Preactas Jornadas sobre PLA DE NADAL Y LOS PALACIOS Y ESPACIOS DE REPRESENTACIÓN EN ÉPOCA VISIGODA Homenaje a Empar Juan RIBARROJA DEL TURIA (VALENCIA) 25-28 FEBRERO 2015

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Preactas Jornadas sobre

PLA DE NADAL Y LOS PALACIOS Y ESPACIOS DE REPRESENTACIÓN EN ÉPOCA VISIGODA Homenaje a Empar Juan RIBARROJA DEL TURIA (VALENCIA) 25-28 FEBRERO 2015

J. Morín, A. Ribera y I.M. Sánchez. Editores

© de la edición: Audema S.A. © de los textos: los autores © de las fotografías y de los dibujos: los autores

ISBN: 978-84-942592-9-6 Depósito Legal: M-6854-2015 Diseño y Maquetación: Esperanza de Coig-O’Donnell Impreso en España - Printed in Spain Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluido fotocopias, grabación o por cualquier sistema de almacenamiento de información sin el previo permiso escrito de los autores

Preactas

Jornadas sobre

PLA DE NADAL Y LOS PALACIOS Y ESPACIOS DE REPRESENTACIÓN EN ÉPOCA VISIGODA Homenaje a Empar Juan RIBARROJA DEL TURIA (VALENCIA) 25-28 FEBRERO 2015

J. Morín, A. Ribera y I.M. Sánchez. Editores

organiza Ajuntament de Riba-roja del Túria Ajuntament de València Institut Català d’Arqueologia Clàssica, Tarragona

coordinación técnica Cristina Silvestre Bernabeu

dirección científica Dr. Albert Ribera i Lacomba Dra. Isabel Mº Sánchez Ramos

colaboran Museu de Prehistòria de València de la Diputació Provincial de València Departamento de Arqueología, Paleontología y Recursos Culturales de AUDEMA Proyecto I+D. “Técnicas constructivas y arquitectura del poder en el noreste de la Tarraconense. Metodología de representación y parámetros analíticos para la comprensión de procesos evolutivos (HAR2012-36963-C05-02)” del Ministerio de Economía y Competitividad. Institut Ausonius, Université Bordeaux Montaigne.

secretaría Cristina Silvestre Jorge Morín de Pablos Esperanza de Coig-O´Donnell Magro

índice PROLOGO J. Morín · A. Ribera · I.M. Sánchez. Editores

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PONENCIA INAUGURAL Achim Arbeiter (Univ. de Gottingen, Alemania Los palacios de la época de los visigodos.

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Jorge Morin (Audema), Rafael Barroso (Audema), Jesús Carrobles (Diputación de Toledo), Isabel Sánchez (Institut Ausonius, Université Bordeaux Montaigne). Los palacios visigodos de la corte de Toledo.

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Josep M. Macias (ICAC). La arquitectura pública tardoantigua y la necesidad de una reflexión conjunta (Proyecto HAR2012-36963-C05-02).

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Julia Beltrán (Museu d’Història de Barcelona). Las residencias palatinas de Barcino en el siglo VI.

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S. Josep Mª Nolla (Univ. Girona). La residencia fortificada de Sant Julià de Ramis (Girona).

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Arnau Perich (ICAC). El palacio de Qsar ibn Wardan (Siria). ¿Un precedente de Pla de Nadal?

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Jorge Morin (Audema), Isabel Sánchez (Institut Ausonius, Université Bordeaux Montaigne) Rafael Barroso (Audema) La decoración arquitectónica de Pla de Nadal.

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Albert Ribera, Miquel Rosselló. La reconstrucción y la función del edificio de Pla de Nadal.

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Comunicaciones Francisco Blai La villa áulica de Pla de Nadal: Las dimensiones de la planta, el sistema de proporciones y el modo de proyectar.

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Jose Vicente Calatayud Saltar la valla. Estratigrafía y hallazgos perimetrales en la evolución del espacio de representación en Plà de Nadal, una propuesta 49

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Pepa Pascual y Albert Ribera. Valentia entre los siglos VII y IX

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Esperanza de Coig-O´Donnell y Jorge Morin El Museo Visigodo de Pla de Nadal MVPLA.

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Prólogo La arquitectura de prestigio es siempre imagen de la existencia y poder de unas élites o aristocracias laicas o religiosas que, en su proceso, actúan como agentes activos desde el proyecto a la construcción, y refleja la realidad social e ideológica de una época, siendo deudora, por tanto, de los aspectos económicos y culturales de una sociedad. En el ámbito de la Antigüedad tardía, y especialmente durante siglos VI-VIII, se desarrollaron una serie de esquemas arquitectónicos muy bien conocidos por la investigación en otras partes del occidente romano, y en la arquitectura bizantina del Próximo Oriente, no así en el caso de la Península Ibérica, que se enmarcan en la denominada época visigoda con motivo de la consolidación del Estado Visigodo bajo el reinado de Leovigildo. Los precedentes en cualquiera de los tres contextos citados habría que buscarlos en la arquitectura residencial bajoimperial, o grandes villae, y en los complejos oficiales romanos relacionados con el protocolo imperial. A nivel peninsular, la polémica historiográfica para su comprensión y definición cronológica, generada sobre todo a partir de los años’80 del siglo XX, ha estado condicionada por la interpretación compleja de ciertas estructuras y la falta de visualidad de éstas para la arqueología, así como por la utilización de unos paralelos tan alejados geográficamente, incluso anacrónicos desde el punto de vista cultural y cronológico, que han dejado sin resolver durante décadas este debate científico. Una profunda controversia centrada en luchas por la imposición de uno u otro modelo explicativo, que por desgracia ha desviado el rumbo que desde tiempo atrás debía haber seguido la investigación arqueológica de la edilicia tardoantigua pública y privada desarrollada en los centros de poder y sedes episcopales hispanos. Justo en aquellos momentos, hace ya 45 años, se descubre el complejo de Pla de Nadal en Riba-roja del Túria (Valencia), germen en 2015 de estas jornadas sobre Pla de Nadal y los palacios y espacios de representación en época visgoda organizadas por varias instituciones locales y nacionales en colaboración con otros centros de investigación españoles y europeos. Las jornadas rinden homenaje, además, a la arqueóloga valenciana Empar Juan y su equipo que, con el apoyo del Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de la Diputación de Valencia, afrontaron con tesón y buenas expectativas las excavaciones desde 1972.

