¿Por qué l\'Horta Nord de Valencia no es un destino turístico? Cómo convertirlo en un espacio de oportunidad.

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¿POR QUÉ L’HORTA NORD DE VALENCIA NO ES UN DESTINO TURÍSTICO? CONVERTIRLO EN UN ESPACIO OPORTUNIDAD Francisco Lloréns Camacho Máster en Dirección y Planificación del Turismo. Universitat de Valencia [email protected]

Rubén Arnandis i Agramunt Profesor Asociado Universitat de València. Departamento de Geografía [email protected]

RESUMEN L’Horta de València siempre ha sido objeto de alabanzas y de elogios por parte de quienes han recorrido este espacio. Un caso concreto, y el ámbito de estudio de esta investigación, es l’Horta Nord cuyo potencial turístico es probablemente mayor del que ha conocido hasta la fecha. Bajo la base teórica propuesta por algunos autores sobre ordenación territorial y desarrollo turístico, sobre la idea conceptual de destino turístico y sobre la gobernanza turística, se analizó a partir de entrevistas personales a responsables de los equipos políticos de todos los municipios la percepción que en el ámbito municipal y comarcal se tenía sobre el potencial turístico en l’Horta Nord, su gestión actual y su predisposición a establecer nuevas vías de gestión conjunta como marco más idóneo para la gestión del turismo. Los resultados muestran que los responsables municipales, en líneas generales, no dudan en reconocer la falta de desarrollo turístico en la comarca y la mayoría admite que posee un gran potencial turístico, por lo que sería necesario intentar sacar un mayor provecho. Tres de cada cuatro estarían de acuerdo en ceder las competencias a un ente superior para planificar el turismo, entendiendo que sería la única vía mediante la cual podría instaurarse como uno de los pilares del desarrollo comarcal. PALABRAS CLAVE: Supramunicipalidad. Planificación territorial del turismo. Horta Nord. Política turística. Gobernanza. ABSTRACT L'Horta de Valencia has always been object of praises from those who have visited this area. A particular case and the scope of this research is l’Horta Nord, whose tourist potential is probably greater than the level reached up to now. Under the theoretical base proposed by some authors on territorial planning and tourist development, the conceptual idea of tourist destination and the governance in tourism, personal interviews were made to managers of the political teams from all the municipalities in order to know the perception that in the regional and local field had about the tourist potential in l'Horta Nord, their current politics and their predisposition to establish new roads of conjoint policy in the tourism management. The results show that managers, in general terms, do not hesitate to admit the lack of tourism development in the region, and the majority admits that l’Horta Nord has a big potential as a tourist destination, and it must be well exploited. Three out of four interviewees would agree in transferring the competences in tourism to an upper body to plan this activity, knowing that it would be the only way to establish it as one of the pillars of the local development.

KEY WORDS: Supramunicipal. Territorial planning in tourism. Horta Nord. Tourism policy. Governance. INTRODUCCIÓN El paisaje conformado por la huerta de Valencia siempre ha sido objeto de alabanzas y de elogios por parte de todos aquellos que han recorrido este espacio. El perfecto mestizaje de sus tierras fértiles, complementado por una conjunción de municipios que ha ido creciendo notablemente con el paso del tiempo, ha dado pie a que este singular territorio posea unas características que le permiten ser muy apreciado. Sin embargo, todas las particularidades que posee esta comarca valenciana, tras las cuales se podría intuir un considerable potencial turístico, no le han servido hasta la fecha para consolidarse entre los destinos principales de esta región española. Una de las causas que quizás expliquen el leve desarrollo turístico de la comarca en su conjunto, pese a estar situada en un entorno tan particular, podría derivarse de esa visión tan localista de la actividad turística y vinculada además hacia modelos residenciales de sol y playa (que como se verá posteriormente son los únicos presentes y los que tienen mayor incidencia en el turismo) lo que condujo a que aquellos municipios no costeros desestimaran el turismo como complemento a su desarrollo, probablemente por no ser capaces de identificar entre sus recursos el atractivo suficiente para generar flujos hacia su territorio. Con el objetivo de analizar la visión que las entidades locales tienen sobre el turismo en la comarca en general y en su municipio en particular, se ha estimado conveniente realizar una serie de entrevistas en profundidad a los responsables (políticos y técnicos) de los ámbitos municipal y comarcal presentes en l‟Horta Nord. La finalidad no es otra que a partir de este análisis de la gestión actual del turismo y de su visión particular observar la predisposición a ceder las competencias en turismo a un ente supramunicipal (ya existente) que las gestionara, siendo esta opción la más idónea según los conceptos teóricos mostrados en el punto siguiente. LA PLANIFICACIÓN TURÍSTICA Y LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO En líneas generales, podría afirmarse que el turismo en España ha sido tratado por parte de las administraciones encargadas de planificarlo como una actividad fundamentalmente económica. Basta con revisar las políticas turísticas llevadas a cabo desde la democracia para observar que el papel al que se relega el territorio es como mero soporte de la actividad turística, una base (en el sentido más literal de la palabra) donde dar cabida a proyectos urbanísticos, infraestructuras y equipamientos que, con el argumento del turismo, han colmado muchos espacios ahora degradados. Sin embargo, “el turismo es un fenómeno social, de caracteres absolutamente definidos por la actuación, normas de comportamiento y limitaciones de la colectividad humana […] si bien se origina y se caracteriza por ser una tipificada acción de consumo” (FIGUEROLA, 1990:11). Esta definición se enlaza con la teoría defendida por Vera (2011), quien afirma además que el

