Precaria Situacion Fiscal en Puerto Rico

Precaria Situación Fiscal en Puerto Rico

La isla atraviesa momentos difíciles, sobre todo durante una época tan importante. Es cierto que las arcas nacionales están exhaustas, que los recaudos no son suficientes y que las deudas son excesivas. Se dice que el país está en quiebra, que el gobierno no cuenta con fondos suficientes y que las agencias federales nos niegan ayuda. Lo cierto es que la situación es desesperante y que el pueblo es el principal afectado. También es cierto que el problema no es reciente, que es la acumulación de décadas de mala administración, que es el resultado de décadas de desinformación, explotación y politiquería. Es igual de cierto que los supuestos líderes del país han sido ineficientes, corruptos e inconscientes. Pero esa no es la raíz del problema, todo esto no son más que síntomas de la verdadera quiebra que sufre el país, la Quiebra Moral, Ética, Intelectual y Espiritual. El verdadero problema es nuestro propio afán a adjudicar culpas y nuestra falta de capacidad para asumir responsabilidades y aceptar errores. Nuestro fanatismo político y pobre sentido cívico al igual que nuestro egoísmo i nuestra incapacidad para tomar acción positiva son los principales factores contribuyentes al deterioro de nuestra sociedad y por ende a la precaria situación fiscal del país.
Nos preocupamos porque nos den, nos otorguen, nos regalen y nos mantengan pero no nos esforzamos por contribuir a la solución, por aportar al desarrollo, por apoyar al local. No podemos hablar de una crisis fiscal y de una quiebra nacional cuando no estamos dispuestos a asumir responsabilidades y tomar las riendas de nuestro propio destino de forma responsable. Exigimos que se nos page el bono y se nos devuelva el reintegro sin considerar las consecuencias. Queremos que hagan por nosotros cuando no somos capaces de hacer por nosotros mismos ni por los demás.
No podemos hablar de una quiebra cuando hay tantas empresas que continúan haciendo remesas millonarias al extranjero, cuando compramos sin medida a las multinacionales pero no patrocinamos a las locales. Hablamos de incentivar y apoyar lo de aquí cuando en realidad no valoramos lo que somos capaces de producir. Hablamos de comprarle al de aquí y cuando vamos a mercado encontramos que los productos ofrecidos sin extranjeros e su gran mayoría y que los pocos productos locales que encontramos están a precios inaccesible.
Es hora ya de que dejemos la hipocresía, el yoismo y la apatía y comencemos a aportar al bien general, a retomar las riendas de nuestro país sin miramientos ni fanatismos políticos.