semántica. El cora, al igual que las lenguas australianas que presentan este fenómeno, tiene una semántica “Y es pariente de X”, donde el sujeto (Y) refiere al referente (ref ) y el objeto (X) refiere al relatum (rel) (véase el capítulo 3, ejemplo 39c). (8)

cora meseño ne-refrarel-yáuh s1sg-op3sg-ser_hijo_de ‘Yo soy su hijo.’ (Lit. ‘Yoref lerel “hijeo”.’)

En contraste, las construcciones posesivas con términos de parentesco en otras lenguas mesoamericanas en la que se ha reportado el fenómeno, como el náhuatl de Oapan, presentan una semántica “X tiene o trata a Y como pariente”, donde, en oposición al cora, el sujeto (X) esta vez refiere al relatum (rel) y el objeto (Y) refiere­al referente (ref ), tal como se ilustra en 9. (9)

náhuatl de Oapan tirel-ne:chref-kone:-w s2sg-op1sg-niño-posd ‘Yo soy tu hijo.’ (Amith y Smith-Stark, 1994a: 349.) (Lit. ‘Túrel meref (tienes como) hijo.’)

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Una tercera diferencia del cora respecto al náhuatl de Oapan se refiere a la categorialidad más verbal de los términos de parentesco. Mientras que en el náhuatl los términos de parentesco retienen rasgos nominales, como la capacidad de aparecer poseídos y la imposibilidad de admitir aspecto, como en 9, en el cora estos términos se tratan como verbos plenos y aceptan la marca de imperfectivo propia de los verbos estativos, tal como se muestra en 10 (véase el capítulo 3, ejemplo 7b). (10) cora meseño pe-ni-yáuh-ka’a s2sg-op1sg-ser_hijo_de-impf ‘Tú eras mi hijo.’ {Txt}

Tanto el capítulo de Capistrán-Garza como el de Vázquez Soto suponen dos acercamientos novedosos al problema de cómo categorizar palabras que se encuentran en frontera entre dos clases léxicas; en el caso del p’orhépecha, entre verbos y adjetivos, y en el la del cora, entre verbos y sustantivos. Los dos casos están circunscritos a ámbitos semánticos específicos, el primero a conceptos de propiedad (Dixon, 1982) y el segundo a la dimensión de la posesión, una amplia y compleja área que tiene otros y variados reflejos en la configuración de la gramática en las lenguas mesoamericanas. 1.3. Posesión externa

La codificación de poseedor y poseído dentro de la estructura argumental de los predicados juega también un papel igualmente importante en la gramática de las construcciones de posesión externa en el náhuatl de San Jerónimo Amanalco, fenómeno­ que investiga en su capítulo Peralta Ramírez. Payne y Barshi (1999: 3) definen el caso prototípico de una construcción de posesión externa como “aquellas construcciones en que la relación semántica po­ seedor­-poseído se expresa codificando al poseedor como un argumento central del verbo y en un constituyente separado del que codifica al poseído”. En toda construcción de este tipo, el trato gramatical privilegiado que recibe el poseedor se interpreta como afectación semántica. Tipológicamente, se han identificado cuatro grandes tipos de construcciones de posesión externa: de marcación oblicua, de dativo, de incorporación nominal y de aplicativo (Haspelmath, 1999). Mesoamérica es un área lingüística particularmente rica en este sentido, ya que se encuentran

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todos los tipos y existen incluso lenguas que emplean más de un tipo, entre ellas, en este volumen, el náhuatl de Amanalco y las lenguas de la familia mixezoqueana. El tipo en el que el poseedor se codifica como argumento central y el poseído como oblicuo se ha reportado en Mesoamérica en el zoque de Tecpatán. En 11, el participante que refiere al poseedor se expresa como sujeto absolutivo de la oración por medio de la marca se sujeto ny- y del enclítico pronominal =mij en correferencia con la segunda persona. Por otro lado, el poseído se expresa como un sintagma oblicuo marcado por la posposición =pit. Nótese que el participante que refiere al poseedor permanece registrado en el sintagma oblicuo, además de ser el sujeto absolutivo de la oración (véase el capítulo 5, ejemplo 5b). (11) zoque de Tecpatán ngyoka/u mij yõmopit ny-ko-ka-u=mij n-yomo/=pit 2abs-apl:mal-morir-com=pro2abs 2psr-mujer=con ‘Se te murió tu mujer.’ (Lit. ‘Te moriste con/por tu mujer.’)

El segundo tipo, la estrategia con dativo, en el que el poseedor se codifica como objeto indirecto, es una construcción de posesión externa característica de las lenguas de Europa y que Haspelmath (1999) trata como rasgo de área. Realmente, la construcción es muy rara fuera de Europa y se encuentra sólo esporádicamente en otras lenguas que tienen también dativos. En Mesoamérica, la construcción existe en lenguas otomangues con dativos, por ejemplo en las de la familia otomí (Palancar, 2008, 2009). En 12, del otomí de San Ildefonso Tultepec, se ofrece el contraste­ entre posesión interna exclusivamente (12a) y posesión externa (12b). En 12a, la frase nominal má ts’ói, “mi olla”, es el objeto directo del verbo ñü’ts’i, “llenar”. Este sintagma nominal está gramaticalmente poseído, y el poseedor, que es la primera persona, no funciona como argumento del verbo. En 12b, en cambio, el poseedor aparece codificado argumentalmente en el complejo verbal con un sufijo de dativo -k. Desde un punto de vista semántico, la codificación argumental en 12b dispara una interpretación obligatoria sobre el evento del llenado de la olla (en 12a) en la que el hablante se ve afectado por el resultado de la acción, bien sea en su beneficio o en su perjuicio. Esta implicación no se extrae de 12a. (12) otomí de San Ildefonso Tultepec a. bi=ñüM’s-a=má ts’ói 3.psd=llenar.ta[3obj]-d=1pos olla ‘Llenó mi olla.’

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b. bi=ñüM’s-k-a=má ts’ói 3.psd=llenar.ta-1dat-d=1pos olla ‘Me llenó mi olla.’

En la construcción de posesión externa en las lenguas otomíes, como en muchas otras lenguas de Mesoamérica, el sustantivo poseído aparece siempre marcado por la marca de poseedor, es decir, el poseedor semántico se manifiesta en dos lugares, como dativo de primera persona (el sufijo -k en el verbo) (poseedor externo)­ y como modificador del sustantivo poseído (el morfema má). El tercer tipo presente en Mesoamérica es la construcción de posesión externa por medio de la incorporación nominal que la tipología de Mithun (1984) denominó incorporación por “manipulación de caso”. En esta construcción, el sustantivo que expresa lo poseído se incorpora en el verbo dejando vacante una posición argumental, la cual es ocupada por el poseedor sin provocar ningún cambio en la valencia verbal, es decir, se presenta un reacomodo en la estructura argumental sin alterar la valencia original. Este tipo se ha reportado en muchas lenguas de México con incorporación nominal, por ejemplo en oluteco (Zavala Maldonado, 1999), zoque de San Miguel Chimalapa (Johnson, 2000), soteapaneco (de Jong Boudreault, 2009), p’orhépecha, restringido a partes (Capistrán-Garza, 2006), y totonaco, a modo de merónimos (Levy, 1999: 325). El ejemplo 13 proviene del zoque de San Miguel Chimalapa y el 14 del soteapaneco (también conocido como popoluca­de la Sierra). (13) zoque de San Miguel Chimalapa d=kopak-toy-w 1abs=cabeza-doler-com ‘Me duele la cabeza.’ (Johnson, 2000: 277.) (14) soteapaneco mi=puy-ku.wiks-w 2abs=pie-doblarse-com ‘Te torciste el pie.’ (de Jong Boudreault, 2009: 666.)

Esta construcción se encuentra también en náhuatl de Amanalco, ilustrada en 15b, la cual se puede contrastar con la construcción de posesión interna en 15a (véase el capítulo 4, ejemplo 19).

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(15) náhuatl de Amanalco a. ni-k-pa-pa:k s1sg-op3sg-red-lavar.prf ‘Lavé tu mano.’

mo-ma:n pos2sg-mano

b. ni-mits-ma:-pa-pa:k s1sg-op2sg-mano-red-lavar.prf ‘Te lavé las manos.’ (Lit. ‘Te-mano-lavé.’)

Además de los tres tipos ya ejemplificados, es relativamente frecuente en lenguas de Mesoamérica emplear un cuarto tipo conocido como posesión externa con aplicativo, el cual se ha reportado, por ejemplo, en lenguas de la rama tseltalana de la familia maya, como el tzotzil (Aissen, 1987), tseltal (Polian, 2006), chol (Vázquez Álvarez, 2002), chontal (Osorio May, 2005), o en el huasteco, también maya (Constable, 1989). También se ha documentado en lenguas mixezoques, como el oluteco (Zavala Maldonado, 1999), soteapaneco (Marlett, 1986; de Jong Boudreault, 2009), zoque de San Miguel Chimalapa (Johnson, 2000), así como en lenguas totonacanas, como el totonaco de Papantla (Levy, 2002) y el tepehua de Huehuetla (Smythe Kung, 2004). La encontramos asimismo en p’orhépecha (Capistrán­-Garza, 2006). En la construcción con aplicativo el poseedor de la frase nominal pasa a ocupar la posición de objeto primario en la cláusula. Peralta Ramírez­muestra en su trabajo que el náhuatl también la posee, tal como se ve en 16, en el contraste del par 16a – 16b. (véase el capítulo 4, ejemplo. 28). (16) náhuatl de Amanalco a. ti-k-ihta-k no-kone:-w s2sg-op3sg-ver-prf pos1sg-niño-sg.psdo ‘Viste a mi hijo.’ b. ti-ne:ch-ihti-li no-kone:-w s2sg-op1sg-ver-apl.prf pos1sg-niño-sg.psdo ‘Me cuidaste a mi hijo.’ (Lit. ‘Me viste a mi hijo.’)

En la construcción de posesión externa por aplicativo, las lenguas mayas, totonacanas y mixezoques no solamente marcan al poseedor como objeto primario sino que lo preservan en el interior del sintagma nominal como dependiente del

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núcleo (fenómeno al que apuntábamos antes, en los ejemplos 11 y 12b). En el siguiente ejemplo del oluteco, el poseedor semántico de segunda persona se expresa­ como proclítico antes del sustantivo tuku, “ropa”, y como marca de absolutivo de segunda persona en el verbo ko:puj-ax, “lavar-apl”, en función de objeto primario.­ Este comportamiento lo muestra también el náhuatl, tal como se observa en 15b. (17) oluteco min=tuku pün mi=ko:puj-ax-anüpa=a 2psr=ropa quién 2abs=lavar-apl-irr.inv=anim ‘¿Quién te va a lavar tu ropa?’ (Zavala Maldonado, 1999: 256.)

Una lengua de Mesoamérica, posiblemente la única, en la que se expresa el poseedor en la estructura de posesión externa, con aplicativo únicamente como objeto primario y no como dependiente del poseído, es el p’orhépecha. Esto se ilustra en el contraste entre la estructura de posesión interna en 18a, en la cual el poseedor aparece marcado como un dependiente en genitivo, con la estructura de posesión externa en 18b, en la que aparece con marca de objeto. (18) p’orhépecha a. xuká-s-Ø-ti María-eri k’waníntikwa-ni ponerse-prf-pres-3ind María-gen rebozo-objt ‘Se puso el rebozo de María.’ (Capistrán-Garza, 2006: 295.) b. xuká-ku-s-Ø-ti k’waníntikwa-ni María-ni ponerse-apl3-prf-pres-3ind rebozo-objt María-objt ‘Se puso el rebozo de María.’ (Capistrán-Garza, 2006: 294.) (El rebozo era de María y le afectó a ella la acción.)

Aparte de las construcciones de incorporación y de aplicativo, el náhuatl de Amanalco tiene una tercera construcción de posesión externa que surge de la combinación de ambas estrategias, esta vez con verbos resultado del proceso de incorpo­ ración por composición que baja la valencia verbal (Mithun, 1984) más el aplicativo benefactivo -li(a), tal como se ilustra en el contraste del par en 19 (véase el capítulo 4, ejemplo. 5). (19) náhuatl de Amanalco a. ni-k-im-pia mo-chka-wa:n s1sg-op3-pl-cuidar pos2sg-borrego-pl.psdo ‘Cuido tus borregos.’

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b. ni-mits-ichka-pia-li s1sg-op2sg-borrego-cuidar-apl.prf ‘Te cuidé tus borregos.’ (Fui tu pastor por mucho tiempo.)

La contribución de Peralta Ramírez identifica los rasgos estructurales y semánticos de los tres tipos de construcción de posesión externa presentes en el náhuatl e investiga las restricciones de concurrencia con los sustantivos que pueden ser poseíbles dentro de esos tres tipos mayores. La construcción de incorporación ocurre con sustantivos inalienables de partes del cuerpo e inherentes (i-yol, “su semilla”; i-ma:n, “su mano”; i-yes-yo, “su sangre”; i-nelwa-yo, “su tendón); la de aplicativo con sustantivos términos de parentesco (i-kniw, “su hermano”; i-we:ltiw. “su cuñada”); mientras que la que combina ambas estructuras aparece con sustantivos alienables (chichi, “perro”; cha:ntli, “casa”; etcétera). Igualmente rica en construcciones de posesión externa es la lengua zoque de Tecpatán que se presenta en el capítulo de Zavala Maldonado. Esta lengua de la familia mixezoque tiene, al igual que el náhuatl de Amanalco, tres construcciones de posesión externa: dos son de aplicativo y una tercera que combina la estrategia de incorporación con la de aplicativo. Las dos construcciones de aplicativo presentan­ idiosincrasias significativas que las hacen comportarse de manera muy distinta a sus contrapartes en otras lenguas del área, e incluso de la misma rama zoqueana. En la primera construcción de aplicativo se emplea ko- y aunque promueve­al poseedor como argumento tiene dos características muy relevantes: (i) el aplicativo no altera la valencia verbal y (ii) el sintagma nominal que codifica lo poseído se demueve siempre a una posición de oblicuo, codificado por una posposición =pit que indica causa o instrumento. Esto se ilustra en los ejemplos 20 y 21. En 20a, se muestra un verbo intransitivo que en 20b aparece con el aplicativo ko-. El aplicativo hace posible la promoción del poseedor a sujeto sin modificar la valencia. Lo mismo sucede en 21a, esta vez con un verbo transitivo, si se compara con 21b. En este caso, el poseedor se promueve a objeto primario (en forma de pronombre reflexivo). (20) zoque de Tecpatán a. Ø-ka-u n-yomo 3abs-morir-com 2pos-mujer ‘Se murió tu esposa.’

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b. ny-ko-ka-u=mij n-yomo=pit 2abs-apl-morir-com=pro2abs 2pos-mujer=instr ‘Se te murió tu esposa.’ (Lit. ‘Te moriste con/por tu esposa.’) (21) zoque de Tecpatán a. n-jak-p-u=s n-kchus 1erg-cortar-totalmente-com=pro1erg 1pos-uña ‘Corté mis uñas.’ b. n-ko-jak-u=s n-win n-kchus=pit 1erg-apl-cortar-com=pro1erg 1pos-ref 1pos-uña=instr ‘Me corté las uñas.’ (Lit. ‘Me corté yo mismo con/por mis uñas.’)

En la segunda construcción se tiene el aplicativo benefactivo -jay, que, empleado como estructura de posesión externa, tiene un comportamiento anómalo.­En primer lugar, en la construcción. el sintagma nominal que codifica al poseedor mantiene su estatus de modificador genitivo del sintagma nominal que expresa lo poseído, por lo que no aparece strictu sensu como un constituyente independiente.­ Como consecuencia de ello, la construcción no promueve al poseedor como objeto­ primario —función que mantiene el sintagma nominal poseído;­nótese que en este caso tampoco está demovido como en 20b y 21b— pero sí le da rango de objeto secundario, ya que el verbo puede recibir marcas de concordancia de plural a las que solamente son candidatos los argumentos centrales­—sean sujeto u objeto—. Esto se puede ver en 22. (22) zoque de Tecpatán n-pat-jay-yaj-u=s ((te pn=is=ta) y-kchus) 1erg-encontrar-apl-3pl-com=pro1erg det hombre=gen=pl 3pos-uña ‘Les encontré la uña a los señores.’

Por último, la tercera construcción de posesión externa en el zoque de Tecpatán­ se emplea como en el náhuatl de Amanalco (véase el capítulo 4), un aplicativo (ko-) más la incorporación de un sustantivo poseído que refiere a partes inalienables de un todo, tal como se ilustra en el par del ejemplo 23.

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(23) zoque de Tecpatán a. Ø-putz-u ((te kuytm=is) y-puj) 3abs-pudrir-com det aguacate=gen 3pos-semilla ‘Se pudrió la semilla del aguacate.’ b. Ø-puj-ko-putz-u te kuytm 3abs-semilla-apl-pudrir-com det aguacate ‘Al aguacate se le pudrió su semilla.’

Con estos nuevos datos se confirma el hecho de que el área lingüística de Mesoamérica­es particularmente rica en manifestaciones gramaticales para la codificación­ de pe. Los datos del zoque de Tecpatán indican adicionalmente, que dentro del ámbito de la posesión externa, una lengua puede emplear un aplicativo sin hacer que el argumento poseedor pase a ser objeto primario. Los nuevos datos sugieren también que cuando una lengua tiene más de una construcción de posesión externa como alternativa, la distribución de estas construcciones es muy probable que esté regulada por criterios léxicos de alienabilidad e inalienabilidad. Podemos igualmente proponer la siguiente generalización de alcance tipológico al menos para el área mesoamericana: “cuando una lengua tiene una construcción de incorporación en construcción de posesión externa, tiene también una de aplicativo, pero no viceversa”. Las lenguas de Mesoamérica que hacen uso de la construcción de pe con aplicativo recurren también a esta construcción para codificar al recipiente como objeto­primario de los verbos bitransitivos derivados por el aplicativo. Nótese el siguiente par de ejemplos del oluteco: 24a es una construcción bitransitiva en la cual el aplicativo introduce al recipiente, mientras que 24b es una construcción bitransitiva en la la que el aplicativo hace posible que el poseedor del tema tome la posición de objeto primario (24) oluteco a. je tye:mpo tan=jon-küx-ax-i-y min=piyu aquel tiempo 1abs=robar-3pl-apl-com.dep-inv.dep 2psr=pollo ‘En aquellos tiempos ellos me robaron tus pollos.’ b. ta=tun-ax-ü-w=ak tan=kama-nak 1abs=hacer-apl-inv-com=anim 1psr=milpa-dim ‘Él me preparó mi milpita.’

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Además de la estrategia de aplicativo para la codificación del receptor o destinatario como objeto primario, las lenguas del área hacen uso de otras estructuras para introducir esta función gramatical como parte de la estructura argumental de la cláusula (López Nicolás, 2009). Entre las estrategias comunes en el área, están la del tratamiento del receptor como objeto simétrico, como poseedor proléptico, la de reacomodo de argumentos por incorporación, y la marcación del receptor como objeto asimétrico por medio de caso oblicuo o por medio de objeto seriales, estrategia de la que el tojol’ab’al reclutó la marca de caso dativo, objeto de estudio del capítulo de Curiel. 1.4. Verbos seriales

Hasta muy recientemente, Mesoamérica fue un área donde el estudio sobre verbos seriales había sido ignorado, sobre todo si lo comparamos con la investigación exhaustiva que se ha hecho de este fenómeno en otras áreas del mundo, principalmente en el sureste asiático; Papua, Nueva Guinea, y África occidental. Con la investigación del fenómeno en estas tres regiones se ha podido identificar a los verbos seriales como secuencias de dos o más verbos que actúan juntos como un solo predicado, que no tienen marcas expresas de coordinación, subordinación o de dependencia sintáctica o discursiva, y que comparten al menos un argumento­ (Aikhenvald, 2006a). El siguiente ejemplo del tojol’ab’al es un caso de una construcción serial debido a que: 1) entre las secuencias del verbo “decir” y “oír” no hay dependencia sintáctica; 2) ambos verbos comparten el objeto lógico, y 3) los dos verbos forman una unidad estructural que codifica un solo evento (véase el capítulo 6, ejemplo 9). (25) tojol’ab’al y-al-a-Ø=ni k-ab’ ke mi=ni jas=ni wa x-’ek’-Ø a3-decir-et-b3=enf a1-oír comp neg=enf qué=enf inc inc-pasar-b3 s-k’ujol=a a3-corazón=dist ‘Claro que me dijo que nada le pasaba por la mente.’ (Lit. ‘Sí lo dijo y yo lo escuché que nada le pasaba por la mente.’)

En Mesoamérica sabemos que lenguas con “genio” polisintéctico hacen uso de estructuras seriales de tipo nuclear en las que las secuencias entre los verbos son

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contiguas y llegan a formar palabras flanqueadas por las marcas de argumentos y tam. Los ejemplos siguientes son del oluteco, (en 24) y zoque de San Miguel Chimalapa,­(en 25), ambas lenguas mixezoqueanas. (26) oluteco maku u:ra tuk=xü i=xej-pük-i diez hora uno=cit a3(abs)=exhalar-agarrar-incd ‘Uno descansa a las diez.’ (Zavala Maldonado, 2006: 273.) (27) zoque de San Miguel Chimalapa bi nu y=waš-num-t-pa bi cinu y=tk det perro 3erg=morder-robar-querer-inc det abeja 3psr=casa ‘El perro quería husmear y morder el panal de abejas.’ (Johnson, 2000: 218.)

La investigación en diversas áreas del mundo y también en Mesoamérica ha dado cuenta de la manera en que lenguas que hacen uso de la construcción con verbos seriales han reclutado núcleos verbales que son parte de las estructuras seriales­ para volverlos morfemas gramaticales. El tipo de estructuras seriales donde se observan estos procesos de gramaticalización se conoce como “construcciones multiverbales asimétricas” (Aikhenvald, 2006a) debido a que uno de sus miembros proviene de una clase cerrada de raíces o bases verbales que da lugar a morfemas gramaticalizados que expresan marcas aspectuales, marcas de concordancia, marcas de caso, direccionales, marcadores de cambio de valencia, complementizadores y subordinadores. Varios estudios han demostrado que los miembros de las secuencias seriales que se reanalizan como morfemas gramaticales son las raíces verbales con alto grado de frecuencias (Durie, 1997; Givón, 1991; Foley y Olson, 1985; Lord, 1993; entre otros). Curiel, en el capítulo titulado “Construcciones gramaticalizadas de verbos seriales en tojol’ab’al”, muestra que construcciones como la de 28 es una estructura serial y que el segundo verbo de la secuencia v1+v2 se ha gramaticalizado como una marca­ de caso dativo (véase el capítulo 6, ejemplo 8). (28) tojol’ab’al mok wa-b’at-Ø y-i’ s-k’ab’ ja=’alats=i neg.irr a2-pisar-b3 a3-tomar a3-mano det=bebé=top ‘No le pises la mano a la bebé.’ (Lit. ‘No la pises ella-tomar su mano de la bebé.’) (Txt)

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El autor presenta evidencia fonológica, morfológica, sintáctica y semántica que demuestra el cambio de estatus gramatical de verbo a marca de caso. La evidencia crucial que demuestra este cambio de estatus del v2 se encuentra en su estructura argumental defectiva. En su función de marca de dativo, el verbo original i’, “traer”, no marca al argumento absolutivo (en 29b), a pesar de que en su estructura argumen­tal original la marca de paciente es obligatoria (véase el capítulo 6, ejemplo 31). (29) tojol’ab’al a. mok wa-chon-on y-i’ neg.irr b2-vender-b1 a3-dat ‘No me vendas a él.’ b. * mok wa-chon-on y-i’-won neg.irr b2-vender-b1 a3-dat-b1 Lectura buscada: ‘No me vendas y que él me lleve.’

El proceso de gramaticalización de donde se recluta la marca de dativo es único entre las lenguas de la familia. Otros miembros de la familia han reanalizado construcciones asimétricas similares dando como resultado morfemas direccionales que son un paradigma cerrado de elementos gramaticales que codifican trayectoria y/o aspecto. Este proceso ha sido investigado en varias lenguas de la familia (Aissen, 2006; Zavala Maldonado, 1992; England, 1976; entre otros; véase también el capítulo 7). Por otro lado, en el capítulo “La construcción resultativa de verbo serial en q’anjob’al”. Francisco Pascual estudia otra construcción de verbo serial donde el v1 funciona como predicado principal y el v2 funciona como predicado secundario­ con semántica resultativa. El ejemplo 30 ilustra esta construcción donde el segundo­ predicado kay, “desaparecer”, (véase el capítulo 7, ejemplo 9) copredica sobre el participante que tiene el papel de paciente del predicado principal. Debido a que la predicación expresa un resultado del evento causativo b’eq, “soltar”, se le conoce como predicado resultativo. (30) q’anjob’al P1° P2°res max-Ø-s-b’eq k’ay naq Wel s-q’oxq’om com-b3-a3-soltar desaparecer clf Manuel a3-sombrero ‘Manuel perdió su sombrero.’

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A diferencia de la construcción de predicación secundaria depictiva, el la que el predicado secundario precede al predicado primario, en la construcción resultativa, los predicados toman un orden que es icónico con el orden en que suceden los eventos en el mundo; el verbo que codifica la causa antecede al verbo que codifica­el resultado. Este tipo de construcción de predicación secundaria que recurre­ a la serialización es poco conocida en Mesoamérica (para el caso del oluteco,­véase Zavala Maldonado, 2006), y no se había discutido respecto de ninguna otra lengua maya. En el capítulo, Francisco Pascual presenta los rasgos formales que definen a la construcción resultativa como serial: a) no se permiten marcas de coordinación ni de subordinación que separen a los dos verbos, b) no se permite ffnn que intercedan entre los dos verbos, c) hay una sola marca de aspecto y valor polar con alcance hacia los dos verbos, y d) los dos verbos comparten un argumento.­Las estructuras resultativas del q’anjob’al constan de dos núcleos independientes que forman una estructura integrada formal y semánticamente y que desde el punto de vista translingüístico ilustra estructuras a medio camino entre las formas analíticas y las formas sintéticas que propias de las lenguas polisintéticas. 1.5. De las formas no finitas y la complementación

Los fenómenos morfosintácticos más complejos, en el proceso de integración de predicados en cláusulas complejas, se observan mejor en el ámbito de la complementación clausal; en éstas un verbo matriz (v.gr. “querer”, “acabar”, etcétera) presenta un argumento eventivo (v.gr. la acción que se quiere hacer, acabar, etcétera)­ que se codifica con un predicado normalmente verbal. Este predicado, argumento de la matriz, aparece a su vez en diferentes tipos de constructos sintácticos llamados “cláusulas de complemento”, cuya estructura oscila en grado de complejidad desde­ las más complejas, o cláusulas plenas (“quiero que tú vinieras a casa”), a las de sintaxis más reducida (“quiero venir”). Para el estudio de fenómenos de este tipo en lenguas poco documentadas cuya descripción cubre en el mejor de los casos aspectos morfológicos fundamentalmente, es necesario explorar primero de forma metódica todas las posibilidades estructurales que presentan los tipos de cláusulas de complemento en la lengua en cuestión para poder estar en posición de entrar en más detalles en las características peculiares de cada tipo. El capítulo 8, a cargo de Romero Méndez es una muestra precisamente de este proceder. En este trabajo, Romero Méndez hace una indagación de todos y cada uno de los tipos de complementos clausales que encontramos en la lengua mixe hablada en Ayutla, Oaxaca.

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Para ello, Romero Méndez emplea la estricta metodología de contraste sintáctico­desarrollada por Judith Aissen, inspirada a partir de los lineamientos tipológicos Cristófaro (2003), y que la misma Aissen impartió en dos talleres de complementación­en lenguas de Mesoamérica organizados respectivamente por el ciesas-Sureste, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y por la Asociación Oxlajuuj Keej Maya’ Ajtz’iib’ (okma), en la Antigua, Guatemala, en colaboración con el proyecto sep-Conacyt-47475 de la Universidad Autónoma de Querétaro. En estos talleres participaron de lingüistas que describieron y documentaron diferentes lenguas de Mesoamérica y que poseían en el momento una sólida formación en varios aspectos formales de las lenguas objeto de estudio; estos língüistas­ contaban con una amplia base de datos primarios de texto para realizar apropiadamente los respectivos análisis. De los diferentes aspectos trabajados por los autores en esos talleres, surgen asimismo las contribuciones de los capítulos restantes­ de este libro, a cargo de Mateo Toledo, England, Vázquez Álvarez, Polian y Palancar.­ En la lengua mixe de Ayutla, Romero Méndez propone la existencia de hasta cinco tipos distintos de complementos clausales, organizados bajo dos grandes rubros: en estructuras subordinadas, que agrupan los Tipos 1 y 2, en los que hay independencia de marcación morfosintáctica entre el predicado matriz y el complemento, y estructuras co-dependientes, con los Tipos 3-5, en los que se presenta una mayor integración entre los predicados implicados. El Tipo 1, ilustrado en 31, corresponde a un complemento clausal con estructura sintáctica plena: entre otras características, lo introduce un complementante; puede aparecer en polaridad negativa y puede tener constituyentes en posiciones informativas prominentes (véase­ el capítulo 8, ejemplo 16). (31) mixe de Ayutla te’n=ëjts n-mëtoo-y [kuu jajp=ja’a tät y-tn-y] así=1pro 1a-oír-dep comp deic-dem3 señor 3s-quedarse-dep ‘Escuché que allá se quedó el señor.’

Un segundo tipo de subordinación son los complementos no finitos, como en 30, donde se puede observar que, en contraste con 32, el predicado no finito precede al predicado matriz (véase el capítulo 8, ejemplo 24). (32) mixe de Ayutla mejts [uuk-p] m-jënmay-py 2pro.sg beber-nf 2a-pensar-indep.tr ‘Piensas tomar.’

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Los predicados no finitos en mixe, como uukp, son exclusivamente intransitivos­. Éste es un rasgo que se encuentra asimismo en lenguas mayas, tal como apuntaremos más adelante. En el tipo de complemento que Romero Méndez trata como Tipo 3, el predicado dependiente aparece después del verbo, pero restringido a modo irrealis o desiderativo. Cuando es transitivo, como en 33, su fn objeto aparece en posición inicial de la cláusula matriz. Este desplazamiento sintáctico se interpreta como evidencia de la existencia de un cierto grado de integración clausal (véase el capítulo 8, ejemplo 29). (33) mixe de Ayutla akxäjk nojty Karlos y-tsok-py t-jë’kx-t chayote imp Carlos 3a-querer-indep.tr 3a-comer-irr.dep ‘Carlos quería comer chayote.’

Por otro lado, en las lenguas mixeanas, el comportamiento de las marcas explícitas de dependencia en los verbos se emplea como criterio morfosintáctico crucial para distinguir tipos de complemento. Estas marcas suelen correlacionarse con marcas de aspecto y paradigmas de personas que en lenguas innovadoras han dado pie, además, a sistemas de alineamiento complejos (Santiago Martínez, 2008). Estas marcas de dependencia — ­ el término no se debe entender como su­ bordinación— reflejan la sensibilidad del verbo a la estructura sintáctica de ciertos constituyentes dentro de su ámbito clausal. Por ejemplo, el verbo aparece marcado como “independiente” cuando lo preceden constituyentes argumentales, como en 34a, pero como “dependiente” cuando aparece un adverbio en posición inicial, como en 34b (véase el capítulo 8, ejemplo 7). (34) mixe de Ayutla a. Karlos yäjkts y-kay-py Carlos memelas 3a-comer-indep.tr ‘Carlos come memelas.’ b. xem Karlos yäjkts t-kay-y deic Carlos memelas 3a-comer-dep ‘Carlos come memelas ahí.’

En este sentido, la estructura no finita del ejemplo 33 parece comportarse como el argumento objeto en 34a, ya que el verbo matriz se codifica como independiente.­

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En la estructura del ejemplo 33 el predicado del complemento es finito y aparece en dependiente (presumiblemente) porque se tiene el marcador de imperfecto nojty, un antiguo adverbio gramaticalizado, parecido al comportamiento del deíctico en 34b. Este comportamiento sugiere que existe un cierto grado de integración entre los predicados matriz y complemento como una unidad predicativa, ya que el segundo está siendo sensible a los parámetros a los que tendría que atender por sí solo el predicado matriz. Los dos últimos tipos de complemento se ejemplifican en 35 y 36. En estos tipos, el orden del dependiente es el inverso de 33 y recuerdan más al de 32. En el tipo en 35, se puede explicitar el objeto del complemento, pero no así en el de 36, donde es necesariamente un predicado intransitivo, al que Romero Méndez denomina “mínimo”, y que aparece en posición dislocada; contrástese al respecto el posicionamiento del adverbio de tiempo ojts en 36 con nojty en 33 (véase el capítulo 8, ejemplos 34 y 41). (35) mixe de Ayutla ja’a kipy-u’unk y-mäts-py y-kaxë’ëk-y dem3 palo-dim 3a-agarrar-indep.tr 3s-parecer-dep ‘Se ve que está agarrando el palo.’ {Txt} (36) mixe de Ayutla (*ojts) Ø-tsoon-p ojts x-jënmay-y (pret) 3s-irse-indep pret 2a-pensar-dep ‘Pensaste que se fue.’

El capítulo de Romero Méndez es una contribución metodológica importante­ que abunda en detalles sobre los diferentes contrastes formales que presenta el espectro de la complementación clausal en una lengua mixe. Cada uno de los tipos se acompaña asimismo de un pequeño listado de índole orientativo de los verbos matrices que los subcategorizan en su estructura léxica, pero la misma existencia de tantos tipos en una misma lengua plantea la pregunta de por qué se tiene esa riqueza y cuáles son el reducto de estructuras que históricamente pudieron haber sido más productivas. El fenómeno sugiere principios de integración regulados diacrónicamente por focalización y grados de finitud que dan pie a complejas estructuras de integración, tal como nos las encontramos hoy en la familia. Aspectos del vasto tema de la finitud estructural en los complementos se tratan en detalle en el capítulo 9, de Mateo Toledo, sobre el q’anjob’al, así como en el acercamiento morfológico a la finitud, en el capítulo 10, de England, sobre el mam;

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pero también de forma tangencial en el capítulo 11, de Vázquez Álvarez, sobre el chol, y en el capítulo 12, de Polian, sobre el tseltal y sus dialectos. El interés en los fenómenos estudiados así como la constitución de los trabajos resultaron coincidentemente paralelos con el interés de Nikolaeva (2007a) de recoger y contrastar de manera ejemplar lo que en la lingüística, moderna se sabe hasta la fecha del fenómeno de la finitud. El concepto de finitud se ha manejado de manera diversa­ en lingüística dependiendo de la escuela en vigor en el momento; los acercamientos tradicionales favorecen el énfasis en lo morfológico, mientras que en los formalistas se prefiere el énfasis sintáctico. En realidad, y tal como sugiere Nikolaeva (2007b), los rasgos que se toman en cuenta para definir el grado de definitud a veces son tan específicos de una lengua que resulta difícil establecer una definición de la finitud que resulte válida interlingüísticamente, y parece sensato establecer que los criterios de definición, cualesquiera que sean, para lenguas particulares, han de presentar una correlación entre una reducción y/o restricción de marcación en los rasgos gramaticales en el dominio morfológico con una reducción y/o restricción en comportamiento de complejidad sintáctica. Las lenguas mayas son particularmente interesantes, en este sentido, para un estudio teórico de la finitud; y si bien nos parece una lástima que en Nikolaeva (2007a) no se encuentre ningún estudio sobre estas lenguas, tenemos la satisfacción de haber podido compilar una serie de trabajos que esperamos que contribuyan, por su calidad e innovación, como valioso “grano para el molino de la teoría lingüística”, por citar las palabras de Nora England (1983: 4). En el capítulo 9, Mateo Toledo presenta la distribución de dos tipos de estructuras clausales con finitud reducida en la lengua maya q’anjob’al. Tal como también sucede en el mam, como se muestra en el capítulo de England, estas estructuras no están restringidas a la función de complementos, ya que la morfología que las caracteriza­aparece asimismo en construcciones adverbiales y en aquellas con predicación secundaria depictiva y/o resultativa, aunque a veces su comportamiento es diferente. A pesar de ello, el ámbito sintáctico de la complementación se mantiene con mucho como el área más fructífera en la cual se puede encontrarlas. Las dos estructuras se ejemplifican en 37 y 38, respectivamente, y se tratan morfológicamente como no finitas por el simple hecho de que no portan marcas de aspecto (véase el capítulo 9, ejemplos 1 y 2). (37) q’anjob’al x-Ø-y-il ix [ha-way-i] com-b3sg-a3sg-ver clf:mujer a2sg-dormir-vi ‘Ella te vio durmiendo.’

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(38) q’anjob’al x-ach y-uqtej-toq ix [man-oj jos] com-b2sg a3sg-perseguir-dir clf:mujer comprar-inf huevo ‘Ella te mandó a comprar huevos.’

Si bien ninguna de las dos estructuras tiene marca de aspecto, la finitud de estas estructuras es también de índole sintáctica ya que, como ilustra Mateo Toledo,­ ninguna puede recibir ni negación ni elementos prepuestos al verbo en posiciones de prominencia informativa. El contraste morfológico más significativo entre el tipo que se ejemplifica en 37 y el que se muestra en 38, radica en que, en 37, se tienen marcas de concordancia de persona, mientras que el tipo, en 38, realmente equivale estructuralmente a los infinitivos de lenguas indoeuropeas, de ahí la glosa “infinitivo”, v.gr. sin flexión de aspecto ni de persona, muy parecida a la forma no finita, en mixe, del ejemplo 32. Si bien el predicado recibe marcación de persona, el tipo, en 37, presenta sin embargo un alineamiento nominativo-acusativo. Nótese­ al respecto, por ejemplo, que si el patrón fuera ergativo, se esperaría una marca de absolutivo o juego B en el verbo intransitivo wayi, “dormir”, en 37, en vez del ergativo­o juego A, que es, sin embargo, la concordancia que se encuentra. Otra diferencia entre ambas estructuras radica en que el tipo de complemento en 37 puede tener un complemento transitivo, como se muestra en 39 (véase el capítulo 9, ejemplo 27), mientras que en la construcción en 38 se tiene solamente un verbo intransitivo. El nominal jos, “huevos”, en 38, está incorporado,1 y esto se observa en el hecho de que no puede recibir determinantes, tal como se ilustra en la agramaticalidad de 40 (véase el capítulo 9, ejemplo 58b). Es decir, el constituyente objeto no puede constituirse en una frase determinante (en inglés, dp) porque­no puede recibir caso sintáctico de objeto del predicado no finito. (39) q’anjob’al max-Ø w-il [hach s-sah-on-toq ha-mam b’ay xal] com-b3sg a1sg-ver b2sg a3sg-regalar-md-dir a2sg-padre a clf



‘Yo vi que tu padre te regaló a la señora.’

(40) q’anjob’al * q-Ø-j-uqtej-toq ix [jun waj-oj sakate ti] pot-b3sg-a1pl-mandar-dir clf:mujer indef juntar-inf zacate dem Lectura buscada: ‘La mandaremos a juntar zacate.’ 1

La incorporación es de un tipo especial que en Gerdts (2001) se denomina noun stripping (“desvestimiento nominal”).

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En el capítulo 11, Vázquez Álvarez muestra que el chol tiene dos tipos de cláusulas sin aspecto a las que se denomina “no finitas”. Un primer tipo, ilustrado en 41, es equivalente al tipo estructural de forma con persona ejemplificado en 37 o 39, en q’anjob’al (véase el capítulo 11, ejemplo 50). (41) chol tyi k-il-ä-Ø [a-wuts’-oñ-el] prfv a1-ver-vtd-b3 a2-lavar.ropa-ap-nf ‘Vi que lavabas ropa.’ (Lit. ‘Vi tu lavar ropa.’)

Del segundo tipo, que se diferencia del de 41 en que no muestra concordancia de persona, se tienen dos subtipos, ilustrados en 42, respectivamente (véase el capítulo­11, ejemplos 1 y 34a). (42) chol a. a’bi tä=x=tyo k-ñop-o-Ø-loñ [tyäl-el] ayer prfv=ya=todavía a1-intentar-vt-b3-pl venir-nf ‘Ayer todavía intentamos venir.’ {Txt} b. ya’=bi kaje muk’-Ø-ob [tyi wäy-el] allí=rep empezar impf-b3-pl p/sub dormir-nf ‘Dicen que allí estaban empezando a dormir.’ {Txt}

Las dos construcciones en 42 son intransitivas y contrastan en que, en 42a, se emplea solamente la forma mínima del predicado, mientras que, en 42b, el complemento se introduce por el marcador tyi, que el autor trata como subordinador o complementante y que en otros contextos funciona como una preposición locativa genérica. Tanto las formas de finitud reducida con persona que aparecen en 41 como las que aparecen en 42 presentan el sufijo -el, razón que motiva a Vázquez Álvarez a tratar este sufijo como “no finito”, en vez de “infinitivo”, el cual se reservaría solamente para formas verbales como las del q’anjob’al ejemplificadas en 38. El objetivo del estudio de Vázquez Álvarez es presentar argumentos que ex­ pliquen la distribución de los dos subtipos mostrados en 42. Para ello, el autor pro­pone que la estructura en 42b, la de complementante, emerge como consecuencia de un proceso sintáctico subyacente que implica la ascensión del argumento­ sujeto del predicado subordinado al argumento matriz. El proceso se puede ver en su estadio inicial en 43a, donde la cláusula de complemento con persona del tipo

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ilustrado en 41 es el único argumento del verbo mejl, “poder” (Lit. “ser posible”). Como resultado de la ascensión, el argumento del verbo wäyel, “dormir”, aparece co­dificado como argumento de mejl en 43b (véase el capítulo 11, ejemplos 2a y 2b). (43) chol a. mejl-Ø [k-wäy-el] poder-b3 a1-dormir-nf ‘Puedo dormir.’ (Lit. ‘Es posible mi dormir.’) b. mejl-oñ [tyi __ wäy-el] poder-b1sg p/sub dormir-nf ‘Puedo dormir.’

Vázquez Álvarez argumenta que como consecuencia del proceso de ascensión se obtiene una saturación de argumentos en el verbo matriz, de forma que no se puede asignar caso sintáctico al complemento no finito. En este contexto, se requiere­de la preposición tyi —reanalizada en este contexto como complementante— para­ dotar de caso sintáctico a la forma no finita, que sigue en superficie manteniendo el comportamiento de un nominal. El autor argumenta que la asignación de caso es un proceso independiente del proceso de ascensión y que también se puede evidenciar en estructuras como la del ejemplo 44, donde se explica que los verbos de movimiento toman como complemento una cláusula de propósito y que, al no poder asignarle caso ya que tienen solamente un argumento (v.gr. la persona que se mueve), requieren del complementante para tal efecto (véase el capítulo 11, ejemplo 39). (44) chol ts-ajñ-Ø-ob [tyi mäñ-oñ-el] prfv-llegar-b3-pl p/sub comprar-ap-nf ‘Llegaron a comprar.’ {Txt}

El proceso de ascensión sucede también con verbos causativos y con los de percepción directa, en los que el argumento ascendido funciona como objeto del predicado matriz, como en 45. El resultado petrificado del proceso se observa con los auxiliares aspectuales que en su día fueron verbos, como el marcador de imperfectivo ejemplificado con anterioridad en 42b (véase el capítulo 11, ejemplo 32).

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(45) chol tyi aw-il-ä-y-oñ [tyi __ uk’-el] prfv a2-ver-vtd-epn-b1 p/sub llorar-nf ‘Me viste llorar.’

Los predicados no finitos sin aspecto y sin persona en las lenguas mayas son típicamente intransitivos. El q’anjob’al muestra el caso más común. El sufijo -oq se asocia directamente a una raíz intransitiva para formar un infinitivo (way-oq, “dormir”). Cuando el verbo es transitivo de origen, se requiere primero modificar la valencia del verbo mediante sufijos de voz: antipasivo (por ejemplo, q’an-waj-oq, “pedir”, o kol-waj-oq “ayudar”) para dejar el argumento A como S, o pasivo (por ejemplo, ante-lay-oq, “ser curado”) para que O sea S. Cuando el verbo transitivo se emplea en una construcción de incorporación, no se requiere el sufijo de antipasivo ya que la construcción en sí sirve de reductor de valencia (por ejemplo, loh-oj china, “comer naranja”). En algunos casos, la intransitividad permea incluso morfológicamente los predicados transitivos en la formas sin aspecto pero con persona. Esto sucede, por ejemplo, en q’anjob’al, donde estos predicados no sólo presentan un patrón de alineamiento no canónico como en otras lenguas mayas, sino que además aparecen marcados con el sufijo -on (46a) (nótese además el uso del sufijo de estatus de los verbos intransitivos en frontera prosódica, tal como se ilustra en 46b) (véase el capítulo 9, ejemplos 14 y 26a), y que aparece también en las construcciones de enfoque de agente que presentan igualmente transitividad defectiva (Aissen, 2006). (46) q’anjob’al a. q-Ø-ey-ab’ [he-way-i] pot-b3sg-a2pl-oír a2pl-dormir-vi ‘Se fijan como duermen.’ {Txt} b. k’am ch-Ø-je’ [Ø-ha-ten-on-i] neg inc-b3sg-poder b3sg-a2sg-tocar-md-vi ‘No lo puedes tocar/no es tocable.’ {Txt}

Dos lenguas mayas en este libro divergen innovadoramente de este patrón de intransitividad, pero de manera distinta. Se trata, por un lado, del mam, y por el otro, del tseltal. En mam, tal como se observa en el capítulo de England, el infinitivo­ de un verbo se codifica mediante el sufijo -l (por ejemplo, b’eeta-l “caminar”). Los verbos transitivos pueden aparecer intransitivizados en la construcción de incorpo-

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ración nominal, como en tx’eema-l sii’, “cortar leña”, pero a diferencia de todas las demás lenguas mayas pueden hacer igualmente explícito su argumento objeto de forma oblicua codificando la fn dentro de una frase de sustantivo relacional encabezada por ee, que en otras construcciones tiene varias funciones como marcador­de dativo/benefactivo y posesivo, como en 47 (véase el capítulo 10, ejemplo 20), (47) mam n=chi ku’ teen xjaal [belaara-l t-e weech] inc=b3pl dir estar gente velar-inf a3sg-sr:pac gato_de_monte ‘La gente empezó a velar al gato de monte.’ {Txt}

El sustantivo relacional aparece poseído en núcleo con una marca del juego A que hace referencia cruzada al sustantivo argumental del objeto y que se puede emplear por sí sola de forma pronominal y anafórica, como en 48 (véase el capítulo­ 10, ejemplo 12). (48) mam n=ch=ul aaj=x=kya xjaal tzluu’ inc=b3pl=dir regresar=siempre=3pl.enf gente aquí [b’inchaa-l t-ee] hacer-inf a3sg-sr:pac ‘Viene la gente aquí a hacerlo.’

England apunta que este sustantivo relacional (junto con la marca pronominal) se suele repetir para indicar énfasis sobre el objeto (49) (véase el capítulo 10, ejemplo 34a). (49) mam asta nn=Ø=ok teen meeb’a [woons-l t-e-t-ee hasta inc=b3sg=dir estar huérfano tostar-inf a3sg-sr-a3sg-sr:pac t-b’aq-al masaat] a3sg-hueso-abst venado ‘[...] y se puso el huérfano a tostar los huesos del venado [...].’ {Txt}

El tseltal es otra lengua maya que ha innovado respecto a la restricción de intransitivad en las formas no finitas sin aspecto o persona con la creación de un infinitivo transitivo, tal como lo argumenta Polian en su capítulo. En esta lengua, al igual que en el mam, las formas no finitas están marcadas con el sufijo cognado

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-el, que se emplea con los verbos intransitivos, como en way-el, “dormir”. Asociado a las raíces transitivas, el resultado es un predicado intransitivo que sorprendentemente, en el contexto de la familia maya, tiene orientación pasiva, es decir, se cancela el argumento A, y O se trata como S, tal como se ve en 50, donde hay una identificación de argumentos entre el agente de mulan, “gustar”, y el sujeto paciente­ de la raíz jot’-, “rascar” (véase el capítulo 12, ejemplo 16). (50) tseltal ya j-mulan-Ø [jot’-el] inc a1-gustar-b3 rascar-nf.pas ‘Me gusta ser rascado.’

Si se quiere expresar un objeto (subyacente) de tercera persona, se emplea una forma como la que se ejemplifica en 51 (véase el capítulo 12, ejemplo 19). (51) tseltal ya j-mulan-Ø [s-jot’-el j-jol] inc a1-gustar-b3 a3-rascar-nf.pas a1-cabeza ‘Me gusta rascarme la cabeza.’ (Lit. ‘Me gusta su ser-rascada de mi cabeza.’)

Esta estructura recuerda a la estructura común de posesión en chol del ejemplo 52, en el cual el nominal que funciona semánticamente como paciente del evento aparece poseído como sujeto de un predicado pasivo que, según Vázquez Álvarez, se puede interpretar como una nominalización con estructura posesiva semejante a la de otras ffnn, como en el ejemplo 53 (véase el capítulo 11, ejemplos 60b y 60a). (52) chol tyi k-il-ä-Ø [y-ixm-äñ-ty-el ixim] prfv a1-ver-vtd-b3 a3-desgranar-vtd-pas-nf maíz ‘Vi desgranar el maíz.’ (Lit. ‘Vi su ser desgranado del maíz.’) (53) chol tyi k-il-ä-Ø i-ts’i’ aj-Wañ prfv a1-ver-vtd-b3 a3-perro clf-Juan ‘Vi el perro de Juan.’ (Lit. ‘Vi su perro (de) Juan.’)

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Aunque rebasa nuestro cometido el discutir si las formas mostradas en 52 se tratan en realidad de nominalizaciones poseídas o de formas verbales con el aspecto­ superficial de un nominal pero con la proyección de argumentos de un verbo, resulta­sin embargo pertinente apuntar que el fenómeno es generalizado en otras lenguas mayas, como por ejemplo el k’iche’ (Can Pinxabaj, 2009), y que estructuras no finitas de este tipo en estas lenguas muestran evidentemente su origen como nominales. Sin embargo, en contraste con el chol, en la estructura tseltal del ejemplo 51, Polian muestra que la fn que explicita el argumento paciente se puede elidir, tal como se ilustra en 54 (véase el capítulo 12, ejemplo 21a). (54) tseltal ya j-mulan-Ø [s-jot’-el] inc a1-gustar-b3 a3-rascar-nf.pas ‘Me gusta rascarlo.’

Este comportamiento le hace a Polian postular que en tseltal la marca s- del juego A en 54 no tiene función de poseedor de tercera persona, sino más bien funciona como un índice de concordancia de persona del argumento absolutivo, solamente­que con un juego de concordancia no esperado (v.gr. se tiene el juego A en vez del juego B). Esto resulta, por otro lado, morfosintácticamente coherente dentro de la familia, ya que las formas no finitas sin aspecto con persona presentan un alineamiento no canónico en otras lenguas. La prueba crucial que esgrime Polian de que s- no es un posesivo, radica en la imposibilidad de reemplazarla con una marca de poseedor de primera o de segunda persona que refiera al paciente del verbo transitivo. Esto se ve en la agramaticalidad de 55 (véase el capítulo 12, ejemplo 23), la cual, sin embargo sí puede aparecer en lenguas con estructuras de posesión como el k’iche’, en 56 (Mondloch, 1981: 142). (55) tseltal * ya j-mulan-Ø [a-jot’-el] inc a1-gustar-b3 a2-rascar-nf.pas Lectura buscada: ‘Me gusta rascarte.’ (56) k’iche’ x-Ø-ki-maji-j [qa-yaaj-iik] com-b3sg-a3pl-empezar-vt a1pl-regañar.pas-nf ‘Empezaron a regañarnos.’ (Lit. ‘Empezaron nuestro ser-regañados.’)

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Para codificar un objeto de primera y segunda persona, el tseltal ha innovado una forma sin aspecto transitiva marcada con el sufijo -bel, el cual recibe marcas de persona con alineamiento canónico, tal como se ve en 57 (véase el capítulo 12, ejemplo 23). (57) tseltal ya j-mulan-Ø [j-jot’-bel-at] inc a1-gustar-b3 a1-rascar-nf.tr-b2 ‘Me gusta rascarte.’

Por otro lado, la intransitividad de las formas no finitas no parece ser un rasgo exclusivo de las lenguas mayas. En muchas lenguas otomangues se tienen nominalizaciones verbales en contextos de complementación que funcionan en la inmensa­mayoría de los casos como predicados igualmente intransitivos. El capítulo de Palancar, el último de este volumen, muestra en detalle la distribución sintáctica de formas nominalizadas verbales en la familia otomí (otopame); éstas se emplean como estrategia de complementación clausal y son también intransitivas.­ Un ejemplo de la estructura en cuestión se ofrece el ejemplo en 58, del otomí de la Sierra (Voigtlander y Echegoyen, 2007: 4). (58) otomí de la Sierra i=päh=na mpefi yo ts’unt’u 3.pres.r=saber.d=sg.nom trabajo pl muchacho ‘Los muchachos saben trabajar.’ (Lit. ‘Los muchachos saben el trabajo.’)

El tipo de estructura que aparece en 58 no es una construcción favorita en estas lenguas dentro del ámbito la complementación y por ello tiene un ámbito funcional restringido a ciertos verbos matrices y a ciertos nominales. Sin embargo, la mayoría de sus instancias implican nominalizaciones intransitivas de verbos que denotan actividades humanas habituales. A pesar de la predilección común por la intransitividad en los complementos clausales, las lenguas otomíes, tomándolas como representantes del espíritu que caracteriza a las otopames y a las otomangues en general, difieren extraordinariamente de las mayas en que por lo general no existe en éstas una operación morfológica sincrónica con la que los hablantes puedan crear formas no finitas de los verbos de forma totalmente productiva, y en consecuencia, la mayoría de las ins-

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tancias son constructos gramaticales que funcionan como idiomatismos, mostrando­ una estructura petrificada hoy de lo que parece haber sido una sintaxis productiva en algún momento de la historia de estas lenguas. 1.6. Conclusión

Las lenguas de Mesoamérica son bien conocidas por sus características tipológicas compartidas, pero también por la gran diversidad de sus genios estructurales presentes en la región, desde lenguas altamente polisintéticas hasta otras que son puramente analíticas, lenguas con distintos alineamientos para marcar relaciones gramaticales, lenguas que recurren a distintos mecanismos de codificación de las relaciones gramaticales, lenguas con marcación en los núcleos o en los dependientes, lenguas en las que las categorías gramaticales son claramente distinguibles y otras en las que se presentan como híbridas, entre muchas características notables. En esta área lingüística se encuentran rasgos compartidos no solamente dentro de los límites de las familias, sino entre familias diversas, debido al contacto que tuvieron­los hablantes de estas lenguas en épocas precolombinas. Los siguientes capítulos, en este volumen abren vetas de investigación poco conocidas en la sintaxis de las lenguas de Mesoamérica y reflejan la gran diversidad de los dominios gramaticales y funcionales que son los ejes temáticos de la obra: clases léxicas, posesión e integración oracional. Las contribuciones contenidas en el libro son aportes que dialogan con la teoría sintáctica abocada al estudio de corte contrastivo, tipológico y con la teoría de la gramaticalización. De esta manera, los distintos estudios no solamente son contribuciones que incrementan el conocimiento de la morfosintaxis de las lenguas especí­ficas sino que son aportes a las teorías interesadas en comprender la diversidad de los patrones estructurales­, teniendo como base de estudio la diversidad de las lenguas­habladas en los distintos­ continentes. Este volumen es una muestra de la riqueza de los diversos patrones a los que recurren algunas de las lenguas pertenecientes a cinco familias mesoamericanas.

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2. Sufijos estativos en p’orhépecha: atribución y predicación de propiedades1 Alejandra Capistrán-Garza*

2.1. Introducción

El p’orhépecha o tarasco, hablado en el noroeste del estado de Michoacán, es una lengua formada por una cadena de dialectos mutuamente inteligibles sin filiación genética.2 La mayoría de las raíces léxicas de esta lengua son verbos a partir de los cuales se construyen palabras que funcionan como sustantivos y adjetivos. En los estudios­del p’orhépecha (Foster, 1969; De Wolf, 1989; Chamoreau, 1998; Villavicencio, 2002) se ha propuesto que existen tres clases léxicas mayores (verbos, adjetivos y sustantivos) pero la distinción de tales categorías léxicas ha contado con poca justificación basada en rasgos morfosintácticos. El presente trabajo es una contribución al análisis del comportamiento morfosintáctico de las palabras que se emplean como modificadores atributivos en frases nominales y para predicar propiedades o estados. Dicho análisis es una pesquisa inspirada por el trabajo de Dixon (1982) que hace necesario considerar la manera en que son codificados los llamados “conceptos de propiedad”, ya sea como una clase léxica independiente o como parte de la clase de los verbos o sustantivos. Esta investigación se sustenta en el postulado de que las clases gramaticales de palabras se definen a partir del establecimiento de su función sintáctica básica o no marcada. Por consiguiente, retomo las propuestas de Beck (1999; 2002), Croft (1990: 140-141), Dixon (2004) y Lehmann (1990), quienes coinciden en reconocer que la función primaria o no marcada de un verbo es la predicación, mientras 1

* 2

El presente estudio se llevó a cabo dentro del taller sobre conceptos de propiedad en lenguas de Meso­ américa dirigido por Paulette Levy en el Seminario de Estudios de Lenguas Indígenas de México­ (selim). Agradezco a todos los participantes del selim por la retroalimentación que recibí durantes las sesiones de 2003 y a la audiencia del ssila, en enero de 2004, que tuvo lugar en Boston, donde presenté una versión de este trabajo. Agradezco especialmente a los editores del volumen, Enrique L. Palancar y Roberto Zavala por sus valiosos comentarios a los distintos borradores que llegaron a sus manos, los cuales permitieron precisar y mejorar varios aspectos de este capítulo. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Los datos en que se basa esta investigación provienen de Puácuaro, poblado ubicado en la ribera oeste del lago de Pátzcuaro. 49

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que la del nombre es servir de argumento. Asimismo, asumo, como señalan Beck (1999; 2002), Croft (1990: 140, 141), Hengeveld (1992), Lehmann (1990) y Schachter (1985), que la función primaria y no marcada de los adjetivos es la atribución (modificación nominal). De esto se sigue que si un elemento de una clase léxica cumple una función marcada, debe requerir de algún dispositivo gramatical especial en ese contexto. En este estudio retomo el criterio de complejidad estructural propuesto por Beck (1999: 31): “un elemento X es marcado con respecto­ a otro elemento Y si X es más complejo, morfológica o sintácticamente, que Y”. Este autor añade que la complejidad estructural se puede establecer por: a) comparación de dos formas de un lexema (complejidad morfológica) y b) comparación de dos lexemas diferentes en la misma función sintáctica (complejidad sintáctica). Con estos criterios, es posible definir un verbo como el lexema que en su función predicativa aparece sin marcación alguna, pero que al ocurrir como argumento­ o modificador nominal presenta complejidad estructural. De la misma manera, los adjetivos son los lexemas que en la función de modificación nominal aparecen en su forma no marcada pero que requieren de complejidad estructural para usarse­ predicativamente.3 Este trabajo estudia las formas del p’orhépecha que expresan conceptos de propiedad; palabras que ocurren como modificadores atributivos y que pueden emplearse en la predicación de propiedades y estados. A partir del estudio de las propiedades morfosintácticas de los conceptos de propiedad, mostraré que el p’orhépecha cuenta solamente con dos adjetivos básicos y que el resto de los conceptos de propiedad está constituido principalmente por bases verbales en su forma estativa. Voy a demostrar que los sufijos -ri/-ti que aparecen con la mayoría de los conceptos de propiedad son morfemas estativos, tal como ocasionalmente lo ha sugerido Monzón (1998: 101-102; 2004: 95-96). El capítulo está organizado de la siguiente manera. En la segunda sección, se presenta un panorama general de las características de los sistemas verbal y nominal­ del p’orhépecha; en la tercera sección, discuto las raíces del p’orhépecha que pueden considerarse adjetivos básicos y ofrezco una breve exposición sobre los verbos que codifican conceptos de propiedad; en la cuarta sección, se analizan tres tipos 3

Dixon (2004) presenta una posición algo distinta (véase la nota 11). Según este autor, los adjetivos básicos (monomorfémicos) tienen dos funciones gramaticales: por un lado, la de aseverar que algo tiene cierta propiedad, lo cual se puede realizar, a) funcionando como verbos intransitivos “verb-like adjective”, o b) por medio de la cópula “noun-like adjective”; y por el otro, la de ser modificador en fn. Desde su punto de vista, el adjetivo es una categoría universal que debe diferenciarse, aunque sea por rasgos sutiles, de los verbos.

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de deverbativos, incluidas las formas con la terminación -ri/-ti, que funcionan como los adjetivos en atribución y predicación de una propiedad. En la quinta sección, se busca demostrar, a partir de las construcciones para expresar estados, que las formas [v-ri/-ti] corresponden a bases verbales estativas cuyo comportamiento morfosintáctico nos permite reconocer que presentan rasgos de decategori­ zación y recategorización. Por último, en la sección sexta, se ofrece una breve recapitu­lación general. 2.2. Características generales de los sistemas verbal y nominal   del p’orhépecha

El p’orhépecha es una lengua aglutinante, exclusivamente sufijante y que presenta un sistema de caso morfológico de tipo nominativo-acusativo.4 Las raíces de esta lengua pueden reconocerse por sus características morfofonológicas: consisten en una o dos sílabas y el acento recae, como norma, en la vocal final de la raíz.5 Las bases verbales del p’orhépecha, es decir, las formas que pueden recibir flexión verbal y funcionar predicativamente, pueden consistir en una raíz o ser parte de entidades más complejas. Existen en la lengua diversos tipos de morfemas verbales­derivativos (entre los que se encuentran los morfemas espaciales) y un sistema de flexión verbal entre cuyos morfemas se encuentran las marcas de tiempo/aspecto/ modo (tam) y persona, así como el sufijo ni, que indica “no finito”.6 Los ejemplos en 1 ilustran la función predicativa de raíces que pueden funcionar como bases verbales.7

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El nominativo es el caso no marcado, mientras que el acusativo —denominado tradicionalmente como “caso objetivo”— se marca con -ni. Este caso objetivo (o acusativo) marca el objeto de construcciones monotransitivas y los dos objetos de oraciones ditransitivas. En la lengua son posibles objetos sintácticos sin marca de caso cuando la fn corresponde a un tema o paciente y se refiere a un inanimado singular sin determinante definido, a un genérico o a una masa. Para mayor información sobre este punto véanse Villavicencio, 2002: 236-247; Capistrán-Garza, 2002; 2005. Las únicas excepciones a esta regla son unas cuantas raíces monosilábicas irregulares (Foster, 1969: 66) que para flexionarse toman como formativo (excepto en imperativo y futuro) -rha o -ra, sufijo en el que recae el acento. Denomino -ni como marca de “no finito”, retomando la terminología propuesta por Haspelmath (1995), pues sus funciones no se limitan a las reconocidas como típicas del infinitivo en otras lenguas. En la ortografía práctica de la lengua se emplea ï para //; y /j/; C’ indica consonante aspirada; sh /ʃ/; ts /t͡s/; ch /tʃ/; rh /ɽ/.

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(1) a. tumpí-icha piré-sha-p-ti muchacho-pl cantar-prg-psd-3ind ‘Los muchachos estaban cantando.’ b. t’ú xupá-s-Ø-ka shukúparhakwa 2sg lavar-prf-pres-1/2ind ropa ‘Tú lavaste ropa.’ c. xí ú-a-sïn-Ø-ka=ni k’umánchikwa-icha-ni 1sg hacer-distr-hab-pres-1/2ind=1sg.suj casa-pl-objt ‘Yo hago casas.’ d. María atá-a-ti Rósa-ni María golpear-fut-3ind Rosa-objt ‘María va a golpear a Rosa.’

En los ejemplos de 1, el núcleo predicativo corresponde a las raíces piré, xupá, ú y atá seguidas de morfemas de aspecto (progresivo, -sha; perfecto, -s; habitual, -sïn), tiempo (presente, -Ø; pasado, -p; futuro, -a) y persona/modo (primera y segunda persona de indicativo, -ka; tercera persona de indicativo, -ti). Además, en 1c la base verbal presenta el sufijo -a, que indica objeto de tercera persona plural. Estas raíces, en tanto elementos verbales, pueden también recibir la flexión -ni “no finita”: piréni,­“cantar”; xupáni, “lavar”; úni, “hacer”; atáni, “golpear”. En p’orhépecha, raíces como las mostradas en 1 se consideran raíces verbales libres, ya que pueden recibir directamente flexión verbal y funcionar predicativamente. Éstas se distinguen de las llamadas raíces verbales no libres (Foster, 1969; Nava, 2004), cuya función primaria también es la predicación, pero siempre ocurren con la adición de un sufijo. Por lo tanto, con este tipo de raíces, las bases verbales más simples presentan la forma [raíz + afijo]. Típicamente, las raíces no libres toman un sufijo, al que llamo formativo de base, el cual determina la transiti­ vidad de la forma resultante y puede alterar su significado. En 2, se muestran algu­ nos ejemplos de este tipo de raíces con la marca flexiva de “no finito” -ni.8

8

El símbolo + indica unión de dos morfemas cuyo sentido no puede descomponerse composicionalmente.

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(2) Raíces verbales no libres a. kachú+ku-ni ‘cortar’ b. washá+ka-ni ‘sentarse’ c. washá+ta-ni ‘sentarlo’ d. mí+ta-ni ‘abrir’

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e. mí+ka-ni ‘cerrar’ f. mí+ti-ni ‘saber’ g. wé+ra-ni ‘salir, brotar’ h. wé+ka-ni ‘querer’

En contraste con las bases verbales en 1 y 2, existen raíces que podemos reconocer como nominales. Los casos más claros corresponden a palabras claramente monomorfémicas como itsï, “agua”; purhú, “calabaza”; paré, “nopal”, y tumpí, “muchacho” (en este grupo puede también incluirse la forma con reduplicación tsúntsu­, “olla”). Estas raíces pueden reconocerse como nominales ya que funcionan como argumentos verbales (núcleo de fn), aceptan flexión de caso y número y toman determinantes, pero no pueden tomar flexión verbal directamente ni usarse predicativamente, tal como lo muestra la estructura mal formada en 3b.9 (3) a. tumpí pyá-a-s-Ø-ti ts’ïmá-ni tsúntsu-icha-ni muchacho comprar-distr-prf-pres-3ind aquellas-objt olla-pl-objt ‘El muchacho compró aquellas ollas.’ b. * í má tsúntsu-s-Ø-ti este una olla-prf-pres-3ind Lectura buscada: ‘Esto es una olla.’

Para funcionar predicativamente estas palabras deben tomar el sufijo verbalizador -i (o su alomorfo -e), como en 4a, o aparecer en una construcción con la cópula xinténi, “ser”, como en 4b. Esto muestra que, para funcionar predicativamente, estas raíces son marcadas estructuralmente respecto a las raíces verbales.10

9

10

En p’orhépecha la flexión de caso debe recaer en los determinantes definidos, si los hay, y en el último constituyente de fn, pero puede también ocurrir en el núcleo nominal, aun cuando éste no sea el cons­ tituyente final. La flexión de número sigue las mismas reglas, salvo que, en general, los determinantes no toman la marca plural -icha/ -echa (para más detalles sobre esto, véase Capistrán-Garza, 2002). Unas cuantas raíces, como itsï, “agua”, o kutsï, “luna, mes, mujer”, pueden tomar un sufijo verbal y funcionar predicativamente. Así tenemos itsïmani, “beber” (-ma es un sufijo espacial, de resolución transitiva); kutsïmini, “envejecer para mujeres” (-mi es un formativo verbal de resolución intransitiva). Tales raíces pueden reconocerse como nominales pues, a diferencia de las raíces verbales no libres, pueden ocurrir sin dicha sufijación (forma no marcada) y funcionar como nominales.

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(4) a. í má purhú-i-s-Ø-ti este una calabaza-vrbz-prf-pres-3ind ‘Esto es una calabaza.’ b. í xinté-s-Ø-ti purhú este ser-prf-pres-3ind calabaza ‘Esta es (la) calabaza.’

Además de este tipo de nominales, palabras bimorfémicas como wíchu, “perro”, y kúchi, “cerdo”, pueden considerarse también parte del paradigma de sustantivos ya que no parecen ser derivadas (Foster, 1969: 87-89; Friedrich, 1984: 74). Sin embargo, el número de raíces que podemos reconocer como nominales es reducido­ y la mayoría de las palabras que funcionan como sustantivos son derivadas de verbos. En 5 ofrezco algunos ejemplos de sustantivos formados con el nominalizador -kwa, que es el más productivo.11 (5) a. k’waní-nti-kwa arrojar-área_de_oído_a_hombro-nmlz ‘rebozo’ b. mí+ta-kwa-icha abrir-nmlz-pl ‘llaves’ c. teré-kwa pudrirse-nmlz ‘hongo’

Ejemplos como los de 5 muestran raíces y bases verbales que pueden funcionar como núcleos de ffnn, y aceptar flexión nominal una vez derivadas por el sufijo -kwa. Las palabras resultantes, como ocurre con los sustantivos de 4, no pueden usarse predicativamente sin la presencia del verbalizador o la cópula xinténi. 11

Las nominalizaciones del tipo pirékwa, “canción” (piréni, “cantar”), se forman con este sufijo. Las palabras shukúparhakwa, “ropa”, en 1b, y k’umánchikwa, “casa”, en 1c, se derivan, respectivamente, de shukúparhani, “vestirse”, y k’umánchini, “sombrear(se)”. Es importante señalar que existen otras marcas con función nominalizadora, pero que por razones de espacio no es posible tratarlas aquí. Dado que éste no es el tema central de esta exposición, no desglosaré morfológicamente los sustantivos­ deverbativos que puedan presentarse en el resto de este trabajo.

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2.3. Conceptos de propiedad

Como se señaló en la introducción, a partir del trabajo de Dixon (1982) ha habido una discusión sobre la universalidad de la categoría adjetival, ya que varias lenguas codifican conceptos de propiedad por medio de sustantivos o verbos.12 En esta sección argumentaré, como se ha planteado en otro trabajo (Capistrán-Garza, 1997), que en p’orhépecha los conceptos de propiedad —determinados con base en los grupos semánticos propuestos por Dixon (1982: 35): dimensión, propiedad física, propensión humana, color, valor y edad— se codifican básicamente como verbos, existiendo­únicamente dos raíces que pueden considerarse como adjetivos básicos. 2.3.1. Adjetivos básicos

Existen en p’orhépecha dos raíces que codifican los conceptos de propiedad “grande” y “chico” y que podemos reconocer como adjetivos básicos. Estas raíces, —sapí,­ “chico”, y t’arhé, “grande”—, aparecen en 6 en función atributiva.13 (6) a. xí ú-s-Ø-ka=ni tsúntsu-(ni) sapí-ni 1sg hacer-prf-pres-1/2ind=1sg.suj olla-objt pequeño-objt ‘Yo hice la olla chica.’ b. xatsí-s-Ø-ka=ni má t’arhé anátapu tener-prf-pres-1/2ind=1sg.suj un grande árbol ‘Tengo un árbol grande.’

En 6a y 6b, sapí y t’árhé, respectivamente, funcionan como modificadores de sus­tantivos, sin presentar marcación alguna, y pueden tomar la marca de caso objetivo -ni cuando es requerida por la fn, a modo de concordancia.14 Cuando 12

13 14

Más recientemente, Dixon (2004) ha replanteado su postura acerca de la existencia de lenguas sin una clase de adjetivos básicos y sostiene que en todas las lenguas es posible determinar dicha clase, por pequeña que sea, si se reconsideran los criterios que la determinan. Como aquí no entraremos en esta discusión, véanse respecto a las distintas posturas, Beck, 1999; 2002; Chafe, 2004; Dixon, 2004; Hajek, 2004; Vázquez Soto, 2004; Palancar, 2006. Es también común la forma sapíchu, “chico”; sin embargo, puesto que aquí la raíz presenta el sufijo -chu, cuyo estatus no es claro, consideraré sólamente sapí, que es la forma monomorfémica. Sobre la marcación de caso, véanse las notas 4 y 9. En cuanto al orden del modificador respecto al núcleo, tanto sapí como t’arhé pueden ocurrir antes o después del núcleo; sin embargo, la mayoría de

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estas formas son usadas predicativamente, es necesario usar la cópula xinténi, “ser”, como en 7, o agregar el sufijo verbalizador -i/e, como en 8. (7) a. xuchíiti wíchu xinté-s-Ø-ti sapí 1sg.psr perro ser-prf-pres-3ind pequeño ‘Mi perro es (el) pequeño.’ b. í anátapu xinté-s-Ø-ti t’arhé este árbol ser-prf-pres-3ind grande ‘Este árbol es (el) grande.’ (8) a wíchu sapí-i-s-Ø-ti perro pequeño-vrbz-prf-pres-3ind ‘El perro es pequeño.’ b. í t’arhé-e-s-Ø-ti éste grande-vrbz-prf-pres-3ind ‘Éste es grande.’

A partir de los datos presentados en los ejemplos 6, 7 y 8, es posible proponer que las raíces sapí y t’arhé son adjetivos básicos, ya que pueden directamente, sin recibir marca adicional, funcionar como modificadores; mientras que para predicar una propiedad deben tomar la cópula o ser verbalizados; es decir, no pueden funcionar directamentte como predicados sin presentar “complejidad estructural”.15 Si bien estas raíces se comportan como los nominales al usarse predicativamente, es posible diferenciarlos de estos últimos por su función atributiva.16 Cuando un nominal modifica a otro, se requiere la marca de genitivo -iri/eri. Es decir, mientras los adjetivos pueden directamente modificar a un núcleo nominal, los nominales no.17

15

16 17

modificadores nominales derivados, como ambákiti, “bueno” (ambákini, “limpiarse, ser bueno”), y k’éri, “grande” (k’éni, “crecer”), ocurren con el orden núcleo-modificador (el orden n-mod parece ser una innovación respecto al patrón registrado en el siglo xvi, véase Villavicencio, 2002: 56; 2006: 72 s.). Tanto sapí (pero no la forma sapíchu) como t’arhé, al igual que ocurre con algunas raíces nominales (véase nota 10), si bien no pueden directamente recibir flexión verbal, pueden tomar sufijos que funcionan como formativos de bases verbales y funcionar predicativamente, por ejemplo, t’arhé-pi-ni, “envejecer para hombres”, o sapí-narhi-ni, “tener la cara chica” (narhi, “cara”). El lexema sapí se emplea como sustantivo con la significación de “niño”. La modificación n-n sólo parece posible en compuestos: tumína akwítsi, “tipo de víbora” (tumína, “dinero”; akwítsi, “víbora”), kwashánta terékwa, “tipo de hongo” (kwahsánta, “huevo”; terékwa, “hongo”), etcétera. Por otro lado, algunos sustantivos en la lengua toman el clítico delimitativo =k’u y

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(9) a. k’wirípita kúchi-iri carne cerdo-gen ‘carne de cerdo’ b. kamáta shénkwa-iri atole capulín-gen ‘atole de capulín’

En contraste con construcciones como las de 9, los adjetivos no admiten caso genitivo para modificar a un nombre, como muestra la agramaticalidad de 10b. (10) a. t’arhé k’umánchikwa grande casa ‘la casa grande’ b. * t’arhé-eri k’umánchikwa grande-gen casa ‘la casa grande’

Conforme al análisis presentado, podemos postular que el p’orhépecha presenta únicamente dos palabras monomorfémicas que corresponden a adjetivos básicos: sapí y t’arhé.18, 19 2.3.2. Verbos que codifican conceptos de propiedad

Puesto que el p’orhépecha presenta una clase sumamente pequeña de raíces adjetivas, no es sorprendente que el resto de los conceptos de propiedad se codifiquen como verbos. En 11 y 12 doy algunos ejemplos de raíces verbales libres y no libres, respectivamente, que expresan conceptos de propiedad.

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pueden funcionar como modificadores nominales, por ejemplo wáts’ï, “hijo/niño”, > wáts’ï=k’u, “joven”; itsï, “agua”, > itsï=k’u, “aguado”; etcétera. Quizá podría agregarse ximpáni, “nuevo”, a la lista de adjetivos básicos, puesto que dicha raíz sólo ocurre en esta forma y se comporta como sapí y t’arhé. Sin embargo, existen evidencias que sugieren que ximpáni podría venir de una forma verbal que se ha lexicalizado (véase el Diccionario grande, obra de finales del siglo xvi; anónimo, 1991: 277). En este aspecto, el p’orhépecha se asemeja a las lenguas registradas por Dixon (1982; 2004) en las que existen únicamente tres o cuatro adjetivos básicos, de los que se espera que correspondan, en primer lugar, al grupo semántico de dimensión y, en segundo lugar, al de edad.

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(11) Raíces libres que codifican conceptos de propiedad a. té-ni ‘endulzarse’ d. chopé-ni ‘endurecerse’ b. k’é-ni ‘crecer, hacerse grande’ e. tamá-ni ‘engrasarse’ c. k’amé-ni ‘amargarse’ f. tepá-ni ‘engordar’ (12) Raíces ligadas que codifican conceptos de propiedad a. ásh+pi-ni ‘ponerse sabroso’ g. ts’aw+mpi-ni ‘adelgazarse’ (cosas) b. tsí+pi-ni ‘alegrarse’ h. itú+mi-ni ‘salarse’ c. eshé+pi-ni ‘flojear’ i. charhá+pi-ni ‘enrojecerse’ d. yó+ska-ni ‘alargarse’ j. urá+pi-ni ‘blanquearse’ f. kwetsá+pi-ni ‘ponerse pesado’ k. sharhí+pi-ni ‘agriarse’

Los formativos -pi, -mi y -mpi (posible combinación de -mi y -pi), que pueden observarse en 12, ocurren solamente con conceptos de propiedad. Sin embargo, como puede verse en los ejemplos de 11 y en la forma yóskani, en 12, no todos los conceptos de propiedad son raíces ligadas que deban tomar uno de estos formativos. Asimismo, ninguna de las raíces en 12 puede ocurrir sin afijación. Las raíces y bases de 11 y 12 pueden recibir todas las flexiones verbales y funcionar­predicativamente. A manera de ejemplo, muestro en 13 formas en progresivo,­y en 14, en perfecto. (13) a. kurhínta chopé-sha-Ø-ti pan endurecerse-prg-pres-3ind ‘El pan se está endureciendo.’ b. tyámu charhá+pi-sha-p-ti fierro enrojecer-prg-psd-3ind ‘El fierro se estaba poniendo rojo.’ (14) a. kurhínta chopé-s-Ø-ti pan endurecerse-prf-pres-3ind ‘El pan se ha endurecido, está duro.’ b. tyámu charhá+pi-s-p-ti fierro enrojecerse-prf-psd-3ind ‘El fierro se había enrojecido, estaba rojo (en la lumbre).’

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La mayoría de los verbos que codifican propiedades se comportan como chopéni y charhápini, es decir, corresponden a verbos incoativos “devenir X”, cuyo carácter télico explica el que, con el progresivo, como puede apreciarse en 13, se indique que está o estaba en curso un cambio de estado, mientras que el perfecto puede tener un valor resultativo. Así, las formas en 14 permiten una doble traducción “ha/había devenido X” o “está/estaba X”, ya que el estado es resultado de la culminación del cambio.20 Todas las raíces verbales que expresan propiedades son intransitivas, pero es posible, como ocurre con otros verbos intransitivos, formar los verbos transitivos correspondientes añadiendo el sufijo causativo -ra.21 (15) Formas causativizadas de verbos de propiedad a. té-ni ‘endulzarse’ a’. té-ra-ni ‘endulzar’ b. chopé-ni ‘endurecerse’ b’. chopé-ra-ni ‘endurecer’ c. tsí+pi-ni ‘alegrarse’ c’. tsí+pe-ra-ni ‘alegrar’ d. itú+mi-ni ‘salarse’ d’. itú+me-ra-ni ‘salar’

Como ocurre con otros verbos, muchas de las raíces verbales que expresan propiedades pueden funcionar como argumentos nominales si reciben el sufijo nominalizador kwa. (16) Nominalizaciones de verbos de propiedad a. tsípini ‘alegrarse’ a’. tsípikwa ‘alegría’ b. téni ‘endulzarse’ b’. tékwa ‘azucar, miel (cosa dulce)’ c. urápini ‘blanquearse’ c’. urápikwa ‘blancura’ d. tamáni ‘engrasarse’ d’. tamákwa ‘grasa, cosa grasosa’ e. itúmini ‘salarse’ e’. itúkwa ‘sal’ f. shépini ‘flojear’ f ’. shépikwa ‘flojera, pereza’ g. áshpini ‘ponerse sabroso’ g’. áshpikwa ‘sabor, condimento’ h. winápini ‘ponerse fuerte’ h’. winápikwa ‘fuerza’

20

21

Sobre el aspecto inherente de estos verbos y su comportamiento con las marcas aspectuales, véase Capistrán-Garza, 1997, donde se argumenta sobre el carácter dinámico de los verbos que codifican nociones de propiedad y su carácter télico o atélico. En las bases verbales que toman -pi, se presenta un cambio morfofonológico de la vocal final del formativo al añadirse el causativo.

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2.4. Adjetivos deverbales

Existen en p’orhépecha palabras formadas por una raíz o base verbal más algún sufijo, las cuales se comportan de la misma manera que los adjetivos básicos, tanto al funcionar como modificadores nominales como al usarse predicativamente. Encontramos tres tipos. a) Participios pasivos con -kata; b) Una serie de palabras que toman diversos sufijos, v.g. -pu y -sï; y c) Palabras que presentan el sufijo -ri (o su alomorfo -ti). 2.4.1. Participios pasivos

El primer grupo de adjetivos deverbales corresponde a bases verbales sufijadas con el participio pasivo -kata, como se ilustra en los ejemplos de 17. (17) a. warhípiti-icha sánteru ché+rhi-kata-icha guerrero-pl más temer-part-pl ‘Los guerreros más temidos.’ b. ishú atá+ra+nta-sïn-Ø-ti=ksï kárru sïpá-kata-icha-ni aquí vender-hab-pres-3ind=1/3suj.pl carro robar-part-pl-objt ‘Aquí venden carros robados.’

En los ejemplos de 17, las palabras derivadas con -kata funcionan como modificadores atributivos. 2.4.2. Deverbales de miscelánea de sufijos

El segundo grupo de adjetivos deverbativos tiene pocos miembros y está formado por palabras que terminan en diversos sufijos. Generalmente estas formas presentan un significado distinto del expresado por la raíz verbal. (18) a. tsúntsu tamá-pu-icha olla engrasarse-pu-pl ‘Las ollas viejas.’

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b. xí eshé-s-Ø-ka tumpí k’arhí-sï-ni 1sg ver-prf-pres-1/2ind muchacho secarse-sï-objt ‘Yo vi al muchacho flaco.’

En 18a, el concepto de propiedad para “viejo” (en referencia a cosas) deriva de la raíz verbal tamá, “engrasarse”, y en 18b, el que expresa ‘delgado’ deriva de karhí, “secarse”. 2.4.3. Deverbales con la terminación -ri/-ti

El tercer grupo de adjetivos deverbales, que es por mucho el más numeroso, lo conforman palabras que reciben los sufijos -ri/-ti. Salvo algunas excepciones (Foster, 1969: 82), el alomorfo -ri ocurre directamente después de las raíces (por ejemplo, té-ri,“dulce”) y -ti cuando la base verbal presenta algún o algunos sufijos después de la raíz (por ejemplo, itú+mi-ti, “salado”). Muchas de las raíces verbales que presentan esta forma corresponden, como se señaló anteriormente, a verbos incoativos que codifican conceptos de propiedad. Compárense los ejemplos tamápu y k’arhísï, dados en 18, con tamá-ri, “grasoso”, y k’arhí-ri, “seco”. Los ejemplos 19b y 20b ilustran la función modificadora de las formas que resultan al sufijarse -ri/-ti. (19) a. tsiríri k’amé-sha-Ø-ti masa amargarse-prg-pres-3ind ‘La masa se está amargando.’ b. pyá-a-s-Ø-ka=ni naráncha k’amé-ri-icha-ni comprar-distr-prf-pres-1/2ind=1sg.suj naranja amargarse-est-pl-objt ‘Compré naranjas amargas.’

En 19a, a la raíz verbal k’amé, “amargarse”, le sigue el sufijo de progresivo sha, predicándose que está en proceso un cambio. En 19b, k’amé más el sufijo -ri, se comporta como un modificador y toma plural y caso objetivo. Lo mismo ocurre en 20 con la base verbal turhípi, “negrear”, “ponerse negro”. (20) a. awánta turhí+pi-sha-Ø-ti cielo negrear-prg-pres-3ind ‘El cielo se está poniendo negro.’

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b. María ká-a-sïn-Ø-ti wíchu-icha-ni turhí+pi-ti-icha-ni María tener-distr-hab-pres-3ind perro-pl-objt negrear-est-pl-objt ‘María tiene perros negros.’

Las formas deverbales que pueden funcionar como modificadores con la terminación -ri/-ti son muy numerosas y no se limitan a verbos que codifican conceptos­de propiedad, por lo cual no es posible dar una lista cerrada de ellas. En 21 se ofrecen algunos ejemplos más. 21) Modificadores nominales con la terminación -ri/-ti a. warhíni ‘morir’ a’. warhíti ‘muerto’ b. kwakáni ‘mojarse’ b’. kwakári ‘mojado’ c. k’urhíni ‘quemarse’ c’. k’urhíri ‘quemado’ d. kakákurhini ‘romperse’ d’. kakákurhiti ‘roto’ e. chekámini ‘espinarse’ e’. chekámiti ‘espinudo’ f. teréni ‘podrirse’ f ’. teréri ‘podrido’ g. winíni ‘llenarse’ g’. winíri ‘lleno’ 2.4.4. Deverbales en función predicativa

Todas las palabras derivadas que he presentado en esta sección se comportan como los dos adjetivos básicos sapí y t’arhé. Todas ellas pueden funcionar atributivamente­ y tomar flexión nominal, pero cuando se usan como predicados para expresar que algo o alguien posee cierta propiedad, es necesaria una construcción con la cópula xinténi, “ser”, o bien, la sufijación del verbalizador -i/e. Tal comportamiento se muestra en 22 y 23 para cada uno de los tipos de palabra­considerados anteriormente. En los ejemplos de 22 podemos observar predicaciones con el sufijo verbalizador. (22) a. Páblu ché+rhi-kata-i-s-p-ti Pablo temer-part-vrbz-prf-psd-3ind ‘Pablo era temido.’ b. k’umánchikwa tamá-pu-i-s-Ø-ti casa engrasarse-pu-vrbz-prf-pres-3ind ‘La casa es vieja.’

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c. wíchu turhí+pi-ti-i-s-Ø-ti perro negrear-est-vrbz-prf-pres-3ind ‘El perro es negro.’

En 22a tenemos un participio pasivo, en 22b un deverbativo con la terminación­ pu y en 22c una base verbal con la terminación -ti. En 23 se ofrecen construcciones con la cópula xinténi. (23) a. í kúchi xinté-s-Ø-ti p’ukú-ra-kata este cerdo ser-prf-pres-3ind engordar-caus-part ‘Este cerdo es gordo.’ b. Xwánu-iri táa xinté-s-Ø-ti tamá-pu Juan-gen casa ser-prf-pres-3ind engrasarse-pu ‘La casa de Juan es vieja.’ c. ts’ï naráncha-icha xinté-s-Ø-ti=ksï k’amé-ri-icha esas naranja-pl ser-prf-pres-3ind=1/3suj.pl amargarse-est-pl ‘Esas naranjas son amargas.’

Como puede observarse, los tres tipos de palabras considerados pueden funcionar como modificadores nominales, pero para predicar que algo tiene cierta propiedad requieren del verbalizador o la cópula xinténi. Es decir, funcionan como los adjetivos básicos. Sin embargo, como mostraré a continuación, las palabras con la terminación -ri/-ti presentan diferencias morfosintácticas respecto a los otros deverbativos que pueden funcionar como adjetivos. Tales diferencias se explican al reconocer que las formas [v-ri/-ti] corresponden a bases verbales estativas. 2.5. Naturaleza verbal de las formas [v-ri/-ti]

En esta sección mostraré que -ri/-ti son sufijos estativos orientados al sujeto. Las formas verbales que resultan de la afijación de estos morfemas indican situaciones que implican estabilidad temporal; es decir, corresponden a formas verbales estativas. Entiendo por una forma verbal estativa, siguiendo a Kozinskij (1998) y Nedjalkov y Jaxoton (1998: 6-27), una forma marcada del verbo que indica un

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estado o cualidad sin implicaciones sobre su origen.22 Como Nedjalkov et al. (1998: 155) señalan respecto al chukchee, las formas estativas no contienen en sí información acerca de una acción previa, aunque dicha información pueda desprenderse del significado del verbo y/o del conocimiento del mundo. El reconocimiento de los sufijos -ri/-ti como morfemas estativos permite postular que las formas que presentan estas terminaciones constituyen bases verbales. Si esto es correcto, se explica el que dichas formas, si bien pueden adoptar propieda­des morfosintácticas no verbales (como ocurre cuando funcionan como modificadores nominales o predican una propiedad inherente), sean comunes en construcciones restringidas a bases verbales. Lo anterior se demuestra cuando analizamos las construcciones que expresan estados, así como otras formas verbales en que ocurren los sufijos -ri/-ti . 2.5.1. Construcciones que expresan estados

Cuando se consideran las construcciones que expresan estados, encontramos que las formas [v-ri/-ti] se comportan de manera diferente a las otras formas que funcionan como modificadores atributivos. Todas las palabras deverbales que funcionan como adjetivos, excepto las que terminan en -ri/-ti, se combinan­con el auxiliar xarháni, “estar, haber”, para expresar estados; es decir, situaciones más estables que las acciones, pero menos estables que las propiedades o cualidades.­23 (24) a. xuchíiti wíchu sapí xa+rhá-s-Ø-ti 1sg.psr perro chico estar-prf-pres-3ind ‘Mi perro está chico (pero crecerá).’ b. shukúparhakwa xupá-kata xa+rhá-s-Ø-ti ropa lavar-part estar-prf-pres-3ind ‘La ropa está lavada.’