turismo no es tanto una actividad económica, sino que posee un carácter eminentemente socio-espacial y que como consecuencia de este hecho se generan “diversas” actividades económicas. Se intuye, por ende, que sin territorio no sería posible hablar de turismo. Tal es así, que si el concepto clave en turismo es el desplazamiento de las personas como requisito sine qua non para que la actividad turística sea posible1 (puesto que los productos a consumir no se pueden trasladar) ¿dónde desplazarse sino es a otro territorio? No obstante, ¿cuáles son los motivos que indican que el turismo debe entenderse como una actividad que se tiene que planificar desde una perspectiva territorial? ¿Por qué razón la planificación turística debe estar integrada dentro de la ordenación de cualquier territorio que se precie? Autores como Barrado y Ávila (2010) advierten que la ordenación urbanística y territorial de los espacios turísticos, que se ve materializada en muchos casos mediante instrumentos de planificación y procesos de gestión, es necesaria como medida para introducir criterios de racionalidad y principios de sostenibilidad en la transformación territorial que induce el desarrollo del turismo, la utilización de sus recursos naturales y culturales que lo sustentan (verdadera materia prima de la actividad turística y conformadores de la diferenciación entre territorios) y en la cualificación del entorno en el que se integra la actividad. Integrar el turismo en el sistema territorial supondría que la planificación podría observar la estructura y el funcionamiento del sistema en su conjunto y detectar posibles carencias, así como establecer con mayor rigor fórmulas y objetivos de desarrollo turístico (VERA, 2011). Además, cabe señalar que, aparte de los instrumentos puramente turísticos y otros de carácter horizontal (política económica, medioambiental, sanitaria,…), se dan otros que de forma más o menos directa afectan a la ordenación del espacio turístico (IVARS, 2003) como serían aquellos relacionados con el agua (abastecimiento y depuración), las infraestructuras (carreteras, autovías, vías férreas…) la sanidad (calidad de las aguas, asistencia, contaminación…) o la cultura (museos, eventos, protección, itinerarios…). Ahora bien, no debería entenderse el territorio solo como elemento de soporte. En aquellos espacios donde este asume un rol de producción-consumo turístico acumula todos los papeles que el espacio puede representar en el juego socioeconómico, lo que muestra la enorme importancia que tiene lo territorial en el turismo en otras acepciones: soporte sí, pero también factor y recurso (SÁNCHEZ, 1985 en BARRADO, 2004:48). De suceder lo contrario, todos los territorios serían turísticos, pues servir como soporte a la actividad turística no supondría relevancia alguna. Cuando la actividad turística, en cambio, se localiza en espacios determinados, es fundamentalmente porque existen factores (como los de localización) o recursos (como los naturales) que facilitan el desarrollo turístico, y que no están presenten en todas las tierras. Además, y parafraseando a Fernández Tabales (2004) se entiende que cualquier elemento del territorio que constituye todo destino turístico; desde el clima, hasta el medio ambiente, pasando por el patrimonio o los núcleos urbanos; configuran una relación bidireccional entre territorio y turismo. Un binomio que siempre se debe gestionar desde una planificación integrada, puesto que entenderlo por separado genera tal cantidad de impactos que solo llevaría a su degradación irrevocable. De esta manera, la teoría de que

tanto la ordenación del territorio como la planificación turística deben gestionarse bajo un mismo marco organizativo se ve refrendada con fuerza. Paradójicamente, la complejidad legislativa que se da cita en España ha originado que los conceptos ya citados de ordenación del territorio y de planificación turística no se hayan integrado más que en algunos casos muy concretos, puesto que la gestión (unificada o separada) de ambas materias la decide cada una de las regiones del estado español. Así, tan solo cinco de ellas (los dos archipiélagos, más Aragón, Cataluña y el País Vasco) han integrado la planificación turística junto con la ordenación del territorio, por lo que se podría hablar de que existe propiamente planificación territorial turística. Contrariamente, hasta en ocho regiones (entre ellas la valenciana) estos dos conceptos se rigen desde normativas diferentes, lo que origina una falta de cohesión entre territorio y turismo en estos lugares, tal y como se puede apreciar en la comarca objeto de estudio del presente artículo, l‟Horta Nord. LA SUPRAMUNICIPALIDAD TURÍSTICOS

