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Domingo 2 de diciembre de 2012 Nº 80
Solo Gualberto Andrés Moncada
El cantante de “María Antonia” lleva 24 años sobrio. Dicharachero y romántico dice que la mayor riqueza es el amor de su pueblo P/24 y 25 Narcoturismo a la orden
Corotos al dente
En Medellín, Colombia, se pueden visitar las mansiones que Pablo Escobar construyó. Un paseo por la vida del capo
En la vía entre San Cristóbal y Barinas hay un restaurante donde los contornos son los cachivaches de ayer
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Actualidad
Fotografiarse con un capo
Cortometraje
Superproducción Lucas García @LucasGarciaP
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lego a casa de mi viejo y huele a guiso. Sale de la cocina con la cara enrojecida y sudada, un delantal blanco sobre el que hay manchas de onoto y unos brochazos que podrían ser de pimentón o de sangre. –¿Estás preparado? –dice. ¿Estás de verdad preparado? –Estamos hablando de unas hallacas, ¿no? –digo con cierto nerviosismo. Hay algo en los gestos de mi viejo que me da la impresión de que deberíamos estar preparados para otra cosa: un ataque de los comanches o una carga de la brigada ligera. –¿Y de qué otra cosa vamos a hablar, mijo? –me dice con los ojos en blanco. Me lleva a la cocina. Hay un pequeño batallón de familiares dispuestos en la mesa, picando cebollas y ajos, adobando carnes porcinas y vacunas. Mi viejo me lleva aparte. –Mira –me dice. Abre una alacena y adentro se apilan frascos de aceitunas y alcaparras. –Hice un negocio con unos chinos en Quinta Crespo –dice mi padre–, empecé a pagar este lote desde septiembre. Me adelanté a las subidas de precio y la posible escasez. Trascendí el acaparamiento, hijo mío. Mi viejo mira los frascos con esa mezcla de locura y cariño que los malos de James
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Bond reservan a los misiles que están a punto de despegar rumbo a Washington o Moscú. En los fogones unas cacerolas enormes van llenando de humo la cocina. Familiares que desconozco echan los ingredientes. Mi viejo los dirige a veces como un emperador magnánimo y a veces como el comandante general del Gulag. –Esto necesita más sal – opina–, el fuego tiene que estar más bajo. ¿Qué pasa con esas hojas? Empiezo a entrever a escala de la operación, que dicen los tipos de la DEA. Veo pilas de hojas verdes con las que se podría construir una aldea en Vietnam. La masa de las hallacas necesita una mesa aparte y se eleva como una cordillera de Los Andes de Harina Pan. –Papá, ¿cuántas hallacas vamos a hacer? –Más de cien, seguro –dice mi viejo resoplando. Parece maravillado por la escala de los acontecimientos. Agarra el libro rojo de Scannone y me lo zarandea en las narices. –¡Esto es nuestro Corán, hijo mío! Y, bueno, si el Ayatola hiciera hallacas, fuera mi padre. Mi esposa me llama al celu. –¿En qué andas? –pregunta. ¿Cómo va lo de tu papá? –Una superproducción – digo asustado.