22 23

Nedjalkov y Jaxoton (1998: 13) señalan que es posible, como ocurre en fula, que una cualidad, por ejemplo “alto”, se exprese mediante la forma estativa de un verbo dinámico, por ejemplo “devenir alto”. El contraste entre las construcciones que presento en esta sección y las predicaciones con el verbalizador­ o la cópula xinténi corresponde a la diferencia entre “stage-level predicates” e “individual level predicates” (Kratzer, 1995).

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c. Pédru k’arhí-sï xa+rhá-s-Ø-ti Pedro secarse-sï estar-prf-pres-3ind ‘Pedro está flaco.’

En los ejemplos de 24, los conceptos de propiedad coaparecen con el auxiliar flexionado xarháni . En el ejemplo 24a, el concepto de propiedad es un adjetivo básico, en 24b, un participio, y en 24c, un deverbativo. En contraste con las construcciones en 24, las formas [v-ri/-ti] en general no pueden coaparecer con el auxiliar xarháni, como lo muestran los ejemplos en 25.24 (25) a. ??itsï té-ri xa+rhá-s-Ø-ti agua endulzarse-est estar-prf-pres-3ind ‘El agua está dulce.’ b. ??awánta turhí+pi-ti xa+rhá-s-Ø-ti cielo negrear-est estar-prf-pres-3ind ‘El cielo está negro.’

Sin embargo, predicaciones como las de 25 son comunes y completamente gramaticales si presentan el sufijo -ni, “no finito”, en el elemento predicado, como se muestra en 26.25 (26) a. té-ri-ni xa+rhá-s-Ø-ti endulzarse-est-nf estar-prf-pres-3ind ‘Está dulce.’ 24

25

Construcciones como las de 25 son correctas, según algunos hablantes consultados. Aunque en Capis­ trán-Garza (1997: 109) se dan como gramaticales, no todos los hablantes las aceptan (especialmente los mayores) y no he encontrado ninguna ocurrencia de estas formas en texto. Las formas [v-ri/-ti-ni] no pueden funcionar como modificadores en ffnn ni recibir al verbalizador para predicar una propiedad:

(i) * wíchu turhí+pi-ti-ni-icha perro negrear-est-nf-pl Lectura buscada: ‘Los perros negros.’ (ii) * wíchi turhí+pi-ti-ni-i-s-Ø-ti perro negrear-est-nf-vrbz-prf-pres-3ind Lectura buscada: ‘El perro es negro.’

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b. turhí+pi-ti-ni xa+rhá-s-Ø-ti negrear-est-nf estar-prf-pres-3ind ‘Está negro.’ c. k’arhí-ri-ni xa+rhá-s-Ø-ti secarse-est-nf estar-prf-pres-3ind ‘Está seco.’

Por otro lado, en contraste con las construcciones en 26, las palabras que no terminan en -ri/-ti no aceptan la sufijación de -ni, como puede verse en la agramati­ calidad de los ejemplos en 27. (27) a. * sapí-ni xa+rhá-s-Ø-ti chico-nf estar-prf-pres-3ind ‘Está chico.’ b. * xupá-kata-ni xa+rhá-s-Ø-ti lavar-part-nf estar-prf-pres-3ind ‘Está lavado.’ c. * k’arhí-sï-ni xa+rhá-s-Ø-ti secarse-sï-nf estar-prf-pres-3ind ‘Está flaco.’

Además de tomar la marca de “no finito” al combinarse con el auxiliar xarháni, el grupo de palabras [v-ri/-ti] puede también predicar estados en una construcción peculiar que muestro en 28. (28) a. té-ri-sha-Ø-ti endulzarse-est-prg-pres-3ind ‘Está dulce.’ b. turhí+pi-ti-sha-Ø-ti negrear-est-prg-pres-3ind ‘Está negro.’ c. k’arhí-ri-sha-p-ti secarse-est-prg-psd-3ind ‘Estaba seco.’

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d. t’ú ts’irá+pi-ti-sha-p-ka 2sg enfriarse-est-prg-psd-1/2ind ‘Tú estabas fría/o.’

Como puede observarse en 28, las formas [v-ri/-ti] toman directamente el sufijo flexivo -sha, seguido de las marcas de presente o pasado y de los sufijos de persona/indicativo -ka, para primera y segunda persona, o -ti, para tercera. Como vimos anteriormente, -sha corresponde al aspecto progresivo pues indica que la acción o proceso indicado por el verbo está ocurriendo en el momento del acto de habla o del punto de referencia discursivo. Con las bases verbales que presentan el sufijo estativo, -sha indica un estado contemporáneo al momento del acto de habla o del punto de referencia discursivo. La presencia de -ri/-ti hace imposible, dado su valor estativo, una lectura de evento o proceso en curso, como la que presentan las formas en progresivo dadas en 19a, tsiríri k’améshati, “la masa se está amargando­”, y 20a, awánta turhípishati, “el cielo se está poniendo negro”. Construcciones como las de 28 no son posibles con formas que no terminan en -ri o -ti, como lo muestra la agramaticalidad de las formas en 29. (29) a. Adjetivo básico: * sapí-sha-Ø-ti chico-prg-pres-3ind ‘Está chico.’ b. Participio en -kata: * xupá-kata-sha-Ø-ti lavar-part-prg-pres-3ind ‘Está lavado.’ c. Formas en -sï: * k’arhí-sï-sha-p-ti secarse-sï-prg-psd-3ind ‘Estaba seco.’

En el cuadro 2.1 se ofrece un resumen de los datos presentados hasta ahora. Como puede observarse, tanto los adjetivos básicos como los tres tipos de palabras que hemos considerado, presentan el mismo comportamiento en función atributiva y predicativa. Sin embargo, en la parte inferior del cuadro se puede notar que solamente las formas en -ri/-ti pueden tomar flexión verbal. Esto se explica por el hecho de que añadir el sufijo estativo a un verbo resulta en una base verbal estativa. Por lo tanto, construcciones como las de 26 y 28 son construcciones verbales que deben distinguirse de adjetivos en uso predicativo, como es el caso en 24a-c. La

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agramaticalidad de las formas ejemplificadas en 27 y 29 se debe al hecho de que palabras como sapí, xupákata y k’arhísï no son verbos, y únicamente las bases verbales pueden tomar el sufijo flexivo -ni al combinarse con el auxiliar xarháni, así como sólo ellas pueden tomar el sufijo aspectual -sha, seguido de marcas de presente o pasado, y los sufijos de persona/modo -ti o -ka. Cuadro 2.1

Similitudes y diferencias entre los adjetivos básicos y los deverbales Adjetivos básicos:

sapí y t’arhé

Adjetivos deverbales: Participio pasivo Con sufijos Con sufijo estativo -kata -pu, -sï, etcétera -ri/-ti ✓ ✓ ✓ (verbos transitivos) (algunos verbos) (verbos incoativos)

Raíz o tema:



En modificación:









Verbalizador:









Cópula:









En predicación:

Construcción predicativa: x

xarháni

✓ (24a)

✓ (24b)

✓ (24c)

 (*25)

x

-ni xarháni

 (*27a)

 (*27b)

 (*27c)

✓ (26)

x

-sha

 (*29a)

 (*29b)

 (*29c)

✓ (28)

Fuente: elaboración propia.

Para demostrar que las formas [v-ri/-ti] son bases verbales estativas, consideremos otros verbos que presentan construcciones como las de 26 y 28. Los verbos que codifican eventos cuyo resultado es un estado, comúnmente son usados en oraciones en que los sufijos -ri/-ti se refieren a estados orientados al sujeto. Esto puede observarse en el ejemplo 30, con el verbo intransitivo washákani, “sentarse”. (30) a. washá+ka-sha-Ø-ti sentarse-prg-pres-3ind ‘Se está sentando.’

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b. washá+ka-ni xa+rhá-ni sentarse-nf estar-nf ‘Estar sentándose.’ c. washá+ka-ti-sha-Ø-ti sentarse-est-prg-pres-3ind ‘Está sentado.’ d. washá+ka-ti-ni xa+rhá-s-Ø-ti sentarse-est-nf estar-prf-pres-3ind ‘Está sentado, ha estado sentado.’

En 30a, la base verbal washáka toma el sufijo progresivo -sha para indicar que la acción está ocurriendo en el momento del acto de habla. El ejemplo 30b corresponde a la forma perifrástica del progresivo en la cual la base verbal toma el sufijo no finito -ni al entrar en construcción con el auxiliar xarháni. Los ejemplos 30c y 30d se refieren a estados. En 30c, la base verbal más -ti es seguida por -sha para indicar un estado que existe en el momento del acto de habla. En casos como el de 30d, la base verbal con terminación -ti debe tomar el sufijo de flexión no finita -ni para combinarse con el auxiliar xarháni. El postulado de que las formas en -ri/-ti son bases verbales se corrobora por el comportamiento de verbos transitivos. En 31, tenemos las mismas construcciones que en 30, con el verbo “cargar”. (31) a. kwí-parha-a-sha-Ø-ti tsúntsu-icha-ni cargar-espalda-distr-prg-pres-3ind olla-pl-objt ‘Se está cargando ollas en la espalda.’ b. kwí-parha-a-ni xa+rhá-ni tsúntsu-icha-ni cargar-espalda-obj.pl-nf estar-nf olla-pl-objt ‘Estar cargándose ollas en la espalda.’ c. kwí-parha-a-ti-sha-Ø-ti tsúntsu-icha-ni cargar-espalda-obj.pl-est-prg-pres-3ind olla-pl-objt ‘Tiene ollas cargadas en la espalda.’ d. kwí-parha-a-ti-ni xa+rhá-s-Ø-ti tsúntsu-icha-ni cargar-espalda-obj.pl-est-nf estar-prf-pres-3ind olla-pl-objt ‘Tiene ollas cargadas en la espalda.’

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En 31a, se presenta la base verbal kwíparha con el sufijo -sha, y en 31b, la construcción perifrástica del progresivo. Como puede apreciarse en 31c y 31d, esta base verbal puede tomar el sufijo estativo y formar construcciones que expresan estados sin perder la capacidad, como lo hace cualquier verbo transitivo, de tomar el sufijo distributivo -a propio de los objetos de tercera persona. Las predicaciones verbales en 30c-d y 31c-d son similares a las vistas en 26 y 28. Por ejemplo, compárense las formas turhípishati, “se está poniendo negro”, y turhípini xarháni, “estarse poniendo negro”, con las formas vistas anteriormente y que reproduzco en 32. (32) a. awánta turhí+pi-ti-sha-Ø-ti cielo negrear-est-prg-pres-3ind ‘El cielo está negro.’ b. awánta turhí+pi-ti-ni xa+rhá-s-Ø-ti cielo negrear-est-nf estar-prf-pres-3ind ‘El cielo está/ha estado negro.’

Los ejemplos de 32 muestran las mismas construccions que 30c, 30d y 31c, 31d, por lo cual es posible afirmar que en todos estos casos se trata construcciones verbales estativas. 2.5.1.1. Construcciones estativas en predicación

Las oraciones de tipo estativo que he considerado en la sección “anterior” indican típicamente situaciones o propiedades que se consideran­transitorias o no inherentes, es decir, que pudieran ser suceptibles de alteración. Mientras las construcciones con el participio pasivo -kata tienen carácter­resultativo, la presencia de los sufijos -ri/-ti no implica en sí resultatividad. Estos morfemas, aunque pueden usarse para expresar estados resultados, no conllevan en sí información sobre la existencia o no de una acción previa. Considérense los ejemplos en 33, donde el tema estativo con -ri/-ti toma la marca de progresivo y con ello simplemente se indica un estado existente en el momento del habla. (33) a. í takúsï k’arhí-ri-sha-Ø-ti, no méni kwaká-s-Ø-ti este trapo secarse-est-prg-pres-3ind nunca mojarse-prf-pres-3ind ‘Este trapo está seco, nunca se ha mojado.’

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b. Xwánu ambá+ki-ti-sha-Ø-ti Juan limpiarse_por_dentro-est-prg-pres-3ind ‘Juan está sano.’ (No se ha enfermado.)

Por su parte, las construcciones que presentan bases con el sufijo estativo, flexionadas en no finito y seguidas del auxiliar xarháni, generalmente se usan para indicar­ estados permanentes/recurrentes o limitados en su inicio. El valor que pueden to­ mar estas construcciones depende del valor aspectual y/o temporal que tome el auxiliar. Los siguientes ejemplos nos muestran construcciones con habitual y con futuro. (34) a. xwáta-icha méntkisï shuná+pi-ti-ni xa+rhá-sïn-Ø-ti cerro-pl siempre verdear-est-nf estar-hab-pres-3ind ‘Los cerros siempre están verdes.’ b. éki=ni xanó-nkwa-a-ka, Lúpi ikí+a-ri-ni xa-wá-ti cuando=1sg.suj llegar-cent-fut- subj, Lupe enojarse-est-nf estar-fut-3ind ‘Cuando llegue, Lupe va a estar enojada.’

Cuando el auxiliar se flexiona en perfecto, se indica que se lleva un tiempo en el estado; es decir, “ha estado X” (aunque es común que se traduzca también simplemente como “está X”). Esto implica un comienzo del estado, lo que favorece la lectura de estado resultado de una acción previa. (35) a. pósa winí-ri-ni xa+rhá-s-Ø-ti tsimáni kutsï pozo llenarse-est-nf estar-prf-pres-3ind dos mes ‘El pozo ha estado lleno dos meses.’ b. xuchíiti wíchu apó-pi-ti-ni xarhá-s-Ø-ti tanímu 1sg.psr perro largo_horizontal-piso-est-nf estar-prf-pres-3ind tres xurhíata día ‘Mi perro ha estado tirado, acostado tres días.’ 2.5.2. Formas [v-ri/-ti]: decategorización y recategorización

En la sección anterior he mostrado que las formas [v-ri/-ti] son formas verbales estativas­orientadas al sujeto. En tanto bases verbales estativas que son defectivas,

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sólo admiten la flexión no finita -ni o se flexionan con el aspecto progresivo -sha.26 Cuando toman -sha o forman la construcción perifrástica equivalente con el auxiliar xarháni y el verbo en forma no finita, le atribuyen al sujeto del verbo, de­ pendiendo del tipo de evento en juego, un estado o una propiedad transitoria o no inherente. Así, mientras son posibles formas como warhírishati, “está muerto” (de warhíni, “morirse”); xí shukúparhatishaka, “yo estoy vestido” (de shukúparhani, “vestirse”); terérishati, “está podrido” (de teréni, “pudrirse”); tsïpámpitishati “está amarillo” (de tsïpámpini “amarillentarse”) o kakákurhitishati, “está roto” (de kakákurhini “romperse”); no lo son *pirérishati (de piréni, “cantar”) o *xiwákurhitishati (de xiwákurhini, “gritar”). Por otra parte, hemos visto que las formas [v-ri/-ti], si no toman flexión verbal, pueden funcionar como modificadores atributivos que indican propiedades o cualidades; es decir, nociones que implican mayor estabilidad temporal. Sin embargo, no todos los verbos admiten que las formas que resultan de la sufijación de -ri/-ti funcionen como modificadores nominales. Por ejemplo, los verbos washákani, “sentarse”, y kwíparhani, “cargar en la espalda”, vistos en 30 y 31 respectivamente, pueden encontrarse en construcciones como las de 36. (36) a. xí eshé-a-s-Ø-ka acháati-icha-ni washá+ka-ti-ni 1sg ver-distr-prf-pres-1/2ind señor-pl-objt sentarse-est-nf ‘Yo vi a los señores (estando) sentados.’ b. Elisa xanó-nkwa-s-Ø -ti tsúntsu-ni kwí-parha-ti-ni Elisa llegar-cent-prf-pres-3ind olla-objt cargar-espalda-est-nf ‘Elisa llegó cargando la olla en la espalda.’

Las formas estativas en el ejemplo 36, que corresponden a predicaciones depictivas­, indican estados más que propiedades y tienen que llevar la flexión no finita. El uso de las correspondientes formas [v-ti] como modificadores nominales no es posible.27 26 27

Las bases estativas no admiten marcas aspectuales de perfecto, -s; habitual, -sïn; condicional, -pirin; ni futuro, -a. La única manera de usar estos verbos estativos para modificar a un nominal es por medio de la construcción­de relativo, por ejemplo:

(i) tumpí-icha énki=ksï washá+ka-ti-ni xa-Ø-Ø-ká muchacho-pl rel=1/3pl.suj sentarse-est-nf estar-prf-pres-subj t’iré-sha-Ø-ti=ksï comer-prg-pres-3ind=1/3pl.suj] ‘Los muchachos que están sentados están comiendo.’

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(37) a. * tumpí washá+ka-ti-icha t’iré-sha-Ø-ti muchacho sentarse-est-pl comer-prg-pres-3ind ‘Los muchachos sentados están comiendo.’ b. * maríkwa (tsúntsu-ni) kwí-parha-ti wekó+rhi-s-Ø-ti muchacha olla-objt cargar-espalda-est caerse-prf-pres-3ind ‘La muchacha cargada con la olla se cayó.’

Qué bases verbales con terminación -ri/-ti pueden ocurrir en función de modificadores­atributivos parece depender del significado de la raíz verbal. Los verbos que codifican eventos incoativos del tipo “devenir X” pueden tomar el sufijo­ -ri/-ti y funcionar como modificadores que señalan una cualidad o propiedad que caracteriza a su único argumento. Por otra parte, verbos como “sentarse”, de los cuales sólo es posible derivar estados pero no propiedades, no permiten el uso de la base verbal con terminación en -ri/-ti como modificador nominal. El valor de estabilidad temporal del evento indicado por el verbo base que conllevan los sufijos -ri/-ti permite, a mi juicio, explicar el que tales formas sean muy productivas para indicar acciones o situaciones que caracterizan al sujeto. Ejemplos de estas formas pueden apreciarse en 38. (38) Formas en -ri/-ti que funcionan como sustantivos a. xatáni ‘montar’ a’. xatári ‘jinete’ b. tepéni ‘tejer’ b’. tepéri ‘tejedor’ c. atáni ‘golpear’ c’. atári ‘golpeador’ d. xurámuni ‘ordenar’ d’. xurámuti ‘jefe’ e. kurhámarhip’ini ‘preguntar’ e’. kurhámarhip’iti ‘preguntón’ f. xatsíkurhini ‘poseer’ f ’. xatsíkurhiti ‘rico’ g. chkwánterani ‘mentir’ g’. chkwánterati ‘mentiroso’ h. xakák’uni ‘creer’ h’. xakák’uti ‘creyente’

Palabras como las del ejemplo 38 pueden funcionar, unas más comúnmente que otras, como modificadores nominales y todas pueden ocurrir como argumentos­ (núcleos de fn). Lo anterior ha llevado a considerar a -ri/-ti como sufijos “agentivos”­ derivativos.28 Sin embargo, no existen argumentos formales para distinguir estos 28

En muchos casos, las formas [v-ri/-ti] que funcionan como sustantivos no tienen un significado transparente, por lo que pueden considerarse lexicalizadas; por ejemplo p’ukúri, “pino” (p’ukúni, “engordar”, para animales y plantas); tepári, “canoa ancha” (también “gordo”, tepáni, “engordar”);

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sufijos de los que ocurren en formas como shunápiti, “verde”, o téri, “dulce”. En el análisis que aquí ofrezco, propongo reconocer un solo grupo de sufijos -ri/-ti de valor estativo que permite indicar estados, propiedades y acciones o situaciones que caracterizan al sujeto. El uso de tales formas como modificadores nominales y/o núcleos de fn, así como la posibilidad de ocurrir en construcciones que indican estados, parece depender de su contenido semántico. Este análisis difiere de los estudios anteriores del p’orhépecha que consideran a las secuencias -rini y -tini como marcas de participio o de formas adverbiales, y a las formas con terminación -ri/-ti también como participios o como sufijos nominalizadores, básicamente de tipo agentivo.29 La consideración de distintos contextos­ sintácticos en los que se presentan las formas [v-ri/-ti] permite confirmar que se trata de bases verbales estativas, muchas de las cuales ocurren productivamente en funciones sintácticas no verbales. De esta manera, se explica el que sea posible reconocer­un grupo abierto de palabras [v-ri/-ti] que indican propiedades o cualidades, capaces de ocurrir en los contextos sintácticos típicos de los adjetivos y adquirir propiedades morfosintácticas no verbales. El comportamiento de las formas verbales [v-ri/-ti] parece mostrar signos de “descategorización” y “recategorización”. Entiendo por “decategorización” la pérdida que presenta un elemento de ciertas propiedades gramaticales propias de su clase léxica. Con “recategorización”, me refiero a la adquisición de propiedades gramaticales que caracterizan a una clase léxica diferente.30 Las formas verbales [v-ri/-ti] no solamente son defectivas respecto a sus posibilidades de flexión (tam), sino que cuando funcionan como modificadores nominales no pueden recibir ningun tipo de flexión verbal; es decir, pierden propiedades de su clase léxica en dicho contexto sintáctico. Por otra parte, las formas [v-ri/-ti]

29

30

yurhíri “sangre” (yurhíni, “fluir”). Asimismo, es evidente que no siempre estas formas admiten un valor agentivo. Véanse Capistrán-Garza, 1997; Chamoreau, 1998: 512; Foster, 1969: 82; Friedrich, 1984: 73-74; Gilberti, [1559] 1987: 178-80; Lagunas, 1983 [1574]: 65, 70, 95; Wares, 1974: 94-95. Si bien Monzón (2004: 95-6) denomina a -ri y -ti como morfemas estativos, los distingue de su función como marcadores de sustantivos animados (2004: 103-104). Que los sufijos -ri y -ti no son participios puede sostenerse por su distinto comportamiento respecto a las formas claramente participiales en -kata. Asimismo, las formas [v-ri/-ti] no tienen en sí un valor resultativo ni agentivo y no se ajustan a la definición de participio propuesta por Haspelmath (1994) que he adoptado aquí: formas “no finitas” del verbo (parte del paradigma flexivo verbal) que funcionan como “adjetivos verbales”. Las formas [v-ri/-ti] no sólo pueden flexionarse, sino que muchas de ellas no pueden funcionar como “adjetivos verbales”. Estas nociones han sido retomadas, de forma simplificada y algo modificada, de las definiciones dadas por Beck (1999: 40-45), quien parte de las propuestas de Bath (1994) y Hopper y Thompson (1984).

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adquieren propiedades no verbales; pueden recibir flexión de caso y número, y deben verbalizarse o tomar la cópula xínteni para predicar la atribución de una propiedad.31 2.6. Conclusiones

Existen en p’orhépecha palabras deverbativas que pueden funcionar como los adjetivos­ básicos sapí, “pequeño”, y t’arhé, “grande”: a) ocurren en posición de mo­ di­ficador­ en ffnn; b) cuando se usan para predicar que algo o alguien posee una propiedad, deben tomar el sufijo verbalizador o la cópula xinténi. El grupo más numeroso de tales palabras está constituido por raíces o bases verbales con la terminación -ri/-ti. Estas formas se distinguen de otras palabras que funcionan como modificadores nominales por el hecho de que pueden tomar flexión verbal y aparecer en construcciones sintácticas restringidas a verbos y, por lo tanto, no accesibles para los adjetivos básicos y otras palabras deverbales. Las formas [v-ri/-ti] corresponden a bases verbales con el sufijo estativo orientado al sujeto, -ri/-ti, que indica una situación con mayor estabilidad temporal que la del evento del verbo base. Dependiendo del tipo de verbo en juego, dichas formas verbales pueden flexionarse y predicar estados, o bien, funcionar como palabras que se refieren a propiedades o situaciones que caracterizan al sujeto y presentar­ características morfosintácticas no verbales. El uso sintáctico que pueden presentar las formas verbales estativas se relaciona­ con el contenido semántico del verbo base y ponen de manifiesto que las formas [v-ri/-ti] presentan propiedades gramaticales que permiten reconocer rasgos de decategorización y recategorización.

31

Lo mismo aplica en el caso de formas verbales estativas que pueden funcionar como argumentos o núcleos de fn.

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3. Predicación de términos de parentesco en cora meseño1 Verónica Vázquez Soto*

Dedico este trabajo a la memoria de Thomas C. Smith-Stark (1948-2009), entrañable colega y amigo.

3.1. Introducción

Este artículo explora el fenómeno de la predicación de términos de parentesco entre dos individuos tal como se codifica gramaticalmente en el cora meseño, lengua yutoazteca hablada en las comunidades de Presidio de los Reyes y Santa Cruz del Guaybel, Nayarit, México. Al respecto, en este trabajo exploro la morfosintaxis, la semántica y el uso de las oraciones ecuativas tales como “yo soy tu madre”, que pueden expresarse tanto como construcciones predicativas cuyo núcleo­son predicados no verbales (pnv), como en el ejemplo 1, o como construcciones verbales transitivas (pvt), como en el ejemplo 2. (1) néenu há’a-naanaa s1sg pos2sg-madre ‘Yo soy tu madre.’ 1

*

Quisiera expresar mi agradecimiento a Isabel de Jesús López por su valiosa colaboración en la recopila­ ción de los datos del cora, tanto textuales como elicitados, que se presentan en este trabajo, así como a todas las familias de Presidio de los Reyes y Santa Cruz del Guaybel que me han permitido entrar en sus hogares para grabar sus conversaciones cotidianas; a los López, a los Flores, a los niños Bruno y Galileo. El agradecimiento es inmenso para el trío de los Flores, los magníficos narradores que me he encontrado en el camino por la sierra meseña: el difunto Macario Flores, Juan Flores y Másimo Flores. Mi gratitud va también para Nick Evans y Roberto Zavala por estimularme a escribir este artículo. Igualmente, agradezco la labor editorial tan atinada y cuidadosa de los editores de este volumen, Enrique L. Palancar y Roberto Zavala. Agradezco también el estímulo intelectual que me brindó el ciesas durante la Comisión Académica y el año sabático que pasé en esta institución durante el periodo de 2006 a 2009. Todos los errores que resten son de mi absoluta responsabilidad. Seminario de Lenguas Indígenas. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México. 77

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(2) ne-mwa-náanaa s1sg-op2sg-ser_madre_de ‘Yo soy tu madre.’ (Txt)

La construcción verbal transitiva ejemplificada en 2 también se ha denominado­ “construcción con verbo de parentesco”. De acuerdo con Evans (2006: 13), el fenómeno de los verbos de parentesco está escasamente documentado en las lenguas del mundo. Según este autor, en la actualidad no hay más de veinte lenguas para las que este fenómeno ha sido estudiado, concentrándose en tres semilleros: México y el suroeste estadounidense, la región de los Grandes Lagos de Norteamérica y el norte del continente australiano. Este tema es de gran interés teórico para el estudio sobre clases de palabras, y por ello se requieren estudios detallados en varias lenguas para que de tales descripciones se puedan hacer generalizaciones tipológicas­ con validez empírica. Dentro de la familia yutoazteca se han hecho estudios sobre verbos de parentesco para el yaqui (Jelinek y Escalante, 1988), el cahuilla (Seiler, 1980; 1982a; 1982b), el hopi, el huichol, el cora y el náhuatl de Oapan, Guerrero (Amith y Smith-Stark, 1994a; 1994b), y dentro de la familia mixezoque, para el oluteco (Zavala Maldonado, 2006b), de la rama mixeana. En cuanto a las lenguas de Norteamérica, existen trabajos sobre las lenguas seneca de la familia iroquesa (Kay, 1975), el tuscarora (Williams, 1976), el cayuga (Sasse, 1988; 1993) y el mohawk (Mithun, 1996); sobre las lenguas yumanas, tenemos los trabajos clásicos de Halpern (1942) y Langdon (1978). Para el caso de las lenguas del norte australiano, los trabajos más relevantes son los de Evans (2000; 2006). En la literatura sobre construcciones posesivas nominales y verbales se han discutido cuatro parámetros que permiten comparar los rasgos tipológicos de este fenómeno: i) la semántica de las expresiones de parentesco; ii) el estatus léxico de los núcleos predicativos; iii) la escisión de la manera de expresar la relación de pa­ ren­tesco como nominal o verbal, dependiendo de una jerarquía de persona; y finalmente, iv) las condiciones del uso de la construcción nominal versus la construcción verbal transitiva. Esta investigación dialoga con los descubrimientos y las generalizaciones que se han obtenido de los estudios tipológicos sobre este tema. Para ello, primero se hará una introducción somera a las características morfosintácticas importantes de la predicación no verbal y verbal, con el fin de entender la estructura de las construcciones en los ejemplos 1 y 2, que son el objeto de estudio de este trabajo, para pasar a estudiar cada uno de los rasgos tipológicos en secciones separadas. El trabajo finaliza con una conclusión en la que se presentan y discuten los resultados más relevantes del análisis.

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3.2. Las construcciones predicativas de los términos de parentesco:   características

La predicación no verbal (pnv) es la más común en las lenguas del mundo para la codificación de los términos de parentesco. En esta construcción en cora, el poseedor semántico de la relación de posesión se codifica mediante un afijo posesivo asociado al sustantivo que designa el término de parentesco como poseído.­Esta construcción, que se ilustra en 3, se denomina ecuativa porque el sujeto representa­ semánticamente al mismo referente que expresa el predicado no verbal poseído. En el predicado no verbal complejo, se tiene el prefijo posesivo de primera­persona singular ni- y el término de parentesco poseído yáuh, “hijo”. (3) mwéepe ni-yáuh s2sg pos1sg-hijo ‘Tú eres mi hijo.’ (Txt)

El sujeto de la oración puede ser un pronombre libre, como mwéepe, en 3, o un sustantivo que a menudo es un nombre propio, como Pedro, en 4. En caso de que el sujeto sea una frase nominal o un demostrativo, se requiere una marca de sujeto por medio de un enclítico de sujeto de segunda posición. En 4, el enclítico de segunda posición sujeto es el de tercera persona singular =pu. Tanto el referente del pronombre libre como el del nombre propio acompañado del enclítico son correferenciales con el referente del término de parentesco expresado por el sustantivo poseído. (4) Pedro=pu táataa-ra’an Pedro=s3sg padre-pos3sg ‘Pedro es su padre.’ (Txt)

A diferencia de los predicados verbales, los predicados no verbales, como los términos de parentesco náanaa, “madre” (1); yáuh, “hijo” (3), y táataa, “padre” (4), no pueden flexionarse con sufijos de aspecto. El paradigma de marcas de posesión para los sustantivos en cora meseño aparece en el cuadro 3.1 Por otro lado, las construcciones con predicados verbales transitivos (pvt) ejemplificadas en 2, que también expresan una relación de parentesco entre dos individuos, siguen el mismo patrón de marcación de los verbos transitivos en cora meseño. En cora, al igual que en otras lenguas con marcación en el núcleo, los

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Cuadro 3.1

Paradigma de posesivos nominales en cora meseño 1sg

ne/i-

ne-téi

‘mi tía’

ni-yé’ekwa

‘mi abuela / nieto/a’

2sg

há’a-

há’a-ye’ekwa

‘tu abuela / nieto/a’

3sg

-ra’a(n)

yé’ekwa-ra’a(n)

‘su abuela / nieto/a’

1pl

ta-

ta-yé’ekwa

‘nuestra abuela / nieto/a’

2pl

há’a(mwa)-

há’a(mwa)-ye’ekwa

‘su abuela / nieto/a de Ustedes.’

3pl

wá’a-

wá’a-ye’ekwa

‘su abuela / nieto/a de ellos’

Fuente: elaboración propia.

argumentos centrales se pueden marcar en el verbo por medio de una serie de prefijos de sujeto y una serie diferente de prefijos que marcan el objeto (Jelinek, 1984). La lengua sigue un alineamiento nominativo-acusativo en el cual el agente de un verbo transitivo y el sujeto de un verbo intransitivo comparten la misma marca, mientras que el objeto de un verbo transitivo recibe otra marca. Al comparar la marcación de sujeto de los ejemplos en 5a y 5b, se observa que el único participante de la predicación intransitiva, así como el primer participante de la predicación transitiva para tercera persona singular, es Ø-. En contraste, el ejemplo 5c muestra que la marcación para tercera persona singular en función de objeto se expresa por el prefijo ra-. (5) a. Ø-wa-mɨ ́’ɨ s3sg-com-morir.s.sg ‘Murió.’ b. Ø-n-aa-hé’ika-ni s3sg-op1sg-com-matar.op.sg-irr ‘Me matará.’ c. ne-ra-aa-séih s1sg-op3sg-com-ver ‘Lo vi.’

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Por otro lado, el cora es una lengua de objeto primario, porque en una predicación aplicativa que toma tres argumentos es el receptor, y no el paciente, el que se expresa como único objeto del verbo. Contrástese el verbo monotransitivo en 6a, donde el objeto expresa al paciente con el prefijo mwa- de segunda persona singular, mientras que el verbo bitransitivo en 6b tiene la misma marca de objeto para expresar el receptor semántico, y no el paciente. (6) a. ne-mwa-xɨ ́’ebe’e-ka’a s1sg-op2sg-querer-impf ‘Te quiero.’ b. ne-mwa-aa-nanái-tse-n s1sg-op2sg-com-comprar-apl-irr ‘Te compraré algo.’

La segunda propiedad característica de la clase léxica verbal transitiva es la presencia de marcas de tiempo/aspecto. En el ejemplo 5b, aparece el sufijo de irrealis –ni; en el ejemplo 6a, el sufijo imperfectivo -ka’a; y en los ejemplos 5a-c, el prefijo de completivo aa-, el cual, en algunos casos, toma su alomorfo wa-. En las estructuras posesivas verbales, el sujeto representa al poseído y el objeto al poseedor. Esto se ejemplifica 7a y 7b. (7) a. pe-ni-yáuh s2sg-op1sg-ser_hijo_de ‘Tú eres mi hijo.’ (Txt) b. pe-ni-yáuh-ka’a s2sg-op1sg-ser_hijo_de-impf ‘Tú eras mi hijo.’ (Txt)

Los ejemplos en 7 también muestran algunas propiedades características de los verbos transitivos canónicos del cora. En 7b, pe-ni-yáuh-ka’a, “tú eras mi hijo”, el término de parentesco, cuando funciona como verbo, puede recibir la marca de aspecto imperfectivo, el sufijo -ka’a (véase las secciones “Uso de las construcciones pnv y pnt en respuesta a preguntas” y “La construcción verbal y la construcción nominal con extensiones metafóricas”, en las que hay un contexto en el cual la construcción de pnv aparece también con marcación de tam). Este hecho contrasta con los verbos de parentesco en otra lengua yutoazteca, el náhuatl de Oapan, los

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cuales, a pesar de llevar las marcas de sujeto y objeto, no muestran otra indicación de morfología verbal (Amith y Smith-Stark, 1994a: 349). En cambio, los verbos de parentesco en cora tampoco pueden recibir el prefijo completivo aa-/wa-, ni el sufijo irrealis -ni, como se muestra, por ejemplo, en la agramaticalidad de 8. (8) * pe-ni-yáuh-ni s2sg-op1sg-ser_hijo_de-irr Lectura buscada: ‘Tú serás mi hijo.’

En esto, el huichol parece diferente, tal como se reporta en Amith y SmithStark (1994a: 359), ya que sí parece permitir construcciones con el sufijo irrealis -ni, cognado con el del cora. Para obtener la lectura de irreales en el cora, el término de parentesco selecciona una construcción perifrástica de futuro que incluye al verbo gramaticalizado me (en singular) y hu’u (en plural). La construcción con futuro perifrástico toma tres marcas de sujeto, como se ilustra en los ejemplos en 9a y 9b: se trata del prefijo de sujeto en el verbo de parentesco, el enclítico de sujeto de segunda posición y un proclítico de sujeto aspectual especial. Más adelante, en el cuadro 3.2, se presenta el paradigma completo de estas marcas flexivas. En las estructuras posesivas verbales expresadas con futuro perifrástico, como en 9, se mantiene el patrón de marcación que habíamos destacado en 7: el sujeto representa al poseído y el objeto al poseedor. Esta marcación resulta aún más clara en 9b, donde el sujeto es un poseído plural y toda la serie de marcas de sujeto de la construcción son plurales. (9) a. pe-ni-yáuh=pe pwá’a=me s2sg-op1sg-ser_hijo_de=s2sg s2sg.asp=fut.sg ‘Tú vas a ser mi hijo.’ (Txt) b. me-ne-yá’ube’e-te-mwa’a=mu s3pl-op1sg-ser_cuñado_de-int-pl.inal=s3pl ‘Van a ser mis cuñados.’ (Txt)

mwá’a=hu’u

3pl.asp=fut.pl

Por otro lado, los términos de parentesco en cora, que son transitivos, se comportan igual que los verbos estativos intransitivos que expresan conceptos de propiedad descritos en Vázquez Soto (1994) respecto a dos rasgos principales. En primer lugar, muestran deficiencias en la marcación de aspecto, ya que aceptan el sufijo imperfectivo -ka’a, tal como se ve en 10a, pero no aceptan el irrealis -ni.

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Para expresar lectura de tiempo futuro se emplea la construcción de futuro perifrástico vista en 9, tal como se puede ver en 10b. (10) a. pe-pú’u-chi-ra’a-ka’a s2sg-estar_gordo-anim.hum-anim.hum-impf ‘Tú estabas gordo.’ b. pe-pú’u-chi-ra’a=pe pwá’a=me s2sg-estar_gordo-anim.hum-anim.hum=s2sg s2sg.asp=fut.sg



‘Tú vas a estar gordo.’

Además, los verbos de parentesco en cora toman el prefijo de aspecto narrativo­ í-, que llevan todas las clases verbales. El ejemplo relevante aparece en 11. En este ejemplo no se observa la presencia del prefijo de objeto de tercera persona debido a que el contexto gramatical no permite su coocurrencia con el marcador de plural, tal como se verá al detalle más adelante, en la sección “la marcación del plural en el relator y la pérdida del relatum en terceras personas”. (11) tíh kái ñí’u h-í-ya’u-mwa’a ? evid evid s3sg-narr-ser_hijo_de-pl.inal ‘A lo mejor, tal vez, son sus hijos (de él).’ (Txt)

A diferencia de los términos de parentesco, los sustantivos del cora que no expresan este tipo de semántica no se comportan como verbos. La agramaticalidad del ejemplo 12a muestra que los sustantivos no pueden llevar directamente una marca de aspecto. Para que el sustantivo reciba marcas aspectuales debe derivarse con el verbalizador incoativo -ta (junto con -re), como se ilustra en 12b. (12) a. * ne-tébi-ka’a s1sg-persona-impf Lectura buscada: ‘Fui una persona.’ b. ne-xɨ ́ehkan-ta-re-ka’a s1sg-huérfano-inc-inc-impf ‘Me quedé huérfano.’/‘Era huérfano.’

De esta manera, en cora, los verbos de parentesco cumplen con ciertas características verbales que los separan de los sustantivos (Evans, 2006: 16): son verbos

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transitivos con marcas de sujeto y objeto, y permiten flexiones para tiempo-aspecto­. Sin embargo, en cora meseño no son verbos transitivos activos porque no llevan todas las flexiones de aspecto de un verbo transitivo canónico. En el cuadro 3.2 aparecen las marcas pronominales de persona de sujeto y objeto primario en cora meseño. Es importante comparar las marcas de objeto primario con el paradigma de posesivos nominales que se presentó en el cuadro 3.1, ya que varias de estas marcas son las mismas y esto provoca una neutralización entre marcas de objeto y marcas de posesión que hacen difícil a veces distinguir qué tipo de construcción se está empleando en la predicación de relaciones de parentesco del cora. Nótese, por ejemplo, que las neutralizaciones se manifiestan en la primera persona singular ne-/ni-, y en todas las personas del plural. La distinción entre las construcciones con pnv y con pvt se obtiene si la construcción lleva alguna marca de aspecto. Cuadro 3.2

Marcas de sujeto, objeto primario y posesivo en cora meseño Prefijos de Sujeto

Clíticos de Sujeto de segunda posición

Clíticos de Sujeto aspectual

Prefijos de objeto primario

Prefijos posesivos

1sg

n(e)-

=nu

nu’u=

n(e/i)-

n(e/i)-

2sg

pe- / pw-

=pe

pwa’a=

mwa-

há’a-

3sg

Ø- / h-

=pu

pu’u=

ra-

-ra’a(n)

1pl

t(e)-

=tu

tu’u=

ta-

ta-

2pl

s(e)-

=su

su’u=

há’amwa-

há’amwa-/há’a-

3pl

me- / mw-

=mu

mu’u=

wá’a- /wa’a-

wá’a-

Fuente: elaboración propia.

El núcleo semántico de las palabras que tienen el comportamiento discutido hasta aquí son términos de parentesco y aparecen en el cuadro 3.3 De manera curiosa, íh, “esposa”, y kín, “esposo”, no participan en la construcción verbal y sólo pueden poseerse por la construcción nominal. Esta restricción encubre un tipo de clase semántica de relaciones interpersonales que en el cora no se codifican como términos de parentesco estrictamente. El hecho de que estas relaciones interpersonales se adquieran mediante un rito institucional en la cultura, y no por medio de una relación consanguínea, puede influir en que no se expresen por medio de la construcción verbal. Tal vez esto se deba a que estas relaciones interpersonales, como

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lo menciona Evans (2000: 123), se pueden disolver y son menos accesibles a funcionar como verbos de parentesco. Los términos de parentesco, ya sean consanguíneos o colaterales, sí participan en su totalidad en la construcción verbal. Son pocos los sustantivos que afuera del área semántica de términos de parentesco también participan en la construcción verbal transitiva, hasta ahora se ha identificado a tahtúwan, “gobernador”, y kumpwáa, “compadre”. Las nociones que codifican relaciones interpersonales como “amigo”, “vecino” y “amante”, no se codifican en cora como palabras sino como estructuras perifrásticas, y los animales y objetos domésticos cercanos a Ego no participan en la construcción verbal transitiva. El cora meseño es similar al náhuatl de Oapan y al oluteco porque los términos de parentesco que participan en la construcción verbal son los mismos que los que participan en la construcción nominal. Esto difiere de las lenguas australianas, como el ilgar y el iwaidja, en las que las raíces de parentesco verbales difieren de las raíces de parentesco nominales (Evans, 2000: 116), así como de las lenguas iroquesas de Norteamérica (Evans, 2000: 125). Cuadro 3.3

Términos de parentesco en cora meseño táataa

‘padre’

náanaa

‘madre’

yáuh

‘hijo’

téi / téih

‘tía’

yé’ekwa

‘abuela’ / ‘nieto/a’

yáaxu

‘abuelo’ / ‘nieto/a’

yáuh

‘sobrino/a’

’iwára’a

‘hermano’

yá’ube’e

‘cuñado’

híiita / híiitah

‘cuñada’

mú’u / mú’uni / mú’una

‘suegra/o’, ‘nuera/yerno’

hú’u

‘hermano/a menor’

kú’ü / kúutsi’i

‘hermana mayor’

há’a / háatsi’i

‘hermano mayor’

Fuente: elaboración Propia.

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3.3. La semántica de la construcción verbal

Los términos de parentesco en la construcción verbal presentan una semántica del tipo australiano, como la del ilgar y el iwaidja (Evans, 2000, 2006), en la que los verbos de parentesco entran en una construcción con el sentido “Y es pariente de X”, donde el sujeto (Y) refiere al poseído y el objeto (X) al poseedor. La serie de ejemplos en 13 ilustra este tipo de semántica. Nótese que en 13a la marca de sujeto vía un pronombre independiente néenu, “yo”, que en la fórmula semántica se ha denominado “Y”, refiere al poseído náanaa, “madre”, de hecho, está en correferencia con el verbo de parentesco; mientras que el prefijo de objeto ra-, denominado “X”, refiere­al poseedor de tercera persona del singular. En 13b, tenemos el mismo caso, el prefijo de sujeto pe- refiere al poseído yáuh, “hijo”, mientras que la marca de ob­jeto ni- refiere al poseedor de primera persona del singular. De este tipo de semántica­ se desprende la glosa que le he dado al término de parentesco cuando ocurre en una construcción verbal transitiva, que es la de “ser pariente de alguien”. (13) a. néenu ra-náanaa s1sg op3sg-ser_madre_de ‘Yo soy su madre.’ (Txt) b. pe-ni-yáuh s2sg-op1sg-ser_hijo_de ‘Tú eres mi hijo.’ (Txt)

Los ejemplos en 14 y 15 son del ilgar, una lengua australiana, y del seneca, una lengua iroquesa de Norteamérica, respectivamente. En ambos ejemplos corroboramos la misma semántica que presenta el verbo de parentesco en cora meseño donde las marcas de objeto se refieren al poseedor, mientras que las marcas de sujeto­se refieren al poseído, y están en correferencia con el verbo de parentesco. (14) ilgar (pvt): “Y es pariente de X.” ngan-nga-wulang o1sg-s.tr3sg-ser_madre_de:n.pret ‘Mi madre, mi tía materna [la que es (como) una madre para mí].’ (Evans, 2006: 36). (15) seneca (pvt) hak-so:t s3sg.masc/o1sg-ser_abuelo_de ‘Mi abuelo (el que es como un abuelo para mí).’ (Evans, 2000: 127.)

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Este tipo de semántica ya había sido reportado por Zavala Maldonado (2006b: 360) para el cora meseño, y contrasta fuertemente con la semántica de los verbos de parentesco que se ha descrito para otras lenguas mesoamericanas como el oluteco, el náhuatl de Oapan y el huichol (Amith y Smith-Stark, 1994a; 1994b; Evans, 2000; Zavala Maldonado, 2006b). Nótese los ejemplos 16, 17 y 18, que corresponden a estas lenguas respectivamente, en los que la marca de sujeto refiere al poseedor, mientras que la marca de objeto refiere al poseído, dando la lectura semántica: “X tiene/considera/trata a Y como hijo”.2 (16) oluteco (pvt): “X tiene a Y como pariente.” antun=ak tan=unak-at-pe Antonio=anim a1(erg)=niño-vrbz-inc.tr ‘Antonio es mi hijo./ Yo considero a Antonio mi hijo.’ (Zavala Maldonado, 2006b: 359.) (17) náhuatl de Oapan (pvt) ti-ne:ch-kone:-w s2sg-op1sg-niño-posd ‘Yo soy tu hijo./ Tú me tienes como hijo.’ (Amith y Smith-Stark, 1994a: 349.) (18) huichol (pvt) ne-matsi-niwé s1sg-op2sg-hija ‘Tú eres mi hija./ Te tengo como hija.’ (Amith y Smith-Stark, 1994b: 516.)

3.4. La alternancia entre la construcción no verbal y la verbal

En su estudio sobre predicaciones posesivas de dos participantes, Amith y SmithStark (1994b: 515) usan los siguientes tres términos para describir los elementos que desde el punto de vista interlingüístico participan en construcciones posesivas: 2

En este trabajo propongo que Amith y Smith-Stark (1994a: 360) malinterpretaron los datos del cora de Jesús María en el sentido de que la semántica de la construcción ptv del cora era también la de “X tiene/considera/trata a Y como hijo”, semejante a la del huichol y a la del náhuatl de Oapan. Esta propuesta se basaba en el ejemplo a, que posee la misma estructura que el cora meseño.

(a) cora de Jesús María (pvt) a=pú ra-yá’uh dem=s3sg o3sg-hijo ‘Él es su hijo.’ (Amith y Smith-Stark, 1994a: 360.)



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Relator: Referente: Relatum:

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el término léxico que expresa la relación entre los dos argumentos el argumento que se identifica con el relator el poseedor

Evans (2000) utiliza el término “propositus” en lugar del término “relatum”. En este trabajo sigo la terminología propuesta por Amith y Smith-Stark (1994a). En la construcción ecuativa o de predicado no verbal (pnv), el relatum (el poseedor semántico) se marca, tal como hemos visto, por medio de un afijo posesivo. Estos pronombres posesivos se afijan al elemento léxico del relator. El referente es el sujeto­ de la construcción y la entidad de la que se predica una identificación de igualdad con el predicado no verbal. En 19, el relatum está marcado por el sufijo posesivo de tercera singular -ra’an, el cual está en correferencia con el nombre propio Juanita. El referente está marcado por el nombre propio Pedro y el enclítico de segunda­ posición =pu. Referente Relator Relatum (19) Pedro=pu táataa-ra’an Juanita Pedro=s3sg padre-pos3sg Juanita ‘Pedro es el padre de Juanita.’ (Txt)

En las construcciones transitivas verbales, el relator es el término de parentesco. El relatum se expresa con el prefijo de objeto primario. El referente es el sujeto. En el ejemplo 20, el relator es háatsi’i, “hermano mayor”, el relatum es el prefijo ra- de objeto primario de tercera singular y el referente es el nombre propio Sabas y la marca de sujeto via el enclítico =pu. Referente Relatum Relator (20) Sabas =pu ra-háatsi’i Sabas =s3sg op3sg-ser_hermano_mayor_de ‘Sabas es su hermano mayor.’ (Txt)

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3.4.1. Los contextos que distinguen y neutralizan al relatum en cora meseño

Una propiedad muy interesante de la construcción de predicado nominal en 19, en comparación con la construcción de verbo de parentesco transitivo en 20, es el contraste de marcas para expresar el relatum, el cual se refiere a una tercera persona singular en ambas construcciones. Si bien en 19, en la pnv el relatum es el sufijo -ra’an posesivo de tercera persona singular, en 20, en la pnv el relatum se codifica mediante el prefijo de objeto primario ra- de tercera persona singular. Tal como hemos mencionado en la sección sobre las características de las construcciones predicativas de los términos de parentesco en cora se presenta una neutralización de las construcciones cuando el relatum es una primera persona singular, y en todas las personas del plural. Los ejemplos relevantes se ilustran en 21. (21) Estructura pnv/pvt a. amɨ ́=pu ne-náanaa dem=s3sg pos1sg/op1sg-madre/ser_madre_de ‘Ésa, ella es mi madre.’ (Txt) b. hamɨ ́=pu ta-yáuh dem=s3sg pos1pl/op1pl-hijo/ser_hijo_de ‘Ése, él es nuestro hijo.’ (Txt) c. néenu há’amwa-yauh s1sg pos2pl/op2pl-hijo/ser_hijo_de ‘Yo soy su hijo de ustedes.’ (Txt) d. ha’ɨ ́=pu wá’a-naanaa ha’íhme dem=s3sg pos3pl/op3pl-madre/ser_madre_de dem ‘Ésa, ella es su madre de esos.’ (Txt)

En casos ambiguos, el uso de la marca de aspecto imperfectivo -ka’a o de la marca de futuro pueden hacer explícito que se trata en efecto de la construcción pvt, tal como se muestra en 22. (22) a. ha’ɨ ́=pu wá’a-naanaa-ka’a ha’íhme dem=s3sg op3pl-ser_madre_de-impf dem ‘Ésa, ella era su madre de esos.’ (Txt)

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b. ha’ɨ ́=pu ta-náanaa-ka’a dem=s3sg op1pl-ser_madre_de-impf ‘Ésa, ella era nuestra madre.’ (Txt)

También se logran lecturas inequívocas cuando el relatum se codifica con marcas­pronominales distintas, como por ejemplo en la segunda o tercera persona singular, tal como se ilustra en 23. (23) Estructura pnv a. néenu há’a-naanaa s1sg pos2sg-madre ‘Yo soy tu madre.’ Estructura pvt b. ne-mwa-náanaa s1sg-op2sg-ser_madre_de ‘Yo soy tu madre.’ Estructura pnv c. néenu náanaa-ra’an s1sg madre-pos3sg ‘Yo soy su madre.’ Estructura pvt d. néenu ra-náanaa s1sg op3sg-ser_madre_de ‘Yo soy su madre.’ 3.4.2. La marcación del plural en el relator y la pérdida del relatum     en terceras personas

En su estudio sobre verbos de parentesco en el náhuatl de Oapan, Guerrero, Amith y Smith-Stark (1994a: 345) mencionan que existe un rasgo inesperado en la marcación de plural en las construcciones verbales transitivas. En las construcciones verbales de este náhuatl no se usa el sufijo -wan, que marca pluralidad en el relator. El cora meseño presenta un escenario bien distinto en este sentido, ya que hay marcación del plural del relator, pero también del relatum.

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En las dos construcciones se marca la pluralidad del relator con el sufijo -mwa’a, típico para marcar pluralidad en los términos de parentesco, como en 24. (24) amɨ ́=mu há’a-yauh-mwa’a dem=s3pl pos2-hijo-pl.inal ‘Ésos, ellos son tus hijos.’ (Txt)

La pluralidad del relatum se codifica con -me’in, como en 25, éste que se emplea en otros contextos para marcar la pluralidad de sustantivos de partes del cuerpo. En este sentido, tanto -mwa’a como -me’in se emplean en el cora meseño para codificar áreas típicas de la posesión inalienable. (25) te-há’amwai-yauh-mwa’a-me’ini-ka’a s1pl-op2.pl-ser_hijo_de-pl.inal-pl.inal-impf ‘Nosotros éramos sus hijos (de ustedes).’ (Txt)

Sin embargo, cuando el relatum es tercera persona y el relator ya presenta marca de plural mediante -mwa’a, el marcador -me’in puede indicar tanto el plural del relatum, como en 26, o el plural del referente, como en 27. En ninguno de estos casos la marca de plural -me’in puede coocurrir con la marca de concordancia de objeto primario del relatum de tercera persona en el verbo. Esto se muestra en 28. Debido a esta restricción de empleo de la marca de objeto primario, los ejemplos 26 y 27 pueden, fuera de contexto, tener una lectura de relatum tanto singular como plural. (26) há’ɨ ́h=mui yáuh-mwa’a-me’ini, ha’ɨ ́h-me dem=s3pl hijo-pl.inal-pl.inal dem-s3pl ‘Ésos, ellos son sus hijos de ellos, ésos.’ (Txt) (27) sei-yáuh-mwa’a-me’ini-ka’a s2pl-ser_hijo_de-pl.inal-pl.inal-impf ‘Ustedes eran sus hijos de él.’ (Txt) (28) a. * há’ɨ ́h=mu wá’ai-yauh-mwa’a-me’ini, ha’ɨ ́h-me dem=s3pl pos3pl-hijo-pl.inal-pl.inal dem-s3pl Lectura buscada: ‘Ésos, ellos son sus hijos de ellos, ésos.’

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b. * se-rai-yáuh-mwa’a-me’ini-ka’a s2pl-op3sg-ser_hijo_de-pl.inal-pl.inal-impf Lectura buscada: ‘Ustedes eran sus hijos de él.’

En contraste con ejemplos como 27, en casos en los que el referente sigue siendo plural pero el relatum no es una tercera persona, no se emplea la marca de plural -me’in, tal como se muestra en 29. (29) me-ne-yá’ube’e-te-mwa’a=mu mwá’a=hu’u s3pl-op1sg-ser_cuñado_de-int-pl.inal=s3pl s3pl.asp=fut.pl ‘Van a ser mis cuñados.’ (Txt) 3.4.3. Uso de las construcciones pnv y pvt en respuesta a preguntas

Amith y Smith-Stark (1994a: 356) reportan que en el náhuatl de Oapan la construcción pvt no se usa en respuesta a preguntas. Estos autores atribuyen este hecho a que el referente se expresa como un objeto y no como un sujeto, y la función discursiva de tópico es más típica de sujetos que de objetos. Sin embargo, anotan que cuando el relatum se expresa morfológicamente como un sujeto, tampoco es una respuesta apropiada a una pregunta. Para estos autores, esta imposibilidad pragmática se debe a que el referente no es un objeto típico y a que el patrón pvt tiene a los relatores en construcciones transitivas más verbales que nominales. Sin embargo, después mencionan que la construcción transitiva pvt no es una construcción transitiva típica porque el referente manifiesta una función discursiva más usual de un sujeto que de un objeto. En este sentido, la construcción es menos transitiva verbal y más de predicado nominal. El cora meseño acepta felizmente ambas construcciones, la pnv y la pvt, como una respuesta apropiada a una pregunta. En parte, esto puede deberse a que el referente en esta lengua es claramente un sujeto, como lo mostré en la sección “la semántica de la construcción verbal”, y puede acceder más fácilmente a la posición de tópico. O bien, la imposibilidad del náhuatl de Oapan puede deberse a que la construcción muestra restricciones propias de una estructura marginal que parece haber sobrevivido solamente en esta variante nahua. Los ejemplos relevantes del cora meseño en los cuales se ilustra el uso tanto de la construcción pnv como de la construcción pvt en respuestas a preguntas aparecen en la serie de ejemplos de 30 a 32. Cabe mencionar que este tipo de datos son muy comunes y se obtuvieron en una conversación natural entre tres hablantes que

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estaban mirando unas fotos de miembros de su familia y daban respuesta a preguntas como la de 30a o la de 31a. (30) a. ¿ha’atá=ni=pu pu’éin? persona=inter=s3sg cop ‘¿Quién es?’ (Txt) b. há’a-téi pos2sg-tía ‘Tu tía.’ (Txt) d. Ø-mwa-téi s3sg-op2sg-ser_tía_de ‘Tu tía.’ (Txt) (31) a. ne-mu’u-ra’an s1sg-yerno-pos3sg ‘Yo soy su yerno.’ (Txt) b. ne-ra-mú’u s1sg-op3sg’ser_yerno_de ‘Yo soy su yerno.’ (Txt) (32) a. ¿ha’atá=ni Ø-ra-yáuh? persona=inter s3sg-op3sg-ser_hijo_de ‘¿De quién es hijo?’ (Txt) b. haɨ ́=pu yáuh-ra’an dem=s3sg hijo-pos3sg ‘Ése, él es su hijo.’ (Txt) c. hamɨ ́=pu ra-yaúh dem=s3sg op3sg-ser_hijo_de ‘Ése, él es su hijo.’ (Txt)

De manera intencional, la lista de ejemplos es muy amplia para presentar la evidencia convincente de que el uso tanto de la construcción pnv como de la cons-

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trucción pvt es igualmente aceptable como respuesta a preguntas. Cada serie presenta el par mínimo entre la construcción nominal y la construcción verbal. El uso del estímulo en conversación natural arrojó datos inesperados que nos llevan a reflexionar sobre las lenguas en las que coexisten tanto la construcción pnv como la construcción pvt. Obsérvese para este propósito los ejemplos 33 y 34. (33) Ø-há’a-ye’ekwa-ka’a s3sg-pos2sg-abuela-impf ‘Era tu abuela.’ (Txt) (34) Ø-mwa-yé’ekwa-ka’a s3sg-op2sg-ser_abuela_de-impf ‘Era tu abuela.’ (Txt)

De manera inesperada, la respuesta vía la construcción de pnv, en 33, con el prefijo posesivo del relatum há’a- de segunda persona, aparece también flexionada con el aspecto imperfectivo. Esta marca es esperable en la construcción de pvt en 34. Al respecto, confirmé con varios hablantes de cora meseño si el ejemplo 33 es correcto y gramatical, y todos estuvieron de acuerdo en que, en el contexto de respuesta a una pregunta, el uso del sufijo de tiempo-aspecto es totalmente aceptable. Este hecho sugiere que en las lenguas en las que coexisten las construcciones pnv y pvt, en ciertos contextos, se puede neutralizar en parte su carácter nominal, y ambas construcciones se formulan como verbales, o más atinadamente, como construcciones híbridas. El cora meseño arroja datos a favor de esta conclusión, y parece que en el contexto de respuestas a preguntas se desvanece en parte la oposición nominal versus. verbal respecto a la marca aspectual, pero, curiosamente, no respecto a la marca del relatum. Quisiera terminar esta sección añadiendo el hecho de que las construcciones pvt son las más frecuentes en oraciones interrogativas, como se muestra en el ejemplo 35. (35) ¿ha’atá=ni Ø-ra-yáuh? persona=inter s3sg-op3sg-ser_hijo_de ¿De quién es hijo? (Txt)

Éste es un ejemplo inequívoco porque involucra un relatum de tercera persona singular que es el prefijo de objeto primario ra-. En mi corpora no registré construcciones interrogativas inequívocas con la construcción pnv; sin embargo, al

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confirmar con los hablantes, las juzgaron aceptables, aunque mencionaron que no las usan. La literatura sobre verbos de parentesco no ha discutido la ocurrencia o no de las construcciones pvt en oraciones interrogativas, así que este trabajo supone­ una aportación a la tipología sobre el tema. 3.4.4. La construcción nominal en uso vocativo

De la misma forma, en su estudio sobre las lenguas australianas, el iwaidja y el ilgar, Evans (2000: 114) reporta que para dirigirse a una persona sólo las construcciones nominales son usadas. En este contexto, al que el autor denomina también uso vocativo, se excluyen los verbos de parentesco. La evidencia del cora meseño confirma esta restricción de uso para las construcciones pvt, pues en esta lengua yutoazteca, en los contextos vocativos, sólo ocurre la construcción pnv, mientras que el empleo de la construcción verbal es agramatical. Los ejemplos relevantes aparecen en 36. (36) a. mú=wi p-o’u-bé’e-me’e-in ni-yáuh voc=enf s2sg-it-dir:acá-andar-irr pos1sg-hijo péh=wi naa kwéina-bi’i ti’i-tée-che-n sub2sg=enf bonito blanco-est ap-prf-vestir-irr ‘Ven para acá hijo mío, tú que estás bien vestido de blanco.’ (Txt) b. * mú=wi p-o’u-bé’e-me’e-in pe-ni-yáuh voc=enf s2sg-it-dir:acá-andar-irr s2sg-op1sg-ser_hijo_de péh=wi naa kwéina-bi’in ti’i-tée-che-n sub2sg=enf bonito blanco-est ap-prf-vestir-irr Lectura buscada: ‘Ven para acá hijo mío, tú que estás bien vestido de blanco.’

En 36a ocurre una palabra explícita para indicar una expresión vocativa: mú. Tatéi, la madre sagrada de los coras, que literalmente es “nuestra tía”, utiliza continuamente esta expresión para llamar a sus hijos, que son los diferentes colores del maíz. Para llamar a sus hijos utiliza la construcción pnv ni-yáuh, “hijo mío”, que en uso vocativo sólo requiere del relatum. En este contexto, usar una construcción pvt, como en 36b, resulta agramatical. De manera que en uso vocativo sólo se permite la construcción nominal de la relación de parentesco. A pesar de que Evans (2000: 123) argumenta que inesperadamente los verbos de parentesco se usan más en la referencia que en la predica-

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ción, los datos del iwaidja y el iligar, así como los del cora meseño, nos enseñan que en contextos altamente referenciales, como el vocativo, la construcción nominal­es la preferente. 3.4.5. La construcción verbal y la construcción nominal con extensiones metafóricas

Amith y Smith-Stark (1994b: 516-517) reportan un hecho interesante del uso de los verbos de parentesco en huichol, la lengua genéticamente más cercana al cora. Este hecho consiste en que en huichol las construcciones verbales transitivas de verbos de parentesco generalmente señalan extensiones metafóricas de los aspectos connotativos de una relación natural o legalmente sancionada. En este sentido, la construcción nominal se emplea con una hija, madre o cuñado legítimos, mientras que la verbal transitiva se emplea tanto con parientes consanguíneos como con adoptados, o incluso en contextos no factitivos. Por ejemplo, la construcción verbal transitiva equivalente a “yo te tengo como cuñado” se emplearía también a manera de juego para mostrar interés en la hermana de alguien. La conclusión de estos autores es que las construcciones nominales del huichol son siempre aceptables para parentesco factitivo, mientras que las construcciones verbales refieren relaciones de parentesco cuya interpretación y factitividad depende más de una variedad de factores pragmáticos (Amith y Smith-Stark, 1994b: 518). Este escenario, en el cora meseño, es también diferente. En esta lengua, tanto las construcciones pnv como las pvt se usan con relaciones legítimas de parentesco,­ con relaciones de adopción o en la situación pragmática del juego. Los ejemplos en 37 provienen todos de elicitación dentro de mi corpora no registré un ejemplo que pudiera referirse a las situaciones de adopción o a la situación pragmática del juego o el chiste. De manera que consulté con varios hablantes de cora meseño si estas construcciones resultan aceptables en ambos contextos pragmáticos, y la respuesta en todos los casos fue positiva. (37) La construcción pnv en contexto de broma a. néenu há’a-ya’ube’e s1sg pos2sg-cuñado ‘Yo soy tu cuñado.’ La construcción pvt en contexto de broma b. néenu mwa-yá’ube’e s1sg op2sg-ser_cuñado_de ‘Yo soy tu cuñado.’

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La construcción pnv en el contexto de un deseo c. ojalá mwéepe yé’ekwa-ra’a-ra’a-tan ojalá s2sg abuela-pos3sg-pos3sg-pot ‘Ojalá fueras su abuela.’ La construcción pvt en el contexto de un deseo d. ojalá mwéepe ra-yé’ekwa-tan ojalá s2sg op3sg-ser_abuela_de-pot ‘Ojalá fueras su abuela.’

Al hacer esta elicitación, el ejemplo 37c resultó revelador porque, por un lado, presenta la reduplicación obligatoria del sufijo posesivo de tercera singular -ra’a como el uso del sufijo de modo potencial. El último es un rasgo discutido, de carácter híbrido, de estas construcciones que están restringidas a ciertos contextos: la marca aspectual en una forma pnv ocurre en respuesta a preguntas, y el modo potencial aparece en expresiones de deseo. En conversación natural, como en elici­ tación, coexiste el uso de las construcciones posesivas pnv y pvt y pueden ocurrir formas pnv híbridas que se manifiestan no sólo en el uso esporádico de marcas de tam en contextos específicos, sino también en el hecho de que existen casos de neutralización en los prefijos de objeto primario y posesivo. Este fenómeno resulta importante, ya que, conforme a Evans (2006), el estudio comparativo de formas verbales y formas nominales para expresar relaciones de parentesco puede contribuir teóricamente al estudio de clases de palabras y muestra un caso en el que las fronteras categoriales entre clases de palabras pueden ser muy sutiles. 3.4.6. La construcción verbal y la ausencia de escisión en la jerarquía de persona

En el cahuilla (Seiler, 1980; 1982a; 1982b), en el náhuatl de Oapan (Amith y Smith-Stark, 1994a: 342) y en el oluteco de la familia mixe-zoque (Zavala Maldonado, 2006b: 365-366), se ha reportado que la posición que ocupan el referente y el relatum en la jerarquía de persona 1 > 2 > 3 es un factor determinante que motiva el uso obligatorio de la construcción verbal sobre la nominal. Para el náhuatl de Oapan, Amith y Smith-Stark (1994a: 342) explican que las formas verbales, superficialmente similares a los verbos transitivos, ocurren cuando el prefijo de objeto pronominal expresa una primera o una segunda persona. En los demás casos se usa la estructura nominal. En términos de Zavala Maldonado (2006b: 365-366), cuando el referente es más alto que el relatum, en esta jerarquía, como

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en “yo soy su hermano” o “tú eres su hermano”, la predicación posesiva se expresa obligatoriamente de forma verbal. Esto nos dice que expresiones como “él es mi hermano”, en las que el referente, una tercera persona, es más bajo en la jerarquía de persona que el relatum, una primera persona, se van a codificar como construcciones nominales. Sin embargo, esta escisión por persona no se da en cora y en esto se comporta igual que el huichol, lengua en la que ya Amith y Smith-Stark (1994a: 360) habían reportado que no existían aparentes restricciones gobernadas por persona entre el uso de la construcción verbal sobre la nominal. La ausencia de restricciones en cora se muestra en los ejemplos 38a y 38b. (38) a. me-ne-yá’ube’e-te-mwa’a=mu mwá’a=hu’u s3pl-op1sg-ser_cuñado_de-int-pl.inal=s3pl s3pl.asp=fut ‘Van a ser mis cuñados.’ (Txt) b. ha’ɨ ́=pu ta-náanaa-ka’a dem=s3sg op1pl-ser_madre_de-impf ‘Ésa, ella era nuestra madre.’ (Txt)

En ambos casos, el referente es una tercera persona y resulta más bajo en la jerarquía de persona que el relatum, que es una primera persona. 3.4.7. La direccionalidad descendente

Evans (2006: 35) propone una generalización en la que los verbos de parentesco o las construcciones pvt sólo se pueden formular expresando una “direccionalidad descendente”, es decir, que siempre toman al pariente mayor como sujeto y al pariente menor como objeto. Al respecto, demuestro que en cora meseño ambos caminos, tanto la “direccionalidad ascendente” como la “descendente”, son posibles en construcciones de verbos de parentesco. En 39 se ilustran los ejemplos relevantes que muestran que sí es posible formular la “direccionalidad descendente” mediante una construcción con verbos de parentesco. (39) a. néenu há’amwa-yauh-ka’a s1sg op2pl-ser_hijo_de-impf ‘Yo era el hijo de ustedes.’ (Txt)

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b. mwéepe wá’a-yauh-ka’a s2sg op3pl-ser_nieto_de-impf ‘Tú eras su nieto (de ellos).’ (Txt) c. ne-rá-yauh s1sg-op3sg-ser_hijo_de ‘Yo soy su hijo.’ (Txt) d. ne-rá-mu’u s1sg-op3sg-ser_yerno_de ‘Yo soy su yerno.’ (Txt)

En todos los casos se trata de indiscutibles construcciones pvt, ya sea por la marca de aspecto, o bien, por la marca de objeto que no es susceptible de una neutralización. En 39a, el sujeto es la primera persona néenu, “yo”, que está en referencia cruzada con yáuh, “hijo”, es decir, el referente se refiere al pariente menor, mientras que la marca de objeto de segunda plural há’amwa- está en referencia cruzada con el pariente mayor, que en este caso son los padres implícitos en la construcción. Un ejemplo muy elocuente es 39c, donde el sujeto es la primera persona singular marcada por el prefijo ne- y en referencia cruzada con yáuh, “hijo”, mientras que el objeto es el prefijo de tercera persona singular ra-, que también refiere a unos padres implícitos en el contexto. Finalmente, anoté el caso 39d, en el cual podríamos interpretar que “yerno” es el pariente menor respecto a “suegro”, que sería el pariente mayor; también en esta instancia el pariente menor recibe la marca de sujeto, mientras que el mayor la marca de objeto. Estos datos muestran que en cora meseño la direccionalidad descendente es una relación de posesión que puede expresarse sin problemas con el verbo de parentesco. Al respecto, es necesario hacer estudios más detallados para ver si este fenómeno está expandido en más lenguas y no es una idiosincracia del cora. 3.5. Conclusiones

En el cuadro 3.4 presento, a manera de conclusión, un resumen de los rasgos estu­ dia­dos para explorar la morfosintaxis, la semántica y el uso de las oraciones ecuati­ vas tales como “yo soy tu madre”, que pueden expresarse tanto como construcciones­ ecuativas cuyo núcleo son predicados no verbales (pnv) como construcciones verbales transitivas (pvt).

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Cuadro 3.4

Resumen de los rasgos estudiados para las construcciones pnv y pvt Tipo de construcción posesiva

pnv

pvt

 1.

Aspecto imperfectivo





 2.

Futuro perifrástico





 3.

Escisión en terceras personas (el plural del relator restringe la marcación del relatum)





 4.

Construcciones interrogativas





 5.

Respuesta a preguntas





 6.

Uso vocativo





 7.

Semántica





 8.

Extensiones metafóricas, broma, adopción, deseo





 9.

Escisión en jerarquía de persona

×

×

10.

Direccionalidad descendente





Fuente: elaboración propia.

Considero que una de las conclusiones más relevantes, después de examinar el comportamiento de los verbos de parentesco en cora meseño, es que se trata de una lengua muy flexible para usar las construcciones pvt. Este carácter se puede observar en un gran número de parámetros representados en el cuadro 3.4: Del punto 4 concluímos que estas construcciones son las más aceptadas para formular una construcción interrogativa; en cuanto al punto 5, el resultado es que son pragmáticamente aceptables como respuestas a preguntas; por el punto 8 deducimos que pueden ocurrir en contextos pragmáticos de broma, de adopción o de deseo; por el punto 9 descubrimos que no tienen restricciones en la jerarquía de persona, pues permiten su expresión en primera, segunda y tercera persona en función tanto de referente como de relatum; y finalmente, por el punto 10 deducimos que no tienen restricciones para expresar la direccionalidad descendente. En este sentido, y aunque­el fenómeno se ha estudiado en menos detalle, el huichol parece apuntar a una conclusión parecida. La flexibilidad y la disminución de restricciones para la construcción verbal de relaciones de parentesco puede atribuirse a que el cora meseño es una lengua con un sistema de verbos de parentesco muy vivo y con rasgos canónicos asignados a

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las lenguas yutoaztecas norteñas, a diferencia del náhuatl de Oapan. O bien esto puede deberse a que la rama corachol de la familia yutoazteca se caracteriza por tener una alta flexibilidad en el uso de los verbos de parentesco, pues el cahuilla, a pesar de ser una lengua con rasgos norteños canónicos, sí presenta la restricción por persona típica del náhuatl de Oapan. Por otro lado, la restricción de que la construcción pvt no se usa en vocativo, apuntada en el punto 6 del cuadro 3.4, es esperable por el carácter tan referencial de este acto de habla y ya se había reportado para lenguas australianas e iroquesas. Ésta fue la única restricción registrada para la construcción pvt, y resulta esperable. Como lo concluyen Amith y Smith-Stark (1994a: 360) para el huichol, las expresiones pvt en esta lengua son más altamente verbales que en el náhuatl de Oapan, pues no sólo utilizan la marcación de sujeto y objeto, sino que además muestran la flexion de aspecto, lo que es una característica típicamente verbal, y las hace radicalmente diferentes a las formas nominales. Esta misma conclusión procede para el cora meseño, pues el verbo de parentesco es susceptible de afijar el sufijo imperfectivo -ka’a, como se indica en el punto 1 del cuadro 3.4, aunque, a diferencia del huichol, ha perdido la capacidad para sufijar el irrealis -ni y optó por tomar un futuro perifrástico, como se anota en el punto 2 de este mismo cuadro. Se precisa de un estudio más detallado sobre los verbos de parentesco en huichol para determinar si esta lengua es más verbal que el cora meseño, comparando los parámetros relevantes. En cuanto al cora, las construcciones pnv pueden resultar híbridas en su marcación en ciertos contextos, como la respuesta a preguntas, ya que el relatum es nominal, aunque en la construcción pnv sí puede llevar el aspecto imperfectivo. Este comportamiento es paralelo a los conceptos de propiedad en cora meseño, los cuales, a pesar de ser verbos estativos, pueden tomar plurales nominales (Vázquez Soto, 1994). Este hecho también es paralelo a las formas pnv que expresan un deseo y pueden recibir el modo potencial. Finalmente, uno de los descubrimientos más interesantes y sorprendentes sobre las construcciones posesivas estudiadas en cora meseño es el presentado en el punto 3 del cuadro 3.4. Se trata de las restricciones para marcar la pluralidad del relator, pues la pluralidad del término de parentesco dispara misteriosamente la ausencia de marca del relatum en terceras personas. Esta ausencia de marcación parece ser un proceso que empieza en el último segmento de la jerarquía de persona propuesta­ por Silverstein (1976), y parece caracterizarse por ser una escisión para marcar el relatum en cora meseño. Resulta difícil tipificar los diferentes parámetros que describen el comportamiento de los verbos de parentesco por área o familia lingüística. En cuanto al

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corachol, podemos afirmar que se caracteriza por una gran flexibilidad en el uso de la construcción de verbos de parentesco y carece de las usuales restricciones que se han reportado para otras lenguas, pero también resulta claro, por otro lado, que las lenguas de esta subfamilia no son totalmente homogéneas, pues la semántica de los verbos de parentesco del huichol, por ejemplo, es “X tiene/considera/trata a Y como hijo”, mientras que la del cora meseño es “Y es pariente de X”. Concuerdo con Evans (2006) en que urgen más estudios detallados sobre las lenguas en las que coexisten construcciones verbales y nominales para expresar relaciones de parentesco, esto con la finalidad de validar, falsificar y enriquecer la literatura tipológica sobre este tema con la que contamos hasta la fecha, y espero este trabajo sea una invitación a hacerlo.

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4. Posesión externa en el náhuatl de Amanalco1 Valentín Peralta Ramírez*

4.1. Introducción

Las construcciones de posesión externa son construcciones en las que el poseedor semántico de un sustantivo poseído (possessum) se codifica afuera de su frase nominal­y es marcado como un argumento central del verbo. Las construcciones de posesión externa (pe) se han descrito dentro del marco teórico de la gramática relacional como construcciones de “ascensión de poseedor” (Aissen, 1979; Croft, 1985) y se contrastan con las construcciones de posesión interna (pi) que codifican al poseedor únicamente en el interior de la frase nominal en la que funciona como dependiente. Sin embargo, para los objetivos de este trabajo, y siguiendo a Payne y Barshi (1999: 3), aquí se consideran como construcciones de pe: “aquellas construcciones en las que la relación semántica poseedor-poseído se expresa codificando­ al poseedor como un argumento central del verbo y como un constituyente separado, al elemento poseído”. [la traducción es mía.]2 Los objetivos de este trabajo son tres: i) describir las diferentes estrategias usadas en el náhuatl de Amanalco para expresar la pe; ii) hacer explícitas las diferencias semánticas entre las construcciones de posesión externa y las de posesión 1

* 2

Una primera versión de este trabajo fue presentada en el VII Congreso Internacional de Lingüística en el Noroeste, celebrado el día 19 de noviembre de 2004 en la Universidad de Sonora. Inicialmente, el trabajo formó parte de un conjunto de temas relacionados con la posesión en algunas lenguas de Mesoamérica, que fueron el centro de discusión en las diferentes reuniones del Seminario de Lenguas Indígenas de México (Selim), donde recibí valiosos comentarios de todos sus miembros; de manera particular, quiero expresar aquí mi más profundo agradecimiento a Roberto Zavala, Enrique L. Palancar­y Verónica Vázquez, no sólo por sus observaciones atinadas para mejorar el trabajo, sino también por el apoyo que me han ofrecido para la comprensión de la complejidad morfosintáctica y tipológica de las lenguas mesoamericanas, y en particular del náhuatl. Por supuesto, cualquier error en este trabajo es de mi absoluta responsabilidad. Escuela Nacional de Antropología e Historia. En inglés original: “external possessión to be constructions in which a semantic possessor-possessum relation is expressed by coding the possessor as a core grammatical relation of the verb and in a constituent separate from that which contains the possessum.” 103

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interna; iii) enmarcar las estrategias de pe dentro de las discusiones tipológicas sobre aplicativos e incorporación (Mithun, 1984; Merlan, 1976). El náhuatl de San Jerónimo Amanalco es una variante del náhuatl central que se habla en el municipio de Texcoco, Estado de México y que presenta tres tipos de construcciones de pe que tienen las características propuestas en la definición de Payne y Barshi (1999). En el primer tipo, el sustantivo poseído aparece incorporado y ocurre tanto con verbos intransitivos como con transitivos. En estas estructuras el elemento poseído corresponde únicamente a partes del cuerpo. El poseedor de la frase nominal (fn) se codifica, en el interior de estas construcciones, como un argumento directo del verbo, mientras que el elemento poseído se combina con la raíz verbal formando un verbo compuesto, como en 1b. En 1a se muestra una construcción analítica que ejemplifica la pi, mientras que en 1b se ejemplifica la construcción de pe por incorporación. (1) a. Ø-ki:sa no-yes-yo s3sg-salir pos1sg-sangre-inher ‘Sale mi sangre.’ b. ni-yes-ki:sa s1sg-sangre-salir ‘Sangro.’

Como se puede ver en 1a, el poseedor semántico está marcado por el posesivo para primera persona singular no-, y el elemento poseído corresponde a un término de parte del cuerpo yes-tli, “sangre”. La construcción es intransitiva y la fn posesiva es correferencial con la marca de sujeto de tercera persona singular Ø-. En la construcción de pi como en 1a, el poseedor semántico ocurre sólo como un dependiente de la fn posesiva (Zavala Maldonado, 1999: 339). En 1b, en cambio, el poseedor semántico ha tomado la posición de argumento central del verbo marcado por la marca de sujeto de primera persona singular ni- y el elemento poseído­ yes-, “sangre”, aparece incorporado al verbo, formando así un verbo intransitivo complejo. En este tipo de incorporación hay un rearreglo de los argumentos de la forma analítica a la forma sintética sin afectar la valencia del verbo que, dentro de la tipología propuesta por Mithun (1984), se le conoce como incorporación­Tipo II, con reacomodo de argumentos. En el segundo tipo de construcción de pe, el sustantivo poseído pasa a ser argumento central (objeto primario) de una construcción aplicativa y se restringe a casos en los que el poseído refiere a términos de parentesco. El contraste entre pi y

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pe con este tipo de estructuras se ilustra en 2. La construcción de pi se ejemplifica en 2a, y la de pe con aplicativo, en 2b. (2) a. ti-h-wi:ka-k s2.sg-op3sg-llevar-prf ‘Llevaste a mi hija.’

no-kone:-w pos1sg-hijo-sg.psdo

b. ti-ne:ch-wi:ki-li no-kone:-w s2sg-op1sg-llevar-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo ‘Te me llevaste a mi hija.’ (Me la robaste con fines de casamiento.)

Los dos primeros tipos de construcciones de pe han sido documentados ampliamente para diversas lenguas tanto en Mesoamérica como en otras partes del mundo (Aissen, 1979; Haspelmath, 1999; Zavala Maldonado, 1999; véanse tanbién­los capítulos 1, 5 y 13). Además de esos dos tipos, el náhuatl presenta un tercer tipo de construcción de PE que deriva de la combinación del primero y el segundo tipo, por lo tanto, aquí me refiriré a este tercer tipo como construcción de pe con incorporación más aplicativo, en el cual el elemento poseído corresponde­ a sustantivos alienables. El tercer tipo se tiene que entender como una forma de incorporación que reduce la valencia verbal de formas originalmente transitivas a intransitivas —incorporación por composición, en la terminología de Mithun (1984)— y que requiere del aplicativo para codificar al poseedor como objeto primario de un verbo transitivo derivado con aplicativo. El ejemplo 3 ilustra el contraste entre pi y pe con incorporación y aplicativo. En 3a es una estructura con pi, mientras que en 3b es una estructura de pe. (3) a. ni-k-chi:wa-s mo-tlaxkal s1sg-op3sg-hacer-irr pos2sg-tortilla ‘Haré tu tortilla.’ b. ni-mits-tlaxkal-chi:wi-li s1sg-op2sg-tortilla-hacer-apl.prf ‘Hice tus tortillas.’ (Por un tiempo razonable por ser tu mujer.) (Lit. ‘Te-tortillas-hice.’)

En la construcción de pi en 3a, el poseedor semántico, marcado con el pronominal posesivo singular mo-, aparece dentro de la fn con función de objeto; en contraste, en la construcción de pe en 3b, el poseedor aparece codificado como

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objeto primario del verbo con aplicativo, marcado con el pronominal de objeto de segunda persona singular mits-. Las tres construcciones de pe comparten dos rasgos sintácticos. Por un lado, el elemento poseído pasa a un segundo plano desde el punto de vista sintáctico. En 1b y en 3b, el poseído se incorpora pasando a ser parte del complejo verbal, mientras que en 2b ocupa la posición de objeto secundario sin correferencia pronominal en el verbo. Por otro lado, en las construcciones de pe, el poseedor semántico pasa a ocupar una posición de argumento central, sujeto, en 1b, u objeto primario, en 2b y 3b. Las construcciones de pe del primer tipo codifican de manera especial la afectación del poseedor, la cual es puesta en primer plano. Este tipo de semántica no es parte de la estructura de pi. En las construcciones de pe del segundo y tercer tipo, los poseedores son codificados como afectados o beneficiados por la acción del verbo, mientras que esa lectura no es parte necesaria de la construcción de pi. Estas distinciones semánticas serán abordas con más detalle en las secciones siguientes. El presente capítulo está organizado de la siguiente manera: en la sección titulada “características básicas de lengua”, presento algunas de estas características, como las clases de sustantivos que se pueden establecer por medio de la construcción posesiva, la estructura de la frase nominal posesiva y el patrón de marcación de las funciones sintácticas centrales en la cláusula. A continuación, discuto la modificación de la valencia verbal vía el aplicativo y hago la distinción entre una construcción aplicativa con semántica benefactiva-malefactiva y una construcción aplicativa con semántica exclusivamente benefactiva. Posteríormente, se discute el punto central del artículo; es decir, las tres construcciones de posesión externa antes señaladas, para lo cual presento, primero, un panorama general de la incorpo­ ración nominal, basándome principalmente en la clasificación tipológica hecha por Mithun (1984), y finalmente, como conclusión del trabajo, hago un resumen de los puntos más significativos de este estudio. 4.2. Características básicas de la lengua

En términos generales, se puede afirmar que el náhuatl de Amanalco presenta un orden de constituyentes flexible pero con preferencia por el orden vso. Es una lengua polisintética que marca los argumentos de sujeto y de objeto en el núcleo predicativo —verbal y no-verbal— (Nichols, 1986) y presenta un sistema de alineamiento nominativo-acusativo. La lengua es de objeto primario, ya que codifica

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de la misma manera el paciente de una cláusula monotransitiva y el tercer argumento de una cláusula bitransitiva (Dryer, 1986; Peralta Ramírez, 2003). La lengua tiene, asimismo, una estructura verbal compleja: permite la incorporación de sustantivos y presenta al menos dos mecanismos de modificación de la valencia mediante sufijos causativos y aplicativos. La siguiente sección es una introducción­ general a la predicación, con el objetivo de abordar el tema de las construcciones de posesión externa con más detalle. 4.2.1.La posesión interna y las clases de sustantivos en el náhuatl

Las construcciones posesivas del náhuatl permiten establecer una distinción entre sustantivos alienables e inalienables y una subclase dentro de estos últimos a los que denomino sustantivos “inherentes”. Como es esperable, existen sustantivos que no pueden ser poseídos, como aquellos nombres de objetos de la naturaleza, nombres de cuerpos celestes, y nombres de animales no domésticos. En el ejemplo 4 se muestran las clases más representativas que surgen a partir de la construcción posesiva. El prefijo i-, que aparece en algunos de los ejemplos, hace referencia a un poseedor de tercera persona singular. (4) a. Alienables: a:-tl ‘agua’ i-a:-w cha:n-tli ‘casa’ i-cha:n to:tol-i ‘guajolota’ i-to:tol

‘su agua’ ‘su casa’ ‘su guajolota’

b. Inalienables: i-kxi ‘su pie’ i-ma:n ‘su mano, rama’ i-kniw ‘su hermano’ c. Inherentes: i-yes-yo ‘su sangre’ i-i:xa:-yo ‘sus lágrimas’ i-ach-yo ‘su semilla’ d. No poseíbles: yeʔyeka-tl ‘viento’ kiawi-tl ‘lluvia’ kowa:-tl ‘serpiente’

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Los sustantivos alienables son todos aquellos sustantivos que no requieren estar poseídos. A esta clase de sustantivos corresponden los nombres de objetos elaborados o manipulados y los nombres de animales que pueden ser considerados como “domésticos”. Los sustantivos alienables reciben una marca de absolutivo cuando no ocurren en la construcción posesiva. En los siguientes ejemplos se muestra que el sufijo absolutivo se pierde cuando el nombre aparece poseído: (5)

Forma absolutiva3 a:-tl > naka-tl > xok-tli > tlaxkal-i > to:tol-i >

Forma poseída i-a:w ‘su agua’ i-nakaw ‘su carne’ i-xok ‘su olla’ i-tlaxkal ‘su tortilla’ i-to:tol ‘su guajolota’

Por otro lado, los sustantivos inalienables son todos aquellos que refieren a términos de parentesco, partes del cuerpo humano y animal, y partes de plantas. Todos estos sustantivos se presentan siempre poseídos, ya que no tienen formas absolutivas equivalentes, como se muestra en la segunda columna, en 6. (6)

Forma poseída i-kamak ‘su boca’ i-kwitlapil ‘su cola’ i-nakas ‘su oreja’ i-siʔ ‘su abuela’ i-yekaselika ‘su retoño o cogollo’

Forma absolutiva *kamak-tli *kwitlapil-li *nakas-tli *siʔ-tli *yekaselik-tli4

La forma plural de los sustantivos poseídos alienables y no alienables se realiza con el sufijo -wa:n. El sufijo designa pluralidad de lo poseído, como en los ejemplos

3

4

El sufijo de abosolutivo {-tl} tiene tres alomorfos condicionados fonológicamente: -tl que aparece cuando la raíz nominal termina con vocal, -tli cuando termina en consonante, -(l)i cuando la raíz termina en /l/. Los sustantivos alienables que aparecen en la construcción posesiva pierden el sufijo de absolutivo. En esta circunstancia, algunos sustantivos cuya última sílaba acaba en vocal reciben la semiconsonante labiovelar w para acomodarse al patrón fonológico de sílaba tónica final (c)vc#. En las artes y vocabularios del náhuatl clásico (Molina 1977 [1571]; Carochi 1983 [1645]), los sustantivos de partes del cuerpo y los términos de parentesco aparecen con el sufijo absolutivo -tli. La inserción del sufijo absolutivo con todos los sustantivos inalienables fue realizada por los frailes para unificar las entradas del diccionario por raíces.