COMO

MARCO

PARA

LOS

DESTINOS

Una vez comprendida la importancia de integrar la planificación turística dentro de la territorial, es necesario saber desde qué escala se debería gestionar la unión de ambos conceptos. Actualmente, tanto la administración local como la regional cuentan con competencias sobre territorio y turismo, pero, ¿son las más adecuadas? Ivars (2003) aclara que “la coordinación y cooperación de la política turística atañe de manera especial a la escala supramunicipal”, por ser el mejor ámbito donde poder obtener indudables sinergias en la complementariedad de los productos turísticos, la consolidación de la imagen turística o el uso racional y eficiente de los recursos productivos. Este mismo autor añade además que” las metodologías más avanzadas a la planificación regional del turismo remarcan la necesidad de identificar espacios turísticos coherentes por distintos factores […] a los que corresponde aplicar una estrategia global y coordinada”. Estos espacios se identifican con la escala local y subregional y su delimitación debería formar parte de todos los planes regionales de turismo. Otros autores como Barrado (2001), defienden esta misma tesis y abogan porque la planificación territorial turística tenga un carácter supramunicipal, pues afirma que la idea de destino turístico, salvo en casos muy concretos, abarca un marco espacial más amplio que el de un solo municipio, estando en muchos casos en sintonía con la percepción que el visitante posee. De hecho, está última aportación será desarrollada posteriormente por el mismo autor, donde expondrá que el concepto de destino turístico abarca la subesfera formada por la intersección de otras dos de rango superior, la territorial y la sectorial, de modo que ni todo el territorio tiene carácter turístico ni toda la actividad turística de un territorio se concentra en él (BARRADO, 2004: 52). Así pues la escala subregional parece ser el marco idóneo de planificación por ser aquí donde el turismo se encuentra con otro tipo de actuaciones (infraestructuras, equipamientos, servicios públicos generales,…) que permiten un modelo más equilibrado y de gestión de los impactos. Al ser un contenedor mayor de recursos es capaz de ofrecer una

gama mayor de productos turísticos diversos y complejos con lo que en principio se le asume mayor capacidad de atracción. Por otro lado, es el ámbito territorial el que mejor se adapta a los mecanismos del sistema turístico receptivo conformado por el conjunto de sistemas expuesto por Hildenbrand (1996). Asimismo, existe una mayor identificación entre la imagen de destino y la región, a excepción de los destinos-meta, cuya imagen permanece asociada normalmente con un ámbito municipal. De este modo las vías de trabajo que exigen la consideración del turismo desde su repercusión en la estructura y en el sistema territorial apuestan por una escala intermedia para la comprensión no solo de los problemas sino más bien para dar respuesta de manera multidisciplinar e integrada respecto al planteamiento del turismo desde la práctica de la ordenación del territorio (VERA, 2011). En el Consejo de Turismo de Cataluña organizado por la Consejo de Cámaras de Comercio de Cataluña y celebrado en 2004 (en relación con binomio turismo y paisaje) identificaba que era necesario impulsar el planeamiento urbanístico de carácter supramunicipal pues buena parte del desbarajuste territorial y urbanístico de muchas áreas turísticas se debía a la ausencia de un planeamiento territorial que racionalizara el uso del suelo y evitase disfuncionalidades territoriales. Así pues, dichas teorías que defienden el carácter supramunicipal que debería tener la planificación turística de cualquier espacio convergen con la del caso concreto de esta investigación, la comarca de l‟Horta Nord. LA GOBERNANZA COMO FILOSOFÍA DE GESTIÓN DE DESTINOS Si bien el epígrafe previo advertía de las prosperidades que se conseguirían si la planificación territorial turística se gestionara desde un marco supramunicipal, es necesario resaltar que esta se basa fundamentalmente en el entendimiento, el trabajo conjunto, la colaboración y el apoyo entre las distintas administraciones implicadas en él, las cuales, muy a menudo, cuentan con intereses distintos. En los últimos tiempos, una diversidad de importante de autores ha ofrecido una aproximación a la gobernanza (NATERA, 2004; FARINÓS, 2008; STOKER, 1998). Todas ellas coinciden cuando afirman que la gobernanza se basa en la cooperación y en la colaboración entre todos los agentes implicados, no solamente de carácter público, sino también civil (asociaciones, ONG, ciudadanía, etc.) así como los de carácter privado. De este modo, parecen enfrentarse los conceptos de gobernanza y gobernabilidad, entendida esta última como la forma de gobierno clásica, en la que las políticas se toman sin consenso con la sociedad, puesto que ésta le ha cedido a las instituciones el poder a través del voto electoral. La idea de gobernanza, en cambio, promulga un nuevo estilo de gestión, colaboración y cooperación entre todos los actores, marcando así un punto y aparte respecto a las anteriores formas de gobierno que contrariamente no enfatizan los procesos de participación de la ciudadanía y fomenta formas de gobierno poco transversales (más bien promoviendo el modelo up-down). La gobernanza, pues, se asienta en cinco principios esenciales: apertura, participación, responsabilidad, eficacia y coherencia.

