POLÍTICA EXTERIOR Y RELIGIÓN BUSH EN RELACIÓN CON EL 11-S

September 20, 2017 | Autor: Iker Zubizarreta | Categoría: History
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Descripción

POLÍTICA EXTERIOR Y RELIGIÓN LOS DISCURSOS DE G. W. BUSH EN RELACIÓN CON EL 11-S

Realizado por: Iker Zubizarreta Armendariz Máster Universitario en Historia Contemporánea. Curso 2013/2014. 1ª convocatoria EHU/UPV Dirigido por: José María Ortiz de Orruño

Leioa, Facultad de CC. SS., 15/09/2014

RESUMEN El presente trabajo trata de analizar la importancia de la religión en la política estadounidense, concretamente en los discursos realizados por George W. Bush entre los atentados del 11-S y el inicio de las operaciones militares en Iraq. Para conocer mejor su importancia social en dicha nación, se abordaran temas como la religión civil en su versión americana, el auge del fundamentalismo evangélico y su inserción en la esfera política de la mano de distintas organizaciones, y la influencia de las creencias religiosas en la administración de Bush hijo. A su vez, se analizaran las diferencias existentes entre Europa y los Estados Unidos respecto a la religiosidad. Todo esto se realizará con la intención de conocer el origen de los elementos religiosos en la retórica de Bush y el porqué de la transformación o desaparición de dicha retórica Palabras

clave:

11-S,

política

exterior,

religión,

George

W.

Bush,

fundamentalismo evangélico, religión civil estadounidense, secularización

ABSTRACT The present work tries to analyze the importance of the religion in the American politics, specifically in the speeches of George W. Bush between the 9/11 attacks and the beginning of the military operations in Iraq. For a better understanding of its social importance in this nation, issues such as the American civil religion, the upswing of the evangelical fundamentalism and its introduction on the political sphere by several organizations, and the influence of the religious believes in the Bush Jr. administration will be studied. Moreover, the analysis of the differences between Europe and The United States in terms of religiosity will be realized. All this will be realized in order to find out the origin of the religious elements in Bush’s rhetoric and the cause of the transformation or the fading of that rhetoric. Key-words: 9/11, foreign policy, religion, George W. Bush, evangelical fundamentalism, American civil religion, secularization

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INDICE INTRODUCCIÓN: EL OBJETIVO Y LA METODOLOGÍA DE ESTUDIO………………… 3

LA RELIGIÓN EN LA SOCIEDAD ESTADOUNIDENSE……………………….……………… 9 

La importancia de la religión civil…………………………………….….…......…. 12



El fundamentalismo evangélico en EEUU…………………………..……..…… 15



La religión en la administración de Bush hijo…………………………….….... 25



Diferencias entre EEUU y Europa occidental…………………………..…….. 29

ANÁLISIS DE LOS DISCURSOS PÚBLICOS DE BUSH………………………….………….. 34

CONCLUSIONES GENERALES…………………………………………………………..…………... 57

FUENTES CONSULTADAS……………………………………………………………………………. 62 

Bibliografía……………………………………………………………………….…………. 62



Recursos electrónicos………………………………………………………….………. 64

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Los hombres no son guiados diciéndoles lo que no saben […] Su confianza no se gana predicándoles nuevos pensamientos. Se gana mediante cualidades que puedan reconocer a primera vista, mediante argumentos que encuentran una sencilla e inmediata entrada en sus mentes. Woodrow Wilson, 28º Presidente de los Estados Unidos (1913-1921)

INTRODUCCIÓN Durante gran parte de la historia, en momentos de enorme relevancia, personajes con gran poder de influencia sobre las masas han utilizado discursos públicos con la finalidad de movilizar a las masas hacía su postura. Los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 fueron, sin lugar a dudas, uno de esos momentos de enorme trascendencia a nivel mundial cuya importancia se reflejó en los discursos políticos del entonces Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. Era la primera vez en casi doscientos años que unas fuerzas extranjeras atacan suelo norteamericano (si no se toma en cuenta el ataque a Pearl Harbor realizado por los japoneses en 1941), hecho que tambaleó los cimientos de esa nación con enorme intensidad. Ante tal suceso histórico, las consecuencias fueron múltiples; entre ellas, una de las más remarcables fue la declaración de guerra del Gobierno estadounidense contra el terrorismo de al-Qaeda que se tradujo en la invasión de Afganistán, primero, y de Iraq, después.

El objeto de estudio Después de los atentados, Bush comenzó a hablar de la necesidad de una cruzada contra el terror. Aseguraba que el “mal” estaba al acecho y que era responsabilidad de su nación combatirlo en nombre de la libertad y de la democracia. Para realizar una intervención militar en el extranjero, el Presidente George W. Bush, debía justificar ante la comunidad internacional su plan de política exterior. Con dicho propósito, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Colin Powell, jefe en ese momento de la diplomacia estadounidense, mostró supuestas pruebas de que Saddam Hussein apoyaba a al-Qaeda y de que poseía armas de destrucción masiva. El tiempo demostró que ambas afirmaciones eran rotundamente falsas y que habían sido realizadas en base a pruebas manipuladas con el propósito de legitimar en la comunidad internacional la invasión militar de Iraq en 2003. No obstante, el objeto de estudio del presente trabajo no será el tema de la invasión de Afganistán o de Iraq en sí mismo, sino exponer cuál era la importancia de la religión en la estrategia empleada en los discursos de George W. Bush pronunciados tras los ataques. Y junto a esto, determinar en qué medida las políticas exteriores

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estaban orientadas en principios religiosos o si, en cambio, solo se empleaba este tipo de retórica con la finalidad de conseguir legitimidad para poder responder militarmente a los ataques. Para ello, será inevitable analizar cuál es el origen ideológico de esta administración, y más concretamente, del presidente Bush. Conocida es la importancia que tiene la religión en la sociedad estadounidense, una de las naciones industrializadas occidentales con mayor fervor religioso en todo el mundo, pero cuyas características le otorgan una identidad excepcional. Bush no era ajeno a esta realidad, ni mucho menos. Es más, el que fuera gobernador de Texas desde el año 1995 al 2000 se caracterizaba por poseer una enorme fe en Dios y en los evangelios. Esto se refleja con claridad en la confesión que realizó en el año 1998 al telepredicador evangélico James Robinson, a quien dijo: “Siento como si Dios quisiera que me presentara a Presidente. No puedo explicarlo, pero siento que mi país va a necesitarme. Algo va a pasar… sé que no será fácil para mí o mi familia, pero Dios quiere que lo haga”.1

No obstante, las alianzas estratégicas entre distintas naciones no toman en cuenta los elementos religiosos. Las alianzas se hacen partiendo de confluencias económicas, políticas y militares. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que en la elocuencia del discurso de Bush se lograron ciertos efectos al hablar de un mundo basado en un orden moral de “buenos” y “malos”. Se puede comprobar como la estrategia militar y económica encuentran en el discurso una base para asentar la justificación de la guerra contra el terrorismo y todos sus aspectos derivados de ésta. Junto a esto, los discursos políticos en coyunturas como esta nos ayudan a comprender cuales eran las imágenes, los símbolos y las metáforas empleadas para dar una imagen positiva de ellos mismos; al mismo tiempo, nos ayudaran a comprender mejor los valores del oyente medio. El trabajo constará de dos bloques principales. La primera servirá de explicación de cuáles son los rasgos más importantes de la religiosidad estadounidense. Para abordar dicho tema, se expondrán los rasgos principales de fenómenos como la religión civil de los Estados Unidos y su importancia en el contexto de la identidad nacional. Junto a esto, se analizará cual es la importancia social del fundamentalismo religioso en los Estados Unidos y como desde los ochenta su importancia social y política ha sufrido un crecimiento notable con la presencia de organizaciones como la Coalición Cristiana o la Moral Mayority. Por último, en este bloque se trataran las diferencias existentes entre Europa y los EEUU en relación con la importancia social de la religión. Para lograr la aceptación social, los conceptos religiosos fueron de gran ayuda, puesto que la profunda religiosidad de la sociedad estadounidense causaba que dichos matices empleados resultaran muy atractivos. No obstante, difícilmente podía tener el mismo 1

Bush says God chose him to lead his nation. (2003, noviembre 02). The Guardian. Consultado en: http://www.theguardian.com/world/2003/nov/02/usa.religion (10/09/2014)

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resultado en una sociedad europea mucho menos acostumbrada a escuchar este tipo de retórica por parte del presidente de una nación. Por ello, se expondrán algunas diferencias básicas entre Europa, en general, y los Estados Unidos en lo referente a la importancia de la religión en ambas sociedades y como estas diferencias pudieron llegar a afectar a sus relaciones diplomáticas. En el segundo bloque se analizaran los términos religiosos empleados por George W. Bush para justificar su punto de vista. Para ello se estudiaran diversos discursos realizados por George W. Bush durante su primera legislatura; más concretamente, entre los atentados y el inicio de la intervención militar en Iraq, en 2003, observando de qué manera el mandatario emplea una retórica religiosa mediante metáforas o simbolismos y, junto con esto, de qué manera afectan los acontecimientos y el lugar de enunciación en sus discursos. De igual manera, se analizará cual es el trasfondo de los mismos, es decir, cual es la idea a la que apela Bush hijo mediante el uso de esos términos y cuál es la verdadera finalidad de su retórica.

Estado de la cuestión Sobre este tema, se podría decir que existe una gran cantidad de ensayos y artículos. En relación al estado de la cuestión, es preciso indicar que la cercanía cronológica de la cuestión, sumado a una extensísima bibliografía, dificultan enormemente establecer cuáles son las corrientes historiográficas principales. Como referencias bibliográficas más relevantes para el entendimiento de la religión civil americana tenemos el ensayo de Robert Bellah, quien en 1967 escribió el libro American Civil Religion. En dicha obra, Bellah emplea el término creado por Rousseau para definir un fenómeno social de enorme relevancia. El sociólogo Samuel P. Huntington, en su obra ¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad estadounidense, expone cuales son las bases principales de la identidad nacional estadounidense. Para ello, emplea el término “religión civil”, pero lo relaciona con el patriotismo, indicando que la “religión civil americana” sirve como mecanismo de sacralización de aspectos de la identidad nacional estadounidense. De esta manera, Huntington indica que la “religión civil” sirve para unificar a una sociedad tremendamente heterogénea. Acerca del fundamentalismo, la cantidad de ensayos realizados al respecto es enorme. En este presente trabajo se ha empleado el ensayo Gods, guns & globalization: religious radicalism & international political economy de Mary Ann Tétreault, obra en la que la autora expone cual es la naturaleza del fundamentalismo religioso, cuáles son sus causas, sus rasgos principales, entre otras cosas. La teoría principal de Tétreault es que el fundamentalismo es una respuesta reactiva a un sentimiento de amenaza en una comunidad cuyas tradiciones y valores son consideradas sagradas. Junto a esta obra, tenemos el libro Fundamentalismo USA: fundamentos teológico-políticos de la política exterior estadounidense del sociólogo noruego Johan Galtung, en el que se expone cual es la visión de los grupos fundamentalistas evangélicos estadounidenses sobre lo que debería ser la política exterior correcta.

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Hipótesis de partida y metodología Lo cierto es que pocos presidentes de los Estados Unidos han sido tan abiertamente religiosos como George W. Bush, pero en cotas tan altas del poder político las ideas filosóficas o religiosas individuales no siempre se pueden trasladar a los hechos. Por ello, como ya se ha mencionado con anterioridad, el presente trabajo pretenderá concluir en qué medida Bush empleaba metáforas y expresiones religiosas por una finalidad política o por una cosmovisión particular. Para poder dar respuesta a dicha pregunta se analizaran discursos realizados en momentos y lugares distintos, con el objetivo de vislumbrar si dichos discursos variaban en contenido dependiendo del contexto en el que se expresaban o si, en cambio, éstas no sufrían modificaciones. Para ello, la metodología empleada para este trabajo será la relativa al análisis del discurso. El propósito es enfocarnos en los discursos del presidente Bush para poder dar respuesta a la interrogante principal y a las que puedan surgir en la elaboración del trabajo. Tomando en cuenta la importancia de la posición política de George W. Bush en ese momento, el uso de sus discursos es tremendamente útil como herramienta para poder sintetizar un espacio mucho más amplio que el propio presidente. Para poder llevar a cabo dicho análisis, se han escogido una serie de discursos realizados por el Presidente Bush en fechas posteriores a los ataques del 11-S. Un discurso no se debe visualizar como una mera colección de frases. De hecho, los discursos deben ser tomados como un compendio que transmiten significados, y proponen puntos de vista y comportamientos sobre diferentes asuntos. Entendemos que el análisis del discurso supone un método de aproximación al objeto de estudio más que valido. Esto se debe a que constituye un terreno privilegiado para el análisis de las identidades (en este caso, la conceptualización del amigo y del enemigo), de los problemas (la amenaza del terrorismo para el estilo de vida americano), las soluciones planteadas para resolver dichos problemas (la destrucción total del enemigo terrorista y la expansión de la democracia y la libertad), etc. Se debe tomar en cuenta que al analizar un discurso político de esta importancia, la carga intencional de dicho discurso es muy fuerte. En ese sentido, la selección de elementos que conforman la retórica empleada es fundamental. Junto a esto, la selección de elementos responderá al análisis que el creador o creadores realicen sobre la audiencia. Dicho de otra manera, el vocabulario, las expresiones, la frecuencia del uso de determinados elementos discursivos, el tono, la apariencia… estarán diseñados se diferente forma según la ideología o visión del receptor medio. De esta manera, el análisis del discurso nos ayuda a comprender muchos aspectos del público receptor. Dentro del análisis del discurso tomaremos en cuenta el análisis del marco conceptual como método para analizar como Bush entiende la situación. De este modo, seleccionare diferentes aspectos de la realidad percibida por Bush en sus discursos mediante las cuales pretende ofrecer su definición del “amigo”, del “enemigo”, del problema y de la solución.

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A la hora de enmarcar al “amigo”, Bush define ante la audiencia una concepción de sí mismos basado en los valores que la sociedad norteamericana considera “buenas”, tales como la libertad, la democracia o el propio sistema económico capitalista. En contraposición, el orador, como creador de significados que es, categoriza al “enemigo” como opuesto a los valores del “bien”. Para identificarlos, Bush emplea términos como terrorista, autoritario o dictador. Para enmarcar al problema, el orador define la situación como un problema con unas características determinadas con intención de movilizar a la audiencia. Para ello, Bush expone quienes son los causantes de dicho problema, es decir, el “enemigo”. Como ya hemos comentado, a dicho “enemigo” se le atribuyen rasgos que refuerzan el argumento de culpabilidad. Por último, se ofrecen soluciones para resolver el problema.

Las fuentes principales Para elaborar este trabajo se han empleado fuentes de todo tipo, como artículos científicos, recursos electrónicos o fuentes bibliográficas. Dada la cercanía temporal del objeto de estudio y su relevancia política e histórica, existe una abundante cantidad de fuentes de todo tipo acerca de la relación de la religión con la política estadounidense durante la presidencia de Bush. En el caso de los artículos científicos, el tema de la importancia de la religión en la política, el fenómeno social del fundamentalismo y de la religión civil y el análisis de la religiosidad de Bush han sido muy estudiados. Entre los recursos que más he empleado (muchos de ellos en lengua inglesa por no existir versiones traducidas) encontramos obras de gran importancia historiográfica que tratan la religiosidad estadounidense en general y, junto a ello, temas como la religión civil y el fundamentalismo (J. Aranzadi, S. Huntington). Pero aunque estos títulos hayan tenido una enorme importancia en la elaboración de este trabajo, otros títulos no tan conocidos han sido de gran ayuda. Se han empleado trabajos que tratan de manera más profunda temas como el fundamentalismo religioso (M.A. Tétreault, S. Bruce, J. Galtung), junto a esos títulos, artículos científicos han aportado nuevas visiones e información extra sobre este asunto (C. Cañeque, J. Maldonado). En el caso de la religión civil, las fuentes que han sido consultadas son mayoritariamente artículos de revistas científicas que sintetizan un tema tan complejo como ese (C. Sánchez Capdequí, S. Giner, J. Casanova); pero publicaciones como las de Aranzadi o Huntington también proveen de valiosa información al respecto. Sobre la relación Estado-Iglesia en Europa y en los EEUU, las fuentes consultadas han sido básicamente artículos académicos en lengua anglosajona (K. Stüwe, J. Casanova) y otras en castellano (M. Arroyo, S. Giner). En cuanto a los discursos, la obtención de las transcripciones exactas se ha realizado mediante la búsqueda en la red en, sobre todo, la página web de la Casa Blanca y, en casos puntuales, mediante la búsqueda en distintos diarios (CNN, The Guardian…)

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Relevancia del trabajo Por último, para concluir con la introducción, es preciso indicar que la elaboración del trabajo responde a inquietudes relacionadas con la política de la nación más poderosa de la actualidad. Los discursos de los presidentes estadounidenses se retransmiten en todo el mundo, pero el ser ajeno a esa cultura condiciona el entendimiento de los discursos. Por ello, el presente trabajo, al proponer explicaciones a la retórica empleada en dichos discursos, puede considerarse relevante desde un punto de vista sociológico e historiográfico.