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en 7a. Las formaciones no gramaticales en 7b indican la imposibilidad que tienen ciertos sustantivos de designar referentes plurales. (7) a. Poseído plural i-nakas-wa:n i-siʔ -wa:n i-to:tol-wa:n i-xok-wa:n

‘sus orejas (de él/ella)’ ‘sus abuelas (de él/ella)’ ‘sus guajolotes (de él/ella)’ ‘sus ollas (de él/ella)’

b. *i-yekaselik-wa:n ‘sus retoños’ *i-kwitlapil-wa:n ‘sus colas’ *i-kamak-wa:n ‘sus bocas’

Finalmente, dentro de los sustantivos que entran en la construcción posesiva hay una tercera clase a la que llamo “inherentes”. Los sustantivos inherentes son siempre poseídos pero, a diferencia de los inalienables, los inherentes toman el sufijo -yo, que marca la relación de “inherencia” entre lo poseído y el poseedor. Los sustantivos de este grupo hacen referencia a excreciones corporales y a un subgrupo­ de términos que refieren a partes del cuerpo. A diferencia de los alienables e inalie­ nables no inherentes, los inalienables inherentes, como los de 8a, no toman la marca de plural -wa:n, tal como se muestra en la agramaticalidad de los ejemplos en 8b, y en esto se comportan como el subgrupo de inalienables no inherentes en 7b. (8) a. i-yes-yo i-ixa:-yo i-naka-yo i-nelwa-yo

‘su sangre’ b. ‘sus lágrimas’ ‘su piel o cuerpo’ ‘su tendón’

*i-yes-yo-wa:n *i-ixa:-yo-wa:n *i-naka-yo-wa:n *i-nelwa-yo-wa:n

Los sustantivos inalienables (inherentes y no inherentes) son sustantivos obligatoriamente poseídos. Desde el punto de vista semántico, los inherentes señalan un tipo de relación inseparable, y muchas veces no visible, entre el poseedor y la materia corporal, como la sangre, las venas o los tendones. En general, en este sentido, contrastan con los sustantivos inalienables no inherentes ya que, en estos últimos, el poseedor puede tener control del elemento poseído, mientras que en los primeros no ejerce control. El cuadro 4.1 resume las propiedades formales que distinguen a las tres clases de sustantivos poseíbles del náhuatl.

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Cuadro 4.1

Tipos de sustantivos poseíbles Absolutivo

-wa:n

-yo

Obligatoriamente poseídos





Alienables





Inalienables no inherentes









Inalienables inherentes









Fuente: elaboración propia.

4.2.2. La frase nominal posesiva

Una vez establecidas las diferentes clases de sustantivos a partir de la posesión, se presenta a continuación el paradigma de los pronombres posesivos que funcionan como prefijos que preceden al sustantivo poseído. Cuadro 4.2

Pronombres posesivos persona

sg

pl

1a

no-

to-

2a

mo-

namo-

3a

i-

in-

Fuente: elaboración propia.

Ejemplos de la primera persona singular y plural se dan en 9. Nótese que con las primeras y segundas personas gramaticales no es posible tener expansión del poseedor por medio de ffnn externas al núcleo. (9) a. no-cha:n pos1sg-casa ‘[Es] mi casa.’

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b. to-cha:n pos1pl-casa ‘[Es] nuestra casa.’

Cuando el poseedor es una tercera persona, además de la marca de posesión en el núcleo, el poseedor puede expresarse expandido por medio de una fn yuxtapuesta al sustantivo poseído, como en los ejemplos en 10. (10) a.

i-te:n in tilma-tli pos3sg-labio det cobija-abs ‘La orilla de la cobija.’ (Lit. ‘Su labio de la cobija.’)

b. in-cha:n in ko:-kone- pos3pl-casa det red-niño-pl ‘Las casas de los niños.’ (Lit. ‘Su casa de los niños.’) 4.2.3. La predicación náhuatl

El núcleo predicativo en náhuatl puede ser un verbo, un sustantivo o un adjetivo. La distinción entre un predicado verbal y un predicado no verbal radica precisamente en la posibilidad que tiene un predicado de recibir marcas de tiempo-aspecto-modo (tam). Los verbos las toman directamente, mientras que los predicados no verbales requieren de una cópula para recibir estas marcas. Sin embargo, ambos tipos de predicados (verbal y no verbal) toman las mismas marcas de persona para codificar al sujeto. La estructura básica de la predicación en náhuatl se ha discutido­ ampliamente (Carochi, 1983 [1645]; Andrews, 1975; Launey, 1986; entre otros). Los predicados verbales intransitivos marcan su único argumento, el sujeto (s), igual que el agente de los transitivos (a), mientras que los objetos primarios de los transitivos (op), se marcan con un segundo paradigma. En el cuadro 4.3 se presentan­los paradigmas de persona ligados al predicado. Primero están los pronominales­que indican s/a y después los que señalan op (paciente de monotransitivo y tercer argumento de bitransitivo). En la tercera columna del cuadro 4.3 se presenta la marca de plural para objeto primario.

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Cuadro 4.3

Pronombres de sujeto y de objeto primario en el núcleo predicativo persona

s/a

op

1a 2a 3a 1a 2a 3a

nitiØtinan-

ne:chmitskite:chame:ch-in

sg sg pl pl pl

Fuente: elaboración propia.

Los ejemplos de 11 ilustran la marcación de argumentos con un predicado intransitivo y transitivo, respectivamente. Debido a que la lengua sigue un patrón de marcación en el núcleo, las ffnn no son obligatorias ya que toda la información argumental está codificada en el complejo verbal. (11) a.

Ø-cho:ka-k (in kone:-tl)s s3sg-llorar-prf det niño-abs ‘El niño lloró.’

b. Ø-ki-kwa:-s-ke (in tla:-tla:ka-)A (in tlaxkal-i)OP s3pl-op3sg-comer-irr-pl det red-hombre-pl det tortilla-abs ‘Los hombres comerán la tortilla.’

En náhuatl, el único verbo bitransitivo no derivado es maka, “dar”. Este verbo, y los verbos derivados por medio del aplicativo o del causativo tratan al tercer argumento de su estructura argumental de la misma manera que al segundo argumento de los verbos monotransitivos, lo que implica que la lengua sigue un patrón de marcación de objeto primario. En el ejemplo 12, el pronombre de objeto en el verbo refiere al recipiente, mientras que la fn que refiere al tema in waʔkali, “el huacal”, tiene la función sintáctica de objeto secundario y no está representada en el verbo con ningún pronominal. (12) yalwa, amo Ø-ne:ch-maka-k (mo-kni-w)A ayer no s3sg-op1sg-dar-prf pos2sg-hermano-sg.psdo (in wakal-i)os det huacal-abs ‘Ayer, tu hermano no me dio el huacal.’

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4.3. Incremento de valencia mediante aplicativos

Como ya se ha mencionado en la sección “la frase nominal posesiva”, uno de los mecanismos de modificación de la valencia verbal existente en náhuatl es mediante­ el sufijo aplicativo -lia. Este sufijo permite que un verbo intransitivo se emplee como transitivo, como en el par de 13, y uno transitivo como bitransitivo, como se ve en 14.5 En los verbos derivados, el nuevo argumento funciona como op y tiene la función semántica de receptor o de benefactivo/malefactivo. (13) a. in. Ø-cho:ka in sowa:-tl s3sg-llorar det mujer-abs ‘La mujer llora.’ b. tr. Ø-ne:ch-cho:ki-lia in sowa:-tl s3sg-1op.sg-llorar-apl det mujer-abs ‘La mujer me llora./ La mujer llora por mí.’ (14) a. tr. ti-h-ko:w tlaxkal-i s2sg-op3sg-comprar.prf tortilla-abs ‘Compraste tortilla.’ b. bitr. ti-ne:ch-ko:wi-li tlaxkal-i s2sg-op1sg-comprar-apl.prf tortilla-abs ‘Me compraste tortilla.’ (La que yo vendía o la compraste para mí.)

Otros ejemplos con aplicativo presentan una lectura ambigua entre benefactiva o malefactiva. Un ejemplo se da en 15. (15) bitr. ti-ne:ch-mik-ti-li se kwa:naka s2sg-op1sg-morir-caus-apl.prf uno gallina ‘Me mataste una gallina.’ (Por maldad o para mi beneficio.)

Los verbos en el náhuatl de Amanalco permiten la presencia de dos aplicativos con lo que se obtiene una lectura exclusivamente benefactiva, tal como se ilustra en 16. 5

En esta lengua, la valencia de los verbos ditransitivos ya no puede ser modificada por ningún sufijo, ya sea aplicativo o causativo todo parece indicar que en náhuatl sólo pueden ser codificados como argumentos sintácticos del complejo verbal tres participantes: A(gente), P(aciente) y R(eceptor).

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(16) kwa:k ti-mo-lwi-ti:-s, cuando s2sg-rr-fiesta-caus-irr ni-mits-mik-ti-li-li:-s se kwa:naka s1sg-op2sg-morir-caus-apl-apl-irr uno gallina ‘Cuando hagas tu fiesta de cumpleaños, yo te mataré una gallina.’ (Para que te la comas. /*Por hacerte una maldad.)

4.4. Construcciones de posesión externa

En esta sección veremos más en detalle las características formales y semánticas de cada uno de los tres tipos de construcción de pe que tiene el náhuatl de Amanalco. 4.4.1. Primer tipo de pe: la incorporación de partes del cuerpo

En este tipo de construcción de pe, el elemento poseído que refiere a una parte­del cuerpo es incorporado y el poseedor pasa a ser un argumento central. En los ejemplos en 17 y 18 se ilustra el caso. En los ejemplos 17a y 18a se presenta la construcción de pi con el poseedor como dependiente de la fn, mientras que en los de pe, en 17b y 18b, se ilustra la codificación del poseedor como argumento central en función de s (17b) y de op (18b). (17) a. Ø-kopi:ni s3sg-despegarse ‘Mi cabello se sale.’

(no-tsonkal)S pos1sg-cabello

b. ni-tsonkal-kopi:n s1sg-cabello-despegarse ‘Se me arrancó el cabello.’ (Me estoy quedando calvo.) (18) a. ni-k-popo:wa (mo-yekatsol)op s1sg-op3sg-limpiar pos2sg-nariz ‘Limpio tu nariz.’ b. ni-mits-ye:ka-popo:wa s1sg-op2sg-nariz-limpiar ‘Te limpio la nariz.’ (Haciéndote una maldad.)

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En el ejemplo 17a, la fn poseída es sujeto del verbo intransitivo. En 17b, el poseedor semántico se expresa por el pronominal de primera persona sujeto ni-, y el elemento poseído aparece incorporado al verbo. El ejemplo de pi, en 18a, es una construcción transitiva que incluye una fn poseída en función de objeto primario. El poseedor semántico es un dependiente de la fn marcado con el pronombre posesivo de segunda persona mo-, y el elemento poseído refiere a una parte del cuerpo, yekatsol, “nariz”. Por otro lado, en 18b, el poseedor semántico aparece como un argumento central del verbo, el cual está marcado por el pronominal de objeto de segunda persona mits-, mientras que la raíz del sustantivo poseído aparece en su forma incorporada. En términos léxico-semánticos, el resultado del compuesto n+v es un nuevo lexema, v.gr. un verbo intransitivo, como tsonkalkopi:ni, “cabello-arrancar” (17b), y uno transitivo, como ye:ka-popo:wa, “narizlimpiar” (18b). Los sustantivos incorporados en estos compuestos han perdido su estatus sintáctico como palabras independientes, ya que no reciben marcas de la clase léxica, como el absolutivo -tl o el formativo -tsol, y el significado semántico del compuesto denota una actividad unitaria. Como ya fue establecido más arriba, en este tipo de construcción de pe, los elementos poseídos son todos términos de partes del cuerpo tanto del grupo de los inalienables no inherentes como del grupo de los inherentes. Por otro lado, este tipo de construcciones de pe corresponde exactamente al Tipo II de incorporación nominal propuesto por Mithun (1984: 856 y ss.),6 incorporación por manipulación de caso, el cual se caracteriza por el hecho de que la valencia verbal permanece intacta, es decir, un verbo intransitivo con nominal incorporado permanece intransitivo y uno transitivo permanece transitivo. Este patrón estructural toma lugar debido a que en este tipo de incorporación hay un reacomodo de argumentos en el que un argumento central se incorpora dejando que un argumento no central ocupe la posición sintáctica vacante. Es decir, cuando un verbo transitivo incorpora su objeto, entonces el poseedor, como en 19b, asume la función de objeto. (19) a. ni-k-pa-pa:k mo-ma:n s1sg-op3sg-red-lavar.prf pos2sg-mano ‘Lavé tu mano.’ 6

En Peralta Ramírez (2008), he propuesto que el náhuatl de Amanalco posee los cuatro tipos de incorporación nominal propuestos por Mithun (1984), que son: Tipo I, incorporación por composición; Tipo II, incorporación por manipulación de caso; Tipo III, incorporación para la manipulación discursiva ; Tipo IV, incorporación clasificatoria. Para los objetivos de este trabajo, sólo serán tomados en cuenta los dos primeros

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b. ni-mits-ma:-pa-pa:k s1sg-op2sg-mano-red-lavar.prf ‘Te lavé las manos.’ (Lit. ‘Te-mano-lavé.’)

De igual forma, cuando un verbo intransitivo incorpora su sujeto, otro argumento puede avanzar a la posición de sujeto. En 20b, el poseedor del sujeto pasa a ser sujeto una vez que el poseído se incorpora. (20) a. Ø-wa:ki no-kamak s3sg-secarse pos1sg-boca ‘Se seca mi boca.’ b. ni-kama-wa:ki s1sg-boca-secarse ‘Tengo la boca seca.’ (Por enfermedad.)

La construcción de pe con incorporación solamente permite la incorporación de nominales que refieren a sujetos de verbos intransitivos inacusativos, y objetos pacientes de verbos transitivos. Esta construcción no permite que se incorpore sujetos de verbos intransitivos inergativos ni agentes de verbos transitivos. Al respecto, considérese las formas agramaticales ejemplificadas en 21b y 22b, con agentes incorporados y poseedores de éstos funcionando como argumentos centrales. (21) a. Ø-nenemi- (no-kxi-wa:n)s-agentivo s3sg-caminar-pl pos1sg-pie-pl.psdo ‘Caminan mis pies.’ b. * ni-ikix-nenemi s1sg-pie-caminar Lectura buscada: ‘Caminan mis pies.’ (22) a. Ø-mits-popo:w (no-man)a s3sg-op2sg-limpiar.prf pos1sg-mano ‘Mi mano te limpió.’

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b. * ni-mits-ma:-popo:w s1sg-op2sg-mano-limpiar.prf Lectura buscada: ‘Mi mano te limpió.’7

En 21a, tenemos una construcción intransitiva con un s agentivo, expresado en la fn posesiva. El ejemplo agramatical de 21b indica que el poseedor semántico, que corresponde a un sujeto agentivo, no puede ser codificado como argumento central del verbo, ni tampoco el elemento poseído puede ser incorporado. El ejemplo 22a es una construcción transitiva en la que el poseedor semántico está expresado en la fn correferente con el agente de transitivo, y estos participantes, tanto el poseedor semántico como el elemento poseído, no pueden estar codificados en el verbo con la lectura de un agente incorporado. En resumen, las construcciones de pe del Tipo II sólo ocurren con sujetos de verbos intransitivos inacusativos y con pacientes de verbos transitivos. Además, los elementos poseídos sólo pueden ser sustantivos inalienables que refieren partes del cuerpo y excreciones, tanto los no inherentes como los inherentes. La incorporación nominal del Tipo II tiene efectos formales totalmente distintos a los de la incorporación nominal del Tipo I, incorporación por composición (Mithun, 1984). En el Tipo I, una vez que se incorpora un nominal, hay una reducción de la valencia verbal, de tal forma que las raíces transitivas que incoporan a su objeto sintáctico pasan a ser bases intransitivas compuestas, como se ilustra en el contraste de 23. Las marcas pronominales de sujeto y objeto en 23a demuestran que el verbo en su forma no incorporada es transitivo, mientras que, en 23b, la base con incorporación es intransitiva y sólo marca el argumento sujeto. (23) a.

ni-h-ki:x-tia xa:mi-tl s1sg-op3sg-salir-caus adobe-abs ‘Saco adobes.’

b. ni-xa:n-ki:x-tia s1sg-adobe-salir-caus ‘Trabajo haciendo adobes.’

7

La construcción agramatical de 22b es aceptable en una lectura en la que el nominal incorporado exprese el instrumento: “te limpié con la mano” o “te limpié a mano”. Ésta es una construcción de incorporación de oblicuo que no afecta la valencia verbal.

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En resumen, los Tipos i y ii de incorporación, propuestos por Mithun (1984), difieren formalmente en cuanto a la valencia del verbo que resulta después de que el nominal se ha incorporado. El Tipo I baja la transitividad del verbo, mientras que el Tipo II permite que un argumento no central avance a la posición que dejó vacante el nominal incorporado. El primer tipo de construcción de pe en el náhuatl de Amanalco se realiza con la estructura de la incorporación nominal del Tipo II (manipulación de caso). Más adelante, en la sección sobre el tercer tipo de incorporación de pe, voy a proponer que la incorporación nominal del Tipo I, en combinación con un aplicativo, representa una tercera estrategia de pe en esta lengua. 4.4.1.1. La distinción semántica entre pi y pe

Los tres tipos de construcciones de pe, en los que el poseedor semántico se expresa como dependiente directo del verbo, tienen su contraparte en construcciones de pi, en los que el poseedor semántico ocurre como un dependiente de la frase nominal­posesiva. Aunque ambas estrategias forman una familia de construcciones (Croft, 1985; Levy, 2006a), existen diferencias semánticas sistemáticas asociadas a la pe que no comparte la pi. Los pares de ejemplos de 24 a 26 nos muestran la alternancia entre la construcción de pi y la de pe por incorporación. Las construcciones de pi en los ejemplos 24a, 25a y 26a codifican al poseedor como un participante en segundo plano, mientras que en la construcción de pe en los ejemplos 24b, 25b y 26b se pone en primer plano no la parte, sino el poseedor, implicando que se codifica como una entidad afectada por el evento. (24) PI a. Ø-wa:ki mo-kamak s3sg-secarse pos2sg-boca ‘Tu boca se seca.’ (Por cansancio.)

PE b. ti-kama-wa:ki s2sg-boca-secarse ‘Tienes la boca seca.’ (Por enfermedad.)

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(25) PI a. Ø-ki:sa no-yes-yo s3sg-salir pos1sg-sangre-inher ‘Sale mi sangre.’ (Por un rasguño.) PE b. ni-yes-ki:sa s1sg-sangre-salir ‘Sangro.’ (Por enfermedad.) (26) PI a. Ø-wilaxiwi i-te in kwa:kwe s3sg-crecer/agrandarse pos3sg-estómago det vaca ‘Se agradó la panza de la vaca.’ PE b. Ø-te-wilaxiwi in kwa:kwe s3sg-estómago-crecer/agrandarse det vaca ‘La vaca está preñada.’

Hasta aquí hemos visto que la semántica expresada en las construcciones de pi de la serie 24a, 25a y 26a focaliza el lugar afectado del poseedor, que en estos casos corresponde a una parte del cuerpo, mientras que las construcciones de pe de la serie 24b, 25b y 26b ya no focaliza a la parte afectada, sino que pone en primer plano al poseedor como un todo, es decir, como un paciente afectado. En términos morfosintácticos, el compuesto n+v refiere a términos con semántica no composicional (nombres de padecimientos, estados de salud, etcétera), mientras que las construcciones de pi son estructuras con semántica composicional y refieren eventos puntuales. 4.4.2. Segundo tipo de pe: las formas verbales con aplicativo

El sufijo aplicativo -li(a) del náhuatl permite que argumentos oblicuos con la función de benefactivos, malefactivos y dativos pasen a ser objetos primarios de monotransitivos y bitransitivos. El morfema aplicativo cambia la valencia del verbo­con el que coaparece. Un verbo intransitivo más el aplicativo -li(a) pasa a ser una base monotransitiva, de la misma manera que un verbo monotransitivo más el aplicativo -li(a)

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pasa a ser una base bitransitiva. La construcción con el aplicativo es un recurso gramatical para codificar poseedores de argumentos centrales (sujeto y objeto) como objetos primarios. Esta construcción es posible solamente cuando el sustantivo poseído refiere a un término de parentesco. Los sustantivos de parentesco son sustantivos inalienables que no participan de la construcción de pe con incorporación. La construcción de pi en 27a contrasta con la de pe con aplicativo en 27b. La cláusula en 27a es intransitiva y su sujeto es la fn poseída. En contraste,­­la cláusula con aplicativo en 27b es transitiva y tiene como objeto primario al poseedor semántico de la fn en función de sujeto, marcado con el pronominal de primera persona objeto ne:ch-. Nótese también que el poseedor semántico en 27b se marca en dos lugares en el interior de la cláusula, como op en el verbo y como pronombre posesivo dentro de la fn sujeto, con el prefijo poseedor de primera persona no-. (27) a. Ø-kochi (no-kone:-w)s s3sg-dormir pos1sg-hijo-sg.psdo ‘Mi hijo duerme.’ b. Ø-ne:ch-kochi-lia (no-kone:-w)op 3suj.sg-op1sg-dormir-apl pos1sg-hijo-sg.psdo ‘Mi hijo se me duerme.’ (Se duerme en mi beneficio)

Los ejemplos en 28 muestran el contraste entre la construcción de pi (28a) y la de pe (28b) con verbos transitivos. La construcción en 28a es transitiva y tiene una fn poseída como objeto primario. En contraste, la cláusula con aplicativo en 28b es bitransitiva, ya que tiene dos objetos, el objeto secundario (os) expresado por la fn poseída y el op expresado por el poseedor semántico marcado en el verbo con el pronominal de objeto ne:ch-. De manera similar a lo que pasa con la construcción en 27b, el poseedor semántico de 28b se marca en dos lugares, como op en el verbo y como pronombre posesivo dentro de la fn que expresa el objeto secundario,­con el prefijo poseedor de primera persona no-. (28) a. ti-k-ihta-k (no-kone:-w)op s2sg-op3sg-ver-prf pos1sg-niño-sg.psdo ‘Viste a mi hijo.’ b. ti-ne:ch-ihti-li (no-kone:-w)os s1sg-op1sg-ver-apl.prf pos1sg-niño-sg.psdo ‘Me cuidaste a mi hijo.’

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La diferencia semántica entre la construcción de pi y la construcción de pe es que la construcción de pe necesariamente implica que el poseedor semántico se ve beneficiado o es afectado por la acción, mientras que esa lectura no es requerida en la versión codificada con la construcción de pi, como dan cuenta las traducciones de los ejemplos de 28. Las construcciones de pe con aplicativo son posibles únicamente cuando el poseedor semántico es un sujeto de un verbo inacusativo o un objeto de un verbo transitivo: es decir, en el náhuatl no son posibles las construcciones de pe con po­ see­dores con función de agente de verbo intransitivo inergativo o de verbo transitivo. Contrástese la versión gramatical de 27b, en la cual el poseedor de la fn en función de sujeto de un inacusativo ocupa el lugar de op de la estructura con aplicativo­, con la forma agramatical en 29b, en la que el poseedor de la fn con función de sujeto de inergativo pasa a ser op de la construcción con aplicativo. (29) a. Ø-nenemi (no-kone:-w)s s3sg-caminar pos1sg-hijo-sg.psdo ‘Mi hijo camina.’ b. * Ø-ne:ch-nenemi-li (no-kone:-w)op 3suj.sg-op1sg-caminar-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo Lectura buscada: ‘Mi hijo me caminó.’

Hasta aquí he discutido tres restricciones de la construcción de pe con aplicativo: i) sólo es posible cuando el poseído hace referencia a un término de parentesco; ii) el poseedor tiene que ser un constituyente de una fn en función absolutiva (sujeto de intransitivo u objeto de transitivo); y iii) la función semántica de la fn sujeto que incluye al poseedor de verbos intransitivos tiene que ser un paciente semántico, es decir, no se permite la construcción de pe cuando el poseedor es parte de una fn sujeto de verbo inergativo. Existe una cuarta restricción. La construcción de pe con verbos intransitivos sólo es posible con aquellos que permiten lecturas en las que el poseedor semántico en función de op se interpreta como beneficiario y no como malefactivo. Compárese la estructura gramatical de pe en 27b, en la cual el poseedor semántico codificado como op se interpreta como benefactivo,­con las estructuras agramaticales en 30b y 31b, en las que el poseedor semántico, codificado como op, se interpreta como malefactivo debido a las características semánticas de los verbos miki, “morir”, y wetsi, “caer”.

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(30) a. Ø-miki no-kone:-w s3sg-morir pos1sg-hijo-sg.psdo ‘Mi hijo se muere.’ b. * Ø-ne:ch-miki-li no-kone:-w s3sg-op1sg-morir-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo Lectura buscada: ‘Se me murió mi hijo.’ (31) a. Ø-wetsi-k no-kone:-w s3sg-caer-prf pos1sg-hijo-sg.psdo ‘Mi hijo se cayó.’ b. * Ø-ne:ch-wechi-li no-kone:-w s3sg-op1sg-caer-apl.prf pos1sg-hijo-sg.psdo Lectura buscada: ‘Se me cayó mi hijo.’

Esta restricción no opera con verbos transitivos, ya que éstos permiten poseedores semánticos codificados como op con lectura de benefactivos, como en 28b, o con lectura de malefactivos, como en 32b y 33b. (32) a. ti-h-kwawi s2sg-op1pl-golpear.prf ‘Golpeaste a nuestro hijo.’

to-kone:-w pos1pl-hijo-sg.psdo

b. ti-te:ch-kwawi-li to-kone:-w s2sg-op1pl-golpear-apl.prf pos1pl-hijo-sg.psdo ‘Nos golpeaste a nuestro hijo.’ (33) a. ti-h-mik-ti s2sg-op3sg-morir-caus.prf ‘Mataste a mi marido.’

no-tla:ka-w pos1sg-hombre-sg.psdo

b. ti-ne:ch-mik-ti-li no-tla:ka-w s2sg-op1sg-morir-caus-apl.prf pos1sg-hombre-sg.psdo ‘Me mataste a mi marido.’

En resumen, la construcción de pe con aplicativo permite que el poseedor de un argumento central pase a ocupar la posición de op de verbos transitivos y bi-

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transitivos derivados por el aplicativo. Al igual que en tzotzil (Aissen, 1979) y oluteco (Zavala Maldonado, 1999), en el náhuatl, el poseedor semántico en la construcción de pe se codifica en dos lugares dentro de la cláusula, como constituyente inmediato del sustantivo poseído y como argumento central del predicado de la cláusula. 4.4.2.1. La distinción semántica entre pi y pe

De forma similar a las construcciones de pe con incorporación, las construcciones de pe con aplicativo difieren semánticamente de las construcciones de pi. Las construcciones de pe siempre implican una lectura en la que el poseedor semántico­ se interpreta como un argumento que es afectado de forma benefactiva o malefactiva por el evento que codifica el verbo con aplicativo. Esa lectura no está implicada­ en la construcción de pi. Los ejemplos siguientes muestran este contraste: (34) a. ti-k-ihta-k no-kniw s2sg-op3sg-ver-prf pos1sg-hermano ‘Viste a mi hermano.’ b. ti-ne:ch-ihti-li no-kniw s2sg-op1sg-ver-apl.prf pos1sg-hermano ‘Me cuidaste a mi hermano.’ (Lectura benefactiva.) (35) a. ti-k-no:tsa-s no-we:ltiw s2sg-3op-sg-llamar-irr pos1sg-cuñada ‘Llamarás a mi cuñada.’ b. ti-ne:ch-no:chi-li:-s no-we:ltiw s2sg-op1sg-llamar-apl-irr pos1sg-cuñada ‘Me invitarás a mi cuñada.’ (Lectura benefactiva.)

Las construcciones de pi no implican que el argumento afectado es el poseedor, mientras que en las construcciones de pe la lectura semántica que se obtiene implica­que el poseedor es afectado directamente de forma positiva o negativa por el evento. ­

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4.4.3. Tercer tipo de construcción de pe: Incorporación más aplicativo

Además de los dos tipos anteriores, el náhuatl de Amanalco tiene otra construcción de pe que combina la estrategia de incorporación más la estrategia de aplicativo. El tipo de incorporación a la que se recurre en esta construcción es diferente de la utilizada en la construcción de pe por incorporación vista en la sección sobre el primer tipo, en la que solamente intervienen sustantivos poseídos que refieren a partes del cuerpo. Ya vimos que el segundo tipo de construcción de pe en náhuatl recurre a la incorporación nominal del Tipo II de Mithun (1984), en la cual el sustantivo poseído que se incorpora deja vacante su función sintáctica para que sea ocupada por el poseedor. El tercer tipo de construcción de pe recurre a la incorporación nominal del Tipo I de Mithun (incorporación por composición) que reduce­ la valencia del verbo (1984: 848-856). En la incorporación nominal del Tipo I participan los sustantivos alienables, a diferencia de la del Tipo II en la que participan solamente sustantivos inalienables que refieren a partes del cuerpo. En 36b se ilustra el Tipo I de incorporación. Nótese que bajo este tipo de incorporación la función sintáctica objeto queda cancelada, como lo muestra la estructura agramatical de 36c. (36) a. ni-k-chi:wa tlaxkal-i s1sg-op3sg-hacer tortilla-abs ‘Hago tortillas.’ b. ni-tlaxkal-chi:wa s1sg-tortilla-hacer ‘Hago tortillas.’ (Como parte de mis actividades.) c. * ni-k-tlaxkal-chi:wa s1sg-op3sg-tortilla-hacer Lectura buscada: ‘Hago tortillas.’

La fn en función de objeto puede tener a un poseedor como su dependiente, de tal manera que surge el problema de codificación del poseedor cuando el poseído alienable se incorpora, pues, como ya vimos en 36c, la incorporación del Tipo I no deja un espacio vacante para que éste sea ocupado por otro participante, como sí ocurre con el Tipo II. Por esta razón, formas equiparables a las del Tipo II, en las cuales el poseedor ocupa la posición de op, son agramaticales (37b).

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(37) a. ni-k-namaka mo-tlaol s1sg-op3sg-vender pos2.sg-maíz ‘Vendo tu maíz.’ b. * ni-mitz-tlaol-namaka s1sg-op2sg-maíz-vender Lectura buscada: ‘Te vendo tu maíz.’

En cambio, estructuras como las de 38 son gramaticales porque en éstas no hay un argumento adicional (como el poseedor) que compita por la posición de objeto. (38) ni-tlaol-namaka s1sg-maíz-vender ‘Vendo maíz.’

En la tercera estrategia de pe, las bases n+v resultado del Tipo I de incorporación, como las de 38, requieren del aplicativo que abra la posición sintáctica de objeto que pueda ser ocupada por el poseedor. Compárese la construcción agramatical de 37b con la gramatical en 39. (39) ni-mitz-tlaol-namaki-lia s1sg-op2sg-maíz-vender-apl ‘Te vendo el maíz.’ (Lectura benefactiva; lo hiciste por mí a otra gente.)

Otros pares que ilustran el contraste entre pi y pe por medio de la tercera estrategia se ilustran en 40 y 41. (40) a. ni-h-ko:wa-s mo-tsotsoma s1sg-op3sg-comprar-irr pos2sg-ropa ‘Compraré tu ropa.’ b. ni-mits-tsotsoma-ko:wi-li:-s s1sg-op2sg-ropa-comprar-apl-irr ‘Te compraré la ropa.’ (Lectura benefactiva.) (41) a. ti-k-namaka-k s2sg-op3sg-vender-prf ‘Vendes mi tortilla.’

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no-tlaxkal pos1sg-tortilla

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b. ti-ne:ch-tlaxkal-namak-li s2sg-op1sg-tortilla-vender-apl.prf ‘Me vendiste las tortillas.’ (Lectura benefactiva; lo hiciste por mí a otra gente.)

La primera estrategia de pe (de incorporación) está restringida a sustantivos poseídos de tipo inalienables que refieren a partes del cuerpo, la segunda estrategia (de aplicativo) a sustantivos poseídos de tipo inalienables que refieren a términos de parentesco, mientras que la tercera solamente toma a sustantivos poseídos alienables. Compárense los ejemplos gramaticales en 40b y 41b, que incluyen sustantivos incorporados alienables, con los ejemplos agramaticales de 42b y 43b, cuyos sustantivos incorporados refieren a nombres poseídos pertenecientes a la clase de los inalienables. (42) a.

ni-k-ihta mo-ma:n s1sg-op3sg-ver pos2sg-mano ‘Veo tu mano.’

b.* ni-mits-ma:-ihti-lia s1sg-op2sg-mano-ver-apl Lectura buscada: ‘Te veo la mano.’ (43) a. ti-k-no:tsa s2sg-op3sg-llamar ‘Llamas a mi hijo.’

no-kone:-w pos1sg-hijo-sg.psdo

b.* ti-nech-kone:-no:chi-lia s2sg-op1sg-hijo-llamar-apl Lectura buscada: ‘Me llamas a mi hijo.’

En náhuatl, los sustantivos considerados como parte de la naturaleza, —por ejemplo, mextli, “nube”; kiawitl, “lluvia”; yeyekatl, “aire”—, pertenecen a la clase de los no poseíbles. En este mismo grupo aparecen también los animales no domesticados, como masa:tl, “venado”; tochtli, “conejo”, to:totl, “pájaro”, así como también las plantas y árboles y otros objetos, como tetl, “piedra”, xa:li, “arena”. Todos estos términos no participan en la construcción de pe, como lo muestra el ejemplo agramatical en 44b.

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(44) a. ni-h-wi:ka te-tl s1sg-op3sg-llevar piedra-abs ‘Llevo piedra.’ b.* ni-mits-te-wi:ki-lia s1sg-op2sg-piedra-llevar-apl Lectura buscada: ‘Te llevo la piedra.’

Hay una diferencia notable que separa la tercera estrategia de pe de las dos primeras estrategias. Tanto la estrategia de incorporación (45), como la de aplicativo (46), permiten que el núcleo predicativo de la construcción sea una raíz intransitiva. (45) a.

Ø-pipitska- mo-tlan-wa:n s3pl-rechinar-pl pos2sg-diente-pl.psdo ‘Tus dientes rechinan.’

Estrategia i de pe con raíz intransitiva b. ti-tlan-pipitska-k s2sg-diente-rechinar-prf ‘Te rechinan los dientes.’ (46) a. Ø-pati:-s mo-kone:-w s3sg-curar-irr pos2sg-hijo-sg.psdo ‘Tu hijo se curará.’ Estrategia ii de pe con raíz intransitiva b. ni-mits-pati-li:-s mo-kone:-w s1sg-op2sg-curar-apl-irr pos2sg-hijo-sg.psdo ‘Te curaré a tu hijo.’

Por su parte, la tercera estrategia con incorporación más aplicativo requiere de raíces transitivas en la base verbal. El ejemplo 47b muestra que la construcción con incorporación más aplicativo es imposible con raíces intransitivas. (47) a. Ø-wetsi-k no-tsotsoma s3sg-caer-prf pos1sg-ropa ‘Se cayó mi ropa.’

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b.* ni-tsotsoma-wechi-li s1sg-ropa-caer-apl.prf Lectura buscada: ‘Se me cayó la ropa.’

La estructura agramatical en 47b demuestra que el morfema aplicativo solamente se puede sufijar a bases que tienen uno o dos argumentos para crear verbos monotransitivos o bitransitivos, respectivamente. La incorporación del Tipo I con verbos intransitivos no puede aceptar el sufijo aplicativo, puesto que como resultado de la incorporación n+v de verbos intransitivos, la valencia del verbo de un solo argumento se satura por el elemento incorporado que funciona como sujeto, como lo muestra el ejemplo 48. Por lo tanto, este tipo de verbos incorporados ya no pueden recibir el sufijo -lia porque este sufijo requiere de verbos que puedan atraer un nuevo argumento no central —como el poseedor, visto en los ejemplos de 46— para ampliar dentro de su estructura argumental la función sintáctica de objeto, tal como se ve en el ejemplo 47b. (48) tsotsoma-wetsi-k ropa-caer-prf ‘Cayó ropa.’ (Lit. ‘Ropa-cayó.’)

En resumen, la tercera estrategia de pe, en náhuatl presenta tres restricciones: i) el sustantivo poseído debe de pertenecer a la clase de los alienables; ii) el poseedor tiene que ser un constituyente de una fn en función de paciente; iii) el predicado que interviene en esta estrategia debe de ser transitivo. 4.4.3.1. La distinción semántica entre pi y pe

La distinción semántica entre las construcciones de pi y las construcciones de pe con incorporación más aplicativo es paralela a la que se obtiene de las otras dos estrategias. La construcción de pe refiere a eventos que identifican al poseedor semántico­como un participate afectado por la acción codificada por el verbo. Esta lectura no se obtiene en la construcción de pi. La afectación del participante puede ser benefactiva o malefactiva dependiendo de la semántica del verbo base, como lo muestran los ejemplos 49b, 50b y 51b.

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(49) a. ni-k-chi:wa mo-tlaxkal s1sg-op3sg-hacer pos2sg-tortilla ‘Hago tus tortillas.’ (Una o varias veces.) b. ni-mits-tlaxkal-chi:wi-lia s1sg-op2sg-tortilla-hacer-apl ‘Te hago tus tortillas.’ (Para ayudarte o porque eres mi esposo.) (50) a. ni-k-im-pia mo-chka-wa:n s1sg-op3-pl-cuidar pos2sg-borrego-pl.psdo ‘Cuido a tus borregos.’ b. ni-mits-ichka-pia-li s1sg-op2sg-borrego-cuidar-apl.prf ‘Te cuidé tus borregos.’ (Fui tu pastor por mucho tiempo.) (51) a. ni-k-siotoma-s mo-tsotsoma s1sg-op3sg-rasgar-irr pos2sg-ropa ‘Voy a romper/rasgar tu ropa.’ (Para hacer remiendos y reutilizarla) b. ni-mits-tsotsoma-siotomi-li s1sg-op2sg-ropa-rasgar-apl.prf ‘Te rompí tu ropa.’ (Rompí tu ropa porque estaba enojada y con eso me he desquitado de lo que me has hecho.)

4.5. Conclusiones

A manera de resumen, en este trabajo he mostrado que el náhuatl de Amanalco presenta tres tipos de construcciones de pe: 1. Con incorporación; 2. Con aplicativo; 3. Con incorporación más aplicativo. Los tres tipos de construcciones de pe presentan restricciones en cuanto a su formación, tanto en lo referente al sustantivo poseído, a las funciones sintácticas que tienen acceso los poseedores dentro de la construcción, a los predicados que

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entran en la construcción y a la lectura semántica que resulta con cada tipo de construcción. La marcación que toma lugar en la construcción posesiva del náhuatl de Amanalco permite establecer la distinción entre sustantivos alienables e inalienables, y dentro de los inalienables se puede reconocer formalmente una subclase de sustantivos inherentes. A su vez, los sustantivos poseíbles (alienables e inalienables) contrastan con los no poseíbles. Por otro lado, las construcciones de pe trastocan esta subclasificación morfológica presente en el interior de la fn. La subclasificación que se obtiene a partir del comportamiento de los sustantivos posesivos dentro de la construcción de pe sigue los mismos principios que rigen la clasificación de sustantivos por posesión en el interior de la fn (relación establecida versus. inherente) pero la organización de las subclases es distinta, como se puede observar en el cuadro 4.4. Cuadro 4.4

Clasificación por posesión y la construcción de pe Relación de posesión

Tipo de sustantivos posibles

Ejemplos

No poseídos

tetl, ‘piedra’

pe

masa:tl, ‘venado’ Relación establecida

Alienables

Inalienables

Relación inherente

No inherentes

Inherentes

chichi, ‘perro’ cha:ntli, ‘casa’

pe Tipo 3: incorporación más aplicativo

i-kni-w, ‘su hermano’ i-we:lti-w, ‘su cuñada’

pe Tipo 2: aplicativo

i-ma:n, ‘su mano’ i-yol, ‘su semilla’

pe Tipo 1: incorporación

i-yes-yo, ‘su sangre’

Fuente: elaboración propia

Como se puede ver en el cuadro 4.4, la construcción de pe del Tipo 1 toma sustantivos inalienables tanto de la subclase de los inherentes como de las partes del cuerpo que son no inherentes. La construcción de pe del Tipo 2 toma únicamente una subclase de los sustantivos inalienables, los que refieren términos de

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parentesco. Finalmente, la construcción de pe del Tipo 3 toma a los sustantivos alie­nables. En lo que se refiere a las funciones sintácticas a las que tiene acceso el poseedor en la construcción de pe, se presentan las siguientes restricciones: el poseedor, en el Tipo 1, puede ser codificado como sujeto de verbos intransitivos, o bien, como objeto primario de verbos transitivos; en el Tipo 2 y 3, el poseedor, dentro de la construcción de pe, puede ser codificado únicamente como objeto primario de verbos transitivos. En términos sintácticos, en las construcciones de pe del primer tipo, el elemento poseído es incorporado, mientras que en el segundo tipo, el elemento poseído es degradado sintácticamente a un objeto secundario. Por otro lado, en el tercer tipo, el elemento poseído es inerte en el compuesto (n+v), cuando éste es incorpo­ rado, ya que el elemento resultante del compuesto es un verbo intransitivo. La construcción de pe de los Tipos 1 y 2 permite tener como núcleos predi­ cativos a raíces tanto intransitivas como transitivas, mientras que el Tipo 3 sólo permite raíces transitivas. Respecto a la distinción semántica entre las construcciones de pi y las construc­ ciones de pe, los tres tipos hacen una clara distinción en el grado de afectación del participante que funciona como poseedor. La construcción de pe marca explícitamente que el poseedor es un participante altamente afectado por la acción que expresa el verbo, mientras que esta implicación no se obtiene con la construcción de pi. El estudio de la pe en el náhuatl de Amanalco permite corroborar la pertinencia­ de la tipolología de incorporación nominal propuesta por Mithun (1984). Las construcciones de pe del Tipo 1 corresponden al proceso de incoporación por manipulación de caso (Tipo II), mientras que las construcciones de pe del Tipo 3 tienen como base la incorporación por composición (Tipo I), es decir, una incorpo­ ración para la formación de nuevo léxico (n+v), al cual se le sufija el aplicativo para crear la posición de argumento central de objeto al poseedor semántico. Al igual que las otras lenguas mesoamericanas en las que se ha estudiado la pe por medio del uso de aplicativos, la construcción aplicativa del náhuatl requiere que el participante poseedor se marque en dos lugares dentro de la cláusula, como argumento central y externo a la frase posesiva, y como dependiente directo interno­ a la frase posesiva. De forma diferente al oluteco (Zavala Maldonado, 1999) y al tzotzil (Aissen, 1979), el náhuatl usa la construcción aplicativa para codificar como objeto primario el poseedor de sujeto de verbos intransitivos y el poseedor de objeto­

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de verbos transitivos, mientras que las otras lenguas investigadas en Mesoamérica no usan esta construcción con raíces intransitivas con poseedores de ­sujetos. Desde el punto de vista contrastivo, no se había reportado para Mesoamérica la construcción de pe del Tipo 3. Un estudio más detallado de esta construcción en otras lenguas de Mesoamérica y áreas circunvecinas al norte y al sur nos va a permitir saber si esta construcción es un desarrollo independiente de esta variante del náhuatl o si es compartida por otras variantes o lenguas de esta familia y de otras familias dentro y fuera del área.

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5. La construcción de posesión externa con aplicativo en zoque dentro del contexto mesoaméricano1 Roberto Zavala Maldonado*

5.1. Introducción

El término “posesión externa” (pe) refiere a las construcciones en las que el poseedor (psr) semántico de un sustantivo poseído (possessum) (psdo) se codifica afuera del sintagma nominal con el cual guarda una relación de dependencia formal y semántica. En las estructuras de posesión externa, el poseedor se expresa en forma de argumento central de algunos de los tipos básicos de predicados de la lengua: ­intransitivos, transitivos, bitransitivos (Payne y Barshi, 1999: 3). La familia de construcciones de posesión externa ha sido un área que ha despertado gran interés en la investigación de corte teórico, tipológico y contrastivo en años recientes (Blake, 1984; König y Haspelmath, 1998; Haspelmath, 1999; Payne y Barshi (eds.) 1999, inter alia). Para la evaluación de los parámetros estructurales y semánticos que entran en juego en el análisis contrastivo, han sido fundamentales los estudios de­ ta­llados de casos en lenguas particulares, como los que se han hecho para varios tipos estructurales de pe presentes en lenguas mesoamericanas (Aissen, 1979; 1987; Capistrán-Garza, 2006; Constable, 1989; Levy, 2002; Marlett, 1986; Palancar, 2009; Polian, 2009; Zavala Maldonado, 1999; entre otros; véase también el capítulo 4). 1

El presente estudio fue posible gracias al apoyo del Proyecto para la Documentación de Lenguas de Mesoamérica financiado por la National Science Foundation, la Fundación Salis Mundi y el Instituto­ Nacional de Lenguas Indígenas. Agradezco profundamente a mis maestros zoques: José del Carmen Juárez, de la cabecera de Tecpatán, Chiapas; Nicolás Velásco Díaz, de Jaconá, municipio de Pantepec; Samuel Ávila y Domingo Gómez Domínguez, del municipio de Chapultenango; Pedro González y Primitivo González, de Ejido Calido, municipio de Jitotol, y a todos mis colegas, maestros y estudiantes­ que me han ayudado a entender este fenómeno en las familias mixezoque, maya y otras lenguas de Mesoamérica. Agradezco también a Judith Aissen y a los miembros del Seminario de Lenguas Indígenas de México: Alejandra Capistrán, Paulette Levy, Michael Knapp, Eladio Mateo, Enrique L. Palancar, Valentín Peralta, Gilles Polian y Verónica Vázquez, quienes me han escuchado y llenado de preguntas durante la presentación de los avances de esta investigación en distintos foros académicos. Un agradecimiento a B’alam, Vero, El Polivoz y Enrique por sus comentarios detallados al ­manuscrito.

* ciesas-Sureste.

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En español y en muchas otras lenguas, la construcción de posesión externa convive con una estructura en la que el poseedor se codifica como un dependiente­ del elemento poseído, es decir, coexiste con una estructura de posesión interna (pi), como se ejemplifica en el par de 1. En 1a, el poseedor de primera persona, resaltado con subrayado, es parte del sintagma nominal en función de sujeto que tiene como núcleo al poseído “manos”, mientras que en la estructura de pe ilustrada en 1b, el mismo poseedor, en forma de pronombre dativo, se expresa como un constituyente distinto al sujeto que aparece en su forma no poseída, “las manos”. (1) a. Posesión interna (pi) Mis manos tiemblan. b. Posesión externa (pe) con poseedor como dativo Me tiemblan las manos.

Cuando se contrasta la semántica de las construcciones de pi con las de pe, queda claro que estas últimas codifican de manera especial la afectación del poseedor que es puesta en primer plano (Shibatani, 1994). Además, los estudios de corte tipológico han demostrado que otro parámetro fundamental que favorece el uso de estructuras de pe es la proximidad física entre el poseedor y el poseído, de tal manera que, en varias lenguas del mundo, las construcciones de pe sólo son posibles cuando el elemento poseído refiere a partes del cuerpo, partes de un todo o a entidades que, desde el punto de vista gramatical, son tratadas como inalienables (Payne y Barshi, 1999; Velázquez-Castillo, 1996; Zavala Maldonado, 1999; entre otros), siendo que las estructuras de pi no presentan estas restricciones. La estructura ejemplificada en 1b, conocida como construcción de pe con dativo, ilustra la construcción de pe más común en el área lingüística europea (Haspelmath, 1999: 119) y que también se ha reportado, dentro del área de Mesoamérica, en el otomí (Palancar, 2009). Aparte del tipo más común dentro del área europea, existen otras tres estrategias de pe que son los tipos más comunes fuera de esa área lingüística. Estos tres tipos son: i) pe en la que el poseedor se codifica­como argumento central y el poseído como oblicuo, ilustrado en 2 con un ejemplo de yoruba (familia niger-congo); ii) pe en la que el poseedor se codifica­ como argumento central y el poseído se incorpora al predicado, ilustrado en 3 con un ejemplo de blackfoot (familia algonquina); iii) pe en la que el poseedor se “promueve” a la posición de argumento central mediante el uso de morfología aplicativa­ y el poseído pasa a tener un estatus secundario desde el punto de vista sintáctico, ilustrado en 4a con un ejemplo de kalkatungu (familia australiana) y en 4b con un

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ejemplo de okanagano (familia salishana). Nótese que en 4b, a diferencia de 4a, el poseedor permanece como dependiente del sintagma poseído. En los siguientes ejemplos, el poseedor en función de argumento central aparece subrayado, y el poseído en cursivas. (2)

yoruba ó jí mi l’ ówó gbé él robar me en dinero llevar ‘Él me robó mi dinero.’ (lit. ‘Él me llevó en dinero.’) (Haspelmath, 1999: 119.)

(3) blackfoot nít-ssik-o’kakín-aw óma nínaawa 1suj-romper-espalda-3o aquel hombre ‘Le rompí la espalda al hombre.’ (Mithun, 1984: 858.) (4) a. kalkatungu kalpin-tu lha-nytyama-mi-kin nyini thuku hombre-erg golpear-apl-fut-inter tú:abs perro:abs ‘¿Golpeó el hombre a tu perro?’ (Haspelmath, 1999: 120.) b. okanagano k͟ w͟ u͟ ͟ am-ł-t-ís i-sqwsí 1sg.o alimentar-apl-transitivo-3s 1sg.psr-hijo ‘Él alimentó a mi hijo.’ (Kiyosawa y Gerdts, 2010: 164.)

Dentro del área lingüística de Mesoamérica, la segunda estrategia se ha reportado en lenguas totonacanas, náhuatl y lenguas mixezoques, mientras que la tercera­ estrategia es la más común en lenguas de diversas familias del área: totonacana, mixezoqueana, maya (de las ramas tseltalana y huastecana), p’orhépecha, yutoazteca­ (cora, huichol y náhuatl). Las diversas variedades de zoque chiapaneco presentan las tres estrategias de pe comunes fuera del área europea. Estas estrategias serán discutidas con datos de zoque de Tecpatán, Copainalá, Pantepec y Chapultenango. La primera estrategia, con poseedor (psr) como argumento central y poseído (psdo) como oblicuo, se ilustra en el ejemplo 5b.2 En 5a se muestra la estructura 2

Los ejemplos del zoque se presentan en cuatro líneas. La primera es una representación, aunque no fonética, sí cercana a las emisiones del hablante aplicando las reglas morfofonémicas de la lengua. La segunda línea representa las formas base o subyacentes de los morfemas. La tercera línea incluye las

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de pi en la cual el sujeto del verbo intransitivo es un sintagma nominal poseído cuyo poseedor se expresa en dos lugares dentro del sintagma: como pronombre genitivo y como prefijo posesivo. En contraste, la construcción con pe, en 5b, codifica al psr como sujeto, con las marcas propias de sujeto de verbo intransitivo (prefijo absolutivo y enclítico absolutivo), y al psdo como un sintagma oblicuo, marcado por la posposición =pit. Nótese que en 5b el verbo toma un prefijo aplicativo ko-, y también que el argumento oblicuo mantiene la marca de posesión, es decir, el psr se registra en dos lugares en la cláusula: como argumento central del verbo y como dependiente del sintagma oblicuo. La estrategia de pe ilustrada en 5b no tiene restricciones respecto al sustantivo que funciona como psdo, es decir, el sustantivo poseído puede ser inalienable o alienable. Además, desde el punto de vista semántico, la construcción de pe hace explícito que el psr es un participante afectado, mientras que la construcción de pi no implica que el psr sea un participante afectado. (5) zoque de Tecpatán a. kau mis yÕmo Ø-ka-u mis n-yomo 3abs-morir-com pro2gen 2psr-mujer ‘Se murió tu mujer.’ b. ngyokau mij yÕmopit ny-ko-ka-u=mij n-yomo=pit 2abs-apl:mal-morir-com=pro2abs 2psr-mujer=con ‘Se te murió tu mujer.’ (Lit. ‘Te moriste con/por tu mujer.’)

La segunda estrategia, con sustantivo poseído incorporado, se ilustra en el ejem­ plo 6. En ésta, el psr se codifica como argumento central, mientras que el psdo incorporado es inerte desde el punto de vista sintáctico. Este tipo de pe ha sido discutido por Mithun (1984), dentro de su tipología de incorporación nominal, como un caso en el que se recurre a la incorporación para manipular las relaciones glosas de los morfemas, mientras que la cuarta es la traducción de los ejemplos. Los símbolos utilizados­ en la primera y segunda línea siguen las convenciones de ipa, a excepción de los siguientes casos: Las vocales nasales en la primera línea se representan acompañadas de un acento circumflejo , el glide [j] se representa como , la aspirada [h] como , la africada alveolar [ts] se representa como , la africada palatal sorda [t∫] como , la africada palatal sonora [d3] como y la nasal velar [] como .

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gramaticales por el hecho de que los argumentos de la oración se reacomodan,­de tal manera que en la estructura con pe el dependiente (poseedor) pasa a ser un argumento central, mientras que el núcleo del sintagma (el poseído) abandona su estatus de argumento central y pasa a ser parte del verbo compuesto. En 6, el psr semántico se expresa como sujeto absolutivo y el psdo forma parte de la base verbal.­Este tipo de estructura de pe requiere una íntima proximidad física entre las entidades que refieren al psdo y al psr, por lo que únicamente se permiten elementos poseídos de la clase de los inalienables, como los sustantivos que refieren a las partes del cuerpo y las subpartes de objetos, así como algunos términos de parentesco,­tal como se ejemplifica en 6. (6) zoque de Tecpatán yÕmokokau mij ny-yomo-ko-ka-u=mij 2abs-mujer-apl:mal-morir-com=pro2abs ‘Enviudaste.’ (Lit. ‘Tú mujer-moriste.’)

A la tercera estrategia, que recurre a un morfema aplicativo, se le conoce con el término “ascensión del poseedor”, o “promoción del poseedor” heredado de la teoría de la gramática relacional (Aissen, 1979; 1987; Bell, 1983; Haspelmath, 1999; entre otros). En esta estrategia, el psr en función de dependiente de un psdo en función de objeto pasa a ser un objeto sintáctico del verbo con derivación aplicativa. En tsotsil, por ejemplo, el psr en la construcción de pi sólo se marca como dependiente del psdo, como en 7a, mientras que en la construcción de pe que toma derivación aplicativa, el psr se marca en dos lugares dentro de la cláusula: en el verbo, como el argumento absolutivo en función de objeto primario, y como dependiente del núcleo del sintagma nominal en función de objeto secundario, como se ilustra en 7b. (7) tsotsil a. a-mil k-ol 2erg-matar 1psr-hijo ‘Mataste a mi hijo.’ (Aissen, 1987: 141.) b. a-mil-b-on jutuk k-ol 2erg-matar-apl:r-1abs un 1psr-hijo ‘Mataste a alguno de mis hijos.’ (Aissen, 1987: 126.)

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La tercera estrategia exhibe un grupo de propiedades muy semejantes en todas las lenguas de Mesoamérica para las que se ha documentado este tipo de pe. Dentro­ de esta área lingüística, la estrategia es común con verbos monotransitivos que dan como resultado verbos bitransitivos, y es menos común con verbos intransitivos que dan como resultado verbos monotransitivos. En todas las lenguas mesoameri­ canas que comparten la tercera estrategia, el aplicativo que aparece en la construcción de pe es el mismo que introduce al receptor o argumento r en construcciones con dos objetos. En la construcción de pe en las lenguas de Mesoamérica, el psr pasa a ser el objeto primario y el psdo ocupa la posición de objeto secundario de la cláusula (Dryer, 1986). Además, a excepción del p’orhépecha, en la gran mayoría­ de estas lenguas de Mesoamérica sobre las que se ha discutido esta estructura, el poseedor semántico se registra en dos lugares de la cláusula: como objeto primario y como dependiente del sintagma en función de objeto secundario.­El zoque chiapaneco de Chapultenango es otro ejemplo que ilustra las propiedades compartidas por todas las lenguas mesoamericanas reportadas hasta hoy que recurren a la estrategia aplicativa con promoción de psr a objeto primario. El ejemplo 8a es una construcción de pi en la que el psr se registra como dependiente del núcleo poseído­ que funciona como único objeto de la cláusula monotransitiva. En contraste, en 8b se ilustra la construcción de pe con el sufijo aplicativo -jay, donde el psr funciona como objeto primario, registrado en el verbo por el proclítico absolutivo­de segunda persona ny-. Nótese además, en 8b, que el psr no sólo se marca en el verbo como objeto primario, sino que aparece también marcado dentro­del sintagma nominal que funciona como objeto secundario por medio del posesivo­n=, la marca de plural -ta/m y el pronombre genitivo min, todos marcadores con referencia a segunda persona. (8) zoque de Chapultenango a. iis cheu te min ndukuram i=is i=tze-u te min n=tuku=tam quién=erg 3erg=lavar-com det pro2gen 2psr=ropa=pl ‘¿Quién lavó su ropa de ustedes?’ b. iis ndzyejayu te min ndukuram i=is ny=tze-jay-u te quién=erg 2abs=lavar-apl:r-com det ‘¿Quién les lavó su ropa de ustedes?’

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min n=tuku=tam pro2gen 2psr=ropa=pl

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A diferencia de la construcción de pe ilustrada en 8b con datos de Chapultenango, en algunas variantes centrales y nororientales del zoque chiapaneco, como las de Tecpatán, Copainalá y Pantepec, se presentan rasgos morfosintácticos que no se han reportado en ninguna otra lengua mesoamericana que recurre a la construcción de pe con aplicativo para codificar mayor afectación del poseedor. En estas variantes centrales, los verbos monotransitivos toman el aplicativo que introduce al argumento r, -jay, en contextos donde el poseedor del tema es un argumento extratemático dentro de la construcción, es decir, es un participante que no forma parte de la valencia de la raíz verbal. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con las variantes del zoque norteño y con las demás lenguas mesoamericanas que presentan la construcción de pe con aplicativo, en el zoque central y al­ gunas­variantes del zoque nororiental, el psr no “asciende” a la posición de objeto­ primario de la cláusula, sino que permanece marcado únicamente como dependiente en el interior del sintagma nominal poseído. Estas peculiaridades se ilustran con ejemplos del zoque de Tecpatán. En 9a se ejemplifica la construcción de pi sin aplicativo, en la cual el psr se marca en el sintagma en función de objeto, tanto con el proclítico posesivo como con el pronombre genitivo. El ejemplo 9b ilustra la construcción aplicativa en la cual no se registra la “ascensión” del psr a objeto primario, es decir, el psr queda registrado únicamente en su posición original dentro del sintagma nominal posesivo. Finalmente, el ejemplo agramatical en 9c deja claro que el psr del tema no puede tomar la posición de objeto primario en estas variedades del zoque a pesar de que el verbo toma una marca de aplicativo. Compá­ re­se­la forma gramatical con ascensión que se ilustró en el ejemplo 8b de Chapultenango, en la cual el poseedor semántico se marca como objeto primario en el verbo con el prefijo absolutivo de segunda persona, en contraste con la forma agramatical de Tecpatán que se ilustra en 9c, en el que el poseedor semántico se marca como objeto primario en el verbo con el enclítico absolutivo de segunda persona. (9) zoque de Tecpatán a. ngokenyajus mis ũne n-ko.ken-yaj-u=s mis n-une 1erg-cuidar-pl-com=pro1erg pro2gen 2psr-hijo ‘Cuidé a tus hijos.’ b. ngokenjayajus mis ũne n-ko.ken-jay-yaj-u=s mis n-une 1erg-cuidar-apl:r-pl-com=pro1erg pro2gen 2psr-hijo ‘Te cuidé a tus hijos.’

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c. * ngokenjayajusmij mis ũne n-ko.ken-jay-yaj-u=s=mij mis n-une 1erg-cuidar-apl:r-pl-com=pro1erg=pro2abs pro2gen 2psr-hijo Lectura buscada: ‘Te cuidé a tus hijos.’

La construcción en 9b ofrece varios desafíos, tanto descriptivos como teóricos, que requieren explicación. En primer lugar, se requiere de un cuerpo de datos exhaustivos y confiables que den cuenta de la distribución geográfica de este patrón de pe “sin ascensión” en las diversas variedades de zoque. En segundo lugar, se requiere comparar esos datos con estructuras de pe en otras formas zoqueanas dentro y fuera de Chiapas para indagar si la construcción es un desarrollo independiente e innovador, o una estructura conservadora heredada de la protolengua de la rama zo­queana o incluso del protomixezoqueano. En tercer lugar, es necesario hacer explícitas las similitudes y diferencias que tiene esta construcción de pe presente en zoque central y nororiental en relación con otras lenguas mesoamericanas con el fin de ofrecer una caracterización de sus propiedades formales. Finalmente, se requiere­evaluar con evidencias estructurales la viabilidad de las diversas hipótesis que puedan explicar el estatus morfosintáctico que tiene el poseedor en la estructura­ de pe sin ascensión. Este capítulo está organizado de la siguiente manera. Comienzo presentando las características básicas del zoque central que son necesarias para entender la construcción de pe con aplicativo. A continuación, discuto el conjunto de funciones­ semánticas entre las que se distribuye el grupo de construcciones que presentan el aplicativo -jay, y entre las cuales está la construcción de pe, luego, presento los rasgos básicos y la distribución de la construcción aplicativa en lenguas de Mesoamérica, en general, y lenguas mixezoqueanas, en particular. En la sección titulada “El estatus de los objetos en la construcción de pe”, hago una evaluación de tres análisis distintos que explicarían el estatus sintáctico de los dos objetos en la construcción bitransitiva de pe del zoque central y nororiental. Finalmente, en la sección ultima, ofrezco un resumen y conclusiones. 5.2. Características básicas del zoque

El zoque es una lengua de la familia mixezoqueana que presenta dos ramas: la mixeana y la zoqueana. Las lenguas mixeanas son: el oluteco, el sayulteco, las distintas lenguas mixeanas de oaxaca y el extinto tapachulteco. Por otro lado, las lenguas zoqueanas se dividen en dos grupos: zoqueano del Golfo y zoqueano propiamente. Las lenguas zoqueanas del Golfo son: el soteapaneco (también

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llamado­popoluca de la Sierra), el texistepequeño y el ayapaneco. Las lenguas zoqueanas­propiamente son: el zoque de San Miguel Chimalapa, el zoque de Santa­ María Chimalapa, el zoque chiapaneco y el jitotolteco.3 El zoque chiapaneco presenta cuatro áreas dialectales: sureño (Tuxtla Gutiérrez, Berriozabal, San Fernando, Ocozocuautla), norteño (Francisco León, Ostuacán), central (Copainalá, Tecpatán­, Coapilla), nororiental (Chapultenango, Pantepec, Rayón, Ocotepec, Tapilula,­Tapalapa, Amatán, Tapijulapa, Oxolotán). En esta sección ilustro las características gramaticales básicas del zoque chiapa­ neco tomando como referencia el zoque de Tecpatán, el cual es una variedad del zoque central muy semejante al zoque de Copainalá y algo más divergente del zoque de Pantepec que forma parte de las variedades del zoque nororientales. El zoque de Tecpatán es una lengua de orden flexible, de argumentos con pre­ ferencia por las estructuras vo, aunque la lengua comparte los rasgos característicos de las lenguas ov, al igual que todos las lenguas mixezoqueanas: la lengua cuenta con posposiciones, presenta un orden en el que el sintagma nominal en referencia al poseedor precede al sintagma nominal que refiere al poseído, cuenta con estructuras en las que el auxiliar se sufija al verbo principal y formas incorporadas en las que el sustantivo precede al verbo. Al igual que otras lenguas mixezoqueanas, el zoque es una lengua polisintética con complejos verbales que aglutinan morfemas que expresan varias categorías gramaticales y semánticas (persona, número,­cambios de valencia, polaridad, modo, aspecto, argumentos incorporados,­adverbios incorporados, auxiliares flexivos, entre otros). El zoque de Tecpatán es una lengua de marcación doble, es decir, marca los argumentos centrales en el núcleo y marca caso en los argumentos externos (Nichols, 1986). Tal como lo veremos en la sección sobre el patrón de alineamiento de los argumentos centrales, la lengua presenta asimismo un alineamiento ergativo que distingue el argumento a de s y o, con marcación jerárquica. 5.2.1. Los posesivos y el sintagma posesivo

El zoque no presenta una distinción explícita entre los sustantivos alienables versus. inalienables, ya que todos los sustantivos pueden ser marcados por los mismos morfemas posesivos y todos los sustantivos aparecen en su forma no marcada 3

El jitotolteco es una lengua de la rama zoqueana que recientemente he identificado como una lengua distinta respecto a las variantes de zoque que forman el continuo dialectal que em­pieza en el sur, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y llega hasta el norte, a Teapa y Tapijulapan, en el estado de Tabasco.

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cuando no presentan morfología posesiva. El paradigma completo de posesivos en coocurrencia con el sustantivo k, “mano”, aparece en 10. En este paradigma se distinguen tres formas singulares y cuatro plurales. En las formas de primera persona plural hay una oposición entre inclusivo y exclusivo. Nótese que el sustantivo en función de núcleo del sintagma posesivo aparece marcado por medio de un prefijo posesivo. Además, en el caso de la segunda y tercera persona plural, los sustantivos toman el clítico plural =ta. Obsérvese que solamente hay dos formas distintas de prefijos posesivos, una para participantes del acto de habla (n-) y otra para terceras personas (y-). Nótese que la relación de poseedor se marca en dos lugares en el sintagma: a) con los morfemas posesivos ligados al sustantivo en función de núcleo y b) con pronombres con caso genitivo en posición previa al núcleo, es decir, la lengua presenta un patrón de marcación doble, tanto en el núcleo como en el dependiente. (10) Paradigma de posesivos del zoque de Tecpatán 1ª sg s n-k ‘mi mano’ 2ª sg mis n-k ‘tu mano’ 3ª sg ws y-k ‘su mano’ 1ª pl.incl t n-k ‘nuestra (inclusivo) mano’ 1ª pl.excl ts n-k ‘nuestra (exclusivo) mano’ 2ª pl mis n-k=ta ‘su mano de ustedes’ 3ª pl ws y-k=ta ‘su mano de ellos’

Cuando la referencia del poseedor es tercera persona, el dependiente puede ser un pronombre o un sintagma con marca de caso genitivo, como en 11. Nótese que se mantiene el orden en el cual el psr precede al psdo lo que es esperado en las lenguas ov. (11) te komista nyoaj tec te komi=s=ta det santo=gen=pl ‘La vela de los santos.’

y-noaj 3psr-vela

En zoque, las marcas de caso genitivo y los prefijos posesivos son idénticos a las marcas ergativas que ocurren con verbos transitivos, como se verá en el siguiente­ apartado.

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5.2.2. El patrón de alineamiento de los argumentos centrales

Al igual que el resto de las lenguas mixezoqueanas, el zoque de Tecpatán tiene un patrón de alineamiento ergativo que se manifiesta en tres lugares en la cláusula: a) en la marcación de persona prefijada al verbo, b) en el paradigma de clíticos pronominales para participantes del acto de habla, y c) en la marca de caso cliticizada al sintagma nominal en función de a. El argumento a de oraciones transitivas se expresan por marcadores distintos a los que expresan tanto el argumento s de oraciones intransitivas como el argumento o de oraciones transitivas. Además, el paradigma de marcadores que expresan el argumento a también funciona como poseedor de sustantivos (marcado como g, “genitivo”, en el cuadro 5.1). Esto se resume en el cuadro 5.1. CUADRO 5.1 Alineamiento ergativo del zoque

erg a g

abs s o

Fuente: elaboración propia.

El patrón ergativo se muestra en el siguiente juego de ejemplos, en los cuales la segunda persona cumple las tres funciones básicas presentes en oraciones transitivas e intransitivas: a en 12, s en 13a, y o en 13b. Nótese que tanto el prefijo de persona como el pronombre cliticizado al verbo para marcar la segunda persona ergativa, que aparece en 12, son distintos a las marcas de segunda persona absolutiva­ de los ejemplos 13a y 13b. Además, el ejemplo 12 ilustra la ausencia de caso explícito­en el sintagma nominal de tercera persona en función de o, mientras que el mismo sintagma en función de a, en 13b, recibe la marca de caso ergativo de forma explícita. Por lo tanto, el zoque comparte con muchas otras lenguas ergativas­ el patrón en el cual el caso marcado es el ergativo y el no marcado es el absolutivo. (12) mbatumis ngwan tec n-pat-u=mis n-kwan 2erg-encontrar-com=pro2erg clf-Juan ‘Encontraste a Juan.’

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(13) a. mbyujtumij tec ny-put-u=mij 2abs-salir-com=pro2abs ‘Saliste.’ b. ngwanis mbyatumij n-kwan=is ny-pat-u=mij clf-Juan=erg 2abs-encontrar-com=pro2abs ‘Juan te encontró.’

Además del alineamiento ergativo, el zoque es una lengua jerárquica en la marcación de los prefijos de persona que se ligan al verbo (Zavala Maldonado, 2007a). Los verbos transitivos del zoque solamente reciben un solo prefijo de persona, ya sea éste ergativo, como en 12, o absolutivo, como en 13b. La selección del prefijo va a depender del estatus que tenga el argumento dentro de la jerarquía de persona que opera en esta lengua, en la que los participantes del acto de habla (primera y segunda persona) son más altos que la tercera persona. Por ejemplo, en la oración ejemplificada en 12, el argumento marcado en el verbo es el a porque la segunda persona es más alta en la jerarquía que la tercera persona en función de o. Por el mismo principio, en 13b se marca el o (segunda persona) y no el a (tercera persona), porque la segunda persona es el argumento más alto respecto a la tercera persona dentro de la jerarquía que opera en la lengua. El paradigma que muestra la marcación de persona singular aparece en el cuadro 5.2. Dentro del paradigma del cuadro 5.2 solamente se presentan los morfemas obligatorios. Nótese que los pronombres de tercera persona, tanto ergativos como absolutivos, no se incluyen dentro del paradigma, porque se manifiestan de forma no obligatoria, por tratarse de una lengua de marcación en el núcleo. Obsérvese también que la parte inferior derecha del cuadro 5.2 aparece vacía porque el objeto­ de tercera persona no se manifiesta en ninguna combinación de persona en la lengua, por ser la tercera persona el argumento más bajo en la jerarquía de persona. Las dos áreas sombreadas en el cuadro 5.2 refieren a combinaciones en las que tanto a como o son participantes del acto de habla. A estas combinaciones se les conoce como “locales”, y en el zoque requieren la presencia de un prefijo de persona en referencia al agente y los dos enclíticos pronominales con marca de caso.

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CUADRO 5.2

Pronominales singulares en zoque de Tecpatán A 1SG

n-V=s 1erg-V=pro1erg

S (1:3)

O

Ø-V=j 1abs-V=pro1abs

Ø-V=j (3:1) 1abs-V=pro1abs

ny-V=mij 2abs-V=pro2abs

ny-V=mij (3:2) 2abs-V=pro2abs

n-V=s=mij (1:2) 1erg-V=pro1erg=pro2abs 2SG

n-V=mis (2:3) 2erg-V=pro2erg n-V=mis=j (2:1) 2erg-V=pro2erg=pro1abs

3SG

y-V (3:3) 3erg-V

Ø-V 3abs-V

*

Fuente : elaboración propia.

En los ejemplos 12 y 13 se ilustró la marcación doble (en el verbo y en el sintagma nominal) de argumentos ergativos y absolutivos con referencia a una segunda persona; este patrón es el mismo que se presenta con todos los participantes­del acto de habla (marcación con prefijo de persona en el verbo y clítico pronominal). El mismo tipo de marcación doble se manifiesta cuando ambos argumentos de la cláusula transitiva (a y o) son terceras personas, como se ilustra en 14, donde el sintagma nominal en función de a toma un clítico de caso ergativo además de que el verbo toma el prefijo de persona ergativo. (14) mãnyuis kyutu te kyutkuy tec n-manyu=is y-kut-u te y-kutkuy clf-Manuel=erg 3erg-comer-com det 3psr-comida ‘Manuel comió su comida.’ 5.2.3. El patrón de alineamiento de objetos en oraciones bitransitivas

El zoque presenta un único verbo bitransitivo, el verbo tzi, “dar”. Este verbo no requiere derivación aplicativa para codificar tanto al argumento tema (t) como al argumento receptor (r) como objetos sintácticos que son parte de la estructura

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argumental del predicado. En 15a, el sintagma nominal tum kayu, “un caballo” refiere al t, mientras que las marcas absolutivas de segunda persona, tanto el prefijo de persona como el enclítico pronominal, expresan el r. El ejemplo en que 15b muestra que el argumento r con referencia a tercera persona, a diferencia de lo que ocurre con los r que refieren a los participantes del acto de habla, no dispara marcas de persona o clíticos absolutivos en el verbo. (15) a. ngwanis ndzyiumij tum kayu tec n-kwan=is ny-tzi-u=mij tum kayu clf-Juan=erg 2abs-dar-com=pro2abs un caballo ‘Juan te dio un caballo.’ b. ngwanis chiu tum kayu te yomo n-kwan=is y-tzi-u tum kayu te yomo clf-Juan=erg 3erg-dar-com un caballo det mujer ‘Juan le dio un caballo a la mujer.’

El tipo de marcación en los prefijos de persona y en los enclíticos pronominales­ en el verbo en 15a muestra que el zoque es una lengua con alineamiento secundativo­ (Malchukov et al., 2007) para los objetos, porque la marcación del paciente en las oraciones monotransitivas, como en 13b, registra el mismo patrón de marcación que el argumento r de las oraciones bitransitivas, como en 15a, mientras que el argumento t de los bitransitivos recibe un tratamiento distinto que se hace evidente­ en las pruebas de comportamiento. Existen dos evidencias que demuestran que el zoque es una lengua en la que el t funciona como objeto secundario y el r como objeto primario (Dryer, 1986). En primer lugar, es el r, y no el t, el argumento que funciona como blanco anafórico de la construcción recíproca, como en 16. (16) mijta nandzyitamatju kayu tec mij-ta nay-ny-tzi-tam-atj-u kayu pro2abs-pl rr-2abs-dar-2pl-pas-com caballo ‘Se dieron caballos entre ustedes.’

En segundo lugar, es el r, y no el t, el argumento que funciona como sujeto de la construcción pasiva, como en 17.

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(17) ndzyitjumij tum kayu tec ny-tzi-tj-u=mij tum kayu 2abs-dar-pas-com=pro2abs un caballo ‘Se te dio un caballo.’ (Lit. ‘Fuiste dado un caballo.’)

Teniendo como fondo esta información preliminar, se describirán las características de las construcciones de doble objeto con aplicativo en el zoque, dentro de las cuales se encuentra una de las estrategias para expresar la pe. 5.3. Las construcciones con aplicativo del tipo R

El zoque de Tecpatán recurre al sufijo aplicativo -jay para integrar, dentro de la estructura argumental del verbo derivado, un argumento extratemático que pasa a ser objeto oracional. El morfema aplicativo deriva verbos monotransitivos a partir de verbos intransitivos y verbos bitransitivos a partir de verbos monotransitivos. El verbo intransitivo sin aplicativo en 18a tiene como su único argumento a un s marcado como absolutivo, mientras que el verbo con aplicativo en 18b tiene dos argumentos centrales: un a (que es semánticamente un tema) marcado con caso ergativo y un o (que es un argumento afectado o malefactivo) marcado en el verbo con prefijo de persona absolutivo. Por lo tanto, en 18b, el aplicativo -jay hace posible que el argumento extratemático malefactivo funcione como objeto de la oración. (18) a. kau tum wakas tec Ø-ka-u tum wakas 3abs-morir-com un vaca ‘Se murió una vaca.’ b. ngykajayumij tum wakasis ny-ka-jay-u=mij tum wakas=is 2abs-morir-apl:r-com=pro2abs un vaca=erg ‘Se te murió una vaca.’ (Lit. ‘Una vaca te murió.’)

El verbo monotransitivo sin aplicativo en 19a selecciona dos argumentos, un a y un o. El argumento a es el sintagma nominal nkwan, “Juan”, marcado con caso ergativo, que aparece, además, en correferencia con el prefijo de persona ergativo­ymarcado en el verbo. En el mismo ejemplo, en 19a, el sintagma nominal­te nas, “la

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tierra”, ocupa la posición de o. Cuando el o del verbo monotransitivo refiere a un participante del acto de habla, el verbo aparece marcado de manera explícita por un prefijo de persona absolutivo y un enclítico pronominal absolutivo,­como en 19b. (19) a. ngwanis kyoyoju te nas tec n-kwan=is y-ko.yoj-u te nas clf-Juan=erg 3erg-pagar-com det tierra ‘Juan pagó la tierra.’ b. ngwanis ngyokenumij n-kwan=is ny-ko.ken-u=mij clf-Juan=erg 2abs-cuidar-com=pro2abs ‘Juan te cuidó.’

A diferencia del verbo bitransitivo tzi, “dar”, ilustrado en el par de ejemplos en 15, las raíces verbales monotransitivas, como las de 19a y 19b, requieren derivación aplicativa para introducir el argumento r, que refiere a las funciones temáticas de receptor, destinatario, benefactivo, malefactivo, locativo, como segundo objeto de la cláusula, dando como resultado bases verbales bitransitivas. En las oraciones bitransitivas con aplicativo, como la ilustrada en 20, el argumento r funciona como objeto primario de la oración y el t tiene el estatus de objeto secundario,­por lo que se mantiene un alineamiento secundativo, igual que el que se registra con el verbo tzi, ‘dar’, (15a y 15b). El r, y no el t, es el argumento que se registra con el prefijo de persona absolutivo en el verbo y con los enclíticos pronominales absolutivos. (20) ngwanis ngyoyojayumij te nas tec n-kwan=is ny-ko.yoj-jay-u=mij te nas clf-Juan=erg 2abs-pagar-apl:r-com=pro2abs det tierra ‘Juan te pagó la tierra.’

El argumento r en 20 es un receptor; el de 21a, una locación; el de 21b, un destinatario; el de 21c, un benefactivo, y el de 21d, un malefactivo. (21) a. ngotjayus mij jam tec n-kot-jay-u=s=mij jam 1erg-poner-apl:r-com=pro1erg=pro2abs cal ‘Te eché cal.’

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b. nnminjayus te kutkuy te yomo n-n-min-jay-u=s te kutkuy te yomo 1erg-asoc-venir-apl:r-com=pro1erg det comida det mujer ‘Le traje la comida a la mujer.’ c. ngwanis juyjayuj tum tk n-kwan=is Ø-juy-jay-u=j tum tk clf-Juan=erg 1abs-comprar-apl:r-com=pro1abs un casa ‘Juan me compró una casa.’ d. mãnyuis nyũmajayumij metza kaxi n-manyu=is ny-num-jay-u=mij metza kaxi clf-Manuel=erg 2abs-robar-apl:r-com=pro2abs dos gallina ‘Manuel te robó dos gallinas.’

El comportamiento asimétrico del argumento r respecto al t en las construcciones recíproca y pasiva es evidencia adicional que demuestra que el argumento aplicado funciona como objeto primario de la oración bitransitiva. En la construcción­recíproca, solamente el argumento r, y no el t, puede ser correciprocante marcado como sujeto absolutivo, como se ilustra en 22. (22) mijta nankyotjatyamatju jam tec mij-ta nay-ny-kot-jay-tam-atj-u jam pro2abs-pl rec-2abs-poner-apl:r-2pl-pas-com cal ‘Se echaron cal entre ustedes.’

Por otro lado, en la construcción pasiva, solamente el argumento r (23a) puede funcionar como sujeto absolutivo. El ejemplo 23b prueba que el t no puede acceder a la posición de sujeto de pasiva marcado en el verbo con el prefijo absolutivo. (23) a. nyũmayatjumij metza kaxi tec ny-num-jay-atj-u=mij metza kaxi 2abs-robar-apl:r-pas-com=pro2abs dos gallina ‘Te fueron robadas dos gallinas.’ (Lit. ‘Fuiste robado dos gallinas.’) b. * numayatjumij metza kaxi Ø-num-jay-atj-u=mij metza kaxi 3abs-robar-apl:r-pas-com=pro2abs dos gallina Lectura buscada: ‘Te fueron robadas dos gallinas.’

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En resumen, las construcciones bitransitivas con aplicativo tienen un comportamiento muy similar al que se registra con el único verbo bitransitivo no derivado del zoque, el verbo tzi, “dar”. Ambas construcciones presentan un alineamiento secundativo en el cual el argumento r funciona como objeto primario y el t funciona como objeto secundario. El sufijo aplicativo -jay que introduce receptores, destinatarios, benefactivos, malefactivos y locativos como objeto primarios, también­es parte de la morfología verbal en construcciones donde el t tiene como dependiente a un poseedor. Las variantes del zoque chiapaneco presentan dos tipos de construcciones en las que el aplicativo introduce a un argumento extratemático que refiere al poseedor del t. En el primer tipo, presente en algunas variantes norteñas­y del nororiente, se ilustra con ejemplos del zoque de Chapultenango, en los que el poseedor del t pasa a ser objeto primario (op) de la oración, ya que se codifica en la morfología verbal dentro de la construcción activa con marca de persona absolutiva (24a). Además, el poseedor es el único objeto que puede ser sujeto de la pasiva (24b) y el único objeto que funciona como correciprocante, marcado­como sujeto absolutivo en construcciones recíprocas (24c). (24) zoque de Chapultenango a. iis ndzyejayu te min ndukuram i=is ny-tze-jay-u te min n-tuku=tam quién=erg 2abs-lavar-apl:r-com det pro2gen 2psr-ropa=pl ‘¿Quién les lavó su ropa de ustedes?’ b. ndzyejaryju te min ndukuram ny-tze-jay-tj-u te min n-tuku=tam 2abs-lavar-apl:r-pas-com det pro2gen 2psr-ropa=pl ‘Se te lavó tu ropa.’ (Lit. ‘Fuiste lavada tu ropa.’) c. nayndzyejaryamdju te min ndukuram nay-ny-tze-jay-tam-tj-u te min n-tuku=tam rr-2abs-lavar-apl:r-2pl-pas-com det pro2gen 2psr-ropa=pl ‘Ustedes se lavaron su ropa los unos a los otros.’

En el segundo tipo, con una distribución más limitada en algunas variantes centrales y otras nororientales, se ilustra con ejemplos del zoque de Pantepec. En este tipo, en el cual el verbo también toma sufijo aplicativo, el poseedor del t queda­ registrado únicamente como dependiente del sintagma nominal poseído en función de objeto. Las evidencias que demuestran que en esta estructura no toma

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lugar un proceso de “ascensión” del poseedor son tres. En primer lugar, el verbo carece de marcación de persona absolutiva en correferencia con el poseedor del t, como en 25a, donde el poseedor es segunda persona y el verbo no registra marca de absolutivo de segunda persona. En segundo lugar, el poseedor semántico no se registra como sujeto de la pasiva, como se ilustra en 25b, donde el sujeto de la pasiva tiene como referencia una tercera persona mientras que el poseedor del t tiene como referencia una segunda persona. En tercer lugar, el poseedor del t no puede funcionar como sujeto de la construcción recíproca, como se ilustra en 25c, donde el sintagma nominal poseído de tercera persona en función de t es el argumento correferencial con la marca de sujeto absolutivo en la construcción aplicativa­ (y no el poseedor que refiere a segunda persona). (25) zoque de Pantepec a. iyis pyatayu mijt ndumin iy=is y-pat-jay-u mijt n-tumin quién=erg 3erg-encontrar-apl:r-com pro2gen 2psr-dinero ‘¿Quién encontró tu dinero?’ b. patatyju mijt ndumin Ø-pat-jay-tj-u mijt n-tumin 3abs-encontrar-apl:r-pas-com pro2gen 2psr-dinero ‘¿Se encontró tu dinero?’ c. mijtam napyatatyandju mijt nmandzyitam mij-tam nay=Ø-pat-jay-tam-tj-u pro2abs-2pl rr=3abs-encontrar-apl:r-2pl-pas-com mijt n-manchit-tam pro2gen 2psr-machete-2pl ‘Ustedes se encontraron con sus machetes.’

Todas las variantes de las distintas áreas dialectales zoques admiten la presencia del aplicativo -jay cuando el poseedor del t no es correferencial con el a, como en los ejemplos 26a y 26b del zoque de Tecpatán, y no permiten la construcción con aplicativo cuando a y el poseedor del t son correferenciales, como en los ejemplos 27a y 27b.

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(26) a. ngwanis yamjayu te s ngokyj tec n-kwan=is y-yam-jay-u te s n-kokyj clf-Juan=erg 3erg-usar-apl:r-com det pro1gen 1psr-sombrero ‘Juan se puso mi sombrero.’ b. mbatjayus te pnista tyk n-pat-jay-u=s te pn=is=ta y-tk 1erg-encontrar-apl:r-com=pro1abs det hombre=gen=pl 3psr-casa ‘Encontré la casa de los señores.’ (27) a. ngwanis yamu te kyokyj tec n-kwan=is y-yam-u te y-kokyj clf-Juan=erg 3erg-usar-com det 3psr-sombrero ‘Juani se puso sui sombrero.’ b. mbatus te yÕmo n-pat-u=s te n-yomo 1erg-encontrar-com=pro1abs det 1psr-mujer ‘Encontré a mi mujer.’

En resumen, todos los dialectos zoques requieren la presencia del aplicativo -jay para codificar como op a las funciones temáticas que canónicamente expresan al argumento r. Además, en los dialectos norteños y algunos del nororiente, como el de Chapultenango, se registra una construcción de posesión externa genuina en la que el poseedor del t se codifica como op de la construcción bitransitiva, mientras que en los dialectos centrales, como los de Tecpatán y Copainalá, y algunos nororientales, como el de Pantepec, la presencia del aplicativo solamente registra que hay un poseedor del t no correferencial con el a sin que se dé el proceso de “ascensión” o “promoción” del psr a op. 5.4. La construcción de pe con aplicativo en Mesoamérica

Al igual que las lenguas de la familia zoque (como el zoque de San Miguel Chimalapa,­el zoque de Santa María Chimalapa, el jitotolteco, el soteapaneco, texistepequeño y el ayapaneco), otras lenguas de Mesoamérica recurren a la construcción­ de pe con aplicativo solamente cuando el poseedor del t no es correferencial con el a. Esto se puede observar en la familia maya (en lenguas como el

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tsotsil, tseltal, chol, chontal, huasteco), en yutoazteca (como las diversas lenguas nawas y el cora), en mixezoque de la rama mixeana (como el oluteco, sayuleño y las lenguas mixes de Oaxaca), en el totonaco-tepehua y en el p’orhépecha (aislada). El caso se ilustra en 28, con los ejemplos del mixe de Totontepec, que es una lengua inversa y jerárquica. Nótese que en esta lengua no se marca abiertamente el poseedor semántico como op en el verbo, en la construcción “directa” (28a), porque­el argumento a es más alto en la jerarquía de prominencia que el op. En contraste, la construcción “inversa” (28b) registra abiertamente al poseedor como op porque este argumento es más alto que el a en la misma jerarquía. (28) mixe de Totontepec a. märiä pëëk myäjtk tsyaa’nji märiä pëëk y-mäjtk y-tsaa’n-ji María Pedro 3psr-hijo 3a-abrazar.com-apl:r ‘María abrazó al hijo de Pedro.’ (Cortesía de Verónica Guzmán.) b. mits mmäjtk märiä mtsaa’nïxju mits m-mäjtk märiä m-tsaa’n-ïx-ju pro2 2psr-hijo María 2op-abrazar.com-apl:r-inv ‘María abrazó a tu hijo.’ (Cortesía de Verónica Guzmán.)

El mixe de Totontepec, al igual que todas las lenguas mesoamericanas que usan la estrategia de pe con aplicativo, sólo recurre a la estrategia de pe cuando el agente­ no es correferencial con el psr del objeto. El ejemplo 29 no puede tener una lectura­ en la cual el poseedor del objeto es correferencial con el agente. (29) mixe de Totontepec märiä myäjtk tsyaa’nji märiä y-mäjtk y-tsaa’n-ji María 3psr-hijo 3a-abrazar: com-apl:r i. * ‘Maríai abrazó a sui hijo.’ ii. ‘Maríai abrazó a suj hijo (de otra persona).’ (Cortesía de Verónica Guzmán.)

En todas las lenguas de Mesoamérica reportadas hasta hoy en día, en las cuales se recurre a la construcción de aplicativo para expresar pe, el psr pasa a ser un argumento­aplicado que adquiere el estatus de op, mientras que el poseído ocupa la posición de os. Esto se hace evidente por pruebas de código (marcación de persona en el verbo), como de comportamiento (pasivo y blanco de recíproco). En

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mixe de Totontepec, la construcción pasiva es una prueba de comportamiento que demuestra que el psr es el argumento privilegiado sintácticamente respecto al psdo, ya que el sujeto de la pasiva sólo puede referir al psr y no al psdo. (30)

mixe de Totontepec mits mmäjtk myaktsaa’nji mits m-mäjtk m-yak-tsaa’n-ji 2pro 2psr-hijo 2s-pas-abrazar.com-apl:r ‘Te fue abrazado tu hijo.’ (Lit. ‘Tu hijo fuiste abrazado.’) (Cortesía de Verónica Guzmán.)

Un patrón similar ocurre en tsotsil, cuando el psr, aparte de estar marcado en el sn poseído, se registra como op con la marca de absolutivo en los verbos con aplicativo. (31) tsotsil ch-i-s-toyilan-be j-jol inc-1abs-3erg-levantar-apl:r 1psr-cabeza ‘Él está levantando mi cabeza.’ (Aissen, 1987: 126.)