Directora: Toña Bethencourt Diseño: Pedro Rafael Pérez Q. Redactor: Boris D. Saavedra R. Colaboradores: Aline dos Reis, Esteban Pérez Ruiz, Oriana Rivas, Nadia Gonçalves, Leonardo Angulo, Omar Osorio Amoretti y Fabricio Rojas. Articulistas: Lucas García y Héctor Torres email:
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Turismo sobre narcos y tumbas Hoy Medellín recibe más turistas que de costumbre: todos van al sepulcro de Pablo Escobar Gaviria, muerto un 2 de diciembre. La última novedad es el Pablo Escobar Tour que recorre los sitios donde el “patrón” hizo vida
Criss Monterrey @crissmonterrey
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ás de 20 mil personas asistieron al entierro en 1993. Ahora, en el cementerio Jardines Montesacro, de Medellín, donde reposan los restos de Pablo Escobar Gaviria, se pueden comprar estampitas del narcotraficante con la oración que le compuso una anciana: “Multiplícame cuando sea necesario, haz que desaparezca cuando sea menester. Conviérteme en luz cuando sea sombra, transfórmame en estrella cuando sea arena”. Colombia lleva décadas tratando de borrar su imagen de país productor de cocaína y sanguinarios carteles. Pero hace unos años decidió darle la vuelta a la moneda y sacarle el jugo al tema a través de narconovelas, el narc decó (estética del narcotráfico) y el narcoturismo, en el que los visitantes conocen las opulentas mansiones de quienes controlaron el negocio en los 80. Esta última no cuenta con la aprobación del go-
bierno, pero en las calles de Medellín se dice que el desparecido jefe del narco citadino es el mejor Ministro de Turismo para Antioquia. Ciertamente, quienes viajan a “Medallo” van impulsados por la historia del capo. Lo asombroso, por no decir absurdo, es que ahora pueden hacerlo a través del Pablo Escobar Tour. Consumada obsesión Oscar Cantor tiene 30 años y se obsesionó con Escobar Gaviria desde niño, cuando un carro bomba estalló frente al diario El espectador. Cantor asistió a un tour sobre “El Patrón” en Medellín, pero regresó decepcionado. “Me pareció pésimo, el guía trataba mal a la gente y yo sabía más detalles de Pablo que él. En ese entonces dije que armaría mi propio recorrido”. El Pablo Escobar Tour que Cantor concibió cuenta con dos modalidades: una versión de 4 horas en la tierra natal del capo, en la que por 50 dólares puedes conocer su tumba y una de sus casas, y un viaje de 4 días
que empieza en Bogotá y termina en Medellín. Este último cuesta 1.000 dólares, pero no incluye estadía en Bogotá. Allí los turistas conocen el Museo de la Policía, donde reposan algunas pertenencias de Escobar como motos con enchapes de oro y sus armas, además de una imagen en cera de su cadáver. La ruta sigue al Senado de la República (el narcotraficante fue parlamentario de 1982 a 1984), el edificio del DAS que Escobar mandó a dinamitar en 1989, el edificio Mónaco donde vivió y el Palacio de Justicia, donde guerrilleros del M19 quemaron, supuestamente por orden suya, los expedientes necesarios para su extradición. El punto álgido del viaje es la Hacienda Nápoles, que representa el imperio de Pablo Escobar. Ubicado en el Magdalena Medio, a cinco horas de Bogotá. Nápoles fue considerado el mejor zoológico del mundo, con rinocerontes, elefantes, camellos, hipopótamos, cebras, jirafas, grullas, impalas, venados, dantas, canguros, flamencos, avestruces y las únicas lo-
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Ciudad taquicardia
Escoltas Héctor Torres @Hectorres
Archivo
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ras negras en cautiverio del mundo, que costaron 50 mil dólares. De ese esplendor solo quedan fotos, pues al morir Escobar la finca fue saqueada por campesinos en busca de dinero, y los animales murieron de hambre, fueron asesinados o transferidos a zoológicos, donde los encargados se quejaban de que el presupuesto de todo un año no alcanzaba para alimentar por un mes a las exóticas especies. Sin embargo los turistas pagan por estar en la antigua mansión del patrón. La Nápoles ahora es un parque temático con dinosaurios de concreto por todas partes (una especie de Jurassic Park antioqueño) y más de 20 hipopótamos, los únicos animales que quedan en el lugar. Esto no impide que los visitantes se tomen fotos en la avioneta matrícula HK 617-P que reposa sobre el portón principal, en la que su dueño coronó su primer envío de cocaína a Estados Unidos. El tour incluye la Plaza de Eventos de la Nápoles, los restos de la mansión, la pista de aterrizaje y la oxidada colección de autos clásicos de Escobar. En los 2 días restantes, el tour va al barrio Pablo Escobar en Medellín (allí el capo regaló 500 casas a fami-
lias que vivían en el basurero de Moravia), el cementerio San Pedro (donde moran algunos de sus sicarios), la casa en la que fue abatido en el barrio Los Olivos y su tumba en Jardines Montesacro, “el barrio de los acostados”, donde descansa el narco junto a sus padres. El tour termina en la casa-museo administrada por Roberto, el hermano mayor de Escobar. Broche de oro Roberto Escobar, alias El Osito, fue condenado a 26 años de prisión por enriquecimiento ilícito, narcotráfico y secuestro extorsivo, pero pagó 12 años. En el penal de máxima seguridad de Itagüí abrió un sobre bomba que lo dejó ciego y parcialmente sordo. Ahora recibe a los turistas en su casa, vende fotos con su huella digital y reparte autógrafos como si fuera un rockstar. Es el broche de oro del tour. Ubicada en El Poblado, la casa fue una de las tantas residencias – 30 se calculan– que Escobar mandó a construir en su época de escape y es la delicia de los turistas, pues pueden tomarse fotos dentro del primer carro de Pablo (un Wartburg alemán de colección), tocar un Di-
Historia sin fin 4 La población más joven de Colombia está en Medellín. La mayoría no sobrepasa los 35 años. El ex alcalde Alonso Salazar afirma que si se coloca una cruz donde cayó cada muerto en la época de Escobar, la ciudad sería un camposanto gigante. 4 Tyson, uno de los sicarios del cartel de Medellín, está enterrado en un mausoleo con equipo de sonido sin fin para que escuche música en la eternidad. 4 Oscar Cantor planea hacer un juego de mesa con todos los personajes del narcotráfico colombiano, pero teme que el gobierno se lo decomise.
