¿Por qué se investiga tan poco en las universidades peruanas?

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¿Por qué se investiga tan poco en las universidades peruanas? Autor: Dennis David1 La investigación es un indicador de calidad de las universidades. Los centros superiores de estudio más importantes del mundo presentan, según los rankings mundiales, un índice alto en esta actividad. Sin embargo, las universidades peruanas mejor posicionadas, aún están muy por debajo de estos índices de excelencia. Si formulamos esta pregunta con la que titulamos esta nota a alguna autoridad, seguramente que, un gestor público, diría que esta situación se debe a que las universidades no están cumpliendo con estándares internacionales; una autoridad académica afirmaría que se debe a la falta de apoyo del gobierno. Ambas respuestas, creemos, tienen sentido, puesto que, realmente, estas deficiencias son originadas por un gran número de factores, dónde están incluidas éstas y otras como las deficiencias organizativas de los centros de estudios, el pobre diseño de los planes de estudios, visión deficiente de la formación académica y científica, así como algunas tendencias sociales actuales. Las universidades del país que más investigan, —Cayetano Heredia, Católica del Perú y San Marcos—, presentan índices muy bajos, según estos rankings. Además, a pesar de que estos centros imparten carreras que, por su naturaleza, son netamente disciplinas de investigación, tampoco investigan lo suficiente. En esto quizás habría que indagar en la forma en se gradúan los egresados y, si lo hacen con tesis, cabe preguntarse ¿dónde están dichas tesis?, ¿son investigaciones científicas estos trabajos? No se sabe. Esto nos lleva a intuir la existencia de pésimos sistemas para publicar o comunicar los resultados de sus investigaciones. Éstas son invisibles a la comunidad nacional e internacional. Ahora, en este artículo, presentamos un breve acercamiento al problema de la baja producción científica en nuestros centros de estudios superiores. Hemos analizado planes de estudios de 12 carreras de 4 universidades que más investigan. Nos interesa observar si estos planes, promueven o no la investigación: ¿los planes de estudio están diseñados para formar investigadores? Para nuestro análisis, primero, tenemos que conocer qué significa investigar como tarea intelectual y actividad práctica, así como saber qué conocimientos y destrezas se requiere para desempeñar esta labor. ¿Qué es la investigación científica? Para Hernández Sampieri “La investigación es un conjunto de procesos sistemáticos, críticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno o problema” (Hernández Sampieri, 2014). Mientras que Fidias G. Arías señala que “La investigación científica es un 1

Mg. Dennis David Dávila Picón. Portal www.ciencias.pe Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. [email protected]

proceso metódico y sistemático dirigido a la solución de problemas o preguntas científicas, mediante la producción de nuevos conocimientos, los cuales constituyen la solución o respuesta a tales interrogantes. (Arias G., 2012)”. Por su parte Gabriela Moran afirma que la investigación “Se define como un procedimiento reflexivo, sistemático, controlado, metódico y crítico, que conduce hacia el descubrimiento de hechos, datos, relaciones, leyes o verdades nuevas en cualquier campo del conocimiento humano.” (Moran Delgado, 2010). Como bien observamos en estas definiciones, los conceptos, sistemático, metódico, crítico, controlado, son centrales. Lo sistemático, hace referencia a un proceso organizado, guiado por principios y reglas; lo metódico, nos remite a la acción que sigue ciertas pautas de manera coherente, programada y con precisión; lo crítico resalta la capacidad de análisis, contrastación, comparación, deducción e inferencia; y, controlado hace referencia a un proceso consciente de aquel que conoce las variables en juego, las observa y es capaz de manipularlas. Así, observamos que para la investigación se necesita capacidad intelectual, conocimientos y destreza muchas de las cuales se adquieren durante el proceso de formación profesional. Es en este sentido que, Umberto Eco, sostiene que el trabajo en una tesis implica la “elaboración crítica de una experiencia, como adquisición de una capacidad (buena para la vida futura) para localizar los problemas, para afrontarlos con método, para exponerlos siguiendo ciertas técnicas de comunicación”. En esta tarea se espera que el alumno se adiestre en “cómo se escoge el tema y se disponen los tiempos de trabajo; cómo llevar a cabo una búsqueda bibliográfica; cómo organizar el material encontrado; cómo disponer materialmente el trabajo elaborado.” (Eco). Para Dei, la investigación “supone tanto la formación de recursos humanos en los métodos y técnicas propios de la investigación en ciencias y humanidades, como la práctica efectiva de ella, mediante la focalización y el desarrollo de áreas específicas de conocimiento.” (Dei, 2008). Es decir, el trabajo no sólo es analítico, de demonio temático y técnicas de selección y análisis de datos, sino también organizativo. En estas referencias vimos que para investigar se requiere conocimientos, destrezas para argumentar, analizar y conocimientos de técnicas y, más aún, hacer referencias bibliográficas y, por supuesto, algo que se olvida con frecuencia: escribir. Para Alberto Lifshitz Guinzberg “Investigar no es escribir, pero hacerlo representa una habilidad fundamental, indispensable para hacer trascender el conocimiento generado” (Contreras M., 2010). Ahora ¿cuántos de los cursos preparan para organizar, analizar, contrastar, seleccionar y, por supuesto, a seguir ciertas pautas con precisión y destreza? Lo que nos dicen los planes de estudio El plan de estudio de una carrera universitaria nos muestra la tendencia no sólo en cuanto a la materia que se estudia, sino al tipo de profesional que se pretende formar. Este tipo de profesional, generalmente, está definido en el Perfil del Profesional de cada carrera. Al leer estos perfiles notamos que pocos de ellos ponen énfasis en la investigación, así como la gran variedad de cursos que presentan la misma carrera en dos universidades.