En tsotsil además, el psr semántico funciona como sujeto de la construcción pasiva. (32) tsotsil ch-i-toyilan-b-at j-jol inc-1abs-levantar-apl:r-pas 1psr-cabeza ‘Me fue levantada mi cabeza una y otra vez.’ (Aissen, 1987: 131.)

Otros casos de lenguas mesoamericanas de las familias yutoazteca, totonacana, maya y del p’orhépecha, en las que el psr funciona como op y el psdo como os en las construcciones de pe con aplicativo, se presentan en los ejemplos del 33 al 40. (33) náhuatl de San Jerónimo Amanalco ti-ne:ch-ihti-li no-kone:-w 1suj.sg-1op.sg-ver-apl:r.perf 1psr.sg-niño-sg.psdo ‘Me cuidaste a mi hijo.’ (Peralta Ramírez, capítulo 4.)

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(34) totonaco de Papantla akit k-ka:-maqni:-ni-lh ix-chichí’ lakchi’xjuwí’:n yo 1suj-op.pl-matarlo-apl:r-com 3psr-perro hombres ‘Yo les maté su perro de los hombres.’ (Levy, 2002: 182.) (35)

tepehua ju kim-pay ki-maqaw-ni-lh ju kin-herencia det 1psr-padre 1op-dejar-apl:r-com det 1psr-herencia ‘Mi padre me dejó mi herencia.’ (Kung, 2004: 30.)

(36) huasteco a. t-u ela-tzi-Ø ti-a bitziim-al inv-1:2 encontrar-apl:r-com clitico-2psr caballo-psdo ‘Encontré tu caballo.’ (Constable, 1989: 152.) b. it ela-tzi-at an ti bitziim 2abs encontrar-apl:r-pas det clitico caballo ‘Tu caballo fue encontrado.’ (Constable, 1989: 150.) (37) chontal a. ’u-chon-b(e)-on k-tsimim ’aj-limberg 3erg-vender-apl:r-1abs 1psr-caballo clf-Limberg ‘Limberg vendió mi caballo.’ (Osorio May, 2005: 181.) b. chon-b(e)-int-on kɨ-tsimim k’a ’aj-limberg vender-apl:r-pas-1abs 1psr-caballo prep clf-Limberg ‘Mi caballo fue vendido por Limberg.’ (Osorio May, 2005: 181.) (38) chol a. tyi k-ts’äk-ä-b-ety aw-alo’bil com 1erg-curar-estatus-apl:r-2abs 2psr-hijo ‘Curé a tu hijo.’ (Vázquez Álvarez, 2002: 295.) b. tyi choñ-b-eñ-tyi-y-oñ k-chityam com vender-apl:r-estatus-pas-epéntesis-1abs 1psr-puerco ‘Mi puerco fue vendido.’ (Vázquez Álvarez, 2002: 297.)

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tseltal laj k-uch’-b-at aw-ul com 1erg-beber-apl:r-2abs 2psr-atole ‘Te bebí tu atole.’ (Polian, 2009: 5.)

(40) p’orhépecha eshé-chi-nt’a-s-Ø-ka=kini kúchi-ni ver-apl:r:2-iter-perf-pres-1:2ind=2sg.o cerdo-objt ‘Me encontré tu cerdo.’ (Capistrán-Garza, 2006: 295.)

Además de las lenguas yutoaztecas, totonacanas, tseltalanas y p’orhépecha, todas las lenguas de las dos ramas de la familia mixezoque reportadas hasta hoy presentan construcciones de pe con aplicativo donde el psr se codifica como op. Aparte del mixe de Totontepec (véanse los ejemplos 28 y 30), otras lenguas de la rama mixeana, como el sayuleño y el oluteco, también recurren a la construcción con aplicativo como estrategia para la codificación de posesión externa. Los ejemplos en 41 son del oluteco. La oración en 41a registra al poseedor del t como objeto­ primario aplicado en la forma de proclítico verbal de primera persona absolutivo. Al igual que el zoque de Chapultenango, en oluteco, la marca de posesión queda registrada también en el sintagma nominal en función de objeto secundario. En 41b, el sujeto de la pasiva, marcado en el verbo con el proclítico de primera persona­ absolutivo, es el poseedor semántico que también se registra como dependiente en el sintagma nominal en función de objeto secundario. (41) oluteco a. tantükawak tayakke:kaxüpa tantu:min tan=tükaw=ak ta=yakke:k-ax -ü-pa tan=tu:min 1psr=padre=anim 1abs=quitar-apl:r-inv.i-inc.i 1psr=dinero ‘Mi padre me arrebata mi dinero.’ (Zavala Maldonado, 2000: 700.) b. tayaktu:taxüw tanjapoyu:ki ta=yak-tu:t-ax-ü-w tan=japoyu:ki 1abs=pas-poner-apl:r-inv.i-com.i 1psr=desayuno ‘Me fue dado mi desayuno.’ (Zavala Maldonado, 2000: 702.)

El ejemplo 42 ilustra la construcción de pe en el sayuleño, donde el aplicativo se expresa con el sufijo -ja, cognado con el sufijo aplicativo para argumentos r reconstruido para el protomixezoqueano, el morfema *-ja:y.

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(42) sayuleño pek iaktajnaw wan ilibru pek i-ak-tan-ja-w wan i-libru Pedro 3erg-caus-quedar-apl:r-com.i Juan 3psr-libro ‘Pedro agarró el libro de Juan.’ (Clark, 1983: 49.)

Dentro de la rama zoqueana, estructuras de pe con aplicativo se encuentran en el zoque de Oaxaca (San Miguel Chimalapa y Santa María Chimalapa), en el jitotolteco, en varias formas del zoque chiapaneco y en las lenguas de la subrama del zoque del Golfo (ayapaneco, soteapaneco y texistepequeño). Los ejemplos en 43 son del zoque de San Miguel Chimalapa. En el ejemplo 43a, en voz activa, el poseedor semántico se registra en el verbo como op con la marca de absolutivo y como dependiente del sintagma poseído en función de os. En 43b, en voz pasiva, la marca de absolutivo en el verbo, en función de sujeto, refiere al poseedor semántico­que también aparece como dependiente del sintagma poseído en función­ de os. (43) zoque Oaxaqueño de San Miguel Chimalapa a. d=wt-jay-w n=ykwij 1abs=romper-apl:r-com 1psr=camisa ‘Él rompió mi camisa.’ (Johnson, 2000: 144.) b. d=wt-m-jay-w n=ykwij 1abs=romper-pas-apl:r-com 1psr=camisa ‘Mi camisa fue rota.’ (Johnson, 2000: 144.)

Los ejemplos en 44 son del jitotolteco, que es una lengua zoqueana diferente a las variantes que forman la cadena dialectal del zoque chiapaneco. En la construcción inversa, en 44a, el poseedor semántico funciona como op marcado­en el verbo con el prefijo de segunda persona. En la voz pasiva, en 44b, la marca en función de sujeto refiere al poseedor, lo que confirma que es el poseedor­, y no el poseído, el argumento que registra el verbo como op. (44) jitotolteco a. níko∫ nókadyw min núne niko=∫ n-jok-jay-t-w min n-úne Nicolás=erg 2abs-esperar-apl:r-inv-com 2gen 2psr-hijo ‘Nicolás te esperó a tu hijo.’

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b. nókadyw min núne n-jok-jay-t-w min 2abs-esperar-apl:r-pas-com 2gen ‘Se te esperó a tu hijo.’

n-úne 2psr-hijo

Los ejemplos 45, de ayapaneco, y 46, de soteapaneco, son equiparables al 43a del zoque de San Miguel Chimalapa y 44a del jitotolteco, en los que el psr semántico funciona como op marcado en el verbo con la marca de absolutivo. Al igual que en las otras lenguas mesoamericanas, el poseedor también se expresa como dependiente del sintagma en función de os. (45) ayapaneco nyea maatzakabojá nxuuyi nnyea mma=a=tzatzkpo-jay n=xuye 3pro com=1abs=romper-apl:r 1psr=camisa ‘Rompiste mi camisa.’ (Cortesía de Daniel Suslak.) (46) soteapaneco jee ta ugaiyajpa tan npiny tyam jee ta=uk-ay-yaj-pa tan=npiny=tam 3pro 1abs-tomar-apl:r-3pl-inc 1psr=sangre=pl.hum ‘Bebieron nuestra sangre.’ (de Jong Boudreault, 2009: 537.)

El ejemplo 47, del texistepequeño, igual al 42, del sayuleño, hace evidente que el aplicativo se requiere cuando el poseedor del t no es correferencial con el agente.­ Sin embargo, debido a que estas lenguas hacen uso de un sistema de marcación jerárquica para los argumentos centrales, el psr en referencia a la tercera persona no se marca como op abiertamente en el predicado, aunque las pruebas de código y comportamiento claramente indican que también en estas lenguas el psr semántico efectivamente desempeña la función de op. (47) texistepequeño čyaha hyos a:ha y-tah-a y-hos a:ha 3erg-escarbar-apl:r 3psr-hueco canoa ‘Le hizo hueco a la canoa.’ (Wichmann, 2007: 71.)

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En resumen, la construcción de pe con aplicativo tiene una amplia distribución en las lenguas de Mesoamérica. Las evidencias de código y comportamiento, principalmente ilustradas en los ejemplos anteriores con la prueba de pasivo, han demostrado que en estas lenguas el psr, como argumento aplicado, adquiere el estatus­ de op, mientras que el poseído ocupa la posición de os. La construcción de pe se encuentra distribuida en todas las ramas de la familia mixezoqueana. Todas las lenguas de la familia comparten un reflejo del morfema aplicativo *-ja:y, reconstruido para el ancestro común, que forma parte de la morfología verbal en la construcción de pe. Además, en todas las ramas de la familia, el psr como argumento aplicado pasa a ocupar la posición de op de la cláusula, por lo que es viable argumentar que la construcción de pe es un rasgo heredado que es reconstruible para la sintaxis del protomixezoqueano. 5.5. El estatus de los objetos en la construcción de pe

Hasta aquí se ha demostrado que los objetos en la construcción de pe presente en las formas del zoque central, como las de Tecpatán y Copainalá, y en algunas variedades­del zoque nororiental, como la de Pantepec, presentan una sintaxis distinta a la de las construcciones bitransitivas en las que el argumento r tiene las funciones de receptor, destinatario, benefactivo, malefactivo o locativo. En estas variedades del zoque, el poseedor introducido a la estructura argumental por medio­ del aplicativo no pasa a ser op, mientras que el resto de las funciones semánticas de r se comportan sintácticamente como op. Contrástense las estructuras con aplicativo en las que el argumento r funciona como op (48) con aquella en la que el r no se “promueve” a op (49a). En 48, el argumento r es un benefactivo, mientras que en 49a es un poseedor externo. Nótese en 48, que tanto el prefijo absolutivo­ como el enclítico absolutivo hacen referencia al argumento r benefactivo, lo que demuestra su estatus de op. En este mismo ejemplo, el sintagma te nas, ‘la tierra’, funciona como os. Por otro lado, en 49a, el poseedor externo, que es el argumento­ r, no pasa a ser op. Esto se demuestra con el ejemplo agramatical en 49b, donde el poseedor externo no puede disparar concordancia del enclítico absolutivo con referencia a la segunda persona. (48) ngwanis ngyoyojayumij te nas tec n-kwan=is ny-koyoj-jay-u=mij te nas clf-Juan=erg 2abs-pagar-apl:r-com=pro2abs det tierra ‘Juan te pagó la tierra.’

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(49) a. ngokenjayajus mis ũne tec n-ko.ken-jay-yaj-u=s mis n-une 1erg-cuidar-apl:r-pl-com=pro1erg pro2gen 2psr-hijo ‘Cuidé a tus hijos.’ b. * ngokenjayajusmij mis ũne n-ko.ken-jay-yaj-u=s=mij mis n-une 1erg-cuidar-apl:r-pl-com=pro1erg=pro2abs pro2gen 2psr-hijo Lectura buscada: ‘Cuidé a tus hijos.’

Otra evidencia adicional que demuestra que el psr en las construcciones aplicativas no adquiere el estatus de op es la imposibilidad de ser marcado en el verbo por medio del prefijo absolutivo, como lo ilustra la estructura agramatical en 50b. (50) a. te yomois manhba jyuyjayu mis ngajon tec te yomo=is manh-pa y-juy-jay-u mis n-kajon det mujer=erg ir-inc 3erg-comprar-apl:r-com pro2gen 2psr-ataúd ‘La mujer va a comprar tu ataúd.’ b. * te yomois manhba njyuyjayumij mis ngajon te yomo=is manh-pa ny-juy-jay-u=mij det mujer=erg ir-inc 2abs-comprar-apl:r-com=pro2abs mis n-kajon pro2gen 2psr-ataúd Lectura buscada: ‘La mujer te va a comprar tu ataúd.’

Los siguientes ejemplos, provenientes de las variedades del zoque de Copainalá­ (51) y Pantepec (52), ilustran la misma construcción sin “promoción” presente en zoque de Tecpatán (49a). (51) te pnis yajkajayu mis ntuwi cop te pn=is y-yaj-ka-jay-u mis n-tuwi det hombre=erg erg3-caus-morir-apl:r-com pro2gen 2psr-perro ‘El hombre mató a tu perro.’ (52) xuwanis pyatayu mijn nyÕmune pan xuwan=is y-pat-jay-u min n-yom-une Juan=erg 3erg-encontrar-apl:r-com pro2gen 2psr-mujer-hijo ‘Juan encontró a tu hija.’

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A continuación, voy a presentar las evidencias que permiten evaluar el estatus sintáctico de los dos objetos (poseído y poseedor) en el tipo de construcción de pe como las de los ejemplos 49a, 50a, 51 y 52. Al presentar las pruebas sintácticas también voy a discutir tres posibles análisis de la construcción ilustrada en esos ejemplos. 5.5.1. Las pruebas de objeto: Tres posibles análisis

El estatus sintáctico que tienen las funciones de poseedor y poseído en los ejemplos 49a, 50a, 51 y 52 es claramente diferente al que presentan otras lenguas mesoamericanas, en general, y mixezoqueanas, en particular, que cuentan con una construcción de pe en las que el poseedor ocupa la posición de objeto primario, y el poseído, de objeto secundario. Ya he mostrado que el poseedor en la construcción aplicativa de pe en las variedades de zoque de Tecpatán, Copainalá y Pantepec no tiene el estatus de op porque el marcador de absolutivo en los verbos con ­aplicativo, que es una expresión de código de op, no es correferencial con el poseedor­del t. En este apartado voy a presentar las pruebas de código y comportamiento que permiten determinar con precisión el estatus sintáctico tanto del poseído como del poseedor en la construcción con aplicativo en estas variedades del zoque, con el fin de establecer la pertinencia de tres análisis alternativos con los que se puede evaluar las propiedades de los argumentos objeto. El hecho de que el poseedor no tenga las propiedades de código propias de los objetos primarios (marca de persona absolutiva y marca pronominal absolutiva) descarta la posibilidad del análisis que tradicionalmente se ha hecho del morfema aplicativo para un gran número de lenguas mesoamericanas, como un mecanismo que “promueve” al poseedor extratemático a objeto primario oracional. Por esta razón, para explicar los hechos sintácticos de esta construcción en las variedades de zoque estudiadas aquí, se requiere de otros análisis alternativos. En algunas lenguas mayas, el morfema aplicativo puede cumplir una función adicional que se le ha denominado, en el interior de la gramática relacional, “registro­de argumentos” (Aissen, 1990: 411), es decir, el morfema aplicativo, cuando cumple esta función, hace posible que el argumento extratemático quede registrado­en la morfología verbal sin que dispare la “promoción” de este argumento­ a la posición sintáctica de objeto oracional. Esta operación la ilustro con ejemplos contrastivos en dos lenguas mayas de la rama k’icheana. El aplicativo instrumental en k’ichee’ “promueve” el argumento instrumental a la posición de objeto oracional­ (53a), lo que a su vez hace posible que ocupe la función sintáctica de sujeto de la

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construcción pasiva (53b). El único argumento central (sujeto) en la construcción pasiva del ejemplo 53b es el instrumento preverbal que mantiene correferencia con la marca de absolutivo en el verbo. Nótese, en los dos ejemplos de 53, que con el cambio de estatus del instrumento a argumento central, el paciente original (segunda­persona) deja de ocupar la función de objeto y pasa a ser un oblicuo introducido­por el sustantivo relacional eech. (53) k’ichee’ a. ch’iich’ x-Ø-i-sok-b’e-j aw-eech machete com-3abs-1erg-herir-apl:instr-estatus 2psr-sr:de ‘Usé un machete para herirte.’ (Dayley, 1990: 354.) b. ch’iich’ x-Ø-sok-b’e-x aw-eech machete com-3abs-herir-apl:instr-pas 2psr-sr:de ‘Un machete fue usado para herirte.’ (Dayley, 1990: 355.)

En contraste, en tzutujil, el morfema aplicativo cognado hace posible que el argumento instrumental deje su estatus de oblicuo, eliminando el sustantivo relacional­que es el marcador de caso semántico, sin que adquiera las propiedades de objeto oracional. La construcción activa (54a) tiene como objeto al paciente de primera persona marcado en el verbo con el prefijo absolutivo de primera persona, lo que indica que el instrumento no tiene el estatus de objeto sintáctico. Esto se hace evidente en la construcción pasiva (54b), donde se muestra que el paciente original mantiene el estatus de objeto, lo que hace posible que tenga acceso a la función de sujeto de pasiva. En 54b, el paciente original, que es sujeto de pasiva, aparece marcado en el verbo con el prefijo absolutivo, mientras que el instrumento,­ introducido en la estructura argumental por el aplicativo, sólo queda “registrado” sin tener acceso a las operaciones sintácticas propias de los objetos sintácticos, como la de ser sujeto de la pasiva. (54) tzutujil a. machat x-in-r-choy-b’e-ej machete com-1abs-3erg-cortar-apl:instr-estatus ‘Fue con machete con el que él me cortó.’ (Dayley, 1990: 354.) b. machat x-in-choy-b’e-x-i machete com-1abs-cortar-apl:instr-pas-estatus ‘Fue un machete con lo que fui cortado.’ (Dayley, 1990: 355.)

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Para que un análisis semejante al propuesto para el tzutujil sea viable para ex­ plicar los hechos sintácticos de la construcción aplicativa de pe presente en las variedades del zoque de Tecpatán, Copainalá y Pantepec, se tiene que demostrar que efectivamente el poseído se mantiene como objeto sintáctico y que el poseedor, que es el argumento aplicado, no dispara concordancia en el verbo. Las eviden­ cias de código y comportamiento muestran de manera inequívoca que el argumento­ poseído mantiene el estatus de objeto clausal. El argumento poseído es invariablemente un participante de tercera persona absolutiva sin morfología explícita en el verbo porque el prefijo de persona absolutivo es formalmente un cero morfológico. Sin embargo, cuando el argumento poseído tiene referencia plural, el verbo toma el sufijo de tercera persona plural -yaj en correferencia con el poseído, lo que muestra que este participante preserva el estatus de argumento central, siendo que sólo este tipo de argumentos pueden disparar concordancia plural en el verbo, como se muestra en 55. (55) mbatjayajus te manyuis yuneta tec n-pat-jay-yaj-u=s te n-manyu=is y-une=ta 1erg-encontrar-apl:r-3pl-com=pro1erg det clf-Manuel=gen 3psr-hijo=pl ‘Encontré a los hijos de Manuel.’

Ahora bien, cuando la referencia del poseedor es plural, el verbo también toma alguno de los dos sufijos que expresan plural en la morfología verbal: -yaj, cuando el poseedor es tercera persona plural (56a y 56b), y -tam, cuando el poseedor es primera o segunda persona del plural (57a y 57b). (56) a. mbatjayajus te pnista tyk tec n-pat-jay-yaj-u=s te pn=is=ta y-tk 1erg-encontrar-apl:r-3pl-com=pro1erg det hombre=gen=pl 3psr-casa ‘Encontré la casa de los señores.’ b. mbatayajutzi tzampenistap tyjk pan n-pat-jay-yaj-u=tzi te pn=is=tap y-tk 1erg-encontrar-apl:r-3pl-com=pro1erg det hombre=gen=pl 3psr-casa ‘Encontré la casa de los señores.’ (57) a. mbatjatyamus mis wãkas tec n-pat-jay-tam-u=s mis n-wakas 1erg-encontrar-apl:r-2pl-com=pro1erg pro2gen 2psr-vaca ‘Encontré la vaca de ustedes.’

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b. mbatatyamutzi mijtap nhwãkas pan n-pat-jay-tam-u=tzi mijt-tap n-wakas 1erg-encontrar-apl:r-2pl-com=pro1erg pro2gen-pl 2psr-vaca ‘Encontré la vaca de ustedes.’

Los ejemplos 56 y 57 muestran que si bien el poseedor no tiene la función de objeto primario, comparte junto con el poseído la propiedad de marcar referencia múltiple en el verbo por medio de sufijos de plural. Esta propiedad de código anula la posibilidad de analizar al poseedor únicamente como argumento “registrado” sin acceso a las marcas de código en la morfología verbal. Por lo tanto, la marcación de número en el verbo es evidencia de que tanto el poseedor como el poseído son objetos sintácticos, ya sea “simétricos” o “asimétricos” (Bresnan y Moshi, 1993; MacKay y Trechsel, 2008). Las pruebas de código y de comportamiento anulan la posibilidad de tratar a ambos objetos como argumentos simétricos,­ya que el poseído es el argumento privilegiado en varias de las operaciones sintácticas en relación con el poseedor, que es el argumento aplicado. La primera evidencia proviene también de la marcación de plural. Cuando los dos participantes, poseído y poseedor, tienen referencia plural, el poseído es el único que puede disparar marcación plural en el verbo, como se ilustra en 58a. El ejemplo­ agramatical en 58b toma únicamente la marca de plural en referencia con el poseedor,­mientras que en el ejemplo agramatical en 58c coaparecen las marcas de plural en correferencia tanto con el poseído como con el poseedor. (58) a. mbadayajutzi mijtap nhwãkastap pan n-pat-jay-yaj-u=tzi mijt=tap n-wakas=tap 1erg-encontrar-apl:r-3pl-com=pro1erg pro2gen=pl 2psr-vaca=pl ‘Encontré las vacas de ustedes.’ b. * mbatatyamutzi mijtap nhwãkastap n-pat-jay-tam-u=tzi mijt=tap n-wakas=tap 1erg-encontrar-apl:r-2pl-com=pro1erg pro2gen=pl 2psr-vaca=pl Lectura buscada: ‘Encontré las vacas de ustedes.’ c. * mbadayajtamutzi mijtap nhwãkastap n-pat-jay-yaj-tam-u=tzi mijt=tap n-wakas=tap 1erg-encontrar-apl:r-3pl-2pl-com=pro1erg pro2gen=pl 2psr-vaca=pl Lectura buscada: ‘Encontré las vacas de ustedes.’

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La segunda evidencia convincente, dado que forma parte de las pruebas de comportamiento, proviene de la selección de uno de los dos argumentos objeto que hace la construcción pasiva para tener acceso a la función de sujeto. Solamente­ el poseído, y no el poseedor, tiene acceso a la posición de sujeto de pasiva, como lo muestran los ejemplos 59, de Copainalá, y 60, de Pantepec. En ambos ejemplos, la marca de absolutivo en el verbo es correferencial con el poseído, que tiene como referencia la tercera persona, y no con el poseedor, que tiene como referencia la segunda persona. (59) yajkajaytju mis ntuwi cop Ø=yaj-ka-jay-tj-u mis n-tuwi 3abs=caus-morir-apl:r-pas-com pro2gen 2psr-perro ‘Se te mató a tu perro.’ (60) kenadyju mijn nhwĩngokpajk pan Ø-ken-jay-tj-u min n-winkokpak 3abs-ver-apl:r-pas-com pro2gen 2psr-cara ‘Se te vió tu cara.’

El patrón de marcación en la construcción recíproca es la tercera evidencia que indudablemente demuestra que el poseído es un objeto asimétrico respecto al poseedor, ya que solamente el poseído puede funcionar como correciprocante junto con el agente que funciona como antecedente. Compárese la estructura recíproca­monotransitiva en 61 con la estructura recíproca bitransitiva en 62. En 61, el correciprocante es el paciente marcado en el verbo por medio de tres morfemas: el prefijo de segunda persona absolutivo, la marca de segunda persona plural y el enclítico pronominal de segunda persona. En contraste, en la construcción de pe con aplicativo, el verbo marca como sujeto absolutivo al correciprocante­ de tercera persona que refiere al poseído, y no al poseedor de segunda persona que aparece indicado solamente por la marca de plural en el verbo. (61) mitam nangyendandjumij pan mitam nay-ny-ken-tam-tj-u=mij pro2pl rec-2abs-ver-2pl-pas-com=pro2abs ‘Se vieron entre ustedes.’

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(62) nakyenadyandju mijt nwĩngokpajk pan nay-Ø-ken-jay-tam-tj-u mijt n-winkokpak rec-3abs-ver-apl:r-2pl-pas-com pro2gen 2psr-cara ‘Ustedes se vieron entre ustedes sus caras.’ (Lit. ‘Sus caras de ustedes se vieron a sí mismas.’)

Las pruebas de comportamiento claramente separan al poseído como el objeto­ primario de la construcción de pe con aplicativo, ya que es el único argumento que tiene acceso a ser sujeto de las construcciones pasiva y recíproca. El mismo conjunto de pruebas de código y comportamiento demuestra que el poseedor no se puede analizar como objeto registrado (porque dispara concordancia plural) ni como objeto simétrico (porque no comparte todas las propiedades de código y comportamiento a las que tiene acceso el poseído). Sin embargo, debido a que el poseedor tiene una propiedad de código propia de los argumentos centrales (la posibilidad de estar marcado en el verbo por el sufijo de plural), implica que es un objeto sintáctico de tipo asimétrico. Esta propiedad también la comparte el t de los bitransitivos que tiene el estatus de objeto secundario. Compárese el ejemplo 63, de una construcción bitransitiva en la que el t dispara concordancia plural en el verbo como os, con los ejemplos 64a y 64b, de construcciones de pe con aplicativo en las que el poseedor dispara el mismo tipo de concordancia. (63) n)minayajutzi kayudap pt pan n-nmin-jay-yaj-u=tzi kayu-tap pn 1erg-traer-apl:r-3pl-com=pro1erg caballo-pl hombre ‘Le traje los caballos al señor.’ (64) a. nminayajutzi pnistap kyayu pan n-nmin-jay-yaj-u=tzi pn=is=tap i-kayu 1erg-traer-apl:r-3pl-com=pro1erg señor=gen=pl 3psr-caballo ‘Traje el caballo de los señores.’ b. nmanhjadyamutzi mijt nhũne n-nmanh-jay-tam-u=tzi mijt n-une 1erg-llevar-apl:r-2pl-com=pro1erg pro2gen 2psr-hijo ‘Me llevé al hijo de ustedes.’

Por lo tanto, en estas variedades de zoque, el argumento aplicado funciona como op en las construcciones bitransitivas en las que el argumento r tiene las funciones

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de receptor, destinatario, benefactivo o malefactivo, mientras que el t ocupa la función de os. En contraste, el argumento aplicado funciona como os en las construcciones bitransitivas de pe, en las que r funciona como poseedor, mientras­que el poseído mantiene su estatus de op. Este tipo de patrón, en el cual la función del aplicativo es “promover” el argumento extratemático a la posición de os en lugar de op, ya se ha reportado para otra lengua mixezoqueana, el oluteco (Zavala Maldonado, 2000: 740-760), bajo condiciones en las que el objeto original es más prominente en animacidad o topicalidad­que el argumento aplicado, como es el caso de las construcciones aplicativas instrumentales. En las construcciones bitransitivas con aplicativo instrumental del oluteco, el paciente (objeto original) mantiene las propiedades de código y comportamiento propias del objeto primario oracional, mientras que el instrumento (objeto aplicado) adquiere las propiedades de objeto secundario. Los objetos secundarios con referencia plural disparan concordancia plural en el verbo y se relativizan recurriendo­a la estrategia propia de los argumentos centrales. En el ejemplo 65, la presencia de la marca de plural en el verbo la dispara el instrumento aplicado, mientras que la marca de absolutivo en el verbo es siempre correferencial con el paciente que mantiene el estatus de objeto primario. Esto último se ilustra en 66a con la marca de absolutivo en función de op de la construcción inversa, en función de sujeto de pasiva en 66b, y en función de sujeto de reflexivo en 66c. (65)

oluteco metzko burro-wok i=toj-tzüm–pet-küx-u mo:k dos burro-dim 3erg=apl:instr-cargar-dir:arriba-3pl-com.i maíz ‘Él cargó el maíz con dos burros.’

(66) oluteco a. tüpxi=je ta=toj-tzum-ü-w=ak xuxta:tu soga=foco 1abs=apl:instr-amarrar-inv.i-com.i=anim soldado ‘Es con la soga que el soldado me amarró.’ b. tüpxi ta=yak-toj-tzum-pa soga 1abs=pas-apl:instr-amarrar-inc.i ‘Se me está amarrando con una soga.’ c. ta=ni-toj-puj-ü-w xapun 1abs=rr-apl:instr-lavar-inv.i-com.i jabón ‘Me lavé yo mismo con jabón.’

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En oluteco, el estatus sintáctico de cada uno de los objetos que intervienen en las construcciones bitransitivas lo determina el perfil semántico (animacidad) y pragmático (topicalidad) de los objetos que son parte de la construcción. El objeto­ con más alto grado de prominencia gana el estatus de objeto primario, mientras que el objeto que tiene más bajo grado de prominencia toma el estatus de objeto secundario. En la construcción con aplicativo instrumental, el paciente (objeto original) se mantiene como objeto primario porque es más alto en animacidad y ­topicalidad que el instrumento (objeto aplicado). En contraste, en la construcción de pe con “ascensión”, el poseído (objeto original) pasa a ser objeto secundario, mientras que el poseedor (objeto aplicado) toma el estatus de objeto primario porque es, generalmente, el argumento más prominente en animacidad y/o topicalidad respecto al poseído. En el ejemplo 67, el argumento poseído dispara la marcación de número plural en el verbo, una propiedad de código que poseen todos los objetos secundarios del oluteco. (67)

oluteco i=tun-küx-ay-u=k i=awok 3erg=hacer-3pl-apl:r-com.i=anim 3psr=hijo ‘Él le hizo (a ella) sus hijos.’

Las pruebas de código y comportamiento muestran que el poseedor, marcado con el proclítico absolutivo en el verbo, es el único objeto con la posibilidad de acceder a la posición de op. En 68a se ilustra la marca de absolutivo en función de op de la construcción inversa, en 68b, en función de sujeto de pasiva, y en 68c, en función de sujeto de reflexivo. (68) oluteco a. i=mi:n-an=ak min=kowok-ta:k-ax-e-j 3abs=venir-irr.d=anim 2abs=tocar-de_repente-apl:r-inc.d-inv.d min=tük-aw+ku 2psr=casa-entrada ‘Es posible que él venga a tocarte de repente a tu puerta de la casa.’ b. min=win min=yak-wop-ax-i-y 2psr=ojo 2abs=pas-golpear-apl:r-com.d-inv.d ‘Te golpearon tu ojo.’

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c. ta=ni-yu:k-ax-ü-w tan=ko+pak mü:t tuku 1abs=rr-esconder-apl:r-inv.i-com.i 1psr=cabeza con trapo ‘Escondí mi cabeza yo mismo con el trapo.’

Las condiciones semánticas y pragmáticas que rigen la selección de objeto primario en oluteco no son las mismas que operan en la construcción de pe del zoque de Tecpatán, Copainalá y Pantepec porque, si así fuera, se esperaría que en estas tres variedades de zoque también fuera el poseedor, y no el poseído, el argumento con acceso a la posición de op oracional, debido a que es más alto en prominencia semántica y pragmática que el poseído. En conclusión, la construcción de pe en las variedades de zoque investigadas recurre al aplicativo como mecanismo para cambiar el estatus gramatical del poseedor­para que pase a ocupar un lugar dentro de la estructura argumental del verbo. Pero, a diferencia de lo que ocurre en otras lenguas mesoamericanas y del mundo que recurren a la estrategia aplicativa para codificar al poseedor como objeto primario, en estas variedades del zoque, el poseedor toma la posición de objeto­ secundario manteniendo al poseído como objeto primario. 5.6. Conclusiones

En resumen, en este estudio he discutido una construcción de pe que despliega un patrón en el tratamiento de objetos hasta ahora desconocido dentro y fuera de Mesoamérica, en la que el poseedor del t en oraciones bitransitivas pasa a ser un argumento aplicado con el estatus de objeto secundario, mientras que el poseído sigue teniendo las propiedades de objeto primario, eso a pesar de que el poseedor es semántica y pragmáticamente más prominente que el poseído. En las variedades de zoque en las que se presenta esta construcción, se manifiesta una clara escisión en el tratamiento sintáctico de los argumentos r que son introducidos en la estructura argumental con el mismo morfema aplicativo que es cognado con el morfema aplicativo reconstruido para el proto-mixe-zoque. Por un lado, las funciones de receptor, destinatario, benefactivo o malefactivo adquieren el estatus de op, y por otro lado, el poseedor adquiere el estatus de os. Dentro de Mesoamérica, en particular para el tzotzil (Aissen, 1987) y el tseltal (Polian, 2009), también se presenta una escisión en el tratamiento de los argumentos r que refieren a receptores en relación con aquellos que refieren a poseedores externos. Los primeros pueden ser tanto blanco de reflexivo como sujeto de pasivo sin restricción, mientras que los segundos pueden volverse tanto blanco de reflexivo como sujeto de pasivo sólo

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cuando el poseedor refiera a un participante con alto grado de afectación. La estruc­ tura de pe en estas variedades del zoque comparte varias características presentes en otras lenguas mesoamericanas en las cuales se ha investigado esta construcción. En primer lugar, se usa un mismo morfema aplicativo que introduce al poseedor externo para que se den las funciones que canónicamente se asocian con el argumento r. En segundo lugar, la construcción ocurre únicamente cuando el poseedor del t no es correferencial con el agente del verbo transitivo, y en el caso en que los dos argumentos correferenciales son terceras personas, la construcción es obligato­ ria. En tercer lugar, el poseedor semántico se expresa en dos lugares de la cláusula: como argumento objeto y como dependiente del sintagma poseído con la función de tema/paciente. El rasgo único que separa a las variedades de zoque investigadas de las otras lenguas mesoamericanas para las que se ha reportado esta construcción de pe es el estatus que adquiere el argumento extratemático. Debido a que la construcción en la que el psr pasa a ser op se encuentra en todas las ramas de la familia mixezoqueana, se puede inferir que el patrón en el que el psr pasa a ser os es una innovación de los dialectos centrales y algunos nororientales. Aún resta por investi­ gar el tipo de motivación semántica, pragmática o estructural que dio como resulta­ do esta innovación, que es rara, tanto desde el punto de vista tipológico como de área.

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6. Construcciones de verbos seriales gramaticalizadas en tojol’ab’al Alejandro Curiel*

6.1. Introducción

En la familia de las lenguas mayas hay varias estrategias para introducir un tercer participante en la predicación transitiva (ejemplo, “lo vendió” versus “me lo vendió”). Este participante se puede manifestar de cuatro maneras: como argumento central, a la manera de los objetos primarios (Dryer, 1986); como poseedor con lectura de beneficiario; como oblicuo, o en una construcción de verbos seriales. Veamos algunos ejemplos. Las lenguas con acceso a la estrategia de objeto primario tienen en su inventario­ morfológico un sufijo aplicativo que en protomaya tuvo la forma *-b’e (MoraMarín, 2003). Este morfema hace posible que el receptor pase a ser objeto primario codificado por la marca de absolutivo en el complejo verbal. En contraste, el tema se codifica como objeto secundario. Por ejemplo, en 1, el receptor de un verbo transitivo en tz’utujil, la primera persona, está asociado a la base verbal con el prefijo absolutivo in-, mientras que el tema, una tercera persona, carece de expresión morfológica en la base verbal.1 (1) tz’utujil x-in-ru-k’ayi-b’e-ej com-b1-a3-vender-apl-vt ‘Me lo vendió.’ {García Matzar, citado en Mora-Marín, 2003: 204.}

La segunda de las cuatro estrategias para introducir el tercer participante de un verbo transitivo son los posesivos prolépticos. Éstas son construcciones en las que el poseedor de un sintagma nominal que está en correferencia con el argumento­ absolutivo afijado en el verbo se interpreta como el beneficiario de la acción. En 2, * Universidad Nacional Autónoma de México. 1

En todos los ejemplos sigo la tradición de la lingüística maya para glosar los dos juegos de correferencia­ que aparecen en el núcleo verbal. El juego a es una serie de afijos con función de ergativo y poseedor; mientras que el juego b representa a la serie con función de absolutivo. 171

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vemos un ejemplo en chol de un beneficiario de segunda persona codificado como poseedor. (2)

chol mi kej-el k-mel-Ø a-waj inc fut-nf a1-hacer-b3 a2-tortilla ‘Voy a hacerte tortillas.’ (Lit. ‘Voy a hacer tus tortillas.’) (Levy, 2006: 315)

La tercera estrategia, que también es otra no argumental, es el uso de adposiciones. En 3, un ejemplo del yucateco ilustra el uso de la preposición ti’ para la co­dificación del beneficiario. En 4, se muestra el uso de un nombre relacional en q’anjob’al, que marca dativo. (3) yucateco Juan=e’ t-u=siih-ah u=nook’ ti’ hun-tú chan xi’ibpal Juan=top prf-a3=regalar-com a3=ropa p uno-clfn pequeño niño ‘Juan le regaló vestidos a un niño pequeño.’ (Cortesía de Barbara Blaha.) (4)

q’anjob’al max-Ø-h-aq’ ch’en tumin ay-on com-b3-a2.sg-dar clf dinero dat-b1.pl ‘Nos diste el dinero.’ (Cortesía de Adán Francisco Pascual.)

Finalmente, algunas lenguas mayas pueden usar construcciones de verbos seriales­para introducir este tercer participante. En 5, vemos en tzotzil huixteco una secuencia de dos verbos funcionando como un solo predicado. Los verbos no tienen­marcas de coordinación o de dependencia sintáctica y comparten el argumento absolutivo, que introduce el tema, mientras que el ergativo del segundo verbo hace referencia cruzada al argumento receptor del verbo de comunicación. (5) tzotzil huixteco o’on x-k-al-Ø o’ot ch-av-ai-Ø yo inc-a1-decir-b3 tú inc-a2-escuchar-b3 ‘Yo te lo digo.’ (Cortesía de Margarita Martínez Pérez.) (Lit. ‘Yo lo digo, tú lo escuchas.’)

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En tojol’ab’al no se puede introducir un beneficiario como argumento, como es el caso en el ejemplo 1. La lengua recurre a estrategias no argumentales. El ejemplo 6 ilustra una estrategia proléptica semejante a la del chol ilustrada en el ejemplo 2. (6) tojol’ab’al oj k-i’-Ø jun w-ala kuchara irr a1-tomar-b3 uno a2-dim cuchara ‘Te voy a traer una cucharita.’ (Lit. ‘Voy a traer tu cucharita.’) (Txt)

De la misma forma, los hablantes de tojol’ab’al pueden codificar un tercer participante mediante la adposición b’a, tal como se ve en 7. (7) tojol’ab’al ja=ma’ wan s-le’-j-el ja=y-ajnal ja=b’a s-kwerpo det=rel inc a3-buscar-pas-nf det=a3-medicina det=p a3-cuerpo ja=waw-un-tik-il=i det=a2-hijo-pl-inal=top ‘Los que le están buscando medicina al cuerpo de tus hijos.’ (Txt)

Finalmente, la lengua cuenta con dos construcciones de verbos seriales. La primera de ellas se ilustra en 8, donde el verbo ’i’ ,“tomar”, forma una serie verbal con el verbo transitivo b’at, “pisar”, para introducir al receptor de una construcción transitiva. Asimismo, en el ejemplo 9 se muestra el verbo ’ab’ funcionando como marca de receptor de un verbo de comunicación, similar al tzotzil huixteco ilustrado en 5. (8) tojol’ab’al mok wa-b’at-Ø y-i’ s-k’ab’ ja=’alats=i neg.irr a2-pisar-b3 a3-tomar a3-mano det=bebé=top ‘No le pises la mano a la bebé.’ (Lit. ‘No la pises ella-tomar su mano de la bebé.’) (Txt) (9) tojol’ab’al y-al-a-Ø=ni k-ab’ ke mi=ni jas=ni wa x-’ek’-Ø a3-decir-et-b3=enf a1-oír comp neg=enf qué=enf inc inc-pasar-b3 s-k’ujol=a a3-corazón=dist ‘Claro que me dijo que nada le pasaba por la mente.’ (Lit. ‘Sí lo dijo y yo lo escuché que nada le pasaba por la mente.’) (Txt)

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El propósito de este artículo es documentar los rasgos fundamentales de la estrategia serial con el verbo ’i’, como ocurre en el ejemplo 8. Este capítulo presenta­ la siguiente estructura. En la sección siguiente expongo algunas características gramaticales relevantes de tojol’ab’al, seguidas de una revisión de los recursos no seriales en la lengua para introducir el tercer participante. En la sección “la construcción del verbo serial dativa” presento los análisis previos de la construcción del ejemplo 8 y la del ejemplo 9 y los contrasto con mi propuesta de considerarlos construcciones de verbos seriales. Más adelante, proporciono evidencia que demuestra­que la construcción de verbo serial está gramaticalizada como una marca de caso dativo, y discuto finalmente la sintaxis de esta marca en el marco de la teoría de la gramaticalización. El trabajo finaliza con una breve conclusión. 6.2. Características gramaticales relevantes del tojol’ab’al

El tojol’ab’al pertenece al grupo q’anjob’aleano de la familia maya (Kaufman, 1972), junto con el mochó y el tuzanteco de México, el popti’, el q’anjob’al, el akateko y el chuj de Guatemala. No obstante, no son pocas las evidencias léxicas, fonológicas, morfológicas y sintácticas que sugieren asociarlo con las lenguas vecinas del grupo tseltalano (Robertson, 1977). La lengua tiene un alineamiento ergativo­-absolutivo sin escisión bajo ninguna condición. En 10, el sujeto en referencia a la primera persona de un verbo intransitivo se codifica con el sufijo absolutivo -on, el mismo que marca el paciente del verbo transitivo, como en 11. En contraste, en 12, el agente en referencia a la primera persona de un verbo transitivo recibe marcación ergativa prefijada con k-. (10) jak-y-on llegar-vi-b1 ‘Llegué.’ (Txt) (11) kechan k’ul-an-on perton sólo hacer-et-b1 perdón ‘Sólo que perdóname.’ (Txt) (12) k-il-a-Ø ja=y-a’-Ø k’e’-uk-Ø=i a1-ver-et-b3 det=a3-dar-b3 comenzar-irr-b3=top ‘Vi cuando la comenzaron.’ (Txt)

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El tojol’ab’al es una lengua de marcación en el núcleo (Nichols, 1986). El ejemplo 13 ilustra este rasgo. Los argumentos se expresan por medio de afijos en el verbo. El poseedor también se marca en el núcleo poseído, como se ve en 13, en s-naj, “su casa”, y no en el sustantivo poseedor byejito pegro, “el viejito Pedro”. Este mismo ejemplo muestra cómo el nombre relacional s-ts’e’el “su lado”, recibe esta marcación y no su dependiente. (13) mi x-ja-na’-a-Ø s-b’aj ja=b’a s-ts’e’el ja=s-naj byejito neg inc-a2-saber-et-b3 a3-rr2 det=p a3-lado det=a3-casa viejito pegro ’il k’ot-e Pedro allá regresar-dir ‘¿No conoces al lado de la casa del viejito Pedro, el de hasta allá?’ (Txt)

6.3. Estrategias no seriales para la introducción del tercer participante

La construcción de posesivos prolépticos y el uso de adposiciones son dos posibilidades no seriales que existen en la lengua para la introducción del tercer participante. En el ejemplo 14, se muestra la estrategia proléptica. (14) ’i-aj-Ø=xa ja=s-jabon jando traer-et-b3=disc det=a3-jabón Alejandro ‘¡Ya tráele jabón a Alejandro!’ (Lit. ‘Ya tráele el jabón de Alejandro.’)

Tal como se ve en la traducción, la construcción tiene dos lecturas posibles: la proléptica y la de posesión propiamente. Ninguna de estas dos lecturas posibles se ha elegido como favorita en la lengua, por lo que en varios casos existe ambigüedad. En cambio, en la estrategia de serialización, como en el ejemplo 15, se obtiene una única lectura, la del receptor beneficiario.

2

El sustantivo relacional reflexivo/recíproco en tojol’ab’al tiene su origen en un sustantivo que originalmente significaba “cara” y que está altamente gramaticalizado. No obstante, en el ejemplo, este sustantivo no es reflexivo, sino que tiene una retención de su significado original y sirve para codificar una expresión idiomática que significa “conocer”. De ahí que esté marcado con el prefijo posesivo de tercera persona, a pesar de que el verbo lleve prefijo ergativo de segunda persona.

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(15) ’i-aj-Ø=xa y-i’3 s-jabon jando traer-et-b3=disc a3-dat a3-jabón Alejandro ‘¡Ya tráele su jabón a Alejandro!’

Una segunda posibilidad para introducir al tercer participante es la construcción con adposición. En 16, repetición de 7, vemos al receptor de un verbo transi­ tivo introducido por la preposición b’a. (16)

ja=ma’ wan s-le’-j-el ja=y-ajnal ja=b’a det=rel.hum inc a3-buscar-pas-nf det=a3-medicina det=p s-kwerpo ja=waw-un-tik-il=i a3-cuerpo det=a2-hijo-pl-inal=top ‘Los que le están buscando su medicina al cuerpo de tus hijos.’ (Txt)

Esta estrategia se emplea solamente con receptores inanimados. Al emplear la estrategia serial, como en 17, se obtiene una interpretación en la que el beneficiario es obligatoriamente humano. (17) ja=ma’ wan s-le’-j-el y-i’ ja=y-ajnal det=rel inc a3-buscar-pas-nf a3-dat det=a3-medicina ja=s-kwerpo ja=waw-un-tik-il=i det=a3-cuerpo det=a2-hijo-pl-inal=top ‘Los que le están buscando a tus hijos la medicina de su cuerpo.’

Lo mismo se puede observar en 18, donde se ilustra un uso espontáneo y natural­de la construcción serial contrastada con 19, donde nuevamente se muestra­ que la interpretación del participante con la estrategia adposicional se reserva para receptores inanimados. (18) ¿oj wa-le’-Ø jan y-i’ jun s-k’u’ ja=k-ijts’in=i? irr a2-buscar-b3 dir:aquí a3-dat uno a3-blusa det=a1-hermanita=top ‘¿Le vas a buscar una blusa a mi hermanita?’ (Txt) (19) ¿oj wa-le’-Ø jan jun s-k’u’ ja=b’a k-ijts’in=i? irr a2-buscar-b3 dir:aquí uno a3-blusa det=p a1-hermanita=top ‘¿Vas a buscar sui blusa a (casa de) mi hermanitaj?’ 3

En todos los ejemplos gloso el verbo ’i’ como dativo (dat).

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6.4. La construcción de verbo serial dativa

En esta sección discuto los análisis previos de la estrategia serial para la introducción­ del receptor de un verbo transitivo y los contrasto con una nueva propuesta­que considera esta estructura como un fenómeno de serialización verbal gramaticalizado­ en una marca de caso. La discusión se inserta en el debate contemporáneo sobre las construcciones de verbos seriales. 6.4.1. Análisis previos

En su trabajo pionero sobre sintaxis tojol’ab’al, Furbee-Losee (1976) no discute la predicación transitiva con receptor. Hay que esperar hasta Brody (1982: 249 y ss.) para ver un primer análisis del fenómeno. Esta autora argumenta que se trata de oraciones complejas compuestas por un verbo matriz y uno subordinado donde la valencia y el aspecto están codificados en el verbo más alto. Asimismo, el agente está prefijado como ergativo en el verbo más alto; el paciente o tema, como absolutivo en ambos verbos, y el receptor está expresado como el agente del verbo más bajo. Así, el ejemplo 20 tendría la lectura literal de [x dio y (y) z toma y].

Agente

Tema

Receptor

(20) y-a’-a-Ø y-i’-Ø a3-dar-et-b3 a3-tomar-b3 ‘Se lo dio.’ (Brody, 1982: 249.)

Este análisis tiene, no obstante, problemas para explicar el comportamiento morfológico de la supuesta oración compleja formada entre ’a’, ‘dar’, e ’i’ ,‘tomar’. En 21, vemos que la forma plural de la marca dativa escoge una consonante epentética diferente a la del verbo pleno ’i’, tal como se ve en 22. Ésta es, a mi entender, una evidencia que retomaré en la sección siguiente como diagnóstico de gramaticalización del verbo en 22, con la marca de dativo en 21. (21) y-i’-l-e’ a3-dat-ligadura.pronominal-3pl ‘a ellos.’

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(22) y-i’-Ø-w-e’ a3-tomar-ligadura.verbal-b3-3pl ‘Ellos lo tomaron.’

Por otro lado, el análisis que Brody propone no explica por qué el tema no aparece en el segundo verbo, tal como se sugiere en 23, en contraste con la imposibilidad de 24, donde el argumento absolutivo sigue afijado. Todo esto bajo el supuesto de que el análisis del ejemplo 20 fuera correcto, en el cual el verbo más bajo recibe absolutivo. (23) oj j-chon-a y-i’ irr a1-vender-b2 a3-dat ‘Te voy a vender a él.’ (24) * oj j-chon-a y-i’-wa irr a1-vender-b2 a3-traer-b2 Lectura buscada: ‘Te voy a vender a él.’

Más recientemente, Lenkersdorf (2002: 225 y ss.) prefiere un análisis en el que el segundo elemento es un pronombre y reconoce su origen verbal, con lo cual resuelve el problema morfológico de Brody. Sin embargo, no da cuenta del comportamiento sintáctico de esta marca. Por esta razón, resulta importante revisar esta estrategia de introducción de tercer participante. En el siguiente apartado voy a tratar de demostrar que esta estrategia serial es parte de una gramaticalización en proceso que dio origen a una marca de caso. 6.4.1.2. Nueva propuesta

Se conoce como “construcciones de verbos seriales” (en adelante, cvs) a las secuencias­de dos o más verbos que actúan juntos como un solo predicado, que no tienen marcas abiertas de coordinación, subordinación o de dependencia sintáctica­ o discursiva, y que comparten al menos un argumento (Aikhenvald, 2006a). Estas estructuras describen aquello que los hablantes conceptualizan como un solo evento,­codificado en lenguas que carecen de esta estrategia mediante una estructura equiparable a la frase verbal. Así pues, las cvs se asemejan semántica y funcionalmente a las construcciones monooracionales en lenguas sin serialización. Las cvs están distribuidas en todo el mundo, pero son especialmente prominentes en

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lenguas criollas, lenguas del oeste africano, del sureste asiático, de la región amazónica y de Nueva Guinea. En Mesoámerica, estas construcciones se han reportado­ para el tzotzil (Aissen, 2006), oluteco (Zavala Maldonado, 2006a) y q’anjob’al (véase el capítulo 7). En tojol’ab’al, las cvs no son tan frecuentes como en las lenguas llamadas “serializadoras” (Crowley, 2002; Lord, 1973; Durie, 1988; Dixon, 2006). La productividad de estas construcciones en esta lengua se ubica entre la del khwe (menos de 1% de sus cláusulas tienen una cvs) y las del mwotlap, el toqobaqita o el lakota­ (entre 5 y 20% de sus cláusulas las llevan) (Dixon, 2006: 338). Las cvs del tojol’ab’al se reducen a una lista cerrada distribuida en tres grupos funcionales. Hay una sola cvs para marcar caso dativo, que ya he ilustrado; 13 que generaron los direccionales y que muestro en el ejemplo 25, y una que marca receptor, ejemplificada en 26. (25) ti wa x-’och-Ø ’och-e ja=yal k’at-an dem inc inc-entrar-b3 entrar-dir:allá det=dim transversal-posic te’ b’a y-ojol palo p a3-interior ‘Entonces entra allá el palo atravesado en el interior.’ (Txt) (26) k’el-a-Ø w-il-Ø ja=y-al-a-Ø k-ab’-tik ja=pagre mirar-et-b3 a2-ver-b3 det=a3-decir-et-b3 a1-oír-1pl det=padre ‘A ver, fíjate, fue lo que me dijo el padre.’ (Txt)

Estos tres tipos de cvs comparten algunas propiedades comunes. A diferencia de las lenguas altamente serializadoras (Solnit, 2006; Sebba, 1987; Ingram, 2006), en la formación de verbos seriales en el tojol’ab’al intervienen sólo dos verbos. Además, el segundo verbo está restringido a una clase cerrada. A este tipo de construcción serial se le conoce, en la literatura sobre serialización, como “cvs asimétrica”.­El único argumento compartido por todas las cvs en tojol’ab’al es el absolutivo. Todas las cvs presentes en la lengua siguen un orden icónico; es decir, reflejan la secuencia real de eventos tal como se conceptualizan en su suceder en el mundo. Otra característica compartida por todas las cvs en tojol’ab’al es el alto grado de gramaticalización del segundo elemento de la serie. Existen varias evidencias que permiten sostener que la secuencia de verbos es un caso de serialización y no de subordinación. En 27, vemos que las marcas de aspecto sólo están asociadas al primer verbo (v1). Además, no hay ningún signo de subordinación o coordinación entre ambos verbos.

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(27) wan=b’i x-j-ts’an-Ø y-i’ t’usan y-ala mats’ inc=cit inc-a1-encender-b3 a3-dat poco a3-dim atole ‘Que le cuezo un poco de atolito.’ (Txt)

La cvs dativa es asimétrica. Esto quiere decir que el primer verbo proviene del paradigma abierto de verbos transitivos —excepto ’al, “decir”, que forma su propia cvs de receptor—, pero el segundo está restringido a ’i’, “tomar”. Otra propiedad de esta cvs es su estricta adyacencia. La agramaticalidad del ejemplo 28 muestra que la secuencia v1-v2 no se puede separar empleando una frase nominal que exprese el argumento compartido. (28) * oj=b’i j-ts’an-Ø t’usan y-ala mats’ y-i’ irr=cit a1-encender-b3 poco a3-dim atole a3-dat Lectura buscada: ‘Que ya voy a cocer un poco de atolito para él.’

Por otro lado, en la discusión sobre serialización es importante notar si las cvs forman o no una sola palabra. La cvs dativa del tojol’ab’al forma una sola palabra fonológica, como se muestra en 29, pero dos gramaticales, como deja ver la posición del enclítico de segunda posición =b’i en 30. (29) [ˈoh] [ˌki.han. ˈwi] [ˈtab’] [ˈwa.la] [ˌi.ˈim] oj k-i’-Ø jan w-i’ chab’ w-ala ’ixim irr a1-tomar-b3 dir.aquí a2-dat dos a2-dim maíz ‘Te voy a traer dos maicitos.’ (Txt) (30) [ˌja.b’i.ˈji] [ˌku.ˈti.ʎo] y-a’-Ø=b’i y-i’ kuchiyo a3-dar-b3=cit a3-dat cuchillo ‘Que le dio una cuchillada.’ (Txt)

Las cvs comparten obligatoriamente un argumento. En la cvs dativa, el v2 se ha gramaticalizado hasta tal punto que su estructura argumental es defectiva, en el sentido de que ya no toma un segundo argumento a pesar de que el v2 es originalmente transitivo. Esto explica que el tema en correferencia con el argumento absolutivo­de 31 no pueda sufijarse al v2. (31) a. mok wa-chon-on y-i’ neg.irr b2-vender-b1 a3-dat ‘No me vendas a él.’

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b. * mok wa-chon-on y-i’-won neg.irr b2-vender-b1 a3-dat-b1 Lectura buscada: ‘No me vendas y que él me lleve.’

6.5. La gramaticalización de la cvs dativa

En esta sección presento evidencia desde varios niveles de análisis para demostrar que el v2 de la cvs dativa se ha gramaticalizado en una marca de caso con comportamientos prosódico, morfológico, morfosintáctico, sintáctico y semántico equiparables a los de otras marcas de caso en la lengua (v.gr. agente oblicuo o causativo y comitativo). Asimismo, proporciono datos de otra cadena de gramaticalización, que también tiene como fuente el verbo ’i’, que sugieren que esta raíz se encuentra en un proceso de “poligramaticalización” (Craig, 1991). Cierro con una comparación­con otros procesos de gramaticalización equiparables presentes en otras lenguas del mundo. 6.5.1. Evidencia fonológica

Un indicio que muestra un estado avanzado en el proceso de gramaticalización de la cvs es que forma una sola palabra fonológica. El ejemplo 32 ilustra que el verbo transitivo y su marca de dativo están insertos en una misma unidad prosódica, aunque separados por el enclítico de segunda posición =b’i. (32) [ˌja.b’i.ˈji] [ˌku.ˈti.ʎo] y-a’-Ø=b’i y-i’ kuchiyo a3-dar-b3=cit a3-dat cuchillo ‘Que le dio una cuchillada.’ (Txt) 6.5.2. Evidencia morfológica

El comportamiento morfológico de la cvs dativa es claramente pronominal. El tojol’ab’al, al igual que la mayoría de las lenguas de la familia, tiene inicio silábico obligatorio. Cuando el sufijo de tercera persona plural -e’ es precedido por una vocal, como en el ejemplo 33, se coloca una consonante epentética que gloso como ligadura.

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Esta vocal está condicionada por el patrón silábico de la raíz y puede ser la aproximante [w] o [j]. (33) cha ko’-Ø jach’ ko’ ja=y-al-e’ ja=b’a wa dos bajar-b3 así dir:abajo det=a3-hijo-3pl det=p inc x-y-i’-a-Ø-w-e’ jaw=i inc-a3-tomar-et-b3-ligadura.verbal-3pl dem=top ‘También bajaron así sus hijos a donde los habían llevado aquéllos.’ (Txt)

Sin embargo, en 34, la marca de dativo selecciona una consonante epentética aproximante [l], que aparece con algunos pronombres de plural, como se muestra en los paradigmas pronominales en el cuadro 6.1. (34) ja=yal santo mi k’ul-j-i-Ø y-i’-l-e’ det=dim santo neg hacer-pas-vi-b3 a3-dat-ligadura.pronominal-3pl permitir oj s-man-Ø-e permitir irr a3-comprar-b3-irr ‘No les permitieron comprar sus santitos.’ (Txt)

El comportamiento morfológico del v2 en la estrategia serial que introduce el tercer participante demuestra que este verbo sólo puede ser analizado como una marca de caso y ya no como un verbo pleno. Cuadro 6.1

Paradigmas pronominales en tojol’ab’al Libres

Agentivos

Dativos

Comitativos

1 sg

ke’n

kuj

ki’

jmok

2 sg

we’n

wuj

ki’

wamok

3 sg

ye’n

yuj

yi’

sok|(3

2 m- 2>3 y-

3>3’

x-

2>1, 3>1

m-

3>2

Ø- 3’>3

Fuente: elaboración propia.

Cuadro 8.2

Marcadores personales para cláusulas independientes Intransitivo

Transitivo

s marcado

n- 1



m-



y- 3

a marcado n

1>2, 1>3

2 x- 2>3 t-

3>3’

o marcado x-

2>1, 3>1

m-

3>2

y- 3’>3

Fuente: elaboración propia.

En el sistema de marcación inversa del mixe de Ayutla, se sigue la jerarquía de persona esquematizada en 8. Cuando el participante a es más alto en la jerarquía que el participante o, la relación se marcará como directa; en caso contrario, si el participante o es más alto en la jerarquía, la relación se marcará como inversa.

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Cláusulas de complemento en el mixe de Ayutla

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(8) 1ª persona > 2ª persona > 3ª persona Humano > Animal > Inanimado Más topical > Menos topical

El sistema inverso se manifiesta en mixe en dos mecanismos que pueden o no coaparecer: en un sistema pronominal jerárquico (Zavala Maldonado, 2007a; véanse también los cuadros 8.1 y 8.2) y por medio de un sufijo de inverso.7 En este sentido, en los marcadores personales se codifica no sólo la persona gramatical del participante más prominente en la jerarquía descrita en 8, sino también si la alineación es directa o inversa. Por ejemplo, la primera persona se marca con el prefijo n- cuando la marcación es directa pero con el prefijo x- cuando es inversa. Por otra parte, en muchas conjugaciones verbales también aparece el sufijo -ë, que indica que la alineación es inversa, como se muestra en 9. (9) Alineación directa a. m-ex-py mejts yë’ë uk 2a-ver-i.tr 2pro dem2 perro ‘Tú estás viendo al perro.’ Alineación inversa b. m-ex-ë-p mejts yë’ë uk 2o-ver-inv-i 2pro dem2 perro ‘El perro te está viendo.’

En el ejemplo 9a, la marcación es directa porque el participante a es una segunda­persona y está más alto en la jerarquía de persona que el participante o, que es una tercera persona. En contraste, en 9b se da una relación semántica inversa,­puesto que el participante a está abajo del participante o en la jerarquía descrita en 8, por lo tanto, la relación debe marcarse como inversa.

7

La inversión funciona de forma distinta no sólo en lenguas de distintas familias, sino también en lenguas mixe-zoques (para oluteco, véase Zavala Maldonado, 2002; 2007a; para mixe de Tamazulapam, véase Santiago Martínez, 2008 y para el mixe de Ayutla Romero Méndez, 2009). Para tener claridad terminológica, uso “sistema de alineación inversa” para referirme al conjunto de recursos gramaticales involucrados que pueden coaparecer o no, como se explica en el cuerpo del texto.

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Rodrigo Romero Méndez

8.2.4. Marcación de aspecto/modo

En la morfología verbal del mixe de Ayutla, el aspecto/modo está señalado por medio de sufijos de am y por medio de apofonía vocálica (un cambio en el núcleo de la última sílaba del radical). En este trabajo, dejaré de lado la apofonía y me centraré en los sufijos de am, los cuales se presentan en el cuadro 8.3. En el paradig­ ma de am también aparece la distinción entre una marcación independiente y dependiente. Cuadro 8.3

Marcadores de aspecto-modo en mixe de Ayutla

Independiente Dependiente



-p/-py (transitivo)

Aspecto neutro

Irrealis -p Completivo

-y/-t (plural) -t

-y

Fuente: elaboración propia.

Como he argumentado en otra parte (Romero Méndez, 2008), el marcador de aspecto neutro (cognado con la forma llamada incompletiva en otras lenguas mixe-zoques) no tiene ningún valor aspectual. El marcador de aspecto neutro (-p, -py o -y) aparece glosado únicamente como independiente o dependiente, según sea el caso, ya que ésta es su principal función. Como se ilustra en el cuadro 8.3, la forma independiente del aspecto neutro distingue entre una marcación transitiva y una intransitiva. Además, el aspecto neutro dependiente plural se marca con el morfema portmanteau -t.8 El completivo —prácticamente en desuso entre los jóvenes— indica aspecto de punto de vista perfectivo (view point aspect, Smith, 1997) y no se marca por medio de un sufijo sino únicamente por medio de la apofonía. Como parte del mismo paradigma, también aparece el irrealis. Los morfemas de aspecto neutro independiente y de irrealis independiente son idénticos, pero desen­ cadenan un tipo distinto de apofonía. Es necesario decir que existe otro morfema­ que expresa aspecto perfecto, el sufijo -në, pero no forma parte del paradigma de am.9 8 9

Para otras conjugaciones de am, el plural se marca con el sufijo verbal -t(ë), pero en estos casos no se fusiona con la marca de am sino que es un morfema aparte. Debido a interacciones morfofonológicas, en la conjugación neutra dependiente el perfecto aparece al final de verbo, sin que el morfema de dependiente se realice explícitamente. Esto podría dar la falsa impresión de que aparece en la posición de los marcadores de am, pero no es así.

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Cláusulas de complemento en el mixe de Ayutla

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En mixe de Ayutla se puede expresar aspecto perfectivo por medio del adverbio tëë, ‘ya’, en 10a, y aspecto perfectivo y tiempo pretérito por medio del adverbio ojts, en 10b (Romero Méndez, 2008).10 (10) a. tëë yë’ë tsä’äny x-päät-y ya dem2 víbora 2a-encontrar-d ‘Ya encontraste la víbora.’ (Txt) b. ta=ëk=ja’a nan ojts y-yä’äx-y deic=cit=dem2 señora pret 3s-llorar-d ‘Entonces la señora lloró.’ (Txt) 8.2.5. Orden de constituyentes

El mixe de Ayutla, al igual que otras lenguas de la familia, presenta un alto grado de flexibilidad en el orden de constituyentes. Sin embargo, podemos encontrar las tendencias expresadas en 11 cuando hay frases nominales plenas. Como veremos en un momento, las cláusulas de complemento no siempre presentan el mismo grado de flexibilidad, además de que a veces deben aparecer después del verbo, incluso si la marcación del verbo matriz es dependiente, lo cual contrasta con las frases nominales. (11)

Orden con ffnn: so En independientes: vo/ov En dependientes: ov

8.3. Complementación, subordinación y codependencia

Algunos predicados toman una cláusula como uno de sus argumentos, en lugar de, o además de, una frase nominal, como en los ejemplos mostrados en la introduc­ ción. Predicados de esta naturaleza se llaman “predicados matrices”; por su parte, la cláusula que sirve de argumento de dicho predicado se llamará “cláusula­de complemento”. Aunque las expresiones “predicado matriz” o “cláusula matriz” se han usado principalmente para estudios de subordinación, aquí los utilizaré como 10

Tanto el aspecto de punto de vista perfectivo como el imperfectivo se definen siguiendo a Klein, 1994.

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términos de cobertura para el predicado que toma complemento en todos los casos de complementación, ya sea que exista subordinación o codependencia. Para el presente artículo, tomaré dos puntos clave para identificar la complementación en mixe. En primer lugar, en términos semánticos, el predicado expresado­por la cláusula de complemento debe ser un argumento semántico del predicado expresado por la cláusula matriz. En segundo lugar, limitaré el análisis a los siguientes casos: verbos intransitivos cuyo único argumento sea la cláusula de complemento y verbos transitivos cuyo objeto sea la cláusula de complemento.11 De forma esquemática, para el estudio de la complementación (o de la subordinación en general) se puede distinguir entre dos tipos de relaciones: dependencia estructural e incrustación (Cristofaro, 2003). Por “dependencia estructural” entiendo simplemente que la cláusula de complemento no podría aparecer con la misma forma como una cláusula independiente. Por “incrustación” entiendo que las cláusulas subordinadas forman un constituyente dentro de la cláusula matriz. En el caso de la complementación, la cláusula de complemento debe ser un argumento sintáctico del verbo matriz. Así pues, en 12 la cláusula de complemento está introducida por el complementante que, marcándola así como dependiente, y ocupa la posición de objeto directo del verbo oír, con lo cual sabemos que está incrustada. (12) Oí que Carlos cerró la puerta.

Ya otros autores han señalado, sin embargo, que existen estructuras en las cuales se relacionan dos cláusulas que no califican propiamente ni como subordinación ni como coordinación (Van Valin y LaPolla, 1997; Van Valin, 2001; 2005; Givón, 2001; Cristofaro, 2003; Guerrero, 2006; entre otros). En muchos de estos casos, las cláusulas pueden compartir operadores de tiempo, aspecto o polaridad, pueden compartir un argumento, o incluso dos verbos pueden formar un predicado­ complejo de forma que compartan todos los argumentos. Para fines del presente artículo, llamaré construcciones codependientes (o cosubordinadas) a estos casos que parecen ocupar una posición intermedia entre coordinación y subordinación. En ellos, la cláusula de complemento es dependiente­ sintácticamente del verbo matriz pero no existe incrustación. La idea de codepen11

En una discusión más amplia del mixe, y de otras lenguas, habría problemas con este punto (Munro, 1982). En mixe de Ayutla, por ejemplo, los verbos de habla toman claramente un complemento clausal que, sin embargo, no es argumento sintáctico. Esto se refleja en que el verbo matriz es intransitivo. Dadas las dimensiones del artículo, dejaré de lado casos como el de los verbos de habla.

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dencia no debe entenderse como una nueva propuesta teórica, sino como un término conveniente para designar la relación sintáctica existente entre cláusula matriz y complemento en tres tipos de cláusulas de complemento en el mixe de Ayutla (o sea, los tipos 3, 4 y 5).12 De forma más particular, en las construcciones subordinadas, tanto la cláusula­ principal como la subordinada tienen definido su límite clausal, mientras que en las cláusulas co-dependientes los límites entre una y otra cláusula parecen diluirse. En este sentido, la marcación de los verbos como dependientes o independientes sirve de clave para distinguir si existe subordinación o codependencia. Si la marcación del verbo matriz y el verbo de complemento no está correlacionada, la relación­será de dependencia. Por el contrario, si la marcación de ambos verbos como independiente o dependiente está correlacionada, existe codependencia. Todo esto es explicado a lo largo de la exposición. Finalmente, en el estudio de la complementación también se considera cuál es la complejidad sintáctica de la cláusula de complemento. Dicha complejidad se puede tomar como un indicador de la integración sintáctica de la cláusula de complemento en la cláusula matriz. Entre más compleja sea una cláusula de complemento (es decir, si existe complementante, si acepta modificadores y cuáles, si el verbo puede tener argumentos o no), habrá una menor integración sintáctica y viceversa. 8.4. Cláusulas subordinadas de complemento

En esta sección abordaré las cláusulas de complemento que están subordinadas a la cláusula principal, es decir, que presentan dependencia e incrustación. 8.4.1. Tipo 1. Complementos con cláusulas plenas

Las cláusulas de complemento plenas están marcadas siempre por la presencia de una palabra subordinante que introduce a la cláusula de complemento; no presentan restricciones respecto al verbo matriz, es decir, la construcción no está restringida a un grupo semántico en particular, y son las que presentan un mayor grado de independencia sintáctica. Esto último significa que, salvo por el complemen12

Para una definición más restringida sobre la cosubordinación y una discusión teórica respecto a ella, véanse Foley y Van Valin, 1984; Van Valin y LaPolla, 1997; Van Valin, 1993; 2005.

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tante y por estar incrustada en una estructura sintáctica mayor, la cláusula subordi­ nada tiene casi todas las características que podríamos encontrar en una cláusula independiente. Los operadores semánticos de la cláusula matriz son independientes­ de los operadores semánticos de la cláusula de complemento. A pesar de ello, veremos que las cláusulas interrogativas de complemento tienen aún menor integración sintáctica que las cláusulas aseverativas. 8.4.1.1. Cláusulas aseverativas de complemento

Las cláusulas aseverativas de complemento están introducidas por el elemento subordinante kuu, glosado aquí simplemente como complementante.13 En estos casos, la cláusula de complemento aparece obligatoriamente marcada como dependiente. Esto se debe a la presencia del complementante, que es tratado como cualquier otro elemento no argumental que aparezca antes del verbo. Esta construcción es ejemplificada en 13. (13) per te’n=ëk=ja’a t-ex-y kuu soldäätep pero así=cit=dem3 3a-ver-d comp soldados y-mats-t pues 3s-venir-d;pl pues

‘Pero que él vio que venían soldados, pues.’ (Txt)

Cuando el objeto es una frase nominal plena, su posición respecto al verbo puede variar dependiendo de si la cláusula es dependiente o independiente (véase sección “Orden de constituyentes”). Sin embargo, la cláusula de complemento siempre aparece en posición final, ya sea que la cláusula matriz sea dependiente, como en el ejemplo 13, o independiente, como en 14. (14) y-mëtoo-py=yë kuu=ëk=ja’a jä’äy y-tsapää-y y-yä’äx-y 1a-oír-i.tr=dem2 comp=cit=dem3 gente 3s-llorar-d 3s-chillar-d ‘Oía que esa gente lloraba, gritaba.’ (Txt)

13

El complementante kuu tiene otras funciones, entre ellas, introducir cláusulas temporales (de hecho, uno podría suponer que ésta es la función más básica), cláusulas finales y cláusulas de causa.

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Las cláusulas subordinadas intransitivas, en las que el único argumento es sujeto, también aparecen en posición final. (15) Ø-kaxë’ëk-p kuu y-tu’u-y 3s-parecer-i comp 3s-llover-d ‘Parece que llueve.’

Como se ha podido observar en los ejemplos anteriores, el verbo subordinado se encuentra en una forma finita pues aparece con los marcadores personales. Además, la marcación de aspecto-modo no está restringida a un solo tipo: puede aparecer la marca de aspecto neutro, como en los ejemplos de 13 a 15, o bien, de completivo, como en 16a, e irrealis, como en,16b. (16) a. te’n=ëjts n-mëtoo-y kuu jajp=ja’a tät y-tään-y así=1pro 1a-oír-d comp deic-dem3 señor 3s-quedarse\com-d ‘Escuché que allá se quedó el señor.’ b. pës taa jä’äy y-anë’mx-y kuu y-më+tun-t pues deic gente 3a-decir-d comp 3s-trabajar-irr.d ‘Pues entonces la gente le dijo que trabajara (pagado).’ (Txt)

El verbo matriz puede restringir el tipo de marcación de am en el verbo subordinado. En verbos desiderativos y en verbos de actitud proposicional negativa es obligatorio el uso de una forma irrealis.14 (17) n-tsok-py=ëjts kuu Pedro y-men-t 1a-querer-i.tr=1pro comp Pedro 3a-venir-irr.d ‘Quiero que Pedro venga.’

En los ejemplos anteriores se muestra que los argumentos del verbo subordina­ do­se pueden expresar como frases nominales plenas, algo que no ocurrirá en las cláusulas reducidas. Además, es posible tener adverbios temporales, en particular el adverbio que indica referencia pretérita ojts, dentro de la cláusula subordinada (de hecho, sería posible tener un ojts para la cláusula matriz y otro para la cláusula su­ bor­dinada). Nótese que, en 18, la referencia temporal de la cláusula subordinada­ es independiente de la referencia temporal de la cláusula matriz. 14

Noonan (1985) distingue entre complementos en subjuntivo y complementos en indicativo como dos tipos distintos, sin embargo, esta distinción no parece pertinente en mixe.

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(18) n-najäw+ë-py=ëjts kuu ojts Pedro t-kox-y Karlos 1a-saber-i.tr=1pro comp pret Pedro 3a-pegar-d Carlos ‘Sé que Pedro le pegó a Carlos.’

La cláusula de complemento puede ser afirmativa, como en todos los ejemplos vistos hasta el momento, o negativa, en cuyo caso aparecerá el adverbio negativo, como en 19. (19) t-tuk-mëtoo-y kuu ka’t=ja’a y-mänk mää 3a-caus-oír-d comp neg=dem3 3pos-hijo dónde t-uk+päät-n 3a-encontrar-perf.d

‘Le dijo que no encontraba a su hijo por ninguna parte.’ (Txt)

Los ejemplos 18 y 19 muestran adicionalmente que la cláusula matriz y la cláusula de complemento no comparten operadores de tiempo o polaridad. En cada caso, el alcance de la negación o del adverbio de tiempo es sobre la misma cláusula. 8.4.1.2. Cláusulas interrogativas de complemento

Las cláusulas de complemento interrogativas, aunque las catalogo como una variante del Tipo 1, merecen un apartado propio. Aunque las cláusulas de complemento interrogativas también son introducidas por un complementante, resultan ser el tipo de cláusula de complemento con menos integración sintáctica. En la cláusula simple, las preguntas de interrogación total están marcadas por el clítico interrogativo =a, tal como se ve en 20. (20) ¿jam ojts=ja’a y-pëk-y=a? deic pret=dem3 3s-tomar-d=int ‘¿Ahí se casó?’ (Txt)

Por otro lado, las preguntas de interrogación parcial están marcadas por una palabra interrogativa que aparece al inicio de la cláusula, por ejemplo tii, en 21. (21) ¿tii jam m-jät-ë’-p? qué deic 2o-suceder-inv-i ‘¿Qué te pasa?’ (Txt)

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En contraste, para introducir las cláusulas de complemento de interrogación total se emplea el complementante pen, tal como se ve en 22a.15 Por su parte, las cláusulas de complemento de interrogación parcial son introducidas simplemente por la palabra interrogativa, que en 22b es xë’n “cómo.” (22) a. ka’t=ëjts n-nasjäw pen Ø-mem-p Pedro neg=1pro 1a-saber.d si 3s-venir-i Pedro ‘No sé si Pedro venga.’ b. ka’t=ja’a t-ta+jät-y xë’n t-ak-yo’oy-t neg=dem3 3a-saber-d cómo 3a-caus-caminar-irr.d ‘No sabe cómo lo puede conducir.’ (Txt)

La mayoría de las características presentadas en la sección anterior para las cláusulas de complemento aseverativas se aplican también a las cláusulas interrogativas de complemento, v.gr. toman marcadores personales y distintos tipos de marcadores de aspectomodo, pueden expresar todos sus argumentos por medio de constituyentes independientes, y el verbo puede ser modificado por adverbios, incluyendo adverbios de tiempo y aspecto. Hay, sin embargo, una característica notable en las cláusulas interrogativas de complemento que las distingue de las aseverativas. Estas cláusulas pueden ser marcadas como independientes (22a) o como dependientes (22b), independientemente­ de la presencia de las palabras que las introducen.16 Por esta razón, las condiciones que desencadenan la dependencia en este tipo de cláusulas son las mismas que en la cláusula simple. Es decir, en 23a, la cláusula de complemento aparece como independiente, puesto que en su interior no existe ningún elemento que desencadene la dependencia, tal como sucede sin embargo en 23b, donde tenemos el adverbio de pasado ojts. Por otro lado, y tal como se muestra en 23c y 23d, una interrogación sobre un argumento se marca como independiente mientras que la interrogación sobre un “no argumento” desencadena dependencia.

15 16

Esta conjunción es la misma usada para introducir la prótasis en cláusulas subordinadas condicionales (más específicamente, en contrafactuales). Resulta interesante el hecho de que el complementante pen, “si”, en contraste con el complementante kuu, no desencadene por sí mismo la dependencia. Aunque por el momento no puedo explicar del todo este fenómeno, quizá esto indique que ocupa una posición estructural distinta (o, al menos, podría sugerir que históricamente provenga de una construcción independiente).

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(23) a. ka’t=ëjts n-najäw ti Karlos y-tojkx-py neg=1pro 1a-saber.d qué Carlos 3a-comer-i.tr ‘No sé qué está comiendo Carlos.’ b. ka’t=ëjts n-najäw mää=ja’a Karlos y-tojkx-y neg=1pro 1a-saber.d dónde=dem3 Carlos 3s-comer-d ‘No sé dónde está comiendo Carlos.’ c. ka’t=ëjts n-najäw pen Karlos y-tojkx-py uupy neg=1pro 1a-saber.d si Carlos 3a-comer-i.tr amarillito ‘No sé si Carlos está comiendo amarillito.’ (Txt) d. ka’t=ëjts n-najäw pen Karlos ojts uupy t-tojkx-y neg=1pro 1a-saber.d si Carlos pret amarillito 3a-comer-d ‘No sé si Carlos comió amarillito.’ (Txt)

Es necesario hacer notar que, incluso si aparece la negación en la cláusula matriz, ésta no tiene alcance sobre la cláusula subordinada. En todos los ejemplos de 23 la cláusula principal aparece como dependiente debido a la negación, pero en 23a y 23d la cláusula subordinada está marcada como independiente, porque no hay nada en su interior que desencadene la dependencia. En este sentido, el alcance del adverbio de tiempo o de los elementos interrogativos respecto a la dependencia­está bien definido para la cláusula matriz y para la cláusula de complemento. Como se verá más adelante, esto no es así en los casos de codependencia. 8.4.2. Tipo 2. Complementos reducidos “no finitos”

El segundo tipo de cláusulas subordinadas de complemento aparece con los siguientes predicados matrices: tsok, “querer”; kax, “mandar”; tanë’ex, “enseñar”; yakëxpëk, “enseñar”; jënmay, “pensar”. Estos verbos no constituyen una clase semántica homogénea pues uno de los verbos es un desiderativo, otro un manipulativo, dos son causativos y el último es de acción psicológica. Este tipo tiene dos características principales: i) la cláusula de complemento no es introducida por un complementante; y ii) el verbo se encuentra en una forma­ “no finita”. Como consecuencia de esto, el núcleo predicativo de la cláusula de complemento aparece totalmente desnudo, es decir, sin ningún tipo de modificador­.

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Esto se ejemplifica en 24a, donde el verbo en su forma “no finita” se marca con el marcador de am en aspecto neutro independiente -p y no toma marcadores de persona.17 Esto contrasta con la agramaticalidad del ejemplo 24b, donde se observa que no es lícito el uso de la marca de persona. (24) a. mejts uuk-p m-jënmay-py 2pro beber-nf 2a-pensar-i.tr ‘Piensas tomar.’

b. * mejts [m’ukp] mjënmaapy

En 24a se puede ver que el verbo “no finito” es argumento sintáctico del verbo matriz porque este último toma el sufijo -py, que marca al verbo como transitivo. Como se mencionó anteriormente, el verbo subordinado no puede tomar argumento alguno, tal como se muestra en la agramaticalidad de 25a. Sí se puede, en cambio, que los argumentos aparezcan incorporados, como se observa en 25b. En estas construcciones, el verbo del complemento aparece como núcleo predicativo mínimo (core, en inglés). (25) a. * ka’t Karlos mëknëj uuk-p t-tsok-y neg Carlos mezcal beber-nf 3a-querer-d Lectura buscada: ‘Carlos no quiere tomar mezcal.’ b. Sara kaaky-jëy-p y-u’unk y-kax-py Sara tortilla-comprar-nf 3pos-hijo 3a-mandar-i.tr ‘Sara mandó a su hijo a comprar tortilla.’

En los ejemplos 24 y 25 se puede observar que no existen restricciones en cuanto a la dependencia del verbo matriz, éste puede aparecer como independiente­ (24) o como dependiente (25). Esta característica es propia de todos los verbos matrices, salvo los del Tipo 4, a los que veremos con detalle en la sección “cláusulas­ codependientes finitas”. En todos los ejemplos anteriores, el orden de constituyentes en la cláusula matriz es sov, lo cual difiere del orden de constituyentes con el Tipo 1 de cláusulas 17

Para que esta construcción no se confunda con formas finitas en las que el verbo toma el sufijo de am neutro independiente. En este tipo de construcción, -p se glosa como “no finito” o nf.

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de complemento. Sin embargo, también es posible encontrar el orden sov, tal como se ilustra en 26. (26) ja’a jä’äy ojts y-kox-y yu’u-p dem3 persona pret 3o-mandar-d arar-nf ‘Esa gente lo mandó a arar.’ (Txt)

El verbo subordinado no acepta ser modificado por adverbios de tiempo; las modificaciones temporales se hacen por medio de la cláusula matriz, como en 26. De igual forma, el verbo “no finito” no puede ser negado. Una diferencia notable con los tipos que veremos en la sección siguiente radica en el hecho de que este tipo no acepta negación incorporada, tal como se observa en la agramaticalidad de 27. (27) * ëjts Ø-ka-kay-p n-jënmay-py 1pro 1s-neg-comer-nf 1a-pensar-i.tr Lectura buscada: ‘Estoy pensando no comer.’

El morfema -p aparece en otros contextos morfológicos como nominalizador verbal, por ejemplo tun, “trabajar”, > tun-p, “trabajador”. Se podría plantear la hipótesis de que una forma no finita de un verbo marcado con -p podría ser en una nominalización. No obstante, existen tres argumentos que sugieren que este tipo de hipótesis no es correcta, al menos para el estado sincrónico actual de la lengua. En primer lugar, si yu’u-p, “arar”, en 26, fuera una nominalización, tendría que aparecer en una cláusula subordinada locativa (sin mencionar que antes tendría que derivarse un nuevo sustantivo con -täjk “lugar en el que sucede el evento”). En segundo lugar, una nominalización de agente puede aceptar un determinante, como en 28a, y esto no es posible en una cláusula subordinada. Por último, una nominalización abstracta requiere de otro tipo de morfema derivativo (28b). (28) a. ëjts ja’a tun-p 1pro dem3 trabajar-nmlr ‘Yo quiero al trabajador.’ / * ‘Yo quiero que se trabaje.’

n-tsok-py 1a-querer-i.tr

b. ëjts ja’a tun-k n-tsok-py 1pro dem3 trabajar-nmlr 1a-querer-i.tr ‘Yo quiero el trabajo.’

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8.5. Cláusulas codependientes

En esta sección exploraré tres tipos de construcciones que presentan características distintas a los dos tipos de subordinación, por ejemplo, comparten algún tipo de operador, como tiempo/aspecto o negación, entre otros. 8.5.1. Tipo 3: Cláusulas codependientes plenas

En mixe de Ayutla, existe una construcción típica de verbos que denotan estados mentales, como el verbo desiderativo tsok, “querer”; verbos de pensamiento (nasäw, “suponer”; najäw, “saber”; näw, “saber”; jät, “saber hacer”), y verbos de acción psicológica (jënmay, “pensar”; atät, “pensar”; jamyats, “recordar”; jatyëkey, “ol­ vidar”). En esta construcción no encontramos ningún complementante introdu­ ciendo el complemento, como se ejemplifica en 29. (29) akxäjk nojty Karlos y-tsok-py chayote imp Carlos 3a-querer-i.tr ‘Carlos quería comer chayote.’

t-jë’kx-t 3a-comer-irr.d

Si bien este tipo se podría tomar como una estructura con cláusula subordinada que no toma complementante, existen varias características que no existen en las estructuras con cláusula subordinada de complemento, por ejemplo, el objeto de la cláusula de complemento puede aparecer en posición inicial, la cláusula tiene restricciones de am y tiene patrones de marcación de dependencia y de negación interesantes. En cuanto a la posición del objeto del verbo de complemento, nótese en 29 cómo akxäjk, “chayote”, aparece al comienzo de la estructura, aunque es argumento­ de tsok, “querer”. Hay que aclarar que en esta posición, el objeto no se ha extraído hacia una posición dislocada a la izquierda, ya que, si éste fuera el caso, requeriría de un tipo de entonación particular en el que se articulara con pausa antes del resto de la cláusula, lo que no sucede aquí. Simplemente, en este tipo de construcciones, la cláusula de complemento no aparece incrustada en la cláusula matriz ni forma un constituyente en sí misma, por lo que uno de sus argumentos puede aparecer a su izquierda. Por otro lado, a diferencia de la cláusula “no finita” vista en la sección anterior, en este caso, el v2 toma marcadores personales y aparece con argumentos expresados­ por medio de frase nominal. Esto las equipara con el Tipo 1. Sin embargo, existe

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una restricción en cuanto a los marcadores de am. En la gran mayoría de los casos, este tipo de cláusulas aparece en modo irrealis, como en 29, o con el desiderativo y aspecto neutro, como en 30. (30) neky n-nasäw tsyäm y-jä’äy-ä’än-py papel 1a-creer.d ahora 3a-escribir-des-i.tr ‘Creo que va a escribir una carta hoy.’

Consideremos ahora la dependencia del verbo de complemento. En este tipo de estructura de complementación, el verbo de la cláusula de complemento puede ser marcado como independiente, como en 31a, o como dependiente, como en 31b. (31) a. ¿pëën m-nasäw-p Ø-men-ä’än-p? quién 2a-creer-i 3s-venir-des-i ‘¿Quién crees que vendrá?’ b. ¿mää x-nasäw y-kay-t? dónde 2a-creer.d 3s-comer-irr.d ‘¿Dónde crees que coma?’

En 31a, la cláusula de complemento aparece en independiente, pero puede ser opcionalmente marcada como dependiente, en cuyo caso el verbo tendría la terminación­ -y. Sin embargo, en 31b, la marcación de dependencia es obligatoria porque aparece un constituyente no argumental antes del verbo, el interrogativo locativo mää, “dónde”. Lo que resulta notorio es que estos constituyentes se encuentran­con frecuencia no sólo antes de la cláusula de complemento, sino también antes del verbo matriz. Esto sugiere que en ejemplos como 31 no existe una frontera sintáctica entre el verbo de la cláusula de complemento y el de la matriz, ya que la dependencia marcada en v2 la dispara un constituyente que precede al v1. Esta situación contrasta con las cláusulas interrogativas de complemento, en las que un elemento que desencadena la dependencia tiene alcance únicamente sobre el verbo matriz, y no sobre el verbo de la cláusula de complemento (véase el ejemplo 22). De igual forma, la negación al comienzo de la cláusula compleja desencadena la dependencia tanto en la cláusula matriz como en la de complemento, y no sólo en la cláusula matriz, como en los casos propiamente de subordinación. El adverbio­ de negación toma como dominio toda la cláusula, como se muestra en 32a; la cláusula de complemento, en sí misma, no puede ser modificada por una negación

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externa, tal como se ve en la imposibilidad de 32b. Únicamente se puede negar por medio de una negación incorporada, como en 32c. (32) a. ka’t=ëjts kutypy n-jamyats-y Karlos t-jëy-y neg=1pro aguacate 1a-recordar-d Carlos 3a-comprar-d ‘No recordé que Carlos iba a comprar aguacates.’ b. * kutypys n-jamyats-y ka’t Karlos t-jëy-y aguacate 1a-recordar-d neg Carlos 3a-comprar-d Lectura buscada: ‘Recordé que Carlos no compró aguacates.’ c. kutypy ëjts n-jamyats-y Karlos t-ka-jëy-y. aguacate 1pro 1a-recordar-d Carlos 3a-neg-comprar-d ‘Recuerdo que Carlos no compró aguacates.’

