Poder y Autonomía de la Mujer Mexicana. Algunos factores condicionantes.

July 26, 2017 | Autor: Irene Casique | Categoría: Empoderamiento De La Mujer
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Descripción

PODER DE DECISION Y AUTONOMIA DE LA MUJER MEXICANA ANÁLISIS DE ALGUNOS CONDICIONANTES

PODER DE DECISIÓN Y AUTONOMÍA DE LA MUJER MEXICANA ANÁLISISDE ALGUNOS CONDICIONANTES

AUTONOMA de M É x ~ c o UNIVERSIDAD NACIONAL Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias Cuernavaca, Morelos, 2004

HD6lOl h7C37

Casique, Irene Poder de decisión y autonomía de 1s mujer mexicana. Análisis de algunos condicionantes./ Irene Casique. Cuerna\-aca: VNAM, Centro Regional de Investigacioiies Multidisciplinarias, 2004. 80 p. ISBN: 970-32-1517-3 1. Mujer - Trabajo extradoméstico. 2. Empoderamienro p género. 3. Mujer - Mercado de trabajo Méxtco.

l

Catalogaci6n en publicacibn: Martlia

A.Frías - Biblioteca del (:Rlal

Diseno de cubierta: Poluqui Primera edición: 2004

O Universidad Nacional Autónoma de hIéxico, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, A\-. LTnil-ersidad s/n, Circuito 2, Col. Chamilpa, CP 62210, Cuernavaca, Morelos, hléxico.

Correo electrónico: crim@sen~idor.unam.mx Sitio en Internet: http://u?v\v.crim.unarn.ms

Impreso y hecho en México

Empoderamiento femenino: conceptos y relevancia D a t o s y métodos PODER D E DECISIÓN Y AUTONCIMÍA D E LAS MUJERES MEXICANAS

19

FACTORES CONDICIONANTES DEL PODER DE D E C I S I ~ N Y NIVEL D E ACTONOMIA D E LAS MUJERES EN MÉXICO

29

Relación global del trabajo extradoméstico con los niveles de poder de decisión y autonomía de las mujeres

29

Efectos de algunas características de la actividad extradoméstica femenina en los niveles de poder de decisión y autonomía de las mujeres Contextos urbanos y rurales como entornos diferenciados para el empoderamiento p autonomía de las mujeres Relación de las ideas y valores con el poder de decisión y autonomía de las mujeres

33

El status de la mujer dentro de la sociedad mexicana ha experimentado cambios importantes durante las últimas décadas. Un acelerado proceso de urbanización, el gran desarrollo de la industria, los sistemas educativos generalizados y el descenso de la fecundidad, entre otros factores, se mencionan con frecuencia como causas que han fachtado la incorporación de la mujer mexicana al mercado de trabajo (García y Oliveira, 1995). Grupos de mujeres tradicionalmente excluidos de la fuerza de trabajo, como es el caso de las mujeres casadas, se constituyeron en importantes sectores del mercado de trabajo durante las décadas de los ochenta y noventa. Esta incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo ha producido algunos cambios en los papeles que, por generaciones, han desempeñado las mujeres con respecto a la producción del ingreso familiar, y a la toma de decisiones familiares. La participación de las mujeres en el trabajo extradoméstico puede estar dando lugar a la definición de un nuevo escenario, donde la división tradicional de las funciones entre hombres y mujeres está cambiando, puesto que el hombre ya no puede ser visto como el único proveedor en muchos hogares. En algunas investigaciones previas sobre el tema en México, se ha encontrado evidencia parcial de un mayor nivel de poder de decisión de las mujeres que trabajan. Las mujeres trabajadoras

