Política nuclear durante el gobierno de Néstor Kirchner

October 5, 2017 | Autor: Maria Nevia Vera | Categoría: International Relations, Nuclear Energy, Foreing Affairs, Public Policy
Share Embed


Descripción

V ENCUENTRO DEL CERPI Y III JORNADAS DEL CENSUD. “La Nueva Realidad Internacional. Una Mirada Desde El Sur.” Convocatoria del IRI y la UNLP Área:

Cuestiones de Política Exterior Argentina

Título de la Ponencia:

La política nuclear durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003 – 2007). Centro de Estudios Internacionales en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL) – Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

Director: José María Araya

Autora: María Nevia Vera ([email protected])

Co-autora: Dra. Sandra Colombo ([email protected] )

1

POLÍTICA NUCLEAR KIRCHNER 2003-2007

DURANTE

EL

GOBIERNO

DE

NÉSTOR

Argentina ha logrado un desarrollo nuclear endógeno avanzado de la mano del apoyo estatal, que se mantuvo casi constante, a excepción de un periodo de unos diez años aproximadamente, en los que el Estado intento desentenderse (y en algunas ocasiones lo logro) de la industria nuclear. Lo cierto es que el país durante el Gobierno de Néstor Kirchner vuelve a recurrir a ella luego de dos factores importantes: un cambio en el modelo económico – político, y una crisis energética que obliga a buscar otras alternativas, teniendo esto un correlato en las relaciones exteriores, tanto regionales como globales, en materia nuclear. Palabras clave: Política Exterior – Política Nuclear - Kirchner

2

INTRODUCCION Generalmente, cuando escuchamos hablar de lo “nuclear”, o lo atómico, solemos pensar estos términos con connotaciones negativas, tal vez como reminiscencia de los tiempos en que estas palabras eran sinónimo de Armas de Destrucción Masiva, o de carrera armamentista o, de Guerra Fría. Sin embargo, lo cierto es que hoy en día, a pesar de ser considerada sensible, por su carácter dual (es decir, por poder ser utilizada tanto en el ámbito civil como en el bélico) la tecnología nuclear para usos pacíficos está en la vanguardia de los desarrollos de la ciencia, y su utilización para fines bélicos, prohibida en todo el globo. En este marco, Argentina ha sido uno de los pocos y privilegiados países que desde hace décadas ha sabido vislumbrar la importancia que esta energía tendría en el futuro, posicionándose entre uno de los pocos países considerados “en vías de desarrollo” que ha sabido desarrollar de manera endógena y pacífica esta tecnología, convirtiéndose más tarde, en exportador de sus innovaciones en esta materia. Pero, hay que admitirlo, estos desarrollos de más de seis décadas han encontrado varios escollos, sobre todo en los noventa, época en que se produjo el desguace de la industria nuclear, siguiendo lineamientos y condicionalidades externos para “ganar confianza” en el ámbito internacional, y la consecuente pérdida de importancia como sector estratégico de desarrollo nacional en tecnología e innovación. No obstante, a partir del 2006, y como producto no solo de políticas internas implementadas por el Gobierno de Néstor Kirchner a partir de 2003/2004, sino además, a raíz de una gran crisis energética que afectó tanto a nuestro país sino como a los países vecinos importadores de energía argentina, se empieza a vislumbrar el renacer de la actividad nuclear, cristalizándose en el Plan Argentino de Reactivación Nuclear, lanzado oficialmente por Julio de Vido (Ministro de Planificación y Obras Publicas) el 23 de agosto de aquel año.

3

Nos proponemos, entonces, en este trabajo, hacer un breve análisis sobre estos desarrollos en el área atómica argentina. Creemos necesario, para empezar, dar un pantallazo sobre el desarrollo de la industria nuclear argentina hasta principios del 2000. A continuación, una breve descripción de la crisis energética sufrida por el país en el año 2004, la cual, (hay indicios para afirmarlo) catapulto el Plan de Reactivación de la Actividad Nuclear Argentina. A la hora de ocuparnos de este tema, no podemos soslayar las causas y consecuencias, tanto internas como externas, de dicha crisis, ni tampoco ignorar el marco socio-político y económico en el que estalla. Por último nos abocaremos al análisis del Plan de Reactivación nuclear propiamente dicho, haciendo

hincapié en las consecuencias internas, y más que nada externas

(materializadas en tratados, acuerdos, ventas) originadas a partir de estos nuevos desarrollos, finalizando con una aproximación al estado presente y posibilidades futuras de esta tecnología en el país.

BREVE HISTORIA DE DESARROLLO NUCLEAR ARGENTINO Con respecto al desarrollo nuclear argentino podría decirse que los primeros antecedentes de toma de consciencia de la importancia del desarrollo de la energía nuclear, se remontan al año 1945, cuando por medio del decreto nº 22855/45 del PEN, se prohíbe la exportación de uranio en virtud de un posible uso de este mineral en la industria nuclear nacional, a desarrollarse en un plazo posiblemente breve. Dejando de lado los hechos anecdóticos, como el falso descubrimiento de la fisión nuclear por parte de Ronald Richter a quien Perón había dado libre reino en la materia, en la Isla Huemul… lo cierto es que las primeras instituciones versadas en la materia y cuyos principales objetivos eran el desarrollo de esta tecnología para fines prácticos (como de salud pública), siempre pacíficos, nacieron de la mano de la CNEA, en 1950. La CNEA es “una entidad autárquica que funciona en jurisdicción de la presidencia de la Nación, cuenta con plena capacidad jurídica para actuar en los ámbitos del derecho público y privado, 4