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Las jornadas nacen, por un lado, como culminación de un largo proceso de investigación arqueológica del yacimiento de Pla de Nadal abordado por Empar Juan. Pero, por otro, también con el espíritu de recoger el debate actual sobre otros nuevos casos de estudio hispanos que participaron del mismo contexto cronológico y cultural que la construcción valenciana, así como para ofrecer los avances del trabajo iniciado recientemente por un equipo de investigadores procedentes de varios lugares e instituciones (Institut Català d’Arqueologia Clàssica de Tarragona, Auditores de Medio Ambiente de Madrid, Institut Ausonius de la Universidad de Burdeos, Sección de Investigación Arqueológica Municipal de Valencia). Pla de Nadal es un conjunto palatino excepcional que se construyó en el territorio de Valentia y que se debe entender en íntima relación con la ciudad. El edificio presenta una estructura compacta que le daban un inequívoco aire de palacio-fortaleza, aunque la presencia de numerosos accesos y la tipología de las torres no se ajustarían con una verdadera función defensiva. El esquema arquitectónico presenta elementos de continuidad con la tradición de la villa clásica, caso del patio central, pero también aporta elementos nuevos, como el desarrollo de la planta residencial en el piso superior, característico de algunas villae tardías y típico de las residencias medievales. Fue un edificio de carácter oficial, de tipo áulico y residencial, relacionado con algún importante personaje de la élite civil o eclesiástica, probablemente el famoso Teodomiro de Orihuela. Nos encontramos ante la extraordinaria y feliz circunstancia de conocer el nombre del promotor y usuario del edificio, que, además, se podría identificar con un personaje histórico que fue un importante dirigente de este territorio en los albores del reino visigodo y los inicios de la llegada de los árabes. Este volumen de pre-actas reagrupa las múltiples contribuciones consagradas al palacio de Pla de Nadal incidiendo en sus aspectos históricos, tecnológicos y ornamentales, así como las aportaciones relativas a otros territorios (Toletum, Tarraco, Barcino, incluso en Siria), que servirán como contrapunto y paralelo para la discusión que se mantendrá en el Castillo de Tibarroja del Turia, previa presentación del libro Pla de Nadal (Ribarroja). El Palau de Tevdinir, a cargo del Prof. Achim Arbeiter (Univ. Gottingen). La experiencia nos enseña que el conocimiento arqueológico de estas edificaciones pasa por el desarrollo de proyectos multidisciplinares que apliquen amplias meto8-

dologías en el análisis de las cuestiones a resolver, y por el estudio global y común de los diversos ejemplos situados en otros lugares, en contexto rural o urbano, para poder obtener una valoración y caracterización amplia a escala peninsular. De mismo modo, es necesario contemplar el fenómeno de la arquitectura de poder como instrumento de transformación y caracterización del paisaje por parte de unas élites, con una perspectiva diacrónica y diversificada, pues no se trata de fenómenos aislados. Esta visión nos permitirá conocer al máximo la evolución histórica de la aparición y difusión de ciertos esquemas arquitectónicos, con sus particularidades locales o regionales, al tiempo que rastrear unos orígenes inmediatos y valorar su repercusión monumental posterior en la geografía peninsular. En definitiva, la finalidad es proporcionar una serie de reflexiones y datos inéditos sobre las evidencias arqueológicas hispanas documentadas en los espacios públicos y privados de poder de los siglos VI-VIII con los que enriquecer el debate científico, y definir una actualizada lectura histórica sobre las tendencias en arquitectura tardoantigua como manifestación cultural de esta época.

J. MORÍN · A. RIBERA · I.M. SÁNCHEZ. EDITORES Valencia-Madrid-Bordeaux, 19 de febrero de 2015

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Los palacios de la época de los visigodos. ACHIM ARBEITER (UNIV. DE GOTTINGEN, ALEMANIA

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Infografía del Gran Palacio de Constantinopla (j. Costenek).

Iustiniana prima. Planta.

Palacio del Dux de Apolonia -Cirenaica, Libia- (Goodchild 1960: 250).

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La aportación se dedica expresamente a un panorama extra-hispánico, abordando una serie de arquitecturas de tipo palacio y residencia localizadas en cinco ciudades de la cuenca mediterránea; la ‘época de los visigodos’ se entiende que arranca en el siglo VI y se prolonga hasta el VII si bien los testimonios arquitectónicos encontrados y presentados sólo abarcan los siglos IV-VI. La ponencia se entiende claramente como una recogida de resultados de investigaciones ajenas que por lo tanto ya se encuentran en circulación y que se acreditan debidamente. Como referencia obligada tanto para los contemporáneos como para los arqueólogos especializados se trata en primer lugar - y ocupando más de la mitad de la aportación - el Gran Palacio de Constantinopla fundado y vertebrado de modo persistente en la cuarta centuria y enriquecido sobre durante en el siglo justinianeo. Las tareas de establecer la ubicación, la morfología y la función de sus múltiples dependencias resultan sumamente arduas ya que hace mucho que las estructuras han dejado de existir o de estar a la vista y por lo general sólo se conocen gracias a la tradición literaria, sobre todo al libro De Cerimoniis de Constantino VII Porfirogéneto. En segundo lugar se enfoca sumariamente el ‘Palacio de los Gigantes’ en Atenas, construido alrededor del año 410 y en uso más o menos hasta el 530. Parece tratarse de una residencia oficial mantenida por el poder estatal para ser utilizada por el emperador u otros mandos de alto rango. El inmueble dispone de dos grandes peristilos, de los cuales uno se encuentra provisto de una amplia éxedra y parece idóneo para recepciones multitudinarias. El otro peristilo organiza a su alrededor una nutrida serie de estancias (para tareas oficiales), unas termas así como un conjunto residencial con su propio patio. El tercer ejemplo es el ‘Palacio del dux’ en Apollonia (Libia), construido en torno al siglo V tardío. En lugar del gran peristilo sólo existe, en el interior del edificio, un pequeño ‘claustro’ que se abre hacia el ámbito absidado (triclinio, sala de consejos) de doble altura. Toda la planta baja parece haber sido dedicada a las tareas oficiales del gobernador, incluida una capilla cristiana que pudo desempeñar una función congruente ya que había una serie de quehaceres encomendados a la autoridad civil que necesitaban una confirmación religiosa. La planta superior sería para uso de la familia y de los huéspedes. En cuarto lugar se trata la fundación ex novo de Iustiniana Prima, ciudad que sólo existía como tal entre 530 y 615, aproximadamente. El inmueble interpretado como -13

los principia que se encuentra cercano a la muralla de la ciudad superior sufrió una remodelación y en su segundo estado tuvo dos alas unidas mediante dos componentes arquitectónicos de doble altura. Al comandante de la guarnición se asigna la domus urbana sita vecina al edificio de los principia. El punto final lo marca el ‘Palacio de Teodorico de Ravenna que en realidad acumula varias etapas cronológicas pero que tiene buenas posibilidades de haber pasado su tiempo de esplendor precisamente durante el periodo ostrogodo. Al conjunto de estancias residenciales que ocupa el lado sur de un peristilo enorme le responde, en el lado opuesto, una agrupación de ámbitos ceremoniales, dispuestos alrededor de una gran sala absidada (el ‘aula regia’).