parecen tener un papel más activo en los procesos de toma de decisiones en el hogar, por su uso del ingreso familiar, planificación familiar, asignación de tareas y responsabilidades entre los miembros del hogar, etcétera. Además, las evidencias disponibles sugieren que las mujeres que trabajan fuera del hogar tienen mayor autonomía con respecto a sus esposos, que las mujeres que no trabajan (Benería y Roldán, 1987; Casique, 1999; Chant, 1991). E1 trabajo fuera del hogar podría incrementar la autonomía de las mujeres casadas, al exponerlas a nuevas ideas y actitudes acerca de su propio papel dentro del hogar, así como a la obtención de un ingreso propio (García y Oliveira, 1994; Caldwell, 1979). Cierta evidencia sugiere que las mujeres activas en la fuerza de trabajo muestran mayor libertad de movimiento que las mujeres que no trabajan fuera del hogar (García y Oliveira, 1994). Al mismo tiempo, investigaciones en diversos países sugeren que no en todos los casos la condición de actividad de la mujer está vinculada a un nivel diferencial de su poder de decisibn y autonomía dentro del hogar (Safilios-Rothschild, 1990; Sharma, 1990). E1 efecto del trabajo extradoméstico en los niveles de poder de decisión de las mujeres es aparentemente mediado por otras variables, como su nivel socioeconómico, la necesidad económica de la mujer para tener un trabajo, las ideologías de las mujeres y de sus esposos, y el contexto cultural. Diversos trabajos señalan diferencias importantes en cuanto al poder de decisión y autonomía de las mujeres según su status socioeconómico. Al parecer, las ganancias relativas en cuanto a la autonomía de las mujeres son mayores entre aquéllas con un nivel socioeconómico medio que entre las de uno bajo (García y Oliveira, op. cit.; Benería y Roldán, op. cit.; De Barbieri, 1984; Safhos-Rotlischild, cp. cit.). Idasdiferencias podrían responder a una más acentuada diferenciación ideológica respecto a los papeles propios para hombres y mujeres, así como a un menor interés explícito en la igualdad de

género entre las mujeres de la clase trabajadora (García y Oliveira,

op. cit.). En un trabajo anterior (Casique, 2001), no se encontraron evidencias de una relación significativa entre el trabajo femenino y el nivel de poder de decisión de la mujer mexicana dentro del hogar, aunque éste sí tiene un efecto positivo en su nivel de autonomía. Tal resultado se interpreta como consecuencia de la prevalencia de valores tradicionales en la definición de los papeles masculinos y femeninos. En otras palabras, las ideas y valores tradicionales que sostienen las mujeres respecto a su propio papel (y al papel del hombre) podrían estar inhbiendo los cambios en la dirección de incrementar su poder de decisión dentro del hogar. El objetivo general de esta investigación es realizar un análisis profundo de las relaciones que se establecen entre el trabajo extradoméstico de la mujer casada y el poder de decisión y la autonomía de la mujer en el hogar, lo que incluye elementos y aspectos no incorporados en investigaciones anteriores. Para eilo, se pretende el logro de cuatro objetivos específicos: a)

Revisar el efecto que el trabajo extradoméstico femenino está ejerciendo en los niveles de autonomía y poder de decisión de las mujeres mexicanas.

6) Examinar cuáles son las características del trabajo extradoméstico que parecen ejercer mayor efecto en la autonomía y el poder de decisión de las mujeres.

C) Examinar las particularidades y las diferencias entre actividad laboral femenina y poder de decisión y autonomía de la mujer casada en los contextos urbano y rural. d) Determinar la influencia de las ideas y los valores que sostie-

nen las mujeres - e n cuanto a las metas o logros apropiados

IRENE CASIQUE

para hombres y mujeretonomía en el hogar.

sobre su poder de decisión y su au-

EMPODERAMIENTO FEMENINO: CONCEPTOS Y RELEVANCIA

E n términos muy generales puede decirse que el empoderamiento femenino es aquel que otorga a las mujeres el acceso y el control sobre los recursos necesarios, así como el poder para tomar decisiones informadas (Ktshor, 2000). Dentro de la más reciente discusión sobre empoderarniento femenino se encuentran dos distintas conceptualizaciones de poder. La primera lo considera básicamente el "control sobre bienes materiales, recursos intelectuales e ideológicos", y entiende el empoderamiento como "el proceso de desafío de las relaciones de poder existentes y la adquisición de mayor control sobre los recursos de poder" (Batliwala, 1994). Desde esta perspectiva, el empoderamiento femenino presupone un desafío a las ideologías patriarcales, y da cuenta de todas y cada una de las estructuras de poder y de sus fuentes, sean éstas materiales o ideológicas. Una segunda definición -formulada en términos de recursos objetivos- comprende ese poder "en términos de poseer los recursos necesarios para alcanzar las propias metas" (England, 1997) y se fundamenta en una consideración amplia de los recursos: n o sólo se trata de recursos económicos, sino también de leyes favorables, reglas institucionales y normas informales. Por otra parte, esta definición acentúa la distinción entre tener acceso a los recursos y hacer uso de ellos. Lo cierto es que no existe una definición unívoca de poder, y que el poder de un individuo, digamos el de la mujer, es un concepto relativo, cuyo significado e implicaciones van atados al contexto particular en que tiene lugar.

