Prácticas shamanicas y el mitote indígena en Nuevo León

June 15, 2017 | Autor: Moises Valadez | Categoría: Religion, Shamanism, Petroglyphs, Hallucinogens
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Descripción

R.evista de Humanidades es una publicaci6n academica de la Division de Ciencias y Humanidades del Instituto Tecnol6gico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey. Consejo Editorial

Segio Bagu UNAM Fidel Chavez ITESM Fernando Esquivel ITESM Lucrecia Lozano ITESM Beatriz Mariscal Colegio de Mexico Beth Pollak Universidad de Nuevo Mexico Alfonso Rangel Guerra, UANL Gustavo Sains Universidad de Indiana Director Patricio Lopez del Puerto Editor Ejecutivo juan Manuel Silva Ochoa Editora Blanca Lopez de Mariscal Coordinadores de area: Literatura

lnes Saenz Lingiiistica

Claudia Reyes, Ruth E. Angel Ciencias Sociales Yolanda Ferez, Celita Alamilla Reseiias Eduardo Parrilla Redacci6n en espaiiol Dolores Saenz Redacci6n en ingles Carol Carpenter, Thomas DeMaria Asesores Luis Felipe Alvarado, Cristina Cervantes, Donna Kabalen, VIctor L6pez V , jose Carlos Lozano, Francisco Javier Martinez, Laura Medina, Pedro Trevino, Zidane Zeraoui.

Numero 3. Otono 1997

Sistema Tecnologico de Monterrey Directorio

Dr. Rafael Rangel Sostmann Rector del Sistema Tecnol6gico de Monterrey

Ing. Ramon de la Peiia Manrique Rector del C a mpus Monterrey

Ing. Patricio Lopez del Puerto Vicerrector de Innovaci6n Tecnol6gica e Intemacionalizaci6n

Lie. Juan Manuel Silva Ochoa Director de la Division de Ciencias y Humanidades, Campus Monterrey

Lie. Blanca Lopez de Mariscal Directora de la Carrera de Letras Espaftolas, Campus Monterrey Revista de Humanidades NUm.ero 3, Otofl.o 1997 Instituto Tecnologico y de Estudios Superiores de Monterrey Division de Ciencias y Humanidades Tipograffa y formacion: Yalile Eunice Ficachi Cuidado de la edicion: Erika Alejandra Menchaca Disefl.o: Centro de Investigacion y Entrenamiento en Tecnologia Educativa, Mariam Mac Lean Sufe http://www. ciete.mty.itesm.mx/ Ave. Eugenio Garza Sada 2501 sur Monterrey, Nuevo Leon. Mexico CP 64849 e-mail: [email protected] [email protected] La Revista de Humanidades: Tecnol6gico de Monterrey es una publicaci6n semestral editada por la Vicerrectoria de Innovaci6n Tecnol6gica e Intemacionalizaci6n y la Division de Ciencias y Humanidades del lnstituto Tecnol6gico y de Estudios Superiores de Monterrey, Avenida Eugenio Garza Sada 2501 sur C.P. 64849, Monterrey N.L., Mexico. Editor responsable: Blanca LOpez, nUm.ero de certificado de licitud de titulo nUm.. 9952, nUm.ero de certificado de licitud de contenido nUm.. 6945, nUm.ero de reserva al titulo en derechos de au tor nUm.. 003110/%, distribuido por la Libreria del Sistema ITESM, edificio Centro Estudiantil Av. Eugenio Garza Sada 2501 sur C.P. 64849. Impreso en los talleres de Oficio Ediciones, Guillermo Prieto 875 oriente Barrio Antiguo, Monterrey N.L Mexico. ISSN

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Pr~~ y el mltote ~ -.. , I

en Nuevo Leon

Moises Valadez Moreno Centro INAH Nuevo Le6n Introduccion

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1 modo de vida, tradiciones y costumbres de los grupos indigenas que habitaron el noreste de Mexico han sido poco estudiados. Diferentes factores como la desacreditante labor que obraron.ios espaftoles en sus escritos del periodo colonial, han provocado que muchos estudiosos e interesados en el pasado regional, consideren a las sociedades locales como "salvajes" y "barbaras", incapaces de desarrollar creencias, cultos y mucho menos una cultura definida. Sin embargo, la cuidadosa revisi6n de fuentes etnohist6ricas permite reconocer datos concretos que, junto con la evidencia arqueol6gica, describen con claridad parte del legado cultural de los hoy extintos pueblos aut6ctonos del Noreste.