teniendo su sede en la ciudad de Buenos Aires” (Carasales, 1999: 27). Entre sus tareas están la de asesoramiento al PEN, formación de recursos humanos, ejercer responsabilidad de residuos radiactivos, ejercer la propiedad de todos los materiales fisionables, etc. Diversos autores proponen estudiar el desarrollo nuclear argentino en diferentes etapas. Si bien se presentan algunas divergencias, en general, podemos diferencias las siguientes: * Etapa de formación (1950 – 1958): esta etapa estuvo casi fundamentalmente abocada a la formación de personal especializado. Como señala Hugo Martín, será en este periodo en que se consolidará, como basamento, el marco jurídico en que operaría el desarrollo nuclear hasta la década de los noventa, que incluía las regulaciones en materia de seguridad, en las cuales Argentina era vanguardista. Estos inicios también se reflejaron en la concreción de varios hitos como: la creación de los primeros laboratorios (y de la CNEA), la creación de lo que luego sería el Instituto Balseiro, en Bariloche, la inauguración de la carrera de física, primeras extracciones de uranio en territorio nacional, participación en la primera conferencia Internacional sobre energía atómica, que reveló lo avanzado de las investigaciones argentinas, y sorprendió con la presentación, por su parte, de una veintena de trabajos. Por otro lado, en 1957, Argentina se convierte en signataria de la carta fundacional de la OIEA. * Etapa de transición (1959 – 1967): Esta segunda etapa del desarrollo nuclear argentino constituye esencialmente un período de cambio. Durante el mismo la CNEA se preparó para pasar de ser una institución dedicada a la formación de recursos humanos e investigación, hacia una institución con responsabilidades de realizaciones concretas en materia de aplicaciones pacíficas de la tecnología nuclear. En el año 1962 la CNEA contaba ya con un programa de comercialización de radioisótopos y centralizaba su distribución en todo el país, tanto de los producidos localmente como los importados que se fraccionaban localmente. Se desarrollaron a su alrededor la producción y las técnicas de aplicación de radioisótopos en medicina, biología, industria y en el sector agropecuario, así como el uso de radiaciones ionizantes y se encaró con medios propios, un estudio de factibilidad para la 5

instalación de la primera central nucleoeléctrica del país, que daría origen a Atucha I, luego de que un informe revelara la necesidad de encarar carencias energéticas urgentes. Esta obra se encargo a la alemana Siemens. En esta etapa de transición comenzaron los trabajos sistemáticos de prospección, exploración, evaluación y desarrollo de las técnicas de beneficio de minerales de Uranio. * Etapa de consolidación (1968 – 1983): se concretaron las principales actividades en el campo de la generación de electricidad mediante centrales nucleares de potencia, capitalizando el conocimiento y la experiencia adquiridos. Se lograron el dominio del Ciclo de Combustible Nuclear y de la producción de Agua Pesada, asegurando así el abastecimiento de esos insumos para las usinas atómicas y los pequeños reactores. La Central Nuclear en Atucha 1 (CNA 1) entraría en operación comercial en junio de 1974. Una segunda central nuclear sería construida en Embalse, Córdoba, en 1974, por un consorcio ítalo-canadiense. Por entonces se consideraba que en las primeras décadas del siglo XXI, las principales fuentes hidroeléctricas ya estarían en explotación, se reducirían progresivamente las reservas de hidrocarburos y el uso de combustibles fósiles en general se vería limitado por razones ambientales. El subsiguiente crecimiento de la generación de energía debería producirse en gran medida a través de la instalación de centrales nucleares, con lo cual se esperaba reducir a un mínimo la dependencia de proveedores extranjeros. Para alcanzar dichos objetivos se aprobó en 1979 un Plan Nuclear consistente en la instalación de cuatro centrales nucleares que debían entrar en operación comercial en 1987, 1991, 1994/95 y 1997, una planta industrial de producción de Agua Pesada y las instalaciones necesarias para completar todas las etapas del Ciclo de Combustible. La definición detallada del plan nuclear por parte del Estado respondió a una participación activa de la ingeniería e industria argentinas, asegurando perspectivas futuras a largo plazo y continuidad en la acción, condiciones ambas necesarias para que el sector privado se viera incentivado para embarcarse en dichas actividades y realizar las inversiones necesarias. El propósito fue el de ir generando las capacidades nacionales de diseño e instalación de centrales nucleares y de 6

fabricación de los componentes e insumos de dichas centrales dentro del programa mencionado antes. Cabe recordar que en la construcción de la CNA 1, la industria argentina participó en un 90% de las obras civiles, 50% de los montajes y apenas 13% de los suministros electromecánicos, mientras que el aporte a la ingeniería fue prácticamente nulo. En la CNE estas proporciones se habían incrementado a: 100% en las obras civiles, 65% en los montajes, 40% en los suministros electromecánicos y un 30% en la ingeniería. En la CNA 2 el aporte argentino debería ascender al 100% de las obras civiles, 95% de los montajes, 45% de los suministros y 50% de la ingeniería. Esta etapa de consolidación culminaría con la obtención del proceso de enriquecimiento de Uranio lograda en 1983, pasando a formar parte de los pocos países en el mundo que disponían de todos los eslabones industriales necesarios para el dominio total del Ciclo de Combustible Nuclear (Martin, 2010). Los motivos de haber buscado lograr completar este proceso con el enriquecimiento de uranio fueron resultado de la negativa de EE.UU. de suministrarnos uranio enriquecido para nuestros reactores de experimentación, en algunos de los cuales se producen radioisótopos de uso medicinal. Aclaremos, para que nadie dude de la vocación pacifica de nuestro país, que el grado de enriquecimiento alcanzado era del 20%, también muy lejos de la pureza de grado militar. * Etapa de estancamiento (1983 – 1990): en la época de Alfonsín se removió de la CNEA a todo el personal militar, poniendo en su lugar a civiles versados en el tema para contar con la confianza de la comunidad internacional, en especial, de Estados Unidos, que presionaba a Argentina para transparentar sus actividades y desmantelar sus supuestas armas nucleares. Por otra parte, debido a los acontecimientos de Chernobyl, se produjo una ralentización de las actividades, en visible interacción con otros factores que cobrarían más fuerza hacia finales de este periodo, como ser la caída de la URSS, la crisis de la deuda de los países latinoamericanos… * Etapa de alineamiento (1990 – 2002): con la llegada de la presidencia menemista, se produjo un alineamiento casi incuestionado con Estados Unidos. Esto se tradujo, en el 7