Otro concepto estrechamente ligado al de poder es el de autonomía, en este caso de la mujer. En la literatura no hay una clara distinción entre ambos términos y, con frecuencia, se usan de manera indistinta. Algunos autores establecen la diferencia entre autonomía y poder por su carácter dinámico o estático: poder es visto como un concepto más "procesal", en tanto que autonomía es vista como un concepto estático, que refleja el nivel de poder de decisión de una mujer en un momento determinado (Jejeebhoy, 1997). Jejeebhoy (1995) identifica cinco aspectos que caracterizarían a una mujer autónoma: 1) desempeñar un papel activo en la familia y en la sociedad; 2) tener influencia real en las decisiones de la familia y en las decisiones sobre su propia vida; 3) libertad de movimiento y libertad de interacción con el mundo externo; 4) libertad para desarrollar cercanía e intimidad con su esposo, y 5) autoconfianza económica y social. Otros autores definen la autonomía como un elemento del empoderamiento, referido a la autodeterminación de los individuos, por ejemplo, la confianza en la propia capacidad para desarrollar determinadas tareas o acciones (McUhirter, 1991). Clarameate, el concepto no está libre de ambiguedades pero, en definitiva, tiene que ver con el control de los individuos sobre la propia vida (Jejeebhoy, op. cit.). E n el universo de encuestas periódicas mexicanas, la ausencia de preguntas dirigidas a la obtención de estos indicadores directos de autonomía y poder de decisión prevaleció hasta hace muy pocos años. No es sino a partir de los años noventa, cuando se desarrollaron más sistemáticamente los estudios sobre la autonomía y el poder de decisión de la mujer. A partir de entonces, se ha hecho evidente la relevancia de estas dimensiones sobre el status de la misma y la estrecha conexión con aspectos muy concretos

de su vida v del resto de los miembros de la familia, particularmente en la de los hijos. Inicialmente, como indicadores (indirectos) de la autonomía y el poder de decisibn de la mujer, se empleaban datos sobre su nivel educativo, su actividad económica, su edad al casarse, etcétera. N o obstante, estudi(rs recientes han demostrado la relevancia de contar con indicadores directos del poder de decisiGn y autonomía femeninos, que permiten identificar más claramente la naturaleza y la magnitud de su relacibn, por ejemplo, con procesos familiares y procesos sociodemográficos (Iiishor, 2000). Los estudios que abordan la autonomía y el poder de decisihn de la mujer, tanto en el nivel familiar como social, han alcanzado un auge particular durante las últimas dos décadas, poniendo de manifiesto la relacihn que guardan estas dos dimensiones con aspectos como el bienestar individual y familiar, la salud y el desarrollo social (Hanco Mundial, 2000; Sen y Batliwala, 1997). E l análisis de la autonomía y el poder de decisión de la mujer en el hogar aparece como de especial relevancia cuando se evidencia, por ejemplo, el efecto que tales dimensiones guardan con aspectos específicos de la vida de la mujer y su familia: la demanda y uso de métodos anticonceptivos, la escolaridad de hijos e hijas, la salud general de los miembros de la familia y la asistencia a centros de salud, etcétera (IGshor, op. cit.). Pero también, y quizás de manera particular, en países corno México, donde la investigacibn al respecto todavía es incipiente, es necesario tomar tiempo para analizar la autonomía y el poder de decisión de las mujeres, n o shlo en su relacihn con la dinámica familiar v los procesos demográficos, sino también como puntos de llegada en sí. Es decir, todavía es poco lo que se conoce sobre las condiciones generales de poder de decisibn y autonomía de las mujeres mexicanas, sobre los cambios que puedan estar experirnentándose sobre los factores que pudiesen propiciar cambios

I I

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;

en estas dimensiones. Menos se sabe aún de las diferencias étnicas y regionales que, a lo largo de nuestro país, intervienen y diferencian a las mujeres en términos de poder de decisión y autonomía. Desde esta perspectiva, es necesario continuar y profundizar en el estudio de los determinantes en el nivel individual y contextual de los procesos de empoderamiento y autonomía de la mujer mexicana.