Los mitotes Entre los aspectos de mayor relevancia cultural, las cr6nicas describen la realizaci6n de mitotes, que fue la manera como los espaftoles denominaron a todo tipo de celebraciones indigenas de estas latitudes. Los datos que se presentan provienen en particular de los escritos del capitan Alonso de Le6n (1961) y del fraile Vicente de Santa Maria (1973}, las cuales pueden considerarse lecturas obligadas para la etnohistoria del Noreste. Tipos de mitote Regularmente los mitotes ternan alguna raz6n o motivo justificado para su realizaci6n ya fueran decesos, convocatorias de aliados para combatir grupos enemigos o a los mismos espaftoles, pactos de paz, celebraci6n de triunfo en contiendas o la consecusi6n de alglin evento especifico. En este sentido, distinguimos cuatro diferentes tipos de mitotes:



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y el mirote indigena

1) Mitotes de celebracwn: donde agrupamos todos aquellos eventos como matrimonios, nacimientos, el nombramiento de un jefe, relaciones de intercambio o cualquier festejo que eran motivo de alegria y jubilo para Ia sociedad. 2) Mitotes JU.nebres: donde se consideran todas las practicas relacionadas con el fallecimiento de algtin miembro del grupo y el culto a Ia muerte en general. 3) Mitotes belicos: que incluyen Ia ceremonia anterior a Ia batalla, el festejo del triunfo y Ia invitaci6n a hacer las paces. 4) Mitotes rituales: donde incluimos todas las manifestaciones de respeto o culto a los fen6menos naturales que el hombre esta incapacitado de controlar como eclipses, cometas, heladas, tormentas electricas, fuertes vientos u otros elementos determinantes en Ia cosmovisi6n de los grupos locales. Invitaci6n a los mitotes La invitaci6n a los mitotes dependia del caracter de Ia ceremonia, asi, para mitotes de celebraci6n, mitotes fUnebres y mitotes rituales, se enviaba a un mensajero con el cuerpo pintado de rojo para presentar una o varias flechas a las que de antemano se les desmontaban las puntas de proyectil y en Iugar de estas, las caftas eran decoradas con colguijes de huesos o de dientes de animal. Acto seguido, el enviado ejecutaba algunas danzas inientras exponia el motivo del mitote y el camino a seguir para llegar a este. En el caso de mitotes belicos para convocar aliados, el mensajero llevaba consigo un arco y varias flechas con la punta de proyectil pintada de rojo y totalmente baftadas en sangre, las presentaba al jefe y a algunos guerreros delgrupo enemigo y luego iniciaba una serie de ademanes y gritos a Ia vez que arrojaba parte de las flechas hacia algtin arbol cercano. En ocasiones el jefe enemigo contestaba con el lanzamiento de otro tanto de flechas hacia el mismo arbol o hacia el propio emisario pero sin darle muerte. Finalmente, para un mitote de pacto de paz, el heraldo mostraba_las flechas sin punta de proyectil y sin ningtin tipo de decoraci6n y luego disparaba algunas de estas al aire y abrazaba a los invitados pronunciando diferentes voces de jubilo y alegria. En todos los casos, si las flechas eran aceptadas, los convidados se comprometian a asistir al mitote y se consideraba una ofensa no aceptar la invitaci6n.