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LA RELIGIÓN EN LA SOCIEDAD ESTADOUNIDENSE La Constitución de los Estados Unidos de América, creada por los Padres Fundadores en 1787, establece en su primera enmienda la prohibición de legislar en favor de una religión en concreto o en contra de otras. Dicha enmienda es la causa de la separación tan estricta entre la iglesia y el Estado que existe en esa nación.2 Aun siendo esto así, la sociedad norteamericana siempre ha mantenido una religiosidad muy elevada, herencia de los primeros colonos que, conocidos como los “Peregrinos del Mayflower”, fundaron la colonia de Plymouth (en la actual Massachusetts) en torno al año 1620 y que eran profundamente religiosos. 3 Dichos primeros colonos que, huyendo de la persecución religiosa que sufrían en su Inglaterra natal, desembarcaron en las costas de Nueva Inglaterra dotaron a las primeras comunidades de una religiosidad que penetró hasta lo más profundo de sus identidades. Durante generaciones la Biblia fue enseñándose dentro de estas comunidades como única verdad absoluta4, siendo tal la dimensión religiosa que le otorgaron, que incluso siglos después se filtra hasta en los pronunciamientos más seculares.5 De estos individuos puritanos se heredó la concepción de “pueblo elegido” que acompañaría a la cosmovisión que de ahí en adelante tendrían los americanos de sí mismos. Desde entonces la sociedad norteamericana se ha guiado por la convicción de pertenecer a una nación “elegida por Dios”, la “Nueva Israel de Dios” (concepto viable en su momento, ya que no existía aún Israel como nación).6 Incluso hoy en día, entre la comunidad evangélica protestante perdura esa idea de pertenecer a una nación “amparada por Dios”, una nación excepcional que debe extender la “verdad” por el mundo. Esta visión mesiánica de la identidad nacional está tan interiorizada en la cultura norteamericana que no se cuestiona nunca. 7 Para estos primeros pobladores europeos de Norteamérica la prosperidad material que llegaron a tener no solo significaba que eran una comunidad “elegida”, sino que también eran justos. Esta filosofía se extrapoló en su momento hacía el trato 2

SINGER, P., The President of Good & Evil: Questioning the ethics of George W. Bush, Londres, Plume, 2004, pág. 90 3

ARANZADI, J., El escudo de Arquíloco: sobre mesías, mártires y terroristas, Madrid, A. Machado Libros, 2001, pág. 176 4

GALTUNG, J., ―Fundamentalismo USA: fundamentos teológico-políticos de la política exterior estadounidense‖, Barcelona, Icaria, 2000, pág. 25 5

CAÑEQUE, C., El fundamentalismo norteamericano, FRC: Revista de debat polític, Núm. 7, 2003, pág. 1 6

ARANZADI, J., El escudo de Arqu… , pág. 182

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GALTUNG, J., Fundament…, pág. 23

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que tuvieron los colonos con los indios nativos de Norteamérica. Si fracasaban en sus acciones, esto se debía a que por faltas morales habían perdido el apoyo divino.8 Es un planteamiento en el que sus creencias salen reforzadas en ambos casos. Esto se refleja en las características que configuran la visión de los fundamentalistas estadounidenses del mundo.9 Dentro del pensamiento de pertenecer a la nación de Dios, por correspondencia, está implícita la idea de que debe existir una nación de Satanás. La elevada religiosidad de la sociedad estadounidense determina su visión del mundo, confiriendo una visión desde una óptica moral cristiana en el que predomina el dualismo; es decir, la visión de que el mundo puede y debe ser visualizado como moralmente bueno o malo.10 El espacio mundial ofrece muchas y variadas posibilidades para mantener esta visión. Ejemplo de esto es la concepción de nación del “Mal” que representaba la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Como ya se ha comentado, la gran importancia social de la religión perduró. Incluso cuando los Padres Fundadores de los Estados Unidos crearon las bases de la nación sobre una separación estricta de iglesia y estado, todos ellos creían firmemente en la necesidad de la religión como instrumento que ayudara a mantener un nivel de moralidad y ética básicas en la sociedad. A este respecto, consideraban a la religión cristiana como la más adecuada para tales propósitos.11 En cierta manera, crearon la Constitución desde un prisma secular con la intención de asegurar la total libertad del individuo de poder profesar la religión que prefiriera (todo esto estaba basado en la intencionalidad de evitar los conflictos entre las diferentes iglesias que habían acaecido en el pasado).12 Según Samuel P. Huntington, “la prohibición de una religión nacional oficial y la anulación progresiva del estatus oficial de las diversas religiones estatales favoreció el crecimiento de la religión en la sociedad”.13 Dentro de este singular sistema de la relación del estado con la religión, los estadounidenses no sólo fueron libres de creer en lo que quisieran, sino que también pudieron tener la libertad de poder crear las comunidades y organizaciones religiosas que creyeran oportunas. En resumen, la prohibición de una religión oficial – en contra de lo que se pudiese presuponer – ayudó a reforzar y a proteger la religión de la influencia del estado. Consecuencia de esto fue la creación de gran cantidad de sectas y

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BOTEY, J., El Dios de Bush : fundamentos "teológicos" de la política de George W., Barcelona, Cristianisme i Justicia, 2004, pág. 8 9

GALTUNG, J., Fundament…, pág. 31

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HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad estadounidense, Barcelona, Paidós, 2004, pág. 414 11

ARANZADI, J., El escudo de Arqu… , pág. 193

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ARANZADI, J., El escudo de Arqu… , pág. 196

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HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 110

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organizaciones religiosas, cada una con su interpretación particular de las escrituras. 14 Es preciso indicar, que todo este proceso se desarrolló básicamente dentro de la religión protestante, dada la facilidad que ofrece para la libre interpretación de las sagradas escrituras. Durante todo el siglo XIX ese fervor religioso se mantuvo en la sociedad estadounidense. De ello se hizo eco el pensador francés Alexis de Tocqueville, quien de las impresiones que obtuvo en uno de sus viajes a los Estados Unidos en la década de 1830 escribió el libro La Democracia en América, donde expone que la religión ejerce una función política para el mantenimiento de la democracia estadounidense. Pero no solo perduró durante todo el siglo XIX, como indica Juan Aranzadi en el segundo volumen de su obra El Escudo de Arquíloco: Durante el siglo XIX se produjo un importante crecimiento, de tal forma que a comienzos del siglo XX estaban afiliados a alguna iglesia o grupo religioso entre el 30 y el 40 por ciento de los norteamericanos, el doble que a finales del siglo XVIII.15

Y prosigue comentando que no es sino durante el siglo XX cuando ese incremento se intensifica aún más, siendo el porcentaje de la afiliación el doble que el de comienzos del anterior siglo. Lo mismo ocurre con la cantidad de iglesias distintas que pueblan el territorio estadounidense, pasando de unas 40 distintas denominaciones al inicio del siglo XIX, hasta llegar a haber unas 1500 en la actualidad.16 En general, la gran mayoría de norteamericanos está de acuerdo con los fundadores de dicha nación en que su gobierno precisa de una base religiosa. En este aspecto los Estados Unidos difieren de otras naciones en que aun siendo una nación económicamente muy desarrollada, a su vez es una de las naciones más religiosas del mundo, (en cuanto a las naciones protestantes, se podría decir que es la más religiosa de todas).17

La importancia de la religión civil La estrecha vinculación entre la política y la religión que desde siempre ha caracterizado a la política estadounidense no fue sino una herencia histórica y cultural de aquellos primeros asentamientos. La manifestación pública más remarcable de los valores heredados fue y es la religión civil, un pilar fundamental de su percepción de identidad nacional. 14

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 111

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ARANZADI, J., El escudo de Arqu… , pág. 198

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ARANZADI, J., El escudo de Arqu… , pág. 199

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HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 114

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El origen del término “religión civil” lo encontramos en la obra “El Contrato Social” de Jean-Jacques Rousseau, pero fue con la publicación en 1967 del sociólogo norteamericano Robert Bellah de su ensayo “La Religión Civil en América” cuando este término cobró mayor importancia en el ámbito académico de la sociología de la religión. Bellah observó que existía una religión civil americana elaborada y bien institucionalizada diferenciada claramente de las distintas iglesias. De todas formas, dentro de la tradición académica francesa sí que tuvo una importancia sociológica antes incluso de la popular publicación de R. Bellah.18 Según Bellah, desde los tiempos fundacionales de la república americana se puede constatar la existencia de un entramado de creencias, símbolos y ritos que hacen referencia a los elementos sagrados que han terminado siendo institucionalizados en el marco de la colectividad.19 Junto a esto, R. Bellah indica que existen alusiones a Dios, a la vida futura sobrenatural y a otros muchos temas semejantes en el ámbito público. A medida que avanzaba la historia de los EEUU, distintos símbolos históricos se incluyeron con un sentido mitológico dentro de esta religión civil. De hecho, para Bellah la religión civil del pueblo estadounidense no es estática, sino que va evolucionando y desarrollando a través de las posibilidades que otorga la historia. 20 Pero, ¿cómo se podría definir la “religión civil”? Según Salvador Giner, la religión civil es una religión que “se apoya principalmente en expresiones de sociolatría o politolatría en esencia terrenas”21 consiste “en el proceso de sacralización de ciertos rasgos de la vida comunitaria a través de rituales públicos, liturgias cívicas, o políticas y piedades populares encaminados a conferir poder y a reforzar la identidad y el orden en una colectividad socialmente heterogénea, atribuyéndole transcendencia mediante la dotación de carga numinosa a sus símbolos mundanos o sobrenaturales, así como de carga épica a su historia”.22 Dicho de otra manera, la religión civil podría ser calificada como un proceso que mediante la sacralización de distintos aspectos de la vida de una comunidad y la atribución de carga épica a sucesos notables de su historia. La religión civil es, entre todas las manifestaciones de religiosidad que se dan en las sociedades seculares avanzadas, una de las más paradigmáticas de la modernidad. De hecho, es un elemento que sirve de fuente de legitimación y viabilidad a dichas sociedades. Permite a los estadounidenses conjugar una política laica con una sociedad profundamente religiosa, uniendo a la nación con su Dios con el propósito de otorgar a 18

GINER, S., ―Religión civil‖, Reis: Revista española de investigaciones sociológicas, Nº 61, 1993, págs. 31 19

SANCHEZ CAPDEQUÍ, C. ―Las formas de la religión en la sociedad moderna‖, Papers, Núm. 54, 1998, págs. 184 20

GINER, S., ―Religión…‖, pág. 34

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GINER, S., ―Religión…‖, pág. 27

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GINER, S., ―Religión…‖, pág. 26

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su patriotismo una especie de santidad religiosa. Junto a esto, sus creencias religiosas son dotadas de legitimidad nacionalista. De esta manera, la religión civil consigue fusionar dos aspectos de enorme relevancia de la sociedad estadounidense y las unifica en una única lealtad nacional caracterizada por una inherente y profunda religiosidad. 23 En líneas generales, la religión civil en los Estados Unidos se compone de cuatro elementos básicos: 1) El elemento que da sentido a los demás y que es la base principal de este fenómeno es la defensa de la base religiosa del sistema de gobierno. Esto se visualiza desde la misma creación de la nación bajo una Constitución y una Declaración de Independencia que toman al Dios judeocristiano como base de la nación. 2) El segundo elemento que configura la religión civil es la creencia de pertenecer a un “pueblo elegido por Dios”, creencia heredada de los puritanos asentados en Nueva Inglaterra a lo largo del siglo XVII que tenían la certeza de que ellos eran la “nueva Israel de Dios” que debían cumplir con su misión divina o, como ellos lo llamaban, su “destino manifiesto”. 3) Otro de los aspectos que tiene una gran importancia es el uso de simbolismo religioso en la retórica, en los rituales y en las ceremonias públicas. Ejemplo caro de esto son los discursos presidenciales, las cuales tradicionalmente han estado y están cargados de referencias religiosas tales como “God bless America” (“que Dios bendiga a América”) o “so help me God” (“con la ayuda de Dios). Éste último se da sobre todo en el juramento al cargo por parte del Presidente, acto en el que la mano derecha posa sobre una Biblia. 4) Y por último está la importancia de otorgar a los actos públicos un aura de religiosidad tanto en la manera de realizarlos, como en sus funciones. Es decir, se realizan de una manera muy ritual o toman un carácter semejante a la religión. Tomando en cuenta la definición que se le otorga a este fenómeno, se podría indicar que, en general, la religión civil sacraliza el ámbito público. Aunque se debe tomar en cuenta que aun siendo así, la religión civil no iguala ni sustituye al cristianismo, sino que se establece una diferenciación de funciones entre ambas religiones. Una diferenciación de funciones que asegura la práctica de ambas. De dicha forma, hechos históricos que los estadounidenses tienen por claves en su pasado nacional son mitificados utilizando analogías bíblicas: la huida de la represión religiosa en Europa y la Revolución con el Éxodo, la Declaración de Independencia y la Constitución con las sagradas escrituras, George Washington con Moisés, Thomas Jefferson y Thomas Paine como los profetas, John Adams y Benjamin Franklin como apóstoles, los ejecutados en Boston en 1773 como mártires, etc. Por lo tanto, se puede

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HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 130

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apreciar que la religión civil se nutre de dos bases simbólicas: la Biblia y la historia de los Estados Unidos. La religión civil en los Estados Unidos tiene una clara función integradora (pero no fusionadora) para una sociedad en la que existe una gran cantidad de iglesias distintas con interpretaciones diferentes de las escrituras. 24 En el ámbito político también es un factor determinante, ya que, dará a la sociedad la cohesión social que el individualismo le niega. 25 Dentro de la religión civil no se antepone una interpretación determinada de adoración a Dios por delante de otra; sino que, básicamente, se unifican todas las diferentes corrientes para confluirlas en una única moral que tiene su base en el Dios judeocristiano. En resumen, aunque en la sociedad estadounidense existan cientos de diferentes iglesias, todas ellas predican la misma moral en nombre de Dios que se interpreta como parte de la identidad nacional estadounidense o, dicho de otra manera, la “American way of life”.26 Como indica Samuel P. Huntington, “la religión civil transforma a los estadounidenses de pueblo religioso con múltiples confesiones en nación con alma de Iglesia”.27 Por tanto, dentro del nacionalismo americano, tradicionalmente ha estado incluido la idea de la existencia de un Dios judeocristiano genérico y, junto a esto, la idea de que los Estados Unidos tienen una “misión encomendada por Dios” para exportar al mundo los tres pilares básicos para la salvación de la humanidad: la libertad, la democracia y el capitalismo. La base de este pensamiento nacional está en la convicción de que Dios es quien posee la soberanía de la democracia norteamericana. Esto se puede observar claramente en una de las frases que el presidente Dwight D. Eisenhower dejó para la posteridad en la que definió de manera breve pero clara lo que es la religión civil al comentar que “la democracia es la expresión política de una religión profundamente sentida”.28 Los distintos presidentes de los Estados Unidos a lo largo de la historia han visto en la religión civil una buena herramienta para lograr aceptación social. Tal y como indica Salvador Giner, “lo más frecuente es que sean agentes políticos o parapolíticos quienes fomenten la sacralización del propio orden político del que forman parte y del que se benefician a través de la religión civil”.29 Dicho de otra forma, la religión civil 24

GINER, S., ―Religión…‖, pág. 45

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BOTEY, J., El Dios de Bush : funda…, pág. 6

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ARANZADI, J., El escudo de Arqu… , pág. 301-302

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HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág.132

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ARANZADI, J., El escudo de Arqu… , pág. 303 GINER, S., ―Religión…‖, pág. 38

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sirve de recurso legitimador del poder y de la autoridad. Lo cierto es que ningún presidente estadounidense se ha declarado indiferente o se ha mostrado contrario a la religión. La gran mayoría de estos líderes políticos han incluido en sus campañas un alto compromiso religioso, realizando frecuentes referencias a Dios o, incluso, rodeándose de asesores espirituales (como en el caso de Clinton).30 Mención merecen en este punto los ciudadanos que se consideran agnósticos o ateos. Aun siendo éstos proporcionalmente mucho menos numerosos que en cualquier otro país occidental desarrollado, en Estados Unidos tanto los agnósticos como los ateos están entre los grupos menos aceptados socialmente. Resulta remarcable que los no creyentes sufran una severa discriminación en la sociedad norteamericana aun cuando teóricamente se reconoce la separación entre política y religión, y la Constitución garantiza la no identificación estatal con una religión concreta. En la actualidad sigue siendo impensable la posibilidad de un no creyente en la Casa Blanca.

El fundamentalismo evangélico en EEUU: En la década de 1910 surgió el término fundamentalismo en el contexto del protestantismo estadounidense. Concretamente entre el año 1910 y 1915 se editaron una serie de panfletos titulados Los Fundamentales que resumían según su autor Lyman Stewart “las mejores y más leales fuentes educativas del mundo”. 31 El término tuvo una rápida difusión por la habilidad del autor a la hora de distribuir su obra y, para la década siguiente, la gran mayoría de la sociedad norteamericana conocía y utilizaba dicho término para designar a aquellos que rechazaban la modernidad y deseaban un retorno a los fundamentos de su fe.32 Durante los años veinte, términos como “destino manifiesto” o “nuevo reino de Dios” eran muy frecuentes en los sectores más fundamentalistas. Aquellos individuos que sentían amenazadas sus tradiciones y su forma de vida por la modernización se aferraban a los evangelios como la directa e infalible palabra de Dios. Intrínsecamente, la Biblia era la única referencia ética, política y cultural. El sentimiento de amenaza fue expandiéndose entre gran parte de los protestantes estadounidenses. Cualquier filosofía, ideología social o doctrina teológica que no estuviera en consonancia con los principios básicos de las sagradas escrituras, se

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CAÑEQUE, C., ―El fundamental…‖, pág. 1

31

CAÑEQUE, C., ―El fundamen…‖, pág. 3

32

BAILEY, J., ―American conservative protestants and embedded literacy‖ en: MARTENSSON, U., BAILEY, J., RINGROSE, P., DYRENDAL, A. (Ed.), Fundamentalism in the Modern World. Volume 2, New York, I.B. Tauris & Co. Ltd., 2011, pág. 148

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convertía automáticamente en una peligrosa amenaza contra los fundamentos de la nación.33 El mantenimiento de las tradiciones, a las cuales los individuos fundamentalistas son fieles por considerarlos evidente e indiscutibles, se basa en un conjunto de creencias y prácticas que identifican como sagrados por el pasado. Mediante este mantenimiento, tratan de construir un refugio seguro en un mundo que ellos consideran que se está desmoronando.34 En general, el surgimiento del fundamentalismo se da de manera más frecuente en momentos de cambios sociales acelerados. Las respuestas fundamentalistas tienen una tendencia a surgir con el fracaso de estrategias socioeconómicas, por mucho que dichos fracasos sean globales en naturaleza o una reacción más nacional a la aceleración del cambio social a nivel mundial. De la misma forma en que la velocidad de los cambios sociales refleja variables sistémicas, también se le otorga un carácter sistémico a la naturaleza del fundamentalismo.35 El nivel de fundamentalismo que surge está en parte determinado por cómo las comunidades, las organizaciones, la teología, los líderes religiosos y las religiones establecidas se enfrentan a los retos promovidos por los cambios sociales acelerados. Bajo esa lógica, cuanto mayor sea la capacidad de esas organizaciones para ofrecer apoyo espiritual y social en momentos de graves perturbaciones, menor será la posibilidad de que nuevos movimientos religiosos atraigan nuevos seguidores.36 Es razonable pensar que cambios repentinos en la naturaleza del orden social inevitablemente afecten a las prácticas del día a día. Individuos con propensiones religiosas son sensibles a estos cambios bruscos. En los Estados Unidos, los cambios repentinos en el estilo de vida son los principales causantes del ascenso del radicalismo cristiano.37 Los temas relacionados con la familia, por ejemplo, tiene una gran importancia en la sociedad y, al igual que ocurre en la Europa secularizada, grupos religiosos intentan evitar a toda costa cambios en esas áreas a consecuencia de la amenaza que para ellos suponen modificaciones en cómo se debe entender la familia. Pero, ¿cuáles son las bases principales del pensamiento fundamentalista cristiano? Por un lado, tenemos la idea de pertenecer a un pueblo elegido. Al igual que en muchos otros pueblos a lo largo de la historia (como los judíos, los vascos, etc.), los 33

CAÑEQUE, C., ―El fundamen…‖, pág. 2

34

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, págs. 12-13

35

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, pág. 267

36

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, pág. 267

37

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, pág. 268

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primeros colonos ingleses y escoceses que llegaron a las tierras de Norteamérica tenían la visión de ser la “Nueva Israel de Dios” (es preciso indicar que en ese momento no existía el Estado de Israel). Esta metáfora estaba basada en la idea de que los habitantes de Norteamérica y los judíos son pueblos elegidos por Dios que, gracias a su ayuda han podido huir de las garras de un imperio opresor (en el caso de los colonos ingleses, del Imperio Británico; y en el caso de los judíos, del Imperio Egipcio). Este contrato espiritual se basa en que si este pueblo elegido mantiene la vía moral que se le ha revelado, Dios jugará en su favor. Esta visión hizo que socialmente fuera necesario un control religioso interno.38 Esta concepción de la propia identidad nacional ha condicionado la política exterior norteamericana. Según este esquema mental fundamentalista, los EEUU son la nación más cercana a Dios y, como únicos intermediarios entre Dios y el resto de los habitantes del mundo, están obligados a expandir la verdad divina por el mundo. Esa concepción fundamentalista concibe de forma mesiánica la acción exterior. El rol de Estados Unidos como líder global es percibido simultáneamente como una responsabilidad y como un beneficio. Se entiende que su disposición a respaldar los costes extremos de ciertos proyectos globales bien merece una compensación equitativa en términos de intereses nacionales. Esta visión del rol global de la nación es innegablemente mesiánica. La existencia de una “nación de Dios” conlleva necesariamente la idea de que debe existir su antagonista, es decir, la “nación del Mal”. Compete exclusivamente a los Estados Unidos (y solo a ellos) determinar qué naciones están más cerca de un bando o de otro. En esta visión del espacio mundial, son considerados Aliados quienes cumplan una serie de principios asociados al “bien”: primero, el ejercicio de la economía del libre mercado; segundo, la fe en el Dios judeo-cristiano; y por último, la existencia de elecciones representativas como modelo de gobierno. En cambio, las naciones que incumplan estas condiciones serán consideradas como malvadas.39 Esta configuración del espacio mundial ofrece diferentes opciones y su estructura, semejante a la estructura judeo-cristiana, permite saltos cuantitativos grandes. Condición básica para que una nación sea aceptada por los Estados Unidos es que los reconozca como máxima autoridad a la hora de de catalogar a las demás naciones. Cuestionar la capacidad de los Estados Unidos para hacerlo o dudar de sus buenas intenciones convierte a cualquier país crítico de estar aliado con el enemigo: en ningún caso los Estados Unidos pueden ser cuestionados.