BIBLIGRAFÍA: De’Maffei, F. Il Palazzo di Qasr ibn Wardan dopo gli scavi e i restauri.  Con una breve nota introdutiva sui   palazzi bizantini, en    Iacobini,  A. y Zanini, E. (eds.). Arte Profana e Arte Sacra a Bisanzio, Roma, 1995, pp. 105-187. Duval, N. y Popovic, V. (dir.). Caričin Grad. III, L’acropole et ses monuments (cathédrale, baptistère et bâtiments anexes). Roma, 2010. Ellis, S. The “Palace of the Dux” at Apollonia and Related Houses, en Barker, G., Lloyd, J., Reynolds, J. (eds.). Cyrenaica in Antiquity. BAR internacional Series, 236, 1985, pp. 15-25. Goodchild, R. G. “A Byzantine Palace at Apollonia (Cyrenaica)”, Antiquity, 34, 1960, pp. 246-258. Kostenec, J., “The Heart of the Empire: The Great Palace of the Byzantine Emperors Reconsidered,” in Dark, K.R. (ed.), Secular Buildings and the Archaeology of Everyday Life in the Byzantine Empire. Oxford 2004, pp. 15-18.

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Los palacios visigodos de la corte de Toledo. JORGE MORIN (AUDEMA), RAFAEL BARROSO (AUDEMA), JESÚS CARROBLES (DIPUTACIÓN DE TOLEDO), ISABEL SÁNCHEZ (INSTITUT AUSONIUS, UNIVERSITÉ BORDEAUX MONTAIGNE).

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1. Supuesto pretorio visigodo en la Vega Baja (según J.M. Rojas) y superposición edificio B de Carranque. 2 y 3. Estructuras palatinas en la Vega Baja, Toledo. 4 y 5. Los Hitos, Arisgotas, Toledo.

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En esta comunicación se pretende abordar la realidad urbana de Toledo dentro del proceso general de transformación del que participaron otras ciudades hispanas y del Mediterráneo occidental durante la Antigüedad tardía. Durante este periodo, el paisaje urbano de Toledo se vio profundamente alterado o modificado, al tiempo que se produjo una reorganización y nueva concepción de los espacios suburbiales, de sus edificios y funciones. La consolidación de Toledo como capital visigoda hacia finales del siglo VI tuvo, además, unas consecuencias particulares en la ordenación del territorio y propia estructuración de los nuevos espacios públicos y de representación, así como también de los espacios de ámbito privado. Tanto el evergetismo episcopal como las fundaciones de patronato regio contribuyeron al desarrollo de una nueva arquitectura de carácter monumental que configuró una particular topografía del paisaje urbano y suburbano en la que se conjugaban una arquitectura civil de carácter palatino o regio con el denominado itinerario estacional, documentado en otras ciudades episcopales, que unía los diferentes hitos sacros en los que se vertebraba la liturgia de la ciudad cristiana. El registro arqueológico y textual confirma la existencia de un proceso de monumentalización de Toledo y de su territorio a lo largo del siglo VII, en el que intervinieron como agentes las élites laicas y eclesiásticas. Visualmente, este tipo de procesos se identifican en el paisaje con la aparición de nuevos referentes arquitectónicos como fueron los conjuntos monásticos, funerarios y civiles documentados (San Pedro de la Mata-Los Hitos, Melque o Guarrazar). Estos programas edilicios que surgen ante una nueva realidad económica e ideológica se convirtieron en la imagen patente de la monarquía visigoda y de la jerarquía religiosa. En cuanto a los precedentes bajoimperiales relativos a la arquitectura tardoantigua de prestigio en el área de influencia de Toledo, se han documentado varias villae que responden a unos principios simbólicos y de representación y denotan la presencia de una aristocracia bien asentada. Es el caso de los conjuntos de El Saucedo (Talavera de la Reina), las Tamujas (Malpica de Tajo), El Solao (Rielves) y Carranque (Santa María de Abajo), ordenados en torno a grandes patios o atrios porticados que se actúan como principales elementos vertebradores entre diferentes construcciones. La villa del siglo IV de Carranque, constituida al menos por dos grandes inmuebles independientes, es uno de los mejores ejemplos hispanos en cuanto a la monumentalización de los espacios de residencia y representación de las élite. Pero también es importante por encontrarse en el territorio de la futura sede regia, y reflejar el peso de -17

las oligarquías hispanas en el centro de la península en los siglos previos a la constitución del Estado Visigodo. La arquitectura áulica realizada desde la consolidación del reino visigodo de Toledo a mediados del siglo VI hasta su colapso en el VIII fijó una serie de tipologías constructivas que tendrán una gran trascendencia en las construcciones posteriores. A pesar de los problemas de visibilidad que presentan estas edificaciones para la arqueología, los ejemplos documentados en Toledo, y especialmente en su suburbio (Vega Baja) y territorium (Melque, Los Hitos, San Pedro de la Mata, etc.), permiten concluir que las elites tardoantiguas buscaron, como lo harían en otras épocas, un protagonismo en el paisaje mediante la construcción de nuevas edificaciones de prestigio. Nuevas en cuanto a la funcionalidad que desempeñan, así como en las técnicas y soluciones constructivas empleadas. En la capital visigoda se levantaron varios complejos relacionados con la presencia de la corte, como el pretorium o palacio visigodo que, junto a la iglesia de los santos apóstoles, conocemos por las fuentes escritas, aunque por la decoración escultórica recuperada en la puerta-puente de Alcántara, y por criterios topográficos, proponemos situar intramuros en el lugar que más tarde ocupará el alcázar islámico y medieval. También sobresale una intensa ocupación extramuros en la Vega Baja, donde se constatan varios conjuntos tardoantiguos de tipo residencial. A la arquitectura civil se suma la cristiana, con el grupo episcopal intramuros, y funeraria. En este sentido, sobresale un posible panteón o mausoleo para albergar sepulturas privilegiadas en el lugar del Cristo de la Vega. Un edificio caracterizado por la presencia de contrafuertes exteriores, que encontramos igualmente en otras construcciones de igual funcionalidad, caso del panteón-palacio de los Hitos. Por último, más conocida por la historiografía, es la iglesia monástica de Santa María de Melque, que en origen pudo ser una iglesia funeraria adscrita a un importante personaje de la aristocracia tardoantigua de Toledo.

BIBLIOGRAFÍA: R. BARROSO, J. CARROBLES, J. MORÍN: “Arquitectura de poder en el territorio toledano en la Antigüedad tardía y época visigoda. Los palacios de Toledo como referente de la edilicia medieval”. R. Izquierdo, J. Passini (eds.), La ciudad Medieval: de la casa principal al palacio urbano, Toledo 2011, 1–69. R. BARROSO, J. CARROBLES, J. MORÍN, I. SÁNCHEZ: Los Hitos (Arisgotas-Orgaz-Toledo). De palacio a panteón visigodo, Madrid 2014.

La arquitectura pública tardoantigua y la necesidad de una reflexión conjunta (Proyecto HAR2012-36963-C05-02). JOSEP M. MACIAS (ICAC).

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Sección transversal de Sant Miquel de Terrassa (s. VI).