Sin embargo, ¿son aplicables todos estos conceptos en el marco turístico, a sabiendas de que es una actividad transversal y de la que dependen multitud de factores? Autores como Arcarons (2010), no dudan en afirmar que “el turismo es un ámbito muy favorable para observar la dinámica del concepto gobernanza, por la propia naturaleza del turismo [...]”, entendiéndose por naturaleza en este caso, a la intensa relación que existe entre los sectores públicos y privados en la actividad turística. Finalmente, es Velasco (2008), quien defiende la obligatoriedad de unir turismo y gobernanza a través de la enumeración de cinco razones que defienden esta teoría: -

-

El turismo requiere para su crecimiento de la colaboración del sector público y privado, puesto que éste para su desarrollo utiliza recursos públicos. Hay que implicar a la sociedad de acogida para el buen desarrollo turístico del lugar. Contextualizado en términos de gobernanza, la implicación de la sociedad civil. La multisectorialidad del turismo, con la concurrencia de subsectores empresariales muy diversos, con lógicas independientes y contradictorias entre sí. Un solo destino turístico engloba diferentes sectores, niveles de gobierno, intereses opuestos, etc., que deben lograr una entente para el correcto desarrollo. Inmenso potencial de las acciones público-privadas.

En cualquier caso, y como se ha podido observar, la relación entre turismo y gobernanza es estrecha, puesto que la actividad turística contempla una generosísima cantidad de actores (debido a la transversalidad del sector), asentados asimismo sobre un territorio en el cual la sociedad local se ve directa o indirectamente afectada. METODOLOGÍA Dado que la presente investigación busca conocer la visión que los actores públicos en l‟Horta Nord tienen respecto al turismo en su municipio y en la comarca, y evaluar posteriormente su predisposición a la gestión conjunta, se ha estimado conveniente seleccionar la técnica de la entrevista en profundidad, a partir de la creación de una batería de preguntas donde el entrevistado podía escoger en una escala de respuesta, y según los casos, la opción que más se le ajustara. Así pues, durante los meses de septiembre y octubre de 2013, se realizaron un total de quince entrevistas, doce de ellas a algunos de los municipios que conforman l‟Horta Nord (cuatro poblaciones con área de turismo, y ocho sin ésta), y las restantes a organizaciones comarcales mancomunadas (Mancomunidad del Carraixet y Mancomunidad de l‟Horta Nord) o consorciadas (Pactem Nord). Las doce localidades que finalmente accedieron a responder el cuestionario fueron las siguientes: Albalat dels Sorells, Alfara del Patriarca, Bonrepòs i Mirambell, Foios, Godella, Rocafort, Tavernes Blanques, Vinalesa, Alboraya, Almàssera, El Puig de Santa Maria y La Pobla de Farnals, siendo estos cuatro últimos municipios aquellos que en estos momentos cuentan con una concejalía de turismo en sus consistorios.

Naturalmente, dos tipos de cuestionarios fueron realizados (uno para los municipios y otro para las mancomunidades), puesto que las preguntas sobre las que se deseaba obtener una respuesta no podían estar enfocadas de la misma manera para estos dos organismos. A pesar de todo, sendos modelos de entrevista tenían una serie de preguntas en común, hecho que permitiría comparar las respuestas entre ellos. Las cuestiones que se les realizaron (alrededor de una veintena de preguntas en cada caso) trataron de ubicar la cuestión turística en l‟Horta Nord y sus municipios, intentando conocer la visión que tenían los encuestados acerca del potencial turístico, el desarrollo conocido hasta la fecha, la importancia del turismo en su entorno y, por supuesto, saber si había o no predisposición a que la gestión turística se traspase en un futuro a un ente supramunicipal. L’HORTA NORD: ESTADO DE LA CUESTIÓN Análisis general La provincia de Valencia está subdividida en un total de diecisiete comarcas, siendo l‟Horta Nord una de la que las integra. Su creación se remonta al año 1989, fecha hasta la que Valencia y toda su área metropolitana conformaban una sola comarca, conocida como l’Horta de Valencia. Sin embargo, a partir de ese año la Generalitat Valenciana tomó la decisión, debido al continuo crecimiento demográfico de la zona, de subdividir dicha comarca en cuatro de tamaño más reducido: l‟Horta Nord, l‟Horta Sud, l‟Horta Oest y la propia ciudad de Valencia. Gráfico I. Municipios presentes en el ámbito de estudio