ámbito nuclear, en la total transparencia de las actividades llevadas a cabo en este sector, no solo para probar a la comunidad internacional la inexistencia de armas nucleares (o del deseo de desarrollarlas), sino también para obtener credenciales de productor pacífico de energía nuclear. Uno de los hitos más importantes de esta etapa es la ratificación del TNP, lo cual se hizo a la par de chile y fue seguido por Brasil, debido a las presiones internacionales ejercidas sobre este país. En este período, desde el punto de vista técnico, la tecnología nuclear no despertaba ya el entusiasmo de los primeros tiempos y la diversificación de actividades en el país inducía a una reestructuración del sector para separar adecuadamente las funciones de regulación y control que debían ser ejecutadas por el Estado junto a las de investigación y desarrollo, que debían contar con alguna participación privada y las de producción particularmente aptas para ser realizadas por empresas privadas. El desarrollo nuclear experimentó entonces una alteración fundamental en su estructura separándose en 1994 las actividades entre: • CNEA: responsable de las actividades científico tecnológicas,

• NASA (Nucleoeléctrica Argentina SA): tiene a su cargo la producción y comercialización de la energia eléctrica generada por als centrales nucleares Atucha I y Embalse, y la finalización de la Obra de la Central Nuclear Atucha II 1.

• ARN (Autoridad Regulatoria Nuclear): responsable de las actividades de regulación y control,

- Otras como: CONUAR SA (Combustibles Nucleares Argentinos SA), DIOXITEK, FAE SA, INVAP, etc.

1

http://www.na-sa.com.ar/quienessomos visitada el 20/07/11

8

La intención detrás de estas modificaciones, respondiendo al Consenso de Washington era la de reducir la participación estatal en la economía intentando privatizar la generación nuclear, cosa que no pudo concretarse mas tarde.

EL MODELO Y LA CRISIS ENERGETICA DEL 2004 Como se afirmo anteriormente, el análisis sobre el “re-despertar nuclear” argentino debe hacerse atendiendo a dos cuestiones principales que lo propician: por un lado, la reconfiguración del modelo económico, que sufrió un giro de la ortodoxia liberal hacia una heterodoxia que permitiría “enderezar” los índices macroeconómicos, tan maltrechos durante la era neoliberal argentina (inaugurada en la dictadura, y terminada en la crisis del 2001) y que tuvo como una de sus principales banderas de lucha, la recuperación de la soberanía, que tendría sus correlatos, además de en otros aspectos, en el energético; y por otro lado, la crisis específica del sistema energético, heredero de una década de una privatización y desregulación indiscriminadas, que catapultó la búsqueda de nuevas alternativas que no estuvieran centradas en recursos no renovables, tales como el gas. El nuevo modelo de la heterodoxia La Presidencia de Néstor Kirchner, podría decirse, fue un periodo de transición. O al menos los dos primeros años, en que se perfilaba el final de la era neoliberal y el comienzo de una etapa con marcada preponderancia del estado en las cuestiones económicas, sociales y tecnológicas. Luego de la debacle económica que dio por terminada la era de auge del neoliberalismo, seria a partir del 2002 que comenzaría a vislumbrarse una lenta pero segura recuperación económica a partir de políticas en pos del crecimiento, contra los ajustes económicos y sociales (Araya, Colombo, 2010: 51). El modelo diferenciador al que aspiraba la nueva administración, quedaba ilustrado en las palabras del propio Kirchner, durante el discurso pronunciado el día de su Asunción: 9

“Se trata, entonces, de hacer nacer una Argentina con progreso social, donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que su padres, sobre la base de su esfuerzo, capacidad y trabajo (…) Para eso es preciso promover políticas activas que permitan el desarrollo y el crecimiento económico del país, la generación de nuevos puestos de trabajo y la mejor y más justa distribución del ingreso. Como se comprenderá el Estado cobra en eso un papel principal, en que la presencia o la ausencia del Estado constituye toda una actitud política. (…) Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente, debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona (…) Tenemos que volver a planificar y ejecutar obra pública en la Argentina, para desmentir con hechos el discurso único del neoliberalismo que las estigmatizó como gasto público improductivo2” Estas palabras se tradujeron paulatinamente en hechos.

Las principales

características que distinguen esta nueva etapa en Argentina del neoliberalismo de la década anterior, se centran en: mantenimiento de tipo de cambio competitivo, sostenido crecimiento de la economía al igual que del PBI industrial, el creciente protagonismo de la industria sustitutiva, la construcción, el agro, a diferencia de las empresas privatizadas y las finanzas (Araya, Colombo: 2010), estatización de empresas de servicios públicos, estimulo de exportaciones, mantenimiento del superávit comercial, desendeudamiento, crecimiento de las reservas del Banco Central, etc.3

2

Discurso pronunciado por el Señor Presidente de la Nación Néstor Kirchner al asumir. Para consulta: http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/24414 3 Cabe recordar que, según datos aportados por Gambina (2003), a comienzos de la década de los noventa el desempleo fue de 6,9%, se elevo a 16,4% en 2001 y a 21,5% en 2002. Hubo un marcado incremento de la Precarización laboral, reflejad tanto en el trabajo en negro, como en la sobre-ocupación, es decir, en jornadas laborales de mas de 45 horas semanales. El PBI decreció -3,4% en 1999; -0,8% en 2000; -4,4% en 2001 y 10,9% en 2002. La inversión disminuyó -6,8% en 2000; -15,7% en 2001 y -36,1% en 2002; las importaciones descendieron -0,2% en 2000; -13,9% en 2001 y -49,7% en 2002. Esta situación contrasta con la vivida a partir