vino Niño que le regaló Doña Hermilda, su madre, y entrar en una caleta en la que caben tres personas de pie. Y a quienes le preguntan por la muerte de su hermano, Osito responde: “Él se suicidó de un tiro en la oreja porque no se iba a dejar coger de los gringos”.
a vida es un juego que consiste en fingir hartazgo cuando se tiene hambre. Que es como decir que mostrar una necesidad vehemente por algo es el camino más seguro para no obtenerlo. Si me pidieran un ejemplo que ilustrara esta máxima, yo les diría que vayan a pedir un crédito a un banco y la entenderán a la perfección. Pero eso ya lo explicó brillantemente, en lenguaje culinario, la activista social Naky Soto, cuando señaló que hacerle seguimiento a los proyectos es como freír tajadas: si te quedas viéndolas nunca terminan de estar, pero basta que les quites la vista de encima para que se quemen. Hay un punto de equilibrio, pues. Pero algo en nuestro ADN nos impide encontrar ese punto. Nuestra naturaleza nos hace vivir en el exceso y en el descomedimiento como condición natural de vida. Nos movemos en el eterno plus, en el superlativo. De todo y para todo. Como resultado de vivir en una sociedad de instituciones raquíticas (por seguir con las metáforas alimenticias), nuestro mayor fingimiento es el poder. En las sociedades de instituciones sólidas, el ciudadano tiene al alcance el poder de las leyes. Pero entre nosotros, al vivir en una permanente vulnerabilidad ante la aplicación discrecional de las mismas a cargo de terceros, fingir poder es uno de nuestros mayores activos. Y ese poder se manifiesta a través de los más disímiles símbolos. Desde la modesta camisa roja hasta los ocho escoltas que un funcionario le usurpa a la ciudadanía, pasando por toda forma de opulencia (camioneta inmensa, celular de última generación, pistola visible, “chapa”), cualquier demostración de poder sirve para sentirse con un cupón extra para cuando la circuns-
D tancia lo exija. Los clásicos siempre socorren cuandounoquiere explicar una situación. En este caso se trata de una historia de Chéjov. Un hombre contrata a un carretero para cruzar el bosque. Anochece en medio de la travesía y el hombre se pone paranoico estando a solas con el carretero en la oscura soledad del bosque, por lo que adopta la torpe estrategia de pretender disuadirlo de cualquier agresión, mintiendo sobre las armas que lleva en su equipaje. Tanto, que logra finalmente que el carretero, aterrorizado, abandone la carreta con todo y pasajero, en medio del bosque. Se le fue la mano, como diríamos por aquí. Más o menos eso es lo que le pasa a los escoltas de“personalidades”en la Venezuela bolivariana. De tanto querer infundir temor, de tanto querer demostrar poder, se les va la mano. Entre masa muscular forjada en gimnasios, ropa “chupi”, cacha de pistola visible y moto de fantasía, se forjan una imagen tan imponente, tan de Max Steel criollo, que los malandros que ambicionan esos inalcanzables símbolos de estatus, no los enfrentan, les disparan cobardemente para proceder luego a despojarlos de sus pertenencias. Esa actitud y adoptar el aire de poder del“chivo”que escoltan, pretendiendo ir por la vida con esa“voz de mando”, repartiendo gritos y manoteos, producen no pocos desenlaces fatales. No es casual que, en lo que va de año, hayan asesinado a doce escoltas de altos funcionarios. El caso de Rafael Ramírez debe ser digno del Guinnes: le han asesinado dos este año (uno en julio y otro en noviembre), el primero de ellos de quince tiros. Está bien fingir hartazgo cuando no se ha comido, pero la gula por el poder produce en algunos una letal indigestión.