Pla de Nadal. Imagen tridimensional aleatoria de la nube de puntos resultantes.

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Exponemos un proyecto de investigación planteado desde la voluntad de generalizar y desarrollar la aplicación de las nuevas tecnologías en el ámbito de la Arqueología de la Arquitectura y la Arqueología de la Construcción. Si bien esta experiencia no constituye una línea de actuación novedosa, el proyecto intenta actuar como revulsivo a la investigación de la arquitectura tardoantiga en el ámbito del antiguo conventus Tarraconensis. Una iniciativa, además, imbricada en un proyecto coordinado más amplio desde el punto de vista cronológico y geográfico (http://www.uam. es/proyectosinv/marqhis ), planteado desde la necesidad de establecer un espacio continuo de intervención y reflexión. La propuesta representa una visión complementaria a estudios ya efectuados desde otras perspectivas sobre la ciudad tardía, y se articula en una investigación coordinada con otras iniciativas en cronológicos similares. En las últimas décadas, el desarrollo metodológico de la disciplina arqueológica, en base a la generalización de los principios estratigráficos y un conocimiento ceramológico acumulativo, ha propiciado un avance significativo en el reconocimiento de los procesos de evolución y/o transformación de las ciudades romanas alto imperiales y tardoantiguas. Pero en el área correspondiente al antiguo conventus Tarraconensis, el progreso cognoscitivo del hecho tardoantiguo no ha tenido, en relación a la aplicación de la Arqueología de la Arquitectura y de la Construcción, un desarrollo parejo. Este proyecto aúna una serie de casos urbanos (Tarraco, Barcino, Valentia, Egara e Iesso) que representa una amplia variabilidad de fenómenos dentro de las dinámicas urbanísticas específicas (forma y variabilidad). Se trata de definir los procesos tecnológicos que condujeron a nuevas fórmulas de representación de las elites locales, a partir de un precedente conformado por la arquitectura monumental del alto imperio. Es una nueva arquitectura del poder condicionada a una nueva realidad económica -recursos tecnológicos- e ideológica en base a la cristianización de la sociedad tardoantigua y al redimensionamiento socio demográfico de los últimos siglos de la Hispania clásica. Cabe preguntarse hasta qué punto pueden tipificarse las técnicas constructivas así como el establecimiento de relaciones comparativa dentro de este marco cultural específico. Ello constituye una vía de acercamiento a la relación entre soluciones arquitectónicas y el contexto económico e ideológico de las principales sedes episcopales del mediterráneo peninsular.

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BIBLIOGRAFÍA: Macias Sole, J.M. y Puche Fontanilles, J.M. El levantamiento escáner-láser, en PLA DE NADAL (Riba-roja de Túria). EL PALACIO DE TEVDINIR. Valencia, 2015, pp. 20-24.

Las residencias palatinas de Barcino en el siglo VI. JULIA BELTRÁN (MUSEU D’HISTÒRIA DE BARCELONA).

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1-2. Palacio del obispo de Barcelona. Siglo VI. 3. Dibujo de resituación de los dos palacios.

Situación de los dos edificios en la topografía del primer grupo episcopal de Barcelona

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En el primer grupo episcopal y centro de poder de la Barcino del siglo VI agrupaba los edificios religiosos, incluidos la residencia del obispo, y también los edificios vinculados con el poder local, como la residencia del comes civitatis, dos edificios importantes de la Barcinona visigoda. El palacio del obispo se organizaba a partir de un cuerpo central y dos alas prácticamente simétricas. Las fachadas presentaban un sistema de torres articuladas que se distribuyen a lo largo de un lienzo, formando una serie de cuerpos entrantes y salientes. El edificio presenta un arquitectura estrechamente vinculada a la del castellum de sant Julià de Ramis, en Girona, un enclave militar para el control del territorio. La residencia del comes civitatis correspondía a un edificio en forma de “U”, orientado hacia la muralla, que se abre a un patio central. El patio era el elemento articulador y allí daban las fachadas principales. Desde el patio se podía acceder a un pasaje, pervivencia del antiguo intervallum, que permitía una circulación rápida y reservada relacionada con la muralla y el cuerpo de guardia. En este pasaje, junto a la muralla se localizaron hebillas militares datadas en los siglos V y VI. Ambos edificios datan del siglo VI y se pueden situar cronológicamente entre en el 530 y el 595. La datación vine determinada por el material cerámico, las monedas y el C-14. Su construcción se ha de contextualizar en el marco de un proyecto de ampliación y monumentalización del grupo episcopal, seguramente auspiciado por el obispo Ugnes. Se ha de destacar las técnicas constructivas empleadas en estas edificaciones, técnicas muy características que en Barcelona están bien tipificadas y se repiten en otros edificios del mismo periodo localizados en la ciudad. Tanto las plantas como las soluciones técnicas empleadas denotan influencias de la arquitectura bizantina. Por otro lado, el análisis de la metrología y modulación de los edificios evidencia unas construcciones bien planificadas, con una unidad de medida fija, edificios que se ejecutan de una manera unitaria, siguiendo unos planes arquitectónicos precisos.

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BIBLIOGRAFÍA: BELTRÁN DE HEREDIA BERCERO, J. 2014. “Edilizia residenziale tardoantica a Barcellona: Il Palatia di Barcino”, Atti del Convegno Internazionale del CISEM, La villa restaurata e i nuovi studi sull’edilizia residenziale tardonatica (novembre 1012), pp.467-476, Piazza Armerina BELTRÁN DE HEREDIA BERCERO, J.2009. “ Arquitectura y sistemas de construcción en Barcino durante la Antigüedad tardía. Materiales, técnicas y morteros: un fósil director en el yacimiento de la Plaza del Rey”. Quaderns d’Arqueologia i Història de la Ciutat de Barcelona, Quarhis 05, pp. 142- 169. MUHBA BELTRÁN DE HEREDIA BERCERO, J.; REVILLA, CUBERO, E. 2009. “Metrologia i modulació dels edificis del segle VI del Grup Episcopal de Barcelona ”.

La residencia fortificada de Sant Julià de Ramis (Girona). S. JOSEP Mª NOLLA (UNIV. GIRONA).

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1.- Situación geográfica del castellum de Sant Julià de Ramis. 2.- Planta del sector noroccidental del castellum. 1) edificio A. 2) muralla exterior. 3) puerta de acceso. 4) torre interior. 5) gran horno de pan. 6) edificio B. 3.- Vista del edificio A. Se pueden observar las bases adosadas a las esquinas de los muros y en posición central para soportar el techo de la nueva planta superior de la fase visigoda.