Finalmente, y ligado a lo anterior, puede existir únicamente un marcador de pretérito en la cláusula, el cual tiene alcance semántico sobre toda la cláusula compleja. (33) ojts mä’ätsy Karlos tjënmay (*ojts) t-kay-ä’än-t pret machucado Carlos 3a-pensar-d (pret) 3a-comer-des-irr.d ‘Carlos pensó que iba a comer machucado.’18

En conclusión, podemos establecer que este tipo de cláusula de complemento presenta un mayor grado de integración entre los dos verbos implicados que el encontrado en el Tipo 1. Esto se puede ver en que el objeto del verbo de la ­cláusula de complemento aparece típicamente antes del verbo matriz. El verbo de complemento nunca puede aparecer en aspecto neutro sin que presente, además, el desiderativo. El desencadenador de dependencia afecta a ambos verbos. Finalmente, la cláusula de complemento no puede ser modificada por sí sola, ni por un adverbio negativo, ni por la marca de pretérito ojts. 8.5.2. Tipo 4. Cláusulas codependientes finitas

Los verbos matrices de este tipo son verbos de percepción (por ejemplo, kaxë’ëk, “verse como”, “parecer”; ex, “ver”; mëtoo, “escuchar”; xuuk, “oler”) y un verbo de 18

“Machucado” es el nombre que recibe un platillo tradicional que se prepara el 1 de agosto.

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representación mental (otät, “pensar”). Esta construcción es similar al Tipo 3 en cuanto a que la cláusula de complemento no la introduce un complementante y el verbo es finito. En contraste con este tipo, la cláusula de complemento en el Tipo 4 debe aparecer antes del verbo matriz, como se ejemplifica en 34. (34) Complemento Matriz ja’a kipy-u’unk y-mäts-py y-kaxë’ëk-y dem3 palo-dim 3a-agarrar-i.tr 3s-parecer-d ‘Se ve que está agarrando el palo.’ (Txt)

Por otro lado, debemos recordar que en el Tipo 3, el verbo de complemento podía recibir opcionalmente aspecto neutro independiente a condición de que también tuviera el desiderativo (véase el ejemplo 30). Como se muestra en 34, el desiderativo no aparece en el Tipo 4. Además, el verbo del complemento no puede aparecer con am de irrealis, ni siquiera cuando se pone la partícula dubitativa wa’n, que normalmente requeriría esta marcación. (35) * wa’n=ja’a jä’äxy t-ta+poot-ë’-t Karlos t-ex-t dub=dem3 leña 3a-cortar-der-irr.d Carlos 3a-ver-irr.d Lectura buscada: ‘Quién sabe si Carlos vea que él está cortando leña.’

Sin embargo, en afinidad con el Tipo 3, en el Tipo 4, los argumentos del verbo­ de complemento también pueden aparecer dislocados de su núcleo (véase el ejemplo­29) incluso con mayor flexibilidad. Esto se muestra en 36a, donde el sujeto de tapoot, “cortar”, aparece al comienzo de la cláusula, mientras que su objeto aparece después del verbo matriz. En 36b, tanto el sujeto como el objeto del verbo de complemento aparecen a la derecha del verbo matriz. Como en los ejemplos 29 y 30, en éstos que siguen no hay escisión a la periferia derecha puesto que este movimiento requeriría una entonación especial. (36) a. mejts m-ta+poot-ë-p=ëjts n-mëtoo-y yë’ë jä’äxy 2pro 2a-cortar-der-i=1pro 1a-oír-d dem2 leña ‘Escucho que tú cortas leña.’ b. m-ta+poot-ë-p=ëjts n-mëtoo-y mejts yë’ë jä’äxy 2a-cortar-der-i=1pro 1a-oír-d 2pro dem2 leña ‘Escucho que tú cortas leña.’

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De la misma forma que en el Tipo 3, en este tipo, los operadores de negación y tiempo pretérito se emplazan en posición inicial y pueden tener alcance sobre la cláusula de complemento. (37) a. ka’t y-tsoon-y (*ka’t) x-metoo-y neg 3s-irse-d neg 2a-escuchar-d ‘Tú no escuchaste que se fuera.’ b. ojts moojk (*ojts) t-ne’ep-y=ëjts n-ex-y pret maíz pret 3a-sembrar-d=1pro 1a-ver-d ‘Vi que sembrabas maíz’

Por otro lado, como se aprecia en los ejemplos anteriores, el verbo de la cláusula­ de complemento puede aparecer marcado como independiente, en 34 y 36, o como dependiente, en 37 y 38. De hecho, las condiciones que desencadenan la dependencia en la cláusula de complemento son exactamente las mismas que en la cláusula­simple. Hay que señalar que, en este caso, la marcación de independiente en 34 y 36 no es opcional, como en el tipo anterior, sino obligatoria, como lo sería en una cláusula simple. (38) jajp=ja’a mixy jä’äxy t-ta+poot=s deic=dem3 muchaho leña 3a-der+cortar.d=1pro ‘Veo que el muchacho está cortando leña allá’

n-ex-y 1a-ver-d

Por otra parte, el verbo matriz, que aparece después del verbo de complemento­, está obligatoriamente marcado como dependiente, incluso si no hay nada que, aparentemente, desencadene la dependencia. Esto se puede contrastar en todos los tipos anteriores, en los que la aparición del verbo matriz como dependiente o independiente no está relacionada con la estructura de complementación. Ante estos hechos, surge la pregunta: ¿por qué el verbo matriz debe ser marcado como dependiente? Sabemos que el verbo matriz es transitivo por el tipo de marcadores personales que toma, de forma que la cláusula de complemento es su argumento, y aún así, en términos de la marcación de dependencia, parecería que no lo fuera. Esto sugiere que la cláusula de complemento no está incrustada en la cláusula matriz, de manera que desencadena la dependencia aunque sea argumento. A esto hay que

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sumarle el hecho de que ambos predicados tengan que compartir la negación y el adverbio de tiempo/aspecto ojts.19 8.5.3. Tipo 5. Cláusulas codependientes mínimas

Esta construcción es típica con verbos como ja+tsok, “querer”; jënmay “pensar (hacer algo)” y algunos verbos de percepción con sentido epistémico. Por una parte, el Tipo 5 tiene varias similitudes con el Tipo 4, al cual vimos en la sección anterior, v.gr. el verbo de complemento se encuentra antes del verbo matriz y este último se conjuga en la forma dependiente. Sin embargo, el objeto del verbo de complemento no aparece realizado sintácticamente. Sabemos que el verbo se encuentra­en una forma finita porque, al contrario de la forma “no finita” en el Tipo 2, tiene marcadores personales. Esto no es evidente en la primera o tercera persona, pero sí en la segunda persona, como se muestra en el ejemplo 39. (39) m-ats-ä’än-p ijty x-ja+tsok-y 2s-bailar-des-i imp 2a-querer-d ‘Quisieras bailar.’

Una característica importante de los complementos reducidos mínimos es que no pueden tomar un objeto explícito. Es decir, incluso si el marco conceptual implica dos argumentos, el objeto no se puede expresar por medio de frases nominales plenas, tal como se muestra en la agramaticalidad de 40a. En todo caso, el objeto debe aparecer incorporado, como en 40b. No así con el sujeto, el cual típicamente aparece explícito en medio de los dos verbos, tal como vemos en 40c. Lo anterior no implica, por otra parte, que el verbo del complemento sea necesariamente intransitivo, ya que un verbo transitivo puede aparecer con las marcas típicas­ de verbos transitivos, como en 40d, donde aparece el prefijo y-, que indica que un 19

Se podría pensar que el predicado matriz se superpone a la cláusula de complemento. Esto no sería del todo extraño, pues en ciertas estructuras, también llamadas de complementación, como en inglés, I guess it’s ok, o It’s ok I guess, la estructura central es it’s ok, sin incrustación, en tanto que I guess fun­ cionaría como operador modal superpuesto (Diessel y Tomasello, 2001; Thompson, 2002; Boye y Harder, 2007; véase también la idea de “syntantic blends” de Barlow, 2000). No obstante, éste no es el caso para la estructura mixeana, como lo muestra la flexibilidad en la posición de los argumentos del verbo de complemento. Por otro lado, el hecho de que la negación, el adverbio de tiempo/modo y otros adverbios espaciales aparezcan en posición inicial tomando como dominio todo el complejo clau­sal, muestra que son éstos, y no la cláusula matriz, los que tienen un estatus de operadores clausales.

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agente de tercera persona animado actúa sobre un inanimado, y el sufijo de aspecto­ neutro transitivo -py. (40) a. * akxäjk m-jë’kx-py x-jënmay-y chayote 2a-comer-i.tr 2a-pensar-d Lectura buscada: ‘Piensas comer chayote.’ b. m-akxäj-jë’kx-p x-jënmay-y 2s-chayote-comer-i 2a-pensar-d ‘Piensas comer chayote.’ c. (yë’ë mixy) Ø-tsoon-p yë’ë mixy n-jënmay-y (dem2 muchacho) 3s-irse-i dem2 muchacho 1a-pensar-d ‘Pienso en que el muchacho se va a ir.’ d. y-wets-py t-jënmay-y 3a-llevar-i.tr 3a-pensar-d ‘Piensa llevárselo.’

De nuevo, los adverbios de tiempo/aspecto modifican a todo el complejo. Sin embargo, es importante señalar que éstos deben aparecer entre el verbo de complemento y el verbo matriz (41). (41) (*ojts) Ø-tsoon-p ojts x-jënmay-y (pret) 3s-irse-i pret 2a-pensar-d ‘Pensaste que se fue.’/‘Pensaste que se había ido.’

Al igual que en el tipo anterior, el orden es rígido: el verbo del complemento aparece antes del matriz. Para ello, compárese 42a con la agramaticalidad de 42b. (42) a. m-ëxpëk-p=ëjts n-a+ex-tëk-y 2s-estudiar-i=1pro 1a-ver-agarrar-d ‘Observo que estás estudiando.’ b. * ëjts n-a+ex-tëk-y m-ëxpëk-p 1pro 1a-ver-agarrar-d 2s-estudiar-i Lectura buscada: ‘Observo que estás estudiando.’

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De igual forma, similar al Tipo 4, el verbo matriz aparece siempre con marcación dependiente. (43) m-tsoon-p x-jënmay-y /*m-jënmay-py 2s-irse-i 2a-pensar-d 2a-pensar-i ‘Piensas irte.’

De forma interesante, el verbo del complemento también aparece fijo como independiente. Quizá esto se relacione con el hecho de que los adverbios como desencadenadores de dependencia (por ejemplo, los temporales o los locativos) deben aparecer entre uno y otro verbo. Al igual que en el caso anterior, la dependencia nos ofrece una pista importante para decidir que esta estructura no es de subordinación, pues ninguna de las dos cláusulas está incrustada en la otra, sino que se encuentran más bien en un templete fijo en el mismo nivel sintáctico. En este tipo de cláusulas de complemento hay, además, otra evidencia que apoya esta interpretación: no es posible la negación externa, ni emplazada al comienzo —tal como es esperable, por otro lado, debido a las restricciones arriba señaladas— ni en medio de los verbos. Esto se muestra en la agramaticalidad de 44a. La única forma en que puede aparecer una negación es por medio de una negación incorporada, tal como se ve en 44b. (44) a. * ka’t m-wet-puj-p (*ka’t) x-jënmay-y neg 2s-ropa-lavar-i (neg) 2a-pensar-d Lectura buscada: ‘No piensas lavar ropa.’ b. m-tsoom-p x-ka-tsok-y 2s-irse-i 2a-neg-querer-d ‘No quieres irte.’ 8.5.4. Discusión

En esta sección hemos visto tres tipos de estructuras de complemento, las cuales van de mayor a menor grado de independencia morfosintáctica. Sin embargo, en ninguno de estos casos podríamos decir que la cláusula de complemento está claramente­incrustada en la cláusula matriz. Algunos ejemplos de los discutidos en esta sección podrían asemejarse a los casos de complementación paratáctica señalados por Noonan (1985), en los que se enfatiza la falta de complementación, el

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hecho de que no hay incrustación y que cada cláusula constituye una aserción propia. Esto sucede, por ejemplo, en lango, una lengua nilótica occidental hablada en Uganda, ejemplificada en 45. (45)

lango

atîn òpòyò òkwɔ̀rɔ̀ kál niño recordó-3sg cernió-3sg mijo ‘El niño se acordó de cernir el mijo.’ (Lit. ‘El niño lo recordó, él cernió el mijo.’) (Noonan, 1985: 55.)

A mi parecer, el ejemplo anterior constituiría uno de los polos de complementación en el que dos cláusulas están en el mismo nivel sintáctico. En el otro polo estaría lo que se denomina “unión clausal” (Aissen, 1987), en la cual dos verbos comparten todos los argumentos.20 Esto se muestra en tzotzil, en 46, donde el sujeto nocional de 7ak’otaj, “bailar” aparece como objeto, no ya del permisivo ak’, sino de la unión de estos dos predicados, lo cual se refleja en que desencadene concordancia en el predicado matriz. (46) tzotzil l-i-y-ak’ 7ak’otaj-ik-on com-b1-a3-dar bailar-subj-b1sg ‘Él me deja bailar.’ (Aissen, 1987: 215.)

Las estructuras discutidas en esta sección estarían en lugares intermedios entre estos polos de integración sintáctica. En mixe existen, además, estructuras paratácticas muy parecidas a la de 45, tal como se muestra en 47. (47) Ø-yä’äx-p yë’ë puujx ka’t=ëjts n-mëtoo-y 3s-llorar-i dem2 campana neg=1pro 1a-oír-d ‘Suenan las campanas, yo no las escucho.’

El ejemplo 47 representa una estructura paratáctica en la medida en que no hay incrustación. No obstante, al contrastarla con los casos discutidos aquí, en especial los Tipos 4 y 5, resultaría quizá mejor analizarlo como un caso de coordina­ 20

Quizá los casos más extremos de integración serían las causativas morfológicas y cuando dos raíces verbales se unen en una misma palabra para formar un predicado complejo. En mixe también encontramos estos dos fenómenos, pero su cabal discusión rebasa los límites de este artículo.

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ción asindética, es decir, no existen operadores compartidos, existe una entonación de dos cláusulas autónomas y cada cláusula es sintácticamente independiente de la otra. Esta comparación resalta una de las propiedades de las construcciones codependientes y es que en ocasiones parecería que estuvieran a medio camino entre la coordinación y la subordinación. 8.6. Comentarios finales

En este artículo he presentado cláusulas de complemento que representan distintos grados de integración sintáctica, lo que se manifiesta en que la cláusula de complemento puede variar desde el tener distintos tipos de modificación, hasta el no poder expresar argumentos sintácticamente, así como tampoco el poder tener la negación incorporada, algo relativamente frecuente en mixe. Esto, sin embargo, no puede verse únicamente en el eje de la subordinación, dado que existen estructuras que pueden ser altamente integradas pero que no se encuentran incrustadas. Como se expuso, en los casos de codependencia, los lindes entre la cláusula matriz y la subordinada parecen borrarse. Para distinguir estos dos tipos, he usado tres claves: i) el hecho de compartir operadores entre dos cláusulas finitas; ii) la posibilidad de que el verbo de complemento aparezca separado de sus argumentos; iii) la marcación de dependencia tanto en el verbo matriz como en el de complemento­. Para que éstas y otras diferencias y afinidades queden claras, presento todas las características de las cinco construcciones resumidas en el cuadro 8.4. En éste, v1 indica “verbo matriz”, y v2, “verbo de la cláusula de complemento”. La distinción entre cláusulas de complemento subordinadas y cláusulas de complemento codependientes ha sido el hilo conductor del artículo. Además de ello, podemos hacer otro tipo de generalizaciones. En primer lugar, cuando hay menor integración sintáctica, el orden de las cláusulas complejas suele ser v1-v2. Por el contrario, a mayor integración, el orden será v2-v1. En efecto, las cláusulas de Tipo 1 (subordinadas plenas) deben aparecer con el orden rígido de v1-v2. De forma muy similar, las cláusulas de Tipo 3 (codependientes­plenas) suelen también tener el mismo orden, aunque también es permitido el orden inverso. En contraste, las cláusulas de Tipo 2, Tipo 4 y Tipo 5 aparecen con un orden rígido v2-v1. Debe recordarse que se ha propuesto que el orden v1-v2 es una característica del área de Mesoamérica (Campbell, Kaufman y Smith-Stark, 1986), mientras que el orden v2-v1 representa un orden de constituyentes más antiguo de las lenguas mixe-zoques (Zavala Maldonado, 2000), re-

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Cláusulas de complemento en el mixe de Ayutla

Cuadro 8.4

Características principales de los tipos de cláusulas de complemento Tipo 1 Subordinadas plenas Complementante



Orden de cláusulas

v1-v2

Argumentos

Tipo 2 Tipo 3 Subordinadas Codependientes no-finitas plenas 

Tipo 4 Codependientes finitas

Tipo 5 Codependientes Mínimas







v2-v1

v2-v1

v2-v1

v1-v2

(v1-v2)

(v2-v1)











En su propia



Antes del

Libre



explícitos del complementante Posición del objeto en v2

cláusula

v1

Forma finita en v2











Flexibilidad en am











(irrealis) Dependencia en v1 Dependencia en v2

flexible

flexible

flexible

dep

dep

dep

ind

flexible

flexible

ind

(Flexible en interrogativas) Negación en v1











Negación en v2











Ambos

Ninguno

Ambos

v2

v1











Negación incorporada Adverbios tempo-aspectuales en el complementante Fuente: elaboración propia.

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flejado de hecho en las cláusulas con marcación de am dependiente. En este sentido­, los Tipos 2, 4 y 5 representarían un orden más conservador.21 La marcación de dependencia en la cláusula de complemento se ha tomado como un rasgo útil que indica el grado de integración sintáctica. Existen dos tipos de casos en los que no se marca la dependencia en la cláusula de complemento, si bien la motivación para cada uno de ellos es distinta. Por una parte, las cláusulas de complemento interrogativas no se marcan obligatoriamente como dependientes,­ sino que su marcación como tal depende de si existe algún elemento en su interior que desencadene la dependencia. Ningún elemento no nuclear en la cláusula matriz­afecta la marcación de dependencia en la cláusula subordinada, y viceversa. Por otra parte, en las cláusulas codependientes, la marcación del verbo de complemento como dependiente se desencadena por “no argumentos” que modifican tanto al verbo matriz como al verbo de complemento. En este sentido, ambos verbos forman un complejo sintáctico que se encuentra en el mismo nivel. Por otra parte, una clave más importante para argumentar codependencia pudiera ser la marcación de dependencia en el verbo matriz, en los Tipos 4 y 5. Quizá, en una primera instancia, pudiera parecer que en estos casos el verbo de complemento es tratado como verbo principal y el predicado matriz como subordinado. Sin ­embargo, creo que una mejor explicación es pensar en esto como un caso de copredicación.­En este sentido, un copredicado (el verbo de complemento, en este caso), desencadena la marcación de dependencia en el verbo matriz, de forma paralela a la predicación secundaria depictiva.22 Por último, en la sección sobre cláusulas codependientes finitas, se argumentó que el hecho de que no haya incrustación no significa que la cláusula de complemento se superponga a la cláusula de complemento, situación del todo plausible y que de hecho se atestigua también en mixe de Ayutla en algunos verbos dicendi. Más bien, se trata de un fenómeno distinto al de la cosubordinación, tal como se ha defendido respecto a otras lenguas en varios trabajos (Van Valin y LaPolla, 1997; Van Valin, 2001; 2005; Givón, 2001; Guerrero, 2006; entre otros).

21 22

Esta explicación no cancela la posibilidad de que otros factores estén en juego. En particular, se sabe que elementos sintácticos “pesados” suelen aparecer después del verbo matriz. La predicación secundaria no fue discutida aquí, pero véase Romero Méndez (2009), para una caracterización de la predicación secundaria en mixe, o Zavala Maldonado (2004) para el oluteco.

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9. Cláusulas sin aspecto e infinitivas en q’anjob’al Eladio Mateo Toledo*

9.1. Introducción

En q’anjob’al, una lengua maya hablada en Guatemala, hay dos tipos de cláusulas, según los rasgos de finitud observable en la marcación de aspecto, una con aspecto y otra sin aspecto. Las cláusulas finitas marcan la categoría de aspecto, como el completivo x- sobre il, “ver”, en el ejemplo 1, y el verbo uqtej, “perseguir”, en el ejem­ plo 2. Las cláusulas sin aspecto, entre corchetes en 1 y 2, son de dos subtipos: i) sin aspecto pero con flexión de persona, como en 1; ii) sin aspecto­ni flexión de persona, como en 2. Las estructuras sin aspecto en 1 y 2 funcionan como complementos clausales, lo cual es una de sus funciones más comunes. El complemento, en 1, se denominará cláusula sin aspecto, y el de 2, cláusula de infinitivo. (1) x-Ø-y-il ix [ha-way-i] com-b3sg-a3sg-ver clf a2sg-dormir-vi ‘Ella te vio durmiendo.’ (2) x-ach y-uqtej-toq ix [man-oj jos] com-b2sg a3sg-perseguir-dir clf comprar-inf huevo ‘Ella te mando a comprar huevos.’

Persigo tres objetivos en este trabajo. Primero, voy a describir las propiedades morfosintácticas de las cláusulas sin aspecto y las de infinitivo. Segundo, voy a ofrecer un catálogo de los contextos en los que aparece cada una para entender mejor sus propiedades. Tercero, voy a proponer algunas reglas de la estructura clausal en q’anjob’al que expliquen los contextos de aparición de las estructuras sin aspecto. Las cláusulas sin aspecto y cláusulas de infinitivo comparten la característica de no recibir marcador preverbal de aspecto. Sin embargo, cada una tiene sus pro­pias

* ciesas-Sureste. 247

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características. Las cláusulas sin aspecto y con persona tienen las siguientes propiedades: a) Carecen de elementos preverbales como enfoque, negación, tópico, etcétera. b) La flexión de persona en el verbo sigue un patrón nominativo-acusativo en lugar de un patrón ergativo. c) Estas cláusulas son dependientes de una cláusula mayor y este estatus se marca explícitamente por el sufijo -on sobre verbos transitivos. d) Aparecen generalmente en contextos de subordinación (v.gr. complementos, predicados complejos, etcétera.).

Las cláusulas infinitivas presentan los siguientes rasgos relevantes: a) b) c) d) e)

Sus verbos carecen de toda flexión (v.gr. aspecto y persona). La cláusula carece de posiciones preverbales como enfoque, negación, etcétera­. Los núcleos predicativos infinitivos son todos intransitivos radicales o derivados. El estatus de infinitivo está marcado explícitamente sobre los verbos, la forma intransitiva infinitiva se marca con –oq y la transitiva nocional con –oj. Los infinitivos toman elementos nominales en algunos contextos.

El trabajo se organiza de la siguiente manera. En la siguiente sección, se presentan­algunos rasgos básicos del q’anjob’al, a continuación, se hace una clasifi­ cación de cláusulas según su estructura y muestra que el marcador de aspecto y otros elementos preverbales definen la diferencia entre estas cláusulas. Luego se discute la marcación de argumentos en estas cláusulas. Los contextos en los que se encuentran cláusulas sin aspecto y de infinitivo se presentan en la penúltima sec­ ción. Finalmente resumo las contribuciones más importantes del trabajo. Dos puntos merecen clarificación aquí. Primero, el uso de “con aspecto” es similar al de “finito”, y el de “sin aspecto”, parcialmente, al de “no finito” en otros trabajos, como Givón (1990: 852). Además, al término “con aspecto” lo asocio con la marcación del aspecto mismo y con una serie de elementos adicionales que definen la cláusula como “más finita” o “menos finita”, como se mostrará más adelante. Segundo, el análisis que se presenta aquí aplica tanto a predicados verbales­ como no verbales, con la única diferencia de que estos últimos no tienen marcador morfológico de aspecto. Por razones de espacio y coherencia, me enfoco en las cláusulas con predicados verbales.

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9.2. Aspectos relevantes del q’anjob’al

El q’anjob’al es una lengua ergativa con marcación en el núcleo. Como se ve en el ejemplo 3, los únicos argumentos de predicados intransitivos y los objetos de verbos­transitivos se marcan con morfemas absolutivos (paradigma que en lingüística maya se denomina “juego b”), mientras que los agentes transitivos se marcan con morfemas ergativos (“juego a”). (3) a. max-ach jay-i com-b2sg llegar.aquí-vi ‘Llegaste (aquí).’ b. max-ach hin-kol-o’ com-b2sg a1sg-ayudar-vt ‘Te ayudé.’ c. max-in ha-kol-o’ com-b1sg a2sg-ayudar-vt ‘Me ayudaste.’ d. tx’ijan hex inteligente b2pl ‘Ustedes son inteligentes.’

El patrón ergativo se escinde en cláusulas sin marcador de aspecto preverbal, como el verbo entre corchetes en 4. En este contexto, los sujetos de intransitivo y agentes de transitivo se marcan con juego a y los objetos de transitivo con juego b. (4) x-Ø-laj-wi [ko-txon-j-i] com-b3sg-terminar-ap a1pl-venta-der-vi ‘Nosotros terminamos de vender.’

Las ffnn en correferencia con las marcas de persona en el verbo siguen el orden vso, como en 5a. Cambios a este orden obedecen a factores como enfoque, interro­ gación, etcétera. Los sintagmas nominales ergativos reciben un trato diferente de otros argumentos; su extracción requiere de una voz antipasiva o enfoque agentivo, como se muestra en 5b y 5c, respectivamente, por lo que la lengua tiene rasgos ergativos en su sintaxis (England, 1983; 1996; Dayley, 1990; Larsen, 1990).

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(5) a. max-Ø s-txon-toq ix unin te pajich [vso] com-b3sg a3sg-vender-dir clf niño clf tomate ‘La niña vendió los tomates.’ b. a ix unin max-Ø txon-wi pajich [vs] foc clf niño com-b3sg vender-ap tomate ‘Fue la niña quien vendió tomates.’ c. a ix unin max-Ø txon-on te pajich [avs] foc clf niño com-b3sg vender-ea clf tomate ‘Fue la niña quien vendió los tomates.’

En estudios previos (Raymundo, 2000; Montejo, 1996; entre otros) se ha propuesto que el q’anjob’al marca tres aspectos: completivo max-/x- (5), incompletivo chi/ch- (6a) y potencial hoq-/q- (6b), que indica irrealis o futuro. En este estudio, sigo a England (2007) y analizo al marcador de potencial como un modo. (6) a. ch-ach way-i inc-b2sg dormir-vi ‘Tú duermes.’ b. hoq-ach way-oq pot-b2sg dormir-irr ‘Dormirás.’

Además de los marcadores de aspecto explícitos, la lengua cuenta con un marcador vacío que expresa completivo, como en 7a. Hay dos evidencias que muestran esto. La primera es el contraste que toma lugar con los verbos intransitivos en contextos de escisión de la ergatividad. El argumento de un verbo intransitivo se marca con juego a cuando no hay aspecto, como en 7b, pero con juego b cuando hay un completivo vacío, como en 7a. (7) a. Ø hach way-i com b2sg dormir-vi ‘Dormiste.’ b. y-et ha-way-i… a3sg-cuando a2sg-dormir-vi ‘Cuando dormiste…’

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La otra evidencia es la subordinación; algunos predicados matrices seleccionan un complemento sin aspecto (8a). En este contexto, la presencia de un verbo con marcador vacío para completivo es agramatical, como se muestra en 8b. (8) a. max-Ø na-chaj [ha-lo-w-i] com-b3sg pensar-pas a2sg-comer-ap-vi ‘Encontraste la manera de comer.’ b. * max-Ø na-chaj [Ø hach lo-w-i] com-b3sg pensar-pas com b2sg comer-ap-vi ‘Encontraste la manera de comer.’

En resumen, estoy proponiendo que estructuras como las de 7a presentan un marcador vacío de aspecto completivo y que estas contrastan con cláusulas sin aspecto. El q’anjob’al distingue dos tipos de predicados: los verbales (pv) y los no verbales (pnv). Varios contextos morfosintácticos hacen visible esta oposición. La flexión de aspecto explícito únicamente ocurre con los pv (3d versus. 3a). Los marcadores de persona siguen al núcleo en pnv (3d) y preceden al núcleo en pv (6). Por otro lado, los pnv codifican estados (v.gr. estado, posición, condición, etcé­ tera) y los verbos codifican eventos en el sentido de Vendler, 1957; Dowty, 1979; Smith,1997; entre otros.1 Finalmente, el q’anjob’al presenta un antipasivo de incorporación (9a), con los siguientes rasgos: primero, los constituyentes siguen el orden [[v+ núcleo incorporado]+s]; segundo, sólo se incorporan núcleos nominales. Es decir, no se in­ corporan modificadores como clasificadores, demostrativos o poseedores, como se ilustra en la agramaticalidad de 9b y 9c.2 1 2

Verbos como wayi, “dormir”; xiwi, “tener miedo”, etcétera tienen rasgos parcialmente diferentes a los eventos. Sin embargo, nada crucial depende de estas diferencias. Hay dos evidencias de que la combinación [adj+sust] se trata como un núcleo. La posesión se prefija al adjetivo :



(i) hin-yax keney a1sg-verde plátano ‘ Mi plátano tierno.’

Además, las formas [adj+sust] permiten derivación: (ii) max-Ø hin-yal unin-nej com-b3sg a1sg-pequeño niño-der ‘ Lo traté como niño.’



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(9) a. max-Ø lo-wi keney heb’ anima com-b3sg comer-ap-vi plátano pl gente ‘La gente comió plátanos.’ b.* max-Ø lo-wi (an) keney tu heb’ anima com-b3sg comer-ap clf plátanos dem pl gente Lectura buscada: ‘La gente comió esos plátanos verdes.’ c.* max-Ø lo-wi w-ak’un heb’ anima com-b3sg comer-ap-vi a1sg-planta pl gente Lectura buscada: ‘La gente comió mis plantas.’

La marcación de argumentos, el marcador de aspecto, los tipos de predicados y la incorporación son relevantes para el análisis de cláusulas sin aspecto e infinitivas,­ como se muestra más adelante. 9.3. Los tipos de cláusulas según su estructura

En esta sección voy a establecer los tres tipos de cláusulas subordinadas que se pueden distinguir por su complejidad estructural: i) cláusula con aspecto; ii) cláusula sin aspecto; iii) cláusula infinitiva. Una cláusula con aspecto tiene elementos preverbales y funciona como cláusula independiente. Una cláusula sin aspecto carece de posiciones preverbales y consiste de un sintagma verbal con flexión de persona, el cual es siempre subordinado. Una cláusula de infinitivo consiste de un núcleo predicativo y carece de elementos preverbales y de flexión. 9.3.1. Las cláusulas con aspecto (finitas)

Una cláusula con aspecto tiene marcador preverbal de aspecto y permite una expansión­estructural hacia la izquierda del núcleo tal como se esquematiza en 10. Esta representación sigue de forma cercana la propuesta de Aissen (1992: 46; 2000: 193), aunque difiere respecto a la posición que ocupa el foco y negación.

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(10)

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Estructura de una cláusula con aspecto

ftop 3 top ffoc 3 foc/neg fneg 3 neg fasp 3 asp fv 6 v + argumentos

Los constituyentes que aparecen subrayados en los ejemplos de 11 muestran las posiciones preverbales en la cláusula con aspecto: 11a muestra las posiciones de tópico y negación clausal; 11b, la de enfoque; 11c, las de enfoque y negación de frase, y 11d, las de negación de frase y clausal. En los ejemplos de 11 todos los ver­ bos tienen marcador de aspecto. (11) a. ayon, maj xa Ø-j-il-a’ nosotros neg.com ya b3sg-a1pl-ver-vt ‘En cambio nosotros ya no lo vimos.’ (Txt) b. a heb’ x-Ø-’a’-on ayudar foc ellos com-b3sg-dar-ea ayudar ‘Fueron ellos quienes ayudaron.’ (Txt) c. a heb’ xin manaq juntu ch-Ø-Ø-jatnej heb’ foc ellos tns neg dem.indef inc-b3sg-a3sg-hacer ellos ‘En cambio ellos, no es eso lo que hacen.’ (Txt) d. manaq naq tu k’am chi-Ø b’et-ik’-oq neg clf dem neg inc-b3sg ir.regresar-dir-inf ‘No es ése hombre quien no va a ir y regresar (de algún lado).’

Además, nótese que los adjuntos ocurren después de los argumentos, como el locativo en 12.

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(12) x-Ø-toj-kan heb’ naq b’ay y-ul y-et Mejiko com-b3sg-ir-dir pl clf en a3sg-en a3sg-de México

‘Ellos se fueron y quedaron en el territorio de México.’ (Txt)

Voy a asumir que las cláusulas finitas con aspecto tienen el rasgo abstracto [+aspecto], el cual permite la expansión de la cláusula hacia la izquierda, como en los ejemplos de 11. Como se mostrará en las dos secciones siguientes, la ausencia de este rasgo ([-aspecto]) prohibe la expansión a la izquierda del verbo, y por ende, éste tiene una estructura más reducida. 9.3.2. Las cláusulas sin aspecto

Las cláusulas sin aspecto ([-aspecto]) no tienen las posiciones preverbales esquematizadas en 10, sino sólo las de 13, donde la frase flexionada sólo requiere de argumentos y del verbo. (13)

Estructura de una cláusula sin aspecto

Fflex 3 flexión fv 6 v + argumentos (+ adjuntos)

El ejemplo 14 ilustra esta estructura. (14) q-Ø-ey-ab’ [he-way-i] pot-b3sg-a2pl-oír a2pl-dormir-vi ‘Se fijan como duermen.’ {Txt}

Por claridad, comparo estas cláusulas con las cláusulas con aspecto en función de complemento (véanse los contextos de uso en la sección sobre cláusulas sin aspecto­e infinitivas). El ejemplo 15 muestra que el complementante tol introduce complementos con aspecto (15b) pero no complementos sin aspecto (15a). (15) a.* chi-Ø s-kamk’ulnej naq winaq [tol ko-way-i] inc-b3sg a3sg-cuidar clf hombre comp a1pl-dormir-vi Lectura buscada: ‘El hombre se encargó/cuidó de nosotros durmiendo.’

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b. k’am laj ch-Ø-a-na [tol to’ol q-ach toq] neg part inc-b3sg-a2sg-pensar comp solo pot-b2sg ir ‘No vas a pensar que solo te vas a ir…’ (Txt)

Los ejemplos de 16 a 20 muestran que las cláusulas sin aspecto no tienen las posiciones preverbales que presentan las cláusulas con aspecto. En la comparación, los ejemplos “a” muestran una cláusula sin aspecto, y los “b”, el de una con aspecto.­ El ejemplo 16 muestra enfoque; el 17, negación de frase; el 18, interrogación de frase; el 19, adverbios preverbales, y el 20, negación clausal (maj niega completivo; k’am, incompletivo; man, pnv y potencial).3 (16) a.* chi-Ø s-kamk’ulnej ix [a naq unin s-way-i__ ] inc-b3sg a3sg-cuidar clf foc clf niño a3sg-dormir-vi Lectura buscada: ‘La mujer se encarga del niño durmiendo.’ b. man y-ojtaqoq naq ta [tol a cham aj mulnajil] neg a3sg-saber clf con comp foc clf dueño trabajo ‘Él no sabía que era el dueño del trabajo...’ (Txt) (17) a.* max-Ø y-il naq [manaq naq unin s-way-i__ ] com-b3sg a3sg-ver clf neg clf niño a3sg-dormir-vi Lectura buscada: ‘No fue al niño a quien él vio durmiendo.’ b. xan a tnani ch-Ø-j-al ayex por.eso foc ahora inc-b3sg-a1pl-decir ustedes [manaq cham neg clf

Jwan Jose Arewalo x-Ø-kam-i] Juan José Arrevalo com-b3sg-morir-vi

‘Por ello en este momento les informamos que no es el señor Juan José Arrevalo que murió.’ (Txt)

3

El enfoque dentro de la cláusula sin aspecto no debe confundirse con la extracción de elementos de la cláusula sin aspecto hacia la posición preverbal de la cláusula matriz, como en i, pero esto no se discutirá aquí por razones de espacio.

(i) a naq chi-Ø s-kamk’ulnej ix [s-way-i__ ] foc clf inc-b3sg a3sg-cuidar clf a3sg-dormir-vi) ‘ Es a él (al niño) a quién ella cuida durmiendo.’





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(18) a.* w-ojtaq [maktxel s-lo-w-i] a1sg-saber quien a3sg-comer-ap-vi Lectura buscada: ‘Yo sé quien comió.’ b a ta’ Ø-ojtaqne-n-i [tze q-Ø-y-al ayon tinani] foc part b3sg-saber-ea-vi que pot-b3sg-a3sg-decir nosotros ahora ‘Él es el que sabe qué nos contará ahora.’ (Txt) (19) a.* max-Ø y-il [mayal ha-way-i] com-b3sg a3sg-ver ya a2sg-dormir-vi Lectura buscada: ‘Él/ella vio que ya dormiste.’ b. a ch’-Ø-al-on-i foc inc-b3sg-decir-ea-vi [tol mayal Ø-jay-ok y-orah-il]. comp ya b3sg-llegar-dir a3sg-hora-abs ‘Es ella/él quien dice que ya llegó su hora.’ (Txt) (20) a.* max-Ø y-il [man/maj/k’am ha-way-i] com-b3sg a3sg-ver neg/neg/neg a2sg-dormir-vi Lectura buscada: ‘Él/ella vio que no dormiste.’ b. ay heb’ ch’-Ø-al-on-i [man yel-oq-Ø] ext ellos inc-b3sg-decir-ea-vi neg cierto-irr-b3sg ‘Hay algunos que dicen que no es cierto.’(Txt)

Los ejemplos 18b y 20b no tienen el complementante tol por diferentes razones. En 18b, no se emplea porque el complemento es introducido por una palabra interrogativa, y en 20b, es opcional. Finalmente, los adverbios y adjuntos posnucleares son gramaticales tanto en cláusulas sin aspecto (21a), como en cláusulas con aspecto (21b). (21) a. max-Ø y-il [ha-way s-sat tx’at ewi] com-b3sg a3sg-ver a2sg-dormir a3sg-sobre cama ayer ‘Él/ella te vio dormir sobre la cama ayer.’ b. y-ojtaq-Ø [tze q-Ø-y-al b’ay anima tinani] a3sg-saber-b3sg que pot-b3sg-a3sg-decir a gente ahora ‘Él/ella sabe lo que va a decirle a la gente ahora.’

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9.3.3. Las cláusulas de infinitivo

Una cláusula de infinitivo está formada de un núcleo predicativo sin flexión y sin posiciones preverbales como lo muestra el esquema en 22. (22)

Estructura de una cláusula de infinitivo

v [v=núcleo verbal] 6 v + argumentos

Los ejemplos marcados entre corchetes en 23 ilustran este tipo de cláusulas. (23) a. chi-Ø toj heb’ naq winaq [ __ xiq-oj wale’] inc-b3sg ir pl clf hombre cortar-inf caña ‘[…] los hombres van a cortar caña de azúcar.’ (Txt) b. ch-in cheq-lay-toq [ __ il-oj awal] y-uj hin-txutx… inc-b1sg enviar-pas-dir ver-inf milpa a3sg-por a1sg-madre ‘Soy enviado por mi madre a cuidar milpa...’ (Txt)

A continuación, la agramaticalidad de los ejemplos de 23 es evidencia de que las cláusulas de infinitivo no presentan posiciones preverbales: 24a muestra enfoque; 24b, tópico; 24c, negación de frase, y 24d, negación clausal. (24) a.* ch-in cheq-lay-toq [a y-eq ch’en tzok’-oj te’] inc-b1sg enviar-pas-dir foc a3sg-con clf cortar-inf palo Lectura buscada: ‘Soy enviado a cortar palo/leña con machete.’ b.*ch-in cheq-lay-toq [ixim awal il-oj xim] inc-b1sg enviar-pas-dir clf milpa ver-inf clf Lectura buscada: ‘Yo soy enviado a cuidar la milpa.’ c.* ch-in cheq-lay-toq [manaq y-eq ch’en tzok’-oj te’] inc-b1sg enviar-pas-dir neg a3sg-con clf cortar-inf palo Lectura buscada: ‘Soy enviado a cortar palo/leña no con machete...’

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d.*ch-in cheq-lay-toq [maj/man/k’am il-oj awal] inc-b1sg enviar-pas-dir neg/neg/neg ver-inf milpa Lectura buscada: ‘Soy enviado no para cuidar milpa.’

Finalmente, los adjuntos posverbales pueden también modificar a una cláusula de infinitivo, como en 25. (25) ch-in cheq-lay-toq [il-oj awal (b’ay pak’an)] inc-b1sg enviar-pas-dir ver-inf milpa en otro.lado ‘Soy enviado a cuidar milpa al otro lado...’

Hasta aquí he mostrado que las cláusulas del q’anjob’al pueden clasificarse en tres grupos, según su estructura en relación con el aspecto: cláusulas con aspecto, cláusulas sin aspecto y con persona y cláusulas de infinitivo. El rasgo abstracto [+/- aspecto] es central en la distinción. Las cláusulas finitas ([+aspecto]) toman la marca preverbal de aspecto en los verbos y permiten la expansión de la cláusula hacia la izquierda (v.gr. pueden tener enfoque, negación, tópico, etcétera.). La ausencia de este rasgo impide la expansión a la izquierda del verbo. Hay dos subtipos de cláusu­ las sin aspecto: cláusula sin aspecto con flexión de persona y cláusula de infinitivo (v.gr. un sintagma verbal sin flexión). La cláusula sin aspecto con flexión incluye marcas de persona, pero la cláusula de infinitivo se define por la completa ausencia de flexión, lo cual obliga a emplear otros mecanismos para la realización sintáctica de los argumentos.­Antes de discutir la marcación de argumentos en estas cláusulas­, describo la marcación de dependencia sintáctica en las cláusulas sin aspecto. 9.3.4. Marcación de dependencia en cláusulas sin aspecto con persona

En esta sección muestro que las cláusulas sin aspecto marcan parcialmente su estatus­dependiente. Cuando la cláusula tiene un verbo transitivo, éste toma obligatoriamente el morfema -on, como se ve en el contraste entre 26a y 26b. (26) a. k’am ch-Ø-je’ [Ø-ha-ten-on-i] neg inc-b3sg-poder b3sg-a2sg-tocar-ds-vi ‘No lo puedes tocar.’ (Txt) b.* k’am ch-Ø-je’ [Ø-ha-ten-a’] neg inc-b3sg-poder b3sg-a2sg-tocar-vt Lectura buscada: ‘No lo puedes tocar.’

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Además, el verbo toma el sufijo -i cuando aparece en posición final de frase, como en 26a. En contraste, el verbo transitivo en 27 no toma el sufijo -i porque no ocurre a final de frase. (27) max-Ø w-il [hach s-sah-on-toq ha-mam b’ay xal] com-b3sg a1sg-ver b2sg a3sg-regalar-ds-dir a2sg-padre a clf ‘Yo vi que tu padre te regaló a la señora.’

El ejemplo 28 muestra que el sufijo -on no aparece con un verbo intransitivo. La forma *ko-lo-w-on-i (a1pl-comer-ap-ds-iv) no es gramatical. (28) k’am ch-Ø-je’ neg inc-b3sg-poder ‘No podemos comer.’

[ko-lo-w-i] a1pl-comer-ap-iv

Como se mencionó en la sección 3, “los tipos de cláusulas sugún su estructura”­ el q’anjob’al tiene una construcción de enfoque agentivo (ea) marcada con el sufijo­ -on, lo cual se ilustra en 29. (29) a ix unin max-Ø txon-on te pajich foc clf niño com-b3sg vender-ea clf tomate ‘Fue la niña quien vendió los tomates.’

Ya Francisco Pascual (2007) ha propuesto una relación histórica entre el sufijo­ -on, que marca enfoque (ea), y el sufijo -on, que marca dependencia (ds), pero ha argumentado que sincrónicamente las funciones y la morfosintaxis ligada a estos dos sufijos es distinta, lo mismo que la función del sufijo -i que les sigue. Existen tres diferencias fundamentales para distinguir entre -on(-i) de ea y on(-i) de ds. Primero, un verbo sin aspecto con el sufijo de ds toma flexión transitiva, pero un verbo con ea es intransitivo. Segundo, en el ea, el agente ocurre en posición prever­ bal, pero en cláusulas sin aspecto no hay enfoque. Finalmente, el sufijo -on (ds) es obligatorio como parte de la estructura sin aspecto y sin restricción de persona (véase el ejemplo 26b), pero el sufijo de ea se usa únicamente cuando se enfoca agentes de tercera persona (Mateo Toledo, 1998; Francisco Pascual, 2007). En resumen, el sufijo -on de ds está disparado por dos condiciones: la ausencia de marcador preverbal de aspecto y el estatus dependiente del verbo (véase la sección “distibución de cláusulas sin aspecto e infinitivas”).

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9.4. Marcación de persona en cláusulas sin aspecto e infinitivas

En esta sección se discute la marcación o realización de argumentos en cláusulas sin aspecto y cláusulas de infinitivo. Las cláusulas sin aspecto siguen un patrón nominativo-acusativo. Las de infinitivo no toman flexión de persona, por lo que los argumentos son inertes sintácticamente (se incorporan) o se eliden. 9.4.1. El patrón nominativo-acusativo en cláusulas sin aspecto

Mientras que las cláusulas con aspecto siguen un patrón de marcación ergativo,­las cláusulas sin aspecto disparan un patrón nominativo-acusativo, como en 30a, donde agente y sujeto se marcan con morfemas del juego a y el objeto con morfemas­ del juego b (véase la sección “los tipos de cláusula según su estuctura”). La marcación­ ergativa en este contexto resulta agramatical, como lo muestra el ejemplo 30b. (30) a. asan y-uj tol owal ch’-Ø-on [ko-kam-i]… sólo a3sg-por part pelea inc-b3sg-suceder a1pl-morir-vi ‘Excepto por el hecho de que una guerra nos va a matar.’ (Txt) b.* asan y-uj tol owal ch’-Ø-on [hon kam-i] sólo a3sg-por part pelea inc-b3sg-suceder b1pl morir-vi Lectura buscada: ‘Excepto por el hecho de que una guerra nos va a matar.’

Nótese también que las cláusulas sin aspecto no alteran la valencia verbal. Un verbo intransitivo tiene un marcador de persona y los verbos transitivos dos marcadores­(véase el ejemplo 27). 9.4.2. Realización de argumentos en cláusulas de infinitivo

En cláusulas de infinitivo, los argumentos semánticos no se marcan con flexión sino por medio de otros recursos. Todos los verbos infinitivos son formalmente intransitivos. El sujeto no se marca y está controlado estructuralmente por un argumento­ de la cláusula matriz (Stiebels, 2007; Aissen, 2007). Los verbos nocionalmente in-

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transitivos marcan el infinitivo con –oq, mientras que los verbos nocionalmente­transitivos incorporan su objeto y marcan el infinitivo con el sufijo­-oj. Los ejemplos de 31 y 32 son cláusulas de infinitivo; en 31, se muestran infinitivos de verbos intransitivos, 32a es un verbo nocionalmente transitivo y 32b es un verbo nocionalmente ditransitivo. En todos los casos el sujeto del infinitivo está controlado estructuralmente por un argumento del verbo matriz. En los ejemplos, estoy representando con guión bajo el lugar que ocuparía el argumento controlado dentro de la cláusula de infinitivo. El objeto nocional de los verbos transitivos se incorpora. El ejemplo agramatical en 32c muestra que los infinitivos no aceptan ffnn individuadas como objetos. Además, un objeto indirecto se introduce con una preposición, como en otras cláusulas (32b). (31) a. ch’-Ø-ok-toq sanan tx’ix tu [ __ q’amb’-oq] ti q’a’ inc-b3sg-entrar-dir redondo tamal dem tostarse-inf orilla fuego ‘Se ponen los tamales a la orilla del fuego para que se tuesten.’ (Txt) b. max-Ø b’et heb’ anima tu [ __ kol-waj-oq] com-b3sg ir pl gente dem ayudar-ap-inf ‘Esas personas fueron a ayudar.’ (32) a. tol q-on toq [ __ uqt-oj no’] tns pot-b1pl ir perseguir-inf animal ‘Es que iremos a cazar animales.’ (Txt) b. max-Ø toj ix [ __ aq’-oj karta com-b3sg ir clf dar-inf carta ‘Ella fue a dejar cartas a Lwin Mat.’

b’ay a

c.* max-Ø toj ix [ __ aq’-oj tx’an karta com-b3sg ir clf dar-inf clf carta Lectura buscada: ‘Ella fue a dejar las cartas a Lwin Mat.’

Lwin Mat] Lwin Mat b’ay Lwin Mat] a Lwin Mat

En conclusión, los argumentos semánticos de los verbos infinitivos no pueden realizarse como argumentos sintácticos debido a la falta de aspecto. El sujeto está elidido y está controlado por un argumento de la cláusula matriz. El objeto de los transitivos tiene que omitirse (31b) o incorporarse (32b).

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9.5. Distribución de cláusulas sin aspecto e infinitivas

A continuación se describen los contextos en los que ocurren cláusulas sin aspecto e infinitivas. Éstas pueden ser subordinadas o construcciones de predicación compleja.­Cada construcción tiene sus particularidades y complejidades pero por razones de espacio y coherencia sólo presento una breve descripción de cada una. 9.5.1. Distribución de cláusulas sin aspecto

Las cláusulas sin aspecto aparecen al menos en cuatro construcciones: complementación, predicación secundaria, resultativos perifrásticos y cláusulas adverbiales. El contexto de complementación es tal vez el más común. El listado de verbos en 33, tomado de Francisco Pascual et. al (2007) y Mateo Toledo (2005), es representativo de los verbos que toman complementos sin aspecto. (33) Verbos matrices que toman complemento sin aspecto y con persona a. Verbos de conocimiento: etz’ej, “imitar”; kan yul-k’ul, “saber”; kuyu’, “aprender”; nachaj, “saber”; etcétera. b. Percepción directa: ab’ej, “escuchar”; ila’ ,“ver”; wayichilnej, “soñar”; etz’ej, “imitar”; matz’ej, “observar”, etcétera. c. Desiderativos: cha-k’ul, “gustar”; echb’anej, “esperar”; aq’lej, “intentar”; “probar”; na’, “pensar en”; etcétera. d. De emoción: ispay “aburrirse de”; k’umb’i, “cansarse de”; k’aytoq yul-k’ul, “olvidarse de”; etcétera. e. Manipulativos (algunos): ala’, “invitar, decir”; cheqa’, “mandar”; “ordenar’; iqej, “obedecer, aceptar’; aq’, “hacer que, provocar”; etcétera. f. Modales: je’, “poder”; uji, “poder”; techaj, “aguantar”; sub’oj, “fácil”; etcétera. g. Fasales: k’oli “iniciar y continuar”; el yich, “iniciar’; chahok, “empezar”; lanan, “en proceso”; etcétera.4

En 34 se muestran algunos ejemplos, de lo que se ha discutido en párrafos anteriores.

4

Los verbos aspectuales y modales son auxiliares gramaticalizados a partir de cláusulas de complementación.

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(34) a. ch-Ø-to wal techaj [hin-b’ey-i] inc-b3sg-todavía tns aguantar a1sg-caminar-vi ‘Todavía aguanto caminar.’ (Txt) b. hoq-Ø je [Ø-j-ab’e-n pot-b3sg poder b3sg-a1pl-escuchar-md ‘Podremos escuchar una historia.’ (Txt)

jun-oq ab’ix] indef-irr historia

La segunda construcción en la que aparecen cláusulas sin aspecto es la de predicación secundaria con orden [predicado secundario+predicado primario] (Francisco Pascual, 2005; 2007; Mateo Toledo, 2012). Los ejemplos de 35 ilustran esta construcción con verbos intransitivo y transitivo en función de predicado principal.5 Lo relevante aquí es que el predicado primario, entre corchetes, es un verbo sin aspecto. (35) a. ox-taq-wan [ko-toj-i] tres-dist-clfn a1pl-ir-vi ‘Vamos de tres en tres.’ (Francisco Pascual, 2010: 94) b. tel-an [hach w-i-on-toq] acostar-psl b2sg a1sg-llevar-ds-dir ‘Te llevo acostado.’ (Francisco Pascual, 2010: 96.)

El tercer contexto en el que ocurren las cláusulas sin aspecto es una construcción resultativa con un orden resultativo+predicado primario (Francisco Pascual, 2007) a la que me referiré como “construcción resultativa perifrástica”. En q’anjob’al hay dos construcciones resultativas. La primera, ilustrada en 36, es una cláusula simple con un verbo causativo antes de un predicado resultativo, formando­ un predicado serial complejo (para más detalles, véase el capítulo 7). En esta estructura,­los predicados primarios son todos transitivos y los secundarios son intransitivos no agentivos.

5

Existe también una construcción con significado de estado final cuya estructura es igual a la construcción depictiva ilustrada anteriormente (Mateo Toledo, 2012). Un ejemplo de esta construcción es:

(iv) yax s-taj ko-lob’ej crudo a3sg-cocinarse a1pl-comida ‘Nuestra comida se cocinó pero quedó cruda.’



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(36) max-in s-maq’ q’aj hin-mam com-b1sg a3sg-golpear quebrarse a1sg-padre ‘Mi padre me golpeó hasta fracturarme.’

La segunda construcción resultativa, ilustrada en 37, es perifrástica. Ésta es una cláusula compleja en la que el resultativo, en primera posición, funciona como cláusula principal, y el causativo, en segunda posición, funciona como cláusula adverbial. El resultativo se codifica como finito y el causativo es un verbo sin aspecto. La forma agramatical en 37c muestra que el causativo no puede recibir aspecto. Nótese­que a diferencia del resultativo complejo cuyo verbo causativo debe de ser transitivo, los resultativos perifrásticos admiten causativos intransitivos, como el de 37b. (37) a. max-in q’aj [hin s-maq’-on hin-mam] com-b1sg quebrarse b1sg a3sg-golpear-ds a1sg-padre ‘Me fracturé porque mi padre me golpeó.’ b. max-in k’umb’i [hin-lo-w-i] com-b3sg cansarse a1sg-comer-ap-vi ‘Me cansé por comer/me cansé de comer.’ c.* max-in q’aj [max-in s-maq’-on hin-mam] com-b1sg quebrarse com-b1sg a3sg-golpear-ds a1sg-padre Lectura buscada: ‘Me fracture porque mi padre me golpeó.’

El cuarto contexto en el cual aparecen cláusulas sin aspecto es el de las cláusulas adverbiales temporales (38) y de propósito (39). Los ejemplos “a” ilustran cláusulas adverbiales sin aspecto antes de cláusulas principales. En los ejemplos “b” sólo se muestran cláusulas adverbiales sin aspecto. (38) a. [tay axa y-et Entonces luego a3s-cuando

Ø-y-il-on b3s-a3s-ver-ds

heb’ xin] ellos pues

mayal Ø toj no el-oq, ab’i ya b3sg ir clf salir-inf, evid

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‘Luego, cuando se dieron cuenta, el animal ya había huido.’ (Txt)

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b. a wal y-et y-a’-chaj ganar foc tns a3sg-cuando a3sg-dar-pas ganar y-et y-ay-teq heb’ naq satkan tu dem a3sg-cuando a3sg-por-bajar-dir pl clf cielo

‘Cuando fueron ganados, cuando fueron bajados del cielo…’ (Txt)

(39) a. [y-uj hin ha-kol-on-i] xan ma-xach w-awtej a3sg-por b1sg a2sg-ayudar-ds-ff por com-b2sg a1sg-llamar ‘Te llamé para que me ayudes.’ b. tze y-uj? y-uj ko-lo-w-i qué a3sg-por a3sg-por a1pl-comer-ap-vi ‘¿Por qué? Porque tenemos que comer.’ (Txt)

Algunas observaciones son necesarias. Primero, no es obligatorio que la cláusula adverbial ocurra sin aspecto. Los ejemplos de 40 muestran las versiones de 38a y 39a con marcador de aspecto. El uso o no del marcador de aspecto produce un cambio de significado en las cláusulas introducidas por yuj: cuando la cláusula no lleva aspecto, como las de 39, indica propósito, pero cuando toma aspecto indica causa o razón (40b).6 (40) a. [tay axa y-et max-Ø-y-il-on heb’ xin] Entonces luego a3sg-cuando com-b3sg-a3sg-ver-ds ellos pues mayal Ø-toj no el-oq, ab’i ya b3sg-ir clf salir-inf, evid

‘Luego cuando ellos se dieron cuenta, el animal ya había huido.’

b. [y-uj max-in ha-kol-o’] xan max-ach w-awtej a3sg-por com-b1sg a2sg-ayudar-vt por com-b2sg a1sg-llamar ‘Porque me ayudaste por eso te llamé.’

En resumen, las cláusulas sin aspecto aparecen en por lo menos cuatro contextos:­como complementos, como predicados primarios en construcciones de 6

La ausencia de aspecto en cláusulas adverbiales puede depender de una restricción de “coherencia aspectual” en lo discursivo, para un caso en mam véase England (2007).

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predicación secundaria compleja, como cláusulas de causa en resultativos perifrásticos y como cláusulas adverbiales (temporales y propósito/razón). En los casos de predicación secundaria, resultativa y complementos de modales y fasales, las formas sin aspecto son sintácticamente obligatorias, pero con otros verbos matrices esto es opcional. En cuanto al contexto adverbial, las formas sin aspecto son obligatorias solamente cuando la cláusula indica propósito. Esto se puede interpretar como una restricción estructural que muestra diferentes niveles de integración clausal. Especí­ ficamente: i) la construcción de predicación secundaria, los resultativos perifrásticos­ y las construcciones con verbos fasales y modales lo requieren como única opción; ii) los complementos de verbos no fasales/modales y cláusulas adverbiales de propósito requieren estas cláusulas dependiendo del significado; iii) las cláusulas­adverbiales temporales muestran menos integración, ya que la forma sin aspecto no es obligatoria. 9.5.2. Las cláusulas con adverbio adelantado

Las cláusulas con adverbios de manera adelantado pueden estar seguidas por un verbo sin marcador de aspecto, como se muestra en el ejemplo 41 (un patrón similar aparece en mam, véase el capítulo 10). Sin embargo, esta construcción sin aspecto no puede analizarse como cláusula sin aspecto ni tampoco como cláusulas con aspecto. (41) a. tay k’ojank’ul Ø-Ø-lek’-aj naq Ø-txow, xhi luego despacio b3sg-a3sg-levantar-dir clf a3sg-chamarra dice ‘Luego él levantó su chamarra lentamente.’ (Txt) b. ma yelk’ulal ha-ch’ib’-kan aj y-uj o rápido a2sg-crecer-dir dir a3sg-por ‘O tu madre te está criando rápido.’ (Txt)

ha-txutx a2sg-madre

Estas cláusulas sin marcador de aspecto siguen un patrón nominativo-acusativo­ como las cláusulas sin aspecto. Sin embargo, difieren de las cláusulas sin aspecto en que los verbos transitivos no siempre toman el sufijo -on (ds), como se muestra en el contraste entre 41a y 42. Cuando toman el sufijo -on, se interpretan como parte de una secuencia de eventos, y no como cláusulas independientes. Es relevante notar que en q’anjob’al el sufijo -on también marca “continuidad discursiva”,

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y cuando desempeña esta función, el marcador de aspecto preverbal es irrelevante (v.gr., ocurre sobre verbos con o sin aspecto) (para detalles, véase Francisco Pascual, 2007). (42) k’ojank’ul Ø-Ø-lek’-on aj naq Ø-txow, xhi despacio b3sg-a3sg-levantar-ds dir clf a3sg-chamarra dice ‘Seguidamente, él levantó su chamarra lentamente.’ *Él levantó su chamarra lentamente.’

Las construcciones en las que el sufijo -on indica continuidad discursiva tienen una interpretación aspectual completiva aunque carezcan de aspecto. Estas cláusulas tienen el mismo comportamiento morfosintáctico que las cláusulas simples con aspecto cuya estructura aparece esquematizada en 10. Las cláusulas con continuidad discursiva, además del adverbio adelantado, pueden tener topicalización (43a), enfoque (43b), negación de argumento (43c). (43) a. komo ha hej tu yelk’ulal s-tan-aj ha’ como clf agua dem rápido a3sg-apagarse-dir clf ‘Como el agua pues, estaba desapareciendo rápido.’ (Txt) b. a ha hej tu yelk’ulal s-tan-aj-oq foc clf agua dem rápido a3sg-apagarse-dir-inf ‘Era el agua que estaba desapareciendo rápido.’ c. manaq ha hej tu yelk’ulal s-tan-aj-oq neg clf agua dem rápido a3sg-apagarse-dir-inf ‘No era el agua que estaba desapareciendo rápido.’

La negación clausal, sin embargo, sigue otro patrón. Cuando está ligada al verbo es agramatical, como en las cláusulas sin aspecto (44a), pero es gramatical cuando precede al adverbio (44b). (44) a.* yelk’ulal k’am/man s-tan-aj ha hej tu rápido neg/neg a3sg-apagarse-dir clf agua dem Lectura buscada: ‘El agua no estaba desapareciendo rápido.’ b. komo ha hej tu man yelk’ulal-oq s-tan-aj ha’ como clf agua dem neg rápido-irr a3sg-apagarse-dir clf ‘El agua no estaba desapareciendo rápido.’

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El patrón de negación en 44 se observa también en las mismas cláusulas con aspecto de 45. La negación ocurre únicamente antes del adverbio (45b) y no antes del verbo (45a). (45) a.* amunk’wan maj-Ø k’ay-aj ha a’ej rápido neg-b3sg desaparecer-dir clf agua Lectura buscada: ‘El agua no desapareció rápido.’ b. man amuk’wan-oq max-Ø k’ay-aj ha a’ej neg rápido-irr com-b3sg desaparecer-dir clf agua ‘No fue rápido que desapareció el agua.’

En resumen, una construcción con adverbio de manera adelantado puede tener un verbo con o sin aspecto y tiene las posiciones para enfoque, negación e interrogación de argumento. En cuanto a la negación, es agramatical cuando está ligada al verbo pero es gramatical antes del adverbio. La construcción sin aspecto con adverbio adelantado difiere de otras cláusulas sin aspecto por dos rasgos. Primero, el sufijo -on sobre los verbos transitivos se interpreta como un sufijo de “continuidad discursiva” y es opcional, lo cual sugiere que no es el marcador de dependencia sintáctica. Segundo, la cláusula permite elementos preverbales que no son posibles en cláusulas sin aspecto. Por otro lado, esta cláusula difiere de cláusulas con aspecto en que no permite negación ligada al verbo aunque tenga todas las posiciones preverbales y aspecto. Entonces, esta cláusula es una categoría intermedia entre cláusulas sin aspecto y con aspecto. Es como una cláusula con aspecto en estructura pero como una cláusula sin aspecto en cuanto al patrón de marcación de persona y negación clausal. 9.5.3. Distribución de las cláusulas de infinitivo

Las cláusulas de infinitivo se usan en contextos reducidos. Ocurren como complementos en tres estructuras: construcciones causativas, verbos de movimiento con propósito (Aissen, 2007) y predicados enfocados. Cada uno se discute más adelante.­ El listado en 46 muestra verbos matrices que toman complementos infinitivos.­ (46) Verbos que toman cláusulas de infinitivo como complementos a. Movimiento con propósito: b’et, “ir y regresar”; toj, “ir”; ul, “venir y regresar”; tit, “venir acá”; etcétera.

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b. Verbos de manipulación: cha’, “permitir”; uqtej, “forzar”; etcétera. c. Predicados de emoción: ispay, “aburrirse de”.

Los ejemplos de 47 muestran verbos de “movimiento con propósito”. Cómo ya se discutió, los verbos infinitivos son estructuralmente intransitivos. Los ejemplos 47a, 47b, 47c y 47d ilustran verbos intransitivos radicales y derivados sufijados con -oq en posición final de cláusulas. El sufijo -oq no aparece cuando el verbo es seguido por otros constituyentes (47e). (47) a. tol ch-Ø-toj mam-ej txutx-ej [ __ q’an-waj-oq] intn inc-b3sg-ir padre-abs madre-abs pedir-ap-inf ‘Es que los padres se van a pedir (novia).’ (Txt) b. max-Ø toj ixim ixim [ __ k’och-lay-oq] com-b3sg ir clf maíz desgranar-pas-inf ‘El maíz se fue para ser desgranado.’ c. asan xanej b’ay-tu ch-Ø-b’et heb’ anima [ __ man-j-oq] sólo part a-dem inc-b3sg-ir pl gente compra-der-inf ‘Ya sólo allí iba la gente a comprar.’ (Txt) d. y-aj-toq naq [ __ way-oq] a3sg-subir-dir clf dormir-inf ‘Entonces, él subió a dormir.’ (Txt) e. y-aj-toq naq [way y-ul kan] a3sg-subir-dir clf dormir a3sg-en tapanco ‘Entonces, él subió a dormir en el tapanco.’

Los ejemplos de 48 muestran verbos semánticamente transitivos con objeto incorporado. Los verbos transitivos infinitivos toman -oj y son sintácticamente intransitivos. (48) a. tuton ta xa x-Ø-’el-toq heb’ [ __ il-oj q’ap] tns si ya com-b3sg-salir-dir ellos ver-inf ropa ‘Si ellos ya salen a ver la ropa [...]’ (Txt)

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b. tol uqeb’ wal ab’il x-Ø-b’et heb’ [ __ man-oj ixim b’ay] tns siete tns año com-b3sg-ir ellos comprar-inf maíz a ‘Son siete años los que ellos fueron a comprarle maíz.’(Txt) [Lit. ‘[…] a comprar maíz a (él).’]

Los ejemplos de 49 muestran infinitivos como complementos de ispay -uj, “aburrirse­de”. En este contexto, los infinitivos solamente pueden ser verbos nocionalmente­transitivos. Contrástese 49a con 49b. Los verbos intransitivos que funcionan como complementos de ispay -uj deben ser del tipo sin aspecto con persona, como el de 49c. Un punto relevante a notar aquí es que el sujeto del infinitivo­en 49a está controlado por el argumento del sustantivo relacional uj, el ex­perimentante del verbo matriz. (49) a. max-Ø ispay xa [ __ loh-oj china] w-uj com-b3sg aburrirse tns comer-inf naranja a1sg-por ‘Me aburrí de comer naranjas.’ b.* max-Ø ispay [ __ way-oq/saqch-oq] (w-uj) com-b3sg aburrirse dormir-inf /jugar-inf a1sg-por Lectura buscada: ‘Me aburrí de dormir/jugar.’ c. max-Ø ispay [hin-way-i] com-b3sg aburrirse a1sg-dormir-vi ‘Me aburrí de dormir.’

Los siguientes ejemplos muestran construcciones causativas. Hay dos tipos de causativos en q’anjob’al; uno en el que hay unión de cláusulas (50a) y otro con complemento infinitivo (50b). En 50a, los verbos forman un predicado complejo y la construcción es monoclausal (en términos de orden, flexión y comportamiento­ en las construcciones con reflexivos, etcétera.) cuyos rasgos son irrelevantes para nuestro propósito. Sin embargo, 50b es una construcción compleja con un complemento clausal del tipo infinitivo. (50) a. katu x-Ø-’uqte-lay mulnaj heb’ anima luego com-b3sg-mandar-pas trabajar pl gente ‘Después la gente fue obligada a trabajar.’ (Txt)

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b. max-Ø uqte-lay-toq heb’ anima [ __ mulnaj-oq] com-b3sg mandar-pas-dir pl gente trabajar-inf ‘La gente fue enviada a trabajar.’

Los ejemplos de 51muestran otros causativos con infinitivo similares al caso anterior. Una variable importante en estos ejemplos es el orden de las ffnn. Los causativos siguen alguno de los siguientes órdenes. (51) a. v1 s o v2 max-Ø y-uqtej-toq ix Malin cham [ __ ante-lay-oq] com-b3sg a3sg-mandar-dir clf Malin clf curar-pas-inf ‘María mandó al señor a ser curado.’ * ‘María mandó al señor para ser curada.’ b. v1 o v2 q-Ø-j-uqtej-toq ix [ __ waj-oj sakate] pot-b3sg-a1pl-mandar-dir clf juntar-inf zacate ‘La mandaremos a juntar zacate.’ (Txt) c. v1 s o v2 max-Ø s-cheq-toq ix naq winaq tu [ __ waj-oj sakate] com-b3sg a3sg-enviar-dir clf clf hombre dem juntar-inf zacate ‘Ella mandó al hombre a juntar zacate.’

Un punto relevante en los causativos es el control. El controlador es el paciente­ del verbo matriz independiente de su papel sintáctico. En 52, el controlador paciente funciona como objeto y se marca con juego b. En 52a, el controlador paciente­funciona como sujeto del verbo infinitivo pasivo marcado con juego b. (52) a. ch’an ch-ach cheq-lay-toq [ __ a’-oj un] dim inc-b2sg mandar-pas-dir dar-inf papel ‘Luego te envían a dejar papeles.’ (Txt) (Lit. ‘Luego eres enviado a dejar papel.’) b. ch’an ch-ach cheq-waj-toq [a’-oj unej] dim inc-b2sg mandar-ap-dir dar-inf papel ‘Luego mandas a alguien a dejar papeles.’

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Finalmente, las cláusulas de infinitivo ocurren en un contexto especial de enfoque de eventos, el cual puede analizarse como complemento pero con rasgos especiales. Casos como los del ejemplo 53 se usan para responder a una pregunta o enfocar un evento. El ejemplo 53b podría ser la respuesta a la una pregunta “¿qué haces?” o para enfocar el hecho de que “yo me mantengo durmiendo” como algo habitual o un evento en desarrollo. Estructuralmente, el verbo transitivo unej, “hacer”, funciona como verbo matriz, y el infinitivo, como complemento. La estructura superficial es [infinitivo+unej] y el infinitivo es complemento de unej (concuerda con el absolutivo). La estructura [unej+infinitivo], común en otros complementos, es agramatical, como se muestra en 53c, lo cual se debe a que el infinitivo debe estar enfocado. Nótese también que el sujeto del infinitivo está controlado por el agente de unej. (53) a. asan uk’-oj an ch-Ø-y-unej sólo tomar-inf licor inc-b3sg-a3sg-hacer ‘Solamente tomando licor se mantiene.’ (Txt) b. way-oq chi-Ø w-unej dormir-inf inc-b3sg a1sg-hacer ‘Me mantengo durmiendo.’ c.* chi-Ø y-unej [uk’-oj an] inc-b3sg a3sg-hacer tomar-inf licor Lectura buscada: ‘Él/ella se pasa tomando licor.’

En general, en esta sección se ha mostrado que las cláusulas de infinitivo en q’anjob’al aparecen por lo menos en tres contextos: como complementos de verbos de movimiento­con propósito, complemento de verbos de emoción y en construcciones­causativas sin unión de cláusula. Además, se ha mostrado que también­puede aparecer en construcciones en las que se enfocan eventos. Sin embargo,­este último contexto sigue la estructura de una construcción de complemento. Una aparente diferencia entre estos contextos es que, en las causativas, el controlador sólo puede ser el paciente del verbo matriz; en verbos de deseo, es el experimentador, y en otros casos, otros argumentos pueden ser el controlador. Sin embargo, esto se debe al verbo matriz y no es una restricción sobre las cláusulas de infinitivo.

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9.5.4. Los infinitivos y los sintagmas nominales

En la sección anterior se presentaron los contextos (que generalmente requieren una cláusula) en los que se encuentra una cláusula de infinitivo. Además, el estatus clausal del infinitivo es claro. Sin embargo, existen contextos en los que la cláusula de infinitivo funciona como nominal y toma elementos nominales. En seguida discuto brevemente cada uno de estos puntos. Las formas infinitivas aparecen en los mismos contextos en los que ocurren las ffnn. El ejemplo 54a muestra que el infinitivo puede ser complemento de un sus­ tan­tivo relacional. Una cláusula sin aspecto es agramatical en este contexto (54b). (54) a. yel a tu ah-on ek’-oq Ø-xol maq’-oj anima verdad foc dem ext-b1pl dir-inf a3sg-entre pegar-inf persona ‘Es verdad estamos… entre pegadera de gente.’ (Txt) b.* a tu ah-on ek’-oq Ø-xol ko-kol-le-n ko-b’a foc dem ext-b1pl dir-inf a3sg-entre a1pl-ayudar-rr-ds a1pl-rr Lectura buscada: ‘Allí estamos… entre ayudarnos unos a otros.’

Los infinitivos y los nominales funcionan como argumentos del existencial (55a, 55b). Esta posición no puede ser ocupada por las cláusulas sin aspecto con persona (55c). (55) a. ay-Ø k’is-oj q’alem, ay-Ø pech-oj b’e ext-b3sg barrer-inf basura, ext-b3sg limpiar-inf camino ‘Hay barrida de basura, hay limpia de caminos.’ (Txt) b. ay-Ø anima b’ay q’in ext-b3sg gente en fiesta ‘Hay personas en la fiesta.’ c.* ay-Ø ko-kol-le-n ko-b’a heq ext-b3sg a1pl-ayudar-rr-ds a1pl-rr pl Lectura buscada: ‘El ayudarnos los unos a otros existe.’

En estos contextos, sin embargo, sólo se usan infinitivos nocionalmente transitivos. Los ejemplos agramaticales de 56 muestran que los verbos intransitivos

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infinitivos no pueden ocurrir en estos contextos. En lugar del infinitivo se usan nominales derivados de verbos, como tzewil, “risa”; kamich, “muerte”; etcétera. (56) a.* a tu ah-on ek’-oq Ø-xol tzew-oq / kam-oq foc dem ext-b1pl dir-inf a3sg-entre reír-inf / morir-inf Lectura buscada: ‘Allí estamos… entre reír/morir.’ b. * ay-Ø way-oq / kam-oq / tzew-oq ext-b3sg dormir-inf / morir-inf / reír-inf Lectura buscada: ‘Hay dormir/morir/reír.’

Los infinitivos en función argumental toman elementos propios de los sintagmas nominales. Los ejemplos de 57 muestran que el infinitivo puede tomar determinantes y demostrativos como los nominales. (57) a. ka-wal ya’ [jun aq’-oj ilya’ ti] tns-tns duele indef dar-inf enfermedad dem ‘Esto de estar enfermo es muy difícil.’ (Txt) b. a tu ah-on ek’-oq Ø-xol jun entn-oj anima foc dem ext-b1pl dir-suf a3sg-entre indef maltratar-inf persona ‘Allí estamos… entre el maltrato de personas.’ (Txt)

El ejemplo 58b muestra que una cláusula de infinitivo funcionando como complemento no puede tomar demostrativos o determinantes. Basado en estos ejemplos se concluye que el infinitivo, en 58a, funciona como una cláusula, y en los ejemplos de 57, como nominal. (58) a. q-Ø-j-uqtej-toq ix [ __waj-oj sakate] pot-b3sg-a1pl-mandar-dir clf juntar-inf zacate ‘La mandaremos a juntar zacate.’ (Txt) b. * q-Ø-j-uqtej-toq ix [(jun) __ waj-oj sakate ti] pot-b3sg-a1pl-mandar-dir clf indef juntar-inf zacate dem Lectura buscada: ‘La mandaremos a esto de juntar zacate.’

Estos datos sugieren, por un lado, que las cláusulas de infinitivo comparten rasgos nominales y verbales dependiendo del contexto en el que aparecen. Cuando

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funcionan como cláusulas de complemento, no permiten modificadores nominales,­ al contrario de los contextos nominales en los que la presencia de modificadores es factible. En contraste, las cláusulas sin aspecto siempre mantienen su estatus clausal­. En general, los infinitivos son más cercanos a nominales y las cláusulas sin aspecto a las cláusulas finitas. 9.6. Conclusiones

En general, el trabajo ha mostrado que el q’anjob’al tiene tres tipos de cláusulas: con aspecto, sin aspecto con persona e infinitivas. La estructura de cada una se resume en 59. Las cláusulas con aspecto tienen la estructura más completa, las que carecen de aspecto no proyectan elementos prenucleares y las infinitivas consisten en un núcleo predicativo con argumentos, pero sin flexión. (59) Estructura de cláusulas con aspecto a. [ftop… [ffoc/neg_xp… [neg… [fasp… [n_pred+args]]]]]

Estructura de cláusulas sin aspecto b. [flex [[n_pred] + args]]



Estructura de cláusulas infinitivas c. [n_pred]

Cuadro 9.1

Rasgos que distinguen a las cláusulas en q’anjob’al Rasgos de comparación

Cláusula Cláusula con aspecto sin aspecto

Cláusula de infinito

Flexión de persona

+

+



Marcación ergativa

+

n/a

n/a

n/a

+

n/a



+



n/a

n/a

+

Marcación nominativa-acusativa Marcación -on de dependencia Control estructural Fuente: elaboración propia.

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El cuadro 9.1 resume los rasgos importantes que distinguen los tres tipos de cláusulas. El signo + indica la presencia de un rasgo y el signo – su ausencia. En los casos en que los rasgos no se aplican se marca “n/a”. En el trabajo se han discutido algunas reglas que definen la estructura clausal y los rasgos de las cláusulas sin aspecto y de infinitivo en q’anjob’al. Primero, el rasgo abstracto [+/- aspecto] distingue entre las cláusulas con aspecto y sin aspecto. El rasgo [+/- aspecto] es similar a lo que se denomina [+/- finito] en otros trabajos. Las cláusulas finitas tienen el rasgo [+aspecto] y permiten elementos preverbales. Sin embargo, las cláusulas sin el rasgo de aspecto no aceptan elementos preverbales. El q’anjob’al cuenta con dos subtipos de cláusulas sin expansión de elementos preverbales: sin aspecto e infinitivas. Las cláusulas sin aspecto toman flexión pero las del tipo infinitivo carecen de flexión hasta el punto de que pueden ­comportarse como nominales. Segundo, se confirma que la ausencia de marcador preverbal de aspecto­ dispara marcación nominativa-acusativa en las cláusulas que marcan persona (Mateo Toledo, 2004; Aissen, 2005). Tercero, la dependencia sintáctica y la ausencia del marcador de aspecto disparan la presencia del sufijo -on con verbos transitivos, el cual marca la dependencia de la cláusula sin aspecto. Por otro lado, la ausencia de flexión verbal en los infinitivos obliga a un cambio de realización sintáctica de los argumentos en un predicado. Finalmente, las cláusulas sin aspecto con adverbio de manera adelantado pare­ cen ser un contraejemplo a la propuesta de que el rasgo [+aspecto] permite una estructura prenuclear. Los datos sugieren que estas cláusulas forman un cuarto tipo de estructura que mantiene los elementos prenucleares al igual que las cláusulas con aspecto, pero difiere en cuanto a la negación. Al igual que una cláusula sin aspecto, sigue un patrón nominativo-acusativo de flexión de persona, pero difiere de ésta por su interpretación de completiva y porque permite elementos preverbales.

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10. Cláusulas con flexión reducida en mam1 Nora C. England*

10.1. Introducción

El propósito de este trabajo es explorar las estructuras y contextos de uso de cláusulas que tienen flexión reducida en mam. Por cláusulas con flexión reducida entiendo­cualquier cláusula cuyo verbo carece de alguna marca flexiva típica de los verbos independientes. En mam, los verbos independientes se marcan mínimamente con aspecto y con la persona y el número del sujeto y, para el caso de los transitivos, del objeto. Así, en el ejemplo 1, se marca el verbo con el proclítico nn= como marcador de aspecto incompletivo, el prefijo cero (Ø) de tercera persona de singular del llamado juego b (para objeto), y el prefijo t- de tercera persona de singular­ del llamado juego a (para sujeto transitivo). (1) nn=Ø=eel=tzan t-jeetz’a-n xjaal kab’-a i’xh 2 inc=b3sg=dir=pues a3sg-cortar-sd persona dos-? elote ‘[...] la persona cortó dos elotes.’ (Txt)

Se han encontrado dos estructuras con flexión reducida: i) Infinitivos: son formas verbales sin aspecto y sin persona ni número, que llevan además el sufijo -l, tal como se ve en el ejemplo 2; ii) Verbos sin aspecto: son formas verbales que portan

1

* 2

Agradezco de forma especial a Ajb’ee Jiménez por clarificar muchas de mis dudas y a José Pérez Vaíl por discutir conmigo la gramática del mam. Los datos son de San Ildefonso Ixtahuacán, Departamento­ de Huehuetenango, Guatemala. Una primera versión de este trabajo se presentó en noviembre de 2006, en el IX Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste, Universidad de Sonora, Hermo­ si­llo. Agradezco también a los demás participantes de la mesa, Eladio Mateo Toledo, Telma Can y Juan­Vázquez, por el placer de haber desarrollado el tema conjuntamente. Universidad de Texas en Austin. Los ejemplos que provienen de texto se marcan con (Txt). Los demás son construcciones elicitadas. He usado varios de los ejemplos en publicaciones anteriores, especialmente en England, 1983b. El alfabeto práctico empleado tiene los siguientes símbolos especiales: ’ [ʔ], b’ [], ch [tʃ], j [χ], ky [c], q’ [], tx [t], tz [ts], x [], xh [∫], y /j/, VV [vocal larga]. 277

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marcas de persona y número de los argumentos directos, pero no llevan marca de aspecto.3 No tienen ningún morfema especial que los deriva. Un ejemplo se da en 3. (2) n=ch=e’x=tzan xjaal yoo-l t-uk’ kyaq q’ankyooq inc=b3pl=ir=pues gente hablar-inf a3sg-sr:comit rojo rayo ‘[...] y la gente se fue a hablar con el rayo rojo.’ (Txt) (3) txa’q’ t-eel tanaq squk’ t-u t-k’u’j af a3sg-salir dem piojo a3sg-sr:en a3sg-estómago ‘[...] txa’q hizo cuando se destripó el piojo.’ (Txt)

Estas dos estructuras se diferencian entre sí en cuanto al grado de similitud que tienen con los verbos flexionados. Para los infinitivos, la referencia del sujeto está muy restringida; básicamente, es controlada por el argumento absolutivo de la cláusula principal. Se puede expresar el paciente de un verbo transitivo en infinitivo, pero de forma oblicua o genérica (no específica). Asimismo, los infinitivos nunca llevan direccionales, aunque sí una variedad de adjuntos, los que, por otro lado, nunca los preceden, en contra del comportamiento normal para la mayoría de los adverbios y para otros constituyentes enfocados. Las estructuras sin aspecto, que llevan marcadores de persona, muchas veces (aunque no siempre) presentan un patrón de ergatividad mixta en el que todos los argumentos verbales se marcan con el mismo juego morfológico (juego a). Este tipo de cláusulas reducidas también pueden coaparecer con direccionales. Las estructuras sin aspecto se utilizan en contextos restringidos, siempre presentan algún constituyente en posición preverbal, pero, aparte de ello, tienen un comportamiento similar al de los verbos flexionados. 10.2. Estructura de la cláusula con verbo flexionado

El verbo flexionado en mam consiste en el siguiente templete morfológico: aspecto­ + juego b + (direccional) + (juego a) + base verbal + sufijo de modo (si hay) + enclíticos­de persona. Dos ejemplos se dan en 4. 3

Es decir, no llevan una marca del juego de proclíticos de aspecto que anteceden al verbo. Existen otras maneras alternativas de indicar aspecto como adverbios, partículas, auxiliares o bases verbales. En mam, hay seis aspectos morfológicos: ma, “próximo”, x=, “próximo dependiente”; o, “completivo”, Ø, “completivo dependiente”; n=, “incompletivo”, y ok, “potencial” (England, 2007).

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(4) a. ma chin b’eet=a prox b1sg caminar=1sg ‘Caminé.’ b. ma tz-ul w-ii-’n=a prox b3sg-dir a1sg-tomar-sd=1sg ‘Lo traje para acá.’

Los juegos a y b funcionan como marcadores de persona y número. El juego a marca el sujeto de transitivo, como en 4b, mientras que el juego b marca el sujeto­ de intransitivo en 4a, o el objeto de transitivo en 4b. En contextos que requieren ergatividad mixta, como por ejemplo en cláusulas dependientes, como en 5, todos los argumentos se indican por medio del juego a. (5) a. aj t-kan-eet priimx cuando(nopot) a3sg-encontrar-pas temprano ‘[...] cuando se encontró temprano [...].’ b. ok qo tzaalaja-l ok t-q-il u’j pot b1pl estar_contento-pot cuando(pot) a3sg-a1pl-ver libro t-e yool t-e I’tzal a3sg-sr:pos palabra a3sg-sr:pos Ixtahuacán ‘Estaremos contentos cuando veamos el diccionario de Ixtahuacán.’

Los direccionales son obligatorios con la mayoría de los verbos transitivos, pero facultativos con los verbos intransitivos. Hay sufijos de modo para indicar el potencial con verbos intransitivos y transitivos, y para indicar el imperativo con verbos transitivos, tal como se ve en 6. Los direccionales se encuentran después del sufijo de modo cuando el verbo está en el imperativo mientras que en los demás contextos ocurren antes de la base verbal. (6) a. (ok) chin b’eeta-l=a pot b1sg caminar-pot=1sg ‘Caminaré.’ b. (ok) Ø=t-laq’-a’=ya pot b3sg=a2sg-comprar-pot=2sg ‘Lo comprarás.’

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c. Ø=q’ii-m=a b3sg=llevar-impt=2sg ‘¡Llévalo!’ d. Ø=q’ii-n=x=a b3sg=llevar-impt=dir=2sg ‘¡Llévalo (allá)!’

En una cláusula con verbo flexionado, el orden es normalmente vso, cuando los argumentos aparecen codificados, como en 7. (7) nn=Ø=ok ky-ki-’n (xjaal)s (jun wech)o inc=b3sg=dir b3pl-ver-sd persona un gato_de_monte ‘La gente vio un gato de monte.’ (Txt)

Otros constituyentes nominales funcionan como adjuntos introducidos por sustantivos relacionales y siguen a los argumentos directos. Por ejemplo, el objeto indirecto sigue al objeto directo, como en 8; y otros adjuntos, tratados aquí como oblicuos (obl), aparecen después de los objetos, como en 9. (8) ma Ø=txi t-yek’a-n (Cheep)s (u’j)od prox b3sg=dir a3sg-mostrar-sd José libro (t-e tij-xjaal)oi a3sg-sr:dat grande-persona ‘José mostró el libro al anciano.’ (9) a. ma Ø=txi t-yek’a-n (Cheep)s (u’j)od prox b3sg=dir a3sg-mostrar-sd José libro (t-e tij-xjaal)oi (t-u’n t-qan q’aaq’)obl a3sg-sr:dat grande-persona a3sg-sr:por a3sg-pie fuego ‘José mostró el libro al anciano por la luz del fuego.’ b. ma Ø-aq’naa-n (Kyeel)s (t-jaq’ kjo’n)obl prox b3sg-trabajar-ap Miguel a3sg-sr:debajo milpa (t-u’n asdoon)obl (t-uuk’ Cheep)obl a3sg-sr:con José a3sg-sr:con azadón ‘Miguel trabajó en la milpa con azadón con Chepe.’

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Los adverbios normalmente van en primera o en última posición de la cláusula.­ Los adverbios locativos, como en 10, van de preferencia en última posición pero pueden aparecer en primera posición sin provocar otros cambios, como en 11. (10) k’ala-’tz=a cheej maajlaj amarrar-res.impt=2sg caballo otro_lado ‘¡Ve a amarrar al caballo allá al otro lado!’ (11) maajlaj k’ala-’tz=a cheej otro_lado amarrar-res.impt=2sg caballo ‘¡Ve a amarrar al caballo allá al otro lado!’

Los adverbios de manera aparecen obligatoriamente en primera posición y a veces suprimen el aspecto y requieren de ergatividad mixta. Compárese al respecto 12a con la agramaticalidad de 12b. Sin embargo, los adverbios de tiempo, como eew, “ayer”, en 13, aparecen de preferencia en primera posición, como en 13a, provocando que el verbo ocurra sin flexión de aspecto. No obstante, pueden también­aparecer en última posición, tal como se ve en 13b, donde requieren de ciertos cambios en los verbos, principalmente en cuanto a la marcación de aspecto. (12) a. noqax jona’wax ma tz-uul jun aak’aj yool sólo de_repente prox b3sg-venir un nuevo palabra t-uj n-naa-b’il=a a3sg-sr:en a1sg-pensar-inst=1sg ‘De repente se me vino una nueva palabra a la mente.’ (Maldonado Andrés et al., 1986: 108.) b.* ma tzuul jun aak’aj yool tuj nnaab’ila noqax jona’wax Lectura buscada: ‘De repente se me vino una nueva palabra a la mente.’ (13) a. eew tz=ul aaj nan yaa’ ayer b3sg=dir regresar señora abuela ‘Ayer vino la abuela.’ b. Ø=Ø=ul aaj nan yaa’ eew com.d=b3sg=dir regresar señora abuela ayer ‘Vino la abuela ayer.’

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10.3. Infinitivos

Los infinitivos se forman con el sufijo -l, tanto para verbos intransitivos como para transitivos. El verbo no marca aspecto ni persona de los argumentos. El verbo transitivo en infinitivo es seguido por el sustantivo relacional -ee, como en 14, el cual refiere al paciente en este contexto, aunque el sustantivo relacional usual para paciente en otros contextos es -i’j, por ejemplo, con el antipasivo en 15.4 (14) n=ch=ul aaj=x=kya xjaal tzluu’ inc=b3pl=dir regresar=siempre=3pl.enf gente aquí [b’inchaa-l t-ee] hacer-inf a3sg-sr:pac ‘Viene la gente aquí a hacerlo.’ (15) ma Ø=tzyuu-n Cheep ky-i’j xiinaq prox b3sg=agarrar-ap José a3pl-sr:pac hombre ‘José agarró a los hombres.’