El análisis desarrollado se basa principalmente en el uso de información proveniente de la Encuesta Nacional de Plrlnzficación FamiLirlr 1775 ( E N A P L A F 95). Esta encuesta contiene una serie de preguntas referidas a la toma de decisiones en el hogar, y el papel que desempeña cada miembro de la pareja en este proceso, así como preguntas referidas a la libertad de movimiento (o autonomía) que las mujeres tienen respecto a sus esposos, en términos de su participación en una serie de actividades. Los datos correspondientes a estas preguntas constituyen el fundamento de este estudio. La ENAPLAF 95 contiene información sobre 19 estados mexicanos, pero en la definición de la muestra fueron privilegiadas nueve entidades federativas, que en conjunto representan 90% de la muestra final: Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, México, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Veracruz. La submuestra definida por el conjunto de mujeres casadas o unidas, entrevistadas en estas nueve entidades (7 010 mujeres), constituye el marco muestra1 de este análisis. Las características generales de estas mujeres se resumen en el Cuadro 1.

IRENE CASIQUE

CUADRO 1 CARACTERÍSTICAS GENERALES D E LAS MUJERES SEGÚN CONDICIÓN D E ACTIVIDAD

Caractehticas

Condición de actividad Inactiva Activa

Total

Distribución por edad 15-19 20-29 30-39 40-49 50-54 Total

Edad promedio Educación Ninguna Primaria Media (secundaria y preparatoria) Superior Total Años promedio de escolaridad Situación conyugal Casada Unida Total Número de hijos Ninguno 1-2 3-4 5+ Total Promedio de hijos Número de uniones Una Dos o más

Total Residencia Rural Urbana Total

100.0

Fuente: Encuesta Nacional de Planificación Familiar 1995.

100.0

100.0

Los niveles de autonomía y poder de decisión de las mujeres se calculan mediante la creación de dos índices aditivos correspondientes (cuyos valores se estiman a partir de la suma de los ítems pertinentes en cada caso), que sintetizan la información existente en la ENAPLAF 95, sobre una serie de preguntas relacionadas con el papel de la mujer en procesos de toma de decisiones en el hogar, así como sobre su autonomía con respecto al esposo para realizar determinadas actividades. El análisis se fundamenta en la consideración de diversos modelos de regresión lineal y logística.

PODER DE D E C I S I ~ N Y AUTONOMIA DE LAS MUJERES MEXICANAS

Como indicador de poder de decisión en el hogar, usualmente se utilizan las preguntas orientadas a precisar el papel que desempeñan los individuos en los procesos de toma de decisiones; se trata de preguntas que permitan determinar el nivel de participación e influencia del hombre y de la mujer en una serie de decisiones pertenecientes al ámbito doméstico. Por ejemplo, ?quién decide qué gastos hacer? o ?quién decide cuántos hijos tener? E n este trabajo se analiza exclusivamente el poder de decisión de las mujeres mexicanas, de acuerdo con el papel que ellas desempeñan en los procesos de toma de decisiones familiares, pero esta dimensión del poder de decisión la entendemos inmersa dentro de un proceso más general de ganancia (o pérdida) de acceso y control de recursos materiales, intelectuales e ideológicos por parte de las mujeres (Batliwala, 1994). Por autonomía nos vamos a referir a la capacidad de la mujer para realizar una determinada actividad, sin requerir del consentimiento de su esposo. Trabajos previos apuntan que la obediencia y el respeto a los esposos, aun en contra de los propios deseos o necesidades de las mujeres, es todavía una conducta muy extendida entre las mujeres mexicanas (Benería y Roldán, 1987; De Barbieri, 1984).

La Encuesta Nacional de Planificación F a r d a r 1995 (ENAPLAF 95) incluyó una serie de preguntas que constituye la

base para los indicadores directos de la participación de la mujer (casada) en las decisiones familiares y sobre su libertad de movimientos. Como referentes al poder de decisión de cada miembro de la pareja, se incluyeron cinco preguntas sobre quién decide en la pareja: 1) el número de hi.jos; 2) la crianza de los hijos; 3) los gastos cotidianos; 4) los amigos y familiares que visitar, y 5) cuándo tener relaciones sexuales. Las respuestas posibles para cada pregunta eran: "Él", "Ambos" o "Ella" (Anexol). Una cuarta categoría recoge los casos de aquellas personas que no respondieron o para quienes la pregunta no aplicaba. La distribución de respuestas para estas cinco preguntas se presenta en el Cuadro 2. Las distribuciones de frecuencias de las preguntas sobre toma de decisiones evidencian, en primer lugar, cuál de los dos miembros de la pareja decide con mayor frecuencia sobre cada aspecto considerado, y, por tanto, cuáles esferas de decisión son más del dominio masculino y cuáles del femenino. El hecho de que el poder de decisión de la mujer varía dependiendo del tipo de decisión en juego, ha sido previamente documentado para el caso mexicano (García y Oliveira, op. cit.),e implica que mientras la mujer puede tener considerable poder de decisión en torno a ciertos aspectos de la vida familiar, su influencia respecto de otros puede ser muy poca o ninguna. Si se comparan los porcentajes correspondientes a "Él" y a "Elia" en el Cuadro 2, se podrían postular claramente como decisiones del dominio masculino: cuántos hijos tener, a qué f a d a r o amigos visitar y cuándo tener relaciones sexuales, y también, aunque con menos claridad, las decisiones sobre los gastos cotidianos; como decisiones del dominio femenino sólo encontraríamos aquéllas en torno a la crianza de los hijos. Si atendemos al porcentaje en que sólo la mujer toma la decisión, se puede observar que es