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El castellum de la montaña de Sant Julià de Ramis (Gerona) se construyó en el Congost, el estrecho paso natural por donde circuló la Vía Augusta, a unos 5 km al Norte de Gerunda, reutilizando las ruinas de un antiguo oppidum ibérico abandonado pacíficamente durante la tercera década del siglo I a. C. Los datos más recientes proponen, con seguridad, una fecha fundacional de mediados del siglo IV, en consonancia con la construcción, 60 km al Norte, de las Clausurae y la torre de Panissars, en los puertos montañosos de los Pirineos. Las viejas murallas tardo-ibéricas, bastante bien conservadas, sirvieron de punto de partida de las nuevas defensas. Esta fortificación ocupaba una extensa superficie de unes 4 hectáreas, con algunos sólidos edificios y grandes extensiones sin construir que podían ser utilizadas, en momentos determinados, para disponer tiendas o estabular animales. Al lado mismo de la única puerta reconocida hasta hoy, en este primer momento de la historia del castellum, se levantaron dos edificios (A y B). El primero (A) se conserva en buen estado y fue, sin duda, un horreum, con una nave central cubierta, sostenida por pilares equidistantes, y diversas habitaciones dispuestas perpendicularmente; el segundo, que se situaría enfrente, tan sólo conserva parte de su planta, por debajo de los niveles de circulación. Tal vez fueran dependencias administrativas y de gestión. Su proximidad a la puerta principal del conjunto favorecía la llegada y la descarga de carros y acémilas que transportaban productos agrícolas ligados al pago del tributo. Hay que interpretar estas fortificaciones como la voluntad de proteger la Provincia Tarraconense, Hispania en último caso, de las veleidades golpistas de los ejércitos de la Galia. Además, el castellum funcionó, asimismo, como sólida protección del flanco septentrional de Gerunda. Hacia el 500, ya bajo dominio visigodo, la fortaleza fue objeto de importantes obras de remodelación y de adaptación a nuevas necesidades. Desapareció por completo el edificio B y el A fue considerablemente reformado para darle nuevas funciones y nueva vida. Se mantuvo en su sitio la única puerta de acceso si bien protegida por dos pequeñas torres, simbólicas, de flanqueo. Desde allí se entraba a un patio interior que vertebraba toda la construcción. Hubo que eliminar las pilastras que soportaban las vigas del techo del viejo horreum para crear un espacio a cielo abierto de planta rectangular. Las antiguas habitaciones que se situaban a ambos lados del eje mayor, fueron reforzadas interiormente con cuatro pilastras adosadas a los ángulos de la estancia y un pilar central que hizo posible la construcción de un piso superior que duplicaba la superficie del conjunto. La excavación de estas dependencias per-29

mitió identificar el suelo de las habitaciones altas, caído después de su abandono. Era de opus signinum de gran calidad y solidez. No conservaba vestigios de ninguna escalera de obra lo cual nos lleva a imaginar la existencia de una de madera situada frente a la puerta, que comunicaría con un pasillo volado, también de materiales perecederos, que facilitaría la comunicación con aquellas salas. Desde allí sería posible acceder a otros espacios periféricos sin entrada directa o a la muralla del recinto. Es interesante constatar la voluntad de las autoridades godas de mantener el sistema defensivo de origen tardo-romano, adaptándolo a sus propias necesidades. No hemos de olvidar que la realidad del reino de Tolosa se hallaba a caballo de los Pirineos y después de Vouillé (507) y hasta la conquista agarena, la Septimania formo parte primordial del reino de Toledo. No es fácil determinar la nueva función del edificio A pero su aspecto general, mucho más compacto, nos invita a proponer nuevas funciones, residenciales y administrativas. Se abandonó pacíficamente a finales de la segunda década del siglo VIII, sin duda como consecuencia directa de la llegada a este territorio de los árabes. Protagonistas de una manera distinta de hacer la guerra, el castillo fue abandonado y tan sólo subsistió la capilla, edificada hacia el 600, que acabaría convirtiéndose en iglesia parroquial.

BIBLIOGRAFÍA: J. BURCH, G. GARCIA, J. M. NOLLA, L. PALAHÍ, J. SAGRERA, M. SUREDA, D. VIVÓ Y I. MIQUEL, Excavacions arqueològiques a la muntanya de Sant Julià de Ramis. 2. El castellum, Girona, 2006. J. M. NOLLA, Ciudades, torres y castella. La defensa de la Vía Augusta, Las fortificaciones en la Tardoantigüedad. Élites y articulación del territorio (siglos V – VIII d.C.) editado por R. Catalán, P. Fuentes y J. C. Sastre, Madrid, Ediciones La Ergástula, 2014.

El palacio de Qsar ibn Wardan (Siria). ¿Un precedente de Pla de Nadal? ARNAU PERICH (ICAC).

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El palacio de Qsar ibn Wardan (Siria).

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El modelo arquitectónico que subyace en la construcción del palacio visigodo de Pla de Nadal no es un fenómeno aislado. Todo lo contrario, responde a las nuevas tendencias en arquitectura residencial que se van imponiendo en toda la geografía peninsular a partir del s. V dC, como tendremos ocasión de ver en las otras comunicaciones de este congreso. En nuestra aportación, sin embargo, nos centraremos en comprobar el alcance de dicho fenómeno más allá de Hispania, pues se trata de una manifestación cultural que afecta a la mayor parte de las regiones del antiguo imperio romano. El llamado palacio de Qasr ibn Wardan es uno de estos ejemplos y no uno cualquiera. Seguramente se trata del edificio de arquitectura civil justinianea mejor conservado de todo el Próximo Oriente. Aunque nosotros nos vamos a centrar en el palacio en sí, en realidad se trata de un conjunto de cuatro edificios, probablemente protegidos por una muralla, hoy prácticamente desaparecida. Este complejo se sitúa en la llamada zona esteparia, a unos 62 km. al noreste de Hāmah. A nivel cronológico, este complejo no presenta grandes dificultades, ya que las dos inscripciones que se encuentran en su fábrica lo fechan perfectamente entre los años 564 y 572 dC, con lo que hay que situarlo entre el final del gobierno de Justiniano I y el inicio del de su sobrino y sucesor, Justino II. Dentro de este complejo, el edificio que se identifica como el palacio presenta una estructura casi cuadrada alrededor de un patio central enlosado. Dos de las cuatro alas presentan un primer piso con toda seguridad. Y es aquí donde es interesante observar los cambios que se están produciendo en relación a los nuevos modelos residenciales. Lo más destacable en este sentido es la presencia del espacio de representación en el piso superior, rompiendo con la tradición plurisecular de situarse en la planta baja. En este caso, toda la estructura del primer piso se asemeja a un gran espacio triconque, con el ábside central elevado para resaltar la figura del anfitrión. Aunque de una forma más sencilla, este desarrollo se observará más adelante en la construcción de Pla de Nadal, donde la zona representativa y residencial se situaba en el primer piso con toda seguridad. En relación con su funcionalidad, estamos ante un complejo militar relacionado con la defensa de la frontera oriental, amenazada tanto por los persas sasánidas como por sus aliados lájmidas. Seguramente se trate de una construcción relativamente apresurada debido a las grandes vacilaciones de la política fronteriza de Justiniano, que a lo largo de su gobierno necesitó a las tropas orientales para sus conquistas -33