Fuente: elaboración propia

La comarca de l‟Horta Nord cuenta con un total de 22 municipios, y junto a estos se encuentran una serie de pedanías que si bien pertenecen a la ciudad de Valencia, se consideran parte de l’Horta Nord debido a su situación geográfica, por lo que no serán consideradas en esta investigación. Dichas localidades agrupan una población total de 225.090 habitantes2, distribuidos en una superficie total de 140‟51 km2. De esta manera, la densidad poblacional de l’Horta Nord

alcanza la cifra de 1.601 hab/km2, lo que la sitúa entre las comarcas más densamente pobladas de la región valenciana. Gráfico II. Evolución de la población en el ámbito de estudio (1970 – 2013)

Fuente: elaboración propia

Debido a su particular enclave, l‟Horta Nord -prácticamente anexionada a la capital regional-, está conformada por localidades del área metropolitana de Valencia cuya función principal en muchos casos es actuar como ciudad dormitorio. No obstante, esta cercanía respecto a la ciudad ha permitido que, actualmente, l‟Horta Nord presente unos datos socioeconómicos que la posicionan como una de las comarcas más pujantes y de mayor importancia de la Comunidad Valenciana, cuando menos a nivel demográfico, económico, laboral y productivo, entre otros. La comarca de l‟Horta Nord es una llanura litoral que hacia el interior se halla bordeada por pequeñas colinas que rara vez alcanzan más de 100 metros sobre el nivel del mar. En el extremo más septentrional, la llanura litoral de l‟Horta limita con el abrupto relieve de la sierra de Portacoeli, cuya presencia en dicha comarca se limita únicamente a algunos cerros de pequeña importancia como los del Puig o el dels Germanels. Estos últimos emergen como unos islotes de roca en medio del llano aluvial, principal característica de la comarca que ha permitido asentar en una gran parte del territorio extensos campos de regadío. Por su parte, el litoral está formado por una costa baja de arenas y gravas que separa las aguas del Mediterráneo de la zona interior pantanosa y lagunar interrumpida tan solo por el delta interior del Túria. Al norte de la ciudad de Valencia, la costa se halla profundamente alterada por la acción humana (al contrario que la zona sur, que mantiene todavía el cordón dunar), con la construcción de puertos y diques, mientras que la zona pantanosa interior (el marjal) ha sido desecada y aprovechada para cultivos y suelo industrial, como puede ser el caso del Marjal del Puig de Santa María. El clima de toda la comarca se clasifica dentro de la tipología mediterránea, con inviernos suaves, de heladas poco frecuentes y veranos cálidos, pero donde difícilmente se alcanzan temperaturas extremas debido al efecto atemperante de la brisa marina. La temperatura media anual gira en torno a los 17ºC, siendo enero el mes más frío, con 11‟5ºC de media, y

agosto el más cálido con 25‟5ºC. Por su parte, las precipitaciones anuales alcanzan la cifra media de 454 litros por metro cuadrado, presentándose su máximo durante los meses otoñales, en los que a menudo se dan cita episodios de lluvias torrenciales (también conocidos como „gota fría‟) Por el contrario, durante los meses de verano, la precipitación es prácticamente inapreciable.3 Análisis turístico De acuerdo con lo exigido en la Ley 3/1998 de Turismo de la Comunidad Valenciana, la mención de Municipio Turístico a las localidades valencianas tiene la consideración de título honorífico, el cual es concedido por la Conselleria de Turisme a todas aquellas poblaciones que reúnen una serie de criterios preestablecidos. Así, según las características de la oferta y demanda turística, el municipio podrá alcanzar la consideración de Destino Turístico, Destino Vacacional o Destino de atracción turística. Para el caso de la comarca de l‟Horta Nord, tan solo cuatro de los veintidós municipios que la componen están declarados Municipios Turísticos (Alboraya, El Puig de Santa Maria, Puçol, La Pobla de Farnals), siendo curiosamente todos municipios costeros. Gráfico III. Municipios turísticos presentes en el ámbito de estudio

Fuente: elaboración propia

En consecuencia, la representatividad de l‟Horta Nord en el catálogo de Municipios Turísticos autonómico es realmente baja, ya que si bien el 18% de las localidades de la comarca ostentan esta categoría, representan únicamente el 1‟7% respecto al total de poblaciones de la región que ha recibido esta acreditación. Se trata de cifras bastante bajas que podrían permitir pensar que la actividad turística no es uno de los pilares económicos, al menos actualmente, en la comarca de l‟Horta Nord. Naturalmente, estos cuatro municipios cuentan en sus consistorios con un área dedicada a la gestión del turismo. Únicamente en uno de ellos (La Pobla de Farnals) la concejalía se dedica exclusivamente al área de turismo. Cabe destacar además, que junto a estos cuatro