El sustantivo relacional -i’j, que marca paciente en 15, indica tema con los infinitivos, como se ve en 16. (16) n=ch=ok teen t-aal [ooq’a-l t-i’j] inc=b3pl=dir estar a3sg-hijo llorar-inf a3sg-sr:tema ‘[...] y sus hijos empezaron a llorar por ella […].’ (Txt) 10.3.1. Contextos de uso

Se han identificado cuatro contextos en los que se usan los infinitivos: i) con verbos transitivos causativos; ii) como cláusulas adverbiales de propósito con verbos intransitivos de movimiento como verbos matrices; iii) con el verbo intransitivo -teen, 4

El sustantivo relacional -ee tiene varias funciones: dativo, posesivo, benefactivo y paciente (England, 1983b: 72-74). Con el antipasivo, y sólo si el agente precede al verbo, el paciente puede indicarse bien con -ee o con -i’j, pero con una diferencia de significado. Con -i’j se entiende que la acción se hizo con intención por parte del agente, mientras que con -ee se interpreta que la acción no se realizó intencionadamente (para ejemplos véase England, 1983b: 223-224).

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“estar en un lugar”, que indica el comienzo de la acción en este contexto; y finalmente, iv) como cláusulas subordinadas de predicados no verbales. 10.3.1.1. Con verbos transitivos causativos

En este contexto, el sujeto del verbo en infinitivo es correferencial al objeto directo­ del verbo causativo, como en 17. Si la fn que refiere al objeto del verbo causativo se explicita, ésta aparece en su lugar normal después del verbo y antes de la cláusula de infinitivo, como en 18a. Otros órdenes no son posibles, tal como se muestra en la agra­maticalidad de las dos alternativas dadas en 18b. Se puede notar que, en 18a, el cons­tituyente Kyel, “Miguel”, es formalmente el objeto directo de la cláusula principal. (17) ma tz’=ok n-q’o-’n=a [tx’eema-l sii’] prox b3sg=dir a1sg-dar-sd=1sg cortar-inf leña ‘Lo puse a cortar leña.’ (18) a. ma tz’=ok n-q’o-’n=a Kyel [tx’eema-l sii’] prox b3sg=dir a1sg-dar-sd=1sg Miguel cortar-inf leña ‘Puse a Miguel a cortar leña.’ b.* ma tz’ok nq’o’na tx’eemal sii’ Kyel/ ma tz’ok nq’o’na tx’eemal Kyel sii’ Lectura buscada: ‘Puse a Miguel a cortar leña.’ 10.3.1.2. Cláusulas de propósito de infinitivo con verbos intransitivos de movimiento

Los infinitivos se encuentran comúnmente en cláusulas de propósito. En esta estructura, el sujeto del infinitivo es correferencial con el sujeto del verbo intransitivo­, tal como se puede ver en los ejemplos de 19. (19) a. yaa ma Ø=poon=tl meeb’a [ilo-l t-ee] ya prox b3sg=llegar=otro huérfano ver-inf a3sg-sr:pac ‘Ya llegó el huérfano a verlo [...].’ (Txt) b. ma ch=uul meb’a-yi-l t-ee [b’eeta-l] prox b3pl=venir huérfano-vrbz-ag a3sg-sr:pac caminar-inf ‘Cuándo vinieron los padrastros de viaje [...].’ (Txt)

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10.3.1.3. Con el verbo intransitivo teen, “estar en un lugar”

En este caso, el verbo tiene una función aspectual de inceptivo. Se entiende que el sujeto del infinitivo es igual al sujeto del verbo teen, “estar”. (20) n=chi ku’ teen xjaal [belaara-l t-e weech] inc=b3pl dir estar gente velar-inf a3sg-sr:pac gato_de_monte ‘La gente empezó a velar al gato de monte.’ (Txt) 10.3.1.4. Como cláusulas subordinadas a predicados no verbales

Los ejemplos de este tipo no son muy comunes, pero existen. La cláusula matriz consiste en un predicado no verbal. En 21, el núcleo del predicado no verbal es aa, cuyo sujeto es qqo’, juntos indican “somos nosotros”. Se entiende que el sujeto del infinitivo es correferencial con el sujeto del predicado no verbal. En 22, en cambio, el predicado no verbal es qiina, “soy yo”. (21) aa=wt ch’in q=qo’ [leeq’a-l t-witz jj=tzee’] dem=cf poco 1pl.enf=b1pl lamer-inf a3sg-sr:superficie dem=árbol ‘[…] que fuéramos nosotros un poco a lamer la superficie de ese palo [...].’ (Txt) (22) qiina [kaana-l t-i’j kasamyeent] 1sg.pro encontrar-inf b3sg-sr:meta casamiento ‘Yo me voy a alcanzar el casamiento [...].’ (Txt) 10.3.1.5. Discusión

En los ejemplos presentados se puede notar que los argumentos que controlan la interpretación del sujeto de un infinitivo siempre tienen el papel de absolutivos dentro de la cláusula matriz, independientemente de que sean objetos de transitivos­o sujetos de intransitivos o de predicados no verbales. Por esta razón, he propuesto que estos datos muestran un contexto en el que la lengua mam tiene ergatividad sintáctica (England, 1983a; 1983b). Como evidencia de esta propuesta, sirva mostrar un contexto en el cual no se encuentra el uso del infinitivo como complemento de un verbo transitivo no causativo. Por ejemplo, el verbo ajb’el, “querer”, que tiene un sujeto no absolutivo,

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toma en mam un complemento de cláusula con un verbo marcado solamente con persona y número del sujeto, como en 23a, pero nunca en infinitivo, tal como lo demuestra la imposibilidad de 23b. Esto contrasta con el uso del infinitivo en otros contextos. (23) a. Ø=w-ajb’el=a [chin aq’naa-n=a] b3sg=a1sg-querer=1sg b1sg trabajar-ap=1sg ‘Quiero trabajar.’ b.* Ø=w-ajb’el=a aq’naa-l b3sg=a1sg-querer=1sg trabajar-inf Lectura buscada: ‘Quiero trabajar.’

Por otro lado, en el ejemplo siguiente, en 24a, tenemos una cláusula de propósito con el subordinante tu’n. El sujeto de esta cláusula subordinada es correferencial­con el argumento del verbo xii’ma, “pensar”, en la cláusula matriz, que se codifica con un ergativo. Debido a que este argumento no aparece con absolutivo, vuelve imposible el uso del infinitivo, tal como se muestra en la agramaticalidad de 24b. (24) a. x=Ø=kub’=tzan prox.d=b3sg=dir=pues

q-xii’ma-n=a t-i’j a1pl-pensar-sd=1pl.excl a3sg-sr:tema

[t-u’n t-tzaaj juun q-a’=ya] a3sg-sr:propósito a3sg-venir un a1pl-agua=1pl.excl ‘Pues, pensamos traer el agua (para tomar).’ (Txt) [Lit. ‘Pues, pensamos sobre (esto) para que venga el agua.’] b.* x=Ø=kub’=tzan q-xii’ma-n=a q’ii-l a’ prox.d=b3sg=dir=pues a1pl-pensar-sd=1pl.excl traer-inf agua Lectura buscada: ‘Pensamos traer el agua.’

Por estas razones, un argumento ergativo (sujeto de transitivo) no puede controlar la interpretación del sujeto de un infinitivo. Se usan infinitivos solamente en contextos en los que un argumento absolutivo de la cláusula matriz controla al sujeto del infinitivo; de otra manera es necesario usar otras estructuras, como en 23a y 24a.

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10.3.2. Características de la cláusula con infinitivo

Tal como se ha visto, el verbo en infinitivo no marca aspecto ni persona o número, tampoco puede llevar direccionales. Sin embargo, las cláusulas transitivas, en su forma de infinitivo, llevan el sustantivo relacional -ee que indica el paciente, lo que muestra que el verbo es semánticamente transitivo. Cuando un verbo transitivo toma -ee en su forma de infinitivo, el verbo se interpreta como transitivo. En contraste, si no se emplea -ee, el verbo se interpreta como intransitivo. (25) o chi e’x xjaal [laq’oo-l t-ee] com b3pl ir gente comprar-inf a3sg-sr:pac ‘Se fue la gente a comprarlo.’ (26) o chi e’x xjaal [laq’oo-l] com b3pl ir gente comprar-inf ‘Se fue la gente a comprar.’

La diferencia de significado entre 25 y 26 es exactamente paralela a la diferencia­ que se obtiene entre el transitivo activo y el antipasivo absolutivo en una cláusula completamente finita, como en los ejemplos 27 y 28. (27) ma tz’=el ky-laq’o-’n xjaal prox b3sg=dir b3pl-comprar-sd gente ‘La gente lo compró.’ (28) ma chi laq’oo-n xjaal prox b3pl comprar-ap gente ‘La gente compró.’

Estos datos sugieren que el infinitivo sin -ee es una forma de infinitivo antipasivo, aunque no reciba el sufijo de antipasivo.5

5

Otro análisis posible sería que el sufijo antipasivo esté suprimido morfofonológicamente, ya que una /n/ se suprime antes de /l/ a final de palabra, como por ejemplo en el potencial: poon, “llegar allá”, + -l, “potencial”, > pool; taan, “dormir”, + -l, “potencial”, > taal. Si este proceso es general y se aplica a la combinación del antipasivo (-n) más el infinitivo (-l), sería imposible marcar morfológicamente la diferencia entre transitivo activo y antipasivo dentro de un infinitivo.

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10.3.2.1. Pacientes directos

Ahora bien, el infinitivo sin -ee puede tener un paciente expresado directamente. Parece que hay dos contextos en los cuales se encuentra este paciente. En el primero­ el paciente es, por un lado, morfosintácticamente simple (es decir, es un sustantivo sin morfología, como la marca de posesión o los modificadores) y presenta una lectura no específica. Varios ejemplos se dan en 29. (29) a. ma tz’=ok n-q’o-’n=a [tx’eema-l sii’] prox b3sg=dir a1sg-dar-sd=1sg cortar-inf leña ‘Le puse a cortar leña.’ b. aa=tzan ky-xi’ [b’iincha-l a’] dem=pues a3pl-ir hacer-inf agua ‘Pues, eso fue cuando se fueron a arreglar el agua [...].’ (Txt) c. mejoor qiina [txako-l yaa’y-j] mejor yo llamar-inf abuela-inal ‘Mejor voy a llamar a la abuela.’ (Txt)

Se puede ver en los primeros dos ejemplos, 29a y 29b, que el significado es obviamente genérico (“cortar leña en general”, “arreglar agua en general”). En el ejemplo 29c, el sustantivo yaa’y, “abuela”, pertenece a la clase de sustantivos normalmente poseídos (inalienables), pero en este caso lleva el sufijo que toman los sustantivos de esta clase cuando no aparecen poseídos. De esta manera, no se está hablando de una abuela específica, sino que se está hablando de una abuela genérica, o sea, la abuela del pueblo (y como se explica en la siguiente cláusula, es la luna). Por eso se puede considerar que este sustantivo se interpreta como una construcción no específica, aunque no es obligatorio que se use así.6

6

Más adelante en la narración, se agrega tee a la misma construcción, tal vez porque ya es información conocida y por eso más definida. Así, la diferencia entre usar y no usar tee corresponde a una diferencia­ entre información nueva (primera mención) e información compartida. (i) n=Ø=xi’ [txako-l t-e yaa’y-j t-uk’ mariimp weena] inc=3sg=ir llamar-inf a3sg-sr:pac abuela-inal a sg-sr:con marimba bueno ‘Se fue a llamar a la abuelita con marimba [...].’ {Txt}

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En este capítulo, propongo que estas construcciones con paciente directo después­de un infinitivo corresponden al antipasivo de incorporación. Este antipa­ sivo también tiene un paciente directo, la interpretación es genérica o no específica­ y el verbo tiene marca de correferencia con el agente, tal como se ve en 30. (30) ma Ø=b’iincha-n qa=jaa prox b3sg=hacer-ap pl=casa ‘Él construyó casas.’

Por otro lado, el segundo contexto en el cual se encuentra el paciente directo después de un infinitivo es cuando el paciente está poseído, como en los ejemplos en 31. En principio, necesitaríamos de otra explicación para acomodar estos datos, ya que estos pacientes son específicos en la medida en que pertenecen a alguien. Sin embargo, un análisis más detallado de ejemplos como éstos muestra que caben también bajo la categoría de “no específicos”. (31) a. entoonse put-tzan ky-kub’ maayn t-uj t-ib’aj entonces “put”-pues a3pl-bajar zopilote a3sg-sr:en a3sg-sr:sobre maar [q’ii-l t-kanb’ meeb’a] mar llevar/traer-inf a3sg-ganancia huérfano ‘Entonces, “put”, se cayeron los zopilotes de cabeza roja en el mar, para traer la ganancia del huérfano.’ (Txt) b. iqujin t-ku’ meeb’a asta [q’i-l afectiva a3sg-bajar huérfano hasta llevar/traer-inf jun t’al t-aa’lan] uno líquido a3sg-gallina ‘[...] y corrió el huérfano hasta traer su caldo de gallina [...].’ (Txt) (Lit. ‘Un caldo de su gallina.’) c. at=Ø maj [iiqa-l ky-paa aamq’] ext=b3sg vez cargar-inf a3pl-bolsa ladino ‘[...] A veces a cargar maletas de los ladinos [...].’ (Txt)

En el ejemplo 31a, se está hablando de un venado específico, que el huérfano había matado y que se cayó en el mar, pero se usa el término no específico para

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“ganancia”. Parece que, por el hecho de haber mencionado antes cuál es la ganancia­ del huérfano —el venado—, el uso de tee es facultativo y se ofrece el mismo significado con o sin tee.7 Es decir, se sabe cuál es la ganancia del huérfano porque se ha mencionado antes, pero se está refiriendo a esta ganancia de manera no específica en este momento. En el ejemplo 31b, el paciente no es específico y se marca con el determinante jun, que funciona como artículo indefinido o el numeral “uno”.8 Al agregar taa’lan (de qué está hecho el caldo), se identifica al poseedor de la gallina­ (el huérfano), pero se sigue hablando de una porción no especificada del caldo. En este caso, no es posible agregar tee, tal como se muestra en la agramaticalidad de 32. (32) * iqujiin tku’ meeb’a asta q’il te jun t’al taa’lan Lectura buscada: ‘Corrió el huérfano hasta traer su caldo de gallina.’

Como vimos anteriormrnte, en 31c, el paciente tampoco es específico, aunque sea poseído. Es posible agregar tee y jun, tal como se ve en 33a, pero sólo si no se posee el sustantivo paa, pues si aparece poseído, el resultado es agramatical, como en 33b. (33) a. at=Ø maj [iiqa-l te jun paa] ext=b3sg vez cargar-inf det uno bolsa ‘A veces a cargar unas maletas.’ b.* at maj iiqal te jun kypaa aamq’ Lectura buscada: ‘A veces a cargar unas maletas de los ladinos.’

En otros ejemplos se usa tee con pacientes poseídos específicos. (34) a. asta nn=Ø=ok teen meeb’a [woons-l t-e-t-ee hasta inc=b3sg=dir estar huérfano tostar-inf a3sg-sr-a3sg-sr:pac t-b’aq-al masaat] a3sg-hueso-abst venado ‘[...] y se puso el huérfano a tostar los huesos del venado [...].’ (Txt)

7 8

Llegué a esta conclusión gracias a las conversaciones al respecto con Ajb’ee Jiménez. Sustantivos con jun son indefinidos en mam (no específicos). Sustantivos sin jun pueden ser definidos o genéricos y dependen de contexto para la interpretación. De esta manera, existe cierta ambigüedad entre definido y genérico si no se toma en cuenta el contexto.

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b. n=q=eex=tzan=tl=a [q’amaa-l t-e ky-ee inc=b1pl=salir=pues=otro=1pl decir-inf a3sg-sr a3pl-sr:pac q-uuk’al-a a1pl-compañero-1pl ‘Y salimos a avisar a los demás compañeros [...].’ (Txt)

Parece que hay cierta variación en cuanto a si se usa tee o no cuando el sustantivo poseído es conocido o específico. Sin embargo, la ausencia de tee normalmente­ indica un paciente no específico, sin importar si es poseído o no. El otro contexto en el que es agramatical usar tee es con un sustantivo poseído pero acompañado por jun. En general, los contextos de uso de los infinitivos con pacientes directos apoyan su análisis como estructuras paralelas al antipasivo de incorporación. 10.3.2.2. Pacientes como adjuntos

La situación más común es que el verbo transitivo forma el infinitivo con el sustantivo relacional tee, que indica el paciente. Se puede usar sin un complemento nominal en forma pronominal, como en 35, o con un sustantivo que indica más específicamente al paciente, como en 36. Por otro lado, se puede repetir tee para poner más énfasis en el paciente, como en 37, y en tal caso la vocal del primer morfema se abrevia y se juntan los dos morfemas. En otros contextos, es natural adelantar la fn que refiere al paciente para poner el énfasis en ella, pero esto no es posible con los infinitivos. (35) yaa ma Ø=poon-tl meeb’a [ilo-l t-ee] ya prox b3sg=llegar=otro huérfano ver-inf a3sg-sr:pac

‘Ya cuando llegó el huérfano a verlo [...].’ (Txt)

(36) n=chi ku’ teen xjaal [belaara-l t-e weech] inc=b3pl dir estar gente velar-inf a3sg-sr:pac gato_de_monte ‘La gente empezó a velar al gato de monte.’ (Txt) (37) a. b’ix t-ook meeb’a [chmoo-l t-e-t-ee.] y a3sg-entrar huérfano juntar-inf a3sg-sr-a3sg-sr:pac ‘[...] y el huérfano estaba juntándolos.’ (Txt)

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b. asta nn=Ø=ok teen meeb’a [woons-l t-e-t-ee, hasta inc=b3sg=dir estar huérfano tostar-inf a3sg-sr-a3sg-sr:pac t-b’aq-al masaat] a3sg-hueso-abst venado ‘[...] y se puso el huérfano a tostarlos, los huesos del venado [...].’ (Txt)

Por otro lado, si el paciente es plural, la marca de plural se indica solamente en el segundo sustantivo relacional, tal como se muestra en 38a, y no en el primero, porque el resultado es agramatical, como en 38b. (38) a. n=Ø=ku’=tzan neej [jawoo-l t-e ky-ee=q’a] inc=b3sg=dir=pues adelantar jalar-inf a3sg-sr:pac a3pl-sr:pac=clf chepaneeka navegador ‘[...] entonces se adelantó el navegador a jalarlos (a los hombres) [...].’ (Txt) b.* nku’tzan neej jawool kye kyeeq’a Lectura buscada: ‘Entonces se adelantó el navegador a jalarlos.’ 10.3.2.3. Otros adjuntos

Además del paciente, se pueden agregar adjuntos de varios tipos después del verbo en infinitivo. Los adjuntos nominales siempre se introducen por medio de sustantivos relacionales que indican su función. En esto, las cláusulas de infinito no difieren­mucho de las independientes. Se dan a continuación, en 39, ejemplos de adjuntos para razón, locativo y comitativo, respectivamente. (39) a. n=ch=ok teen t-aal [ooq’a-l t-i’j] inc=b3pl=dir estar a3sg-hijo llorar-inf a3sg-sr:tema ‘[...] y sus hijos empezaron a llorar por ella [...].’ (Txt) b. aa=wt ch’in q=qo’ [leeq’a-l t-witz jj=tzee’] dem=cf poco 1pl.enf=b1pl lamer-inf a3sg-sr:superficie dem=árbol ‘Que fuéramos nosotros un poco a lamer la superficie de ese palo [...].’ (Txt)

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c. n=q=ook=ka teen=a [yoola-l t-uuk’ matii inc=b1pl=dir=pero estar=1pl hablar-inf a3sg-sr:comit grande Liixh Peels] Andrés Pérez ‘Pero nos pusimos a hablar con Andrés Pérez [...].’ (Txt)

Adicionalmente, la cláusula con un infinitivo puede llevar adverbios. Según la interpretación de los hablantes, éstos tienen un alcance semántico exclusivamente sobre el predicado en infinitivo, pero no se ha encontrado prueba de ello. (40) a. chi tzaaj-Ø=a [b’ii-l tzluu’] b2pl venir-impt=2pl oír-inf aquí ‘¡Vengan a oír aquí!’ (Txt) b. n=Ø=xi’=tzan [pastoora-l ja’la] inc=b3sg=ir=pues pastorear-inf ahora ‘Entonces se fue a pastorear ahora.’ (Txt) 10.3.2.4. Resumen

El verbo de una cláusula de infinitivo está marcado con el sufijo -l. Los infinitivos no tienen expansión a la izquierda y no toman ninguna flexión; tampoco pueden tener direccionales. Si el verbo es transitivo y el paciente es específico, normalmente­ marcan al paciente con tee (o tetee). Usualmente, un verbo sin el sustantivo relacional tee es intransitivo, y si la base es transitiva, es funcionalmente antipasivo. Equivale al antipasivo absolutivo cuando no hay paciente y al antipasivo de incorporación cuando lo hay. La cláusula de infinitivo puede tener adjuntos nominales de varios tipos y adjuntos adverbiales solamente en posición última. 10.4. Cláusulas sin aspecto

En mam, la mayoría de las cláusulas subordinadas que no son cláusulas de infiniti­ vo son cláusulas sin aspecto o usan aspectos dependientes (England, 1983b). Gene­ ral­mente, pero no siempre, las cláusulas sin aspecto tienen ergatividad mixta; o sea, todos los argumentos se marcan con el juego a (los marcadores ergativos de las cláusulas independientes). Hay cuatro contextos principales en los cuales se encuentran cláusulas sin aspecto, a saber: i) cláusulas subordinadas de tiempo; ii)

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cláusulas negativas; iii) cláusulas subordinadas de obligación o propósito; iv) cláusulas que llevan un adverbial o predicado secundario adelantado. Además, hay un contexto restringido en el que las cláusulas de complemento que funcionan como sujetos de predicados no verbales no llevan aspecto. Por otro lado, cláusulas de complemento de los verbos -aj(b’el), “querer”, o -chi, “decir”, en contextos de cita, tampoco tienen aspecto. Los detalles no son nítidos en todos los casos y hay contextos en los cuales existen posibilidades de usar los dos tipos de cláusulas subordinadas (sin aspecto o con aspectos dependientes) o usar a veces cláusulas subordinadas y otras veces cláusulas independientes con aspectos y marcación de persona normales. A continuación, se discute cada tipo, notando la variación que se ha encontrado. 10.4.1. Cláusulas de tiempo

Se introducen cláusulas de tiempo por medio de cuatro partículas: aj, ok, ela, kwanto/kwando. Dos de éstas implican diferencias de aspecto. Por ejemplo, aj se usa para los aspectos completivo, como en 41a, o con próximo e incompletivo, como en 41b, y ok se usa para los aspectos imperfecto, en 42a, y potencial, en 42b. (41) a. o Ø=tzaalaj xjaal t-i’j t-paa [aj com b3sg=estar_contento persona a3sg-sr:tema a3sg-bolsa cuando t-kan-eet priim-x] a3sg-encontrar-pas temprano-todavía ‘La persona estaba contenta cuando su bolsa se encontró luego.’ b. [aj nti’ n=qo=kaamb’a-n t-i’j schab’il] cuando neg inc=b1pl=ganar-ap a3sg-sr:tema juego n=qo=jaw b’iisa-n inc=b1pl=dir estar_triste-ap ‘Cuando no ganamos el juego estamos tristes.’ (42) a. [ok ky-tzaaj xk’otk’aj_witz t-witz kya’j ky-i’j cuando a3pl-venir sacaojos a3sg-sr:superficie cielo a3pl-sr:ben xjaal qoniiky’an] gente noche ‘Cuando venían los sacaojos del cielo por la gente en la noche.’ (Txt)

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b. [ok t-b’ant ky-k’ooj=a] cuando a3sg-hacerse a2p-máscara=2p ‘Cuando estén hechas sus máscaras [...].’ (Txt)

Ela y kwanto, por otro lado, se usan en cualquier aspecto, por ejemplo en 43. Ok y ela requieren que la cláusula no lleve aspecto y que todos los argumentos se marquen con el juego a (ergatividad mixta). Aj permite el uso del aspecto incompletivo (n=) con los marcadores de persona normales para indicar el habitual, como en 41b, pero en otros contextos no se usa aspecto y hay ergatividad mixta. Otro factor que puede influir en 41b es el negativo nti’, que no dispara la ergatividad mixta (sección “Negativos”). Kwanto tiene dos patrones: ocurre sin aspecto y con ergatividad mixta como los demás, como en 43a, pero también se encuentra con los marcadores de aspecto dependientes y marcadores de persona normales (43b). En cuanto a orden, la cláusula de tiempo puede aparecer después de la principal, como en 41a, o precederla, como en 41b y el resto de los ejemplos mostrados. (43) a. pwes mii’n kee kyja’=tzan Ø=teen b’aj ky-i’j t-ku’-leen pues no que así=pues b3sg=estar terminar a3pl-sr a3sg-bajar-abst [kwanda ojtxa t-’itz’j t-witz muunt] cuando antes a3sg-nacerse a3sg-sr:superficie mundo ‘[...] pues, no, así es como pasó, cuando empezó antes al formar el mundo.’ (Txt) b. [kwanto s=ook=l tzluu’] x=Ø=ku’ cuando prox.d+b3sg=entrar=dir aquí prox=b3sg=dir ky-iyiji-’na 3pl-cuidar-sd ‘Cuando llegó aquí lo cuidaron.’

Por otro lado, una cláusula subordinada de tiempo puede aparece simplemente­ yuxtapuesta a la principal, como en 44; es decir, no es necesario introducirla con un subordinante. Se reconoce como cláusula subordinada de tiempo por el mero hecho de que no lleva aspecto y presenta ergatividad mixta. (44) n=chi ooq’ [t-poon ky-txuu’] inc=b3pl llorar a3sg-llegar_allá a3pl-mamá ‘Estaban llorando cuando llegó su mamá.’ (Txt)

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10.4.2. Negativos

En mam, las cláusulas en polaridad negativa tampoco tienen aspecto morfológico; como con las subordinadas vistas en la sección anterior, las partículas negativas son las que portan aspecto y modo: mii’n se emplea para negar un verbo en imperativo, como en 45a, o en potencial, como en 45b, y nti’ para los demás aspectos, como se muestra en el ejemplo 46. (45) a. mii’n Ø=b’aj t-k’u’j=a meeb’a neg b3sg=terminar a2sg-estómago=2sg huérfano ‘No tengas pena, huérfano [...].’ (Txt) b. mii’n Ø-tzaaj jb’aal ja’la neg b3sg-venir lluvia hoy ‘No va a llover hoy.’ (46) a. b’ix nti’ Ø=tzaj loqa-n y neg b3sg=dir hervir-ap ‘[...] y no se hirvió [...].’ (Txt) b. nti’ Ø=tzaj q’o-’n ch’in t-chi’ t-u’n neg b3sg=dir dar-sd poco a3sg-carne a3sg-sr:por meb’a-yi-l t-ee huérfano-vrbz-ag a3sg-sr:pac ‘[...] los padrastros no le dieron su poquito de carne [...].’ (Txt)

Normalmente, es agramatical usar un marcador explícito de aspecto cuando se niega un verbo, tal como se muestra en 47. (47) * mii’n k-tzaajal jb’aal ja’la Lectura buscada: ‘No va a llover hoy.’

Sin embargo, los dos ejemplos de 48 son las dos únicas excepciones en un corpus de texto en las que se encuentra nti’ con el aspecto incompletivo n= y con el completivo.

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(48) a. nti’=tzan n=Ø=xi’=jo neg=pues inc=b3sg=ir=dem ‘[...] pues no se lo llevaba.’ (Txt) b. ntii’, nti’ o=Ø=t-maa ch’in nee’ no neg com=b3sg=a3sg-decir poco pequeño ‘[...] no, no dijo nada.’ (Txt)

Además de las partículas vistas arriba, que niegan directamente al verbo, existen­otras partículas negativas en mam. Cuando éstas se emplean, la cláusula tampoco lleva aspecto ni dispara el patrón de ergatividad mixta. (49) a. tz’iinan=xa tz=uul mandaar t-e eew=taq no_estar=todavía b3sg=venir noticia a3sg-sr ayer=prf ‘Todavía no había llegado la noticia el otro día [...].’ (Txt) b. pere nlaay=x tz=iky’=tz w=w-u’n pero no_se_puede=siempre b3sg=pasar=dir a1sg=a1sg-sr:por ‘[...] yo no lo puedo sacar.’ (Txt) c. yaa milaay=x=tzan Ø=naaj ya neg=siempre=pues b3sg=perderse ‘[...] ya no se pierde [...].’ (Txt) d. b’ix mii=l=pa=la chi naa’-n t-i’j y no=?=ni=mir b3pl pensar-ap a3sg-sobre ‘[...] y ni siquiera pensaron [...].’ (Txt)

En contraste, la partícula negativa na’x, “todavía no”, sí requiere que se rompa el patrón ergativo de marcación y que se indiquen todos los argumentos con juego a. En este sentido, esta partícula se comporta como los adverbios adelantados que se discuten en la sección “predicados adverbiales, predicados secundarios y adverbios adelantados”. (50) na’x t-poon a’ todavía_no a3sg-llegar agua ‘El agua todavía no ha llegado.’ (Txt)

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La partícula jaka, “se puede”, aparece también en cláusulas sin aspecto y sigue el patrón de marcación de persona ergativo. En esto contrasta con los subordinantes­ de la siguiente sección. La partícula jaka no incluye aspecto o modo dentro de su significado, pero tal vez funciona así por analogía con milaay/nlaay, “no se puede”. (51) qapa jaka chi=yoola-n tal_vez se_puede b3pl=hablar-ap ‘[...] tal vez pueden hablar [...].’ (Txt) 10.4.3. Obligación y propósito

Las formas ii, “es necesario”, y tu’n, “para”, introducen cláusulas que no tienen as­ pec­to y que marcan persona, rompiendo el patrón ergativo. (52) ii t-jaa=tz miij mangeera es_necesario_que a3sg-subir=dir mitad manguera ‘Es necesario que se levante la mitad de la manguera [...].’ (Txt) (53) N=Ø=kub’ t-q’aaq’ xjaal [t-u’n t-meq’t inc=b3sg=bajar a3sg-fuego gente a3sg-sr:propósito a3sg-calentarse t-waa’] a3sg-tortilla ‘La persona estaba poniendo fuego para calentar sus tortillas.’ (Txt)

10.4.4. Predicados adverbiales, predicados secundarios y adverbios adelantados

En esta sección se discuten dos tipos de construcciones: i) las que tienen un predicado­en primera posición que copredica sobre un argumento (predicados secundarios); ii) las que son predicados adverbiales o adverbios que ocupan la posición antes del verbo. Se tratan juntos en esta sección porque comparten varios rasgos estructurales. En ambos subtipos, el verbo no lleva marcadores de aspecto y rompe el patrón ergativo. Existen tres clases de predicados que usualmente se emplean antes del verbo en la posición de enfoque: i) posicionales (predicados secundarios), como en 54;

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ii) palabras afectivas (adverbios de manera), como en 55; iii) verbos afectivos9 (varían entre usos como adverbios o predicados secundarios y predicados independientes), como en 56. Los posicionales siempre ocurren en posición preverbal, las palabras afectivas normalmente —pero no siempre— preceden al verbo, y los verbos afectivos pueden aparecer antes del verbo pero también pueden ser verbos principales. (54) chik’-l t-kub’ waa’-j t-uj qe’n descubierto_boca_arriba-psl a3sg-bajar tortilla-inal a3sg-sr:en tol ‘Descubiertas, las tortillas están en el tol.’ (55) kall, kall t-xi’=jal t-u tzmaal weech “kall_kall” a3sg-ir=clf a3sg-sr:en a3sg-pelo gato_de_monte ‘[...] “kall, kall” se fue caminando debajo del pelo del gato de monte.’ (Txt) (56) jow-owo-on t-iky’=tz Ø=jow-owo-on t-iky’=tz jalar-af-vaf a3sg-pasar=dir b3sg=jalar-af-vaf a3sg-pasar=dir ‘Lo trajeron jalando y arrastrando [...].’ (Txt)

En otros casos menos frecuentes, una base afectiva puede seguir al verbo. En éstos, el verbo lleva aspecto y marcación de persona normal. El ejemplo 57 ilustra uno de las pocas apariciones textuales encontradas en un amplio corpus de la lengua. En este ejemplo, la interpretación resulta un poco ambigua ya que la palabra afectiva puede asociarse al verbo que le antecede, como en 57a, o al verbo que le sigue, como en 57b, ya que no se marca aspecto y rompe el patrón ergativo.10 (57) a. n=ch=ee=x xhqittt-tzan, ky-ee’l ja’l inc=b3pl=salir=dir xhqittt-pues a3pl-salir ahora ‘[...] y se fueron haciendo xhqittt, se fueron ahora [...].’ (Txt)

9

10

Empleo el término “verbo afectivo” para formas con la derivación -V1C2V1V1n, como jowowoon, en ejemplo 56, para distinguirlas de otros tipos de palabras afectivas que no se utilizan como verbos independientes. En un caso también se encontró una palabra afectiva adelante de un verbo que está marcado con un aspecto dependiente y concordancia normal.

(ii) entoonses txuk Ø=Ø=xi’ saat t-uj maar entonces af com.d=b3sg=ir venado a3sg-sr:en mar ‘Entonces txuk se fue el venado en el mar [...].’ {Txt}

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b. n=ch=ee=x, xhqittt-tzan ky-ee’l ja’l inc=b3pl=salir=dir xhqittt-pues a3pl-salir ahora ‘[...] y se fueron, se fueron haciendo xhqittt ahora [...].’ (Txt)

En contraste, los verbos afectivos, cuando se usan como verbos principales, tienen aspecto y concordancia normal. (58) ma ch=ok=x leq-eqe-en t-uj t-q’ab’ prox b3pl=dir=dir agachado-af-vaf a3sg-sr:en a3sg-mano xaq eewa-l piedra esconderse-inf ‘Fueron agachados en el barranco a esconderse.’

Lo que muestran estos datos es que es la posición preverbal requiere un trato especial en la gramática de la lengua mam. Puede consistir en el uso de aspectos dependientes, como en el ejemplo de la nota 10, pero esto es más usual cuando hay nominales enfocados o palabras de tiempo. Con adverbiales enfocados que no sean de tiempo, es más común usar cláusulas sin aspecto que no siguen el patrón normal de concordancia. Por otro lado, se extiende la estructura de la cláusula de los adverbiales enfocados a algunos adverbios de manera, como en 59, aunque no a todos. (59) a. b’aaka t-ok=b’aj tzii’ ch’el poco_a_poco a3sg-entrar=dir a3sg.boca chocoyo t-u’n nimaal xaq a3sg-sr:por dem piedra ‘Pues, el pico del chocoyo ya se estaba terminando por la piedra.’ (Txt) b. kee noq qit q=ok xob’-tza-’n=a ojtxa que solo a_veces a1pl=dir asustar-caus-sd=1pl.excl antes ‘Que sólo nos asustaba antes [...]’. (Txt) 10.4.5. Complementos de factivos

Los predicados factivos “ser bueno” y “ser malo” son otro tipo de predicados que requiere como complemento una cláusula sin aspecto con ergatividad mixta y con

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un verbo marcado con el pasivo -njtz. La cláusula con el verbo con -njtz funciona como sujeto del predicado no verbal que indica la cualidad. La estructura y uso de este tipo de construcción son muy restringidos. (60) a. walaan=Ø [t-k’aa-njtz a’] bueno=b3sg a3sg-beber-pas agua ‘Es bueno tomar agua.’ b. mii=b’an=Ø [t-waa’-njtz] neg=bueno=b3sg a3sg-comer-pas ‘No es comestible.’ 10.4.6. Los predicados -aj(b’el) y -chi

Cuando el verbo matriz aj(b’el), “querer”, y su complemento comparten el mismo sujeto, el complemento tiene un verbo flexionado por persona (con ergatividad normal) pero sin aspecto. Este verbo matriz también carece de marcas de aspecto y se interpreta como incompletivo. (61) Ø=w-aj(b’el)=a [chin aq’naa-n=a (nchi’j/ja’la/*eew)] b3sg=a1sg-querer=1sg b1sg trabajar-ap=1sg mañana/ahora/*ayer ‘Quiero trabajar (mañana/ahora/*ayer).’

Para indicar que el estado de querer algo ocurrió antes, se pueden usar los marcadores de aspecto o, de completivo, o ma, de próximo, pero el complemento ya requiere el subordinante de propósito tu’n (véase la sección “Obligación y propósito”). Asimismo, el verbo en la cláusula introducido por tu’n presenta ergatividad­ mixta. (62) ma/o Ø=w-ajb’ee=ky’ [t-u’n prox/com b3sg=a1sg-querer=1sg a3sg-sn:propósito

w-aq’naa-n=a] a1sg-trabajar-ap=1sg ‘Quise trabajar.’

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El verbo chi indica una cita directa o indirecta, o una fuente indirecta de información.­Nunca lleva aspecto, posiblemente debido a que está en el proceso de gramaticalizarse. La concordancia, no obstante, sigue un patrón ergativo normal.11 (63) a. [ma=a’=la Ø=kyim=ta squk’] chi=chi=tzan xjaal prox=enf=mir b3sg=morir=3sg.enf piojo b3pl=decir=pues gente ‘Tal vez ya murió el piojo, dijo la gente.’ (Txt) b. [aj tz’itab’=Ø t-b’ii], Ø=chi=tzan kyja’=w dem tirachinas=b3sg a3sg-nombre b3sg=decir=pues así=? ‘Esto se llama honda de carrizo, según dicen.’ (Txt)

El comportamiento de estos dos predicados no parece obedecer a un patrón más amplio, por lo que se explicaría mejor como un proceso léxico más que como un patrón sintáctico. 10.4.7. Resumen

Las cláusulas de tiempo, las cláusulas de obligación y propósito, las cláusulas después de adverbiales frontalizados y las cláusulas que son complementos de factivos usualmente carecen de aspecto morfológico y requieren de ergatividad mixta en el verbo en mam. Otras características de estas cláusulas son que sus verbos indican persona (con marcadores ergativos) y tienen los sufijos flexivos de modo; no tienen derivaciones u otras marcas especiales. Estas cláusulas pueden tener adjuntos de varios tipos y parecen ser iguales a cláusulas independientes excepto que no llevan aspecto marcado en el verbo y de preferencia tienen ergatividad mixta. Otra restricción es que el verbo en estas cláusulas sigue directamente después del subordinante o del adverbio que las introduce (la única excepción a esta generalización consiste en algunos enclíticos que pueden agregarse al subordinante). Las cláusulas después de negativos y de la partícula jaka, “se puede”, también carecen de aspecto­ pero tienen concordancia canónica. Se observa que los negativos que se usan con verbos y dos de los subordinantes temporales tienen asociados nociones de aspecto­ o de modo. En estos dos casos, la falta del aspecto en el verbo es una característica morfológica ya que el aspecto como categoría semántica aparece asociada a esas mismas partículas. 11

Excepto en primera persona singular, cuando se utiliza la n- de juego a más el enclítico de énfasis para primera persona (en vez de -tzan, el cual es obligatorio con otras personas): n-chi-we, “dije”.

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10.5. Conclusiones

El mam tiene dos tipos de cláusulas con flexión defectiva con respecto a la flexión verbal canónica en cuanto a que no tienen marcas de aspecto. Se trata de los infinitivos y de las cláusulas sin aspecto. Los infinitivos a su vez carecen también de marcas de persona. Asimismo, las cláusulas sin aspecto tienen dos subtipos, las que presentan un patrón de alineamiento ergativo canónico y otras que presentan una extensión de marcación ergativa a todos los argumentos. El cuadro 10.1 muestra un resumen de los contrastes encontrados. Si se toman las cláusulas de infinitivo como las menos similares a una cláusula independiente, por las características compartidas con las cláusulas que se ubican en estos dos puntos contrarios, se puede considerar que las cláusulas negativas son las más similares a una cláusula independiente, porque la negación viene a reemplazar las marcas de aspecto, y las demás cláusulas sin aspecto están en un punto intermedio en el continuo entre las de infinitivo y las negativas (y un poco más cercano a las negativas). Cuadro 10.1

Comparación de cláusulas independientes y con flexión reducida Aspecto

Persona

Dirección

Infinitivo







Negativo







Ergativa mixta



Adjunto nominal

Adjunto adverbial Restricción





Sujeto restringido; ningún elemento preverbal





Sólo negativo (+enclíticos) antes del verbo Sólo subordinada/ adverbial (+enclíticos)­ antes del verbo

Otros sin aspecto







()





Independiente













Fuente: elaboración propia.

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Figura 10.1

Continuo de tipos de cláusulas en mam

infinitivo

sin aspecto

negativa

independiente

Fuente: elaboración propia.

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11. Dos tipos de cláusulas no finitas en chol Juan J. Vázquez Álvarez*

11.1. Introducción1

El presente capítulo trata sobre las estructuras clausales que contienen núcleos predicativos sin flexión de aspecto ni de persona/número en chol, lengua maya de la rama cholana. Estas estructuras son cláusulas no finitas en función de complemen­ to y se tienen de dos tipos, mostrados en los ejemplos 1 y 2b. En el ejemplo 1, la cláusula subordinada no finita funciona como argumento del predicado matriz­ en correferencia con la marca cero de absolutivo de tercera persona en el verbo. El complemento, en 2a, es una cláusula más finita que la que se da en 1, pues porta flexión de persona y contrasta con el tipo de cláusula en 2b, donde la cláusula subor­dinada no finita ahora es introducida por el subordinador tyi, que en otros contextos funciona como preposición locativa. El verbo matriz en 2b recibe­la única marca explícita de sujeto de la oración. (1) Como complemento de predicado matriz a’bi tä=x=tyo k-ñop-o-Ø-loñ [tyäl-el] ayer prfv=asev=todavía a1-intentar-vt-b3-1pl venir-nf ‘Ayer todavía intentamos venir.’ (Txt)

1

*

Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el IX Encuentro Internacional de Lingüística­ en el Noroeste, en Hermosillo, Sonora en noviembre de 2006, y fue enriquecida en el Taller Sobre Complementación en Lenguas Mesoamericanas, a cargo de Judith Aissen, en Antigua, Guatemala, en agosto de 2007. El estudio de los predicados no finitos se alimentó de las discusiones de Nora England, “B’alam” Mateo Toledo y Telma Can, a quienes agradezco sus comentarios. En especial, agra­dezco a Enrique L. Palancar y a Roberto Zavala Maldonado por sus observaciones sobre el análisis de los datos y su trabajo editorial. Cualquier error en el análisis es responsabilidad mía. El escrito se de­s­arrolló durante mi estancia como estudiante huésped en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciesas-Sureste) durante el año académico 2007-2008. Universidad Intercultural de Chiapas, Universidad Autónoma de Chiapas.

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(2) a. mejl-Ø [k-wäy-el] poder-b3 a1-dormir-nf ‘Puedo dormir.’ (Lit. ‘Es posible mi dormir.’) Como complemento introducido por tyi b. mejl-oñ [tyi wäy-el] poder-b1sg p/sub dormir-nf ‘Puedo dormir.’

Las cláusulas no finitas, objeto de este estudio, son construcciones que no toman aspecto y tampoco reciben marcas de persona y número. En contraste con ellas, una cláusula finita con un predicado verbal recibe aspecto, marcas de persona y puede también tener ffnn plenas codificando a sus argumentos, como en 3, donde la fn funciona como objeto, y en 4, donde lo hace como sujeto. (3) tyi i-muk-u-y-Ø-o’ (la-k-ch’utyaty)fn-obj prfv a3-esconder-vt-epn-b3-pl pl-a1-imagen ‘Escondieron a nuestro santo (la imagen).’ (Txt) (4) tyi jul-i-y-Ø-o’ (pejtye hermanoj-o’)fn-suj prfv llegar-vi-epn-b3-pl todos hermano-pl ‘Llegaron todos los hermanos.’ (Txt)

Hay dos fenómenos implícitos en el estudio de los predicados no finitos en chol como en 1 y 2. El primero está asociado con los predicados que seleccionan complementos oracionales cuya estructura requiere correferencialidad entre el argumento­del predicado matriz y el argumento elidido del predicado subordinado;­ es decir, uno de los argumentos del predicado matriz ejerce “control estructural” sobre uno de los argumentos del predicado dependiente no finito (Stiebels, 2007: 3). Bajo esta noción, en 1, el sujeto transitivo del predicado matriz es el controlador del sujeto elidido del predicado subordinado. El segundo fenómeno se refiere a la ascensión del sujeto del predicado subordinado al predicado matriz (Craig, 1977),2 tal como aparece en 2b, donde se puede observar el resultado de la ascensión del 2

Aissen (1987: 214-251) identifica la ascensión de sujeto de cláusulas dependientes a objeto de cláusulas matrices en las construcciones causativas en tzotzil y las analiza como unión de cláusulas dentro de la tradición de la gramática relacional.

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sujeto de primera persona singular del predicado subordinado al predicado matriz. Como resultado de esto, se satura la valencia del verbo matriz, que es intransitivo, y el complemento clausal se introduce ahora por tyi y aparece en forma no finita, sin persona, igual que en el ejemplo 1. Este trabajo se circunscribe dentro del estudio de la complementación en lenguas mayas. Tiene como objetivo describir las propiedades morfosintácticas y los contextos de uso de las estructuras con complementos no finitos en chol. Asimismo, pretende dar cuenta de las operaciones que motivan la omisión del sujeto en las cláusulas no finitas. 11.2. La noción de “no finitud” y sus antecedentes en la lingüística maya

Según Nikolaeva (2007b), la “finitud” ha sido discutida tomando en cuenta diversos­criterios. Por ejemplo, el criterio flexional se refiere especialmente a la presencia o ausencia de flexiones de persona/número y de tiempo/aspecto en las categorías verbales. Esta definición, reconoce la autora, no tiene alcance universal puesto que tales flexiones no están presentes en todas las lenguas del mundo; por ejemplo, el japonés no tiene flexión de persona, mientras que el lango no posee flexión de tiempo. Otro de los criterios es el distribucional, el cual sugiere que los verbos no finitos ocurren exclusiva o predominantemente en contextos dependientes.­Sin embargo, los imperativos, que ocurren en cláusulas independientes y poseen morfología reducida, no siguen esta definición. Entre otros criterios,­el funcional pone énfasis en que la noción de finitud está relacionada morfosintácticamente con grados de integración clausal de tal medida que a mayor integración entre dos predicados menor es la finitud del predicado dependiente. Varios de los criterios referidos por Nikolaeva que definen la finitud son pertinentes en el estudio de los predicados verbales en las lenguas mayas ya que, por ejemplo, el verbo finito toma flexiones de persona/número, así como de aspecto. En el chol, como se puede notar en el siguiente ejemplo, el aspecto precede al núcleo verbal y las categorías de persona y número están flexionadas en el verbo.3 (5) tyi sujty-i-y-oñ-loñ prfv regresar-vi-epn-b1-1pl ‘Regresamos.’ (Txt) 3

Los predicados no verbales merecen un análisis aparte ya que no toman flexión de aspecto y por lo tanto no siguen completamente la definición de finitud bajo el criterio flexional.

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Tal como se destaca en el criterio funcional, el vínculo semántico entre dos eventos tiene correlaciones morfosintácticas que pueden reflejar grados de integración clausal. Por ejemplo, en mam y q’anjob’al (Véanse los capítulos 9 y 10) se han identificado cláusulas sin aspecto en cláusulas de complemento integradas y de predicación secundaria. La reducción de la flexión verbal en el contexto sintáctico de la complementación clausal nos conduce a un análisis escalar de la finitud en chol, en los siguientes­ términos: cláusulas finitas (con flexión aspectual y de persona/número); menos finitas (sin flexión aspectual pero con flexión de persona/número); y por último, no finitas (sin flexión aspectual ni de persona). Las cláusulas de complemento finitas, como en 6, toman el complementante che’, y pueden aparecer con todos los elementos propios de la cláusula simple. El núcleo verbal del predicado subordinado toma flexión de persona, pero sus argumentos no son necesariamente correferentes con algún argumento del verbo matriz,­ni el sujeto ni el objeto de la cláusula principal. Esto es una evidencia de independencia clausal de las cláusulas de complemento finitas. (6) Complemento finito tyi k-u’b-i-Ø [che’ tyi jul-i-ety] prfv a1-escuchar-vtd-b3 comp prfv llegar.aquí-vi-b2 ‘Escuché que llegaste.’

Esta propiedad contrasta con las cláusulas menos finitas, las cuales toman flexiones de persona pero no de aspecto (7a). La interpretación aspectual de la cláusula de complemento es la misma que se encuentra codificada en la cláusula matriz; es decir, hay dependencia clausal. Esta dependencia también se manifiesta en el hecho de que el sujeto de la cláusula subordinada debe ser correferente con un argumento de la cláusula matriz, es decir, en este tipo de cláusula subordinada el controlador (agente del verbo principal) ejerce control inherente sobre el argumento agente del verbo subordinado (compárese con agramaticalidad de 7b). (7) Complemento menos finito a. mu=ch k-mul-añ-Ø [(*mi) j-k’el-Ø] impf=asev a1-gustar-vtd-b3 impf a1-mirar-b3 ‘Sí me gusta mirarlo.’ (Txt) b. * mu=ch k-mul-añ-Ø [a-k’el-Ø] impf=asev a1-gustar-vtd-b3 a2-mirar-b3 Lectura buscada: ‘Sí me gusta que lo mires.’

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Las cláusulas no finitas, tal como se ejemplificó en 1 y 2b, no toman ninguna flexión de aspecto o persona. La interpretación argumental y aspectual está codificada en la cláusula matriz, y por lo tanto, hay dependencia total tanto aspectual como argumental. El estudio pionero de las cláusulas no finitas en lenguas mayas proviene de Craig (1977), quien trata a detalle los complementos no finitos en jakalteko (q’an­ jo­b’aliana). En este estudio se propone que en este tipo de cláusulas de complemen­ tos se aplican las reglas de “elisión de fn-equi” (en inglés. equi-np deletion) y de ascensión del sujeto. Según la autora, elisión de fn-equi es una operación en la cual se omite el sujeto en una cláusula subordinada bajo condiciones de correferenciali­ dad con el sujeto o el objeto de la cláusula principal. El ejemplo 8a ilustra la regla propuesta en el análisis de la autora, en el cual la no finitud en el verbo subordinado­ es señalada por el sufijo -oj. El clasificador nominal naj inmediatamente después de predicado matriz es correferencial con un clasificador elidido en la cláusula subordinada, tal como se ilustra en el esquema de 8b. jakalteco

(8) a. x-Ø-to naj [ __ way-oj]4 asp-b3-ir clf dormir-nf ‘Él fue a dormir.’ (Craig, 1977: 313) b. Elisión de FN-equi del sujeto del predicado subordinado 9 v npi Cláusula xto naj 3 v npi way naj

Craig (1977) agrega que en el jakalteko, los verbos de movimiento y de deseo requieren la aplicación de esta regla, mientras que los verbos aspectuales intransitivos con sujeto animado, como se verá a continuación, siguen la regla de ascensión. La autora sugiere que la estructura del ejemplo 9b se deriva de la estructura del ejemplo 9a, por medio de la aplicación de la regla de ascensión del sujeto de la cláusula subordinada a la cláusula matriz. En 9a, la flexión absolutiva en el verbo matriz es correferente con la cláusula de complemento en función de complemento­ 4

Para unificar ortografía y las glosas a lo largo de este trabajo, he hecho cambios a la ortografía de Craig (1977) y he glosado y realizado cortes morfémicos en algunos de sus ejemplos.

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sujeto; mientras que, en 9b, la flexión absolutiva en el verbo matriz es la expresión semántica del sujeto de la cláusula subordinada. Nótese, en 9b, cómo queda la copia de la marca del sujeto en el predicado subordinado: se trata de una regla de “ascensión con copia”. jakalteco

(9) a. x-Ø-ichi [ha-munlayi] asp-b3-comenzar a2-trabajar ‘Comenzaste a trabajar.’ (Lit. ‘Comenzó tu acto de trabajar.’) b. xk-ach-ichi [ha-munlayi] asp-b2-comenzar a2-trabajar ‘Comenzaste a trabajar.’ (Craig, 1977: 295.) c. Regla de ascensión 9 v fn fn Cláusula 4

fn

Por su parte, England (1983) identificó para el mam (mameana) cláusulas dependientes funcionando como complemento de verbos intransitivos de movimiento o del existencial teen. Los predicados dependientes de este tipo, en mam, no toman flexión de persona, de aspecto, ni direccionales. El estatus no finito de los complementos en mam se marca morfológicamente con el sufijo -l (10). mam

(10) ma chin-x aaj-a [ __ b’eeta-l] asp b1-dir regresar-1sg caminar-nf ‘Fui a caminar.’ (England, 1983: 299.)

Por último, Dayley (1985) identificó en tzutujil (k’icheana) dos tipos de construcciones no finitas en función de cláusulas de complemento: cláusula de comple­ mento infinitivo que funcionan como argumento de predicado matriz y cláusula

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de complemento introducidas por la preposición chi, la cual, como en chol, funciona a modo de subordinador.5 tzutujil

(11) Infinitivo simple x-Ø-qaa-maj [ __ wa7-iim] asp-b3-a1pl-comenzar comer-nf ‘Comenzamos a comer.’ (Dayley, 1985: 393.)

tzutujil

(12)

Infinitivo con complementante nin-tajin [chi __ b’ijn-eem] b1-prg sub caminar-nf ‘Estoy caminando.’ (Dayley, 1985: 394.) (Lit. ‘Estoy en el acto de caminar.’)

El autor observó que en ejemplos como el que se da en 11, el sujeto de la cláusula subordinada se omite ante la identidad con el sujeto de la cláusula principal; es decir, bajo la regla de elisión de fn-equi, controlado por el sujeto o el objeto­ (Dayley, 1985: 395). En 12, se observa una patrón similar al de los intransitivos aspectuales del jakalteko (Craig, 1977), en los cuales acontece la ascensión del sujeto del predicado subordinado al predicado matriz. A diferencia del jakalteko, la ascensión en el tzutujil no deja copia, pero en cambio requiere de la presencia de la preposición/subordinante chi. Los dos tipos de construcciones no finitas identificadas por Dayley (1985) en el tzutujil son las mismas que existen en el chol (véanse los ejemplos 1 y 2b). En síntesis, la noción de no finitud en maya se basa en la ausencia de morfemas explícitos de aspecto, de persona/número. Como se observó en los ejemplos de lenguas mayas pertenecientes a las ramas q’anjob’aleana, mameana, kicheana, y desde luego, en la cholana, las cláusulas de complemento representan un contexto en el que hay omisión de la marca de aspecto o de aspecto y persona/número en el predicado subordinado.

5

Dayley (1985) analiza chi en estos contextos como complementante.

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11.3. Características de las cláusulas con verbo finito en chol

Una cláusula finita o independiente en chol presenta mínimamente la siguiente estructura: [asp [v+flexión de persona]]. Dado que el chol es una lengua con marcación en el núcleo, los argumentos a, o, s, según la terminología de Dixon (1994), se flexionan en el núcleo verbal. En los siguientes ejemplos con aspecto perfectivo, s se indica mediante el sufijo conocido en la lingüística maya como juego b (13a), el mismo que se emplea para indicar el argumento o (13b); mientras que a se s­ eñala con el prefijo denominado juego a (13b). Este tipo de marcación define al chol como una lengua ergativa. (13) a. tyi wäy-i-y-Ø tyi i-ch’ak jiñ x-chuty alo’ prfv dormir-vi-epn-b3 p a3-cama det clf-pequeño niño ‘El niño durmió en su cama.’ (Txt) b. che’ tyi i-mel-e-Ø jiñ k-tiyu así prfv a3-hacer-vt-b3 det a1-tío ‘Así lo hizo mi tío.’ (Txt)

Cabe aclarar que en todos los aspectos no perfectivos, s y a se marcan con juego a, mientras que o se marca con juego b. Contrástese el ejemplo 13b anterior con 14b. Es decir, el aspecto imperfectivo dispara un cambio del patrón ergativo a uno de tipo acusativo. Este fenómeno también se ha analizado en la lingüística maya como escisión de la ergatividad o ergatividad mixta. (14) a. mi i-säkl-añ-Ø impf a3-buscar-vtd-b3 ‘Lo busca.’ (Txt) b. mi i-lets-el ma impf a3-subir-nf dir:ir ‘Sube.’ (Txt)

Cuando los participantes centrales refieren a terceras personas, estos argumentos­se pueden hacer explícitos por medio de frases nominales en correferencia con las marcas de persona en el verbo. En las construcciones intransitivas se tiene un orden no marcado vs, como en 15a, y en las transitivas un orden vos, como en 15b.

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(15) a. tyi sajty-i-Ø (k-ermanoj)fn-suj prfv morir-vi-b3 a1-hermano ‘Se murió mi hermano.’ (Txt) b. tyi i-k’ux-u-Ø (waj)fn-obj (x-chuty alob)fn-suj prfv a3-comer-vt-b3 tortillas clf-pequeño niño ‘El niño comió tortillas.’

Los argumentos no centrales u oblicuos se introducen como frases preposicionales con la preposición tyi, como en 16a, o con sustantivos relacionales tales como yik’oty (16a) o (i)cha’añ (16b), entre otros. (16) a. tyi wäy-i-Ø (tyi i-ch’ak) jiñ x-chuty prfv dormir-vi-b3 p a3-cama det clf-pequeño alo’ (y-ik’oty i-ts’i’) niño a3-sr:con a3-perro ‘El niño durmió en su cama con su perro.’ (Txt) b. kom-Ø j-k’ajty-iñ-Ø-loñ (cha’añ li k’iñ) querer-b3 a1-pedir-vtd-b3-pl sr:para det fiesta ‘Queremos pedirlo para la fiesta.’ (Txt)

La estructura básica descrita en líneas anteriores, que consiste en las flexiones de persona en el núcleo verbal y la marca aspectual, puede tener una expansión hacia la izquierda, donde los distintos elementos siguen el orden que se resume en 17. (17) Expansión máxima de la cláusula independiente [neg + [ffnn en foco + [deixis + [predicado secundario + [asp + [núcleo]]]]]]

Los siguientes son ejemplos de construcciones con expansión estructural hacia la izquierda del núcleo. (18) Negación+predicado secundario+aspecto+núcleo a. ma’añ tyoj mi i-kol-el neg derecho impf a3-crecer-nf ‘No crece derecho.’ (Txt)

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Deixis+aspecto+núcleo b. komo wä’ mi i-mel-Ø-ob wajali cheñ como aquí impf a3-hacer-b3-pl antes pues ‘Como aquí lo hacían antes pues.’ (Txt) Negación+foco+deixis+predicado secundario+aspecto+núcleo c. mach jiñ aj-Wañ ya’ buch-ul tyi käyle-Ø neg foc clf-Juan allá sentado-est prfv quedar-b3 ‘No es Juan quien se quedó sentado allá.’

Es necesario asimismo destacar que el chol cuenta con clíticos modales de segunda posición. Estos clíticos se adhieren a la primera palabra de la cláusula, situación que permite establecer el linde clausal izquierdo, tal como se ve en 19a con el clítico ix, “ya”. Las estructuras agramaticales de 19b y 19c permiten establecer­ que la marca de negación tiene que ser considerada parte de la cláusula. (19) a. ma’ix mi’ jap sa’ ma’añ=ix mi i-jap-Ø sa’ neg=ya impf a3-beber-b3 pozol ‘Ya no toma pozol.’ (Txt) b. * ma’añ mi i-jap-Ø=ix sa’ neg impf a3-beber-b3=ya pozol Lectura buscada: ‘Ya no toma pozol.’ c. * ma’añ mu=ix i-jap-Ø sa’ neg impf=ya a3-beber-b3 pozol Lectura buscada: ‘Ya no toma pozol.’

El comportamiento de los clíticos de segunda posición nos permite ilustrar también que, a diferencia de otras lenguas mayas (cf. jakalteko), todas las marcas de aspecto en chol son palabras independientes. 11.4. Alineamiento agentivo y sujeto fluido

El alineamiento agentivo es un “sistema gramatical en el cual los argumentos de algunos verbos intransitivos son categorizados como agentes transitivos y los argu-

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mentos de otros como pacientes transitivos.” (Mithun, 1991: 511). Para las lenguas mayas, se han documentado sistemas de alineamiento agentivos en el mopán (Dazinger, 1996), chol (Vázquez Álvarez, 2002; Gutiérrez Sánchez, 2004), chontal (Osorio May, 2005) y poqomam (Zavala Maldonado, 2007a). En chol, los verbos intransitivos agentivos se expresan como complementos no finitos del verbo ligero transitivo cha’l, “hacer”. El sujeto de la construcción se indica con la marca del juego a (ergativo) en el verbo ligero. En el ejemplo 20a, k’al, “techar”, es sintácticamente el complemento en función de objeto de cha’l, “hacer”; mientras que el sujeto se encuentra expresado mediante juego a en el verbo ligero. A diferencia de los intransitivos no agentivos, el verbo agentivo no puede tomar marca de persona y aspecto de forma directa, como lo muestra el ejemplo agramatical en 20b. (20) a. tyi k-cha’l-e-Ø-loñ k’al prfv a1-hacer-vtd-b3-1pl techar ‘Techamos.’ (Txt) b. * tyi k’al-e-Ø-loñ prfv techar-vtd-b3-pl Lectura buscada: ‘Techamos.’

Esta subclase de verbos intransitivos incluye significados como: ajñel, “correr”; ojbal, “toser”; tse’ñal, “reír”; soñ, “bailar”; ts’ijb, “escribir”; xej, “vomitar”; ty’añ, “hablar”; pich, “orinar”; tya’, “defecar”; etcétera. Los verbos intransitivos agentivos se distinguen morfosintácticamente de los intransitivos pacientivos, ya que estos últimos toman directamente la flexión del sujeto mediante juego b (absolutivo) en el aspecto perfectivo, tal como se ve en 21a. La presencia del verbo ligero cha’l, “hacer”, con verbos no agentivos da como resultado estructuras agramaticales, como la de 21b. (21) a. ta=x jul-i-Ø loktor wabä prfv=ya llegar.aquí-vi-b3 doctor ahora ‘Ahora ya llegó el doctor aquí.’ (Txt) b. * tyi i-chal-e-Ø jul-el prfv a3-hacer-vtd-b3 llegar.aquí-nf Lectura buscada: ‘Llegó (aquí).’

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Los intransitivos pacientivos en chol incluyen verbos de movimiento, tales como k’oty’el, “llegar allá”; tyälel, “venir aquí”; ochel, “entrar”; majlel, “ir”; verbos de cambio de estado k’äñañ, “madurar (fruta)”; pajañ, “agriarse”; y verbos aspectuales, tales como kajel, “comenzar”, y ujtyel, “terminar”, entre otros. 11.5. Clases de predicados y derivaciones intransitivas

Los predicados en lenguas mayas pueden ser verbales o no verbales. Los últimos se distinguen de los primeros en que no toman marcas aspectuales, como por ejemplo los posicionales que codifican estados.6 (22) a. buch-ul-Ø tyi ty’ej i-wäyib sentar-est-b3 p cerca a3-cama ‘Está sentado cerca de su cama.’ (Txt) b. * tyi buch-ul-Ø prfv sentar-est-b3 Lectura buscada: ‘Estuvo sentado.’

Un posicional en chol sólo puede recibir marcas aspectuales cuando se emplea como un verbo derivado mediante los sufijos ‑le en perfectivo y -tyäl en i­ mperfectivo. (23) a. tsa’ ñok-le-Ø prfv hincar-pprf-b3 ‘Se hincó.’ (Txt) b. mi i-ñok-tyäl impf a3-hincar-pimpf ‘Se hinca.’

Por otra parte, en las construcciones subordinadas típicas de cláusulas de complemento no finitas se encuentran verbos intransitivos derivados mediante morfemas­pasivos o antipasivos. La reducción de la valencia verbal por medio de 6

Para mayor información sobre los tipos de predicados en chol, véase Vázquez Álvarez, 2010. Véase también la clasificación minuciosa que presenta Gutiérrez Sánchez (2004) de los predicados intransitivos en chol.

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la pasivización se puede observar en la morfología. Por un lado, el verbo solamente­ marca un argumento, el sujeto, y por el otro, hay marcación explícita de pasiva. Existen varias marcas explícitas de esta voz, a saber: -j-, -ty y -le, y éstas están condicionadas­por el aspecto y el tipo de raíz verbal. En 24 se presentan ejemplos con -ty. Nótese la escisión de la ergatividad en el imperfectivo 24c. (24) a. mu’=ku k-il-añ-Ø impf=asev a1-ver-vtd-b3 ‘Sí lo veo.’ (Txt) b. tyi il-äñ-ty-i-Ø prfv ver-vtd-pas-vi-b3 ‘Fue visto.’ c. mi y-il-äñ-ty-el impf a3-ver-vtd-pas-nf ‘Es visto.’

Mientras que los verbos pasivos tienen un comportamiento equiparable al de los verbos pacientivos, las formas antipasivas tienen un comportamiento equiparable al de los verbos agentivos; es decir, requieren del verbo ligero cha’l para marcar­ el sujeto con juego a. La denominada voz “antipasiva absolutiva” se marca morfológicamente con el sufijo ‑oñ, tal como se ve en 25a, mientras que la llamada voz “antipasiva de incorporación”, que en realidad se trata de un tipo de composición verbal, no toma marca alguna, tal como se ilustra en 25b. (25) Antipasiva absolutiva a. tyi k-cha’l-e-Ø [wuts’-oñ-el] prfv a1-hacer-vtd-b3 lavar.ropa-ap-nf ‘Lavé ropa.’ Antipasiva de incorporación b. tyi k-cha’l-e-Ø [wuts’-pisil] prfv a1-hacer-vtd-b3 lavar.ropa-ropa ‘Lavé ropa.’

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11.6. Características de las cláusulas no finitas

La noción de no finitud que retomo en este trabajo se basa principalmente en criterios morfosintácticos. Se trata de cláusulas con predicados verbales que no reciben ni aspecto ni marcas de persona/número y que funcionan como complementos de verbos matrices o que son introducidos por una preposición tyi que funciona como subordinador. Por ejemplo, en 26a, se presenta una cláusula de complemento no finita en la que el verbo aparece sin aspecto ni persona. Aunque el verbo matriz uj-, “saber”, pertenece a una clase verbal que no toma marca de aspecto, la lectura aspectual que ofrece es imperfectiva y la presencia de este aspecto en la cláusula subordinada resulta en una construcción agramatical 26b. (26) a. y-uj-i-Ø [ts’ak-ej-el] a3-saber-vtd-b3 medicina-der-nf ‘Sabe curar.’ (Txt) b. * y-uj-i-Ø [mi ts’ak-ej-el] a3-saber-vtd-b3 impf medicina-der-nf Lectura buscada: ‘Sabe curar.’

Los complementos introducidos por la preposición/subordinador tampoco permiten la presencia de marcas de aspecto ni de persona, como lo muestra el ejemplo 27b. La distribución de estos complementos está determinada por el tipo de verbo matriz, tal como lo veremos en las secciones siguientes. (27) a. muk’-Ø-ob [tyi __ soñ] impf-b3-pl p/sub bailar] ‘Bailan.’ (Txt) b. * muk-Ø [tyi mi soñ-Ø-ob] impf-b3 p/sub impf bailar-b3-pl Lectura buscada: ‘Bailan.’ 11.6.1. Complementos no finitos simples

La cláusula de complemento no finito que funciona como argumento del predicado matriz participa en la estructura: (asp +) v matriz + [v no finito]. En esta

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estructura,­tal como se observa en 28, el verbo matriz es siempre transitivo y la marca de absolutivo de tercera persona es correferencial con el complemento no finito. El sujeto nocional elidido en el predicado no finito es el mismo que se encuentra­codificado con el juego a en el verbo matriz. Nótese, además, que el complemento no va precedido por preposición/subordinador, como lo ilustra el ejemplo agramatical de 28b. (28) a. a’bi tä=x=tyo k-ñop-o-Ø-loñ [ __ tyäl-el] ayer prfv=asev=todavía a1-intentar-vt-b3-1pl venir-nf ‘Ayer todavía intentamos venir.’ (Txt) b.* a’bi tä=x=tyo k-ñop-o-Ø-loñ [tyi __ tyäl-el] ayer prfv=asev=todavía a1-intentar-vt-b3-1pl p/sub venir-nf Lectura buscada: ‘Ayer todavía intentamos venir.’

Este comportamiento es el mismo que se observa cuando el complemento es un verbo agentivo. En el siguiente ejemplo, el auxiliar transitivo cha’l, “hacer”, en función de predicado principal, toma al verbo agentivo no finito como complemento. El sujeto nocional del verbo agentivo es el mismo que se encuentra flexionado con el juego a en el verbo ligero cha’l. (29) che’ tyi i-cha’l-e-Ø [ __ ty’añ] así prfv a3-hacer-vtd-b3 hablar ‘Así habló.’ (Txt)

Los verbos pasivos (30a) y antipasivos (31a) también participan en la estructura de complemento no finito simple. Nótese que en ninguna de estas estructuras se introduce al complemento con la preposición/subordinador (31). (30) a. tyi k-ch’ujb-i-Ø [ __ tyum-iñ-ty-el] prfv a1-aceptar-vtd-b3 aconsejar-vtd-pas-nf ‘Acepté ser aconsejado.’ b. * tyi k-ch’ujb-i-Ø [tyi tyum-iñ-ty-el] prfv a1-aceptar-vtd-b3 p/sub aconsejar-vtd-pas-nf Lectura buscada: ‘Acepté ser aconsejado.’

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(31) a. tsa’=ix=bi i-tyech-e-y-Ø-ob [ __ k’e-juñ] prfv=ya=rep a3-comenzar-vt-epn-b3-pl ver-papel i-pi’äl-ob ili semaña a3-compañero-pl dem semana ‘Que sus compañeros ya comenzaron a estudiar esta semana.’ (Txt) b. * tyi i-tyech-e-y-Ø-ob [tyi __ k’e-juñ] prfv a3-comenzar-vt-epn-b3-pl p/sub ver-papel Lectura buscada: ‘Ya comenzaron a estudiar.’

El estatus no finito de las cláusulas de complemento no siempre se encuentra marcado por el sufijo no finito -vl, ya que, por ejemplo, la antipasiva de incorporación (véase el ejemplo 31a) y algunas raíces agentivas como ty’añ, “hablar” (véase el ejemplo 29); soñ, “bailar”; k’ay, “cantar”; pich, “orinar”; entre otras, no lo toman. Esta situación contrasta con otras lenguas mayas, como el mam (véase el capítulo 10), el tseltal (véase el capítulo 12) y el q’anjob’al (véase el capítulo 9), en las que se señala el estatus no finito de la cláusula mediante los sufijos -l y ‑oq/-oj, respectivamente. Los verbos matrices que toman un complemento clausal no finito simple codifican actitud proposicional, conocimiento, deseo y fase (Cristofaro, 2003). La lista que se ofrece en el cuadro 11.1, aunque no exhaustiva, da cuenta de que todos los verbos matrices que toman complementos no finitos son transitivos. Cuadro 11.1

Verbos matrices que toman complementos no finitos simples Actitud proposicional:

ch’ujb, “aceptar, obedecer”, “estar de acuerdo”; jak’ ,“aceptar”; chajp, “planear”; ñop, “tratar, probar”

Conocimiento:

uj, “saber”

Cognición:

mul, “gustar”

Desiderativo:

om, “querer”; k’ajty, “pedir”

Fasal:

tyech, “empezar, comenzar”

Fuente: elaboración propia.

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11.6.2. Complementos introducidos por preposición/subordinador

Las cláusulas no finitas introducidas por tyi presentan la siguiente estructura: (asp) + v matriz + [ tyi v no finito]. Del mismo modo que el tipo anterior, el complemento tiene la forma no finita, la cual se indica a veces con el sufijo -vl (véase el ejemplo 32). Este tipo resulta agramatical sin la presencia de tyi (33b). (32) tyi aw-il-ä-y-oñ [tyi __ uk’-el] prfv a2-ver-vtd-epn-b1 p/sub llorar-nf ‘Me viste llorar.’ (33) a. tyi k-äk’-ä-y-ety [tyi __ k’ay] prfv a1-dar-vt-epn-b2 p/sub cantar ‘Te dejé/permití cantar.’ b.* tyi k-äk’-ä-y-ety [k’ay] prfv a1-dar-vt-epn-b2 cantar Lectura buscada: ‘Te dejé cantar.’

El verbo matriz, en los ejemplos 32 y 33, es transitivo. A diferencia del tipo anterior, en este tipo de complemento, el sujeto no mencionado en la cláusula subordinada es correferencial con el objeto del verbo matriz codificado con la marca de absolutivo (juego b) que puede expresar todas las personas gramaticales, es decir no se restringe a terceras personas. Los verbos matrices, en los ejemplos 32 y 33, toman juego b de primera y segunda persona. En los mismos ejemplos, también podemos notar que los verbos transitivos de percepción directa (32) y de manipulación (33) aceptan este tipo de complementos no finitos. Hay que destacar que este tipo de complemento también permite la presencia de predicados principales intransitivos. Al igual que el tzutujil (Dayley, 1985), los verbos intransitivos con información aspectual pueden tomar complementos introducidos por una preposición/subordinador. En 34a el predicado matriz codifica el aspecto imperfectivo. En 34b la construcción resulta agramatical sin la presencia del subordinador. (34) a. ya’=bi kaje muk’-Ø-ob [tyi __ wäy-el] allí=rep empezar impf-b3-pl p/sub dormir-nf ‘Dicen que allí estaban empezando a dormir.’ (Txt)

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b. * ya’=bi kaje muk’-Ø-ob [ __ wäy-el] allí=rep empezar impf-b3-pl dormir-nf Lectura buscada: ‘Dicen que allí estaban empezando a dormir.’

Cuando el predicado matriz es intransitivo, el sujeto nocional de la cláusula no finita está codificado por la única flexión que toma el verbo matriz, ya sea mediante­ juego b (35a) o juego a (35b), debido a la escisión de la ergatividad. (35) a. ta=x ujty-i-Ø [tyi __ tyuñ] prfv=ya terminar-vi-b3 p/sub poner_huevos ‘Ya terminó de poner huevos.’ (Txt) b. mi y-ujty-el [tyi __ tyuñ] impf a3-terminar-nf p/sub poner_huevos ‘Termina de poner huevos.’

La lista del cuadro 11.2 corresponde a los verbos matrices que toman complementos no finitos introducidos por preposición/subordinador. Tal como se ve, no existe traslape semántico entre estos verbos y los de la lista anterior del cuadro 11.1, salvo con los verbos fasales, que a diferencia del anterior, son todos intransitivos.7 Cuadro 11.2

Verbos matrices que toman complementos introducidos por tyi Percepción directa:

il, “ver”; k’el, “ver”; ub, “escuchar”; ñäch’, “escuchar”

Modal:

mejl, “poder”

Manipulativo:

xik’, “mandar”, ak’, “hacer que”

Fasal:

mi/muk’, “impf ”; chonkol, “prg”; ujty, “terminar”; kej, “empezar”

Fuente: elaboración propia.

7

Esta característica del chol contrasta con otras lenguas mayas, como el kaqchikel, en el que el verbo principal aspectual debe ser transitivo (Rodríguez y García, 1997).

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11.7. Clases predicativas como complementos no finitos

Una característica sobresaliente de las cláusulas no finitas en chol es el hecho de que únicamente participan predicados intransitivos. Los intransitivos agentivos, como en 36, y los pacientivos, como en 37, pueden funcionar como núcleos de la cláusula no finita. Dicha cláusula puede ser complemento no finito simple (36) o introducida por preposición/subordinador (37), dependiendo del tipo de predicado matriz. (36) mi i-mul-añ-Ø-o’ [ __ toñ- el] impf a3-gustar-vtd-b3-pl trabajar-nf ‘Les gusta trabajar.’(Txt) (37) muk’-Ø-ob [tyi __ wäy-el] impf-b3-pl p/sub dormir-nf ‘Duermen.’

Los intransitivos derivados de verbos transitivos, como los pasivos (38) o los antipasivos (39), también participan en los dos tipos de construcciones. (38)

mi k-jak’-Ø [ __ mejk-el] impf a1-aceptar-b3 abrazar+pas-nf ‘Acepto ser abrazado.’

(39) ts-ajñ-Ø-ob [tyi __ mäñ-oñ-el] prfv-llegar-b3-pl p/sub comprar-ap-nf ‘Llegaron a comprar.’ (Txt)

En cambio, en chol, los verbos transitivos no pueden aparecer en una cláusula­de complemento no finita sin aspecto ni persona, aunque sí en una menos finita sin aspecto pero con persona, como en 40a.8 La estructura de complemento finita con aspec­to y persona no toma lugar con verbos matrices de deseo, como se ilustra en 40b. (40) a. k-om-Ø [k-säkl-añ-Ø k-wiñik je’ iwä’] a1-querer-b3 a1-buscar-vtd-b3 a1-hombre también aquí ‘Quiero buscar mi trabajador también aquí.’ (Txt) 8

Véase para más detalles sobre este tipo de complemento, Vázquez Álvarez, 2008.

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b. * k-om-Ø [mi k-säkl-añ-Ø k-wiñik] a1-querer-b3 impf a1-buscar-vtd-b3 a1-hombre Lectura buscada: ‘Quiero buscar mi trabajador.’

Para que los verbos transitivos tomen la posición de complemento en la forma no finita, requieren cambiar su valencia y pasar a ser formas intransitivas. Uno de los recursos de derivación es mediante la antipasiva de incorporación, en la cual se incorpora el objeto directo a la raíz, como en 41b. La forma compuesta que resulta­ es intransitiva.9 (41) a. chonko-Ø i-juch’-Ø i-waj prg-b3 a3-moler-b3 a3-tortilla ‘Está moliendo su tortilla.’ (Txt) b. chonko-Ø [tyi __ juch’-waj] prg-b3 p/sub moler-tortilla ‘Está moliendo tortilla.’

11.8. Realización de argumentos en las cláusulas no finitas

Muchas lenguas en el mundo eliminan la marcación de los argumentos en los complementos debido a que estos se registran en la cláusula matriz (Noonan, 1985; Nikolaeva, 2007). En algunas lenguas mayas se ha reportado la existencia de cláusulas no finitas sin marcación de persona en construcciones subordinadas como resultado de la aplicación de la regla de elisión de sujeto equi (véase, para el jakalteko, Craig, 1977; para el tzutujil, Dayley, 1985) y de la regla de “ascensión” (Craig, 1977). El fenómeno de la elisión de sujeto equi ha sido tratado recientemente bajo la teoría de “control” por Stiebels (2007). Siguiendo a esta autora, el fenómeno­ de elisión de sujetos en cláusulas subordinadas que se presenta en lenguas mayas es un tipo de control al que se le conoce como “estructural”, ya que la referencia del argumento elidido en la cláusula de complemento está controlada por la referencia de uno de los argumentos presentes en el predicado matriz. Hay estructuras de complemento en el chol que no expresan su sujeto en la segunda cláusula ya que éste está expresado en la cláusula principal como resultado del control estructural­y de la ascensión. Cada estructura de complemento no finito se asocia con uno de estos fenómenos, los cuales se tratarán por separado. 9

Véase la sección de antipasiva de incorporación, en Vázquez Álvarez, 2002.

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11.8.1. El control en complementos no finitos simples

En las estructuras con complementos no finitos simples se presenta el proceso de control estructural. En los ejemplos de 42, podemos notar que el verbo matriz uj, “saber”, selecciona una cláusula no finita como objeto, y uno de sus argumentos, el sujeto (flexionado con juego a), es correferencial con el sujeto elidido en el pre­ di­cado subordinado. En todas las construcciones con complementos no finitos simples, el sujeto del predicado principal va a funcionar como controlador del argumento elidido en el verbo subordinado. El sujeto no manifiesto, en 42a, refiere­ a una tercera persona, y el de 42b, a una primera persona. (42) a. yi-uj-i-Ø [ __i ts’ak-ej-el] a3-saber-vtd-b3 medicina-der-nf ‘Sabe curar.’ (Txt) b. ki-uj-i-Ø [ __i ts’ak-ej-el] a1-saber-vtd-b3 medicina-der-nf ‘Sé curar.’

El objeto directo del verbo matriz también puede funcionar como controlador del sujeto elidido en la cláusula subordinada (Noonan, 1985: 66; Stiebels, 2007: 3). Verbos con una estructura semántica causativa han sido identificados como ejemplos típicos de predicados de control de objeto (Stiebels, 2007: 5). En chol, al igual que en jakalteko, se puede observar tanto el fenómeno de elisión de la fn sujeto o control estructural así como la ascensión del sujeto (Craig,1977: 357-379). Pero a diferencia del jakalteco, en el que el empleo de una u otra regla está regida por el tipo de predicado causativo (iptze, “obligar”, “forzar”, genera elisión de fn y a’a, “hacer que”, genera ascensión del sujeto), la distribución de las reglas en el chol tienen otra motivación. Los intransitivos agentivos (43a) y ambivalentes (43b) requieren del predicado causativo äk’, “dar”, para causativizar pero únicamente los últimos pueden ser parte de la construcción en la que ocurre el control estructural (43b).10 En este sentido, el chol se comporta igual que el inglés; es decir, el objeto

10

Judith Aissen (comunicación personal) me ha señalado que es importante hacer una distinción entre los verbos de manipulación y los verbos causativos. Como verbos causativos, éstos tienden a comportarse morfosintácticamente como auxiliares. Al parecer, en chol, el verbo äk’, “dar”, posee ambas propiedades, pero por razones de espacio esta discusión se debe dejar para una investigación futura.

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del verbo matriz también puede ejercer control sobre el sujeto del verbo subor­ dinado. (43) a.* tyi k-äk’-ä-y-etyi [ __i oñ-el] prfv a1-dar-vt-epn-b2 gritar-nf Lectura buscada: ‘Te hice gritar.’ b. tyi k-äk’-ä-y-etyi [ __i wäy-el] prfv a1-dar-vt-epn-b2 dormir ‘Te hice/dejé dormir.’

Por otro lado, los verbos intransitivos agentivos participan de la regla de ascensión cuando funcionan como complementos no finitos. Esta regla la discuto en la si­guiente sección. 11.8.2. Ascensión con complementos no finitos introducidos por tyi

El progresivo, en chol, funciona como auxiliar aspectual cuyo sujeto es el complemento, como en 44a, o como auxiliar que tiene como sujeto sintáctico el argumento­ que funciona como sujeto nocional de la cláusula subordinada, como en 44b, donde el progresivo toma el sufijo ‑ety, absolutivo de segunda persona, que expresa­ el sujeto nocional del verbo subordinado troñel, “trabajar”. La operación sintáctica por la cual el sujeto de la subordinada se expresa como sujeto en la cláusula matriz se le conoce como “ascensión de sujeto a sujeto”. Nótese que, en 44b, una vez que el sujeto de la subordinada asciende a la posición de sujeto de la matriz se deja de marcar en la subordinada. (44) a. chonko-Ø [i-jul-el] che=x tyi ke i-ña’ty-añ-Ø-o’ prg-b3 a3-llegar-nf así=ya prfv empezar a3-saber-vtd-b3-pl ‘Está llegando, así comenzaron a pensar ya.’ (Txt) b. chonkol-ety [tyi __troñ-el] che’ñak jiñ prg-b2 p/sub trabajar-nf cuando eso ‘Estabas trabajando en ese entonces.’ (Txt)

La operación de ascensión da como resultado la saturación de la valencia del predicado matriz, con lo cual cancela la posibilidad de que el complemento se

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exprese como argumento sintáctico del predicado matriz. Por esta razón, en esta operación sintáctica también se requiere una cabeza de la cual pueda depender el elemento subordinado. Esta función la llena tyi, que aparece entre los dos predicados para señalar una relación de subordinación. La ausencia de tyi en las estructuras con ascensión resulta en una construcción agramatical, como se puede notar en 45b. (45) a. chonkol-oñ [tyi __ och-el] prg-b1 p/sub entrar-nf ‘Estoy entrando.’ b * chonkol-oñ [ __ och-el] prg-b1 entrar-nf Lectura buscada: ‘Estoy entrando.’

La operación de ascensión puede tener dos distintos resultados en el verbo en función de complemento. En el ejemplo 45a, el sujeto ascendido ejerce control estructural sobre el argumento del complemento. Una segunda alternativa, ilustrada en 46a, se presenta cuando el sujeto ascendido ejerce control inherente sobre el sujeto del complemento, es decir, el argumento ascendido deja copia en el complemento. La preposición/complementante no se manifiesta en la estructura de “ascensión con copia”, como lo muestra la estructura agramatical en 46b. (46) a. chonkol-oñ k-och-el prg-b1 a1-entrar-nf ‘Estoy entrando.’ b. * chonkol-oñ [tyi k-och-el] prg-b1 p/sub a1-entrar-nf Lectura buscada: ‘Estoy entrando.’

Al igual que en jakalteko (Craig, 1977: 357-361), en el cual la estructura causativa con el verbo matriz a’a’, “hacer”, dispara el fenómeno de ascensión de sujeto del complemento a objeto de matriz, en chol también se registra la ascensión en las construcciones causativas. En el ejemplo 47, la marca de absolutivo de segunda­persona en el predicado matriz xik’, “obligar”, en función de objeto, es correferencial con el sujeto omitido del verbo wäy-el, “dormir”. Por lo tanto, en el ejemplo 47 se registra una operación de ascensión de sujeto de la subordinada a

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objeto de la matriz, lo que provoca que se sature la valencia del verbo matriz de manera similar a lo que ocurre en 44b y 45a. La saturación de la valencia del verbo matriz requiere que el predicado subordinado sea encabezado por la preposición/ subordinador tyi. Nótese también que con la ascensión de sujeto a objeto, el objeto­ de la matriz ejerce control estructural sobre el sujeto de la subordinada. (47) mi ki-xik’-etyj [tyi __j wäy-el] impf a1-obligar-b2 p/sub dormir-nf ‘Te obligo a dormir.’

Éste es el mismo patrón que siguen los verbos de percepción directa. (48) mi ki-il-añ-etyj [tyi __j wuts’-oñ-el] impf a1-ver-vtd-b2 p/sub lavar.ropa-ap-nf ‘Te veo lavar ropa.’ (49) mi ki-u’b-iñ-etyj [tyi __j ñojk’] impf a1-escuchar-vtd-b2 p/sub roncar ‘Te escucho roncar.’

Los ejemplos 48 y 49, en los que la operación de ascensión toma lugar, son estructuralmente distintos a los casos en los que los mismos verbos de percepción reciben como complementos cláusulas sin aspecto pero con sujetos in situ. Nótese que, en los ejemplos 50 y 51, la marca de absolutivo en el verbo matriz es tercera persona que registra al argumento objeto en la forma de cláusula de complemento no finita con persona y sin aspecto. (50) tyi k-il-ä-Ø a-wuts’-oñ-el prfv a1-ver-vtd-b3 a2-lavar.ropa-ap-nf ‘Vi que lavabas ropa.’ (Lit. ‘Vi tu lavar ropa.’) (51) tyi k-u’b-i-Ø aw-oñ-el prfv a1-escuchar-vtd-b3 a2-gritar-nf ‘Escuché que gritabas.’ (Lit. ‘Escuché tu gritar.’)

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En síntesis, las construcciones con cláusulas no finitas, en chol, siguen las predicciones de Stiebels (2007: 4) en el sentido de que “en la mayoría de las lenguas los complementos infinitivos pueden ‘sobrevivir’ únicamente en estructuras de control o ascensión”. El control estructural en chol se observa en todos los complementos no finitos, pero sólo en los introducidos por preposición/subordinador se emplea la ascensión. 11.9. Integración sintáctica en las cláusulas de complemento no finitas

En el ejemplo 17, se destacó que la cláusula independiente puede tener una expansión máxima con el siguiente orden: [neg + [ffnn en foco + [deixis + [predicación secundaria + [asp + [núcleo]]]]]]. También se destacó que el linde izquierdo de la cláusula es señalado por clíticos de segunda posición. En Vázquez Álvarez (2007), se discuten los tres tipos de cláusulas de complemento que existen en chol. El primer tipo es precedido por el complementante che’ o mi, dependiendo de si el complemento es aseverativo o interrogativo. Este tipo de complemento puede tomar todos los elementos de la cláusula simple. Por ejemplo, el complemento, en 52, tiene la forma indicativa y el verbo es precedido por la marca de aspecto perfectivo, donde se encuentra alojado el clítico aseverativo äch. El hecho de que se permita la presencia de un clítico de segunda posición en el complemento sugiere que la cláusula tiene independencia sintáctica respecto a la cláusula que le precede. (52) tyi k-u’b-i-Ø [che’ tsä’=äch jul-i-Ø prfv a1-escuchar-vtd-b3 comp prfv=asev llegar-vi-b3 aj-Wañ] clf-Juan]

‘Escuché que sí llegó Juan.’

Existen otras tres evidencias que muestran la independencia sintáctica entre las dos cláusulas. Primero, cada cláusula puede tomar marcas de negación con alcance­independiente (53). Segundo, en este tipo de cláusula de complemento, los argumentos del predicado matriz no disparan control estructural o inherente sobre los argumentos del predicado del complemento. El verbo matriz, en el ejemplo 53, tiene como sujeto a una primera persona y como objeto al complemento. En el mismo ejemplo, los dos argumentos de la cláusula de complemento no son correferenciales con ninguno de los argumentos del verbo matriz.

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(53) ma’añ tyi k-su’b-u-Ø [che’ ma’añ tyi i-bajb-e-Ø neg prfv a1-decir-vt-b3 comp neg prfv a3-golpear-vtd-b3 ts’i’ aj-Wañ] perro clf-Juan

‘No avisé que Juan no le pegó al perro.’