10

Es en este contexto que se busca alentar aquellas actividades que significan un aumento en el valor agregado, con alta utilización de recursos humanos formados en el país, y entre las actividades positivamente afectadas por este nuevo enfoque heterodoxo de la economía, se encuentra, sin lugar a dudas la actividad nuclear. Así lo ilustraba Néstor Kirchner en su discurso en la Asamblea Legislativa en la 123 Apertura del Congreso Nacional, en el año 2005: “En la promoción del desarrollo tecnológico está la clave para la definición de un nuevo perfil productivo y ocupacional. Iniciativas como la alfabetización digital, nanotecnología, biotecnología, tecnología satelital y nuclear para la paz cobran allí especial significación4”. Ejemplo contundente de esta meta de desarrollo fue la creación, en 2007, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Según Diego Golombek, científico y divulgador de la Ciencia en Argentina, con la elevación del rango de la Secretaria de Ciencias, a aquella de Ministerio, "la ciencia pasó a formar parte del discurso oficial ya no como declamación política -apoyar a la ciencia-, sino como política de Estado: apoyarse en la ciencia". De 2008 a 2010, el presupuesto que el Ministerio ejecuta para fomentar la investigación científica se duplicó hasta los 2100 millones de pesos y ha sido destinado a elevar el sueldo de los investigadores, a repatriar a científicos que trabajan en el exterior y a del 2003, cuando se puede apreciar un mejoramiento en los principales índices macroeconómicos: “El producto bruto interno acumuló una suba del 30,8% en comparación con el anterior pico histórico registrado en 1998, y un aumento del 63,3% en relación con el mínimo alcanzado en el primer trimestre de 2002 luego de la devaluación y el default. Otros indicadores también registraron aumentos en relación a picos históricos anteriores, como el PIB per cápita, el consumo privado y público, la inversión (+42,2%) y el PIB industrial (+19,4%), gracias esto último, a la condiciones de competitividad vigentes. La deuda externa siguió disminuyendo su incidencia sobre el PBI representando el 43,4%, luego de llegar a 155% en 2002; mientras que las reservas internacionales superaron los 47.000 millones de dólares. Por primera vez en trece años la desocupación fue de un dígito, alcanzando el 7,5% en el último trimestre de 2008, muy lejos del 22% que existió en plena crisis (Araya, Colombo: 2010)”. 4

http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007?start=2120 visitada el 15/08/2011

11

crear programas de financiamiento para ciencia básica y ciencia aplicada (Zirpolo y Kukzo: 2011). Esto nos lleva al segundo punto importante a la hora de analizar el renacer nuclear: el contexto de crisis energética en que Argentina se vio sumergida durante el 2004, y las respuestas y alternativas sopesadas para paliarla. Permitámonos, primero, echar un vistazo a la situación energética mundial, y a las tendencias que se vienen registrando en los últimos años para comprender como se encuentra afectado nuestro país. El estado energético mundial se caracteriza por: “(…) el fuerte predominio de los hidrocarburos, una fuente no renovable destinada a agotarse un día (…). Ello provoca, por una parte un combate sangriento por el control de la explotación y las reservas; por otra, investigaciones tendientes a reemplazar los hidrocarburos (…). La IEA (International Energy Agency) –que forma parte de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)- ha estimado que en 2030 las necesidades mundiales de energía superaran a las actuales en 60% y que los combustibles fósiles continuaran siendo predominantes: el 85% del aumento de la demanda primaria. Dos terceras partes del incremento de la demanda de la energía provendrán de los países subdesarrollados (…). La actual demanda de gas natural y electricidad se duplicara de aquí a 2030”5. En Argentina, se venía de la privatización de YPF, Gas del Estado, etc., de la creación de los marcos regulatorios de Electricidad y Gas, la modificación de la legislación concerniente a los hidrocarburos, con los “decretos de desregulación petrolera”, que constituyeron por un lado, el abandono del rol empresario del Estado y sin instrumentos con los cuales dirigir administrar la política energética nacional (Kozulj, 2010: 2). 5

(Calcagno y Calcagno: 2005). 12

Estas reformas del sistema energético, que se habían iniciado en la década de los ’70, cobraron fuerza bajo el paraguas del Consenso de Washington, amparadas bajo la ley 23.696 de Reforma del Estado, del año 1989, traduciéndose en la practica en programas de privatización y desregulación económica. En consecuencia, llegamos al 2004 con una serie de situaciones que Bernal, De Dicco y Lahoud resumen de la siguiente manera: 

Dilapidación de los activos estratégicos y económicamente viables del Estado, por parte de los privados.



Aumentos sistemáticos de combustibles y tarifas de servicios públicos de la energía, violatorios del régimen de convertibilidad y de los marcos regulatorios del gas (Ley 24076/92, que ordena en su artículo 2 inciso g: “Propender a que el precio de suministro de gas natural a la industria sea equivalente a los que rigen internacionalmente en países con similar dotación de recursos y condiciones”) y la electricidad (Ley 24065/92).



Nunca se cumplió con la expansión de la red troncal de gasoductos ni de las líneas de energía de alta, media y baja tensión.



Flagrante violación de la Ley de Hidrocarburos (Ley 17319/67) según la cual una compañía petrolera no puede ser titular de más de cinco concesiones de explotación, mientras que en la realidad, Repsol YPF poseía más de ochenta6.

Pero lo peor de todo no es tanto el consabido agotamiento de las reservas mundiales tanto de petróleo como de gas, sino que esta tendencia mundial se encuentre agravada en nuestro país por el hecho de que las Empresas que se encargan de la prospección, extracción y comercialización del petróleo estén en manos extranjeras. Es decir, Argentina paga por el petróleo que produce en el mercado interno, lo mismo que en el mercado internacional7. Siguiendo a Carlos Gabetta:

6 7

(Bernal, De Dicco, Lahoud, 2006) Ibíd.

13

“(…) El Estado argentino no solo sigue sin captar gran parte de la renta que corresponde a la Nación por la explotación de esos recursos naturales, sino que esta tolerando un situación que en un muy poco tiempo provocara una crisis de proporciones colosales de la cual, salga como salga, el país quedara en un situación de dependencia intolerable 8”. “No se trata de que no haya más reservas, sino de que hay que buscarlas y la prospección es cara. Las compañías que actualmente extraen y comercializan hidrocarburos en Argentina lo hacen en base a las reservas detectadas por la ex estatal YPF y limitan al máximo (…) la exploración de nuevos yacimientos. Cuando los actuales estén a punto de agotarse, verán si les conviene invertir en exploración o si en función de los precios y la situación internacional, sus alianzas con otros países, etc., les convendrá anunciar, compungidas, que las reservas argentinas se acabaron y no les queda más remedio que volver a casa”9. Al agotamiento de las reservas, se suma el acelerado aumento de las exportaciones de energía: mientras en la década de los ’80 se exportaban 280 millones de dólares en combustibles, aumentando la cifra a 2169 millones hacia mediados de los ’90, en el año 2004 se exportaron 6171 millones de dólares, lo cual represento un 8% del total de las exportaciones10. Esta situación de desregulación y falta de control, que tiene como consecuencia una ausencia de una política energética soberana y planificada, se da en un contexto agravado por el mapa de consumo de energías en el país: según estadísticas aportadas por Calcagno y Calcagno en un artículo aparecido en 2005 en Le Monde Diplomatique, el balance energético argentino era el siguiente: 46% de gas natural, 43% de petróleo (lo que es casi un 90% del total de la energía utilizada), y el resto subdividido entre energía hidráulica (4,4%), nuclear (2,6%), y otras (4,1%). Evidente mapa ilustrativo de la dependencia en energía fósil. 8