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Atuendos y preparativos Los cronistas coinciden en que la epoca preferencial para realizar los mitotes, a excepci6n por supuesto de los mitotes belicos, era entre el verano y el otofto por la abundancia en frutos y animales, dado que es precisamente la epoca del afto en que se cumplen los ciclos biol6gicos y estacionales de diversos generos de flora y fauna. En cuanto al arreglo personal de los invitados, los varones solteros se presentaban con el cuerpo pintado de rojo, rnientras que los casados, aplicaban la pintura hasta la cabeza. En ambos casos, se daban un segundo recubrimento con cebo o grasa de animal. Como parte del atuendo, los convidados portaban omamentos como collares de hueso y concha en brazos, cuello y muslos, ademas de narigueras, orejeras y algunas veces tocados elaborados con plumas de guajolote y perico. Entre los preparativos se menciona que con varios dias de anticipaci6n los anfitriones recolectaban frutos y cazaban gran mimero de animales preparando estos ultimos en barbacoa; para este efecto se reunia una cantidad considerable de madera que servia para el cocimiento de los alimentos y para la realizaci6n de una gran fogata que debia mantenerse encendida hasta el dia siguiente. Ademas, se colectaba o intercambiaba Ia mayor cantidad posible de plantas de peyote, que al parecer era un elemento indispensable para la realizaci6n de cualquier genero de mitote, dadas sus propiedades alucin6genas. Para su preparaci6n, esta planta era cocida en agua y luego se dejaba secar hasta que era posible molerla en forma de harina; posteriormente se disolvia en agua y el resultante se almacenaba en guajes secos y era una bebida de efectos embriagantes que hada perder la raz6n y la capacidad de movirniento. Desarrollo de los mitotes Los mitotes daban principio generalmente al caer la noche cuando los congregados se reunian en ellugar pactado y despues de los protocolarios saludos entablaban las primeras conversaciones. Pasado cierto lapso de tiempo, un deterrninado grupo de personas empezaba a ejecutar tonadas musicales utilizando como instrumentos una especie de sonajas o maracas elaboradas con calabazas silvestres y pequeftas tiras de madera con acanaladas que se frotaban con varas a manera de giiiros:

194 }\nicticas shamDnicas y el mitote indfgena AI tiempo que se escuchaba la musica, se formaban una o dos hileras de hombres y mujeres en tomo ala fogata para practicar danzas que podian durar hasta seis horas continuas. De igual forma, se pronunciaban diferentes cantos que hadan referenda a antiguas batallas, a proezas en el monte y a fen6menos como el sol, la lluvia, el frio y las nubes. En determinado momento, se interrumpian los cantos y los bailes para que una persona de avanzada edad en voz alta pronosticara el. futuro y las desgracias venideras. Mientras se desarrollaban las danzas, en repetidas ocasiones los ejecutantes se separaban del grupo para ingerir el extracto del peyote y luego regresaban a su Iugar. Posteriormente, entre dos o tres personas tomaban a alguno de los individuos que entraba en trance por los efectos del peyote y le practicaban escarificaciones rasgando su cuerpo con espinas de cactaceas, costillas de pescado o leznas de hueso a las que de antemano se les incrustaban afilados dientes de roedor. La sangre que empezaba a fluir era unta'da por todo el cuerpo con objeto de teftir a la persona totalmente de color rojo. Cabe hacer mendon que arqueol6gicamente, Walter W. Taylor (pp. 62-87) y Luis Aveleyra Arroyo de Anda (pp. 120-151) encontraron en sus excavaciones en Coahuila diferentes tipos de escarificadores similares a los que mencionan los cronistas. A medida que avanzaba la noche, los efectos del alucin6geno provocaban que los individuos paulatinamente se apartaran de las danzas, cantos y usos, quedando tendidos en el suelo en estado de trance o dormidos y, a la manana siguiente, el jefe del grupo anfitri6n repartia entre los invitados la comida restante junto con algunos obsequios como pieles de venado. Mitotes fUnebres En el caso de mitotes flinebres, algunas veces los pacientes o amigos cercanos, a fin de conservar un recuerdo mas profundo y espiritual del fallecido, cocinaban su cuerpo mezclando el preparado con peyote. Como regia, la came Unicamente podia ser consumida por las mujeres, mientras que los huesos se molian por separado y el polvo era disuelto en el brebaje del peyote. En este caso, tanto hombres como mujeres podian heber la p6cima, la cual debia servirse en Ia calota o clipula craneal del occiso, que era utilizada a manera de cuenco o jicara. Acompafiando a esta prcktica, las mujeres que habian . perdido el esposo, hijo, hermano 0 padre, se apartaban junto con un grupo de plaftideras quienes las acompafiaban con sollozos y