occidentales. La atribución al estamento militar es prácticamente segura debido a la presencia de un monograma en una de las inscripciones. Ésta se desarrolla como “του Γεωργίου” y se relaciona con un στρατηλατης (“general”) en un sello de plomo bizantino. Además, esta vinculación con la iniciativa gubernamental se pone de manifiesto en la técnica constructiva empleada. Se trata de una técnica que alterna hiladas de piedra basáltica con ladrillo, distinguiéndose así de las tradiciones locales, ligadas al uso de la piedra tallada. A nuestro modo de ver, Qasr ibn Wardan representa en cierta manera un estadio de transición. Se trataría de un paso intermedio entre el modelo anterior de palacio, basado en el esquema helenístico del peristilo central, y los modelos palaciales que se desarrollarán en la Alta Edad Media, como puede ser Pla de Nadal. En el modelo anterior el palacio lo constituía un conjunto de cuerpos independientes que se articulaban gracias a uno o varios espacios abiertos porticados y en el que los que los espacios de representación iban unidos al terreno. Aunque Qasr ibn Wardan mantiene el patio central, vemos que los espacios representativos ya se sitúan en el piso superior y, de alguna manera, precede los palacios posteriores, tanto en Occidente como en Oriente. En éstos ya se prescinde completamente del patio central porticado, para pasar a estructuras generalmente rectangulares que crecen en altura.

BIBLIOGRAFÍA: BUTLER, H. C. Syria. Publications of the Princeton University Archaeological Expeditions to Syria in 1904 -1905 and 1909. Division II, Architecture, Section B, Northern Syria by Howard Crosby Butler. Leiden, 1920. DE’MAFFEI, F. (1995). Il Palazzo di Qasr ibn Wardan dopo gli scavi e i restauri. Con una breve nota introdutiva sui palazzi bizantini, en Iacobini, A. y Zanini, E. (eds.). Arte Profana e Arte Sacra a Bisanzio, Roma, 1995, pp. 105-187. PERICH ROCA, A. “El palacio de Qasr ibn Wardan (Siria) y la evolución de la tipología palacial bizantina (siglos VI-XV)”, Revista d’Arqueologia de Ponent, 23, 2013, pp. 45-74.

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La decoración arquitectónica de Pla de Nadal. JORGE MORIN (AUDEMA), ISABEL SÁNCHEZ (INSTITUT AUSONIUS, UNIVERSITÉ BORDEAUX MONTAIGNE) RAFAEL BARROSO (AUDEMA)

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Venera, celosía con cruz calada, capitel avenerado, friso con roleos, friso con roleos y dovela con acantos estilizados.

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La decoración escultórica hallada en el yacimiento de Pla de Nadal constituye el conjunto más importante, tanto por el número de fragmentos como por la calidad de su talla, de la Hispania visigoda y uno de los más significativos de todo el Occidente. El conjunto analizado se caracteriza por la presencia de piezas de una gran diversidad funcional y tipológica, y por la utilización de una iconografía muy específica. Pero sobre todo resulta especialmente interesante desde el punto de vista de las técnicas de producción de los talleres escultóricos tardoantiguos áulicos, así como por las circunstancias de su hallazgo, ya que, al contrario de lo que suele suceder, el conjunto se encontró in situ formando parte de los niveles de destrucción y amortización del edificio, la mayoría correspondientes a los elementos decorativos del piso superior, que puede adscribirse con total seguridad a una estructura arquitectónica palatina. Aunque la gran mayoría de las piezas documentadas pertenecieron al aula de representación del palacio, una de las peculiaridades más llamativas del conjunto de Pla de Nadal es el gran número de elementos escultóricos documentados. En total el catálogo monumental asciende a casi 800 piezas, muchas de ellas prácticamente completas. Este magnífico conjunto puede dividirse en dos grupos. Por un lado, estarían las piezas romanas reutilizadas, que son de gran tamaño y que tenían una función arquitectónica. Por otro lado, se encuentran las piezas escultóricas que se trabajaron in situ por varios talleres y que se realizaron ex nouo para el desarrollo del programa iconográfico de los edificios. De estas últimas unas 400 son elementos ornamentales y decorativos que estarían ubicados en el aula de representación del piso superior del conjunto de Pla de Nadal I, aunque alguno de los frisos podría pertenecer a la fachada de este mismo conjunto, al igual que sucede con las ventanas. También son muy numerosos los elementos sustentantes: capiteles, columnas, basas, dovelas, aunque sin funcionalidad arquitectónica, pues en todos ellos prevalecía principalmente la función decorativa, siendo además una constante la repetición de los temas de veneras y las trifolias en las piezas que formaban los arcos interiores. Hay que señalar asimismo la existencia de algunas piezas singulares como las cruces caladas, las rosetas y los merlones que decorarían los remates del edificio, tal como era habitual en la arquitectura oriental y como posteriormente desarrolló el arte islámico peninsular.

Fachada de Pla de Nadal con los elementos decorativos.

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Uno de los aspectos más interesantes del conjunto escultórico de Pla de Nadal es que permite reconstruir el proceso de trabajo de los talleres. Se puede afirmar que en el yacimiento no trabajó únicamente un solo taller sino varios de forma sincrónica, ya que las calidades entre los elementos decorativos son muy diferentes y hay que desechar la existencia de diferentes fases de construcción. Esta circunstancia parece debida a la imperiosa necesidad de concluir los trabajos con cierta celeridad. Para el trabajo escultórico se emplearon piedras locales –generalmente calizas de diferentes tipologías y calcarenitas– que se extrajeron de las canteras próximas al yacimiento. Se trata, en cualquier caso, de piedras fáciles para el trabajo de talla, ya que, como hemos indicado, estas piezas no estaban destinadas a tener una función arquitectónica sino sólo ornamental. Una vez que las preformas de los bloques se extraían de la cantera, se trazaba la decoración con una aguada de sanguina, cuyo trazo todavía es perceptible en algunas piezas. Posteriormente este trazo inicial se repasaba con un punzón o con el compás y se acometía la talla directamente con el cincel, sin la utilización de aparatos de medida. Este procedimiento explica la diferencia en la calidad de las tallas, dada la existencia de distintos canteros con calidades finales de trabajo muy diferentes. Parece claro, no obstante, que existía una cierta especialización del trabajo y a los maestros les correspondería acabar las piezas de mayor calidad y las que se realizaban en las piedras más duras. Según se trabajaba en la decoración se iban realizando las piezas. Así, resulta frecuente la reutilización de piezas que se habían pensado para una función y que terminaron reaprovechándose en otra distinta a la que originalmente estaba destinada. Una vez colocadas las piezas de escultura, los estucadores y los pintores finalizarían la decoración de las estancias.