(Gabetta, 2005: 3). Ibid. 10 (Calcagno y Calcagno, 2005) 9

14

En el año 2005 se pronosticaba que Argentina seria importadora neta de energía (petróleo, mayoritariamente) a partir del año 200911. Como resultados de estas privatizaciones y desregulaciones en el sector energético nacional, combinado con la falta de inversiones en el sector, y las crecientes exportaciones de energía, en el año 2004 Argentina sufrió un desabastecimiento de energía en el mercado interno, incidiendo esto en las exportaciones energéticas dirigidas a países vecinos, como fue el caso de Chile. “En la semana iniciada el 22 de Marzo, CAMMESA (Compañía Administradora de Mercado Mayorista de Electricidad SA) intensificó un proceso de cortes selectivos a la industria y anunció una profundización para una semana más tarde de mantenerse las mismas condiciones. Las medidas consistían en empezar a arbitrar importaciones de energía eléctrica de Brasil y reducir exportaciones a Uruguay, reducir el voltaje en un 5% durante una semana, elaborar un programa de cortes selectivos a 30 grandes usuarios industriales y demorar la parada de mantenimiento de la central nuclear Embalse. En el ambiente del sector el faltante de gas fue identificado en el entorno de los 5 millones de m3 día (aproximadamente 5% del consumo) mientras que los indicadores de calidad (cortes) que se reportan en la página web del ENARGAS empezaban a registrar valores significativos.”12. En el plano internacional, esto se tradujo en la reducción o el abandono de las exportaciones de energía a países como Uruguay Brasil, y Chile, y el comienzo de importación de gas de Bolivia. En el plano interno, las medidas tomadas por la Administración Kirchner formaron parte del denominado “Plan energético Nacional 2004 – 2008”, que incluye el tema que nos ocupa: el Plan de Reactivación de La Actividad Nuclear Argentina, además de otros como: 11 12

Calcagno y Calcagno, 2005b: 11. Cont, Navajas, 2004.

15

*

Importación de fuel-oil desde Venezuela para satisfacer las necesidades

energéticas del parque de generación turbo vapor del SADI. * Yacyreta: incremento de la potencia instalada de la central de 1700 mWe a 3100 MWe. Energía nuclear e hidroeléctrica como opciones diversificadoras, parecen ser las respuestas de los especialistas ante este contexto de crisis y escasez. Se suceden así, las recomendaciones de seguir adelante con las obras de Atucha II, y aumento de la vida útil de Embalse (todo lo que se propone el Plan de Reactivación de la Actividad Nuclear Argentina): “Es indispensable aumentar la participación de la energía nuclear. Ante todo, debería terminarse Atucha II y agregarse reactores de 600 MWE netos a las centrales Embalse, Atucha I y Atucha II, que aportarían 14200GW/h netos adicionales por año. Asimismo, deberían construirse otras tres centrales nucleares con rectores de 1600 MWe netos en cada una, que incorporarían 37843 GW/h netos por año. El tiempo de ejecución (…). Además, el INVAP debería construir el prototipo de la central nuclear CAREM de 300 MWe” 13. Y esta misma perspectiva fue la que se considero a la hora de relanzar las actividades nucleares argentinas.

LA ETAPA DEL RELANZAMIENTO O EL PLAN DE REACTIVACION DE LA ACTIVIDAD NUCLEAR ARGENTINA Es verdad que los planes nucleares como parte de una política gubernamental ya habían estado rondando las ideas del Presidente Kirchner desde el año de su asunción

13

Calcagno y Calcagno. (2005b). 11.

16

(Dellatorre, 2004). Sin embargo, la verdad sea dicha, no se hizo mucho en el plano de lo concreto y material sino hasta 2006. En general, entre los años 2003 y 2007, las acciones tendentes a fortalecer el sector nuclear en el ámbito regional y mundial, se materializaron en unos pocos acuerdos con distintos países del globo, concernientes a la (promesa de) cooperación en ese campo. Se pueden citar, por ejemplo, la firma, en Buenos Aires, del Convenio de Cooperación Nacional de Energía Atómica y la ANSTO (Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear) en 2005; un acuerdo de mismo tono firmado, esta vez con el Ministerio de Ciencia Y Tecnología de la Republica Bolivariana de Venezuela también en el 2005; una Declaración conjunta Argentino – Brasileña sobre Política Nuclear y un Protocolo adicional al Acuerdo de cooperación con Brasil para el desarrollo y la aplicación de los usos pacíficos de la energía nuclear en materia de reactores, combustibles nucleares, residuos, etc., a fines del mismo año; la firma, en Ottawa, del acuerdo sobre cooperación en energía nuclear entre la CNEA, NASA y AECL, al año siguiente; la suscripción en

junio de 2007 a un

Memorando de entendimiento entre la Republica del Uruguay y Argentina en cuanto a los usos pacíficos de la energía nuclear, entre otros14. Esta cooperación también incluyo a Organismos Internacionales versados en la materia, como la Organización Internacional de Energía Atómica. Por poner un ejemplo, en el 2007 se firmo un acuerdo entre INVAP S.E, y dicha institución para que aquella garantizara la provisión de elementos combustibles de uranio enriquecido en niveles muy bajos, que serian diseñados y fabricados por la CONEA, y que tendrían como destinatario al reactor polaco MARIA15. Sin embargo, hay un hecho que marca un hito en la cronología del desarrollo nuclear argentino: el 24 de diciembre del 2003, INVAP SE gano la licitación para proveer a Australia de 64 elementos combustibles para el reactor OPAL, a ser fabricados íntegramente en el país. Cabe recordar que en el año 2000 se había llevado a cabo la firma del Contrato 14 15

http://www.cnea.gov.ar/que_es_la_cnea/historia.php visitada el 30/07/2011 Ibid.