38

GALTUNG, J., ―Fundament…‖, págs. 23-24

39

GALTUNG, J., ―Fundament…‖, págs. 33-34

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La visión fundamentalista cristiana del orden mundial asigna al gobierno de los Estados Unidos el derecho y el deber de mantener una presencia total en el mundo y un conocimiento total de lo que ocurre en cualquier nación. Salvaguardar la omnipotencia de los EEUU exige una gran cantidad de recursos económicos, son necesarios para imponer ese poder. En lo cultural, es necesario que EEUU propague normas valores e ideas alrededor del mundo. En lo económico debe tener poder tanto en lo público, como en lo privado. En el aspecto militar, conocida es la influencia que ejercen el Pentágono y, en especial, la CIA en todo el mundo. Y por último, para coordinar los poderes anteriores, es necesario que EEUU tenga una influencia política elevada. Siendo los EEUU el último juez del orden mundial, debe asumir la responsabilidad de guiar al mundo por el camino correcto aun sabiendo que sus actos pueden causar hostilidad o impopularidad. En el caso de las naciones malvadas, los Estados Unidos no pueden dejar de luchar hasta conseguir la rendición del país rebelde. En este sentido, el gobierno estadounidense debe reservarse el derecho a la posesión de un arma final. No puede haber ninguna nación que esté por encima de los Estados Unidos; ni culturalmente, ni económicamente, ni militarmente.40 En lo militar la igualdad no es una opción. La superioridad de los Estados Unidos debe ser una cualidad indispensable de su política exterior, no pudiendo haber ningún país que cuente con un sistema armamentístico comparable. En cuanto a la política, la visión de los fundamentalistas se basa en los mismos principios: no debe haber ninguna nación políticamente más influyente que los EEUU. En las cumbres internacionales convocadas para combatir al mal, los Estados Unidos deben ejercer su capacidad de liderazgo pues son la única nación con la suficiente capacidad, tanto moral como militar, para vencer al mal. También en la ONU los Estados Unidos deben ejercer el liderazgo político; y cuando su liderazgo sea cuestionado o se tomen decisiones contrarias a los intereses norteamericanos, el país no debe aceptarlas. En otras palabras, para el pensamiento fundamentalista la legislación internacional debe ser ignorada cuando atente contra los derechos o los intereses norteamericanos. Según esta visión, lo más adecuado para implantar un orden mundial basado en la supremacía de los EEUU es la americanización. Esto es, la difusión a escala planetaria de la cultura, los símbolos y los valores estadounidenses. Rechazar esos valores o impugnar la hegemonía norteamericana como faro y guía de las demás naciones son considerados gestos inamistosos y contrarios a la lógica natural. Según Johan Galtung: Todo esto en el fondo solo apunta a la definición implícita de América y la americanización como lo normal, en el sentido de que se ajusta mejor a la condición humana […]. Por lo tanto, estar a favor de América y la americanización no es tanto una elección ideológica, el 40

GALTUNG, J., ―Fundament…‖, págs. 46-49

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apoyo de unos valores, como simplemente la interpretación correcta de la condición humana, en general.41

Todos los puntos mencionados fundamentan la teoría de las relaciones internacionales de EEUU. Esta teoría está pensada para suministrar un lenguaje capaz de formular dichos elementos. No se puede cambiar esa visión de la política exterior estadounidense sin cambiar antes la idea de pertenecer a una nación elegida por Dios para salvaguardar el “bien” en el mundo. Si el fundamento de una política exterior está basado en elementos teológicos, entonces éstos solo pueden ser modificados desde la teología. El desarrollo político-social del fundamentalismo en los Estados Unidos data de principios del siglo XX. Pero su antecedente más cercano se sitúa en la Nueva Derecha Cristiana (New Christian Right), una serie de organizaciones religiosas contrarias a los movimientos de liberación surgidos en los EEUU durante la década de 1960. Sus principales consignas eran las siguientes: favorecer las políticas de protección familiar (siendo el modelo de familia tradicional la referencia), impulsar el rezo en las escuelas públicas y la enseñanza del creacionismo como teoría científica en las escuelas (en contra de la evolución darwiniana).42 Estos grupos aparecieron a mediados de la década de 1970 junto con la primera campaña presidencial del anteriormente actor de cine, Ronald Reagan. Aunque durante muchos años se hubieran mantenido al margen de la política, la aparición en los sesenta de elementos como la pornografía, los movimientos de liberación sexual… causaron que algunos grupos religiosos asumieran posiciones políticas. 43 Irónicamente, tuvo que ser un presidente demócrata quien introdujera el lenguaje de este grupo en la política, aunque él no perteneciera a dicho grupo. Jimmy Carter, quien fuera presidente de los Estados Unidos entre 1977 y 1981, llevó consigo unas profundas convicciones enraizadas en su fe en las enseñanzas de la Iglesia Baptista Sureña, una fe que aun siendo bíblica y evangelista, no era fundamentalista. Lo cierto es que mientras que la mayoría de los presidentes habían mantenido relativamente en privado sus creencias religiosas personales, Carter profesaba su fe en público, atendía regularmente servicios de culto y leía diariamente la Biblia. 44 Desde los años de gobierno de Jimmy Carter, los fundamentalistas ya tenían una presencia activa en la

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GALTUNG, J., ―Fundament…‖, pág. 57

42

MALDONADO, J., ―Política y religión en la derecha cristiana de los Estados Unidos de América‖, La balsa de piedra, nº 3, 2013, pág. 14 43

CAÑEQUE, C., ―El fundamental…‖, pág. 4

44

LAMBERT, F., Religion in American Politics: A short story, Princeton University Press, Princeton, 2010, págs. 191-192

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política; pero hasta la llegada a la Casa Blanca de Reagan en 1981 la Nueva Derecha Cristiana no consiguió un peso relevante dentro del Partido Republicano.45 La aparición de la Nueva Derecha Cristiana y, en general, el ascenso de la ideología neoconservadora de la que Ronald Reagan era abanderado, causó el abandono de las ideas de Bellah por parte del colectivo académico. En sus inicios, los fundamentalistas trataron de aunar distintas personalidades y organizaciones afines a sus creencias evangélicas que tuvieran una influencia política elevada. De esta forma, su propósito era poder articularse como fuerza política con un proyecto conservador y de profundas raíces religiosas.46 El éxito de los cristianos conservadores en sus luchas locales sobre temas de la familia y los valores morales capto la atención del Partido Republicano, quienes habían perdido en 1976 la presidencia contra Jimmy Carter. Tal y como relata Frank Lambert en su obra Religion in American Politics: A Short History: “Los activistas políticos que se convirtieron en arquitectos de una estrategia para conseguir que las protestas locales de religiosos conservadores se convirtieran en una campaña moral nacional no tenían ningún tipo de atadura con los evangelistas que esperaban liderar. Eran profesionales políticos que vieron una oportunidad de unir a conservadores religiosos y seculares y, de esta manera, expandir la base del Partido Republicano.”47

Esta organización fue una pieza clave para la homogeneización del discurso político-político religioso que estaba en pleno auge en la década de 1980. Serán quienes propugnen cambios profundos en la visión de la ciencia, la política y de la propia religión en la sociedad estadounidense.48 Para conocer bien el activismo político de la Nueva Derecha Cristiana, es necesario analizar de dónde procede. Esta organización surge como heredera de los distintos enfoques conservadores posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Los principios ideológicos de aquellos enfoques se basan, en líneas generales, en un sentimiento de amenaza por el estatismo derivado del New Deal, el colectivismo y el racionalismo. Junto a esto, sus creencias políticas (basadas en esos sentimientos de amenaza) eran la defensa de la libertad económica, la denuncia y la lucha en contra de todos los elementos que pusieran en peligro sus tradiciones (como el aborto, la prohibición del rezo en las aulas, etc.), y por último, la condena total al comunismo, la cual era identificada por este como el mal (teniendo esta identificación un claro carácter religioso, dado que incluso se lo denominaba como un arma de Satanás en la Tierra). Mediante el apoyo de distintas organizaciones e individuos con poder económico o político, estos grupos comenzaron a tener a su disposición un gigantesco 45

MALDONADO, J., ―Política y religión…‖, pág. 17

46

MALDONADO, J., ―Política y religión…‖, pág. 12-13

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LAMBERT, F., Religion in American… pág. 196

48

MALDONADO, J., ―Política y religión…‖, pág. 2

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poder mediático con radios, programas de televisión, diarios, revistas, etc. Dentro del diverso ecosistema de medios que llegaron a crear, la propia competitividad mediática obligó a sus líderes a abandonar posturas sectarias personales para buscar mensajes que pudieran llegar a ser más atractivos para la audiencia estadounidense media. En este momento, entre la comunidad de telepredicadores que había surgido se dio una homogeneización del discurso fundamentalista.49 Según Mary Ann Tétreault, el fundamentalismo religioso cristiano no solo creció enormemente en la sociedad estadounidense, sino también en la mayor parte del mundo. Era la respuesta a la amenaza que les transmitía la expansión de la modernización fruto de la globalización, y en especial, a causa de los cambios estructurales en la política económica. 50 Pero este crecimiento de la presencia religiosa en la sociedad sólo fue posible gracias a la demanda de la sociedad estadounidense de una solución a sus problemas espirituales individuales.51 Junto a esto, la aceptación de la verdad divina revelada y su adhesión a comportamientos guiados por las escrituras que ellos aceptan literalmente, los aparta de un mundo perverso.52 Los principios fundamentalistas estadounidenses tienen como objetivo principal recuperar la primacía pública de su cultura. A esto hay que añadir que pretenden reformular la sociedad estadounidense prohibiendo el aborto en todos los estados, la homosexualidad, reinstaurar los papeles tradicionales de género, poner obstáculos a los divorcios, impulsar la oración religiosa y la enseñanza del creacionismo en los colegios públicos, ilegalizando la enseñanza de la evolución darwiniana. 53 Todos estos grupos comparten una retórica “restauracionista”, reflejando su deseo de volver a los tiempos en que eran una nación cristiana.54 En general, el fundamentalismo religioso, como confluencia de fuerzas sociales, políticas y económicas, es una respuesta reactiva a amenazas percibidas hacia una comunidad con creencias religiosas compartidas. Principalmente se basa en cuatro pilares centrales: por un lado, la afirmación y la condena de la decadencia de la que tienen certeza de que sufre la sociedad norteamericana; por otro lado, la afirmación de que ciertos derechos, que a priori pudieran parecer inalienables (como la libertad sexual), deben ser negados por ir en contra de Dios; junto a esto, la defensa de la idea de que la Biblia debe ser el camino que debe seguir la sociedad; y por último, promover la 49

CAÑEQUE, C., ―El fundamental…‖, pág. 4

50

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, págs. 270

51

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 391

52

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, págs. 2-3

53

BRUCE, S., Fundamen…, págs. 102-103

54

LAMBERT, F., Religion in American… pág. 204

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necesidad de una reacción social.55 La mayoría de los fundamentalistas tienen la visión de ser quienes preservan la fe “verdadera” y el marco que define la creación de comunidades de creyentes “puras”.56 La creencia de que las escrituras sagradas son transparentes y literalmente verdaderas permite que cualquiera pueda leer e interpretar los textos para sí mismo. El literalista, no solo acepta la legitimidad de poder disentir, sino de tener, al mismo tiempo, el derecho de llegar a sus propias conclusiones de la doctrina religiosa. Dicha posición otorga legitimidad a los grupos fundamentalistas de mantener una independencia en sus ideales respecto a las doctrinas oficiales.57 En el último cuarto del siglo XX muchos estadounidenses empezaron a preocuparse por los cambios derivados de la modernidad. Para estos individuos la modernidad traía consigo un peligro para el mantenimiento de sus valores, su moral y sus normas. A consecuencia de esto, el cristianismo protestante fue convirtiéndose nuevamente en un rasgo central de su identidad. Durante muchos años, estos grupos fueron denominados como “nacionalistas cristianos”.58 En los ochenta existía la sensación general en la sociedad norteamericana de que ésta se estaba resquebrajando, cayendo en un individualismo negativo; y de que, junto a esto, se propugnaba la desaparición de valores absolutos o de principios morales, dejándose llevar por la idea de que todo era relativo. Tal y como expone Samuel P. Huntington referenciando las conclusiones de un sondeo realizado por la organización Public Agenda en el año 2000 sobre la importancia de la religión en la vida estadounidense: Si hay un mensaje que se percibe alto y claro, es el de que los estadounidenses equiparan claramente la religión con la ética y la conducta personales, y la consideran un antídoto frente al declive moral que perciben actualmente en nuestra nación. Delincuencia, codicia, padres que no se preocupan de sus hijos, materialismo… los estadounidenses creen que todos estos problemas quedarían atenuados si las personas fuesen más religiosas. Y para la mayoría de los ciudadanos, no importa de qué religión se trate.59

En general, a finales del siglo XX aumentó significativamente el número y la proporción de los protestantes evangélicos y de sus organizaciones. El fenómeno de los telepredicadores fue clave en este asunto, ya que, consiguieron unas cotas de audiencia enormes y su mensaje fue calando en la sociedad. De alguna manera, promocionaban lo que la Nueva Derecha Cristiana promovía. Tal y como señala Carlos Cañeque: 55

MALDONADO, J., ―Política y religión…‖, pág. 5

56

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, pág. 12

57

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, pág. 24

58

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 388

59

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, págs. 391-392

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Geográficamente el fenómeno mediático de la Nueva Derecha Cristiana se concreta sobre todo en el llamado Cinturón Bíblico, es decir, en los Estados más pobres y culturalmente aislados. En general, las zonas urbanas tienden a mostrarse más indiferentes al fenómeno que los rurales. Este elemento es coherente con el fundamentalismo de principios del siglo XX, que veía en las ciudades americanas el semillero de la corrupción, así como el espacio en el que se asentaban las comunidades inmigrantes, casi siempre lejanas a la tradición blanco protestante.60

Entre los setenta y ochenta se crearon una gran cantidad de organizaciones que congregaran a todo el público potencial que representaban las personas que protagonizaban ese fenómeno fundamentalista. Entre otras, en 1979 Jerry Falwell, un televangelista muy popular y pastor de la Iglesia Baptista Sureña, creó una organización llamada Moral Majority; en 1978 el reverendo Robert Grant creó la organización Christian Voice; y en 1979 Edward McAteer creo la Religious Roundtable (Mesa Redonda Religiosa).61 Lo cierto es que la masa heterogénea que conforma la sociedad y todos los problemas sociales derivados son una fuente de legitimidad, dinero y participación ciudadana para estas organizaciones fundamentalistas; quienes empleando un idioma fácilmente entendible, prometen un mejor mundo en una vida posterior.62 Los líderes de la Nueva Derecha Cristiana (al igual que fueron haciendo los programas televisivos de telepredicadores) comenzaron a dejar de lado los temas de carácter más teológicos que les separaban los unos de los otros. En cambio, comenzaron a tratar asuntos sociopolíticos que afectaran negativamente a lo que consideraban “valores de nación cristiana”.63 En 1989 el telepredicador Pat Robertson creó la Coalición Cristiana (la predecesora de la actual Coalición Cristiana de América), una organización de ideología ultraconservadora con el objetivo de presionar al Partido Republicano para adoptar políticas conservadoras. La extrema religiosidad de Pat Robertson es un ejemplo de cuál era el tipo de pensamiento de estos grupos fundamentalistas. Textos como éste de su libro “The New World Order” nos dan una imagen de cómo concebían el mundo: Nunca habrá paz en el mundo hasta que la casa de Dios y el pueblo de Dios reciban su recto lugar de liderazgo en la cima del mundo. ¿Cómo puede haber paz cuando borrachos, traficantes de drogas, comunistas, ateos, adoradores de Satán de la Nueva Era, humanistas seculares, dictadores opresivos, cambiadores de moneda ambiciosos, asesinos revolucionarios, adúlteros y homosexuales están en la cima?64

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CAÑEQUE, C., ―El fundamental…‖, pág. 5

61

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 389

62

TÉTREAULT, M.A., ―Contending Fund…‖, pág. 26

63

CAÑEQUE, C., ―El fundamental…‖, pág. 4

64

ROBERTSON, P., The New World Order, Dallas, World Publishing, 1991, pág. 227

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Pero no todo fueron éxitos. A la hora de ser elegido como candidato republicano para las elecciones presidenciales de 1988, Pat Robertson fracasó estrepitosamente; esto supuso un duro revés para la Nueva Derecha Cristiana que comenzó una época de reflexión tras el duro varapalo. Pero aunque Pat Robertson destruyera irremediablemente su breve carrera política, el que fuera su contrincante y posteriormente presidente de los Estados Unidos, George H. W. Bush, mantuvo un discurso con una carga religiosa potente durante sus cuatro años en la presidencia. En general, durante los años de mandato de Bush padre y de su sucesor en el cargo, Bill Clinton, las ideas, las preocupaciones, los temas, los colectivos y los discursos religiosos experimentaron una reaparición espectacular (a la hora de proveer de respuestas a las necesidades psicológicas y morales de los estadounidenses, los movimientos fundamentalistas tuvieron un éxito rotundo). La presencia de la religión en la vida pública fue muy superior a la de épocas anteriores de ese mismo siglo, hecho que causó la alarma en los sectores partidarios del laicismo. 65 En la última década del siglo XX la ultraderecha recuperó una serie de ideas anteriormente mencionadas sobre la identidad nacional de los Estados Unidos. Se empezó un movimiento de identificación de los EEUU como una nación “elegida por Dios”. Al inicio de los noventa, la mayoría de la sociedad norteamericana defendía un papel más relevante de la religión en la vida pública, es decir, apoyaban que existiera la oración antes de encuentros deportivos, que se mantuvieran las referencias religiosas en la toma de posesión de cargos públicos, el rezo en las aulas, etc. Junto a esto, el 54% opinaba que la religión debía tener influencia real en cuestiones políticas y sociales; y no que simplemente se mantuviera dentro del contexto de la religión civil. Los nombramientos de jueces federales por parte de Reagan y de Bush padre crearon el contexto en el que los tribunales comenzaron a mostrar mayor tolerancia hacia la presencia de la religión en el ámbito público.66 Desde la caída del muro de Berlín y el posterior derrumbe de la Unión Soviética y del bloque comunista, hacía falta otro enemigo que representara esa fuerza del “Mal”. En ese tiempo, entre la década de 1990 y principios del 2000, estos neoconservadores evangélicos herederos de la tradición reaganiana fueron aumentando su influencia en la política nacional estadounidense.67 Junto a esto, movimientos fundamentalistas cristianos surgieron en los Estados Unidos en respuesta al desarrollo del materialismo, de los problemas raciales, sociales y el poder de la tecnología en la sociedad de este país. Estos movimientos en los Estados Unidos, que se han extendido también por América Latina y sobre otras áreas del mundo, plantean una vuelta al Cristianismo pri65