Analizamos 12 planes de estudios y notamos que para graduarse se llevan en promedio 55 cursos durante los 5 años de estudios. Constatamos que no más del 10% de los cursos que se imparten durante una carrera de 5 años, hacen alguna referencia expresa a la investigación. Esto equivale a un máximo de 6 cursos, es el caso de Estomatología de la UPCH; y un mínimo de 2 cursos, en el caso de Química de la UNMSM. Entonces nos preguntamos, ¿son suficientes esos cursos para formar investigadores? Para responder esta pregunta quizás valga esta comparación: si se considera que el egresado, a pesar de haber aprobado los cerca de 55 cursos de su carrera, egresa de la universidad sabiendo que necesita conocer más para desempeñarse con eficiencia en su profesión, entonces, ¿con 5 o 6 cursos, se puede formar a un investigador? La respuesta es, claramente, no. Por otro lado, si analizamos el contenido de los cursos, encontramos que, la mayoría de ellos son similares, más que en contenido, en su carácter meramente informativo de un tópico. Exponen de manera muy romántica, y muchas veces rimbombante, lo que es ciencia, investigación, y/o presentan la estructura de una investigación, pero, no dicen cómo hacerlo. Es más, algunos comienzan con el proyecto de tesis y esperan que el estudiante lo desarrolle presuponiendo que ya conoce qué es y cómo se desarrolla cada capítulo. Así, muchos de los cursos que observamos proveen de información al estudiante; de información que puede encontrarse con mucha facilidad hoy en día por toda la red. Pero, ¿es inteligente centrarse en dar información en este mundo cada vez más “infoxicado”?, es decir, saturado de información. Creemos que no. Considero que los profesores deben enfocarse en adiestrar o entrenar en el análisis crítico, la comparación, en la selección de datos, la organización de los mismos, la elaboración conceptual, la argumentación, la redacción científica, las referencias bibliográficas, etc.. El sociólogo Julio Mejía describe bien este problema al destacar la predominancia de “estudios que clasifican datos cuantitativos, agrupan y ordenan las informaciones recogidas según las variables del objeto de investigación y lo presentan en cuadros estadísticos. Corresponden a la mayor fuente de datos secundarios de la sociología. El objetivo es presentar datos procesados y no poner a prueba un conocimiento. Los estudios se quedan en una etapa de clasificación y tabulación en la exposición de cuadros de frecuencias y porcentajes, sin ningún análisis e interpretación teórica de los resultados. Es decir, los datos no conducen a la formación de conceptos.” (Mejía Navarrete, 2000). El problema descrito aquí es, sin duda, consecuencia de la formación con mallas curriculares que contienen cursos que ponen énfasis en la presentación de datos y más datos. Al parecer, la concepción de la universidad ha decaído a fuente de datos y el profesor es ahora un datero. Con todo esto, el estudiante egresa sin capacitación ni destrezas suficientes para la investigación. Solo para la recopilación de información. Esto lo notamos cuando el graduando intenta desarrollar su tesis de licenciatura o de maestría.

Ahora, la nueva Ley Universitaria exige el desarrollo de dos tesis: una para bachiller otra para licenciatura. Esto es, sin duda, una buena medida para incrementar el número de investigaciones, pero, sino se cambian los planes de estudio o sino se trabaja un diseño curricular enfocado en la formación de capacidades y destrezas para la investigación, los graduandos seguirán recurriendo a los quioscos para comprar trabajos sin ningún valor académico ni, claro, ético. Conclusiones Entonces, se investiga muy poco en las universidades peruanas porque:   

Los planes de estudio de las universidades peruanas no están diseñados para formar investigadores. Los planes de estudios contienen cursos en la que solo se presenta información relacionada con la disciplina pero desconectada de un propósito de investigación. Los egresados no están capacitados para la elaboración de una tesis.

Finalmente, una recomendación: la formación de habilidades para la investigación debe comenzar en el primero año de estudio y consolidarse durante todo el proceso de la carrera.

REFERENCIAS Arias G., F. (2012). El proyecto de investigación. Introducción a la metología científica. 6ta. Edición. Caracas: Editorial Epistema, C.A. Dei, H. D. (2008). La tesis. Cómo orientarse en su elaboración. Buenos Aires: Prometeo Libros. Eco, U. (s.f.). Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. Madrid. Hernández Sampieri, R. (2014). Medología de la investigación científica 6ta edición. México D.F.: McGRAW-HILL / INTERAMERICANA EDITORES, S.A. DE C.V. Mejía Navarrete, J. (2000). La investigación cuantitativa en la sociología peruana. Metodología de Encuestas, Vol. 2, N° 1, 1-16. Moran Delgado, G. (2010). Métodos de investigación. México D.F.: Pearson Educación de México, S.A. de C.V.

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