Y tercero, el aspecto de las dos cláusulas puede no concordar, como en el ejemplo 54. (54) tyi k-su’b-u-Ø [che’ mi i-bajb-eñ-Ø ts’i’ prfv a1-decir-vt-b3 comp impf a3-golpear-vtd-b3 perro aj-Wañ] clf-Juan

‘Avisé que Juan le pega al perro.’

En contraste, las cláusulas de complemento no finitas sí exhiben dependencia sintáctica respecto a la cláusula matriz. En primer lugar, las cláusulas no finitas no pueden hospedar clíticos de segunda posición, como lo muestran los ejemplos mal formados en 55b y 56b. (55) a. mu’=ix k-mul-añ-Ø [ __ xämb-al] impf=ya a1-gustar-vtd-b3 caminar-nf ] ‘Ya me gusta caminar.’ b. * mi k-mul-añ-Ø [ __ xämb-al=ix] impf a1-gustar-vtd-b3 caminar-nf=ya] Lectura buscada: ‘Me gusta que ya camine.’ (56) a. tsa’=ix k-il-ä-y-ety [tyi __ wäy-el] prfv=ya a1-ver-vtd-epn-b2 p/sub dormir-nf ‘Ya te vi dormir.’ b. * tyi k-il-ä-y-ety [tyi __ wäy-el=ix] prfv a1-ver-vtd-epn-b2 p/sub dormir-nf=ya Lectura buscada: ‘Te vi que ya dormías.’

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En segundo lugar, las cláusulas no finitas no pueden recibir marcas de negación, tal como se puede observar en la agramaticalidad de 57b y 58b. La marca de negación en el verbo matriz tiene alcance sobre el segundo verbo. (57) a. ma’añ mi k-mul-añ-Ø [ __ xämb-al] neg impf a1-gustar-vtd-b3 caminar-nf ] ‘No me gusta caminar.’ b. * mi k-mul-añ-Ø [ma’añ __ xämb-al] impf a1-gustar-vtd-b3 neg caminar-nf ] Lectura buscada: ‘Me gusta no caminar.’ (58) a. ma’añ tyi k-il-ä-y-ety [tyi __ wäy-el] neg prfv a1-ver-vtd-epn-b2 p/sub dormir-nf ‘No te vi dormir.’ b. * tyi k-il-ä-y-ety [tyi ma’añ __ wäy-el] prfv a1-ver-vtd-epn-b2 p/sub neg dormir-nf Interpretación literal buscada: ‘Te vi no dormir.’

Y tercero, las cláusulas subordinadas no finitas, como su nombre lo indica, no aceptan marcas de aspecto. En la sección “realización de argumentos en las cláusulas no finitas”, también se demostró que el sujeto nocional del verbo no finito se codifica únicamente con marcas explícitas de persona en el verbo matriz. 11.10. Contraste entre formas no finitas y nominales

Los verbos intransitivos no finitos en lenguas mayas también han sido llamados verbos nominalizados o sustantivos verbales. Para el caso chol, hay varias razones que motivan tales conclusiones. Una razón es que, como he demostrado en este capítulo, la cláusula no finita puede fungir como argumento de la misma manera que un sustantivo canónico, como en el ejemplo 59a. (59) a. y-om-Ø nailuj a3-querer-b3 naylon ‘Quiere nylon (bolsa de plástico).’ (Txt)

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b. y-om-Ø [koty-äñ-ty-el] a3-querer-b3 ayudar-vtd-pas-nf ‘Quiere ser ayudado.’ (Txt)

Otra razón consiste en que algunos verbos sin aspecto pueden tomar el juego a en ambientes sintácticos específicos (véanse los ejemplos 50 y 51). El chol comparte esta propiedad con otras lenguas mayas, tal como el kaqchikel (Rodríguez y García, 1997: 109), k’ichee’ (López Ixkoy, 1997: 137-140), q’anjob’al (véase el capítulo 9) y mam (véase el capítulo 10). Es importante mencionar que, en las lenguas mayas, los prefijos del juego a funcionan como poseedores de sustantivos (60a). Por lo tanto, los verbos no finitos que toman marcadores de sujeto en la forma de marcadores del juego a pueden interpretarse como formas nominalizadas poseídas, como en el ejemplo 60b. (60) a. tyi k-il-ä-Ø i-ts’i’ aj-Wañ prfv a1-ver-vtd-b3 a3-perro clf-Juan ‘Vi el perro de Juan.’ b. tyi k-il-ä-Ø y-ixm-äñ-ty-el ixim prfv a1-ver-vtd-b3 a3-desgranar-vtd-pas-nf maíz ‘Vi la desgranada del maíz.’

Por último, la preposición tyi introduce sintagmas nominales oblicuos, como en 61, y sirve también para introducir algunas cláusulas de complemento no finitas,­ como en 62, lo que sugiere el origen nominal de estas formas verbales. (61) ya’=tyo tyi k-tyech-e-loñ (tyi la-k-lumal=i) allí=todavía prfv a1-comenzar-vt-1pl p pl-a1-Tila=cl ‘Todavía lo comenzamos en nuestro pueblo de Tila.’ (Txt) (62) tyi kej-i-y-Ø-o’ [tyi __ jul-el] prfv empezar-vi-epn-b3-pl p/sub llegar.aquí-nf ‘Comenzaron a llegar aquí.’ (Txt)

Hay más elementos morfosintácticos que reflejan similitudes adicionales entre los sustantivos plenos y los complementos no finitos. Por ejemplo, ni los verbos no finitos (63a) ni los nominales (63b) pueden ser negados como complementos u objetos de verbos principales. La partícula de negación aparece al principio de la

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construcción compleja y tiene alcance sobre toda la construcción. En este sentido, las formas no finitas se comportan de manera similar que los nominales. (63) a. ba’ mach k-om-Ø-la [(*mach) majl-el] donde neg a1-querer-b3-1pl ir-nf ‘Donde no queremos ir.’ (Txt) b. mach y-om-Ø (*mach) kajpej neg a3-querer-b3 café ‘No quiere café.’ (Txt)

Sin embargo, existen diferencias distribucionales. A diferencia de los nominales­ en función de objeto directo (64b), las cláusulas no finitas no pueden ser extraídas a posición de foco (64a). (64) a. ? jiñ tyä’l-äñ-ty-el mi k-mul-añ-Ø foc molestar-vtd-pas-nf impf a1-gustar-vtd-b3 Lectura buscada: ‘Ser molestado, me gusta.’ b. mach jiñ ch’aj=bä-Ø otyoty mi’ (i)-su’b-eñ-Ø-o’ neg foc amargo=rel-b3 casa impf a3-decir-vtd-b3-pl ‘No es el que casa-amarga le dicen.’11 (Txt)

Otra diferencia consiste en el hecho de que las cláusulas no finitas no pueden ser modificadas por adjetivos o cláusulas relativas (65b), mientras que los nominales­ sí toman esos modificadores (65a). (65) a. baki mi’ (i)majl-e(l) li päk’mejñ-Ø=ix=bä i-tye’el dónde impf a3-ir-nf det podrido-b3=ya=rel a3-palo che’jiñ entonces ‘¿Y entonces a dónde mandan sus palos podridos?’ (Txt) b. * mi k-mul-añ-Ø kolem jujp’-el impf a1-gustar-vtd-b3 grande engordar-nf Lectura buscada: ‘Me gusta engordar grande.’ 11

Ch’ajbä otyoty es el nombre de una cueva.

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De la misma manera, el complemento no finito no puede ser modificado por determinantes, tales como numerales (66b) o demostrativos (67b), mientras que un nominal sí lo hace (66a, 67a). (66) a. tyi ki i-mel-Ø-ob jum-p’ej kampamentuj prfv empezar a3-hacer-b3-pl uno-clfn campamento ‘Comenzaron a levantar un campamento.’ (Txt) b. * k-om-Ø jum-p’ej wäy-el a1-querer-b3 uno-clfn dormir-nf Lectura buscada: ‘Quiero un dormir.’ (67) a. mu’=bi i-lok’-e(l) tyi [(*ili) xämb-a(l)] ili la-k-ch’ujle impf=rep a3-salir-nf p/sub caminar-nf dem pl-a1-alma ‘Dicen que sale a caminar ésta nuestra alma.’ (Txt) b. ch’äm-ä-Ø=x ma ili mesaj=i, che’eñ llevar-impt-b3=ya dir:ir dem mesa=cl dice ‘¡Llévate ya esta mesa!, dijo.’ (Txt)

Por último, en el chol de Tila, el determinante li modifica a los nominales (68a), pero no a las formas no finitas (68b). (68) a. tyi i-säkl-ä-y-Ø-o’ li pächij prfv a3-buscar-vt-epn-b3-pl det cuero ‘Buscaron el cuero.’ (Txt) b. * tyi i-säkl-ä-y-Ø-o’ li k’ay prfv a3-buscar-vt-epn-b3-pl det cantar Lectura buscada: ‘Buscaron cantar.’

Cabe destacar que algunos verbos agentivos, como ojbal, “toser”, o verbos an­ti­ pasivizados, que también exhiben un comportamiento agentivo, pueden ofrecer­una lectura nominal sin necesidad de mayor derivación morfológica; es decir, ojbal puede interpretarse como “toser” o “tos”.12 Por ello es posible encontrar li antes de verbos agentivos, propiciando una lectura nominal, como en los siguientes­ejemplos. 12

Véase la lista de este grupo en Zavala Maldonado, 2005.

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(69) a. mi i-cha’ ñäm-el li ojbal bixetyik impf a3-otra.vez pasar-nf det tos a.veces ‘A veces vuelve a pasar la tos.’ (Txt) b. chonkol i-ñop-Ø li k’el-juñ prg a3-probar-b3 det ver-papel ‘Está intentando el estudio.’ (Txt)

Una estrategia de desnominalización es por medio del uso de un marcador de clase nominal; situación que genera un ambiente propicio para la aparición del determinante li, como en el siguiente ejemplo. (70) tyi k’oty-i-y-Ø-o’ li aj-soñ-o’ prfv llegar-vi-epn-b3-pl det clf-bailar-pl ‘Llegaron los bailarines.’ (Txt)

En síntesis, las cláusulas no finitas no tienen el mismo comportamiento que los sustantivos plenos y sólo comparten algunas de sus propiedades. 11.11. Verbos de movimiento y cláusulas no finitas con subordinador

Los verbos de movimiento del chol toman cláusulas de propósito con la forma de verbos no finitos introducidos por tyi, lo que los hace estructuralmente idénticos a los predicados intransitivos aspectuales (véase la sección “complementos intoducidos por preposición/subordinador). Esta particularidad no es común a las lenguas mayas que tienen cláusulas de complemento introducidos por preposición/subordinante, por ejemplo el tzutujil, en el que sólo los predicados matrices con sentido aspectual toman complementos seguidos por la preposición cognada con tyi (Day­ ley­, 1985: 394). En las cláusulas de movimiento con propósito de los ejemplos 71a y 71b, el marcador de sujeto únicamente se expresa en el primer verbo, con juego b, en 71a, o con juego a, en 71b, debido a que es un contexto en el cual toma lugar la ergati­ vidad mixta. El sujeto nocional del verbo no finito introducido por tyi aparece controlado estructuralmente por el sujeto del primer verbo. (71) a. tyi majl-i-y-Ø-ob [tyi __ mäñ-oñ-el] prfv ir-vi-epn-b3-pl p/sub comprar-ap-nf ‘Se fueron a comprar.’

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b. mi i-majl-el-ob [tyi __ mäñ-oñ-el] impf a3-ir-nf-pl p/sub comprar-ap-nf ‘Se van a comprar.’ (Txt)

En chol, los verbos de movimiento que participan en esta estructura son: majlel, “ir”; julel, “llegar aquí”; k’otyel, “llegar allá”; ajñel, “llegar”; käytyäl,“quedarse”; letsel, “subir”; ju’bel, “bajar”; ochel, “entrar”; lok’el,“salir”; ñämel,“pasar”. A pesar de la semejanza estructural, no se puede proponer una estructura con ascensión con los verbos de movimiento ya que el sujeto marcado en el verbo matriz de movimiento es el sujeto original de la construcción. Por esta razón, las estructuras de movimiento con propósito, como las del ejemplo 71, se tienen que analizar como un caso de control estructural sin ascensión, mientras que las estructuras de complementos no finitos genuinos, como las de 44b y 45a, son casos de ascensión con control estructural. Del mismo modo como ocurre con los intransitivos aspectuales, la ausencia del subordinador tyi en la cláusula de propósito obliga a que el sujeto de la subordinada se exprese explícitamente como un caso de control inherente. (72) tyi jul-i-y-oñ [k-päty-otyoty] prfv llegar.aquí-vi-epn-b1 a1-hacer-casa ‘Llegué aquí a hacer casa.’

Las cláusulas de propósito, en chol, son diferentes a las del jakalteko y del tzu­ tujil por varias razones. En primer lugar, en chol, la preposición tyi introduce adjun­tos, mientras que, en jakalteko, no hay una preposición genérica que marque explícitamente los adjuntos locativos ni que introduzca cláusulas subordinadas no finitas; por lo tanto, en jakalteko, no es posible observar si los complementos no finitos son tratados como formas adverbiales. Contrástense los adjuntos locativos del jakalteko (73), con los del chol (74). jakalteko

(73)

x-Ø-ul hin-mam w-atut asp-b3-venir a1-papa a1-casa ‘Mi papá vino a mi casa.’ (Craig, 1977: 116.)

(74)

chol tyi jul-i-Ø k-papa tyi k-otyoty perf llegar-vi-b3 a1-papa p a1-casa ‘Mi papá vino a mi casa.’

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En segundo lugar, los verbos de movimiento, en chol, no son parte de construcciones de movimiento asociado, como las del tzutujil. En tzutujil, el verbo de movimiento junto con el segundo verbo forma un predicado complejo (75), mientras que, en chol, forman una estructura compleja con subordinación (76). (75) tzutujil x-in-ee-war-i prfv-b1-ir-dormir-ei ‘Fui y dormí.’ (Dayley, 1985: 98.)



(76)

chol tyi majl-i-y-oñ tyi wäy-el prfv ir-vi-epn-b1 p/sub dormir-nf ‘Fui a dormir.’

En resumen, a pesar de que las estructuras de movimiento con propósito son estructuralmente similares a las de complemento no finito que tienen a verbos aspectuales como verbos matrices, las diferencias entre una y otra estructura son profundas. Primero, en la estructura de complemento no finito con subordinador opera la regla de ascensión, mientras que en la de propósito sólo opera la regla de control estructural. Y segundo, mientras que, en las cláusulas de complemento, la presencia del subordinador es resultado de la necesidad del complemento de ser regido por un núcleo estructural al ocurrir la ascensión, en las de propósito, la preposición/subordinador es parte de la construcción original que hace equiparable­ semánticamente la cláusula de propósito con la meta que selecciona la estructura argumental del verbo matriz. 11.12. Conclusiones

En este capítulo he mostrado que hay dos contextos en chol en los que los verbos sin flexión para persona y aspecto pueden aparecer. El primer contexto se refiere al complemento no finito simple. En este tipo de estructura, el verbo matriz es siempre­transitivo y el sujeto se identifica con el argumento elidido en la cláusula subordinada; es decir, hay control estructural. El segundo contexto de uso de las formas no finitas toma lugar en los complementos introducidos por la preposición/ subordinador tyi. En esta estructura, el sujeto omitido de la cláusula subordinada se codifica en la cláusula matriz como argumento ascendido. Existen dos posiciones­

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a las que puede ascender un sujeto de una subordinada: a sujeto o a objeto de la matriz. La ascensión del sujeto de la subordinada a sujeto de la matriz satura la valencia del verbo matriz, lo que dispara la necesidad de que el complemento sea regido por una cabeza estructural que se materializa en la preposición/ subordinant­e tyi. En el caso de las estructuras de complemento con verbos matrices transitivos de percepción directa y de manipulación, la ascensión que toma lugar es de sujeto de la subordinada a objeto de la matriz, lo que también provoca que se sature la valencia del verbo matriz, y esto, a su vez, provoca que el verbo subordinado sea encabezado por tyi. Al igual que la mayoría de las lenguas mayas, el chol sólo cuenta con predicados­ intransitivos no finitos. Para que las raíces transitivas funcionen como verbos no finitos se requiere que reduzcan su valencia verbal y pasen a ser verbos intransitivos mediante operaciones como la pasivización y la antipasivización (compárese esto con hechos semejantes en el q’anjob’al, el mam y el k’ichee’, en los capítulos 9 y 10, y en López Ixkoy, 1997, respectivamente; el caso del tseltal es una notable excepción, (véase el capítulo 12). Otro hecho particular del chol es que la marcación morfológica del estatus no finito no es uniforme para todos los verbos. Este comportamiento contrasta con lo reportado en otras lenguas mayas. Por ejemplo, los verbos no finitos en la posición de complemento, en el kaqchikel, son marcados con el sufijo infinitivo -ïk (Rodríguez y García, 1997: 107); las construcciones infinitivas, en el mam, llevan el sufijo -l (England, 2006; véase también el capítulo 10) y la no finitud para los intransitivos del q’anjob’al se marca con -oq (véase el capítulo 9). Entre las clases verbales que toman el sufijo no finito ‑vl en chol, se destacan: los intransitivos no agentivos, las formas derivadas mediante las voces pasiva y antipasiva absolutiva, los posicionales derivados y algunos agentivos (véanse las clasificaciones de Gutiérrez Sánchez, 2004; Zavala Maldonado, 2005). Los contrastes morfosintácticos entre las formas no finitas y los sustantivos prototípicos, en chol, sugieren que los primeros no tienen las mismas propiedades que los sustantivos. Los únicos rasgos que comparten ambos son la posibilidad de ser precedidos por la preposición tyi y la imposibilidad de ser negados independientemente cuando funcionan como argumentos. Puesto que los predicados no finitos no poseen todas las propiedades de un verbo prototípico, tales como la flexión para persona y aspecto, pero tampoco poseen las propiedades de un nominal, podemos concluir por ahora que éstos representan un tipo especial de cláusulas que no son plenamente verbales ni nominales. El presente estudio es una contribución al trabajo comparativo que va a permitir acercarnos al entendimiento del estatus preciso de las cláusulas no finitas en el interior de cada lengua y rama de la familia.

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12. Infinitivos transitivos: innovaciones del tseltal en la familia maya1 Gilles Polian*

12.1. Introducción

Las lenguas de la familia maya poseen diversos mecanismos para derivar infinitivos y/o sustantivos verbales, pero estos mecanismos se restringen a verbos intransitivos, radicales o derivados. Es decir, los verbos transitivos deben sufrir primero una reducción de valencia antes de poder producir un infinitivo o un sustantivo verbal. Esta reducción de valencia puede ser por medio de un pasivo (supresión del agente­) o de un antipasivo (supresión del paciente). En consecuencia, las lenguas de la familia maya presentan una restricción sobre la formación de infinitivos propiamen­ te­ transitivos. En este capítulo describo las formas no finitas (infinitivos y/o sustantivos verba­les) del tseltal. Muestro, por una parte, que el tseltal es muy similar a otras lenguas mayas, y en particular al chol, respecto a sus formas no finitas intransitivas, que son básicamente sustantivos verbales. Pero, por otra parte, se observa en tseltal una gran diversidad de recursos para derivar formas no finitas de verbos transitivos, entre los cuales destaca el surgimiento de infinitivos propiamente transitivos por reanálisis de sustantivos verbales pasivos. En este trabajo muestro que las formas no finitas transitivas del tseltal conforman un ámbito gramatical complejo e inesta­ ble, en el que se ponen en juego varias estrategias, a veces contradictorias, alternándose en las variantes dialectales de esta lengua.

1

*

Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el V Congreso de Estudios Mayas, en la ciu­dad de Guatemala, del 6 al 8 de agosto de 2003. Una versión más elaborada fue presentada, en colaboración con Roberto Sántiz Gómez, en el taller impartido por Judith Aissen, Complementación en Lenguas de Mesoamérica, Antigua Guatemala, okma, agosto de 2007. En sus diferentes etapas, se enriqueció con los comentarios de diferentes personas, a las que agradezco: Nora England, Clifton Pye, Judith Aissen, María de Jesús Gómez K’ulub, Juan Méndez Girón, Pedro López Gómez y Jaime Pérez González. Asimismo, agradezco a Enrique L. Palancar y a Roberto Zavala Maldonado por la coordinación y corrección de este trabajo, a quienes deslindo de todo error u omisión que pudiera encontrarse. ciesas-Sureste. 339

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Este capítulo está organizado de la siguiente manera: en la siguiente sección, presento los rasgos tipológicos y gramaticales del tseltal relevantes para la exposición del problema. Después, introduzco el concepto de finitud, reviso su manifestación en la familia maya e introduzco las formas no finitas del tseltal. A continuación,­presento pruebas de nominalidad que caracterizan a ciertas de estas formas no finitas como sustantivos verbales. En la sección “usos de las formas no finitas”, presento los usos de estas formas no finitas como infinitivos. En la sección que le sigue, analizo el desarrollo de los infinitivos transitivos en tseltal, y concluyo revisando las manifestaciones de los infinitivos transitivos en otras variantes dialectales. 12.2. Introducción al tseltal

El tseltal es una lengua maya del grupo occidental, moderadamente cercano al chol y muy cercano al tsotsil. La mayor parte de los datos de este trabajo provienen de la variante de Oxchuc (tseltal central), pero en las conclusiones presento datos de otras variantes. Es una lengua aglutinante, de marcación en el núcleo. En el nivel sintáctico, es de verbo inicial, siendo voa el orden más frecuente de los constituyentes en la oración transitiva. Es una lengua morfológicamente ergativa: los verbos intransitivos, así como los predicados no verbales, toman un sufijo del juego absolutivo, llamado juego b en la lingüística maya, como en el ejemplo 1. Los mismos sufijos marcan el objeto de los verbos transitivos, mientras que el agente de estos verbos es marcado por un prefijo personal ergativo de juego a, como en 2. (1) ya x-lok’-on inc inc.in-salir-b1sg ‘Salgo.’ (2) ya a-koltay-on inc a2-ayudar-b1sg ‘Me ayudas.’

Aparte de los afijos de persona, los verbos, como en los ejemplos 1 y 2, llevan las marcas de aspecto que aparecen en el cuadro 12.1.

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Cuadro 12.1

Marcas de aspecto verbal Aspectos

Verbos intransitivos

Verbos transitivos

Incompletivo

ya x-v

ya v

Completivo

Øv

la v

Perfecto

v-em

v-oj v-bil

Progresivo

yakal + forma no finita

yakal + forma no finita

(perfecto activo) (perfecto pasivo)

Fuente: elaboración propia.

Tal como se ve en el cuadro 12.1, los aspectos verbales se marcan mediante auxiliares preverbales, afijos (prefijos o sufijos), y una construcción perifrástica en el caso del aspecto progresivo, con el auxiliar yakal combinado, de varios modos posibles, con una forma no finita (véase la sección “construcción progresiva”). También existe un aspecto no marcado: el aspecto completivo para los verbos intransitivos.­En los ejemplos, se utiliza el prefijo cero (Ø) para hacer explícito este aspecto. El tseltal es una lengua de objeto primario (Dryer, 1986): en una oración bitransitiva,­el tercer argumento, con semántica de receptor o benefactivo, es el que concuerda con el sufijo absolutivo sobre el verbo. Además, el incremento de la valencia verbal se señala en el verbo con un sufijo aplicativo -b(ey). (3) la jk-ak’-b-at lo’bal inc a1-dar-ben-b2sg plátano ‘Te di plátanos.’

A diferencia de los verbos, los predicados no verbales no toman aspecto ni cópula y marcan su sujeto con el marcador del juego absolutivo. Este rasgo de los predicados no verbales se ilustra con un sustantivo en 4a y con un adjetivo en 4b. (4) a. ants-on mujer-b1sg ‘Soy mujer.’

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b. muk’-otik grande-b1pl ‘Somos grandes.’

Los predicados no verbales, incluyendo los participios deverbales, se oponen a los verbos en que pueden tomar el sufijo de irrealis -uk cuando son negados, como el predicado nominal en 5a. Los verbos en aspecto perfecto, introducidos en el cuadro 12.1, son en realidad participios, lo cual se confirma con el hecho de que también toman -uk, como en 5b. En cambio, los verbos en los aspectos c­ ompletivo e incompletivo nunca toman -uk con la negación, tal como se ve en la agramaticalidad de su inserción en 5c. (5) a. ma alal-uk-at=ix neg niño-irr-b2sg=ya ‘Ya no eres un niño.’ b. ma och-em-uk-on neg entrar-prf.in-irr-b1sg ‘No he entrado.’ c. ma Ø-och(*-uk)-on neg com.in-entrar-irr-b1sg ‘No entré.’

Finalmente, resulta relevante para este estudio resaltar que los prefijos de juego a, que marcan el agente de los verbos transitivos, también funcionan como prefijos posesivos con los sustantivos, como se ilustra en el ejemplo 6 con el prefijo y-. (6) Ø-ch’i-Ø=ix y-ixim com.in-crecer-b3=ya a3-maíz ‘Ya creció su maíz.’

En el cuadro 12.2, presento las diferentes realizaciones de estos prefijos que sólo marcan persona y no número. Obsérvese que presentan dos alomorfos, según si la palabra empieza con consonante o vocal. El plural de una persona gramatical se marca mediante un sufijo de plural (el singular no se marca).

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Cuadro 12.2

Prefijos de Juego A (ergativos o posesivos) y sufijos de plural /_c

/_v

Plural

1

j-

jk- / k-

-tik

2

a-

aw-

-ik

3

s-

y-

-ik

Fuente: elaboración propia.

Vamos a ver que uno de los problemas centrales de este estudio concierne al análisis de un prefijo de juego a de tercera persona (a3) que aparece sobre ciertas formas no finitas. Muestro que este prefijo se origina como marca de posesión, pero que se reanaliza como prefijo ergativo neutralizado. 12.3. Las formas no finitas del tseltal en una perspectiva maya 12.3.1. Concepto de finitud

Para los fines de este trabajo, recurro a una concepción bastante tradicional de la finitud según la cual ésta es una propiedad esencialmente de los verbos (aunque no necesariamente lo sea), presente en muchas lenguas del mundo pero no en todas. Se habla de un verbo finito cuando éste toma determinada marcación morfológica que lo identifica como núcleo predicativo principal de una oración, esto es, cuando­ está plenamente conjugado (Nikolaeva, 2007a, 2007b). Esta marcación puede incluir categorías gramaticales muy variadas según las lenguas, pero en tseltal, al igual que en español, se considera que un verbo es plenamente finito cuando lleva marcas de persona y de tiempo/aspecto. La omisión de estas marcas indica que el verbo toma formas no finitas, como por ejemplo los infinitivos del español. Entre las diversas formas no finitas que pueden existir, conviene hacer la distinción entre los sustantivos verbales, que son propiamente nominalizaciones, y los infinitivos, que son formas verbales que aparecen en determinados contextos sintácticos dependientes (subordinados). Adopto para el concepto de “infinitivo” la definición de Noonan (2007: 67):2 2

En inglés en el original: “[Infinitives are] verb-like entities that do not bear syntactic relations to their notional subjects; i.e. their subjects do not take nominative case marking or condition verb agreement

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[Los infinitivos son] entidades de tipo verbal que no llevan una relación sintáctica con su sujeto nocional; es decir, su sujeto no toma la marcación de caso nominativo o no condiciona concordancia verbal [...], y tampoco está marcado en el caso genitivo, como podría estar marcado un sujeto de una nominalización. Los sujetos nocionales de los infinitivos son típicamente omitidos por correferencia con el sujeto­del predicado principal [omisión del mismo sujeto], ascendidos, o hechos­el objeto de una adpo­ sición [...]. Pero ya que los infinitivos son de tipo verbal, las relaciones que establezcan con sus objetos [...] son las mismas que las establecidas por verbos en cláusulas independientes. [la traducción es mía.]

El problema puede residir en que, según el contexto sintáctico en el que aparece­, una misma forma puede a veces funcionar más como una nominalización o más como un infinitivo. Ésta es precisamente la dificultad inherente a la identificación de infinitivos en varias lenguas del mundo, y lo que los conforma muchas veces como una categoría mixta, intermedia. Por esta misma dificultad, uso en este traba­ jo el término “forma no finita”, como una estrategia terminológica que permite dejar en la indeterminación la oposición “sustantivo verbal” versus “infinitivo”. 12.3.2. La finitud en algunas lenguas mayas

En la introducción hice alusión al hecho de que, en varias lenguas mayas descritas en la literatura, destaca la ausencia de infinitivos propiamente transitivos. Siguiendo la definición de Noonan (2007), esto significa que no se presentan formas no finitas derivadas de verbos transitivos que conserven inalterada su relación sintáctica con su objeto. Ilustro aquí este punto con datos del chol (Vázquez Álvarez, 2007; véase también­el capítulo 11). El chol posee infinitivos intransitivos derivados mediante­ un sufijo -el, como en 7. 3

3

[...], nor are they marked in the genitive case, as a subject of a nominalization might be marked. The notional subjects of infinitives are typically equi-deleted, raised, or made objects of adpositions [...]. But because infinitives are verb-like, the relations that they may establish with their objects [...] are the same as those established by verbs in s-like complements”. Vázquez Álvarez (véase el capítulo 11) muestra que estas formas presentan ciertas propiedades de los sustantivos, por lo cual el sufijo -el, en una perspectiva tipológica, debe verse como una estrategia de nominalización, y estas formas no finitas pueden considerarse, al menos parcialmente, como sustantivos verbales. Sin embargo, respeto aquí la decisión de ese autor de llamarlas “infinitivos”, en razón de que presentan también divergencias gramaticales notables para con los sustantivos canónicos.

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En cambio, los verbos transitivos no aceptan directamente­este sufijo, con o sin objeto, tal como se ilustra en la imposibilidad de 8.4 (7)

chol mi k-mulañ-Ø [wäy-el] inc a1-gustar-b3 dormir-nf ‘Me gusta dormir.’

(8) chol a. * mi k-mulañ-Ø [ch’äl-el] inc a1-gustar-b3 adornar-nf Lectura buscada: ‘Me gusta adornar.’ b. * mi k-mulañ-Ø [ch’äl-el k-otyoty] inc a1-gustar-b3 adornar-nf a1-casa Lectura buscada: ‘Me gusta adornar mi casa.’

La única manera en que las raíces transitivas acepten el sufijo -el es mediante la intransitivización sintáctica por medio del pasivo, como en 9, o del antipasivo, como en 10. (9)

chol mi k-mulañ-Ø [ch’äl-el] inc a1-gustar-b3 adornar-nf ‘Me gusta ser adornado (por ejemplo, que me vistan de manera elegante).’

(10)

chol mi k-mulañ-Ø [ch’äl-oñ-el] inc a1-gustar-b3 adornar-ap-nf ‘Me gusta adornar (cosas o gente).’

De forma interesante, no existe manera, en chol, de construir un infinitivo tran­sitivo que mantenga la relación sintáctica con su objeto. Si se quiere decir el equivalente a ‘me gusta adornar mi casa’, no se puede usar un infinitivo, sino otra 4

Agradezco a Juan J. Vázquez Álvarez y Pedro Gutiérrez Sánchez la discusión de los ejemplos de chol de esta sección.

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construcción, que es una cláusula sin aspecto que tiene marcas de persona que hacen correferencia a los argumentos del predicado, como en 11. (11)

chol mi k-mulañ-Ø [k-ch’äl-Ø k-otyoty] inc a1-gustar-b3 a1-adornar-b3 a1-casa ‘Me gusta adornar mi casa.’

Las cláusulas sin aspecto son comunes en muchas lenguas mayas: vienen siendo­ un equivalente funcional de los infinitivos transitivos en otras lenguas. Este tipo de construcción se ha analizado con pormenores al menos en q’anjob’al (Mateo Toledo, 2005; véase también el capítulo 9), mam (véase el capítulo 10) y chol (Vázquez Álvarez 2007; véase también el capítulo 11). Los verbos sin aspecto llevan marcas de persona, que son eventualmente diferentes a las marcas personales que reciben los verbos matrices (por ejemplo, en mam y q’anjob’al, toman un patrón de marcación con ergatividad escindida), y su interpretación aspecto-temporal depende del contexto sintáctico del verbo matriz. En ciertos casos, la morfología revela su carácter dependiente en el nivel sintáctico, ya sea que lleven morfemas especiales o que, por el contrario, carezcan de algún morfema propio de los verbos independientes (como en el caso del chol, los verbos sin aspecto carecen de los “sufijos de estatus” de los verbos independientes). En síntesis, los verbos sin aspecto­ son formas intermedias entre verbos finitos e infinitivos. De manera similar a la forma chol del ejemplo 10, en mam se usan infinitivos transitivos de tipo antipasivo. El objeto puede ser expresado con estos infinitivos, pero de forma oblicua, encabezado por el sustantivo relacional ee (véase el capítulo­10), lo cual no tiene equivalente en chol. (12) mam n=ch=ul aaj=x=kya xjaal tzluu’ [b’inchaa-l inc=b3pl=dir regresar=siempre=3pl.enf gente aquí hacer-inf t-ee] a3sg-sr:pac ‘Viene la gente aquí a hacerlo.’

Finalmente, en k’ichee’, se usan formas no finitas pasivas de los verbos transitivos, como en el ejemplo 13 (Mondloch, 1981: 143). [La traducción y adaptación de glosas es mía]

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(13) k’ichee’ x-ix-b’ee [pa kuna-x-ik] com-b2pl-ir p curar-pas-nf ‘Ustedes fueron a ser curados.’



La forma no finita pasiva del ejemplo 13 es similar al infinitivo pasivo del chol del ejemplo 9: lleva un morfema explícito de pasivo, en este caso el sufijo -x, que es el mismo que se usa en los verbos finitos. Asimismo, el verbo presenta el sufijo -ik (/-iik), que Mondloch analiza como un nominalizador. Para expresar infinitivos transitivos, el k’ichee’ usa este mismo tipo de infinitivos pasivos, pero con prefijo de posesión: el poseedor codifica entonces al paciente, tal como se ilustra en 14 (Mondloch, 1981: 142).[La traducción y adaptación de glosas es mía] (14) k’ichee’ x-Ø-ki-maji-j [qa-yaaj-iik] com-b3sg-a3pl-empezar-vt a1pl-regañar.pas-nf ‘Empezaron a regañarnos.’ (Lit. ‘Empezaron nuestro ser-regañados.’)

Se observa, en 14, el prefijo de posesión qa- de primera persona plural sobre el infinitivo pasivo, que codifica efectivamente al paciente semántico de ese verbo no finito. El carácter pasivo de ese verbo es marcado por el alargamiento de la vocal de la raíz verbal cvc en cvvc, lo cual es el mecanismo regular para ese tipo de verbos. Nótese que en el ejemplo 14 opera un mecanismo de control estructural­ (Stiebels 2007) entre el sujeto del verbo principal y el agente del infinitivo pasivo, ya que el sujeto matriz y el agente subordinado deben ser correferenciales, lo que implica que este ejemplo no se interprete como “empezaron a (hacer) que seamos regañados (por otra persona)”. Falta averiguar, para el caso del k’ichee’, si se trata de un mecanismo sólo pragmático, que pudiera ser cancelado bajo las circunstancias­ adecuadas, o si se trata en efecto de un mecanismo sintáctico sistemático. En esta sección ilustré varias maneras en que diferentes lenguas mayas evitan la formación de infinitivos propiamente transitivos, principalmente usando formas antipasivas y/o pasivas, y reintroduciendo eventualmente el argumento paciente me­ diante un sustantivo relacional, o codificándolo como poseedor. Es relevante recor­ dar asimismo que varias lenguas mayas favorecen otra estrategia en lugar de infinitivos transitivos: el uso de verbos sin aspecto y con persona, más cercanos a los verbos finitos.

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12.3.3. Las formas no finitas del tseltal

El tseltal tiene formas no finitas en parte semejantes a las de las otras lenguas mayas, pero en ciertos ámbitos muestra innovaciones notorias. Primero, se observa que el tseltal comparte con el chol el sufijo -el que deriva formas no finitas, compárese el ejemplo 15, del tseltal, con el ejemplo 7, del chol. (15) ya j-mulan-Ø [way-el] inc a1-gustar-b3 dormir-nf ‘Me gusta dormir.’

Pero a diferencia del chol, el tseltal permite el uso de este mismo sufijo -el con los verbos transitivos, como en 16. Sin embargo, en este caso, la interpretación es obligatoriamente pasiva. Es decir, el morfema -el, en tseltal, en las formas transitivas tiene dos funciones, la de pasivo y la de no finito (compárese el ejemplo 16, del tseltal, con el ejemplo 9, del chol). (16) ya j-mulan-Ø [jot’-el] inc a1-gustar-b3 rascar-nf.pas ‘Me gusta ser rascado.’ Lectura imposible: ‘Me gusta rascar.’

Es probable que las formas VT-el hayan resultado históricamente de la evolución de formas morfológicamente pasivas, en las que el morfema de pasivo desapareció.5 Analizo, por lo tanto, el sufijo -el sobre los verbos transitivos como marcando­ “no finito pasivo”. Por otro lado, los verbos transitivos pueden derivar sustantivos verbales de tipo antipasivo. No existe un sufijo tan general como -el para esta función, sino que hay una variedad de sufijos posibles. El más frecuente, con las raíces transitivas cvc, es el sufijo -aw, como en el ejemplo 17 (compárese con el ejemplo 10, del chol).

5

Nótese, por ejemplo, en k’ichee’, que las raíces transitivas cvc terminadas con glotal no permiten el alargamiento, que es el procedimiento regular de marcación del pasivo con ese tipo de raíces. Por lo tanto, el infinitivo pasivo se forma aparentemente sobre la misma raíz transitiva, sin modificación (Mondloch, 1981: 132): ya, “dar” > ya’-ik, “ser dado”. Algo similar ocurriría en el caso del tseltal, pero de manera generalizada para todo tipo de raíces.

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(17) ya j-mulan-Ø [jot’-aw] inc a1-gustar-b3 rascar-nom.ap ‘Me gusta rascar.’

No se puede expresar el paciente con el infinitivo VT-el, tal como se ilustra en la agramaticalidad de 18, lo que no resulta del todo sorprendente, ya que se trata de formas pasivizadas que, por lo tanto, no mantienen la misma relación sintáctica­ con el objeto que presentan los verbos activos. (18) * ya j-mulan-Ø [jot’-el j-jol] inc a1-gustar-b3 rascar-nf.pas a1-cabeza Lectura buscada: ‘Me gusta rascarme la cabeza.’

Sin embargo, en tseltal se puede usar estas formas VT-el con una marca de posesión de tercera persona, como en 19. (19) ya j-mulan-Ø [s-jot’-el j-jol] inc a1-gustar-b3 a3-rascar-nf.pas a1-cabeza ‘Me gusta rascarme la cabeza.’

En principio, el constituyente entre corchetes, en el ejemplo 19, es en efecto, formalemente idéntico a una estructura normal de posesión nominal, como se ilustra en 20; es decir, se podría interpretar como un sustantivo poseído con prefijo de posesión seguido de la fn dependiente que refiere al poseedor. (20) ya j-mulan-Ø [s-na Xun] inc a1-gustar-b3 a3-casa Juan ‘Me gusta la casa de Juan.’

Nótese, además, que tanto en el caso del infinitivo en 19 como en el de los sustantivos poseídos, la fn que refiere tanto al objeto como al poseedor puede ser omitida en cada caso, tal como se muestra en 21a y 21b, respectivamente. (21) a. ya j-mulan-Ø inc a1-gustar-b3 ‘Me gusta rascarlo.’

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[s-jot’-el] a3-rascar-nf.pas

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b. ya j-mulan-Ø [s-na] inc a1-gustar-b3 a3-casa ‘Me gusta su casa.’

Debido a la similitud formal, resulta obvio que el tipo de cláusula no finita en 19 (o 21a) surge en principio de una estructura de posesión en la que el infinitivo es tratado como un sustantivo poseído. Sin embargo, en este trabajo muestro que esta construcción de infinitivo con forma A3-VT-el (siendo a3 el prefijo de juego a de tercera persona, de forma s‑/y‑), no puede ser analizada sincrónicamente como una estructura de posesión sino como verdaderos infinitivos transitivos, en los que la fn que corresponde semánticamente al paciente de ese verbo funciona como un objeto sintáctico, y no como un poseedor, y en los que la marca de posesión s‑/y‑ se ha reanalizado como un índice de argumento agente y, en algunos de los dialectos, ya no tiene función pronominal. Uno de los argumentos que esgrimo es que, en este preciso contexto sintáctico —objeto de un verbo transitivo que acepta típicamente complementos clausales (o “proposicionales”)— no se puede usar poseedores de primera o segunda persona,­ a diferencia del k’ichee’ (véase el ejemplo 14). Esto se demuestra en la agramaticalidad de 22: (22) * ya j-mulan-Ø [a-jot’-el] inc a1-gustar-b3 a2-rascar-nf.pas Lectura buscada: ‘Me gusta rascarte.’

Muestro más adelante que las formas A3-VT-el de los ejemplos 19 y 21a resultan­ser verdaderos infinitivos transitivos, y que la fn que corresponde semánticamente al paciente de ese verbo funciona como un objeto sintáctico, y no como un poseedor. Para codificar un paciente de primera o segunda persona en cláusulas no finitas,­el tseltal emplea otro tipo de forma no finita, en la que el verbo toma el sufijo -bel, como en 23.6 Estas formas VT-bel se flexionan con persona, pero no toman aspecto. Tienen, por lo tanto, un parecido con las cláusulas sin aspecto presentes en varias lenguas mayas comentadas con anterioridad (véase el ejemplo 11). En este trabajo, a este tipo de formas las denomino “inaspectuales” o formas con persona y sin aspecto. 6

Este ejemplo resulta muy propio de la variante tseltal de Oxchuc. Muestro las estrategias usadas por otras variantes más adelante, en la sección “los infinitivos transitivosen una perspectiva dialectal”.

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(23) ya j-mulan-Ø [j-jot’-bel-at] inc a1-gustar-b3 a1-rascar-nf.tr-b2 ‘Me gusta rascarte.’

En síntesis, el tseltal presenta las formas verbales no finitas que aparecen en el cuadro 12.3. Cuadro 12.3

Tipos de formas no finitas en tseltal a. Intransitiva

vi-el

way-el “dormir”

b. Intransitiva antipasiva

vt-aw

jot’-aw

“rascar”

c. Intransitiva pasiva (sin persona)

vt-el

jot’-el

“ser rascado”

d.Transitiva con objeto de 3ª persona

a3-vt-el

s-jot’-el

“rascarlo”

e.Transitiva inaspectual

a-vt-bel-b

j-jot’-bel-at “yo-rascarte”

Fuente: elaboración propia.

El carácter innovador del tseltal en la familia maya se observa en la aparición de verdaderos infinitivos transitivos (d) por reanálisis de formas pasivas poseídas, y en la existencia de las formas inaspectuales (e) que, aunque resulten semejantes a los “verbos sin aspecto” de otras lenguas mayas, presentan diferencias significativas­ con aquellos, como se muestra más adelante (véase el cuadro 12.3). A continuación, empiezo mostrando los contextos en los que las formas no finitas del tseltal muestran rasgos nominales. Esto me permitirá más adelante, en la sección “usos de las formas no finitas”, distinguir los usos infinitivales propiamen­ te­ dichos. 12.4. Usos como sustantivos verbales

Para entender el surgimiento de infinitivos transitivos a partir de formas pasivas poseídas, es importante recalcar el hecho de que tanto las formas no finitas intransitivas vi‑el, como las antipasivas vt-aw y las pasivas vt-el tuvieron su origen en

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nominalizaciones verbales, lo que explica a su vez la presencia de prefijos posesivos como marcadores de argumentos.7 El carácter nominal de estos tres tipos de formas se comprueba al menos mediante­las pruebas enlistadas en 24. (24) Pruebas de nominalidad de los sustantivos verbales a. Pueden ser poseídos (con prefijos de juego a). b. Pueden aparecer en cualquier posición argumental. c. Pueden funcionar como predicados no verbales. d. Pueden tomar modificadores propios de los sustantivos como los adjetivos, numerales y cláusulas relativas. e. Pueden tomar morfología nominal.

A continuación, ilustro sucintamente estas propiedades con algunos ejemplos. De 25 a 28 se muestran formas no finitas intransitivas y pasivas en diversas posiciones argumentales: sujeto de predicado no verbal existencial, en 25 y 26; sujeto de verbo transitivo, en 27, y objeto de verbo transitivo, en 28. Se comprueba que estas formas no finitas pueden funcionar como argumento de cualquier tipo de predicado, de la misma forma que los sustantivos en general. (25) jich=me ay-Ø te xiw-el yael te namey=e así=ins ext-b3 det tener.miedo-nf aprox det antaño=enc ‘Así era el miedo en aquel entonces.’ (Txt) (26) teme la s-ta-at chamel=e, may-uk-Ø si com.t a3-encontrar-b2sg enfermedad=enc neg+ext-irr-b3 poxtay-el curar-nf.pas ‘Si te enfermabas, no había curación [no había (la posibilidad de) ser curado].’(Txt)

7

Me concentro aquí sobre todo en las formas no finitas intransitivas vi-el y pasivas vt-el, y descuido en cambio un poco la descripción de las formas no finitas antipasivas vt-aw, por razón de espacio. Estas formas vt-aw pertenecen en realidad al grupo más amplio de los “sustantivos de acción”, que son sustantivos que codifican actividades agentivas (como “bailar”, “cantar”, “trabajar”, etcétera.). En tseltal, estos son categorialmente sustantivos, aunque funcionen en ciertas construcciones como el núcleo semántico de predicaciones inergativas.

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(27) bayal ya y-ak’-Ø mel.’ot’an te uts’in-el=e mucho inc a3-dar-b3 angustia det hostigar-nf.pas=enc ‘El ser hostigado (el hostigamiento) provoca mucha angustia.’ (28) ma la jk-il-tik-Ø=ix te mero mosoin-el=e neg com.t a1-ver-pl1-b3=ya det mero tomar.de.mozo-nf.pas=enc ‘Ya no vimos la verdadera explotación como mozos.’ (Txt)

Nótese que las formas no finitas subrayadas vienen determinadas por la circunclisis­ determinante te...=e en 25, 27 y 28, la cual típicamente acompaña a los sustantivos definidos. Sin embargo, la circunclisis no se puede emplear como criterio discreto para determinar nominalidad, ya que puede también señalar subordinación­de cláusula y/o sirve para destacar toda clase de constituyentes topicales,­no exclusivamente sustantivos. En cambio, la posesión, que se señala mediante los prefijos personales de juego­ a (véase el cuadro 12.2), sí funciona como criterio claro de nominalidad, a pesar de que estos mismos prefijos codifican al agente (ergativo) de los verbos transitivos.8 En el ejemplo 29 se ilustran formas no finitas intransitivas poseídas, en posición de objeto del verbo jojk’i, “preguntar”.9 (29)

ja’-Ø Ø-tal foc-b3 com.in-venir

j-jojk’i-b-at te s-kuxin-el=e, a1-preguntar-ben-b2sg det a3-vivir-nf=enc

te s-ch’i-el=e, te s-kol-el=e det a3-crecer-nf=enc det a3-salvarse-nf=enc ‘Vine a preguntarte (por) su vida, su crecimiento, su salvación.’ (Txt)

En la seccion sobre las formas no finitas del tseltal, mostré que las formas no finitas pasivas vt-el pueden ser poseídas en tercera persona, pero que, al menos en los contextos que llamo “infinitivales”, no pueden ser poseídas en primera o segunda persona. Ahora, se observa que fuera de esos contextos sí pueden serlo. En 8

Efectivamente, estas dos funciones no se suelen confundir, ya que la función ergativa sólo se manifiesta sobre verbos transitivos en cláusulas finitas y sobre las formas inaspectuales vt-bel. 9 Nótese que no hay ergatividad escindida generalizada en tseltal, como sí la hay en otras lenguas mayas, como el chol; en este fenómeno, los prefijos ergativos/posesivos de juego a marcan también el sujeto de verbos intransitivos en determinados contextos sintácticos, en lugar de las marcas absolutivas esperadas; sin embargo, se presenta más adelante un caso limitado de ergatividad escindida en tseltal, (véase el ejemplo 40).

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este caso, el poseedor siempre se interpreta como el paciente, tal como se ve en los ejemplos 30 y 31. (30) bayal-Ø a-mulan-el mucho-b3 a2-apreciar-nf.pas ‘Eres muy apreciado (es mucho tu ser-apreciado).’ (31) ma k-uts’in-el-uk-Ø yilel=a te bit’il neg a1-molestar-nf.pas-irr-b3 al.parecer=adv det cómo te la k-ich’-Ø suj-el=a=e det com.t a1-recibir-b3 obligar-nf.pas=adv=enc ‘Visiblemente no fue en perjuicio mío (no fue mi ser-molestado) el que me hayan obligado (a aprender a hacer ollas).’ (Txt)

Se comprueba que el poseedor de segunda persona, en el ejemplo 30, y el de primera persona, en 31, codifican al paciente, y no al agente. Estas formas verbales nominalizadas siguen funcionando con una orientación pasiva, es decir, con el agente suprimido de la cláusula. El ejemplo 31 ilustra, de paso, el caso de una forma vt-el predicativa y negada. Por ser negada, esta forma toma el sufijo de irrealis -uk (una propiedad de los predicados no verbales negados, tal como se mostró en la sección “introducción al tseltal”). El hecho de que puedan usarse como predicados no verbales es otro rasgo que hace similares estas formas no finitas a los sustantivos. Esta posibilidad se emplea de manera sistemática para construir predicaciones­habituales con base en las formas no finitas, tal como se muestra en el ejemplo 36, más adelante. Otro argumento fuerte que demuestra la nominalidad de estas formas no finitas­viene del hecho de que pueden ser modificadas sintácticamente por otros elementos típicos de los sintagmas nominales, como adjetivos atributivos, numerales y cláusulas relativas. En el ejemplo 32, aparece una forma no finita pasiva con un adjetivo atributivo y una cláusula relativa entre corchetes, ambos elementos en su posición canónica pre y posnominal, respectivamente. En 33, se observan dos formas no finitas, intransitiva y antipasiva, precedidas por el numeral jun, “uno”. (32) ja’-Ø te muk’-ul koltay-el [te ya foc-b3 det grande-atr ayudar-nf.pas det inc aw-ak’-b-otik=e] a2-dar-ben-b1pl=enc ‘Ésa es la gran ayuda que nos das.’ (Txt)

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(33) ma=me x-a-sol-es-b-otik tal jun laj-el neg=ins mod-a2-pasar-caus-ben-b1pl dir:venir uno morir-nf k-ajwal, jun mil-aw k-ajwal a1-dueño uno matar-nom.ap a1-dueño ‘No nos vayas a dejar pasar una muerte Señor, un asesinato Señor.’ {Txt, Sitalá}

Finalmente, resulta común encontrar afijos nominales asociados al lexema que expresan las formas no finitas. Lo ilustro aquí con el prefijo derivativo j-,10 que produce sustantivos que refieren a personas u oficios relacionados con la acción que denota la base nominal de donde se deriva. Por ejemplo: yan-lum, “otra-tierra” deriva j-yan-lum, “extranjero” (Slocum et al., 1999: 62). Este mismo prefijo permite derivar sustantivos que refieren a la entidad que realiza el evento denotado por el sustantivo verbal: intransitivo (34a), antipasivo (34b) o pasivo vt-el (34c). (34)

a. VI-el an-el ‘huir’ j-’an-el ‘fugitivo’ b. VT-aw chuk-aw ‘amarrar’ j-chuk-aw ‘amarrador’ c. VT-el chuk-el ‘ser amarrado’ j-chuk-el ‘preso’

El contraste semántico es claro entre la forma antipasiva vt-aw de 34b y la forma pasiva vt-el, de 34c: en el primer caso, el sustantivo derivado denota un agente, y en el segundo, un paciente. Si contrastamos el carácter nominal de estas tres formas no finitas monovalentes con el comportamiento diferente de las formas inaspectuales vt-bel, éstas dan un resultado negativo respecto a la mayoría de las pruebas de nominalidad, no pueden ser modificadas por un adjetivo o por una cláusula relativa, y no pueden tomar morfología nominal adicional. Obsérvese también, al respecto, 35a, donde la forma en cuestión no puede funcionar como argumento sujeto de un predicado no verbal;11 en su lugar, debe usarse una cláusula finita, como en 35b.12 (35) a.* lek-Ø te a-kolta-bel-on=e bueno-b3 det a2-ayudar-nf.tr-b1sg=enc Lectura buscada: ‘Es bueno que me ayudes (tu ayudarme).’ 10 11

12

Cognado con el prefijo aj-, presente en otras lenguas mayas, como el chol, el mam y otras lenguas yucatecanas. El caso de la construcción progresiva, en la que el auxiliar yakal puede tomar de sujeto una forma inas­pectual, sería una excepción. Asimismo, los auxiliares fasales, como jajch, “empezar” y laj, “terminar” también pueden tomar de sujeto una forma inaspectual. Tampoco tiene sentido probar si las formas inaspectuales pueden ser poseídas, ya que siempre llevan un prefijo del juego a en referencia cruzada con el agente.

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b. lek-Ø te ya a-koltay-on=e bueno-b3 det inc a2-ayudar-b1sg=enc ‘Es bueno que me ayudes.’

Sin embargo, es posible comprobar que estas formas inaspectuales tampoco son completamente verbales, y que de alguna manera se encuentran a mitad de camino entre las formas plenamente finitas y las infinitivas. Ilustro esto por medio de tres construcciones particulares: la de “predicación habitual”, la de “subordinación adverbial” y la de “origen temporal”. La que llamo “predicación habitual” es una construcción en la que se usa una forma no finita para expresar un hecho de carácter habitual. Siempre aparece junto­ al elemento adverbial puro, tomado prestado del español y que se usa en tseltal en su sentido restrictivo de “sólo, únicamente”. En esta construcción, las formas vI-el, vt-aw y vt-el aparecen con un sufijo personal absolutivo, es decir, como predicados­no verbales de origen nominal, y las formas vt-bel requieren de sus marcas de persona: (36) a. VI-el: puro way-el-at puro dormir-nf-b2sg ‘Sólo te dedicas a dormir (‘Eres puro dormir’).’ b. VT-aw: puro ut-aw-on puro regañar-nom.ap-b1sg ‘Todo el tiempo regaño (‘soy puro regañar’).’ c. VT-el: puro uts’in-el-on puro molestar-nf.pas-b1sg ‘Todo el tiempo me molestan (‘soy puro ser molestado’).’ d. VT-bel: puro aw-uts’in-bel-on puro a2-molestar-nf.tr-b1sg ‘Todo el tiempo me molestas (‘es puro tú molestándome’).’

Por lo tanto, éste es un contexto en el que se usa una forma inaspectual donde se espera una forma nominal no finita usada como predicado no verbal. Lo mismo sucede en la construcción de subordinación adverbial, cuando ciertos elementos

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adverbiales toman formas no finitas predicativas.13 Para los fines de este estudio, sólo interesa el caso de los clíticos adverbiales =ix, “ya”, y =to, “todavía”.14 Estos dos últimos elementos, por su carácter de enclíticos, se colocan después de la forma no finita y producen una interpretación no predecible (y que no se da con otros tipos de palabras) de inminencia (“estar a punto de...”) y de pasado inmediato (“acabar de...”), respectivamente. (37) a. VI-el: lok’-el-on=to salir-nf-b1sg=todavía ‘Acabo de salir.’ b. VT-el: poxtay-el-on=ix curar-nf.pas-b1sg=ya ‘Estoy a punto de que me curen.’ c. VT-bel: k-il-bel-at=to a1-ver-nf.tr-b2sg=todavía ‘Te acabo de ver.’ d. VT-bel: j-mil-bel-Ø=ix j-ba ta s-pas-el a1-matar-nf.tr-b3=ya a1-rr p a3-hacer-nf.pas ‘Estaba yo cerca de matarme haciéndolo.’ (Txt)

De nuevo se puede notar el paralelo entre formas inaspectuales y otras formas no finitas usadas como predicados no verbales. Se puede confirmar el carácter de predicado no verbal para las formas inaspectuales en esta construcción, ya que, al ser negadas, toman el sufijo de irrealis -uk, como en 38, al igual que las demás formas no finitas, como en 39 (véase también el ejemplo 31).

13 14

Con excepción de las formas antipasivas vt-aw. Fuera de estos clíticos, esta construcción se usa con algunos adverbios de manera, y más específicamen­ te, los adverbios que caracterizan el grado de rapidez o inmediatez del evento, como toj “rápidamente­” (literalmente, “directamente”), bebel, “poco a poco”; ajk’-nax, “en un ratito”; animal, “rápido, con pri­sa”; etcétera, como en el ejemplo i.



(i) toj k’ax-el-Ø ta j-jol directamente pasar-nf-b3 p a1-cabeza ‘Rápido se me va de la cabeza.’ {Txt}

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(38) ma k-il-bel-uk-at=to neg a1-ver-nf.tr-irr-b2sg=todavía ‘No te acabo de ver.’ (39) ma jajch’-el-uk-Ø=to tel k-ajwal neg empezar-nf-irr-b3=todavía dir:venir a1-señor ‘No es que acaba apenas de empezar Señor.’ (Txt)

He mostrado que en el contexto de las construcciones de predicación habitual y de subordinación adverbial, las formas inaspectuales funcionan como formas no finitas transitivas predicativas. Ahora, existe otro contexto en el cual estas mismas formas inaspectuales son equivalentes a las formas no finitas poseídas. Ésta es la construcción de “origen temporal”, en la que las formas no finitas aparecen después de una expresión temporal, que refiere siempre a una extensión temporal, a partir de la cual toma lugar el evento referido por la forma no finita. Las expresiones temporales de este tipo se traducen como: ‘hace x tiempo que...’, ‘ya pasaron dos meses (desde) que...’, etcétera. En esta construcción, se usan las formas no finitas poseídas, tanto las intransitivas como las pasivas, como se muestra en los ejemplos 40a y 40b; las formas vt-bel —que de por sí llevan prefijos de juego a en referencia cruzada con el agente— aparecen sin modificación, como en 40c.15 (40) a. VI-el: ay-Ø=ix cheb u a-lok’-el ext-b3=ya dos mes a2-salir-nf ‘Hace dos meses que saliste.’ b. VT-el: ay-Ø=ix cheb u s-mil-el ext-b3=ya dos mes a3-matar-nf.pas ‘Hace dos meses que fue matado.’ c. VT-bel: ay-Ø=ix cheb u j-kolta-bel-at ext-b3=ya dos mes a1-ayudar-nf.tr-b2sg ‘Hace dos meses que te ayudé.’

15

Nótese que éste es un patrón nominativo-acusativo, ya que las formas intransitivas (incluyendo la pasiva) marcan su sujeto con un prefijo de juego a, al igual que las formas transitivas, como la de 40c.

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Estas construcciones resultan importantes para entender el lugar exacto que ocupan las formas inaspectuales en la gramática del tseltal. Ciertamente, no son sustantivos verbales, y sin embargo, comparten con las demás formas no finitas ciertos contextos que identifican a estas últimas como nominales: el hecho de que pueden funcionar como predicados no verbales y de que pueden ser poseídas. Además, mostré que estas formas inaspectuales comparten un rasgo propio de los predicados no verbales: el de tomar el sufijo de irrealis ‑uk en contexto de negación. Por lo tanto, las formas inaspectuales quizá sean mejor caracterizadas como un tipo de participios, perteneciendo a un mismo paradigma gramatical que las demás formas no finitas. Esto no impide, sin embargo, que exista un claro contraste de nominalidad entre esas formas, asumiendo que la oposición entre categorías léxicas puede ser descrita en términos graduales, las formas inaspectuales son básicamente­ más verbales, o menos nominales, que las demás formas no finitas. 12.5. Usos de las formas no finitas

En síntesis, he mostrado hasta ahora que el tseltal posee cinco tipos de formas no finitas. Tres de éstas, que se derivan mediante un simple sufijo de un tema verbal y son sintácticamente monovalentes, presentan un carácter nominal, es decir, son básicamente sustantivos verbales: intransitiva vI-el, antipasiva vt-aw y pasiva vt-el. Asimismo, existe un infinitivo que se manifiesta superficialmente como una forma no finita pasiva poseída en tercera persona, A3-vt-el, aunque voy a mostrar mas adelante que funciona realmente como infinitivo transitivo activo. Por último, la forma transitiva inaspectual vt-bel constituye un caso intermedio entre verbos finitos y sustantivos verbales, ya que lleva los mismos afijos ergativo y absolutivo que los verbos conjugados pero que carece de marcación aspectual y aparece en los mismos contextos sintácticos que las demás formas no finitas. En esta sección, presento los contextos en los que las formas no finitas funcionan como núcleos de cláusulas no finitas, razón por la que los llamo contextos “infinitivales”. Concretamente, voy a distinguir cuatro construcciones con los usos que presentan estas formas no finitas en el tseltal de Oxchuc, tal como se sintetiza en el cuadro 12.4. A continuación, pasaré a estudiar cada una de estas construcciones.

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Cuadro 12.4

Contextos sintácticos de uso de las formas no finitas Forma no finita

Construcción progresiva yakal (ta)...

Cláusula de comCláusula no Ascensión con plemento no finita finita encabezada verbo impersonal (objeto de verbo por la preposición transitivo) ta

Intransitiva VI-el









Transitiva antipasiva VT-aw









Transitiva pasiva VT-el (sin persona)









Transitiva activa A3-VT-el









Transitiva activa inapectual VT-bel









Fuente: elaboración propia.

12.5.1. Construcción progresiva

El aspecto progresivo es uno de los contextos en los que las formas no finitas se uti­lizan de forma más sistemática. Este aspecto se codifica mediante el auxiliar yakal, el cual lleva un sufijo absolutivo que expresa el sujeto nocional de la cláusula­, más un complemento no finito encabezado por la preposición ta.16 En estas formas, hay ascensión del sujeto del complemento a la posición de sujeto del auxiliar. En 41 el ejemplo, se ilustra el aspecto progresivo con las formas no finitas monovalentes­: intransitiva, antipasiva y pasiva. 16

El elemento ta es la preposición genérica del tseltal que encabeza todo tipo de constituyentes adverbia­les locativos, de instrumento y de manera, en general. Véase la sección 12.5.3. Más adelan­te­sobre otros tipos de constituyentes no finitos encabezados por ta. Un punto que no trato en este trabajo es que este elemento ta es generalmente opcional en el tseltal de Oxchuc.

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(41) a. yakal-on [ta lok’-el] prg-b1sg p salir-nf ‘Estoy saliendo.’ b. yakal-on [ta tsak-aw] prg-b1sg p agarrar-nom.ap ‘Estoy agarrando (a gente).’ c. yakal-on [ta tsak-el] prg-b1sg p agarrar-nf.pas ‘Estoy siendo agarrado.’

Igualmente, en esta construcción se emplean infinitivos transitivos con objeto de tercera persona (A3-VT-el), como en 42a. La agramaticalidad de los ejemplos 42b y 42c recuerda que estas formas no aceptan marcas del juego a para primera y segunda persona. (42) a. yakal-on [ta s-tsak-el] prg-b1sg p a3-agarrar-nf.pas ‘Estoy agarrándolo.’ b. * yakal-at [ta j-tsak-el] prg-b2sg p a1-agarrar-nf.pas Lectura buscada: ‘Estás agarrándome.’ c. * yakal-on [ta a-tsak-el] prg-b1sg p a2-agarrar-nf.pas Lectura buscada: ‘Estoy agarrándote.’

En lugar de 42b y 42c, el tseltal usa las formas inaspectuales vt-bel. Éstas, y sólo éstas, pueden construirse en aspecto progresivo de dos maneras. Por una parte,­ pueden aparecer como sujeto del auxiliar yakal; en este caso, el auxiliar lleva un sufijo nulo de tercera persona, y no aparece la preposición ta, como en 43a, y por otra parte, pueden aparecer con ta, y el auxiliar lleva entonces un sufijo personal en referencia cruzada con el sujeto (ergativo), como en 43b.17 17

Nótese que, en ciertas variantes de tseltal (por ejemplo, en San Pedro Pedernal, Huixtán), se puede construir el progresivo sin forma no finita como en el ejemplo (ii). Esta construcción es también la

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(43) a. yakal-Ø [j-tsak-bel-at] prg-b3 a1-agarrar-nf.tr-b2sg ‘Estoy agarrándote.’ b. yakal-on [ta j-tsak-bel-at] prg-b1sg p a1-agarrar-nf.tr-b2sg ‘Estoy agarrándote.’

La primera estrategia, la de 43a, es la más generalizada en las diferentes variantes­de tseltal. La estrategia de 43b es una innovación del tseltal de Oxchuc, quizá motivada por la analogía construccional con las formas ejemplificadas en 41 y 42a. El paso de 43a a 43b es similar a lo que se ha descrito como casos de “ascensión” en otras lenguas mayas —sobre todo, a partir del trabajo de Craig (1977) sobre el jakalteko; para una discusión más amplia del fenómeno de ascensión en chol y otras lenguas maya véase el capítulo 11—. De manera resumida, se puede describir de la siguiente manera: el sujeto de la forma inaspectual asciende a la posición de sujeto del predicado matriz —el auxiliar yakal— dejando una copia en el verbo desde el cual asciende (siendo, por lo tanto, un caso de ascensión con copia). Con esta ascensión, se satura la valencia del auxiliar, lo que provoca que la forma inaspectual tenga que ser introducida por la preposición ta. Este análisis en términos de ascensión se puede extender a todos los casos de la construcción progresiva con otros tipos de formas no finitas (véanse los ejemplos 41 y 42). La diferencia es que en estos últimos, la ascensión es sistemática, y no hay construcción alternativa sin ascensión. Nótese que este análisis implica considerar todas las formas no finitas, incluyendo la intransitiva, antipasiva y pasiva, como infinitivos, es decir, como formas no finitas de verbos ocupando el núcleo de una cláusula no finita. Esto contrasta con el carácter claramente nominal de estas formas en otros contextos sintácticos, tal como lo mostré en la sección “Usos como sustantivos verbales”.

que se usa en tsotsil. Es posible que esta estructura se deba a la influencia del tsotsil sobre estas variantes­ tseltales. (ii) yakal j-tsak-at prg a1-agarrar-b2sg ‘Te estoy agarrando.’

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12.5.2. Cláusulas de complemento no finitas

Otro contexto en el que aparecen comúnmente formas no finitas en tseltal es como objeto de verbos transitivos que toman típicamente complementos proposicionales­ o clausales. Algunos verbos matrices, como el verbo mulan, “gustar (de), apreciar” aceptan cláusulas de complemento no finitas (véase la sección Las formas no finitas­ del tseltal). En este caso, opera un mecanismo de control estructural (Stiebels, 2007) del sujeto del verbo matriz sobre el sujeto de la forma no finita. Por ejemplo, en 44, la única interpretación posible es la que se proporciona en la traducción. (44) ya j-mulan-Ø [s-pas-el te k’altik=e] inc a1-gustar-b3 a3-hacer-nf.pas det milpa=enc ‘Me gusta hacer (el trabajo de) la milpa.’ (Txt)

No se puede interpretar el ejemplo 44 como “me gusta que la milpa sea hecha (por alguien)”: el sujeto (agente) nocional de la forma no finita debe ser correferente con el sujeto del verbo matriz “apreciar, gustar”. Con las formas inaspectuales,­ que a diferencia de las demás formas no finitas sí son flexionadas por la persona, se da también un mecanismo de control de tipo “inherente” (Stiebels, 2007) en el cual el sujeto del verbo matriz debe ser correferente con el sujeto del inaspectual (véase el ejemplo 45a). Las oraciones en la que no se da esta correferencia son incorrectas,­tal como se observa en 45b y 45c, donde resulta interesante notar que hay un contraste en el grado de agramaticalidad, a saber: la malformación es menor cuando hay correferencia del sujeto matriz con el objeto del complemento, como en 45b, pero es total cuando no hay ningún argumento correferente con el sujeto matriz, como en 45c. Para expresar el sentido buscado en 45c, se recurre a una cláusula de complemento finita, como en 45d. (45) a. ya j-mulan-Ø [j-koltay-bel-at] inc a1-gustar-b3 a1-ayudar-nf.tr-b2sg ‘Me gusta ayudarte.’ b. * ya j-mulan-Ø [a-koltay-bel-on] inc a1-gustar-b3 a2-ayudar-nf.tr-b1sg Lectura buscada: ‘Me gusta que me ayudes.’ c. * ya j-mulan-Ø [a-koltay-bel-Ø] inc a1-gustar-b3 a2-ayudar-nf.tr-b3 Lectura buscada: ‘Me gusta que tú le ayudes.’

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d. ya j-mulan-Ø [te ya a-koltay-Ø=e] inc a1-gustar-b3 comp inc a2-ayudar-b3=enc ‘Me gusta que tú le ayudes.’

Nótese que, al igual que mulan, “apreciar, gustar”, muchos de los verbos de complemento clausal admiten tanto complementos no finitos como finitos; éste es el caso, por ejemplo, de xi’, “temer”, tal como se puede observar en 46, donde aparece con un complemento no finito, mientras que en 47 presenta un complemento finito, sin contraste semántico evidente.18 (46) ya j-xi’-Ø [nux-el] inc a1-temer-b3 nadar-nf ‘Me da miedo nadar.’ (47) ya j-xi’-Ø [ya x-nux-on] inc a1-temer-b3 inc inc.in-nadar-b1sg ‘Me da miedo nadar.’

Por lo tanto, en contraste con la construcción progresiva que requiere de formas no finitas, las estructuras de complemento son contextos en los cuales se permiten ambas formas, las finitas y las no finitas. Los verbos matrices presentan restricciones de selección variables en cuanto al tipo de complemento que aceptan: algunos favorecen los complementos finitos y algunos no admiten cualquier tipo de complemento no finito. Por ejemplo, el verbo k’an, “querer” admite formas no finitas pasivas, como en 48a, pero no admite formas no finitas transitivas a3-vt-el, tal como se ve en la malformación de 48b, ni inaspectuales, como en 48c. En su lugar, se usan complementos finitos, como en 48d y 48e.19 (48) a. ya j-k’an-Ø [il-el] inc a1-querer-b3 ver-nf.pas ‘Quiero ser visto.’

18 19

Para una propuesta de clasificación de los verbos transitivos de complemento proposicional en tseltal según su tendencia a tomar complementos finitos o no finitos, véase Polian, 2008. Con el verbo k’an, “querer”, la cláusula de complemento finita tiende a aparecer sin subordinador, y el auxiliar de incompletivo ya del verbo subordinado tiende a omitirse.

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b. * ya j-k’an-Ø [y-il-el] inc a1-querer-b3 a3-ver-nf.pas Lectura buscada: ‘Quiero verlo.’ c. * ya j-k’an-Ø [k-il-bel-at] inc a1-querer-b3 a1-ver-nf.tr-b2sg Lectura buscada: ‘Quiero verte.’ d. ya j-k’an-Ø [(ya) jk-il-Ø] inc a1-querer-b3 inc a1-ver-b3 ‘Quiero verlo.’ e. ya j-k’an-Ø [(ya) jk-il-at] inc a1-querer-b3 inc a1-ver-b2sg ‘Quiero verte.’

En la sección sobre infinitivos transitivos, más adelante, muestro que el uso de formas inaspectuales en las cláusulas de complemento no finitas, como en 45a, es particular a la variante de Oxchuc y que otras variantes favorecen una estrategia de ascensión en este mismo contexto sintáctico. 12.5.3. Cláusulas no finitas introducidas por ta

La preposición ta (véase la nota 7) introduce típicamente cláusulas no finitas de adjunto, expresando propósito o evento concomitante, como en 49 y 50. (49) ya x-’at’ej-Ø [ta s-le-el s-we’el] inc inc.in-trabajar-b3 p a3-buscar-nf.pas a3-comida ‘Trabaja para buscar (para ganarse) su comida.’ (50) ja’-Ø tek’-el-Ø [ta s-pas-el leer] foc-b3 parado-psl-b3 p a3-hacer-nf.pas leer ‘Está parado leyendo.’ (Txt)

Este mismo tipo de constituyente no finito se usa también como complemento­ oblicuo de verbos transitivos —y en particular, de los verbos manipulativos—, tal como se ve en los ejemplos 51 y 52, y de verbos intransitivos, como en 53.

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(51) ya x-ba jk-ak’-at [ta il-el] inc inc.in-ir a1-dar/poner-b2sg p ver-nf.pas ‘Te voy a ir a dejar para que seas revisada (por un doctor).’ (Txt) (52) wokol.aw.al-ik te Ø-tal a-juyin-otik [ta we’-el] gracias-pl det com.in-venir a2-acompañar-b1pl p comer-nf ‘Gracias por venir a acompañarnos a comer.’ (Txt) (53) Ø-lok’-on [ta s-k’opon-el] com.in-salir-b1sg p a3-hablar-nf.pas ‘Salí a hablarle.’

De manera general, se usa una cláusula no finita con preposición ta siempre que la valencia del verbo matriz esté saturada. El elemento ta sirve, por lo tanto, para introducir la cláusula no finita como un elemento adverbial en la oración. Con estas cláusulas no finitas adverbiales, el controlador de la forma no finita es generalmente el argumento absolutivo del verbo matriz: objeto de un verbo transitivo o sujeto de un verbo intransitivo o predicado monovalente. Éste es, sin duda, el caso más frecuente, aunque también se presentan casos menos frecuentes en los que el controlador puede ser un agente (ergativo) de verbo transitivo, como en 54 (más adelante, en 55, se presenta también un caso en el cual el controlador es el poseedor del sujeto). (54) la j-jam-b-at a-na [ta s-le-el tak’in] com.t a1-abrir-ben-b2sg a2-casa p a3-buscar-nf.pas dinero ‘Abrí tu casa para buscar dinero / buscando dinero / en búsqueda de dinero.’

En las cláusulas no finitas introducidas por la preposición ta, se observa la misma restricción sobre la posesión de las formas no finitas pasivas comentada anteriormente (véase el ejemplo 22): es lícito tener una forma pasiva vt-el sin poseer (55a) o poseída en tercera persona (55b). En este último caso, corresponde a un infinitivo transitivo a3-vt-el, el cual se verá más detalladamente en la sección de análisis de los infinitivos transitivos con esta forma, donde el poseedor­se interpreta como el paciente y la forma no finita ya no funciona como pasiva, sino como activa. En esta estructura no se permite un poseedor de primera o segunda persona, tal como se puede observar en la agramaticalidad de 55c. En su lugar, al menos en el tseltal de Oxchuc, se usa una forma inaspectual, como en 55d.

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(55) a. Ø-k’ax-Ø k-ot’an [ta kuch-el] com.in-pasar-b3 a1-corazón p cargar-nf.pas ‘Me harté de ser cargado (“se excedió mi corazón en ser cargado”).’ b. Ø-k’ax-Ø k-ot’an [ta s-kuch-el] com.in-pasar-b3 a1-corazón p a3-cargar-nf.pas ‘Me harté de cargarlo (“se excedió mi corazón en cargarlo”).’ c. * Ø-k’ax-Ø k-ot’an [ta a-kuch-el] com.in-pasar-b3 a1-corazón p a2-cargar-nf.pas Lectura buscada: ‘me harté de cargarte.’ d. Ø-k’ax-Ø k-ot’an [ta j-kuch-bel-at] com.in-pasar-b3 a1-corazón p a1-cargar-nf.tr-b2sg ‘Me harté de cargarte (“se excedió mi corazón en cargarte”).’

Nótese que el tseltal de Oxchuc es muy consistente en los diferentes contextos sintácticos revisados hasta ahora: siempre que se requiera codificar un paciente de primera o segunda persona sobre una forma no finita, se usan formas inaspectuales con marcas explícitas de persona y se excluyen las otras posibilidades estructurales. 12.5.4. Complemento oblicuo con ascensión del sujeto pasivo

Un grupo de verbos matrices permite la ascensión del sujeto del complemento con la forma pasiva vt-el. Éste es el caso, por ejemplo, del verbo intransitivo ju’, “poderse, lograrse”, tal como lo muestro más adelante. Este verbo toma comúnmente de sujeto una cláusula finita, como en 56. (56) a. ya x-ju’-Ø [ya x-lok’-on] inc inc.in-poderse-b3 inc inc.in-salir-b1sg ‘Puedo salir.’ b. ya x-ju’-Ø [ya j-poxtay-at] inc inc.in-poderse-b3 inc a1-curar-b2sg ‘Puedo curarte.’

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Alternativamente, ju’ puede tomar como complemento sujeto una forma no finita; en este caso, el agente semántico lo codifica el poseedor del sustantivo relacional u’un, que ejerce control estructural sobre el sujeto lógico de la forma no finita,­como en 57. (57) ya x-ju’-Ø k-u’un [s-poxtay-el] inc inc.in-poderse-b3 a1-sr a3-curar-nf.pas ‘Puedo curarlo.’

Sin embargo, la estrategia favorita a la que se recurre cuando la cláusula subordinada es pasiva no es la de 57 sino la de 58, donde hay una ascensión del sujeto del verbo pasivo a sujeto del verbo matriz. Esta ascensión satura la valencia del verbo matriz por lo que el complemento no finito requiere ser introducido por la preposición ta. (58) ya x-ju’-on [ta poxtay-el] inc inc.in-poderse-b1sg p curar-nf.pas ‘Puedo ser curado.’

Por otra parte, no cabe duda de que se trata de un caso de ascensión porque el verbo ju’ no puede tomar argumentos de primera persona, como lo muestra el ejemplo 59. (59) * ya x-ju’-on inc inc.in-poderse-b1sg Lectura buscada: ‘Puedo, soy capaz.’

Esto confirma que el sufijo absolutivo que aparece en 58 sobre ju’ corresponde al sujeto lógico ascendido de la forma no finita pasiva subordinada. Las estructuras con ascensión son exclusivas de las formas no finitas pasivas, no se permite con otros tipos de formas no finitas, como la intransitiva o la inaspectual, tal como se ilustra en las estructuras mal formadas de 60a y 60b, respectivamente. (60) a.* ya x-ju’-on [ta lok’-el] inc inc.in-poderse-b1sg p salir-nf Lectura buscada: ‘Puedo salir.’

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b.* ya x-ju’-on [ta j-poxta-bel-at] inc inc.in-poderse-b1sg p a1-curar-nf.tr-b2sg Lectura buscada: ‘Puedo curarte.’

De la misma forma que ju’, otros predicados que permiten este tipo de ascensión exclusiva de las formas no finitas pasivas son el verbo transitivo tak’, “poder”, en 61, y el adjetivo wokol, “difícil”, en 62. El ejemplo 61 es un caso de ascensión de sujeto lógico del complemento a objeto del predicado matriz, mientras que el ejemplo 62 es un caso de ascensión de sujeto lógico del complemento a sujeto.20 (61) ya s-tak’-at [ta poxtay-el] inc a3-poder-b2sg p curar-nf.pas ‘Puedes ser curado.’ (62) wokol-on [ta kuch-el] difícil-b1sg p cargar-nf.pas ‘Soy difícil de cargar.’

En los casos mostrados en 58, 61 y 62, el sufijo absolutivo no corresponde a un argumento semántico del predicado matriz, sino al sujeto lógico del verbo pasivo subordinado. En conclusión, en estos ejemplos las formas no finitas pasivas vt-el funcionan como infinitivos. En la sección siguiente, muestro que, en otros contextos, estas mismas formas no finitas pueden funcionar como sustantivos verbales. 12.6. Análisis de los infinitivos transitivos a3-vt-el

En las secciones anteriores se han presentado los siguientes hechos: 1. Todos los verbos transitivos tienen una forma no finita vt-el de orientación pasiva. 2. Estas formas vt-el son básicamente sustantivos verbales, ya que comparten rasgos sintácticos y morfológicos con los sustantivos. En particular, pueden llevar un prefijo­ 20

El verbo tak’, parcialmente sinónimo con ju’, es impersonal: se usa de manera defectiva, con un sujeto­ no referencial de tercera persona y con un complemento clausal, siempre finito fuera de los casos similares a 44.

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de posesión tanto de primera, de segunda o de tercera persona. El poseedor, en este caso, siempre corresponde semánticamente al paciente. 3. Los infinitivos se emplean en las siguientes cláusulas subordinadas: a) en la construcción progresiva; b) en cláusulas de complemento no finitas, y c) en cláusulas no finitas­ introducidas por la preposición ta.

En esta sección muestro que la estructura de infinitivo transitivo ya no tiene la sintaxis de una fn en la que el objeto paciente se codifica superficialmente como el poseedor. En contraste, voy a proponer que la fn argumental del paciente funciona ya como objeto sintáctico y que la marca de poseedor sobre el infinitivo se ha reanalizado como un índice de presencia de argumento a, independiente de la persona de la que se trate. Para demostrar este punto, compárense las oraciones 63 y 64. En ambas, se encuentra un constituyente idéntico, entre corchetes. Sin embargo, esta identidad no es más que superficial: el primer caso debe analizarse como un sustantivo verbal poseído, mientras que, en el segundo caso, se trata del infinitivo transitivo activo a3-vt-el. (63) bayal-Ø [y-ut-el te Xun=e] mucho-b3 a3-regañar-nf.pas det Juan=enc ‘A Juan lo regañan mucho (es mucho su ser-regañado de Juan).’ (64) ya j-xi’-Ø [y-ut-el te Xun=e] inc a1-temer-b3 a3-regañar-nf.pas det Juan=enc ‘Temo regañar a Juan.’

Prueba de ello es que se puede sustituir el poseedor de tercera persona por uno de primera o segunda persona en el primero (65), mientras que esto es imposible en el segundo (66). (65) bayal-Ø [aw-ut-el] mucho-b3 a2-regañar-nf.pas ‘Se te regaña mucho (es mucho tu ser-regañado).’ (66) * ya j-xi’-Ø [aw-ut-el] inc a1-temer-b3 a2-regañar-nf.pas Lectura buscada: ‘Temo regañarte.’

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El contraste va aún más allá. Si la restricción fuera únicamente sobre persona, se esperaría que se pudiera usar un poseedor de tercera persona del plural en ambos casos. Al respecto, tal como observa en 67, sólo en el primer contexto se permite la pluralización, señalada mediante el sufijo -ik (véase el cuadro 12.2), mientras que el resultado es agramatical para el segundo, tal como se ve en 68. (67) bayal-Ø [y-ut-el-ik] mucho-b3 a3-regañar-nf.pas-pl ‘Se les regaña mucho (es mucho su ser-regañado de ellos).’ (68) * ya j-xi’-Ø [y-ut-el-ik] inc a1-temer-b3 a3-regañar-nf.pas-pl Lectura buscada: ‘Temo regañarlos.’

Es decir, los infinitivos a3-vt-el, como en el ejemplo 64, se restringen a casos en los que el número debe quedar morfológicamente no marcado; esto sugiere que son formas invariables con respecto a la marcación de persona y número.21 Con los infinitivos a3-vt-el, el sintagma nominal que corresponde semánticamente al paciente se trata sintácticamente como un objeto, similar al objeto de un verbo finito. Esto se puede observar en el fenómeno de ascensión del poseedor (Aissen, 1979; 1987), a saber, cuando un verbo transitivo tiene un objeto poseído y el poseedor del objeto no es correferente con el agente del verbo, el poseedor puede ser ascendido a la posición de objeto primario. El objeto primario, tal como se discutió en la sección 12.2., se manifiesta con un sufijo absolutivo sobre el verbo sufijado con el aplicativo benefactivo ‑b(ey). El ejemplo 69 ilustra este fenómeno de ascensión del poseedor: (69) a. ya k-ut-bey-Ø s-nich’an inc a1-regañar-ben-b3 a3-hijo ‘Le regaño a su hijo.’ b. ya k-ut-b-at a-nich’an inc a1-regañar-ben-b2sg a2-hijo ‘Te regaño a tu hijo.’ 21

Esto no significa que los infinitivos a3-vt-el se restrinjan semánticamente a pacientes singulares. Efectivamente, el plural en tseltal no es de marcación sistemática, por lo cual, la oración ya j-xi’-Ø y-ut-el puede interpretarse como “temo regañarlos” en el contexto adecuado.

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Nótese que se trata aquí de un fenómeno de ascensión con copia en el cual el poseedor ascendido a objeto primario sigue marcándose como tal en la fn que refiere a lo poseído. Lo importante, para el caso que nos ocupa aquí, es que este fenómeno permite comprobar que el sustantivo poseído está efectivamente en la posición de objeto del verbo porque los poseedores de objeto son los únicos que pueden ascender a la posición de objeto primario. El mismo fenómeno tiene lugar con los infinitivos a3-vt-el: si el objeto de estos infinitivos es poseído, puede ser ascendido, provocando la aparición del sufijo aplicativo ‑b(ey), como en 70. (70) ya j-xi’-Ø [y-ut-bey-el s-nich’an] inc a1-temer-b3 a3-regañar-ben-nf.pas a3-hijo ‘Temo regañarle a su hijo.’

La única diferencia con los verbos finitos es que el poseedor ascendido a objeto primario no provoca la aparición de un sufijo absolutivo de persona sobre la forma no finita. Nótese que existe una construcción alternativa para codificar al objeto primario ascendido de un infinitivo, a saber, se puede codificar este objeto ascendido sobre el verbo matriz, como en 71. Si el poseedor es de primera o segunda persona, dispara la aparición del sufijo absolutivo correspondiente sobre el verbo matriz, como en 72.22 (71) ya j-xi’-bey-Ø [y-ut-el s-nich’an] inc a1-temer-ben-b3 a3-regañar-nf.pas a3-hijo ‘Temo regañarle a su hijo.’ (72) ya j-xi’-b-at [y-ut-el a-nich’an] inc a1-temer-ben-b2sg a3-regañar-nf.pas a2-hijo ‘Temo regañarte a tu hijo.’

La ascensión del poseedor en los ejemplos 71 y 72 revela dos hechos acerca de esta construcción. En primer lugar, la fn que sigue al verbo en la cláusula no finita­ funciona como objeto sintáctico y no como un mero poseedor del tipo “su regañar de su/tu hijo” ya que permite la construcción de posesión externa exactamente igual que en los ejemplos de 69. 22

Este fenómeno tiene su paralelo con las fn objetos con poseedor incrustado. En este caso, el poseedor incrustado puede ser ascendido de la misma forma a objeto primario del verbo.

(iii) ya j-meltsan-b-at [s-na a-nich’an] inc a1-construir-ben-b2sg a3-casa a2-hijo ‘Te construyo la casa de tu hijo.’

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En segundo lugar, las formas a3-vt-el presentan una característica típica de los verbos transitivos finitos, que es la de poder tomar el aplicativo -b(ey). En esto presentan un rasgo verbal que ningún otro tipo de sustantivo comparte. Significativamente, la ascensión no encuentra equivalente cuando se trata de un sustantivo verbal vt-el poseído, tal como se observa en la agramaticalidad de 73. (73) * bayal-Ø [y-ut-bey-el te s-nich’an=e] mucho-b3 a3-regañar-ben-nf.pas det a3-hijo=enc Lectura buscada: ‘A su hijo se le regaña mucho.’

Ante estos hechos, surge la pregunta de cuál es la naturaleza del prefijo s-/y- de a3 sobre estos infinitivos. El mismo contexto de la ascensión puede proveer una primera respuesta: si el prefijo s-/y- fuera una verdadera marca de posesión y estos infinitivos fueran en realidad sustantivos poseídos, al ocupar la posición de objeto de un verbo transitivo, su “poseedor” debería poder ascender al predicado matriz. Esto, de hecho, sí es lo que sucede cuando una forma vt-el funciona como sustantivo verbal poseído, tal como se ilustra en 74. (74) la jk-ich’-bey-Ø s-maj-el-al com.t a1-recibir-ben-b3 a3-pegar-nf.pas-inal ‘Recibí los golpes de ello (hablando del aprendizaje del tejido).’ (Txt) (Lit. ‘Le recibí su pegar.’)

En el ejemplo 74, se puede observar que la forma no finita poseída sí da pie a la ascensión de su poseedor. Nótese que el carácter nominal de esta forma no finita­ se confirma con la presencia del sufijo de posesión inalienable -al, que aparece sólo con sustantivos. Estos dos hechos formales, la ascensión y la presencia de -al, indican, por un lado, que las formas vt‑el, como las de 74, son tratadas como sustantivos poseídos, y por el otro, que el prefijo personal s-/y- es marca de poseedor.­ Sin embargo, esto no sucede con los infinitivos transitivos a3-vt-el. El prefijo s-/y- de estas formas, como el que aparece en la forma y-ut-el, del ejemplo 75, no da lugar a una ascensión sobre el verbo matriz xi’, “temer”. Cuando ese verbo matriz­ lleva el sufijo aplicativo -b(ey), como en 76, éste corresponde forzosamente a un poseedor incrustado ascendido, tal como se mostró en los ejemplos 71 y 72 pero no al argumento objeto del infinitivo como poseedor ascendido. (75) ya j-xi’-Ø [y-ut-el] inc a1-temer-b3 a3-regañar-nf.pas ‘Temo regañarlo.’

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(76) ya j-xi’-bey-Ø [y-ut-el] inc a1-temer-ben-b3 a3-regañar-nf.pas ‘Temo regañárselo (por ejemplo, a su hijo).’ * ‘Temo regañarlo.’