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 387

66

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, págs. 393-395

67

BOTEY, J., El Dios de Bush : funda…, pág. 11

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migenio como la única respuesta a todos los problemas que enfrenta el hombre contemporáneo. Al inicio del nuevo milenio, los conservadores aceptaban y respaldaban la idea de un imperio estadounidense y el uso de su poder para configurar el mundo conforme a los valores estadounidenses. Dichos conservadores tenían una creencia de que las personas de otras sociedades tienen los mismos valores que los EEUU; en el caso de no tenerlos, lo desean; y si dicho deseo aún no es conocido por ellos mismos, los Estados Unidos deben persuadirlos en dicho sentido.68 En este momento entra en escena el sujeto político que será analizando posteriormente. Hijo del que fuera presidente de los Estados Unidos entre 1989 y 1993, George W. Bush se presentó a las elecciones presidenciales de la mano de Partido Republicano en el año 2000, superando a su adversario demócrata Al Gore. Debido al sistema electoral estadounidense, en el que el voto electoral elige al ganador y no la votación popular, Bush llegó a ser el 44º Presidente aun consiguiendo menos votos que su adversario. En dichas elecciones, entre el electorado que más afín era a Bush estaban los protestantes evangélicos blancos, grupo en el que logró en torno al 84% de los votos (se estima que consiguió un 40% entre los evangélicos en general). De hecho, la religión fue un factor clave en dichas elecciones presidenciales. 69 Era un momento de auge económico importante y de ausencia de amenaza exterior desde la caída del Muro de Berlín. A causa de esto, la religión se convirtió en uno de los centros de atención en la sociedad estadounidense. Existía la creencia de que la religión era el antídoto contra el declive moral que gran parte de la nación temía. Los candidatos a la presidencia y, su equipo de campaña, percibieran esta situación y se dio un tratamiento en público de las creencias religiosas personales de los candidatos. Los candidatos no sólo expresaron su creencia en el Dios abstracto de la religión civil, sino que también en Jesucristo y en el Dios cristiano.70

La religión en la administración de Bush hijo Como ya se ha comentado, de estas elecciones salió vencedor George W. Bush. Entró en la Casa Blanca un presidente y, en general, una administración con una clara intención de impulsar una mayor importancia de la religión en la vida pública y de promover ayudas gubernamentales a grupos religiosos con finalidades sociales. Para esto último se creó dentro de la Casa Blanca la Office of Faith-Based Comunity 68

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 413

69

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, págs. 390 y 398

70

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, págs. 398-402

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Initiatives (la Oficina para las Iniciativas Comunitarias y de Base Religiosa). En general, la religión tomó una dimensión nunca vista en el contexto del gobierno federal. 71

Se abandonaron las afirmaciones tradicionales de devoción religiosa, sustituyéndolas por afirmaciones explicitas de identidad cristiana. La idea de que los EEUU son una nación cristiana fue aceptada por gran parte de la sociedad; fue un punto culminante en el auge de la religión, ya que, cada vez más gente anteponía esa idea a lo que la Constitución dictaminaba. Aunque la sinceridad de la religiosidad personal de Bush sea imposible de verificar al cien por cien, la presencia de ésta en su retórica política es un hecho innegable. Al igual que los religiosos fundamentalistas, en sus años en el poder, muchas de sus políticas fueron justificadas con alusiones a la voluntad de Dios; el receptor medio al que estaban dirigidas estas justificaciones era aquel que compartiera su cosmovisión.72 La omnipresencia del cristianismo evangélico dentro de la administración se puede ver reflejada, del mismo modo, en actividades tales como reuniones de oración del gabinete de ministros y el fuerte aumento en el apoyo del gobierno sobre los intereses religiosos.73 La relativa fuerza política que los cristianos conservadores mantenían en la administración presidencial no tenía precedentes históricos en los Estados Unidos. El Presidente Bush era la pieza clave en este fenómeno. Muchos presidentes habían sido “cristianos renacidos” antes que él (cabe mencionar que Bush se convirtió en un devoto cristiano al tocar fondo después de una larga temporada de borracheras y de gran cantidad de iniciativas empresariales ruinosas en los ochenta); pero pocos habían sido tan explícitos a la hora de explicar el papel que juega la religión en sus vidas como lo era Bush. Forma parte de un gran porcentaje de la población estadounidense que piensa que la Biblia es la incuestionable palabra de Dios y que dicha palabra es el único camino hacia la salvación de sus almas.74 Bush trasladó su fe a la vida pública. Desde su llegada a la Casa Blanca, la oración y la lectura de la Biblia eran cuestiones diarias. Durante su mandato, hizo de sus creencias religiosas una cuestión de interés público refiriéndose a ellas frecuentemente y afirmando que sus decisiones públicas estaban influenciadas por éstas. Ejemplo de esto es la confesión que realizó a los principales pastores en 1999 cuando les dijo que había sido “llamado a ocupar un alto cargo”.75 Pero mucho más llamativo resulta la confesión 71

LAMBERT, F., Religion in American… pág. 205

72

SINGER, P., The President of Good &…, pág. 101

73

JACOBY, S., Freethinkers: A history of American secularism, Owl Books, Farmingdale, 2004, pág. 8 74

SINGER, P., The President of Good &…, págs. 97-98

75

SINGER, P., The President of Good &…, pág. 98

26

que realizó al telepredicador James Robinson en 1998: “He oído una llamada. Sé que Dios quiere que me presente a las elecciones presidenciales”.76 Los ataques de la mañana del 11 de septiembre del 2001 supusieron un punto de inflexión a las políticas administrativas de Bush. Al principio de su mandato, Bush declaraba que su intención era dar mayor importancia a los intereses nacionales y no tanto a querer propagar la democracia y los valores que según los estándares estadounidenses representan el “bien”. Los primeros meses de su mandato no fueron demasiado bien, estaba perdiendo el apoyo del público en general, siendo en la semana anterior a los ataques el momento en el que peor índice de aprobación tenía; según una encuesta de la compañía Gallup, bajó del 58% de aprobación en abril al 51% en dicha primera semana.77 Después del 11-S Bush giró hacía políticas neoconservadoras tales como, la exportación de la democracia y la libertad al Oriente Medio y el uso de la fuerza militar de manera preventiva. 78 En opinión de los fundamentalistas religiosos, su país no estaba siendo gobernado según las leyes de Dios. La primera reacción a los ataques de los telepredicadores fundamentalistas fue plantearlo como un “castigo divino” por haber tolerado la homosexualidad, el aborto, etc. 79. Ejemplo claro de esto fue la conversación que tuvieron en directo Pat Robertson y Jerry Falwell el día 13 de septiembre en el programa 700 Club de Robertson. Pat Robertson coincidía en la explicación de Jerry Falwell sobre la causa principal del ataque: […] lo que vimos el martes, siendo tan terrible como fue, podría ser minúsculo si, de hecho, Dios continua permitiendo a los enemigos de América darnos lo que probablemente nos merecemos”. Robertson replica: “Bueno, Jerry, esa es mi sensación. Creo que hemos visto la antesala del terror, aún no hemos visto lo que pueden hacer a la mayoría de la población”. Y Falwell responde: “La ACLU (American Civil Liberties Union) tiene que asumir gran parte de la culpa de esto. Y sé que les oiré por esto, pero echando a Dios… exitosamente con la ayuda del sistema judicial federal… echando a Dios fuera del ámbito público, fuera de las escuelas, los abortistas tienen que cargar con algo de culpa por esto porque Dios no será burlado y cuando destruimos cuarenta millones de pequeños bebés inocentes, hacemos que Dios enfurezca… de veras creo que los paganos, y los abortistas, y las feministas y los gays y las lesbianas que están activamente tratando de hacer de ello un estilo de vida, la ACLU,

76

BOTEY, J., El Dios de Bush : funda…, pág. 2

77

Presidential Approval Ratings -- George W. Bush. Gallup. Consultado en: http://www.gallup.com/poll/116500/presidential-approval-ratings-george-bush.aspx (10/09/2014) 78

SEGURA, A., Estados Unidos, el Islam y el Nuevo Orden Mundial, Alianza, Madrid, 2013, pág. 116 79

ALI, T., El choque de los fundamentalismos : cruzadas, yihads y modernidad, Alianza, Madrid, 2002, pág. 336

27

People for the American Way, todos ellos que tratan de secularizan América… yo les señalo con el dedo a la cara y digo que ellos ayudaron a que esto ocurriera.80

Los atentados cometidos en el World Trade Center y en el Pentágono despertaron en los estadounidenses el sentimiento de vulnerabilidad que hacía años que no experimentaban. Dichos ataques provocaron una demostración aún mayor de las creencias religiosas en la vida pública norteamericana. La misma noche de los ataques, se retransmitió en directo al Congreso cantando el “God Bless America”.81 Los neoconservadores aprovecharon este nuevo panorama para fijar la dirección de la política exterior de la administración Bush. El propósito de esto no era otro que el de remodelar políticamente el Oriente Medio según los intereses de la Casa Blanca. Desde el principio se intentó poner rostro a los responsables y no fue hasta que pasó un tiempo en el que reinaba la confusión cuando se apuntó a Osama bin Laden y al-Qaeda, la organización que éste dirigía. Los Estados Unidos lograron aceptación internacional para atacar Afganistán, pero legalmente era muy cuestionable y fue muy discutido, ya que, no era una nación quien atacaba a otra, sino un grupo terrorista internacional.82 El atentado terrorista reforzó el prestigio nacional e internacional de la administración Bush, consiguiendo carta blanca en la ONU.83 Dentro de los Estados Unidos, la tasa de aprobación de esta administración aumentó espectacularmente, subiendo de un 51% en la semana anterior a los ataques a un 86% en la semana siguiente y a un 90% en la posterior. Las críticas a la política exterior estadounidense se empezaron a considerar como muestras de antiamericanismo.84 La oposición demócrata en el Congreso se silenció, el público, en general, se mostró cercano a la nación y al presidente, y una vez que los EEUU lanzaron el asalto militar en Afganistán, la popularidad del presidente se disparó. Las condiciones creadas por el 11-S fueron las causantes de su ascenso en popularidad, no sus habilidades políticas.85 Bush consiguió una mayor receptividad por parte del congreso para llevar a cabo un rearme militar y un apoyo a la industria militar. Junto a esto, se extendió en la sociedad norteamericana la concepción del mundo con dos bases o polos: la civilización (con connotaciones positivas) y la barbarie (rasgo que se le otorgó al enemigo). 86 80

Falwell: Blame abortionists, feminists and gays. (2001, septiembre 19), The Guardian. Consultado en: http://www.theguardian.com/world/2001/sep/19/september11.usa9 (10/09/2014) 81

SINGER, P., The President of Good &…, pág. 99

82

SEGURA, A., Estados Unidos, el Islam…, págs. 114-119

83

ALI, T., El choque de los funda…, pág. 381

84

ALI, T., El choque de los funda…, pág. 336

85

GENOVESE, M., ―The Transformations of the Bush Presidency: 9/11 and Beyond.", The Presidency, Congress, and the War on Terrorism: Scholarly Perspectives, Florida, 2003, pag. 4 86

SEGURA, A., Estados Unidos, el Islam…, págs. 114-115

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Esto último estaba basado en la visión del mundo que tenía el estadounidense medio en ese momento, fruto de la religiosidad imperante. Dicha visión estaba caracterizada por concebir el mundo desde una óptica moral cristiana en el que predomina el dualismo; es decir, la visión de que el mundo se debe visualizar como moralmente bueno o malo.87 Tal y como se ha mencionado anteriormente, en este momento la idea de una América imperial tenía una aceptación notable y la administración Bush supo utilizar esta idea en su favor. El mensaje que transmitían era de que debían implantar regímenes democráticos en naciones que, debido a su falta de valores del “bien”, suponían una amenaza para la seguridad de los EEUU. Dicho discurso se empleó de manera que exponía la idea de que EEUU asumía su misión imperial y de que ni la comunidad internacional, ni la ONU podían hacerle someter.88 Directamente después de su discurso público del 11 de septiembre de 2001, el presidente Bush tuvo una discusión con el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. En dicha discusión, Rumsfeld afirmaba que las leyes internacionales solo aceptaban el uso de fuerza para prevenir futuros ataques, y no con propósito de venganza. A lo que Bush respondió: “no me importa lo que digan los abogados internacionales, vamos a patear algunos traseros.”89

Diferencias entre EEUU y Europa occidental: Hoy en día, los Estados Unidos suponen un caso que rompe todos los parámetros de la secularización que sí se ha llevado a cabo en la sociedad europea occidental. Siendo los EEUU una nación cuya sociedad está entre las más modernas a nivel internacional, cuesta (desde una perspectiva europea) comprender cómo mantiene niveles tan elevados de religiosidad en su población. De hecho, más del 78% de la población son cristianos, de los cuales más de dos tercios son protestantes. 90 Mientras tanto en Europa, desde la década de 1950 hasta hoy en día, el distanciamiento de la sociedad respecto a la religión ha crecido a una velocidad vertiginosa, sin conocerse aún cuál es el límite. Este proceso de secularización ha estado basado, de igual manera en las naciones católicas como protestantes de Europa occidental, en el desarrollo económico espectacular que estas naciones han protagonizado. Este crecimiento económico ha causado en las sociedades de dichas naciones un aumento de la importancia del individuo, reduciendo, de esta manera, la influencia de las instituciones sociales y de las tradiciones. Estos elementos, unidos a la 87

HUNTINGTON, S., ¿Quiénes somos? Los des…, pág. 414

88

SEGURA, A., Estados Unidos, el Islam…, págs. 119

89

CLARKE, R., Against All Enemies: Inside America's War on Terror, New York, Free P, 2004, pág. 24 90

STÜWE, K., ―Politics and religion in the USA‖, Stimmen der Zeit, 11/2008, pag 723

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progresiva racionalización de la sociedad y a la aparición de distintas visiones del mundo han provocado esta reducción tan enorme del fervor religioso en las naciones europeas occidentales.91 No obstante, en el caso de Estados Unidos, aun habiéndose dado de igual manera un intenso cambio de mentalidad hacia una mayor individualización de la sociedad, en esta nación este cambio de mentalidad no ha ido ligado a un alejamiento de la religión por parte de la sociedad. De acuerdo al artículo de Millán Arroyo La fuerza de la religión y la secularización en Europa, dichos cambios no han producido un alejamiento religioso que sí ha ocurrido en Europa “porque no se ha producido una polarización entre modernización cultural y religión, y como consecuencia no han cuajado las cosmovisiones seculares alternativas”.92 A día de hoy, es necesario indicar que ya nadie sigue sosteniendo la clásica teoría de la secularización general como consecuencia de la modernización.93 Tal y como indica José Casanova en su artículo Rethinking Secularism: A global comparative perspective, los sociólogos estadounidenses postulan en base a la evidencia norteamericana que existe “una relación estructural general entre la contestación o la desregulación del estado, la competencia abierta y libre, y los mercados religiosos pluralistas, por una parte, y los altos niveles de religiosidad individual, por la otra.”94 De hecho, en Estados Unidos existe la separación entre Iglesia y Estado; pero dicha separación no está sustentada sobre la idea de prevenir que la Iglesia influya sobre los asuntos de Estado (tal como ocurre en Europa), sino todo lo contrario. En norteamericana esta separación está basada en la idea de no permitir que el Estado pueda interferir en asuntos de la Iglesia.95 Tal y como se ha venido exponiendo en este trabajo, los Estados Unidos admiten la separación entre Iglesia y Estado; pero no la separación entre Estado y religión, aunque no quede delimitado de manera clara el territorio entre Iglesia y religión.96 Aunque esta separación sea un hecho, la religión no está aislada de la esfera política; es más, la religión siempre ha tenido una importancia enorme en la política de

91

ARROYO, M., ―La fuerza de la religión y la secularización en Europa‖, Iglesia viva: revista de pensamiento cristiano, Nº 224, 2005, pág. 101 92

ARROYO, M., ―La fuerza de la religión…‖, págs. 101

93

GINER, S., ―Religión…‖, pág. 24

94

CASANOVA, J., ―Rethinking Secularism: A global comparative perspective‖, The Hedgehog Review, Volumen 8, 2007, pág. 2 95

STÜWE, K., ―Politics and religion…‖, pág. 725

96

GALTUNG, J., Fundament…, págs. 61-62

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los EEUU. En este punto es necesario remarcar la importancia de la “religión civil” en este fenómeno.97 Un claro ejemplo de la importancia de la religión en la política es la retórica que utilizan los presidentes de los Estados Unidos en sus discursos inaugurales, en las cuales, elementos de la “religión civil” cobran una gran importancia. Junto con eso, muchos discursos contienen elementos religiosos explícitos y pasajes bíblicos que van más allá del uso de la metáfora. Así relata Klaus Stüwe en su artículo Politics and religión in the USA: Dichas referencias religiosas no son sólo importantes para la clientela electoral de los movimientos fundamentalistas cristianos, sino que también lo son para el americano medio. Los pasajes del discurso religioso no son, por tanto, la expresión de la actitud religiosa individual del orador, sino que han de ser de efecto integrador, apelando a la actitud básica religiosa de la mayoría de los estadounidenses.98

Por lo tanto, tenemos una gran diferencia a ambos lados del Océano Atlántico Norte. Sería una torpeza suponer que dichas diferencias no determinen de ninguna manera las relaciones políticas de las naciones europeas con los EEUU. El presidente Bush no ocultaba que usaba su intuición y sus inclinaciones religiosas para distinguir de qué líderes mundiales podía fiarse y de cuáles no, incluso cuando sus intuiciones parecían ir en contra de toda lógica. Buen ejemplo de ello es la frase que dirigió en una reunión a Recep Tayyip Erdogan, Primer Ministro turco, cuando le dijo: “Tú crees en el Todopoderoso, y yo creo en el Todopoderoso. Por eso seremos grandes compañeros”. 99 Conocidas son algunas de las anécdotas que han surgido de los encuentros de Bush con distintos líderes europeos. Uno de los encuentros que más claro dejó las diferencias de cosmovisión entre unos y otros fue la conversación telefónica que tuvieron poco antes de la invasión de Iraq en 2003 el entonces presidente de Francia, Jacques Chirac y George W. Bush. En dicha conversación Bush, con el propósito de lograr la cooperación del gobierno francés en la invasión de Iraq, empleó el argumento de que Gog y Magog, agentes de Satanás en la Biblia (Ezequiel 38-39100), estaban trabajando en el Medio Oriente y de que las profecías bíblicas estaban cumpliéndose.