P O D E R DE DECISIÓN Y AUTONOMIA DE LA MUJER MEXICANA

en torno a la vida sexual donde la mujer ejerce menos influencia en la toma de decisiones. CUADRO 2 PARTICIPACI~NDE LOS MIEMBROS DE L.A PAREJA E N LA TOMA D E DECISIONES FAMILIARES. MÉXICO, 1995

{Quién toma las sigtrientes decisiones en laparqa? Cuántos hijos tener Él Eila Ambos Sm respucsta/no aplica Total Cómo criar a los hijos Él Ella Ambos Sin respuesta/no aplica Total Gastos cotidianos Él Eiia Ambos Sin rcspucsta/no aplica Total Familiares/amigos que visitar Él Eiia Ambos Sin respuesta/no aplica Total Cuándo tener relaciones sexuales

15.2 5.7 75.6

kl 23.8 Eila 2.4 Ambos 72.6 Sin rcspiicsta/no aplica 1.2 Total 100.0 Fuentc: Encuesta Nacional de I'lanificaci6n Famlhar 1995.

La información proveniente de las cinco preguntas sobre toma de decisiones, además de analizarse por separado, puede ser analizada en su conjunto, si se calcula un indicador general a partir de las respuestas obtenidas para cada una de ellas. Se trata de un índice de poder de decisión global, que sintetiza cuánta influencia tienen las mujeres en la toma de decisiones en el hogar, pero sin distinguir ahora el ámbito específico (económico o con respecto a los hijos). Al asumir que cada categoría de respuesta representa un nivel de parucipación distinto de la mujer en las decisiones del hogar (y, por ende de poder de decisión), se asignó un valor de 1 si sólo el esposo decide; un valor de 2, si la decisión es tomada conjuntamente, y un valor de 3, si la decisión es tomada solamente por la mujer. Esta asignación de valores es por supuesto debatible y, finalmente, responde a una visión del poder de las mujeres en la toma de decisiones familiares, no sólo como participación, sino fundamentalmente como influencia real. Los casos donde no hay respuesta en alguna de estas cinco preguntas se consideran como valores perdidos, sin aportar ningún valor al índice en ese aspecto particular (del cual no existe información) y, por tanto, el índice es calculado sólo con base en la información disponible. En el cálculo del valor de este índice entran con igual peso los valores obtenidos en las cinco preguntas sobre decisiones incluidas en la encuesta. Representa una medida global de poder de decisión de la mujer en la familia, sin pretender distinguir el ámbito o espacio específico de ese poder de decisión más allá del familiar. La suma de los valores obtenidos en cada esfera de decisión nos lleva a la siguiente distribución del índice de poder de decisión entre las mujeres mexicanas casadas:

CUADRO 3 DISTRIBUCIÓN D E LAS MUJERES SEGUN ÍNDICE DE PODER DE D E C I S I ~ N

-

Poder de decision

5 6 8

9 10 11

l b

+ Poder de decisión

12

13 14

15

E n general, el mayor porcentaje de mujeres está ubicado en el índice con un valor de 10, un valor intermedio de poder de decisión; ello responde a que la mayoría de las mujeres informó que las decisiones las tomaban los dos miembros de la pareja. N o obstante, puede observarse que muy pocas mujeres se ubicaron en un valor de 11 o más, y que la mayoría se concentra en la primera mitad de la escala: 31% se ubica en el rango de poco poder de decisión (de 5 a 9 en la escala) y sólo 16% se ubica en categorías correspondientes a un elevado poder de decisión (de 11 a 15 en la escala). Respecto a la autonomía de las mujeres, la I5NAPLAF 95 incluyó nueve preguntas acerca de si la mujer necesita el permiso de su esposo para: 1) salir sola; 2) salir con los hijos; 3) realizar gastos cotidianos; 4) visitar amigas; 5) visitar familiares; 6) trabajar; 7) estudiar; 8) usar anticonceptivos, y 9) participar en actividades comunitarias (Anexo 2).