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Saberes
@diaD_diario2001
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Padres que golpean a sus hijos, fueron víctimas en su infancia
Ecos de lectura
Cuando la violencia empieza en casa
Poeta de fusil Omar Osorio Amoretti @osorioamoretti
Dos estudiantes de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello desarrollaron un instrumento que es capaz de detectar si un padre es propenso a maltratar a sus hijos
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Camino oscuro Las investigadoras tomaron una muestra de 383 personas, compuesta por padres de niños entre cero y 12 años de edad. “El grupo denominado ‘agresores’ fueron 35 maltratadores infantiles confirmados que tenían antecedentes legales; por esta razón, la mayoría se encontraba privada de libertad y las restantes asistían a tratamiento en fundaciones y concejos de protección al menor. El grupo ‘población general’estuvo compuesto por 348 padres y madres de niños, estos fueron obtenidos en instituciones educativas del área metropolitana de Caracas y por ello se esperaba que presentaran un potencial de mal-
Cortesía de missmurder724
l Inventario de Potencial de Maltrato Infantil (Capi, en inglés) es un cuestionario que permite estimar las probabilidades que tiene un individuo de maltratar a un niño. Kaira Gámez y Franci Hernández, estudiantes de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), adaptaron este cuestionario a la realidad cultural venezolana. “A través de la aplicación de esta prueba es posible detectar en los padres o cuidadores características psicológicas y factores de riesgo que los predisponen a maltratar a sus hijos”, dicen. “El objetivo de nuestra investigación fue adaptar el Inventario Capi a nuestra cultura venezolana, con el fin de que sea posible su uso en el país”. El trabajo fue presentado en la Ucab como su tesis de grado. trato infantil significativamente menor que el grupo de‘agresores’”, describen las investigadoras. Golpe cotidiano Las ahora psicólogas, encontraron durante su investigación que varios autores justifican la violencia doméstica con los altos niveles de agresividad a los que diariamente está sometida la sociedad venezolana. Sin embargo, “no podemos afirmar que la violencia a la que están expuestos los venezolanos hoy sea la causa de que en los hogares el maltrato se convierta en una práctica natural. Tampoco es posible asegurar que esta práctica en las familias cause de forma directa los ele-
vados índices de agresividad de hoy; pero, lo que sí es seguro es que las experiencias tempranas determinan en gran medida la forma en la que el individuo se relacionará con su entorno, por ello, si la familia es el cimiento de la sociedad y en esta se instaura una cultura de maltrato, la violencia continuará propagándose”, dicen. Gámez y Hernández aseguran que este tipo de maltrato infantil encierra un círculo que agrita a la sociedad desde su formación más esencial.“Nosotras estamos convencidas de que el hecho de que la violencia se instaure dentro del hogar como una práctica habitual e incluso a veces como ‘la herramienta
más adecuada’ para educar a los niños, aumenta sustancialmente las posibilidades de que esos niños se conviertan en futuros perpetradores del maltrato”. Hay más trabajo “Actualmente contamos con una versión preliminar de la prueba con la que se puede detectar a un agresor con 86% de certeza. Sin embargo, ansiamos contar con el apoyo de las instituciones competentes para continuar realizando investigaciones que nos permitan perfeccionar el instrumento y estandarizarlo para su uso en el país”, las psicólogas siguen en su investigación.