97

BONIKOWSKI, B., ―Research on American nationalism: review of the literature, annotated bibliography, and directory of publicly available data sets‖. Princeton University, New York, 2008, pág. 54 98

STÜWE, K., ―Politics and religion…‖, pág. 726

99

KAPLAN, E., With God on their Side: George W. Bush and the Christian Right, New Press, New York, 2005, pág. 9 100

Versículo consulado en: https://www.biblegateway.com/passage/?search=Ezequiel+3839&version=RVR1960 (10/09/2014)

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Chirac no entendió lo que estaba diciéndole su homólogo estadounidense y, después de informarse del tema, decidió que Francia no apoyaría dicha invasión. 101 Los parámetros de Bush para valorar a otros mandatarios dependían en gran medida de la cosmovisión de éstos y de cuán cerca estaban del suyo. Los líderes de las dos naciones europeas que peor relación habían tenido con los EEUU, Francia y Alemania, no parecía estar a la altura de lo que Bush esperaba. Si Chirac no apoyó la guerra contra el terrorismo proclamada por Bush, el Canciller alemán, Gerhard Schroeder, adoptó una posición anti-belicista durante su campaña de reelección. Ciertamente, Francia y Alemania eran los países más influyentes dentro de la Unión Europea. No obstante, otros sí secundaron a los Estados Unidos en la Guerra de Iraq. Ese fue el caso de España, bajo el gobierno de José María Aznar, o de Gran Bretaña, gobernada entonces por Tony Blair. De alguna forma, esa cosmovisión estadounidense que venimos comentando afecta a su concepción de las relaciones geopolíticas. Javier Solana, antiguo Secretario General del Consejo de la Unión Europea, ya señaló que algunas diferencias entre Europa y los EEUU estaban relacionadas con sus respectivas concepciones religiosas: “Es como un modelo binario. […] Es todo o nada. Para nosotros, los europeos, es difícil tratar con eso. Nosotros no vemos el mundo en términos de blanco o negro”. 102 En general, desde Europa la religiosidad pública se ve de forma muy crítica De esta manera referencia el artículo de Amy E. Black With God on Our Side: Religion in George W. Bush’s Foreign Policy Speeches lo que escribió Rupert Cornwell en el diario Independent el 23 de febrero del 2003: Fuera, donde la popularidad de América está disminuyendo cada día, los riesgos son aún mayores… El fervor cristiano del señor Bush solo confirma las sospechas de que la inminente Guerra con Iraq es, de hecho, una “cruzada” contra los musulmanes, exactamente como Osama bin Laden sugiere. Para la Europa hastiada del mundo, el lenguaje presidencial evoca risas y náuseas en igual medida. Un líder europeo que hablara en tales términos sería el hazmerreír. El americano que hable de esta manera solo incrementa el miedo de que la ingenuidad de la fe, y el hábito de ver el horriblemente complicado mundo en blanco y negro, nos conduzcan al desastre.103

101

Bush, Gog and Magog, (2009, agosto 10), The Guardian. Consultado en: http://www.theguardian.com/commentisfree/andrewbrown/2009/aug/10/religion-george-bush (10/09/2014) 102

La Presidencia de la UE sorprende con un intento de cambiar la de EE.UU. (2003, enero 09). Diario ABC. Consultado en: http://www.abc.es/hemeroteca/historico09-01-2003/abc/Internacional/la-presidencia-de-la-ue-sorprende-con-un-intento-de-cambiar-laagenda-belica-de-eeuu_154432.html# (10/09/2014)

103

BLACK, A., ―With God on Our Side: Religion in George W. Bush’s Foreign Policy Speeches‖, American Political Science Association, Chicago, septiembre del 2004, págs. 4-5

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Como ya se ha analizado, en las naciones europeas, donde un porcentaje mucho menor de la población asiste a la iglesia regularmente o asegura que la religión tiene una gran importancia en sus vidas, la religiosidad es más privada y menos común que en los EEUU. Los europeos de hoy en día tienen mucha menos tolerancia hacia los discursos con una carga religiosa elevada. Por ello, la retórica de Bush hace que muchos europeos se sientan incomodos.104

104

BLACK, A., ―With God on Our…‖, pág. 5

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ANÁLISIS DE LOS DISCURSOS PÚBLICOS DE BUSH Antes de comenzar con el análisis de la retórica empleada por George W. Bush es necesario matizar que no es el propósito de este trabajo mostrar a Bush como un agente aislado en el momento de elaboración de sus discursos. Entendemos que, debido a su posición política, es lógico suponer que contaba con asesores políticos (como Karl Rove o Michael Gerson) que ayudaran en la elaboración de dichos discursos. Aun y todo, entendemos que aquellos que ocupan cargos de poder funcionan como figuras clave que engloban aquello que toda la maquinaria que tienen detrás pretende transmitir. Tal y como se ha expuesto anteriormente, la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética produjo la perdida de esa fuerza que simbolizara el “mal”. Según Jaume Botey Vallès, El mérito del equipo de Bush en un momento en el que después de la Guerra Fría no hay ningún enemigo visible que pueda hacer frente a EEUU es haber encontrado este enemigo en un elemento difuso, el terrorismo, que permite actuar, bajo esta excusa, en cualquier lugar del mundo en el nombre de Dios. Este fue el regalo que recibió la administración Bush el 11 de septiembre de 2001.105

Aunque el uso del término “regalo” por parte de Jaume Botey Vallès, a priori, resulté un tanto insultante hacía las miles de personas que fallecieron en los distintos ataques, lo cierto es que este suceso ayudó en gran medida a la administración Bush en sus planes. Ya ha sido explicado anteriormente como los atentados del 11 de septiembre crearon el contexto que la administración Bush supo utilizar sabiamente para lograr mayor aceptación de sus políticas; las cuales antes sufrían una oposición muy fuerte. El 11-S fue un acontecimiento que marcó un antes y un después en la conducción de la política estadounidense y, en gran medida, de la política exterior global. De todas formas, antes incluso de los atentados Bush ya dejaba entrever que tenía intereses geoestratégicos en el Medio Oriente. El 16 de febrero de 2001, durante su viaje a México, en el que era su primer viaje a una nación extranjera, Bush ordenó su primera acción militar bombardeando, junto con Gran Bretaña, Iraq. Dicho bombardeo fue justificado por ambos gobiernos como una acción “rutinaria en defensa de la zona de exclusión aérea”. Incluso antes de los atentados, Bush ya dejo claro cuáles eran sus propósitos en el extranjero: "es nuestra intención construir un mundo tan pacífico como sea posible". En esta frase se puede apreciar como Bush expresa la idea de que son los EEUU quienes tienen la voluntad de instaurar la paz en el mundo. Una idea que está estrechamente ligada al concepto de que los EEUU deben guiar al mundo por el camino correcto106.

105

BOTEY, J., El Dios de Bush : funda…, pág. 20

106

Bush ordena su primer ataque a Irak. (2001, febrero 16). BBC Mundo. Consultado en: http://www.bbc.co.uk/spanish/news/news010216irak2.shtml (5/09/2014)

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A continuación se analizaran diferentes discursos realizados por el entonces presidente George W. Bush tras estos atentados, para conocer de qué manera se evaluó el ataque terrorista y como influyó en el discurso político del presidente de la nación. Uno de los discursos más importantes que analizaremos fue pronunciado el mismo día de los atentados desde el Despacho Oval por el presidente Bush. En los fragmentos que este trabajo mostrará se puede apreciar el empleo de términos como “maligno” (“evil) o “libertad” (“freedom”) para referirse al “bien” y al “mal”. En este primer discurso que ofreció, dejó claro que ese día, su nación “vio el mal, la peor naturaleza humana”. Bush expuso cómo era el enemigo desde el punto de vista moral (siempre con un matiz religioso inherente). Incluso al final de su discurso pronunció un fragmento de la Biblia, en concreto, el Salmo número 23: Esta noche, os pido vuestras oraciones para todos aquellos que sufren, para los niños cuyos mundos han sido destruidos, para aquellos que sienten amenazada su seguridad. Y rezo porque sean consolador por un poder mayor que cualquiera de nosotros, hablando a través de las edades en el Salmo 23: Aunque camine por el valle de las sombras de la muerte, no temo mal alguno, porque Tú estás conmigo.107

Se podría decir que el salmo se utilizó como un símbolo de protección, es decir, como un mensaje que recordaba a los estadounidenses que, aunque hubieran sido atacados y tuvieran miedo, Dios estaba de su lado y por ello debían orar. Tres días después del ataque ofreció una nueva muestra retórica en la misa celebrada en honor de los fallecidos en la Catedral Nacional, de Washington D.C.. En esa cita los elementos religiosos se emplearon con mucha mayor asiduidad que en el discurso del Despacho Oval. Allí declaró ese día como “día oficial de la oración” y trató de responder a la pregunta que se hacían los norteamericanos: ¿Por qué? Nuestro propósito como nación es firme. Sin embargo nuestras heridas, como pueblo, son recientes y todavía no están curadas, y nos conducen a la oración. En muchas de nuestras oraciones esta semana, hay una búsqueda, y una honestidad. En la Catedral de San Patricio en Nueva York el martes, una mujer dijo: “recé por Dios para que nos dé una señal de que Él aún está aquí”. Otros han rezado por lo mismo, buscando de hospital en hospital, llevando consigo fotos de aquellos que aún están desaparecidos. […] Las señales de Dios no siempre son siempre aquellas que buscamos. Aprendemos de las tragedias que sus propósitos no son siempre los nuestros. A pesar de todo, las oraciones en sufrimiento privado, tanto en nuestros hogares como en esta gran catedral, son conocidas y escuchadas, y entendidas. 108 107

Tonight, I ask for your prayers for all those who grieve, for the children whose worlds have been shattered, for all whose sense of safety and security has been threatened. And I pray they will be comforted by a power greater than any of us, spoken through the ages in Psalm 23: Even though I walk through the valley of the shadow of death, I fear no evil, for You are with me. 108

Our purpose as a nation is fi rm. Yet our wounds as a people are recent and unhealed, and lead us to pray. In many of our prayers this week, there is a searching, and an honesty. At St. Patrick’s Cathedral in New York on Tuesday, a woman said, ―I prayed to God to give us a sign

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En otro fragmento de dicho discurso se puede apreciar claramente su idea de un orden moral: El mundo que Él ha creado tiene un diseño moral. El dolor, la tragedia y el odio son sólo por un tiempo. La bondad, el recuerdo y el amor no tienen fin. El Señor de la vida sostiene a todos aquellos que mueren y a todos los afligidos.109

En este fragmento se ve, como se ha explicado sobre el anterior discurso, que en su visión, aunque hubieran sido atacados y estuvieran en un momento de enorme sufrimiento, Dios estaba de su lado. Este aspecto se ve perfectamente en otra parte del mismo discurso: Las señales de Dios no siempre son las que buscamos. De estas tragedias aprendemos que sus propósitos no son siempre los nuestros. Pero las oraciones en el sufrimiento privado, ya sea dentro de nuestras casas o en esta gran catedral, son conocidas, escuchadas y entendidas.110

En esta parte de su discurso se puede apreciar que al decir que los propósitos de Dios “no son siempre los nuestros” nos está exponiendo que en el orden moral del mundo que plantea, Dios es aquel que decide el futuro de los hombres y dichas decisiones no se pueden sino aceptar. Aquellos que acepten las decisiones divinas serán quienes estén en el bando del “bien”. En dicha lógica, el 11 de septiembre se visualiza como un juicio divino con la finalidad de ver quien está a favor del “bien” y quien no lo está. Es necesario recordar, como antes se ha expuesto acerca del orden moral mundial, que quien dude de que ese orden es justo, estará demostrando ser alguien sospechoso de no ser partidario del “bien”, ya que, Dios no puede ser juzgado. Dicho esto, el presidente Bush expresó en la Catedral Nacional que la sociedad estadounidense había dejado claro que estaba del lado de Dios y del “bien” con su reacción ante los ataques: En este juicio, se nos ha recordado, y el mundo ha visto, que nuestros compatriotas estadounidenses son generosos y amables, ingeniosos y valientes. Vemos nuestro carácter

that He is still here.‖ Others have prayed for the same, searching hospital to hospital, carrying pictures of those still missing. […] God’s signs are not always the ones we look for. We learn in tragedy that his purposes are not always our own. Yet the prayers of private suffering, whether in our homes or in this great cathedral, are known and heard, and understood.‖ 109

This world He created is of moral design. Grief and tragedy and hatred are only for a time. Goodness, remembrance, and love have no end. And the Lord of life holds all who die, and all who mourn. 110

God’s signs are not always the ones we look for. We learn in tragedy that his purposes are not always our own. Yet the prayers of private suffering, whether in our homes or in this great cathedral, are known and heard, and understood.

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nacional en rescatadores trabajando más allá del agotamiento, en largas colas de donantes de sangre, en miles de ciudadanos que han pedido trabajar y servir en todo lo posible.111

Por último, advirtió que los ataques no quedarían impunes y que aquellos que fueron responsables o estuvieran ayudando a los causantes serían perseguidos: La búsqueda de aquellos que están detrás de estos actos malvados está en camino. He encauzado todos los recursos de nuestra inteligencia y nuestras comunidades que velan por el cumplimiento de la ley encontrar a aquellos responsables y enjuiciarlos. No haremos ningún tipo de distinción entre los terroristas que cometen estos actos y aquellos que los encubren.112

Cuando Bush acudió a celebrar la misa en solidaridad con los familiares de los que fallecieron en los atentados, comentó que ya se estaba empezando a elaborar la lista de pérdidas humanas y materiales. En su discurso, Bush calificó a los fallecidos como héroes y basó dicha afirmación en los ejemplos de aquellos que sacaban de la Torres Gemelas a sus compañeros de trabajo discapacitados, de los cuales muchos fallecieron al derrumbarse los edificios. Junto a estos, también mencionó a aquellos que llevaban el uniforma de los Estados Unidos y que murieron en el frente haciendo su trabajo; a los que fueron a donar sangre, a los miles de ciudadanos que se ofrecieron como voluntarios para levantar los restos de los edificios. Y por último, también habló de la gente que falleció dentro de los aviones y que llamaron a sus familiares para despedirse. Como vemos, la tesis que planteaba Bush mediante sus mítines era que del lado del “bien” estaban los sacrificios, la gran solidaridad de sus compatriotas, el compromiso de todos ellos; mientras que del lado del “mal” estaban los actos de cobardía (como los propios ataques), los actores oscuros que ocultan su cara y que dificultan su identificación. Vemos como se concibe la realidad desde una visión dualista, la cual está íntimamente ligada a la tradición cristiana. El discurso de Bush se asienta sobre esta base, en la cual los estadounidenses están del lado del “bien” en esencia; mientras que los enemigos, aquellos que están del lado del mal, buscan mediante el miedo acabar con la libertad que abanderan los EEUU. De este modo, el presidente de los Estados Unidos primero muestra a un enemigo escondido en la oscuridad con una capacidad de atacar de nuevo (lo cual crea terror en el bando contrario). Después, lo contrapone con el ejemplo de su nación señalando que su país respondió con los valores que lo caracteriza, es decir, con

111

In this trial, we have been reminded, and the world has seen, that our fellow Americans are generous and kind, resourceful and brave. We see our national character in rescuers working past exhaustion; in long lines of blood donors; in thousands of citizens who have asked to work and serve in any way possible. 112

The search is underway for those who are behind these evil acts. I’ve directed the full resources of our intelligence and law enforcement communities to fi nd those responsible and to bring them to justice. We will make no distinction between the terrorists who committed these acts and those who harbor them.

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solidaridad. Por último, expone que su país no dejara al enemigo impune, sino que lo perseguirá hasta acabar por completo con él. Sin embargo, uno de los discursos que mayor cantidad de información nos puede ofrecer es la que ofreció el 20 de septiembre. Fue un punto de inflexión en la retórica empleada por Bush en los primeros días posteriores a los ataques, ya que, dado el enorme número de elementos que trata, se podría indicar que se trata del primer comunicado cuya estructura está totalmente preparada de antemano. Dicho comunicado se realizó en una Sesión Conjunta del Congreso y fue retransmitido tanto por televisión, como por radio. Las metáforas que Bush empleó aquí estaban basadas en el dualismo profético que tan importante es dentro la religión civil estadounidense. Dichas metáforas eran un factor clave de su comunicado aquel día puesto que revelaban su idea del 11-S, idea que se desarrollaría en futuros argumentos en favor de la guerra. Uno de los grupos de metáforas que más fueron empleadas fue la relativa a la fe. Bush empleó metáforas tales como “misión”, ”rezo”, “Dios”, “bendición”, “oración”, “rectitud”, etc. Sabemos que Bush asocia a Dios con América y en este discurso lo demostró no solo con la frase “Dios bendiga a América” que siempre ha utilizado, sino también con la frase “que Dios nos garantice sabiduría y que vele por los Estados Unidos de América”113. Junto a esto, las invocaciones a Dios de Bush se emplean para transmitir la imagen de que Dios esta con los EEUU y con la ayuda divina, los Estados Unidos está predestinado a ganar la guerra contra el terrorismo: El curso de este conflicto es desconocido, a pesar de todo su desenlace es certero. La libertad y el miedo, la justicia y la crueldad, siempre han estado en guerra, y sabemos que Dios no es neutral entre ellos114.

Aparte de esto, Bush también describe la propia guerra como una misión o un llamamiento divino: Esta noche somos una nación que despertó ante el peligro y que ha sido llamado a defender la libertad. Nuestro dolor se ha convertido en cólera, y nuestra cólera en determinación. Tanto si llevamos a nuestros enemigos a la justicia, como si llevamos la justicia a nuestros enemigos, se hará justicia. [..] Un gran daño se nos ha hecho. Hemos sufrido una gran pérdida. Y en nuestro dolor y en nuestra cólera hemos encontrado nuestra misión y nuestro momento.115

113

―May God grant us wisdom and may He watch over the United States of America‖

114

The course of this conflict is not known, yet its outcome is certain. Freedom and fear, liberty and cruelty, have always been at war, and we know God is not neutral between them 115

Tonight we are a country awakened to danger and called to defend freedom. Our grief has turned to anger, and anger to resolution. Whether we bring our enemies to justice, or bring

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El término “misión” empleado por Bush tiene una doble interpretación. Por un lado, tiene el significado de una acción militar; y por otro lado, el de ser una llamada de Dios para servir. En ese segundo significado entraría en juego el término “llamada”, que puede referirse a una orden de un poder superior. En este discurso, Bush anima a sus compatriotas a seguir invocando a Dios mediante la oración. Las metáforas relacionadas con el rezo que emplea están basadas en la idea de que son más fuertes si tienen una relación más cercana con Dios: Por favor, continúen orando por las víctimas del terror y por sus familias, por aquellos con uniforme, y por nuestra gran nación. La oración nos ha consolado en el dolor, y nos ayudara a fortalecernos para el viaje que tenemos por delante.116

Al mismo tiempo, en contraposición, Bush retrata al enemigo como individuos sin fe. La idea que pretende transmitir es que, si la fe es el elemento que da poder y el enemigo carece de ella, de ese modo, el enemigo no tiene ningún poder. A lo largo de este discurso, Bush expuso quienes habían sido los artífices de los atentados, señalando a Osama bin Laden y su organización, al-Qaeda. Tomando en cuenta, que muchas de las palabras que había empleado en la primera semana sentaron muy mal en la comunidad musulmana, en este comunicado quiso remarcar que no consideraba a los terroristas como personas que siguieran las escrituras del Islam: También quiero hablar directamente a los musulmanes de todo el mundo. Nosotros respetamos vuestra fe. Es practicado libremente por muchos millones de americanos, y por millones más en países que América tiene por amigos. Sus enseñanzas son buenas y pacíficas, y aquellos que cometen el mal en nombre de Alá blasfeman el nombre de Alá. Los terroristas son traidores a su propia fe, tratando, en efecto, de secuestrar el mismo Islam. El enemigo de América no es uno de nuestros muchos amigos musulmanes; no son nuestros amigos árabes. Nuestro enemigo es una red radical de terroristas, y cada gobierno que los apoya.117

justice to our enemies, justice will be done [...] Great harm has been done to us. We have suffered great loss. And in our grief and anger we have found our mission and our moment. 116

Please continue praying for the victims of terror and their families, for those in uniform, and for our great country. Prayer has comforted us in sorrow, and will help strengthen us for the journey ahead. 117

I also want to speak tonight directly to Muslims throughout the world. We respect your faith. It’s practiced freely by many millions of Americans and by millions more in countries that America counts as friends. Its teachings are good and peaceful, and those who commit evil in the name of Allah blaspheme the name of Allah. The terrorists are traitors to their own faith, trying, in effect, to hijack Islam itself. The enemy of America is not our many Muslim friends; it is not our many Arab friends. Our enemy is a radical network of terrorists, and every government that supports them.

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Como ya se ha explicado anteriormente, es obligación de los EEUU guiar el mundo por el camino correcto hacía el “bien”. En frases como la anterior vemos como desde la Casa Blanca se ve el “mal” en esos terroristas y es deber de ellos erradicar ese “mal” que pretende eliminar las libertades que Dios ha otorgado a los EEUU. En los dos anteriores discursos se ha analizado sobre todo el aspecto del orden moral que plantea Bush. En este comunicado también percibimos elementos metafóricos de ese planteamiento dualista de la realidad. Además, tomando en cuenta que este discurso está basado en un trabajo de redacción mucho más elaborado, se puede prever que tenga un significado político mucho más relevante dado que nos ofrece la visión de cuál es el planteamiento oficial del gobierno. Las metáforas que emplea Bush en relación al “bien” y al “mal” son numerosísimas. En su discurso encontramos términos tales como “libertad”, “patriota”, “amigo”, “valores”, “fortalezas”, “esperanza”, “terror” o “traidores”, entre otros muchos. Como es fácil de presuponer, las metáforas que emplea Bush para calificar a los Estados Unidos y sus aliados están dentro del “bien”. Bush define a su nación como naturalmente pacifica; una nación en la que la fortaleza moral y un poder económico elevado, los hace ser una “buena” nación. En su comunicado, Bush responsabiliza de esa virtud a los ciudadanos y a su fortaleza moral: Hemos visto la decencia de gente cariñosa y generosa que han convertido el dolor de extraños en suyo propio [...] Os pido una participación continua y una confianza en la economía americana. Los terroristas atacaron un símbolo de la prosperidad americana. No dañaron su origen. América es exitosa debido al trabajo duro, y la creatividad, y la iniciativa de nuestra gente. Estas eran las verdaderas fortalezas de nuestra economía antes del 11 de septiembre, y son nuestras fortalezas hoy.118

Junto a esto, Bush alerta a su audiencia de que su cultura y sus valores son lo que está bajo amenaza. Para referirse a esos elementos, utiliza el término “libertad” muy a menudo en este discurso. La “libertad” a la cual Bush se refería era una metáfora que expresaba qué era lo que estaba atacando el enemigo, y mediante esto, en como la víctima era distinto del agresor: Los americanos están preguntando, ¿por qué nos odian? Odian lo que vemos aquí mismo en esta cámara – un gobierno electo democráticamente. Sus líderes son autonombrados. Ellos odian nuestras libertades – nuestra libertad de religión, nuestra libertad de expresión, nuestra libertad de voto y de reunirse y de discrepar entre unos y otros […] La libertad y el miedo 118

We have seen the decency of a loving and giving people who have made the grief of strangers their own […] I ask your continued participation and confidence in the American economy. Terrorists attacked a symbol of American prosperity. They did not touch its source. America is successful because of the hard work, and creativity, and enterprise of our people. These were the true strengths of our economy before September 11th, and they are our strengths today.