BIBLIGRAFÍA: SÁNCHEZ RAMOS, I.M., MORÍN DE PABLOS, J. Y BARROSO CABRERA, R. La decoración escultórica, en PLA DE NADAL (Riba-roja de Túria). EL PALACIO DE TEVDINIR. Valencia, 2015, pp. 27-35.

La reconstrucción y la función del edificio de Pla de Nadal. ALBERT RIBERA, MIQUEL ROSSELLÓ.

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Planta y reconstrucción de Pla de Nadal.

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Pla de Nadal es un conjunto palatino excepcional que se construyó en el territorio de Valentia y que se debe entender en íntima relación con la ciudad. Responde al modelo de las villae con galería, torres angulares en los flancos, un espacio central abierto y un piso superior. El aula central de la fachada meridional, la única que se ha conservado, tiene 17 m. de longitud por 5,30 m. de anchura. En el piso de la planta baja, de tierra batida sobre el sólido terreno natural, se han encontrado evidencias de su uso como almacén de grano y vino. Al mismo tiempo, también se adaptaría como un lugar de acopio de los alimentos que se recogían para atender a las obligaciones fiscales. El piso de la planta alta, donde se situaría la pars dominicata, estaba pavimentado con opus signinum probablemente enmarcado con baldosas bizcochadas, de 22 x 22 x 5 cm. De este aposento superior provendrían la mayoría, si no todas, las piezas escultóricas recuperadas. Las cubiertas eran de tejas planas y curvas a distintas aguas, con un elaborado sistema de evacuación pluvial mediante gárgolas. El edificio presenta una estructura compacta que, junto a las torres angulares, le daban un inequívoco aire de palacio-fortaleza, que es lo que sería de aspecto, aunque la presencia de numerosos accesos y la tipología de las torres no se ajustarían con una verdadera función defensiva. Tendría, pues, un cierto aire de fortaleza pero únicamente a nivel formal, no funcional. El esquema arquitectónico presenta elementos de continuidad con la tradición de la villa clásica, caso del patio central, pero también aporta elementos nuevos, como el desarrollo de la planta residencial en el piso superior, característico de algunas villae africanas tardías y típico de las residencias medievales. Fue un edificio de carácter oficial, de tipo áulico y residencial, relacionada con algún importante personaje de la élite civil o eclesiástica, probablemente el famoso Teodomiro de Orihuela, posibilidad bien sustentada por un grafito en una venera con el epígrafe “Tevdinir” y un medallón con monograma cruciforme con el nombre “Tebdemir”. Aquí se daría, pues, la extraordinaria y feliz circunstancia de conocer el nombre del promotor y usuario del edificio, que, además, se podría identificar con un personaje histórico que fue un importante dirigente de este territorio en los albores del reino visigodo y los inicios de la llegada de los árabes.

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BIBLIOGRAFÍA: Ribera, A. y   Rosselló, M.  “Escultura decorativa de época tardoantigua en Valencia y su entorno”, L. Caballero, P. Mateos (eds.): Anejos de AEspA XLI, Escultura decorativa tardorromana y altomedieval en la península ibérica, Madrid/Mérida 2007, pp. 345-366. Ribera, A. y  Rosselló, M. “Valentia en el siglo VI, de Suinthila a Teodomiro”,.Caballero, P. Mateos, M.A. Utrero (eds.), Anejos de AEspA LI. El siglo VII frente al siglo VII. Visigodos yOmeyas 4: Arquitectura. Madrid 2009, 185-204. Ribera, A. y  Rosselló, M., “Valencia y su entorno territorial tras el 713: epilogo visigodo”, 711, Arqueología e historia entre dos mundos. Zona Arqueológica 15, Alcalá de Henares 2011, pp. 85102.

Comunicaciones

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La villa áulica de Pla de Nadal: Las dimensiones de la planta, el sistema de proporciones y el modo de proyectar. FRANCISCO BLAI

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Un aspecto de la cuestión es que no existe en los tratadistas antiguos conocidos –y antiguos llegaría para esto hasta el siglo XVII— ningún método teórico, norma, aproximación o lo que sea que permitiera a los constructores dimensionar los muros. Ni Vitrubio, ni Alberti, pero casi tampoco Durero, etc, tienen ni idea de cómo ha de ser un muro de grueso para que soporte la estructura, o al menos no son capaces de explicitar como se calcula eso. Mucho de decoración y que bonito ha de quedar, pero si no se cae cuando se está haciendo es que es suficiente. Pero ¿y si es demasiado? El caso es que no sabemos muy bien como se las apañaban para dar determinadas dimensiones a un muro, a una pilastra o a un vano, sea el espesor, la luz o la altura, lo único que sabemos es que desconocen cualquier sistema práctico de cálculo de estructuras y que su aproximación es más bien empírica –en muchos proyectos se indica explícitamente ‘’hágase como es costumbre’’– para muchas de estas cuestiones ajenas a la mera apariencia estética del edificio o para las decisiones prácticas más obvias. A lo que vamos es a la explicación del plano: En Pla de Nadal hemos podido comprobar una serie de relaciones numéricas sencillas que parecen explicar no sólo cuestiones de orden compositivo, sino también la forma en que se dimensionaron elementos estructurales o constructivos, en especial el ancho de los muros. Estas relaciones se podrían expresar de forma numérica, con múltiplos y divisores de pie romano y esas cosas, pero prefiero representar la hipótesis que hemos establecido de forma gráfica, más que nada porque esa es la forma en que se diseñaban los edificios: a regla y compás, antes que con el ábaco. La hipótesis que planteamos parte de que utilizaron la luz de los arcos como unidad patrón. Está claro que podrían haber elegido cualquiera de las otras dimensiones, pero entraría mejor en la lógica de un constructor partir del elemento más complejo y representativo del proyecto ¿o es en nuestra lógica? A partir de la luz (L), se obtiene la longitud de la nave maestra (5L) la anchura total de la nave incluidos los muros (2 L), etc. y, lo que es más interesante desde el punto de vista de la historia de la construcción, el ancho de los muros (1/4L).

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Pero la verdad es que las estructuras principales de Pla de Nadal se pueden inscribir en una malla cuyo lado se corresponde al ancho de los muros y lo cierto es que es mucho más fácil construir con un módulo más manejable y práctico. ¿Es este un sistema generalizado de dimensionado de los muros en el siglo VII? Al menos es el que se utilizó en este edificio tan importante como el nuestro. Lo que sí podría extrapolarse fácilmente es la idea de que para los constructores, maestros de obras o arquitectos altomedievales existe o debe existir algún tipo de relación armónica entre las partes del edificio que excede a las meras características estéticas perceptibles y que debe regir también en el proceso de toma de decisiones técnicas de la obra. Otra cuestión es que seamos capaces de definirla y, lo que es más importante, que sea generalizable a otros edificios coetáneos.