Ficha técnica
Autoras: Kaira Vanessa Gámez Franci Hernández Extensión: 203 páginas Tipo de Investigación: Investigación Psicométrica Calificación: 19 puntos
Tutor: Prof. Janet Guerra
Sobre las autoras
Jurado: Prof. José Gregorio de Llano Prof. Alejandra Sapene Título Obtenido: Licenciadas en Psicología Institución Académica: Universidad Católica Andrés Bello Fecha: Julio 2012
Kaira Gámez tiene 22 años de edad. Actualmente se prepara para iniciar una maestría en Filosofía de la Ciencia. Franci Hernández también tiene 22 años. Y en la actualidad cursa pasantías de Psicología Clínica en el Hospital Militar de Caracas
Cortesía de las tesistas
Título: Adaptación Psicométrica del Inventario de Potencial de Maltrato Infantil (Child Abuse Potencial Inventory)
Si deseas postular tu tesis, escríbenos a
[email protected]
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o es un secreto que, debido a su marcada violencia política entre dos sectores políticos antagónicos, los años sesenta en Venezuela constituyen uno de los períodos más polémicos de nuestro siglo XX. Sin embargo, aquellos tiempos convulsos fueron también de una renovación estética importante en todas las artes de su momento. Fue la época de grupos literarios como El techo de la ballena (1961-1969) y Tabla Redonda (19591961), entre otros. La mayoría estaba influenciada por la ideología marxista, y fue este pensamiento el origen del espíritu combativo y libertario que les acompañó en cada una de sus obras. A esta generación perteneció Víctor Valera Mora (1935-1984), quien vuelve a estar disponible con esta Nueva antología, reeditada por Monte Ávila Editores Latinoamericana. La producción poética de Valera Mora se caracteriza por mantener un contenido político, muchas veces camuflado bajo un tono paródico o sarcástico, así como un culto por la mujer que oscila desde la óptica de la ternura hasta el erotismo más intenso. Pero no se entiendan tales palabras como sinónimo de panfleto o pornografía, pues en sus páginas existe una preocupación por la perfección del verso y la fuerza de la imagen poética, una imagen que, a diferencia de la mayoría de la poesía actual, está enmarcada dentro de un proyecto estético orgánico, contestatario y rebelde. Ya lo decía en su poema “Comienzo” de Canción del soldado justo. Su escritura es algo más que un divertimento. Se trata en el fondo de “Hacer de la poesía un fusil airado, implacable/ hasta la hermosura”. Como buen hijo de su época, para Valera Mora, el arte deber ser revolucionario, es decir, debe innovar su expresión, tener incidencia en la sociedad de su tiempo y sobre todo oponerse a cualquier forma de opresión que se ejerza desde el poder. No queda duda de que, si bien la izquierda alzada en armas en esa época terminó en un estrepitoso fracaso, aquella que alzó la pluma para combatir los valores estéticos tradicionales de la población dejó, en cambio, un importante legado. La lectura de esta antología nos aproxima satisfactoriamente a uno de esos exponentes que, con el pasar de los años, permanece como referente en los anales de nuestra literatura nacional. Pie de página Nueva antología Título Víctor Valera Mora, Autor Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2011
Gastronomía Popular
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Restaurante El sabor de la Acequia
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La sabana barinesa cobija bajo sus palmas de corozo numerosos secretos, como los que atesora un negocio en el que se puede comer entre pintorescos cachivaches
Se hace museo al entrar
Esteban Pérez Ruiz @Rekeops
“Y
sus propias manos inició la construcción de El sabor de la Acequia. Los muebles, de madera de saquisaque, también los fabricó él mismo al igual que los murales decorativos de piedras que ocupan muchas de las paredes del local.
Andino y barinés Antes de este local de comida, Chamingo tenía un negocio de reparación de cauchos en el poblado merideño de Tabay, pero trece años atrás le dijo adiós a las bragas de mecánico, prendió el fogón y se colgó un delantal. “Mi restaurante es como un rinconcito andino y barinés, y entre semana tengo aquí un puesto de verduras de Mérida”, añade. Dice que cambió las cumbres escarpadas por las llanuras amplias porque le gustaron tres cosas: el clima, el río Ticoporo y el gentilicio de sabana. Compró el terreno y, desde cero, con
Llano puro La especialidad de El sabor de la Acequia es la carne en vara, plato que se vende por peso y viene acompañado de ensalada campestre con cilantro, yuca y mojos. Si el cliente lo desea, la parrilla puede incorporar lechón a la brasa o pollo asado. Chamingo le otorga segundo lugar en la demanda al picadillo llanero, una carne troceada de manera muy menuda y espesada con un poco de harina de maíz. En cuanto a sopas, hay variedad, pero el comensal siempre tiene la razón.“Tratamos de tener todos los días una sopa diferente, pero las favoritas de la gente son el hervido de gallina, el de res y el mondongo. Aunque les puedo asegurar que todos los días hay una distinta”, indica González. Mención aparte merecen los pescados de río que el Restaurante Típico Cultural El sabor de la Acequia ofrece a quienes no se sienten atraídos por la carne en vara, el lechón ni el pollo asado como platos principales. La frescura del coporo, la cachama y el pabón que González ofrece no tiene nada que envidiarle al atún, el pargo y otros pescados de agua salada. Fritos o a las brasas, estos platos vienen acompañados de dos contornos que pueden variar entre yuca, ensalada y plátano frito. En el postre, el muy criollo cabello de ángel, le da un acento de añoranza a la comida llanera, mientras un café negro y humeante le pone a la degustación punto final y cerrero en una taza de peltre. El restaurante tiene capacidad para 80 personas y adicional a los servicios de comida, el propietario ofrece cuatro habitaciones en una posada contigua al local.