• Moises Valadez.Moreno / ' 195 lamentos; posteriormente se arrancaban el vello de brazos, piernas, cejas, pestaftas y nuca y el resto de la cabeza la rapaban dejando poblada solo la regi6n superior alrededor de la fontanela. Luego se ponian en cuclillas, con las manos juntas, y se impulsaban hacia adelante hasta tocar el suelo mientras pronunciaban fuertes sollozos. Por su parte, los varones algunas veees llevaban a cabo las mismas acciones, pero en su caso no se desprendian el cabello de Ia nuca. Es importante sefialar que no todos los difuntos eran consumidos, ya que algunos eran incinerados y las cenizas eran enterradas, mientras que otros simplemente eran sepultados pero se dejaba como ofrenda una hilera de nopales y arbustos sembrados en torno a Ia sepultura. Mitotes belicos Cuando se trataba de mitotes belicos para convocar a Ia guerra, una o varias mujeres de diferentes edades arengaban a los guerreros a traves de gritos, sollozos y lamentos. Se hada alusi6n a las faltas y desventuras ocasionadas por el grupo contrincante. Mientras escuchaban las querellas, los combatientes preparaban sus armas, se soltaban el cabello dejando Ia cara descubierta, se pintaban el cuerpo de colores negro y rojo y realizaban simulacros de lucha. Cuando se obtenia Ia victoria, el mitote de festejo iniciaba desde el mismo campo de batalla con Ia mutilaci6n del cuero cabelludo de los guerreros derrotados. A estas pieles con cabello se les introdudan piedras muy calientes para desecarlos y curtirlos y luego se colgaban en pertigas de madera a manera de trofeos. Acto seguido, quemaban las viviendas enemigas y regresaban a su campamento dejando una estela de fuego en sefial de triunfo. AI divisar el rastro luminoso, los hombres que habian quedado en resguardo de las familias aliadas prendian tambien una linea incandescente para recibir a los vencedores. A medida que los guerreros se aproximaban al campamento, se les sumaban los mencionados guardias yen conjunto formaban una fila que recorria en drculos el campamento, pronunciando diferentes voces y gritos. Por su parte, las mujeres paulatinamente salian al encuentro con el cuerpo pintado de colores negro y ' rojo y se integraban a Ia escaramuza arrebatando las pertigas a los hombres. Mas tarde, se retiraban a descansar mientras que un tanto de mensajeros convocaba a las familias aliadas y vecinos para celebrar un segundo mitote similar a los de celebraci6n o rituales,



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pero con la variante de que las danzas y bailes se practicaban con las pertigas con trofeos y parte de las cabelleras eran desprendidas para amarrarlas al antebrazo izquierdo de los ejecutantes. Asf mismo, los cantos se centraban en hazafias de la reciente contienda. Ademas, de manera similar al mitote runebre, se cocinaba la came de algunos de los enemigos y se consumfa en sefial de venganza. Especialistas, curanderos y shamanes Es importante destacar el papel de personas, por lo regular de edad avanzada, que desarrollaban ciertos atributos o habilidades reconocidas a1 interior del grupo y que con el. tiempo ocupaban el cargo de curandero o shaman. Entre sus capacidades, estos individuos lograban curar males o enfermedades, se permitian vaticinar el futuro y podfan indicar el remedio a seguir en el caso de premoniciones que se presentaban a traves de agiieros. Por ejemplo, cuando algun individuo se sofiaba muerto o que en el suefio ocurrfa una tragedia, al dfa siguiente debfa sacrificar a alguno de sus hijos o a algun pariente joven cercano. Sin embargo, llegaba a suceder que para algunas personas el susto por haber tenido la pesadilla era tan fuerte, que nunca lograban sobreponerse y realmente falledan. Otra precauci6n que debfan tomar era la de no ser vistos al desechar los restos de comida en territorios ajenos, pues corrfan el riesgo de ser hechizados a traves de sus desperdicios. Tambien en los nacimientos, cuando resultaban gemelos, se escogfa al infante de mejor apariencia fisica y se daba muerte al otro enterrandolo vivo. En otros casos, si se detectaba alguna malformaci6n en el recien nacido o la madre moria en el parto, por costumbre se ~acrificaba ~1 nifio enterrandolo junto con la occisa. Contexto ritual-ceremonial de los petrograbados y pintura rupestre En otros trabajos (Valadez, 1992, 1993a, 1993b, 1993c), hemos hecho referenda a wl relato que por tradici6n oral conoda un indigena a quien el cronista Alonso de Leon llevaba como guia y traductor en sus campafias. La narraci6n habla de una piedra de grandes dimensiones donde segtin los viejos se paraba un individuo de afable presencia ffsica para conversar con las personas que se iban reuniendo y darles buenos consejos. Pasado un rato de que la charla terminaba, otro