municipios, otros dos más (Museros y Almàssera) cuentan con una concejalía que gestiona el turismo de manera compartida con otras áreas (cultura, fiestas, etc.). En el lado opuesto se localizan los dieciséis pueblos de l‟Horta Nord (prácticamente tres cuartas partes del total) que no cuentan con una concejalía o un área dentro del consistorio que se ocupe del turismo a nivel municipal (en blanco en el gráfico II). En caso de necesidad de dar respuesta a cualquier asunto de carácter turístico, son las áreas de cultura o fiestas (las cuales sí que suelen estar presentes en todos los municipios) las que se encargan de ello. De hecho, cabe señalar que tan solo seis de los veintidós municipios cuentan con un área de gestión turística entre sus competencias, por lo que más de la mitad de las poblaciones de la comarca, por razones distintas, no poseen gestión del turismo en sus territorio. Finalmente, como evidencia el gráfico IV, la representatividad de la oferta turística en l‟Horta Nord (de alojamiento) queda circunscrita únicamente a una parte de la misma, puesto que en la mayoría de las ocasiones, muchas localidades de la comarca no cuentan con oferta significativa. Todo ello muestra, grosso modo, que la actividad turística se ha desarrollado, primordialmente, en unas pocas poblaciones de l‟Horta, sobre todo en aquellas que están bañadas por el Mediterráneo. Gráfico IV. Oferta hotelera presente en el ámbito de estudio

Fuente: elaboración propia

Así, se observa como la parte más notable de la oferta turística queda reservada para los municipios costeros, los cuales aprovecharon tal condición para crear una planta de alojamiento que, por otra parte, resulta modesta si se compara con la de otras comarcas valencianas más desarrolladas a nivel turístico. Análisis de actores Actualmente, y como resultado de las últimas elecciones municipales celebradas en 2011, prácticamente tres cuartas partes de las localidades (16 de 22) de la comarca están

gobernadas por el mismo partido: el Partido Popular. A bastante distancia le siguen cuatro municipios del Partido Socialista, quedando Compromís e Izquierda Unida con un único pueblo cada una. Paralelamente, y como organismos de carácter supramuniciapal, coexisten en la comarca dos mancomunidades distintas: la Mancomunidad del Carraixet y la Mancomunidad de l‟Horta Nord. Algunas de las localidades que integran la comarca (concretamente catorce), amparadas por un marco constitucional que fomenta “la libre agrupación de municipios diferentes de la provincia”4, decidieron asociarse en las dos mancomunidades anteriormente citadas, nueve de ellos en la Mancomunidad de l‟Horta Nord, y cinco en la del Carraixet. Sin embargo, ninguna de estas dos mancomunidades ha aprovechado la posibilidad que tienen de adoptar las competencias en materia turística sobre los municipios que la integran. En consecuencia, muchos de los municipios de l‟Horta Nord no tienen gestión turística en sus consistorios, ni tampoco la han cedido al organismo superior, en este caso, la mancomunidad a la que están asociados. Gráfico V. Municipios pertenecientes a las mancomunidades

Fuente: elaboración propia

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN Como se expone en el apartado de metodología, se realizaron un total de quince entrevistas a distintos órganos locales y supramunicipales de la comarca de l‟Horta Nord. En ellas había cuestiones idénticas para todos los entrevistados y otras que dependían del actor (local o supramunicipal). Respecto a las cuestiones exclusivas a los órganos locales y con el fin de establecer una primera criba entre los municipios, se preguntó inicialmente sobre la percepción turística de cada localidad. Tres encuestados opinaron que su localidad no contaba con ningún tipo de potencial turístico. Contrariamente, el resto de los encuestados (nueve municipios) afirmaron que sí poseían potencial aunque la actividad turística se