IRENE CASIQ UE

CUADRO 4 AUTONOMÍA D E LAS MUJERES SEGÚN ACTIVIDAD. MÉXICO, 1995

Reqtliere elpermiso del esposopara Salir sola Sí

75.4

No

22.9

Sin respuesta/no aplica Total

1.7 100.0

Salir con los hijos Sí

67.2

No

26.5

Sin respuesta/no aplica Total

Hacer gastos cotidianos Sí No

Sin respuesta/no aplica Total

Visitar amigas Sí No

Sin respuesta/no aplica Total

Visitar familiares Sí No

Sin respuesta/no aplica Total

Trabajar Sí No

Sin respuesta/no aplica Total

PODER DE DECISION Y A U T O N O M í A DE LA MUJER MEXICANA

CUADRO 4 (continuación) AUTONOM~ADE LAS MUJERES SEGÚN ACTIVIDAD. MÉXICO, 1995

Requiere el permiso del esposo para Estudiar

Sí No Sin respuesta/no aplica Total Usar anticonceptivos

46.6 100.0

Sí No Sin respuesta/no aplica

24.0

Total 100.0 Participar en actividades comunitarias Sí No Sin respuesta/no aplica Total

68.9 21.8 9.3 100.0

Fuente: Encuesta Nacional de Planificación Familiar.

E n el Cuadro 4 se resume la información obtenida con estas nueve preguntas, y nos permite identificar las esferas de actividad donde la mujer es más autónoma, de aquéllas donde depende más de la autorización de su esposo. Se observa que más de 60% de las mujeres pide permiso a sus esposos para realizar las actividades consideradas. Los porcentajes correspondientes a la autonomía para trabajar, estudiar y usar anticonceptivos requieren ser interpretados con cuidado, dado que la pregunta para estas actividades no aplica para un elevado porcentaje de casos (por ejemplo, la mujer nunca trabajó, estudió o usó anticonceptivos después de casarse). Si tales casos son omitidos, el porcentaje resultante de mujeres que piden permiso es tan alto como para el resto de actividades.

Se observan importantes variaciones en la autonomía de las mujeres según el tipo de actividad. Salir sola es la actividad en la que las mujeres son menos autónomas (75% requiere permiso). Curiosamente, las mujeres requieren el permiso del esposo para visitar a sus familiares en mayor proporción (68%) que para visitar amigas (58%). Por otra parte, hacer gastos cotidianos aparece como una de las actividades para la cual las mujeres son relativamente más autónomas, dado que 39 % no requieren del permiso del esposo para ello. De manera similar a como estimamos el índice de poder de decisión, la información obtenida sobre la libertad de movimientos también puede emplearse para evaluar un indicador global de autonomía de la mujer con respecto a su marido; que se denomina como Índice de Autonomía. Se asigna un valor de O cuando la mujer requiere el permiso de su esposo (no autonomía) y de 1 si no lo requiere; se suman los valores obtenidos en cada una de las nueve dimensiones de autonomía incluidas en la encuesta. Cuando no hay respuesta en alguna(s) de las nueve preguntas referentes a la libertad de movimiento de las mujeres, se calcula el índice tomando en cuenta aquéllas preguntas para las cuales sí existe respuesta. El rango de valores del índice de autonomía va de O a 9, donde O representa el caso de una mujer que requiere el permiso de su esposo para realizar cualquiera de las nueve actividades, y 9 cuando no lo requiere para ninguna de ellas. Como puede observarse en el Cuadro 5, cerca de la mitad de las mujeres alcanza un valor de O en el índice, y sólo dos tercios obtienen un valor de 3 o menos. Esta distribución deja claro que, en general, las mujeres de esta muestra tienen muy baja autonomía.

PODER DE D b ( - i S I 6 s Y AC70.V02\fIA DE LA ,21L7ER ,11ESIC.I.L;\

CYADRO 5 DISTRIBUCI~NDE. I d S hILlJERES E X FL. ÍNDICE D E A C T O X ~ ~ I I A 1 áioi. indice -

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