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personaje de aspecto desagradable se presentaba para decir a la gente que no creyera en lo que habia dicho su antecesor, pues se trataba tan solo de mentiras. · Posteriormente regresaba el primero, y al ver que la gente ya no tomaba en cuenta sus enseftanzas, decidia marcharse para siempre, dejando impresas las huellas de sus pies en la piedra donde se paraba. En la iconografia rupestre de Nuevo Leon es comun encontrar representaciones de pies que, de acuerdo con el relato, pueden tratarse de alglin personaje o shaman que era relacionado con una manera correcta e incorrecta de proceder o comportarse al interior de la comunidad, o sea, patrones de conducta reconocidos por los grupos locales. De tal forma, aunque de manera indirecta, esta narracion relaciona el arte rupestre dentro de un contexto mitico ritual rcconocido entre los grupos locales. Tambien en las ~festaciones rupestres se observan figuras antropomorfas que al parecer represerttan a los curanderos, especialistas, shamanes o personas con habilidades especiales. Para investigadores como Reichel-Dolmatoff, las imagenes pintadas o grabadas sobre la piedra, conocidas comlinmente como petroglifos o pinturas rupestres, etnograficamente son realizadas por shamanes y dentro de un contexto alucinatorio por el uso de drogas; los petrograbados o pinturas rupestres son la representacion grafica de las escenas alucinatorias que por medio de un lenguaje ritual permiten a los curanderos o shamanes transmitir su saber de generacion en generacion formando un consenso que ningun integrante del grupo se atreveria a poner en duda (ReichelDolmatoff, pp. 296-306). Al parecer, el cargo de curandero o shaman continua entre los remanentes indigenas de finales del siglo XIX, ya que el capitan Blas M. Flores describe entre sus campaftas de exterminio entre 1880 y 1881 (Flores, p . 85) la presencia de hechiceros que continuamente eran consultados para conocer los buenos o malos augurios y el tipo de amuletos que era necesario portar para protegerse de posibles desgracias. En otra parte (Valadez, 1993c) mencionamos el trabajo etnografico dellingiiista Albert Gastchet, quien en 1886 registrolas palabras Kopte ' que se traduce como curandero o shaman, u-ika xe't aina'p piauno 'k que significa "ellos chupaban la sangre de los enfermos", tewalise'l que quiere decir brujo o persona que puede



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causar un mal y kamau ', xowanmte, tewalise'l, que significaba embrujado o hechizado. Destaca la permanecia de estas palabras hasta finales del siglo pasado, pues, al parecer, es el Unico oficio y practica indigena que sobrevive, primero a la encomienda, luego a la congregaci6n en misiones y al exterminio espaftol y mas tarde a la persecusi6n de los Ultimos indigenas por parte del ejercito mexicano. Comentarios finales En este trabajo s6lo se han esbozado algunas caracteristicas sobre el mitote y shamanismo practicados en la regi6n; sin embargo, el estudio de las sociedades indigenas de estos territorios apenas comienza, considerando la infinidad de escritos contenidos en archivos del norte de Mexico y el sur de los Estados Unidos y las extensas areas que la investigaci6n arqueol6gica tiene para investigar. No sera nada facil relacionar este tipo de aspectos con el contexto arqueol6gico; pero sin duda son las referencias documentales y la evidencia material los unicos testigos y herramientas disponibles para tratar de definir el complejo cultural indigena del Noreste que por muchos aftos se habia recluido a un segundo plano de interes. Bibliografia Aveleyra Arrollo de Anda, L. (s/f). Estudios Arqueol6gicos sobre Cuevas Funerarias de Ia Laguna, Coahuila. Tesis ~toral. UNAM ENAH,