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están en guerra. El avance de la libertad humana – el gran logro de nuestro tiempo, y la gran esperanza de todos los tiempos – ahora depende de nosotros. 119

Otro ejemplo de la visión bipolar de la realidad que caracteriza los discursos de Bush es la relación que crea entre la “libertad” y el “miedo”. Mientras que el primero es el pilar principal del “bien”, el otro es el del “mal”. Defiende que existe una guerra entre ambos. Una guerra entre la moralidad “buena” y la falta de moral o de fe. La guerra a la que Bush se refiere no es una guerra en contra de gente real; es en contra de una moralidad maligna, la contraposición que existe a Dios en el mundo. Las metáforas empleadas en este comunicado ilustran una narración de un “bien” pacífico y civilizado y un “mal” carente de fe y cobarde. Dos bandos que desde siempre han estado en opuestos y que ahora están en una verdadera confrontación a muerte, la cual solo el “bien” puede ganar. La guerra y la confrontación son parte natural de esta división permanente; y, de hecho, Bush expone que la guerra es el único camino, ya que, si los Estados Unidos no combaten militarmente al “mal”, ésta se propagará y seguirá exportando el terror por las naciones del “bien”. En esta confrontación, Bush deja claro que Dios está de su parte y garantizara la victoria de los estadounidenses, ya que, estos son los verdaderos mensajeros de su voluntad. El enemigo, en cambio, no se merece la victoria, puesto que va en contra de su propia fe y sus acciones son el “mal”. En el orden moral que Bush propugna vemos que la libertad juega un papel fundamental. Ésta juega el papel de ser el objetivo que hay detrás de la guerra y el papel de ser el camino, ya que, es el valor principal de su orden moral. Bush expone en sus comunicados que el enemigo es una amenaza para la libertad, para los valores que ésta representan y que lo que quiere es amedrentar al mundo para someterlo a sus intenciones. Al decir esto, al mismo tiempo está exponiendo que lo que el enemigo intenta es cambiar el orden moral que él defiende como “bueno” por mandato divino por uno que representa al “mal”. En este discurso, Bush va más allá que en los dos anteriormente analizados y expone porque el enemigo es tan “malvado” que es capaz de actuar de la peor manera posible. Esto lo podemos ver en frases como ésta: El liderazgo de al-Qaeda tiene una gran influencia en Afganistán y apoya el régimen talibán en el control de la mayoría del país. En Afganistán, vemos la visión de al-Qaeda del mundo. […] La gente de Afganistán ha sido brutalizada – muchos están muertos de hambre y 119

Americans are asking, why do they hate us? They hate what we see right here in this chamber — a democratically elected government. Their leaders are self-appointed. They hate our freedoms — our freedom of religion, our freedom of speech, our freedom to vote and assemble and disagree with each other. […] Freedom and fear are at war. The advance of human freedom — the great achievement of our time and the great hope of every time— now depends on us.

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muchos han escapado. Las mujeres no pueden asistir a la escuela. Puedes ser encarcelado por tener una televisión. La religión puede ser practicada solo como sus líderes dictaminan. Un hombre puede ser encarcelado en Afganistán si su barba no es lo suficientemente larga.120

El enemigo que muestra Bush es uno que se regocija ante la muerte mientras que los estadounidenses ven la vida como algo sagrado. Lo mismo sucede con los individuos que luchan. Ambos dan su vida por sus ideales, pero los ideales del enemigo son “malignos” y sus visiones son radicales y exportadores del terror; mientras que el soldado estadounidense da su vida por algo más grande, por la propagación del “bien”, otorgado por Dios a los estadounidenses, por el mundo. Al tratar de describir porqué debe ser eliminado ese enemigo es cuando Bush empieza a hablar de al-Qaeda y de su líder, Osama bin Laden. A pesar de que Bush defendió al Islam y expuso que los terroristas eran traidores a su propia fe, en el momento en que el enemigo expone motivaciones religiosas detrás de sus actos, se considera a esta justificación religiosa como falto de verdadera piedad religiosa. Esto se ve en dos fragmentos de aquel discurso: Los terroristas practican una forma marginada de extremismo islámico que ha sido rechazado por académico musulmanes y la gran mayoría de clérigos musulmanes – un movimiento marginal que pervierte las pacificas enseñanzas del Islam. […] Los Estados Unidos de América es enemigo de aquellos que ayudan a terroristas y de aquellos criminales bárbaros que profanan una gran religión al cometer asesinatos en su nombre.121

Por lo tanto, podemos decir que si hay musulmanes buenos también hay otros, como bin Laden y sus seguidores, que se apropian ilegítimamente de su religión. De esta manera, al presentar matices entre los musulmanes, distinguiendo “buenos” y “malos”, a los que de verdad profesan su fe y los terroristas, ayuda a mantener una imagen de que no está hablando de un grupo étnico. Este discurso tan lleno de metáforas que servían de énfasis a sus ideas principales fue meticulosamente realizado para preparar a la audiencia para las políticas que la administración Bush iba a ir ejecutando en los meses siguientes. Dichas políticas

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The leadership of al Qaeda has great influence in Afghanistan and supports the Taliban regime in controlling most of that country. In Afghanistan, we see al Qaeda’s vision for the world. […] Afghanistan’s people have been brutalized — many are starving and many have fl ed. Women are not allowed to attend school. You can be jailed for owning a television. Religion can be practiced only as their leaders dictate. A man can be jailed in Afghanistan if his beard is not long enough. 121

The terrorists practice a fringe form of Islamic extremism that has been rejected by Muslim scholars and the vast majority of Muslim clerics — a fringe movement that perverts the peaceful teachings of Islam […] The United States of America is an enemy of those who aid terrorists and of the barbaric criminals who profane a great religion by committing murder in its name.

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eran tales como la Ley Patriota, la propia guerra contra el terrorismo y el nuevo enfoque de las políticas exteriores, el cual fue bautizado como “Doctrina Bush”. Dentro de la lógica que emplea en este comunicado (y que sirve de precedente para los siguientes discursos), el enemigo es definido como el “mal”, excluyéndolo totalmente de cualquier rasgo del “bien”; lo cual convierte la tarea de acabarlo en una cuestión moral. En este sentido, cuando Bush se refiere a un enemigo con un carácter abstracto, alude al tamaño de la empresa que deben emprender, para dar dimensión a la magnitud de las acciones que deberán tomar políticamente (como las anteriormente mencionadas) con el fin de eliminarlo. Para poder enfrentarse a un enemigo omnipresente, es necesario emplear una fuerza omnipresente, con poderes más allá de lo nacional y con un presupuesto militar extraordinario. En este sentido se expresó el presidente cinco días después del anterior comunicado analizado. En este discurso, el objetivo prioritario de Bush era convencer a la sociedad que el FBI necesitaba poder fuera de la ley para luchar contra los terroristas. Esta lógica está directamente relacionada con la idea de que los Estados Unidos, como nación superior y elegida por Dios, debe utilizar cualquier medio que este a su disposición para expandir el “bien”, incluso cuando desde fuera no se entienda. El siguiente fragmento del discurso lo muestra perfectamente: Primero, lo que hemos visto es que estos terroristas son muy sofisticados, y también lo son sus comunicadores. Ellos deben – su llamadas deben ser interceptadas cuando sintamos que hay una amenaza para América. Tenemos que saber que hay en sus mentes. Y, de esa manera, debemos dar al FBI la habilidad de rastrear llamadas cuando ellos hagan llamadas de diferentes teléfonos, por ejemplo. […] Ahora, esto es lo que hacemos para traficantes de drogas y miembros del crimen organizado, y me parece que tiene sentido que si es lo suficientemente bueno para el FBI utilizar estas técnicas para detener esas amenazas a América, que ahora que estamos en guerra, debemos dar al FBI las herramientas necesarias para buscar y encontrar terroristas. Y por eso espero que el Congreso escuchará a la razón de las proposiciones que el General Attorney expuso, para dar las herramientas necesarias a nuestros agentes en el campo para encontrar a aquellos que puede que piensen que quieren volver a perturbar a América de nuevo.122

En este comunicado, cabe resaltar que las metáforas que se han expuesto en el análisis anterior casi desaparecen. Enfocándose mucho más en exponer porqué el FBI debería tener un poder extraoficial, deja de lado casi totalmente el tema del orden moral 122

First, what we've seen is these terrorists are very sophisticated, and so are their communications. They must -- their calls must be penetrated when we feel there's a threat to America. We've got to know what's on their mind. And so, therefore, we must give the FBI the ability to track calls when they make calls from different phones, for example. […] Now, this is what we do for drug dealers and members of organized crime, and it seems like to make sense to me, if it's good enough for the FBI to use these techniques for facing down those threats to America, that now that we're at war, we ought to give the FBI the tools necessary to track down terrorists. And so I hope Congress will listen to the wisdom of the proposals that the Attorney General brought up, to give the tools necessary to our agents in the field to find those who may think they want to disrupt America again.‖

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por el cual luchan (solo al final del comunicado hace referencia a dicho orden moral); la cual esta tan presente en otros discursos. Aun así, en este comunicado mantuvo, aunque de manera más leve, la idea de que dicha guerra no tenía otro posible fin que la victoria de los EEUU y de que esto sería así por ser dicha nación única en su grandeza: Tienen un problema entre manos. Vamos a encontrarlos. Y si se esconden, los haremos salir. Y los llevaremos a la justicia. Y no solo les llevaremos a ellos a la justicia, llevaremos a aquellos que los hospedan, aquellos que los ocultan, aquellos que los alimentan, aquellos que los animan, a la justicia. […] América es una nación construida sobre la libertad, y los principios de la libertad, los valores de la libertad. Y esta es una nación que no parpadeara por la luz. Esta es una nación que se mantendrá fuerte por los grandes valores que nos han hecho únicos.123

La visión dualista de la realidad que Bush y su administración propugnan tuvo una aceptación social notable. Pero con el transcurso de los meses otros asuntos cobraron mayor importancia social, desplazando, a su vez, a la guerra del terrorismo a una segunda posición en la escala de relevancia social. Escándalos económicos como los de la empresa energética Enron, de la empresa de telecomunicaciones WorldCom o de la empresa de fotocopiadoras Xerox, entre otros, causaron una recesión en el mercado de valores. Junto a esto, disputas religiosas alrededor del mundo, conflictos territoriales y choques entre etnias en África y Asia, demostraron que la visión que exportaba el gobierno de los Estados Unidos no era válida. El choque entre palestinos e israelíes en otoño del 2002 marcó un punto clave en la visión dualista de la realidad que Bush incluya en sus comunicados. Dentro de esta idea, el conflicto sería fácil de resumir; era una democracia enfrentada a terroristas. Pero en este caso, este planteamiento no causaba la misma aceptación social que en el contexto del 11-S. El pensamiento que Bush exponía en sus discursos comenzó a verse como una visión simplista de la realidad y la comunidad internacional comenzó a ser más reacia a cooperar con el gobierno estadounidense. La Doctrina Bush pasó de ser una solución a un problema. De una visión orientadora a un atolladero político y moral. En el contexto del conflicto palestino-israelí, su manera de definir el mundo no servía.124 En este contexto, Bush dio una serie de discursos en la ONU para encontrar la cooperación que necesitaba para intervenir militarmente. Durante ese periodo, fue transformando su definición del enemigo, pasando de Osama bin Laden a Saddam Hussein. Por medio de términos como “tirano”, “dictador” o “asesino”, Bush construye 123

They've got a problem on their hands. We're going to find them. And if they're hiding, we're going to smoke them out. And we'll bring them to justice. And not only will we bring them to justice, we will bring those who harbor them, who hide them, who feed them, who encourage them, to justice. […] America is a nation built upon freedom, and the principles of freedom, the values of freedom. And this is a nation that will not blink from the fight. This is a nation that will stand strong for the great values that have made us unique. 124

GENOVESE, M., ―The Transformations…‖, págs. 11-13

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la imagen “maligna” de Saddam Hussein. Esta imagen que construye de Saddam es fundamental para que la nación norteamericana quede persuadida de la maldad del gobernante iraquí y se incline hacia la opinión de que es peligroso y de que deben luchar contra él. Empezó a hablar sobre la posibilidad de realizar acciones militares en Iraq. Para llevar a cabo dichas acciones, Bush, el 12 de septiembre del año 2002, trató de convencer a la Asamblea General de la ONU de que Saddam Hussein era una amenaza real. En el discurso que ofreció, el lenguaje que empleaba era muy distinto al que acostumbraba a utilizar en los Estados Unidos. Para conseguir la aprobación de la guerra que pretendía comenzar en Iraq, sostenía que los principios originales de la ONU estaban siendo amenazados por el enemigo: Por encima de todo, nuestros principios y nuestra seguridad están puestos a prueba hoy por grupos que están fuera de la ley y por regímenes que no aceptan ninguna ley de moralidad y no tienen limite en sus ambiciones violentas.125

Alusiones a Dios, al “bien” o al “mal” no se realizaban por Bush en este escenario, aunque sí se refería a la libertad. En los discursos anteriores se ve como ante el americano medio relaciona la libertad con el bien. No obstante, ante la comunidad internacional la relación no se realiza en sus discursos. Ante líderes políticos extranjeros, Bush ya no habla tanto del “mal” que quiere destruir la libertad, pero si habla de una libertad amenazada. Mediante el uso del concepto de la libertad consigue transmitir el mismo mensaje, pero sin el trasfondo religioso innecesario para la opinión de la comunidad internacional. El concepto teológico del “bien” es desplazado por el político de la libertad: Los Estados Unidos no tiene ninguna disputa con el pueblo iraquí; ellos han sufrido demasiado tiempo en un cautiverio silencioso. La libertad para el pueblo iraquí es una gran causa moral, y una gran meta estratégica. La gente de Iraq se lo merece; la seguridad de todas las naciones los requiere. Las sociedades libres no intimidan mediante la crueldad y el dominio, y sociedades libres no amenazan al mundo con asesinatos masivos. Los Estados Unidos apoyan la libertad política y económica en una Iraq unificada.126

125

Above all, our principles and our security are challenged today by outlaw groups and regimes that accept no law of morality and have no limit to their violent ambitions. 126

The United States has no quarrel with the Iraqi people; they’ve suffered too long in silent captivity. Liberty for the Iraqi people is a great moral cause, and a great strategic goal. The people of Iraq deserve it; the security of all nations requires it. Free societies do not intimidate through cruelty and conquest, and open societies do not threaten the world with mass murder. The United States supports political and economic liberty in a unified Iraq.

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Como se puede apreciar en el fragmento presentado, Bush abandona la retórica religiosa en el contexto de la comunidad internacional. Esto se debe a la inutilidad del elemento religioso a la hora de argumentar sus intenciones políticas y su visión de la realidad para negociar políticamente. Por ello, para argumentar su teoría de que Saddam Hussein era cómplice de alQaeda y de que era una amenaza para la civilización occidental y sus libertades, expuso que los integrantes del grupo terrorista estaban refugiándose en Iraq bajo el consentimiento de Saddam Hussein: “El gobierno de Iraq abiertamente alabó los ataques del 11 de septiembre. Y los terroristas de al-Qaeda escaparon de Afganistán y se sabe que están en Iraq.”127 Junto con esto, para reforzar la idea de la amenaza que suponía el gobierno iraquí, expuso que dicho gobierno poseía armas de destrucción masiva: Sabemos que Saddam Hussein buscaba armas de destrucción masiva incluso cuando había inspectores en su país. ¿Debemos asumir que se detuvo cuando se fueron? La historia, la lógica, y los hechos nos conducen a una conclusión: el régimen de Saddam Hussein es un grave y reciente peligro. Sugerir otra cosa es tener esperanzas en contra de la evidencia. Asumir la buena fe de este régimen es apostar las vidas de millones y la paz del mundo en una apuesta temeraria. Y ese es un riesgo que no debemos tomar. 128

Sería fácil de presuponer que dicho fragmento del comunicado sería expuesto de manera totalmente diferente en los Estados Unidos. En el caso de la comunidad internacional, Bush expresa que existen hechos demostrados que son prueba de las intenciones destructivas del gobierno iraquí. En un contexto más familiar, más acorde al pensamiento de George W. Bush, no importarían tanto las pruebas sino el mero hecho de que sería considerado como un enemigo “maligno” que debe ser erradicado a la fuerza. Mientras tanto, en la ONU, Bush no demuestra esa certeza que sí expone en sus discursos a la nación estadounidense. En este último fragmento, lo que Bush comunica es que en cualquier momento pueden ser atacados. Expresa que el hecho de que se exista la posibilidad de que se estén construyendo armas de destrucción masiva en Iraq es prueba suficiente para pensar que mundo está bajo amenaza. 127

Iraq’s government openly praised the attacks of September the 11th. And al Qaeda terrorists escaped from Afghanistan and are known to be in Iraq. 128

We know that Saddam Hussein pursued weapons of mass murder even when inspectors were in his country. Are we to assume that he stopped when they left? The history, the logic, and the facts lead to one conclusion: Saddam Hussein’s regime is a grave and gathering danger. To suggest otherwise is to hope against the evidence. To assume this regime’s good faith is to bet the lives of millions and the peace of the world in a reckless gamble. And this is a risk we must not take.

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Bush con frecuencia vinculaba la posibilidad de futuros ataques con la necesidad de comenzar una guerra con el gobierno de Saddam Hussein. En sus discursos, realizaba referencias a los atentados del 11-S con el propósito de explotar las emociones de los ciudadanos. Unido esto a la posibilidad de volver a vivir algo parecido hizo que la gente creyera que era necesario llevar a cabo acciones que impidieran esa posibilidad. Su temor principal era que dicho gobierno suministrara armas de destrucción masiva a los terroristas y lo expresaba en frases como la siguiente: En los ataques a América de hace un año, vimos las intenciones destructivas de nuestro enemigo. Esta amenaza se esconde en muchas naciones, incluyendo la mía propia. En células, y en campos, los terroristas están planificando una mayor destrucción, y construyendo bases para su guerra contra la civilización. Y nuestro mayor miedo es que lo terroristas encontrarán un atajo para sus locas ambiciones cuando un régimen fuera de la ley los suministre con tecnología capaz de matar a una escala masiva.129

En el discurso que ofreció a la ciudadanía estadounidense el 7 de octubre del mismo año se puede apreciar como el presidente explota el sentimiento de vulnerabilidad que tenían los norteamericanos: Los ataques del 11 de septiembre mostraron a nuestra nación que vastos océanos ya no nos protegían del peligro. Antes de esa trágica fecha, solo teníamos pistas de los planes y los proyectos de al-Qaeda. Hoy en Iraq, vemos una amenaza cuyos contornos están mucho mejor definidos, y cuyas consecuencias podrían ser mucho más mortales. Las acciones de Saddam Hussein nos han puesto sobre aviso, y no hay refugio para nuestras responsabilidades.130

Pero junto a esto, también explota la necesidad de actuar en contra de sus enemigos. Antes de saber qué decidiría la ONU en relación con la posibilidad de invadir militarmente Iraq, Bush ya dejaba claro (como en otros discursos previamente analizados) que los EEUU no se quedarían quietos. Basándose en el pasado de Saddam Hussein, en la maldad de su régimen y en el hecho que tenían por cierto de que poseía armas de destrucción masiva, Bush argumentaba que esperar era un error: Por sus acciones pasadas y presentes, por sus capacidades tecnológicas, por la naturaleza despiadada de su régimen, Iraq es único. Tal y como un antiguo inspector jefe de armas de la ONU ha dicho, “El problema fundamental con Iraq sigue siendo la naturaleza del régimen en sí mismo. Saddam Hussein es un dictador homicida que es adicto a las armas de 129

In the attacks on America a year ago, we saw the destructive intentions of our enemies. This threat hides within many nations, including my own. In cells and camps, terrorists are plotting further destruction, and building new bases for their war against civilization. And our greatest fear is that terrorists will find a shortcut to their mad ambitions when an outlaw regime supplies them with the technologies to kill on a massive scale. 130

The attacks of September the 11th showed our country that vast oceans no longer protect us from danger. Before that tragic date, we had only hints of al Qaeda's plans and designs. Today in Iraq, we see a threat whose outlines are far more clearly defined, and whose consequences could be far more deadly. Saddam Hussein's actions have put us on notice, and there is no refuge from our responsibilities.