17

entre la empresa INVAP S.E. y ANSTO para la construcción del reactor de investigación y producción OPAL, de 20 MW, con lo cual se estaría completando un ciclo de construcción y comercialización de materiales atómicos argentinos16. Esto da cuenta de la apertura de un nuevo nicho inexplorado para la mayor parte de los países del mundo, pero que le estaba dando a Argentina la oportunidad de inserción en el mercado de tecnología de punta con elevadísimo valor agregado. Esto se da en un marco de paulatino aumento del porcentaje del Presupuesto nacional destinado a las ciencias y la tecnología, partida en la cual se incluye el financiamiento de la CONEA. A modo de ejemplo, en el año 2002, se le destinaba un 2,1% a la producción e investigación tecnológicas. La CONEA, según este documento, se encargaría de “la ejecución de proyectos en las áreas de reactores y centrales nucleares, ciclo de combustible, gestión de residuos radiactivos, producción de radioisótopos y tecnología de aplicaciones, mantenimiento de la capacidad de investigación básica y aplicada y capacitación de recursos humanos17”. Pero la situación de escasez energética fue lo que definitivamente aceleró en cierta forma la inversión en ciencia y tecnología, especialmente, en la nuclear: El 23 de agosto de 2006, Julio de Vido, Ministro de Planificación, presentó el llamado Plan de Reactivación de la Actividad Nuclear Argentina, el cual proponía básicamente cuatro puntos fundamentales: 

Finalización de la Central Nuclear Atucha II



Estudio de pre factibilidad para la construcción de una cuarta Central

Nuclear 

Extensión de la vida útil de la Central Embalse



Reanudación de la Producción de uranio enriquecido

16

Ibíd. Presupuesto 2002, en http://www.mecon.gov.ar/onp/html/presupresumen/resum02.pdf, pagina 67, visitada el 30/07/2011. 17

18

En palabras del propio de Vido “Los ejes de esta reactivación se basan en dos cuestiones técnicas primordiales: la generación masiva de energía nucleoeléctrica y la aplicación de la energía nuclear en la salud pública y en la industria 18”. De acuerdo al diario La Nación: “El ministro no ocultó que la generación de energía está en el centro mismo del régimen anunciado ayer. Ahora el gobierno de Néstor Kirchner se propone relanzar el desarrollo nuclear en busca de fuentes alternativas de energía para enfrentar la escasez que padece el país en la materia”19. Finalización de las obras en la central de Atucha II: Para la conclusión de esta obra, que comenzó en 1981 y quedó completamente parada a partir de 1994, se piensan invertir unos U$S 473 millones. Su potencia energética se estima en 692 Mwe, lo cual permitiría ahorrar al país unos 1200 millones de m3 de gas natural por año20. Según Raúl Dellatorre “la reanudación de las obras para la finalización de la tercera nuclear representa la ambición de incrementar en un 15%, aproximadamente, la capacidad instalada de generación eléctrica de aquí a 2010”. 21 Ya en 2003, una comitiva de NASA (Nucleoeléctrica Argentina) había viajado a Alemania para negociar la reanudación de las obras comenzadas en Atucha II. La empresa alemana que en aquel entonces había firmado un contrato con el país para llevar a cabo estos proyectos, fue Siemens, que mas tarde cedió el contrato a la francesa Framatome-ANP (en la que Siemens tiene una participación del 34%) 22.

18

La Nación, 24/08/04 en. http://www.lanacion.com.ar/834179-lanzo-el-gobierno-un-plan-de-impulso-a-laenergia-nuclear visitada el 31/07/11. 19

Ibid. De Dicco, 2006: 1. 21 Dellatorre, Raul (2006). Artículo aparecido en el Diario Página/12 online en http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/71910-23358-2006-08-24.html visitada el 21/07/11. 22 Página/12, 24/03/04 en http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-33181-2004-03-24.html visitada el 31/07/11. 20

19

De todas formas, la compañía que finalmente fue elegida para retomar las obras civiles e hidráulicas paralizadas fue la española Dycasa 23. Mas allá de los hechos, de acuerdo a Raúl Dellatorre, estas medidas no van mas allá de “recuperar parte del terreno perdido por la energía atómica dentro del balance eléctrico. De una proporción del 15 al 17% de la oferta que tuvo hacia mediados de la década de los 90, cayó prácticamente a la mitad en años recientes. Con la puesta en marcha de Atucha II, apenas revertiría parte de ese retroceso”24. En 2005, el PEN designo a INVAP SE y a la CNEA a cargo de las actividades de construcción, montaje y puesta en marcha de Atucha II, cuya potencia neta será de 692 MWe y significara alrededor de unos 5800 GWh anuales, con lo que se ahorraran 1200 millones de gas natural. Estudios de prefactibilidad para una cuarta central y Extensión de vida útil de las Centrales Embalse y Atucha I: En relación a la construcción de una cuarta central nuclear de alta potencia (de 700 o1.000 MWe), el gobierno anunció que se están realizando los estudios de factibilidad, tras la firma del acuerdo global tripartito el pasado 25 de Mayo entre CNEA, NA-SA1 y AECL2, que además incluye la extensión de la vida útil de la central Embalse hasta el año 2030. La renovación de estas centrales esta en las planificaciones del Gobierno, puesto que su vida útil está a punto de llegar a su fin. Las modernizaciones de estas plantas están pensadas para los años 2011 y 2013 respectivamente. Por otra parte, el gobierno anunció la construcción de un prototipo de la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM), diseñada por la CNEA en colaboración con la empresa INVAP Sociedad del Estado. Se trata de un módulo de baja potencia del CAREM (de 27 MWe), podría generar electricidad para satisfacer las necesidades de una

23

Pagina/12, 24/08/06, en http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-71910-2006-08-24.html visitada el 31/07/11. 24

Dellatorre, Raul (2006). Op. cit.