Mexico. Berlandier, J. L. (1980c). Journey to Mexico during tlte Years 1826 to 1834.Texas State Historical Association/ Center for Studies in Texas History. Tomos I y ll. University of Texas at Austin. Campbell, T. N. (1988). The Indians ofSoutltern Texas and Northeastern Mexico. Texas Archeological Research Laboratory. University of Texas at Austin. De Le6n, A. (1961). Relaci6n y Discursos del Descubrimiento, Poblaci6n y Pacificaci6n de este Nuevo Reino de Le6n; Temperamento y Calidad de la Tierra. Historia de Nuevo LeOn, con noticias sobre Coahuila,Tamaulipas, Texas y Nuevo Mexico, escrita en el siglo XVII por el Cap. Alonso de Leon, Juan Bautista Chapa y el Gral. Fernando sanchez de Zamora. Biblioteca de Nuevo Le6n. Centro de Es~dios Humanisticos, UANL. Del Hoyo, E. (1919). HistOria del Nuevo Reyno de LeOn (1577-1723). Ed. AI Voleo. M~xico, D.P. Segunda edici6n.

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Flores, B. M. (1882). Reseiia Historica de las Campaiias contra los Salvajes en la Frontera Norte en los Aiios 1880 y 1881. Archivo General del Estado de Nuevo Leon, Monterrey. Richel-Dolmatoff. (1985). Aspectos Shamanisticos y Neurofisiologicos del Arte Indigena. Estudios del Arte Rupestre. Primeras Jornadas de Arte y Arqueologia. Museo Chileno de Arte Precolombino. Santiago de Chile. pp. 291-307. Ruecking, F. (1954). Ceremonies of the Coahuitecan Indians of Southern Texas and Northeastern Mexico. The Journal of Science. Vol. VI, No. 3, pp. 357-388. EUA. Santa Maria, Fray V. de (1973). Relacion Historica del Nuevo Santander, y Costa del Seno Mexicano. Direccion General de Publicaciones, UNAM. Mexico. Swanton, J. R. (1940). Lingiiistic Material from the Tribes of Southern Texas and Northeastern Mexico. Bureau of American Ethnology Bulletin. No. 44. Smithsonian Institution. Washington, D.C. Salinas, M. (1990). Indians of the Rio Grande Delta. Their Role in the History of Southern Texas and Northeastern Mexico. University of Texas Press. Austin. Taylor, W. W. (1966). Archaic Cultures Adjacent to the Northeast Frontiers of Mesoamerica. Handbook of Middle American Indians. Vol. 4. University of Texas Press. EUA. pp. 59-94. Troike, R. C. (1959). Researches in Coahuiltecan Ethnography. Texas Archeological Society Bulletin. Vol. 32. pp. 301-309. Troike, R. C. (1961). Notes in Coahuiltecan Ethnography. Texas Archeological Society Bulletin. Vol. 32. pp. 57-63. Valadez Moreno, M. (1992). Las sociedades Prey Protohistoricas de Nuevo Leon. Tesis ENAH. 318 pp. INAH. Mexico. Valadez Moreno, M.(1993a) . lnforme Tecnico de Ia Primera temporada de Campo del proyecto "Catalogacion e ldentificacion de Sitios Arqueologicos en la Parte Norte de Nuevo Leon". Archivo Tecnico de la Direccion de Servicios Academicos, INAH. Valadez Moreno, M. (1993b). Datos Etnohistoricos y Etnograficos de las Sociedades Preteritas de Nuevo Leon. Deslinde. Revista de la Facultad de Filosofia y Letras de la UANL, No. 39-40. pp. 124-136. Valadez Moreno, M. (1993c). Plantas Alucinogenas y Medicinales Utilizadas por las Sociedades Preteritas del Noreste. 1er. Congreso sabre Medicina Tradicional en el Norte de Mexico. Centro INAH. Chihuahua/ Universidad Autonoma de Chihuahua, Chihuahua.

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