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en la entrada nos cuidan Bolívar, Juan Vicente Gómez y Ezequiel Zamora, así que coman tranquilos”, dice Domingo González con una sonrisa mientras muestra las estatuas, tamaño humano, de los personajes mencionados. Ha terminando el tour a los comensales. Seguidamente, una muchacha trae una bandeja donde reposa un kilo de carne en vara, troceada, humeante y haciéndole agua la boca a todo el que acabe de hacer el recorrido. El Restaurante El sabor de la Acequia es una parada obligada para los estómagos hambrientos y los ojos curiosos de los visitantes que se desplazan por la carretera entre San Cristóbal y Barinas. El local, una mezcla de casa de antigüedades, museo y restaurante, ofrece no solo maravillar con los objetos sin igual que aquí reposan, sino saciar el apetito con buena y generosa comida llanera, a precios muy honestos. Dueño y señor de este espacio tan peculiar, González atiende personalmente las órdenes y responde cualquier pregunta sobre el menú, los objetos de colección que posee o cualquier duda que manifiesten sus comensales. Eso sin dejar de animar a las personas a que lo llamen “Chamingo”, como se le conoce por cariño.
Esteban Pérez Ruiz
Curucutear gratis Máquinas antiquísimas de escribir, computadoras de viejo cuño, tortugas fosilizadas, piedras de lava, animales disecados… Es tal la cantidad de objetos que Domingo González exhibe en El Sabor de la Acequia, que la gente conoce al local como “el museo al aire libre”. “Llegan, pasan y ven… La entrada es gratis”, dice el dueño. Muchos de los objetos son petroglifos de la zona, vestigios de aborígenes ancestrales. “Uno de mis favoritos es el cerebro fosilizado de un animal prehistórico que encontré en Caño Grande –relata Chamingo mientras muestra una piedra monumental– Muchos arqueólogos han querido llevársela, pero prefiero tenerla aquí”, asegura.
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Ubicación Restaurant Típico Cultural El sabor de la Acequia
Dirección: Troncal 5, vía San Cristóbal, Acequias (después de pasar Socopó en Barinas). Abre todos los días de 7 am a 6 pm. Tlf: 0416-4739003
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Mini diva. Con poco más de 20 años, María Callas se dio el lujo de rechazar dos ofertas del director del Metropolitan Opera House de Nueva York: no quería cantar Fidelio en inglés, y el rol de “Butterfly” –en Madame Butterfly– no le parecía bueno para su debut en América.
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Evangelia y George, dos inmigrantes griegos en Nueva York, querían un varón, pero tuvieron que conformarse con ser los padres de Ana María Cecilia Sophia Kalogeropoulou, alias María Callas, la cantante de ópera más importante del siglo XX.
Despecho
En agosto de 1968, Onassis abandonó abruptamente a Callas para casarse con Jackeline Kennedy, la viuda del presidente John F. Kennedy. La cantante no pudo superar el mal trance y jamás lo perdonó.
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Corazón partido. Tres hombres marcaron a Callas: el industrial G.B. Meneghini, el cineasta Luchino Visconti y el millonario griego Aristóteles Onassis. Se casó con el primero, 30 años mayor que ella; se enamoró del segundo, aunque era homosexual, y vivió con el tercero hasta que la abandonó por la viuda de Kennedy.
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Su voz. El Conservatorio Nacional de Atenas fue clave en la canalización del excepcional registro de su voz y mintió para inscribirse pues no llegaba a los 16 años requeridos. Las sopranos María Trivella y Elvira de Hidalgo fueron sus maestras y en 1938 hizo su debut no profesional como “Santuzza” en Cavallerie Rusticana.