20

aglomeración urbana de 100 mil habitantes, o bien a una ciudad de menos habitantes y con un parque industrial intensivo en energía, o bien suministrar agua desalinizada y electricidad a una región aislada, entre otros.

Reanudación de uranio enriquecido: Hoy en día, las centrales argentinas utilizan uranio natural y agua pesada, no uranio enriquecido, que tiene mayor eficiencia térmica pero es objetada políticamente por ser utilizada para la construcción de material bélico. Amén de que requiere una tecnología de producción diferente. Si no se posee, el país consumidor está forzado a importarlo desde alguna de las naciones industrializadas que sí lo elaboran.

Luego de haber logrado el enriquecimiento de uranio endógeno en 1983, Argentina se vio obligada, por presiones externas (mayoritariamente provenientes de Washington) a abandonar dicho desarrollo. Por lo tanto, uno de los pilares fundamentales del renacer nuclear está basado no solo en el aumento de la prospección y extracción de uranio, sino principalmente, su enriquecimiento, y la consecuente independencia del restringido mercado de uranio enriquecido con sus limitaciones inherentes25.

La reactivación del Plan Nuclear Argentino permitiría también la prospección en todo el Territorio Nacional de yacimientos uraníferos, a fin de establecer un reservorio estratégico. Además, los anuncios oficiales destacan que se ha iniciado el proceso de puesta en marcha de la Planta de Agua Pesada, ubicada en la Provincia de Neuquén, con el fin de producir 600 toneladas para Atucha II, pudiendo de esta forma abastecer en el futuro a otras centrales nucleares.

En el mes de mayo de 2007, Néstor Kirchner pronunciaba las siguientes palabras en el Congreso de la Nacion: 25

Pagina/12, 24/08/06 en http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-71910-2006-08-24.html visitada el 05/08/2011.

21

“En agosto de 2006 hemos lanzado el Plan de Reactivación Nuclear por 3.500 millones de pesos, en el cual se incluye el relanzamiento de las obras de terminación de Atucha II, con puesta en servicio estimada en 2009; la finalización del proyecto y construcción del reactor nacional Carem 25, con un plazo de terminación en 5 años; el impulso a la minería de uranio y la recuperación de la planta de enriquecimiento de uranio; la reactivación de la planta de agua pesada en la provincia de Neuquén, en la planta de ENSI, una empresa con participación mayoritaria

del

Estado

nacional.

Paralelamente, dentro de este plan nuclear, se encuentra en pleno estudio y evaluación la construcción de la cuarta central nuclear. Las acciones que desarrollamos en el campo de la energía suponen un Estado presente y activo articulando y planificando. Un claro ejemplo de ello es la creación de ENARSA, como una empresa testigo que supone la recuperación de la participación del Estado en el mercado energético argentino internacional”. “Nuestro apego hacia la paz se expresa también en el compromiso con el Desarme y la No Proliferación. La Argentina ha planteado en forma muy clara en los foros internacionales su posición de respeto al derecho inalienable de cada país a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos, principio consagrado en el Tratado de No Proliferación y al mismo tiempo la obligación de cooperar con el Organismo Internacional de Energía Atómica”26. Esta nueva política se manifestó además en la evolución presupuestaria, que incluye, en este caso, un aumento considerable en relación a lo destinado a NASA (Nucleoeléctrica Argentina SA). “Con relación al gasto total del Sector de Empresas Públicas, cuyo importe asciende a $2.455,0 millones, el mismo se incrementa un 13,2% 26

Discurso pronunciado ante el congreso de la Nación el primero de marzo de 2007, en www.casarosada.gov.ar/discursos

22

respecto a 2005. Algo más de la mitad de ese monto se encuentra explicado por sólo cuatro empresas: Correo Oficial S.A. (25,6%), Nucleoeléctrica Argentina S.A (16,9%), YCRT (8,0%), y Lotería Nacional S.E. (5,6%). Del total proyectado un 33,2%, corresponde a la atención de una planta de personal que para el ejercicio 2006 alcanza a más de 20.800 agentes, siendo el Correo Oficial de la República Argentina el ente con mayor cantidad de personal.

Asimismo, el gasto en bienes y servicios alcanza el 37,1% del total, correspondiendo más de la mitad de dicho gasto al Correo Oficial S.A, NASA y Lotería Nacional S.E., en virtud del fuerte gasto en los bienes de consumo en que incurren debido a su operatoria”27. Asimismo, el presupuesto designado para la partida de ciencia y tecnología tuvo un aumento del 0.4%, ascendiendo a un total de 2.5%28. En el ámbito internacional, como ya se dijo, esta nueva voluntad política se materializo en diferentes acuerdos de cooperación con diversos países, pero lo cierto es que la política nuclear argentina no tuvo en este periodo la pujanza que en realidad se le otorgo a partir del 2007, en la presidencia de Cristina Fernandez. No obstante, la Presidencia de Nestor Kirchner le otorgo algo fundamental: el puntapié inicial necesario para que la generación nuclear volviera a ocupar un lugar de importancia en la política de desarrollo nacional. SITUACION PRESENTE Y PERSPECTIVAS FUTURAS En una nota aparecida el 25 de agosto pasado en el Diario Ámbito Financiero, Guillermo Laborda planteaba que una de las preocupaciones fundamentales hoy día en Argentina pasaba por el achicamiento que el superávit comercial sufría a causa de las 27

Presupuesto 2006. http://www.mecon.gov.ar/onp/html/presupresumen/resum06.pdf. página 163. En la actualidad, el Estado destina 79 millones de pesos anuales al desarrollo del prototipo de reactor nuclear CAREM, y un porcentaje de 3.1% a la partida de Ciencia y Tecnología. 28