consideraba importante solo en dos de ellos (El Puig de Santa María y La Pobla de Farnals). Partiendo de estos últimos nueve encuestados, se analizó cómo el turismo era gestionado en cada consistorio. En seis de los casos no existía concejalía de turismo ni otro órgano de gestión turística, en dos de ellos las competencias de turismo se compartían con otras áreas, y solo en un caso existía la concejalía de turismo como tal (La Pobla de Farnals). Al indagar en la gestión turística, la mitad de los casos habían llevado a cabo acciones conjuntas de promoción o de creación de producto, afirmando que los resultados habían sido satisfactorios y que recomendaban su continuidad futura. Preguntados sobre el por qué de la no relación intramunicipal en otros ámbitos turísticos las respuestas se concentraron según municipios: mientras que los más turísticos exponían que no era necesario, los que poseían menor desarrollo afirmaban que la falta de presupuesto dificultaba tener un personal técnico más cualificado, si bien el color político o la diferencia de potencial turístico eran cuestiones a considerar a la hora de establecer políticas turísticas conjuntas. Por otro lado, y en relación con las cuestiones exclusivas a los organismos mancomunados, se trató de encontrar respuesta a dos aspectos básicos: desvelar el motivo por el cual no existía un área de turismo en sendas mancomunidades y la posibilidad de implantarlo en el futuro. Respecto al primero, las respuestas se dividieron entre la falta de presupuesto y el hecho de que no existía tal necesidad. Sobre el segundo, que preguntaba si cabría la posibilidad de crear un área de turismo a nivel supramunicipal en el futuro, las respuestas fueron más optimistas. Eso sí, siempre bajo la premisa de que el presupuesto y los recursos humanos de estos organismos fueran mayores de lo que son en la actualidad y que las competencias fueran totalmente traspasadas y no compartidas con los ayuntamientos. Finalmente, las cuestiones tratadas a todos los entrevistados obtuvieron los resultados siguientes. Respecto al grado de atractivo turístico de l‟Horta Nord, catorce afirmaron que era “alto” o “muy alto”, ya que la comarca reúne una serie de atractivos (ser una de las seis huertas que quedan en Europa, la cercanía al Mediterráneo y Valencia, etc.) que le otorgan la posibilidad de crear un producto turístico con potencial. Sobre el grado de desarrollo turístico de l‟Horta Nord en la actualidad, once encuestados contestaron que era “bajo” y, en el lado opuesto, solo uno afirmó que “muy alto”. Finalmente, al preguntar sobre la idoneidad de ceder las competencias de la gestión turística a un organismo supramunicipal, cuestión que al fin y al cabo resulta ser la clave de esta investigación, la respuesta fue contundente, puesto que el 75% de los mismos estaba de acuerdo ante la tesitura planteada. Como era de esperar, para esta amplia representación de municipios, resultaría altamente positivo traspasar unas competencias que, a nivel local, no podrían asumir: bien porque no cuentan con los recursos necesarios (económicos y humanos), o bien porque a escala local no poseen un interés suficiente como para que el turismo florezca en sus territorios. Justamente son estos municipios lo que poseen potencial pero no lo han desarrollado, y entienden que mancomunarse sería la mejor manera para planificar una actividad cuyo máximo beneficio y sostenibilidad se alcanzaría desde esta visión supramunicipal.

En el lado contrario, los dos municipios más desarrollados turísticamente consideran que ceder las competencias en materia turística mermaría sus beneficios y el desarrollo que actualmente conoce el pueblo. CONCLUSIONES L‟Horta Nord de Valencia es, muy probablemente, una de las comarcas más singulares de todo el territorio valenciano. Esta zona alberga una de las únicas seis huertas que quedan en Europa, la cual está considerada como uno de los legados más importantes que dejaron los musulmanes mientras dominaron la Península Ibérica. Con el paso del tiempo, este espacio hortícola se ha ido entremezclando con la total proximidad a Valencia, una de las ciudades más cosmopolitas de España, y su extensa área metropolitana, lo que la ha otorgado a esta comarca un carácter diferencial, al mezclar grandes terrenos agrícolas con urbes muy pobladas. Así, la comarca, principalmente, desde el pasado siglo, ha experimentado un gran desarrollo en prácticamente todos los sectores (económico, demográfico, social, etc.). Sin embargo, y en contraposición a muchas comarcas también litorales de la región valenciana, l‟Horta Nord no ha conocido un gran desarrollo turístico hasta el momento, dado que, salvo en algún caso muy concreto –y a pequeña escala-, la actividad turística no se ha asentado en demasía en esta comarca valenciana. Los responsables de los municipios, en líneas generales, no dudan en reconocer dicha falta de desarrollo de la actividad turística en la comarca, y aluden, normalmente, a la falta de recursos (económicos y humanos) por parte de la administración como causa principal por la que el turismo no es una de las actividades de referencia en l‟Horta Nord. Paradójicamente, la mayor parte de los mismos admite sin dudarlo que tanto sus localidades en particular, como la comarca en general, tienen un gran potencial turístico, y que es necesario intentar sacarle un mayor partido, puesto que l‟Horta Nord cumple con los requisitos para ser uno de los referentes turísticos de la Comunidad Valenciana. No obstante, alcanzar el objetivo de activar el turismo en toda la comarca puede resultar complejo debido a los parámetros de la planificación turística actual de este país. Con el sistema actual de ordenación, basado en el principio de que cada localidad tiene la última palabra sobre cualquier planteamiento en materia de turismo (y urbanismo) dentro de los límites de su término, es muy difícil imaginar el desarrollo turístico de una comarca como l‟Horta Nord. Ello es así puesto que a nivel local existe una evidente falta de recursos (turísticos, humanos y económicos), si se exceptúa el caso aislado de ciertas poblaciones cuyo bagaje cultural, o su situación geográfica, junto al Mar Mediterráneo, les posibilita crecer como municipio turístico. Paralelamente, estas localidades más desarrolladas a nivel turístico, suelen entender el turismo como una actividad meramente económica, sin tener en cuenta que el territorio es la base de cualquier actividad turística, poniendo en peligro así zonas de gran valor ecológico como podría ser la huerta valenciana. De este modo, a fin de obtener no sólo un desarrollo turístico notable, sino también para garantizar la sostenibilidad (ambiental, económica, social) de ese espacio determinado, es importante que el turismo se planifique