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Era capaz de reprender al público en plena ópera. Y volvían a adorarla. Tal día como hoy, hace 89 años, nació en Nueva York María Callas, la cantante que le dio voz y rostro al Bel canto
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Con mal pie
Como remedio. El apellido artístico de la soprano proviene de una farmacia de su padre. George llamó “Callas” a su negocio para evitar el complicado Kalogeropoulou. En 1937, María había regresado con su madre y su única hermana a Grecia.
Equipo díaD
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Otra Callas. Era alta y muy corpulenta, pero entre 1953 y 1954 la soprano bajó 36 kilos para interpretar a la tísica “Violetta” de La traviata. Al salir a escena nadie la reconocía.
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Mala mamá. Las relaciones entre la joven María y su madre fueron muy difíciles. Evangelia presionaba a su hija con las clases de canto y la atormentaba con el sobrepeso con el que la cantante habría de luchar toda su vida.
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El ascenso. Su carrera dio un giro con el maestro de orquesta Tullio Serafin, quien la dirigió en su debut italiano con La Gioconda –1947–, en la Arena de Verona. Serafin convirtió a María en la primera figura del bel canto operático en las temporadas venecianas de La Fenice con Tristán e Isolda, Turandot y La Valquiria.
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Fue divina. El día de su debut en La Scala de Milán tuvo un arrebato de cólera por la frialdad del público y abandonó la obra antes del final. Siete meses después, el 7 de diciembre de 1950, La Scala se rindió ante ella con una ópera de Verdi y nació su seudónimo “La Divina”.
Consagración. Al personificar en Florencia a “Norma”, de la obra homónima de Bellini, se posicionó definitivamente como la gran soprano de su generación y una de las mayores del siglo XX. Esa condición la mantuvo hasta la muerte.
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Callas forever. Una película de 2002, dirigida por el cineasta italiano Franco Zeffirelli, retrata los últimos días de la diva en los que sufría por la muerte de Onassis. Fanny Ardant hace el papel de “María” y Jeremy Irons, de empresario artístico.
Patito feo. Sus respuestas subidas de tono y su nada convencional vestimenta la convirtieron en blanco de la maledicencia del jet set estadounidense. Callas engalanó fiestas de Audrey Hepburn, Gregory Peck y Marlene Dietrich, pero siempre era vista como un “bicho raro”.
El cuarto hombre. El cantante italiano Giuseppe Di Stefano fue el compañero de María Callas en muchas de las más grandes interpretaciones que hizo. Por esa razón se le conoció siempre como “el tenor de la Callas”.
Humos subidos
La prensa le atribuyó un impasse con su marido por culpa del Alfa Romeo descapotable que le regaló al cumplir 29 años.“Si una artista ordinaria conduce un Cadillac, cariño –habría dicho–, ¿cómo puedo hacer yo lo mismo? ¿No soy diferente?”
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Con Grace Kelly. La española Paz Vega personifica a “La Divina”en la película que el francés Olivier Dahan rueda sobre Grace Kelly. Princesa y soprano fueron amigas y el filme retrata los seis meses que compartieron en 1962 en Mónaco.
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Todo por amor. En 1966, María Callas renuncia a la ciudadanía estadounidense y retoma la nacionalidad griega para anular su matrimonio con Meneghini. Se había enamorado frenéticamente del armador griego Aristóteles Onassis y deseaba un matrimonio que nunca se concretó.
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Vuelta atrás. Luego de un primer éxito profesional en Atenas –Tosca, 1942–, la soprano decide poner distancia con su progenitora y en 1944 regresa a EEUU a reencontrarse con su padre.
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Número 1. La famosa soprano alemana, Elisabeth Schwarzkopf, anunció en 1952 que no cantaría nunca más La traviata después de oírla con María Callas: “¿Cuál sería el sentido de hacerlo si otra artista lo puede hacer perfecto?”, dijo a la prensa.
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Muerte accidentada. María Callas falleció el 16 de septiembre de 1977 en su casa de París. Después de desayunar sintió un fuerte dolor en el pecho y antes de que llegara un médico se desmayó para no volver en sí. Las cenizas de su cuerpo incinerado fueron lanzadas al mar Egeo.