23

importaciones de energía (concretamente, los 6.000 millones de dólares del superávit que se destinan a tal fin) 29. Ante esta situación, aparece una vez más la búsqueda de alternativas energéticas, como una clave del desarrollo autónomo e independiente de los países. Si bien no podemos decir que los avances en la presidencia de Néstor Kirchner hayan sido fundamentales, o centrales, sería justo afirmar que al menos se dio el puntapié inicial al desarrollo nuclear que en la actualidad se está dando en nuestro país. Esto se evidencia, entre otras cosas, en hechos tales como la casi finalización de Atucha II (se prevé que estará en funcionamiento hacia fines de este año), la vuelta al enriquecimiento de uranio en la planta de Pilcaniyeu, reinaugurada el año pasado, que permitiría dejar de depender de las importaciones provenientes de Estados Unidos, la importancia creciente que se le otorga en el Presupuesto Nacional a las actividades relacionadas con lo atómico (tanto al finalización de Atucha II como la concreción del prototipo de reactor CAREM, íntegramente hecho por y para argentinos están caratulados como inversiones prioritarias), la mayor partida presupuestaria otorgada a investigaciones llevadas a cabo por la CNEA, etc. En lo internacional, esta política empieza a cristalizarse en los sucesivos tratados de cooperación en la materia con países vecinos como Brasil, por ejemplo, país con el cual los acuerdos nucleares han sido uno de los pilares de acercamiento desde la década de los ’80, y tal vez, el ámbito en el que más avances se han hecho. Al presentar un desarrollo avanzado como el nuestro (si no mas últimamente, pues las sucesivas crisis argentinas han provocado un rezago importante), se da una clara oportunidad tanto a Brasil como a Argentina para posicionarse como los principales proveedores de energía de la región. No hay que olvidar tampoco, la importancia de la transferencia tecnológica que esta cooperación conlleva. Y por otro lado, hay que tener en cuenta el importante nicho en que Argentina está logrando insertarse de a poco en el mercado internacional de bienes de tecnología de punta.

29

Ámbito Financiero, 25/08/11, en http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=598973 visitada el 25/08/11.

24

Podría criticarse que la respuesta a la crisis no fue ideada para paliar el problema de forma estructural, sino más bien coyuntural, y que por lo tanto queda mucho por hacerse en el sector energético para garantizar la soberanía. Sin embargo, es insoslayable el hecho de la importante contribución y el avance generados en el sector nuclear, que no parece ser cortoplacista, sino una innovación llamada para quedarse en el tiempo. Hoy se ha reabierto la planta de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu, la finalización de Atucha II está a la vuelta de la esquina, se está avanzando en la construcción del reactor CAREM, se está planeando la construcción de submarinos a propulsión nuclear, posiblemente en conjunto con Brasil, y Estados Unidos está poniendo a la Argentina como un ejemplo mundial en materia nuclear 30. Evidentemente, hay avances. Solo cabe esperar que la política nuclear sea, a partir de ahora, una política de Estado y no de gobierno.

30

En un artículo aparecido en el Diario Pagina 12 se cita a Hillary Clinton: “En vista de su historial y su trayectoria, Argentina puede legítimamente liderar el diálogo con los países que recién se asoman al campo de la energía nuclear y con aquellos países que han violado las salvaguardas nucleares internacionales” en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-143799-2010-04-13.html visitada el 15/08/2011.

25

BIBLIOGRAFIA ARAYA, J (comp), 2010. “Modelos económicos, políticas públicas y sociedad civil” Araya, Colombo: “Modelos económicos, políticas públicas e impactos en la Sociedad Regional”. UNCPBA. Tandil. Pp. 29 – 55. BERNAL, DE DICCO, LAHOUD, 2006. “Pan para hoy, hambre para mañana”. Le monde diplomatique. Edición Cono Sur. Buenos Aires. Numero 88. Pp. 4, 5. CALCAGNO Y CALCAGNO, 2005 a. “Al borde del Abismo Energetico”. Le Monde Diplomatique. Edicion Cono Sur. Buenos Aires. Numero 70. Pp. 4, 5. CALCAGNO, Y CALCAGNO, 2005b. “Imprescindible sustitución energética”. Le Monde Diplomatique. Edición Cono Sur. Buenos Aires. Numero 77. Pág. 11. CARASALES, Julio César, 1999. “La Cooperación Internacional de la Argentina en el campo nuclear”. CARI. Buenos Aires, Argentina. CIBEIRA, Fernando, 2010: “un Sillón para Cristina entre los Presidentes Atómicos” en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-143799-2010-04-13.html visitada el 15/08/2011, visitada el 15/08/2011. CONT – NAVAJAS, Argentina”,

en

2004. “La Anatomía Simple de la Crisis Energética

http://www.aaep.org.ar/espa/anales/resumen04/04/Cont-Navajas.pdf

visitada el 31/07/2011. DE DICCO, R.

2006 a. “Encrucijada del Sector energético”. Le Monde

Diplomatique. Edicion Cono Sur. Buenos Aires. Numero 88. Pp. 6, 7. DE DICCO, 2006 b.

“Reactivación del Plan Nuclear Argentino”. En Boletín

Ciencia Y Energía. Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas. Buenos Aires. 26

DELLATORRE,

R.

2006

“Decisiones

Tomadas

en

el

Limite”.

En

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/71910-23358-2006-08-24.html visitada el 21/07/11. GABETTA, C. 2005. “Todo es cuestión de energía”. Le monde Diplomatique. Edicion Cono Sur. Buenos Aires. Numero 70. Página 3. KOZULJ, R. 2010. “La crisis energética en Argentina: orígenes y perspectivas”. En http://www.econ.uba.ar/planfenix/docnews/Energia/Kozulj.pdf). LABORDA,

G.

2011.

“Lo

que

se

viene

para

el

2012”

en

http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=598973 visitada el 25/08/2011. MARTIN, H. 2010. “En el marco del Bicentenario: desarrollo nuclear argentino. Un ejemplo de soberanía política en ciencia y tecnología”. CARI. Buenos Aires. ZIRPOLO Y KUKZO (2011) “Cientificos Argentinos de Pie: La Evolucion de la Investigacion en los Ultimos Anhos” en http://www.conexionbrando.com/1398795cientificos-argentinos-de-pie-la-evolucion-de-la-investigacion-en-los-ultimos-anos visitada el 25/08/11.

27

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.