El prefijo s-/y- de a3, en estas estructuras, no expresa posesión ni marcación de persona sino que ha sido vaciado de su contenido semántico por un proceso de reanálisis. Un fenómeno crucial para entender este reanálisis se da con las formas inaspectuales vt-bel en el tseltal de Oxchuc, las cuales aparecen ocasionalmente con un prefijo s-/y- de a3 donde se hubiera esperado un prefijo j-/k-, de juego a1, o a(w)-, de juego a2. Considérense primero los usos canónicos de estas formas inaspectuales, como en 77. En estas dos oraciones, se observa una forma inaspectual con un prefijo j- de a1 y a- de a2, respectivamente, codificando al agente de primera­y segunda persona. Sin embargo, estos prefijos pueden ser sustituidos por uno de tercera persona, como en 78, sin pérdida de información ni cambio semántico­de la oración en su conjunto. (77) a. ya j-na’-Ø [j-kanantay-bel-at] inc a1-saber-b3 a1-cuidar-nf.tr-b2sg ‘Sé cuidarte.’ b. ma x-k’exaw-at [ta a-k’an-[b]-bel-on] neg inc.in-avergonzarse-b2sg p a2-pedir-ben-nf.tr-b1sg ‘No te avergüenzas de pedírmelo.’ (78) a. ya j-na’-Ø [s-kanantay-bel-at] inc a1-saber-b3 a3-cuidar-nf.tr-b2sg ‘Sé cuidarte.’ b. ma x-k’exaw-at [ta s-k’an-[b]-bel-on] neg inc.in-avergonzarse-b2sg p a3-pedir-ben-nf.tr-b1sg ‘No te avergüenzas de pedírmelo.’

Es decir, este fenómeno muestra que puede darse una neutralización de la persona en los prefijos ergativos de las formas inaspectuales en las que aparece el prefijo s-/y- de a3, independientemente de la persona en función de agente. Crucialmente, puede darse esta neutralización en estos ejemplos porque el sujeto del

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verbo inaspectual subordinado es controlado por el sujeto del verbo matriz, volviendo la codificación de la información de persona en el segundo verbo redundante. En este sentido, el prefijo s-/y- de a3, en los infinitivos a3‑vt‑el es también un prefijo ergativo neutralizado. Su función radica exclusivamente en señalar la posición de agente. En conclusión, en esta sección he mostrado los siguientes hechos respecto a los infinitivos a3-vt-el: • El sintagma nominal que corresponde al paciente semántico de ese verbo es tratado como un objeto, y no como un poseedor. • El prefijo s-/y- de A3 ni es un prefijo de posesión, ni marca “tercera persona”. • Cuando este prefijo A3 aparece, la posición de agente se vuelve sintácticamente­ activa para el control (con respecto a la forma pasiva VT-el, que carece de agente). Estas formas surgieron diacrónicamente por reanálisis de formas pasivas poseídas,­pero ya no pueden ser analizadas en estos términos sincrónicamente. Siguiendo los criterios de Noonan (2007) presentados en la sección “concepto de finitud”, en el pasar de la forma no finita vt-el al infinitivo a3-vt-el, se pasa de una forma nominalizada pasiva (sujeto/paciente expresado como poseedor) a un infinitivo activo (no hay relación sintáctica con el sujeto/agente, pero la relación con el objeto es la misma que con los verbos finitos). 12.6.1. Los infinitivos transitivos en una perspectiva dialectal

El panorama de las formas no finitas en tseltal que he presentado en las secciones anteriores corresponde a la variante del tseltal de Oxchuc (tseltal central). La comparación interdialectal de la formación de los infinitivos confirma que el análisis que se acaba de proponer es correcto, aunque muestra también que existen evoluciones divergentes en ciertas formas infinitivas. En esta sección, contrasto las formas no finitas transitivas de Oxchuc con las de Cancuc y Tenejapa (tseltal centro­ occidental), así como con las de Tenango (variante de transición entre tseltal central y norteño). Todas las variantes de tseltal coinciden en al menos dos puntos en cuanto a sus formas no finitas transitivas:

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• El uso de formas inaspectuales en la construcción progresiva véase la sección “construcción progresiva”. • El funcionamiento de los infinitivos a3-vt-el para pacientes de tercera persona, tal como se describió en la sección anterior. La variación entre los dialectos se presenta en la codificación de infinitivos transitivos con objetos de primera y segunda persona en las cláusulas no finitas de complemento e introducidas por la preposición ta, presentadas en las secciones 12.5.2 y 12.5.3, respectivamente. Como ya he mostrado, la variante de Oxchuc selecciona siempre formas inaspectuales vt-bel en estos dos contextos, como en los ejemplos 79 y 80 (iguales a los ejemplos 23 y 55d). (79) ya j-mulan-Ø [j-jot’-bel-at] inc a1-gustar-b3 a1-rascar-nf.tr-b2 ‘Me gusta rascarte.’ (80) Ø-k’ax-Ø k-ot’an [ta j-kuch-bel-at] com.in-pasar-b3 a1-corazón p a1-cargar-nf.tr-b2sg ‘Me harté de cargarte (Lit. “se excedió mi corazón en cargarte”).’

El uso de formas inaspectuales en el contexto de cláusulas de complemento no finitas, como en 79, resulta ser la opción del tseltal de Oxchuc. En las variantes de Tenejapa, Cancuc y Tenango se observa otra estrategia, que consiste en el uso de un infinitivo a3‑vt-el, junto con la ascensión del objeto de primera o segunda persona del verbo subordinado a la posición de objeto del verbo matriz, como en 81. (81) ya j-mulan-at [s-jot’-el] inc a1-gustar-b2sg a3-rascar-nf.pas ‘Me gusta rascarte.’

Esta construcción es una consecuencia del reanálisis de las formas a3-vt-el como infinitivos transitivos. Pero, si en Oxchuc estos infinitivos sólo se usan cuando el paciente es de tercera persona, en estas otras variantes ya se ha generalizado, extendiéndose a argumentos pacientes de primera y segunda persona. La existencia de esta construcción confirma, por lo tanto, que el prefijo s-/ypresente en el infinitivo ya no codifica tercera persona, sino que sólo señala la activación de la posición del agente, tal como argumenté más arriba.

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Por otro lado, es interesante notar que, en la construcción del ejemplo 81, se selecciona como sitio de realización morfológica del paciente subordinado la posición­de objeto del verbo matriz, lo cual es otro resultado del reanálisis de la forma a3-vt-el: al perder ésta su estatus de sustantivo y adquirir el de infinitivo, se da pie a una reorganización argumental entre el verbo matriz y el verbo subordinado, cuyo efecto visible aquí es que el paciente subordinado es ascendido a la posición de objeto matriz. Los pormenores de esta reorganización argumental, sin embargo, no serán tratados en este trabajo. La ascensión, en cambio, no se puede dar cuando el infinitivo se usa en una cláusula no finita con preposición ta, como en 82. Aquí, se observa que el paciente­ subordinado se manifiesta directamente sobre el infinitivo a3-vt-el. (82) Ø-k’ax-Ø k-o’tan [ta s-kuch-el-at] com.in-pasar-b3 a1-corazón p a3-cargar-nf.pas-b2sg ‘Me harté de cargarte (Lit. “se excedió mi corazón en cargarte”).’

Esta construcción, que se registra en el tseltal de Cancuc y Tenejapa, es consistente con la de 81: al no poder ascender el argumento objeto del infinitivo, ya que el verbo matriz no tiene una posición argumental disponible para ello, el único lugar de realización posible para ese argumento es el infinitivo mismo. Con este hecho, se restablece aún más la analogía de estos infinitivos con los verbos finitos. Este mismo tipo de estrategia es la que se observa en el texto siguiente, de un rezo en la variante del tseltal de Sitalá (tseltal norteño). (83) ya j-tek’an-Ø j-ba ek k-ajwal [ta s-matantes-el-at], inc a1-parar-b3 a1-rr también a1-dueño p a3-ofrendar-nf.pas-b2 [ta y-oboltes-el-at] p a3-agradecer-nf.pas-b2

‘Dejo (me detengo) también Señor de ofrendarte, de agradecerte.’ {Txt, Sitalá}

Esto significa que, en este ámbito sintáctico, para las variantes que seleccionan esta construcción, la forma a3-vt-el debe realmente analizarse como a3-vt-el-b; es decir, que siempre lleva una marca pronominal absolutiva (de juego b), aun en tercera persona, caso en que la marca absolutiva es el sufijo nulo Ø, como en 84. (84) Ø-k’ay-on [ta s-pas-el-Ø] com.in-acostumbrarse-b1 p a3-hacer-nf.pas-b3 ‘Me acostumbré a hacerlo.’

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La opción estructural de realizar el paciente subordinado como sufijo absolutivo­ sobre el infinitivo mismo, en cambio, no es permitida en Oxchuc ni en Tenango. En Oxchuc, porque esa variante favorece el uso generalizado de las formas inaspectuales vt-bel, como se mostró en los ejemplos 79 y 80. En Tenango, porque esa variante utiliza otra estrategia, que presento a continuación. Recuérdese, primero, que uno de los puntos de partida para el estudio de los infinitivos a3-vt-el fue el hecho de que, en los contextos “infinitivales”, no se puede sustituir el prefijo s-/y- de a3 por uno de primera o segunda persona. De hecho, en el contexto de las cláusulas de complemento, ninguna variante de tseltal admite un ejemplo como 85 (repetido del ejemplo 22). (85) * ya j-mulan-Ø [a-jot’-el] inc a1-gustar-b3 a2-rascar-nf.pas Lectura buscada: ‘Me gusta rascarte.’

Sin embargo, en el tseltal de Tenango sí se usan productivamente este tipo de formas, pero exclusivamente en el contexto de las cláusulas no finitas con la prepo­ sición ta, como en 86 y 87. (86) Ø-k’ax-Ø k-o’tan [ta a-kuch-el] com.in-pasar-b3 a1-corazón p a2-cargar-nf.pas ‘Me harté de cargarte (Lit. “se excedió mi corazón en cargarte.”).’ (87) la s-kom-Ø s-ba [ta k-uts’in-el-tik] com.t a3-detener-b3 a3-rr p a1-molestar-nf.pas-pl1 ‘Se detuvo de molestarnos.’

Se comprueba que en estos ejemplos, pacientes de primera y segunda persona se codifican como prefijos posesivos sobre la forma no finita. Ya no se trata, por lo tanto, de infinitivos a3‑vt‑el, sino de formas no finitas pasivas vt-el poseídas. Esto muestra que, en el tseltal de Tenango, las cláusulas no finitas encabezadas por la preposición ta no entran en los contextos “infinitivales”, en los que se usan las formas no finitas como infinitivos, sino que son contextos nomina­les, en los cuales las formas no finitas se usan como sustantivos verbales.23 Conside­rando que los infi23

Shklovsky (comunicación personal) ha registrado formas similares en el tseltal de Petalcingo (tseltal norteño), lo cual indica que este fenómeno probablemente sea compartido por más variantes dialectales.

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Infinitivos transitivos: innovaciones del tseltal en la familia maya

nitivos a3-vt-el surgieron históricamente, precisamente­, a partir de formas no finitas pasivas vt-el, se concluye, por lo tanto, que el tseltal de Tenango presenta en este contexto un rasgo conservador, comparado con las demás construcciones infinitivales, que tienen un carácter innovador. En el cuadro 12.5, sintetizo las diferentes construcciones revisadas en esta sección, limitándome a los casos de formas no finitas transitivas con pacientes semánticos de primera o segunda persona, para los tres grupos dialectales considera­ dos: Oxchuc; Cancuc y Tenejapa, y Tenango. Indico, para cada caso, cuál es la forma no finita seleccionada —inaspectual vt-bel, infinitivo a3-vt-el o forma pasiva vt-el— y cómo se codifica el argumento paciente, a saber, con marca absolu­tiva de juego b (jb) o marca ergativa/posesiva de juego a (ja). Además, la marca de jb puede realizarse morfológicamente sobre la forma no finita (esta opción no está marcada en el cuadro 12.5), o bien, presentarse como argumento ascendido. Se puede apreciar, en el cuadro 12.5, cómo todas las variantes consideradas coinciden en el uso de formas inaspectuales vt-bel para la construcción progresiva, y cómo la variante de Oxchuc generaliza estas formas a los demás contextos sintácticos. Nótese, en cambio, cómo las otras variantes presentan múltiples estrategias según el contexto sintáctico. Cuadro 12.5

Distribución de las formas no finitas transitivas con pacientes de primera y segunda persona Construcción progresiva Variante Oxchuc

Forma no finita vt-bel

Cancuc, Tenejapa Tenango

Codificación del paciente

Cláusula de complemento no finita Forma no finita

Codificación del paciente

a3-vt-el

JB

Cláusula no finita con preposición ta Forma no finita

Codificación del paciente

vt-el

JA (poseedor)

JB

Fuente: elaboración propia.

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Como conclusión parcial, cabe destacar aquí la diversidad de estrategias estructurales encontradas en un grupo de variantes dialectales, las cuales, sin embargo, son muy cercanas en otros aspectos de su gramática. Se trata, por lo tanto, de un área de la gramática en la que tuvo lugar un proceso de diversificación, prueba de los reajustes e innovaciones que se produjeron de manera independiente y divergente en cada variante, al tener lugar una evolución gramatical particular: el surgimiento de nuevos infinitivos transitivos. 12.7. Conclusiones

En este estudio he mostrado que el tseltal es similar a otras lenguas mayas, como el chol, en su derivación de un sustantivo verbal intransitivo (con sufijo -el), pero que diverge del resto de la familia por tener una variedad de formas no finitas transitivas. Entre éstas, he mostrado que el tseltal desarrolló un infinitivo transitivo­, único en las lenguas mayas hasta ahora descritas, a partir de un sustantivo verbal pasivo poseído. Éste representa un caso muy interesante de “reverbalización” en el que una forma nominalizada deverbal se reanaliza, en determinados contextos­ sintácticos, como un infinitivo, es decir, vuelve a adquirir propiedades sintácticas verbales, como la de marcar objeto. Por otra parte, el tseltal es también único en las lenguas mayas por sus formas inaspectuales. Aunque resulten similares a los llamados “verbos sin aspecto” presen­ tes en varias lenguas de la familia, he mostrado que estas formas especiales pertene­cen a un mismo paradigma gramatical que las demás formas no finitas, pese al carácter marcadamente nominal de algunas de estas últimas. Es decir, a pesar de que toman los mismos afijos de sujeto y objeto que los verbos finitos, estas formas inaspectuales­ tienen un carácter más participial que, por ejemplo, los verbos sin aspecto del chol o del q’anjob’al. Comparado con la sobriedad del sistema de formas no finitas en chol, en el que sólo existen dos tipos de formas no finitas —los infinitivos intransitivos y los verbos transitivos sin aspecto (véase el capítulo 11)—, sorprende de alguna manera­ la complejidad del sistema de formas no finitas en tseltal, aumentada por la multi­ plicidad de estrategias en la red dialectal, tal como se ha presentado. Se ve, por lo tanto, que éste es un campo de experimentación de la lengua que sugiere la existen­ cia de un área de inestabilidad en el sistema, donde varias posibilidades estructura­ les están en competencia para la codificación de ciertos significados propios de los contextos de las formas no finitas.

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13. Nominalización y complementación en otomí1 Enrique L. Palancar*

13.1. Introducción

En este trabajo estudio las características de una construcción de complementación por nominalización que existe en la familia otomí. Un ejemplo de esta construcción se da en el ejemplo 1 de la lengua otomí de Santiago Tilapa, Estado de México­, donde aparece el nominal de acción hnë, “baile”, del verbo intransitivo në,“bailar”, en el núcleo de la frase nominal (fn) que funciona como objeto.2 (1) txú=hpö=hka (ra hnë)fn til 1.pres.hab.r=saber[3obj]=1sg.enf sg.nom baile ‘Sé bailar.’

En la cláusula del ejemplo 1, el verbo transitivo pödi es traducible como “saber hacer algo”, y con esta significación, tiene dos argumentos:3 i) un argumento es el 1

* 2

3

La elaboración de este artículo se financió parcialmente por el proyecto esrc-ahrc res-062-23-3126 Endangered Complexity: Inflectional Classes in Oto-Manguean Languages. He presentado versiones de este trabajo en el VIII Coloquio de Lingüística de la enah, así como en el Centre d’Études des Lan­ gues Indigènes d’Amérique (celia), de la Unidad Structure et Dynamique des Langues del cnrs, París, Francia. Mis más sinceras gracias a todos los colegas que colaboraron con sus comentarios para mejorar este trabajo, en especial a Roberto Zavala Maldonado. Structure et Dynamique des Langues (umr8202), cnrs. Surrey Morphology Group, University of Surrey. La convención ortografía que empleo para escribir las diferentes lenguas otomíes es la siguiente: indica afijación; = clítico; infijo. Consonantes: › /eyectiva/; //; ; /ph/; /kh/; //; /ſ/; /r/; /t/; /j/; /∫/. Vocales /a/; /ɔ/; /ɛ/; //; /ɨ/; //. Diéresis en vocal indica nasal (por ejemplo /ã/; /ũ/). Este verbo tiene también la significación de “saber algo” o “tener conocimiento de algo”; el argumento objeto puede ser una idea o concepto que se codifica con una fn, como en el ejemplo i, o con una proposición, como en ii, codificada en una cláusula de complemento que se verá más adelante.

(i) txá=hpö=hka rú txü 1.pres.cont.r=saber.a[3obj]=1sg.enf sg.3pos nombre ‘Sé su nombre.’

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experimentante del acto cognitivo que se codifica como sujeto; ii) el otro argumento­ es eventivo, es decir, una acción para la que el sujeto tiene el conocimiento adquirido para realizarla de forma convencional. El argumento eventivo se codifica en la fn objeto ra hnë, “el baile”, que designa la actividad de bailar. El ejemplo 1 muestra una construcción gramatical de complementación cuyo estudio resulta interesante porque su uso está relegado principalmente a actividades humanas de tipo convencional o rutinario. El capítulo tiene la siguiente estructura. En la sección siguiente se hace una introducción a los rasgos esenciales de las lenguas otomíes necesarios para entender la construcción ejemplificada en 1. En esa sección, presento asimismo otras dos estructuras de complementación que existen en cada lengua de la familia. Después, presento los predicados que pueden aparecer en la construcción de nominalización para, en la siguiente sección revisar detalladamente el tipo de nominalización que se permite en la construcción así como los procesos morfológicos de nominalización­ verbal en general. En la sección “Uso de la cnn” muestro que las nominalizaciones son intransitivas en otomí, por lo que la estructura no se puede emplear con un objeto sintáctico. El capítulo concluye con un breve resumen de la propuesta. 13.1.1. La familia otomí

El nombre “otomí” es la denominación más difundida con la que se conoce a una serie de lenguas habladas en varios estados del centro de México por un total aproximado de un cuarto de millón de personas. Estas lenguas forman una familia lingüística que junto con el mazahua, el atzinca (matlatzinca y ocuilteco) y las lenguas pame y chichimeco forman la rama otopame del tronco lingüístico otomangue.­ El número de lenguas que conforman la familia otomí está aún por determinarse de manera consensuada.4 De manera tradicional, se ha empleado el término “otomí” para designar, a todas ellas, y esto ha causado confusión para el público en general, así como para los mismos hablantes, ya que el empleo de un mismo nombre ha creado la ficción de que existe un otomí unificado, cuando esto está bastante­ lejos de la realidad lingüística actual. Los primeros estudios modernos del otomí, (ii) txá=hpö=hka g‹w›u=’ëh-ë 1.pres.cont.r=saber.a[3obj]=1sg.enf ‹loc›2.pres.irr=venir-l ‘Sé que vienes.’ 4 El inali (2008), en su Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales, reconoce nueve variantes.

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como los de Soustelle (1937), reconocen ya la diversidad y comienzan la tradición de distinguir las variantes empleando para ello el nombre “otomí” seguido del nombre del pueblo en particular, la comarca, la ciudad más cercana o el estado donde se habla esa variante en particular.5 Las lenguas otomíes se pueden taxonomizar grosso modo en tres grandes grupos dialectales, dependiendo del grado de conservadurismo morfológico que presentan.­ Existe, por un lado, el grupo innovador, conformado por las variantes septentrionales: los otomíes de Amealco, como el otomí de San Ildefonso Tultepec; el otomí del Valle del Mezquital, junto con su dialecto distintivo de San Ildefonso Chantepec,­y las variantes del norte del Estado de México. Por otro lado, se tiene el grupo semiconservador, con las lenguas otomíes del centro del Estado de México­ y del Valle de Toluca; y por último, las lenguas conservadoras de la zona meridional, como el otomí de Santiago Tilapa y el de Ocoyoacac (Acazulco, Atlapulco), en el Estado de México; el otomí de Ixtenco, en Tlaxcala, y posiblemente, todas las variantes de la Sierra Madre oriental enclavadas entre los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz, salvo, aparentemente, la variedad de Texcatepec e Ixhuatlán de Madero, que parece ser semiconservadora. 13.1.2. Rasgos gramaticales esenciales del otomí

Las lenguas otomíes son de marcación en núcleo, tienen alineamiento nominativoacusativo y presentan intransitividad escindida (Palancar, 2008). Morfológicamente­, sin ser aglutinantes, tienen una morfología sintética compleja y hacen un uso muy extenso de clitización. Como típicas lenguas otomangues, las lenguas otomíes son de orden vo y presentan las características propias de este orden. Las lenguas conservadoras son de orden vos, mientras que las innovadoras tienden a tener svo como orden básico. El verbo se flexiona con categorías de tiempo/aspecto/modo (tam) mediante clíticos verbales que preceden al verbo y que suelen hacer referencia cruzada al sujeto de manera cumulativa.6 Un ejemplo se da en 2, con el clítico verbal bi, del otomí de la Sierra, tomado de Voigtlander y Echegoyen (1979: 304).

5 6

Este mismo procedimiento se aplica a muchas otras lenguas indígenas de México. En las lenguas conservadoras, encontramos asimismo una serie prefijos con función flexiva en algunos tiempos gramaticales.

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(2) sier

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bi=dät’-i kon yu kadena 3.psd=ts/atar[3obj]-l con pl cadena ‘Lo amarró con cadenas.’

En el ejemplo 2, el clítico bi sirve de exponencia de un tiempo gramatical que se denomina comúnmente “pasado” o “pretérito” y que codifica nociones de tiempo­pasado, aspecto completivo y modo realis. El clítico sirve de exponencia también de la concordancia de un sujeto de tercera persona. Por otro lado, en el ámbito de la fn, los sustantivos no reciben caso. En este tipo de frases, el sustantivo suele modificarse por determinantes de número (singular y plural), tal como se puede ver en el ejemplo 3a, del otomí de Toluca, con el marcador de singular r —compárese al respecto con el uso del determinante de plural yu en el otomí de la Sierra en 2— o por determinantes demostrativos (de definitud) y posesivos, como en 3b, (datos adaptados de Lastra, 1992: 274).7 (3) a. r hmï tol sg tortilla ‘La/una tortilla.’ b. k’ mä ’indö dem.dist.sg 1.pos hermano.de.mujer ‘Mi hermano.’ (Lit. ‘Aquel mi hermano.’)

En 4 se muestra asimismo la construcción de posesión nominal con poseedor explícito. La marca de posesivo de tercera persona es un tono alto que recae sobre el determinante de número del sustantivo poseído xtö “cabello”, en este caso el determinante de plural yu. La fn que codifica el poseedor aparece yuxtapuesta.8

7

8

Las lenguas otomíes varían mucho en cuanto al número y tipo de determinantes de número. Para el singulativo, las innovadoras suelen tener una forma con alternantes condicionadas morfofonológicamente; las conservadoras tienen varios alomorfos condicionados léxicamente, por ejemplo, es común tener una forma específica asociada a nominales deverbales. En el predicado del ejemplo 4, aparece un verbo pacientivo que codifica su argumento sujeto como objeto. La marcación no es clara en tercera persona porque no hay marcador explícito de objeto de tercera persona.

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(4) txa=m-pot’-i [yú xtö [ni Hwä]] til pres.irr.est=est-ser.negro[3obj]-l det.pl.3pos cabello det.sg Juan ‘El pelo de Juan va a estar negro.’ (Lit. ‘Será negro su cabello Juan.’) 13.1.3. Complementación clausal en otomí

En el ámbito de la complementación clausal en las lenguas otomíes, existen dos tipos de construcciones favoritas que están en distribución complementaria. La primera estructura implica una cláusula de complemento finita de estructura interna­compleja. Esta cláusula puede introducirse mediante un complementante, como en 5a, o simplemente aparecer yuxtapuesta a la matriz, como en 5b. En el ejemplo 5c, se indica adicionalmente que las lenguas que emplean complementante pueden también elidirlo en la mayoría de las ocasiones. En general, la estructura­con complementante es una innovación tardía basada en la yuxtapuesta,­ que es históricamente una estrategia más propia de la lengua.9 (5) a. xo sier entonces

bi=ben=’ä

ra

pents’u

3.psd=pensar.d[3obj]=3sg sg águila

[ge da=tho=pu Zi’bomu] 3.pres.irr.1=seguir/pasar.ta=allí Huachinango comp

‘Entonces el águila pensó que seguiría a Huauchinango.’ (Voigtlander y Echegoyen, 1979: 35)

til b. tú=pený=a [xu=syoni 1.psd.r=pensar.ta=encl 3.prf.r=ts/pegar.l[3obj] ‘Pensé que ya le pegó mi papá.’ (Txt)

mi hta] 1pos padre

sier c. ngetho bi=ben-i por.eso 3.psd=pensar[3obj]-l

9

A pesar de su similitud fonológica, el complementante ge que aparece en 5a no es un préstamo del español que.

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[ __ comp



bi=mbu=’ä

n’da ra sui]=’na

3.psd=ts/empezar.d=3sg uno sg guerra=cit

‘Por eso dizque pensaron que empezó una guerra.’ (Voigtlander y Echegoyen, 1979: 26)

Este tipo de cláusula de complemento se emplea con verbos matrices de actitud proposicional, como beni, “pensar, creer”, en los ejemplos de 5; pero también con verbos de comunicación, como xi, “decir”; mä/mö, “hablar”; de adquisición de conocimiento, como ’ode, “oír”, o pädi/pödi, “saber”, y con los de percepción directa, como handi, “ver”. La segunda estructura funge de complemento clausal de verbos matrices que, según Cristofaro (2003), suelen requerir de complementos con estructura reducida, tales como predicados desiderativos, como nde, “querer”, en 6a; fasales, como pengi, “volver”, en 6b; de manipulación y causación, como hegi “dejar”, en 6c; o modales, como tehe, “poder”, en 6d. (6) a. hingi=i=n nde [da=’‹y›ot’-e] sier neg=3.pres.r=flex querer[3obj] 3.pres.irr.i=‹ts›hacer[3obj]-l ‘No quiere hacerlo.’ (Voigtlander y Echegoyen, 2007: 269) sit b. ’ne bi=meng-i [bi=bong-a=ma n’a_gi ya’a] y 3.psd=ts/volver-l 3.psd=ts/salir.ta-d=otro uno_vez al_rato ‘Y volvió a salirse al rato.’ (Txt) til c. hin=a he-gi neg=[3.pres]cont.r dejar.ta-1obj ‘No me deja caminar recio.’ (Txt)

[gu=tu-’yo

hwerte]

1.pres.irr=1-caminar fuerte

ixt d. hingi te-ki=ga neg [pres.r]poder.ta-1obj.d=1sg [gi=tex=ka ri za] 1.pres.irr=subirse.ta=1sg sg árbol ‘No me puedo subir al árbol.’ (Lastra, 1997: 116)

En todos estos ejemplos, la cláusula de complemento aparece yuxtapuesta a la matriz y se podría pensar que se trata del mismo tipo de cláusula dada en el ejemplo­ 5b, o incluso, en 5c. Sin embargo, la cláusula subordinada de los ejemplos en 6a, 6b, 6c, y 6d forma una unidad prosódica con la matriz y tiene una sintaxis muy

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reducida que indica su carácter menos finito en términos estructurales. Por ejemplo,­ aunque aparece marcada con tam y concordancia de sujeto, no puede recibir una fn de sujeto explícita y presenta restricciones aspectuales: i) o bien aparece en tiempos del modo irrealis, como en 6a, ii) o bien copia los valores tiempo-aspectuales de la matriz, como en 6b. La cláusula también requiere de un tipo de patrón de correferencia argumental que Stiebels (2007) denomina “control inherente” y que implica que el sujeto de la cláusula subordinada tiene que ser obligatoriamente­ correferencial con al menos uno de los argumentos del predicado de la cláusula matriz: en 6a y 6b es correferencial con el sujeto de la matriz, en 6c lo es con el objeto.10 Ninguna de estas características se da en la cláusula de complemento plena de los ejemplos de 5. Los dos tipos de estructuras en 5 y 6 representan la mayor parte del espectro funcional de la complementación clausal en las lenguas otomíes. Además de estas dos construcciones, existe también la “construcción de complemento por nominalización” (en adelante, ccn) que ejemplificamos en 1 para el otomí de Tilapa. En 7, se da otro ejemplo del otomí de la Sierra. (7) di=tho-hk=’ä [ra nxadi]fn ma ts’unt’u sier 3.pres.irr=seguir[3obj]=3sg sg aprendizaje 1.pos hijo ‘Mi hijo seguirá estudiando.’ (Echegoyen y Voigtlander, 2007: 352) (Lit. ‘Mi hijo pasará (al) aprendizaje.’)

En el ejemplo 7, se tiene el verbo transitivo thoki, el cual, en otros ámbitos, significa “pasar algo (o alguien) a un lugar”, pero en la construcción funciona ya como un predicado (matriz) del tipo fasal con la significación de “seguir haciendo algo”. En este sentido, la fn ra nxadi, “aprendizaje”, codifica gramaticalmente el argumento eventivo del verbo como un complemento nominal objeto. Esta fn tiene como núcleo el sustantivo deverbal nxadi, “aprendizaje”, que proviene del verbo intransitivo nxadi, “aprender”; y éste, a su vez del transitivo xadi, “enseñar”. La fn aparece, además, con el determinante de singular ra. En las secciones siguientes veremos, por un lado, el tipo de verbos matrices que se encuentran en la ccn, y por el otro, el tipo de nominalizaciones que pueden aparecer en este marco construccional.

10

En el ejemplo 6d, el argumento sujeto del verbo intransitivo tehe, “poder”, se codifica morfológicamente como objeto en un tipo de escisión de intransitividad que Mithun (1991) denomina tipo agentivo/pacientivo.

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13.2. Verbos matrices en la ccn

Existen restricciones respecto al número de verbos matrices que aparecen en la ccn. Mientras que en las lenguas conservadoras, como el otomí de la Sierra o el de Tilapa, se encuentran más verbos, en las lenguas innovadoras, como el otomí de San Ildefonso Tultepec, la construcción solamente puede aparecer con tres verbos ­matrices. En otras variantes, se carece de datos fidedignos para conocer con más exactitud el alcance de los verbos que se permiten o aparecen en la construcción. Esta falta de datos se indica con un signo de interrogación en los cuadros. Los predicados matrices, en la ccn pueden ser de tres tipos: agentivos, fasales y causativos. La construcción tiene control estructural (Stiebels, 2007) ya que requiere­que el sujeto de la nominalización sea obligatoriamente correferencial con uno de los argumentos del predicado matriz, normalmente el sujeto. 13.2.1. Predicados Agentivos

Los predicados matrices que denomino “agentivos” tienen un argumento agentivo, que se codifica por defecto como sujeto,11 y ejercitan un tipo especial de control semántico sobre el argumento de la nominalización, requiriendo que éste también sea agentivo. Los que encontramos en la ccn aparecen en el cuadro 13.1. En general, se observa que las lenguas conservadoras tienen más verbos matrices­en la ccn que las innovadoras; para ello, compárese el otomí de la Sierra o el de Tilapa con el otomí de San Ildefonso Tultepec. Sin embargo, todas las lenguas­comparten el hecho de tener al verbo pa, “ir”, como matriz de movimiento­ propositivo. Dos ejemplos se dan en 8. (8) a. mö __ da=ma=[r su]fn sit [3.pres.r]hablar[3obj] comp 3.pres.irr=ts/ir=sg leñada ‘Dice que se va a leñar.’ (Txt) sier b. ga=mba [na nthü-dethä]fn 1.pres.irr= ts/ir sg.nom siembra-maíz ‘Voy a sembrar maíz.’ (V&E, 1979: 306) 11

La excepción al patrón morfológico, la supone el verbo de cognición hpohpi, “gustar”, del otomí de Tilapa, en el cual el argumento del verbo es experimentante y se codifica con marcas de objeto, aunque sigue siendo sujeto desde un punto de vista sintáctico.

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Cuadro 13.1

Predicados agentivos Otomí de la Sierra

Otomí de Tilapa

Otomí de Ixtenco

Otomí de Toluca

Otomí de San Ildefonso Tultepec

De movimiento propositivo “ir a hacer algo”

pa (in)

pa (in)

pa (in)

pa (in)

pa (in)

Desiderativo

“querer hacer algo”

nde (tr)

nde (tr)

?

ne (tr)



Cognitivo

“saber hacer algo”

pädi (tr)

pödi (tr)

?

?



“aprender a hacer algo”

xadi (tr)

?

?

?



Psicológico

“gustar de hacer algo”

ho (tr)

pohpi (tr)

?

?



Modal

“probar hacer algo”

tsäpi (tr)

?

?

?



?

fats’i

?

?

fats’i (tr)

“ayudar a hacer algo” Fuente: elaboración propia.

En los ejemplos 8a y 8b, el verbo matriz pa, “ir”, en la ccn denota un evento de movimiento genérico que el sujeto agente efectúa con el propósito de realizar la acción designada por el sustantivo deverbal. En estos casos, la acción propósito del movimiento se interpreta metafóricamente como una locación meta, del mismo­modo que la fn adverbial en 9. (9) ya bi=ma=’ya [ár ngü]fn=’ya sit ya 3.psd=ts/ir=ya sg.3pos casa=ya ‘Ya se fue a su casa.’ (Txt)

En mi análisis, trato a la fn adverbial que designa la meta-propósito en la ccn de los ejemplos como un argumento del verbo pa, “ir”.12 En cada lengua existen diag­nós­ ticos diferentes que pueden justificar este trato. Por ejemplo, para el otomí de San Ildefonso Tultepec, se puede argüir que la meta de este verbo se codifica siempre con una 12

El participante que efectúa el movimiento designado por pa, “ir”, lo hace en la mayoría de las ocasiones­ con un lugar meta en mente hacia el cual orienta su movimiento con el fin de alcanzarlo. Al respecto, nótese que el verbo pa no tiene la significación de “moverse”, para cuyo espacio semántico existe el verbo ’ñöni, en San Ildefonso Tultepec, o sus cognados en otras lenguas. En el otomí de la Sierra se tie­ne, además, el verbo ’yani “moverse (plantas)”, y en Tilapa nk’wëni, “moverse (animales)”.

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fn como en 9, mientras otras metas que son adjuntos semánticos, como en 10, se suelen codificar de manera oblicua mediante una frase preposicional­(fp). (10) mí=’yo [ká ngü]fp sit 3.imp=caminar p.loc.3pos casa ‘Se fue a su casa caminando.’ (Txt) (Lit. ‘Caminaba a su casa.’)

Pero el diagnóstico no tiene validez para el otomí de Tilapa, en el cual la meta espacial del verbo pa, “ir”, se codifica con una fp, como en 11. (11) gu=mba=ga [a xantho]fp til 1.pres.irr=ts/ir=1sg p.loc monte ‘Me voy al monte.’ (Txt)

En cambio, respecto al otomí de Tilapa, se puede argüir que la fn adverbial en la ccn es en efecto un argumento si se atiende al orden de constituyentes. Esta lengua otomí es vos, y mientras los adjuntos pueden aparecer después del sujeto, como en 12, la fn adverbial en la ccn no puede, tal como se muestra en el contraste de gramaticalidad de 13. (12) bi=mba [yu mi ja’ni=’mbe]s [a xantho] til 3.psd=ts/ir pl 1pos señor=pl.excl p.loc monte ‘Nuestros esposos se fueron al monte.’ (13) a. bi=mba [ra ’mbadi]adv [yu mi ja’ni=’mbe]s til 3.psd=ts/ir sg.nmlz cuidado pl 1pos señor=1pl.excl ‘Nuestros esposos se fueron al monte a cuidar los animales.’ (Txt) b. * bi=mba [yu mi ja’ni=’mbe]s [ra ’mbadi]adv 3.psd=ts/ir pl 1pos señor=pl.excl sg.nmlz cuidado Lectura buscada: ‘Nuestros esposos se fueron al monte a cuidar los animales.’

Por otro lado, el verbo se ha convertido en un auxiliar de movimiento propositivo o de aspecto inmediativo en las lenguas innovadoras, aquéllas que perdieron la morfología verbal antigua que solía expresar estas nociones. Estas extensiones se ilustran en 14.

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(14) a. jange ma=dá=tsu-’-i sit por.eso mov.prop=1.psd=alcanzar.ta-2obj-l ‘Por eso te fui a alcanzar.’ (Txt) b. ma=ga=’oht-a=no=r ntxu_mfo inm=1.pres.irr=oír.a.alguien[3obj]-d=def.sg=sg mujer_mestizo.ta ‘Voy a obedecer a la señorita.’(Txt)

El sentido de movimiento propositivo, en 14a, aparece en tiempos de realis, mientras que el sentido de inmediativo, en 14b, coocurre siempre con el irrealis. La construcción del ejemplo 14 procede de la construcción de complementación con cláusula yuxtapuesta reducida que vimos en el ejemplo 6, donde la cláusula de complemento expresaba propósito. Ejemplos de esta construcción se dan en 15. En ellos, el verbo matriz pa, “ir”, funciona con un sentido de movimiento propositivo semejante al que tiene en la ccn. El auxiliar, en 14, emergió de la elisión de la marcación de tam que portaba el verbo matriz, quedando esta marcación solamente en el predicado dependiente. Si el verbo no requiriera que el participante meta fuera argumento, la gramaticalización en auxiliar no habría podido tener lugar (Palancar, 2009).13 (15) a. dá=ma [dá=tang-a=ma thïza] sit 1.psd=ts/ir 1.psd=comprar.ta[3obj]-d=1pos zapato ‘Me fui a comprar unos zapatos.’ (Txt) (Lit. ‘Me fui me compré mis zapatos.’) b. ya ga=ma [ga=tsi-the] ya 1.pres.irr=ts/ir 1.pres.irr=ingerir-agua.ta ‘Me voy a tomar.’ (Txt)

Aparte del verbo pa, “ir”, los demás verbos del cuadro 13.1 pertenecen a clases semánticas de verbos matrices de los que se espera que tomen tipológicamente un complemento clausal menos finito, como el verbo desiderativo ne, “querer”, en 16, o el de adquisición de conocimiento pädi/pödi, “saber hacer algo”, en 17, que son muy frecuentes. 13

Nótese que, como auxiliar, se emplea también la forma ma, que es el reflejo gramaticalizado del tema secundario (véase el ejemplo 15).

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(16) txá=nde ra t’ëni til 1.pres.cont.r =querer[3obj] sg.nom juego ‘Quiero jugar.’ (17) i=päh=na nkuyä yu ts’unt’u sier 3.pres.r=saber.d[3obj]=sg.nom echada_de_clavados pl jóven ‘Los muchachos saben bucear.’ (Voigtlander y Echegoyen, 1979: 232) 13.2.2. Predicados fasales y causativos

En la construcción aparecen asimismo predicados matrices fasales y causativos que no requieren que el argumento de la nominalización sea agentivo. Éstos se muestran­ en el cuadro 13.2. Como sucede con los predicados agentivos del cuadro 13.1, las lenguas conservadoras­tienden a tener más predicados matrices fasales. El otomí de San Ildefonso Tultepec solamente permite jwadi, “acabar”, como en 18, donde se puede­ asimismo observar que el argumento de la nominalización no es agentivo. Solamente­en algunas lenguas se puede emplear la contraparte semántica en verbos de comienzo, como en 19. (18) ta in=da gwa=r nthuni sit hasta neg=3.pres.irr ts/acabar.d[3.ob]=sg hervida ‘Hasta que no acabe de fermentar.’ (Txt) (19) mande dí=fǔh=ka thüdi-thä́ ixt ayer 1.psd=empezar.ta[3obj]=1sg siembra-maíz ‘Ayer empecé a sembrar.’ (Lastra, 1997: 118.)

Los predicados causativos parecen tenerse solamente en el otomí de Tilapa, pero se necesita más investigación en las lenguas conservadoras. Estos verbos matrices tienen dos argumentos: uno es el evento causado y otro es la persona o la cosa a la que permite o se fuerza a realizar el evento causado en cuestión. La estructura requiere de control estructural en cuanto a que tiene que haber correferencialidad entre el objeto del verbo matriz y el sujeto de la nominalización. Dos ejemplos se dan en 20.

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Nominalización y complementación en otomí

Cuadro 13.2

Predicados fasales y causativos Otomí de la Sierra

Fasales

Causativos

Otomí de Tilapa

Otomí de Ixteco

Otomí de Toluca

Otomí de San Ildefonso Tultepec

jwadi (láb)

jwadi (láb)

jwadi (láb)

jwadi (láb)

‘acabar de hacer algo’

jwadi (láb)1

‘dejar de hacer algo’

hegi (tr)*2

hegi (tr)

?

?



‘comenzar a hacer algo’

’mbu (láb)

?

fudi (tr)

?



‘empezar a hacer algo’

du’mi (láb)

?

?

?



‘seguir haciendo algo’

thoki (tr)*3



?

?



?

hegi (tr)

?

?



?

’ëts’i (tr)

?

?



‘dejar a alguien hacer algo’ ‘poner a alguien a hacer algo’

Fuente: elaboración propia. 1 Los verbos se indican como lábiles cuando se pueden emplear fuera de la construcción ccn en su sentido intransitivo. 2 El verbo hegi tiene un significado originario de “soltar”, “dejar ir”. 3 El verbo thoki significa originalmente “pasar algo (o alguien) a un lugar”. Para el significado fasal de “seguir”, otras lenguas emplean el préstamo sigi, del español, seguir.

(20) a. hin=grá he-gii ra ___i t’ö tilneg=2.pres.cont dejar.ta-1obj sg.nom sueño ‘No me dejas dormir.’ b. bi=t-’ëx-ku=’mbei ra ___i hnë 3.psd.r =ti-poner.ta-1obj.d=pl.excl sg.nom baile ‘Nos pusieron a bailar.’ (Txt)

13.3. La frase nominal en la ccn

Los verbos matrices de la ccn, independientemente del tipo de predicado del que se trate, presentan todos un argumento eventivo codificado en la fn cuyo núcleo

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es el sustantivo deverbativo. Esta fn funciona, en la mayoría de los casos, como el objeto del verbo, pero con algunos verbos puede funcionar como el sujeto, como en 21, o como complemento adverbial, como en 22. (21) ma=ti-hpohpi=gi (ra tyühü)fn-suj til [3.pres.r]imp.cont=flex-gustar=1obj sg.nom canto ‘Me gustaba cantar.’ (22) txú=hpe=’mbe (ra thon-jo)fn-adv til 1.pres.hab.r=ir.du=pl.excl sg.nom búsqueda.ta-hongo ‘Vamos a honguear.’ (Txt)

En 21, la fn ra tyühü, “(el) canto”, es el argumento estímulo del verbo psicológico pohpi, “gustar”, es decir, es la sensación que produce el deleite. Este argumento se codifica como sujeto. El argumento experimentante del gusto se codifica como objeto directo. Para el caso de 22, y tal como he apuntado más arriba, he tratado la fn eventiva que codifica el propósito del movimiento como argumento del verbo matriz pa, “ir”, pero como este verbo no es transitivo, la función de la fn ra thonjo, “(la) búsqueda de hongos”, es necesariamente adverbial y no objeto. Para el análisis de la fn dentro de la ccn cubriré los siguientes puntos: i) los procesos de nominalización verbal en lenguas otomíes; ii) el tipo de sustantivos resultantes de la nominalización que pueden aparecer en la ccn; iii) los procesos derivativos que se emplean para los sustantivos de la fn. En las secciones siguientes, ahondo en cada uno de estos puntos. 13.3.1. Nominalización verbal14

En primer lugar, es bastante común encontrar la derivación a sustantivo en verbos transitivos, como en 23. Es necesario notar que en esta lista, como en las que siguen, no todos los sustantivos deverbales que aparecen funcionan semánticamente­ como nombres de acción, ya que los hay también que designan entidades y no acciones. 14

Desde un punto de vista morfológico, la productividad del proceso de nominalización varía bastante de lengua a lengua dentro de la familia, así como también de hablante a hablante. El problema de si el proceso de generación de las formas deverbales tiene carácter flexivo o es de índole estrictamente derivativa se plantea en Palancar (en prensa).

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Nominalización y complementación en otomí

(23) sit

’befi mfeni m’ot’i ñhuhki tai

“trabajo” “pensamiento” “siembra” “gancho” “mercado”

< < < < <

pefi beni pot’i huhki tai

(tr) (tr) (tr) (tr) (tr)

“trabajar en algo” “pensarlo, creerlo” “sembrarlo” “engancharlo” “comprarlo”

También se tienen nominalizaciones que se originaron en verbos intransitivos. Hay diferentes clases de verbos intransitivos. Por un lado, se encuentran nominalizaciones de verbos que he denominado “activos” (Palancar, 2009) y que son aquellos que codifican su argumento como sujeto. Algunos ejemplos se dan en 24. Los verbos activos designan acciones y se pueden clasificar en dos subtipos. Un subtipo lo forman los verbos “activos agentivos”, como los de 24a, a los que a veces me refiero también con el término sintáctico de “inergativos”, y que tienen un argumento semánticamente agentivo. De este subtipo de verbos hay muchas nominalizaciones­en general. El otro subtipo de verbos activos son los “activos no agentivos”, y como su nombre lo indica, tienen un argumento sujeto que presenta un grado bajo de agentividad semántica. De ellos hay menos nominalizaciones, algunos ejemplos se dan en 24b. (24) sit

a.

b.

hñö hñüni ntsagi ngöi t’öhö ntsü nzabi ndü

“palabra, habla” “comida” “salto” “bajada” “sueño” “susto” “cansada” “muerto”

< < < < < < < <

ñö ñüni tsagi köi ’öhö tsü tsabi tü

(in) (in) (in) (in) (in) (in) (in) (in)

“hablar” “almorzar” “saltar” “bajarse” “dormir” “asustarse” “cansarse” “morirse”

Aparte de los verbos activos se tienen los verbos “inactivos”. Los verbos inactivos codifican su argumento sujeto morfológicamente como objeto, y son sintácticamente y morfológicamente inacusativos. En algunas lenguas hay dos clases de verbos inactivos: los verbos “pacientivos”, que designan cambios de estado, como el que aparece en 25a, y los verbos “estativos”, que refieren estados, como en 25b. En otras lenguas solamente hay verbos pacientivos. Las nominalizaciones de estos verbos designan normalmente entidades abstractas o propiedades, más raramente acciones. Por esta última razón, tal como se verá en la sección sobre los sustantivos de acción, no se encuentran apenas nominalizaciones de estos verbos dentro de la ccn.

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(25) sit a. ñ’i til ’i sier b. ntse mpa nxïdi

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“chile” < ’i (in) “comida” < ’i (in) “frío” < tse (in) “calor” < pa (in) “anchura” < xïdi (in)

“estar picoso” “estar picoso” “estar frío” “estar caliente” “ser ancho”

13.3.2. Morfología de la nominalización en otomí

Las nominalizaciones en las lenguas otomíes se derivan mediante la conversión en sustantivo de alguno de los temas flexivos del verbo. Es decir, se toma un tema de un verbo y se emplea directamente en un marco sintáctico nominal para que funcione­como sustantivo, del mismo modo que sucede frecuentemente en inglés, en ejemplos como work, “trabajar”, > work, “trabajo”; begin-ing, “comenzando” (del verbo begin “comenzar”), > begining, “comienzo”. En la conversión, se tienen hasta cinco posibles orígenes temáticos, tal como se especifica en 26, con ejemplos del otomí de Tilapa.15 (26) til Tema primario tp Tema secundario:16 ts Tema perfecto*: tperf Tema impersonal*: ti Tema estativo*: te

‘colgar algo’ tsuhti zuhti n-zuhti ts‹’›uhti n-ts‹’›uhti

‘vestir a alguien’ kohti kohti n-kohti k‹h›ohti n-k‹h›ohti h

De las nominalizaciones existentes derivadas a partir de un tema primario (tp), como las de 27, la mayoría procede de verbos intransitivos que no son agentivos, es decir, que pueden ser tanto activos no agentivos como inactivos. Los ejemplos vienen principalmente en la lengua otomí de San Ildefonso Tultepec, pero se aplican procesos similares en todas las lenguas. 15

16

En algunos casos hay también cambio de tono, pero el proceso es irregular e impredecible, por lo que no se puede decir que exista un proceso derivativo con morfología suprasegmental, y añade evidencia de que la derivación está léxicamente condicionada. De este tema se derivan sustantivos de agente como en el otomí de la sierra: däi, “comprador”, de täi, “comprar”, y por esta razón no se tratarán en esta sección, ya que como no designan estados de cosas no son susceptibles de aparecer en la fn de la ccn.

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Nominalización y complementación en otomí

(27) sit

a. tai

tp “mercado”

<

pont’i

“cruz”

< pont’i (láb) “cruzar/cruzarlo”

ñ’ëni

“juego”

< ñ’ëni (in) “jugar”

tse

“frío”

<

tse

(in)

“estar frío”

pa

“calor”

<

pa

(in)

“estar caliente”

ntxüi

“noche”

<

ntxüi

(in) “anochecer”

nde

“tarde”

<

nde

(in)

nthuni

“hervida”

<

nthuni (in) “hervir”

til

“ronquido”

<

kani

b. kani

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tai

(tr) “comprarlo”

“hacerse tarde”/ “atardecer”

(in) “roncar”

La mayoría de las nominalizaciones por conversión se originan, sin embargo, del tema impersonal (ti). En los verbos transitivos, el ti sirve de exponencia de una voz impersonal que desfocaliza la presencia de un agente, como en 28, y que se ha reanalizado en una forma pasiva, como en 29, donde el argumento sujeto del verbo pasivizado se codifica como objeto, semejante a los verbos con intransitividad­ escindida. (28) ’ne ’mba bi=’ndambi-gi=’mbe nt’a tela til y entonces 3.psd.r=ti/comprar.ta-1dat=pl.excl uno tela ‘Entonces nos compraron una tela.’ (Txt) (29) no=r xihta bi=k‹h›ot’-i sit def.sg=sg señor (3.)psd=‹ti›cerrar[3obj]-l ‘Al señor lo encerraron ~ el señor fue encerrado.’ (Txt)

Ejemplos de nominalizaciones que provienen de la conversión de un ti se ofrecen en 30. Los nominales, en 30a, provienen de verbos transitivos, y los de 30b, de verbos intransitivos activos agentivos, es decir, de inergativos. Los mecanismos morfológicos empleados en la producción de un ti son complejos (Voigtlander y Echegoyen, 1979; Palancar, 2009; entre otros).

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(30) ti tp sit a. ’bede “cuento”

< ’bede

< pede

(tr) “contarlo”

’befi

“trabajo”

< befi

< pefi

(tr) “trabajar en algo”

juni

“masa” < juni

< kuni

(tr) “molerlo”

hwöhi “milpa”

< hwöhi

< ’wöhi

(tr) “ararlo”

t’ï

“sueño”

< t’ï

< ’wï

(tr) “soñarlo”

b. t’öhö

“sueño”

< t’öhö < ’öhö (in) “dormir”

hñö

“palabra, habla” < hñö

’ofo “cosecha”

< ’ofo

< ñö

(in) “hablar”

< xofo

(in) “cosechar”

Aparte del ti, en la conversión se emplea también el tema estativo (te), como en los casos del ejemplo 31. El te se forma con un prefijo nasal que tiene función de estativo. En los verbos transitivos, y en algunos inergativos, el te se forma a partir del ti. (31)



te

tp

sit

mfeni

“pensamiento” < mfeni

<

beni (tr) “pensarlo”



m’ot’i

“siembra”

<

pot’i



nso ki

“llave” < nso ki

< xo ki

(tr) “abrirlo”



nthöt’i

“amarrada”

<

<

(tr) “amarrarlo”



ntsagi

“salto”

< ntsagi < tsagi



ñhu ki “gancho” < ñhu ki < hu ki



ñhüni

“comida”

< ñhüni < ñüni (in) “almorzar”



ñhëts’i

“altura”

< ñhëts’i <



ñ’i “chile” < ñ’i < ’i

h

< m’ot’i h

h

nthöt’i

h

thöt’i

h

h

hëts’i

(tr) “sembrarlo”

(in) “saltar” (in) “colgar” (in)

“ser alto”

(in)

“ser picoso”

sier ntse “frio” < ntse < tse

(in)

“estar frío”



mpa calor” < mpa < pa

(in)

“estarcaliente”



nxïdi “anchura” < nxïdi < xïdi

(in)

“ser ancho”

De los que se originan por conversión se tienen, por último, unos pocos que proceden de verbos intransitivos a partir de un antiguo tema perfecto (tperf ), como los que aparecen en 32. En algunos casos, el tema del que se originaron los sustantivos ha dejado de ser productivo en la lengua y es sólo reconstruible.

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Nominalización y complementación en otomí

(32)

tperf tp

sit

ngöi “bajada” < ngöi < köi

(in) “bajarse”



ndü

(in) “morirse”



nzabi “cansada” <



ntsü “susto” < *ntsü

“muerto” <

ndü

< tü

*nzabi < tsabi < tsü

(in) “cansarse” (láb) “asustarse”/“temer”

Finalmente, en el otomí de Tilapa, los nominales de los verbos de la tercera conjugación requieren del determinante de singular d’i en vez de ra. (33) ps til (dí) xadi

‘oración’ < xadi

(tr) ‘orar’



(dí) pefi

‘trabajo’ < pefi

(tr) ‘trabajar en algo’



(dí) töni ‘paseo’ < töni

(in) ‘pasear’



(dí) nzengwate ‘visita’

(in) ‘estar de visita’



(dí) ’ndohte

< nzengwate

‘dejada de comida’ < htohte

(in) ‘ir a dejar comida’

13.3.3. El significado de las nominalizaciones

Los sustantivos deverbales en lenguas otomíes pueden tener una semántica que denota objetos, como en 34a, que son en su mayoría instrumentos implicados en la acción designada por el verbo, pero también lugares funcionales, como en 34b.17 (34) a. Instrumento nsohki “llave” < xohki

(tr) “abrir”



ñhuhki “gancho” < huhki

(tr) “enganchar, colgar”



njo’mi

(tr) “tapar”



njwat’i “silla” < kwat’i

(in) “recargarse, arrimarse”



tai

“mercado” < tai

(tr) “comprar”



ngöi

“bajada” < köi

(in) “bajarse”



hwöhi “milpa” < ’wöhi

17

b. Lugar

“tapadera” < ko’mi

(tr) “arar”

Por conveniencia, todos los ejemplos de esta sección provienen del otomí de San Ildefonso Tultepec.

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Cuando el verbo original es estativo, el nominal refiere a la propiedad designada por el verbo, como en 35. (35) Propiedad

tse

“frío” < tse

(in)

“estar frío”



pa

“calor”

(in)

“estar caliente”



ntxïdi

“anchura” < xïdi (in)



ñhëts’i “altura” < hëts’i (in)

< pa

“ser ancho” “ser alto”

Sin embargo, en la mayoría de los casos,hay sustantivos de acción con semántica­ eventiva que designa la acción del verbo de forma holística; es decir, referida como un todo que se puede evaluar o hablar de él, como en 36a, y muchas veces, el mismo­sustantivo de acción puede emplearse para designar asimismo al producto resultado de la acción, como, por ejemplo, en 36b. (36) Acción a. njohki

“barrida, barrer”

< johki

(tr) “barrer”

ntho’ts’e “cocida, cocer”

< ho’ts’e

(tr) “cocer”

Acción b. thühü

“cantar”/“canción”

< tühü

(láb) “cantar”

producción nt’ofo

“escribir”/“escritura”

< ’ofo

(in) “escribir”

ñ’ëni “jugar”/“juego, jugada”

< ñ’ëni

(in) “jugar”

juni “molida”/“masa”

< kuni

(láb) “moler”

mfeni “pensar”/“pensamiento”

< beni

(láb) “pensar”

mfë “robar”/“robo” < pë (tr) “robar” t’afi “sacada de aguamiel”/ < ’afi (tr) “sacar “aguamiel” aguamiel” m’ot’i “sembrar”/“siembra”

< pot’i

(tr) “sembrar”

Por último, en ocasiones, el sustantivo deverbal no refiere tanto a la acción del verbo sino al resultado de la misma, como en los ejemplos 37. En los pocos casos de los que se dispone, se trata siempre de verbos intransitivos. (37) nde

“tarde”

< nde

(in) “atardecer”



nsagi

“salto”

< ntsagi

(in) “saltar”



ntsü

“susto”

< tsü

(láb) “asustarse”/“temer”.

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Nominalización y complementación en otomí

13.3.4. Los sustantivos de acción que aparecen en la ccn

En la construcción, la fn realiza el argumento eventivo del verbo matriz, por lo tanto, solamente se encuentran en este marco nominalizaciones que designan eventos­y nunca entidades. El tipo de nominalización que se emplea en la fn de la construcción depende en gran medida del tipo de predicado matriz y, de esta combinación surgen dos subtipos de ccn. Con los predicados de control de sujeto, la ccn se emplea con un verbo nominalizado­que designa una actividad agentiva percibida como convencional o rutinaria, llevada a cabo por un ser humano, tal como se muestra en el ejemplo 38.18 (38) juni “molida”, ’befi “trabajo”, mfë “robo”, ’bot’i “siembra”, mpit’i “orinada”, etcétera. sit

Desde un punto de vista gramatical, los sustantivos que pueden emplearse como argumentos de los predicados de control de sujeto son típicamente nominalizaciones de verbos intransitivos inergativos, es decir, de los activos agentivos, como en 39. Se dan ejemplos varios tomados de distintas lenguas, ya que el mismo principio se aplica a todas ellas, y en la mayoría de los casos, encontramos incluso sustantivos cognados.

(39) a. t’afi

“aguamielada” < ’afi

(in)

“sacar aguamiel”

sit ñhüni “comida”

< ñüni

(in) “comer”

t’edi “cosida”

< ’wedi

(in) “coser”

moge “desnudada” < poge

(in) “desnudarse”

nt’ofo “escritura”

(in) “escribir”

< ’ofo

su “leñada” < xu

(in)

mpit’i “orinada”

(in) “orinar”

b. thi

< mpit’i

“hacer leña”

“baño” < hi (in) “bañarse”

sier sofo “cosecha” < xofo

(in) “cosechar”

ts’oni “llanto”

(in) “llorar”

’bu

“molida de caña” < pu

mbonni “paseo” 18

< zoni

(in)

“moler caña”

< mbonni (in) “pasear”

Como la derivación de sustantivos de acción no es productiva, no todos los verbos que expresan accio­ nes habituales tienen siempre un correlato léxico en un sustantivo que se pueda emplear en la ccn.

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c. hnë “baile”

< në

(in) “bailar”

til ’mbi

“defecada” < pi

(in) “defecar”

sku-’mbi

“orinada” < skuh-pi

(in) “orinar”

’mbet’i

“tortilleada” < pet’i

(in)

“echar tortillas”

mbehti

“limosneada” < pehti

(in)

“pedir limosna”

(in)

“dejar comida”

’ndohte

*tohte

“dejada de comida” <

’ndyühü

htyühü19 “siembra” <

ntxü

“siembra” <

syö

“habla”/“palabra” < ñö

(in) “sembrar” (in) “hablar”

t’ëni “juego”

< *’ëni

(in) “jugar”

t’ö “sueño”

< ’öhö

(in) “soñar”

Además de los verbos intransitivos inergativos básicos del ejemplo 39, en el otomí de Tilapa hay en la construcción nominalizaciones de verbos lábiles o ambitransitivos. Estos verbos lábiles pueden funcionar sin más aparato morfológico tanto como transitivos como intransitivos inergativos. Cuando funcionan como transitivos, refieren una acción que aspectualmente es una realización (en inglés, accomplishment), tal como se muestra en 40a; mientras que, cuando lo hacen como intransitivos, designan una actividad humana convencional, como en 40b. (40) a. gi=johku=na nkü til 2.pres.irr=barrer.d[3obj]=dem.sg casa ‘Barres la casa.’ h b. g‹w›u=johku=k’w=a a kamusanto ‹loc›2.pres.irr=barrer.d[3obj]=distal=encl p.loc cementerio ‘Vas a barrer allá en el panteón.’ (Txt)

19

Los dos sustantivos ’ndyühü y (n)txü, “siembra”, en 39c, del otomí de Tilapa, muestran un caso léxico poco común que consiste en tener dos nominalizaciones distintas de un mismo verbo. Estos sustanti­ vos son sinónimos en Tilapa. En el otomí de San Ildefonso Tultepec, se encuentra un caso muy parecido pero esta vez para un verbo transitivo. Se trata del verbo pot’i (tr), “sembrar”, del cual se tienen los nominales, m’ot’i —del te— y ’bot’i —del ti—. Sin embargo, mientras el primero se emplea para denotar el evento de forma holística, el acto de sembrar este año o el año que viene, que se puede evaluar como fructífero, excelente o pésimo por su resultado, el segundo denota la acción, el acto de estar sembrando y solamente el segundo aparece en la ccn.

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403

Nominalización y complementación en otomí

En 41 se dan algunos ejemplos de nominalizaciones del otomí de Tilapa que se pueden emplear en la ccn y que proceden de verbos lábiles. (41) hwö

“barbechada” < ’wö

(láb)

til

njohki

“barrida” < johki

“barbechar, surcar”

(láb) “barrer”



’mbaxi

“barrida” < paxi

(láb) “barrer”



tyü

“canto” < tyü

(láb) “cantar”



’mbeni

“lavada” < peni

(láb)



’ntxühki

“limpiada” < txühki

(láb) “limpiar”



juni

“molida” < kuni

(láb)



xadi

“oración” < xadi

(láb) “rezar”

“lavar ropa” “moler maíz”

Ante ejemplos como los dados en 41, surge la pregunta de si la nominalización se creó a partir del sentido transitivo del verbo como acción o de su uso intransitivo­ como actividad. Desde un punto de vista morfológico, en estos ejemplos, no existe­ manera de distinguir cuál es el verbo base. No obstante, en otras lenguas, en las que no hay apenas verbos lábiles, como el otomí de San IldefonsoTultepec, se tienen nominalizaciones como las de 41, de los verbos transitivos correspondientes, tal como se observa en 42, pero con la restricción de que el verbo transitivo tenga un correlato léxico intransitivo bajo la forma de un verbo antipasivo. En este trabajo, un verbo antipasivo en otomí es un verbo intransitivo inergativo derivado que expresa la acción del verbo transitivo como agentiva, convencional y rutinaria. (42) njohki “barrida” < johki (tr) “barrerlo” > njohki (in) “barrer” 20 < ho’ts’e (tr) “cocerlo” > ñho’ts’e (in) “cocer” sit ntho’ts’e “cocida” mpohmi “embrocada” < pohmi (tr) “embrocar tierra” > mpohmi (in) “embrocar tierra” ’beti “limosneada” < pehti (tr) “limosnearle” > mpehti (in) “limosnear” ñ’üspi “lumbreada” < ’üspi (tr) “hacer lumbre” > ñ’üspi (in) “hacer lumbre” 20

Se refiere al acto de cocinar alguien, no al proceso de cocinarse los alimentos.

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juni ñ’adi sadi mfë ’bot’i ’bëfi m’a nkode

“molida” < kuni “petición” < ’adi “rezo” < xadi “robo” < pë “siembra” < pot’i “trabajo” < pëfi “venta” < pa “vestida” < kode

(tr) “molerlo” > nkuni (tr) “pedirlo” > ñ’adi (tr) “rezarlo” > ntxadi (tr) “robarlo” > mpë (tr) “sembrarlo” > mpot’i (tr) “trabajar en algo” > mpëfi (tr) “venderlo” > mpa (tr) “vestirlo” > nkode

(in) “moler” (in) “pedir” (in) “rezar” (in) “robar” (in) “sembrar” (in) “trabajar” (in) “vender” (in) “vestirse”

Nótese que en 42, por lo tanto, aunque el nominal procede morfológicamente­ de la versión transitiva del verbo y no de su derivado antipasivo, el verbo transitivo semánticamente tiene que permitir una lectura posible de verbo de actividad, que a su vez permita la creación de un nominal de acción, que tal como veremos en la sección siguiente, resulta también intransitivo. Este patrón se observa también en algunos pocos verbos en el otomí de Tilapa, tal como se muestra en 43, por lo que se piensa que esto es generalizado. (43) pefi “trabajo” < pefi (tr) “trabajar” > mpefi (in) “trabajar” til ’mbadi “cuidado” < fadi (tr) “cuidarlo” > mfadi (in) “atender de animales animales”

Se encuentran también casos aislados, como los dos del ejemplo 44, donde no parece existir el correlato antipasivo. (44) thoni “búsqueda” < honi (tr) “buscarlo” > _ hpehni (tr) “mandarlo” > _ til ’mbehni “enviada” <

Los verbos antipasivos de los ejemplos 42 y 43 se derivan con un prefijo nasal que se afija al tp del verbo transitivo en cuestión. Existen otros dos tipos de verbos antipasivos: los compuestos y los derivados con -te. Un gran número de nominalizaciones que aparecen en la ccn con predicados de control de sujeto se han derivado de estos dos tipos. Es importante recordar que todos los verbos antipasivos son un subtipo de verbos inergativos. Ejemplos de nominalizaciones originadas de verbos compuestos se presentan en 45a, de la lengua de San Ildefonso Tultepec; en 45b, de la lengua de la Sierra, y en 45c, de la de Tilapa.

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(45) a. njux-jödo

“cercada” < jux-jödo (in) “cercar”

sit ’ba-mboi

“cuidado” < fa-mboi

(in) “cuidar animales”

njo-ju

“juntada de frijol”

< jo-ju

(in) “juntar frijol”

thonga-k’ani

“recogida de quelites”

< honga-k’ani

(in) “recoger quelites”

thuhk-lolo

“cortada de fruta”

< tuhk-lolo

(in) “cortar fruta”

thuhka-’raxt’ö

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“cortada de nopalitos” <

tuhka-’raxt’ö

thuhka-köhö

“cortada de tunas”

tuhka-köhö

ju-hwö

“pesca” < ju-hwö (in) “pescar”

’be-jwa

“caza” < pe-jwa (in) “cazar”

tho-pts’udi

“matanza de puerco”

< ho-pts’udi

(in) “hacer matanza de puerco”

tho-boi

“matanza de ternera”

< ho-boi

(in) “hacer matanza de ternera”

tho-kdo

“matanza de guajolote” < ho-kdo

(in) “hacer matanza de guajolote”

junga-ñ’i

“molida” < kunga-ñ’i (in) “moler”

ts’i-the

“tomada” < tsi-the (in) “tomar un trago”

ñ’e-ñö

“peinada” < ’e-ñö (in) “peinarse”

til b. nthü-dethä

“siembra de maíz”

< thü-dethä

(in) “sembrar maíz”

’be-’bida

“tocada de música”

< pe-’bida

(in) “tocar música”

sier c. thon-jo

“hongueada” < hon-jo

(in) “honguear”

ntson-za

“rajada de leña”

< ntson-za

(in) “rajar leña”

ts’i-hme

“comida”, “alimento”

< tsi-hme

(in) “comer”

<

(in) “cortar nopalitos” (in) “cortar tunas”

Los verbos compuestos antipasivos que sirven de base para las nominalizaciones­ en 45 provienen de la composición de un tema verbal transitivo más el tema nominal­del objeto paciente de la acción, tal como se muestra en 46, y corresponden­ al tipo I de incorporación nominal en Mithun (1984). Los temas implicados, tanto verbales como nominales, aparecen con frecuencia en una forma ajustada morfofonológicamente en la composición. (46)a. jux-jödo

(in) “cercar”

sit fa-mboi

(in) “cuidar animales” <

fadi (tr) “cuidar” + boi “animal vacuno”

jo-ju

(in) “juntar frijol”

jo (tr) “juntar” + ju “frijol”

honga-k’ani

(in) “recoger quelites” <

honi (tr) “buscar” + k’ani “quelite”

tuhk-lolo

(in) “cortar fruta”

tuhki (tr) “cortar (fruta)” + lolo “fruta”

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< juts’i (tr) “cercar”+ jödo “pared” < <

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tuhka-’raxt’ö (in) “cortar nopalitos” <

tuhki (tr) “cortar (fruta)” + ’raxt’ö “nopalito”

tuhka-köhö

(in) “cortar tunas”

<

tuhki (tr) “cortar (fruta)” + köhö “tuna”

ju-hwö

(in) “pescar”

< ju (tr) “agarrar” + hwö “pez”

pe-jwa

(in) “cazar”

< pe (tr) “cazar” + jwa “conejo”

ho-pts’udi (in) “hacer matanza de puerco”

<

ho (tr) “matar” + ts’udi “puerco”

ho-boi (in) “hacer matanza de ternera”

<

ho (tr) “matar” + boi “animal vacuno”

ho-kdo (in) “hacer matanza de guajolote”

<

ho (tr) “matar” + kodo “guajolote”

kunga-ñ’i

(in) “moler”

< kuni (tr) “moler” + ñ’i “chile”

tsi-the

(in) “tomar un trago”

<

’e-ñö

(in) “peinarse”

< ’e (tr) “peinar” + ñö “cabeza”

til b. thü-dethä

(in) “sembrar maíz”

<

thühü (láb) “sembrar” + dethä “maíz”

hpe-’bida

(in) “tocar música”

<

hpe (tr) “tocar (instr.)” + ’bida “música”

sier c. hon-jo

(in) “honguear”

< honi (tr) “buscar” + jo “hongo”

ntson-za

(in) “rajar leña”

<

tsi-hme

(in) “comer”

< tsi (tr) “ingerir” + hme “tortilla”

tsi (tr) “ingerir” + dehe “agua”

tsoni (tr) “rajar (leña)” + za “leña, madera”

El otro subtipo de verbos antipasivos presenta el sufijo -te. El proceso es antiguo: se encuentra un mayor número de estos verbos en las lenguas conservadoras. En las lenguas innovadoras no se tienen nominalizaciones de este tipo de verbos en la ccn. Algunos ejemplos de los pocos que existen se dan en 47, del otomí de Tilapa. (47) ’mbahpute til hñöhte nzengwate

“venta” < hpa-hpu-te (in) < pa “ayuda” < ñö-hte (in) < ñöni “saludo” < zengwa-te (in) < zengwa

(tr) “vender” (tr) “ayudar” (tr) “saludar, visitar”

Una manera de entender la restricción sobre el tipo de nominalización que requiren los verbos agentivos es proponer que estos predicados asignan caso semántico de agente al sujeto de la nominalización, de tal manera que el predicado tiene que ser activo (v.g. inergativo), como en 48, pero nunca inactivo (v.g. inacusativo).

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(48) gaiAG=mba (na __iAG nzete21) fn sier 1.pres.irr =ts/ir sg.nom trabajo.ajeno ‘Me voy a trabajar ajeno.’ (E&V 2007: 495.) (49) * da=ma=r ndü sit 3.pres.irr=ts/ir=sg muerto Lectura buscada: ‘Se va (a algún lugar) a morirse.’

Sin embargo, el componente semántico de convencionalidad es crucial en la ccn, y este valor no lo puede imponer la sintaxis desde el predicado matriz. Por ejemplo, las nominalizaciones de verbos inergativos que designan eventos no ruti­ narios en la vida diaria de la comunidad lingüística no pueden emplearse en la construcción. Esto se muestra en la imposibilidad de 50a. Estos eventos se codi­ fican mediante una cláusula subordinada yuxtapuesta reducida, como en 50b. (50) a. * bi=ma ar ntsagi sit 3.psd=ts/ir sg salto Lectura buscada: ‘Fue a saltar.’ b. bi=ma [da=n tsag-i] 3.psd=ts/ir 3.pres.irr=flex saltar-l ‘Fue a saltar.’

Excepcionalmente, se admiten en la ccn predicados que no son esencialmente­ agentivos pero que sí refieren a acciones rutinarias; por ejemplo, el caso de nti, “borrachera”, en 51, del otomí de Tilapa. (51) bi=mba ra ntï til 3.psd=ts/ir sg.nom borrachera ‘Fue a emborracharse.’

Este nominal procede del verbo tï que tiene la significación de “emborracharse”,­ extensión semántica de su significado original como “marearse”. Este verbo no es activo como los anteriores sino un incoativo pacientivo. Prueba de ello es que 21

La nominalización proviene del verbo antipasivo ze-te, “ayudar en el trabajo, colaborar” y éste a su vez, del transitivo zedi, “ayudarlo en el trabajo”.

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presenta un patrón escindido en el cual su argumento sujeto se codifica con morfología de objeto, tal como se muestra en 52. (52) b‹w›u=tu-htï=gi til ‹loc›(3.)psd.r=inco-emborracharse/marearse=1obj ‘Me emborraché/mareé.’

El nominal ntï puede también significar “mareo”; el hecho de que pueda aparecer en el marco construccional del ejemplo 51 responde a que, en su significado de “borrachera”, refiere en realidad a una acción concebida semánticamente como agentiva, convencional y rutinaria, de la misma manera que todos los inergativos presentados en esta sección. El nominal, en vez de referir al efecto incontrolado que el alcohol puede tener en el individuo que lo consume, refiere más bien a la ingesta de alcohol con el fin de alterar volitivamente el estado físico y psicológico. En lenguas innovadoras, las dos significaciones han dado pie a dos verbos distintos. Por ejemplo, en el otomí de San Ildefoso Tultepec, mientras que el verbo para “marearse” es pacientivo, como en Tilapa (ntïngabi), el verbo para “emborracharse” es el verbo activo medio ntï. En contraste con los predicados agentivos, los predicados matrices fasales y causativos no imponen restricciones sobre el sujeto de la nominalización, de tal manera que permiten deverbales tanto de verbos activos como inactivos, como en el ejemplo 53, donde tenemos deverbativos de verbos inergativos, con una posible significación rutinaria en 53a, pero sin ese rasgo en 53b. Lo mismo sucede con nominales de verbos activos no agentivos que tienen argumento sujeto inanimado, como en 54a, o incluso con uno de los pocos nominales de inactivos que refieren acciones y no propiedades, como en 54b. (53) a. ya nu=’mu xta=gwa-’=ñhüni sit ya def=cuando 3.prf.irr=ts/acabar.ta-d=comida ‘Ya cuando acaban de comer.’ (Txt) sier b. bi=n-he=na ts’oni 3.psd =ts-dejar.d[3obj]=sg.nom llanto ‘Dejó de llorar.’ (Voigtlander y Echegoyen, 1979: 306) (54) a. ta in=da gwa=r nthuni sit hasta neg=3.pres.irr ts/acabar.d=sg hervida ‘Hasta que no acabe de fermentar.’ (Txt)

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til b. hin=a he’=ra ntï a sku ja’ni neg=[3.pres]cont dejar.d[3obj]=sg.nom borrachera def.sg dim persona ‘El señor no ha dejado de tomar.’ (Txt)

13.4. Intransitividad y nominalización

Fuera del ámbito de la ccn, el argumento sujeto de una nominalización se codifica­ en una fn poseída, tal como se ilustra en 55. Nótese que en estos ejemplos, como en los casos mostrados con anterioridad, la marca de posesivo de tercera persona es un tono alto que se hospeda en el determinante de la fn núcleo o poseída. (55) a. bi=xif-i hangu [ná nxïdi [ra xithe]] sier 3.psd=decir.3dat-L cómo sg.nom.3pos anchura sg tabla ‘Le dijo cuánto (es) lo ancho de la tabla.’ (Voigtlander y Echegoyen, 2007: 172.) (Lit. ‘[…] su ancho (de la) tabla.’ til b. [rá ntï [a sku ja’ni]] sg.nom.3pos borrachera def.sg dim señor ‘La borrachera de ese señor’ (Txt) (Lit. ‘[…] su borrachera (de) el señor.’

Sin embargo, en la ccn, el sujeto de la nominalización no puede hacerse explícito mediante la construcción de posesión de 55, ya que es siempre correferencial con uno de los argumentos del verbo matriz. Por ejemplo, la fn yo ts’unt’u, “(los) muchachos”, en 56, no se puede interpretar como el sujeto de la nominalización mpei, “trabajo”, de la misma manera que en la estructura de los ejemplos de 55, sino como la fn sujeto del verbo matriz pädi, “saber hacer algo”. (56) ii=päh=[na ___i mpefi] [yo ts’unt’u]i sier 3.pres.r=saber.d=sg.nom trabajar pl muchacho ‘Los muchachos saben trabajar.’ (V&E: 4.)

Nótese, por ejemplo, que ésta es la posición natural para el sujeto de la cláusula en el otomí de la Sierra, ya que las lenguas conservadoras son de orden básico vos. En la sintaxis de la ccn, con un predicado como pädi, “saber hacer algo”, se requiere que su sujeto sea obligatoriamente correferencial con el sujeto de la nominalización, que ya no se puede explicitar (esto se indica con el guión bajo y el

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subíndice “i”, que indica correferencialidad). No se puede, por lo tanto, tener una estructura poseída similar a la de 55, tal como se ilustra en la agramaticalidad de 57. (57) * ii=päh=[ná mpefi [yo ts’unt’u]i] sier 3.pres.r=saber.d=sg.nom.3pos trabajar pl muchacho Lectura buscada: ‘Los muchachos saben trabajar.’

Por otro lado, las nominalizaciones en lenguas otomíes son intransitivas. Este rasgo parece ser areal mesoamericano, ya que se encuentra, también por ejemplo, en la familia maya —en k’ichee’ (Can Pinxabaj, 2009); en mam (véase capítulo 10); en chol (véase capítulo 11); en q’anjob’al (véase capítulo 9)— así como en algunas lenguas mixe-zoques, como el mixe de Ayutla (véase capítulo 8), datos que sugieren que la situación no es coincidental (para la innovación de infinitivos transitivos en tseltal véase el capítulo 12). Como consecuencia de su carácter intransitivo, las nominalizaciones de verbos transitivos no pueden coaparecer con una fn que refiera al objeto, tal como se muestra en la imposibilidad de 58, donde los nominales sädi, “rezo”, y ’mbaxi, “barrida”, tienen solamente un argumento sujeto agentivo: el que realiza la acción del rezo y la barrida, respectivamente. (58) a. * ga=ma [ár sadi [no=r txita]] sit 1.pres.irr=ts/ir sg.3pos rezo def.sg=sg santo Lectura buscada: ‘Voy a rezar al santo.’ til b. * txá=nde [rá ’mbaxi [ar nkü]] 1.pres.cont.r=querer[3obj] sg.nom.3pos barrida sg casa Lectura buscada: ‘Quiero barrer la casa.’

En contadas ocasiones encontramos nominalizaciones de orientación pasiva, en las que el argumento sujeto es realmente el paciente semántico. El fenómeno requiere de más investigación pues se asemeja mucho al comportamiento de las nominalizaciones de verbos transitivos en maya k’ichee’ estudiados por Can Pinxabaj, 2009. Sin embargo, debido a que la derivación no es productiva en otomí, resulta más difícil de atestiguarse. Casos aislados aparecen, como el del ejemplo 59, donde el único argumento de thai, “compra”, no es el agente o la persona que compra el chile seco, sino el chile mismo como producto de la compra. De esta manera, se tiene una nominalización de orientación pasiva. A pesar de la traducción al español, en el ejemplo 59 no existe correferencia entre el sujeto del verbo

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honi, “buscar”, y el de la nominalización thai, “compra”, y por lo tanto, es un ejemplo de no ccn. Su traducción literal no es la que aparece como la versión “a” sino, más bien, la que se da en “b”. (59) ga=hon-b-a=[rá thai [ra ’yommá-n’i]] sier 1.pres.irr=buscar.dat-3dat-d=sg.3pos compra sg secarse.d-chile ‘Conseguiré dinero para comprar chile seco.’ (Echegoyen y Voigtlander, 2007: 495) a. * (Lit. ‘Conseguiré su compra del chile seco.’) b. (Lit. ‘Le conseguiré su ser comprado del chile seco.’)

13.5. Uso de la ccn

La ccn es generalmente una estructura alternativa libre de la construcción de complementación que emplea una cláusula yuxtapuesta reducida. En este sentido, el contenido de ejemplos como 60a puede también codificarse como en 60b, sin diferencia aparente en la significación, salvo el sentido translocativo específico que se codifica en 60b. (60) a. xtú=mba [ra mbeni] til 1.prf.r=ts/ir sg.nom lavada.de.ropa ‘Fui a la lavar.’ b. xtú=mba [g‹w›u=hpen-i] 1.prf.r =ts/ir ‹loc›1.pres.irr=lavar.ropa-l) ‘Fui a la lavar (a otro lugar).’

No obstante, en ocasiones, la ccn se emplea para designar un evento más convencional y el empleo de la estructura tiene carácter casi de expresión idiomática para designar este tipo de eventos, como, por ejemplo, en 61a, donde la ccn refiere a la capacidad de hablar, mientras que el uso de la subordinada yuxtapuesta, en 61b, tiene una lectura de un acto puntual. (61) a. ru=hpö=[ra syö]=ni til [3.pres]hab.r=saber.d[3obj]=sg.nom habla=dem.dist.sg ‘Él sabe/puede hablar.’

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b. tú=hpöd-i [gu=gu=tú-ñö] 1.psd.r=saber[3obj]-l 1.pres.irr=psd.irr=1-hablar ‘Supe qué decir.’

13.6. Resumen de la propuesta

En este capítulo he presentado una construcción de complementación por nominalización que se encuentra en todas las lenguas otomíes. Esta construcción es funcionalmente equivalente a las estructuras no finitas del tipo “saber bailar”, pero está basada en el marco sintáctico de una frase verbal transitiva [v+fn-obj], donde la fn en la posición de objeto es una nominalización verbal del tipo “saber baile”. En la mayoría de sus instancias, la construcción se emplea para expresar actividades humanas agentivas, convencionales y rutinarias, tales como “ir a nadar”, “ir a cazar”, “querer escribir”, y no se puede emplear con las no agentivas “ir a morirse” ni con las no rutinarias “querer saltar”. En el capítulo se ha visto asimismo que las nominalizaciones son intransitivas en otomí, por lo que no se puede emplear la construcción para nociones del tipo “acabar de beber el café”. En este sentido, la construcción tiene un ámbito semántico muy reducido y no es una estructura favorita incluso en su significación, y al respecto, compite con otra estructura pro­ ductiva de complementación que emplea una cláusula yuxtapuesta de sintaxis re­ducida.

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Sobre los autores

Alejandra Capistrán-Garza es licenciada Lingüística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y doctora en Lingüística por El Colegio de México, con la tesis Expresión de argumentos, funciones gramaticales y transitividad en p’or­hépecha. De 1996 a 1998 fue miembro del Seminario de Lenguas Indígenas de México (unam), y desde 2000 es profesora-investigadora del Área Problemas Lingüísticos de México, Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana­Iztapalapa. Es especialista de la lengua p’orhépecha o tarasco. Entre sus publi­ caciones sobre la lengua p’orhépecha o tarasco se encuentran: “Variaciones de orden de constituyentes en p’orhépecha. Topicalización y focalización”, Pau­lette Levy (ed.), Del cora al maya yucateco: estudios lingüísticos sobre algunas lenguas in­ dí­genas mexicanas, unam, 2002; “Sufijos de aumento de participantes de tipo dativo: ¿existen aplicativos en p’orhépecha?”, Southwest Journal of Linguistics, 2006; Locative and orientation descriptions in Tarascan: topological relations and frames of re­ference, Language Sciences, 2011. Correo electrónico: . Verónica Vázquez Soto es licenciada en Lingüística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México, con una tesis sobre la fonología del náhuatl clásico (1977) y doctora en Lingüística por la Universidad de Mont Saint Aignan en Alta Normandía en Francia. Es investigadora de tiempo completo­ en el Seminario de Lenguas Indígenas del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es especialista de la lengua cora. Ha publicado en extenso artículos en revistas especializadas, capítulos de libros y artículos sobre diversos temas de fonología, documentación y morfosintaxis del cora. Entre los recientes de 2010 se encuentran “Documenting different genres of oral narrative in Cora”, en Lenore A. Grenoble y N. Louanna Furbee (eds.), Language Documentation. Practice and values, John Benjamins; “Construcciones de predicación depictiva en cora meseño”, en Judith Aissen y Roberto Zavala (eds.), La predicación secundaria en lenguas de Mesoamérica, ciesas. Correo electrónico: . 433

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Valentín Peralta Ramírez es licenciado en Lingüística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y maestro en Lingüística Indoamericana por el ciesas. Es profesor-investigador en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y es especialista del náhuatl, lengua sobre la que ha publicado en extenso tanto sobre la variante central de la que es hablante nativo como del náhuat del Golfo. Correo electrónico: . Alejandro Curiel Ramírez del Prado es licenciado en Letras Clásicas y maestro en Lingüística Indoamericana por el ciesas. Actualmente, trabaja como investigador en el Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas y como docente en la Facultad de Filosofía y Letras, ambos centros de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es especialista del maya tojol-ab’al y ha publicado artículos sobre esta lengua y sobre el griego antiguo. Correo electrónico: Adán Francisco Pascual es licenciado en Lingüística por la Universidad Rafael Landívar de Guatemala y maestro en Lingüística Indoamericana por el ciesas. Actualmente es estudiante de doctorado en Lingüística en la Universidad de Texas en EUA. Es autor y coautor de varios trabajos de lingüística maya (libros y artículos), particularmente sobre el q’anjob’al, que es su lengua materna. Correo electrónico: . Rodrigo Romero Méndez es licenciado y maestro en Lingüística por la Universidad Nacional Autónoma de México y doctor en Lingüística por la Universidad de Nueva York en Búfalo, EUA. Su tesis doctoral fue una gramática descriptiva de la lengua mixe hablada en el municipio de Ayutla. Actualmente labora como investigador en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: . Nora C. England es doctora en Antropología y Lingüística por la Universidad de Florida, EUA. Durante 24 años fue docente en la Universidad de Iowa y desde 2001 labora como profesora asociada en el Departamento de Lingüística de la Universidad de Texas en Austin, donde es directora del Centro para los Idiomas Indígenas de Latinoamérica. Fue fundadora y asesora de la asociación okma (Oxlajuuj Keej Maya’ Ajtz’iib’) de Guatemala, dedicada al estudio, investigación y difusión de las lenguas mayas. Es especialista de lenguas mayas, más concretamente­ del mam. Es autora de A Grammar of Mam: a Mayan Language, Austin, University­

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Sobre los autores

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of Texas Press, 1983; Introducción a la gramática de los idiomas mayas, Guatemala, Cholsamaj, 2001. Correo electrónico: . Eladio Mateo Toledo, alias B’alam, es doctor en Lingüística por la Universidad de Texas en Austin, EUA. Es profesor-investigador del ciesas-Sureste. Se ha especializado en la documentación y descripción de la morfosintaxis y sintaxis de lenguas mayas, en particular del q’anjob’al, y awakateko. Ha publicado extensamente sobre finitud y aspecto, predicación compleja y variación dialectal, su artículo más reciente “Secondary Predication in Q’anjob’al (Maya): Structure and Semantic Types” se publicó en el International Journal of American Linguistics. Es miembro de la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala y fue miembro activo del grupo de investigación lingüística okma (Oxlajuuj Keej Maya’ Ajtz’iib’) desde 1997 hasta su cierre en 2009. Correo electrónico: . Gilles Polian es doctor en Lingüística por la Universidad de París 3, Francia. Es profesor-investigador del ciesas-Sureste. Es especialista en la descripción de lenguas mayas, en particular del tseltal. Desde 2006 coordina un proyecto amplio de documentación de este idioma en varios municipios de los Altos de Chiapas. Es autor de una gramática de referencia del tseltal publicada en 2013 en el ciesas y en la actualidad se dedica a la elaboración de un atlas dialectológico y un diccionario multidialectal de esta misma lengua. Correo electrónico: . Enrique L. Palancar es licenciado y doctor en Filología por la Universidad Complutense de Madrid, España, donde estudió germanística y lingüística general­. Durante 10 años laboró como docente-investigador en la Universidad Autó­noma de Querétaro. Ha publicado extensamente sobre el otomí, así como sobre otras lenguas. En la actualidad labora como investigador en el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia asociado al laboratorio Structure et Dyna­mique des Langues (UMR8202) y es miembro del Grupo de Morfología de Surrey, en la Universidad de Surrey, Reino Unido. Es autor de la Gramática y Textos del Hñöñhö: Otomí de San Ildefonso Tultepec, Querétaro, Plaza y Valdés, Universidad Autónoma de Querétaro, 2009. Correo electrónico , . Roberto Zavala Maldonado es licenciado en Lingüística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y obtuvo la maestría y doctorado por la Universi­ dad de Oregon en Eugene, EUA. Desde 2001 labora como docente-investigador

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en el ciesas-Sureste y es experto en varias lenguas mesoamericanas, sobre todo de la familia maya y mixe-zoque. Ha publicado extensamente y es autor de El kanjobal de San Miguel Acatán, Universidad Nacional Autónoma de México, 1992. Su tesis doctoral, titulada “Inversion and Other Topics in the Grammar of Olutec (Mixean)”, ganó en 2001 el premio Mary R. Haas de la Sociedad de las Lenguas In­dígenas de América (ssila) al mejor trabajo doctoral sobre una lengua indígena americana. Correo electrónico: .

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Clases léxicas, posesión y cláusulas complejas en lenguas de Mesoamérica, se terminó de imprimir en el mes

de diciembre de 2013 en los talleres de Gráfica Creatividad y Diseño, S.A. de C.V., Av. Plutarco Elías Calles, núm. 1321 A, Col. Miravalle, Deleg. Benito Juárez, México, D.F., C.P. 03580. El tiraje consta de 500 ejemplares.

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