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Saltar la valla. Estratigraf ía y hallazgos perimetrales en la evolución del espacio de representación en Plà de Nadal, una propuesta JOSE VICENTE CALATAYUD

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Saltar la valla es nuestra propuesta, después de que hayamos tenido la oportunidad de conocer y seguir la evolución de los acontecimientos en el yacimiento de Plà de Nadal desde su inicio en los años setenta y reunir seguramente la colección documental más completa: expedientes, memorias, inventarios, archivos digitales, publicaciones, referencias bibliográficas, series fotográficas de las piezas catalogadas o no… todo ello hasta la inauguración oficial en el año 2003, que supuso su vallado perimetral y consumó el aislamiento de un yacimiento considerado como “proyectado y construido … como residencia representativa, en un medio de baja densidad” (E. Juan e I. Pastor) y ciertamente único. Dado que no soy la persona indicada para discutir ni analizar la cronología, la estratigrafía del yacimiento o su incardinación en el entorno, se propone la posibilidad de “saltar la valla”, es decir, alternativas para un análisis diacrónico de la mencionada residencia de modo que pueda concebirse cómo pudo evolucionar tanto el propio edificio como el entorno más próximo. Por un lado, el poster se refiere al interior del recinto excavado y por otro al exterior del perímetro vallado, en el que únicamente se hizo alguna cata alejada de él unos trescientos metros. En el interior del edificio excavado el poster hace hincapié en el hecho del interés de realizar un estudio estratigráfico completo, que Empar Juan indica en alguna ocasión como una de las tareas en curso pero que no ha sido publicado y que podría ser resuelto hoy en día en 3D, de modo que se pudiera localizar en él todas las piezas, de acuerdo con las memorias e inventarios de la excavación, lo que podría resultar útil para aclarar algunas cuestiones sobre la evolución del espacio de representación que nos ocupa, como por ejemplo el hecho de que se hayan recuperado piezas escultóricas de ciertos tipos (cruces y sobre todo veneras) en todos los estadios de labra parece indicar la existencia de un taller, lo cual sería normal para la época, pero ¿qué significado puede tener en la evolución del espacio de representación?, ¿se trataba de un edificio inacabado cuando se destruyó?, ¿estaba siendo transformado en un espacio de representación distinto?, ¿estaba siendo rehabilitado? El lugar que ocuparan esas piezas y su distribución podría resultar determinante para formular las hipótesis. Respecto al exterior del recinto el poster pretende resituar el yacimiento, que parece abocado a ser estudiado sincrónicamente como un “órgano aislado”, como localizado sobre el terreno o entorno de una villa romana anterior en una zona centuriada (en estudio) tal como parece en las hojas catastrales de hace un siglo, si bien este hecho por sí solo no sería determinante. Así se presentan elementos recuperados -51

en la zona destruida antes de la excavación(1) y, por tanto, formando parte aparentemente de la prolongación del edificio hacia el norte; elementos procedentes de la zona inmediata al este que parecen referir un obrador(1) puesto que se encuentran piezas sin cocer y, finalmente, una moneda del siglo II d,C., inédita (la segunda recuperada en el sitio, si bien la mencionada en el inventario de la excavación parece desaparecida) hallada junto a la puerta de entrada del recinto vallado, al sur. En todo los casos nos limitamos al entorno perimetral, si bien en toda una zona más amplia están localizados diversas catas y yacimientos.

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Valentia entre los siglos VII y IX PEPA PASCUAL Y ALBERT RIBERA

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Reconstrucción de Valentia en la séptima centuria.

Necrópolis mozárabe de Valencia.

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La zona valenciana sólo se vio afectada por los árabes a partir del 713. Tras un breve episodio bélico, la autoridad visigoda, Teodomiro, pactó con los recién llegados su continuidad en el poder en 7 ciudades a cambio de tributos y vasallaje. Una de ellas, Balantala, debió ser Valencia. La arqueología de la ciudad muestra algunos signos de cambios, dentro aún de un entorno cristiano, como serían las nuevas tumbas que demuestran la continuidad del cementerio episcopal en el siglo VIII. La sociedad visigoda perduraría en el área valenciana hasta mediados del siglo VIII, cuando empezaría la llegada de grupos árabes en el sur del territorio, algunos de cuyos miembros emparentarían con mujeres de la elite local, como la hija de Teodomiro. No hay indicios arqueológicos de la destrucción de la ciudad, que las fuentes históricas señalan en el 778-779, aunque con este episodio sí que se podría relacionar el incendio que acabó con el palacio de Pla de Nadal A partir de este momento, para el resto de la zona valenciana, especialmente en el interior, se atestigua la instalación masiva de grupos bereberes y un general estado de amplia autonomía política y de decadencia urbana, coetáneo a la desaparición de algunas ciudades. En Valencia las evidencias son prácticamente inexistentes entre mediados del siglo VIII e inicios del X. Ante esta ausencia de nuevas construcciones, como muestra de continuidad urbana sólo se podría suponer que los edificios visigodos se reutilizaran durante este periodo. Sólo a partir del siglo X, coincidiendo con la incorporación al Califato de Córdoba, comenzará un nuevo periodo de resurgimiento urbano y desarrollo económico, ligado a la organización del regadío y a la existencia de un notable artesanado urbano. En este momento, los antiguos edificios visigodos, e incluso alguno romano como la curia, fueron arrasados o ampliamente reformados.

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El Museo Visigodo de Pla de Nadal MVPLA. ESPERANZA DE COIG-O´DONNELL Y JORGE MORIN

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5 7 6 Audiovisual Paneles explicativos Materiales originales Bosque de piezas

Planta y fotografía del Museo Visigodo de Pla de Nadal -MVPLA-.

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El Museo Visigodo de Pla de Nadal –MVPLA- nos muestra la historia de este excepcional conjunto palatino mandado construir por Teodomiro, duque de la Cartaginense, después de la llegada de los árabes en el 711. La exposición permanente realiza un recorrido a través de su arquitectura, su decoración, su epigrafía, etc. Los dos primeros espacios se han dedicado a la explicación de la llegada de los visigodos a Hispania y la creación del Reino visigodo de Toledo, así como el territorio de la Cartaginense y Valencia. El segundo espacio desarrolla el trabajo de Empar Juan en el conjunto de Pla de Nadal. El espacio central está ocupado por un “bosque” con las piezas más significativas de la escultura procedente de Pla de Nadal. Además, se han reconstruido dos arquerías del interior del espacio de representación del piso superior, una decorada con veneras y otra con acantos estilizados. Como complemento a las piezas se ha expuesto algunas piezas de Pla de Nadal 2, así como algunos elementos decorativos, como las veneras, un merlón o las celosías decoradas con rosetas o cruces. En este espacio se aborda la problemática de la arquitectura del edificio, de su decoración y su epigrafía. La exposición complementa la visita con el análisis de los talleres de cantería y escultura, así como los estucadores. Todo ello con piezas que permiten entender la mecánica de su trabajo. Finalmente, señalar que esta nueva colección permanente permite contemplar más de cien piezas de escultura, que constituye la mejor colección de plástica civil tardoantigua de Hispania y una de las más completas de todo el Occidente.

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