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destrucción masiva.” […] Algunos preguntan cuán urgente es este peligro para América y el mundo. El peligro ya es significante, y solo va a peor con el tiempo. ¿Si sabemos que Saddam Hussein tiene armas peligrosas ahora – y lo sabemos- tiene algún sentido para el mundo esperar para combatirlo mientras crece cada vez más fuerte y desarrolla cada vez más armas peligrosas?131

Tal y como se ha mencionado anteriormente, antes de que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas decidiera si la comunidad internacional en su conjunto aceptaba la invasión de Iraq o no, Bush trató de convencerlos en diferentes ocasiones. Al principio, cuando aún no se sabía la respuesta, Bush legitimaba la autoridad que tenía la ONU como órgano internacional para decidir en ese tipo de asuntos. Esto se ve en frases como la siguiente: Los Estados Unidos ayudaron a fundar las Naciones Unidas. Nosotros queremos que las Naciones Unidas sea efectiva, y respetuosa, y exitosa. Queremos que las resoluciones del organismo multilateral más importante del mundo sean impuestas.132

No obstante, el resultado no fue la que esperaba Bush y su administración. El 8 de noviembre del año 2002, la ONU dictaminó mediante la Resolución 1441 que ninguna nación tenía autorización de utilizar la fuerza armada contra Iraq hasta que la propia ONU averiguara si Saddam Hussein estaba en posesión de armas de destrucción masiva.133 Ante la negatividad de las Naciones Unidas, Bush afirmó que las decisiones y necesidades de su país estaban por encima de lo que dijera cualquier organismo internacional. Incluso un mes antes, en una conferencia de prensa, cuando la periodista Judy Keen le pregunto acerca de la postura del Partido Republicano de esperar a la resolución de las NNUU para decidir qué acciones tomar, Bush contestó que dicha postura le parecía cobarde y que esperaba que el Congreso debatiera y tomara una decisión lo antes posible:

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By its past and present actions, by its technological capabilities, by the merciless nature of its regime, Iraq is unique. As a former chief weapons inspector of the U.N. has said, "The fundamental problem with Iraq remains the nature of the regime, itself. Saddam Hussein is a homicidal dictator who is addicted to weapons of mass destruction."[…] Some ask how urgent this danger is to America and the world. The danger is already significant, and it only grows worse with time. If we know Saddam Hussein has dangerous weapons today -- and we do -does it make any sense for the world to wait to confront him as he grows even stronger and develops even more dangerous weapons? 132

The United States helped found the United Nations. We want the United Nations to be effective, and respectful, and successful. We want the resolutions of the world’s most important multilateral body to be enforced. 133

Full text: UN security council resolution 1441 on Iraq. (2002, diciembre 20). The Guardian. Consultado en: http://www.theguardian.com/world/2002/dec/20/iraq.foreignpolicy2 (10/09/2014)

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No puedo imaginarme a un miembro elegido del Senado o de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos diciendo, `creo que voy a esperar a las Naciones Unidas para tomar una decisión´. Me parece a mí que si estas representando a los Estados Unidos, debes tomar una decisión en base a lo que sea mejor para los Estados Unidos. Si yo me postulara para un cargo, no estoy seguro como se lo explicaría al pueblo Americano – diciendo, `vótenme, y, oh, por cierto, en asuntos de seguridad nacional, creo que esperare a que otro actúe´. […] Mi respuesta al Congreso es, necesitan debatir este asunto y consultarlo con nosotros, y solucionar el asunto lo antes posible. Está en nuestros intereses nacionales que lo hagamos. No me imagino a Saddam Hussein sentado con los brazos cruzados, diciendo, caramba, creo que voy a esperar a alguna resolución. Él es una amenaza que debemos tratar tan rápido como sea posible.134

Dicha respuesta de Bush deja claro que, desde su punto de vista, él mismo se encuentra dentro y fuera de la ley cuando mejor le convenga. Aun perteneciendo una institución políticamente tan relevante como la ONU, con una reglamentación estricta, Bush está fuera de ese orden jurídico. Junto a esto, los diferentes discursos muestran que el presidente se otorga a si mismo poderes extraordinarios. Mediante el mantenimiento de un estado de guerra continuo y sin un posible final cercano, Bush se abre a sí mismo una puerta para ejercer de legislador; como en el caso de las leyes patrióticas. De esta manera, al quedar asentada en la sociedad la idea de una amenaza constante, a su vez, Bush promulga una especie de estado de excepción que se prolonga tanto como lo requiere el estado de guerra. Esto permite que Bush se sitúe en una posición en la que tiene un movimiento total para determinar lo que es legal y lo que no es. Esta excepcionalidad y el poder extraordinario que se otorga Bush pueden visualizarse desde la óptica moral que propugna la religiosidad estadounidense. Desde ese punto de vista, Bush, como líder de una nación elegida, no debe rendir cuentas a ninguna nación extranjera u organismo internacional. Sería como pedir explicaciones a Dios. De septiembre del año 2002 a marzo del año siguiente, mes en que comenzó la invasión de Iraq, Bush hizo declaraciones muy a menudo sobre la amenaza que suponía Saddam Hussein. En estas fechas también empezó a hablar sobre el uso de acciones militares en contra del gobierno iraquí, acciones que fueron autorizadas por la Cámara de Representantes, primero, y por el Senado, después. Mientras tanto, Francia y Alemania no se sumaron a la guerra, hecho que no hizo que Bush se replanteara dicha guerra. 134

I can’t imagine an elected member of the United States Senate or House of Representatives saying, I think I’m going to wait for the United Nations to make a decision. It seems like to me that if you’re representing the United States, you ought to be making a decision on what’s best for the United States. If I were running for office, I’m not sure how I’d explain to the American people – say, vote for me, and, oh, by the way, on a matter of national security, I think I’m going to wait for somebody else to act. […] My answer to the Congress is, they need to debate this issue and consult with us, and get the issue done as quickly as possible. It's in our national interests that we do so. I don't imagine Saddam Hussein sitting around, saying, gosh, I think I'm going to wait for some resolution. He's a threat that we must deal with as quickly as possible.

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De esta forma, desde el inicio del año 2003, Bush mantenía la alerta de que podría haber un ataque inminente. El día 24 de febrero, Estados Unidos, junto con España, Inglaterra y Portugal pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU que declarara que Iraq no había cumplido con el desarme y que estaba justificada la invasión. No obstante, al igual que sucedió con la Resolución 1441, Bush aseguro que no necesitaba el permiso de la ONU para actuar. De esta forma lo indicó en una conferencia de prensa, el día 6 de marzo: […] Confió en que el pueblo americano entienda que cuando se trata de nuestra seguridad, si necesitamos actuar, actuaremos. Y nosotros realmente no necesitamos la aprobación de las Naciones Unidas para hacerlo. […] Quiero trabajar – quiero que los Estados Unidos sea efectivo. Es importante para ello que sea un organismo robusto y capaz. […] Y mientras nos adentramos en el siglo XXI., cuando se trata de nuestra seguridad, realmente no necesitamos el permiso de nadie.135

En estas palabras que realizó Bush en la conferencia de prensa se puede apreciar como él mismo considera que los intereses de su nación están por encima de las reglas que su nación aprobó. Lo cierto es que no existe apenas ningún aspecto de las políticas exteriores norteamericanas que no se pueda justificar con el argumento del interés nacional. De hecho, las acciones que no sean justificadas por este criterio difícilmente podrán ser aceptadas. Desde la perspectiva estadounidense, no se debe juzgar la moralidad de este criterio, ya que, cada vez que se habla de interés nacional en EEUU, se tiene en cuenta que es una nación “elegida por Dios”. Esto no se puede juzgar, en su opinión, desde un criterio moral diferente, puesto que lo consideran simplemente innegociable. En este contexto, como ya se ha comentado anteriormente, Bush se sitúa dentro y fuera de la legalidad dependiendo de las circunstancias.136 Junto a esto, en la misma conferencia de prensa, cuando a Bush se le pregunto qué creía que el pueblo americano debía hacer colectivamente ante la probable guerra que estaba a punto de comenzar. La respuesta de Bush fue que al igual que la oración le sostenía a él mismo, los estadounidenses debían hacer lo mismo, orar137: Mi fe me sostiene, porque rezo todos los días. Rezo para guiarme y para tener sabiduría y fuerza. […] Si tuviera que comprometer nuestras tropas rezaría por su seguridad, y rezaría

135

I'm confident the American people understand that when it comes to our security, if we need to act, we will act. And we really don't need United Nations approval to do so. […] I want to work -- I want the United Nations to be effective. It's important for it to be a robust, capable body. […] And as we head into the 21st century, when it comes to our security, we really don't need anybody's permission. 136

HALLER, G., The Limits of Atlanticism: Perceptions of state, nation and religion in Europe and the United States, Berghahn Books, New York, 2007, págs. 151-152 137

Transcript of Bush news conference on Iraq. (2003, marzo 7). CNN International. Consultado en: http://edition.cnn.com/2003/US/03/06/bush.speech.transcript/ (10/09/2014)

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por la seguridad de las vidas de los iraquíes inocentes también. […] Una cosa que es realmente genial sobre nuestra nación es que hay miles de personas que rezan por mí que nunca podré ver ni agradecer. Pero es una lección de humildad pensar que gente que nunca me he encontrado han rezado por mí y mi familia. Y por eso estoy agradecido. Ha sido una sensación reconfortante saber que es verdad. […] Rezo por la paz.138

Este último fragmento aquí expuesto nos ofrece una perspectiva muy clara de la importancia que tenía para George W. Bush la oración, llegando incluso a decir que es su fe la que lo sostiene. En general, se puede apreciar claramente como varía la retórica que emplea Bush en diferentes contextos. En esta misma conferencia de prensa que acabamos de analizar, Bush indicó sus motivaciones para intervenir militarmente en Iraq: Una de las cosas que amo de América es la libertad. Si se me permite, me gustaría recordarles lo que dije en el Estado de la Unión: la libertad no es el regalo de América al mundo, es el regalo de Dios a todas y cada una de las personas. Y eso es lo que creo. Creo que cuando vemos el totalitarismo, que debemos tratar con ello. No debemos hacerlo siempre militarmente. Pero esta es una circunstancia única, por 12 años de negación y rebeldía, por conexiones terroristas, por el pasado histórico. 139

En esta frase, Bush está resumiendo muchas de las uniones entre distintos términos que hemos ido mencionando a lo largo de este análisis. Comienza asegurando que la libertad es uno de los elementos de su nación que ama. Acto seguido, realiza una relación de conceptos al mencionar que la libertad tiene su origen en Dios. De este modo, sacraliza la libertad convirtiéndolo en parte de la religión civil americana. Junto con esto, el siguiente término clave que menciona es el totalitarismo. Al mencionar dicho elemento, propio del enemigo, Bush está mostrando las dos realidades enfrentadas. Tomando en cuenta que esta frase la empleó en el contexto de una rueda de prensa sobre la decisión de intervenir militarmente en Iraq, se le debe dar importancia al hecho de que mencione que existe la necesidad de dicha intervención, pues es deber de los Estados Unidos liberar a los ciudadanos del gobierno totalitario de Saddam Hussein. 138

My faith sustains me, because I pray daily. I pray for guidance and wisdom and strength. […] If we were to commit our troops I would pray for their safety, and I would pray for the safety of innocent Iraqi lives as well. […] One thing that's really great about our country is that there are thousands of people who pray for me who I'll never see and be able to thank. But it's a humbling experience to think that people I will never have met have lifted me and my family up in prayer. And for that I'm grateful. It's been a comforting feeling to know that is true. […] I pray for peace. 139

One of the things we love in America is freedom. If I may, I'd like to remind you what I said at the State of the Union: liberty is not America's gift to the world, it is God's gift to each and every person. And that's what I believe. I believe that when we see totalitarianism, that we must deal with it. We don't have to do it always militarily. But this is a unique circumstance, because of 12 years of denial and defiance, because of terrorist connections, because of past history.

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Es preciso recordar que esta frase concuerda totalmente con la idea del dualismo mesiánico; aspecto clave de la religión civil estadounidense. Vemos, por tanto, en esta frase una justificación ética basada en un lenguaje religioso. El 17 de marzo del año 2003, en un comunicado, Bush advirtió a Saddam Hussein que tenía dos días de plazo para abandonar Iraq. De esta manera argumentaba Bush la guerra en este discurso: Al hacer cumplir las exigencias justas del mundo, también honraremos los acuerdos más profundos de nuestro país. A diferencia de Saddam Hussein, creemos que el pueblo iraquí merece y es capaz de la libertad humana. Y cuando haya salido el dictador, pueden sentar un ejemplo para todo el Medio Oriente de nación vital y pacífica y autónoma. Estados Unidos, junto con otros países, se dedicará a promover la libertad y la paz en esa región. No se logrará nuestro objetivo de la noche a la mañana, pero se puede lograr con el tiempo. El poder y el atractivo de la libertad humana son sentidos en cada vida y en cada tierra. Y el mayor poder de la libertad es triunfar sobre el odio y la violencia, y dedicar los dones creativos de los hombres y las mujeres a la búsqueda de la paz.140

En este párrafo, el mesianismo estadounidense es evidente cuando Bush señala el deber de su país de liberar el pueblo iraquí. Junto a esto, se pueden apreciar elementos del dualismo cristiano al final del fragmento, cuando comenta que la libertad debe triunfar sobre el odio y la violencia. Por último, expone cual será la misión de los EEUU en el Medio Oriente. Dicha misión consistirá en promover la libertad y la paz, elementos que durante el trabajo venimos relacionando con el “bien”. Dos días más tarde, Bush anunció el comienzo de la lucha por el desarme del gobierno iraquí. Contra todo pronóstico, casi tres cuartas partes de la opinión pública estadounidense estaban a favor de dicha guerra. Esto fue el resultado del éxito conseguido por la administración Bush de relacionar el 11-S con Saddam Hussein, es decir, un acto terrorista que se había convertido en icono del “mal” con una persona que era un enemigo de los Estados Unidos desde más de una década. En esta anunciación, desde el principio Bush dejo claro que dicha intervención militar se realizaba en defensa propia. Tal y como hemos visto en anteriores comunicados, Bush explicaba que en cualquier momento podían ser atacados de nuevo. Por ello, basaba su comunicado en que la mejor defensa era un buen ataque, en este caso, una guerra entre la Iraq de Hussein y los Estados Unidos de Bush. De esta forma lo expuso Bush en este discurso:

140

Unlike Saddam Hussein, we believe the Iraqi people are deserving and capable of human liberty. And when the dictator has departed, they can set an example to all the Middle East of a vital and peaceful and self-governing nation. The United States, with other countries, will work to advance liberty and peace in that region. Our goal will not be achieved overnight, but it can come over time. The power and appeal of human liberty is felt in every life and every land. And the greatest power of freedom is to overcome hatred and violence, and turn the creative gifts of men and women to the pursuits of peace.

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A mis órdenes, fuerzas de la coalición han empezado a atacar objetivos seleccionados de importancia militar para minar la habilidad de Saddam Hussein de hacer la guerra. Estas son las etapas iniciales de lo que será una campaña extensa y concertada. […] Cada nación en esta coalición ha optado por asumir el deber y compartir el honor de servir en nuestra defensa común. […] A todos los hombres y las mujeres de las fuerzas armadas de los Estados Unidos actualmente en el Medio Oriente, la paz de un mundo en conflicto y las esperanzas de un pueblo oprimido dependen de ustedes ahora. Esa confianza está bien puesta.141

En estas frases que forman parte del inicio del comunicado, Bush expone que la intervención militar se está llevando a cabo con el propósito de que Saddam Hussein no pueda librar la guerra. La confrontación que está llevando a cabo EEUU es en defensa de las naciones del “bien” que están amenazadas por ese “mal” que quiere destruir las libertades del mundo occidental. A posteriori de esa frase, Bush hizo alusión a las diferencias entre ambos bandos, enfatizando las bondades de unos y las maldades de otros: Lo enemigos a quienes se enfrentan llegarán a conocer su destreza y valor. El pueblo que liberen será testigo del espíritu honorable y decente de las fuerzas armadas estadounidenses. En este conflicto, Estados Unidos enfrenta a un enemigo que no tiene respeto alguno por las convenciones de guerra o las reglas de la moral. Saddam Hussein ha colocado tropas y equipo iraquíes en zonas civiles en un intento por usar hombres, mujeres y niños inocentes 142 como escudos para sus propias fuerzas armadas: una atrocidad final contra su pueblo .

En este fragmento del comunicado de Bush podemos ver como otorga valores como la destreza, la honorabilidad o el valor a los que van a combatir por la liberación del pueblo iraquí. En su contra, expone que el enemigo no respeta ningún tipo de regla moral. Acusa a Saddam Hussein de utilizar a niños y mujeres como escudos humano. De esta manera, como ya hemos podido ver en anteriores discursos, primero expone como son aquellos que van a luchar por el “bien”, para después, contraponerlo con la “maldad” que categoriza a Hussein. Vemos aquí también una visión dualista de la realidad.

141

On my orders, coalition forces have begun striking selected targets of military importance to undermine Saddam Hussein's ability to wage war. These are opening stages of what will be a broad and concerted campaign. […] Every nation in this coalition has chosen to bear the duty and share the honor of serving in our common defense. […]To all the men and women of the United States Armed Forces now in the Middle East, the peace of a troubled world and the hopes of an oppressed people now depend on you. That trust is well placed. 142

The enemies you confront will come to know your skill and bravery. The people you liberate will witness the honorable and decent spirit of the American military. In this conflict, America faces an enemy who has no regard for conventions of war or rules of morality. Saddam Hussein has placed Iraqi troops and equipment in civilian areas, attempting to use innocent men, women and children as shields for his own military -- a final atrocity against his people.