desde una perspectiva territorial superior porque muestra normalmente un carácter más homogéneo y a la vez más cercano a la visión que los visitantes poseen del destino turístico. Por ello, sería la mancomunidad el organismo más adecuado para gestionar la actividad turística. Conjuntamente, si un hecho ha quedado demostrado con las encuestas realizadas en este trabajo, es que la gran mayoría de las poblaciones de la comarca (tres de cada cuatro) está de acuerdo con lo expuesto, ya que ven de manera positiva ceder las competencias en materia de turismo a una institución supramunicipal. Entienden, de alguna manera, que la única vía mediante la cual el turismo se puede instaurar como uno de los pilares de la economía, local y comarcal, es a través de una planificación turística conjunta e intermunicipal, dado que a nivel local no cuentan con el potencial suficiente para hacerlo. Son únicamente las localidades más desarrolladas a nivel turístico actualmente las que ponen en duda el beneficio de traspasar las competencias en materia de turismo a un ente supramunicipal. Más bien, no ponen en tela de juicio el bien que supondría dicho cambio a nivel comarcal, pero temen que el reparto en el crecimiento turístico sería más equitativo entre todas las poblaciones de l‟Horta Nord y que, por ende, no tendrían el papel tan destacado con el que cuentan ahora. L‟Horta Nord no ha sabido aprovechar hasta ahora su potencial turístico y así lo reconocen sus gestores. Tras las entrevistas se observa la necesidad de replantear el modo en cómo planificar el turismo y hacerlo desde un punto de vista supramunicipal y con el territorio como base de la actividad, dado que todos los municipios comparten una misma identidad, parece que les haría competitivamente más aptos para diferenciarse del resto de áreas. Un cambio que como han corroborado las encuestas parece encontrar buena predisposición por parte de la mayoría de las localidades implicadas.

NOTAS A PIE DE PÁGINA 1

A parte del desplazamiento fuera del entorno habitual, también cabe considerar que su duración sea inferior a un año y que el motivo que lo justifica no sea ejercer una actividad remunerada en destino. 2

INE: 2012

3

http://www.aemet.es/es/serviciosclimaticos/datosclimatologicos/

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Artículo 141.3 de la Constitución Española

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GESTIÓN PÚBLICA DEL TURISMO EN LOS ESPACIOS DE INTERIOR DE ESPAÑA: EL PAPEL DE LAS DIPUTACIONES PROVINCIALES Francisco López Palomeque Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional, Universidad de Barcelona [email protected]

Xavier Font Urgell Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional, Universidad de Barcelona [email protected]

RESUMEN En esta comunicación se presentan los resultados de una investigación sobre el protagonismo de la administración local, concretamente las diputaciones provinciales, en la gestión del turismo en los espacios de interior de España, a partir de análisis de casos (provincias de Ourense, Jaén, Segovia, Teruel, Lleida y, además, la Comunidad Foral de Navarra). Se aborda el análisis de las competencias en materia de turismo de la administración local; el modelo de formalización de dichas competencias y el grado de formalización de la hipotética administración turística provincial en el marco del modelo de organización de la administración pública (diputado específico de turismo, patronato provincial de turismo, ente provincial de promoción del turismo, etc.); los objeticos que guían la acción en turismo de las diputaciones; los instrumentos de intervención (plan de subvenciones en turismo, plan estratégico de turismo, etc.); los recursos destinados a dichas acciones y, entre otros aspectos, la visibilidad de estas competencias y acciones. Los resultados muestran una participación de las diputaciones en las dinámicas turísticas de sus ámbitos territoriales pero, a su vez, un protagonismo diferentes según los casos. Palabras clave: Turismo, gestión pública, diputaciones, espacios de interior, España. ABSTRACT This paper presents the results of an investigation into the role of local government, specifically provincial councils, within tourism management in inland spaces of Spain, from case analysis (provinces of Ourense, Jaén, Segovia, Teruel, Lleida and , in addition, Navarra). This paper analyses the competences for tourism of local administration; the model of formalization of the above mentioned compences and the degree of formalization of the hypothetical tourism provincial administration within the framework of the organization model of the public administration(specific deputy of tourism, provincial tourism board, provincial entity for tourist promotion, etc.); the aims that guide the action in tourism of the provincial councils, the intervention tools (grant plan for tourism, tourism strategic plan, etc.), the resources for such actions and, among other aspects, the visibility of these competences and actions. The results show a participation of the provincial councils in the tourist dynamics of their territorial areas but, at the same time, a different role in each case. Keywords: Tourism, public management, provincial councils, inland spaces, Spain

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