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Antes de despedirse de la manera tradicional refiriéndose a dios y a la esperanza de que sigan siendo bendecidos ellos y las naciones que los protegen (“Que Dios bendiga a nuestro país y a todos los que lo defienden”143), Bush hace referencia a la libertad que deben defender y que deben exportar de manera mesiánica. Junto a ellos, al final de la frase utiliza el término “prevaleceremos”, lo cual claramente está basado en la predestinación, es decir, en que al ser una nación “elegida”, su destino está asegurado: Mis conciudadanos, los peligros para nuestro país y el mundo serán superados. Nos sobrepondremos estos tiempos de peligro y cumpliremos con la obra de la paz. Defenderemos nuestra libertad. Llevaremos la libertad a otros y prevaleceremos.144

Como último discurso realizado por Bush a analizar se ha elegido la que realizo el 1 de mayo del 2003, cuando anunció el final de las principales operaciones militares en Iraq. Dicho discurso fue muy criticado en los días siguientes debido a un cartel que colgaba en el portaaviones desde el que Bush realizó el discurso y que decía, “Mission Accomplished” (Misión Cumplida). Las críticas se desataron debido a que la prensa, en general, consideraba que daba el mensaje erróneo de que todo había acabado, lo cual no era cierto. Al inicio de este comunicado, Bush comenzó otorgando, como era habitual, valores positivos a las personas que fueron a combatir a Iraq. Pero en vez de decirlo de una manera corriente, expreso la certeza de que dichos valores serían visualizados por los civiles iraquíes, expresando de esta manera que su misión en Iraq era del agrado de la población iraquí: Cuando los civiles iraquíes examinaron los rostros de nuestros soldados, vieron fuerza y bondad y buena voluntad. Cuando miro a los miembros de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, veo lo mejor de nuestro país, y es un honor para mí ser su Comandante en Jefe.145

En otro fragmento mencionado por el presidente más adelante, comenzó hablando sobre la tradición histórica de los EEUU de ser exportadores de la libertad, concepto que está muy unido a su carácter mesiánico. Junto a esto, expresa que tienen el compromiso de llevar la libertad a los lugares donde considera que no lo hay: 143

May God bless our country and all who defend her.

144

My fellow citizens, the dangers to our country and the world will be overcome. We will pass through this time of peril and carry on the work of peace. We will defend our freedom. We will bring freedom to others and we will prevail. 145

When Iraqi civilians looked into the faces of our servicemen and women, they saw strength and kindness and goodwill. When I look at the members of the United States military, I see the best of our country, and I'm honored to be your Commander-in-Chief.

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Nuestra dedicación a la libertad es una tradición de los Estados Unidos, declarada durante nuestro establecimiento, afirmada en las Cuatro Libertades de Franklin Roosevelt, aseverada en la Doctrina de Truman y en el desafío de Ronald Reagan al imperio del mal. Estamos comprometidos a la libertad en Afganistán, en Iraq y en una Palestina pacífica. La promoción de la libertad es la estrategia más segura para socavar el atractivo del terrorismo en el mundo. Cuando se arraiga la libertad, el odio da lugar a la esperanza. Cuando se arraiga la libertad, los hombres y las mujeres se dedican a la búsqueda pacífica de una vida mejor. Los valores estadounidenses y los intereses estadounidenses van en el mismo sentido: Defendemos la libertad humana.146

Otra frase que nos ayuda a ver como Bush emplea recursos religiosos mediante metáforas en este comunicado lo encontramos en la siguiente frase. En ella, Bush hace una referencia directa a la misión de los EEUU de defender los valores que son parte del “bien”, en este caso, la paz: Colaboramos con una amplia coalición de naciones que comprenden la amenaza y nuestra responsabilidad compartida de enfrentarla. El uso de fuerza ha sido, y sigue siendo, nuestro último recurso. Sin embargo, todos, tanto amigos como enemigos, han de saber que nuestra nación tiene una misión: Responderemos a las amenazas contra nuestra seguridad y defenderemos la paz. 147

En el último fragmento encontramos algo que no resulta muy común en los discursos que hemos analizado hasta ahora, una referencia directa de la Biblia. Antes de ello, hace mención a los soldados estadounidenses caídos en los combates, diciendo que cayeron luchando por una buena causa, la lucha contra el “mal”: Aquellos que perdimos fueron vistos por última vez mientras cumplían con su deber. Su acto final en esta Tierra fue combatir el mal y liberar a otros. Todos ustedes, todos aquellos que son parte de esta generación de nuestros militares, han respondido al llamado más noble de la historia. Están defendiendo a su país y protegiendo a los inocentes del peligro. Y dondequiera que van, llevan un mensaje de esperanza, un mensaje que es antiguo y más nuevo que nunca. En las palabras del profeta Isaías: "A los presos: 'Salid', y a los que están 148 en tinieblas: 'Mostraos'".

146

Our commitment to liberty is America's tradition -- declared at our founding; affirmed in Franklin Roosevelt's Four Freedoms; asserted in the Truman Doctrine and in Ronald Reagan's challenge to an evil empire. We are committed to freedom in Afghanistan, in Iraq, and in a peaceful Palestine. The advance of freedom is the surest strategy to undermine the appeal of terror in the world. Where freedom takes hold, hatred gives way to hope. When freedom takes hold, men and women turn to the peaceful pursuit of a better life. American values and American interests lead in the same direction: We stand for human liberty. 147

We're working with a broad coalition of nations that understand the threat and our shared responsibility to meet it. The use of force has been -- and remains -- our last resort. Yet all can know, friend and foe alike, that our nation has a mission: We will answer threats to our security, and we will defend the peace. 148

Those we lost were last seen on duty. Their final act on this Earth was to fight a great evil and bring liberty to others. All of you -- all in this generation of our military -- have taken up the highest calling of history. You're defending your country, and protecting the innocent from harm.

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Respecto a la referencia que emplea Bush, se trata de una pequeña frase del capítulo 61 de Isaías que Jesucristo empleo para proclamar que la profecía de Isaías del Mesias era verdad. Quizás lo que Bush pretendía con esto era afirmar que la guerra contra el terrorismo jugaba un importante rol en las profecías bíblicas.

And wherever you go, you carry a message of hope -- a message that is ancient and ever new. In the words of the prophet Isaiah, "To the captives, 'come out,' -- and to those in darkness, 'be free.'"

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CONCLUSIONES GENERALES El golpe que supusieron los atentados del 11 de septiembre en la sociedad estadounidense fue tan brutal que durante un tiempo no se supo cómo situarlo en el marco de la realidad. El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, comenzó llamando a lo sucedido como actos de terrorismo para posteriormente conceptuarlo como una lucha entre el “bien” y el “mal”. Junto con esto, empezó a dibujar a un enemigo omnipresente, capaz de volver a infligir un daño tan grande o mayor que la del 11-S. Dentro de este contexto, se le otorgaron poderes que trascendían lo que, a priori, le correspondía como presidente. Siguiendo los resultados ofrecidos por la encuesta realizada por la compañía Gallup, se puede apreciar que en los días posteriores a los ataques del 11 de septiembre hubo una subida espectacular de la aprobación de la administración Bush. Esto refleja que la gran mayoría de los estadounidenses vieron en George Bush la esperanza de poder guiar a la nación en los momentos más difíciles. A partir de estas fechas, y a lo largo del primer mandato de Bush como presidente, la opinión pública general fue descendiendo poco a poco, no sin diferentes altibajos producido por los acontecimientos. En Europa, en cambio, la visión no era la misma. El unilateralismo que ejercía Bush y sus discursos no eran del agrado de los europeos, en general. Esto se debía a que las bases sociales para que este tipo de discurso y política tuvieran éxito social no se cumplían al otro lado del Océano Atlántico. Como ya hemos explicado, en la retórica de Bush desaparecían conceptos como “maligno” o “pueblo elegido”, ya que, difícilmente podían causar en los europeos el mismo sentimiento que en EEUU. Por ello, se intercambiaban por otro tipo de términos, como “libertad”, “democracia” o “paz” para que el receptor extranjero lo entendiera bien. Dicho esto, es necesario matizar, que aunque el empleo de terminología religiosa no existía, éstos otros términos tenían connotaciones basadas en la cultura religiosa estadounidense. Para analizar en qué medida los elementos religiosos en los discursos de Bush estaban basados en una particular cosmovisión o en un arma política, el presente trabajo ha analizado una serie de comunicados ofrecidos por el presidente Bush desde el mismo día de los atentados, hasta la invasión de Iraq en 2003. En este punto, hay que matizar que los elementos que Bush utiliza ante el público estadounidense no son una creación suya, sino que se basan en la cosmovisión que tiene el americano medio, al cual Bush pertenece. Cuando Bush emplea términos como “bien” o “mal”, no está creando una idea y trasladándola al receptor de sus discursos, sino que está conectando con la concepción de la realidad del receptor. Es decir, el empleo de dichos términos, entre otros, sirve para que el receptor entienda perfectamente lo que Bush y su administración quiere que entienda. Junto con esto, hay que añadir que, el autor relaciona distintos conceptos que a priori no deberían tener

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conexión. Pero al emplearlos en contextos discursivos específicos, crea una conexión entre ambos significados. Uno de los aspectos principales que se ha tratado en este trabajo y que es uno de los pilares centrales en la retórica que emplea Bush es el orden moral que plantea. Dicho orden moral, basado en la visión bipolar del mundo, dividiendo ésta entre “buenos” y “malos” (siempre desde la base de que ellos son el “bien” por voluntad divina) forma parte del juego político. Aunque en un principio se pudiera suponer que al emplear dichos elementos Bush estuviera dejando de lado el terreno político y se estuviera basando en la teología, lo cierto es que no es así. Dicho orden moral era empleado de forma política, ya que, los conceptos del “bien” y del “mal” se relacionaban con otros para darle ese sentido político. De esta manera, sobre la base del “bien” se sustentaban elementos como la libertad, la democracia o la paz, entre otras muchas. Al mismo tiempo, ligados al “mal” estarían términos como terror, autoritarismo o dictador. En el caso del “bien”, a los grupos que se incluyan en este lado de la moneda se les asociaba con la solidaridad, con la tolerancia, etc. Por otro lado, en el caso del “mal”, a los grupos incluidos en este lado se les asignaba la voluntad de asesinar indiscriminadamente, de crear armas de destrucción masiva, de reprimir las libertades, etc. Así, en diferentes contextos cambiaba el tipo de retórica, aunque siempre funcionara sobre la misma base. Tal y como se ha mencionado anteriormente, el objetivo principal de este trabajo es contestar a la interrogante de cuál es la finalidad última de la retórica empleada por Bush. No obstante, antes de responder a dicha pregunta, es preciso comentar que durante el transcurso de éste trabajo un nuevo interrogante se ha abierto. Tras analizar una serie de discursos ofrecidos por Bush en diferentes contextos, resulta evidente que, al menos, en los casos en que el presidente se dirige a la nación que gobierna, la religión juega un papel fundamental en dichos discursos. Se menciona a Dios en todos y cada uno de los comunicados, sin excepción; y junto a esto, se insta a la oración a los ciudadanos como recurso para tener un mejor futuro con el amparo de Dios. Por tanto, tomando en cuenta la importancia que el fundamentalismo religioso tuvo en la elección de Bush como presidente, es preciso preguntarse si la retórica empleada en los discursos que se dirigen a los estadounidenses está basado en la religión civil estadounidense o en los principios fundamentalistas. Lo cierto es que, aunque George W. Bush sí pertenezca a ese sector social que cree que la Biblia es la palabra directa de Dios, sus discursos no emplean el lenguaje propio de individuos que forman parte de dicho fenómeno social. El análisis de los discursos de Bush en el contexto nacional muestra que emplea una gran cantidad de elementos propios de la religión civil americana. En prácticamente todos los discursos realizados en un contexto nacional analizados encontramos referencias a Dios, a la libertad y al sacrificio, entre otras, que ayudan a mantener una serie de sentimientos en la ciudadanía que ensalzan un patrimonio nacional compartido. Incluso después de los ataques, Bush explica que Dios sigue estando de su lado y de que como pago ellos

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deben tomar la responsabilidad de acabar con el terrorismo que quiere romper los valores que Dios les ha concedido. En ese sentido, Dios apoya las accione militares en contra de, primero Afganistán, y después Iraq. Junto a esto, el tema principal del discurso de Bush es la libertad, término que repite una y otra vez en casi todos sus comunicados. Desde el primer discurso analizado, realizado el mismo día de los ataques, hasta el último, en el contexto de la intervención militar en Iraq, el presidente de los EEUU emplea el concepto de la libertad para expresar que mientras los EEUU defiendan esas libertades, la victoria estará asegurada. Por ello, la autodefensa se convierte en la primera justificación de la guerra contra el terrorismo. Junto a ello, es parte de la responsabilidad que tiene EEUU con el mundo exportar dichas libertades, en especial a las gentes de Afganistán e Iraq. Por lo tanto, la guerra se convierte en una noble misión para todos los estadounidenses. Bush asegura que las víctimas de los atentados del 11 de septiembre murieron como héroes. Dicha afirmación tiene una función integradora de la sociedad, ya que, trata de crear solidaridad en los estadounidenses desde el dolor. Por lo tanto, mediante el ejemplo que este trabajo demuestra, se confirma la concepción de la religión civil antes descrita como un mecanismo político que crea unidad en la sociedad y que sirve políticamente para llevar a cabo diferentes propósitos desde las esferas de poder. En el caso de Bush, la religión civil que este trabajo visualiza en la retórica de Bush sirve para unificar a la sociedad norteamericana en pos de una aceptación social de la guerra contra el terrorismo. Como ya se ha mencionado, Bush no fue el primer presidente en emplear la religión civil dentro de sus comunicados para conseguir sus propósitos políticos. Los predecesores de Bush no solo lo emplearon para recordar a la gente su identidad, sino también para manejar crisis como la Gran Depresión, las dos Guerras Mundiales, la Guerra Fría, etc. Bush puede que lo empleara de una manera mucho más intensa, llegando al límite del marco de posibilidades de la religión civil en los discursos, pero tampoco se mueve más allá de ella. Por ello, podemos indicar que la idea generalizada de que Bush traslada sus creencias personales a la política mediante su retórica posterior al 11-S no se sostiene. Esto se debe a que, por un lado, la religión civil americana logra explicar todas sus referencias religiosas; y por el otro, los elementos propios del fundamentalismo son inexistentes. Aunque el comportamiento de Bush haya podido causar confusión en la comunidad internacional, esto no es sino otra muestra de cuan diferente es el sistema de valores estadounidense comparado con el de las naciones europeas. Junto con esto, vemos como dentro de la sociedad estadounidense los presidentes deben mantenerse en un marco, puesto que, para mantener la aceptación social no se deben tocar los bordes. Es decir, no se debe exportar la fe personal, ni tampoco declararse ateo.

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Pero entonces, ¿por qué se considera la religiosidad de Bush mayor que la de otros presidentes anteriores que también empleaban la religión civil en sus discursos? Lo cierto es que la respuesta esa interrogante no se encuentra en los discursos políticos más importantes de Bush. Se debe tomar en cuenta que siendo George W. Bush presidente de los Estados Unidos en el momento de realizar los discursos analizados, es lógico pensar que éstas estarán elaboradas meticulosamente por asesores políticos que no saben que una religiosidad muy elevada puede ser tremendamente perjudicial. El caso del intento de Pat Robertson de ser nominado para ser el candidato republicano a la presidencia a finales de los ochenta demuestra este hecho. El fracaso de Pat Robertson demostró que el estadounidense medio, aunque sí vea necesario que los cargos públicos tengan fe religiosa, rechaza la presencia de fanáticos religiosos en la política. A sabiendas de esto, los asesores de la Casa Blanca quisieron mantener la religiosidad de Bush en unos niveles controlados. Así lo explica el que fuera Asistente Especial de Bush: La orientación religiosa de George W. Bush era el aspecto más cuidadosamente controlado de su imagen pública. Para que el ganara la nominación republicana, los conservadores religiosos debían estar convencidos de que su fe religiosa era genuina y evangélica. Pero para ganar las elecciones generales, Bush necesitaba ser visto como corriente, y no “demasiado” religioso. […] Fuera de los ojos del público el gobernador Bush estaba participando mucho espiritualmente. Tanto si se estaba juntando con líderes religiosos en Austin, o hablando a grupos eclesiásticos, el enfatizaba una única cosa: su fe personal en Jesucristo. […] Él moldeo este mismo enfoque durante su presidencia – silenciosamente tranquilizando a los líderes cristianos y a las audiencias cristianas sobre su apasionada fe personal mientras que intentaba preservar una imagen pública moderada. Mediante esto, estaba jugando la carta religiosa más que ningún otro presidente americano. (Kuo, 2006: 123-125)

Vemos en el fragmento del libro de David Kuo la respuesta a la hipótesis principal de partida del trabajo, la cual consistía en saber si los elementos religiosos responden a una intencionalidad política o, en cambio, a una cosmovisión determinada. Lo cierto es que la respuesta resulta un tanto engañosa, puesto que no se puede saber hasta qué punto los comunicados de Bush estaban preparados o en qué medida el presidente le daba un toque personal. No obstante, tal y como hemos expuesto en este trabajo, tomando en cuenta la enorme importancia de la posición política de Bush, sería lógico pensar que la mayor parte de los discursos estuvieran meticulosamente preparados. Junto con eso, el trabajo ha presentado diversos aspectos que tratan la religiosidad personas de Bush. Lo cierto es que el fervor religioso de Bush es casi incuestionable. Esto, unido al hecho de que el control de la imagen pública de Bush era de vital importancia en la Casa Blanca, nos indica que, en cierta medida, el gabinete de Bush pudiera tener miedo de que Bush resultara excesivamente religioso. Por todo ello, podría pensarse que, a fin de cuentas, no es la teología la que dirige las políticas de la administración Bush, sino que el uso de elementos religiosos era empleado estratégicamente con el objetivo de conseguir apoyo social y legitimidad.

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Por último, es necesario indicar que aunque la gran mayoría de la población estadounidense considere a su nación secular, esto no es así. Desde el principio hemos visto como la sociedad norteamericana está repleta de símbolos religiosos, que forman parte de su identidad nacional. Esta religiosidad con la religión civil como pilar fundamental que sacraliza diversos aspectos de esa identidad, tiene su base en el cristianismo (aunque no promueva una fe en concreto). Este hecho causa que no exista una igualdad real entre todas las religiones, ya que otras, tales como el hinduismo, el islam, el budismo… son menospreciadas al lado del cristianismo. Junto a esto, los símbolos sacralizados realizan una función silenciosa que tiene un gran parecido con el “nacionalismo banal” que expuso Michael Billig en su obra Banal Nationalism. En dicho trabajo, Michael Billig afirma que en las naciones asentadas, la reproducción de la identidad nacional se da, en gran medida, gracias a los símbolos “silenciosos” que forman parte de esa identidad nacional. En este caso, el término “silencioso” hace referencia a elementos que no se perciben conscientemente en el día a día, debido a lo comunes que son. Vemos algo parecido en la religión civil. Los aspectos del día a día que llevan consigo un aura religiosa son tan numerosos que es inevitable que terminen siendo desapercibidos. Aun siendo esto así, estos símbolos sirven de recordatorio “silencioso” de que la identidad nacional estadounidense va estrechamente ligada a una tradición religiosa cristiana.

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TÉTREAULT, M.A., “Contending Fundamentalism: religious revivalism and the modern world”, en TÉTREAULT, M.A. y DENEMARK, R.A. (Ed.) Gods, guns & globalization: religious radicalism & international political economy, Lynne Rienner, Boulder, 2004

Recursos Electrónicos: Discursos realizados por el presidente George W. Bush 

Statement by the President in Address to the Nation (11/09/2001): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2001/09/



President's Remarks at National Day of Prayer and Remembrance (14/09/2001): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2001/09/200109142.html



President Declares "Freedom at War with Fear" (20/09/2001):

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http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2001/09/200109208.html 

President: FBI Needs Tools to Track Down Terrorists (25/09/2001): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2001/09/200109255.html 

President's Remarks at the United Nations General Assembly (12/09/2002): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2002/09/200209121.html



President George Bush Discusses Iraq in National Press Conference (06/03/2003): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2003/03/200303068.html



President Bush Outlines Iraqi Threat (07/10/2002): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2002/10/200210078.html 

President George Bush Discusses Iraq in National Press Conference (06/03/2003): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2003/03/200303068.html



President Says Saddam Hussein Must Leave Iraq Within 48 Hours (17/03/2003): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2003/03/200303177.html 

President Bush Addresses the Nation (19/03/2003): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2003/03/2003031917.html 

President Bush Announces Major Combat Operations in Iraq Have Ended (01/05/2003): http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2003/05/2003050115.html

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